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Como una flor se puede marchitar sin entrega de amor, no ese amor que nosotros

pensamos, sino aquel que ella necesita. Que valenta de esa flor de no recibir lo deseado a
la fuerza, que valenta de no recibir lo desea con amor por el honor y la honra, pero una
mayor valenta es el deshacer a pesar del castigo social de toda esa inmundicia.
No es real, por que hoy no se piensa en el amor, no se piensa en el honor, porque somos
inmorales y perversos. Pero el romanticismo debe suplir a la verdad, para que llegue como
un blsamo a nuestras vidas y con ello extasiarse en el sueo, en la quimera ilusin de una
vida sin dolor como una vida simplemente.
Qu vida tan miserable, enfermarse por amor, por no recibir ese roco que acaricia cada
maana, por no recibir el sol gratificante cada tarde, por no recibir las caricias de la luz de
la luna cada noche.
Si es verdad, eres un indeseable, pero que te dejen indeseable, que te abandonen en el
camino de la vida, que te cieguen como al trigo y te entreguen a la vida. O mejor an, tu
elige vivir, tu elige luchar por la libertad de tu alma desolada por la indiferencia.
Que saben de amor aquellos que buscan solo el placer, que saben de amor aquellos que
se conforman con migajas de caricias, que saben de amor aquellos que solo ven el placer,
somos animales, somos autmatas, somos legos de las artes de un buen vivir.

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