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PREMIO NOBEL°DE ECONOMIA DESARROLLO Risa Ene lite ope rere, ni tot 1 parcialment, sinel previo permiso escrito {a editor: Todos los deve reservdon ial originale Development as freed © 1999, Amartya Sen Publicado de sewed con Allied A: Knopf ne (© 2000 por a aecion, Esther Rabasco y Las Toharia © 2000, Edna Panta SA Céecega, 278.238, 08008 Barcelona Espafa ise de cubiera:Jovep Bagh Primera edicin: mayo de 2000 ISBN 4.08 03504 X ISBN 0-375-40619.0 editor Alfred A. Knoph. lnc, una dvs de Random House Inc Nacva York. edi vigil toe Igual, SL Composiisa Vi Primers ezpeesisn arcana agosto de 2000, © 2000, Eval Planeta Argentina, S ALC. Independeveia 1668, 1100 Buenos Aives Grupo Plata SAN 950.40-01734 echo depésito que prevé la ley 11.723 Imes en la Argeina Indice Lista de ilustraciones Agradecimientos Prélogo Introduccién, El desarrollo como libertad LA PERSPECTIVA DE LA LIBERTAD. Los FINES Y LOS MEDIOS DEL DESARROLLO LA LIBERTAD ¥ 108 FUNDAMENTOS DE LA JUSTICIA LA POBREZA COMO PRIVACION DE CAPACIDADES ‘MERCADos, ESTADO Y OPORTUNIDAD SOCIAL LA IMPORTANCIA DE 1A DEMOCRACIA ‘LAS HAMBRUNAS ¥ OTRAS CRISIS ‘LA AGENCIA DE LAS MUJERES Y EL. CAMBIO SOCIAL POBLACION, ALIMENTOS ¥ LIBERTAD 10. CULTURA y DERECHOS HUMANOS 11. ELECCION SOCIAL ¥ CONDUCTA INDIVIDUAL 12. LA LIBERTAD INDIVIDUAL COMO UN COMPROMISO SOCIAL PEI away Notas Indice de autores Indice de materias u 15 19 29 34, 16 4 142 183 199 233 250 276 300 338 357 425, 435 11, 12, 2. 2.2. 23. Al. 42. TA. 94, Tlustraciones Graricos Diferencias entre las tasas de supervivencia de los hom- bres por regiones Difetencias entre las tasas de supervivencia de las muje- res por regiones, PNB per capita (délares americanos) y esperanza de vida al nacer, 1994 ‘Mejoras de la esperanza de vida en Inglaterra y Gales, 1901-1960 Crecimiento del PIB (Gran Bretafia) y aumentos dece- rales de la esperanza de vida al nacet (Inglaterra y Ga- Jes), 1901-1960 Cocientes entre las tasas de mortalidad de los negtos y las de los blancos (35-54 afios) observadas y ajustadas pata tener en cuenta la renta familiar Cocientes entre la poblacién femenina y la masculina en algunas comunidades Existencias de cereales para consumo humano en Ban- ala Desh, 1971-1975 Precios de los alimentos en délares americanos cons- tantes de 1990 39. 40 6 n B 126 133, 206 254 4a, 91. 9.2. CuADROs, India y Africa subsahariana, algunas comparaciones (1991) 129 Indices de produccién de alimentos per capita por re- siones 252 Precios de los alimentos en délares americanos cons- tantes de 1990; 1950-1952 y 1995-1997 253 AEmma Agradecimientos Para realizar las investigaciones en las que se basa este libro, he reci- ido ayuda de la John D. and Catherine T. MacArthur Foundation, en un proyecto conjunto con Angus Deaton, Esasinvestigaciones son tuna prolongacidn de algunos trabajos que habia realizado anterior- mente pata el World Institute of Development Economics Research, radicado en Helsinki y dirigido entonces por Lal Jayawardena. Tam- bign estan estrechamente relacionadas con mi papel de asesor en los Human Development Reports del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, bajo la notable direccién del pakistani Mahbub ul Haag (ntimo amigo desde mi época de estudiante universitario, cuya repentina muerte en 1998 fue un golpe del que atin no me he re- cuperado totalmente). La Universidad de Harvard, en la que ensefié hasta principios de 1998, ha apoyado de manera maravillosa mis in- vestigaciones durante muchos afios, También he recibido apoyo lo- gistico, respectivamente, del Harvard Institute of International De- velopment, del Harvard Center for Population and Development Studies y del Centre for History and Economies del King’s College (Universidad de Cambridge) He tenido la inmensa fortuna de contar con maravillosos colabo- adores. He tenido la gran oportunidad de trabajar durante muchos afios con Jean Dréze y de publicar varios libros en colaboracién con 4), que han influido en el presente estudio (la colaboracién con Jean tiene la agtadable particularidad de que él realiza casi todo el traba- joy se asegura al mismo tiempo de que uno recibe la mayor parte de Jo laureles). También ha sido maravilloso para mi tenet la oportuni- dad de trabajar con Sudhir Anand sobre temas estrechamente rela- cionados con este libro, He mantenido, ademés, fruetferas relacio- nes de trabajo con Angus Deaton, Meghnad Desai, James Foster y ul Siddiq Osmani. Mi colaboracién con Martha Nussbaum durante 1987-1989 fue de suma importancia para la investigacién de los con ceptos de capacidad y calidad de vida, utilizados extensamente en este libro. En mi contribucién a los Human Development Reports, he man- tenido fructiferas relaciones no slo con Mahbub ul Haq sino tam- bién con Sakiko Fukuda-Parr, Selim Jahan, Meghnad Desai y Paul Streeten y, més tarde, con Richard Jolly, que sucedié a Mahbub. En- tre los demas colaboradores, asesores criticos de los que he recibi- do ayuda se encuentran Tony Atkinson (en cuyas ideas me he basa- do frecuentemente), asf como Kaushik Basu, Alok Bhargava, David Bloom, Anne Case, Lincoln Chen, Martha Chen, Stanley Fischer, Caren Grown, S. Guhan, Stephan Klasen, A. K. Shiva Kumar, Ro- bert Nozick, Christina Paxson, Ben Polak, Jeffrey Sachs, Tim (Tho- 1mas) Scanlon, Joe Stiglitz, Kotaro Suzumura y Jong-il You, He reci- bido tiles comentarios sobre las ideas bésicas y sobre varias versiones del manuscrito de Sudhir Anand, Amiya Bagchi, Pranab Bardhan, Ashim Dasgupta, Angus Deaton, Peter Dimock, Jean Dré- ze, James Foster, Siddiq Osmani, Ingrid Robeyns y Adele Simmons. También he recibido eficientisima ayuda de investigacién de Arun Abraham durante un largo periodo, asi como de Ingrid Ro- beyns y de Tanai Mukhopadhyay mas recientemente. Anna Marie Svedrofsky ha desempefiado un papel muy titil de coordinacién de los sistemas logisticos. Como sefialo en el prologo, pronuncié estas conferencias por invitacién de James Wolfensohn, presidente del Banco Mundial, con quien he mantenido numerosas conversaciones que me han re- sultado extraordinariamente iitles. Las conferencias pronunciadas en el banco fueron presentadas, respectivamente, por James Wol- fensohn, Caio Kochweser, Ismail Serageldin, Callisto Madavo y Sven Sandstrom; cada uno de ellos hizo importantes observaciones sobre Jos problemas que traté de abordar. También me estimularon mucho las preguntas que me formularon y las obsetvaciones que se me hi- cieron en los debates que se celebraron tras las conferencias, Tuve, ademés, la oportunidad de entrar en contacto con el personal del banco, organizado con impecable eficiencia por Tariq Hussain, en- cargado de los aspectos generales de esas conferencias. 2 Por dilkimo, mi esposa, Emma Rothschild, ha tenido que leet di ferentes versiones de distintos argumentos en varias ocasiones, y sus consejos siempre me han resultado extraordinariamente valiosos. Su propio estudio sobre Adam Smith ha sido una buena fuente de ideas, ya que este libro se basa en gran parte en sus andliss, Ya tenia una estrecha relacién con Adam Smith incluso antes de conocer a Emma (como sabran los lectores familiarizados con mis primetos es- critos). Con su influencia, la rama se ha complicado, Eso ha sidoim- portante pata el estudio, B Prélogo Vivimos en un mundo de una opulencia sin precedentes, dificil in- cluso de imaginar hace cien o doscientos afios. Pero no solo se han registrado notables cambios en el terreno econémico. Durante el si- slo xx se ha consolidado el sistema de gobierno democtitico y parti Cipativo como modelo superior de organizacién politica. Actual- mente, los conceptos de derechos humanos y de libertad politica forman parte en gran medida de la ret6rica imperante. Vivimos, por témino medio, mucho mas que antes. Hloy en dia, las diferentes re- siones del mundo también mantienen més lazos que nunca, no sélo en el campo del comercio y de las comunicaciones, sino también en 1 de las ideas y los ideales interactivos. Y, sin embargo, también vivimos en un mundo de notables pri- vaciones, miseria y opresién, Hay muchos problemas nuevos y vie- jos, y entre ellos se encuentran la persistencia della pobreza y muchas necesidades basicas insatisfechas, las hambrunas y el problema del hambre, laviolacién de libertades politicas elementales, asi como de libertades basicas, la falta general de atencién a los intereses y a la agencia* de las mujeres y el empeoramiento de las amenazas que se ciernen sobre nuestro medio ambiente y sobre el mantenimiento de nuestra vida econdmica y social. Muchas de estas privaciones pue- den observarse, de una u otra forma, tanto en los paises ricos como en los pobres. La superacién de estos problemas constituye una parte funda- mental del ejercicio del desarrollo, Tenemos que reconocer —es lo que sostenemos aqui— el papel que desempefian los diferentes tipos de libertad en la lucha contra estos males. De hecho, la agencia indi- * Para una mejor comprensién de este téemino, vésse lap. 35. (N. de lee) 15 vidual es, en siltima instancia, fundamental para hacer frente a privaciones, Por otra parte, las oportunidades sociales, politicas y econémicas a las que tenemos acceso limitan y restringen inevitable mente la libertad de agencia que poseemos individualmente, Existe tuna estrecha complementariedad entre la agencia individual y las instituciones sociales. Es importante reconocer al mismo tiempo el lugar fundamental que ocupa la libertad individual y la influencia de los factores sociales en el grado y el aleance de esta libertad, Para re- solver los problemas a los que nos enfrentamos, hemos de concebir la libertad individual como un compromiso social. Este es el enfoque biisico que rratamos de explorar y de examinar en este estudio. Segiin este enfoque, la expansién de la libertad es tanto el fin pri- mordial del desarrollo como su medio principal. El desarrollo con- siste en Ia eliminacién de algunos tipos de falta de libertad que dejan alos individuos pocas opciones y escasas oportunidades para ejercer su agencia razonada, La eliminacién de la falta de libertades funda- mentales —es lo que sastenemos aqui— es una parte constitutiva del desarrollo, Sin embargo, para comprender mejor la conexi6n entre desarrollo y libertad hemos de ir mis allé de ese reconocimiento ba- sico (por erucial que éste sea). La eficacia instrumental de algunos ti- 1pos de libertad para fomentar otros tipos de libertad es un poderoso ‘complemento de la importancia intsinseca de la libertad del hombre, ‘en general, como objetivo sublime del desarrollo, Las relaciones en- tre los distintos tipos de libertad son empfricas y causales més que constitutivas y componentes del desarrollo. Por ejemplo, existen pruebas contundentes de que la libertad econémica y la libertad po- litica conttibuyen a reforzarse mutuamente; no se contraponen (como a veces se piensa). Las oportunidades sociales para recibir educacién y asistencia sanitaria, que pueden exigir la intervenci6n del Estado, complementan las oportunidades individuales para parti cipar en la economia y en la politica y contribuyen a fomentar nues- tras propias iniciativas en la superacién de nuestras respectivas priva- ciones. $i el punto de partida del enfoque es Ia identificacién de la libertad como el objeto principal del desarrollo, el objetivo del andli- sis de la politica econdmica y social es el establecimiento de los nexos ctmpiricos que hacen que el punto de vista de a libertad sea coheren- te y convincente como perspective que guia el proceso de desarrollo. 16 En este estudio se subraya la necesidad de realizar un anilisis in tegrado de las actividades econémieas, sociales y polticas en las que interviene toda una variedad de instituciones, asi como muchas aagencias interactivas. Se centra la atencién especialmente en el papel y en las interconexiones de ciertas libertades instrumentales funda- ‘mentales, entre las cuales se encuentran las oportunidades econdmi- cas, las libertades politicas, los servicios sociales, las garantias de trans- arencia y la seguridad protectora. Se investigan los. mecanismos sociales, que afectan a muchas instituciones (el Estado, el mercado, el sistema juridico, los partidos politicos, los medios de comunica- cién, los grapos de presiéa y los foros de debate, entre otras) desde el punto de vista del grado en que contribuyen a aumentar y a ga- rantizar las libertades fundamentales de los individuos, concebidos como agentes activos de cambio y no como receptores pasivos de prestaciones. El libro se basa en cinco conferencias que pronuncié en calidad de miembro presidencial en el Banco Mundial durante el otofio de 1996, También pronuncié una segunda conferencia en noviembre de 1997 sobre el enfoque general y sus implicaciones. Agradeci la opor- tunidad y el reto que entrafiaba esta tarea y me alegré en especial el hecho dle que fuera por invitacion del presidente James Wolfensohn, al que admiro profundamente por su visin, sus dotes y su humani- dad, Tuve el ptivilegio de trabajar en estrecha colaboracién con é ‘como miembto del Institute for Advanced Study de Princeton y, mas recientemente, también he observado con sumo interés su construc- tiva influencia en el banco, EI Banco Mundial no ha sido invariablemente mi organismo fa- vorito, El poder para hacer el bien casi siempre va acompafiado de la posibilidad de hacer lo contrario y, como economista profesional, he tenido ocasiones de preguntarme si el banco no podria haberlo he- cho muchisimo mejor, Estas reservas y criticas estén publicadas, por Jo que no necesito hacer una «confesién» de las escépticas reflexio- rnes que albergo. Todo esto hizo que agradeciera sobremanera la oportunidad de exponer en el banco mis propias ideas sobre el de- sarrollo y sobre la elaboracién de la politica econémica y social. Sin embargo, este libro no va dirigido principalmente a las pet- sonas que trabajan en o para el banco 0 en cualquier otro organismo ” internacional. Tampoco va destinado a los poderes publicos y « los planificadores de los gobiernos nacionales, Se trata, mis bien, de un estudio general sobre el desarrollo y sobre las tazones pri yacentes, destinado especialmemte a suscitar el debate publica. He estructurado las seis conferencias en doce capitulos, tanto en aras de la claridad como para que la versién escrita resulte mis accesible a Jos lectores legos en la materia, De hecho, he tratado de que el anil sis fuera Io menos técnico posible, y sélo me refiero a la literatura ‘mas formal —para aquellos que les interese— en las notas que se en cuentran al final del libro. También comento las expetiencias econé- micas que he vivido desde que pronuncié las conferencias (en 1996), como la crisis econémica de Asia (que confirmé algunos de los peo- res temores que expresé en esas conferencias). Dada la importancia que concedo al papel del debate piiblico como vehiculo de cambio social y de progreso econéimico (como pon- dra de manifiesto est libro), he elaborado el presente estudio princi- palmente con el propésito de que sea objeto de una deliberacin abierta y de un examen critico. Durante toda mi vida he evitado dar consejos a las «autoridades». De hecho, nunca he asesorado a ningiin gobierno y he prefetido que mis sugerencias y mis crticas —en lo que valen— sean de dominio pablico, Dado que he tenido la suerte de vi- vir en tres democracias en las que los medios de comunicacién gozan de bastante libertad (la India, Gran Bretaia y Estados Unidos), no he tenido razén alguna para quejarme de falta de oportunidades para ex- poner en piblico mis ideas. Si mis argumentos suscitan algén interés y provocan mas debates priblicos sobre estas cuestiones vitales, ten- dia razones para sentirme bien recompensado. 18 INTRODUCCION El desarrollo como libertad Eldesarrello puede concebirse, como sostenemos en este libro, como un proceso de expansion de las libertades reales de que disfrutan los individuos. El hecho de que centremos la atencién en las libertades Jbumanas contrasta con las visiones més estrictas del desarrollo, como su identificacién con el crecimiento del producto nacional bruto, con el aumento de las rentas personales, con la industralizacién, con los vances tecnolégicos © con la modernizacién social, El crecimiento del PNB o de las rentas personales puede ser, desde luego, un medio muy importante para expandir las libertades de que disfeutan los miembros de la sociedad. Pero las libertades también dependen de otros determinantes, como las instituciones sociales y econsmicas (por ejemplo, los servicios de educacién y de atencién médica), asi como de los derechos politicos y humanos (entre ellos, la libertad para participar en debates y escrutinios piblicos). La industraliza- ign, el progreso tecnol6gico o la modernizaci6n social pueden con- tribuir significativamente a expandir la libertad del hombre, pero la libertad también depende de otros factores. Si lo que promueve el desarrollo es la libertad, existen poderosos argumentos para concen: trar los esfuerzos en ese objetivo general y no en algunos medios 0 en tuna lista de instrumentos especialmente elegida, La concepcién del desarrollo como un proceso de expansién de las libertades funda- mentales lleva a centrar la atencién en los fines por los que cobra im- portancia el desarrollo y no sélo en algunos de los medios que de- sempefan, entre otras cosas, un destacado papel en el proceso. El desarrollo exige la eliminacién de las principales fuentes de privacion de libertad: la pobreza y la tirania, la escasez de oportuni- dades econdmicas y as privaciones sociales sistemiticas, el abandono «en que pueden encontrarse los servicios piiblicos y la intolerancia o el 19 eexceso de intervencién de los Estados represivos. A pesar de que la opulencia mundial ha experimentado un aumento sin precedentes, el mundo contemporaneo niega libertades bsicas a un inmenso niime ro de personas, quizé incluso a la mayorfa, A veces la falta de liberta- des fundamentales esté relacionada directamente con la pobreza eco- némica, que priva a los individuos de la libertad necesaria para satisfacer el hambre, para conseguir un nivel de nutricién suficiente, para poner remedio a enfermedades tratables, para vestir dignamen- teo tener una vivienda aceptable o para disponer de agua limpia o de servicios de saneamiento, En otros casos, la privaci6n de libertad est cstrechamente relacionada con la falta de servicios y atencién social piiblicos, como la ausencia de programas epidemiol6gicos 0 de siste- mas organizados de asistencia sanitaria o de educacién o de institu- ciones eficaces para el mantenimiento dela paz y el orden locales. En otros casos, la violacién de la libertad se debe directamente a la ne- sativa de los regimenes autoritarios a reconocer las libertades politi cas y civiles y ala imposicién de restricciones a la libertad para part cipar en la vida social, politica y econémica de la comunidad. [EFICACIA F INTERCONEXIONES La libertad es fundamental para el proceso de desarrollo por dos ra- zones distintas; 1) La razén de la evaluacién. El progreso ha de evaluarse princi palmente en funcién del aumento que hayan expetimentado o no las libertades de los individuos. 2) La razén dela efcacia. El desarrollo depende totalmente dela libte agencia de los individuos. Ya hemos sefialado el primer motivo para centrar la atencién en Ja libertad: la raz6n de la evaluaci6n, Para analizar el segundo, la ra 26n de la eficacia, tenemos que examinar las relaciones empiticas re levantes, en particular, las conexiones entre los diferentes tipos de li- bertad que se refuerzan mutuamente. Son estas interconexiones, que se analizan con cierto detalle en este libro, las que hacen que la agen 20 cia libre y viable constituya un importante motor del desarrollo, La libre agencia no s6lo es una parte «constitutivay del desarrollo sino que también contribuye a fortalecer otros tipos de libre agencia. Las conexiones empiricas que se analizan extensamente en este estudio relacionan los dos aspectos de la idea del «desarrollo como libertad. La relaci6n entre la libertad individual y el desarrollo social va 1s alli de la conexién constitutiva, por importante que ésta sea, Lo que pueden conseguir positivamente los individuos depende de las oportunidades econémicas, las libertades politicas, las fuerzas socia les y las posibilidades que brindan la salud, la educacién basica y el fomento y el cultivo de las iniciativas. Los mecanismos instituciona les para aprovechar estas oportunidades también dependen del ejer- cicio de las libertades de los individuos, a través de la libertad para participar en las decisiones sociales y en la elaboracién de las deci- siones piiblicas que impulsan el progreso de estas oportunidades. Esas interconexiones también se investigan en este libro, ALGUNOS EJEMPLOS: LIBERTAD POLITICA Y CALIDAD DE VIDA, La importaneia de la concepcién dela libertad como el fin principal dl desarrollo puede ilustrarse con unos cuntos sencillos ejemplos. ‘Aunque el verdadero alcance de esta perspectiva sélo puede com- prenderse con un anilisis mucho mds extenso (que se intenta en los ccapitulos siguientes), es fécil mostrar con algunos ejemplos elemen- tales el cardcter radical de la idea del «desarrollo como libertad», En primer lugar, en las visiones més estrictas del desarrollo en las que se identifica éste con el crecimiento del PNB o con la industria- Tizacién, a menudo se pregunta si algunas libertades politicas 0 so- ales, como la libertad de participacién y disensién politicas o la oportunidad de recibir una educacién basica, «contzibuyen © no al desarrollo». Desde la perspectiva mis basica del desarrollo como li- bertad, esta manera de plantear la pregunta tiende a pasar por alto una importante cuestin: estas libertades fundamentales (es decir, la libertad de participacién politica o la oportunidad de recibir una educacién o una asistencia sanitaria basicas) se encuentran entre los componentes constieutivos del desarrollo, Su importancia para el de- ai sarrollo no tiene que demosttarse por medio de su contribucién di recta al crecimiento del PNB © al fomento de la industrializacion. De hecho, resulta que estas libertades y derechos también contribuyen muy eficazmente al progreso econémico; esta conexién también sera objeto de una gran atencién en el presente libro. Pero aunque la re- lacién causal es realmente significativa, la reafiemacién de las liberta des y los derechos por parte de esta conexién causal se suma al papel directamente constitutivo de estas libertades en el desarrollo, El segundo ejemplo esta relacionado con la discordancia entre la renta per capita (incluso después de tener en cuenta las variaciones de los precios) y la libertad de los individuos para vivir mucho tiem= po y para vivir bien. Por ejemplo, es posible que los ciudadanos de Gabsn, Sudafrica, Namibia o Brasil sean mucho mis ricos desde el punto de vista del PNB per capita que los de Sti Lanka, China o el estado indio de Kerala, pero la esperanza de vida de los segundos es muy superior ala de los primeros Por poner otro ejemplo distinto, a menudo se dice que los afroa- ‘meticanos que viven en Estados Unidos son relativamente pobres «en comparacién con los americanos blancos, aunque mucho més ti- cos que los pueblos del Tercer Mundo. Sin embargo, ¢s importante darse cuemta de que los afroamericanos tienen menos probabilidades en términos absolutos de llega a la edad adulta que los habitantes de muchas sociedades del Tercer Mundo, como China, Sri Lanka o al- unas partes de la India (que tienen diferentes sistemas de asistencia sanitaria, de educacién y de relaciones lemtro de la comunidad). Sic anilisis del desarrollo es relevante incluso en el caso de los paises ids ricos (en este libro sostenemos que en realidad lo es), puede considerarse que la presencia de esos contrastes entre los grupos dentro de los paises mas ricos es un importante aspecto para com- prender el desarrollo y el subdesarrollo, ‘TRANSACCIONES, MERCADOS ¥ PRIVACION DE LIBERTAD ECONOMICA Eltercer ejemplo esté relacionado con el papel que desempefian los metcados dentro del proceso de desarrollo, La capacidad del meca- nismo del mercado para contribuir a conseguir un elevado creci- 2 miento econémico y el progreso econdmico general se ha reconoci do ampliamente —y con razén— en la literatura contemporénea so- bre el desarrollo, Pera seria un error entender el papel del mecanis- mo del mercado sélo como algo derivado, Como sefialé Adam ‘Smith, Ja libertad para realizar intercambios y transacciones consti- tuye en sf misma una parte de las libertades bisicas que los indivi- duos tienen razones para valorar. Estar genéricamente en contra de los mercados seria casi tan raro como estar genéricamente en contra de las conversaciones entre los individuos (aun cuando algunas sean detestables y causen problemas 40t70s 0 incluso a los mismos que conversan). La libertad para in- tercambiar palabras, bienes o regalos no necesita una justificacién defensiva basada en sus efectos favorables, aunque distantes; forma parte del modo en que los seres humanos viven en sociedad y se in- terrelacionan (a menos que se les impida por ley o por decreto). La contribucién del mecanismo del mercado al crecimiento econémico es importante, por supuesto, pero sélo una vez que se reconoce la importancia directa de la libertad para intercambiar palabras, bienes o regalos. De hecho, la denegaci6n de la libertad para participar en el mer- cado de trabajo es una de las maneras de mantener a los individuos en Ia esclavitud y la cautividad, y la batalla contra la falta de libertad «que supone el trabajo en condiciones de servidumbre es importante hoy en muchos paises del Tercer Mundo por algunas de las mismas tazones por las que fue trascendental la guerra de Secesién america- na, La libertad para participar en los mercados puede contribuir de manera significativa por s{ misma al desarrollo, independientemente de lo que pueda contribuir 0 no el mecanismo del mercado a fomen tar el crecimiento econ6mico o la industrializacién. De hecho, las alabanzas que dispensa al capitalismo Karl Marx (que no era, en ge neral, un gran admirador suyo) y su afirmacién (en Das Kapital) de «que la guerra de Secesién americana es «el gran acontecimiento de la historia contempornea» estan relacionadas directamente con la im- portancia de la libertad de contrato laboral por oposicién a la escla- vitud y la denegacién forzosa del acceso al mercado de trabajo. ‘Como veremos, en muchos paises en vias de desarrollo, entre los re tos fundamentales del desarrollo se encuentra en la actualidad la ne- B cesidad de liberar al trabajo de las ataduras explicitas 0 implicitas que le niegan el acceso al mercado de trabajo abierto. Asimismo, a denegaciGn del acceso a los mercados de productos stele set una de las privaciones que suften muchos pequefios agricultores y esforza dos productores a causa de los sistemas y restricciones tradicionales. La libertad para realizar intercambios econémicos desempeia un papel esencial en la vida social Sciialar esta cuestiGn, frecuentemente descuidads, no es negar due sca importante juzgar el mecanismo del mercado de una manera lobal en funcién de todos sus papeles y sus efectos, incluida la ge- neracién de crecimiento econémico y, en muchas circunstancias, in- cluso de equidad econémica. También debemos examinar, por otra parte, las persistentes privaciones de algunos segmentos de la comu- nidad que contindan estando excluidos de los beneficios de la socie- dad de metcado, asi como las opiniones generales, incluidas las eriti- as, que puedan tener los individuos sobre el estilo de vida y sobre los valores relacionados con la cultura de los mercados. Cuando se concibe el desarrollo como libertad, hay que considerar y evaluat co- rrectamente los argumentos tanto favorables como desfavorables. Resulta dificil pensar que es posible conseguir un proceso de notable desarrollo sin utilizar mucho los mercados, pero eso no excluye el papel de la ayuda social, a leyistaci6n o la intervencién del Estado ‘cuando pueden enriquecer —en lugar de empobrecet— Ia vida hu- ‘mana. El enfoque que utilizamos aqui constituye una perspectiva de Jos mercados més amplia y més global que la que se invoca con fre- cuencia cuando se defiende o se critica el mecanismo del mercado. Terminamos esta lista de ejemplos con otro que se basa directa- ‘mente cn un recuerdo personal de mi propia infancia. Estaba ju- gando una tarde —debia de tener alrededor de diez aiios— en el jardin de nuestra casa familiar situada en la ciudad de Dacca, hoy capital de Bangla Desh, cuando entzé un hombre gritando lastimo- samente y sangrando de forma profusa; llevaba un cuchillo clavado en la espalda. Eran tiempos de conflictos entre comunidades triba- les (en los que los hindiies y los musulmanes se mataban unos a otros) que ptecedieron a la independencia y a la divisién de la India y Pakistan. El hombre apufialado, llamado Kader Mia, era un jorna- lero musulmén que habia ido a trabajar a una casa vecina—a carn 24 bio de una minima retribucién— y habia sido apuiialado en la calle por matones de algn grupo en nuestra zona, que era principalmen- te hinda. Al darle agua mientras pedia ayuda al mismo tiempo a los adultos de la casa y, momentos més tarde, cuando lo llevé mi padre cortiendo al hospital, Kader Mia nos dijo que su mujer le habia di- cho que no fuera a una zona hostil en unos momentos tan dificiles. Pero Kader Mia tenia que ir a buscar trabajo para ganar algo porque su familia no tenia nada que comer. La consecuencia de su falta de libertad econémica fue la muerte, que le sobrevino més tarde en el hospital. La experiencia fue un golpe tremendo para mi. Me hizo reflexio- nar mas tarde sobre la terrible carga que suponen las identidades es- trictamente definidas, incluidas las que se basan con firmeza en co- munidades y grupos (tendré ocasién de analizar esa cuestién en el presente libro). Pero en un sentido inmediato, también me hizo ver el notable hecho de que la falta de libertad econémica, en forma de ex- trema pobreza, puede hacer de una persona una victima indefensa de Ja violacién de otros tipos de libertad. Kader Mia no habria necesita- do ir a una zona hostil en busca de unos pequefios ingresos en aque- lla terrible época si su familia hubiera podido ser capaz de sobrevivir sin ellos. La falta de libertad econémiea puede alimentat la falta de li bertad social, de la misma forma que la falta de libertad social o poli- tica también puede fomentar Ia falta de libertad econémica, OnGANZACIONES ¥ VALORES Podriamos poner ottos muchos ejemplos para mostrar cun impor- tante es concebir el desarrollo como un proceso integrado de expan- sién de libertades fundamentales relacionadas entre si, Esta es la cconcepciGn que se presenta, se examina y se utiliza en este libro para investigar el proceso de desarrollo en términos globales que integra las consideraciones econdmicas, las sociales y las politicas. Este tipo de enfoque amplio permite apreciar simultaneamente el vital papel «que desempefian en el proceso de desarrollo muchas y diferentes ins- tituciones, entre las cuales se encuentran los mercados y las organi- zaciones relacionadas con ellos, los gobiernos y las autoridades loca- 2 les, lox partidos politicos y otras in los siste nus de edueacién y las oportunidades cle didlogo y debate pablicos Juido el papel de tod tipo de enfoque también nos permite reconocer el papel de Jos valores sociales y de las costumbres vigentes, que pueden influir cen las libertades de que disfrutan los individuos y que tienen razones pata valorar. Las normas compartidas pueden influir en algunos as pectos sociales como la equidad de los sexos, los tipos de euidado de los hijos, el tamaio de la familia y las pautas de fecundidad, el trata miento del medio ambiente y muchas otras instituciones y resulta- dos, Los valores y las costumbres sociales vigentes también afectan a la presencia o a la ausencia de corrupcidn y al papel que desemperia Ja confianza en las relaciones econémicas, sociales 0 politicas. En el ejercicio de la libertad influyen los valores, pero en los valores influ yen, a su vez, los debates piblicos y las interrelaciones sociales, en los cuales influyen las libertades de paticipacién. Cada una de estas co nexiones merece un minucioso anslisis El hecho de que la libertad para realizar transacciones econémi- cas normalmente tienda a ser un gran motor de crecimiento econd- rico ha sido reconocido por muchos, aun cuando continite teniendo firmes detractores. Es importante no sélo reconocer el papel que de- sempefian los mercados, sino también apreciar la contsibucién de otras libertades econémicas, sociales y politicas a la mejora y el enri- quecimiento de la vida que consiguen llevar los individuos. Este as pecto tiene una clara relacién incluso con algunas cuestiones tan con: trovertidas como el amado problema demogeatico, La contribucién de la libertad a la moderacién de las tasas de fecundidad excesiva. mente altas es un tema sobre el que existen opiniones contrarias des- de hace mucho tiempo. Mientras que el gran racionalista francés del siglo xv Condorcet experaba que las tasas de fecundidad descen- diieran con «el progreso de la raz6n>, de tal forma que el aumento de la segutidad, de la educacién y de la libertad para tomar decisiones fundadas frenata el crecimiento de la poblaci6n, su contemporineo ‘Thomas Robert Malthus mantenia una postura totalmente contraria De hecho, Malthus sostena que «no hay razén alguna para suponer que nada, salvo la dificultad de satisfacer como es debido las necesi- dades vitales, vaya a llevar a este mayor ntimero de personas a no es- ( los medios de comunicacién), 26 tur dispuesto a casarse pronto ou impeditle eriae saludablemente familias lo mas yeandes posible», Mis adelante, en este estudio vere mos cuil ce estas dos postutas —que se basan, respectivamente, en la libertad razonada y en la compulsién econdmica— tenia raz6n (afirmaremos que la balanza de las prucbas se inclina, desde luego, ims del lado de Condorcet). Pero es mny importante reconocer que esta controversia no es mas que un ejemplo del debate existente des- de hace muchos siglos entre el enfoque del desarrollo que esti a favor de la libertad y el enfoque que esté en contra de ella. Ese debate sigue estando muy vivo en numerosas y diferentes versiones. INStITUCIONES ¥ LIBERTADES INSTRUMENTALES En los estudios empiricos siguientes, investigamos especialmente cin- co tipos distintos de libertad, vistos desde una perspectiva «instru- mental. Son 1) las libertades politicas, 2) los servicios econémizos, 3) las oportuniidades sociales, 4) las gerantias de transparencta y 5) la seguridad protectora. Cacia uno de estos tipos de derechos y oportu- nidades contribuye a mejorar la eapacidad general de una persona También pueden contribuir a complementarse mutuamente. La po- litica de los poderes publicos para fomentar las capacidades humanas y las libertades fundamentales en general puede actuar fomentando estas libertades instramentales distintas, pero interrelacionadas. En los siguientes capitulos analizamos cada uno de estos tipos de liber- tad —y las instituciones que entrafia— y sus interconexiones. Tam bign tendremos la oportunidad de investigar el respectivo papel que ddesempefian en el fomento de las libertades generales de los indivi- duos para llevar el ripo dle vida que tienen razones para valorar. En cesta concepeién del «desarrollo como libertad, las libertades instru menrales estan relacionadas entre si y con los fines de la mejora de la libertad del hombre en general, Aunque el anilisis del desarrollo debe ocuparse, por una parte, de los objetivos y las aspiraciones por las que estas libertades instru mentales son importantes, también debe prestar atencién a las re laciones empiricas que ligan estos distintos tipos de libertad, refor zando su importancia conjunta. De hecho, estas conexiones son a fundamentales pata comprender mejor el papel instrumental de La i bertad. Onis VACIONES FINALES Las libertades no sélo son el fin principal del desarrollo, sino que se encuentran, ademas, entre sus principales medios. Ademas de reco: nocer la importancia fundamental de la libertad en la realiza evaluaciones, también tenemos que comprender la notable relacién empitica que existe entre los diferentes tipos de libertades. Las li bertades politicas (en forma de libertad de expresi6n y elecciones li bres) contribuyen a fomentar la seguridad econémica. Las oportuni- dades sociales (en forma de servicios educativos y sanitarios)facilitan a participacién econémica. Los servicios econémicos (en forma de oportunidades para participar en el comercio y la produccién) pue- den contribuir a generar riqueza personal general, asi como recursos paiblicos para financiar servicios sociales, Los diferentes tipos de li- bertades pueden reforzarse mutuamente. Estas conexiones empiricas refuerzan las prioridades valorati vas, Basindonos en la distincién medieval entre «el paciente» y «el agente», esta interpretacién de la economia y del proceso de desa rrollo basada en la libertad es una teoria que se apoya en gran medi- da.en el concepto de agente, Con suficientes oportunidades sociales, los individuos pueden configurar en realidad su propio destino y ayudarse mutuamente. No tienen por qué concebirse como recepto: res pasivos de las prestaciones de ingeniosos programas de desarro- Ilo, Existen, de hecho, poderosas razones para reconocer el papel positivo que desempefa la agencia libre y viable, ¢ incluso la impa- ciencia constructiva CAPITULO 1 La perspectiva de la libertad No es raro que las parejas se planteen la posibilidad de ganar més, pero existe una conversacién sobre este tera que data del siglo vita. J.C. aproximadamente y que tiene especial interés, Tal como se ‘cuenta esa conversacién en el texto sinscrito Bribadaranyaka Upa- nishad, una mujer Hamada Maitreyee y su esposo, Yajnavalkya, pasan sin dilacién a discutir una cuestién mas importante que la de la for- ima de ser mas ricos y los medios para conseguitlo: ccudnto les ayu- daria la rigueza a conseguir lo que quieren?! Maitreyee se pregunta si podria lograr la inmortalidad si fuera suya «toda la tierra, lena de ti: queza». «No —responde Yajnavalkya—, tu vida sera como la de los ticos. Pero en modo alguno esperes conseguir la inmortalidad por medio de la riqueza» Maitreyee dice entonces: «Para qué me sirve tuna cosa con la que no voy a volverme inmortal?» La pregunta retGrica de Maitreyee se ha citado una y otra vez en 1a filosofia religiosa india para ilustrar tanto la naturaleza de las difi- cultades del hombre como las limitaciones del mundo material. So- ‘mos muy escépticos respecto al uso de Ja mundana frustracién de Maitreyee para suscitar cuestiones espirituales, pero hay otro aspec- to de esta conversacién que tiene un interés bastante inmediato para a economia y para la comprensi6n de la naturaleza del desarrollo, Se refiere a la relacién entre la renta y los logros, entre los bienes y las capacidades, entre nuestra riqueza econémica y nuestra capacidad para vivir como querriamos. Aunque existe una relacién entre la opulencia y los logros, ésta puede o no ser muy estrecha y puede muy bien depender extraordinariamente de otras circunstancias. La cues- tion no es la capacidad para vivir eternamente ala que se referia Mai treyee —bendita sea—, sino la capacidad para viv en realidad mu cho (sin morir en la flor de la vida) y para vivir bien mientras se esté 2 vivo (y no para vivir una vida de miseria y de privacién de libertad), ‘cosas i las que casi todos nosotros concederiamos mucho valor y de mos tener fervientemente. La difer ncia entre las dos perspec tivas (es decir, entre la concentracién de la a exclusivamente nc en la tiqueza econémica y Ia concentracién mas general en la vida ‘que podemos llevar) es una importante cuestién en la conceptualiza- ci6n del desarrollo, Como sefial6 Aristételes al comienzo de Erica ‘Nicémaco (que recuerda mucho a la conversacién que mantuvieron Maitreyee y Yajnavalkya a cinco mil kilémetros de distancia), «la ti- queza no ¢s, desde luego, el bien que buscamos, pues no es mis que ‘un instrumento para conseguir algtin otro fin»? ‘Si tenemos razones para queret mas riqueza, hemos de pregun tamos: gcuiiles son esas tazones, cémo actiian, de qué dependen y qué cosas podemos «hacer» con més riqueza? En realidad, general- mente tenemos excelentes razones pata querer poseet més renta o mas riqueza, y no es porque la renta y la riqueza scan deseables en si ‘mismas, sino porque, por norma, son admirables medios de uso ge neral para tener més libertad con la que poder llevar el tipo de vida que tenemos razones para valorar. La utilidad de la riqueza reside en las cosas que nos petmite ha cer, es decir, en las libertades fundamentales que nos ayuda a conse: uit. Pero esta relacién no es ni exclusiva (ya que existen otros fac= totes, ademas de la riqueza, que influyen de forma significativa en ‘nuestra vida) ni uniforme (ya que la influencia de la riqueza en nucs- tra vida varia con otras influencias). Tan importante es reconocer el papel fundamental que desempefia la tiqueza en la determinacién de las condiciones de vida y de la calidad de vida como comprender el céracter limitado y eventual de esta relacién. Una concepci6n satis- factoria del desarrollo debe ir mucho més alla de la acumulacién de riqueza y del crecimiento del producto nacional bruto y de otras va- riables relacionadas con la renta, Sin olvidar la importancia del cve- cimiento econémico, debemos it mucho mas alla, Es necesario examinar e investigar los fines y los medios del de- sarrollo para comprender mejor el proceso de desarrollo; sencilla- ‘mente, no es suficiente fijarse como objetivo basico la maximizacién de la renta o de la riqueza, que, como sefalé Aristételes, «no es mis que un instrumento para conseguir otro fin. Pot esa misma razén, 30 ‘no €s sensato concebir ef crecimiento econémico como un fin en sf ‘mismo. El desarrollo tiene que ocuparse mas de mejorar la vida que Hevamos y las libertades de que disfrutamos. La expansién de las li- bertades que tenemos razones para valorar no sélo enriquece nues- ta vida y lalibera de restricciones, sino que también nos permite ser personas sociales més plenas, que ejercen su propia voluntad e inte- ‘actian con —e influyen en— el mundo en el que viven. En el capt- tulo 3 proponemos y analizamos mas este enfoque general y lo eva- luamos en comparacién con otros enfoques que reclaman nuestra atencién.” ‘Tiros DE PRIVACION DE LIBERTAD En todo el mundo hay muchas personas que sufren muchos tipos de privacin de libertad. En algunas regiones continia habiendo ham- brunas que niegan a millones de personas la libertad basica de so- brevivir. Incluso en los paises que ya no son devastaclos esporicica- mente por hambrunas, la desnutricién puede afectar a un gran nniimero de vulnerables seres humanos. Ademés, un elevado niimero de personas apenas tiene acceso a la asistencia sanitaria, a un sistema de saneamiento 0 a agua limpia y se pasa la vida luchando contra la innecesaria morbilidad, sucumbiendo a menudo a una muerte pre- ‘matura, En los paises més ricos, hay con demasiada frecuencia per- sonas profundamente desfavorecidas, que carecen de la oportunidad basica de recibir asistencia sanitaria 0 una educacién funcional o de conseguir un empleo remunerado o seguridad econémica y social. Incluso dentro de los paises muy ricos, a veces la longevidad de al- unos grandes grupos no es mayor que la de muchas economias més pobres del llamado Tercer Mundo. Ademés, la desigualdad entre las mujeres y los hombres aflige a millones de mujeres —y a veces ter- mina de manera prematura con su vida— y limita gravernente de di: ferentes formas las libertades fundamentales de que disfrutan. Pasando a otros tipos de privacién de libertad, en algunos patses hay un gran ndmero de personas a las que sc les niegan por sistema la libertad politica y los derechos humanos bisicos. A veces se dice que la denegacién de estos derechos ayuda a estimular el crecimien- 31 to econémico y es «buena» para acelerar el desarrollo econémico. ‘Algunos ban abogado incluso por un endurecimiento de los sistemas politicos —con la denegacién de derechos humanos y politicos basi- cos— porque ello tiene supuestamente la ventaja de fomentar el desarrollo econémico. Esta tesis (llamada frecuentemente «la tesis de Lee», atribuida de alguna forma a Lee Kuan Yew, antiguo primer iministro de Singapur) a veces se respalda con datos empiricos bas- tante rudimentarios. En realidad, algunas comparaciones internacio- nales mas generales no han confirmado esta tesis, y apenas existen pruebas de que una politica autoritaria contribuya en realidad al cre- cimiento econémico. De hecho, la evidencia empirica parece indicar claramente que el crecimiento econémico se favorece mas con un cli- ma econémico més positive que con un sistema politico mas duro. Esta cuestién se éxaminard en el capitulo 6. El desarrollo econémico tiene, ademés, otras dimensiones, in cluida la seguridad econdmiea. Muchas veces la inseguridad econé ‘mica puede estar relacionada con la falta de libertades y derechos de- mocriticos, De hecho, Ia existencia de democracia y de derechos politicos puede contribuir incluso a prevenit las hambrunas y otros desastres econémicos. Los gobemantes autoritarios, a los que raras ‘veces los afectan las hambrunas (u otras calamidades econémicas de «se tipo), tienden a carecer de los incentivos necesarios para tomar a ticmpo medidas preventivas. Los gobiernos democriticos, por el contratio, han de ganar las elecciones y hacer frente a las eriticas de la opinién publica, y tienen poderosos incentivos para tomar medi- das que impidan las hambrunas y oteas catastrofes de ese tipo. No es sorprendente que en la historia del mundo nunca haya habido ham- brunas en las democracias, ya sean econémicamente ricas (como las, de la Europa occidental o la Norteamérica contemporaneas) o relati- ‘vamente pobres (como las de la India tras la independencia, Botswa: 1a o Zimbabwe). Por norma, ha habido hambrunas en los tertitorios coloniales regidos por gobemantes de otros lugares (como en la In- dia briténica o en la Irlanda administrada por los distantes gober- nantes britinicos), en los estados en los que slo existe un partido (como en Ucrania durante la década de 1930, en China durante el periodo 1958-1961 o en Camboys durante los aiios setenta) o en las dictaduras militares (como en Etiopia, Somalia o algunos de los pat 32 ses del Sahel recientemente). De hecho, en el momento de entrar en maquina este libro, los dos paises que parecen encabezar la «liga del hambre» en el mundo son Gorea del Norte y Sudiin, destacados jemplos ambos de regimenes dictatoriales. Aunque la prevencién de las hambrunas ilustra con suma claridad y contundencia las ven- tajas de los incentivos, las ventajas del pluralismo democratico tie- nen, en realidad, un alcance mucho mayor. Pero —lo que es més fundamental—Ia libertad politica y as li bertades civiles son importantes directamente por si mismas y no tie- zen que justificarse indirectamente por su influencia en la economia. Incluso cuando las personas que carecen de libertades politicas 0 de derechos humanos no gozan de suficiente seguridad econémica (y da la casualidad de que disfrutan de unas citcunstancias econémicas fa vorables), se ven privadas de importantes libertades para vivir y se les niega Ia oportunidad de participar en decisiones cruciales sobre asuntos ptiblicos. Estas privaciones restringen la vida social y poli cay deben considerarse represivas, aun cuando no causen otras allic- ciones (como desasttes econémicos). Dado que las libertades politi- as y civiles son elementos constitutivos de la libertad del hombre, su denegacién es una desventaja en si misma, Cuando se examina el pa ppel que desempefian los derechos humanos en el desarrollo, hay que prestar atenci6n a la importancia constitutiva, asi como a la impor- tancia instrumental, de los derechos humanos y de las libertades po- liticas. Estas cuestiones se examinan en el capitulo 6. PROCESS ¥ OPORTUNIDADES El analisis anterior deberia haber dejado claro que la concepcién de Ja libertad que adoptamos aqui entrafia tanto los procesos que hacen posible la libertad de accién y de decisién como las oportunidades reales que tienen los individuos, dadas sus circunstancias personales yy sociales, La falta de libertad puede deberse a procesos inadecuados (como la violacién de los derechos de voto o de otros derechos poli- ticos o humanos) o a las insuficientes oportunidades que tienen al- ‘gunas personas para conseguir lo que minimamente les gustaria con- seguir (incluida la falta de oportunidades tan elementales como la 33 capacidad para escapar de una muerte prematura, de la morbilidad evitable o de la inanicién involuntaria) La distincién entre el aspecto de los procesos y el aspecto de las oportunidades de la libertad entrafia un considerable contraste, Pue- de hacerse en diferentes planos, Ya hemos analizado en otra parte los respectivos papeles y requisitos del aspecto de los procesos y el as pecto de las oportunidades de la libertad (asi como las conexiones| rmutuas entre ellos)” Aunque ésta no sea la ocasin de entrat en las ccomplejas sutiles cuestiones relacionadas con esta distincién, es muy importante concebir la libertad de una manera suficientemente am. plia, Es preciso no limitarse a analizar sélo los procedimientos ade cuiados (como hacen a veces los llamados libertarios, sin preocuparse en absoluto de si algunas personas desfavorecidas son privadas o no sistemiticamente de importantes oportunidades) o las oportunidades, adecuadas (como hacen a veces los partidarios de un enfoque basado cn las consecuencias, sin preocupase por la naturaleza de los proce- 08 que generat las oportunidades ola libertad de eleceién que tienen los individuos). Tanto los procesos como las oportunidades tienen importancia por detecho propio, y cada uno de los aspectos esta rela- cionado con la concepcién del desarrollo como libertad. Los 0s PAPELES DELA LIBERTAD En el andlisis del desarrollo presentado en este libto, las libertades de Jos individuos constituyen la piedra angular. Porlo tanto, prestamos especial atencin ala expansi6n de las «capacidades» de las personas para llevar el tipo de vida que valoran y que tienen razones para va- Jorar. Estas capacidades pueden aumentarse por medio de medidas piiblicas, pero, por otra parte, el uso eficaz de las capacidades de participacién de los individuos puede influir en el rumbo de estas medidas. La relacién bilateral es fundamental para cl anilisis que presentamos aqui. Existen dos razones distintas por las que tiene una importancia fundamental la libertad individuel en el concepto de desarrollo, rela- cionadas, respectivamente, con la evaluaciém y con la eficacia.’ En primer lugar, en el enfoque normativo que adoptamos aqui, conside- o ramos que las libertades inglividuales fundamentales son esenciales. El éxito de una sociedad ha de evaluarse, desde este punto de vista, principalmente en funcin de las libertades fundamentales de que disfrutan sus miembros. Esta postura se diferencia del énfasis en la informacién de los enfoques normativos més tradicionales, que cen- tran la atencién en otras variables, como la utilidad, los procedi- mientos para alcanzar la libertad o la renta real ‘Tener mis libertad para hacer las cosas que tenemos razones para valorar, 1) es importante por derecho propio para la libertad to- tal de la persona y 2) es importante para aumentar las oportunida- des della persona para obtener resultados valiosos.* Ambas cosas son importantes para evaluar la libertad de los miembros de la sociedad y, por lo tanto, fundamentales para evaluar el desarrollo de la socie- dad. Las razones para adoptar este enfoque normativo (y, en parti- cular, para ver la justicia desde el punto de vista de ls libertades in- dividuales y de las variables sociales correlacionadas con ella) se examinan més extensamente en el capitulo 3, La segunda razén para considerar tan esenciales las libertades fundlamentales se halla en que la libertad no solo es la base de la eva- luaciGn del éxito y del fracaso sino también un importante determi- nante de la iniciativa individual y de la eficacia social. El aumento de la libertad mejora la capacidad de los individuos para ayudarse a si rismos, as{ como para influir en el mundo, y estos temas son funda- mentales para el proceso de desarrollo, La cuestién que nos interesa aqui esta relacionada con lo que podriamos llamar (a riesgo de sim- plificar excesivamente) el «aspecto de agencia» del individuo. EL uso del término «agencia» exige algunas aclaraciones. La ex- presiGn «agente» a veces se emplea en la literatura sobre economéa y sobre la teoria de los juegos para referisse a una persona que acti en representacin de alguna otra (dirigida quizé por un «principal») y cuyos logros deben evaluarse a la luz de los objetivos de alguna otra (cl principal). Aqui no utilizamos el término «agente» en este senti- do, sino en el mas antiguo —y «elevado»— de la persona que actiia y provoca cambios y cuyos logros pueden juzgarse en funcién de sus propios valores y objetivos, independientemente de que los evalue ‘mos o no también en funcidn de algunos criterios externos. Este es tudio se refiere especialmente al papel de agencia del individuo co como miembro del ptiblico y como participante en actividades eco- némicas, sociales y politicas (que van desde participar en el mercado hasta intervenir directa 0 indirectamente en actividades individuales ‘© conjuntas en el terreno politico y de otros tipos) Esto guarda relacién con un gran némero de cuestiones relacio- nadas con a poltica social y econémica, que van desde cuestiones estratégicas como la tentacién general de los dirigentes de seleccio- nar petfectamente a los destinatarios de las ayudas (con el fin de con- seguir un «reparto ideal» entre una poblacin supuestamente inerte) hasta temas fundamentales como los intentos de disociar la gestién de los gobiernos del proceso de escrutinio y rechazo democréticos (y lejercicio participativo de los derechos politicos y humanos) ‘SISTEMAS DE EVALUACIGN: RENTAS Y CAPACIDADES Desde el punto de vista de la evaluaci6n, of enfoque aqui utilizado centra la atencién en una informacion que lo diferencia de la ética préctica més tradicional y del andisis de la politica econémica, como la concentracién «econémica» de la atencién en la primacia de la ren ‘ay la riqueza (y no en las caracteristicas de la vida humana y de las i- beitades fundamentales), el énfasis «utilitarista» en la satsfacci¢n ‘mental (y no en el descontento.creativo y la insatisfaccién construct va), la preocupacién «libertaria» por los procedimentos para alcanzar la libertad (despreocupsindose deliberadamente de las consecucncias que se derivan de esos procedimientos), etc. En el capitulo 3 exami nnamos los argumentos generales para adoptar una informacion tinta, que centra la atencidn en las libertades fundamentales que los individuos tienen razones para disfrutar. Eso no quiere decir que la privacién de capacidades individuales no guatde una estrecha relacién con la falta de renta, relacién que es de doble sentido: 1) una renta baja puede ser una importante causa del analfabetismo y de la falta de salud, asi como del hambre y la des- nutticién, y 2), a la inversa, una mejora de la educacién y de la salud contribuye a ganar una renta més alta. Estas conexiones tienen que comprenderse perfectamente. Pero también hay otros factores que influyen en las capacidades baisicas y en las libertades efectivas de 36 que disfrutan los individuos, y existen buenas razones para estudiar Ja naturaleza y el aleance de estas interconexiones, De hecho, es pre- cisamente porque la falta de renta y la falta de capacidades suelen guardar considerables relaciones por lo que es importante que no nos dejemos fascinar ni pensemos que prestando atencién a la pri mera obtendremos automiticamente suficiente informacién sobre la segunda. Las conexiones no son tan estrechas y las desviaciones sue: Jen ser mucho mas importantes desde el punto de vista de la politica econdmica y social que la eoncurrencia limitada de las dos series de variables. Sien lugar de centrar la atenci6n sélo en la pobreza de ren- tala centramos en la idea mas global de la carencia de capacidades, podemos comprender mejor la pobreza de las vidas humana las li- bertades a partir de una base de informacién diferente (que implica un tipo de estadisticas que la perspectiva dela renta tiende a dejar de lado como punto de referencia para analizat la politica econ6mica y social). El papel de la renta y dela riqueza —por importante que éste sea, junto con otras influencias— tiene que integrarse en un anilisis mas amplio y completo del éxito y de las privaciones. Powaeza ¥ DESIGUALDAD Las implicaciones de esta base de informacién para el andlisis de la pobreza y de la desigualdad se examinan en el capitulo 4. Existen buenas razones para concebir la pobreza como la privacién de capa- cidades basicas y no s6lo como una renta baja. La privacién de ca- pacidades elementales puede traducirse en una mortalidad prema- tura, un grado significative de desnutricién (especialmente en el caso de los nifios), una persistente morbilidad, un elevado nivel de analfabetismo y otros fracasos. Por ejemplo, el terrible fendmeno de las «mujeres desaparecidas» (que se debe a las tasas de mortalidad excepcionalmente mis altas de las mujeres de determinadas edades en algunas sociedades, en especial en el sur y oeste de Asia, el norte de Africa y China) ha de analizarse con informacion demogrifica, médica y social y no con informacién sobre el bajo nivel de renta, que a veces nos dice bastante poco sobre el fenémeno de la desi gualdad entre los sexos.* 0 El cambio de perspectiva es importante porque nos da una vi sién diferente —y mis relevante— de la pobreza no s6lo de los pal: ses en vias de desarrollo sino también de las sociedades mis opulen- tas. La presencia de un enorme paro en Europa (entre el 10 y el 12% en muchos de los principales paises europeos) entrafia privaciones ‘que no se reflejan perfectamente en las estadisticas sobre la distribu: cin de la renta. Estas privaciones suclen minusvalorarse alegando que el sistema europeo de seguridad social (incluido el seguto de de- sempleo) tiende a compensar Ia pérdida de renta de los parados, Pero el paro no es sélo una falta de renta que puede compensarse con transferencias del Estado (con un elevado coste fiscal que puede ser en sf mismo una gravisima carga); también puede tener trascen- dentales y negativas consecuencias para la libertad individual, la ini ciativa y las cuaificaciones. Entre sus miktples efectos, el paro con- tribuye a la «exclusion social» de algunos grupos y provoca la pérdida de independencia, de confianza en uno mismo y de salud mental yfisica. De hecho, es dificil no tener la sensacién de que exis- te una manifiesta incongruencia en los intentos actuales de Europa de crear un elima social de més «autonomia» individual sin concebir medidas adecuadas para reducir el enorme ¢ intolerable nivel de paro que hace que esa autonomia resulte extraordinariamente dificil RENTA Y MORTALIDAD Incluso en lo que se refiere ala relacidn entre la mortalidad y la ren- ta (cuestién en la que Maitreyee era bastante ambiciosa), es notable que el grado de privacién que padecen algunos grupos en los paises muy ricos sea comparable al que padecen en el llamado Tercer Mun- do. Por ejemplo, en Estados Unidos, los afroamericanos, como gru- po, no tienen mas probabilidades —de hecho, tienen menos— de llegar a una edad avanzada que las personas nacidas en las econo- mias inmensamente mas pobres de China o del estado indio de Ke- rala (o de Sti Lanka, Jamaica o Costa Rica),” Esta diferencia se muestra en los grificos 1.1 y 1.2. Aunque la renta per cfipita de los afroamericanos que viven en Estados Unidos sea considerablemente inferior a la de la poblacién blanca, los afroame- 38 Guanco 1.1, Diferencias entre las tasas de supervivencia de los hombres por regiones fos i a 2° : Bos 8 et, w, ‘inn boo | (ass + Chine 3 2 + Kew ‘a 6. 6s te err Ee es) enter Estados Unidos, 1991-1995: U.S. Department of Health and Human Services, Health United States 1995, National Cees for Health Statistics, Hyattsville, Md, 1996 Kerala, 1991: Government of India, Sample Reglitaton Systm: Fertility and Mortality Indictors 1991, Ofice ofthe Registrar General, Nueva Delhi, 1991; China, 1992: Orga niacin Mundial de la Salud, World Hoult Statistics Annual 1994, Organizacion Mun: dal de la Salad, Ginebra, 1994 ricanos son mucho més ricos desde el punto de vista de la renta que los habitantes de China o de Kerala (incluso después de rener en cuenta las diferencias de coste de vida). En este contexto, es espe- cialmente interesante comparar las probabilidades de sobrevivir de los afroamericanos con las de los habitantes de China o de Kerala. Los afroamericanos tienden a encontrarse en una situacién mejor en lo que se refiere a la supervivencia en los grupos de edad bajos (so- bre todo desde el punto de vista de la mortalidad infantil) que los chinos 0 los indios, pero el panorama cambia con los afios. 39 GArico 1.2. Diferencias entre las tasas de superoiveneia de las mujeres por regiones ea et 8 Superévencia de las mujeres (poreentale) o 5 45 2 3 45 68 65 75 (aos) Fuente: Estados Unidos, 1991-1993. U.S, Department of Health and Human Services, Health United States 1795, National Center for Health Stasis, Hyatsile, Mel, 1996, Kerala, 1991: Government of India, Sample Reisrtion System Fertility and Mortality Indizators 991, Ofice of the Registrar General, Nueva Delhi, 1991; China, 1992: Orga nizacién Mundial de la Salud, World Heal Stnstcs Annual 1994, Organizacion Mun dial de a Salud, Ginebra, 1994, De hecho, resulta que en China y en Kerala los hombres viven claramente mas que los afroamericanos en el sentido de que sobrevi- ven hasta edades més avanzadas, Incluso las mujeres afroamericanas acaban teniendo una pauta de supervivencia en las edades més altas similar a Ja de los chinos mucho mas pobres y unas tasas dle supervi- vencia claramente infetiores a las de los indios, atin mas pobres, de Kerala. Por lo tanto, no se trata solo de que los americanos negros sufren una privacién relativa desde el punto de vista de la renta per ccpita frente a los americanos blancos, sino de que, ademés, sufren 40 as privaciones en términos absolutos que los indios de baja renta de Kerala (tanto mujeres como hombres) y los chinos (en el caso de los hombres) en lo que se refiere a vivir hasta edades avanzadas. Entre Jos factores causales que influyen en estos contrastes (es decir, entre los niveles de vida valorados en funcién de la renta per capita y los niveles de vida valorados en funcién de la capacidad para sobrevivir hasta edades avanzadas) se encuentran las instituciones sociales las, relaciones en el seno de la comunidad, como la cobertura médica, la sanidad publica, la educacién escolar, el orden piiblico, el grado de violencia, ete." ‘También merece la pena sefialar que dentro del grupo de los afroa- mericanos que viven en Estados Unidos existe una gran diversidad. De hecho, si observamos la poblacién masculina negra de algunas ciudades de Estados Unidos (como Nueva York, San Francisco, San Luis o Washington, D.C.), veremos que es superada en lo que a su- pervivencia se refiere por la de China o Kerala a edades mucho més tempranas." ‘También es superada por la poblacién de muchos otros pafses del ‘Tercer Mundo; por ejemplo, en Bangla Desh los hombres tienen mas probabilidades de vivir mas de cuarenta afios que los afro- americanos del distrito de Harlem situado en la préspera ciudad de Nueva York.” Y todo esto a pesar de que los afroamericanos que vi- vven en Estados Unidos son mucho més ticos que las personas de los srupos del Tercer Mundo con las que estamos comparindolos. Lise Tan, CAPACIDAD ¥ CALIDAD DE VIDA En el anilisis anterior, hemos centrado la atencién en una libertad muy elemental: la capacidad para sobrevivir y no sucumbir a una muerte prematura. Se trata, evidentemente, de una importante liber- tad, pero hay otras muchas que también lo son. De hecho, la gama de libertades importantes puede ser muy amplia. A veces se considera que la cobertura exhaustiva de las libertades es un problema para conseguir un enfoque «operative» del desarrollo que gire en torno a la libertad. Creemos que este pesimismo es infundado, pero pospo: nemos el andlisis de esta cuestion hasta el capitulo 3, en el que exa minaremos los métodos fundamentales de valoracién. a No obstante, debemos sefialar aqui que la perspectiva bavida en la libertad guarda una similitud genérica con la preocupacién habitual por la «calidad de vida», que también centra la atencién en la forma en que transcurre la vida humana (quizé incluso en las opciones que tenemos) y no s6lo en los recursos o en la renta que posee tuna persona." Tal vez parezca que centrar la atencién en la calidad de vida y en las libertades fundamentales y no sélo en la renta o en la riqueza es alejase algo de las tradiciones arraigadas en ‘economia, y en cierto sentido lo es (sobre todo si se hacen compa- raciones con algunos de los anilisis mis austeros que pueden en- contrarse en la economia moderna y que se basan en la renta). Pero en realidad estos enfoques mas amplios estén en sintonia con algu- 10s tipos de andlisis que han formado parte de la economia profe- sional desde el principio. Las conexiones atistotélicas son suficien- temente obyias (como ha seBalado Martha Nussbaum, la insistencia de Aristételes en la «prosperidad» y en la «capacidad» esté relacionada claramente con la calidad de vida y con las liberta- des fundamentales)." Existen estrechas relaciones también con el anilisis de Adam Smith de Ins «necesidades» y de las condiciones de vida.” De hecho, el origen de la economia se encuentra en gran medi- da en la necesidad de estudiar la valoracién de las oportunidades ue tienen los individuos para vivir bien y de los factores causales que influyen en ellas, Aparte del uso clasico que hizo Aristételes de «sta idea, también se emplearon frecuentemente conceptos pareci- dos en los primeros escritos sobre la contabilidad nacional y la pros- peridad econémica, primero de William Petty en el siglo xvu y, mis tarde, de Gregory King, Francois Quesnay, Antoine-Laurent Lavoi sier, Joseph-Louis Lagrange y otros, Aunque estos pioneros del an- lisis econémico sentaron las bases del concepto modemo de renta con estas nociones de contabilidad nacional, jams se limitaron a prestar atencisn sélo a este concepto, También comprendieron que Ja importancia de la tenta era instrumental y dependia de las cir- cunstancias.'° Por ejemplo, aunque William Perty fue el primero que utili tanto «el método de la renta» como «el método del gasto» para est ‘mar la renta nacional (los métodos mode:nos de estimacion se deri 2 van directamente de estos primeros intentos), se interes6 de mane: explicita por «la seguridad comiin» y por la «felicidad particular de cada hombre». El objetivo declarado de Petty para realizar su estu- dio estaba rclacionado directamente con la evaluacién de las condi- ciones de vida de los individuos. Consiguié conjugarla investigacion cientifica con una significativa dosis de politica del siglo xvn («de- mostrar» que «los stibditos del rey no se encuentran en tan mala si- tuacién como querrian hacernos creer los descontentos»). La i fluencia del consumo de bienes en las diversas funciones vitales también fue objeto de la atencién de otros autores. Por ejemplo, Jo- seph-Louis Lagrange, el gran matemético, fue especialmente innova- dor al convertir los bienes en sus caracterfsticas relacionadas con sus funciones: las cantidades de trigo y de otros cereales en su equiva- lente nutritivo, las cantidades de carne en su conjunto en unidades cequivalentes de came de vacuno (en funcién de sus cualidades nutti- tivas) y las cantidades de bebidas en su conjunto en unidades de vino (recuérdese que Lagrange era francés).”’ Al centrar la atencién en las funciones resultantes y no sélo en los bienes, reclamamos parte de la vieja herencia de la economia profesional MERCADOs ¥ LIBERTADES El papel del mecanismo del mercado ¢s otro tema en el que reclama: ‘mos parte de la vieja herencia. La relacién del mecanismo del merca: do con la libertad y, por lo tanto, con el desarrollo econémico plan- tea, al menos, cuestiones de dos tipos muy distintos, que es necesario distinguir claramente. En primer lugar, la denegacién de la oportu- nnidad de realizar transacciones, por medio de controles arbitratios, puede ser en simisma una fuente de falta de libertad. En ese caso, se priva a los individuos de hacer algo que puede considerarse que —en ausencia de razones de peso en contra— tienen derecho a hacer. Esta cuesti6n no depende de la eficiencia del mecanismo del merca- do ni de un andlisis general de las consecuencias de tener 0 no un sis- tema de mercado; depende simplemente de la importancia de la Ii: bertad para realizar intercambios y transacciones sin impedimentos ni obstaculos. 4B Este argumento a favor del mercado ba de distinguirse de otro, «jue se utiliza muy a menudo en la actual: gus le mereados noe, malmente contribuyen a aumentar la renta y la riqueza y las oportu- nidades econémicas que tienen los individuos. Las testricciones arbitrarias del mecanismo del mercado pueden provocar una redue- cién de las libertades debido a las consecuencias de la ausencia de mercados. Puede haber privaciones cuando se niega alos individuos Jas oportunidades econdimicas las consecuencias favorables que los mereados ofrecen y fomentan Estos dos argumentos a favor del mecanismo del mercado, im- Portantes ambos desde la perspectiva de las libertades fundamenta- les, deben distinguirse. En la literarura econémica moderna, es el segundo argumento —basado en el funcionamiento eficaz del mecanismo del mezcado y en sus favorables resultados— el que es objeto casi exclusive de atencidn."* Se trata, desde luego, de un ar gumento de peso, en general, y existen abundantes pruebas empiri cas de que el sistema de mercado puede ser un motot de répido cre cimiento econémico y de mejora del nivel de vida. Las medidas que restringen las oportunidades de mercado pueden limitar la expan- sin de las libertades fundamentales que se conseguirfan por medio del sistema de mercado, principalmente pot medio dela prosperidad econémica general. Eso no quiere decir que los mercados no sean a veces contraproducentes (como sefialé el propio Adam Smith al de- fender, en particular, la necesidad de controlar el mercado financie- ro).!” Existen serios argumentos a favor de la regulacidn en algunos casos. Pero en la actualidad se reconocen, en general, los efectos po- sitivos del sistema de mercado mucho mas que hace unas cuantas dé cadas Sin embargo, este argumento a favor de la utilizacién de los mer- cados es muy distinto del argumento de que los indivicluos tienen de- recho a realizar transacciones e intercambios. Incluso aunque no se aicepte que esos detechos son inviolables —e independientes de sus consecuencias—, se puede sostener que la negativa a conceder a los individuos el derecho a realizar transacciones econémicas entrafia al ssuna pérdida socal Si resulta que los efectos de esas transacciones son tan negativos para ottos que puede restringitse razonablemente ‘esta presuposicién prima facie en favor de que los individuos puedan 4 realizar las transacciones que quieran, aun asf se pierde algo directa- ‘mente imponiendo esta restriccién (aun cuando sea compensada por Ja pérdida alternativa de los efectos que producen de forma indirec- ta estas transacciones en otros). La disciplina de la economia ha tendido a dejar de centrar la atencién en el valor de las ibertades y a fijarse en el de las utlidades, Ja renta y la riqueza. Esta limitacion del objeto de atencidn impide apreciar lo suficiente todo el papel del mecanismo del mercado, aun cuando la economia como profesién dificilmente pueda ser acusada de no alabar lo suficiente los mercados. Sin embargo, la cuestién no es la cantidad de alabanzas sino las razones para hacerlas. “Tomemos como ejemplo el conocido argumento en economia de {que un mecanismo de mercado competitivo puede conseguir un tipo de eficiencia que probablemente un sistema centralizado no pueda lograr gracias tanto al ahorro de informacién (cada una de las perso- nas que actdan en el mercado no tiene que saber mucho) como a la compatibilidad de los incentivos (los astutos actos de cada persona encajan a la perfeccién con los de las demés). Consideremos ahora, cen contra de lo que se supone generalmente, un caso en el que se consigue el mismo resultado econémico con un sistema centralizado en el que las decisiones de todo el mundo relacionadas con la pro- duccién y con la asignacién son tomadas por un dictador, ¢Seria ese resultado tan bueno como el otro? No es dificil argumentar que faltaria algo en ese escenario; a sa- ber, la libertad de los individuos para actuar a su gusto a la hora de decidir dénde trabajar, qué producir, qué consumir, ete. Aun cuan- do,en ambos escenarios (que implican, respectivamente, la libre eleccién y la obediencia al orden dictatorial) una persona produjera Jos mismos bienes de la misma forma y acabara teniendo la misma renta y comprando los mismos bienes, atin podria tener buenas ra- zones pata preferir el escenario de la libre eleccién al de la sumisin ‘al orden, Existe una distincién entre los «resultados finales» (es de cir, sin tener en cuenta el proceso por el que se consiguen, incluido el ejercicio de la libertad) y los «resultados globales» (teniendo en ‘cuenta los procesos a través de los cuales se han conseguido los re- sultados finales) distincién cuya importancia hemos tratado de ana- lizar mas extensamente en otra parte." La virtud del sistema de mer- 45

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