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eauelmelc} musicas ne América Latina y del Caribe Del tango al reggae Isabelle Leymarie PINS AN AY AGC CGC - NANO Ki 1 BCE a CIC CC ae MCCCC @ (a ((C @G COCO f] CHC Mee OOOO CUC ae GHC Gr WG (i Ce CG (q) GEG q ( CCE BOHN OOO ON I ea Gn ( CRI CICR( CURA Del tango al reggae musicas ne: gras de América Latina y del Caribe Isabelle Leymarie MARIE, Isabelle Del tango al «reggae» : my — Zaragoza : Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2015 23cm, — (De Arte; 6) 359-369, — ISBN 978-84.16272-71-7 América Latina. 2, Muisiea popular-Caribe. 3, Negros-Musica 418 p. sil: 1, Musica popular 781.718) 781.71(728/729) 78(-041) ‘as negras de América Latina y del Caribe / Isabelle Leymarie. Cuelquior forma de reproduccién, disteibucisn, comunicasién piibliea o transformacisn de esta obra solo puede ser reali Detechs Reprogratieas, uww:cedro.org) si necesita fekocoplar 0 escanear algin fa L*cdicién, Rammarion, 1996, Du tango au reggae musiques nolres e’Amérique late et des Caraibes © Isabelle Leymarie © De lapresente ediciin, Prenses de la Universidad de Zaragoza 1M edicidn, 2015 okeecion: De Aste, 1.28 Prensas de la Uni 50109 puxGunizaces hitp//puz.unizares idad de Zaragova. Edificio de Ciencias Geolégieas,c/ Pedro Cerbana, 12 1 088 ie ine ee Impreso en Espana Inmprime: Servicio de Publicaciones. Universidad de Zaragoza DLs 5312015 aca con la autorizacién de sus itulares, salvo excepcién prevista pot lay. Dirfjase a CEDRO (Centro mento de esta obra, patiol de Introduccién La radiacién solar de las mitisicas negras de América Latina y del Caribe no deja de intensificarse: Bob Marley, Milton Nascimento, Gilberto Gil o Celia Cruz se han convertide en personajes dotados de un aura casi mistica, que rivalizan con los grandes héroes del jazz y de la soul music. Es nal por el desarro- Ho de los medios de comunicacin y la presencia de una importante diaspora latinoamericana y caribefia en Europa y los Estados Unidos (cubanos, puertorriqueiios, dominica- nos, haitianos, colombianos, ecuatorianos en Nueva York y ta pro- yeccidn se ve favorecida a nivel interna Miami, mexicanos en Texas y California, cubanos y otros latinoamericanos en Espaiia, jamaiquinos y otros caribetios angléfonos en Inglaterra, martiniqueses, guadalupefios y guyaneses en Francia, surinameses en Holanda) El Nuevo Mundo negro vibra al compas de mil mitsicas cuya sangre vivificante se ha transfundido en nosotros. El yolup- tuoso contoneo de sus danzas y el fervor de sus incandes- centes cultos han despertado pulsiones latentes, desentor- pecido nuestros miembros atiesados, dindonos de nuevo el gusto por el éxtasisy la libertad de movimiento. «Desde Rio de Janeiro hasta el teatro de la Guerra Civil americana, pa- sando por las Antillas y la costa del Mar Caribe. extiende la grande zona negra. Sin predominar en todos los lugares, los negros constituyen un elemento importante. Aqui reina In alegrfa, la sensualidad y maneras libres y sencillas, lo que hace de esta regién algo muy diferente de otras partes de América», apuntaba el historiador y ge6grafo André Sieg- fried en la década de 1930.' Por doquier, en Nueva York, Paris, Londres, Barcelona, Madrid 0 Tokio y hoy hasta en China, el tango, el samba (uso el vocablo masculino para conformarme con el portugués o samba), la salsa, el reggae, el soca y el Latin ja triunian con sus ritmos contagiosos. Pero ciertos géneros, folcléricos en particular, permanecen 4. vene0 Singtvod (1999: 119, 10 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE secretos, o por lo menos marginales. Por cierto, algunas co- munidades negras antiguamente refugiadas en reductos in- accesibles para escapar a las sevicias de los blancoso acorra- ladas por ellos en tierras inhospitalarias, subsisten en un. relativo aislamiento, preservando denuo de lo posible sus costumbres y maneras de vivir. Pero sobre todo, como apun- ta Roger Bastide, «el interés manifestado por el estudio de las civilizaciones africanas en América solo data de algunos afios. Hubo que esperar hasta Ja abolicién de la esclavi- tud porque hasta entonces solo se vefa en el negro al traba- jador y no al portador de una cultura». $i bien se suele men- cionar, refiriéndose a las Américas, el encuentro entre el universo curopco y el amerindio, entre cl eonquistador y el cacique, se olvida generalmente a los principes mandin- gas o yoruba o a losreyes congos. Varios historiadores o mu- sicdlogos blancos han tratado también de ocultar o menos preciar el aporte negro, de atribuir a ritmos o instrumentos oriundos de Africa un origen europeo o amerindio despro- visto de fundamento. «Las razas negras no han contribuido de manera positiva a ninguna civilizacién», afirmaba peren- toriamente cl historiador Arnold Toynbee. Sin embargo, en América Latina y el Caribe, las culturas negras desempeiia- ron y siguen desempeiiando un papel preponderante, y ya es hora de sacar a la luz sus considerables hallazgos musica- les y coreograticos. En todas las culturas negras la mtisica constituye una de las formas de expresisn privilegiadas. Ms visceral que las otras artes, directamente ligada al metabolismo, desata fuerzas tehiricas y nos vincula a veces con los dioses. A pesar de los mestizajes, de la pérdida de las tradiciones, la comercializacién y la desnaturalizacién de algunos géne~ ros, la misica negra signe siendo en el Nuevo Mundo an arte popular en el verdadero sentido de la palabra, en constante evolucin, nutrida por innumerables migracio- nes entre las distintas islas del Caribe y el continente, entre los Estados Unidosy América Latina, entre Europa y Amé- rica Latina y, de nuevo hoy, entre Africa y América. Desde el final del siglo xv, los blancos de las Américas man- tuvieron lazos con Europa, mientras que los africanos, bru- talmente desarraigados, perdieron desde el principio de la tata el contacto directo con la madre patria y tuvieron que bien forjarse una nueva historia y una nueva identidad. ciertos esclavos eran clasificados por los negreros en «nacio- nes» para ser vendidos segtin sus orfgenes étnicos, cada «na- cién» con sus supuestos defectos y cualidades (en el Pert por ejemplo, los congos y los angolasse consideraban govia- les» y «déciles»), la mayorfa de ellos, capturados sin distin- cidn de procedencia, arrancados a sus hogaresy a sus entor- nos, eran apifiados como vulgum pecus en las calas o las bodegas de las naves, bautizados de nuevo por los clérigos © por sus amosy obligados # abandonar su habla ancestral. Los colonos que compraban esclavos los hacfan marcar con un. hierro caliente. Se les prohibia generalmente comunicar en- tre sf, las familias eran separadas y muchos africanos Heva- dos a América eran adolescentes o nifios. La fragmentacién y la aculturacién de grupos enteros (Bastide habla de «rup- tura entre einia y cultura»)* obliteraron sus origenes, y su. identidad étnica se desintegr6é atin més radicalmente al final del siglo x1x, después de la abolicién de la esclavitud y la muerte de los tiltimos bozales (Iegados directamente de Africa). En 1444, una expedicién portuguesa Iegé a Portugal con un cargamento de doscientos treinta y cinco esclavos africa- nos, y los primeros esclavos negros fueron traidos al Car en 1502, Las dos principales areas de la trata fueron el Afr ca occidental y la zona bantti, especialmente Angola y Mo- zambique en el siglo xv, y el Congo al principio del s glo XIX. Espaiia y Brasil recibieron inicialmente africanos de Senegambia, de Niger, de Nigeria, de la Costa del Oro y del Congo-Bahia, en particul: oruba, abakua, arara, ewe, INTRODUCCION i 12 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 4. Sogn Kubik (1679), congos designa fla gente onda del roinaco do Ker 190, ubicado en Angola y of actual Zaire: ‘bonguola a col sureeste, cena ¥ este do Angela embareados en et pucria de Benguola, y angoias, la cel reno de Nadongo. 5. Leslio B, Pout Jr. (1978 28) apunta ue, muchas veces, los esclavos eran ‘esignados con el nombre de su pueria origen stnico. Se lamata aca a les que dgolto de Guinea, y calabares a los que fran embarcados en la costa del Gala bar, en el della del Niger. Pera los por tugueses, las «castas do ro de Guinea: Inculan tanto a wooo!e come a ‘omandingas, as -castas de $20 Tomo, 22 nggros ombarcados on as islas co Sao Tome, a altura de Bia, y as wcastas {0 Angolte. a anda, Bonguela, congos, rmaricongos. Casi tdasios grupos etn 08 de attas ogiones ostuviaran rapt senlacos 6. \Vean0 Malt-Brun (1895: 797). 7. Asimismo juyungo designs, onte los Indios ecatorianos, a ta ver a un ne: ‘roy al diabio: mandinga, seqin not informa ef ciccionario espanol, signtica también ‘dabito’y‘bruri’ ona la de San Vieenle, los mumbos jumbos sim: bbolzan les ogprtue de les anvopacados, mientras que on los Estados Unidos, la ido hs culura alroamericana, ha pasado a significa ‘organza congos:! Jamaica, ashanti, twi, ewe, «mina» (del fuerte de San Jorge de Elmina, en la Costa del Oro).’ Los malos traios infligidos constantemente a los esclavos empezaban mucho antes de su llegada a América: en 1781, por ejemplo, el capi- tan del Zong, nave holandesa apresada por los ingleses y que nayegaba rumbo a Black River, en Jamaica, hizo echar vivos y encadenados al mar a ciento treinta y tres africanos que habian contraido a bordo la disenteria y otras enfermeda- des. «Las penas, los sufrimientos, los tormentos de toda cla- se que sienten los negros esclavos acortan tanto su vida que, en ver de multiplicar segiin Jas reglas de la naturaleza, se tenfa, en varias colonias, que importar otros mas cada ao para reemplazar aquellos cuyos maltratos abreviaban la vida», notaba el geégrafo francés Conrad Malte-Brun en la década de 1830." Si el ambito de lo sagrado Heva frecuentemente la marca wi, ashanti, ewe, fon o yoruba, la influencia bantti predomi- na en la misica profana, y el bunda (o kimbunda), hablado en losantiguos reinos de Ndongo y de Kongo (actual Ango- la), y el kikongo en particular han coloreado intensamente cl habla brasilefia y cubana, y en menor medida la de Bue~ nos Aires donde, especialmente, la palabra bani k-lombo (quilonboen espaiiol y portugués), que designaba en Brasil a las comunidades de marrones, significa en Ia jerga porte- a ‘burdel’ y mandinga (los mandingas, antiguamente parte del imperio de Mali, fueron una de las mas brillantes civili- zaciones afticanas) significa ‘demonio’, desplazamientos semAnticos reveladores de la desvalorizacin de las culturas negras por los blancos’ Muy temprano empezaron procesos de sincretismo, de trans- culturacidn, de «criollizacién». Desprovisto de sus marcos familiares, el afticano se esforz6 por adaptarse a sus nuevos entornos de manera a menudo esquizofréniea y dolorosa, se conyirtié en un pardo, un moreno, un hombre de color, un mulato, un prieto, un cuarterén, un reyoyo, um niche, un cocolo —un mest bagoa y hasta, en México, un lobo— designaciones que in- clufan todos los matices de pigmentacidn y todas las varieda- des de cabello. «EI negro traido ala fuerza como esclavo, por solo entrar en el barco negrero y luego en el barracén, yano cra un tipico negro mandinga yo de negro ¢ indio era un zambo, un zam- guinco 0 congo tal como sus connotaciones nacionales, sino un “negro” mutilado por el profunde trauma psiquico del violento arranque y un opri- mido por la servidumbre que lo deformaba si no lo destrufa por aplastamiento», escribe Fernando Ortiz.* Por su lado, como advierte el compositor cubano José Ardévol en lo refe- rente a sui pais, do espaiiol adquirfa nueva idiosincrasia al ponerse en contacto con el negro y el mestizo». Estos im- bricamientos raciales y culturales continuaron € incluso se intensificaron en el siglo xx con el crecimiento de algunas migraciones. La mtisica refleja este mestizaje, algunos géne- ros, el candombe (ka ndombele, ‘rezar a los dioses’ en lengu: bantti), la chica, el gumbé, el gragé, el cocoyé, la bémbula (ba mbula, de bula, nombre genérico de ciertos tambores congos), la cueca, la calinda, el calipso, se han difundido en varios pai- ses de América Latina y el Caribe y en el sur de los Estados Unidos, con variaciones y ortografias diferentes. La calinda, en particular, lucha ritual con palos en Trinidad y las Grana- dinas, se transforma en Martinica y Guadalupe en una dan. za de fecundidad. Se encuentran también en varias comun: dades angléfonas el obeah (practica magica), los jumbies (espiritus de los antepasados, conocidos con el nombre de zombis en algunas regiones), los mocko jumbies (personajes de carnaval), el junkanoo (deslile de disfraces y mascaras) y los tea meetings y los mummies (antiguas costumbres inglesas); yen paises de habla espafiola y francesa, durante los earnava- les, la omnipresencia de los «diablos-, INTRODUCCION 8, Vease Orte (1974: 159) 9. Véaee Ardéval (1960: 12) 13 14 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 10. Las expresiones habla bazal, en Cuba, y habla cargo, an Puerto Rico, designatan ol espafial ope que habla Los indios arahuacos, tainos y caribes en las Antillas, asi como los del continente, organizaban fiestas y ceremonias religiosas acompaiiadas por tambores, panderetas, flautas, conchas y otros instrumentos, pero sus miisicas, que no fue ron transcritas, desaparecieron con ellos. Para reemplazar esta mano de obra r4pidamente diczmada, fray Bartolomé de las Casas sugirié a la Corona espafiola importar en las minas y plantaciones africanos, supuestamente, desde la Controversia de Valladolid, desprovistos de alma, y la trata emperé verdaderamente a principios del siglo xvi. Como ya vimos, los primeros negros Hlegados a América Latina el Caribe venian de la peninsula ibérica. Eran llamados ste con Ios bozales, que solo conocian su propio idioma," y algunos de cllos conocian la miisica fadinos en contra mozarabe. Los primeros ladinos llegaron a Cuba en 1501, a Puerto Rico nueve ahos mas tarde, los conquistadores, Hernan Cortés en México (con su soldado negro Juan Garrido), don Pedro de Alvarado en Guatemala, los herma- co, Gonzalo y Hernando} en el Perti, levaron en sus expediciones contra los indios tropas de origen atricano. nos Pizarro (Francis Mucho antes del principio de la trata, ya en la época romana se habian importado esclavos negros a la peninsula ibérica, y de nuevo durante las incursiones musulmanas en Africa Occidental, en los siglos x1 y xt. En el siglo xy, en Valencia yotras ciudades espaitolas, vi las, y los negros de Espaita, como los de la cofradia de Nues tra Sefiora de los Angeles en Sevilla, se agrupaban segtin su origen étnico bajo la égida de la Iglesia. Muy pronto, los portugueses utilizaron esclavos africanos en sus plantacio- nes de Madera y de las Azores, y en Lisboa, importante cen- tro de trata, asi como en Porto, las sociedades banties orga- niraban mojigangas cn las que desfilaban reyes congos y su fan wolofs, mandingas yango- corte. En el Siglo de Oro, los miisicos negros entretenfan a los espafioles y a los portugueses con sus entremeses. Un entremés de Simén Aguado titulado Los negros, presentado en Granada en 1602, loaba la habilidad musical y coreogra- ica del negro: «Sabe tocar instrumentos de cuerdas, bailar, cantar y moverse, y mil otras gracias». Mucho antes que los poetas antillanos Luis Palés Matos, Aimé Césaire o Nicolas Guillén, alabadores de la negritud, en Los negros aparecian sonoras aliteraciones africanas y onomatopeyas de tambor: Ala boda de Gacipur Y Dominga de Tumbucuto Turo habemo de bailar Toca, negro, Toca ta, puta oi pacar ru putu vt parund, Y en siglo xvi! nace en varias dreas de América Latina un género de villancico Hamado negro o negrito, que remite a la cultura negra. Varios realidad de origen africano: el fundw angolefio, popular en Portugal en el siglo xvry después prohibido por las auto- mos ibéricos considerados como blancos son en ridades, que sin embargo se difundié en Brasil y Perit; la calinda, nombre procedente de ealendas, que dieron los m sioneros a las danzas de los negros, y la zaubanda, bailados en Espaiia; el surambeque, legado mas tarde a Brasil, y la tunba, de origen banti, popular en el siglo xvit; el paracumbé (quizas de la palabra banta kumba, que significa *hacer rui do’), de moda cn el siglo xvur y quiz4s aun el fandango (del bantit fa ndugu), tambiGn arraigado en el Pais Vasco francés y deserito por Pierre Loti en Ramuntcho."! En cuanto al voca- blo tango, este designaba, en Espaiia y mas tarde en Cuba y en el Rio de la Plata, los bailes negros en general." De quince a treinta millones de esclavos los ntimeros va- rian considerablemente segtin las estimaciones— desem- barcaron en el Nuevo Mundo durante mas de trescientos afjos. La trata, empezada en 1518, continué muchas veces ilegalmente después de Ia emancipacién. La esclavitud se abolid primero en Haiti en 1790, después de la Revolucion francesa y bajo la presion del padre J-B. Labat; en Martinica y Guadalupe en 1793; en Argentina en 1813; en Chile en. 1823; en Am México en 182! en Uruguay en 1842; en Brasil en 1850, y los tiltimos africa- nos desembarcaron cerca de Cienfuegos, en la costa sur de Cuba, en 1873. En Martinica, los esclavos legaban por el puerto de Saint-Pierre; en el continente, por Veracruz, Car- tagena de Indias y Bahia. Los vendedores de esclavos, entre ellos la Compariia de Jestis, ubicada en Cordoba (Argent na) en el sigho xvi, que proponta esclavos miisicos, se halla~ -a Central el afio siguiente; e1 ban en varios lugares de América Latina. Benito Coreno, INTRODUCCION 15 11. La primera meneién del fandange fen México se debe aun observador dl ibunal do la Inquizicin, quion vio a mediados del sii «ui aun mula, en San Lorenzo delos Negres, quo cartaba landangas. En 1782, en Puerta ico fay Ingo Abbad y Lasiena llanabe sfansan 908» a los bales de nogos. Duranio su Yale a Caiforna, Robert Lous Steven son vo balaro!fancango on Monterrey’ or cecre'e de gaemador del estado de Guerteo {Wexicn), se ha Instaurado I Dia del fanchngo quererense, en ©! {3e-e= presentan varios grupos de can- zantes Gea region; on Argentina, © fan- dang ora una danze moetza yon Broo, ina danza negra de principios del s- lo x on Colembie, 0 fandango es un balls negro de i regan de Gariagena 2, En of Gongo y en Angola, csig- naba quizis una sociedad socrola do hombres o un lugar reservado para los hiciados. Durante ia egclavtud, los mo- adores regios entre los portuguases y los habitantes de la costa de Guinea bran llamados iange mao 0 tangoma, y tangelomargo signtica, en Brasil, una enfermedad repentina resuttante de un 16 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE de Herman Melville, evoca en particular una nave que transportaba de Buenos Aires a Lima un cargamento de ne- és y «un mulato con una bella voz nacido en Buenos Aires y que gros, entre los cuales habia varios ashanti, un senega habia cantado en las iglesias de Valparaiso». Elrégimen esclavista era particularmente cruel en las plan- taciones, donde los negros incurrian a memudo en castigos terribles, y relativamente mas benigno en los centros urba- nos, donde los negros efectuaban tareas domésticas 0 ¢jer- cian varios empleos como el de miisico; mas moderada también en los paises latinos, los colonizadores espaiioles portugueses o franceses se relacionaban, a veces, con sus esclavos, mientras que los ingleses o los holandeses les nega- ban toda humanidad y en muchas ocasiones abusaban sexualmente de sus esclavas. Mas cualquiera que fuese el tipo de dominio, muy pronto, casi en wdas partes, los ne- gros se rebelaron, cometieron atracos y actos de sabotaje duramente reprimidos. Los cimarrones eran sometidos a castigos atroces. En Chile, en particular, un esclavo de San- tiago se proclamé rey de Guinea en 1647, pero fue calgado por los blances. [gual suerte corrié el rey Benkos, en Colom- bia. En Barbados, los rebeldes capturados tuvieron un desti- no un poco menos cruel y solo fueron mandados a las selvas de Belice a cortar caoba. Las mutilaciones de fugitives, que tanto horrorizaron a Charles Dickens durante su viaje a los Estados Unidos, eran frecuentes en todas las Américas. Algunos negros se escaparon de barcos negreros 0 de plan- taciones. Estos cimarrones constituyeron comunidades an- ténomas muchas veces designadas con el nombre de palen- ques por los espaiioles,y con nombres de origen bantti o por Jo menos africano por los mismos negros: candombes, qui- lombos, mocambos, En La Espaiiola, ya en 1502 se escapa- ron esclavos poco después de la Conquista. A veces copiadas de antiguos sistemas sociopoliticos afric nos, estas comuni- dades eran gobernadas por jefes o reyes: Cudjoe en Jamaica, Yanga en México, Bayamo en Panama, Negro Miguel en Ve- nezuela, Domingo Bohio en Colombia. En Haiti, algunos de estos palenques se mantuvieron més de cincuenta aiios; en Guadalupe se organizaron bandas de rebeldes mondongos (congos) en el interior de la isla, a principios del siglo xvin en Jamaica, en Colombia, en las Guyanas, los cimarrones fundaron pueblos que siguen existiendo hoy en dia, y uno INTRODUCCION 5 de los iiltimos cimarrones cubanos Esteban Montejo, escon- dido solo en la selva durante muchos afios sin haberse ente- rado de la abolicién, vivia todavia en el aio 1960. El cimarronaje desempeié un papel significativo en la his- toria de la misica del Nuevo Mundo, facilitando en ciertos casos la preservacién de rasgos arcaicos —ciertas miisicas de cimarrones fueron durante mucho tiempo supérstites de y A. G. Quintero-Rivera ha- bla, a propésito de los palenques puertorriquefios, de Ja «de: antiguas mtsicas africanas—, vocién de los cimarrones por su manera de vivir».!" O, al revés, reuniendo pueblos de diferentes origenes, estos pa- lenques propiciaban la aparicién de rasgos socioculturales inéditos. Algunos grupos de cimarrones todavia existentes (los de Clarendon o de Moore Town en Jamaica, los garifu- nas de Honduras, Guatemala y Belice, los djuka y saramaka de Surinam, el Palenque de San Basilio de Colombia) han conservado miisicas de fascinante intensidad. sta de Yanga, en México Owas poblaciones negras, no necesariamente procedentes de antiguos palenques, viven en una relativa autarquia que les permite mantener sus tradiciones: en Puerto Limén, Costa Rica, Bluefields en la costa atlintica de Nica la costa atlintica y pacffica de Colombia, en Esmeraldas, Ecuador, en el Darién y la regién de Colén en Panama, en Barloyento, Curiepe, Yaracuy y Trujillos, en Venezuela. Em- pero, aun en las comunidades aisladas por mucho tiempo, como los djuka y saramaka de Surinam, la danza yla miisica evolucionaron en el transcurso de los anos, debido a un an- helo de creatividad y un constante afan de novedad. Pese a las dificultades materiales, casi siempre atinaron en nuevas soluciones estéticas. Estos cambios se han acelerado hoy dia con los medios de transporte modernos, las nuevas tecnolo- gfasy los medios de comunicacién, que acaban por penetrar en los lugares mas remotos. Cabe mencionar, en cuanto a la misica clésica, dos casos excepcionales en su époc nos que alcanzaron fama internacional y compositor José White (1836-1918), tildado de «Paganini cubano», y el pianista y compositor Lico Jiménez (1851- 1917), quien siendo atin un adolescente tocé, segtin nos informa José Ardévol, en presencia de Wagner y Liszt y fue elsiglo x1x, los de dos afrocuba- el eximio violinista , ss 13, Véase Quirtro-Aivero (1980: 16 cl primer miisico cubano en abordar el fied!" 14, Voave Arlee! 1000: 18 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS RAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE Jose Whice Lice Jiménez, Hasta el final del siglo stx, los negros eran mucho ma: numerosos que hoy en determinadas regiones de América Latina y del Caribe: en México, Guatemala, P Chile, Paraguay y Argentina, en particular. En México, por cjemplo, el virrey Luis de Velazco ya mencionaba en 1533 la Bolivia, presencia de casi veinte mil negros en su territorio. El pri- mer barco negrero rumbo a América Central llegé en 1542 a Puerto Caballos, en el norte de Honduras, pero salvo en Panama y Belize, fuertemente pigmentados, y en la costa caribe de Guatemala, Honduras y Costa Rica, las poblacio- nes de origen africano de estos paises se disolvieron las mas de las veces en el sustrato indio y blanco. Los suicidios, a menudo colectivos, como en el caso de los cimarrones de la isla de San Juan, acosados por los francesesen 1734, 0 de los 10 de Santo Domingo, qu se colgaban para escapar de sus verdugos blancos; los abortosy los infanticidios voluntarios, fantil o por lo menos precoz, las cpidemias (viruela, dengue, fiebre amarilla, disenteria), ado de los negros por los ejéreitos y el blanqueo de la poblacién, organizado por algunos dirigen- tes, redujeron considerablemente sus ntimeros. Mary Prin- las torturas, la mortalidad i el reelutamiento for7 ce, lancia en The History of Mary Prince, A West Indtian Siave, publicado en 1831, de las torturas sufr sclava nacida en las Bermudas, dejo cons jas a manos de sus amos. Los negros fueron casi siempre las perennes victimas de los colonos, y aun libertos sufrieron de disposiciones vejatorias. A la inver- sa, en el Caribe (Haiti, Barbados, San Cristébal, Jamaica), muchos plantadores blancos fueron rechazados por los ne~ los en cantidad importante, y cuyo indice de nata- lidad superé el de los otros grupos étnicos después de la gros, trail emancipacién. Hoy en dia, algunas zonas del continente y del Caribe (Bra- sil, Jamaica, Haiti, Trinidad, Cuba) poseen importantes 2n otras (Chile, Bolivia, Para poblaciones negras. guay, Argentina), los negros de ascendencia colonial («del tronco colonial», como se les llama actualmente en Argentina para diferenciarlos de los mas recientes inmigrados africanos) representan por el contrario una infima minorfa. En El Sal- vador, el general Maximiliano Hernandez Martinez incluyé iculo en el que se prohibia cl acceso de los negrosal pats, donde son casi inexistentes, en 1933 en la Gonstitucién un ar salvo, en los iiltimos afios, algunos inmigrantes africanos (reprimié también revueltas de campesinos indios, man dando matar a miles de ellos, y manifesté mas tarde simpa- tias por los nazis). La del Nuevo Mundo, esencialmente escrita por europeos, re- fleja los prejuicios de la época. Para los blancosy los negros, la misica europea, militar, religiosa o profana simbolizaba el poder, y la ideologia dominante, escribe Mari Lafontaine, shabra tenido como conseeuencia Iégiea Nevar eratura colonial sobre las miisicas de origen africano los descendientes de esclavas, en el momento en que se libe- raban de sus cadenas, a negar la especificidad a partir de la cual podian precisamente constituirse en un pueblo, ha- ciendo suyas las representaciones en las que los amos funda- ban su avasallamiento».!° En todo caso, el gusto de los ne- gros por Ja mdisica yla danza impresions por lo general a los autores. «Bailar es su pasion predilecta», observa el padre J-B. Labat. «No creo que haya un pueblo en el mundo al que le guste tanto como a ellos. Cuando los amos no se lo permiten en la casa, caminarén tres o cuatro leguas después del trabajo en el ingenio azuearero, el sibado a media no- che, para encontrarse en un lugar donde saben que hay baile. El que mis les gusta es el calenda. Viene de la costa de Guinea y, segtin todas las apariencias del reino de Andalucia: los espafioles lo han aprendido de los negros y lo practican en toda América de la misma manera». «Casino INTRODUCCION 19 15, 00 ‘gual manera, un decreto del 25 de julo de 1936, que profibalainmigra- con do sndlvidues de Ia raza negra ‘ue incluldo en la Censtitucion de 1945, Fue fnalmente abolido, pero los nogros siquen siendo muy raros en esie pas. 16. VeaseLafontaine (1982: 106), 17, Veasel abst (2006; 491) 20 48. Voase Tore 48. DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE Ibidem. hay fiestas y domingos, agrega el misionero dominicano pa- dre Jean-Baptiste du Tertre, sin que varios negros de una misina tierra, o de las que son vecinas, se junten para rego cijarse: y entonces bailan a la moda de su pais, a veces al compas de sus cantares, que forman un canto muy desagra- dable, otras al compiis de una pandereta, que solo es el tron- co de un Arbol ahuecado sobre el cual se ha tensado una piel de Iubina»." EI calenda del padre Labat fue descrito también en el siglo xx con el nombre de kalinda por George Washington Cable, que lo vio bailar en Congo Square, en Nueva Orleans, y por Lafcadio Hearn, que lo obseryé en Martinica. Los colonizadores, perca ba la produccién, incitaron al principio a los ndose de que la misica estimula- sclavos a cantar y a tocar el tambor en los campos, los trapiches y los talleres. En el siglo xvi, los espaiioles les otorgaron un dia de deseanso y les permitieron en ciertas ocasiones reunirse para divertirse. «Hacerles a menudo cantary bailar les pone el espiritu contento y el cuerpo, propenso a enfermeda- des»," asevera el padre Labat, Mis tarde, los negros desfila~ ban y bailaban en las calles el dfa de Reyes, en Corpus Chris- tiy owas f janas. El «plan de sumisién» de los negros de Guyana, propuesto por un ingenicro suizo, Jean stas € Samuel Guisan, a mediados del siglo xvin, prevefa «ocupar- les la mente con la religién» y el «cuerpo con una labor ince- sante y varias pasiones entre ellas el amor, el alcohol y el baile, pasiones destinadas a hacerles olvidar toda idea de alzamiento». Sin embargo, cuando los blancos se dieron cuenta de que los esclavos utilizaban tambores para incitar a sus compaie- ros de miseria a la rebelién, estos fueron proscritos (pero pronto reemplazados por otres instrumentos de percusidn). Las reuniones de 1 gros, incluso los bailes, donde se esbo- zaban movimientos de solidaridad, también se declararon ilegales. Las mtisicas y los cultos negros, las danzas especial- mente, a menudo relacionadas con rituales de fertilidad 0 que expresaban una sensualidad natural, integrada en el orden césmico, se consideraron perversos y diabélicos, y fueron desvirtuados o prohibicos por las autoridades segla- res y por el clétigo, atento a evangelizar a los negros para encutralizarlos». «Se han dado drdenes en las islas, sigue es- cribiendo el padre Labat, para impedir las ealendas, no solo por las posturas indecentes y completamente lascivas que caracterizan esta danza, sino también para no dar lugar a agrupaciones demasiado numerosas de negros quienes, es- tando asi congregados en el bullicio, y la mayor parte del tiempo con aguardiente en la cabeza, pueden rebelarse, al- zarsc 9 juntarse para ira robar»."! Siempre, en todos los lu- gares, los blancos se arredraron por los tambores y los bailes negros. En Cuba, por ejemplo, en 1792, un bando prohibis que «los negros conduzcan © permitan conduc dos los cadaveres de negros, para hacer cantos y Iantos al uso de su tierra». A principios del siglo x1x, un reglamento les impidié actuar en los teatrosybailes de La Habana. Cien anos mas tarde, sus fiestas religio sas de carnaval fueron objeto de interdictos, y Iuego el dictador alos cabil- y suis compa Gerardo Machado veté el bongé. Desafiando su inhumana condicién y las mumerosas prohibi Giones que les fueron impuestas, las poblaciones de origen africano manifestaron en el Nuevo Mundo un prodigioso ingenio artistico. Disponiendo a veces de muy escasos recur- sos, reconstituyeron con materiales locales algunos de sus antiguos instrumentos ¢ inventaron nuevos, una y otra vez, con toda clase de artefactos. Cuando fueron proscritoso des- truidos, los sustituyeron por otros instrumentos, adoptaron tambores blancos 0 sacaron de su cuerpo efectos percu: comoen el hambone (literalmente ‘hueso de jamén’) afroame- os no. Hubo procesos de transustanciaciones continuos. Lejos de las casas de los amos, los esclavos se entregaban secretamente a sus danzasy rituales, dando libre curso a su inventiva. Hace algunos afios, pasedndome en una gran plantacién de la Hanura, en Haiti, me atrajo el sonido de unos tambores: en el fondo de la finea, cerca de un bosque, unos campesinos demacrados, vestidos con harapos, orga- nizaban wna ceremonia vudti de rito mondongue (herencia banti) para un niiio que sufrfa de malnutricién, Esta duré toda la noche y parte del dia siguiente. La dueia de Ia plan- lacin, en cuya casa se comfa opfparamente, era de cutis claro. Le relaté cl acontecimiento, pero ignoraba el vudi y la pobreza de sus campesinos. Probablemente munca ha- bia sentido interés por ellos: sus mundos no comunicaban, En varias ciudades, losnegrosse reunicron en agrupaciones de «naciones» Hamadas cabildos, eofradias (cuando estaban INTRODUCCION 2 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE bajo el amparo de un santo o de la Virgen) y mis tarde sovie- dades, Estas asociaciones de socorro mutuo, con funciones también religiosas, recreativas y culturales, eran dirigidas por reyesy reinas; 0 luego, mas democraticamente, como en las anbas francesas de Cuba, por presidentes, € inclufan a secretarios y tesoreros. Uno de los primeros cabildos se constituyé en La Habana alrededor de 1598. En 1770 0 1780 existian en Cartagena de Indias dos cabildos efik: Carabali bibi y Carabalf briche, En e] siglo xvii en Panamé, Pert, Argentina, Uruguay y aun en Nueva Inglaterra, el dia de Reyes o en otras fiestas religiosas y mas tarde para el carna- val, las diversas naciones», de congos en particular, desfila~ ban con su rey, su reina y su corte. Estas actuaciones eonsti~ tuian una especie de teatro ambulante repleto de mitos y simbolos, de las cuales los carnavales actuales solo son las mis de las veces, salvo quizis en Brasil, Cuba o Trinidad, un palido reflejo. Sila mezcolanza de lenguas africanas con lenguas amerin- dias, europeas y a veces asidticas ha engendrado varios dia- lectos, criollos y patois, han surgido también innumerables hibridaciones del amasijo de la miisica negra y otras tradi- ciones, La liturgia yoruba ha conservado una asombrosa vi- gencia en Cuba —en Matanzas y La Habana especialmen- te— y aun areai ismos que desaparecieron en Nigeria o en. Benin, pero la eneca 0 el tango argentino, por el contrario, fuertemente acriollados, se han disuelto en la cultura blan- ca. Se encuentran todos los tipos de mestizajes y amulata- mientos. Varias culturas africanas se fusionaron también entre s , como los cultos arara de Cuba, de origen dahome- yano, que incorporan ele nentos yoruba de Nigeria, 0 la bom- ba pucrtor iqueda, que alia ritmos ashanti y bantites, Con el paso de los afios, muchas danzas y muchos instru- mentos de misica negros an perdido su caracter sagrado los ritmos burrude Jamaica, antiguamente relacionados con algunos cultos, han sido absorbidos por el mggae; el can- dombewruguayo ha vuelto a ser un espectaculo de carnaval; el tango, proveniente de rituales bantiies, pasé a ser un baile de hombres arrabaleros, antes de conquistar los Estados Unidos y Europa y de ser rehabilitado por la burgue argentina. Empero, es a menudo incierto el limite entre lo sagrado y lo profano: varios cantantes de soul music en los Estados Unidos empezaron por cantar géspel en las iglesias, ‘cos cubanos se criaron en el universo embru- y muchos mii jador de las ceremonias congo, abekud, araréo yoruba. El can- tante cubano Machito (Frank Grillo), pionero en Nueva York del Latin jez, pero criado en La Habana en el mundo abaku4, me decia por ejemplo utilizando una palabra de la lengua de esta secta: «Lengo los entomiiiones enfocaos» (me duelen los pies) Ardientes miisicas, como la conga de los carnayales habane- ros, transformada en la década de 1950 en entretenimiento de salin, también han sido desvirtuadas por los blancos. Por el afio 1980, fui testigo en el South Bronx, donde vi aquel entonces, del principio del movimiento hip-hop, nacido en este barrio, y uno de cuyos principales inventores fue frika Bambaataa. Expresion a la ver de creatividad, de su en pervivencia y de reaccién contra el establishment estadouni dense, el hip-hop, con sus diversas ramificaciones (graffiti, bnak dancing, vap y cédigos vestimentarios: pantalones baggy por debajo de la cintura, gorras puestas al revés, zapatillas deportivas Hevadas sin cordones), ha sido recuperado por la sociedad de consumo y se ha difundido hoy en el mundo entero, Pero a pesar del proceso de dilucién de la cultura afroamericana, algunos bailes denotan todavia sus raices africanas, aunque solo sea por su nombre. Las palabras cum- bé, paracumbé, merecumbé, cuba, cumbancha, que designan va- rias danzas afrolatinas, podrian provenir, ademés del voca- blo kumba, de otro término bantii: nkumba, que significa ‘ombligo’ el sorango, género musical colombiano y brasilenio cuya semejanza con las palabras muselongo (Cuba), longo (México y Venezuela), alonga (Pert) y solongo (Haitt) subraya el musicdlogo Rolando Antonio Pérez Fernandez, también tiene un origen bantii; la bomba puertorriquena 0 el goombay deben su nombre a los tambores que los acomparian; el can- dombe, cl tango argentino, la diiea, 1a bdinbula, el samba han conservado durante mucho tiempo el movimiento pelviano © el contacto de los ombligos (ombligada, vacunao, abrochao, umbigda) caracteristico de antiguos rituales de fertilidad banties, y en el guagnancé, forma de rumba brava cubana, permanece el vacunao. Algunos géneros que se debilitaban dieron paso a otras mtisicas con sangre nueva: asi el mambo destrond reialmente europeo del cual provenia, inuys danzin de origen p 1 reggae reemplaz6 cl mento, cl calipso sus viejos cantos de picongcon resabios esclavistas. INTRODUCCION 23. 24 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE En América Latina, los jesuitas ensefiaron miisica a los in- dios y a veces a los negros. Ademés de las liturgias euro- peas, estos se adueiaron de muchas miisicas profanas trai- das por los blancos: lanceros, minué, courante, passe-pred, contradanza, mazurea, polca, vals, rel, chotis, aires milita- res, cantos de marineros. En algunas iglesias los organistas eran esclavas misicos, otros animaban les bailes de sus amos 0 los entretenfan tocando miisica de bailes de salén. Las misicas europeas, salpimentadas con sincopas, dieron luz a géneros inéditos. Y de la unién entre el cristianismo y las religiones africanas nacieron cultos sincréticos que so- lian recurrir, en el Ambito de las iglesias catdlicas o protes- tantes, a danzas de posesidn, tenicas musicales, ritos y rit mos negros. Hubo también negros que hacian misica blanca, libre de todo exoti mo, ¥; por cl contrario, compositores blancos: Louis Moreau Gottschalk, Amadeo Roldan, Alejandro Gs cig Caturla, Ernesto Lecuona, Gonzalo Roig, Eliseo Grenet, Gilberto Valdés, Heitor Villa-Lobos, Darius Milhaud, Aaron Copland, Leonard Bernstein, por solo citar estos nombres, seducidos por los ritmos y las percusiones afrolatinos. «Nuestras ideas sobre el baile no evocan sino recuerdos de una gimnasia malsana, cjecutada en compaiifa de una mujer bonita; la danza de los negros, en cambio, encierra toda una poesia: estremecimientos, ondulaciones serpenti- nas, una pasién reprimida, un amor febril; es el amor, la pena, encadenados en un ritmo tumultuoso ¢ inflexible», se maravillaba Gouschalk. Ei el Nuevo Mundo negro, el canto, la danza y la miisica nstrumental son, como en Africa, indisociables. Pertene- cen al verbo que, como explica el musicélogo camerunés M.S. Eno-Belinga, «tiene tres coordenadas que lo definen y permiten localizarlo constantemente tanto en las formas artisticas como en las comunicaciones entre la gente. Dadas estas circunstancias, se encuentra en el punto triple: la pala- bra, que sirve para caracterizar la expresin interna y exter- na de] pensamiento; la miisica, que es belleza, y finalmente la danza, que queda sometida a la vez a los latidos de los instruments de misica y al ritmo interno inherente al Dicen a menudo los negros que los tambores y los nentos de miisica en gi relacién semintica directa con el lengua) verbo». astru ral shablan», aun sino hay En la miisica de origen cubano, las exclamaciones «jy dicel» 0 «jhablal» sirven para alentar a los misicos, y los ritmos de tambores se suelen ensefiar con frases, palabras y onomatopeyas que facilitan su memorizacion. Por dltimo, las expresiones de Jabilo y de aprecio: «jsalsal», «jbdtatel», en Cuba y Puerto Rico; «ahf na’ ma’» en Puerto Rico «jbarilé!», «uarildl» o aqguarildls, en el candombe argentino, y ya mant» en el reggae, esiablecen una comunicacidn verbal entre mitsicos y oyentes. $i es cierto que las culturas negras conceden mayor importancia al ritmo, a los contratiempos y acentos en par- ticular, hay también numerosos misicos alrolatinos ¥ ca befios que han creado obras de gran belleza melédica y arm6nica. La miisica, en todas las sociedades afrolatinas y afrocaribe- jias, acompaiia précticamente todas las actividades cotidia- nas: ritos de iniciacidn, fiestas, trabajos colectivos (gayaps, coups Umain, lend hands, coumbites, rituales en los que parti- comunidad, reforzando asi los cipa con frecuencia toda | Jazos sociales. Las barreras artificiales entre las genera- ciones que erigen a veces las sociedades blancas quedan a menudo abolidas y se incita a los nifios a participar activa- mente en el baile, la misica instrumental y el canto. El pecto social y ltidico de algunos géneros: en particular los plays guyaneses y caribetios y los carnavales, en que se olvi dan las preocupaciones cotidianas, se transgreden los ta- biies y se quebranta el decoro en bailes y canciones agresivos o sexuales, facilita la liberacidn, permite evacuar las tensio- nes y las frustraciones que comprometan la armonta colecti- va. El trance, entrega de sa los poderes del dios, en el que «cae» el creyente, constituye una de las manifestaciones mas especiaculares de los cultos africanos y alroamericanos. Suele ser provocado por los tambores y el fervor colectivo, aunque yo presencié en una playa de Rio de Janciro, un 31 de diciembre, a ur mujer negra caer en trance con solo entrar en el mar, asemejado a la diosa yoruba Yemanya. «Mientras que el misticismo cristiano o musulman consiste en una larga ascension del alma hacia Dios hasta perderse en él escribe Roger Bastide—, en el otro misticismo se hace descender a Dios o al espiritu por medio de ritos apropiados, para que se aduene durante un momento del alma de su seguidor. El més alto grado se aleanza en el tran- ces." En los géneros musicales que permiten 0 favorecen la INTRODUCCION 29. Vienne Bastide (958: 49), 25 26 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 24. Mo ssombré un dia una advortoncia de vames Baldwin, quien s¢ lamentaba de que los negros no fsyan construe rmorumentos como catodales 0 cast los, (Per invenciones tan prodigiosas ‘como Ia soul musi, el gospel 0 el jazz, por sjemplo, silos valen bien! 25. Cristsbal Diaz Ayala (1988: 119 dof rhe d nege catedrtico come -incinad 2 usar palabres en forma disparalada y Fimzomeantos 28, Forma deveraticacisn insontcta on Ronda, Andalusia, por Vicente Espine! coetinee de Corvantoe. improvisacién, el talento individual, la imaginacién, el sen- tido del ritmo, de la melodia y de la armonfa (cuando la hay), la calidad del sonido y de Ia voz, la inventiva de los gestosy de los pasos (en Ia danza), suscitan una admiracion marcada, y los grandes misicos aportan su impronta perso- nal a géncros ya establecidos y estructurados. El desafio, el sareasmo, la irrisién, la satira, comunes en Africa pero exacerbados por la esclavitud (permitian burlar el suftimiento y la humillacin y valorizarse a si mismo en detrimento de los mis débiles), oa veces una dolorosa deni- graciin (en Cuba, algunas sociedades de negros «refina- dos» negaban la entrada ala gente mas humilde; en las Gu- yanas, por ejemplo, muchos negros despreciaron durante afios su propia culturazy of varias veces en Harlem a jovenes que se aposirofaban con «hey you, nigger» (‘ven ac, ni- che’)," siendo nigger el término despectivo con el que los blancos estadounidenses de: aban a los 0 gros), caracte del Nuevo Mundo: canciones de puya, de jactancia, de reto, calipso, jongo, bomba, rizan muchas formas mus cales negra rumba columbia. En los Estados Unidos, los dozens, o la vieja Uy, miren el pequefio Milatla, serio’ banjo, qué insolente, sombrero de lado, seo” banjo, bastén en mano, zapatos que hacen ewd-cud, seo’ banjo...» Antaiio, los esclavos se burlaban de sus amos y de sus compaiicrosy expresaban sus tensiones, descosy frustra- cancién criolla de Luisiana que dict ciones en sus danzas y canciones. Algunas mofas se dirigian a politicos, a veces con embozo, como en el son cubano En Camagiiey se cayé el gorlo, 0 a negros de medio pelo, los famosos snegros catedraticos» de Cuba," como el Vito Manué de Bola de Nieve, que «no sabe inglé» pero que hace el pari- pé. Ycomo en el break dancingo el rap, las pulsiones violen- tas se subliman en torneos oratorios, musicales 0 coreogra- ficos que acontecen en contextos codificados. Mencionemos en particular los retos improvisados de los repentistas en Cuba o antes, en Argentina, los de los payadows pamperos, basados generalmente en la forma de versificacion de la décima;® en Puerto Rico, donde también tiene vigencia la décima, las contiendas del seis de controversia; el bambelé brasilefio; o el famoso Avisale a mi contrario del cantante Tito Rodriguez, dirigido a su rival Tito Puente, cuyo estribillo decia: «El que se fuc no hace falta». La blasfemia, tradicién congo y yoruba, utilizada para conjurar la mala suerte y esti- mutar a los dioses que no se manifiestan 0 no cumplen los deseos de los fieles, se practica también, y en Cuba existia antes un tipo de orquestas lamadas Cago en Dios. Un dia es- taba conversando con el escritor cubano Severo Sarduy cuando estallé el trueno. Sarduy brined de su sillay se puso. a inerepar a Changé, el dios yoruba del trueno y de los re- limpagos La plena puertorriqueiia, el son cubano, el calipso, el reggae comentan incidentes locales o acontecimientos de la actua- lidad, transmiten informaciones, dispensan, como en Afri ca, consejos morales o practicos. Las letras pueden ser tan importantes como la misica y, como en el continente negro, se insertan letras inéditas sobre esquemas rftmicos, armér cos 0 melddicos preexistentes, Las canciones cobran enton- cesun significado nuevo. De hecho, para el esclavo wasplan- tado a un universo incoherente y alicnante, o mas tarde para el trabajador mulato y acriollado de las Américas, sin marcos histéricos, la letra original de los cantos africanos, conservada durante el viaje transatlintico, perdia su sentido profundo en circunstancias ahora diferentes, y se imponian nuevas letras pero con giros melddicos tradicionales que permitian conservar el vinculo con el pasado. O en ciertos casos, la riunica de nuevas melodfas se plegaba al compas de acompafiamientos mas tradicionales. Los tambores y otras percusiones, omnipresentes en todas lay sociedades negras, desempefian un papel fundamental, y la miisica afrolatina y caribefia se caracteriza por sus int caciones de ritmos. «Un tambor es un genio», explicaba poéticamente el maestro tamborero y sacerdote vudit haitia- no Pierre Chériza Fénélus a sus alumnos, «Con los tambores, he pasado a ser otro hombre, un tipo “misterio”, Para impro- visar bien con ¢] tambor, hay que lanzarse en el aire, no to- car tierra. Durante el solo, uno Gene que aportar cosas ver daderas, justas, dar un colorido a lo que uno quiere decir, trasmitir el simbolo de lo que uno vaa tocar, variar la inten sidad, juntar, densificar, dominar el principio de la improvi- sacién, dirigirse hacia donde los demas pueden entenderte y no destruir lo que acabas de hacer».%” Los tambores, con su caja de madera y su piel de cuero, que relacionan al hombre con el mundo vegetal y animal, conversan, comu- nican con les antepasados y los dioses y son ellos mismos de esencia divina. O son muchas veces antropomorfos (son INTRODUCCION 27, Comunioasisn oral 27 28 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE «macho» y «hembra», tal como los quitiplés —tubos entre- chocados y percutidos de Venezuela— o las claves cubanas) y constituyen familias («madre», «bebé», como en Haiti). Algunos llevan el compas, otros, generalmente mas agudos, improvisan. Los tambores rituales, bautizados y consagra- dos, reciben libaciones y ofrendas de bebida y de comida Antes de poder utilizarlos por primera vez, los baté eubanos consagrados deben recibir su «vor» de um maestro «hecho y derecho» durante una ceremonia especial, y solo los pueden tocar hombres fisica y moralmente purificados. Hace algu- nos aiios, el percusionista cubano Puntilla (Orlando Rios) ino conservaba en un armario de su apartamento neoyor tambores batds que nutria periddicamente para mantener su and (‘fuerza vital’ y ‘principio divino’). Una famosa can- cién de Arsenio Rodriguez habla de un tambor makuta (congo) llamado Catalina, asemejado a un ser humano; yen Caraballeda, Venezuela, en 1947, un burro negro, principal tambor de la comunidad, atropellado por un camién, tuvo derecho a un verdadero entierro y fue lorado por hombres segiin una costumbre africana, se pide permiso a Jos tambores antes de bailar frente a ellos, y y mujeres. Muchas veces, se dialoga con cllos. En el mundo negro no solo los tambores, sino también los instrumentos de miisica en general, aun los de cuerdas y de viento, tienden a tocarse de manera percusiva (como se pue- de escuch: por ejemplo, en los acentos muy mareados del piano 0 del bandonedn en el tango argentino, que conserva asi sus reminiscencias africanas, 0 en la manera de tocar de pianistas brasilerios como Dom Salvador Tania Maria, acentos que corresponden a los del lenguaje hablado). En la misica afrolatina y caribeiia predominan también la poli rritmia, los contratiempos, los desplazamientos de motivos a lo largo de varios compases, los cambios de ritmo (wiros» en las secuencias musicales de los batd), los cortes de ritmo, con suspensidn de los pasos en el baile, la alternancia enire solista y coro (antifonia), con a veces traslapo entre los dos, el swing, engendrado por la manera de frasear en el «y» del tiempo que precede el tiempo fuerte (lo que Fénélus llama- ba «lanzarse al aire, no tocar la tierra»), las escalas no tem= peradas (en contextos tradicionales), un tipo de voz nasal (llamado voz de vieja 0 voz fanosa en Cuba) que simboliza el estilo africano ya interaccién entre miisicos y espectadores, que baten las palmas. AdemAs, el baile mismo es polirritm’ co. FI bailador no se contenta con seguir servilmente los mandos del tambor sino que lo desaffa a veces (en la bomba puertorriqueiia, por ejemplo). Crea sus propias sincopas, os pies independientes del torso, la cabeza o los brazos y las caderas, la espalda y el trasero méviles (punta hondureiia © kaseko loko de Surinam, por ejemplo), con movimientos mucho mis flexibles y cadenciosos y, cuando caen los tiem- pos fuertes, mas asentados en ellos que en otras mis tiempos fuertes sirven de panto de apoyo para rebotar as, los INTRODUCCION 29 30 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE mejor. Por tiltimo, el canto no esta siempre rigurosamente supeditado al fundamento metronémico, como en la rumba brava cubana, en la que las voces parecen desprenderse de este y flotar en el espacio. En este panorama de las miisicas afrolatinas y caribefias, que tanto desprecio se han granjeado, he tratado de dar una idea de su riquezay de su diversidad, y qui! homenaje a los ar era rendir tas negros del Nuevo Mundo, He hecho més hincapié en los géneros tradicionales, menos conocidos que los géneros populares. Pero como cada pueblo o bohio, cada islita, cada comunidad tiene sus propias fiestas, dan- zas, ritmos y cantosy da innumerables nombres a sus instu- mentos, solo he mencionado los géneros musicales esencia~ les. Queda todavia mucho por descubrir, en particular en el terreno de la métsica negra de América Central 0 del Cono Sur, aunque alli, desde hace algunos afios, han surgido va~ rios movimientos de r are de culturas negras que estaban desapareciendo y, seguramente, las futuras indagaciones abrirdn horizontes insospechados. Estas indagaciones son mpostergables Cuba Cuba, donde sigue latiendo el corazon de Afr digioso crisol de ritmos. La miisica se de: Jos comienzos de la colonia. «En la isla —nos informa Alejo a, es un pro= rrollo alli desde Carpentier—, la misica se ancicips siempre a las artes plis- ticasy a la lite cuando otrasman festaciones del espiritn —excepiuandose la poesia— solo estaban en su fase incipiente».! Es Cuba la que nos ha legado percusiones tan difundidas en el mundo como la tumba- dora, los timbales, las claves, el gitiro y el bongs. También, ha popularizade las maracas, cuyp origen se atribuye a veces a los indios, aunque ellos usaban sonajas de forma dife- rente. El aporte negro a la mitsica popular cubana es consi: satura, logrando madu derable. «De todos los factores integrantes de la cultura cubana —apuntan Jorge ¢ Isabel Castellanos—, la mtisica es cl mas influido por lo africano. Ha sido por medio de la miisica que la cultura afrocubana ha logrado su maxima pe- netraci6n en el alma nacional. Blancos no muy relacionados con la poblacion “de color”, ewropeizantes en casi todos los aspectos de su diario vivir, no han podido evitar el “conta- gio” de los ritmos music: les y danzarios de los negrosy, a la hora de divertirse, se han rendido ante el hechizo de contra- danzas, sones, congas, rumbas, danzones, mambos y cha- chachies saturados hasta las raices de jugos afroides».’ Esta africania de la mtisica cubana ha resistido a nes, y los negros siguicron practicando sus dan, cultosa hurtadillas. represio- 5, Cantos ¥ En el siglo xvt ya habfa mil negros en la isla y, durante poco més de cien aiios, casi un millén fueron importados para cortar la cafia y el tabaco, roturar la tierra, construir bateyes ycatedrales, Primero llegaron congos y mozambiques, segui dos por caboverdianos, mandingas, fulanis, wolofs, arar fon, ewe, yoruba, ckoi, ibo y otros pucblos del Africa Ocei- dental. Muchos esclavos se escaparon y formaron palenques, 1. Véase Carpenter 1946, 2. La palabra conga podtia provenir dol ‘ecatlo banta ‘6. jolgoro’ Inga. quesignica ‘can 3. Vease Castellanos y Castellanos Woo: 267), 32 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE entre ellos algunos congos, refugiados en particular en El Guayabo, en la regién de Pinar del Rio y en la Sierra Maes- tra, A fines del siglo xix, ciento diez mil obreros jamaiqui- nosy ciento veinte mil haitianos se asentaron en Cuba. El racismo, exacerbado con el advenimiento de la Repti- blica, a comienzos del siglo xx, y con el apoderamiento de los recursos econémicos de la isla por los estadounidenses, reiné mucho tiempo. En 1912, el Gongreso aprobé en par- ticular una ley que exclufa alos negros de la funcién de presidente de la Reptiblica. Los miisicos negros no podian tocar en los grandes hoteles y en los clubes privados del Vedado, en La Habana, y en otros centros turisticos reser- vados para los blancos, y la segregacién dividia hasta las academias de baile: los blancos y los negros frecuentaban cada uno las suyas, y algunas s les negaban la entrada a criadas. Poco a poco, sin embargo, numerosas orquestas negras lograron winbar las barreras ciedades de «negros finos» raciales, y la miisica est hoy en dia generalmente exenta de prejuicios. Desde muy temprano, los negros brillaron por su talento musical y constituyeron la mayorfa de los miisicos cubanos, cuando muchos de los primeros colonos espafioles eran sol algunos clavos dominaban varios instrumentos europeos: arpa, vihuela, pifano, bandola, violin, corneta. Algunos tocaban miisica sacra, otros amenizaban bailes organizados por los plantadores. Segiin la leyenda, dos hermanas negras libres oriundas de Espafiola (Santo Domingo): Teodora y Micaela c portugueses, primero en Santiago, por entonces capital del pais, después en La Habana. Mis tarde, hubo negros que pertenecieron a orquestas que acompaiaban especticulos de musichall y 6peras. A principios de la década de 1830, habfa en Cuba tres veces mas miisicos negros y mulatos que miusicos blancos. dados y campesinos iletrados, Desde el siglo xv é inés, formaron orquestas que inclufan misicos espatioles y En los barracones de los ingenios azucareros y de las planta- ciones, los ritmos, producidos por tambores y una multitud de utensiliose instrumentos improvisados (guatacas, arados, cajones, palos, cucharas, sonaj , arcos musicales, rasp: botijas en las cuales se soplaba) llegaron a los ofdos de los blancos y se infiltraron poco a poco en la mviisica europea. Miembros de una comparss en La Habana, Ya en 1598 aparece en La Habana una agrupacién de negros libres, controlada por la Igle: dios. Luego se constituye Nuestra Seiiora de la Luz, pero los cabildos de la nacién: Arara Magino, Arard Dajomé, Arara Gangi, Apapa Chiquito, Mandinga Lucumi, Nacién Congo Reales (sitttado bajo la advocacién del rey Mago San Melchor), Carabali Ungri, Nacién Mina Popé de la Costa de Oro, se desarrollan especialmente a partir del siglo xvii. Estas so- cicdades recreativas y de socorros mutuos favorecen el mantenimiento de tradiciones ¢ idearios, Sus jerarquias son inicialmente calcadas de la Corona espanola, con un Nuestra Sefiora de los Reme- rey, Una reina, un tesorero, un secretario, un mayordomo y una corte.! También se practicaban rituales dentro de estos cabildos. En varias épocas de la coloniay al principio de la Repiiblica, las autoridades, y luego la policfa, saquearon los santuarios negros y destruyeron los tambores. Sin embargo, se permi- ti6 a los cahildos desfilar el dfa de Reyes. Las comparsas arrollaban en las calles de las ciudades con un derroche de colores y de sonidos con sus reyes, reinas, abanderados, mii- sicos y bailarines. Diablos® ejecutaban varias danzas y los desfiles inclufan la marcha (0 cocoyé), especialidad de tas tumbas francesas (sociedades de ori, sale la cancién Tabatié moin tombé, interpretada por Benny en haitiano), de donde CUBA 33 4. Se encuentra somojante jerrquia on lis seciodaves La Rose y La Marguerite de Santa Lucia jen alguras cociedades ‘congos de Panama 5. Fernando Ortiz (1960) expica el te- mmino de diablos por al hecho oe que los blanoas ercontaban en ol vestuaro de bbs negros los «dlabos que acompafia- han entes las pronesionas catsieas del Corpus Onis en Cuba. en Espata y otros palace, 34 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE ©, auzas denvada del cute de fa ser plente de Ouican Dahomey) 7. Ortiz (1963: 285-265) 8. La tancculturacion blanca de lor tambores negros, ig, 205-265, 9. Luicumi proviene qui dela palabra ‘kum, que designa una persona oriunda {0 Al. en 0 euroesta da Nigara, Moré con el titulo de Se me cayé ef tabaco, el saludo, el cuadro (0 cuadritla), el tango congo y el calabazén, danza campesina asociada a un rito de la culebra,’ en que se bailaba alrede- dor de una falsa serpiente cantando: Que la culebra se murié Galabazén, son son Yo mismito la maté.’ Poco a poco, estos desfiles se transformaron en carnavales. En el primer decenio del siglo xx, el presidente Mario Garcia Menocal prohibié las comparsas, pero el incoercible carnaval reaparecié a partir de 1939. Hoy en La Habana, Santiago y otros lugares de la isla, los participantes invaden las calles con sus faroles, bailando al compas de quijadas, tambores bombos, galletas y tumbadores, cucharas, sarte nes atadas al cuello y percutidas con palos; en la provincia de Oriente, cornetines chinos (oboes traidos por los chinos Hegados a fines del siglo x1x para construir los ferro rriles) y, de manera mis moderna, varios instrumentos de , saxofones, trombones. En Banes, oriente, ciudad natal del dictador Fulgencio Batista, las comparsas incluyen también a personas de origen haitiano y domi- viento: trompeta La miisica negra no solo resisti6 a todas las persecuciones, sino que también se perpetué con asombrosa vitalidad. So- metié la miisiea blanca al compas de la clave, ritmo primor- dial africanoide con variantes, sobre el cual se articulan to- dos los géneros populares del pais. Aun las campanas de las, iglesias, notaba Fernando Ortiz, tocaban ritmos negros* y niel punto guajiro (el punto es quizas oriundo de las Cana- rias), ni los otros géneros folcléricos de origen espaitol esca- paron al mestizaje De todos los africanos de Cuba, son los yoruba, los efik (abakud 0 Cross River), provenientes de la zona fronteriza entre Nigeria y Cameriin, Jos congosy los arara, oriundos de Dahomey, quienes mejor preservaron sus lenguas, mi da as y cultos. Los yoruba, también lamados /ucumies! en a isla, vienen de varios lugares del suroeste de Nigeria: Egba, Ketu, jebu, Ife ‘Trajcron su lengua, con sus modismos regionales, su siste- ma de adivinacin por los cauris (fa), su espléndida cosmo- gonia, sus tradiciones orales, cantos, danzas y tambores. Fusionando —de manera bastante superficial— con el cris tianismo, su religi6n engendré la santeria (0 regla de Ocha), culto sincrético particularmente bien mantenido por la sec- ta Ocha-Ifa. Si los orishas (dioses) fueron asemejados a san- tos cat6licos, permanecieron, con sus atributosy sus tempe~ ramentos, amasados en la greda africana. Algunos de ellos son burlones y traviesos: «En la cultura afrocubana —escri- ben Jorge ¢ Isabel Castellanos—, adoracién y recreo distan mucho de ser términos contradictorios»."” Ogtin es el orisha de la guerra y del hierro; Babalit Ayé,"" que corresponde a San Lazaro, el protector de los enfermos; Ochtin, equiva- lente de La Caridad del Cobre, el dios de los rios, del amor y de los instrumentos de cuerdas; Orula, el de la adivina- cidn; Changd, equivaleme de Santa Barbara, el del wucnos Yemayé, la diosa del mar. Yson muchos més los orishas. Estos orishas (tamb) rados acompasados por los daté, tambores de dos parches cn forma de relojes de arena, que pertenecen a 1 Hamados santos), son invocados con cantos s Changé y son tocados tendidos sobre las piernas de los mi- sicos sentados. Llegaron a Cuba a comienzos del siglo xix. y sus toques difieren ligeramente en La Habana, Matanzas y el resto de fa isla, conforme a las distintas procedencias geograficas, dentro del territorio yoruba, de los seguidores del culto. Mis comparaciones con la miisica actual de Nigeria me han mostrado que estos toques han tendido a aminorar- se en Cuba, mientras que la letra de los cantos ha retenido arcaismos hoy desaparecidos del lado africano. Cada orisha tiene sus propios toques (Changé, la mets, por ejemplo) y sus propios cantos (Ochiin, «Veyé ofto 4, «Agolona e>: Changé, «Eni aladdo»), y se saluda primero a Eleggua, dios de lasencrucijadas, quien abre y cierra las ceremonias. Cada toque desarrolla sus conmovedoras flexiones, tomando complejos «caminos». Cuando un eriska, llamado por los cantos y los tambores, «monta» a su seguidor, se habla de Yemay «santo subido». Los tres batd, de timbres diferentes, que forman parte de un conjunto, reproducen los sonidos y en menor medida, el tambor de axila nigeri flexible y percutid con una baqueta, no arraigs en Cuba— los deslizamientos de un no, m4 tono al otro de la lengua yoruba. Se contestan mutuamente, 10. Vease Castellanos y Castellanos (1994-279, 11. Fue popularized on fos afos cin- cuenta por Miguelto Valdés con la can n Rabati, de Margarte Lecuona. Val des vino a ger eanacido en fos Estados 36. DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 42, Véba09 Nodal (1988: 185) Tambor bata onboto,elavesy bay contestan al cantante solista (akpuén) en una luminosa con- te inteligible, y alaban a los dioses versacion, semanticame con fulgurantesacentos, contratiempos y rupturasde ritmo, Los batd consagrados, «de fundamento», fabricados con ma- dera de cedro o de caobay rellenos de semillas de cacao u otros objetos que simbolizan el wid, son «nutridos», 0 sea salpicados de sangre de animales. Al contrario de los tam- bores profanos, no se templan con el calor de una llama. Para las ceremonias se les pone pasiuelos de seda 0 unas es- pecies de delantales bordados (banté) decorados con abalo- rios, cauris, perlas y fragmentos de espejos. Los oli bata ner una linea de (tamboreros) deben, explicaba Puntilla, « vida recta». Yantes de tocar, deben abstenerse de relacione: sexuales, purificarse y vestirse de blanco, y ni las mujeres ni los homosexuales pueden tocar los batd. Estos tambores incluyen, por orden decreciente, el iyd (ma- dre), el itétele (la etimologia es incierta) y el okénkolo (a ome- 16), quizas de koh, ‘cantar’, y lo, «tocar el chachd (sonaja)».!? Los parches del iyd:la boca (o emi) y la culata (0 chaguaré), més pequefia, estan rodeados de dos cinturones de casca- (chaworé 0 chaguaré). La boca del iyd y del itétele esta rta de una sustancia (faddela 0 idd) que amplitica el sonido, Se afina primero el iyé, despu beles cubi el itdteley el okénkolo. Para la miisiea profana se utilizan otros baté, los ili (aberieolé © judios), que se distinguen de los betd rituales por algunas diferencias estructurales, asi como los shekerés (también Ila- mados gitivos, calabazas cubiertas de una red con cuentas de vidrio o semillas). En algunas ocasiones, los batd acogen es- tamas de santos o de la Virgen, como Nuestra Sefiora de la Merced (cquivalente del orisha Oshala), a su salida de las iglesias y los escoltan en las calles durante procesiones. Segtin Romulo Lachataneré, la santeria fue introducida en 1937 en la provincia de Oriente por un santero de Matan- zas, donde se cruzé con elementos congos.!’ Efectivamen- te, fui invitada en Palma Soriano a la casa de un santero que reverenciaba también dioses congos y soplaba aguar- diente en su cuarto sagrado para purificarlo. Yen Trini- dad, magnifica ciudad colonial del sur de Ia i a los orishas en el Palenque de Congos reales con danzas ritmadas por tumbador a, se agasaja s, maracas, guliro y shekeré En Matanzas se implanté otra cultura yoruba, la de los ives (oiyesha), oriundos de Hesha, en Nigeria, yen el siglo xix se funds en Matanzas el cabildo lyes4 Modu San Juan Bautista. Los tambores iyes4, lamados colectivamente this, comienen también el aiid. Cilindrico: de dos parches pero monoper- isten en cutidos, eon piel de chivo atada por cuerdas, con caja, segundo, tercero y bajo. Un agongo prime y wun agongo segundo (campanas de hierro sin badajo), gitiros y shekerés (aggiiéo aghé): cachinbo, segundoy golpe, que invocan a Ogin, y otros is6fonos enriquecen la polifonia. El asén, atributo del sacerdote, también presente en el yudu arara haitiano, facilita la comunicaci6n con los dioses. Los tambores olokiin, menos frecuentes, y los bembés pertene- cen a Ja tradicién yoruba. Los benbés, profanos, suenan en fiestas también llamadas beméés (0 guemiters), done uno se divierte con los orishas, pero, aclaraba Puntilla, sin pedisles directamente favores. El término bembédesigna también, en. el ambiente latino de Nueva York y en Puerto Rico, improvi- saciones sobre ritmos de seis por ocho. Los tres tambores bembés, de forma diferente y con parche clavado, se afinan al calor de wna llama y se tocan con baquetas. Se les sustituye a veces por tres tumbadoras Ilamadas caja, dos y mula," 0 tres guliros que tocan en seis por ocho. Ackerés (son: gés (cencerros) y una guataca o un iséfono de madera afla- 8), ago. den sus voces al conjunto. cuBA 87 18, Wace Lachatafwré (1940: 27-28), bres de tambores congosde yaka viase ‘mds adelanto 38 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 15. Sepiin a leyenda, 08 apap, trib clegida do los off, so aduoharen del liturgias yorwba son lentas y amplias, frecuentemente basadas en la esc yaturas. Al solista, con timbre de voz nasal, contesta el coro (ankori). Las puyas (0 makutas), que increpan alos dioses, 0 conjuros, sirven para aguijonearlos y precipitar su inter- vencion. la pentatonica, con deslizamientosy apo Niitigos es el apodo despectivo dado en Cuba a los efik y ekoi (0 abakua), también conocidos como carabalies (de Calabar, nombre dado por los portigueses a la costa sur de Nigeria). En los mitos abakud, relatados en lengua antigua, cl inka- me Abassi (Obassi ekoi o Abassi efik) es el dios supremo; Abakua, el ancestro hajado del cielo. Los efik, original- mente separados de sus rivales los ef, terminaron por unirse. Y en 1835 se constituye la primera «potencia» o «juego» (sociedad secreta) Aaniga: Acabatn. Los abakua fundaron muchas otras potencias y cofradias de sangre (mana), especies de logias masonicas en que la virilidad y el valor de los nuevos miembros se sometian a pruebas duran- in cierta époc te ritos inicidticos esotéricos. , las pote que atr sospechaba que come policia. Masa partir de 1836, admitieron también a blancos y asidticos, obligados a conformar: En «Ecué Yamba-O>, Alejo Carpentier ofrece una pintores. cadescripeién del ambiente abakua. Por las calles salen bai larines enmascarados, los iremes (0 diablitos), representan- tes de los espiritus de los ancestros que re; fan elementos del hampa y de cuyos miembros se n delitos, fueron perseguidas por la “econ sus reglamentos. resan a la Gerra para cerciorarse del mantenimiento de las tradiciones. Su coreografia, ena de fintas, cortes, vueltas, es didas de espalda y gestos ritualizados, constituye un verda- dero lenguaje codificado que adoptaron en particular algu- nos bailadores de rumba columbia. Los tambores abakud, con cuerdas ter sadas con cuiias, (apd y cl bonks enchemi- yé, cuya caja se golpea con dos baquetas (itones). Los com- plementan los erikundi (sonajas de mimbre) y un ekén son el biankomé, el kuchi-yeremd, el of (campana sin badajo). Existen también tambores simbéli- cos, rara vez utilizados: el ekué (tambor de friccidn),! mate- rializacién del prin los bufidos del leopardo totémi pio divino, cuyos grutiidos recuerdan 0, senserihd, empegd, ekue- nin, enkrikamo. Guando los iniciados salen de su recinto sagrado (Jamhd), dos ritmos acompasan la marcha: el off, rapido, en seis por ocho, tocado por el bonké enchemiya y que representa el fue~ gory el gfé, lento, que representa el agua. Los miembros de la powencia Carabalf Izuama wtilizan también cuatro tambo- quinto, fondo, rspondedora y bajo, y evocan a veces a su fundador con ritmos binarios, Los congos —nombre dado en las Américas a personas de origen bantti, kikongo especialmente— incluyen varios gru- pos étnicns: los ndongo (Ilamados mondongas en Cuba), los loangp, los bacongo, los mayombe, ete. El sabroso Iéxico congo (aun La Habana tiene un nombre congo: Mbansa) ha colorado el habla cubana y muchas canciones populares. Mambo, tango, conga, bongé son términos congos. Las diferen- tes reglas (sectas) congos: mayomberos (0 paleros), especialis- tas en magia negra; kimbiseros, con su dios guerrero Zara- banda;" kinfuitens, briywnberos, se diferencian por sus ritos. N’Zambi ( stoma -s0un- tbs, Cesigna también cleta manora de ballar ta rumba coumba (véase mas adelante, yla expresion «(Que dlambo?= f +20ue mambo? signtfiea en Cuba ‘,Que pass?’ $8. Voaco Ortz (1081, 40 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE El mani, danza pugilistica y acrobatica conga, parecido al kalinda, a la capoeira o al ladjia martiniqués, asi como la danza con palos entrechocados ejecutada antaiio el dia de Reyes, han caido en desuso, La makuta, danza guerrera de pareja cuya wadicién conserva en particular el cabildo Kunalongo de Sagua lugares. El ceremonial de la makuta empieza cha y por un saludo a San Francisco, santo tutelar del cabil- do, y ala bandera de la asociacién, Los cantos se acompa- fian con dos tambores en forma de barril percutidos con baquetas, una maraca y un cencerro. la Grande, solo subsiste en algunos por una mar- Antiguo baile de fertilidad en que el hombre persigue ala mujer y trata de «vacunarla» (o «abrocharla»), es decir, rea- lizar frente a ella el movimiento pelviano que simboliza el contacto sexual, la ywke perdura en particular en El Guaya- bo (provincia de Pinar del Rio). Los cantos (makaguas) evo can a veces al soberano del antiguo reino del Kongo. Los tambores: caja, mula y cachimbo (también amado tumba o Hamador), estin hechos con troncos de rboles y se percuten amano limpia. El tocador de eajalleva cascabeles de pulsera que aportan una vibracién suplementaria, y otro misico golpea la caja del tambor con baquetas. Se afiade a veces una guataca, una marimbula (cajén de madera con flejes pa- recido a la mbira africana), una botija, un gitiro, nkembis (es- pecie de maracas) u otras percusiones. Algunos tambores bantties se usan en contextos profanos: las congas, de forma de barril (el quinto, agudo, que improvi- sa; la tumbadoray el tes golpes, que mantienen un ritmo fio); el boot (0 bongs), tambor large y estrecho tocado con las ma~ nos y antes reservado para los carnavales; y las guaguas, he- chas con troncos de arbol ahuecados, que ejecutan rit- mos con nombres de animales (chivo, mula), El tingo talango (0 tumbandera), arco musical de origen bantii, existié hasta el principio del siglo xx. Los cantos congos se caracterizan por una répida alternan- cia entre el solista (gallo) y el coro (vasallos). Como en la miisica yoruba, contienen puyas (invectivas), y en tiempo de la colonia, los gallos congos se lanzaban puyas entre si en verdaderos duelos oratorios, que suscitaban la hilaridad. de los asistentes. En Matanzas persisten. también liturgias fiinebres congo-musunde. Y Rogelio Martinez Furé canto guerrero de la region, de origen benguela (Angola), que algunos ancianos evocan con emocién: Oié oié gangan Zumba kasenda Oié oié gangan Zumba kasenda." En Trinidad, coros congos con un solista y un coro mixto interpretan en Navidad tonadas de origen espaiol, pero acompariadas por tres tambores de yuka (quinto, requinto, bonba), mis una guataca o una reja de arado, un gitiro y claves de metal La civilizacién de los dajomé (arar4/mina), de origen ewe, fon o adja, es menos conocida que las otras etnias afrocuba- nas. Varias sectas dajomé practican el foddiin, parecido al vad, Como la santeria, el foddiin incluye varias divinidades, entre ellas Ebioso, dios del fuego. Yen La Habana y Matan- zas subsiste un rito mezclado con el dios Agronika Babali sagrados de cuero de vaca sujetado con ctifias de madera: Abiiufo, Roniajo, giiegilé, asajin, apliti, achebolisé, a los que se afiaden cheré (sonajas). En Jovellanos (provincia de Matan- zas), se usaba un ogin (campana sin badajo). Por iltimo, los haitianos establecidos en Santiago a fines del siglo xix taj ron elvudti, que sigue practicindose. mentos yoruba, el del Ayé. Se reza a los dioses con tambores Las personas de procedencia ewe 0 fon, llegadas de Haiti después de la Independencia del pats, a fines del siglo xvit, y llamados negros franceses, fundaron en Oriente sociedades de miisica y dang: las fumbas francesas (de tunba, nombre genérico de sus tambores). Hoy solo quedan dos: Pompa- dour Santa Catalina de Ricci, ubicada en el barrio Loma de Chivo, en Guantanamo, y Caridad de Oriente, en Santiago. Antes dirigidas por reyes y reinas, hoy por presidentesy pre- sidentas, ejecutan danzas criollas, algunas derivadas de danzas de corte francesas: masén, yuba, cocnyé, frouté, babul, mangasilé, carabirié, grasimé.” Estas danzas, codificadas, son ordenadas por un mayor o una mayora de plaza, equivalen- tes de los commandeurs del quadrille martiniqués o guadalu- peiio. Los cantos, dirigidos por el compasé (olista) estén en patois (dialecto). La miisica esta a cargo de tumbes decora- das, con parche tenso con cuerdas atadas a cuiias, cuyos nombres son idénticos a los de ciertos tambores de Haiti: el gran premier (o repicador), que improvisa, cl buld y el segén (también Hamado bul 0 bébé), mas un caté (is5fono de CUBA 19, vsase Martner Fane (1997) a 42 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE madera percutido con dos palos, que da el ritmo del cingui- Wo) y chachds (o marugas, maracas). El masénva acompaitado ademis por una fambov, tambor bimembranéfono también utilizado en el merengue dominicano. La rumba brava, que combina cantos en parte influides por el cante jondo y ritmos de tambor bantites, es una de las manifestaciones musicales mas bellas de Cuba. Se practica con fervor en lus calles y los solares (patios de los barrios populares de La Habana y de Matanzas). El guaguancé, el yambii y la columbia son sus tres principales formas. En el guaguancé, procedente de ka yukay de la makuta, el hom- bre persigue a la mujer con iny de «vacunarla». Ella coquetea y se esquiva con pasos mas mesurados, cubriéndose el sexo con su saya. O bien rechaza ativos movimientos y trata al hombre 0 bien «se entrega» con el «botao». Los bailado- res respetan también el oya, forma circular que simboliza la plenitud del univ guas) que marcan un ritmo fijo (edseara) tejen una trama so. Tres tumbadorasy dos palitos (o gua sonora embrujadora. En el yambi, nacido alrededor de 1850, mas lento y como suspendido en el tiempo, no se va- cuna. Acompaiiado por cajones (recuperados de los barcos por los estibadores de La Habana) que reemplazaron a los tambores cuando estos fueron proscritos, es bailado por ancianos 0 por gente que imita el comportamiento de los ancianos, La mujer finge por ejemplo limpiar el piso, pero ala vez meneando sugestivamente su trasero, ya que los cu- banos nunca se desprenden de la sensualidad y del humor. La columbia, briosa y acrobatica, es cosa de hom- bres, pero en Matanzas, Andrea Bar6 fue la primera mujer que se atrevié a bailarla. Los movimientos son dislocados inspirados en danzas abakuds y congos, y el quinto dialoga con e] lador. Han caido en desuso las antiguas rumbas el sentido miméticas, llamadas rumbas de liempo Exparia, basadas a me~ nudo en el ritmo del yambii: tahona, creada por los panade- ros del barrio habanero de Carragua (aunque un baile santiaguero del mismo nombre, quizis derivado de la tajona, danza de tumba francesa), empina et papalote, gavildn, mamagiela (0 mama abuela), que evoca aun niiio regaiiado por su abuela. En la década de 1980, algunos con- gueros de La Habana condimentaron la rwmba brava con mbién hay contraticmpos diferentes de los de Matanzas, creando un complejo funbao (ritmo de base) llamado guarapachanga. La rumbamatancera, mas compacta, més sobria, es empero igualmente expresiva. Quintaesencia de la rumba brava, la rumba matancera es, usando una analogia taurina, una «natural», mientras que la rwnba habanera es una «verdni ca». Unos de los mas eximios representantes de la rumba brava son Los Mufiequitos de Matanzas, grupo fundado por Saldiguera (Esteban Lantri) y Virulilla (Hortensio Alfonso Hernandez) al que se incorporé Catalino (Floren- cio Calle}, que pasé a dirigirlo. En el siglo xix, en los carnavales de La Habana, unos coros entonaban «canciones de Ja tierra» acompaiiadas por claves (0 palitos) y otras percusiones. Luego, en La Habana y en Matanzas, actuaban en Navidad y en otras ocasiones y se desafiaban mutuamente otros tipos de coros, que repre- sentaban varios barrios: los coros de clave (deformacién de Anselmo Clavé, compositor catalan), los cons de rwnbay los coros de guaguancé. A partir del siglo xv, aparecen en Ia isla bailes criollos: cumbé, paracumbé, chuchwmbé," gayumba, zarambeque, calenda, luego destronados por la dansay la guaracha. La danza a su ver deja paso a la contradanza, siendo la primera San Pas- cual bailén. Tiene cuatro partes en las cuales se ejecutaban figuras impuestas. Alrededor de 1875, deviene un baile de parejas mas sincopado llamado danzén, género populariza- do en 1877 por Miguel Failde, joven cornetista y compositor matancero. La guaracha, alerta y libertina, surge poco después en las zonas portuarias de La Habana y la adopta el teatro bufo, de origen napolitano. A fines del siglo xix nace en Oriente el bolero, géncro de cancin romantica o bucéliea provenic te de una danza espafiola de ritmo ternario, de gran fuerza emotiva. Se acriolla en Cuba, adquiriendo un compas de cuatro por cuatro y sincopas. Es interpretado primero por trovadores que se acompaiian a la guitarra, luego por gru- pos que utilizan un bongé y a veces timbales. En las calles de las ciudades, los vendedores ambulanies en- tonaban para anunciar su mercancia cadenciosos prego- nios de oficios nes, mucho maslibres e inventivos que los ca europeos. Las melodias y las letras revelaban a menudo una imaginacion férti y Moisés Simons se inspiré en uno de estos pregones para componer su famoso El manisere, que, cuBA 43 24. EI cube el ehuchumbe fueron lambén traidos 9 México on Ia msma 14 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 22, Véace Homanéoz (1986: 141), con el titulo inglés de The Peanut Vendor, lanz6 en los Esta~ dos Unidos la boga de la misica cubana. El recio son, de raigambre conga, nace en las campiiias de Oriente a fines del siglo xix, en las afueras de Guantanamo, Holguin y Baracoa. Es el primer género musical cubano en haber utilizado un tambor tocado «a mano limpia», a saber, el bongs. Este son incoativo se acompanaba con instrumentos rudimentarios: lingo talango, quijada, botija (con 1a funcién de contrabajo), marimbula, tes. El son arraiga después en San- tiago, donde se jactaba un mulato Hamado Nené Manfugas: Cantador que se dilata migo no forma coro, si tiene diente de oro se la pongo de lata.” A comienzos del siglo xx, el tango congo de los antiguos car- navales se metamorfosea en congaen que se culebrea en fila india, levando la pierna para atrds en el cuarto tiempo. Los politicos la utilizan para sus campaiias electorales, Ella ins- pira a Rigoberto Leyva su famosa cancién La chambelona (palabra que significa ‘caramelo’), con su refran «Aé,aé,aé la chambelona», ¢ invade los salones en una forma mas in- dolente a partir de los afios treinta. En los Estados Unidos, elactor y cantante cubano Desi Arnaz, casado con la actriz estadounidense Lucille Ball, seguira popularizando la con- gaen los afios cincuenta en sus conciertos y programas de television. A partir de los afios treinta, la rhumba, funda- mentalmente diferente de la rumba brava yen realidad mas parecida al son, logra un éxito internacional, primero en los Estados Unidosy después en Europa. (En los afios vein- te, los productores estadounidenses descubrieron la miisica cubana durante sus vacaciones en La Habana. Contrataron a varios artistas cubanos, pero también puertorriquefios y dominicanos, mas como desconocian estas misicas, pusie ron a géneros distintos la misma etiqueta shumba). Uno de los mejores intérpretes de esta rhumba, en las décadas cua- renta y cincuenta fue, en Nueva York, el pianista puertorri- queiio Noro Morales, cuyo incisivo fraseo sigue siendo un modelo de referencia. Las principales pereusiones de la misica popular cubana (y de la salsa) son las claves, a veces utilizadas en obras sinfé- nicas. Al parecer, segtin Fernando Ortiz, provienen de las clavijas empleadas para la construccién de barcos® y consis- ten en dos palos percutidos que dan el ritmo de la clave (el que golpea es el macho, el otro la hembra); el bongs, oriun- do de Oriente y compuesto de dos tamborcitos con cuero de chivo atados, uno macho y el otro hembra, que da el ritmo del martillo; los timbales (0 paila), derivados original- mente de los timbales tocados por los soldados de los anti- guos batallones de pardosy morenos. Hoy consisten en dos cajas montadas sobre un trébede, con un woodblock y un cencerro, que tocan un ritmo Hamado edscara; la tumb: dora* (conga 0 timba), prohibida en determinadas épocas por las autoridades, que toca un ritmo llamado twmbao; Ys por filtimo, las maracas, el giliro y el cencerro, general- mente tocado por el bongocero durante las secciones de las piezas lamadas montunos. cuBA 45 23, Vase Orta (1952) 24, Aveces llanadamambisa, de Nam- hises. nombre de les patriotas aus ix charen contra Espafa durante la guerra de Indopandencia, image not available image not available image not available 4. Nacion del Elefante (Nagio de Ele: fante en portugués| dojo de destiar en 1962, después de la musrte de sureina Dona Santa DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE de Sao Paulo, de Minas Gerais, del Mato Grosso y del estado de Goias para las fiestas de San Benito, Nuestra Sefiora del Rosario y el Divino Espiritu Santo, pero ha sido frecuente: mente recuperado por los blances. En él, se ejecutan simu- lacros de combates con espadas y palos. En el siglo xix, se consideraba menos prestigioso que los congosy las congadas. El mocambique también esti dedicado a San Renito y puede acontecer para los entierros. Maestros de ceremonia dirigen el cortejo fiinebre hasta el cementerio mientras que se canta y se baila para acompaiiar al difunto. Hoy en dia, grupos Hamados companhias bailan el mecambique al compas de ca- jas, chocathos (maracas 0 sonajas), reco-rcos (palos dentella- dos yr spados), permangunas (0 pranangunas, ou tipo de rascadores), xeque-veques (tubos llenos de semillas y sacu- didos); en Minas Gerais, caxambnis y cuicas (0 roncadores, tambores de friccidn), y en el estado de Goiis, pandeiros (panderetas), y los bailarines Hevan cascabeles en las ro- dillas. Mujeres vestidas de blanco, las (aiéras, destilan bai- lando para las fiestas de San Benito y de Nuestra Senora del Rosario. n el estado de Espiritu Santo, en Santa Cruz, Goiaberas, Caiera Velha, Manguinhos, grupos de congps bailan para la fiesta de San Ber cién de un capitin, que tiene un bastén en la mano. Cantos, que evocan a veces la esclavitud, estin acompaiiados por tambores (congoy eaixa), tambores de friccién (puitas) y casa- eas (reque-reques 0 ganzis, raspadores de madera decorados con una cabeza esculpida). En Minas Gerais, para la fiesta del Rosario, que dura de julio a agosto, los congos marchan con sus estandartesy con jinetes llevando una lanza, los cua ito y otras fiestas religiosas bajo la direc les simbolizan San Jorge Especialidad de los carnavales de Recife y de los estados de Paratba y Alagoas, el maracatii, también de origen banui, era antes ejecutado por diferentes snaciones» africanas en Navidad, el Dia de Reyes y otras fiestas religiosus y profanas. Las sociedades de mamecaié actuales: Nacién del Elefante, Nacién del Ledn Coronado, Sol Naciente y Porto Rico, des- filan por las calles con sus reyes, reinas, principes, embaja- dores con estandartes, bahianas con vestido tradicional, que recuerda el de las mujeres antillanas, animales de carton y eaboclinhos (bailarines disfrazados de indivs, con plumas y flechas), al compas de tambores gongues, alabaques, bombos image not available image not available image not available bate, ib ybatacoto nombres yorvta). En leotieament i 11, Palabra portuguesa que designa a la ver los indies breslehas, los mestizos fe blancae y de ios. algunos mula fos y los campeshos. La herogamia, frecuente en las reigiones aficanas, ha intensticado ol asnecto sincrbtico ‘del ‘candomblé. Bastde (1958: 195) mencio- fa un mito del careiomolé banti en el ‘cual et re/ del Congo tiene como jos a Xang6, Ogtim y Ext. pg. 125), DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE Oddus es el creador de la Tierra, Oxosi el dios de la caza, Oxiin el de los manantiales y los rios, Eshit es el mensajero y el intercesor entre los hombres y los dioses, Oxalé, identifi- cado con Jestis, también es el orixd del principio femenino. Los cantos, pentaténicos en su gran mayoria, con ocasiona- les deslizamientos de un tono al otro, son en lengua nagé kimbunda, segiin los terveivns, pero el sentido de las letras se ha perdido. Como en la santerfa cubana, estos cantos se en cadenan segdn un orden ritual y cada orixdes invocado con sus cantos y sus ritmos propio: : Xangé con el alujd, la roda de Xangé y otros; Oxals con el bramn y el ibi, tocado con an tambor igbin; Oxosi con el agueré. Los tambores, a menudo decorados con los colores de un orixd, JIaman a los dioses, que poseen los fieles y les comunican su axé (fuerza). Cuan- do un fiel cae en trance, un asistente le entrega uno de los atributos del orivd, quien se manifesta a él. Los ambores, 3 rrilados, con el parche mantenido por cu- fas, consisten en el hun, que indica el ritmo a los bailadores, el hunpi (quizas de una palabra fon) baquetas de maitera 0 gruesos bejucos, los agidavi, que tie nen, como los tambores, un poder sagrado. Li dotados de un padrino y de una madrina, son «nntridos» una ver al aiio con sangre de animal y ofrendas de comida para mantener su axé, Los percusionistas, y especialmente su jefe, el alabé huntor, quien también conoce las liturgias, siguen un entrenamiento riguroso y gozan de alta conside- racion en los femeires, Un agogé (doble campana sin badajo), un gan (cono de metal), un adjd (dos o wes conos de metal el Le" Se tanen con 5 tambores, reunidos por un mango de metal), simbolo de Oxalé, sacu- dido entre los cantos, y un ganzé (pequeiio tubo leno de semillas) se afladen a los tambores. Varios ritmos son en doce por ocho. En el candomblé bahiano, el alabé empieza a cantar, seguido por los instrumentos de miisica yel coro (egbi), que bate palmas. En los velorios (axéxé), cele- brados con el rito egun, se ejecutan dan: ado y as especiales acom- pafladas por calabazas y se entonan cantos en portugu En el candomblé congo-angola, se reverencia al dios Zambi, a varias divinidades, los inquices (del banuit nkisé), y aun a divi- nidades amerindias, llamadas caboctos.'' En los banties, ha- biendo sido mas moldeables y mas ripidamente asimilados que otros grupos étnicos, el portugués predomina en las image not available image not available image not available 47. Como hemos viste, se encuentra también asta nocién de Tuncamento on la musica cubana. El tambor de funda: rmerto, por ejemplo, es el garante de la ‘mas puta traccion, el sinbob do la aur tentcidad y delo searaco, 48. Alvarenga (1059, DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE comprometidos, y algunos de ellos, como Ilé Ayé, que suce- dié al bloco Angola, Ket y Olodiin, reivindican su perte- nencia a la cultura yoruba, En varias regiones de Brasil, innumerables canciones profa- nas acompaian el vivir cotidiano: acalantos (canciones de cuna), cantos de trabajo tales como los aboios de los vaqueros, del Nordeste y del Norte, vissungos de los mineros de Minas Gerais, A mediados del siglo xvnt, en este estado en plena efervescencia cultural, los negros y los mulatos constituian la mitad de la poblacién, Muchos de cllos se dedicaban al arte ya la artesania, y existian cofradias de misicos y de compositores. En los vissungos, de raigambre angoleita, can- tados en las regiones de Diamantina, Serro, S40 Jorge da Chapada, los mineros se quejaban de sus espantosas condi- ciones de trabajo y se burlaban de los capataces que los ex- plotaban. Se entonaban tambien vissungas para entierros. A la parte del solo (boiado) le sucedfa un refrain coreado (dobra~ do). Los vissungos, herméticos, tenfan un significado secreto, el «fundamento»,!” euidados nente guardado, y est veces acompaiiados por un tambor de friccisn, la puita (0 cutie) y owas percusiones: Oo mera angiiia ané (solista) Oo mera angiiia aué Lamba mera angitid Lamba mera angiti Lamba, lamba, pura pura caveia Lamba m ra angilia E mera angiid aué (coro). Las danzas folcléricas, algunas ejecutadas con motivo de fiestas religiosas, son también miltiples: reisados, de origen portugués pero conteniendo rasgos negros como la ombli- gada; chegangas, mas curopeas, evocando las aventurasmari- timas de Portugal y las luchas ibéricas contra los moros; ca- tevéte, rural, medio secular medio sacro (Nordeste y Minas Gerais); quimbéte, sarambeque, sarambi, recortado, curarii, civiré (Nordeste), sorongo, alujd y jequedé, asociados a practicas feti- chistas; chibay cana verie (estado de Rio de Janeiro); fandan- goy caiaps. Algunas, empero, caen en desuso. El batugue del Rio Grande do Sul, el bambélo de] Rio Grande do Norte, de origen kimbunda, donde los cantantes se desafian con ver~ sos, tienen parentesco con el samba tradicional. image not available image not available image not available 62 DEL TANGO AL REGGAE. MUsicAS 20. Mesto Bmba, también sacerdote ‘el candomble. enriquesie el estio an- ‘ola con sesenta y ocho nuevas gingas (posiciones)inspradas por el batuque y Sartor marcaloe extianjorae RAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE Gapocirace exetavos Modelo, en Bahia. Se divide en dos estilos: el angola, lento, cuyo gran maestro fue Mestre Pastinha (1889-1981), y el re gional, mis acrobatico y popular, desarrollade por Mestre Bimba (1899-197; antes la capoeira, ha sido reemplazado por el Berimbau de ba- )2° El berimban de boea, que acompaiiaba rriga, arco musical con un resonador de calabaza y una cuer- da metalica golpeada con un palito mientras el miisico tiene enla mano un caxixi (0 mucaxixi), pequeiia cesta de mimbre lena de semillas. Cada toque tiene su propio simbolismo. Antes de la lucha, un cantante solista entona a veces una la- dainha, Algunas ladainhas evocan a los Luanda 0 a los ben- guela, otras solicitan la proteccién de Dios, de san Jorge o de san Benito. Se cantan también corridos, que consisten en una o dos frases alternando con el coro, acompaiiados, ade- mis del berimbaw, por atabaques, mas un pandeiro, un agogé y un reco-reco. La capoeira se ha difundido hoy en los Estados Unidos y Europa, donde se han multiplicado las escuelas. 1n Brasil, est4 ahora reconocida como una importante for- ma de expresién cultural afrobrasilefia, y el tocador de be- rimbaw Nana Vasconcelos, oriundo de Recife, ha grabado con Milton Nascimento, Egberto Gismonti, Pat Methem Paul Simon y otros, Otras formas de lucha ritual acompaiia- das con misica incluyen el batuque-boi y sus variantes, la per- nada carioca y el bate-coxa alagoano. El hatugue-boi, practica- do en Santo Amaro y Salvador da Bahia durante las fiestas (Navidad, Aiio Nuevo, carnaval), es ritmado por los mismos strumentos que Ia caporira, image not available image not available image not available 66 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 4. © onigen de la palabra tinoz es con rover. Proviene quizas de un voca blo arieano, e del nombre de una pany tacionllamads Habitation Ler. 2. vease Heam (2012: 25), 3. vease Rosemain (1992: 29, 4, Bailaco por os esclavos en los Es- tages Unidas can ot nombre de patti’ Joba 5B. Fl cabnda, prahibich en 1654. ha sido reseatado y adaptado por los Ba Note Marsniqusic léwo2! de métier en Guadalupe. En Youna, Lafcadio Hearn menciona un canto de aserradores de madera: Aie! Dos calé, Aie! Aie! Dos calé, Aie, scié bois, Aic! Pou nou allé! En los guiambel, fiestas organizadas para celebrar el final de la cosecha, los negros podian entregarse mas libremente a sus danzas y mtsicas predilectas. Vigilados por la Iglesia, formaron sociedades de ayuda mu- tua dirigidas por reyesy reinas, cuya coronacion daba lugar a grandes festejos. Cada sociedad tenfa su estandarte distin tivo y sus propias m sicas. Jacqueline Rosemain menciona el dominio que ejercia el clero sobre los negros media nte estas sociedades: «Es funci6n de los reyes y las reinas prohi- bir las danzas animistas de fecundidad, consideradas sexiua- les, que los dominicanos Maman calendas. Son los propios frailes quienes escogen a los miembros de las sociedades, eligen a los reyes y las reinas y ponen a cada sociedad bajo clamparo de un santo (de ab cl buen orden que se obser- vaba en las procesiones, sin importar el niimero de esclavos participates o la duracidn de los belairs y lewor)». La coro- nacién de los reyes y las reinas se realizaba en las igle: Al igual que sucedié en Cuba, @ mediados del siglo xvi, los negros fueron autorizados a participar en las proce- jones del Corpus Christi, pero como en otros lugares de las Américas, ests procesiones degeneraron paulatinamente as. en mojigangas. Los esclavos podian también divertirse el domingo, dia de asueto, Bjecutaban entonces varias danzas de «naciones» a ritmo de tambores: el guiouba (probablemente de o ibo), baile acrobatico y competitivo, Inego llamado jubaz el espectacular 4 canal; la vigorosa calenda (0 calinda), parce! daa la chica dominicana, que inclufa el contacto de los om- bligos* mas tarde la méringue, traida por inmigrantes de Hispaniola. Sin embargo, los colonos y la Iglesia, juzgando- los lascivos, prohibieron algunos de estos bailes. Los que fucron tolerados se popularizaron bajo el término gené- rico de bamboulas. Las bamboulas, introducidas en Nueva image not available image not available image not available 70 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 8. Vease Hea (1980: 146), 9. ioidom inicio, seguido por el coro, Jos tambores y los ti-bwa, que marcan un ritmo Hamado cata sobre el costado del tambor. Algunos cantos se caracterizan por la rapida alternancia en- tre solista y coro. «Pero antiguamente, las improvisaciones que daban su nombre @ un tipo de danza, el bélé (del fran bel air), eran a menudo admirables poemas sin rimas, recita~ dos con una emocidn sencilla y natural y lenos de imagenes pintorescas»,* escribe Lafcadio Hearn. Ymenciona un ejem- plo de canto de bélé Toutt fois lanmou vini I: Pou palé moin, moin ka reponne: «Khé moin déji placé». Moin ka crié: «Sécou! les voisinages!» Moin ka crié: «Sécou! la gade royale!» Moin ka crié: «Sécou! la gendamerie! I ¢ moin, nmou pouend yon poignd pou poignadé moin!» (Cada vex que el amor viene a mi cabaiia Para hablarme, yo contesto: «Mi corazén ya est4 tomado>. Grito: (Socorro, veeinos!> Grito: qSocorro, guardia reall» Grito: «Socorro, guardia civil» ELamor toma un puiial para apuiialarme!)." Los tembouyé se sientan a horcajadas en los tambores bété (0 juba) y también modifican los sonidos del parche al pre- sionarlo con el talén. Dos tambores mantienen el ritmo de s el tercero improvisa, Ti Emile (Emmanuel Casérns), Ti Raoul (Pierre Raoul Grivalliers) y mésreciente- base mient mente Edmond Mondésir figuran entre los més destacados \érpretes del délé. Una o varias parejas de bailarines alter nan dentro de un circulo y ejecutan vistosos movimientos de piernas. La coreografia consta de ocho figuras: bélé propia- mente dicho, grand bél, bétia (bailado a manera de cuadrilla pero con un ritmo de tres por cuatro), biguine, kanigé, ting bang, chéléy manzé MarieJeanne, Se le han incorporado tam- bién algunos pasos de cuadrilla, minué, calenday otras dan zas antiguas. Se le puede también agregar el bono, el mabilo, el woulé-mangoy el bénézwel (de «Venezuclon). Variante del bl, la réjane consta de tres figuras cjecutadas a ritmo de biguine (véase mis adelante). En la década de 1970, el cantante y flautista Eug' «© Mona dio un nuevo impulso al déé, género anteriormente menospreciado por la burguesia. image not available image not available image not available 42. Lafcadio Hearn (1929) mencionaba 4 fires dol igo v dos sociedades de ‘carnaval rival: los Sane Soul y Bs In trepdes, 49, vea09 Coridun (1990) DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE difuntos o diablos. Las distintas sociedades carnavalescas"® se desafiaban con canciones, y estos desifios a veces generaban pleitos. Antes del carnaval, las sociedades ensayaban sus can- ciones, las cuales eran a menudo satiricas y obscenas. Una de estas, por ejemplo, exigia abiertamente la dimisign de un al- calde de la ciudad, Iamado Célestin. Por la tarde, se organiza~ ban bailes amenizados por orquestas que tocaban biguines y mazurcas. El carnaval fue suspendido a causa de la erupcién del Monte Pelée, que devasté completamente la ciudad,” pero se volvi6 a celebrar pocos aiios después. Hoy en dia, en Martinica y en Guadalupe, el carnaval es un evento importante, que incluye una amplia gama de perso ajes. Enire ellos destacan los diablos rojos y los diablos cor- nudos, que bailan al compas de vidé (polcas-marchas) y, al ‘al del carnaval, son quienes anuncian las exequias del rey Vaval. Los cantos populares siguen expresando eriticas poli- na ticas y sociales, La muchedumbre desfila detras de las or- questas instaladas en camiones, y corea cada una de las can- ciones. M Jascaras pintorescas, medio diablos, medio bueyes, participan también en el desfile. Los festejos carnestolendos culminan en un gigantesco baile, Durante las campaiias electorales, los partidarios cantan también vidés en favor de su candidato y det estan a los rivales. En Guadalupe, el carnaval goza atin de mis éxito desde la década de 1980, sobre todo, con la creacién de grupos car- nayalescos como Waka, Mas Ka Kié y Restan-la Hemos aqui mencionado algunos de los distintos contextos en Jos que se desarnolla fa mdsica francoantillana. Tanto Martini ca como Guadalupe vibran al compas de sus canciones, cuyo ingenio popular refleja los acontecimientos y del vivir diario. Sirva de muestra esta cancién de Barel Coppet, titulada Manze Titine (Seitorita Titine), que habla del desencanio de un pretendiente rechazado por una muchacha: Laut jou moin rencontré Titine Nous palé, moin bai en rendez-vous Gé pour nous té ga causé ti brin Et cest pour nous té ca fait mangé la Mé mam elle ti bien moqué i di moin Moin té ja filé tout’ zoutil moin Laissé moin dans an espérance Moin ni patience et moins ca prend la souffrance. image not available image not available image not available 78 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE ela Policia -Prnce pronibio e cand, Considerado eencioso, pere $6 siguio bailando, y Makandal lo apreciaba mu cho 2. Se balaba también on la Repiblica Dominicana bajo 6! nombre de mangu tina 3. Dol antigue pustte de fladas, on Dahomey, de donde saan los esclavos pate el Nuovo Mundo. 4. La palabra ‘Guine" constiuye a me: ‘nud, para los negtos del Caribe y ue ‘Ametica Latina, la metalora do la patria ancestral considerese, por gempe, 1os neg Guind de Santa Luc, la ngua Qu: ne ce Aruba y Curagao y la angus Qu rhea de Méxice, fa ina de Guneo de los ‘congos panameros, 0 algunos santos feateicns delat camninidades negias de Venezuela, que se supone que vienen Guns, Como en el resto de las Antillas, los negros adoptaron y mo- dificaron la contradanza, la cuadrilla, la polea y otras dan- zas europeas a st gusto. A partir del siglo xvii nacen varias danzas mestizadas: la chica, el gragement, la bamboche (0 bam- boula), vocablos que pasarfan a designar, en francés, fiestas desen dlenadas; el calenda, descrito en 1772 con el nombre abogado y “el carabi- de calindan por Médéric Moreau de Saint-Méry, politico oriundo de Martinica que vivi6 en Hait nié, alegre y saltarin, dirigido por un datonié (quien ordena- ba la coreografia golpeando el suelo con su bastén), que apreciaba el emperador Dessalines; el holandés, procedente de la cuadrilla holandes la loslanceros, el régent, el cocoy cuadrilla criolla, presente en todas las islas francesas y toca- do en Haiti con un violin y mis tarde con una guitarra y un acordedn, y la mangoulines Fuera de los blancos, los angolas y los congos, los mayomby moundoungues, mousombes, bumba y kanga formaron so- ciedades de ayuda mutua, organizadas segiin un orden je- rrquico con, aqui también, una reina. Los cultos bantties, empero, fusionaron con los de «naciones» oesteafricanas: ibo, bambara, etc., dando origen al vudti. En los comienzos, solo los nago (yoruba), ibo y los arada* (ewe y fon) lo practi- caban. Yefectivamente, la palabra vodun, que significa ‘espi- ritu’ o “divinidad’, viene del fon vodun o del ewe vudu. En cambio, el término utilizado para designar a los dioses, low, es de origen congo, y los loasse suponen que vienen de un pats mistico amado Guiné.! Los norteamericanos, que ocuparon Haiti desde la Primera Guerra Mundial hasta 1932, y, en 1940, la Iglesia catélica, que Ilevé a cabo una violenta campaiia antisupersticién, sa quearon los altares vudiies y los tambores, aun los que esta~ ban destinados para trabajos agricolas. Los fieles fueron detenidos, los templos cerrados. Pero ni los yanquis ni el clérigo pudieron aniquilar las deidades negras 0 amordazar los tambores. Como en Trinidad, estos instrumentos de mu- sica fueron primcro reemplazados por caiias de bambt per- cutidas y por otros ebjetos, y reaparecicron tan pronto como se terminaron las persecuciones y se fueron los marines, cuya salida provocé una aleg: a general. El vudii comprende dos ritos principales: el mada, de origen dahomeyano, con dioses benevolentes, al cual esti igado el image not available image not available image not available 82 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 9. \éas0 Dunham (1047) conjuntamente con un cha cha. Las danzas: ti Jean pied fin, quitta mouillé, que honra e! loa Tiquita, y quitta séche, con rit- mo binario, son generalmente animadas, mientras que el bownba (0 limba) es mas lento. Desde un punto de vista me- Iddico, los cantos petro recuerdan los cantos mahi, pero con palabras mas cortas € incisivas, como en este cAntico, que evoca el aterrador loa Bakulu Baka: Bakulu Baka! Yo voyé rélé moin pou’m al fai yo mal, oh! Qua ma rivé ma tuyé vingt, Oh, pou livé yun, oh! Coté yo wém tendé! (jSoy Bakulu Bakat )Alguien me manda para hacer dafio, oh! Cuando lograré matar a veinte personas, jOh, para hacerse levantar a una, oh! Donde ustedes me ven, esperen!)." Los tambores iho, cubiertos con piel de chivo, se parecen a los peiras, pero para ciertas ceremonias ibo, se prefiere tam- bores juba. En las danzas, nobles y graves, supuestas evocar el caricter orgulloso de los ibos, a las cuales esta ligado el hanga (0 caplaou), las bailarinas cogen un faldén de su sava Como en otros lugares de las Américas, la religién congo ha perdido parte de suaspecto sagrado. Los antiguos rituales se estin desvaneciendo, los tambores congos aparecen en con- textos seculares, y solo los ancianos conocen todavia los arca- nos de la percusién. Los tambores consisten en manman, lim- baley ticongo. El manman se toca con los manos, el timbale, mas pequeiio, con una haqueta. Tirantes mantienen los parches, de piel de chivo. Un cha cha congo 0 una variante mas com- pleja, el joucoujou, afiaden su vor al concierto. Las danzas congos, sensuales y liidicas: moyé, chévhe, solongo, congo-simple, congo-franc, congo-mazonne, congo-savanne, congo-paillette, don- de la mujer mens (procedeme de una danza bumbe del alto las caderasy el trasero, congo-larose, rumba ‘ongo), bambaray kanga, cavacterizadas por movimientos de las espaldas y n varias fiestas, Varios ritmos del pelvis, amenizan tam congos: moundoungue, petm, kita-franc, son en seis por ocho. Durante el carnaval, que acontece del segundo domingo de enero hasta el miércoles de ceniza, un viento de locura image not available image not available image not available 86 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 418. Vba09 Simpoon (1040: 208-216), Los trabajos agricolas colectivos, en particular, efectuados por coumbites (del espaiiol convites), grupos de campesinos generalizados en el valle de la Artibonite, dan motivo a can- ciones. Al amanecer, los tamboreros convocan a los partici- as (entre ellas las iculizan a ciertas pantes, Canciones humoristicas, sau mayoussesy los puntes, que vilipendian o r personas), anecdéticas, moralizadoras o sacadas de la litur- gia vudi, segiin los casos, alentan a los trabajadores. El can- to de counbite siguiente, colectado en 1937 en Plas el norte de Haiti, por George Eaton Simpson, denuncia, por ejemplo, la hipocresfa de una familia: nce, en. Moin dit; belles dents... belles dents yo gangnin Fanmille aqué fanmille: belles dents yo gangnin Moin pas gangnin chival pou moin pas ba yo Moin pas gangnin selle pou'm préié yo Fanmille aqué fanmille: belles dents yo gangnin. (Yo digo: la gente ensefia sus bellos dientes Aun en la familia sonrie hipécritamente No tengo caballo que regalarle No tengo silla que prestarle Aun en la familia sonrie hipécritamente).” El director del canto de la coumbite (samba o simidor) impro- visa, y los trabajadores corean al unisono. Timbales, tambo- res petroo tamborcs de coumbite, sin parche, lambis, vaccines, y un riumo suplementario, ejecutado por el catalier (tocador del cata) en su laya o su machete con una piedra, acompa- fian los cantos, Los que sirven para el machaqueo del grano estn acompatiados, como en Africa, por el martilleo de las majas en los morteros. Orquestas campesinas, formadas por tambores, cha cha y ogans, tomados del vudi, gragés, tridngulos, eaisses, pandere- tas, fries (lautas de bambt), guitarrasy marimbulas animan bailes y fiestas tales como los bombaches, que celebran el fin ntiguas danzas como cl carabinié, el coudiaitley 1a méringue, y a veces de los trabajos agricolas. Se bailan danzas congo: cl merengue dominicano, En Pétionyille, barrio de Puerto Principe, se ejecutaba antes otro género musical, el fiel, para acoger a ciertas personalidades. Entre los innumerables instrumentos reservados a la misi- ca tradicional (sin hablar de los que estén fabricados con image not available image not available image not available 90 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 4. VéasoLabet dia sus descendientes siguen cantando spirituals en las igle- sias evangelistas. En 1844 los dominicanos lograron expul- sar a los haitianos y fundaron la Repiiblica espafiola de Santo Domingo. Entre 1890 y 1894, inmigrantes provenientes de Tortola, Jamaica, Trinidad, Anguilla, Nieve: Turcos y Caicos y otras islas de habla ingle: jar en los cafiaverales de la regién de San Pedro de Macoris, asi como en Puerto Plata y La Romana. En 1917, Hegaron San Cristobal, las islas ‘a, fueron a traba- aproximadamente siete mil personas mas de las Antillas inglesas también para cortar la cafia. De 1916 @ 1924, con el pretexto de supuesias deudas pendientes, los Estados Uni- dos ocuparon ilegalmente el pais para poder asi controlar el acceso al canal de Panama, injerencia que generé indig- nacidn entre los dominicanos. Los estadounidenses deseo- nocieron 1a democracia y en 1930 apoyaron la dictadura de Rafael LeGnidas Trujillo. Trujillo oprimié al pueblo. En 193 trabajaban en los catiaverales y reprimié la cultura haitiana Por otra parte, inmigrantes oriundos de Curazao, Cuba, Puerto Rico, y cerca de la frontera también haitianos, se establecieron en el pais. 7 mandé matar de quince a treinta mil haitianes que Hoy en dia, la mdsica negra, mayormente de origen congo, predomina al sur de la Repiblica Dominicana, mientras que al noreste y también al norte, en las populosas zonas rurales del Cibao, prevalece la miisica de origen hispano En el siglo xvi surgieron varias danzas mestizas, entre ellas el capuchino, el gayumba, el retambo y la erdtica chica, La chica tuvo una difusién considerable, propagindose hasta Nueva Orleans y Montevideo. La calenda, danza en que se simula un combate, se cjecutaba durante ciertas fiestas religiosas © luso en las iglesias. Sin embargo, al igual que otras for- mas de lucha provenientes de Africa, fue pronto proscrita por las autoridades. «Para hacerles olvidar esta danza infa- me —escribe el padre Labat—, se leshan ensefiado algunas ala moda francesa como el minué, la courante, el pasw-pied, entre otros bailes o danzas en corro para que puedan brin- cara su antojo. He visto a muchos de ellos que logran hacer muy bien estos ejercicios, y con un ofdo tan fino y pasos tan que presume de bailar bien»! ceides como mucha gen En 1810, William Walton, agente inglés establecido en Santo image not available image not available image not available 94 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 41. La palabra sarancunga (quizes pro vente del bantu ndugy, ‘pinienia) se fencuentea también, con algunas varian 4e5, on otras paises latnoamericanos. \Yoaso, por cjempc, Sarandanga, com poscién del cantante cubano Compay Sequndo 42. Vease Concepsisn (1987: 67 y70) 48. Vease al capiuo «Puerta Rico. 14, Tambien lamados velaciones,velas encuentra otro tipo de tambores, hechos de troncos ahueca- dos y que tienen un parche de chivo. Los miembros de la Cofradia de Bani, consagrada a san Juan Bautista, lo celebran con un desfile en su fiesta patro- nal. Ese dia bailan, cantan y tocan distintos géneros como la sarandunga," la jacanay el morano, Hace algunos aiios, en Tenares, aldea del centro del Cibao, se celebraba una fiesta Hamada «fiesta de candelaria» (0 candé, del nombre de la mujer negra que la organizé por primera vez). Segtin J. M. Concepcién,"® se mezclaban en clla rasgos bantites (con los tambores patos), rasgos dahome- yanos, cantos de inspiracion catOlica, fragmentos de spiri tualsy también de cantos de trabajo traidos por los negros estadounidenses en el siglo xix. «Durante los nueve dias que duraba este festejo —escribe dicho autor—, se manifestaba la sensibilidad colectiva de un pueblo, sus penas, su alegria y su esperanza», La copla siguiente ilustra el tipo de quejas expresadas entonces Oh, Dios mio Ti no ere juto Gomo e posible Que poco viven tan bien Y mucho tan bruto, En las comunidades negras del pais, la muerte suele cele- brarse de manera efusiv dias después, se entonan rios de nifios pequefios (angelitos), baguinis! y toros braves. . El dia del fallecimiento y nuevi elas de muerte, y durante los velo- Los congos practican también el cumba, culto de los antepa- sados (0 «seres»), en el que los espiritus de los difuntos se apoderan de los creyentes Al final del aio, so organizan velorios! para yenerar un mnerto yapaciguar su alma, o en homenaje a un determina- do santo 0 ala Virgen Maria. Se cantan entonces salves anti- fonales, procedentes del Salve Regina medieval. Son general- mente las mujeres las que las interpretan. Se suelen cantar también salves de aliento al realizar trabajos arduos, 0 como esparcimiento. En el este del Cibao, se acompafian con pan- deretas, guayos y palmas; en el sur con patos, o con un balcié © también con tambores mongd (mas pequefios que los pa os), @ 108 que se suman una fambora y una gilira. En ovras image not available image not available image not available 98 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 18. Voase Rude! (1989: 126) 49. 219090, quisqueyas (deidades amerindias semejantes a los caboclos que se veneran en el norte de Brasil) y, al igual que sucede en Haiti, incluye también a ciertos personajes histaricos que el pueblo ha deificado. Al comenzar la ceremonia, el sacer- dote zarandea una campanita para convocar a los /uases mientras entona sus canticos Los haitianos trajeron también el rava, Hamado gagé en la Reptiblica Dominicana. Este tipo de carnaval tiene costum- bre sobre todo cerca de la fro EI de San Pedro de Macoris. Antatio también prohibido por el tera, en los cafaverales de fas Pita, y también al este del pais, cerca de La Romana y Gobierno, el rara surgié de nuevo en la década de 1940, pero, como en el caso del yudi dominicano, con menos arraigo que en Haiti. Igual que las antiguas asociaciones congas, las sociedades de gagd se rigen jerérquicamente con un presidente, una reina, unos mayores (que ostentan un bast6n 0 un létigo en Ja mano) y un jefe de miisicos que se encarga de ensayar las nuevas canciones (cantad patois francés). El gagé esti vinculado con el vudii. En algu- nas aldeas, los jefes de las sociedades de gagé son designa- dos en una ceremonia Hamada subida de silla. Después de ofrendar a los luases, se da paso, con la participacin de las reinas, a una serie de danzas colectivas que a veces provo- can el trance.'* Los miembr de estas sociedades suelen participar desfilando en diversos festejos, pero de mancra especial el dia de Viernes Santo. Las distintas combinacio- nes de color que lucen los disfraces corresponden a los co- lores predilectos de cada uno de los huases (Guedé, Ti Jean Petré, etc.). Las comparsas salen por las calles al compas de pitos y latigazos, con los que se pretende someter a los espi- ritus malévolos; e incluyen también tamboras (0 cataliés), bambus, fotuios (trompetas de bambii, cuernos de vacas 0 conchas), tatias (cornetas de cine), tridngulos u otosiséfo~ nos de hierro, junto con otros instrumentos tipicamente haitianos: vaccines, tambores petro y caisses, y cha chas. Los cantos pueden ser sagrados, profanos u obscenos. Uno de estos filtimos, mencionado por June Rosenberg," alude a la copula de pie, acto efectuado de manera apresurada para impedir la intromision de los Iuases, mientras las mujeres corean «debe ser un pene grande». Otro canto, citado por Verna Gillis y Gage Averill, menciona los érganos genitales femeninos: image not available image not available image not available 102 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE Representactén del negro de las colonias por h Iglesia catstica 4. Vase Abbad y Lasiona ( 2. voase Lodi (1810: 79, y estallaron varias insurrecciones. La primera de ellas ocu- rrié en 1527, pero hubo otras mas, como la de 1848, por ejemplo, principalmente en Ponce y Bayamén. Ciertos gru- pos cimarrones se refugiaron en las montaias del centro, donde formaron palenques. En la literatura, la tradicién oral yla mtisica pucrtorriqueiia (y cubana también), ¢] mon- te simboliza a lavezel refugio supremo, el lugar donde viven los dioses y se encuentran las plantas magicas y saludables el vientre materno. Una cancién emblemética del pianista Eddie Palmieri Vamonos pal monte, exalta este lugar mitico y sagrado. La esclavitud fue abolida en Puerto Rico en 1873. A diferencia de Cuba, las lenguas de origen africano des- aparecieron, pero el yocabulario puertorriqueiio incluye distintos africanismos como, por ejemplo, malanga (especie de yautia), burundange (‘revoltijo’), matungo (escualido) 0 mofongo (guiso hecho con platano frito y chicharrén de cer- do). La documentacin sobre la miisica negra de la época colon’ ricter religioso, es practi 1, y en particular la de e: mente inexistente. Por otra parte, los nombres patronimicos de origen africano de tumbraban a subir a los barcos negreros para bautizar a los aparecieron, ya que los clé: rigos acos- esclavos antes de que pisaran tierra firme. Aun asi, tenemos un relato de fray fiigo Abbad y Lasierra, fechado de 1771, quien observ6 danzas acompaiadas por giiiro, maracas, panderetas y guitarras, «Son muy inclinados al baile y a la miisica»,! apunt5 a propésito de los negros de la isla, Tam- bién tenemos otro relato, este del naturalista francés Pierre André Ledru, que vio en una fiesta de Lojza, a fines de la década de 1780, a gente bailando danzas «negras y mula- yla calenda, acompanadas por una guitarra y una pandereta.® Sabemos ademas que los ritos tas», asaber, la chicea (si banuies eran celebrados por un kimbamba (curandero que intercedfa entre los vivos, los dioses y los mucrtos). Los do- alos mingos, después de terminar su trabajo, se permit esclavos divertirse y, una vez al aiio, negros de diferentes «naciones» se reunfan en la plaza del mercado del viejo San Juan para bailar y cantar al compas de percusiones y guita millos (Lipos de guitarras con cuatro cuerdas). Pablo Garrido menciona que en Arecibo, algunos hombres pintados de ne- , desfilaban el 28 de diciem- s en la caber gro y con plum: bre, dia de los Santos Inocentes, y bailaban en grupo can tando: image not available image not available image not available 106 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 48. En una de las piezas de su disco Danaing the Drum, los Cepeda incon hhomenaje a uno de sus anepasadios, €lgtan ballader de bomba Perucho Ce- podh. bailador (o la bailadora) inventan ritmos complejos para de- safiar al tamborero, que debe reproducirlos inmediatamen- te con su instrumentos o también entre Los distintos bailado- res, que suelen cantar mientras bai marcando el compas sobre el costado del requinto, y una o jan. Dos cud, palitos dos marac: generalmente tocadas por el cantador o la can- tadora, completan la instrumentacién Las familias Gepeda, Ayala y Nadal en particular, constitu yen dinastias que han mantenido vigente la tradicidn de la domba, Sus miembros bailan, eantan, tocan y construyen sus propios tambores. En 1959, Castor Ayala Fuentes, también pintor y fabricante de mascaras tradicionales, fundé el gru- po de Los Hermanos Ayala, que crecié con los alos y se convirtié en el Ballet Folkl6rico Hermanos Ayala de Loiza. Hace aitos, vi bailar en su casa a dofia Mami Cari (Caridad Brenes de Cepeda), considerada por sus allegados «axis y espina do: hacia irradiando mayor vigor y picarda que muchos arti mis javenes." Al morir su esposo, el cantante y percusionis- ta Rafael Cepeda, primer director del conjunto musical fa- miliar, este quedé a cargo de su h quien a su vez fallecié en 2003 bros aseguran la continuidad de esta agrupacion y ensefian 1 de la misica folclérica puertorriquefia». Lo cas jo percusionista Chichito, Actualmente, otros miem- a tocar y a bailar la bomba, Los Cepeda son también recono- cidos como intérpretesde otro género musical, la plena (véa- se més adelante); y, por su parte, William Cepeda, trombo- nista, percusionista, tocador de conchas y pianista, ha creado un interesante grupo de jazz puertorriqueito: Afro Boricua. En la familia Nadal, basada en Mayagiier, destaca Norka Hern ndez, Nadal, bailadora, percusionista, camtante y apasionada defensora de la cultura negra de la isla La fiesta de Santiago Apéstol, patron de los negros de Loi- za, se celebra durante la Gltima semana de julio. Simboliza la lucha de los cristianos contra los moros y, por ende, del bien en contra del mal. Santiago corresponde a Ogtin, el dios yoruba del hierro, y también al dios congo Zarabanda. Anteriormente, las mujeres se reunian frente al altar de di- cho santo para cantarle novenas. Existe un Santiago de los Hombres, un Santiago de las Mujeresy un Santiago de los Nifios (Santiaguito). Varios personajes disftazados desfilan por las calles de la localidad: caballeros, viejitos, vestidos de harapos, locas (hombres disfrazados de mujeres) y vejigantes, image not available image not available image not available 110 DEL TANGO AL REGGAE. MUsICAS 49, Diforonte do los sole dole bortba, RAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE Rabael Herninder. Pedro Flores. guitarra con cuatro cuerdas dobles del cual existen cuawo iones: bajo, tenor, alto y soprano) u, ocasionalmente, por un hes cubano, ademas de un giiire (también lamado carracho) y, aveces, tambores: una pequeria limba yun timbi, mis grande. EI seis!” es uno de los géneros de la mitsica jfbara (campesi- iados en la isla. Se caracteriza por su sincopa- rio ¥ se toca con una guitarra, un cual y un giiiro, que suele repiquetear tre ellos el seis andino, el seis de controversia, en el cual los Existen varios tipos de seis, en- cantantes se desafian con décimas improvisadas, el villarin, cl mapeyé, cl seis bombeado, tinicamente instrumental, y chorreado, oriundo de Sevilla, 1 seis Rafael Hernandez (1892-1965) y Pedro Flores (1894-1979) son consicerados los grandes pioneros de la miisica popular puertorriquena, Hernandez se radicé en Nueva York y, en la década de 1920, funds el Trio Borincano y luego el Guarte~ to Victoria. Flores colabors pi década de 1930, dirigi vivieron posteriormente en México. Sus canciones, de fino sentido melédico, han sido interpretadas por los mas céle- bres artistas latinoamericanos. Entre los éxitos de Hernin- dez destacan Lamento borincano, que narra las vicisitudes de un campesino que no logra vender su mercancia en el mer- cado, Gapullito de atheli, Preciosa, Silencio y Perfume de gante- nias; de Flores sobresalen Despedida, Sin bandera, Bajo un pat- mero con Hernandez y, en la enesta cindad el Trio Galn. Ambos. mary Amor perdido, image not available image not available image not available 114 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE Cimmarrones. ade barlovento»}, comandados por Queen Nanny, hermana de Cudjoe y Accompong. Cndjoe (deformacin del nombre ashanti Kojoo Kwadwo) se establecié en Trelawny Town, don- de luché incansablemente por Ia libertad de sus hermanos. Queen Nanny, excepcional estratega y feminista, a quien se le atribuian poderes migicos u leah,’ fue precursora de los movimientos por Ia emancipacién negra surgidos en otros paises New Nanny Town) celebran tod. Los cimarrones de Mooretown (también Mamado fa, en un ambiente f or nal que comparte toda la comunidad, el indémito valor de Nanny. Los cimarrones, que solfan comunicarse entre si me- diante el soplido de cnernos de vaca (abengs), atacaron las plantaciones en reiteradas ocasiones. En 1734, habiendo acordado los blancos una supuesta tregua, la discordia revi- vid y destruyeron el campamento de Nanny Town. Poco des- puss, los cimarrones fueron obligados a concertar oto del obeah En 1795 ublevacidn. Alaito siguiente, quinientos ochen- acuerdo con el gohernador. En 1760, la practic (magia negra) fue prohibida por el Gobierno inglé: estallé otra s tay seis cimarrones fueron deportados a Nova Scotia y, en 1800, de ahia Sierra Leone, Fueron utilizado s para reprin una rebelién de negros estadounidenses que intentaba asu- mir cl poder. Después de la abolicién de la esclavi nud, los blancos abandonaron paulatinamente Jamaica, por lo que el porcentaje de negros aumenté progresivamente. 2. Quizés del twi obay, qve_signitca ‘magia’ bruja del le ub, “objeto maleico’ 0, mas protablemente, el IGoooibawobn qiosaniien cur. nombre de los distintos dioses a los que eran consagrados. Los descendientes de africanos solfan dar asus tambores el image not available image not available image not available 118 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 10. Véease el sata do les Antillas fran 11, Sesto en Jamaica una tase: Fee! tke gumboh cruny witheut a goat skin fwacuelde Ineraimento come =Sentise ‘come un tambor gumbe sin parene de pol de cabrae que significa ‘estarfuera {0 cuico. no funcienar tien’ 42. Del inglés cutting (que corte), En las Antilas rancesas y la Guayara, se dice también del tambor que improvisa, capitén o una reina, los cuales dirigen las danzas, incluyen el sacrificio de animales. Se realizan para celebrar el naci- miento, la pubertad, el matrimonio, la muerte y el entierro, asi como también para obtener favores del cielo 0 efectuar exorcismos. Cantos profanos en inglés (bailo), pero lenos de africanismosy castellanismos, seguidos por country songs en lengua bongo que contienen vocablos kikongo y, aveces, algunos himnos protestantes se entonan para regocijo de los zombies/jumbies. Los cantos son acompaiiados con pal- mas. Conforman las percusiones akete (nombre kromanti) y ngoma (nombre banta): grandes tambores hechos con barri- les de ron con parches de piel de cabra, entre ellos el Abandu (0 kimbanda, del banui mbandu) y el playing cast. Los kbandu dan cl ritmo de base, el playing cast, mas pequefio, impro- visa, El tamborero se sienta a horeajadas sobre el playing cast y modifica los sonidos apoyando el talén contra el parche (técnica llamada mek bar), mientras que otro miisico marca con baquetas un ritmo complementario (katta” o break) gol- peando el costado del tambor o el poste central de la tienda donde se Heva a cabo el ritual. Los percusionistas cantan mientras tocan. Se acostumbra a rociar los tambores con sorbos de ron. El mas grande tamborero de kuwmina, en el siglo xrx, fue, en la parroquia de St. Thomas, Babu (también conocido como Matthias). La dotacién instrumental de los cimarrones incluye tam- bién gumbes!! (0 bench drums, pequefios tambores cuadrados con cuatro pies de madera, tocados con las manos), que im- provisan; tambores bon (en forma de barriles, percutidos con baquetas) y grandy, que se encuentran en Scotts Hall y Charles Town; y en Moore Town especialmente, Kromanti drums. Estos, también Hamados printings (del wwi eprenteng), constan de dos tambores cilindricos: el rolling drum, conside- rado «macho», que mantiene el ritmo, y el cutting drun,'® mis pequeiio, que improvisa set cuts (cortes ritmicos). Los printings convocan a los miembros de la comunidad para los rituales. EI printing man (u oksema, principal tamborero) di- rige la miisica. Existen también, en Accompong en particu- lar, algunos tambores bimembrandfonos de sonido grave. Se le suman shak-shaks (calabazas rellenas de semillas), kiwat (tubos de bambi golpeados con baquetas), adazuo (0 irons, chetes percutides con una baqueta metilica), bamboo quarts (bamboo basses 0 bamboo pipes, trompas de bambi) y bamboo ae image not available image not available image not available 122 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE bailarines portan sombreros en forma de casa o mascaras, de buey con cuernos (oxheads). En cierta época, el persona je del buey, presente también en varias regiones de Améri- ca Latinay del Caribe, fue considerado por las autoridades demasiado aterrador y quedé prohibido. En 1841, temero- so de que suscitaran pleitos, cl alealde de Kingston proscri- bid tajantemente el junkanoo, provocando tan violentas protestas que esta medida no fue acatada. En 1921, Warren Beckwith presencid en el pueblo de Prospect, al pie de los montes Manchester, un John Canoe interpretado con un gran tambor don y un pequefio tambor gumbe con pies, en forma de taburete, cuyo parche tensado por cuiias se tocaba con las manos. Martha El junkanoo se ha conservado principalmente en el gueto de ‘Trench Town, en Kingston. Distintos personajes Hevando espadas de mad al compas de un estrepiteso conjunto de instrumentos de y mascaras de buey 0 de caballo destilan cuerdas, pifanos de bambi y otros instrumentos de viento, ademis de bass drums, sattlingdrums, triingulos, quijadas de animales, cuernos de vaca y raspadores. El desfile comienza con un ritmo en cuatro por cuatro y sigue con un jigen dos por cuatro. Los mtisicos y bailarines reciben dinero de los espectadores. Como en los Estados Unidos, hacia 1850 se desarrollé en Jamaica un importante movimiento mesiinico (llamado revival). Fusionando ciertos culos protestantes con otros de origen africano surgieron entonces nuevas sectas como los Revival Zionists, cuyo fervor se asemeja al de los Bap- tistas del sur de los Estados Unidos, y entonan cantos pro- testantes con tambores y palmas. Giran en grupo, balan- ceindose de un pie a otro (frumping) al tiempo que jadean ritmicamente (lo que se Hama soundingo laboring the spirit). Este jadeo propicia la hiperventilacién e induce el trance. Los ficles pueden a veces ser posefdlos por santos 0 por per- sonajes tales como Moisés o Salomon. El pocomania (0 pukumina), culto derivado del kumina, se confunde a veces con el Revival Zion, Las ceremonias se organizan de noche. Los fieles, convocados por el lider del culto (governor o shepherd, “pastor’), bailan en el sentido contrario al de las manecillas del reloj al ritmo de tambo- res (side drum o vatiling drum y bass drum), sonajasy pande- image not available image not available image not available 126 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICE LATINA Y DEL CARIBE 3. Kalida 6s un vocablo de erigen ban 1; cour coun, el nombre genérice ma- Finke de varios tamoores, pero la forma lepalcriea evacaria mas bien un origen yoruba —injoresarte ejemplo de hibr Sacén outa, inidad y Tobago lograron su independencia en 1962, tras, la disolucién de la Federation of the West Indies. Anterior- mente miembros de la Commonwealth briténica, ambas is- las forman, desde 1976, una repiiblica. Muchos trinitarios radican fuera del pafs, particularmente en La costa este de los Estados Unidos, Canada y Gran Bretafia. Aproximada- mente un 43 por ciento de la poblacin de Trinidad es ne- gra, yen Tobago el porcentaje es mayor. n los campos, los esclavos solfan darse aliento improvisando nciones bajo la direccién de un chantwell (del francés chan- terelle). Estas canciones adquirieron poco a poco un caracter subversive, dando asi origen aun género musical irénico la- mado picong (del francés piquant), también, aunque rara ver, llamado sans humanité (sin humanidad’). Tras la abolicién de Ja esclavitud, aparecieron destacados intérpretes de picong: con nombres pintorescos: Soso, Papa, Gochon, Hannibal. Con Animo de paliar su sufrimiento después del arduo tra- bajo, los distintos grupos de esclavos solian hacer alarde de sus respectivas proezas y se denostaban mutuamente, A ve ces se desafiaban ademas con la kalinda (también Iamada mis tarde bois Jataille, ‘madera batalla’), lucha con palos a ritmo de doun down’ (tambores en forma de reloj de arena), conchas, sonajas y cantos. Cada «nacién» negra te amén de los cantos de trabajo ya mencionados. Los grupos de origen bantit practicaban en particular el limbo (danza acrobitica de esparcimiento), asi como el bongo, reservado para los yelorios y también ejecutado el noveno y el cuadra- gésimo dia después de la muerte, lo mismo que en los ani- sus propios bailes y canciones, versarios luctuosos. Algunas practicas funcrarias de origen banuii han sobrevivido: cuando alguien fallece, sus amigos se revinen para velarlo. Se sirven bebidas y comida y se baila dentro de un circulo, siguiendo los ritmos ejecutados sobre un banco de madera o con palitos entrechocados. Se narran también cuentos de Anans, la mitica arafia ashanti, y como en las Antillas francesas o las Guyanas, se plantean acertijos y se entonan himnos, En el siglo xis, algunosinmigrantes bantites trajeron la congo dance, que Se toca en bautismos y matrimonios. Los congos, reputados adeptos de la magia negra, propician a las deida~ des (powers) y les reclaman el cumplimiento de sus deseos. image not available image not available image not available 130 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 7. Jour auvert (a abierto) designaba precisamente ol dia inical del camaval fl cual ia ampllandose hasta el martes {e carnaval 8. Voce Wedd (1058: 240-244) bio, desde principios del siglo xx cayé practicamente en des uso al ser desplazado por el calipso. Los cantantes solian ri- valizar imterpretando en patois canciones de indole diversa: satiricas, insultantes, anecdticas o elogiosas. Las mujeres, vestidas con clouettes, largos vestidos de algod6n adornados con flores, tenfan que ser presentadas ante la concurrencia por los hombres, Bailaban una por una acompatiadas por tambores y shak-shaks, y la mejor bailarina era coronada areina». Ciertos belairs, dirigidos por un «capitiny, se ejecu- taban también durante los velorio En 1783, los franceses dueiios de plantaciones organizaron el primer carnaval, llamado jourouvert? (0 jouvay, ‘dia abierto’) Imitaban losbailes de los negros: belain, bamboula, juba, kalin- da, y se disfrazaban de personajes como el négre-jardin (tra- bajador agricola), la mulata o Pierrot, En el canboulay (0 cam- quemada: ), se aludia a los boulay —cannes britlées, ‘cai incendios que ocw el carnaval, se le permitia a los esclavos divertirse por su lado y ellos hicieron suyo el canboulay, y dicho término dio nombre a su carnaval. Este se amplié después de Ia aboli- cién de la esclavitud, y el primero de agosto (August Dey), dia en que se conmemora este acontecimiento, orquestas y cortejas negros con reyes, reinas, princesas, hombres Hevan- fan a veces en las plantaciones. Durante do antorchas y varas, junto con moko jumbies (bailadores so- bre zancos), JabJJabs (diablos) y otros pers ios). onajes p articipa- ban en los beechanals (regoc' EI kalinda surgié de nuevo en estos desfiles y los jefes de bandas rivales, llamados big pappies, luchaban entre sf con bastones al son de tambores, shak-shaks, bangees (botellas golpeadas con piedras o cucharas) y cantos. Siguiendo la tadicidn del picong, los chantwells del carnaval, por lo gene- ral miembros del hampa, alababan a los contendientes que escoltaban al tiempo que injuriaban a sus adversarios, dan- do asf origen alo que mas tarde se Hamarfan guerras de ealip- so, Los chantwells rivales intercambiaban sults que a veces motivaban agresiones fisicas. Al referirse a uno de los gue- tos de Puerto Espaiia en el siglo xix, Donald Wood sefialé lo siguiente: «El distrito adquirié pésima fama debido a minalidad. En este barrio negro, pandillas 0 sociedades se constituyeron, tal vez con los descendientes de sociedades su cri- tas de Africa Occidental, que se dedicaban al canto yal baile».* Los cantos antifonales, interrumpidos unay otra vez image not available image not available image not available 134 DEL TANGO AL REGGAE. MUsICAS 4. En ol sur de los Estados Unidos exis tia eno! solo ox un bale necro lamado atin’ job 2. Esto vestido, que se parcee al de las Antilas fancesas, se hala también, con fl misma nambro, cn Santa Lucia, RAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE Jing png band danzas como el kalandwé, el soloy el béléy su variante, el bélé juba.' En el bélé, un bailador se movia dentro de un circulo, frente a los tambores, Hamados lapeaux cabris por estar cubiertos de piel de chivo. Una chanterelle (hoy chantwell) improvisaba coplas y el coro respondia con un estribillo (lamado lavway, ‘la voz’). El solo, que pese a st nombre es un baile de pareja, sigue existiendo y prevalece también en Santa Lucia. Se caracteriza por un movimiento pelviano: el win (0 winin, del inglés wind, ‘girar’, ‘torcerse’), y por esto fue en cierta época prohibido por el clero. Existian tam- bién los ambores fay lay, colgados al hombro y wocados con baquetas. Se practicaba el obeah, culto del espiritu de los muertos mezclido con elementos de magia o de brujerfa, aunque la Iglesia impuso que los tambores utilizados en las ceremo- jas de obeah fueran bautizados con nombres de santos. Los esclavos solian divertirse en luchas rituales con palos, los bois bataille Los negros adoptaron algunos bién ciertas danzas traidas por los franc zurca (que se convirtié en mazouk), cotillén, ronda, chotis, contradanza. Se ejecutaban durante las fiestas 0, en los pue~ blos de pescadores, después de las misas en honor de san nticos navidefios y tam- cuadrilla, ma- Pedro y san Pablo. Las mujeres se vestian con douillettes (ves- tidos tradicionales de madras),” y se bailaba al son de man- dolina, violin, acordeén © piano y shak-shak (tubo de metal relleno de semillas). image not available image not available image not available 138 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 5, Equivilente del vacunao del gue guancé cubano, 6. Esta tragicin humorstica de anton mia se encuertra frecuentomante on las cultures negras. 7. Vasseel canitule «Labiguine, elon pa, kadans, ol zouk y & nueva misica popula Fatana de gran popularidad. El piblico presente participa con en- tusiasmo y aplaude para manifestar su aprobacién. Una pa- reja baila dentro de un corro, efectuando diversos conto- neos que culminan en el touché (contacto pelviano).? Los cantos, Hamados jué-chanté, ofrecen una oportunidad para la demosiracién de ingenio y clocuencia verbal. Conticnen: alusiones sexuales en lang dérivé (lenguaje en el que se dice ¢ expresar).’ En los bailes sabatinos nocturnos o durante fiestas como el dia lo contrario de lo que en validad se quie! de Todos los Santos y Navidad, se bailan también el kwadril y el zouk,’ interpretados por pequetios conjuntos conforma- dos por violin, cuatro, guitarra (o banjo o mandolina) shak-shaks. Baile de pareja, el kwadril incluye cinco figuras, iniciando con la lakonmét y terminando con el grand rond. Du rurales se solfa bailar el pikan, aliernando hombres y muje~ res dentro de un mismo circulo. Todavia prevalece una va- nte un tanto diferente, que se baila durante el carnaval. nte Thanksgiving (fiesta de origen inglés), en laszonas En Navidad, Afio Nuevo, Pascua y también durante los feste- jos de Santa Cecilia, algunas parranda casa entonando sewenal (serenatas) al son de varios instru- mentos como el bwa poyé, el cuatro, €] baha (trompa de bam- but), el goubabu (flauta de bambi), el born (cacerola golpea- da con dos baquetas), los shak-shaks, el tenbal y otros tambores, ademas de platillos, tridngulo, wompeta y saxo- suelen ir de casa en fon. Se entonan canciones como Ci ile la triomphante y se comparte bebida y comida. Durante la cena de Navidad se organizan certémenes de canciones @ bwé (para beber) Hamados wibot, En el pueblo de Aux Lyons, situado en el valle de Dennery, los @ bwé en patois alternan con antiguas baladas de origen inglés o francés, Generosos tragos de ron ayudan a los cantantesa dar rienda suelta a su fantasia. Se toca miisica y se canta también en los coups d’main —gru- pos de trabajo colectivos para llevar a cabo labores como la cosecha, la siembra, el corte de lena, la construccién, o tam- bié 1 para bendecir embareaciones nuevas—. Los cantos, dirigidos por un chentwell, son acompaiiados con tambores. En las iglesias protestantes se entonan sankeys, himnos esta- ntroducidos a fines del siglo x1x. dounidenses En Santa Lucia existen dos socicdades rivales: La Rose (La Rosa) y La Marguerite (La Margarita), fundadas ambas en image not available image not available image not available 4. Vase ol cepitule «Eluniverso gat nna, Costa Rica, Noaragua, Honduras, ‘Guatemala, Bolco y Ei Salvador. DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE San Vicente Llamada originalmente en lengua caribe Yurumein (9 Hai- runa), CristiGbal Colén rebautiz6 esta isla como San Vicente. Doblegando una pertinaz resistencia indigena, los franceses se establecieron en ella a fines del siglo xvi, Trajeron en un principio esclavos de Guadalupe para los cultivos de tabaco, anil, café, cacao y algodén. San Vicente sirvié también de refugio para muchos cimarrones, escapados de las planta ciones locales y de Barbados, Santa Lucta y Granada. Algu- nos de cllos aprendicron la lengua caribe y se unicron con mujeres caribes, por lo cual se les nombré Black Caribs, Diri- gidos por su jefe supremo Joseph Chatoyer, lucharon contra los colonos que les acosaban. Chatoyer fue matado por los ingleses en 1795, pero hoy esta considerado un héroe nacio- nal. Tolerados por los franceses, los Black Caribs fueron Ine~ go perseguidos por los ingleses cuando la isla les fue cedida, yorfa deportados al archipiélago hondurefio en 1783.! Algunos descendientes de estos Black Caribs siguen viviendo en San Vicente. yen su mi En época navideria, a los esclavos se les autorizaba algin esparcimiento. Bailaban entonces por las calles, disfrazados de guerreros 0 de mumbos junbas, personajes con zancos y miscaras que representaban a los jumbies (espiritus de los ancestros). Actualmente, nueve noches antes de Navidad co- mienzan las nine mornings, lapso en que la gente canta, baila y se divierte, culminando los festejos el 25 de diciembre. El fin de la temporada de cosechas (Crepouer) se celebraba también y se sigue celebrando con bailes y cantos. Los antiguos cantos balleneros, easi todos ellos de origen curopeo 0 estadounidense, cayeron en desuso con la des: aparicién de la pesca artesanal de este cetdceo, salvo quizas en Bequia, donde ciertos ancianos se acuerdan de algunos de ellos. Sin embargo, todavia existen algunas fabulasentre- lazadas con cams y danzas ast como ring games (danzas y cantos grupales) como el pong finger; practicado por los nifios, cantos bole (del francés bel air), cantos pass plays, him- nos entonados en los velorios funerarios, como One Nighi as I Was Walking, canciones de cuna, cantiques (canciones de origen francés que se remontan al siglo xvii), como Le proé- son didan la mé (El pez dentro del mar), o antiguas canciones anecdéticas, algunas de las cuales datan de la época de la esclavitud, como Me nah go back ah Sofray (No voy mas a image not available image not available image not available 146 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 5. Véan0 Hil (107:969) Big drums de caracter sagrado se realizan durante los entie- rros para asegurar el favor de los jumbies. Los beg pardon big drumsse reservan generalmente para las Shango dances o los maroons anuales, en cuva ceremonia se solicita el perdén de los ancestros, en particular cuando se presenta alguna se- quia. Donald R. Hill menciona un texto recitado para un beg pardon. Ina oh (ter) Mama Nu Salamany, oh! Oh yoyo. (Ina oh (ier) Mama Nu Por la mafiana, oh! Lo sentimos).* Las ceremonias fomentan la solidaridad entre los distintos grupos de origen africanoy acentian el orgullo que sienten, por sus raices. Comienzan generalmente con cantos y dan- zas kromanti, siendo los kromanti la «naciém» considerada la mis importante, «Anansi-o sari haba», canto de beg pardon, se dedica a Anansi, pero en este caso no se trata de la araiia ashanti, como en otras partes de América Latina y be, sino que se refiere al dios de la sabidurfa y del conoci- del Cari- miento, y se entona para el perdén de los pecados y la resu- reccién. Durante este canto, se comienza bailando en grupo con paso recatado, mientras los bailadores, botella de ‘on en mano, derraman al suelo un poco de este liquide, y también ofrecen algunos granos de arroz para la regenera cién de la comunidad. Siguen después breves enlaces de pa- rejas. Durante la noche se entonan diversos cantos satiricos © sexuales (frivolous songs) y la ceremonia termina de madru- gada, volviendo a interpretar musica kromanti. Cada «na- ciéns: kromanti, ashanti, arada, chamba, congo, banda, ibo, bongo, mandinga, temne, moko, bangue, invoca a sus pro- pios jumbies como Kromanti Cudjoe con determinados rit- mos y cantos, en los que se mezclan tanto la lengua kroman- ti, como el patois francés y el dialecto inglés. Algunos cAnticos ibo evocan, como también se acostumbra hacer en Haiti, el caracter supuestamente invencible y orgulloso de este puchlo. Hoy en dia, los antiguos cantos como los scoteh ibo, los seotch kongo o los damahan desaparecido totalmente. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 148 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 6. De bex (caja), En Inglatera, Boxing Day dasignabs orignaimente el eia on que los omplzados abrian bs regalos ‘ofronidoe por au jt en paiois (especie de dialecto criollo). Las orquestas, de in- fluencia inglesa, amadas bass and tambourine bands, constan de violin, bass drum (bombo), pandereta y tridngulo, Los campesinos se ayudan mutuamente para cultivar sus tierras 0 construir sus casas y suelen darse aliento entonan- do cantos congo de big drum. Al igual que en Haitf, estos trabajos colectivos culminan en festejos himnos cuando un sacerdote bendice alguna embarcacién, EI dia de Navidad y el 26 de diciembre (Boxing Day)," la gente canta y baila en la calle, soplando cornetas de bambu (ds, bahas 0 bamboo pipe basses). Grupos de miésicos, los pa rang road shows (del espafiol parranda) recorren igualmente Se cantan tambien Jas calles mientras cantan en dialecto inglésal son de banjos, guitarras, ewatros (cordéfonos), triangulos y sonajas. Los can- tantes rivalizan con gran destreza verbal, improvisando co- plas que suscitan la admiracién o la hilaridad de los oyentes, y son parecidas a las de los calipsos. Se organizan concursos de parangs y exi © también el Carriacou Parang Festival, con conciertos, presentaciones de cuadrilla y certémenes de hosannah bands (cantantes a cappella), y el Carriacou Maroon and String Band Music Festival. En Granada, el cantante Mr, Legs tuvo mucho éxito en 2012, con una can- cién de parang titulada Who Owe Me Pay Me (Quien me debe, pagueme). Por diltimo, en Petite Martinique se baila para los matrimo- nios el cake dancing (danza del bizcocho) y el flag dancing (danza de la bandera). aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LAS BERMUDAS ¥ LAS BAHAMAS ‘a orquesta rake‘ scrape Tbohiog and the Rooters (Cat Island), acompaiian los bailes de cuadrilla, de heel and toe polka y de conch style, en los que el bailarin engancha su pie alrededor del tobillo del otro pie, imitando asi una concha. En laislade Abaco, se llamaba African musica esta misica. El rake ‘n' serape tiene particular vigencia en Cat Island, donde se organis cada afio el Cat Island Rake and Scrape Festival. El cantante Exuma (19 ca rake ‘n’ scrape a su repertorio. Una de sus mas logradas canciones: Going to Cat Island, evoca su isla natal. Entre los representantes del rake ‘n’ soape destacan Chippie & the Boys, Lassie Doh & the Boys, el organista Edmund Moxey y Ancient Man, En la isla de Andros en particular, la mas gran- de de las Bahamas, charangas riisticas con pifanos de metal y mandolinas interpretan cuadrillas, chotis, valses y poleas para la fiesta de 1a abolicién de la esclavitud (August Eve Night), que dura tres dias, asi como para Navidades y otras, ocasiones. En las Family Islands, jump-ups, con danzas y mé- sicas espontineas, son interpretados en Nochebuena y du- rante la vispera de la fiesta de la abolicién de la esclavitud. 7), oriundo de esta isla, incorporé la misi- Existen también otros tipos de orquestas de miisica popular. Su dotacién instrumental puede constar de guitarra, una especie de mandolina, un acordedn, un washiab bass (con- trabajo hecho con una cubeta y un palo sobre el cual se tensa una cuerda), tambores, panderetas y otras peque percusiones. 1 156 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE El 26 de diciembre, en Nochevieja, en las visperas de las elecciones y durante distintas fiestas, se organizan, en Nas- sau especialmente, junkanoas, equivalentes de los gombeys bermudianos. Se cantay se baila al son de tamhores goombay y dongos, pitos, timbres de bicicletas, gongs, maracas, claves, innovations, guitarras y cencerros. Algunos danzantes llevan trajes abigarrados de papel crepé. Generalmente las muje- res bailan pero no tocan misica. La banda de junkanoo Va- lley Boys, radicada en Nassau, utiliza ademas trompetas y trombones y rivaliza, por el fausto y la inventiva de sus dis- fraces, con los mejores grupos carnavalescos de Rio de Ja- neiro y Port of Spain. Chippie Chipman, Barabas Woodside y Howard Bethel figuran entre los mejores tocadores de tambor de junkanco, Orquestas de junkanoo que incluyen congas, gongues, maracas, claves € innovations se han esta- blecido también en la Florida. Cuando alguien muere, sus familiares se retinen durante nueve noches. Se reza y se canta, con acompafiamiento de innovations y mandolinas, wake (0 seitin’ up) songs, himnos protestantes de Dwight Lyman Moody y David Sankey (Ila~ mados plantation hymns o anthems) 0 cantos influenciados por el géspel estadounidense. in y actor Bert Williams (1874-1922), es- trella del vaudeville (especticulos de variedades) en los dos Unidos, nacié en Nassau, de padres bahamianos. Pese alas condicion: aveces dificiles en las que los misicos bahamianos deben trabajar, han surgido muchos artistas de valor. Entre ellos, el cantante Ronnie Butler, considerado sel padrino de la miisica bahamiana-. Se inspira en el rake n’ semapey el cal de cincuenta afios de carrera, ha producido éxitos como Burma Read, Going Back to the Island y Pretty Brown Eyes. En 1971, el grupo The Beginning of the End aleanzé fama en los Estados Unidos con Funky Nassau y, asimismo los Baha Men en 2000 con Who Let the Dogs Out. Cabe también mencionar a KB (Kirkland Bodie) (Coo Coo Soup),a Ira Storr and the Spank Band (Look What You Gould Gul), a Stileet (We Rakin n’ We Serapinl), y a 1 cantante y con- guera Onika Best. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Varios artistas y agrupaciones se empefian en mantener las tradiciones musicales de la regién, entre ellos Gualajo, can- tante y mejor tocador de la marimba de chonta, y Los Bogas del Pacifico. En Cali se ha creado el Festival Petronio Alva- rez, dedicado a la miisica de la costa pacifica. En cambio, en. Buenaventura, ciudad corrofda por el trafico de droga y un alto nivel de criminalidad, algunos javenes negros sin traba. jo se desaffan, en las calles, por medio de deslumbrantes demostraciones de break dancing. No hay miseria alguna que logre amordazar su afin de creatividad, Las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina perte- necen a Colombia, pero se encuentran situadas frente a la costa atlantica de Nicaragua. Fueron primero ocupadas por holandeses y sirvieron de guarida a piratasy bucaneros. En el siglo xvi Hegaron puritanes ingleses originarios de Bar- bados scguidos por galeses y por esclavos provenientes de Jamaica. En 182 pobladas por jamaiquinos venidos a cultivar la tien tar leita, Hoy en dia, se habla un patué (dialecto) inglés y, aunque sepan el espaiiol, algunos habitantes prefieren usar el inglés. Los europeos Ilevaron la cuadrilla, el vals, la pol- ca, la mazurea y el chotis, pero estas danzas, asf como un género local, cl zancado, han desaparecido, Zona franca in- las islas fueron cedidas a Colombia, pero ay cor- vadida por wuristas, y cultural y econdmicamente domi- nadas por los Estados U Santa Catalina pierden répidamente sus tradiciones musi cales, aunque subsistan grupos conformados por instra- mentos tales como quijada, guitarra, banjo, washtub bass, ntos en criollo, Entre la joven gene- » predominan el rap y la masica jamaiquina, sobre idos, San Andrés, Providencia y bongs y maracas, con todo el maggaey sus nuevos retoiios. COLOMBIA 193 Ecuador Hasta ahora, a miisica afroecuatoriana ha sido relativa- mente poco estudiada. Los negros del pais, descendientes en parte de benguelas (provenientes de Angola), se concen- tran especialmente en la provincia de Esmeraldas, al nore: te, donde siguen encontrandose nombres patronimicos como Carabali, en las provincias de Imbabura y de Carchi, al norte, y en la provincia de Loja, al sur, yen la cuenca del rfo Mira. Hay también comunidades negras en Quito y Gua- yaquil, y los negros constituyen del 4 al 6 por ciento de la poblacin de Ecuador. En el Valle del Chota as actuales provincias de Imbabura y de Carchi, los esclavos al sur de Buenaventura, ubicado entre cultivaban lac a de articar yse ocupaban del ganado. Aun Jos jesuitas tenian esclavos. Un mandamiento del Gobierno de Quito del 27 de marzo de que huyera serfa mutilado la primera vez y matado en caso estipulaba que «el esclavo de reincidencia» Algunos descendientes de cimarrones refugiados en la selva en 1528, apenas dos atios después de la Ilegada de los espa- fioles a la costa pacffica de Ecuador, y, hacia mediados del siglo xvi, africanos originarios de la costa de Calabar esca~ pados de un barco naufragado que iba de Panamd a Lima, se radicaron en las regiones aisladasy pobladas por amerin- dios de Pichincha y Esmeraldas. Un grupo de cimarrones, a Jos que se juntaron fugitivos que habian huido de plantacio- nes de azticar de Colombia, fundaron en Esmeraldas un pa lenque que tomé el nombre de Repiiblica de los Zambos.! Tras una resistencia feroz contra los espaiioles, firmaron en 598 una tregua con ellos en Quito. Otros palenques surgie~ ron, entre ellos el de Balao, quizas con africanos originarios dela regién del ro Ubangui, y el de Palmares, contra el que en 1605 el Gobi 9 mandé tropas, 4. Vecablo concl quo los ospaniolae de signaban élos mestizes dency negro, 196 DEL TANGO AL REGGAE. MUsICAS 2. Vease Chavez (1930: 549-350), 2. Veae0 Dabacte (1859 268.260) RAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE Cuadro de Adrisn Sincher Gale primera representackin de neg! (1599): Mulator de Enweraes, fen América Latina En el siglo xvi aparecieron en Guayaquil danzas y cantos de origen bantit pero mesti mari-angola, el curinguingue y la candunga, cuyas leuras de- cian: ados. Entre ellos el guataque, el ;Cadiingan-gité! Negrita, gua Ayum, bombé Oyé, yamba jOveééd, Gii danzas se gestaron, esta vez en Esmeral- En el siglo x1x, otra das: la china, la carambe, la guayava, la canowy el costillar: Un vigjante francés, Francois Dabadie, presencis el cestillar, danza de seduccién, a mediados de este siglo. «Para excitar a los actores de esta escena anacredntica, los espectadores cantan coplas picaras y baten palmas in crescendo», apunta. Anade que un interlocutor ecuatoriano le describié la china, la caramba, la guayava y la canoa como «analogas al costillar pero infinitamente mas despechugadas. Los negr latos y los zambos la hailan casi desnudos; al fina espumarajosy hacen contorsiones horribles. Los espectado- res, borrachos, se ponen tan frenéticos como los bailadores; rugen al ofr una orquesta formada por un tambor, una ma- rimba, una flauta rudimentaria y un “alfondoque’, tipo de caiia de azticar con granos de maiz sacudidos en ritmo. Parece un carnaval de demonios».* A mediados del mismo | echan, siglo, Friedrich Hassaurek, ministro de los Estados Unidos Danza en Esmeralda, en Ecuador, de origen austriaco, cruzé el Valle del Chota y tuyo una impresién amena de la misica afroecuatoriana. Evocé a los negros empleados en los bateyes y describié el bundé, danza en la que la mujer, imitando un toro, atacaba al hombre mientras él la esquivaba, y viceversa.‘ Cada pareja bailaba por curno. La danza iba acompaiiada con un tam- bor bomba (en forma de barril), un alfandogue, palmasy can- tos. «En lo referente al gusto musical —apunté—, estos negros son infinitamente superiores a los indios. Sus melo- dias no son tan mondétonas y tan muertas como Las de los aborigenes. Por el contrario, son variadas y fogosas, llenas de un excitante vigor. Su baile no es el paso lento y comed do de los indios: se caracteriza por brincos y movimientos amplios y animados y los extravagantes ademanes que son caracteristicos de los etfopes. Ejecutan varias danzas, algu- nas irresistiblemente cémicas. En esto tienen un genio supe- rior, mas inventivo que las clases populares blaneas y cholas, que no logran superar el lento y monéteno “Alza que te han A fines del siglo xix, cuatro mil trabajadores jamaiquinos ieron a ayudar en la construccién de los ferrocarriles ya trabajar en las minas de oro, Trajeron sus intisicas, pero no dejaron hucllas. En Chalguayaco, en el Valle del Chota, vive una comunidad relativamente aislada, en parte de origen banti particular un tipo de cumbia, menos claborada que la de . Se toca en. imo Colombia; y la bomba, género diferente de su homé ECUADOR 197 4. Como en etionto so" so' panamefo. 5. Veace Hasaurok (1868: 844-048) ytighted material 198 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE puertorriquefio, acompaiiada con canciones como Chucha- qui. La instrumentacién consta de hojas de naranjo que se hacen vibrar con la boca, trompas laterales hechas con cala- bazas, de sonido grave, flautas de carrizo, tubos de fibra de cabuya, bombas (tambores bimembrandfonos), bombos (tam- bores tocados con una mara), cajas, machetes, gitiras y pla tillos. Algunos grupos afaden un acordeén, otros, como Los Hermanos Congo, guitarras: o guitarras y bongs, como el conjunto de Oscar Lara. Existen orquestas solamente ins- trumentales llamadas bandas mochas 0 bandas de maie. Or- questas mas modernas, con guitarra y bajo eléctricos, bate~ ria, woodblock y gitira también se han formado. Los cantos, antifonales, son generalmente anecd6ticos, y el baile, muy vivo. Algunas mujeres bailan con una botella en la cabera nire los cultivadores de esta bomba destacan Mario Congo, la Banda Mocha de Chalguayaco y la Banda Mocha de El Chota, que utilizan instrumentos caseros, Raices Negra Poder Negro, y el trfo de mujeres Las Tres Marfas, que inter preta varios ritmos imitando saxofones o trompetas con la vor. Hoy la bomba se oye también en Ibarra y Quito, y el gru- po Chota Madre, formado en Nueva York en 2012, ha sido el primero en difundirla fuera de Eeuador. s, La miisica de la costa pacifica se parece bastante a la de las regiones fronterizas de Colombia. En Esmeraldas y en San Lorenzo, ubicado mas al norte, en la costa pacifica, se bai- lan varias danzas designadas con el nombre genérico de cu- rrulaos. Entre ellas el bambuco, algo diferente del de Colom- bia, Ia caderna, el patacoré, el fabriciano, la pangorita, el caramba, el torbeilino, el agua corta, el agua larga, el marafuera y el andavele. Los conjuntos que las acompafian pueden in- cluir una o dos marimbas, tambores (bombos, conunos, glosa- dor, respondedora), guasis (wubos rellenos de semillas), y hoy también instrumentos mas modermos. Contrariamente al es tilo colombiano, en el currulao es la mujer quien invita al hombre a bailar. Llevando un pafuelo en la mano, excita a su parejay lo esquiva. Los ritmosson a menudo en doce por ocho. Los cantos, antifonales, constan de cortas interjeccio- nes. Uno de los mis eximios cantantes de este género es Don Naza. Escribe Juan Carlos Cabezas: «Cuando “Don Nava” canta parece que se despiertan vapores de la tierra, -]. Su voz se amalgama a la marimba en sus notas mas graves y cuando se pasa a las agudas, Segundo Nazareno esti ‘a sus frases hasta el punto que no hay retorno».’ Con mis de noventa afios, Nazareno ha grabado un disco con Papa Roncén, gran maestro de la marimba ecuatoriana: Aqui estoy porque he venido. De Taitas y de Mamas. Ademas de cantante, poeta y constructor de marimbas, Papi Roncdn ha sido embajador de la cultura afroceuatoriana yha graba- do también con la cantante peruana Susana Baca el disco De la misma sangre, Para los velorios de santos y de nifios se entonan a cappella arvullos, cantos antifonalesen doce por ocho, y para los velo rios de adultos chigualos y alabaos. El Grupo Bambuco de Esmeraldas, el Grupo Jolgorio Esme- raldas y otros conjuntos se emperian en mantener esta he- rencia musical afroecuatoriana vigente. El carnaval de Esme- raldas presenta miisica tradicional, pero también orquestas de sals ECUADOR 6. Vénso Cabezas 2014}, 199 Venezuela Aproximadamente el 60 por ciento de la poblacién del pais tiene sangre negra. La mtisica es de una gran diversi- dad cada estado cons va sus tradiciones especificas— y este cefiido apunte solo puede dar una breve idea de su ri- queza. La miisica negra esti particularmente vigente en el estado Miranda: en la region de Barlovento, tierra de pesca- dores situada entre el cabo Codera y la desembocadura del rio Uchire —en Curiepe, Tacarigitia, La Boca, Mendoza y el valle del Tuy; y también en los estados Faleén, Trujillo, Zu- lia, Aragua, Yaracuy, Carabobo y Bolivar, y en Caracas y sus emornos—. Los primeros africanos llegaron a principios del siglo xvi, al- gunos de ellos via Cartagena de Indias 0 Curazao. Los escla- vos fueron mandados hacia la regién de Zulia, a las plantacio- de cacao de la regién de Barlovento o hacia Margarita y otras islas, como buceadores para recoger perlas o para pescar. Se produjeron innumerables levantamientos. El primero que est documentado tuvo lugar en Coro, en 1532. Uno de los de Buria, liderado por Negro Miguel (1553), quien fundé un aunbe (comunidad de cima- rrones) en el estado Falc6n y se proclamé rey. Otros tuvieron lugar, por ejemplo, en Curiepe (1822), Petare (1824), Caraya- ca (1882) y Ocumare de la Costa (18: se afincaron en Rio Hacho, Coro, Caucagua y Maracaibo, donde, segiin nos informa Federico Brito Figueroa, comer- ciaban «con los indios onoto y otras parcialidades aborigenes que se transformaron en sus aliados em la lucha que incesan- temente sostenfan contra los cuerpos armados enviados a combatirlos».' En 1721 se instituy6 lx comunidad de negros libres de Curiepe, bajo la direccién del capitan Juan del Rosa- rie Blanco, y hacia 1770 el cumbede Ocoyta, formado por Gui- nes de caiia de azticar al sur del lago de Maracaibo y ala mis famosos fue el de las mina ). Algunos cimarrones Hermo Rivas. La esclavitud fue abolida en 1854. 4. véeaeo Brito (1084) 202 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 2. figuras, como las de San Benito, ‘San Juan Gorgo © San Ped, inctutan también a blancos. 3. En algunos lugares de! surde Nigeria ¥ dal norte de Camerin, eo prohibe alae ‘mujeres ya los nis presencar la salida al calle do les méscaras, que sinbol zan alos antepasados, Estas mascaras Sinven pata mantener) olen accal y Ins costumbres, y permiten tamtion a los homroe controlar ala rujoro>. Pese a la represidn, algunos cultos tradicionales sobrevivie~ ron durante parte de la época colonial, En particular el del dios serpiente Damballah, de origen fon, en San Pedro; y el de Obatala, de origen yoruba. Sin embargo, el cristianismo: logr6 eliminarlos. A partir del siglo xviii, en efecto, los sacer- dotes espaiioles tomaron el control de las hermandades ne~ gras, que reunian a miembros de la misma anacidn».? Estas, en ver de sus dioses ancestrales, empezaron a venerar al san- to de la parroquia a la que estaban vinculadas, aunque asi- milindolo a esos mismos dioses africanos. El dia de Corpus Christi, los miembros de estas cofradias desfilaban disfraza- dos y enmascarados en las calles. Estas cofradias negras subsi particular en San Francisco de Yare, Ocumare de la Costa, Cata, Chuao, Aragua, Patanemo, Puerto Cabello y Naigua- ta. Siguen participando en fies ien en ciertas localidades, en religiosas, pero en algu- nos ln es como Curiepe, tienden 2 transformarse en atracciones turisticas. Una de las fiestas mas célebres es la del Santisimo Sacramento, Se remonta al siglo xvi y sigue vigente en San Francisco de Yare (estado Miranda) y Nai- guaté (estado Vargas). En San Francisco de Yare, sus miem- bros, de sexo masculino, se retinen en su propio local, la Casa de los Diablos. El dia del Corpus, bailan disfrazados de diablos, de ahi su nombre de Diablos Danzantes de Yare. Antiguamente, estos diablos simbolizaban quiz4s a los espi- ritus de los antepasados, como en Africa Occidental los egungun yoruba, los ireme efik o algunos bailarines fon. Se- gin una de sus leyendas, estos diablos habrian empezado a bailar para agradecer a Dios por haber traido la Iluvia nece- saria a las cosechas, La vispera de la fiesta, se cantan coplas de origen espaiol basadas en décimas, y fulias con textos poéticos, también en décimas, riumadas por palmas y tambores (prima, pujao, ou a0, on lambora),0 por un cuatro (cordéfono), maracasy una charrasca (cilindro de metal raspado). Las fulfas mis moder- nas pueden ir acompaiiadas por un bongo y tumbadoras. Al dia siguiente, los diablos visten atuendos multicolores y mas- de animales. Dirigidos por su general, que lleva una gran mascara con cuatro cuernos, acompaiian a la estatua de su santo por las calles de la aldea al son de charrascas, campanitas, tambores (fanboritos y eajas), maracas y euatios cal Solo los miembros de la cofradia estin autorizados a bailar. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 204 5. Vease Martinez Suarez 6. Ibid DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE a ritmo de pitos (flautas nasales) y tambores (chimbangles, cu- macosy redondos). Al llegar delante de la igiesia, le dedican cantos a este santo, Empapan sus estatuas de aguardiente, las visten de nuevo, las Hevan otra vez a la iglesia y luego al cementerio, donde honran a los muertos. A lo largo del re corrido, las mujeres bailan, improvisan versos y a veees to can un tambor. En esta ocasidn se ejecutan varias danzasde origen bantii: malembe, sangueo, chimbanguelero, ajéy sangoro- mé. Cantos en lengua «africana» dirigidos a san Benito son entonados por el capitén de lengua, que es también yerbero. Por ejemplo: Oh kambi, kambit san Benedicto con el coro que contesta: Ay ch Ay, que vaya como vaya nbanguclero vaya Ose canta la fi se «Ajé, ajé San Benito ajé». La instrumen- tacién consta de cuatro tambores «machos»: mayor, medio golpe (o segundo}, cantantey respondén (0 respondido), percu- tidos con baquetas, tres tambores «hembrass: primera re- guint, segunda requinia y tercera requinta, percutidos con bejucos, pilos o chimbanguelers (flautas traveseras de bam- bi), con un sonido agrio, grandes maracas y, a veces, gu tarra, cuatro o violin. Los tambores tocan varios ritmos entre los cuales se encuenti cl misericordia seiory el chimbanguelero vaya. La musica va n el chocho, el goipe de camino, salpimentada por gritos de excitacién.! Hoy en dia, un chimbinguele desvirtuado se ejecta en algunos hoteles para los turistas. En Bobures, los afrovenezolanos celebran también, con 2n la regién de los Andes, los miembros de la cofradia Los Negritos de Zumba, de origen banti, celebran ala Virgen de la Cande- laria con el bailede palo, el baile del cabrioy otras danzasal son de tambores, violines, guitarra y maracas. danzas y cantos, a la Virgen de Chiquinqui La fiesta de San Juan también da pie a manifestaciones exu- berantes. San Juan es juerguista y retoz6n, como san Benito, y, como él, considerado protector de los negros. Segiin los ancianos, seria originario de Guinea 0 del Congo, y se le Hama san Juan Baricongo. Corresponderia ademis al dios yoruba Changs. Su fiesta, que coineide con el solsticio de ‘Tambores mina verano, se celebraba en algunas plantaciones del centro del pais en la época de las cosechas. Durante la noche del 23 al I se recita 24 de junio, se organiza un velorio durante el cu nian canciones profanasy se toca el tambor. La maiiana del 24, en Agua Negra, estado Ya brantes toman un baiio lustral en el rio sin quitarse la ropa el rosario, se cuy, los ccle~ y empapan la estatua de san Juan. Luego se lleva esta a la iglesia al son de tambores minay curbata.? Se dice una misa en honor al santo, durante la que se pro- tagonizan episod tambores empiezan de nuevo a repicar, y la estatua es pa- seada por las calles. La gente le agradece al santo los favo~ res otorgadosy a veces se llevan nifios a su lado para que los s de su vida. Al salir de la iglesia, los proteja. Por dltimo, se le alaba con cantos poéticos lama- dos sangueos (tal vez de una palabra banui que significa ‘exultar’). En Aragua, Carabobo y Yaracuy, la palabra san- gueo también es el nombre genérico de algunos ritmos de tambor con nombres bantttes: quimbamba, san Juen congoli, loango, sangorongome. Anteriormente, en algunas aldeas de Barlovento y del Distrito Federal, para las fiestas de San Bo nito y de San Juan Baricongo, se entonaba antes de la procesion o después de la misa un tipo de canto Hamado malembe. Citemos este malembe, que evoca aun san Juan melémano: VENEZUELA 205 7. Ode tambores culo © puyay de ma- "Beas en is region de Baravenin, de pr meray de segunideador en Ooumare del Tuy, 66 clatneson Ooumaro dol Coots, 206 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 8. Las falas son un conjunto de cantos y danzas acompatiados con tes tambo- Fes do ciforent tararo colocados entre las roils y percutdos con baquctas. 9. Llamaio son de nogros en Curar ‘ua festeca Lara). Es cferanta del son de regres del palenque San Basiio de Colombia San Juan Baricongo Tiene la mania De tocar tambor caramba Cantando fulfa.’ estribillo: Malembe, malembe Malembe se va, Hasta el afio que viene, Que wolverd. La fiesta de San Pedro, celebrada el 29 de junio en los esta- dos Miranda, Aragua, Carabobo, Yaracuy y en la costa del Distrito Federal, se parece a la de San Juan. En esta, los tam- bores tocan el sangueo, que aqui designa un ritmo lento. San Antonio de Padua encargado, como San Francisco, de traer la Iuvia para la siembra, se festeja, en El Toyuco (esta- do Lara) en particular, con una manifestacin musical Ha- mada tamunangue." Si no cumple con su deber, se le amena- zay se le increpa. Tras la procesiOn y la misa se ejecutan una serie de danzas (sones): salve; batalla, lucha ritual con palos, de ritmo bastante lento; bella, viva y alegre, salpicada de gri- tos; seis por ocho; perrendenga, en la que el bailarin hace remo- n: yiyivames (0 chichivamos), en el que el hombre ejecuta movimientos acrobaticos mientras la mujer permanece hieratica; juriminga, en la que el hombr gue ala mujer, la cual se mueve de manera mis comedida; poco a poco, lidico, en el que la mujer se trepa en la espalda de su pareja; seis figuriao; galerén, Si el canto siguiente, que acompaiia la batalla, tiene un caracter «cristiano»: linos con un bast persi- Ami padre san Antonio :Dénde esta que no lo veo? Que vine a cantar con él Y me voy con mis deseos. este canto de yiyzvamos, con su leimotiv ritmico, es mas «airi- canon: El yiyivamos € bangué, Ay ylyivamos O€ bangué Estos son los golpes aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. Algunas gaitas facilitan la comunicacién dentro de la comu- nidad y el control social, y permiten expresar sentimientos dificilmente confesables en otras circunstancias. La gaitaha evolucionado con el transcurso de los aiios. Guaco, por ejemplo, que se originé en Maracaibo como grupo de gaita zuliana y que es una de las orqué estas mas populares de Ve~ nezuela, la mezela con géneros como el songo (ritmo cuba- no). Algunos conjuntos modernos la tocan hasta con sinteti= zadores y desviritian a veces sus textos y su espirit, A partir del siglo xvii apa cen varios tipos de mtisica y de danzaacriollados: en Ia década de 1920 el tango, especie de sainete representado durante el carnaval de Curiep: bién el pasillo, la guasa, el sangamulé (0 sambarambulé), con su matar la culeb) tam- cancién par: y la guariconga Los trabajos agricolas, que respetan la armonia natural —siembra, labranza, colada de la ropa, ordefio de las va- cas— estaban acompasados por bellas melodias, que tien- den a perderse. Algunas danzas rurales ejecutadas en esias ocasiones combinan rasgos africanos e indios. Por ejemplo, la tura chica, bailada en junio en los estados Lara y Faleon cuando el maiz brota de | tierr: sy la fura grande, bailada en septiembre, cuando el maiz est maduro. Hay también dan- zas erdticas, entre ellasuna en la que la mujer finge dar a luz un niito, otra en la que levanta su falda encima de su sexo y, en el Distrito Federal, la perra, en la que el hombre imita a un perro y la mujer a una perra; y danzas que imitan a ani males como la de la burra, en la que el bailarin retoza con enaguas rematadas con una cabeza de burra. suas danaas van tradicionalmente acompaiiadas con maracas, una flau- ta, un crineo de buey to: valles de Aragua subsisten todavia cantos de mujeres que datan de la época en la que las esclavas fabricaban tinta. En las ciudades, los vendedores ambulantes entonaban prego- nes Ilenos de imaginacidn, pero contrariamente a Cuba, generalmente no han inspirado canciones populares. En la década de 1880, Fl Callao (estado Bolivar), pueblo a orillas del rio Yuruani fundado en 1853, atrajo a inmigran- rriacou, Barbados, Trinidad, Martinica, Nieves, Santa Lucfa y San Vicente que las minas de ore de la region. Cada afio se organiza un muy do por soplido, y cantos. En los tes oriundos de C: inieron a trabajar en concurrido carnaval con varios personajes, entre Jos que se VENEZUELA 209 210 DEL TANGO AL REGGAE. MUSICAS NEGRAS DE AMERICA LATINA Y DEL CARIBE 45, LP Musical Conquast. 46. En ia reqian de Sabana, fos cuma 03 se aman piano, primero y segundo {o curbata): ea otras pucblos del Distrito Fedral: mace, burro negro y camo rita (e pu ven diablos, mascaras cornudas, mediopintos (con la cara pintada de negro) y, especialmente, madamas, ricamente ataviadas. La mas famosa madama fue La Negra Isidora (1923-1986). Se baila el calipso, diferente del calipso trinita- rio y cantado en patois (dialecto) inglés. Carlos Small, vir- tuoso del bumbee (lambor metalico) en la década de 1940 decfa: «La mujer que baila calipso se mueve como una rei- na: los hombros quietos, la cabeza inmovil y el pecho tam- bién, toda la cadencia esta en la cintura y en la cadera». Se baila también el limbo. Anteriormente, este calipso era inter- pretado con guitarras y bumbacs. Hoy lo acompaiian orques- tas como la de Gago Wallace, Bacanal, Desorden Piiblico, Los Amigos del Calipso 0 Renovacién del Calipso. La instru- mentacion consta generalmente de cuatro, wompetas, cen- cerros, pitos, maracas, raspadores y bumbacs 0 steeldrums. El joropoes la danza nacional de Venezuela. Originalmente, Ja palabra significaba ‘festa’, Pas camente un baile de pareja de origen espa a designar mas espectf I de la res de los Llanes. Su ritmo es ternario, pero se crean a veces polirritmos, superponiéndole un ritmo binario. El joropo tradicional comprende distintos pasos (golpes): refalosa, val- siao, cuantiao, escobillao, zapatiao, revuelta, seis, toriao, carrido, pasajey distintasmodalidades regionales: joropollanero, cen- tral, oriental, etc. Algunos golpes, miméticos, evocan por cjemplo un caballo, 0 la cosecha del tabaco. El golpe tera (del valle del Tuy), muy sinco} loango (bani). El joropo de la regién de Barlovento es tam- bién muy ritmico. El acompaiia potradicional consta de arpa, cuatro y maracas, pero se pue- den también usar una cherrasca (giiiro), una bandola, una marimbula y aun una guitarra eléctrica, Un muy logrado ejemplo de adaptaci6n del joropoa la salsa es Exta es Venexue- la, de 1a orquesta puertorriquefia La Sonora Poncefia, con ado, atestigua una influencia miento instrumental del jero- letras evocadoras de la sandunga negra: Mira la negra como redobla ya su cintura Mira el negrito que la segunda con su bravura. La familia de los tambores afrovenezolanos es infinita. El cumaco, quizis de origen banui, esté muy difundido, espe- cialmente en las regiones dle El Toyuco (al norte del estado Lara), en el Distrito Federal, y en los estados Aragua, Ca- bobo y Yaracuy.* Hecho con un tronco de érbol ahuecado, existe de diferentes tamarios —el mis grande mide mas de dos metros— y diferentes formas, Algunos cumacos se acues- tan en el suelo y el tamborero se sienta a horcajadas sobre él. Durante las procesiones, van colgados @ los hombros de los misicos. Un tamborero golpea el parche con baqueias mientras su ayudante percute el cuerpo del instrumento también con baqueras El famunango, pequeiio tambor monomembranéfono hecho con la misma madera que el ctunacoo con barriles, se coge debajo del brazo izquierdo. Va generalmente aparejado con tambores cunacos, pero se utilizan también baterfas con solo tanunangos.” Los chimbangles, de los estados Zulia, Faledn y Trujillo, son tambores de origen congo hechos en particular con madera balsa. Son el tambor mayor (regaitén © arviers), que entra p mero, el segundo, el medio golpe, el requinta entera y el medio requinta. Estén también los fambores grandes. Incluyen el curbata (0 cw veld), que dirige, y el mina (o merecur), quizis de origen ewe © fon, que asegura la base ritmica. Se encuentran en los pueblos del Distrito Federal, y en San José de Rfo Chico y Curiepe. Convocan a la gente a los festejos y se tocan en particular para la fiesta patronal de San Juan. El mina, cilin- drico, hecho con madera de albaricoquer bién tocar conjuntamente con un cumaco o una tambora Puede medir aproximadamente dos metros. Su parehe es tensado con tirantes y bejucos sujetados con curias de made- ra. Se inclina sobre dos palos hincados en el suelo y se per- cute con dos baquetas mientras que otros dos miisicos gol- . se puede tam- pean el cuerpo con Lawes (baquetas). Los tambores exyo epuya (0 tambores redondos), de origen ban- Ui, a veces weados en conjuncién con guerwras (conchas), son caracterfsticos de la regién de Barlovento. Acompafian Jas danzas y salen en las fiestas de San Juan. Hechos con madera de ceiba, son estrechos y cilindr orden decreciente, de prrimo (corrido 0 guia), que entra prime- roy ejecuta el ritmo de base, eruzao, y pujao (curbatao macho), que improvisa generalmente ritmos en doce por ocho. Los cantos, que incluyen

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