Por estos pocos das, quin sabe cuntos aos Yo ser en tu recuerdo como un libro prohibido Uno de esos que nadie confiesa haber ledo. Y as maana, al vernos en la calle, al ocaso, T bajars los ojos y apretars el paso, Y yo, discretamente, me cambiar de acera, O encender un cigarro, como si no te viera.
Seremos dos extraos desde este mismo instante
Y pasarn los meses, y tendrs otro amante: Y como eres bonita, sentimental y fiel, Quizs, andando el tiempo, te casars con l.
Y ya, ms que un esposo ser como un amigo,
Aunque nunca le cuentes que has soado conmigo, Y aunque, tras tu sonrisa de mujer satisfecha, Se te empaen los ojos, al llegar una fecha.
Acaso, cuando llueva, recordars un da
En que estuvimos juntos y en que tambin llova. Y quizs nunca ms te pongas aquel traje De terciopelo verde, con adornos de encaje. O hars un gesto mo, tal vez sin darte cuenta, Cuando dobles tu almohada con mano soolienta. Y domingo a domingo, cuando vayas a misa, De tu casa a la iglesia, perders tu sonrisa.
Qu mas puedo decirte? Sers la esposa honesta
Que abanica al marido cuando ronca la siesta: Tras fregar los platos y tender las camas, Te pasars las noches sacando crucigramas Y as, aos y aos, hasta que, finalmente, Te morirs un da, como toda la gente. Y voces que an no existen sollozarn tu nombre, Y cerrarn tus ojos los hijos de otro hombre.