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CRIMEN | Viaje a lo mas profundo del delito | ie ee oe ee eS LOS ASESINATOS DEL BANO DE ACIDO JOHN GEORGE HAIGH: El encantador estafador a que asesin6 aoe eerie feos Ss eae OP ee pene eee Viaje alo mas profundo del delito 09) EL PRincrPIo Te = DEEN 220-225, Una viuda desaparece y una cora ‘ona de la poicia da con el asesino 16 SIN DEJAR TACONFESION MUEEEAS 228-201 Hoag confiesa y cuenta mo dis vi en dcido a sus vistimas Tsim RESOLVTENDO EL groupe B DEE wiscesumteaciorn eee Gw) RINDIENDO Fill) CUPNTAS 240-244 Durante el jicio, Haig se muestra optimist, cree que le encontraréncuipabe, pero tam- bién que le considerardn demente (WY PUNTO LASENTRNGIA. F=NAE 248-251 En Ia colda para los prisioneros condenados a muerte, Haig sigue sonriendo mientras espera que le Heven al patbulo. PERDIENDO SUS i reanceas Ab) Convicctones aan) 226-227 La estrcta educacin recbida por Hag le hizo ‘pensar que podia cometer los asesinatos y es- ‘caparse del castigo. ee $ UPN Pivitas zaz2ss Bein que Hei is ae erercuqae noe Ss ny on amen DINERO? 238-289 Hig estaba loco, tal como preiendia hacer creer, 0 era un asesino des- piadado? pe eta, DiasTt Kasaat BUI) cs se naira De Haig dlc le Ea ‘itor: en Donige Destin tora: Niguel Aogo Loreto Co- ‘era Direc roduc: Jost Muto Drecln oe Fabien: Aro ro. Dec do Maat: Ror Sencha, Facer acon C0 Rue. Fader jt: Pla ce Perestasespeilnds: Maru! Naas, ranclsco Pee: alin y Aion Goes. Ei de reine v padi: os Ao Tinequogsay Neves ernaae, Parade Team, hon Care Plvrias, He Pe rez tuo, Maree Vil estaba, Secor do Redoae: Pao Gercl Cons Astor: ‘hia Tores Ose (ea, Susan lle (sien oe Ls Gatun Isso ate Gime Prrlrropogl ‘ova Jessel eros, Fresno Jens Cure fio fons) ‘hives Warton eons ‘Gos Perzapun Camaghand (nin fo rane. Aan Vius nso einer del Cup Nacteal de Peli) adel ecto dot Museo de Scand ars rsa ol ercho de odie proce devertsen evarscuso dela obra ante Tes engencias dl meat, idea su povendor btu aes de ‘plore SMABIO DEL CAMEN, Conse Ur seico més io y sep. ‘Suanpne y mers areas [para Espo Ta DISA ope eos, 16. 20002 i Tat: (1 819.67 78, Distora pra Esa: Marco bcs i trelnde cos, S.A, C hn 13350 Vara a Real 28038 Ma Dati para Misco: nema, 8. do C.V-Luce Banco, 435 O2400MiKicoD.F Fetaconpasn: CAN Fowomoodn, S.A Ips: Mates Crono Artes Gris, 8. tee en spe, n Spar. ISBN, 88 86592368 ltr comp ISBN 8a.86522.808 aseon Dept aa: 27507-1880 (Pilrhal Cavnd ed. 1991, (© Eons cet Ore 191 Sittin con, 20 26012 Madi Cada fasciculo de la coleccidn le proporciona la vi- sin de un caso de asesinato. Reuniendo la serie ‘completa de SUMARIO DEL CRIMEN tendré, ade- més, un conocimiento mas profundo de este deli +0: podra juzgar todas las similitudes y diferencias, examinar las pruebas y, sobre todo, sacar sus pro pias conclusiones. Estaré més cerca de compren- der lo incomprensible: cémo una persona puede llegar a matar. PLAN DE LA OBRA * 100 fasciculos de 32 paginas, més cubiertas. * 10 Tapas-Revistero. * 10 Indices. Uno para cada volumen. « Indice General con el fasciculo 100. JOHN DAG Esta convencido de que podia cometer el asesinato perfecto y queria demostrarlo. Gracias a su encanto y cuidada cortesia fue capaz de atraer a sus victimas hacia la muerte y después descomponer sus cuerpos en acido. Pero el trajeado hombre de la eterna sonrisa cometi6 un error fatal. eras i) > a oO = i Fay 8 de febrero de 194! viuda, rica y respetable, de 69 aflos de edad, de un fue mas que otro de parecidas, pero Jas intuitivas pesquisas de la policia pronto deseubrieron una serie de espantosos asosinatos. FEB 1949 142.49 Haigh im 182.49 202.49 | ids, 26 de febrero de 191, E ‘res homes fearon sun ain ted a cle trsers on Cra ley, Sussex. El almacén, una casucha de la- Gil de es po, eb oda porta ala do madera 0. eas crra- da con un cerrojo. Uno deo mires, Mr Baar Joes, era diet geente Sera pu en psa deinen, Husa Prout, einai anaoen Chiao en Glee cara de gas, unos guantes de goma, un im- permeable, y grandes bombonas envueltas en paja dentro de unos marcos de metal, Eran contenedores industriales para écidos peligrosos, También encontraron varios bi- dones de aceite de 45 galones, todos en di fecentes estados de corrosién. Pero obser- vanelo més de cerca uno de los bancos, Hes- lin empe26 2 comprender por qué la polcia dde Londres estaba tan interesada en el co- Jega de Jones. Ali ‘enconteé una pe- Yard, Leopold 6 Gees, queta sombrerera Road. Los. otros dos eran el sargen- Heslin, dei West @ matary Sussex Constabu- lary, y el sargento, Appleton, poicialo- al. Tones ya le habia hablado a Hestin det ‘lmacén, Su empresa Jo empleaba para guar- dar acero y materiales sobtantes; también Jo utiizaba un asociado al negocio de Lon- res para hacer sus propios experimentos ¥ trabajos. Este hombre no era un emplea- do de la empresa, pero le proporcionaba a Jones pedidos, trabajos manufacturados, y de vez en cuando, sugeria mievas ideas, Seguin la impresién personal de Jones, en clalmacén se realizaba algin tipo de «traba- jo de transformacién». Pero no podia preci- sar exactamente cul. Hace algunos dias que 1 socio le habia pedido las laves y atin no se las habia devuelto, Dentro del almacén Hreslin cogié una barra de hierro y fora6 la entrada. A primera vista, el interior del co- bertizo no tena nada de particular. Botes de pintura, trozos de madera y metal, algunas botellas viejas y algunos trapos, todo des- perdigado sobre dos bancos junto a otras he- rramientas e instruments. Metédicamente, Heslin anots el resto de los objetos. Todo parecia cuadrar con el uso para el que se destinaba, aunque fuera una couriosa mezca, un delantal de goma, muy smanchado por productos quimicos, un par de botas altas, una bomba de mano, una mas- El almacén de Hurstlea Products, en Giles Yard, e1 daboratorio de invastigacion» de Haigh. la gente se arremolinaba para seguir las pesquisas de la policia, No sentia ningun to detective Pat Yemordimiento después abia que me impulsaba una fuerza sobrenatural. JOHN HAIGH y una cartera de cevero de buena ca lidad. Un sucio al- ‘macén era un higar cuando menos ex ‘rai para dejar es tas importantes po- Ey les. Lacartera conte- nia varios papeles y documentos, incluyen- o tres carilas de racionamiento y cupones para ropa, Pero el contenido de la sombre- rera era atin mas inexplicable. Contenia pa saportes, camets de cofducir, aris, un bro de cheques, y un certiicado de matri- rmonio, ninguno de los cuales estaba 2 nom: bre del colega de Jones. ¥ lo mas sorpren- Ia Sra. Constance Lane, una residento del Hotel Onslow Court. Ella avisé a la olicia cuando vio que su amiga, ‘Mrs Durand:-Deacon, no regresaba después de salir de compras. EL HOTEL ONSLOW COURT El Hotel Onslow Coutt, donde se conocie ron Haigh y Mis Olve Durand Deacon, nur- ca habia tolerado los scontactos entre los clientes, ni habia aditdo a la wchusay entre los mismos, Elhotl stad ena ele dante zona de Queen's Gte, sempre ore cis la ordenada rutina yel aspecto confor table de una casa de clase media. Mrs Durané-Deacon se trasladé allen 1642, y coupé latabitaci6n 116. Haigh, cuyo encar- to personal confundié ala direccon, legé ds afios mds tarde ye alojaron en la habi- {acién 404. El escindalo de 1949 no parece Inber dado gravemente la reputaién del Hotel Onslow Court, Tras su abilacién on 1964, juer de proceso de Haigh, Six Tr vers Humphvey, fiéen él su residencia. 221 PUA Coy att LA CATA Una peticién de ayuda al piblico ara localizar el paradero de Mrs Durand-Deacon no dio nlngin resultado positive (recuadro aniba). Acto segui emprendié una busqueda en el ‘slaboratorios de Haigh, en Giles Yard, Crawley (arriba) DESAPARECIDA OnE Peat ecto cy Glorious Gloucesters. Viva en el Hotel Orestes eerie ‘yperteneci al credo de a Giancia Cris on ie e dente de todo: cia enconteé un re rrespondieate municién Heslin era un funcionario de policla expe- rimentado y prictico que no buscaba expl- caciones fantésticas cuando se enfrentaba a lo evidente. La pistola indicaba asesinato, [Nada se habia escontido, Obviamente, quien quiera que lo hubiera dejado abi, se sentia muy seguro de poder evita las sospechas. El detective hizo si informe. Los oficiales destinatarios dlinforme per tenecian al elegante dstrto de Chelsea, en Londres. Bstaban investigando ura desapa. ‘aciéninusual. Incluso en aquellos dis, la po- licia estaba acosturnbrada a as denuncias po ausencia de nifios y adolescentes, y de vez fen cuando, mujeres raro que se volatlizase una digna viuda de 69 aos. el fondo de I caa e pol- yer calibre 38 y lac nes. Pero era muy Perdiaa ‘Mrs Henrietta Helen Olivia Robarts Durand Deacon faltaba de eu domicio desde el 18 de febrero, Bra una mujer adinerada que ha- bia estado viviendo durante afi en el am- biente intimo del hotel Onslow Court, en Queen's Gate, una de las calles principales de Kensington, Su amiga mis cercana, Mrs Constance Lane, advirtis que la sefiora Durand-Deacon no habia hecho acto: sencia en el comedor para la cena. ‘Alda siguiente, 19 de febrero, después de que Mrs Durand-Deacon fatase también al desayuno, una persona, que aojaba en el hotel unhombre de aspecto cuidado, mis bien ba jo, con un bigote limpiamente recortado, de ‘unos 40 alos, mado John Haigh, A Mrs La- ne siempre le habia disgustado. Haba algo de falso en su melosa sonrisa y su fil en- canto, Respetuosamente, Haigh se interesé por Mrs Durand-Deacon diciendo que haba fal- ‘ado a una cita con él el di anterior. Llega- dos a este punto Mrs Lane estaba may in- cuieta, y le pregunt a una de las camare- as del hotel, ela le contest6 que nadie ha- bia dormido en la cama de Mrs Durand- Deacon aquella noche. Pero Mrs Lane perd, En 1949 la gente respetable, incluso Jo amigos fntimos, no interferian la vida de los otros asf como asf 120 de febrero Haigh vols a repetir su comentario a Mrs Lane durante el desayu- no, Ella le contest6 sin rodeos que iba air se acereé a Mrs Lane, ala pol cia ademin de sopesar euidad te hecho. Después del desayuno, Haigh le sugti6 2 Mis Lane i juntos a la con su elegante gabardina deo suantes de cuero, ofrect un aspecto impr sionante, sobre todo al volante de su Alvis, tun hombre con estilo de éxito, que incluso fumaba con estimable gracia los cigarril ‘La méscara de seguridad en sf mismo de Haigh le permitio sobreponerse del primer CORPUS DELICTI Haigh (a la derecha) se hacfa pasar por abogado en los fraudes que cometis. En alain momento devia, o6 alo so- el corpus delict, una expresin a- ie ayer nemced se ee sencia del caso que ha de ser demostra- 4a por a acusacion. Haigh, que hablaba ms bien poco latin y desconocia later minologiajuridica, decici6 que la expre- sin signficaba,lteraimente, el cadaver. CConcluyé que nadie podia ser conden do por asesinato si no se encontraba a ‘cuerpo. En prisién,reptiétantas veceses- ‘ateorfa a sus compafieros de celda que susto, Mrs Lane sabia, antes de que se lo hubiera contado Haigh, que Mrs Durand- Deacon estaba citada con él. La propia ami- 2 se lo habia dicho antes de salir. Bl caba lero le explicé a la poicia que la «que ‘Mrs Durand-Deacon no se habia presenta- do ala cita. Tras la entrevista, prometis «ayudar en todo lo que pu Fue un extrano comentario. L de las personas. desaparecidas ‘que, de por si, estarén dispuestos a prestar eikonal de vOld Corpus Delicts tite hasta donde llegaba Haigh fen su fe quedé patente cuando, después de confesar el asosinato de Mrs Durand-Deacon, le pregunt6 al ppolicia: «ZY cSmo va usted a probar el asesinato sino existe el cuerpo (del de- Ito) Pronto descubrira lo equivocada que era su teoria; ya que podia ser condena- do gracias alas mas insioniicantes pruc- bas, merced a los avances de Ia patolo- Gia lorense, Haigh suscits el interés de la policia. Su canto era superficial, es0 estaba claro. Pe 10 ain habia algo més important rand-Descon le habia dicho a Mrs Lane el motivo de la cita con Haigh. Se trataba de discutir Ia idea de un negocio que se le ha- bia ocurrido. Deseabainiciar la manufactu- racién de uias postizas Ta idea provenia enteramente de Mrs Durand. Lo que le sorprendié a la policia de Chelsea fue la razén por la que a un hombre de negocios capaz, como Haigh, Mrs Due 2 ‘ese Newspapers Hans Tasonka Archies MUJERES EN LA POLICIA El sargento Pat Heslin, ex-detecti- vve, se preocupa mucho por recal- ‘car que gran parte del éxito de lle- vara Haigh ante un Tribunal se de- be a la sargento de policfa Kle- xandra lamboure. En realidad, fue suya la cntuiciény de que éste no era un caso normal de personas desaparecidas lo que, a continua~ ‘cién, condujo a la profundizacién de las pesquisas yal arresto del ho- micida. En 1949, un mimero creciente de rmiujeres se integraban en el cuer- o de policia. No obstante, su pa- pel dentro del cuerpo era muy res- ‘tringido, A diferencia de las muje- ‘es que se alistan hoy, tenfan pocas ninguna oportunidad de ascer der hasta el grado de detective. Normalmente, las mujeres eran destinadas a casos de personas de- saparecidas, lo que no implicabe forzosamente un problema criminal 0,8 Ja asistencia en los problemas de inmigracién. Por supuesto, siempre se encontraba presente un agente 0 sargento femenino cuan- do se trataba de interrogar 0 ca- cchear a una mujer sospechosa. Por estas razones, cuando la WPS Lam- bourne envié una nota l Inspector Detective Symes del Departamen- to de Investigacion Criminal se ex- ponfa a que a su informe no le fue- se prestada Ja més minima aten- ccién, Sino hubiese enviado esa no- ta, Haigh bien pudiera haber afa- dido més victimas a su lista. se le podia haber ocurrido apoyar un proyec- to tan estrambético. Corria el ato 1949. Se- aula vigentee! sistema de racionamiento, El dinero que le quedaba a la gente para gas- ‘tos personales era escaso y difll de conse- ‘muir. 2A quign pensaba Haigh que le pod. haber vendido las uias postizas? La ostentosa seguridad en sfmismo de que habia hecho gala marcé a los detectives que llevaban el caso. Al dia siguiente le lamaron al Hotel Onslow Court. Haigh les vols a re- petir que estaria wencantado de ayudarles en todo lo que pudiera, y supiera, del asunton, io una compleja declaracin. El fondo con- sistia en que, para él, el paradero de Mrs Durand-Deacon era un completo misterio.. Intuicién femenina Al cabo de tres dias, el jueves 24 de febre- 10, Haigh fue entrevistado de nuevo en el hotel. Todo ocurré de la misma manera, in- cluyendo su seseo de ser de alguna ayuda», pero esta vez estaba presente el sargento {de policia fermenino Alexandra Lambourne. En su informe escrbié: «Aparte de que 20 me gusta personalmente Mr Haigh y su ama- neramiento, creo intuir que algo “no fancio- aa” en ese hombre, y que, detris de todo este asunto, efectivamente, hay un delito.» La intuicidn de la sargento Lambourne le io cuerpo real al malestar de sus colegas. Se investig6 a Haigh. Habia sido encarcela- do en tres ocasiones, dos veces por fraude ‘yuma por robo. En Londres y Sussex se ave- Tigué que debia dinero y tenia complicacio- nes para pagar su cuenta de hotel. Cuando ‘se supieron las noticias sobre el revolver ca- libre 38 y los documentos, evidentemente robacios, la poica tuvo la sensacidn de es- ‘ar enfrentada a un «insensible delincuente de guante blanco» que se habia pasado de la raya E128 de febrero, un dia después de Ja vista al almacén, las joyas de Mrs Durand- Deacon fueron localzadas en la tienda de un vvendedor de Horsham, Sussex. La descrip- cin de Haigh coincidia con la que di el jo- vyero. Después, un recibo de tintoreria le- ‘v6alos detectives hasta el abrigo de piel de ‘Mrs Durand-Deacon. Bl recibo fue hallado en el fondo de la sombrerera, Inspector Jefe Mahon (tercero de la iequierda) y el detective ‘Symes (2 la dorecha) supervisaron Ja laboriosa taroa consistonte en recoger mucstras dol suelo. 224 El revélvor Enfield, calibre 28, fue encontrado por el sargento detective Pat Hoslin on ol | fondo de una sombrerera Haigh no se esfores por esconderlo. Un pequefio sobre blanco estaba al lado del arma. | Contenia ocko balas. ‘Alas 4.15 de la tarde del mismo dae ins- peetor Albert Webb estaba esperando a lz ‘entrada del Hotel Onslow Court. En ese mo- mento legé el Alvis de Haigh. Cuando elins pector le pidié que le acompaiiara ala comi- saria para ser interrogado, éste ni siquiera se inmuts Por supuesto, contest afablemente, es- toy dispuesto a hacer cualquir cosa para re- salar it, ya lo sabe.» El detenido adopts ‘un ate de indiferencia en la comisaria. Lle- 16 tan répidamente que nadic estaba prepa- rao para interrogarle. Se le conduj al des- pacho de un inspector detective. Alli espe- +6 sentado, fumando, y dando algina que otra cabezada, A las 6 de Ta tarde le lleva- ron una taza de t6, A las 7.30 entrd en el despacho, el inspec- tor de divisién Schelley Symes junto oon el su- perintendente Barratt y el inspector Webb. ‘Symes, un detective experimentado y astu- ‘to, empezé haciendo referencia a euestiones ‘de menor importanca. Haigh mintié descare- amente al respecto. Symes le do que habian encontrado el revlver, ls joyas y el abigo. ‘Ah..», contest6 Haigh, imperturbable. ‘Le dio unas caladas a su cigarrill, «Veo que ‘sabe usted de lo que esta hablando. Admito {que el abrigo pertenecia a Mrs Durand- Deacon y que yo le vend! algunas joyas.» Symes le presioné: «Cémo llegé a su po- sesién?» Y... «gdinde esti Mrs Durand- Deacon?» Los tres detectives estaban sentados mientras Haigh fumaba y pensaba, El cuello de la camisa y os pultos eran de un blanco inmaculado, la corbata estaba exactamente cen su sitio, y el brill de los zapatos no pre- sentaba la més minima macula. La compostura que Haigh sparentaba era incretbie. Incuso, breves momentos antes de que le descubrieran, su mente estaba in- Tentando encontrar alguna solucion para es- capa. Finalmente, cuando estuvo listo, hat. «Bs ‘unt historia muy larga, dj. Se trata de chan- taje, y tendré que implicar a muchos otros.» Enese momento soné el teléfono. Symes xy Barrat salieron de la habitacion, Haigh no INVESTIGACION 1a labor de investigacion que sentenci6 Jasuerte de Heigh comenzé gracias a un presentimiento. El sargentodetective Pat Heslin recibi6 el 22 de febrero de 1949 tana llamada teletnica de la policia de Chelsea, El inspector Scheley Symes, de- tective de divisién, deseaba comprobar la pretensién de Haigh de ser un dire tor de Hirstles Products, una pequefia ‘empresa de ingenieria en Crawley, Sus- sor. los dos hombres visitaron al propiota tio del negocio, Mr Jones. Ete les expli- (c6 que Haigh estaba efectivamente 250- iat asu empresa desde hacia algunos aos, poto que nunca habia sido director dela compafia. Aunque Jones temia que Haigh hubiese depositado bienes ilegal mente en el almacén, autorizé ese mismo ‘dia una moticulosainspeccién del taller. la policia no enconto nada. ‘Cuando egresaron a Horsham, Hest no dojaba de darle vuelas al asunto. El taller tenia idea de hasta dénde habria legado la policia, o con que le iban a sorprender aho- 1a, pero de pronto, se deciié: atin le que- daba una posibildad para salir del Wo, Al quedarse solo con el tercer oficial Haigh se relgjé ain més, Charl con él co- ‘mo si fuera un amigo. «Digame..., franca ‘mente, Zeudles son las oportunidades de una persona que sueltan después de haber es- tado en Broadmoor?» ‘Broadmoor era el hospital penitenciario pa- 1a delincuentes. parecfa estar slimpioy, en ese mamer- to, ain ni siquieta se sebia si a Mis Durand-Deacon podia haberle ocurtido algo daiino.Sin embargo, la expercncia de Hosln le deca intuitvamente que a- {go no encejaba. Cuatro dias mds tarde, el 28de febrero, cl srgento cons su co- rezonada, Acompafado por in agente de 1a zona voli6 a vista a Jones, slo pre- ‘gunto si. tiene usted algin otro edi. ‘io..2s Entonces Jones mencioné el alm: cény oleraboo oxperimentals que Haigh realzaba en él El poica se precipita Giles Yard, for 26 la entrada, y a pari de ese momen- ‘to Haigh ya estaba practicarienteahorca- do, Hasia hoy, Hosin adute que no pue- de explicar su coraronada. Ain 20 habia conocido al hombre que, posteriomien- te, descrbifa como aque sdemonio in- teligente 7 astut.. tan desenvuelio y con esa acttud de importarie todo un co- ino» ‘nr PERDIENDO SU PRIMERAS CONVICCIONES Haigh pas6 su infancia envuelto en una atmésfera de estricta educacién. El descubrimiento de que en la vida existe el perdén dio un vuelco a su vida. en Stamford, Lincolnshi- gu ents" 0 No deberis acer.» aflos re, el 24 de julio de 1909. Gran parte de la infancia de /88 habilidades Sus padres eran membros de Haigh la pas cerca de Outwood usicnes de secta fundamentasta conocida Coliery, Yorshire, donde su ps- MMe comola Hermandsd de Plymouth; dre trabjsba como capataz. al Permmileron, sus concepciones relgiosas domi crecer, Haigh raramente se mez- Goralee en la sazon a infancia de Haigh. clara con otro tos, excepto en Waieffld Grammar Enelitento de forarun hogar Is escuela, Sus padses miraban Schoo! (arriba) en el cual «no pudiese penetrar por encima del hombro a los ve- cnt Coal oe mal terrenab», John y Emily cinos y no querfan tener nada que BACAR broiieron ls perices, ver con los que no petenecin 0 Wakefald a ratho, e incluso inocentes entre- la Hermandad de Plymouth. bavi (el eee tenimientos domésticos en la ca- tuna buene opinién oy ohn George Haigh naciG cuerdo a mi padre dicendo “No ha- A Jos ocho sa. A George, asfle lamaban sus one ore de 61 debido a su padres, le fue prohibido hacer de- see Ne cuidada educaciéa Porte fuera dl colegio, y siempre Hacia fuera Haigh resultaba un sus cortesos iba formaimente vestido, muchacho agradable y bien edu- modales. Pero sus La familia lefa diariamente pasa- _cado, alyumos padres lo encontra- Compafieros de ‘ese lB, ya see eco bun slgosspecino, peo por SH descontabe calncreena ral dea palabra dentro sua ua continua aca cosine a de Doe, acyendo as geras, cons vos penis de ms “eles 2 lasmascres ys sacrifon To. pd, Elpareteninennfente Selaenenci So, Haigh irae tarde Des. tna Gta, Uma ver lef cheney to dein prinere aon de ivi e+ asazaoura ranadecatbe, anna, 226 Erala wsefial de Satém, le decta aljoven George. «He pecado y he sido castigadon. «Si alguna ¥ez pe- cas, el demonio hard lo mismo contigo.» Al chico tambign le repitieron tuna y otra vez que su madre, ala cual estaba muy unido, era préc- ‘icamente una figura angelical, con alas y todo, Esta imagen sobre~ vivitia de forma imperecedera en Ja mente de Haigh Enel colegio fue ‘enormemente va 190; de hecho, sim plement ignoraba aguellas materias, ‘que no le gustaban. Pero estaba dotado para las ciencias Pronto se dio cuen- ‘ade que pod men- tir sin ser deseu- Ee eer iors LA HERMANDAD DE PLYMOUTH Petreeaecsae Yn bit em Siaeetesa eer Show cen coven eh pee ae Soe Tos ghia i os guce: weaameas peering vos no ae ie equefta empresa eer cad dese der eee cence, ee mer alaque perte Mary Eton tire Lay ‘guid reunir en tor- lo de amigos respe tables. Sin embar- ‘9, a pesar de a c6- 3 tiesto ni castigdo moda vida que e- E También fue en 2 aba en. Sussex, 5 Jnescuca en donde FP Hiigh volvo 2 la : Aesarrolé sa tale 5 eran cad de Low 5 to para la falsica- 3 ces durante el ve- cin, Empeds sien- * ano de 1944, Ali do un jueko, pero La aicin de Haigh Wi un estuloy fn. se convrtis en un ors cockes, fos 46. una_compania don qe serine v-stlghi-clab, yl con. sus ahorros, talimportancia para %0P8 Planfesban un ta Unign. Group sufutura via crimi- PFOBIemasieéme Engineering, en sal pagatos! ueen's Gate ‘Te Unaspecto mésagradabledesa rave 79. caricter eral talento musical. A To largo de su vida su habiidad co. ro pianista y el amor ala miisica le granjearon muchos amigos. ‘Als 17 aos, sin haber conse- sido la ttulacin, de}6 la escuela ‘Su primer patrono dijo de él «Siempre legaba tarde, y era muy vvago. Pero tenfa encanto, Tena que gustarme...» Beatrice Hamer, camarera y ‘modelo fotogrético, se casé con Haigh en julio de 1984. Cuatro meses después éste fue condenado a cuatro meses de cércel por un tribunal de Leeds. la acusacién era de fraude. Nunca mds so volvieron Poco después se encontré de ruevo con Wiliam McSwan, para ‘quign habia trabajado en 1936. Tal como se demostraria mas tarde, el futuro albergaba un destino fa- {al para ambos a partirde ese mo- mento. i Pooper Dos LA CONFESION SEP 1944-FEB 1949 FECHAS CLAVE | va ‘Synccatenrteraiora_ Ose Exrese Newepuperalonn Fost Newsasers Sin dejar huellas Haigh no sélo era un asesino frio y calculador, también habia previsto un sistema para no dejar huella de sus victimas. «Disolviay sus cuerpos en dcido. Linspector Albert Webb advirts E ofcanete aah es meta ba obligado a hacer declaracon alguna. Haigh, impacient, desprecis cl avi- 0, sui adelante: «Si yo ke contase la ver~ dad —djo— no se la ereera, Es demasiado fantéstca para ser creda. Sela voy a con- ‘ar toda. Mire, Mrs Durani-Deacon ya no cnist, Ha desaparecido completamente yj- ands se encontaré vestigioalguno, La he destrid con co, Encontaré algunos res tos de esa pasta en Leopold Road. Toss as Ines han desaparecio.» “@V como va a probar usted un asesinato Sil cadiver no exste?s,exclamé Haigh. De pronto Webb record el informe dela po clade Sussex, a bomba, las miscaras de 1s, los bidones, el ido y os sedimentos {Le estar intentando engatar? De qué de- rmonios estaba hablando Haigh? Webb se es- forz6 en imaginar para qué otra cosa pods haber utiizado el deido det almacén... 1s corriendo para infrmar asus superiores. Eleuperintendente Barratt expot6 de ira A Haigh (izquierda) le encantaba posar con aspecio de hombre encantador y de ‘Sus atroces erimanes hicieron las «Te esti tomando el pelo a modo de... ;To- do eso son cuentos! (Estupideces!» Los tres detectives descartaron la idea. Si ‘Mrs, Durand-Deacon estaba muerta, tal co- ‘mo parecia, Jo que tenfan era una caso sen- ilo de asesinato por motivo de codica y punto. Ninguno de ellos habia ofdo munca na- da tan grotesco como 30 de disolver a la gente en dcido. Haigh habia iiciado el ca- ‘ino de su defensa: la demencia. Tenia tanta confianza en su téctica que le preocupaba sms eémo salir de Broadmoor que cémo en- rar. En 1949 muy pocos inspectores de poli- cia crefan en la demenci de los delineuen- tes, amenos que se tratase de un sujeto vio. no encajaba en el t- po, Paralos inspec tres de Chelsea ‘era mas bien delicias de los periédicos sensacionalistas. ) MURDERS IN. CELI LAH a ‘os frauds de Haigh ean operaciones in- ‘genoa, bien planeedas, ycayo favaso se debi ala falta de cudado en les detalles. ‘Unode sus raudesfvorteserabaverse p+ sarpor abogado ullnando el nombre de un Teta real que obtnia de a Law Ls, Po- ria ma serie de anunies en os que com- ‘icaba liquidacin de unos tenreno yofe- ‘ia partcipciones pr dejo del precio de ‘mercado a cambio de un depésto equiva: Tene po 10 gla. Comndoles che ‘gues empevaban 2 legar, Hugh os ingrese- ‘hacen el bancoy tasiadaba su domiciio, Taenivocacion de este hombre sobrevi- no on [887 En os membretes relatives ala ciudad de Guidfor el nombre esa dole- ‘ueade sGuifrd, A algunos de los posibies lnversores les preci sospechoso, mistar- e, ante el Tribunal de Suey, se solicit qu se investiga 2dalios de est tipo. Vestide de los ples a la cabeza con ropa de goma y protegido por una mascara de gas, Haigh se dedicaba a ‘bombear lentamente acido sulfirico en tun bidén hasta cubrir a la victima. Di caccons En el diario de sin hacer ningtin comentario. Estuviese lo- Haigh esté co 0 cuerdo, contando la verdad o un mot Sita t6n de mentiras, sentian que Haigh se ex- presaba con absolut falta de remordimien- tos, La correccidn gramatical de su discur- so parecfa importarle mas que la victima. Henderson: 11 de febrero de 1948, el dia antes de Meropottn Poet yndon Pare | f un sujeto listo, escurvidizo, el tipo de ma- leante que desprecia a la policia, Quiz te- ‘fan que pudiese manipula las eyes, al psi- uiatra y al jurado a su favor, y que al final fuese capar de zafarse del verdugo. Sacando a la luz la verdad Después de haber informado al detenido de sus derechos, el inspector Symes se puso ‘a copiar la delaraci. Duré dos horas y me- da, aparte de una pequefia pausa para tomar 11 y unos bocadilos de queso. Haigh, mien- tras describia la muerte de Mrs Durand-Dea- con, siguié fumando despreocupadamente. «.,Habiéndolallevado al almacén de Leo- pod Road, le disparé por detras, en la ca- beza, mientras observaba un tipo de papel para utilizarlo como material de fabricacién de las was postizas »Después me dirigfal coche, cogiun vaso que los matara. A mediodia del 12 de febrero, la inicial «As ha sido borrads; robablemente la “Bs de Archibald Henderson en la hora de su cita con la muerte. yle hice un corte a un lado del euello, creo ‘que con una navaja,lené el vaso con la san- fre y me lo bebi» “Hlaigh sigui6 contando cémo despoi6 a Mrs Durand-Deacon de sus objetos preciosos, el FA pesar de que mis padres eran amables y afectuosos, nunca disfruté de las alegrias 0 del compafierismo como otros nifios. JOHN HAIGH abrigo de pie! persa,anllos, colar, pendien- tes y crucii, y cémo puso despues el cuer- po en un bidén, Los detectives observaban y escuchaban AMIGOS ENGANADOS Ree Eas ean cine CniS Prem vcenrc cnet ocean Pesce eee rCee Cu srry McSwan, una mujer apacible DG Cm ea CMs ee ge cy Donald fueron asesinados el 2 de julio de 1946. REG eet coe eeeecet ce EmtrTE forecrtoay tans CuN aera CON asec La declaracin no habia hecho mais que co- mena «Acto seguido len el bidkin de écido sulfirco con una bomba de mano. Después lo dejé reposar para que hiciese reaccién.» Esta fue a forma en que Haigh quiso dar ‘entender que habia borrado toda huella del crimen. Sin embargo, de pronto, pareci6 re- ccordar algo que se le habia pasado por alto. Un descanso para el té «Debt haber mencionado antes que entre el ‘momento de poneria en el bidén y el bom- ‘beo del dcido me acerqué un momento a An- cient Priors para tomar una taza de té...» El restaurante al que Haigh se referia cu ‘yo nombre completo es Ye Olde Ancient Priors, se encuentra cerca del almacén en Ja plaza de Crawley las pesquisas revelaron ‘que, aparte de la taza de té, después de ha- ‘ber matado a Mrs Durand-Deacon, también ‘comin huevo escalfada y una tostada, Era desconcertante, Barratt, Symes, y ‘Webb comprendieron perfectamente hacia donde se dirgia Haigh: vampirismo. En cual- ier caso, estaban ante un hombre que era capaz de asesinar a una persona, y después tomarse tranguilamente una taza de té en un lugar pablica como si nada, Seguidamente HLagh cont como habia escondido ls joyas fen su coche, cémo cené en el hotel The George, e6mo guardé el revéiver ena som- Pac Era conocido por sus magnt ficos trajes y su vida de alto arenes Cece me Cho coo Rese Esc Broo brerera y condujo hasta el Hotel Onslow Court, A la mafana siguiente, se acered ala mesa de desayuno de Mrs Lane para intere- ‘arse por el parle de mars Durand-Dezcon. Posteriormente continu cen el almacén, «Bl lunes volvia Crawley y vique lareac- ci6n pricticamente se habia completado. Bueno, un trozo de grasa y hueso atin Hota- ba en la superficie» Jo ocurtido Sangre fria «Vacié la pasta con un eubo y le esparef por elterreno justo enfrente del cobertizo. Des- ppués bombeé un poco mes de dcido en el bi- in para descomponer los trozos de grasa yfueso restantes... Volvfel martes. La des- composicién era total». Por las joyas de Mrs Durand-Deacon ob- tuvo unas 109 tbras de Bul’s Jewellers, en Horsham. Asimismo consiguié 10 libras por ‘su reloj de pulsera en una tienda de Putney eynteaon| LOS VAMPIROS HUMANOS El yampirismo es una perversi6n poco co- ‘iin, pero se han dado casos en al sigo XX. En 1600, Peter Kurten, un alemin de 47 aos de edad, fue arrestado después de matar al menos nueve personas y beber su san- ‘gre. Pablicamente se le recordaba por su amor aos nis. & los 14 afos, sin embat- {g0, se le sentencié por primera vez a una pena de circel por robo y actos riolentos. ‘ela primera do ots 8 sentercas con natorias, ‘Enel momento del jucio Kurten se hizo fx ‘oso como el «Varpiro de Dilsseldorb., alegato de sdemencian,presentado por la efensa, fue rechazado, Kurten murio bajo Jaguilloina el 2 de julio de 1991 en la pr- sién de Kingelputz, en Colonia, Su dito deseo fue poder alt el chorro de sangre que se escaparia de su cuello unaver le ho- Dieran cortada la cabeza. En 198, una banda de contrabandistas de droga fue considezada culpable de haber El propietario de una tienda de Juguotes, Albert Clarke (equierda), ‘muestra un cocke eléctrice inventado por Haigh, Una de las inrumerables ‘carta falsificadas or Haigh (abajo). En ella aparece ‘como abogado administrador de ea ee ne" | ot of 8 open ae ees fe 107 Posteriormente bebfan la sangre de as vic timas y cometian actos de canibalismo.Su ‘culo, a Santerfay, tuvo una influencia no- ‘iva on los barrias de hispano-caribefios de Miami, cen High Street, South London. Con este di- nero pag 36 bras que adeudaba de un prés- tamo de 50 que le habia hecho Mr Jones, el duefto de Hurstiea Products. Las ganancias se quedaron on 83 libras limpias. Haigh habia estado hablando una hora 0 ims detallando meticulosamente los hechos. Y muy preocupado porque todo cuadrase cronolGgicamente. Habia contado cosas so- ‘bre vampirismo y agradables copas de t, so- bre codicia y bancarrota, sobre engaios y deudas y sobre falsifiacion y fraude. Pero ain habia més, Todo el horror al descubierto Hhaigh siguié hablando y fumando con verda- dra delectacién mientras desvelaba el mis- (eto. A primera hora del 1 de marzo habia confesado otros cinco asesinatos, Bl primero ocurri6 el 9 de noviembre de 1944. La vietima era un viejo amigo, Wiliam MeSwan. Haigh vivia en un piso cerca del Hotel Onslow Court en Gloucester Road 79. Ales donde cit6 un ato mds tarde a los padres de Wiliam, Donald y Amy y les sa- cuié con una cachiporra en la cabeza. Fal- sifes la firma de Donald para convertirse en administrador de sus propiedades. Mientras vendia una de ellas conocié al Dr Archibald Henderson y asu esposa Rosalie. Para ase- sinarios escogié el almacén de Giles Yard. Haigh declar6 que en todos los casos ba- bia destruido los cadsveres con ido, no sin haberse bebido antes un vaso de su sangre. 231 ai ) SS =— _ ae | i DISOLUCION DE LAS PRUEBAS Haigh creyé que podia borrar todas Jas pistas con los baiios de acido. Pero estaba equivocado. aigh no ha sido el pri- mer asesino que haya disuelto los cadaveres de sus victimas en deido sulfiri- co. En 1925, el francés George Sarret, mat6a dos personas e hi- 1 desaparecer los cuerpos su- ‘mergiéndolos en dcido sulfirico. Haigh estaba convencido que este método destruiria por com- pleto todos los restos humanos. ‘No obstante, la grasa de los cuer- pos munca podria haber sido des- compuesta exclusivamente con Scido sulrico. Asimismo la den- fadura postiza de Mrs Durand- Deacon hubiera tardado tres se- manas en desaparecer AA partir de estos restos el pa: ‘Glogo de Scotland Yard, el Dr. Keith Simpson pudo probar la cexistencia de tejio humano en la pasta encontrada en el patio. 232 de aceite (derecha), que se ‘muestra con los guantes de goma y la mascara de gas de Haigh. Las pruebas forenses revelaron restos humanos en ol delantal de Haigh (abajo). PRUEBAS FORENSES Sree eae eee eee ers de Mis Durand Deacon a partir de Reece Ree etcs Peres ecetienta aod ss liars. \stcpoen Poles Linon Paar Evening Standard Widow: Haigh is charged nen storm the court Desgraciadamente para él, no habia tenido en cuenta los avances de la patologia forense. Esto fue lo que permitié identificar el cuerpo de la victima a partir de los restos mas pequefios. Larresto de Haigh capté la aten- E Gin del pbc. Lashistras so br bats de, os runores Sobre rinses ens que ebb Sang, el espn ssa deur jeemayerprvecrona me tong ed snora yi icin de pct, Tl epecto personal de Haigh eon 9 pe- lo ngomzad y pad pament hac ai, on macida veined, y 90 0 starts de nba, amentarono se Haigh llegé a le magistratura de Horsham sin perder la compostura (arriba). El Evening Standard del I de marzo de 1949 (zquierda) publicé la historia en primera pégina. timientos antagénicos hacia su persona. Sus ccomparecencias ante los magistrados de Horsham atraian a multitudes que abarrota- ban el interior de la slay bloqueaban el ex- terior del edifcio. ‘Jovehies amas de casa chilaban y lanzaban silbidos mientras respetables ancianos, du- rante su paseo matutino, se acercaban para cechar un vistazo y conseguir vera Fiaigh du- rante un instante, Otros se quedaban per- plejos al intentar leer en a cara del acusado algo mas de lo publicedo por la prensa, Mas confesiones Para algunos, por ejemplo para las mujeres ‘que intentaron avasaar a Haigh ede abril tas haber sido citado a juici, este hombre cera la simple representacin del mal, Pero ‘otros habfan comenzado a perciir las des- concertantes contradicciones de su céracte. ‘Sus asesinatos, pensaban, podran ser la obra de un loco; los engatios de este ser, sin em- bargo, no lo eran. E14 de marzo, después de haber so tras- ladado de la prision de Chelsea a la de Le- ‘wes, en Sussex, Haigh solicité ver a quien primero le habia interrogado, el detective Webb. Le dijo que consideraba woportuna» infor~ imarle sobre otros tres asesinatos que hebia cometido. Dos de las vitimas, una mujer y ‘un joven, procedian de West London, la tet- ‘era era una chica de Eastbourne. Con esto al total de victimas ascends a nueve. Sin embargo, en estos momentos, las autoridades se concentrahan en el crimen de ‘Mrs Durand-Deacon. El suyo fue el nico asesinato del que se acus6 a Haigh. La poli ‘fa queria una condena clara e inapelabe. La ‘opinidn publica estaba demasiado excitada a ‘causa del asesinato de una sefora mayor para ‘Que cupiese la posbilidad de otorgar el per- don al asesino. Pruebas indiscutibles Durante el juicio de Haigh se iniciaron dos ‘complejas investigaciones cientificas. Por un lado la drigida por Scotland Yard sobre los ‘restos dcidos encontrados en el patio del al- ‘macén de Crawley. Por otro lado y para la defensa, se realz6 un estudio psicoldgico de Haigh. La primera result mis efectiva B1 Dr Keith Simpson, de la Universidad El mugrionto almacén de Giles Yard (abajo) estaba lejos de ser la edbrica» de la cual Haigh alardeaba. PATOLOGIA FORENSE 1a patologia forense consiste en el estudio de ‘muertes y enfermedades relacionados con in vestigaciones policiles. En 199 ya se habia cconvertdo en i sofsticado arte. ‘Sir Berard Splsbury fue el pionero de la pe- tologiaforense en Inclaterra. Alcan gran re- ‘nombre oracia al caso del Dr Crippen, en 1910. Elpatélogo consigus identificar ala mer ase- sinada a partir de un fragmento de piel encor- trado en el s6iano donde fue enterrada. En Es- cocia, el profesor (y ms tarde Si) Sydney Smith tenia una cdtedra dedicada a los aspectos mé- dicos del crimen. ‘La Coroner's Ket de 1908 exis excusiramen- te que un médicottulado realizara la autopsia. Spisbury y Smith demostraron que los exdme- 15 postmortem requerian un minucioso esfuer- 4p, tanto por parte de los médicos com de los detectives. Alo largo de los 40 fos siguientes, el Dr Keith Simpson, el patélogo del caso Haigh, contribu- ya abn mieyos horizontes on osta cencia, Los Perflles de los asesinos 0 podrian establecer a Darir de detalles insionficantes incluso meses ‘después del crimen. En 1965, ls prucbas aportadas por elDrSimp- son posibltaron la primera condera en Ingla terra enum caso de sepaleamiento de bebéss. Estoy esperando el juicio con completa ecuanimidad. Me encuentro en la posicién de Jesucristo ante Poncio Pilato. JOHN HAIGH de Londres y patélogo del Ministerio del In- terior, comenz haciendo andlsis de sangre rutinarios para comprobar que el grupo de ‘Mrs Durand-Dezcon y e! de la sangre encon- trada en el cobertizo eran el mismo. Des- Uués se ocupé del patio recubierto de male- 12 alrededor del almacén. ‘Siguiendo los trazos de zig-zag que Haigh ‘dejo en el suelo al arrastrar el bidén, consi- ‘até locaizar el gar en donde decia haber vaciado la pasta dcida, En seguida se 636 en 1.3.49] Dr Simpson comienza Ja busqueda en ef almaedn de Cramloy Se acusa a Haigh dat asesinalo de Mrs Durand-Deacon. El caso 9 romite a Horsham El Daily Mirror publica el primer siular relacionado con el ‘vampirismo Haigh confiosa otros ‘ues asesinatos Haigh es trasladado ppara el juicio a Horsham 23.49 3.3.49 5.3.49 14.49 MAR-ABR 1949 . 235 | IDs Keith Simpson (arriba, arrodillado) encontré pruebas vitales en Ciles Yard. Los policias le escuchaban absortos mientras explicaba su significado. 1a piedrecita «del tamato de una cerezan «que estaba extraiamente pula. Simpson se Ja dio al sargento Hesin diciendo; «Ahi ne, sargento, ésta es nuestra primera pista de un cuerpo humane.» high no tuvo en cuenta que algunos ob- jetos tardarfan en descemponerse. Los cal~ calosbillares, que estén recubiertos de gra- sa, son capaces de aguantar los efectos del cido durante algin tiempo. «Ea realidad era lo que estaba esperando encontrar», contests el médico. «Las muje- +96 del tipo de Mrs Durand-Deacon, 69 ailos ‘ys bien rellenitas, son dadas a tener cl- culos bitares.» ODONTOLOGIA FORENSE ElDr Keith Simpson, encargado de ain- vestigacién en el almacén de los bafios 4e Acido era un pionero en materia de ‘odontologia forense. Indentiicé a Mrs Darand-Deacon gracias a su denticion (erecta). Hoy se oxpone en el Black ‘Musoum de Scotland Yard. La etiqueta AB, V. Haighs significa Rexel Rey) con- ‘ra Haigh. En 1942 se recunié a Simpson para que investigara los restos de un cadé- ver troceado, oculto bajo una losa de piedra en una capilla de Kennington. Simpson se dio cuenta en seguida de que la Luftwaffe no spodtay ser la res- ponsable. Estimé que la victima, una ‘mujer, habla muerto entre 12 y 18 me- ses anes, los informes dela policia ev- denciaron que por esas fechas habia de- saparecido una tal Mrs Rachel Dobkin. ‘ras identiicar a Rachel! Dobkin gracias a su denticién, su marido, Hany, fue ‘condenado por su asesinato y ahorca- doen 1948. Dyneston wtemtena 236 Noropatar Polos Uden Pater En efecto, Mrs Durand-Deacon pesaba ca i 89 kilos. Haigh habia dejado suficientes pis- tas para identificar el cadaver. Inclufan res- ‘os del pie izquierdo que Simpson recompu: 0 gracis al microscopio y los rayos X. En ‘el laboratorio de Scotland Yard se sacé un olde y se comprob6 que encajaba en los 2a- patos de Mrs Durand-Deacon, En la pasta dcida también se encontraron restos del hueso de la pelvis y dos discos de la parte inferior de la columna vertebral: en total 18 fragmentos. Negligencia Bl error més grave de Haigh fue no calcular correctamente el tiempo para que el deido corroyese la resina sinética de la dentadu- 1a postiza de la victima Se encontré una protesis en cl almacén, syeldentsta que la habia fabricado confirms aque Mrs Durand-Deacon habia sido el pa- ciente que la encargé, La bisqueda realizada en una zona de te- reno de acto metros de profundidad ain p= so al descubierto el asa del bolso de la an ciana, un capuchén de una barra de labios, tun diario y algunos efectos personales mis, El equipo forense que se ocupé del caso tu- ‘vo que trasladar al Iaboratorio unos 200 ke. e tierra mezclada con el sedimento écido para su examen. Simpson fue entonces al taller del acusa- do, dande encontré la vestimenta y manchas de sangre en as paredes, También se hallé una horguilla entre la grasa que habia en el fondo de uno de los bidones. [Bn Haigh era algo habitual: un plan astuto ¥ bien pensado que se estropeaba por no prestar atencidn a los detalles mas elemen- tales, Pero no parecié sorprendido o desa- lentado, cuando se deshicieron como humo sus convicciones sobre el «corpus delictn, Un eterno optimista Indudablemente Haigh era un optimista, Conforme se desbarataba una de sus posi- ble’ escapatorias, depositaba de nuevo to- dda ou confianza en la siguiente cortina de hu- Primero, nadie loclizarta el almacén. Una vvez encontrado, no se encontrararastro al sguno de Mrs Durand-Deacon. Una vez iden- {ieada, alin quedaba el hospital de Broad- ‘moor en vez de la horca, Después de haber ‘confesado nueve asesinatos, segue fascinan- {do con sti encanto a los reclusos en la pri- sin de Lewes, 3 : i Haigh repartia generosamente cigarrilos ‘cuando otros los hubieran vendido. Sus za- halos siempre estaban relucientes, v, estu- ‘vera en su celda o en el patio, nunca dejaba de llevar puestos sus guantes de cuero ocr. ‘Uno de sus compafieros de prisin se divertia ‘dciendo que Haigh era we! reciso mejor ves- tido del ato» Haciendo teatro ‘Varias de las personas que tuvieron la posi- bilidad de encontrarse con Haigh antes del juicio consderaron que las historias de vam- pirismo eran un puro engatto. Este parecia ‘estar bastante seguro de que le enviarian a Broadmoor, y preveia que le soltarian al ca- bo de los 5 6 10 aos. Conocié a un recluso ‘que habia estado iternado en el hospital pe- nitenciario al que acosaba con preguntas 80- bre los sintomas de la demencia. La fe en su encantadora vida se mantuvo incdlume. Cuando le dijeron que iba a ser re- presentado por Sir David Maxwell Fyfe, uno de los acusadores de los juicios de Nurem- berg, escribié: «stoy muy contento de que sea el viejo Maxy. Ese tipo sabe lo que se ace» Jin policia traslada ‘ bidén do metal en el que Haigh disalvié a su ditima victima, Mrs Durand Deacon, en Giles Yard. E! bidén contenia atin ‘sodimentes en los que fue posible identificar restos de un cuerpo umane. SERN" Siekes, ete cas tre LONDON, sien Haigh no hizo ningiin estuerzo ‘Por ocultar a compra del equipo recesario para sus sexporimentoss. La orden de pediido dol écido sultirico (Gorecha) s0 cursé dos dias antes de a muerte de Mrs Durand Deacon. 231 (Bra Haigh un astuto asesino o quiza ‘una victima de fuerzas mds alld de su control? Desde su ejecucién en 1949 muchos psicélogos y escritores han intentado comprender lo que le Hevé a cometer tan horribles crimenes. Ce a Haigh? en 1843, después de un intento Sc ee & ‘asombraron ala gente debido 2 persona del entonces primer mi- Se oe a2 dos e insignificant junto con la _perturbado mental aeado Daniel violencia brutal y sus extrafios-M'Naghten. SS spar as race : ‘A todo ello afadié su pretension aVempabor = te venine a na te ear En 1949 los ctminaies eran co por haber matado a ses, i= —<— pemend—_tiztos si ceran conscentes_cluso posblemente hasta mueve dela nctualeza ycaliad de sus personas. La ley nunca ha reeo- SS SS a2 tde una ‘ata de razonamiento Bavez de ell pretend cer un proveniente de wna enfermedad) vampico. ec eS mental» queles impediahacerse Bs facil entender la forma de cargo plenamente de sus actos, _proceder de su monte cqué per a4 SC Besiercrcastios ports de: sna norma mata rs ave Hos, pro dngue se eplzaenlon” a sangre rl, bebe su sangre ee) tain su propia ona en pr [Estas defniciones se estable- sion, tal como deeia haber hecho, ind of a Murderer : ‘ras observa cOmo se va cerran- do en torno suyo ef efrculo trax zado por la policia, y ademas se ‘compara a si mismo a un dicta loralemdn, Hitler, y aun fildso- fo chino, Confucio? Sus abogadosreconocieron ‘que buena parte de su compor- tamiento era extrano, quizé per- ‘verso, pero difcimente le per~ nica escapar de fa horce. Las pructas psiguitricas del by SIR RONALD HOWE wr For example... HAIGH: Now there was & man consumed juico se centraron en su preten- by the Macbeth complex sin de haber bebido la sangre de sus victimas, en sus suefios y {fantasias, y en las cicatrices de- jadas en su mente por Ia fanética ‘educacion relgiosa reciida de Sloman Actos punibles ee oe creas ‘rechazeda por el juez y por el jarado, , pe- ‘0 fue ineapaz de convenceralje- alo de que Haigh no habia sido cconsciente de a naturaleza y ca tidadn de sus delitos. Al contra ria, lo que parecia bastante evi- dente era que sabia perfectamen- te que el asesinato, cl robo, la fal- sificacion y Ia destruccién de ‘pruebas eran algo que cantrave- nia aly, ¥ por lo tanto acciones punibles Desconectado La impresin dentro y fuera del ‘Tribunal era que Haigh se esta- ba inventando in montiin de his- torias sobre vampirisino y beber- se su propia orina para salvar el ‘cuello. Pero la representaciin del Todo ol mundo zecuerda os ojos de Haigh, rillantes y de corte ‘oriontal, asf como ou suave ‘somtisa y su impecable forma de vestir. Pero, el hombre que se encondia dotrés de este méscara estaba irremediableinente Toco? loco fracas6. Fue condenado y ahorcado. No obstante, los psiquiatras nunca han estado del todo con- vencidos de que Haigh no fuese mls que wn insensible asesino ‘que estaba intentando engartar a Jas autoridades. Un psiquiatra forense he escri> to que podis estar tan perturbe- o que hubiese legado a wlesco- nectarse» completamente de la realidad y de los sentimientos morales. Este estado podeia ser la explcacin para a completa fal- ta de consideracion por sus vic- timas, Complejo de Macbeth ste tbo de demencia no daria lugar alas reaccones de un ie nitico enlogsecido. La curse mente de Haigh ta generado bien otras tenes forts sobre el parila. Alganos haba ron de une especie de wcomplejo de Macbeth setsin el eval igh intentaba mantener sus manos § inmaculadamente Hrpins para § evita el sentimiento de cua, Qué es lo que hace que un hombre aparentementeraciona, ‘como Haigh, se decida a ignorar el poderoso tabi social que pe: sa sobre ol acto de quitarle a otros Ia vida? Haigh no sentia remordimion- too culpa por ss actos, Esto es lo quelle diferenciaha delos de- ‘més delicuentes, quienes nor- smalmente poseen la habilidad de ssintonizary con los deseos y nevesidades de los dems. Algu nos de losasesinatos que come- {i6 le reportaron muy escasos Deneficios. El egocentrismo de Hey UN HOMBRE IRRACIONAL ee John George Haigh era absolut, Era jusio lo opuesto al denomti- nado rasesino doméstico», la persona racional que mata a su ‘Mujer o@ su amante, Parece que 8 la presion de la convivencia de asosinatos. Quien los come: te suele ser una persona que no se distingue de los demés por nada en especial, Pero Haigh era ‘un hombre extraordinario on to- dos los sentido, al como mis- ‘mo ponia consiantemente de manifesto, Sin embargo, no por Pf Jas razones que é! crefa CHEV EL JUIGO B. de la horca. Du nfiada sonrisa, aun observando lo débil era su defensa. (Recut Ml Newepper-S0b, a i ie sonra Haigh, acto de Forster triad et Ten de Le Wes 18 deo de 180, Dur dos ds Yi presi polenta lao ‘iodo ompoy Mr ste Humphreys. Haigh se declaré inocente y pasé todo el no locndo cuganms, ames [spon preoipata que eubalrspac, hate del pind osc, presentada por el fiscal general Sir Hartley Shavers, presents prose ren con el incin de Cavey, cone bones de conl dept Mrs Dar EL juee del céso Haigh, Sir Travers Hum- peys,era el més amoso de su tiempo, Ne- ig el 4 de agosto de 1867; su mente des- piertay su capacidad analitica le valieron noiableséxtos en su etapa de abogado. En 1885 formé parte del equipo legal de Os- car Wilde para tres argos casos, y cons- der a irandés como un genio de la lite- ratura. Como fiscal interno en algunos de los casos més famosos de principio de siglo: el dels Crippen (1910) el del exvenenador Frederick Seddon (1912), por ejemplo. Humphrays se convirté en jes en 1928, y fue probablemente uno de os primeros @n ular lapices de diferentes colores para anotarlas declaraciones de los testigos. La {scala respetaba la nociénintelectial que Humplieystenda de un ceso, aunque algu- nas veces pecaba de fala de imaginacion respectoa as motiveciones humanas, espe- calmente cuando se trataba de mujeres. En Ja 6poca dal juico de Haigh, Humphrey = nia un rasgo personal notable an labio ine ferior saliente y colgante quo intimidaba hasta alos ms honestostostigos. ‘parte del cso de Haigh, Humphreys juz 96 tambin los casos de Bivina Barney, la esposa de n caballo de costumbres min- danas, que fue absueltade la acusacion de haber asesinado a su amante en 1932. Ast- mismo fue jue en el proceso de Ms Rat- SIR TRAVES HUMPHREYS tenbury, absuolta de a acusacién de haber matado a sa marido en 1938, En 1948 con- ddené amuerte aun marinero, james Camb, ppor él asesinato de una persona cuyo ca- aver jamas fue encontrado. H Scan a gente se arremoliné para asistr a Ja Hegada de Si Travers Hamphroys (izquierda) el primer dia del juicio. Haigh (en 1 recuadro) le escribié poco antes 2 un amigo que, el juicio, «seria divertides. ‘Deacon, y con las confesiones de Haigh. En ‘todas las ocasiones el defensor, Maxwell }& Fyfe, selevants para decir: «No hay pregun- tas.» El caso se encontraba completamente ‘subordinado a la prueba de siel acusado es- taba loco 0 no. Convenciendo al jurado [Los alegatos de demencia han de ser pro- ‘badlos mediante I declaracén de un psiquia- tra experto en la materia. Las impresiones ‘ola intuicion del jurado no tienen relevancia juridiea, como tampoco la tiene a simple creencia de que alguien que asesina ha de estar loco, Enla época de! jucio la psiguiatrta ya ha- bia salido de su infancia, Pero elarte de ofre- cer un testimonio plausible y coherente so- bre las enfermedades mentales ante un jus rado ain estaba en mantis, Para que su testimonio fuera convincen- te, el propio psiquiatra debia resultarcref ble mientras deciaraba como perito forense, Debia hablar de forma que un jurado le pu- diera entender sin problemas, dando la im- presi6n de que compartia sus juicos y valo- raciones. Ysobre todo, nunca debia dejarse intimidar por la acusacia. Al Dr Henry Yellowlees, el tnico perito forense de la defensa durante el juicio de raigh, le faltaban todas y cada una de estas caracteristicas. Bl Dr Yellowlees, profesor ¥ especialista en activo en el hospital de St. ‘Thomas de Londres, era un hombre intros- pectivo, con aspecto de sabio dstrafdo, ves. tido con pantalones a rayas, chaleco y cha ‘queta negra, A sus 61 afios habia actuado co- ‘mo testigo en numerosos juicios y estaba ha- bituado @ que su palabra no fuera puesta en duda en ningsin caso. Bl caso de Haigh seguia el procedimiento establecido en ls reglas de M’Naghten, la reglamentacin del silo xix que hacia refe rencia alos deincuentes mentalmente inca- zai 1 Sscal Sir Hartley Shawcross (extramo superior) liamé a declarar 2 88 testigos durante el ‘proceso. Sin embargo, el abogado detersor, Sir David ‘Maxorell Fyle (arriba), declind hacerles preguntas. El fiscal ayudante Eric Neve se mezcla con Ja gente fuera del Tribunal (abejo). pacitados, Bra necesario que el acusado su- piese que su delito contravenia el derecho, antes de ser considerado plenamente 1es- ponsable del mismo. ‘Maxwell Fyfe se levants para dar comien- 20 alla defensa completamente consciente de ‘que hasta el momento no se habia promun- ado una sola palabra en favor de su defen- dido, Abordé la cuestin clave sin rodeos. «La enfermedad mental que nosotros com sideramos ha afectado la raz6n del acusado, fen esa rara, pero bien conocida, forma de berracién mental denominada por I psico- logia: paranoia pura.» Bl abogado defensor se dedicé seguida- mente a establecer una conexi6n entre la pa- ranoia y la educacin recibida que atonaz6 ta vide de Haigh. nel caso dela paranoia se desarrolla una conviccién en la mente del afectado que le 2, précticamente, a convertirse en auto- adoracién. A su vez, éta se manifesta por Ja creencia de que esta bajo el control mist ce dei sopeins tne pie na significa para el paciente la representacion de una mutoridad infnitamente mas podero- sa que las leyes o regs sociales humanas.» Yellowlees declaré-que Haigh era un pa- rrancico, Maxwell Fyfe le pidié que lo expl- cara con més detalle «Generalmente se cree que la paranoia es tor jefe quien responde de lo pu- Dlcado. Cuando Syvester Bolam se hizo cargo del Daily Mirror, dijo: «Soy el editor de un periéai- co sensacionalista, ¥ creo en ese periodismo, el sensacionaista.» HAIGH’S PLE JUDGE'S COMMENT (erecha), fue condenaco a ues meses de cércel por ‘pablicar detalles del caso AYUDA LEGAL Coe ac td partons se la historia de Haigh, ya era Seep o Porc Seeks Peto taro Ceieetooras percocet gs cei eye Rote peste Er ea ora etree cer Ee ser src ees orgy ea eels Pr Cr ett trogarles|a historia de su vida eyenry Po el mejorre- oes Per eer cns oc tacs coo ged Peay oC veneer Lot Sylvester Bolam fue un recluso impopular on Ja risién de Brixton. os demés reclusos 50 quejaban de que recibla un ‘tratamiento especial, ¥ do quo incluso £0 Te permitia salir de noche en automévil con chéfer. Su ‘puesta en libertad ved 3 Months ‘Siciktae'a tiaiaial OBSESION POR LA ROPA Haigh estaba obsesionado por ir co- rrectamente vestido. Esta mania abar- ccaba también sus calcetines. Durante casi toda su vida s6lo se pusolos cal- cetines que su made le teia. Mientras cesperaba la celebracisn del jucio en la prisién de Brixton se que(6 am ‘mente al gobernador de la cércel: en ‘alavanderia habian perdido varios pa- res de calcetines teidos a mano. Poco antes del proceso iniciaha asi tuna cattaa ss padres: «Queridos pe- pay mamd, os alegrard saber que he rrecuperado dos de los pares de calce- tines que se perdieron... 2as Cuando ya no cabia vuelta atras, John George Haigh seguia pareciendo totalmente despreocupado por el destino fatal que le aguardaba. Siempre fue alguien completamente inscrutable, nadie consiguié penetrar jamas en los misterios de su mente. sgh se comet one recto H: Tea de rin de Wan Fret Soh Lan Ti (que cambiar su elegante trje y sus siempre relucientes zapatos por el uniforme dela cir- cel para los condenadios a muerte, Llegados ‘este punto sus esperanzas de ser enviado 1 Broadmoor se habtan evaporado. [El ministro del Interior estaba obligado por ley a requerie un estudio psiquitrico de to- dos los prisioneros condenados a muerte. Los tres psiquiatras que le examinaron coin cidieron en que estaba cuerdo. Haigh no volviS a mencionar los tres ase- sinatos que habla confesado en la cércel de Lewes. No se ha podido probar nunca silos ‘cometié o si solamente los invent6 para re- forzar su pretensiOn de demencia ero a pesar de todo parecia estar anima do, Justo después de escuchar la sentencia ‘un oficial fo habia conducido alos calabozos del edico del jzgndo, Se le pregunté si de- seaba ver al capellin. Haigh tenia los pies apoyadios sobre la mesa mientras fumaba un cGgartiloy le daba algunos sorbos a una ta- a de té, . att Bion ot Seamncwrntn tony A TRIAL alas dee tia fiawacn | veton de andor 1 I Ge apeno de 10 Bese soe Space Porto de BN tc en e @ DECLARATION OF SHERIFF Glas Tae phe eit an son aio, sd a murda rd for weychoarsal of his own hanging. Says # Tished tadey. pul ed dey we i Nag have mace ach 8 cas ee eet eae ‘Se publicaron varios libros y arifculos que intentaron sondear fen profundided los crimenes ‘cometidos por Haigh. £1 diario ‘Sun del 18 de agosto de 1973 _pasé revista a Tos dltimos cestudios sobre los asesinatos. «Pues no ereo que tenga mucho sentido, no. ZA tique te parece, viejo? fue su res- puesta. Desde la ccel de Wandsworth Haigh es- cribio muchas cartas. Una fue para e! Dr Ye- llowlees agradeciéndole su ayuda. «Todas las grandes figuras histéricas han sido consideradas seres extrafios, escribis, Confucio, Jip César, Jesucristo, Mahoma, ¢ incluso Hitler. La directora de la High ‘School en ia que estudié,y el director de mi Grammar School, dieron ambos que yo n0 era un muchacho del montén.» 124 de julio, cinco das después de ter- miar el juco, Haigh celebs su 40 curmpea- fs en la celdaée los condenados a muerte. Su madre le habfa enviado una felcitacién, pero él descart6 su sugerencia de vistale, recomendndila que lo disctiera con su abo- ado, La cuestin nunca més se planted. Los tiltimos dias Conforme pasaban los dias, Haigh termin6 por perder el control de que habia echo gala desde la desaparicién de Mrs Durand- ‘Deacon. Después de unas termporadas de de- resin eiritabiidad empeaé a recopilar sus notas sobre pesadilas, especialmente aque- lls que tenian que ver con la sangre. [No obstante, nunca comenté nada al res- peeto, y nunca hizo la mas leve alusin al re- ‘mordimiento por los crimenes cometidos, ni census cartas, nia los celadores. A pesar de star visiblemente deprimido por haber per- do su celebridad después de que termina- HANGING CNMI" ead te tert ra el jicio, Haigh no perdié su sentido del ‘comportamiento espectacular. Legé su tra- je favorito, includos fos caloetines y la cor- bata, al museo de Madame Tussaud, de for- ‘ma que le sobreviviera la imagen de su his- ‘tidnica elegancia, aunque fuera en la sala de Ja cémara de los horrores. Insistié mucho en {que el modelo de cera que le representara debia estar vestido de manera que los pu- fios de la camisa sobresaliesen al menos una ppulgada por debgjo de las mangas de la cha- queta Aceptando el destino High no apel6 su sentencia, y el Ministerio de! Interior anuncié que no seria indultado, Poco después el director de la prisién de JUL-AGO 1949 High es tasladado a Ja prision de Wandsworth Haigh celebra sy cuarenta ‘cumpleafios en la caida ce Ios Gondenados a muerte Haigh s2 reafirma: no apolaré contra Ia sentencia de mucrte EI ministwo del Interior, Chuter Ede, anuncia que Haigh no seré ‘perdonado: Bernard Tussaud saca un molde de la cara de Haigh on la prision las 9 de la mafian ejecutado Q Q ml 108.49 Haigh es 2a9 ‘Wandsworth, Mayor A.C.N. Benke, recibis ‘uma peticin de Haigh: queria ensavar su pro- pia ejecucién. Ia vispera de su ejecucién Haigh hizo donacin de su traje favorito al Museo de Madame Tussaud para que vistiera su reproducci6n en cera (abajo). ¥ escribié una tlima carta, un exrracto se publlcé en primera ‘pagina (en el recuadro). a sree acta To Madame Tussaud’s—My Gree: Suit and Red Tie” «Mi peso es engatioso», escribia, «yo ten ‘go un paso agi y rapido y no deseariaresul- tar un obstaculo en el momento clave.» EI Mayor Benke le ateguré que no habria ningtin problema y, a pesar de la insisten cia, se rechaz6 la peticién, Las eartas de Haigh a sus padres, desde la celda de los condenados a muerte, respi- ran un aire de resignada y pacifica acepta- cin de su destino. Les escribié con afecto, ‘aunque algunos comentaristas creen que en realidad se estaba refocilando en secreto por la desgracia que habia hecho caer sobre eles. ‘También lamé la atencidn el hecho de que ‘1 condenado sentia la misma falta de kst- ma por s{ mismo que por sus vitimas En ks cartas hablaba de la cercana ejecu- ién como un suceso molesto y aburrido. ‘Nunca reproché o justifieé el comporta- miento de nadie, y menos el suyo propio. ‘Su ultima carta, en la vispera de su eiecu- én, empezaba asi: «Queridos papa y ma- mé, muchas gracias por vuestra afectuosa carta, lahe recibido esta mafiana y supongo qe seri l titima ver que me escrbiréis.» aaigh segua dciendo que, aunque algunas ‘cosas de la Hermandad de Plymouth ls encon- {6 negativas para su educacién, chubo mu- cas otras que fueron encantadoras». Escr- i de una pequefia dulce nota» que alguien Je habia mandado una vez, y acto seguido se Janz6 a emplear el estilo grandilocuente en cl que su padre siempre se habia expresado, Mi misién «Nosotros no podemos modifica ls inescru tables predicciones del Eterm... Yo, estos, ‘mi esplrtu, permaneceraligado a la Tierra ‘atin durante agin tiempo porque mi misién no esté cumplida..» Haigh no explicaba cudl era esa «aision».. Lo que sf seguia explicando era cémosinto- nivar correctamente las bandas de su radio de onda corta para oft sin interferencias las cemisiones de las emisoras de América del Nor- te, Esta rao sera uno de los objetos persora- Jes que enviar a su familia tras la ejecucin. ‘La carta no contenia le mas ligera alusion ‘a una posible conexiGn entre esos dias «eli- ‘ces» de su infancia y el salvaismo de su ca- rrera criminal. Pero hay que tener en cuen- ta que Haigh siempre tuvo la pretensién de ‘no dejar huella alguna, fue de lo que alardes ante la polcia de Chelsea en febrero de 1949. AA fina, el ico misterio que guardé de verdad fue lo que realmente estaria pensan- do, Pronto volvié a recuperar e aplomo que durante un breve period de tiempo le ha- ia, abandonado. B] 10 de agosto de 1949, alas 9 de a ma- ‘ana, fue ejecutado con una gran sonrisa en. sus labios. A las puertas de la prisién de ‘Wandsworth habia cientos de personas cuan- 4o se colgaron los avisos oficiales. Como era costumbre en los casos de ejecuciones, se le enterré dentro del recinto de la prisin Ensitlecho de muerte, la mare de Haigh, batida y destrovada, le diols cartas de su hi joa un amigo, dciéndole: «Soliamos despre- céar ala gente del pueblo porque crefamos ser los elegidos de Dios... Pero, nolo éramos.» W La tltima direocion de Haigh fue la celda reserveda para los ptisioneros condenados a pena de muerte de la prisién de Wandsworth, en Londres, En a &poca en que la sentencia de ‘muerte estaba en vigor, todas as ‘carcelesdisponian de una celda ‘especial Ja que se enviaba a los prisioneros nada mas haber sido sentenciados. A pari de ese momento ya no se le permitid vestir sus pro- pias ropas. El uniforme consistia fon un tiaje de arpillera, una ca- tmisa y zapatilas de suela blan- da. No estaban autorizados ni cordones ni cinturones: W La colda formaba parte de tuna de jas alas de la prison, pe- roel condenado permanecta se- parado de cualquier actividad ‘que se realizase ena cércel. Los ejercicios diatios los realizaba en completo aislaiento, Privilegios 1 Dos vigilantes quardaban al prisionero las 24 horas del dia, Wi La celdano era un lugar muy divertido, todo lo mas consist. fn una cama, una mesa, t788 0 cuatro sills, unservicio y unla- ‘abo, La luz permanecia encen- dida las 24 horas. ta comida se comia exclusivamente con cu- chara, ‘M Apatte de esto et condenado disirutaba de ciertos privilegios que el resto de los rectusos no tenian, Se lo faclitaban juegos ‘como el aledrez, las carias 0 el dominé. La comida see preparabe en la cocina de la cércel. El prisio- nero tenia detecho, dentro de CONCLUSIONES Ja prision de Wandsworth en South ‘London es Ja inion ‘edrcel de Gran Brotafia que ati tiene una celda de condenados « muerte. Hoy en dia 90 usa principalmente como prisién de paso», alojando a los convictos hasta que se les destina a un penal definitivo. ciertos limites, a pedir lo que se le antojase. También tenia dere- ee de: cee pe cigarrilosal dia, pudiéndose! fumar dentro de la celda. @ El gobemadior de la prision, eloficial médico y oficial jefe te- nian la obligacién de visitar al condenado dos veces al dia. El prisionero podia, ademas, solici- faren cualquier momento la pre- sencia de un capelldn. ® Se permitian visitas, amigos, conocidos y abogadios, siempre que fueran aprobadas por Ja jun- tade visitantes y los comisarios encargados. Alas 4 dela tarde del dia an- tes de la ejecucion tegenaiel ‘verdugoy suayudarte. No eles pee abandonar la prisién jhaberse completado la eje- ccucién, Tomando medidas 1 Elverdugoy su yudante ob- sorvaban al prisionero durante sus ejarciciosfiscos 0 a través de a milla dela celda, para os- timar su peso, altura y comple- ‘xin. Posteriormente probaban la horea con un saco de arena ‘que comespondiese Carag teristicas fisicas de] prisionero. Elsaco se dejaba colgando toda la noche para tensar adecuada- monte a cuerda, Para ls suje- tos mas débiles, con miscalos poco desarrollados en la zona del cuello, se requeria una cuer- da més larga. Wi La noche antes de la ejecu- cin, el gohemador de la prisiin debi vii al sondoado para proguniate si deseabe expresar algo antes de mor. la mafana ela ejecucion era habitual que el capellén pasase la ditima ho- ra.con el prisionero, y que per- rmaneciese au lado hasta el mo- mento final. El verdugo, su ayudante, el oficial jofe, yun guarda de la pi- sion esperaban al condenado ante la puerta de la celda, Al vrerdugo se le hacia una sefal, cenitaba en la celda, y ataba los brazos del prisionero a su e5- alda, El ultimo paseo Sele esceltaba hasta el cadal 0, flanctueado por dos oficiales, a través de la otra puerta de la celda, Era la primera vez que se abria desde la llegada del con- aenado, Se situaba al prisionero sobre Jatrampilla, conlos pies apoya dos uno sobre cada batiente, y se le ataban. El verdugo cubria Ja cabeza del condenado con tuna capucha blanca y le ajusta- acl iazoal cue, Entonces se accionaba la palanca. IW Desde que se abendonaba la ‘celda hasta el momento final no se ardaba msde 18 segundos, Al prisionero se le oftecia fre- ‘cuentemente un poco de cofiac ‘para celmar los nervios. Ml El médico comprobaba que el jecutado estaba fectivamen- te muerto, Entonces se aslaba el lugar de la ejecucién dejando colgado el cadaver duranie una hore. El enterramiento tenia li gar ese mismo dia Por tradicion, los ahorcamientos se celebra: bana las 9 de la mafana, @ John George Haigh tuvo su Cita inal el nes 10 de agosto de 1848 con su verdhugo, Albert Pic- rrepoint 251 Jeremy Bamber Una no joven FASCICULO 9 LOS ASESINATOS DE LAS ESTUDIANTES. Ted Bundy l il

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