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Al Dr.

Noguchi

¡Hijo del Sol Naciente!


Sólo se puede amar al enemigo…
Por ende, en tus doradas manos
el último trágico abrigo
ritual postrer, lúgubre, ferviente…

II

Poeta forense de la Muerte


Amante impotente, como yo, llegaste tarde
Asimismo sublime, genial y cobarde…
Al menos vos catásteis divina seda en final suerte

III

Impostor por mor del Poder Oscuro obligado


Maestro conversor de la Mentira en Belleza
casual Sumo Sacerdote del Gran Pistilo Amortajado
elegido sin querer por Divina Madre Naturaleza…

IV

Salve. ¡oh, Heraldo de la última doliente


despedida…!
Taumaturgo del homenaje final de la Ciencia
pues sin duda la Esfera Global de la Sapiencia
ante zafiro, mármol y carmín de Diosa se ve
rendida...
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