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ESTUDIOS SOBRE EL DESARROLLO DEL CAPIT ALISMO ot MAURICE DOBB traducciin de LUIS ETCHEVERRY revisin téonien de REYNA PASTOR DE TOGNERE Primers eilelén en expat, 1972 @ SIGLO AAT ARGENTINA EDITORES, S.A. (e.t) Viamonte i836, peo 1" ~ Buaos Aires Primera ediciin on inglés, 1946 by Mewrice Dobb cho el depésito que marea Ia ley Ipreso on Argentina Printed in Argentina INDICE uno siemmo Capitalisme La declinacién del feudelismo y el crecimiento de las ciudades Los eomienzos de la burguesia El surgimiento del capital industrial ‘Acumulacién de capital y mereantlismo Crecimiento del proletariado ‘La revoluelén industrial y el siglo x0 HL perfodo de entreguerras y su secuela vostscmprum Después de le segunda guerra mundial 9 13 9 07 133, a3 263 03 ar ‘PREFACIO A LA EDICION CASTELLANA Quiero saludar la aparicién de una edicién eastellana de mis ‘Studies y expresar mi aprecio y felicitaciones a editor y tra- ‘ductor por su presentacion y publicacién, Al decir esto, tengo conciencia de que gran parte del ma- terial del libro puede parecer algo bastante remoto a lectores de Iengua espafiola, en especial en el continente sudamericano, [puesto que se refiere, en tan gran medida, al desarrollo histériea Gel pais del propio autor. La excusa debe ser que a este pais se To considera generalmente el caso clisico de la génesis ¥ Aesenvolvimiento histéricos del capitalismo; y que algo puede ‘aprenderse delineando las elapas y Iineas de desarrollo en este easo “original”, aun cuando haya més que aprender de un ‘estudio comparativo de este caso con otros distintos, que insis- tiera en las diferencias de circunstancias y de resultado final. Que clertas generalizaciones de aplicacién e interés més vvastos brotan de tal estudio, lo prueba la discusién que la obra suscit6 desde su aparicin, unos veinte o veintieinco sf Me reflero, en partleular, «Ia discusion en torno al modo y las tapas de transicién del Teudalismo al capitalisme, que se des- faroll6 & principlos del decenio de 1950 en ae’ péginas del periodo Science and Society de Nueva York (eitada a veces como diseusién Dobb-Sweery, porque se inicié con una hhecha por el Dr. Sweezy a clertas posiciones adoptadas en los capitulos 2, 8 y 4 del libro): discusién retomads y proseguida fen otras partes, en especial en Francia e Tialla, asl como en ‘Japén (por ejemplo, Procacci en Italia, G. Lefebvre y A. So- oul en Francia, mientras que H. Kohachiro Takahashi de Tokio habla participado en la discusién originaria, en Science end. Society) Lo importante, a mi juieio, no son tanto las conclusiones a ‘que se llegé, coma el hecho de que la discusién se produjera (eon un espiritu na dogmatico).. Con razon o sin ella, no creo que la discusién me haya lievado a modificar los aspectos esen~ ales de mi posieién previa; aunque, naturalmente, me pre- 8 [ESTUDIOS SOBRE HL, BESARHOLLO DEL CAPITALISO dispuso @ reconsiderarla y procurarle cierts reformulacion, Intenté esa reformulacién en una conferencia dada en 1962 en Bolonia, que forma el primer capitulo de mis Papers on Ca- pialism, Development and Plenning (Londres 1907): a esa Eonferencia siguid otra, eobre el preludio de la revolueién in- ‘dustrial “Hoy, por supuesto, el interés por cuestiones relatives a ‘origenes’y primeras etapas y hasta por lo que sucedié entre fas dos guerras mundiales, ha dejado lugar al interés por la naturaleza del eapitalismo —y sus cambios— desde la segunda guerra mundial; més todavia: por desarrolios recientes del ca- pilallsmo en los BE. UU, antes que en Gran Bretafia. La fecha fen que eseribi este trabajo necesarlamente me impidié tratar ft fondo este periodo y elapa y por esta razén agregué un Postscriptum demasiado breve —y reconocidamente inade- euado— sobre esto a la ediclén inglesa revissda del libro, de 1963. Mavatce Dons ‘PREFACIO “Un trabajo de este tipo, cuyo objeto es efectuar generalizacio- hhes acerca del deserrollo histérico sobre 1a base de material Je secogido y ondenado por otras manos, corre un grave pe- gro: presenter un cardeter hibride y disgustar al economista AEiue fuele tener poco tiempo para la historis— asi como al Hittoriador —que qiza lo desestime por no fundarse lo sufl- Giente en ese saber de primera mano, fruto de una efectiva fnvestigacién de eampo—. Ante el economista, el autor puede Zpurecer como alguien que no. acierla a encontrar su te- GHtorio propio y, ante el historiador, como un aficionado {que invade su campo. El autor, por 1o menos, tuvo conciencia evcate peligro y de su imperfecta capacitacion para la tarea. ‘Pero Io snimnd a perseverar su firme creencia en que el ané- Tisis econémico s0lo cobra sentido y rinde frutos st va unido a tun estudio del desarrollo histérico y en que el evonomista que be ocupa ce los problemas de hoy, tiene sus propias preguntas ‘que formuler a los datos histérieas. Lo fortalecio también la Gonviecign de que un estudio del capitalismo, en sus origenes y desarrollo, ten desestimado por los economistas (excoptua- Gos los. de orientacién marxista), constituye un fundamento ‘esencial para todo sistema realista de ciencia econémiea, Extn los que niegan que la historia pueda prestar otro ser~ vieio al economista, que Verificar si clertos supusstos particu Jares (por ej, el de la competencia perfecta) son validos, en un simple sentido, para periodos particulares y que todo lo de- mas es una facil y-peligrosa extrapolacion’al futuro de ten- encias del pesado, Esas personas parecen ignorar, en primer Sugar, que todo pronéstico econémico debe fundarse en su- ‘puestos sobre tendencias al cambio (o sobre sui inexistencia), fuya, probabilidad no puede determinarse sin referencia al pasado; en segundo lugar, que la justeca de las preguntas que Lina teoria particular intenta responder —esto es, si una es- ‘ructura dada de supuestes y cefiniciones brinda) un modelo 10 ‘BsTunios SomNE HL DeSARMOLLO Deb eaREEALEAEO abstracto lo bastante representativo de Ia realldad como para Tesultar utllizable—, sélo puede juzgarse a le luz de um cono- cimiento, cémo estf’ reelmente construida una situacién total: Jos hechos del pasado. En otras palabras: no se trata simple mente de verificar supuestos particulares, sino de examinar las relaciones que existen dentro de un hez complejo de so puestos y entre este haz, como un todo, y la eamblante rea- dad, Se trata de descubris, a partir de'un estudio de su cre- cimiento, como esté realmente construida una situscién total ‘qué elementos de esa situacion son més susceptibles al cam- Bio y cules tienen més fuerza en cuanto a producir cambios fen otros. Se trata de formular preguntas al desarrollo econd- rmico, a fin de descubrir cuales son lat preguntas correctas ppor plantear tanto al pasado como al presente y cules son Jas relaciones fundamentales en que far la atencién, De todos modos, este conjunto de estudios histéricos no se realizé ala ligera y el autor no carecié de la guia y el consejo de amigos, especialistas en diversos sectores del campo Ge estudios, ‘Su germen estuvo en unos insatisfactorios capi tulos de veinte afos atrés acerea de los orfgenes de Ia acti dad capitalista; a partir de entonces, 1a obra ha erecido de manera discontinua, Este crecimiento desordenado, con sus periédicos remiendos y reconstrucciones, puede haber vuelto %a forma defintiva, en muchos puntos, desarticulada y difusa, Pero la criatura, una vez nacida, se mostré demasiado indéeli para reformarla ‘enteramente y debia morir en la oscarided o parecer ante el pitblico con todos los defectos de su educactén. Por estlarecimientos que le brindaron sobre muchos as- pectos dela historia de finales de Edad Media, el autor agradece al. profesor Postan, al doctor Beryl Smalley y a Edward Miller; por su guia en los periodes Tudor y Bstuardo, a Christopher Hill y Rodney Hilton y por lo que se refiere a la revolucién industrial, a H. L. Beales. R. B. Braithwaite lo orient6 en un punto especial relative a filosotia y Miss Dona ‘Torr brindé generosamente indicaciones y agudas criticas, ba sada en su profundo saber historico, en especial en cuanto al Siglo xn y'le literatura del marxiemo. Pero las huellas de inadvertida ignorancia que quedan en estas piginas, en modo ‘alguno pueden stribulrse s estas personas. Debe agregarse, quizé, que estos estudios slo pretenden responder clerlas cucstiones especificas, Sélo ciertos aspectos del desarrollo econdmico fueron seleccionados; la seleccion se hizo, no obstante, en la creencia de que ellos revisten enorme ‘importancia, Datos comparativos de otros pafses se adujeron fen la medida —pero s6lo en la medida— en que Ia compara vexsacio . 1 cidn parecia iluminar esas investigaciones particulares, El autor no abriga la flusién de haber eserito una historia del ca- pitalismo; y tal vez los lectores muestron mayor tolerancia hacia estos estudios, si recuerdan que ellos no pretenden pro- poreionar més que un primer esbozo de clertas partes de un exadro histérieo completo, MED. Canasancr, Noviembre de 1945 NOTA PARA LA SEGUNDA EDICION Se afiadié un breve Postseriptum sobre Ja situaclén de post- guerra para salvar la década y media transcurrida desde la primera edicién del libro. Por lo demés, no hubo intento de Fevisar o reescribir y el texto del original no ha sido mo- Aificado, MLD. Cansaisce, Octubre de 1962 Carinure Pamarro CAPITALISMO Quizé no sorprenda del todo que o término “capitalismo”, tan fempleado en aes reclenter en el habla: popular ao como en Ja'lteratura hstvies, recibiers uote tan Spares, sin un et. ferio aceptado en cuanto a su empleo Lo que ex notable, 5 que en teoria econdmice, tal como la prosentaron las es Guclas(radllonales, el tarmino apereers ton rams, veres, © hronca.! Hasta existe una escuela de. pensamienta, a la gue aableren economistas ¢ hstoriadares, que se he negado a te Conocer” que ® “sapitaiemo', como desgnacién. Ge un, deter- Iminado sistema econémico, se le puede arignar un significado preciso, En el eso de los economists ello se debe, en buena parte, & que los concepios centrales de su eon, tal como se los suele formulae, eitin configuredos en tn plano oe ther traceion que ignora os factores histricamente relatives, nie on ge pertalten defini al caitalismo, En cuanto a 108 his- foriadores que tomen esta posilén negative, ello parece de- berse aque inssten sobre fa variedad y complejdad de los Scontecimientos histriens hasta el punto de rechorar.cutl auiera de les categoria. generales que formen el teido ce Gest todas les fetes de Snterpretcién histoiea y de negar {oda valldea a las divisiones entre épocas hstérices. Jamas th periodo hisérie se afrma-~esta hecho de una sola pleza {puesto que todos ellos son complejas messls de elementon, onsituye' una simplifieaién que’ induce a error earscterizat Suna seccion cuslguiera del proceso histrico mediante Ta designaciin de ‘un elemento unico, Esti penmitido.mentsn, Sbstractemente, un sistema como "espitaliems”, en cuanto des: sripcion de am sspeeto que, en variable medida, carectercd 2 Sombart, en su articulg sobre el tema en la Encyclopedia of the Socal Sciences, afirma’ “Este término no se encientta, eo Gide, Cauvves; Marshall, Seligman o” Cased, para wegsionar slo lor textos Imus otioeldes. Bn otros watades, como’ los de Sehendler, Adol¢ Wag ‘net, MichardBhresburg y Philovicn, hay references’ al copiate ‘ho, peto el cncepto ef rachazad luego” Niel Palsrave's Dietary ef Potties Eeonomy, ni sl Dictionnaire de Economie Poltigus, ime layen al termine “eagitalism™ 6 runios SOME Hb BESARHOLLO DEL CAPTTALISNCO a mumeroioe periodos histérlos. Pero, como tal, €s uns no- ssetonideabstracia, no hstrica; por ey rasteat Tos ce omen “eisema”” es en general una empresa srigenes eo puede rendir frutos. Puede uno sospechan que Want 305 jpradon mis concteta relderea cla possi, Sl el BES Simo wo. existe como entidad hisiorea, lor eiticos del care igen economico que ciaman por un cambio de sistema actunt chando contra molines. de. viento; ¥ Marx, en pati- weet Wi primer responsable de. que se able de un sitema fala ei aPestaba persiguiendo ghimerss. Algunos como Ut ceendor’ del itso cel profesor Tawney, La Religiin y et Wesealsne' del Capitaliomo, se expresaron muy claramente Mise" este, denuscando el término como un mero Teeuoo politico. “oy, después de medio siglo de intensa inveatigacin en nistarla sconbmaea, es taro que un historiador de la esonomia store sostenible esta poscién, aun cuando todavia pueda cone tae geapechoco el origen ‘del. tring, Nos encontrae oresrejento’ con que el principal historiador del, ereantc Timo ‘Teena ig nocion de reap moder”, exe in Tero polaje’s Pero la opinion que prevalece entre Tos que ie katate et desenvolvimiento econdmico de los tempos tan sor ee ta snteticada por el profesor Tawmey en th €o- weiGhimo paseje: “Después de mas de medio siglo de Inver Tgecidn sobre el tema, realizada por estudiosos de une media ‘Sena’ de cforents hacionalidades y de fodas Tas opiniones cts nogar que el fenomeno existe, o sugerit ue, si existe Refbenta elrasgo, anico entre las inctituciones humans, de Pier isto eemo Melguisedee, desde toda Ia eterldad; 0 Pidlear que, sf fone une historia el pudor probe que se la FEARS’ ee ponerse advede anleojeras,.. Un autor... 6 ‘SSprobeble que entienda gren cova dela historia de Burope ex lor Eltimos tes sigs si ademis de rehuir el término, ignore US nesho™> Pero sh, hoyy lor expecialisias han reconockdo NCapltalono’” como eategora historia, eso no garentiza que Gulgnes provenfen estudiar este sistema se refleran a Ta mis- SEeGiex?ousia ponmasse que tna diversidad de sos dearia ‘poco lugar a cigseiones y'no produciria gran dafo. Pero Ia nn EL REE aces an mmm, te Se aE Rg, SS Aa a? conic dovena cape SEP Sancuso, ao oon cnn oxen cash 3h dlveroas stapes hisidrone silo presmntan dlterensis do, S'Stefacio a la edelin de 1934 de feelizion and the Rive of Co- iteiom, (Bsicion castellane, Ba. Dédalo) ccarmacisxco 1” diferencia de uso verbal no s6lo se asocia con una diferente fe inccentes histérces y- on. principio stint de seleccion Stientacion en la bosquéda deo esencial entre la mulitud pera componer la erdniea’ de" os seontecimientos, sino que uede conducts a un modo de interprelasion y a un relato cau Eatgenctico siterentes, Silo decisivo en euanto al empleo del tarisino capitalismo es, pare nosotros, a Segla que low propios Fechos hintricos now’ imponen--y" "no muestrss”predieecio- fev entonces tiene que naber una delinielon que eoneuerde Gon a forma real que el cesarollo histrico posee y oles hus por el contri, sesh erronens. Haste quien profess un eletvismo histrco debe, a buen seguro, creer que existe un tuadro correcta desde el punto de vista de un eonjunto homo- féneo dado de observaciones hstoreas. Por lo dems, tos que Ercriben scerea del capitaismo no pocas veces desconocen, parecer, todo problema. de siglfiao; eon ello no aclerian a [elsar ‘el senildo que atrbuyen al termino y hasta. muestran, pot su parte, poca congruancia en su empleo, Deberos, quizé,aclarar desde ya que el término “capita: lista puesto on boga entre clerton economistas, en especial Jos partidaries de la escuela austriaes, poco tiene que ver con "Sepitlismo" como categoria de interpretacin histSres. Cler- tos" economists emplearon “eapitalist” en un sentido pura- Inente ticnico, para referitse sl empleo de les llamedos me- Todos de produccion indirectos 0 que acortan tiempo; y el ter- Ihino hai considersblemente asoclado. con un pericular Punto de vista acerea de la naturalera del capital. No se re- ere’ al modo de aproplacién de los instrumentos de produc tion sing aélo @ au origen econémico yal grado en que se fos emplea, Como toda produccin, exceptuada Ia mis pri tive, slempre ha sido, en clerto grado “capitalista” en este Sseutido temic, el sétmino tiene eseaso valor para fines de diseriminacién Distérea y sus creadores no intentaron util farlo en este sentido. El modo en que lo emplean, elertamente, iplice segat un signifiendo especiton espitalismo como Ssfema_histrico especial. Poco mis vil Temslta otra concepeiin que discerimos Amplieta en los contextos en que a menudo aparece el termine YF euyo defteto es circunserbir a captalisma a un lepso tan reve que separs fendmenoe sociales euyo parecido de familia fr fordhimo, “Sogin ext captain re identifica con el ss- tina dental boltaente re, tema en que las relaclones econdmices y sorales se reglan pot con- ttalo; en gue los bomibres se comportan como agentes Ubres fon In bisqueda de eu sustento yen que no hay compulsiones 8 rsToniot SOHNE HL MESARNOLLO REL, CAPETALIERCO i zestreeones legsles.* Asi se converte virtualmente a Yea itso” en sinfnimo de un régimen de laserJaire y, en Eleras acepeones del trmpino, de un regimen de libre tom= petensia. Dicey no empl el’ término eapitalismo; pero con Eider esenialeleontraste entre To que denomind "pviodo del inividullsmo” —que en certo sentido. corzesponde ala ng- Glin que estamos dlseutlendo y"petiodo de colectivism tayo lnicio bleaba en el deceilo fe 180." Aunque quizd puede decire que preveuparse par ete tipo de dstinciin ene Ee individunisng y “eratsmo! es mle ben conn del passdo Y's bien raras veces ~o ninguna histoviadres do Ta econo. Hola Ia tomaron somo base para defini al sapltalisng, sa in- ‘uencia todavia perdura em efeta, muchos de los diebas que ftcontramon hoy ‘parecin identifica, de. manere implica, ‘pltalismo® con insta de. “bce empresa", contapo: nigndolo a tode ingerencia de contol esttal s expensas del inissecfire. EI delecto de tn significado tan. restictivo balan lire, Pocoe paises, fuera de Gran Betada "Ios EE- UU, en el siglo aux legoron a austarae 4 Un régimén de “indvidualismo puro” del Upo manchesteriano clisico; y aun Gran Bretada y lor EB. UU. lo abandonarian pronto para ene ‘erg in er de cotporacinns de oop at Zopolog, cuando el lanezfire como concepeon polis: ya feelinaba. Si se circunsenbe tan Tgurossmente ene) tempo Ss capitalsmo, jeSmo earecteriaremos el sstema que le pe Gedy gi engi, an smeantes 8 1 en ab Taupo Por su decisiva influenela sobre Is Snvestigacén y ta in- terpretciin istic ae" destacen ndamente. tes” sgn: Caos distintos stibuidos a la nocion de capitalism, bien fm cierto aspector se superponen, cada uno se liga a una ‘stn peculiar dela natorlesa del desszrllohistéco; Leva 4 Podomes citar un ejemplo quisi no. my serio de esto: “EL ‘verdadero capitelamo es una aconofna de litre y drance eompetancis ‘ar Jn Geman yo continue oportunidades trabajo pars tor HH Cromwell Canton, fw Defence of Capitalion, ig, 5), Son tontes Tas vietader veguteadas en erta detnickn oe Dubie dudaree de que “eapitalsmo verdadero" haya existido. algun ‘Yer Biemplos mis isidos ioe proporcionan nitores que se siege & ‘Yecet a aplicar el término eapftelmo una econora fast y 10 fonttaponen a “otaltriane™ CL tambidn el Handwérierbuch ‘der ‘Stuatsscensthaften (1028)* "Der, Kapltaizmus hat die. prvvsewirt schartliche oder individualistisehe Witsehafcordnting aur Vorauret= ‘ung und ist ohne diese gar sight donkbar” (El capitalsmo presi Done Ja" ordenacion cconbmica inaividualista 0 de econamia privada 7, hho es par cierto posible), Lato end Opinion i England, past. ‘carmauisnco 19 al trazado de fronteras temporales bastante diferentes para el sistema e implica un diferente relato causal del origen del cepitalismo y del desarrollo del mundo moderno. En primer lugar esti —y quizé sea el mas difundido— el significado popularizado por los escritos de Werner Sombart Sombart bused 1a eseneia del capitalismo, no en un aspecto de su anatomia econémica o de su fisiologia, sino en la totali- Gad de los aspectos representades en el geist 0 espiritu que inspira Ja vida de toda una época. Este espiritu es una sin- ‘esis del espiritu de empresa o de aventura con el “espiritu ‘urgués” de céleulo y racionalidad. Como ereia que “en di- ferentes épocas siempre han reinado diferentes actitudes eco- némicas y que este espicitu es el que ha ereado la forma que Ie earresponde y, con ello, una organizacién econdmica’,* ‘bused el origen del eapitalistno en el desarrollo de estados de ‘espiritu y de comportamiento humano conducentes a la exis- ‘encia de aquellas formas y relaciones econémieas que son ea- racteristicas del mundo modemo. “En algin momento del re- ‘moto pasido el espirita capitalista debe de haber existido —en ‘embrién, si oe preflere—, antes de que una empresa capitalista pudiera volverse realidad’ El hombre precapitalista era “un hhombre natural", que concebia Ia actividad econdmica como Ja simple provisién de sus necesidades naturales; y en épocas ‘precapitalistas “en el centro de todo esfuerzo y de tode cul ‘dado eslaba el hombre viviente: él es la medida de todas las ‘cosas —mensura ommium rerum homo".® Por contraposicién, ‘el hombre capitalista, que “desarraiga al hombre natural” con su “concepcién primitiva y originarla” y que “trastorna todos los valores de Ia vida", ve en el amasar capital el motivo do- minante de actividad ‘condmiea y, con una actitud de fria racionalidad y los métodos de un preciso céleulo cuantitativo, subordina a este fin todos los aspectos de la vida.* De manera mis simple defini Max Weber al capitalismo como “exis- tente dondequiera que se realiza la satisfaccin de necesida- des de un grupo humane, con earécter lucrativo y por medio de empresas” y a una “explotacién racionalmente cepitalista” como une explotacién “con contabilided de capital”; reeurrié, Der Modeme Kapitaliemus (ed, de 1908) 4 dota da “la dca Sundamensal(Grandgedane ‘dicgn castalane PCE) ‘Touintersnce of Capitliom, pigs. 3434 2 Der Avedon ‘kepifalomus, Yok 1 poe 3, > Quintessence, 1381, 299, ig. 25. Calica ab Ea bra Tay 20 STeDIOg SOW RL DESARROLLO DRE. CABTEALISHO ademés, al espiritu del capitalismo “para describir la actitud {que busea la ganancia, racional y sistematicamente”, En segundo lugar, hay un signifleado que aparece las més e las veces implicito en el tratamiento de material histrica antes que formulado explicitamente—, que virtuslmente identifica “eapitalismo” con la organizacion de la produccién para un mercado distante.** Si bien el régimen de les primeros gremios de sriesanos, en que éstos vendian sus productos al menudeo ene] mercado urbano, quedaria_presumiblemente excluldo por esta definicién, podria considerarse que existié capitalismo tan pronto como ios actos de produccién y de venta al menudeo vinieron a separarse en el espacio y en el tiempo por la intervencién de un. comerciante mayorista que ade- lantaba dinero para Ia compra de mereaderias @ fin de ven- derlas Iuego con un beneficio. En buena parte esta noclén esciende en linea directa del esquema de desarrollo de la escuela histiriea alemans, con su distineién basica entre la “economia natural” del mundo medieval y la “economia mo- netaria” que le sucedié y su scleccién del area del mereado como definitoria de las etapas de desarrollo del mundo econé- ‘ico moderno. Como lo expres Biicher, el eriterio esencial fes “la relacién que existe entre la produccién y el consumo de bienes; 0, para ser més precisos, 1a Iongitud de la ruta que Jos blenes atraviesan ‘de produetor a consumidor"* No es taro hallar esto estrechamente Tigado a una definicion de ca pitalismo como sistema de actividad econémica dominado por lun cierto tipo de motivo, el motivo de la ganancia; y la exis ‘encia, en cualquier perfodo, de un nimero considerable de personas que para obtener una renta confisn en la inversion de dinero —ya sea en el comercio, la usura o le produccién—, fs consideraia prueba de que existe un elemento de capita: 2 Historie eonsmica General, pég. 206 [od castellana del RCE): The Protsntane fahie and the Spin of Capiteliom, pag. Oh [Gay eticién estelana,) El panto ds visto de’ Weer ce igh it Ghemtente al de Sombart, peroy al mismo Uempo, presenta certs die Terenas, Paleo Parone ha ngnuan on aye hy deren ent fi*eopialsme en generat” de Weber, que es ina egoris pa ‘ante econémica” (e ciferencia de ls de Sombart) y se reflere EEterambioracionentereeliado con mires J gipeida (Go ae fe acerca tmucho al segundo tigniicado que em seguida mencionsro: os} y su Hocign historia del “eapitalsmno moderno™, que es 1a misma aun i de Bombart Journal of Pascal mom, olf. lg, 30 ae gla, Terenas Ge Marx's Mommean al horton ae tc ome snlgu, quien encuentra “él modo eapialisa de production en ‘ods, economia Iponelaria" (Cepia, val ik, pag. 129 [os PCED industri! Roolution, pag. 69; ch. también Schmoler, Principe: arvconomie Poligue, pastin ccarrasssaco a smo, Asi vemos earacterizado al capitalismo por et profesor Earl Hamilton —el historlador de Ia revolucion de los pre- ‘ios del siglo 20 como “el sistema en que la riqueza —ex- eptuada la tierra— es empleada con el preciso objetivo de ‘obtener un rédito”; * mientras, Pirenne parece aplicar el tér- ymino a todo empleo “lucrative” del dinero y declara que Sguestras fuentes, por deficientes que sean, no nos permiten dudar de que el capitalismo se afirms desde el siglo xn". Cuando esta nocién se liga 2 la de capitalismo como sistema comercial como produccién para el mercado—, tenemos, el tipo de definicion adoptado por el profesor Nussbaum: “ sistema de economia de intereambio” en que “el principio ‘Srientador de la actividad econémica es el logro de ganan- ias ilimitadas” (a lo que, sin embargo, agrega como caracte- Tstiea adielonal, que tal sistema se earacteriza por una dife- Tenciacién de la poblaclén en “propietarios -y_ trabajadores ‘Gesposeidos” "). Los que dan este sentido al término tienden ‘buscar los origenes del capitalismo en los primeros entrometi- Inientos de trates especificamente comerciales en los estrechos THorizontes econémicos yen la supuesta “economia natural” del mundo medieval y a delinear las principales etapas de desarrollo del capitalismo de acuerdo con las etapas de ex- ansién del mercado o las diversas formas de inversién y de Actividad comercial igadas a ella. Esta nocién, en muchos aspectos, es afin a la de Sombart y se superpone con ella; pero ‘su orientacion es esencialmente distinta. En tercer lugar, tenemos el significado dado por vez pri- mera por Marx, quien no buseaba la esencia del capitalismo fn un espiritu de empresa, ni en el uso de dinero para finan- ciar tna serie de transucclones de Intercambio a fin de lograr ‘una ganancia, sino en un modo particular de produccin. Con modo de produccién no mentaba el mero estado de la técnica “que denomind estado de las fuerzas productivas—, sino el ‘modo de apropiscién de los medios de producciin y las rela- ‘clones sociales entre los hombres resultantes de sus conexio- hes con el proceso de produccién. Asi, “eapltalismo” no era simplemente un sistema de produccion para el mercado —o sistema de produccién de mereancias, como lo denominara 8 En Reonomica, nov. de 1929, pig 338 1 Histon Beondndea Soci ts Edad Medis, pb. 12. (Ba. FOE, 1955]. ef tambien Pirenne ‘en American Hutorisa Reve, 10 page ey leat o w tugar de este obf, sin embargo, el tar te musta my pidsine 8 ‘lio de vin de’ Sombart 2 {sTUnIOS SOBRE HL DESARWOILO DEL CAPMALISHO ‘Marg sino un stm bajo ol qu In fara de trabso sh fa “convert, a su vez, on mercencia” y era compreda Yendida en el mercado como cualquier otte objeto de cambio, Tuvo su presupuesto hlstnico en la consentracin Ge in prov pledad de los medios de prodicelin en manos de tna lase que $élo constitia un pequeno sector de la sociedad y en clone Siguiente surgimiento de una clase desposeida, que tenia en Javventa de su fuerza de trabajo ot nia faente Ge subsston: cia Esta tltima, por fo tanto, realizaba ln actividad. produc. tava, no por compulsion legal'sino sobre Ia base de un con ‘rato de Salaio. Es claro que esta definicién excluye el se ren de prodicién de artesanos independiente, en que Gos poseian Sus pequetios Implementos de produccion.y"efectus. ban la venta de'sus propios productos. Agu no habia aivercto enire propledad y tabajoy y excepto donde contaba ‘en cierto ‘gaco Con el empleo de jocnaleros, su interés esencial era Ia Gompra y venta de proctor ianimados y no de fuerea hur tana de trabajo. Lo. qle diferencia esta definiion de otra, 5 que no basta con que existe comercio y préstamo en dinero, © una clase especalisada de mereaderes 0 finanestas —aun” due sean hombres acaudalados-~ para consttair une sociedad faptalista, No basta que haya poveedores de capital, por “li- erativo™ que ses. tlenen que enmplear ese capital para extracy plosvalia'a la fuerea de trabajo en el proceso de produccion, No es nuestro propésito aqui debatir los méritos de det hlslones.opuestas’ fing, mecsmente, dejar en aro que do ‘sos tes sentidos de apitalismo”y en les estudioe que iguen frapleareros el timo ysubrayar algunas de las consecuen= elas que trae este empleo del termina. La justifiescion de lina efinicion ‘eualguiera debe ‘descansar, en definitive, en se ogre esclarecer'e1 proceso real de desarrollo hstrice: fn la medida on que configure nuestra imagen del proceso de fal modo que ésta responds. Ia. que el eusiro historia, de- icsza tener en realidad. A manera de fundamentacion bas- fe por nuestra parte para rechazar Ios otros don sgniicedcs de exta ‘era, ton ae sigulentessumersinas thstrvasiones ‘Tanto la toncepeién’ de Sombart del expiiticapitalista como la nocion de capteliamo como sistema esenciamente ‘comercial, comparten el defecto, junto con las concepeiones ‘ue fijn su atencién en Ta exineneia de una inversion ices ‘iva de dinero, de que no son lo bastante restrictivas para cit csnsribir ef imino a tne épeca determinada do in hist y de que parecen condelr Ineworablemente a lg conclusion die que cash todos os. periodos bistérieos han'sido capitals taal menos en clea grado. A medida que ha aumented ccarmasisico 2 nuestro saber acorea de sociedades econémicas mis antiguas, Jos que atributan los sentidos antedichos al termino tendieron a empujar hacia atrés en el tiempo los limites del eapitalismo. Hoy se sabe que tratos monetarios y produccién para el mereado fueron mucho mis comunes en el medievo de lo que Sse suponie, Como lo observé Brentano, la Cuarta Ceuzada ya puso en descubjerto “una verdadera orgia de capitelismo” en fste sentido de Ia palabra." ¥ a medida que se amplian nues- ‘10s conocimientos acerca de las condiciones econémicas del mundo antiguo, se scumulan demostraciones de que, sequin {ales definiciones, no puede negarse la existencia de’ ezpit lismo aun en la Grecia y la Roma clisica. El uso lucrativo del dinero no es exclusivamente moderne. Es de presumir aque a compra de esclavos en la antigledad fue wn empleo ‘an “Iucrativo” del dinero como lo es hoy el contrato de 2sa- atlados, EI mundo clisico tuvo sus usureros y el Tuer! rebies no fue un pecsdo desconocido en el mundo medieval. Si es preciso considerar a ambss como socledades capitalistas, hay ue coneluir que es imitil buscar los orfgenes del sistema dentro de Ios limites de los ultimos ocho siglos y que debe de haber existido capltalismo de manera intermitente a Io lango de la mayor parte de la historia escrits. Pero lo que claramente nos hace falta es una definiclén para caracterizar Jas instituclones econémicas peculiares del mundo modemo fen siglos recientes; y Io que no sirva para esto results indil para el fin buscado’por la mayoria de los investigadores. ‘La otra dificultad se relaciona a la concepeién idealista de Sombert, Weber y su escuela, pues si el capitalisme como forma econémica es creacién del espiritu capitalists, 1a gé- nesis de éste debe ser explicada antes de que pueda serlo el ‘igen del capitalismo, Si este espicita capltalista es, 4 su Vez, ‘un producto histérico, Zcual fue Ta causa de su aparicién el escenario histérico? Hlasta hoy no se ha propuesto una res~ puesta muy satisfactoria a este enigma, aparte de la acciden- fal coincidencia en el tiempo de diversos estados espiritusles ‘que se Unieron convenientemente en una sintesis de espirit dde empresa y de ravionalidad para constituir el elan vital de Ja era capitilista. La busqueda de una causa condujo al de- bate insatisfectorio y estéril en torno a si en verdad el protes- tamiento engendré ol espiritu capitaliste (como pretendieron Weber y Troeltseh); y parece haber apenas mis razones para 4% Sombart admits esto francamente, Traté de salvar le objecién, 44e manera bastante poco convincente, afirmand quel comercio m ‘ioral no era tal eh sentido pleno, pues se iapwabe en el espirita del Srtesanade y no en um espirisy cata 4 ssrooI0s Some HL DESARROLLO Det CArPALtMO considerar al capitalismo hijo de la reforma que sostener, eon Sombart, que fue en buena parte creaciin de los judios. No es cierto que esta dificultad de rastrear las eausae causan- tes sea propia también, mutatis mutandis, como a veces se supone, de una explicacién de los origenes de capitalismo des. arrollada sobre bases puramente econémicss, Si bien es clerto ‘que detris de todo camblo econémico hay que busear una accién humana, Ja accién que iniela el cambio decisive puede inspirarse en tna intencién totalmente ajena al resultado fi nal y ser, eon ello, un simple producto de le situsciin ante. or} mientras que, si el surgimiento de un muievo sistema eco. womico debe ser explicado por una idea, ella debe enearnar sn embrién” la esencia del sistema futuro de antemano y el nacimiento de la idea madura de ese sistema, antes yen ausen- cla del sistema mismo, necesita explicacion, Por otto lado es evidente que a medida que nuestro saber se enriquecié al. progresar, en las ‘itimas’déeadas, la inves. ‘igacién de la historia econémica moderna, la definleién de ceapitalismo empleada en la préctice por la historiografia eon vvergié cada vez més hacia 1a adoptada y desarrollada prime ramente por Marx. Vino 2 insistirse cada vez més en el nacl- miento de un nuevo tipo de difereneiscién de clases entre capitalistas y proletarios, en vez de hacerlo en In ganancia como motive de actividad econdmica, al per que se prestaba cada ver mayor stencién al surgimiento de una relacion entre productores y capitalistas aniloga a la relacion existente en- ‘re patronos y asalariados propia del sistema industrial ya maduro det siglo 10x. En general, parece mas probable que fl material descubierio por Ia investigacién impusiera esta tendencia a los historiadores en su bisqueda de 1a diferencia fsencial de Ja edad moderna, y no que la adoptaran predic ‘puestos por los escritos de Marx. Asi Lipson, cuando pretende ‘Que los ‘rasgos esenciales del eapitalismo existieron unos si- gos antes de la xevolucién industrial, afirma que “el raseo fundamental del capitalismo es el sistema del’ trabajo as praca cea ae a TS do Sots Ries (at deli’ ciety ost eee age seh hae Soe eae Ga dates, ee ot eee Boy panes Sven sien ei “iy Sian a en Hate ee SUVS eer ies Jin ees Soa Bt ue ‘cxrmassnco 2% lariado, bajo el que el obrero no tiene deresho de propiedad sobre jas mereaneias que fabrica: no vende los futos' de st ‘abajo sino su trabajo mismo —disinclon de vital importane tia econémice—’."® También Cunningham se acered a esta por {ura cuando ‘ostavo que "el asgo peculiar de Ia organtacion ‘apitlsta de ln indtein es In potion de lay tvaterias pic fae por el empleador, quien contrata al obrero y Te paga Sus Stlavlo: luego él obtiene tna gannneis con ia ‘vente de os Benes"; y-agrega que "la introdueelin del capital puede no products tin eembio muy menifiesto en ns condiciones em que 4 realize el trabajo pero proves un tremendo cambio en las Felaciones petsonales del trabsjador con sus prdjimos cuando ‘ reducide a una poscion de dependencia"” Pero no citcuns. nbis el rming capitalsmo a una orgentzacion. particular de I industria no gue ie ona effin tae sbaredora comerciah, oma “fase en gue ia posesion oe capital 0 Hhsbito de comerciar se ban vuelto Gominantes en todas ls {nstivicones de Ts sociedad”. 1 EL hecho de que nos preoeupemcs por definir un sistema eco- zémico no debe levar a la suposicién de que los limites entre sistemas. deben pasar tajantemente por un momento histo- Heo dado. Como correctamente lo han destacado os que des- confian de tal deslinde entre épocas, los sistemas jamas se ppresentan en le realidad en su forma pura y en todo periodo hhistérieo aparecerdn elementos caracteristioos de perfodos tanto anteriores como posteriores, a veces en mezclas de ex- ‘traordinaria complejidad. Elementos importantes de cada nueva sociedad —aungue no necesariamente su embrion aca- Dado se contiene en la metriz de la antigua; y reslos de una sociedad antigua sobreviven por largo tiempo en la nueva. Lo ‘que sf supone una nocién de capitalismo como la que adop- 2 Beoamie Hor, 9 vl HOE pen weet sin rue haa" Pence ore tee Seta areola con oleae ieclveta in a ter peta py 5 et Par ear ter oa Tl at eee Ee mln 80 et St hole, fuar ‘consular, ipso so wire te "alaee iit” cone“orhnta sore uta ae ast Cy pa mig) Pine Poses of Cento in Bnaon, pis 2478 a eTUn10s Somme mL. Brsaea 8 OL es carmaLisic9 qamente ‘breves, cada periodo histérico es modelado ajo al ie och Brg ws ee es Juanes homogénea, y se lo debe caracterizar de acusrde son sistema homogéneo ignorando les complejidades de ie at primera aproximacién. Nuestro interés principal mo estore Soon go OY ae 9 veel a, 1H maretdo cambio de deen en la comet Geechoe yeh te mh oy fu tinua y que conciben al camble ‘1 ; cambio como simple funeién de cierto actor que se inerementa, sea 1a poblacién, la productividad, mase de capital, {Que [Pueden predisponer al investigador a. interprotay ing "5 RUBWaS con categorias de pensamiento produto de oe cxpreanis0 bi ‘uaciones pasadas, o bien a orienterlo hacia la biisqueda de “yerdades universales”, suprahistorieas, construidas a pavtir de los que se consideran rasyes inmutables de la naturaleza Jnumana’o ciertas formas invariables de “necesidad” eoons- mica o social. Las teorfas del desarrollo forjadas segin el exclusive ‘espiritu de una época” tienen, por Io menos, el mérito de evitar esta tendencia. Pero euiando dejamos de ex- Dresarnos metafgricamente, no es féell definir al punto el tipo Ge acontecimientos mentades cominmente con la expresion “revolueln social”. Aunque una revoluelén social parece con- tener Ia nocién de discontinuidad, en el. sentido a que nos hhemos referido. —de un brusco cambio de direcciin—, esto plerde su simple significeds cuando dejamos de expresario fon analogias espaciales. Si, ademas, tal revolucién ineluye, ‘camo es evidente, la nocién de un tempo acclerado de cambio, Su signiticado no se limita a ella. Los que conciben el cambio como tin simple erecimiento euantitetivo pueden admitir que Wa tasa de crecimiento no es constante sino que esti sujeta a ‘Aluctuaciones, y que 2 veces atraviesa fases de incremonto aceleraco comd en el caso de Ta poblaciéa en le ultima parte el siglo xv, pero sin introdueir por ello en st cuadto la dea de una transicién revolucionaria en que se produjera un cambio cualitativo de sistema, Si sostener la concepcién de sistemas socioeconémicos como determinantes de distintas etapas en el desarrollo. his térico ino es slo conveniente sino necesario —si no se trata de denominaciones apropladas sino que stare a Ia construc- ‘ibn esencial del relato para que sea verdadero—, estonces ello se deberd 2 una cualidad de las situaciones historieas que determina la homogeneidad de la estructura de toda una época y la inestabilidad intrinseca de periodas de transicion, ‘que presentan un equilibrio de elementos dispares. Se deberd 2 que la sociedad esta constitulda de tal modo que el agente Principal de movimiente|y de cambio, al menos en las front maciones exenciales, lo constituyen el conflicto y la inter aecién de sus elementos claves y no el simple crecimiento de un elemento ‘nico. De ser asi es probable que, una vez al- canzado cierto nivel de desarrollo. ¢ impulsadoe por cierta Via los diversos elementos constitutives de. esa sociedad, 10s acontecimientos se sucedan con inusual rapide, no sélo en el sentido de un crecimiento cuantitativo, sino en el de tna mo- aificacion en el equilibrio de Ios elementos constitutivos que termine la aparieién de composielones novesloses y de camm- ‘bios mis o menos bruscos en el tejido de la sociedad, Para ‘emplear una analogia especial: se podria decir que, en clertos. 28 ‘sTUDIOS SoaRE EL. BESABHOLLO DEL eARTALAsoO niveles del desarrollo histérico, se pone en movimiento algo ‘muy parecido @ una reaceién en cadena. Claramente, el rasgo de Ia sociedad econémica que pro- Guce este resultado y que es, por lo tanto, fundamental para nuestra concepeisn “del capitalisma como orden econdmice peculiar, caracteristica de un peculiar ‘perioda, histories, co que la historia ha sido, hasta hoy, la historia de les sociedades de clase: a saber, de soviedades divididas en clases en que, 0 bien una clase, o una coalicién de clases con algin. snterée compartido, constituyen la clase dominante y manticnen un, antagonismo parcial 0 total hacia otra clase o clases.” El hey cho de que esto sea asi tiende a imponer a todo periodo ists. ‘leo una elerta uniformidad cualitative, puesto que la clase que tiene el dominio social y politico en la época emplesra hhaturalmente su poder para preservar y extender est ‘mode particular de produccién —esa forma particular de relancn entre clases— de que depende su obteneién de ingresos, St €l cambio debe aleanzar, dentro de esa sociedad, un punto en ue la hegemonia de esa clase sea seriamente puesta en tues. {in y el antiguo equilibrio estable de fuerzas muestze signs Ge romperse, el desarrollo habré aleanzado una etapa critics ‘en que © bien el cambio que ha obrado hasta entonces deberd ser detenido de algin modo o, en aso de continuer, la clase Gominante ye no podr dominar més y la clase nueva y sscen. dente ocupara su lugar. Una ver producido este cambio en al ‘equilibrio de poder, el interés de la clase que ahora ocupa las posiciones estratégicas estard claramente on acclerar la tran, BiciGn, en quebrantar los baluartes de su rival y predecesora ¥ extender los propios. EI viejo modo de produtciom no sera Revesariamente elimmado del todo; pero se lo reducird de manera répida de escala, hasta que ya no constituya un serio competidor del nuevo.* Durante cierto periodo, el nuevo > Ci Jas observeciones de Pirenne, que revelan un scercamiento 4 esta concepelin del desarrollo disontinto provosad pa ah weeeees Sucealvo do, diferentes clases: "Croo que. para cada peru Siete ‘uetra historia econémica {la del eapitlima} guedé diverse £28 sa let 7 Spat de cones Pn Sue a grup pllasta de una dpoca ng surge el grupo capialine Get ose Precedent’, se sige que 'con eada cambio on ls orgenisacen eens eh rare ue sluln Se Stine 0 plano inclinado sino que tiene forma de eaealcra ("Etcese ofS Hbtoria Social del Captalismo’ en Americen Hicorcal Resiee, TIS de un ite gfoner gue eae ova sco como pre dominahte’persiga “una determinads politica, Pero tas tagine at ‘menos, que miembros de una Clase embrendan Uns’ acesn copensadd cxpreaniswo % modo de produccién, ssociado com fuerzas productivas y po ‘encialidades econdmicas nuevas, puede expandirse mucho més alld de los limites dentro de las que debia moverse el viejo Sistema; hasta. que, a. su vez, las partioulares relaciones de Clase y as formas politicas en que Ta nueva clase gobernante aflrma su poder, entran en cotfieto’ con un desarrollo ute For de las fuerzas productivas la lucha entre ambos al- fanza, nuevamente, un punto eritico. En el siglo xix, en bbuena parte bajo la infldenela de Hegel, ae erey® por lo ge- eral la historia de ivi consiatia en una sue Sion de épocas caracterizadas por el. predominio de sucesivas Galturas RaclonalesSegin. nuestra posiion. ella consist Ins bien, en una sucesgn de sistemas de clas, cada eon ‘51 modo peculiar de extraer ingresos para su clase dominante. aia historia econémica de Bivopa, al meros, hey algo que se destaca y merece uma observacién particular. Es el sor~ prendente grado de. similitud do les principales etapas por ue hn pasado desarrollo econmic La elinitacin seme Poral de esas tapas ha sido, por supuesto, muy lsimll, To fmismo que ol detale del relato y tas formas y fases particu. Jares dentro de cada tape prifelpal. ‘Pero tna unidad tal camo la que puede afirmarse respecto de Europa parece, con toda probabilidad debida « la fundamental simiitud de forme aque ha mostrado'el desarrollo econémico de sus diversas par tes en los iltimes ler siglos. BE interés compartido. que constituye a un cierto grupo social como clase en el sentido a que ‘not estamos refi endo no deriva, como a veces se supone, de una similitud cuantitativa de ingresos: tna clase no se ecOmpane necesara- mente de personas del mismo nivel de ingress, ni las pets res de un mivel de ingresos dado —o aproximado estan ne- fesariamente unidas por una identidad de. mires, Tampoco basta afirmar, simplemente, que una clase consste en ague- Ios que derivan su ingreso'de una fuente comin —aungue lo que gut importa sea ls fuente de ingresoe y no mt magn. tad 'Es preciso sefalar, en este context, algo muy find menial atifente a las raices de un grupo social en una deter. Inna sociedad a ser: Te zlaci det grupo smn un fo on el proceso de produecién y, por lo tanto, con otros sectores dela sociedad, Ba trae palabra: In Uniearelcion que puede fengendrar, en'un caso, un interés ompartido en preservar i cvestionas partlculares (por ej, seceso a la tierra 0 mercados do mano.de dora} y que una mayor fueras les permite despojar «sus Hvala 20 STUDIOS Sonar HL DESARROLLO Dnt CAETPALEHED extender un particular sistema econémico y, en otto, un ant gonlsino de intereses en tomno a ello, ha de sex una Telacion con un particular modo de extraer y' distribu Ios trutos del ‘ttbajo Sobrante, esto es, deducido el que provee al consumo del productor elective. "Como. este trabajo. sobrante consi tuyel a aliepio vith tin cle dominanie considera nes cesarismente decisiva pare su propia sapervivencia su pari cular relacion con el proceso de trabsjor y toda clase cocem: dente que aspire a vivie sin trabajar deberg considerar que 8 ttayectoria, prosperidad ¢ Influenciaproplas, en el futhoo dlependerin de Ia adguisiién de clerta derecho sobre el trabajo sobrante de los demés. “La formaciin de tn remanente, del rodcto de trabajo después de cubrir los gastos de sosteni< Inlento de és", atirmatba Federico Engen, la formecign & {nerementacon,'con este remanente, de tin fondo sonal de Toduccién y de reserva, era y sigue slendo la base de todo Progreso social, poliico'e intelectual. ‘En la historia, hata hoy, ese fondo social ha venido sleado patrimonio de una late privilegiada que, con fl, tine también en sus mason et Poder! pottico "ta diveccion spiritual. Ia forma de apropiaciin del trabajo sobrante fue diatinta en diferentes etapas de In sociedad y estas cambiantes formes fe ligaron al empleo de divers miétodos o instumentes de Produccién y a diferentes niveles de productividad, El pro. io capitalism, ‘segun Mars, “como cualquier otto région de producciin’‘conereto, presupone como condicion histérea une determinada fase de lat fuerzas socilesproductives » fe sus formas de desarrollo: condicién que es, 2 au ver, Fa. rultado y produsto histirieo de un process anterior. Sei ceal parte et nuevo tipo de produceién como de su bese dada; que Jas relaciones de produceién que corresponden a este réginven de production expeciic, histicamente determinedo. rele, cones que los hombres contraen en su proceso social de vide, en la cresciin de su vida social presentan un eardcter cape, cite, histori y transitorio™ En una etapa del desarmello social de muy baja produstvided del trabajo, seria ineonee: bible ts existencia"de un. ingreso importante y regular pace uns clase ocioss que viviers de la producciSn ale calberat gn ella, a menos que se basara en la rigurosa compulsiin de Jos produictores; yen este sentido, como obsorvd gels, i Spin he 8 0 en Dn Cas. sy ise 28 i tr Ut Sn ea ot pe hcg sony ee are ‘ns relacignés ¢ laisibucten’ ‘son. ehencialment Identless elas Shanes aioe Me cosmanasnco st ivisién on clases en una etapa primitiva de desarrollo eco- mic “Hone cers justtcaién hits” + En una sole dad prodominantemesite agricola Jas relaciones decisivas es- ‘arin ligadas a la posesién de Ta tierra y, puesto que proba Blemente la division del trabsjo y del iniereamblo estaran poco desarrolladas, el trabajo sobrante tendera a ser pres- fado de manere directa, como obligacién personal, o a cobrar 4g forma de una clerta poreién del producto entregada por el ‘eampesino, como tributo en especie, @ un sefor. El desarrollo de la industria, que implica la invencién de nuevos y variados Instrumentos de_produccién, engendrari nuevas clases y, al ‘crear nuevos problemas econdmicos, impondra nuevas formas Ge apropiacion del trabajo sobrante en beneficio de los pro- ppletarios de los nuevos instrumentos de produccin, La soci ‘dad medieval se caracterizé por la prestacién compulsiva de ‘trabajo sobrante impuesta a los produelares: éstos. conserva- ‘ban a posesién de sus propios, primitivos instrumentos de Jabranza y se encontraban sujeios a la tierra, La sociedad moderna, por el eontrario, se caracteriza, como vimos, por una relacién entre obrero y capitalista que cobra una forma pura- ‘mente contractual y es, en apariencia, indiscernible de las ‘otras multiformes transacciones de mercedo bre propias de tuna sociedad de intereamblo, La transformacién de Ta forma medieval de explotacién del trabajo sobrante en ls moderna no fue un proceso simple, representable mediante cierto arbol -genealégico por Iinea ditecta, Pero entse los remolinos de este movimiento, puédense discernir ciertas lineas de. direc- cién de la corriente, Estas incluyen, no s6lo cambios téenioos ¥ el nacimiento de nuevos instrumentos de produccién —que Tedoblaron ls productividad del trabajo—, sino una creciente ivisiin del trabajo y el desarrollo eonsigulente del inteream- ‘bio, asi como una progresiva separacié del productor respecto de fa tierra y de los instrumentos de produceiin y su aparl- ‘in como proletario. De estas tendenciss claves de la histo- ia de los altimos cinco siglos, la ultima reviste una significa. cién especial: no sélo porque, tradicionalmente, se la ha disi- ‘mulado, velandolapudorosamente con formulas acerea del pasaje de una relacién caracterizada por el “status” = otra ‘earacterizada por el “contrato", sino porque ha traido. al ‘centro del escenario historico una forma de compulsion a trabajar para otros, de indole puramente econémica y “obje- ‘iva’, con lo que ha echado los cimientos de esa forma peculiar y mistificadora por cuyo intermedio una clase oclosa puede 24 Op. city pig. 845 (ed, eastelana} 32 sTuDIOS SOMME My DESAMOLLO DEL cAPrEALISNEO explotar el plustrabsjo de otros, en que consiste 1a esencia del moderno’sistema que Ilamanos eapitaliseme uw El desarrollo del capitalisma se essinde on cierto nimmero de etapa, cractercadts por dicentes miele Be sae, SS Feconoubles cada una de elt por fangs Sen in isos Pero cuando procurames delincar elastance come a Inka del captllimo, se prem casa ae Sonsideracion en torn la que confine, Seger it eh Si entendemoy por “plain” un mea ech Beducin no podem stare organo eae ase Plmerasianiftaiones Ge un comico de grate She clase de mercaderes 9 r Decal de “sopttione ‘coment Dehence eaperar que se inicie ‘el pevians: opin ey cuando sobrevienen cambios tel mee de pret ae eae fentio de una subordnacin neta se sre at tala 'No "es eta una cuestcn de raise ys a fondo; sigiicn en efecto 0 st estamos or In we, eee Helén de una clase de tetos‘omertantes na eit ng, tna signiiccién revoluelonaray que au sapien cre flard une influencla mucho mency fundamental apes 1 tractus economica dela soistad que ie aparione is clase caplalsts cuyas fortunes 2 gue a Js Industria y'que, i ben una clase dosent en lanes de eiclovts 6 de seforesfeusles po ejemples ees ills el cameo 9 speck vnc eo Sherk Gs improbable due ura case de mercaderes gon Men eee Widad esenciat'la de intermedia entre proauote fen tidy procure converse en una case domes 23am sentido adil ¥ exclusio sie monciondbames Reco ane eet ‘ento! Como sis Tortinaytondotan s Nearest rach eo cen eistente, es mas probble quae anne eee 4 preervar ere todo de producidn no's tanga ge Probable que lachen por Simbricare™ on una fang ate i3,Aleunos, sin embargo, parocen haber emplesdo ol término “ca- ‘istione comercai”’para apilearlo, naa ia mere enatancs ae gaa Gs Galtaes y de mercaderes capccnlzadas en is Stn de ose Sig site al primer periodo del capital, cuande' ia aod SSFeRs (oustng-ove system). Las enftese que tpares a eg se Felleres, desde lusgo, e ete erapea del Wea commana 2 de apropiacién del plustrabsjo, pero no que intenten cambiar ‘esa forms. Si observamos la historia del eapitelismo concebida do feste moto, resulta claro que debemos situar ett fase iniclal Inglaterra, no en el siglo x1 como lo hace Pirenne (pensando sobre todo en los Paises Bajos), ni en el siglo xiv can su co mercio urbano y sus gremios ‘artesanales, como Jo. hicieron ‘otros, sino en la segunda mitad del siglo xvt y los comienzos del Xv, cuando el capital empezs a impregnar la produc. cidn en considerable escala, ya bajo la forma de una relecion evolucionada entre eapitalista y obreros asalariades, o bien bajo Ja forma menos desarrollada de la gubordinacion de artes. ‘nos domésticos —que trabejaban en sus hogares-- por parte de un capitalist, propia del asi llamado sistema de encergos Cputting-out system”). Es verdad que ya antes pueden has arse numerosisimes ejemplos de una siluacién de transicion, fen que el artesano, perdida buena parte de su independencia 4a casa de su endeudamiento 9 frente al monopollo fe mercer eres mayoristas, habla entrado ya en Telaciones que implica. ban cierta dependencia de un mercader, dueno de capital, Es verdad también que en el siglo xiv 0 aiin antes existieron, en amiimero considerable, los que podriamos lamar (pera, cme plesr una terminologia modema) explotaciones de tipo. Kula el eampesino acomodado en la aldes, el comerciante local 9 el trabajador propietario en los oficios urbanos-- que em- pleaban trabajo asalariado. Pero la escala y el desarrollo do estos casos parecen haber sido demasiado. pequetios para ver fen elles otra cosa que un capitalismo adolescente y difell- ‘mente justifican que, on fecha tan temprana, efirmemos a existencia de capltalismo como nuevo modo de produceion ya bastante definido y difundido como para representar in seo esaflo pars otro modo de produccién més antiguo. De todos Puede decirse, con considerable seguridad, que un modo ca Pitalista de produccién y una clase especial de capitatisias especificamente ligada a él, no alean2é importancia decisiva pera el deserrollo social y'ecandmico hasta las iltimas dé- adas del periodo. Tuder. En el desarrollo del capitalismo a partir de entonces es evidente que hay dos momentos decisives. Uno de ‘ellos se ubies en el siglo xv cuando las transformaciones politicas ¥ sociales de ese periodo decisivo, ineluidas la luche dentro Ge as corporaciones privilegiadas —deseubierta por las. in. Yestigaciones de Unwin—, asi como la lucha del Parlamenta contra los monopolios, que aleanz6 su punta eulminante con Ja revolucién eromwellians y cuyos resultados estuvieron muy au STUDIOS Some HL BEGAMOLLO DEL cAPTALISMO. lejos de ser aniqullados con la Restauracién, no obstante cierto ‘grado de compromiso y reaccién que ell’ introdujo. El se gundo momento es el de la revolucién industrial de fines del Siglo XVI y primera mitad del XIX, ctlya. importancia, fue fesencialmente econémica y que se reflejé de manera menos impresionante “aunque por nada del mundo desdesable— en 4a esfera polities. Tan decisiva fue para todo el futuro de la economia ‘capitalists, represents una transformecién tan ra. dlical de la estructura y organizacién de Ta industria, que hubo quienes vieron en ella el parto del eapltalismo modemo or lo tanto, el momento més decisivo en el desarrollo social ¥ econémico desde Ia Edad Media, Pero hoy, tun conocimienta ¥ un juicio mis meduros indican claremente’ que, en realidad, a revolucién industrial represents el momento de. transicion de una fase primitiva y todavia inmadura del capitalismo —-en Ja que el régimen de la pequefia produccién precapitalista estaba siendo impregnado por el capital, subordinedo a él, despojado de su. independencia como forma de economia, ppero en Ia que aiin no habia sido transformado enteramente—, una fase en que el capitalismo, sobre la base del cambio ‘téenico, realiza ‘su propio, especitico proceso de produccién fundado en la unidad colectiva de produceign de gran escala, Ja fébriea, con lo que se consuma el divorcio final entre el productor y. su propiedad sobre los medics de producciin. (0 lo que de ella le quedaba) y se establece una relacion simple y directa entre capitalista ¥ obreros asalariados ero si fechamos de esta manera el origen del modo cape talista de produccién se nos presenta en el acto, al parecer, una grave dificultad. Para ser congruentes no debemos Te conocer, no meramente dos, sino tres momentos decisives en Ja transicién del modo medieval de produccién al capitalista, gue el tercero —y primero en el tiempo— de ellos sefialaria Ia desintegracin del feudalismo? Y si admitimos que ese an- ‘terior perfodo decisive de transicion existié, geémo caracteri- zamos 21 sistema econdmieo del periodo que transcurre entre fese momento y fines del siglo xv: parfodo que, segiin nuestra cronologis, parece haber sido no feudal pero todavia no ci pitalista eh lo relative a su modo de produeclin? Es. verdas i, que el siglo x1v presencié una crisis del viejo orden feu. dal, que siguié muy de eerea al ascenso de eludaces que obte- an cartas de privilegios a un grado considerable de autono- ‘mia local, politica y econémica, asf como a una influencia agrandemente acrecida en cuestiones nacionales, En esta crisis, el modo feudal de produccién, basedo en la servidumbre, re- sulté seriamente sacudido y slesn2i una avanzada etapa de corms % resintegracién, cuyos efectos se vieron en el malaise* de la ‘Sonoma terratenonte en el sglo siguiente. Pero x menos de ‘Gentifiear el final del feudelsmo con el proceso de commu dion tema que trataremas més adelante—, no se puede hablar Stim del fine! del sistema medieval y, menos todavia, del d= owanlesto dela coe dominante medieval. Bs verdad tan- Tidn my reviste sobresliente importanelapara_ toda _com- Prestin conenta de esta transicién-~ que la desintegraciin del Prado Yeudel de producelin ya habla aleanzado una. etapa {vaniads onter de que se cesarolaa el modo captains de eeién y que esta desintegrecién no" avanzo en intima Enda con el cfecimiento del nuevo modo de production en la Juta‘Gel antiguo. Los doscientosy fentos ahor transeurrdos {ntre Biuetdo ill e Teabel tuvleron, lertamente, caracter de {ffamsicion, Une burguesi mereantil babia sleenzato riguezs f inflyencia, Obtenida cleta situsetn de_privilegi, avg en calidad de copsrtcipe antes que de antagonsia de la oblese §, en el period Thudor, se entrevers en parte on Ste, Su aparien ejerelt6 sscass intluensia divecta sobre al Shale de produccion; obtenta gus. genaneias aprovechsno. dc {orencias de precios en el erpacio y en el tiempo determinadas por ln general inmoviligad de los produetores y la escasez de is rectrsos diferencias de precios que intent mantener fasta ensinchar a través de gus priviesios monopalistas—2 Bn tes oficios urbanos y en Ia aparicién de arrendatarios I bres de buena 0 mediana posisin, vemas un modo de produc- tion ‘que se habla hecho’ independiente’ del. feudalismo: in posueia produceiin del trabsjadorpropietari, de "0 ar~ jestno 0 eaimpesino, que no era todavia, capitaista aunque contenia dentro de siel embrion de relaciones capitalistas y 1.5 francés on ol texto (n. det 6), 56 Gh eh ngudo comentario Go Mars? el capital comercial apa seoe como la forme psvores el capital Touche antes de que to Eee atu pero Ja nsma prodoscton, ©. BI desarrollo Tndepene dlcnie y" predominanto dal ceptal como capifal comercial equlvale a fs'no rumasan de le producen al eapial g, por tani, al degsrrallo. ridueién ajena a fl en ndiente cet cepital comer ao ai invert dene, conn anal (Bt Capital, vl ame es Benne: tq tna epee gh Ie umbels ian may frecuentes bastaba ‘promirarte una pequeha‘catidad de, grate ‘Buen precio en Ine resiones en donde abundabn, para vealiar tabu sas fananola, que ere Zee multipicar despues, Hgulendo el mismo ‘metodo, La ebeeulacion ,, contribuyé pues, ampllamente, Ts for= nation de las’ primeras foreunas vorterccles* (Htora ezonéeicay ‘Zovial ae Ta Bded Media, pag. 41 (ed cast ck). 38 [STUDIOS SOORE HL NESARHOIO MEL CAPTAEIENO hasta evidencaba signoe de caer bajo Ia sujeién de un eae pial ajeno a ella, Pero este tipo de economia segul siento nclomento suordnado de'la ceded yer pages nee gue una mayors de pepichee fertegucre, hanaae ent Una renta en dinero. (gue, sin embargo, constituis mie Smee rd un page conmustudiario que ana Sets commie, fstab stu vide, verso modes i stort oval y'subordinada ala; gue, a ben la mayer ne ie Ins ings se cultivaba con sabaje contstalo Ge 86 eases teaba todavia aujeta a una consenble compulsien ae ee Yen buena parte era presto por personas gue sin saneeee Fafen al slaro comno'una fora gaplementiea ny eer Susive™ Go subsintencia El trabajar pote ser oligo 2 trabajar or un slaro legal y tens epeide masses fu allen st permiso del sos local, Yen Sona args HeeGn ilo a enebat «ee hombres bel io be es lo que antes Ios diatnguira de iy eilant aero ioe ae: Ta bertad de movimiento Lap tlacions soil eins 1s nce» su sors yams aoeraro’ en es tho de su eacter medieval; y menos‘ tegument fe frden feudal se mantuvo en bueia parte Suman? Gel Ea aicusn de cierto cambils como los de fines del siglo xint™ merecen el notre de vevluctan se come renudo, no lo en el tempo del cambio, ting eh oa Saas Feidad cn aiferentes tama fe'la Sadana cose sete eek tna cussion decmiva Quicd dea detec dees savara Ct ter inalas interpretasioes, que ia historia det capitan Xs tapas Go's desarullo‘ne presentan necutlanenie ‘lana cronologla pare aierentee paris del pls @ deals Insts "yu, en clerto senda, vera correcto‘menco™ at, no una sola hora del capalians yu fosea pena sine una coleccién de historias del capitalismo, de que todad Besenfan una silsd general Ge forma pos, ade ane a. Eley, una ‘ronaogiaupurada ‘en caenty sa hei heaes ttapas. Bn oir. palabras difefentes reponse te“ingteres (Gen cients: telida hasta lferentes stadeasy (nai Poustine por elempo, los sgt Savy sy ats dees sorias etondmican, al sod como el dette eeoee de erntes nacines'Ge Suropa eh siglo Wit eo watass, Cortectamente, como ti conjnto de Distetieg ev Deena nance feperedes "Eno parece me veroinil «medi que sebeae feos sels y menos verdadero para el presnte Geto ae tele sentido, la pasion del propio expan ees Sg poderose fuern coordina,” Gustto conten a Pals Gomo un fody certo cambio erutal pasts Sees fe cara a fmpresin de ser un proceso tan prolongado, que revoluclén [Eumaen ‘nos parezca una Gesignacion,sndorrecta para. € $Soro en un soctor semiautinomo el imo de movimiento puede fsiinsase mucho mis, nivdamente, Lo significative. le Slocdad con. quo, en un sector dado, certa cadens de car Hos conscutiven to desarvola iuego de eiero aeontecimiento decisive wsveloecad comperada con 1a tasa de cambio de es {on factor en tompos tar normales y no, necesariamente, 1S Jituttaneldad de este scontecimiento yo cadena de con ‘euuncits ua diferentes sestores. Con relacibn @ eto, en Wer= Sia ge nos presenta una importante dstinclén entre transl- Sones principales de wna forma de hegemonta de clase @ ot cige ke yarbablamos~-y aguelas tensiiones menores, que jehalan eigpas dentro del transeurso de un sistema cconémicd flterminado. (a ls que, sl parecer, se veferia el profesor Pr- Senne alvafiomr que. el desarrollo del capitalitmo presen {aba la forme de “ine esesers"), Donde tna. lace nueva, figedaa un nuevo modo de producsin, se converte en la ice dominante'y desnoje del poder a los representantes dl Soo orden econdmicn 7 social, In infivencia do esta revolu- Tian poles debe expetimentarse necesariamente en foda el Sica ebarcada por squelle unided polities dentro de Ts cual sera transerigo el poder y sus consecuenciasinmediatay en Sie" ‘cauneorin plosimadammente,simltineas en tod len. “Presiamente' este cambio del poder police”, por To tanto, de ia citecetin en que st snfluenca se ejereit, en un hivenaconal es 1o-que Confere & momentos como a revo- Tucidn “ingles del siglo x0, In Ge 1700 en Francia 0 In oe 1017 en Rosia, 8 copecial significacin. ‘Bl desarolo del capitalismo a través de las principales faves en que se esinde au historia esto asocida, eeetcal= Inente, a cambios tecnicos que afectaron carder de la po- cela y, por ene motivo, os capitalists ligados a cada nueva fase tendicron a ser, ilelalmente al menos, un esiato dife- rene de capitaliies de los que fenian ni eepital inverti¢o en ti tipo de produccion nds antigua. Esto ocurn, de manera no- fable, en fa revoluciin inchstral, Los pioneros de Tos nuevas formas téeniees, on st mayoria fueron hombres nsevor que Carecian de privilege o de posieién socal y qe entraron en {cha contra ios privilegis de intresesereados més atiguon, fn nombre del Liberalism scondmico, A mendo estos hom bres nuevos debieron procurarse el capital que ecesitaban Para expandise mediante el rcureo de entrar em soredad con fapitlistes do mae antigua deta: a veces, mercaderesfabrca {ef que antes financier indisrins doméstias, istalaron 12 3 ‘serontos Sonne He sksAnnotlo Dez, CAPRALIESCO Dricas; y graduslmente el capital se transfirié de lo viejo a lo nuevo, de manera tal que el antagonismo entre los estratos de capitallstas més antiguos y los nouveaux riches de la nueva {industria nunea fue muy hondo, A su ver, este cambio en la estructura de la industria transformaba lag relaciones sociales Gentro del modo capitalista de producciin: modified radical- mente la division del trabajo, raled las filas del pequefio tra- ‘bajador-propietario, subcontratista, artesano de tipo intermedio. centre eapitalista y asalariado y transformé la relacién del obre- ro con el proceso productivo mismo, ‘Pero serfa un error suponer que estas relaciones sociales, fueron el pasivo refleja de procesos téenicos e ignorar el grado fen qe sus modificeaclones ejereitaron una influenela reeipro- a, a veces decisiva, sobre 1s forma del desarrollo. Ellas cons tuyen, clertamente, la edscara dentro de la cual crece el pro- plo desenvolvimiento téenieo, Sila concepelén del eapitaliemo y su desarrollo adoptada aqui por nosotros es valida, pareciera Gesprenderse que todo cambio en las circunstancias ‘gue influ ‘yen sobre Ja venta de Ia fuerza de trabajo, esa mercanci ‘erucial de todo el sistema —se trate de su abundancia o esca- sez relativas, o del grado de organizacién y de accién concer tada de los obseros, o de sus posibilidades de influencia po- debe afectar vitelmente Ia prosperided del sistema y, ppor lo tanto, el impetu de su marcha, les politicas social y eco némica de los dirigentes de industria y hasta el tipo de orga nizaciOn soclal y el progreso de la téenica, En el caso extremo, esos cambios Serén decisivos en cuanto a le estabilidad del sistema. En los eapitulos que siguen, la influencia que los eamblantes estades del mercado de trabajo ejercitan seré, con justicia o sin ella, un tema recurrente. Muy bien puede suce- er que ella se extienda a esferas que caen fuer del ambito Gel presente estudio, siendo sus efectos menos evidentes de los que mencionaremor aqui. Por ejemplo, dos autores han suge- ido, recientemente, una conexién enire las varisciones del mereado de trabajo y la actitud del Estado frente al eastigo del crimen; esta actitud, al parecer, fue menos dura y mis proclive a eonsideraciones de humanidad en épocas de escasez ‘Ge mano de obra en gue se necesiteba el trabajo de los pena ‘dos, que en épocas de abundante reserva de trabajo en que, por Jo tanto, la vida proletaria era barata.®" Acerca de la in fluencia de este factor sobre politica eecndmica, aventuraremos lun juicio general aunque s6lo sea como hipétesis para una in= vvestigacién més especializada. Parece haber, al menos prima FG, Rische y Kirchhelmer, Punishment end Social Structure, | careranssao Ey face, inticos para eialeser una conenin etre perodos en Sor /BGGGS Lane salodea tose Sende sue epwneon Sudien'y pevodes de ecser de mane Se oe esl 0 tt Sica Sade ‘pertoass on que ta plea tl Bao seine niet fan esil Ge Ubealane cenipto'y una salon Bites, ay Taunus en sulgue poet, pedaponen 4 BEGGS Inervent ena produce pueden so variety ome fas om tbe ep Foon’ chicos pores de eta Belen ‘Una icin que Have aun ipo de infesrenlon Hose evar a obo. Peo cundoy on aysiu sbreving ESSleioncon del Eade som olen Selherads 9 pains Hints odopada‘s is cheunstands nonnals Ge tps do alah partes lr doe pencpnes clean gue ln poveceon, Regen "npoer ma maopto on for do in gre de eg Sits Ceiba La talus de dieing 20 aba {ebetesperr queen una soled copii los efvrso dl Stag or costar snare y set a ihertad de mov Tout al char sorin nore of agitais Ia soava Ue labejo i cusndo alae abundant, Be apoyo de ae thal de‘hue un motive denante del “staat na Ecce de fs ee contol del ereado de taba, ena TNS ce qu la inervenelon estat tend suman en Se de buleg Osdotal on el sige ivy lo comionsoe {E's le scan cs ive de yao de bra (por Sjnopi‘cn'Pancla is ona dedusn ol Bueno destaata Sonar in ogussndoes gman de Pavey, on og fest contol de slate mlante estates) 97 de muah, teal sige que fue, for jmp, on Braet i pre Se Ship, Lettanas {'Coters niente gue el sg =, period se sndantettstve doane de xe de siide nonents Ge i polueon present as sayores enon eller fo fe Bit hiptisis en al anon my veroamie que a Ie 2 Nos referimos bésicamente aqui regulacones y controles de preclude ietne lina aetna sald de cli oe cambios de EXnpleg, comes bajo el sistema mersantiiets y de nuevo en tempos Feclentes yn a leyes del tipo de las Factory ee, de seguriead Encl gu no efecian can alectamente Ine refactonce de intereamito suiueeiin y que, por lo general, tenen una molivacion Yun ado sifereates St, E Hecather,erenligm, vol, qulen sues gue ot Eifso ‘ootive a ln prumera intromision del Bstede" (pag, 190), aue Seg slmpre se efarcit en benetice de Ios macros” (Bag. "10 Hala ef Ahad del siglo av, sia embargo, ba polio ptsial 22 modes Gn Franola y se prosujo tn relorse pafcal’e un regimen de auiogon ‘Slemo grenial Para el siglo sm, ef P. Boisonnade, Le Sociaisme Bice Findusire et lev Classes industriclce on France, 1455-100, 0 [STUDIOS Som m, DESARROLLO ORL EAETEALINEO Dertad florece en grado maximo bajo el capitelisme cuando, Por existir un proletariado superabundante, el modo de prot dduceién esti seguro; mientras que cuando 1a oferta de trabajo ‘supera la demanda y el modo de produccién eapitalista pierde sstabilidad y se vuelve menos Iuerativo como fuente eine ‘#70505, entonces se tiende echar mano a la compulsisn legal Por contraposicién al euadro de una politica fluctuante del Estado hacia la industria, como el que la realidad nos pee, senta, el capitelismo ha sido representada a veces en icha constante por la libertad econémica, putes sdlo en ausencla de regulaciones y controles podria encontrar condiciones de ex. Pansién favorables. EI capitalismo, para este. punto de vista, 6 gl enemigo histérico de la compulsién legal y el monopolio, y éste, el resultado de una ilegitima ingerencta det Estado on 1 dominio econdmico, que procura poder en lugar de abun dancia 0 estabilidad social a costa de’ prosperidad en los nego. clos. Pero este cusdro se asemeja poco al verdadero; y en lo gue sigue destacaremos @ menudo el papel del monopolio en 25 caracteri por un estancamlento agricola pero no por un elrares0, ‘Justo que ei'nivel de tlonics-ageeuls de"gue st'perlis guise no ‘usicra ‘er mis bajo! (AIK. Denmest en Beon, Mistry, ebvero a2 4s, ps 22) "Pcit'G. G. Coulton, Social Life in Britnin jrom the Conquest 40 the Reformation, po. 80, 381-2 'S HS" Benneit! op. ei, po. 184, 185-6, 305 6 ‘sTuntos SOMRE He SREANNOLLO HEL, CAPTEALENEO hhubo una tendencla (que perece haber sido més fuerte en el Continente europeo que en Inglaterra) a mtiplier el ndmero de vasalloe mediante un proceso conocido como sub-infeudacin, f fin de reforaar los recursos militares de los grandes seiores, sto, combinado con el erecimiento natural de las familias no- bles'yreon tn aumento Ge sus stuito,abulto el temano de la Clase parisita que debia ser mantenida con el trabajo exce: dente de la poblactin servil2" A esto se agregeban los efes- tos de la guerra y ef bandidaje que, casl podria desirse, eran parte inteprante del orden feudal, y’ que abultaban los gastos Ee'las casas feudales y de la Corona allpar que dejaban yerma Y devastadas las tersas"* Mientras Ta exaccion y el plllaje de bhlltaban lng duerzas productives, eran aumentadss Iss exigen- clas que el productor debla satisfacer, La serie de Crazadas {ajo consige un especial crenaje de rentas feudales en este periodo; ya medida que avanzaba le edad de la caballeria, Eurentabn tambien las extravagancias de las easas nobles ‘gue rivalizaban entre ellos, con sus fiestas Zastuosas y sus cos {loses ostentaciones, en el culto de la magnificentiz Al prinel- Bio, el erecimiento’ del comerefo'con el atractvo de os artcu fos’ exéticos que introducta y las posibilidades que abria de producir un exeedente para el mercado, reforsé la tendencla intensifier Ta presién feudal sobre el campesinado y, como $a obeervamos ef siglo xi en Inglaterra se eingularizd por un Incremento del trabajo forzoso en los seforios més extensos J, nepal nla Herr tonarcas Un tesimonio conten ordneo se queja de que los sefiores estn “destruyendo a Eerpesinos Gon exacelones tall” y que “les imponen tales mediante la fuerza y In opsesion”.* Probablements fue éta Ia Tair de ese cambio que advertia Vinogradoff cuando expresaba ‘Que “la voluntad e influeneia del sefor es mucho mas niica ¥ poderosa en los documentos de fines del siglo sas y del siglo Say, que en los registro anteriores"=° Al mismo tempo, es Bo- sible que fos seforios menores, que encontraban dfiultades pra obtener trabajo servi, tendieran a fomentar el pago de Fenlas en dnero de parte de terreaqueror y, donde ello era posible, « contratar el trebajo asalariado de hombres libres Por Io que respects s ls magnitud de cieros esablecimientoe dis eins les ad SHAE es abeteecones de Som Sst Die Moderne Kepitalenay, vol kp. toot PC ies ekservaciones eM. Bloch, as Soveié Péodale ex cae sce gt le gqupernemant Ser horace 9p" 16-4, lay sac catelin= iat ‘ig setedad feutol, UTRHA] Vaden tambien nota do pe GE 3 er"S ‘Bence op. ey pp 186-0 tambien, p. 15 3 Valictnage tx England ."48 t sus pecumacibn nex evpassneo 6 cultivar la reserva seforial® En Francia, en el siglo $oces aisles, como la del bate de’ Cluny, demunelasee'a ios fprescres det cazmpesinado quienes, no conforms con Ls cars {as tradiconales,exigian ottas nuevas, adicionaleas™ EI resultado’ de esta mayor presion fue, no slo matar Ia gallina que ponis los huevos de oro para el castle, sno’ prot Yocar, por pura desesperacién, un movimiento de emlgrseioa Hoga de ig senorios: deserclon en mesa de tos productores qe habria de suecionar ia sovie viel del sistomn'y provocar fea serie de crisis en que se debatiria In economia feud en tos Slgloe 2av y xv. Bota huida de la tlerra por parte de los‘vilanos fabro a menudo proporciones cstastoicas tanto en Tngiateta, tomo fuera de ella y contruya, no sélo a inerementat la pot blacin de las nacientes eiudates sino, en epost el eons tinente, a generalizar la aparieion de bandas de saltenlores del vvagabundaje y las priédicas jacqueries "= En Francia “cuando el setor se mostrabe inflexible, su the rma era abandonsda: ello significaba el éxodo ce. toda una aiden 0 hasta de tado un cantSn” y ia “deserclones eran Me revosss, continias"® Bor ejemplo; en el siglo nat lav habe fantes de la Te de Ré desereron en masa a causa de Ta sever ded de su sefior, viéndose éste cbligado a hacer concesiones A fin de retener alguna mano de obras" Lav setoren a su vee fn los sigiog sar yaa reeurreron a acuerdos de’ asistenca Imutua pera le captura de slervos fugitives: aeuerdos que ee- fablecian un intercambio de cautivos 0 eonferian ef derecho de persegurios en el terstorio de vito senor. Pero tanta grax vedad adguiré el problema de ts fugitives 9 era tanta el heme 2 Keeminsy, toe. et 5 Cit Levasveur, Le Population Pranguse, vol. p. M47. Pirenne efisl una situacign de. dicultades financiers para’ Bisones"y woe ‘ilepo’s media de silo am eno cntnena. (Op. st, 6B) ‘ dacaueries: levantamientos esporadicos y por Io general espe gznizadat de campesinos en ubelia aogued dengna en Francia a Empesno ST fegslaciin ingles impuso severas pense a semejente aban- dono de Ist ‘Sbligaciones feudalex: penas qu incuian prison mat as inamantes en le frente. Hasta habia penas contre el aptendizaje 4G un oftio por parte de los adeeriptos un sufrio; y tolo homie ‘Que poteyera terra de-menos de £90 de progussidn anual ten ‘rohbido colocar's 24 hijo do aptendiz en un oiiee (Benton op et 9. 22). Ch también Lipson “Zl sistema curtense no fue. secavads or la conmatacen ino por Ie dipersién del campesinado. "Le ‘dambre ep ingutern" Seon Wisory of Bnslands wl Ceaad Ne, a) ed. de 10st pp. 7 7 ‘SA, Lucha, op. city pp. 407-8, 1M Tid, p. Aor 68 upto SOSRE HL DESAMOLLO DEL caRmaLIsMO bre de mano de obra que, no obstante tratados y mutuas pro- meses, se desarrolld una’ efectiva competencia para atracr y seducis a los slervos del dominio vecino, Io que implicaba hecestiiamente hacer ciertas concesiones, que impusieron sus proplos limites al ulterior incremento de ia explotacién feudal. En eiertos casos, un sefor, para Tepoblar su tierre que habia quedado desier'a por su propia opresién, se vio obligado a ven- der franquieias, ponlendo mites a las execciones sefioriales, ‘a cambio de uma Fenta o un pago en efectivo; y en elertss pro- Vinelas de Franela se desirPoliaron de este modo clerto nile ‘mero de comunss rurales, formadas a partir de una asocia- lon de alideas, que poselan, al igual que las eludades, un alealde y una jurisdiceién propios* En clerta medida la eodicia feudal de mayores rentas se satisfizo con un ineremento de poblacién; y el hecho de que se produjera cierto incremento de poblacion hasta 1900 AC. indica que, hasta entonces, existian ciertas aress en que se isponia de nuevos recursos de tierra cultivable o bien en que J presién de las exacciones feudales no habia sleanzado sin su limite, Datos sobre poblacién de esta época, los hay esea- 808; pero, al pareeer, hubo un considerable aumento de pobla- igh tanto en Inglaterra como en el continente, en los siglos Xa y XIE” Eslo, es verdad, contribuiria a proporcionsr més ‘trabajo en apoyo del sistema y proveer una renta feudal adie ional. Pero, excepto en areas donde el incremento de pobla eign se ecompané de un aumento de tierra cultivable a dispo- eign de los campesinos (lo que, a su vez, hubiera exigido mayer cantidad de animales de tiro y de instrumentos en ma- znos de los labriegos), el resultado eventual debia ser, nece- sarlamente, a causa de la mayor opresién sobre la tierra dis= ponibia, un aumento de las cargas de los campesinos, En el curso de la Edad Media, es verdad, se hieleron considerables intantes de extender el dtea de cultive. Hubo eiertos denodados esfuerzos de colonizacién y de recuperacién de tierras, 2 que mucho eontribuyeron elertas érdenes religiosas como les. de Cluny’ y los Cistercionses —como también Io hicieron en la conservacion de caminos y el fomento de los oficios—; en In- ae ee | sua BECLENACISN br EUDALISCO er Jaterce, se arrebataron tierras sl desierloy se practicaron ‘EeGnontes en ln selva sigen; en Planes, se recupertron tie- res al mar en el siglo ts en Alemania, se drenaton los pan {anos del Elba, el Oder y' el Vistula, Pero, en general, bubo owas incentivas 0 vecursos pera mejorar la terra, 7 exsten Rufentes testinonios de hambre de teres hacia fines del Siglo mu para interr que ls extension Gel aren ce titra eul+ fivabie marehaba reeagaca rexpecto del aumento de poblacion Yy gue, salvo en pocos lugares, probeblemente fue. demasiado sche para compensar la tendenea al escenso de ka proseti- Vidau Get trabajo, Prestin sobre. suelo se svanifettana ya tn los Peises Bajos, en Soon, Renan, Baviera y el Til, fala 1200, 9 constteyd un factor decencadenente de la mic fractin hacia el este; ademés, se ha dicho que at finale Eglo xv “los limites de obtoncicn de lerras sobre suelos boesoros de Alemania del porestey del Interior de Bohemia, Ya babian sido alcanzadoe™ Despuss de 1600, sia embargo, en la mayor parte de Ja Europa occidental, Ia poblaci, en vex de aumentar como Io habla hecho desde 1000 aC, parese haber inciado una pro- fnunelada dectinaclin.™ Que ésto se ligara a un descenso de Ta Drodctivided cel trabajo en las terrae de eampesinos& east el aumento de poblaciin de sigs anteriores 0 fuera resul- {ado directo de un incremento de las eargas feudales del eam pesinado, e& imposible determinarlo. con alguns certera, Que igi nexo hubo entre estos fendmencs, parece iuy probable. De todos mods, el efecto inmediato de esa declinacion fue amenazar Ia socieled feudal con una contraceln de renias y presipiiar Io que puede denominarse une crisis de Ia economia Feudal en el siglo sav. Este descenso tanto de poblaciin como de rentss feudates, ze atribuy6 por 1o comin, de manera ex lusve,& In deverestin provocela por las guess y Te peste 5, Westfall Thompton, Feudal Germany, pp. 408 y 521: "Ea et siglo it, en clertos diteites prospers, fa tierra parece “haber ale de die ae of arg eso el loons con pe. Tcremento de ekisdor del 30" 'Nabnois en Camb, Keon. History, vol I, p. $06 3 Denton indies que, en Tagaterra, a poblacion, detuvo su cre~ client hecia fins del teinado de Eavardo It y_dleminuyé ego ‘promuncisdaments a mdiador el siglo sov, pare” tender despues @ ‘Permanecer estucionars en un nivel spense superior la etre Fegce Erna en el Damerday basta el advenimlenio de Enrique Vit (2~ and Sn. the. tenth, Centry,'pp. 0-0), Puree, cela peta ‘Buropa en general on ol Siglo Av, que ingresabe en un periode “que 4h no de declinacion, pero st de inferrupelan de tole avance” Coc, 2p 1). en | Guerre y peso tavieron, claramente, mucho que ver, Pero asso que lt declinacion'e ilo uncs Geena nate ee Elida deta Peste Negra, evidentements ta sakes ‘lcs El efecto destrctor de la peste isms dei ae a Sido avieado por ln desmutrilén la poblacén (pace i aoe, teldad 2 eauts de peste fe, al prec pr aea tuyor entre el pula) las hamblungs ele coon tes vielinas & cts do lo ausenaia de reserves, Cieton tea Ionlos tnaiean que en Inglaterra se iis ‘une Secineaes agricola poco después de 100°" y, probablements, is ies $uceié'¢u Franc hac esa pce, En ngleere eh se 25,10 despoblaiin del campo’, con eli, In reese Bajo, hablan progcesado, adm anfes Gola Pests Negra hers Gl pinta de provecr una sera contsacelan oe an Seine alts uns lendecia no & mejorar Ia nestva Sefer sen a contro, reducit Sue ‘dimensiones mediante armen campesinos. Hoy parece claro que eile arviends de henna los fu expreién de xis ccomica antes que ule deena eretinteambicin de comerear y' de. progleat ot oe spinment se lo atibayé en el pastda, En cf sighs fe to, {Eanes Indian gue se produjo na reduceen oes te cullvads, pues se restaom mds terres es dominion ou srrenday'e campesinos © aunty dBi, or clempio,sfsln que. oe clan hablan eta aumentando durante una Bepersin anes aoa a atl tad RAE Be Bee we sp pe lat ect tas ares OCS, Gata Is exigencia de realizar, otra ver, faenas gratvites Hiei Sree SP Soares, Me ea So pyle Caumsoy em de eae © Poste Mi,Pastam, en Zeon, Hist Review, mayo G6 1888, 2 profesor Bot ee een real He ‘FUG efecto fue socavar més ef poderfo de la ‘nobleza feudal ° a ee marece haber caracterizado al feudalismo tambien en anteriores. endo personajes de 1a’ Corte miombroy dole Famlfe Meat Sgeluie gl principe ‘do. Gales ye ou relatos des tekiee ak como a “a maniisims consorta “ae Eduardo Te if a mictsvactos De reupaussiso © a Francia, ls esceser de mano de obra parece haber sido cn fecha atin tds lemprans, feetor linitante de ia extension {el eultivo de reservas sefotiales No sélo ciertos sores bar ban hecho grandes ceslones de Serras a vasalos y Honbres de res, sino que también hablan arvendado tiertas a poquehos ferrasseros a cambio de sna pertcipacién en la costeha (Cs ‘ures a champert). Mencionamos ya el intento do retener tra- Befadres ei ista como fuenie de renas mediante eam eipsciones parciales de servos a partir Gel sigo sim tendons ‘a que entontramer no aGlo en Francia sino tamben en Rez ‘sania y en andes, a veoes mediante manumision indieiual Y otras veces metisnte ls vents de la emancipacén a. tideas nteras (en Bargoia, donde el campesinago era expecaimente pobre, a cambio dela renuncia de parte de nos fierras en favor el sefor). Al lado de esto se tatifests sma tendencia a tror ter servicios de-corvéer sobre Ta tierra del efor pot pelos tx dinero o en especie. Pero estas medidas, que el seer for ra las més de as vooss abligado por revels y hudas y ‘ho por su propia inicitiva, no bastafon para deteaer la te deneia al despablamiento. "En todas partes (ce Tetiere a Fran: cla) atdessenteres, = veces durante generacones, fueron bans donades" y le selva, cn ciertas ares invadio antiguos campos 4 viteis® “los doe tims sigios de la Baad Media fueron, ce {oda Europa occidental y central un perfodo de ‘matestar rar ¥ cespoblamniento"* a la Alemania oceifensl 9 cental re- ito importanca la migraciin hacia el este que se habia nie ‘lado en el sig x con # aractivo del movimento colofeador patrocinado por sefoes guermeron y por in Iglesia las nue ‘va teres allende el Eba: colonizasign que gobro'fuersaiue- 0 de Ia “oruzada contra los vendos” (esa “sntestraiezla & fanatisme ¥ codicia de teres, como Te earateriza West (Bandes del pais y también slgunas personas de menor condlciin ‘Enlan us prplas hombres, juramentadoe en st Servicio dispuestor 5 odo jo que te Tes manda, que canst tn las naradas ms mons ‘ruoeae, como apoderarse de propiedades ut olror bienee a ave Di ss ‘kos nj tes feclamentes que pagaban a tus amos a fin'de cer ‘prot ‘epider, tenlan titulo algun, Aterrorizeban los ogiimos propieta= Hos, jos jusces y teibunales, seeuetrando, apalcando y mullando.@ Todo oponeate:" (J.J. Jusserand, Eng. Wayfaring Life ta the Middle pene abe, Flt, Blody Les Caracteres Originaus de Vhistoire rerale fron gic, yp, 117-18; tambign pp. 10-100, 10h, LILI: tambldn Camb, eon. Mist, wol 1 pp. 208-851 y ‘Bloc, ‘La. Sooite Peodale: 1s fore sation des Wens de Wependance, bp. aa2-b (ed cst cit, pp, 309 y $2 Hlacia el siglo avila acltud de low sefores hacia a maiiinsion Se ios slervos te habia endurecido y"Ia buena volunted doj6 paso & in opo- ‘sin frenfe @ noevse conceione, 0 [eTuDi0 SOSRE EL DESARWOLLO DEE CAMTALISMO ‘Tompson Seo por resultado el paca exesno de ls taibus subyugad asl com una imperiosa necesised de recerens Serameo detoes pce be eee en Ge eemoe Blas eos eaves que ants pageian coon fo tention, Aine peer es Een ae cea lens conetions esplaies preg eat chong Het iSite he gue i einer Ue tabejatoes es dens, By aE Stl y "Wastin sig hare Hsea'y Mme Be Soot batten ius cigar La tonslants ageneae (ogame obucén det ttn, en copes! ef a nego esac operas sudades 7 Binge pplication ae Poles ian Se conti cok In Eime rrenea Sa nado a tilt taba prelates come fee Cee Ee Ta dectoastn del sul de resreas oberg of hie nla aces a gual us dee teen oe es ae, Tetucr ou exgenan ob nabajs gra ¢'ohtae eae ios tertngueoe de abantoney nf sees ena Progra fiemente dspute del Saleen sing La reacsién de la nobleza frente a esta situactin no fue uni forme; y precisamente, de Ia diversidad de reacciones en dis tintas partes de Europa dependen, en buena medida, las dife- rencias de historia econdmiva de los siglos posteriores, En cier= fos casos, a fin de atrser o retener trabajadores (como en pate ‘es de Francia, en especial el meridién, después de Ia Guerra e los Cien Atos), los sefores se vieron obligados a hacer concesiones que representaron una mitigeclin de earges ters wiles y hasta, a veces, el reemplazo de una relacion obliga teria por otra contractual, corporizada en un pago en dinero. En ottos casos empero, respondieron eon un refotzamiento de ceargas feudales, con medidas més firmes para adseribir los siervos a le gleba y para eapturar fugltivos, asf como reime plantsndo obligacioies serviles donde antes habian sido mitic 4gadas: he aqui la “resecién feudal” que tanta discusion ha sus. sitado, En Europa oriental fue pronunciada y exitosa en grado sumo, Hasta en Inglaterra esta comprobado un intento de’ ati ‘mar los vineulos de la servidurnbye en el siglo xv. Hoy es oD! rnin corriente que esta respuesta frente a la escasez de mano ‘oo, “1% Westtatl Thompson, Feudal Germeny, pp, 400-39, 488, 501-2 FL, Ganshot en Camb. Boon, History, vol, p. 296 | 1a peeunaciés Dex FuDaLIso n de obra que sigu a Ia Peste Negra fue mengs sifundida de {8 gue sulin suponerse'y gue saree veces Togro un éxito muy Bronde, Pero que el infento se reais, en expeclal en cierts STeories mondstoos,exté bien claro." Citamoe ya ejemplos del Sirtuat renacimiento de Ta servidumbre sobrevenido en cletas partes del continente europeo' To encontramos en Disamarca ¥ [br Beleencs ast como, mis tarde, en los Brtados Balticos ¥ Masia, en Polonia, Hhngria y Bohemia, En Espaia, moros ¥ Jhdlog que tabajeban en los sefiorios fueron reducos a ser- Niduimbve y la suerte del cempesino era desgraciada tal Punto que leg a earacterizireela Iuego de “peor que la de tm Jaleote Hasta ae produjo cierto tenaeimiento del tratco de EEavos en el Mediterraneo a fin de abastecer de cultivadores So tenetenienien™ ‘Bvidentemente, factores politicos y sociales desempefiaron ‘aqui un importente papel en cuanto a determinar el curso 4f jos acontecimientos La fuersa de Ta resistencia eampesina, pater polio y mliter de seRores locales te sin fers ci Sas, volvia mds flo mel! doings Ie Yxtencia ‘ampetina e impedir por fa ferza el abandono de los seio- fog esi como el grado en que el poder Ge In realeza efereo Br influeneia para fortaecer la autoridad eetorial 0, por_el Eontrarfo, aprovechd. una oportunidad de debiliter la pascion de seviores rivales de Ta noblera, todo esio revstlo gran im portancla en cuanto a decidir al la respuesta de los seRores Bite Ia docercion y” cl cespoblamento. serian Tes concesones una renovada coereién y's, en ca80 de intentarse esto Ut flmo, lograrian éxito. Clertos autores, han expresado la. opi= ‘lon’ de que, en Inglaterra, tos Jueves y’ Tos eibunales del Tey protegieren (cin duda s6lo'de manera parcal) los derechos de © A saber: on Canterbury (donde comenas antes de 1330), Bly, Ccrowlant, yen cleroy seforigs el Obiepad de Durham, Deve re- (Grdare, por lo domls, que el Batatvto de Trabojadores de 1581 0 Slo ‘Satera “Go de" alain igo gue imbln biznba Servir au amo todas las personas’ pobres:fueran siervds 0 [res T'per que rertringia sw tected de movimlentos: sem, certs dee {eggs de le tbunslen superiors con reann 5 st cumple, Galleian due in ser podia teeapturer a un" vlan no-cbstente Sexlencis de gr cents de teil eee tte y oto erpenr {Bn indica que ‘ln maguinaria de los teibunsles @ sefrio’ ze habia ‘Fuso inadecueda para Ta taren de tecuperar vilenos fugitives ¥ que joo seforesnacesaben otros recursos para, gotoner_teabatedates "y fhe, or lo tanto, el gobleino central remediSies esta stuaeiin” BEbllen Enjreinet of the Suet of babes, pp 2h t= 8 GPCE Bolssonnade, op. cit, pp. 32546, Tamblin J. &. Schapiro, ‘Social Reform andthe Reforniation, pp. 54 slgss 4K. ingra™, History of Stovery end Saljdom, pp ite'y sles n YoTUDIOS SOBRE HL NESANNOLZO BEL cAPTALESHO ‘os villanos contra actos arbitrarios de opresién de sus sefiores, ‘al menos cuando estos actos no estaban sancionadas por 1a ‘radicién y de que, en Francia, el trlunfo de la monarquia absoluta, cuando sobrevino, contribuyé a limitar el aleance de Ja “reaction feudal”. Por el contratio, los territorios del este iol Rin (hasta legar a Polonia y Moscovia) no conociezon un poder central comparable, celoso de la autonomia de senores ¥ principes y capaz de poner coto al ejercicio deseontrolado, e su autoridad, En Europa oriental y Espafia pareciere que tanto el poderio militar como la autoridad politiea de los se ores locales siguieron siendo relativamente grandes. En Fran ia y en Flandes, el feudallsmo habia quedado seriamnente de- bilidado can la Guerra de los Cien Aios; empero, en clertas partes de Francia le sutoridad politica de lot sefiores se mane fuvo al parecer durante elerto' tiempo intacta y, sobre todo, Je Telesis, como organizacién internacional muy ‘cohesionada, conservé su poderio. Hn Inglaterra, los barones, que. munca hhabfan sido muy fuertes en relacién a la Corona (pues ésta, ppor virtud de 1a conquista normanda, se habia asegurado und Tuente independiente de rentas con Tos extensos sefiorios que pposeia), se debilitsron més con las Guerras dle les Dos Rosas! tanto que Jos nobles convocados para asistir al primer Parla. ‘mento de Enrique VII eran poco més de la mited de los eitac dos al comienza del siglo, Pero factores politicos de este tipo, si blen pueden haber coadyuvado, dificilmente pueden ser considerados sutlelentes para explicar las diferencias que muestra el eurso de los acon. tecimientos en diversas partes de Buropa. En Moscovia, la eet ‘alizecion politica y et doblegamiento del poder de’ los bo Yardos marcharon a la par de una intensifcacién de la servi @umbre; y si bien en Francia el surgimiento de tuna monarqula aabsoluta ‘puede haber puesto limites a la reaecién feudel, no Ja elimind (al menos como consecuencia inmediata). Todo {induce 2 pensar que el resultado estuvo determinado en ulti ‘mo anilisis por factores econémlcos. Pero no disponemos de muchos datos seguros con relacién al eatéeter importancia 18 Sin embacgo, Kosminzky niega este hecho (y antes de él lo Iicleron eopesiaisiay como Palock ¢ Malang) sitenlendo' gue M1 dere nin ineés defends sh darth de is sete" oxee meata® Iatcanget de fos vilinos in restciciones ae: negate "a Sits demandes go vllanor contra ats sefsnesCgiatsta Sete 8, 4a" ook, pp, 2069). La protescn, cuando ax te press oo fees Posterior’ Brobablemenie, provino. de. tes tribunals’ foros ‘Sates ‘ave de. los Elbunales de" derecho ‘comin, ML Bloch, "op elt, 9p. 188, 198 Denton, op. ity Bi a {Ea BEELEUACION DL FEUDALISM 3 isos de ess fatores. Un factor que llama inmediatemente Ee“Stencin er el po prevatecente de caltive. For ejemplo, tn preominio del pastreo sobre Te sgricultura ingle, vie Gentemente, sobre el ansia de los sores de faenas grauilas, Sx! como, ¢ su vee, estar inflaido por ln ecanes 9 soundan Gia de tabsjadores, Grandes zonas del oeste y el norte ae ngleterra eran splay pars la erie de ovejas asi como para ‘lidessrrolo del comercio lanero y ello, evidentemente, debe de haber predapuesto les setorer de estas sonas'a Tos pages fn dinero, antes que a las prestacones obligatoras de tvabefe ‘que hubleran sido necesaras, en eantidades mucho mayores, domo base para el cultivo de’ dominios arables Hn el eeso a Bohemia, uh factor sobre el que el doctor Stark" ha Hamad da stencibn, fue In necesided impuesta por el comercio exper. ‘ador de granos y la estrecher del mereado ‘interno, de" un caltivo extenaivo to mss barato posible. De haber prevalecide dun cultivo més intensive, Ia eslidad del trabajo hublera sido ‘mis importante que su baratura y, quicd, no hubiera preva, {eldo Ia prefereneia de los seRores por un trabajo ‘gervil sompulsive en grandes letfundion Que toto por si so di ‘mente puede sceptarse como explicaién sitsfactoria queda ‘nsinuado, sin embargo, cuando consideremos que la elecisn de métodos extensivos de cultivo en fal caso debe de haber ‘stado deierminada, a su vex, por Ia escasez y carestin de ‘mmo de obra para contratar (o alternativamenie, por la di ponlbilidad 0 no de lerrazgueros arrendataros potencies que Eultivaran is tierra a cambio de lta Tenta en dinero) en Tee faci a la sbundancia de tierra; y que hubo atros cess, ejemplo Inglaterra y los Paises Bajos, en que una oxpor: Tide granos en epansién coexisto’ con ‘une tendencla ‘eyo enlado final fe sbandonar les coroces En clertos casos en que Ins coroéesfiedas por Ia costum- ‘re eran livignas, puede haber resultado diffe aumentarias; en esas condiciones, una conversion a obligaiones en. dinero podria constitu una manera de inezementar las obligaciones Gel siervo, cosa ms aceptable para él porque le ofrecia mayor IWhertad personal y, de este modo, preeentaba al sefor 1a Tea de menor resistencia. Asimismo,e& un hecho bien conocido que ft trabajo compulsivo podia remitar mucho menor eficiente 8 Stare, op, i. Tne siglo sam, en Inglaterra, ol crecimiento de Ia exportcion de granos puede haber Teforsado efcctivamente In eorvidusbte, Kos Fpiny dstase que, en See sign a product pars exporter seforsb Et ervidumbre, de manors mis notable en las Pegionesexportadoras ‘de granos, en iar Midlands yl valle del Tames Gide pp. 227) 4 STOoIOs Some HL BESANROLLO BEL cARTEAESSO sou elt lesan Parla steal el de SLaDe repre clade 3s epee adic sper ee Saetieg one ewe erg 7 big een curios SOS an Sov see se orion, Behe ate el een eine on aut SSI Surman caer a he a ae seattle on CM aeroplane Teas SERS gua fame mas loans 3 eo oS 0 ig ha tae eg ee ea 5 Ras te cee lene agua SECT Soler Sndeon ae’ al ts cute cerns ol or aaa eed PRLS, Statice as Ge wre ano a ery eT tg on Sale red pare tony eae ou Se Prsntabn SETS ar li om ance, Sunmennel aie Sc en de aguas ce oe nate enamel (la leone une ee sehsSeli eg teins pale et ee tee ee el ol oi ee ar {ALB Lavell Resls ofthe Black Dect en Oxford Studie in Sociah at Lap Hist ol Wg vaiianas so ce tigen A Romig, ngtle Deer 23 yap. 688 ye ME Pont en Pade AOL MEN soe ba 1 pretmeacréo mes rxvpauisnso 6 to), entregando al sefor el producto de este tempo adcional {2 isabao (olen el prodclio de nu venta ene mera l- fai), Pero el nuevo tipo oe ello del domino prerentsbs uns Gliarencia eon el antigo. Todo tiempo de trabajo dedicado al dominio bajo el regimen de le corocesexa puto excetente pa- fs el sedoe (parte de ines pocos gastos inskdetale, como et jan y la cervera proporconados a los coecheros en Toe eam Boe, que ya menclonsmos). Bl productor no. exteta a Mb. Etencia del producto de ete trabajo, sino del tempo de tra bbjo empleado en sa tenencia propie, Esto kim proporcio- Pate, por ni decile, el "Gesembols” del sor: Ia tar asig- hata’ ats siervos, ue ésts eultivaban para si ye] fempo de rabojo que el sefor no reclamabe sino dejaba a dlposiion de ous stsvas, para subsitencia de estos, Con este metodo, por lo tanto, elveultivo del dominio pocia serlfar rentable fon con un bajo nivel de productividad del trabajo. La be Drodictividad reduc In eabtidad de producto cleponbie para limentar al produstor y ¢ au familia at como el tama del Droducto del sefor (dada i tvs del tempo de trebejo del Borvo, enlse trabajo. para st y trabajo obligeorio para aa fimo). Del mismo mode, bejo el sistema de apsreria, de par- fieipctén en los producto, las malas eosechas empequetetan por igvel in parte Gel cempesino ya el terctenien', pero fo hacian deampareser por completo esta tltima mientras exise tiesa un producto neto que aivitin. Pero bajo el evo ipo ce bulive del dominio. ext preciso, primero que tolo, comprar fon salarios Ia fuerea de trabajo; del producto de este tra- thjo debin sustraesee el equivaente de’ estos sleron, antes de que emperara lo que consltuca Un exceiente para el seior Para gue este nuevo tipo de cultivo resltara vetajoso —yara gue iserementare el excedente dsponfble como rents fetal Bsjo los mctodos tadicionalee~, no bastaba eon que el taba jo acaaviado fuera més eficiente que el trabajo servil compul- Svor La productividad tenia que haber alcanzado un cleo nivel minima, Puede decire, en resumen, que las preconel- clones’ e tsa conmateién Ge trabejon obligtarice yee In transicién al cutivo del cominio mediante trabeio esilarfado foeron dos: In existence ine rerenra de trabajadores (a fuer abejdares in eras bin con ta Inginte para proporelonésles sustente, como. ia masa de los, "otters Ingleses, que dispusieran ce tiempo de trabajo) y que el nivel ds prodactivind ce exte trabajo seslavato fer, en conse rable proporeign, mayor qe tus lars Esta “consereble DroporeiSn® que debia alcanzar e? excedente engencrado por E'inmevo. moto de producciOn era una especie de minimtim 8 STUDIOS SORE HL BEEARROLLO DRL ERTEALIENO sensitile necesario para que los dueios de terrasse sintesan incitados @emplearl, A veces, como es claro ete margen hae bra debido ser muy grande pera superar un naturel conse valismo y persuadir @ los duatos de terras de que el culo mediante abajo asalariado presentaba ventas sustancales Y permanentes. Pero en el caso de finess que siempre fabian Experimentado escasee de trabejo servi, el hecho de que tee baladores aalariados pueran productr adn tn estrea mass fen de excedente por sobre el equivalente do sus propio aut laviosbastaria quiza para su adopen, sempre ave pudions lsponere, tsitinente, de una reserva de trebjadores. Nos er ontramos, a ln verdad, con la paradoje de que, com slo que fe hublera aleanzado este mvel Gecsvo de productvisad on sellin al precio del trabajo aslariado), ef tabulo ssaaniago Podtia haber sido inclso menos efiienfe que el tabese see “il esultando empero.ventajoso su amples * sia, condicién que’ hemor pestulado para que aparezca una tendencia ala conmutaclon por iniiativa del seier pods sSlisfcerse por ser el trabajo excepelonalmente barat, oben excepclonalmente productive con releiin a los niveles pita, tivos de Ia epoca. Pero ademés de ser barat produtive, do: ia eneontrarse disponible, eon gran sbundancis, nel empo lugar reauerices, De agit se desprende que ie tanscion at ‘abajo asalariedo tenia més probabiidades de" producice ot UUpos de cultivo en que el producto net del trabajo ere clevae 0 ¥ gue era més probable que se conservara el tabefp seid donde prevaleian tipos de cltivo en que la roductivided del trabajo era eseasa o bien en petiodes de ia storie conden ep gue los métodos de-produceion no hablan progresuso mia alld'de un bajisime nivel (siempre que esto no etuviers com. Pensado por el hecho de ser el precio del trabajo aeiasado proporsionalmente bajo a causa de Ia miseria Ge ln poblaien), Eocontramos tambien ests otra paradoja: la misele mista del campesinado —tal como'la hemos deseripto=y a evear at {ive de'ta reserva seforisl, entonces el teuor gnnata cos el cams en ‘9 de duel nuevo trabajo iaerado prodasea un excedene, cal” fulera que sea te, por encima de sur alaroe, puesto que shore pore Birk ete excedente como un afedizo a lo que rere des sieves & situ de Sbligaciones conmntadas, 1 exmactéx ne, reupaLssnco n gro de despoblamiento de los sefirios,podia induer a los Fesares a hacer concesiones que alivaren feo carga feules Oa conmular faenae obligotorias a cambio de una fenta, en un fsluerzo por evitr el despoblamiento'y @ Ia ven, por el hecho de que 1a misma miseria que provocaba la migracion en mata fendia a abaratar muchisimo un eventual trabajo asalariado (Gnctor que puede haber sido importante en Francia, por eles plo, durante’ y después de la Guerra de los Glen Afos ¥- en Rishdes en el siglo xrz).#'A la inversa, donde ta suerte’ del tultivadar era menos desesperada y disponia de terra en ma- Sor abundancta,o bien donde el trabajo era excepeionalmente Sseaso porguie l despoblamienta habia slesnsado’ ya un estar fio avanzad (factor que parece haber sido decisivo en Buro- pe orlental después de la Guerra de los Treinta Anos), forldad seforial quizd tendiera a Insisir en la retencion de faenas gratultas y'en eu ineremento mediante nuevas exacelo- nes, ¥ no a conmutarlas, Consttuye, sin duda, un muy signif Cativa tetimonio de le importancin clave de este prineipio el hecho que ya mencionamos, de que en Inglatera, cl igio en aque el trabajo fue escaso y caro asistiers a intenios de rel Plantar las Viejas obligacines, mientras que esta reaccion Se Ecbilitaba y dejaba paso a una Tenovaca vendencia ala cone ‘mutacin @ mediados cel siglo xs, cuando los varios de pox Blacién se habian Ienado lo bastante. para que sobrevinera cierta baja en lor salaries a partir del midximo que aleanzaron 8 fines del siglo XV." Sin duda, también rents sigifiativo ‘que precisamente al este del Biba, donde habia méxime ere avez do trabajadores en relacién a la tierra disponible, en ontrare Ia "segunds servidumbre” au baluarte mee seo; {que en Rusa, por ejemplo, fuera en los siglos en que psd & Primer plano la frontera en expansién de la colonizacin co- aca hacia el sud y sudeste, que sueciond de la Moscovia con- tral fuerza de trabajo de campesines fugitives eon el seauelo de la tierra libre, cuando se desarrollara el movimiento hacia see er ei go neh oe retain i manumiin Scans en Planes apart dele co ade See SS ee Se ‘erou clase de campetinos uyas tenenicas eran demasiado equa fg Psat ilar vomaer aaa Bae & PF nt oct a ey el 8 Sevato que a camienzo del sgl 30V Jr en 1600, qual ogaran al 6 rorunlos SOBRE Mt BESARNOSLO BRL CAPRALAESCO a sujecién definitive del cultivador y su adseripeién legal al suelo. ‘Si consideramos la otra alternativa que se presentaba al sefior feudsl —intercambisr las corvées, no por el cultivo de Su tierra con trabajo aselariado, sino por el srtiendo del do- minio a terraagueros—, parecen corresponder consideraciones ‘andlogas. Hs verdad quo, en la eleccién del sefior de arrendar 1 dominio, pesan clertas consideraciones especiales que no ienen equlvalente entre las influencias que deciden su cles ign por trabajo servil o bien asslariado para el cultivo del dominio, Por ejemplo, arrendando podia shorrar una cierta suma_ (qui2é considerable) sobre gastos fijos de administracion el sefiorio; dicho de otro modo: ‘recaudar rentas podia resul- tar mucho més barato que mantener un plantel de mayordomos y allio, Quisé més importancia revistiera el estado favor ble 0 desfavorable del mercado local para los productos del sefiorio; en particular la proporeisn entre precios agricolas precios de productos artesanales y de bienes importados; un movimiento’ desfavorable de esta proporeién, sobrevenido en €l sigio xv (debido en parte a la cretiente fuerza de los gre ‘los urbanos), puede haber contribuide a. predisponer alos duenos de sedorios a efecluar arriendos de sus reservas en ‘ese siglo! Factor condyuvante puede haber sido a veces el Acerca de Ja efcases de mano de obra ep esa goose, cf, P. Liashetonko, Istorla Noredove Khesiisve, 8S Say wok.) p. St; ‘AEek, La Moyen Age. Russe. pp. 25, 281, No existe contrac eal envio due afemaros sgl referencia orion le Hulda {Eaguo's le elves t hacer conensgner bajo Ja fort ds Sn Slones y"conmutacon. Somejante fendencia, en sus primerss etapa, Dude frovocer concaslonss para renar el éxodo: pero unt vez gue Railegado el punto de un deqpoblamienta efectivo, & claramente mas Drobable que proveaue medidas compuleves pera Focapturar Tos fu Elves y ‘derive a suelo. Hxiste tambidn una ativan entre Eonmutieion a que tn sefor te ve-obliado, contra su Valuntad, por ig amenaza de una revuol camposina y conmutacin a que €l acode de tuen grado 0 haste cia, ‘est unto ertay a, deude cop E_Miller, del Galera de Sen Juan, Cambridge, quien attibuye e los movimlentos “jerat de Jog preccs um papel dtciivo en lay ccontecimiapies do fines de la ‘Saad Stecin. Bi efecto prec de tales tambos de pesias, sin ere ‘argo, no podia er siempre uniforme, pussto que" dependerla el eve de inlasiciag de fe demands, Ingvar de la prpitciae Snort cx" tesminea vorables, por el otro. Sefslamos antes que fen ag strat del Priorato’ de Chel Chuseh, on Canterbury, cone ‘ffacclin defor rdeioe obtenidon con ventas do granos a” petlie' do In tereers déeada del siglo xy, que pucde haber estado Iighaa # un movimiento destavorable de fos precios de mercado, se acompand. con 1k BECLENACI6N on FEUPALISO 0 surgimionto de un estrato de campesinos mis acomodades, an- siosos de agregar parcela sobre parcela como medio de mejorar @l cultivo y de progresar socisimente —méa adelante volve- emos sobre esto—. Fectores de este. tipo fueron, sin duda, ecisivos en cuanto a delerminar cud! de las alternativas en vvez de las prestaciones obligatorias el sefior adoptaria: arren- Gamlentos 6 trabajo asalariado, Pero, en términos generales, ppara su eleccién entre famnas gratuilas y arrendamientos, © Bien entre aquellas y trabajo asalariado, pesaban, coma es evi Gente, los mismos dactores fundamentales de la’ situacién, en ‘ambos casos, Mientras mis eseasa era la tlerra con relacign a tos trabajadores en un momento y lugar determinados, més clevada tendia a ser la rentabilidad de ie tierra y, por To tan- to, mayor el incentive para adopter una politiea de arriendos ‘en vez de cultivar el seforfo con trabajo gratuito; mientras que Jo lovers tend suceder cuando 1a tetra abundaba ys Pero cuando aludimos agui a lo que quiz pueda denomi- rnarse 1a proporciin tierra-trabajo en un momento y lugar de- terminades, debemos cuidar de no coneebirla en un sentido demasiado abstracto. Lo importante con relacion a la demanda de trabajadores (o, alternativamente, de terrazgueros) de par~ te del selior era, por supuesto, la tierra que poseia (yeh el ceeso de su demanda de trabajadores, 1a eantidad de ella que decidia cultivar), restada la tiersa que, por una larga tradi- cién, correspondia a los eampesines; por otro lado, lo declsivo nno era slo la ausencia o abundancia ‘de fuerza de trabajo dis- pponible pars satisfacer esa demanda sefiorial, sino también su grado de explotabilided —su disposicién @ que la abrumaran on eargas @ cambio de wna pobre recompensa oa que se le jimpasiera una pesada renta como precio de una maga conce- sign de tlerras~; y esto tendid a estar en razin inversa a la fcantidad de tierra campesina disponible, en relacién @ la. po- Dlacién campesina, y también a la cantidad de ganado, de ani rales de tiro y de instramentos de labranza que el campesino poseia y ela ealided del suelo y de la téenica agricola ald be, domés, ef grado de diferenciacin sci entre los, can ppesinos misinos, que creaba un estrato de campesinos empo- ‘brecidos cuyas tenencias eran magras, con relacidn & esto pov ddia ser todavia més importante que’ el area total de tierra ‘campesina de que disponia toda Is aldea; y muy bien puede DE intensificactin de tas obligasones de tabejo y no a la inverse “Los lbros de cuentas de todos fos teflorios musstran que et los alos ‘que van de 1840 0 1300, se sealaaron ebundantee treajos grstulles” (Sith op. ty p27), ® aoe eee mcm A haber sucedido que el nexo entre desarrollo del mereado y ‘ransiclén @ arrendamientos o a trabajo asalariado, si 10 bubo, obraza a través del efecto del comercio sobre este proceso de ‘iferenciacién entre los campesinos mismos, antes que a través de su influencia directa sobre la polities econémica del sefior, como ha sido habitual suponer. ‘Asimismo, para evitar una simplificscién incorrecta, de- Demos recordar que Ta situacién con respecto al suministro de trabajo servil difirié a menudo en sefcrios de diferentes di- mensiones: consideracién que explies muchas cosas que, a primera vista, parecen contredictorias, asi como gran parte de las contradictorias politicas de los diferentes rangos de la nnobleza feudal. Sucedié con frecuencia que los sefarios me- nores —los barones minori en Inglaterra, los. caballeros en Alemania y los pequefios pomiestehikt del siglo xr en Ru stuvieron mucho peor abastecidos de trabajo servil en relacién a sus necesidades que los sefiorios mis vastos, en es ppecial los de la Iglesia, Ademés, cuando se producian “sede iones" © raptos por la fuerza de siervos entre terratenientes, Jos sefiorfos menores estaban més expuestos a sufrir le com~ petencia y las depredaciones de sus vecinos més ricos y més Poderosos y, por lo tanto, ellos se mostraban sumamente an- Siosos de obtener proteceién juridiea a fin de encadenar los tabajadores a la tlerra y devolver los fugitives a sus duefios ‘originarios, A manera de tlustracién de esto basta con estudlar 4a Iegislacin de Boris Godunov en Rusia y, en particular, sus ecretos de 1597 y 1601: fue el zar que concité la enemistad de los grandes boyardos por defender los intereses del peque- fio terrateniente, Pero a veces, como ya observamas, esto prO- dujo un efecto opuesta, Si la cantidad de trabajo’ servil do que un dominio podia disponer bajabe de cierta cifra decisorla, Su sefior, si a pesar de ello considereba eonveniente cultivar su reserva, estaba necesarlamente obligado a recurrin, en 10 fesencial, a trabajo asalariado; y Ia cuestién de la cantidad de servicios compulsivos que podla Imponer a cada uno de sus slervos revestia para él un interés relativamente escaso, y de todos modos, mucho menor que para su vecino més Tico. Sino habia trabajadores para contratar, la alternativa que se Je presentaba no era inerementar o extender los trabajos grax ‘ultos (pues éstos de todas maneras hubieran sido Inadecua dos), sino abendonar el cultivo de la reserva sefiorial y en- contrat, en cambio, los terrazgueros que pudiers, que le pa garan tina renta por el uso de la err” (© ct Bileen Power, “Bitects of the Black Death on Rural Or sganlzatln in England eh History, th (WS), P18 1 ecumsci net PUBL aL NNo sabemos qué tuvo mayor peso: si Ia situaciin eeoné- rica, en. particular de estos pequeios seforoe en los difilles aos" de los silos aav y xv en Inglatera, o bien Ia actividad de aldeancs ambiciosos; lo elerto es que una ulterior serie de acontecimlentos parece haber eontribulde, en no pequeto gre do, a Ia extension de los arviendos y el empleo crecients de frebajo.sselarinde, Fueron ellos! la creciente lferencacisa economica entre jos campesinos. mismos, que_ya.menciona: mos yl suaminto de uh cto de campesinos erent Fos, Felativamente acomodados, en Ia aldea por esa, epoca, ‘Ambiclosos y eapaces de acumular un pequefo capital, af pat aque animades por el crecimiento del comercio y" ls mercales Tocates, estos arrendatarios probablemente:podian Tealicar un caltive més eficiente yanslaban auimentar'sus tenencias me- Giante arriendos de tictra adlconal, asi como contratar los sem wiclos de sus vecinos mas pobres. En euanto terrargueros sol ventes para tomer arviendes al sefor de la corte, e© muy Po- sible que hayan compensando con creces su poca dlsposiion Ser explotados (en este sentido, sin duda, pueron permitine Ser astutos negocladores) con su atin de adquirir terra adi. ional, especulando con les mayores gauanclas de mejores mé- todos de cultive, El registro detalado de sus explotationes no se conservo en los bros de euentas de los “bailos" refer. dos a las reserves seforiales— y, por Jo tanto, quedaron como tuna pigina mas oscura de la historia, Pero’ parece probable ‘que constituyeran Una especie de clase fulak en la algea ine lesa de los siglos 31 y Se cuya histori una vez que se la devele plenamente, puede presentar muchos tasgos ‘comunes con su equivalente en la Bistoris de la aldea rise del sigle Xm "Un desarrollo de esta naturaleca, en aquella 6poces @ Primera vista puede parecer en eontradiceiin con el cuatro de Iniseria aldeana y de ersis agrarias que trazamos antes, Cie famente, Io restringe, Pero deja de estar en cantradieién con al's examinamos mis atentamente la situacign, En realided, Ja inclusion de este elemento en nuestro cuadro puede expli car muchas cosas que resultan desconcertantes. en ios testi ‘monios en contrario acerea de le economia aldeana de la €po- 2. £5 claro que dexigualdades en cuanto a tipo de suelo y de Situaciin, ast como ‘de fortune, engendrarian ‘naturalmente una diferenciacion entre los campesinos mismos y hasta entre Ja poblaciin de un seforio particular: diferenelacion que, en el curso de un siglo, tenderia'« prominciarse y a edquitir im: Portancia siguiendo’caminos hoy bien conosides, Quizd un preciable numero de los que arrendaban (0 incluso’ compra: bban) tierras en este perioso, se companta de persona’ de es B srUnI0g Some HL DESAIROLLO DEL CARMABIEMO igo dfn cle ae wee els elem sf HS AS eat as para permitirse emplear mejores métodos, mas tierra y algo de oe age meee Pw ema es le gol, OtM, Poston en Boon, Hist. Review, vol. XU, pp, 11-12. En los sori Kept del Priori de Chit Chur a fines el ilo Sin arviendos de In roseren sehoral fueron tomados a veces por Tic ‘Abtrles de una corte “funcionaroe que’ see reshvtabon.prineipal= Mente entre Ia lace en ascenso. de earpesinos prosperos'—". Bn ge- eral “enisen mucnas prusbas que demestan que los irmarit ean ‘orl comin campesinos proaperon y peavetios teratnintes™ (Sth = wt deol, ohh 3 Tah 18 Arteaio sobre "he Baglth Peasentry in the Thistenth Cen= tury” en Srednia Veko, publ por ef Instituto de Historls, Actdemia de clantiae dela ‘URS, p. 6, ¥ Op. lly pp. 219-28. Kosminaky Stimite, sin embargo, que sus testimonics gceres do este estate, [Deri som menor snisfoctrios ge To que €l quiets %H Gurdlery op. et, pe 62 el 1 preter be. PEEDALIEMO 2 terrazgueros mayores y de que cletos, aldeanos hasta con Wetterda"trebajadores pera que Tos ayudaran a realizar Tsbo- BeBe oncahe para el befor’ y el eresiente ntmero de aque Tee"Guastenencios ov instrumentos no. baslaban para. si Nobwents (aspect este de Ta éierenciacién econdmia),evidente- aavte cobsttuyé um importante factor en los cambios econd Take des siglo ev ym puesto que modifica, de manera aeMtecta, Ie reaerve inmediata de mano de obra berala fun, Guten, Tatmpoco, la prosperidad de este strato as- eet de capes fe incompatibie gon tn eis dela voullara sefottal El surgimiento de esta capa de campesi- sevice dover puede haber igado a in tndencla ‘a Sonsolidacton de las “foanjes”* y a ia mojora de la rotacion Gue ae bserva hacia fines del siglo xv" y este grupo favore- i'd obtson sual ota copsierabes Fences cn fa cada del valor de la moneda det periodo Tudor que, por ‘Eesti rons on dinero js 0 “adheridas contribuyé a trans- {ats ogres en su favor, a costa de la clase ferrateniente Einvelig's asntar el esttato infecor de ia oblez con el sit fevior el compesinado, de la manera tan caracteristica de Ia Rngleterea de tos Tudor ‘No debe suponerse, sin embargo, que el mero trueque de trabojos eblgatorios por pages en ainero o la mera transein Wtlendes le Ta seocrvaseforal, representaron una beta % Ch, Customale of Battie Abbey (Camden Socy. Puna) sexx 228 Para un elemplo, en ot sgle sry, de villas que empieert HES Y Saiablan nt intructuoen demands contra. su eer, el Hutter dyendo que ete les habla quitado sus servidores, véee 5. HE" Putnany ope ey p88 7 TEE eras de"labor estaban organizadas en, “iranas", no eer ceadas_ (open fleas) qua ee ellvabon segun sisiems de’ rotacion ‘flame “Uitemademente (m, det 1) 'S pe" detellndos tscunonion de cate surgimiento de un sector scomodado del eampesinade, ct. Tawney, Agrarian Problem in. the SRen Century, esp. pp. 7207, Hr autor est también on deuda Se Rrlncy len. de "Balliol Oxlors, yor esclaresimlenta, sobre Sin punt tae do nab, nay, na. in Lecter, SRT ih cdadio de lavertarice muestra que, “aun st omitinos $1 mate 2 Gurat Sauirearehy) (ees rea quo mas 48 un cAmDeSin0 Hunt fesnran] al memes en cuanto s proplededpesonal de tr) ‘heating e 5 do pun rural pena na, ors Pts las tread de.propleded personal ‘oseia ie mle eas teres UbaBretne Sun considerate grado. de Geiger minlend®,Poviad Ge ie terse (W. G, Hoekins, The Lelcestershire sumlo 4 Pig Siteenah Ceneur, pp, 8). in is segunda muted del samt Srodhron ampline comprar de tetea por parte de, campesinos He roel hacluldos seforion entero, con fo ge clerk cam~ Mes eome"dscendian age as de Ta obleca rural con el Atala Re squre Cbd, p28)

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