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Enrique Serna EL ORGASMOGRAFO PLATA. & JANES EDITORES, 5 ‘mer ec: agate de 2001 ‘Teaver sd Grin 4749, 08021 Bans spa © 2001, Pa & Jn Mason, $A. de ¥ | Cayacin 1878p 14, 0310, Manic DE "ek (5) 58242877 ibid, si aac ein bj a cones elec laste arc ol pac ea poe ‘lg meio o procaine, smi repopafiay el ean ines ye ibctin ae Semplres de es mean alguier 0 pan pin, ISBN: 96811-04579) Diao de prado Caras Formac de neces: eo Lai Gancin Inpro en Mei} Pint Mien eras, lleg6 a la diteecién anotadla en los documentos del occiso —Bolivar 365, departamento 203, colonia Asturias— para notficar asus familiares de la tragdi. Llevaba ls efectos personales del suicida en una boksa de plistico y una autorizacion del Servicio Médico Fo- rense para que los allegados pudieran reclamat el cad~ ver. El zaguin estaba abierto, Subié al segundo piso y océ varias veces con los nulls ela puerea del 203, Alguien le abrié sin preguncar gig era y de la puer- @ entomada, como en las peliculas de terror. Tamer vacilé un momento: adentto estaba oscuro y no sabia sientrar ono. Finalmente se decidié a empujar la puct- 2, Luz intensa, misicaa toda volumen, serpentinas quemarropa. La madre del difuneo, una anciana de lentes bifocals y cabello entrecano, se precipité hacia 41 con una enérme tarta de fies. El supervisor two que apartarla con suavidad. Decepcionados, Bautista y CCéceres déjaron caer una pancarta con el lema Felice dades Memo. ‘Usted es amigo de Guillermo’, le pre- lanca Estela, preocupada por la tardanza del edo. Se habia quitado la plsta de maquillaje ye ‘aba mis guapa que nunca m4 El otgasmégrafo A mi hermano Alvaro La despertaron los jadeos de Fabiola en la cama veci- nn: seguramence se evoleaba con agin patin que ha- bia levantado en a calle la noche anterior. Bien podria gozar en silencio, Pero no le bastaba sentir place: te- nia que sobreactuarlo y fornicar para la una nia aplicada que presume a gritos su diploma de ‘buena conducta, Con la cabeca bajo la almohada,era- 16 de ignorar la obscena friecién de los euerpos, que hacia un contrapunto salaz con el rechinar del col- chén, ;Creeria la imbéeil que ella no podia hacer lo mismo? Recoger un hombre en un bar y abritse de Piernas era la cosa més ficil del mundo. Lo dificil era apartarse del rebafo, seguir un camino propio a con- trapelo del orden esablecido, Al comprender que no la dejarfan volver a dormir decidié sbofetearla con guan- ce blanco: —Buenos dis, hermanita. :Pasaste buena noche? Perdido el resuello por la prolongada cépula, Fa- bila apenas pudo murmurar un buenos das —2No me vas a presentara tu amigo? Sin dejar de cabalgar un momento a su compatie- 1 Fabiola le pregunté: ~Cémo te llamas? Jacinto Luna, para servr a usted el mucha- cho tendié a Laura una mano sudorosa buna, como Jo salads presencia “Mucho gusto, Laura Ciftentes con una sonrisa mordaz—. Espero «n el cuarto no fos haya importunad, Exercmar las comtesias con Fabiola eta la mane ind eficar y discreta de hacerle notar st cafda en el alismo. Ni lla ni sus compafiros de cama habian ido esa vida: eran borregos sin albedrfo, dices pceas en la maquinaria dela promiscuidad insitucio- nal. Sedesvivian por acumnular orgasms, cumplian sin chistar todos los comvencionalismos sociales con la es- peranza de recibir una pensién y una medalla al méri- ( ciudadano cuando Hlegaran a viejo. Como buenas ‘marionetas, nunca se habian detcnido a reflexionar uicn los manejaba desde las aeuras. Ella, en cambio, habia optado por la resistencia, una resistencia soita. ia y pasiva, que seguramente no cambiaria nada, pero al menos le daba una satsficcién personal Se encerté en el bat, el tinico lugar de fa casa donde podia tener un poco de inimidad. Acosuum- brada a ncgar el cuerpo, a verlo como un apéndice ex- terior a ells, su rotunda presencia en ol espeo le inco- rmodaba. Nada mis Ijano a su yo profundo que ese deplorable hermano siamés. Comprobs con disgusto {que sus senos segufan creciendo sin perder firmeca, Te- fafa un cuerpo demasiado prédigo en redondeces. Carne y mds carne, ghasta dénde iba a parar? Sdlo se pponia vestdos holgados y tin asf debla soportara dia- los requiebros indecentes de los vagos calljeros. Con gusto hubiera donado sus ghiteos a una institu. cin de caidad, para poder caminar tanguilay estar los roqueteos en los atestados vagones del Meo, De- testaba ser la tipica buenora de calendatio a quien los 16 hombres consderanineapaz de valer por sus does in- telectules. Pero le dolia mis ain tener que rendit cuentas de su intimidad a un gobierno toaltario, De un cin se arrancd un pequetia transmisor negro del ‘amano de una eajetilla de cerilles que levaba pegado al abdomen con una cinta adhesiva. Abrié la carieula «on unas pinzas, y como To venta haciendo desde el despuntar de su adolescencia,intervino el microchip aque eransmitiainformacin sobre su actividad end ‘tina al Ministerio de Salud Publica, Para no despertar sospechas slo seanot6 un oxgasmo, el quinco de la se- ‘mana, yvolvi6 a pegarse el transmisor cn la piel Vesta con un blusén aboronado hasta el culo, Fa cara limpia de afetes,comé su lugar en la mesa del

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