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—4 Capitulo 4 La evaluaciOn de la exposici6n 4,1, LA INVESTIGACION SOBRE EL POBLICO Y A EVALUACION DE EXPOSICIONES ‘Como ya he dicho, la investigaci6n de las piezas forma parte del museo desde sus inicios, no s6lo en cuanto al tiempo, sino también en cuanto al propio con. cepto de museo, de manera que podemos decit que es una funcién estructural, constitutiva de la propia entidad de la institucion. Frente a esta temprana preocupacion por conocer el significado de los objeto, la de conocer al piblico visitante aparece mucho més tarde. Las primeras investiga. ciones en este campo se hicieron, durante los aftos veinte y treinta, en muscos de Estados Unidos y muy posteriormente, por los afios sesenta, en los museos europe- 65. En los tiltimos atios, y en relacién con la atenci6n que se va dando al pablico, estos estudios han adquirido un importante desarrollo, incluyendo algunas aporta- ciones de los museos espafioles, A medida que el marco te6rico de referencia ha ido evolucionando, tanto el objeto de esta investigacién como los objetivos, la metodo- Jogfa y los instrumentos han ido también cambiando y haciéndose mas compleios. 4.1.1. Los inicios de la investigaci6n. La observacién del visitante Es verdad que el interés por el ptiblico se puede constatar desde el principio de la historia de los museos. Sin ir mas lejos, a legislacién y normativa espaitola referente a muscos desde principios de siglo, explicita la funcién docente del museo y como debe cumplirse mediante la informacion incorporada a la exposk ci6n de los objetos y por medio de otras actividades. Ejemplo cercano de ello ¢8 el decreto de 1901 sobre la entrada a museos y visitas a los mismos; el Decreto de 1912 por el que se crea el Museo Nacional de Artes Industriales; el de 1954 por el que se crea el Museo Nacional del Pueblo Espafiol; etc Sin embargo, por los aftos treinta, hay sintomas evidentes de que este interés POY 1 piblico no es suficiente y que la relacién que se establece entre los objetos ¥ ¢ 178 La EVALUAGION OH LA EXHOSICION cen las salas de exposicin no es saisfactoria relacionsindose este hecho con ces social por los museos. En el caso de los muscos europeos, el estudio ‘del comportamiento de los visitantes lleva a los profesionales a una expoton colectiva que va a manifestarse, al menos, en la publicacion de una encues- refi acional sobre la reforma de los museos y un congreso intemacional ded- fp al mismo tema, ya mencionado anteriormente ‘(Cahiers de la Republique des ado Bes Sciences et des Arts, 1931; Conference Internationale d'Etudes, 1934). lets cuestiones principales que se debaian habia una intencionada referencia al io, al que querfan procurar una visa placenterae instruc con una expli pabinon a sus necesidades psicolégias, entendéndolas como bienestat, por un ido, y faclidades ce memorizacion, por otro (Schmidt-Dégener, 193. ‘ih poco antes, y por las mismas razones, se habia iniciado en algunos muse- agede los Estados Unidos el estudio cientifico de sus vistantes. Aparte de los est~ Grog realizados con los escolares sobre la eficacia de Ios métocos pedag6gicos dietos en relacién con la visita, merecen especial menci6n las investigaciones, tapulsadas por la American Association of Museums y encargadas a Robinson, fue se ocupo del estudio del comporamiento del visitante durante la visita aiante la observaci6n directa. Define este comportamiento en cuatro aspectos: fr duracion (otal de la visita, el ntimero de salas visitadas, el niimero de obras wniradas en cada sala y el tiempo de parada ante cada obra. Fl resultado de estos trabajos le permitié desarrollar la nociOn de poder de retencién de una expost tion; sacar algunas conclusiones, tales como que el tiempo de parada esté en rela ion inversa al nimero de obras expuestas, que el visitante tiene la sensacion de {que bay demasiadas cosas que ver y que tiene tendencia a hacer el recorrido hacia la derecha; y definir la fatige museal que se produce a partir del momento Gptimo de la visita, que stele darse unos momentos después del comienzo de la misma (Robinson, 1995). Bn estudios posteriores, realizados en museos de Arte, se propuso investigar fen qué medida afectaba al comportamiento de los visitantes Ia instalaci6n de las piezas y la situacién de las cartelas 0 etiquetas. Los resultados obtenidos le per- nnitieron conocer aspectos sobre el impacto de la exposici6n, resultando entre ‘otras cosas que las piezas solas y aisladas eran las que atraian mis. Estas aportaciones fueron continuadas por Melton en el Pennsylvania Museum of Art, donde anteriormente se habia hecho una encuesta con vistas a mejorar los servicios, obteniéndose respuestas de mil visitantes sobre su motivacion para vi tar el museo y preferencias sobre lo que habia visto, entre otras cuestiones ball, 1930). Melton también se vale de la observacion sistemstica para reali- ‘ar su estudio sobre el interés global del publico, analizado en funcién de los siguientes pardimetros: tiempo total pasado en sala, tiempo total ante cada obra y ‘mero total le obras observadas en relaci6n con el nsimero de obras expuestas yl época del aio y dia de la semana en que se cfectia la visita, De sus obser- vaciones concluy6 que el interés varia segiin los dias y las épocas de aio, deno- tando mis interés las visitas entre semana que las de los fines de semana y las del ‘nviemo mis que las de verano y que por encima de un cierto nimero de obras expuestas no aumenta el tiempo de estancia en la sala, dedicindose menor tiem Po a cada obra (Melton, 1995) lice eddesiat Letres, 179 La exrOsICION, UN MEDIO DE coMuMteActON ‘También se debe a estos primeros estudios las leyes de recorido, largamen te difundidas y hoy dia muy matizadas, como el resto de las conclusions men. cionadas. Asi resultaba que el recorrido se inicia hacia la derecha de la entrada, que el visitante realiza el trayecto mas corto en relacion con la salida y, por tan las obras situadas en este trayecto reciben mils atencion, Estudios posteriores pe,! ‘iten establecer una tipologia de visitantes segén su recorrido, dndose ¢! aye realiza la visita completa, el que salta de un lado a otto y el que vuelve sobre sug pasos. Esta tipologia de visitantes se ha visto corroborada en parte por los esta. dios de Véron y Levasseur (1989) Como dicen Samson y Schiele (1989), cuyo estudio valorativo he utilizado en lo esencial, estas investigaciones ponen las bases y formulan los conceptos clavey para la construccién progresiva de las investigaciones posteriores. 4.1.2. El desarrollo de la investigacion Tras estas investigaciones y en los alos cuarenta, el interés se traslada a estu- diarla propia exposicién, cuya atraccién se analiza desde el punto de vista del visi tante. Se puede decir que hace su aparicién la evaluaci6n al mismo tiempo que comienza a configurarse¢ introducise en el campo de la exposicién la nocién de comunicacion, resultado, segtin Schiele (1992), de la propia finalidad de la eva. Iuacién, que ¢s optimizar el impacto de la exposicion sobre el visitante y hacer posible su descodificacion y asimilacion en las mejores condiciones de recepcion ‘A Cummigs, autor de estos estudios, se deben aportaciones importantes para el futuro de las exposiciones y de su cvaluacién. Fl sostiene que el musco debe Sorvira la exposicicn y que la exposiciin debe servir al mensaje que pretence vebi- ular (ctado por Samsom y Schicle, 1989: 114). De ahi resultaré la necesidad del storyline, del hilo conductor o de la linea argomental que integre y estrcture la exposicion. Bs el primer paso para que el objeto se ponga al servicio del mensa- je, de la idea. Se inicia asi una linea de investigacién por medio de entrevistas con la que se pretende evaluarla exposicién y conocer su eficacia; se trataba, en defi nitiva, de saber si se habia entendido cl mensaje por pare del visitante, porque las exposiciones evaluadss estaban producidas por organismos gubemamentales ue habjan elegido este medio para cifundiecierta informacién de interés Durante estos mismos ails se sigue atendiendo también por parte de gran cantidadi de museos americanos el andlisis de los vistantes, de los que interest st perfil sociodemogrifico ~edad, sexo, residencia, estuios, trabajo, sus preferea- Cias y opiniones, datos obtenidos a partir de cuestionarios, Estos estudios cunt: tativos ofrecen li posibilidad de cstablecer grupos de visitantes por categoria, conocer el ritmo de visitas, frecuencia de visitas, ete, ordendndose sus resultados 4 aumentar el nimero de visitantes Mientras se realizaban estas investigaciones, los museos europeos, tas la I Guerra Mundial, se vieron obligados a reorganizar y reinstalar sus Fondos teniendo que volver a plantear su exposiciGn. Es el caso tambien cet Muse® Arqueoldgico Nacional de Madrid y otros muscos espaitoles despues de la Guet™ Civil. Como ya he dicho anteriormente, esta situacidn favorecio la aplicacion de 180 La eVALUACION De 1A sxPosiC1ON las aportactones teéricas que referentes ala muscografia habfan hecho los profe- ates de museos en los afos anteriores a la guerra, La intenci6n de hacer mas uibles, fisica e intelectualmente, las colecciones para un piiblico cada vez mas, amsplio, puso en marcha importantes innovaciones expositivas. Quiza una de las Mincipales y de las mas sintomaticas respecto a la sensibilidad comunicativa, fue Priplicacion de la selecci6n de piezas y la exposicion reducida, frente a la expo- iin de todos los fondos del museo, A ello se irin aftadiendo criterios expositi- ise mas atractivos y accesibles con la incorporaciOn dle medios escrtos y grfi- tos, audiovisuales, dioramas, ambientacién, etc. ‘sin embargo, importa decir que en estos. momentos se trabaja para el pabli- co pero atin se ignora quién es y cufles son sus expectativas y motivaciones cuan- {do visita el museo. Ain no se le ha concediio la palabra: a partir de sintomas rea- jes 0 supuestos se le interpreta. La comunicacion se establece unilateralmente. El fnusco, con buena voluntad, se impone. Se piensa en un visitante pasivo, recep- taculo de la informacién que emite el museo. El aprendizaje se concibe como mera acumulacién de conocimientos. La realizacién de la exposicién esta en manos de los especialistas cientficos —conservadores- cuyo conocimiento det piblico es mas intuitivo que sistemstico. #1 importante esfuerzo realizado por Bourdieu y Darbel (1985) con la aplica- cion y estudio de una encuesta internacional, realizada en 1964, para caracterizar al piblico de los principales museos europeos, representa uno de los estudios de mayor alcance para conocer cual es el mas importante condicionante que hace aque la gente visite los museos, Segtin demostré este trabajo, influia més el nivel de estudios que la procedencia socio-econ6miea, de manera que la mayor parte de los visitantes de museos tenfa al menos estudios medios o de bachillerato, En la actualidad estos resultados son atin vilidos. junto a este importante dato, Bourdieu y Darbel aportan otros resultados mas cualitativos, poniendo de mani- fiesto la diferencia radical entre la accesibilidad te6rica de los museos y la acce- sibilidad real, ya que en la prictica las exposiciones estin dirigidas a las personas de nivel de instruccién alto porque estin, de por si, en una situacién més favo- recida para la apreciacion de lo que ven, desmontando el supuesto de que los objetos se pueden entender y valorar por si mismos ‘También entre 1965 y 1968 se lleva a cabo un ambiciosos estudio ent la ciu- dad de Toronto para conocer la actitud de la gente en relacién con el Arte Modero (Abbey, 1969; Withrow, 1969; Zacks y otros, 1969). Este estudio, ya mencionado anteriormente, se debi6 a una iniciativa del Comité del [COM para los museos de Arte Moderno y fue realizado por expertos canadienses. Se obtu- vieron, por medio de cuestionarios, 500 respuestas conseguiidas en los domicilios de los encuestados, Para posibilitar las contestaciones se prepard una seleccion representativa de reproducciones de arte moderno que se clasificaron y presen: faron en lotes a los enteevistados. Los resultados del estudio permitieron sacar conelusiones importantes, como la coincidencia del pablico respecto a lo que no le gusta del arte moderno; la influencia de la familiaridad o conocimiento previo de la obra respecto a las preferencias; la no coincidencia con los expertos en la interpretacion de los criterios de asociacién de las obras; y, por ultimo, la ausen- cia de correlaci6n entre las respuestas y la edad, sexo, profesi6n ¢ instruccién, 181 La exPosicion, ww MEDIO DE coMUNICACION En los afios posteriores y hasta la fecha se ha ido produciendo una abundante bibliografia sobre anilisis del piiblico y evaluacién de exposiciones, sobre todo cen los paises anglosajones, a lo que han contribuido en gran manera los invest. gadores americanos Shetell y Screven. A través de ella y en gran medida como producto de estas mismas investigaciones, se observa que se va generando un ‘muevo concepto de la exposicién y de la relaci6n entre el piblico y el museo, Importa asegurar la eficacia de la exposicién porque implica un fuerte esfuerzo econ6mico y humano y para ascgurarla Shetell (1973) y después Screven (1988) que investiga en este campo desde los aftos setenta—recomiendan la definicién previa de finalidades y de objetivos, que el segundo clasifica en cognitivos, afec. tivos y sensitivo-motores. Respecto a estos, insiste en la necesidad de que sean definidos en comportamientos observables y que se precise en las condiciones en que se hard la comprobaci6n. Evidentemente la obtenci6n de estos objetivos, junto con la definicién del tema y el conocimiento del destinatario, serin los teferentes a la hora de tomar decisiones. ‘Ademas, Screven recomienda usar la evaluaci6n como un instrumento det disefio de la exposicién. Para ello define varios tipos de evaluaciOn. La evalua cin que llama formativas por realizarse en pleno proceso de disefio de la expo- sicion y con el fin de ayudar a tomar decisiones, consiste en presentar en maque- tw el montaje o elementos que se quieren probar a una seleccién de visitantes de modo que sus resultados se puedan aplicar inmediatamente a la resolucién de los problemas que planteen el montaje de la exposicion. Una solucién prictica que reduce la necesidad de cambios posteriores es la comprobacion previa de los con- ceptos clave del disento y de los textos y grdficos durante el proceso de elaboracién de ls expostcion (1988: 104). La evaluacién -recapitulativar, total o sumativa, que se hace para medir el impacto general de la exposicin en los visitantes tras su instalaci6n definitiva, se centra en la comprobacion de obtencién de objetivos. Puesto que se tata de saber si, tras la visita a la exposici6n, la modificacién en el comportamiento 0 en los conocimientos de los visitantes se ha producido en el sentido previsto y dese- ado, hay que comparar la situacion anterior a la visita con la posterior a la misma La diferencia entre una situacion y otra dard el éxito o el fracaso de la exposicién, Su utilidad afiadida radica en que sus resultados se pueden aplicar en nuevas ‘exposiciones, actuando como una evaluaci6n previa. Por iltimo, consicera la eva- luaci6n correctiva que utiliza la evaluacién formativa para mejorar las exposicio- nes ya instaladas (Screven, 1988, 1992, 1993). Un caso especial de evaluacién es la experimental que comporta la mant- pulacién sistemdtica de las variables de ta exposicion para considerar de qué ‘manera pueden afectar esios elementos a la atencién, al movimiento y aprendi- ‘zaje del visiiante (Screven, 1988: 107). Frente a la evaluacién de objetivos personificada por Screven, surge otra inca de investigacin naturalista, iniciada por Wolf en la Smithsonian Institution dé ‘Washington, que se interesa por conocer el sentido global de la visita en el visitan- te, su incidencia en funcidn de sus intereses, sus necesiciades y el impacto del entor- 1no, Estas investigaciones han supuesto una revisién de la funcion educativa del museo, mis desvinculada de la escuela como referencia y mas vinculada a la edu 182 ad La EVALUACION DE LA EXPOSICION » bronces romanos en Espatias (1990), La exposicion, UN MEDI BE coMuNteAcion viene a la exposicién ~edad, sexo, residencia, profesiGn, estudios~, con quién, viene, por qué viene, cudinto tiempo piensa estar, qué es lo que mas le gusta, con, ‘qué frecuencia visita exposiciones, qué piensa sobre las exposiciones, qué faci dades requieren, etc. Este tipo de investigaci6n incluye aspectos socio-emogrs, ficos, comportamentales, motivacionales y de impacto. En un programa coordinado de investigaci6n, tal y como propone McManus «que se haga (1991), los estudios socio-demogréficos permiten caracterizar y posi cionar los distintos tipos de visitantes, es decir, segmentar la audiencia segcin lag ‘motivaciones, expectativas y condiciones sociales de la visita en funcién de sq perfil demogrifico. Esto permitira que en investigaciones posteriores cada seg. ‘mento esté representado proporcionalmente segiin st participacién en el conjun. to total, con lo que se puede reducit la muestra. Esta investigacién tiene como principal objetivo defini la audiencia 0 conjunto total de los visitantes de la expo. sicién en cuanto a los parimetros dichos, pero también sirve para definit la audiencia-objetivo de una exposicién en el momento de su planificacién. La audiencia-objetivo es normalmente, segtin Miles (1986b), mas reducida que la audiencia de hecho o habitual del museo, porque ésta es muy heterogenea y es imposible disefar una exposicion, que se pretende que tenga éxito, sin preci- sar més la audiencia. El interés de distinguir bien la audiencia-objetivo de cada exposicin reside en conseguir que los diversos segmentos de pGblico reciban la atencién que requieren y que hasta el momento se ha concedido s6lo al visitan- te erudito, definido como verdadero comprador, es decir, persona que va al :museo con la intencién de informarse, de ver y leer todo, de modo equivalente a los compradores en una galeria comercial y que, en proporci6n, no representa ms del 5 por 100 del total El segundo tipo de investigacién es la denominada evaluacién de la exposi- cién, parte de la cual es la llamada por Seagram, Patten y Lockett investigacion aplicada (1993). El objetivo de esta investigacion, segiin los citados autores, es identificar pro- blemas en el diseito de las exposiciones, efectuandose, por tanto, sobre la exposi- i6n misma segéin un disefio cuasi-experimental. Bl visitante, sujeto experimental, permite comprobar previamente Ia eficacia comunicativa de la exposicién, Esta investigaci6n debe dirigirse a hacer posible una exposicion de transaccién, resul- tado de haberse tenido en cuenta los objetivos de conocimientos y actitudes defi nidos por la instituci6n, por un lado, y, por otro, las necesidades del visitante res- ecto a dichos objetivos, en funci6n de sus conocimientos previos, motivaciones ¢ intereses. Con esta formula pretenden superar tanto el modelo tradicional de hacer exposiciones, en el que priman las exigencias institucionales y la imagen erudita del ‘museo sin tener para nada en cuenta las necesidades de los visitantes, como el ‘modelo comercial que s6lo tiene en cuenta la demanda de la audiencia o las mot vaciones del visitante sin considerar las exigencias educativas institucionales. a investigacién aplicada asi definida no es mas que la evaluaci6n formativa definida por Screven anteriormente y realizada en el proceso de elaboracion ¥ montaje de la exposiciOn, Sin embargo, se han producido importantes cambios en su planteamiento. Quizé el més importante de ellos sea el que se deriva de la nueva manera de entender la cficacia de una exposicién. Si para Screven la ef 192 — LA EVALUACION DE LA EXPOSICION definia 4 nivel de consecucién de una serie de objetivos de aprendizaje cae eos, buntualesy mediblesy en rlacin con ellos y su obtencion se apica cori evaluaion frmatva; para esos investigadores y otros que veremnos, la efi bat ge debe mer en funcion del entendimiento de I trama narrativa 0 filo excjuctor de lx exposicén. Consecuentemente, la evaluacién formativa se debe

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