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CARTAS Y RELACIONES DE HERNAN CORTES AL EMPERADOR CARLOS V COLEGIDAS E ILUSTRADAS POR D. PASCUAL DE GAYANGOS CARTAS Y RELACIONES HERNAN CORTES AL EMPERADOR CARLOS V COLEGIDAS £ ILUSTRADAS Por DON PASCUAL DE GAYANGOS, De la Real Academia do la Historia de Madrid; correspondiente del Instituto de Francia, etc, etc. AB 1353 PARIS IMPRENTA CENTRAL DE LOS FERRO-CARRILES A. GHAIX ¥ G cane BENGERE, 20, CERCA DEL BLLEVARD MONTMARTRE, 1866, INTRODUCCION. La vida de Hernan Cortés, & pesar de lox diligentes tre pajos hechos en lo antiguo por Bernal Diaz, Gomara, Herrera y Solis, y de los mas recientes de Lorenzana, Navarrete y Prescott, osté atin abierta & las investigaciones del eru- dito, Nuestros archivos guardan no pooos doouméntds rela- tivos 4 la historia del ilustre conquistador de Méjico, que no han visto atin Ja lug piblica; sus mismas cartas al empe- wador Carlos V, anunoidndole, ya los progresos del descu- brimiento y conquista, ya los azares y contratiempus de su _ deagraciada administracion, se hallaban espartidas por va- rios libros, sin former un todo homogéneo; algunas de ellas habian sido publicadas por copias malas y defectuo- sas; Muy pocas pdr los mismos originales; faltaba entre todas aquella relacion y harmonfa que tan necesarias son en este linaje de trabajos, y sobre tédo existian, segun dejamos indioado, bastantes papeles sin los cuales toda pu- Dliopoion destinada 4 ilustrar la vida y hechos gloriosos del « héroe extremefio » hubiera necesariamente quedado incompleta y falta. Corrajir, pues, lo ya impreso ; afiadir nuevos 6 intetesantes documentos 4 los donocidos hasta el —n— dia ; reunir lo todo en un cuerpo con la debida ilustracion : tal es el objeto de la publicacion presente. Entre las cartas atribuidas 4 Hernan Cortés las mas im- portantes sin disputa son aquellas en que 4 la manera de César en sus Comentarios, y en un estilo llano y conciso, al par que elegante, él mismo da cuenta al Emperador de los varios sucesos de la conquista. De estas carlas, 4 que por su extension y contenido se da comunmente el nombre de « Relaciones », tan solo conocemos cinco, y atin esas su suerte ha sido tan varia, que bien merecen que nos ocu- pemos de ellas, aunque sea ligeramente. La primera en érden cronoldgico, es decir la que Cortés debié escribir por junio 6 julio de 1549, no ha sido aun hallada. Hasta el mismo Gonzalez de Barcia, que tanta di- ligencia puso en buscar este y otros documentos relativos al descubrimiento y conquista de la Nueva-Espafia, deses- peré de hallarla, sospechando fuese la misma que el Con- sejo de Indias mand6 recoger 4 instancias de Panfilo de Narvaez, 6 la que Juan de Flores quité 4 Alonso de Avila. El inglés Robertson fué el primero que con su acostum- brada perspicacia indicé la idea de que Ja carta perdida se encontraria quiz4 en algun archivo de Viena, donde, por residir en ella Carlos V, se despachaban 4 la sazon mu- chos negocios importantes de la gobernacion de Espafia é Indias. uscdse allf en efecto, y aunque no fué hallada, parecié una esorita en 40 de julio de 4549, y dirigida al Emperador por la Justicia y Regimiento de la Villa Rica de la Veracruz, ciudad recien fundada por Cortés. De presu- mir es que el que la redacté tuviese 4 la vista la que el mismo conquistador habia poco antes dirigido al Empera- dor, y asi es que 4 falta de Ia primitiva, ha pasado y pasa por la primera de sus cartas-relaciones. La segunda y tercera vieron la luz publica en Sevilla —-W— por industria de Jooobo Cromberger, uno de los mas cé- lebres tipégrafos de aquella ciudad ‘, y la cuarta, impresa deede luego en Toledo, en 1525, por Gaspar de Avila, se volvié 4 imprimir en Zaragoza por Jorge Costilla *. La quinta, 6 sea aquella en que Cortés da larga y mi- nuciosa cuenta de su expedicion al golfo de Hibueras, ha sido hallada en el mismo cddice de la biblioteea imperial de Viens, que, segun ya dijimos, contenfa la primera : eédice precioso para la historia de la Nueve-Espafia, y acerca del cual nos cumple dar algunas més noticias, como quiera que hasta ahora nadie, que sepamos *, se haya ocu- pedo de su contenido. Es en folio menor, de 640 hojas Utiles, y esté sefialado con el N° CXX. Ademés de las cinco cartas-relaciones de Cortés, hallanse en é1 los siguientes * De la segunda se conocen dos ediciones, ambas en félio : le primera de Sevilla, & 8 de noviembre de 4592 por Cromberger; ln segunda de Zaragoea por George Coci, aleman, & 8 de enero de 4823. 4 Esta reimpresion de Zaragota leva la fecha de 8 de julio de 4896, Es tan rara que nd se conoce mas ejemplar de ella que el que M. Lenox de Nueva- York, poseo; pero no os de extrafiar la rareza de etta y otras oiiciones de las cartas do Cortés; el que estos reaglones escribe, recuerda haber visto hace cerea de 20 aos, en poder de un caballero extremefio, residente en esta cérte, tuna reimpresion en letra gética y on cuarto de las tres cartas-relacionce de Cortés, si bien no puede determiner por qué impresor, ni en qué punto se hizo, ef en Sevilla, on Zaragosa 6 Salamanca. Las tres relaciones de Cortés, conocidas é impresas en el siglo xv1, las reu- nié en ua cuerpo el diligente Gonzales de Barcia, y las dié & Inz en 4749, en 1 tomo 1° de su coleccion intitulada : INstoriadores primétices de tas Isles Oo- cldentalee, Mas tarde en 4770, el arsobiepo de Méjico, don Francisco Antealo Lorenzana, que obtuvo después Ia pérpura cardenalicia y la mitra de Toledo, las volvié & publicar, convenientemente ilustradas, en Ia que él intituld : Hise lorie de Nueva-Espahe, excrita por su esclarecido conquistador Hernan Cortés, Méico, 1770, fol. 3 El mismo Navarrete que en 1842 dié 4 luz la primera, hasta entnces ind. dita, por una copia que en 1778 mandé sacar en Viena el conde de Florida- blanca, & la sazon ministro de Estado, omitié toda descripcion del ebdice que le sirvié de original. —m — documentos relatives todos al mismo asunty, exceptuando tino solo que ge réfiere al Pert : 4° Relacion de Pedro de Alvarado & Hernan Cortés es- crita on Villatan 4 14 dé abril (de 4528), en la que refiere todo lo sieedido hasta aquel punto. “2 Relacion del mismo Pedro de Alvarado 4 Hernan Cortés, dandole cuenta de 1a tlerra que habia andado, con- quistas que habia hecho, y demés suoesps '. Eserita en la ciudad de Santiago 4 98 do fulio de 158. ¥ Relacion de Diego de Godoy * a Hernan Cortés, refi~ riéndole los sueesos ocurridos desde su dalida de Cana cantlan. h° Extracto dé los primeros desoubrimientes de Franolsvo Plrarro y Diego de Almagro, hecho por Juan de Samatto para remitir 4 algun prinvipe 6 personaje cuyo nombre “RO 96 expresay : & Despacho, instruocion y cartas de Hernan Cortés 4 Antonio Guiral para entregar 4 Alvaro de Saavedra Cerot* el afio de 1527, cuando este fué por capitan de la artiada enviada 4 las islas del Maluco y otras tiorras comarcanas Tal es el conteftida del e6dice dé Viena, que debis per tenecer 4 algun espafiol de los que por aquel tiempo vol- 4 Tratan una y otra de la expedieion que-Alvarado'hiso a 1s previacia de Guatemala por drdea de Cortés, 3 Algunes voces ge lo llama Pedro en lugar de Disgo; pero como la carta sea original y votd firmnds, no queda duéa de que su verdadaro nombre fué Diego. Bra pisead y atin deudo de Cortés quien le envid & Chiapa & reducip ciortos indios que ve habian rebelado, {nseriéla Barcia en al tpmol* de su coleccion, asi como las-doe anteriores de Pedro de Alvarado, aunque debi6 imprimirlas por imala copia, vegwa acta, desfigurades y plagaday de arrores, 3 Este Alvaro de Saavedra Ceron es distinto de otro Alvaro de Seavedra que tambien figure en las expediciones que Cortés envié al descubrimiento del mar del Sur, Aquel ere capitan general de la armada; este veedor. Algungs de lps + @gcumentos ¢omprendidgs bajo gate n° § fueron ya publicadds por dgn Martin Fernandez de Navarrete en el 3° tomo de su Colleccion de los viajes y descu- brimientos, ete. Madrid, 4837, —x-— vian del Nuevo-Mundo, como pareeen indicarlo los epigrafes 6 encabexamientos que el compilador puso 4 algunas de las relaciones de Cortés; & no ser que la coleseion la for- mage ¢] tismo Juan de Samano, autor del extracto sefialado con él n° 4. El haber este ejercido por aquellos tiempos al cargo de secretatio del Real Consqjo de las Indias, y la sit ctnstancia de ser. traslado auténtioo, y debidamente lega- lizado por escribano piblioo, 1a copia de la relacton pri- Mera enviada por la Justicia y Rogimiomto de la Veracruz on 1519 esfrertan algun tanto la conjetura, Como quisra que esto séa, ya por los dosumentos que Nevaments offecernos 4 nussttos lectores, sscrupulosa~ Mente cotejades econ sus originales 6 oon oppias costéneas, ye por los qué ahora se publican por la vez primera, la historia del descubrimiento y conquista de Méjico, y prin- eipalmente la biografia de Cortés seran on nuestra humilde opinion convenientemente ilustradas en muchos puntos que atin estaban oscuros. Nacié Hernan Cortés en Medellin, villa de Extremadura, én 1485. Su padre, Martin Cortés de Monroy, habia sido tewiente de una compafifa de infanteria. Bartolomé de las Casas! que le vonovis y traté dice de 6] qué « era un escu- dero harto pobre y humilde, aunque cristiano viejo,di y can que hidalgo ». Su madre se llamaba dofia Catalina Pizarro Altamfrano, A la edad de oatorze afios fué enviado & Ba~ Jemanca 4 oursar leyes en su edlebre universidad; pero su aficfon al estudio debis ser escasa, pues 4 los dos afios vol- vié al hogar doméstico con grave séntimiento de sus pa- Gres que pensaban hacer de él un letrado. Bra Cortés Dullicioso, altivo y amigo de armas, y as{ determind se- guir le carrera militar, m4s adomodada 4 su genio 6 faolf- ~ A Historia general de las Indias, M. 8. lib. 3, cap. #1. —-x- nacion. Dos caminos se le ofrecian 4 la sazon; 6 alistarse bajo las banderas del Gran Capitan, que pasaba 4 Napoles con armada, 6 embarcarse en la que Nicolas de Ovando, comendador de Lares, y gobernador de la isla Espafiola, pre- paraba en Sevilla. Decididse por este ultimo, que ofrecia mas novedad y mayores peligros, y obtenida licencia de sus padres, se puso en camino para aquella ciudad, donde poco después de su legada, obtuvo que Ovando, que conocia 4 su familia, le prometiese pasaje en una de las naves de que se componfa la flota. Un incidente desagradable le im- pidis, sin embargo, formar parte de aquella expedicion maritimar Andando una noche en ciertos galantéos, y pro- _ curando subir por la pared de un trascorral, mal cimen- tada, esta se deamoroné, y Cortés cayé en tierra sin sen- tido. Al ruido que hizo la pared al caer, y al de las armas y broquel del joven galanteador, salié de la casa un hi- dalgo recien-casado, y viendo 4 Cortés caido cerca de su puerta, intenté matarle, sospechando de su mujer, y lo hu- biera hecho 4 no haberselo estorbado una vieja, suegra suya, que tambien habia acudido al sitio atraida por la cu- tiosidad. La caida fué de bastante consideracion para obli- garle 4 guardar cama durante algunas semanas, y la flota “de Ovando se hizo 4 la vela sin Cortés. Sano ya de sus contusiones, determin pasar 4 Italia, y para ello tomé el camino de Valencia, aunque no llevé 4 cabo su proyecto, andando, segun dice su bidgrafo Francisco Lopez de Gé- mara, «4 la flor del berro, con hartos trabajos y necesi- dades » ‘cerca de un afio. Por ultimo el de 41504, y cuando apenas contaba los diez y nueve de su edad, se em- bareé en una nao de Alonso Quintero, vecino de Palos de Moguer, la cual se hizo 4 la vela del puerto de San Lucar de Barrameda con destino 4 las Indias Occidentales. Llegado 4 la Espafiola después de una trabajosa y larga navega- —xu— cion, Cortés se dirigié 4 casa del gobernador Ovando, que @ la sazon se hallaba ausente en lo interior de la isla; su secretario, Medina, le recibié con afabilidad, y pregun- tado acerca del estado de las cosas, y de lo que debia ha- cer, le aconsejé que se avecindase alli, prometiéndole en nombre del gobernador un solar para edificar casa, y cier- tas tierras para labrar. « Yo no vine aqui para cultivar la tierra como un labriego, » le contesté Cortés, « sino para buscar oro. » Esto sin embargo, Cortés acepté poco después del mismo Ovando un repartimiento de indios en Daiguao, y la escribania de la recien-fundada villa de Azua, ha- ciéndose muy pronto acreedor 4 mayores mercedes. por sus servicios en la guerra que contra Anacaona, reina viuda de Haiti dirigia a la sazon Diego Velazquez. Cuando en 1544 este caudillo emprendié la conquista de la vecina isla de Cuba, Cortés le acompaiié en calidad de oficial de Ja Real Tesoreria 4 cargo de Miguel de Pasamonte. Conquistada la isla, obtuvo repartimiento de indios en Manicarao, y se establecié en Santiago de Barucéa, logrando poco después el favor de Diego Velazquez hasta alcanzar, segun Las Casas, plaza de secretario suyo. Naturalmente activo y empren- dedor se dié 4 lacria de ganados, siendo el primero de los conquistadores que tuvo « hato y cabefia », con cuya gran- geria y el oro que sacé con sus indios, llegé en breve & ser rito. Entre las familias que poblaron en la isla habia una gra- nadina del apellido Xuarez, compuesta de una honrado viuda, un mancebo hijo suyo, y cuatro hermanas jévenes y apuestas. La mayor de estas, Namada Catalina, pasaba por Ja mas hermosa muger de la isla, y era galanteada de mu- chos que solicitaban su mano. Era Cortés el preferido; mas habiendo dado 4 la dama promesa de matrimonio, hubo por ragones que se ignoran de retardar su cumplimiento —m— hasta ¢1 punto de atraer sobre #{ las justas réclamaciones del hermano y demas familia, asf como la persecticion y enemistad del gobernador Velazquez, qué festejaba, segun dicen, 4 otra de las hermanas. Reuniunse por aquél tempo en casa de Cortés muchos pobladores que descontentos von Velasques porque 6 no les daba repartitniento de in- dios, 686 le daba menor del qué oreian meresar, hublaban mal de él y su administracion. Llegaron los desoontentos 4 _ proponer que Cortés pasase sedretatiente 4 la isla Espanola, donde residia Ia Audienoia, y s6 quefase ante los fuedes de ella los de agravios que cada oval pretendia haber recibido del gobernador. No fué menester mds para que Velazquez, que, segun queda dicho, andaba disgustado con Cortés, le hiciese sentir 41 peso de su autoridad. Noticioso del caso, le mandé Hamar, le maltraté de palabra delante de muchos que se hallaban preséentes, y le metié on la cércel, si bien Cortés quebrantando las esposas con qué estaba aherro- Jado, apoderdndosé de la espada y rodela del alcaide, abrié una ventana, se descolgé por ella, y s8 recogis al sagrado de una iglesia que habia protima. No se attevié Velazquez 4 sacarle por fuerza de allf; mas habiendo apostado en las cercanias 4 un su alguacil, llamado Juan Esoudero, este eon ayuda de otros logré sorprenderle un dia que, descui- dado se paseaba por delante de la iglesia, y levarle 4 une nave que surta en el puerto, no aguardaba mds que viento favorable para hacersé 6 la vela con rambo 4 Ja Espafiola. Seganda vez pudo Cortés burler la vigilanoia de sus guer- das; aquella misma noche logré, aunque con grand{eimo dolor, sacar los pies de los gtillos, salir por la bomba sin ser sentido de nédie, meterse on él esquife que estaba al costado de la nave, y remar hacia tierra, Mas era tal le corriente del rio Macaguanigo, sobre el cual osté usen- tada la cftidad de Santiago, qué asttivo a punto de sogobrar — x ¥ perderse. Enténoes con aquella resolucion impavide, de que tantes mnestray did después on los trances mas duros ¥ peligrosos de au azerosa vida, desnuddse, atésa con un pafio sobre le cabeza ciertag esorituras que, camo oficial de la tesoreria, y eseribano de ayuntamiento tenia, y podian perju- dicar 4 Velazquez, y echdndose al agua logrs ganar Ja tierra, nadando. Fuése luego 4 su casa, heblé opn Juan Xuarer, el hermano de Catalina, 4 quien consiguis apaci+ guar y poner de su ledo, y bien armado, se acogid segunda ves al gagrado de la iglesia, Sabedor del caso Velasquez disimuls su enojo, y la envid 4 decir que fuasan amigos ¥ © pasado pasado, prometiendo restituirle 4 eu favor y prir vanza, si querie salir con él en busea de ciertos indios que se le habian aleado. Recaloso Cortés, ningun caso hizo por enténces de las ofertas del gobernador, antes bien siguis retraido en la iglesie, aunque poco después dié su mano 4 dofia Catalina, reooncili4ndose aa{ con los pariantes de Ja dama, y con el mismo Velazquez. Qeurrid por esta tiempo la Megada 4 Cuba de Pedro de Alvarado con la inesperada gueya del desqubrimiento de Yutacan por Juan Grijalba', y los cuantiosos y ricos rascatas que en su costa babia conseguido. Impacients el gobernar dor porque uquel capitan, sobring suyo, no volvia 4 dar cuenta de su viaje, decidis mandar en busca suye 4 Cris- tébal de Olid con una caravela, y con érdan exprose de que volviese Inego, dejando la tierra pobleda; mas no pudo hallar 4 Grijalba, y se volvis 4 Cuba sin noticias suyea. Subié con esto de punto la impaciencia del gobarnador quien decidis enviar & aquallas partes otra expedicion Mayor que la pasada, para cuyo mando escogié 4 Cortés, * Antes de Ja expodicion de Grijalba hubo otra que fué deagraciada. Manda- bala Pedro Fernandez de Cordova, el cual salio de la Habana 4 & de febrero de 4547. — xv — no sélo por conocer en él] valor, prudencia y demas dotes necesarias para dicho cargo, sino porque Cortés que segun queda dicho, era rico, podria contribuir con sus fondos al armamento de la flota. Asi se hizo, y Cortés fué poco des- pués nombrado capitan general de la nueva armada, em- pleando toda su fortuna que era considerable, en el equipo y aprovisionamiento de once naos entre caravelas y bergen- tines, y en adelantar dinero 4 muchos de los voluntarios que se alistaban debajo de sus vanderas. Mas antes que Cortés se hiciese 4 la vela con su pequefia armada, volvié Grijalba 2 Cuba, hablé con Velazquez, y él y otros trataron de disuadirle de la proyectada expedicion, econsejandole que no diese mas bastimentos ni pertrechos para ella, y que cuando no revocase el nombramiento de ca- pitan general hecho en la persona de Cortés. En prueba de los grandes esfuerzos que con el gobernador hacian los ene- migos del que habia de llegar 4 ser conquistador de Méjico, cuenta Bernal Diaz del Castillo la siguiente anecdota. Un domingo que el gobernador iba 4 misa, acompafiado de los mas notables vecinos de Santiago, y levando 4 Cortés, su derecha, para mas le honrar, un truhan, llamado Cervantes, que iba delante haciendo los gestos y chocarre- rias que acostumbran 4 hacer los de su clase, dijo asi : «!A la gala de mi amo! Diego y qué capitan has elegido? que es de Medellin de Extremadura, capitan de gran ven- tura. Mas temo, Diego, que no se te alze con el armada, que le juzgo por muy gran varon en sus cosas. » Didle luego de pescozones el secretario Andrés de Duero, que iba allf junto con Cortés, y le dijo : « Calla, borracho, loco; no seas mas bellaco, que bien entendido tenemos que esas talicias so color de gracias, no salen de ti, » Todavia iba diciendo el loco ; « viva, viva la gala de mi amo Diego, y del su venturoso capitan Cortés! 6 juro 4 Dios de mi, amo —xw— Diego, que por no verte llorar tu mal recaudo que agora has hecho, quisiera ir con Cortés 4 aquellas ricas tierras. » Estas y otras insinuaciones parecidas de tal manera le- braron en el animo naturalmente suspicaz de Diego Velaz- quez, que determind quitarle el mando de la armada, y darselo 4 un capitan, natural de Caceres, que habia nom- bre Vasco Porcallo. Para ello envidé provisiones 4 su cufiado Francisco Verdugo, alcalde mayor de la Trinfdad; man- dandole que 4 toda costa estorbase la salida de la flota, puesto que habia revocado el nombramiento hecho en Cor- és; y edmo este hubiese ya salido para el puerto de la Ha- bena con el fin de embarear alli ciertos bastimentos de que tenia falta, y reoojer ademés la gente de aquel distrito, despaché 4 dicho puerto iguales mandamientos disponiendo que le prendiesen. Mas avisado Cortés de esta determina- cion, una noche que se contaron 40 de febrero de 4549, mend6 zarpar el ancla, y se hizo 4 la. vela para las costas de Yucatan. Su desembarco en Cozumel, sus tratos con los naturales de la isla, su llegada & Campeche, la marcha de su pe- queiio ejército al rio de Tabasco, por otro nombre de Gri- jalba, y sus encuentros con los indios forman el asunto de la que pasa por relacion primera, y que segun queda dicho en otro lugar, esté firmada por la Justicia y regidores de la Villa Rica de la Veracruz, poblacion fundada por Cor- tés. Trata la segunda de su marcha 4 Cempoalla, de las repe- tidas embajadas que Muctezuma envi con el fin de explo~ rar sus intenciones y detenerle en el camino, de la quema de sus naves ordenada para quitar 4 los suyos toda espe- ranza de retirada, de sus tratos con los tlascaltecas, y por Ultimo de su entrada triumfante en la gran ciudad de Te- — Xv Rwstitlan ', por otro nombre Médico, corte vy residancia del gran ewperador de los azteces. Velazquez, mientras tanto, no perdonaha medio algano pare frustrar los designios de Cortés. Habin este despachado 6 Castilla con cartas para el Emperador y un grueso carga- mento de oro, 4 dos de sus oficiales amados Francisco de Montejo y Alonso Hernandes de Puertooarréro, los cua- lea se hebian visto precisades por el mal tiempo y vontra Jas expresas drdenes de su general, 4 totar en la costa norte de la isla de Guba. Come ora natural, la nneva de lea rigos dagpojos que la nao levaba y de loa triumfos al~ oanzados por Gortds habian estimulade la codicia del go~ beenador, y acrenentado su sed de venganza. Prosignisron Ios comisionados su viaje arribando 4 la Peninsula en oor tubre de 4519, y aunque el entusiaamo que produjo su llagada parece haber sido en u principio igual, ya que no mayor, al causado por la noticia del descubrimiento del Nuevo-Mundo por Colon, muy pronto hubieron .aquellos de experimentar loa efeates del odio implacable de Velazquez, quien desde el momento mismo an que Cortés, descons- ciendo su autoridad, se habia lanzado por su cuenta 4 la sonquista de un dilatado imperio, no habia cesado de re- presentar contra 61, ya 4 la Real Audiencia de Santo Do- mingo, ya al mismo Emperador en su Real Consajo de las Indias, acusandole de traidor y rehelde, y aun de reo de lesa majestad. Habitaba 4 la sazon en Sevilla un clérigo Ha- mado Benito.Martin, grande amigo y agente del goberna- der de Cuba, el onal no bien supo la Hegada de los comi- aionados, ouando interponiendo una demanda ante los jueces de la Contratacion de Indias, logrd primeramente el ' Ast oo oeevibia on Jo antiguo 41 nombre de esa cluded : Temistitan y Tenuxtitan no son mas que corrupciones introducidas por los copiantes. — xv — embargo, y mas tarde el secuestro‘, de todo el oro que en la nave venia, ya para S. M. ya para particulares : 4 du- ras penas si Montejo y Puertocarrero pudieron conseguir licencia para presentarse en la cérte y dar cuenta de su mensaje. Llegados 4 Tordesillas, donde Carlos V se halla- ba 4 la sazon, todos sus esfuerzos para obtener una au- diencia y hacer valer su derecho se estrellaron contra la conocida parcialidad de don Juan Rodriguez de Fonseca, obispo de Burgos, y presidente del Real Consejo de las Indias, el mismo que tan hostil se mostré 4 Colon, y fué mientras vivid enemigo acérrimo de Cortés *. Salié el Emperador de Espafia sin tomar resolucion alguna en ne- gocio tan importante, y Velazquez que 4 los pocos dias de haber su rival salido de Cuba subrepticiamente, habia re- cibido de Espafia, juntamente con el titulo de adelantado, nuevos y mas dmplios poderes, no vacilé un instante en dictar las providencias y hacer los preparativos necesarios para castigar al rebelde capitan, y revindicar para si el lerritorio conquistado. A dicho fin dispuso una conside- rable armada, superior en nimero de naves y gente 4 la que llevara Cortés, y dié el mando de ella 4 un capitan de toda su confianza Namado Pénfilo de Narvaez. En la pagina 89 hallardn los lectores la carta, hasta ahora inédita, en que el licenciado Lucas Vazquez de Ayllon da cuenta detallada 4 Tenemos 4 la vista 1a provision original del Consejo, con fecha de 15 de febrero de 1321, enviada & los oficiales de la casa de la Contratacion de Sevilla. Empieza asi : « Por cuanto de tierras de Coluacan ha venido navio, y en él or procurador Diego de Ordaz, Alonso d'Avila, Alonso de Mendoza é parageros con oro para si, SS. MM. y otras personas que estan en estos reynos en rebelion & desobediencia de S. M. ea aquellas provincias, y para mereaderes que por haber dado fama, ayuda y mantenimientos 4 los destruidores de las dichas provincias, han incurrido en graves penas, asi de sus personas como de sus bienes, por ende mandamos, etc. + Segun Bernal Dias era grande amigo y favorecedor de Velazquez, quien ‘Pensé casar con dofa Catalina de Fonseca, su sobrina. . b — xin — de sus negociaciones para evitar un rompimiento, y cémo 4 pesar de sus esfuergos la armada de Narvaez se hizo 4 Ja vela el 4° de marzo, y aporté al puerto de la Veracruz contra lo dispuesto por la Audienoia de Santo-Domingo. A no haber sido por la prudencia, valor y firmeza de Cor- tés en aquella ocasion, es muy probable que se hubieran malogrado en flor los épimos frutoa de la conquista. Asi y con todo, y 4 pesar del refuerzo de gente que la victoria alcansada sobte Narvaez le proporaiond, Cortés se vid pre- cisado 4 desamparar 4 Méjico, después de una lucha ter- rible con sus habitantes alzados en masa : sole las dotes de gran capitan que en tan critioas circunstancias des- plegs, su admirable perseverancia en los desastres, su in- creible valor en los combates, y la confianza que 4 log suyos supo inspirar, le salvaron 4 él y 4 su pequefio ejér- cito de una muerte cési segura, Pero 4 pesat de sus gloriosos triumfos la posicion de Cortés se hacia cada dia mas dificil y precaria. La primera y segunda de sus cartas estaban aun sin contestar; ni una sola palabra de consuelo y aprobacion habia legado & sus oidos, 6 ignoraba por completo si su condueta, algun tanto irregular, por no decir otra cosa, habia sido sancionada por la cérte, y si la acusacion de desobediencia y rebeldia que sobte él pesaba seria 6 no atenuada por los brillantes resultados de la copquista y los nuevos y dilatados dominigs recientemente adquitidos por su espada. Desde Cuyoacan, adonde habia trasladado su residencia, escribié al Empe- rador su cafta tercera, después de haber preparado un cuan- tioso y rico presente de oro y pedreria, en que ademas del quinto de los despojos, se incluian no pocos objetos, 4 oual mas extrafios y precioses, y entre ellos la célebre ea- meralda, « grande » dice Gémara, « como la palma de la mano, aunque cuadrada y rematando en punta como piré- — ux — mide. » A la carta de Cortés acompafiaba otra det nuevo ayuntamjento de Tenuxtitlan, encareciendo los servicios prestados por su ilustre caudillo, y suplicanda al Emperador ‘se dignase aprobar lo hecho hasta enténces y confir- igarle en su verdadero empleo y autoridad. Des oficiales Jlamados Alonso de Avila y Antonio de Quifiones fueron las aneargados de traer 4 Castilla las cartas y mensaje} mas en una de las Azores ‘, donde la nave aportéd, Quifiones fué muerto en una pendencia nocturna, y gontinuando Avila su viaje, eseoltado por otras dos caravelas de Domingo Alonso, topé 4 la altura del cabo de San Vicente con unos cersarios franceses *, y los ricos despojos de los aztecas fue- ron 4 henchir e] tesora de Francisco I°. La ocasion, ademas, era poce favorable para dirimir la cuestion pendiente antre Cortés y Velazquez. Ardia per en- tonces en Castilla 0] fuego de las Comunidades, amena- zando extenderse 4 los demas reinos; Carlos V se hallaba en Alemania preacupade con Jos negocios del Imperio; las riendas del gobierno habian sido encomendadas en la Pe- ninsula al cardenal da Tortosa, Adriano de Utrecht, hem- bre de sana intencion, aunque de escaso talento y ninguna experiencia en la administravion. No es, pues, de extrafia si las brillantes hazafias de Cortés no produjeron al pronto el entusiasmo que era de esperar. Redoblaran sus esfuer- zos los amigos y partidarios de Velazquez, hicieron nuevas reclamaciones al Consejo, y consiguferon sin dificultad poner da su parte al obispo de Burgos, su presidente, el 4 La de Santa Maria. 2 Una de elles Hamada Ja caravela Sancti Sptritus, se salvo. Los corsarios ‘80 evatentaren con rober el cargamento que trafa, y dejaronla continuar su viaje. En la col. Mutios (tom. LXXVI, fol. 280) se halla el extracto del registra de Ia Contratacion, del cual consta que entré en Sevilla & 7 de noviembre de 19M. BI petron se ameba Anton Sanches. Davila fué preso y Uevado & la Reahela por Florin, que asi se lamabe el corsario francés,

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