Forma y fondo. Se dice que todo escrito entrev estas dos categoras.
Bien, entonces pienso en la ciudad, en sus calles, en sus avenidas
atestadas de luz, de oscuridad, con gentes por doquier y, a la vez, sin ninguno, qu vaina. Me imagino individuos empalados en rayos, en vientos del norte, nubes, nieblas, riscos unidimensionales elevados a reyes por el viento ms alto de la tierra. Pienso en la metapsquica como nica posibilidad para aprender el vuelo anaerbico del espritu, cuando se enternece con la tragedia del hermano, aunque le digan: ha reventado!, aunque a Grete le valga un pito (s, s, yo tambin lo am Cmo no haberlo amado?). ah! y es toda esta sensacin de estar con l, regurgitado abstracto y desnudo, caminando, yendo y viniendo siempre furtivo, con la lenta y leve caricia de los efectos, mordido por la sombra; azorado por la soledad, la timidez, la cruel belleza, los azotes de luz, el tiempo voraz e inhiesto tarareando nombres salidos desde la entraa misma de la locura, como el cabal Johnny, los pasajeros apriscados en las zonas de riesgo, o el limbo alquilado para dos (Nostlgica Susana. fraccin de luz. bonita intermitencia sobre el eje de la noche/ Susana)
Son l, la ciudad, la calle, los pasos transitorios, la esttica de la luna
en su trayectoria, los insectos cercanos como liblulas del diablo, las aves ideales que parecen redimir, un roedor eficaz, los perros intuitivos, la vigilia del gato, el camillero necrfilo y primero, el caballo homrico que se extasa con el fuego del infierno ofrendado a su lujuria. Es l quien da la caridad del escupitajo a la plaga homologada de seoritos transentes, prncipes ausentes en la fiesta importante de la luz es l la forma, la ciudad llovida; centauro dionisiaco bebedor de vino bajo los robles musicales, ebrio como cclope antes de la oscuridad, espectador de la estacin que se derrama natural y aleve a la escena campestre, amante maldito de la soledad con todo el culo en la tierra, ah, qu ganas de decir contigo oh, yo soy t! a andar.