Una vez le en la parte introductoria de un libro que deca luego de recorrer la
franja desrtica de la costa peruana rumbo a la ciudad blanca de Arequipa, se creera que esta se ubica en un inhspito lugar, cubiertos entre pedregosos cerros, y que invitaba a la retirada, pero luego de rememorar la ley de las joyas se concluy que se deba seguir, pues las joyas mas hermosas para conseguirlas demandan mucho esfuerzo por ubicarse en las montaas o profundidades donde el acceso se hace casi imposible, pues lo mismo sucede con la ciudad de Arequipa, pues luego de ,