ANHELO
H, Ja ehidad inmensa eon sus altas agujea
ue tos hile solates'patecen ‘entebsats
‘He eludad monstrtasa con sus Paredes grises,
ob, Ia negra cludad. 2 ice
JQuicn me diera sels ineses de vida en Yokohama,
faydad, en Tokio, donde las gentes son
uo de torracota y viven en pequefias
easilas de juguete que dejan Yer el sol!
Fiedud de mi, que vivo sepulto eomo un triste
‘mufieco entre’ lag sombras espesas de un ea{on,
UNA SIRVIENTA
iene 1s 108 elaros y ol alma ensombreclda,
Say" viene’ por ia cana sin saber Sere
Inia no We lus conas, In Segatam ya
ie Tevllgga en St gento'mge Ressen: Sqflt
Hi hs ets Sodan,
eg6 ha poco de Hepat, vino en viafe de bodas,
¥ el war le dio el arrullo de la marcha nupeial;
ino cou et esposo por ef oro aerate?
iy dau eneontro una escoba'y un tetas fe fregar,
(De Un poeta en ta cludad)
ALVARO YUNQUE
COPLAS A LA POESIA DE LA CALLE
Poesia de la calle,
cosa de todos, sin’ duefio;
yo te aprisiono un segundo,
‘S6lo un segundo en mi verso.
Poesia de la calle,
torna a la calle dé nuevo;
de todos sé y de ninguna,
‘como una Tamera, verso!
CONVENTILLO
Costra en los muros y opacos los vidrlos:
faz de leproso es su Inchada,
‘Tuberculosos, deformes y anémicos
‘su puerta, boca inmunda, izaga,
Oh, Jo que hacer no pudiera un milagro
Jo hizo la avaricia humana:
T¥a eonsiguié que no fuesen de todos
ni el aire ni Ja luz ni el agual
DESALOJO
En la puerta del Inmundo conventillo '
se amontonan los curlasos ‘Inquilinos,
En vapors, entre dos buon echo, banoos yuna
mesa;
Ja expulsada Hora, y loran sus tres nifios hare:
Iplentos,
‘Trajinantes, muévense dos policias,
el patrén del conventillo y el Agente de Justicia,
‘Yo, caué hago de est® odio que estrangilame, qué
thago
de este odio que es amor; pero indignado?
eLo echaré sobre vosotros, policfas: hombres sables,
‘utenstlios de la ley, dientes sociales?
aT2Sobre ti, patrono esclavo, tan esclavo de tu oro
Gue no deja que en ti vivan sentimientos?.... No,
Tho os odio!
IY mi odio eché al tumulto de transetintes
que pasaba inditerents
LA REVELACION
Veinte afios hacia que Segundo Fernéndez
por la acera de siempre y a tal hora, lo mismo
que si fuese un automata, caminaba ‘al empleo,
Tesignado a su vida siempre igual de utensillo
..Caminaba esa tarde cuando oyd que a st paso
luna vor femenina le gritaba a unos nifios:
=IChicos, pronto al colegio, va es la hora que pasa
€l viejito'de Iuto, pronto, aptirense, chicos!
Y¥ esa tarde —jesa tardel— comprendié ta tristeza
de su vide monétona; se sintié cual vacio;
trabaj6 desganado; ro comi6, pesaraso.
F¥ esa noche en la’ almohada sollozé como’ un nifio!
BOXEO
Alrededor Ia bestia muchedumbre;
y se miteve esa boa sin cabeza,
Se agita el _monstruo:
Diez mil garras se crispan frenéticas,
jez mil ojos que brillan terribles,
diez mil ples que patean,
HL odio vibra en el reptil acéfalo
como si fuese tina corrient eléctrica.
El ambiente se mancha de gritos:
iRuge la bestia!
Excllados los nervios
¥ de rojo, ebria,
insensible, feroz, primttiva;
€l ambiente de ‘insultos incendie...
En el centro hay, lanzando
cuatro mazas sangrientas,
a8
dos payasos vestides de misculos
que se golpean,
i¥ hace ya mitchos siglos,
‘muchos sigios que hay arte y hay cieneia!)
PASA UNA OBRERA
Pasa una obrera... ‘lene andar meeénina
de bestia de labor su informe cuerpo:
leva en las manos un gran bullo, mire
gon febril Tama sus ojazos negros
dos diamantes tiados en Ia’ piedra
gris de su rostro feo,
Pasa una obrera... “La costurerita”,
cual te amé aquel tirieo hohemio
‘@ quien tanto quisimos, aquel loco
que te cant6, costurerila, ¥, bueno,
te vio sentimental, bella, rotndntica.
HLoco hermano Carriego!
Pasa una obrera,.. Ab, realidad que me hoes
saber que es vulgar, sucia, torpe.... Yeo
Ja fealdad de su grissceo rostro
¥ lo deforme de sus burdos miembros,
IAh, no es amor To que buscar pudiese
tan'mfsero deseoho!
Pasa una obrera... (‘Tu “costurerita
sentimental, roméntica Carrieso)
Pobre muchacha a qulen la anemia chupa
¥ a quien la tisis yn Te huude el pecho
¥ no es tras del amor que ella eamina
Sino tras del puchero!
Pasa una obrera... El engorvado lomo
¥ el derruido andar y el sucio enferma
Ge su earne, denuncian quince horas
de Ia maquina al ronca trauueteo
1@ué ha de sofiar con el amor la corn=
de este animal hambriento!
(De Versos de ta vate)