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JUTTA BURGGRAF TEOLOGIA FUNDAMENTAL Manual de Iniciacién Quinta edie EDICIONES RIALP S. A. ‘MADRID 2m yor ccs Soar SoiCONES RAE S.A, Al, 290 207 Made ime edie diciembve 2001 (Opin icin: epee 2007 ‘Gon apeobacinelsin del Aebiopdo de Madi, ‘dimbre 2001 asain cube: Anéoimo «0 piu al fsco Abuses (Balai. ‘Sobers at Seieeeormnnness tanegre staat a Sapautg 8 Pas nb Rep A. Nelrod INDICE Capitulo L ;QUE ES LA TEOLOGIA FUNDAMENTAL. 1. Una tellexin previa 1, siempre dspuestom 2, edar respuesta (apolgia)e 3. ea todo el que os pida> 4, sla razdn (logo) de vuestra esperanza IL Bl origen de la Teologia Fundamental 1, Blorigen del planteamiento 2. Eleomienzo dela ciencia IL, El objeto de la Teologia Fundamental IV, Elmérodo de la Teologia Fundamental 3, Blader sencmeneenlgico 2. La dimension dislogal un Capitulo Et Dse0 Dé Dios ¥ sus CONSECUENCHS, 1. La palabra de Dios TL La revelacibn cdemica 1, El camino a parti del mundo 2. Eleaminoa partir del hombre MN, El misterio de Dios 1. El Dios accesible y ocala 2, Imagenes y compataciones Capitulo II. La REVELACION, CAMINO DE DIOS AL. HOMBRE 1. Auttocomunicacign diving 1. Berga sin reservas 2, Procedenciainmediata de Dios 1, La Revelacign como acciny palabra de Dios 1, Rovelacin en la ac€i6m sso 2, Revelacién en Is palabea ' UL, Carkcter personal dela Revelacion 1. El misterio de Dios Amor 2, Actuacion salvia (Capfeal TV LAS ETAPAS DELA REVELACION 1. El Dios del Antiguo Testamento 1, La Revelaién primitiva, 2, Laceceién de Abraham 3. La formacin del pueblo de ral U, El Dios del Nuevo Testamento 1. BL Dios de Jesucristo 2. EL Verbo encarnado 3. Amorpaterno (Capitulo V. RAZONES PARA CREER 1. Signos y milagros 1 Loe signoe en el Ancguo Tesarnento 2. Los signos en el Nuevo Testament ws 3. Lacrediblidad segin el Magiserio de a esa 1, Jesucrst,signo primordial de credibilidad ssn. 1. La nattacign de la historia de Jess 2, Testimonio del amor miseicordioso 3. Eltestimonio del Hijo 4 Le Reset piedre nga del mio ode Ceist0 en IIL La Iglesia como raa6n para cree en Cristo 1. Cristo en a Tgles 2, La santidad dela Iglesia 3: la cone deo cians a cea dad eclsial, (Capitulo VI, LA TRANSMISION DE LA REVELACION... 1 ox Anioly eltons ene Cito igs 1. La eleccidn de los Doce « 2 La misién de loe Doce 2. Hdepésito dela fe IL La sucesiva comprensién del depésio de la e 1. Una earea para toda la Iglesia 2. La funcién espcifca del Magis IV. El desafio dela incultureién 1. Respeto hacia las culeuras 2, La uascendencia dela Revelacign Capitulo Vil; La BE CRISTIANA - ENCUENTRO DEL “HOMBRE CON Dros L Lafe ya inteligensi 1 EL scree 1, La lberead dela fe La importncia dela volunead 2. Un saber paricularmente personal 96 100 100 102 104 108 109 409 110 13 13, ns ny 7 7 8 18 132 135 136 138 IL, Un don de Dias onsen 1. La eRevelacién interior 2. Eacrar en comuniéa con Dios (Capieulo VIL LA FE.COMO PROYECTO VITAL 1, Bjemplos extzordinarios de una vida de fe 1, Abraham, vel padre de todos lot creyentase 2, La comespondecia de Mart culmen ype rad de laf. Th. «Creo ti 1. El poder transformacdor de a fe 2. Recon obras MM, «Creo creemose 1. La dimensin eclesial de a fe 2. El estimonio dela vida CCapieulo IX. Los cincutos DE DIALOGO .. 1. La labor ecuménica 1, Las comunidades cistianas -. 2, La preocupacién por la unidad U. La Iglesia y la relgiones 1. Ente el rigorismo y el relaivismo : 2. Jesucristo, el nico Salvador... IL, La Iglesia ante el fendmeno del aelsmo 1. Elatesmo tedtico y pretico wn 2. Raices antropoldgicasdelaelsmo 2, Hci una uci dl robles IV, Una cultura de dislogo 1. Renovacién personal 2. Profundo respeo ala libered personal 3. Honor a la verdad completa [BIRLIOGRAFIA ... 139 140 ui “4 144 M5 4s 151 151 133 154 155 156 - 139 "159 160 16 163 166 166 169 170 12 176 179 181 183 186 197 ABREVIATURAS AAS Acta Apostolicae Sedis (Citta del Vaticano) AG — Conzilio Vacicano II: Decreto Ad gentes CCE Crtecimo dela Iglesia Catbica GYR Comisién Teolégica Internacional, Hl cvstiansmo y as relgionee| DF Coneilio Vaticano I, Constirucién dogmética Dei Filia DH Concilio Vaticano Il, Declaracidn Dignitats bua DV Conciio Vaticano Il, Consticucién dogmética Dei Verbuom ES Pablo VI: Enciclca Ecelsiam suam GS Concilio Vaticano II, Constieucién pastoral Gas dso ot Spe LG — Conclio Vaticano II, Constitucién dogmética Lu- ‘men Gentiurs NA Concilio Vaticano Il, Declaracién Nose aetate NMI Juan Pablo Il: Carta Apostélica Novo Millennio Ineunte RMa Juan Pablo It: Enciclica Redemptoris Mater u RMi_ Juan Pablo Il, Encilica Redemproris Miso SC Coneilio Vaticano II, Constitucién Sacrosanctum Concilium TMA. Juan Pablo I, Carta Apostélica Tero Millennia Ad- UR Concilio Vaticano II, Decreto Unita redintegnatio UUS Juan Pablo Il, Enciclica Ut uns cnt Las abreviaruras del Ancguo y dl Nuevo Testamento corespon- dena lis sighs de Supa Bibi BUNSA, Puplona 2 Capiculo t ,QUEES LA TEOLOGIA FUNDAMENTAL?" I. Una reflexién previa En los comienzos de la Iglesia, San Pedro invit6 a algu- nas comunidades cristianas que vivian en diversas regio nies de Asia Menor a dar testimonio de su fe en Jesuctisto: «(Bstad) siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razén de vuestra esperanza», Esta tarea sefialada por el Apéstol constituye el nicleo mismo de la Teologia Fundamental, Para comprender l texto, conviene tener ‘en cuenta la situacién en la que ha sido escrito. Nos en ‘contramos en torno al aho 64 6 67, fecha en que posible- ‘mente cuvo lugar el marvitio de San Pedro?, Buena parte * Agndcco lPo De Cha ued vans rcataines sl materi que con geneoidd ha pet si aporcgn pa eco jn de ee SS 2 Sep as nvesgaiones scales, tmpocopusdedecarase una fechalgo poste B de aquellos cristianos a los que escribié el gran Apéstol, eran conversos del paganismo, Se encontraban en medio de una sociedad alejada de Dios, expuestos a un doble peligro: uno interior que hacta dificil la perseverancia en Ia fe, y otro exterior que era la amenaza de muerte. ‘Cuando un cristiano se mantenfa fiel a Cristo y actuaba segtin sus creencias,en aquel ambiente adverso, podia ser no sélo discriminado, sino también persepuido e incluso sjecutado, El objetivo fundamental de San Pedro parece set, por tanto, dar una doble respuesta en esta compleja ituacién, Por un lado, quiere consolar a ls suyos y exhor- tarles a mantenersefirmes en medio de las adversidades. Y por otro, les aconseja explicar hondamente la propia actitud a os demas, con el fin de que éstos los compren- ddan cada vex mejor. ‘Vamos 2 considerar los cuatro aspectos Fundamentales deesta exhortacién. 1, siempre dspuetors Se trata de una tarea permanente, Dondequiera que se encuentren los cristianos, tienen que estar dispuestos a dar testimonio de su fe. Lo hacen, en un principio, por su ‘mera presencia en las encrucijadas del trabajo, en la vida publica y privada, con su modo ordinario de pensar y ac- > CE una not explicit tent: esos vers.) paeeen saa paso dels ue paizrn osprendese pr sui persscctons, © fs df hacer bie, La coherence de video aca de que lees, Elurenian queden confundidosy puclantectiieas Seprde Bibi ‘NueseTatemone, EUNSA, Pumplons 199%, 926. M tuas, juzgat y reaccionar. Si procuran ser coherentes con su fe y agradar en cada siuacién a su Padre Dios, con- vierten toda su existencia en un gran apostolado, en una lamada permanente a los demis 2 seguir, con ellos, los ceaminos del amor. En otras palabras, codo cristiano se ‘encuentra involucrado en una gran aventura apostélica, y se le pide tener la audacia de colaborar en esta empresa, manifestando sus creencias con naturalidad a los demés. [sf se reconoceri 2 los seguidores de Jesuctisto en primer lugar por su modo de ser y de comporcarse, y sélo en un. ‘momento por lo que dicen acerca de sus ereen- clas, También la sabidurfa popular afirma: «Biscare un ‘maestro al que puedas apreciar més por lo que ves de él ‘que pot fo que oyes de él» 2. adar respuesta (apotogia)» La palabra griega apologia significa una defenss contra acusaciones 0 sospechas. En la literatura universal, por «ejemplo, conocemos la famosa Apologia que escribié Pla- tén con respecto a Séerates, o también la Apologia pro Vita sua, en Ia que John Henry Newman afirma la honea- dea de sus intenciones. En el siglo, con vistas a las perse- caciones que amenazan a los cristiano, San Pedro se 1=- fiere ciertamente a una defensa que pueda adquitit -validez ante un tribunal Instuye alos suyos sobre c6mo hhan de reaccionar cuando se les insule o injure: no con agitacion y afectos, sino con argumentos sdlidos que ex- piliquen la propia actitud y apelen a la razén de los adver Saris. Aunque la fe cristina no se puede «demostrar, si 15 se puede mostrar que nuestras creencias no son absurdas, que es més tazonable creer que no creer 3. aa todo el que os pid San Pedro describe el cristianismo como una religién de didlogo: los cristianos estén dispuestos a dialogar con todes, sin exclu a nadie. Cada uno, certamente, ha de realizar este didlogo primero en su propio interior. £1 ‘mismo es el primero que necesita razones para creet. Ha de esforzarse, por tanto, en alcanear una artnonia entre fe ¥rax6n, una cietaestabilidad intelectual yespirtual, que le permita dar respuesta a otto. En esta linea se ha dicho que la Teologia Fundamental (que puede consideratse como el esfuerzo pot responder ‘esta invitacin biblica) tiene un doble destinatri ‘reyente y «el otro». Hay que dar al primero las «razo- nese de su creencias y al segundo, las xrazones» para po- der al menos tomar en consideracién el reto de la fe. Los cotros» pueden estar més 0 menos cercanos a no- sottos. El Concilio Vaticano Il (siguiendo al Papa Pablo V1) expone los diversos wcirculos de didlogo»*, que pue- den agruparse todos alrededor de Cristo, «Luz de los pue- bloss, EI movimiento comienza con los catdlicos que se dirigen, en primer laga, alos ottos ctistianos (demonsina- 4 CEH, Brits: Tile fndemental x Secramentam mundi, Bareona 1976, p. 5960, CE PaBt0 Vi: Baccica Fees sam, (6-VIN-1964), ne 3642, yi ese or 16 io catholica), después, en distintos pasos, alos judios, los imusulmanes y los seguidores de otras religiones y ereen- cias (demonsiratio christiana) y finalmente a los agnésti- 08 y ateos (demonstrat religios). 4. la razin (logos) de vuestraexpenanzas El término griego Jogos quiere decir palabra, discurso, y también fundamento, causa y razbn. Los ctistianos no s6lo son llamados a expresar su esperanza, sino el funda. ‘mento, la resin iltima de ésta. San Pedro no les invita agua hacer un resumen de su fe, al modo de como lo realiza, por ejemplo, un catecismo. Se dirige mas bien 2 ‘quel nicleo interior y profundo donde se encuentra el ‘motor que impulsa a un cristiano a actuary lucha, y le dispone a rechazar todos los bienes terrenos, incluso la vida, sile apartan de sus convicciones més profundas. Cal es la razén para realizar semejante locunt? La razén es una Persona, no un argumento. Es, senci- lamente, Jesucristo mismo, que es el Logos divino, sein cl mensaje del Nuevo Testamento’. La Biblia emplea mu- chas veces para la palabra «creer» el vocablo hebreo aman», que ha llegado hasta hoy en la SSrmula lcdrgien saméno, El significado de eamano es eestar seguro, ser es- tables. Creer es decir amén a Dios con todas las conse- San Pedro amonesta a los destinatarios de su Carta a dar testimonio de su fe ante todo en la vida diaria. Un CE Jet. 148. 7 cristiano auténtico no es, a primera vista, una persona, «piadosa», sino una persona feliz. Sila simacidn lo exige, hha de ser capaz ademés, de expresar con palabras el por qué de su esperanza, ‘La comprensign de este texto biblico nos sitda ante la persecucign y el martiio que viva la Iglesia. En este con- texto aparece la Teologia Fundamental: no busca la polé- mica 0 la condenacién, sino la fuerza de la verdad, vivida coherentemente, que sabe abrirse a la evangelizacién Queda claro que el Apéstol se dirige a todos los que per- tenecfan a aquellas primeras comunidades en Asia Menor yy no sélo a unos pocos expertos en reologta. IL, Elorigen de la Teologla Fundamental Si consideramos la exhortacién de San Pedro, nos da- mos cuenta de que hay un doble origen de la Teologia Fundamental’, En cuanto que esta disciplina se refiere a unas actitudes 0 disposiciones basicas de los cristia~ nos, que se adquieren con un cierto esfuerzo spiritual e intelectual, se habla del origen de su planteamiento”. Yen cuanto que es una parte de la Teologia Sistema 7 Coase de Crt cee de Reus ie Beh eb 88) * todo ene pga fC, tQuiendo URRI: Taian amon Parploss 1598 pp 23-46 tpl nt de San Tell, comer princi, pede conidertse com le copraion dee acted ctucana de fondo uc en a moment ‘EiTorger’afo que hoy conocemos con el nombre de Telogta Funda Seal 18 tica, se habla de su comienzo como ciencia, En otras pa- labras: aunque se trata de una asignatura teoldgica ciente, los fundamentos de su objeto y de su temstica vienen siendo preparados desde muy atrés. Sus prime- ros precursores se encuentran ya en los tiempos de los Apéstoles, 1. Elorigen del planteamienta Desde el principio, los seguidores de Jesucristo ten- dian a demostrar ajudtos y paganos, que la Buena Nueva contiene la verdad sobre Dios y el hombre. Apelaban & la racionalidad de los oyentes como camino para llegar a ‘sta verdad, la defendfan audazmente, cuando era necesa- tio, y siempre confirmaron a si mismos ya los otos exe- yentes que su fe estaba sdlidamente fandada, ‘Ya hemos mencionado que un cristiano sélo puede cexplicar su fea otto, si ha adquitido una cierea claridad acerca de su propia situacién de ereyente, es decir, si ha conectado arménicamente los contenidos de la fe con la estructura del espicu humano. Aa, la Teologia Funda- ‘mental acaba siendo una reflexin sistemética y cienti- fica a partir de una actitud esponcénea que, de una ma- nera o de otra, surge en todo creyente, Se trata de la actitud teoldgica bésica: la de la fe que busca entender fides quacrens intellectum—, 0 si se prefiere, dela ine ligencia del ceyente que se pregunta a si misma, que gc hace eflesvaen un intento de integra lo que sabe y lo que cree. 9 2. Elcomienzo de la ciencia La Teologia Fundamental tiene una historia reciente. Nace de la Apologética —dlefensa de la fe—, ala que co- ‘ienza a reemplazar a partir del siglo xD, y plenamente en el siglo Xx. No se trata sélo de un eambio de nombre, sino de una nueva orientacién y comprensién de la trea que se Gjuiete realizar. Los téloges ven cada vez més claramente la necesidad de legtimar la fe, en un discurso también vido a los os de los no creyentes, pero sin le preensén de stuarse ‘en una posicén metédicamente aséptic, sin prescndir de 1a fe, Ademis, quieren drigirse a los hombres des sempo, pprofundamente mareados por ha evolucién de la cultura, de 1a cienca y del pensamiento flosdfico y rligioso, En esta ‘nueva situacin el ciclo de la Apologéica queda agorado, y sutge entonces algo que contina el efuerzo de aquéla pero ‘que ala vez es distinto. Es la Teologia Fundamental ‘La nueva discipina aparece por primera vex en los do- ‘cumentos oficiales de la Iglesia como una de las partes de Ja teologia en la Constitucién Deus Scientiarum Dominus de Pio XU". Posteriormente, sin embargo, desaparece, hasta el punto de que el Concilio Vaticano It (1962- 1965) no la nombra!?, Sélo varios lustros después se ‘vuelve a hablar dela Teologia Fundamencal, precisainente «en 1976, afo en el que se publica un documento sobre la formacién teoldgica de los fururos sacerdotes. En este do- ' Pio Xl: Consteuisn Dear Scenlarum Domi (24-1931). az, * a contenido, in embargo, exes enla Consus Def Verne 20 ‘cumento, la Teologia Fundamental viene descrita con al- sgn detenimiento, «Todas las materias teoldgicas —se afizma— suponen como base del propio procedimiento zacional la teologia fundamental» A continuacion se des. cribe au cardcterintroductorio al mistetio de Cristo y ala ‘enterateologts, su naturaleza de teologia de dislogo, su relacign con la cultura Ia historia ye lengua, El documento de 1976, sin embargo, pasé bastante inadvertido, quizé porque poco después aparecié una nueva regulacién de los eseudios eclesisticos. La Consti- tucign Apostblica Sepientia Christiana de 1979 considera la Teologla Fundamental como una de las disciplinas ‘obligatorias, despues de la Sagrada Escrieura, ya que se ‘ocupa de las bases mismas de todos los demas tratados teol6gicos, También la Enclclica Fides et Ratio de Juan Pablo Il la nombra expliciamente, afirmando: «La rolo- ‘i fundamental (..) debe encargarse de justificar y expli- citar la relacin entre la fe la teflexion flossfic™. {Cémo se puede, entonces, definir Ia identidad de este tratado teolégico, es decis, su objero y su método? IIL. Fl objeto de la Teologia Fundamental Como su nombre indica, la Téologla Fundamental consi- dra los presupuestos (el «fundamentos) de la labor teolé- Sowparencn nna annua eck La frm tin ligt de fro sate 22 1-197), I ‘TUAN PABLO fl: Consactn Aponte Sapo cvinone. Onc atone (29-1V21979) ate 3 "TaN PaBLO Tl: Encisa Fiero Ratio. 67 a fica. Expone aqullasrealidades basics que son vel soporte ‘ola puerta de entrada de la teologiay y que sin constituit los misterios primeros, son las formas radicales como esos smistetoslegan al hombres". :Cuiles son esas formas rad- cales? ,Cémo cs posible que el hombire tenga noticias del ios transcendence y eterno, que pueda hablar sobre el Ser absolute insondable, y més ain, que pueda hablar con EP ‘Dios mismo ha tomado la iniciativa”, Ha salido al encuen- ‘tro del hombre, se ha revelado,con el fin de que el hombre le ‘pueda conocer y amar con una profundidad mucho mayor ‘que ants. «En el crstianismo, el inicio viene dela Encarna- ‘id del Verbo. No es s6lo el hombre quien busca a Dios, es ios quien viene en Persona a hablar de sal hombre yaen- scfarle el camino por el que es posible aleanzat El hombre, por su parte, ha aceprado la Revelacién di- vina por la fé. Si no hubiera tenido lugar el aconteci- iiento de la Revelacién, no seria posible la f, Pero si no Inubiera fe —si nadie acogiera la palabra de Dios—, am- [poco se podria hablar de Revelacidn, (Si no hay un i locutor, no ay comunicacién.) En ambos e230 Ia teolo- fa cristiana carecerla de fundamento”, ‘Se ve que el objeco de la Teologia Fundamental es complejo. Es «la Revelacién de Dies para el hombres, No , 12quienoe Unant: Tlite Fundamental it p39 19 Pana rado ete eplgafect. bid, po 44-52, WeETGRi «nets ° Ta Teloga Pundarenal sen por ajc decuulioe hedo de la evel cian yu ane em a Iglenis ems, ts, que tin en el cero deta problemasca sabres slain enti 60 y Fe CoNGREGACION PaRa LA EDUCACION CATOLICA La formactn ‘eligi deb ie ens 2-1-1976) Th, 6 (CTant Una Tale andametal cc, p46 2 + una realidad considerada puramente en sf misma, sino que excéesencialmente constituida por laaccién de Dios yl respuesta del hombre. Es, por un lado, la Revelaciin dlvina, en cuanto tal Revelacin (sub ratone revlationis) yes, por otto lado, la Revelacin divina en cuanto se rige al hombre como su destinatario, quien tiene azones para acogerla (sub ratone credibilizatis). La nocién de cxe- Alibilidad expresa que la Revelacién es una realidad dis- tinta de la nz de la razén, pero que, al mismo tiempo, existe para ser recibida como tal Revelacién por el hom bre. Hay continuidad y discontinuidad encre ella y el es- piricu hamano, Revelaciony credibilided forman parte esencial del ob- jeto primario de a Teologla Fundamental, A ella se une, como objero secundario, el acto de feal que se dirigen Todo el estudio se centra en la contemplacién de (Cristo, que mantiene una relacin directa y inica con los ‘es puntos focales dela Teologla Fundamental: sla ple- nitud dela RevelaciSn divina, la Fuente de la credibilidad yyla clave de toda nuestra fe. IV. El método de la Teologia Fundamental El nombre de nuestra dsciplina esté compuesto de dos palabras, un sustantivo y un adjetivo: «Teologia Funda- ‘mentale, Mientras que el objeto—el contenido— se cen- tra en la explicacién del adjetivo, seialando las bases de todo quehacer teolbgico, el método se fija en el sustan- tivor se trata esencialmente de hacer reolega, Puede pet- 23 tixitse, de modo subordinado y adicional, también un planteamiento apologético, en cuanto que se quicre de- fender la fe con ls fuerzas de la raz. Pero nunca hay aque olvidar que al cialogat con los ots, se debe evtat cl peligro de fomentar una ambigua wculrura de unifica- cin universal, que pretenda negat lo espectfico cristiano y selaivizar a fe con respecto a otras confesiones yreli- siones. En suma podemos decir que la Teologta Fundatnental ‘os lleva a seguir un método esencialmente teol6gico (con aportaciones apologéticas), entiquecide por una fuerte dimensién dialogal, 4. El cardcterexencialmentereoléi En la Constitucién Dogmética sobre la fe, Dei Fins, el Concilio Vaticano I se ocupé especialmente de las rela- ciones entre fe y razén. Afirmé que el asentimiento de la fea la Revelaci6n esté racionalmente justficado sobre la base de argumentos extrinsecos"'. Debido a las circuns- tancias del tempo, opté por una postura ms bien racio- nal y en defensa de la apologéxica, Pero, aunque esta postura sea fruto de nobles aspits ciones, no se puede negar que puede llevar a cietos peli ¥ (Cf. Conictio VanicaNo | Constircién Dogmatic Dei Fi (4-1V-1670) sara quel chaeulo de nuens fcr conforma a 2, quiso Din ques lor amie internoe del Esp Sars te aegemencsexternos desu Rerelacin,» sabes, hechoe divinoy ate ‘olor mle ls presque 9 son igoscrtmoey ccm did sisncgnac de odon dba Revaide ving 3) cy ros. Cuando se pone un acento exeesivo en la argumen {ci raion e puede perder el sentido del mister 1c, primariamente, necesita expresatse por st mismo” Lar primerosesiogofundatnenrales aberpban, por ‘esto, un cierto recelo frente a todo lo que pudiera sr ex mado como apolegtico, Pero pronto se dieron cuenta de Cfeenla ideas ei nee nar cba se ‘método, sobre todo al trata de la credibilidad (que subraya cl aspecto humano tanto de la fe como de la Revelacin, ‘Asi muchos tedlogos fundamentales han retornado de una ota oma problems de fond de apologkca, ya que quieren responder a la invitacin biblica de wdar m- {ones depen, demo cobtenteyconprensc incluso para una persona no creyente, Al hacer apologetica trata de ponerse en el lugar del cotton, fers de sa propia fe. Emplean un método de biisqueda dela verdad, y no un ‘método que investiga la verdad que ya se tiene, Pero al considerar un objeto no se puede prescindir del stjeto que realiza tal consideracién. Un tedlogo fndamen- tal no puede dejar de lado su fe cuando estudia la misma fe. ‘Asume la tara de elaborar una teologta dela Revelacion a partir de la misma Revelaciéri® que, al fin al cabo, n0 «3 tun asunto hunmano, sino mistero y don de Dios. La Teologfa Fundamental propiamence dicha es una reflexion en el interior de la fe, Reclama la metodologia. 3 GER cms Ue din eligi oe Tacén y que passe que ee eps de apotaren x msn tds pos 5, Coneruoncion vat LADO caTOLCh frm si pc dob wee endo 2 TE 8 "syle Paseo Conscucon Aposcs Sepia cristina, Om Angin a3. SP Pisce unadaccn «le tele indamenal tp. 5. (Cf ambien F OCARz yA. BLANCO: oe Tella Fundamentals tnideny metodlogcamentedalopcs, Relat fy aided, Mar ed 1908, p14. 7 cspiritualidad del didlogo. Este no susticuye el anun- i, sino que e anuncio en su forma de humildad: es el anuaicio evangelico que se hace «peregino junto al hom- ber. Quiere servira la Revelacion de Jess. En este sentido dijo Juan Pablo I en un gran encuentro ecume- alco: No vengo a proponerwtopla, i polmicas, sino a > Segre gua nan oo wrap Siar et ts er ee i Se Oo saps wapmn tc "Elon no nnn ous nrannicna eam tdi isi emnnrn eveeerea wobec es 28 Capfeulo HL EL DESEO DE DIOS ¥ SUS CONSECUENCIAS 1. La palabra de Dios Quien escucha a Dios sabe més sobre el mundo y so- bre s{ mismo que una persona que s6lo cuente con sus propias fuerzasy Iuoes. Esta afirmacién vale tambien si se Ja inviere: quien busca un conocimiento profundo sobre Ja realidad que le rodea y la propia existencia, es invitado a considera la revelacién divina. El eérmino stevelar, en general, significa desvelas,qui- tar el velo que esconde algo, manifesar lo que permane- cla ocultoo invisible, En este sentido se wiliza, por jem plo, en fotografia. Aqui lo empleamos para significar Ia manifestacién que Dios hace alos hombres de cosas que antes les estaban escondidas, y que pueden referire tanto 4 Dios mismo como al mundo. Si miramos al Antiguo Testamento podemos descubrit que no hay un eemino especifico equivalente alo que so- 29 lemos lamar revelacién, ni tampoco un concepto general {que se corresponda con él; pero hay diversos modos con- cretos de referrse ala intervencién de Dios en la historia de nuestro mundo, Entre ellos el que més claramentere- presenta una revelacign de Dios al hombee es el hablar dlivino, la palabra de Dios. Palabra, en hebreo, es debar (0 dabar). Este término hhace alusi6n, por un lado, ala idea de un xestar detris y tempujare y, por el otro, ala intencién de «dar a conocer o que hay dentro», Significa, de alguna manera, tanto sprodicir» como shablar». Unido al misterio divino, ex- presa siempre eficacia, ala vez que indica la comunica- cién de una verdad?. Desde la primera pégina de la Biblia encontramos este sentido eminentemente dindmico y eficaz de la palabra de Dios: «Dijo Dios: Que exista la luz. ¥ la luz existiés*, La palabra divina es creadora. También uno de los Sal- mos del Antiguo Testamento lo expresa con gran clari- dad: «Por la palabra del Seftor fueron hechos los cielo por el aliento de su boca, sus ejércitos (..). Pues El hablé yy fue ats Ello mands y se hizos$ Se puede decir que, en un primer momento, Dios re- vela su majestad y omnipotenicia mediante hechos. ¥ el hombre puede lleger al conocimiento de Dios concem- plando estos hechos. Puede descubrir que la ereaci6n en- tera es un camino hacia Dios, y més ain, es una cosa § La pala de Dios ine ena relia y lo cambia. 2 CLR GcARZ yA BLANCO™ Revelacbn, ey credible i pp. 3538 PG 3. + Sal33, 6.9. 30 dlicha por Dios, es una palabra divina que se dirige, de al- ‘guna manera, a él: «El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos; el da le pasa el mens al da, la noche lo susurra a la noche. Sin que hhablen, sin que pronuncien, sin que resuene st vor, a coda la tierra llega su pregén y hasta los limites del orbe su lenguajer’. Los Padres de la Iglesia concebian el mundo como una gran eteofanian, una gran manifestacién de Dios. Habla- ban incluso de una ecosmologfa sacramentaly.° Esto sig- nifica que el universo es un signo dela presencia y belleza dlivinas. Constituye, en cierto modo, una revelacién na- tural o césmica de Dios que habla en las crianuras y 2 tra- vés de las criaturas. Sin embargo, no se trata de una pala- bra dirigida explicitamente al hombre como lo sera la Revelacién sobrenatural 0 historia’. Se cata slo de un primer paso, grandioso e importante. Una persona que percibe el misterio de la ereacién, puede alcanzar con la luz de su entendimiento la existencia, la majestad y po- > suli9,2. GE Cone pam, ua.g0 O81 ANC 2000: BI pin del Ser, Madd 1997, p45 "Dio io a hore de doe ode ante dines te asin bang, eatehament widon porn bes del renin Dor Jeers, tener qu afadirs ee im modo, com prchistoa etc, la sxidad de Dremel Avi Terentia prep ‘acon de ‘Contents de las notables diferencias entre la evelacn mara o fier aa eile gu ewe lpnscnt cap) sgunos ators pre hablar dela maou ‘LiDioc cn emelintn ne decal demi rete CE Lerounitis: Rvlatin on el Dictonei de Tl Fandament ef pork Lstouelle, Re PsichalayS. BeNivot, Madd 1992. 1286. au tencia del Creador, y puede dar una respucita de alabanza «Dios: «Sefiot, Dios nuestro, qué admirable es tu nombre cen coda Ja tierra! Ensalzaste ru majestad sobre los ciloss', IL, La revelacién o6smica Lae contiene, como hemos vst, una serie de verda des que son alcanzablesfloréficamente, con la luz de nuestra raz6n; su conecimiento constitaye un presi puesto necesato para acoger la Reveacinhisttiea, Es fas verdades culminan en el conocimiento natural de Dios. El Conclio Vaticano I (1869-1870) afrmasolem- rnement: «Dios, principio fin de todas las cosa, puede ser conocido con certea por la luz natural dela razén hhumana a partir de las cosas creadas, La fuente biblica se encuentra en la Cara alos Romanos: «Desde la crea cid del mundo las perfecionesinvisibles de Dios —su eremo poder y su divinidad— se han hecho visibles ala intligencia a través de las cosas creda», Considerando estos texts, hacen falta tes aclaracio- nes. En primer lugar al hablar de ls cosas ccadas, hay que tener en cucnta que las personas que llean al cone clmiento de Dios através dela naturleza,no la petciben «como cteadar al princi, sino slo al final de ws efle- xiones. Parten del mundo, no de Dios. En segundo higar, el Concilioravo conciencia de las dificultades para conocer a Dios en la siaacin actual del VSdB.2.67 Died © Rmi,20. 32 igénero humano, Por eso no ensefia que todos los hom- bres conocen a Dios con seguridad, ¢ incluso tampoco dice que haya habido alguna ver hombres que han cono- «ido a Dios con absoluta cereza sin la ayuda de fa Reve- lacidn. Sélo ensefia que se puede conocer a Dios a partir del mundo con la ayuda de la razén. El Concilio quiso sostener con esto que a cualquier hombre se le puede ha- blar de Dios con sentido. No hay contradiccibn alguna entre fe yraz6n, porque en la verdad revelada encontra- ‘mos al mismo Dios que descubsimos como Creador del ‘mundo cuando reflexionamos sobre la realidad. En tercer lugar, el Dios que alcanzan nuestras meres fucraas naturales, es el Fundamento del mundo, un In- condicionado y Absolute. Pero no es directamente el Dios vivo y personal que nos aestigua la Biblia; no se le puede denominar con un nombre personal, sino slo con conceptos abstractos. Al sDios de los fl6sofos» no se le puede rezat. No obstante, a idea filoséfica de Dios como fandamento iltimo de la realidad desempenia una fun- ‘ida importante. Puede faciitar vias de comprensién de la fey poner de manifiesto que la fe en Dios, por mucho ue supere el pensamiento puro, no ex en absoluto irra. ional ‘A.veces debemos seguir un largo camino para llegar a descubrir un psisae, Igualmence, en las vias del cono- cimiento de Dios tenemos que estar dispuestos a caminar, 1 abandonar los propios prejucios y a abrirnos al miste- tio de Dios. Pero aun ast, no podriamos formula la pre- gunta sobre Dios si nunca hubiéramos ofde hablar de El, Siu realidad no se hubiera hecho presente en nuestro in terior, si no hubiéraimos tenido algin tipo de experiencia 33 del absoluto, Las llamadas «prucbass que muestean la ra- cionalidad de la fe en Dios", por lo tanto, no susticuyen Ia fe por un saber, sino que, a la inversa, invitan ala fe, forcalecen en la fe y dan raa6n de ella. Nos llevan a reco- nnocer Ia existencia de una via realmente preparatoria para Ta fe, que puede desembocar en la acogida de la Revela~ cidn, Cuando tenemos en cuenta los propios principios y Ja auronomia de la r226n, podemos confiar en que la fe hallard siempte sida confirmacién en la experiencia hu- ‘mana y en el pensamienco. {{Cmo podemos llegar entonces a Dios mediante la raza? Se distinguen comtinmente dos grandes caminos, 1 través del mundo y del hombre’. 1. El camino a parti del mundo [La primera forma, la més antigua, de las pruebas de Dios se basa en la realidad del mundo. Podemos observar que nuestro mundo esté en constante movimiento y en ‘cambio permanente. Ahora bien, todo lo que se mueve es movido por otro. Ademés percibimos que en el mundo ° Bidentemente, no tes de procs como las. que noe rela falas pos lar enn nals x mands. Digs no eu hee it geste guest sun eres general, Sin embargo, 02 fede inva al hore + que recone amino del iseumo acon. ‘upto Tomis de Aquino unt deloe md pando clogs dea Ed Me- din gue conti puticalarmentes frre prucbs dela exisenca we ST 3S" Ct Cale pr dui La fed ee CE OGEST 38. Cancion A a Ire publcao por ix ConPenENCIA ERSCOPAL ALBMANA, Se a Mads 1380, pp 1633. 4 seina una gran armonia, un orden impresionante. Algu- tos enfershbln dle waclondhnd dee nae lezas. :De dénde procede todo? ;De dénde proviene en particular este orden? Se puede seguir preguntando con- ‘inuamente, Una causa actia sobre la otra; todo ests con- dicionado por todo. Resulta claro que aquf no se puede proceder indefinidamence. En alguna parte tiene que ha- ber una primera causa, un primer comienzo del movi- tmienco y del cambio. Es posible remitirse aun étomo ori- ginal oa una eélula primera de la vida. Pero esto no basta Porque zde dénde procede este principio y de dénde re- cibe esa inmensa energla para hacer salir dest roda la evo- lucién posterior’ No se trata solamente de explicar eémo ha legado a ser el mundo, Sobre esto puede decir muchas cosas la ciencia actual. Se trata de explicar también por qué shay» algo en general. i se remite aqut s6lo a la ma- teria original, nada se explica. Porque no se explica la ma- teria original por sf misma. La materia esté sometida al cambio y, por lo tanto, es surmamente imperfecta, El fundamentotltimo s6lo puede ser algo que sea en si perfecto y completo, que exista por sf mismo como la ple- nicud mis pura del sery de a vida. Pero es esto justamente lo que pensamos cuando hablamos de Dios. Sélo en Dios tiene la realidad del mundo su fundamento; sin El carece- sfa de razén de ser y, en consecuencia, de sentido, Sin £1, cn definitiva, nada existrfa. Como la realidad existe y como presenta un orden con sentido, tiene también sen- sd aera io i come fandamento del ser y del corden del mundo. Si alguien cuvira un gran saco leno de ters de plea yl vaca toda srs cotan ex ut ‘montén. ,Puede ser que, por casualidad, caigan de tal ma- 35 nera que aparezca sobre el suelo una gran obra literati, por ejemplo el sDon Quijote» de Cervantes? Una persona ‘que niega la creacién, acepta esto y mucho més, Ciertamente, podemos gozar de Ia armonia profanda del universo en que vivimos. En él poclemos admirar su ‘orden esencial, pues estamos segaros dela rbita que fe- correran los asros una y otra vez. Sin embargo, somos cada vex mis conscientes de que no conocemos todas las leyes de la nacuraleza. Podemos observar también una cierta tensién existente en el universo. Durante millones de aios, un niimero significativo de #factores de insegur dad» han tenido un rol importance en el desarzollo del cosmos y lo seguirin teniendo. En el universo observa- ‘mos continuamente cambios y modificaciones: hay ex- plosiones que’ smente nuevas sin tesis. La creacién divina sobrepasa nuestra capacidad de comprensin y manifiesta una grandiosa libertad. La opcién por Dios significa una opeién por la liber- tad y contra el primado de la materia. El que eree en Dios aficma que el espirtay la libertad no aparecen slo al f= nal de una larga evolucién, sino que estén ya en el co- mienzo, ¢ incluso que el espiritu libre es el poder que todo lo hace, todo lo sostiene, todo lo determina y todo Jo ordena segiin medida, numero y peso". El Espiritu de Dios esté en el fondo de lo creado. «Todo esti lleno de misters, advierce Origencs EI que opta por Dios, opta por el sentido del mundo, tun sentido que, cietamente, nos sobrepasa con feecuen- 8 Ge Set 24 % ORIGENES: Moma bre Let I, 8 36 cia, EI mundo esté hecho de tal manera que no es com- prensible sin Dios. Es mas razonable creer que Dios existe que creer que Dios no existe. La fe en Dios nada tiene que ver con una negacién del pensamiento; es, por el contratio, el fundamenco iltimo del pensamiento y ana ‘ehortacién constant a pensar Esa la ver una invitacién a amar el mundo sincera- ‘mente. El esctitor ruso Dostoievski dice en su obra Lor Hermano: Karamazov. etmanos mios, anad a toda la cteaciéa en su conjunto y en sus elementos, cada hoja, cada tayo, los animales, las plantas. Yamando cada cosa, comprenderéis el misterio divino de las cosas. Una ver comprendido, vosotros lo conocertis cada dia mas. Y ter- ‘minardis por amar al mundo entero con un amor univer- sal, ¥ San Basilio afirma: «Quiero despertar en ti una profunda admiracién hacia la ereacién, para que ti, en todo lugar, contemplando las plantas y las flores, seas presa de un vivo recuerdo del Creador 2. Eleamino a partir del hombre Un segundo grupo de pruebas de Dios se basa en la sealidad humana. El hombre es un sr finito, dependiente y amenazado por la naturaleza que le rodea, sujeto a la ‘muerte, Nuestra finitud se manifesta, por ejemplo, en «que nunca podemos poner punco final a auestras pregun- '8 R DOsTorgvst: Ler amen Keremasos, cade en Bd Epon el Seer dep 8 SRN BAEO: Homi saree Hesbmoon NA. 37 tas, Toda respuesta suscta nuevos intertogantes. Estamos continuamente aprendiendo, Nuestra ignorancia parece ‘cada ver mayor que nuestro saber. ‘Con especial intensidad se plancea la pregunta por el sentido del hombre en la experiencia del suftimiento, ya sea el sufrimiento propio o el ajeno: en la enfermedad in- curable, en la preacupacién, la soledad o el facaso, (Qué sentido tiene que tantos hombres sufran sin culpa? Por qué hay tanca hambre, tanta miseriae injusticia en el mundo? ;Por qué tanto odio, envidia, mentira y violen- Gia? Por kim la experiencia de a muerte nos pucde araliza, por ejemplo, cuando un amigo, un conocido Ela se va de ence nosotos, o cuando nos enfrenta ‘mos con la idea de nuestra propia muerte. A veces nos sentimos completamente solos ante nuesta libertad y res- pponsabilidad. ;Qué hay después de la muerte? De dénde vengo, a dénde voy? ;Qué queda de aquello por lo que he ‘rabajado tanto? “Tampoco en nuestea bisqueda de la felicidad pode- smo aleanzar Ia plenitud. Es cierto que hey momentos en Jos que nos sentimos sumamente satisfechos: cuando nos sale bien un trabajo, cuando estamos con una persona S139, 6 3336 8 y ahondae continuamente en el conocimiento de Dios. Tit roxio buscar, Sefor,no me escondas ta rostos™. Cuanto ands se aventura un hombre em la baqueda de Dios, ance ss insatisfactorias le reuleacin toda las anteriores res pesas. Un ejemplo impresionante de ext hecho nos lo ofrece la Biblia en la gua de Job. Le alcanzaron los més duos golpes del destino: lo perdi todo: sus biene, sum lads fails. No puede comprender a Dios yn con EL Pero al final tiene que reconocer que no se puede disutir «on Dios, que no se puede penetrar su miserio. For eo Permanece en silencio y confiesa: «Hablé de grandezas que fo entenda, de maravilas que mperan mi compreniéns™®, El que ree tiene conciencia del miserioineserutble de Dios y dal hombre or consglnt no est i aula la dficaltad de muchas preguntas ni tampoco at ‘onizar ls dionancias de ava human, con Recten. cla estridentes; sabe soportrls, porque no pretend dar unasolucénalmiseia, 2. Imdgenes ycomparaciones EB que cree esté convencido de que el misteio de Di es la dnica respuesta posible al misterio del hombre. Sin embargo, lo que conocemos sobre Dios son solamente imagenes y comparaciones. A través de ella alcanzamos a vislumbrar oscuramente, como desde lejos, st misterio, Asi lo dicen las palabras del apéstol San Pablo: «Ahora ‘vemos confusamente en un espejor"”. % Sal27, 8-9, + * ob42,3. » ? 1 Cert3, 12, “ rT | | «Bspejor y «comparacién» significan que nuestras im genes y conceptos pueden enunciar xalgor sobre Dios, No podemos hablar de Dios més que sirvindonos del lenge de asec mundo, Por must, Dio infni- tamente més grande que nuestra imagenes y conceptos Es aquello por encima de lo cual no puede pensarse nada iis grande: es incluso més grande que todo lo que puede pensarse (San Anselmo de Canterbury). En el fondo, to- dos nuestros conceptos e imagenes expresan, ms bie, lo que Dios no es que lo que es (Santo Tomés de Aquino). Dios no se adapta a ningtin sistema y no funda ninguna concepcién del mundo cerrada en s{ misma. Al contratio, cada conocimiento sobre El desemboca en una verdad ‘mayor. Podemos descubrir un mundo cada vez. més ex- tenso y profundo. La fe en Dios hace salar todos los esquemas de nues- tras concepciones de la vida, para hacere sitio al misterio cada vez més grande de Dios y del hombre. Por eso, el Concilio IV de Letrén (1215) proclamé: «Entre el Crea- dlor y la criatura no puede sefialarse una semejanza, sin ver que la desemejanza es ain mayors, Puede eyudarnos recordar que ese Concilio describié todo nuestro cono- cimiento sobre Dios como andlogo. El término griego analogta, que aparece en el original biblico del Libro de la Sabidurle®, puede significar proporcién, parecido y concordancia, y también plenieud. Si decimos, por ejem- plo, que Dios es nuestro Padre, expresamos de alguna % e506 quinine cretrem et crenturam nom pote sind vg pi Cora desided CES 3.3 45 manera que Dios es Padre en el sentido més profundo y ‘més aueéntico de la palabra. Es un Padre infinitamente bueno, justo y carifioso, mucho més que todos los padres buenos de este mundo”. Es, realmente, el «Dios de ter- nura y de gracia, lento ala ira y rico en misericordia y B- delidads’', ‘Todo lo que nosotros decimos y pensamos de Dios s6lo resulta vilido cuando se firma en un sentido entera- ‘mente (nico, infinitamente perfecto. Todos los concep- 105 ¢ imagenes que aplicamos a Dios son sélo como una flecha indicadora. En ninguno de ellos vtenemose 2 Dios. “Todos nos remiten més bien al camino que a El conduce. Son iniciaciones a un misterio al que, en el fondo, sélo ppodemos adorar. Deben disponernos de continuo para [prestaratencidn a lo que Dios tiene que decienos con sus palabras y obras en la historia, % «Dios, pensado y sentido con catgortas dl pae de quien stent cepuianl Sela cn penne te ence fe Se nara Alcona poe ec tv, que Dios mules su dvnidad por su pteaidd ys pera “Sat pots nasa dene a un Dis tfiniamence Pad ye Pare ‘qc eral hms infnton Contre rae Juoin0 OB ARO 2000 ‘ig te mieten Nad 1998. 138, 8 Ee CE mis tion y 148 a, 6 Capfeulo TIT LA REVELACION, CAMINO. DE DIOS AL HOMBRE 1, Autocomunicacién divina ‘Cuando interpretamos correctamente la revelaci6n a- ‘ural, podemos comprobar que el mundo no esti cerrado sobre s{ mismo, y menos ain el hombre; ambos estin or- denados a Dios, Elfin timo de la creacién es que Dios, Creador de todos los seres, se haga ¢“todo en todas las co- «as, procurando al mismo tiempo su gloria y nuestra fe- Ticidads, Pero no legamos a este conocimiento sino con esfuerzo y dificultad y quiza después de muchos errores, debido a que nuestra inteligencia estd oscurecida y nues- tra voluntad esté debilitada por el pecado. Cuando con- ramos con nuestras solas fuerzas naturales, podemos an- dar por un camino bello, pero largo y, en ocasiones, peligroso.. AGRA C013, 28. "7 Ademds, este camino no lleva ala plenicud de la ver dad. Porque existe otro orden de realidades que el hom- bre no puede de ningin modo aleanzar por sus propias fuerzas, y que nos serfa imposible conocer si no nos hu bieran sido comunicadas, ya que no pueden deducirse de los fenémenos que nos rodean. Pero Dios, que es su- ‘mamente bueno y misericordioso, ha salido a nuestro encuentro y nos ha dicho otra palabra clara y evidente, Sc ha dirigido a nosotros de un modo que trasciende st manifestacién en Ia creacién. Nos ha comunicado quién es, y nos ha dado una nueva luz para compren- dernos a nosotros mismos y comprender el mundo. Esta es la Revelacién sobrenatural o Revelacién proj ‘mente dicha. 1. Entrega sin reservas Dios se ha acereado @ nosotros, nos ha abierto su «co- tazén» y, de alguna manera, nos ha dado a conocer #t iad, su mundo interior. El motivo de eta actuacién es el amor que mueve a Dios a comunicar st Vida més allé de sf mismo. Santo Tomés de Aquino aficma: «Bs el amor lo que causa la Revelacién de los mis- tetioss?, Y el Conciio Vaticano II concreta: «El Padre, que estéen el cielo, sale amorosamente al encuentro de sus hijos para conversar con ellos * Sao Toms BE AQUINO: Eipliccdn del Bangi de Sen Juan 4 savin Ea ne Sova 48 BI Antiguo y el Nuevo Testament atestiguan esta rea- lidad en muchos lugares: Dios, que esté oculeo a los hom- bres y que shabita una luz inaccesibles', nos comunica su Propio misterio, «mantenido en secreto durante sighos eremos»*, Por eso, el hombre no camina hacia el vacio ‘cuando se entrega a la busqueda de sentido y felicidad, Dios no ese sentado en su srono, como un monarca oriental de la Ancigtiedad, no permanece en una lejania inalcanzable. Por el concratio, sale a nuestto encuentro, se nos entrega. Nos revela no s6lo que existe, sino que es ‘Yahvé, «rico en amor y fidelidads*; es Emmanuel, el Dios- con-nasotros, que nos concede su amistad, y nos invita a ser sus amigos El contenido principal de la Revelacién es la Santisima “Trinidad. «Quiso Dios, con su bondad y sabidusla, reve- larseas{ mismo y manifestar el misterio de su voluntads. La Trinidad es el misterio de Dios en s{ mismo, la fuente de todos los otros misterios de la fe y a luz que nos ilu- mina*, Es un misterio en sentido estricto, uno de los smisterios escondidos en Dios, que no pueden set cono- «idos si no son revelados desde lo altos®, Dios nos mues- tra que es Amor y nos llama al Amor", Es un Dios que por sobreabundancia de su ser se day se comunica, un Dios que vive en la comunién de Padve, Hijo y Espiriu, ¥ por eso puede rambién darse y crear comunién. En su interior podemos vislumbrar una vida insondable de eterna beatituds y «luz sin ocasos"!, una vida de pro- $1 Tin 6,16. « § Bm 16,25.C6 HPL 9. + 6 Be 14 34,6, DVR. «* ce CCE ISL « 7 CCEIBT. © EIA B16. "ce cc#257 49 funda amistad y entroga sin reservas. Este Dios Amores a Ja vez onuestro Dioss!. Es el Dios de nuestea esperanza En un sentido més amplio, la Revelacion abarca también las realidades que no son inaccesibles ala sola razén, pero aclara, explica y asegura nuestros conocimientos naturales. Dios nos habla no sélo en» sus obras, sino también «de> sus obras. En la Revelacién confirma los datos alos que he- ‘mos llegado contemplando Ia creacin, y nos hace profun- dizar en su contenido, Realiza, de alguna mana, la Revela- ‘iin (profenda y plena) de la revelacién nacaral. El hecho de {que las verdades narurales —como, por ejemplo, la existen- cia de Dios, la iberead humana— nos hayan sido comuni- cadas de modo explicito por Dios, puede considerarse como ‘una invitacidn a comprenderlas de un modo més claro y completo llegar aun conocimiento incomparablemente ‘mis hondo acerca del sentido de a propia existencia. 2, Procedencia inmediata de Dios En la Revelacién, Dios no actia como en los restantes pprocesos del mundo: no obra mediante las leyes naturales ‘que fl mismo ha inscrito en as cosas. Rompe el ritmo ‘ordinario de la historia humana y se dirige inmedia- tamente a algunas personas, a quienes esclaece y expla tuna (neva) realidad. Fstas, a su vez, sedan cuenta con la ‘maxima certea y caridad de que es Dios quien les habla y de que estén Ilamadas a comunicar alos demés lo que cscuchan, EAI 16, © © CE Bw5,13 50 Los conocimientos y exp velacién no surgen, pues, del interior del ¢g0so, No irrumpen de las profundidades del alma. No son debidos a la capacidad creadora de una persona nia su intuiciOn o genialidad, sino a la actuacién inmediata y syatuita de Dios. El hombre que transmite estos conoci- iientos a los demis, acta como un inscrumento de Dios, que es quien habla y obra mediante él, Sele puede aplicar la diferencia que el fldsofo danés Séren Kierke- ‘gard afima enere un genio y un apéstol: «El genio es lo ‘que es por s{ mismo, es decir, por lo que él mismo es un apéstol es lo que es por su autoridad divinas"*, Pero aunque la palabra de la Revelacién no proceda ‘del mundo que nos rodea, aparece sin embargo en las for ‘mas de este mundo, Tiene que vincularse alas posbilida- des expresivas que tenemos a nuestro aleance, ya que de cra manera no seria perceptible para nosotros. Ast, Dios pone ciertas cosas, ciertos acontecimientos y personas al servicio de su Revelacin, Se da a conocer en simbolos y palabras que comprendemos, pero llena todas estas for- mas de un contenido nuevo, imposible de encontrar en el mundo. ‘Algunas cosas pueden servir de signos de la Revela~ cidn, porque entre ella y la manifestacién sobrenacueal de Dios hay una semejanza a pesar de su profunda dife- rencia. Cuando Jesucristo, por ejemplo, dice de si mismo ‘que es el pan de la vidaY, expresa con ello que El tiene 1S. KisaiacAaRo: Sohne ol canes del dpe, cit en M. Sean Tle doi Mai 1365, 28 rae 31 paral vida espircual y eterna una funcign semejante ala que tiene el pan para Is vida corporal y cotidiana, Por su~ puesto que lo que Fl otorga ala vide expititual ex més de- Semejante que semejante al papel que el pan desempefia cn nuestta vida natural. Por la semejanza, Jesuctisto puede expresa su sigificacign para el hombre diiendo ue El es el pan. Por ausencia de esta semejanza no po dia deci, en cambio, que es la piedra de la vida. Las pro- piedades y funciones naturales del pan constituyen, por ‘anto, el supuesto para que sea tn instramento apto para la Revelacidn dvina. sea Revelacién nos abre nuevos horizontes, Crea un punto de apoyo, «fuera» de nuestro mundo, desde el ‘que resulea més fil jusgar cectamente los aconteci- ‘mientos de la vida. Ofrece as la posbilidad de discernir nur las ambigicdades que encontramos a nuestro alre- dedor y esclarece toda nuestra realidad, Nos hace ver el mundo en su profundidad y belleza, como un paisaje durante una puesta de sol. No es que veamos las pra- deras,colinas, rboles y casas que velamos antes y ade- ‘nds esol, sino que vemos todo sbafiado» por la luz so- lar. Ast a persona que recibe una luz de lo alto —y que ‘acepta la Revelacién divina—, ve todo en relacién con el amor de Dios y slo ast ve las cosas como realmente son, La Revelacién oftece perspectivas para una com- prensién més completa del mundo y del hombre. Y so- bre todo cumple nuestro «més fntimo anhelo de vivir con pleno sentido»", "© R GUARDINE: La exons dl eitiana, Madd 1997, p.17 ce Dva 22 IL. La Revelacién como aecién y palabra de Dios Dios se nos revela mediante hechos y palabras que no pueden ser separados unos de otras, pues eseén intima ‘mente ligados entre sfy se esclarecen mutuamente. Toda accién divina tiene carécter de palabca y todo hablar de Dios tiene carécter de accién. Sin embargo, la distincién ‘std justficada, ya que la Revelacién destaca unas veces la accién y otras veces la palabra, 1. Revelacién en la accién ‘Cuando Dios se reves en Ia accién, hace historia. Esta historia es distnta de lahistosia hecha por los hombres en uso de su libertad. Es historia sagrada. A ella pertene- cen los acontecimientos que, a diferencia de los sucesos dela historia humana, no ienden inmediatamente a de- sarrollarla vida cultura, social, poiia y econsmica, sino a ordenar, de un modo directo las eelaciones del hombre con Dios. A pesar dela diferencia, existe tna ertrecha te- Jacién entre la historia sagrada y la historia humana ‘Aquélla se realiza dentro de éta y dentro de sus formas, dde manera que puede ser fechada segin los acontecimien tos dela historia civil. Ademés, dado que ayuda a los hombres a encontrar a Dios —e inenta liberates del o- gail, del egoismo y de laambicin de poder—, ejeree un influjo positivo sobre las naciones, yconteibuye a que se haga un orden mds justo y mis grato a Dios, La historia sagrada tiene, por tanto, una gran importancia paral de- sartollo dela humanidad, aunque aellapertenccen tam- 33 bin procesos que no tienen signficacién inmediata para la marcha de la politica y de la culeura ‘La accidn histérica de Dios no es ciega, es una accién ena de sentido, Es una obra hecha por ef Espiritu Santo”, Sabemos que el Espiritu es una Persona divina, a Ja que queremos adorar. Pero siempre hay que tener muy presente que el Espiritu Santo es ante todo el Espiritu del Hijo y del Padre, esto es, el Ambito en el cual entramos cen relacién personal con Dios, de modo semejante a ‘como decimos que tener el espiritu de un determinado maestro es lo que nos permite entender el sentido de sus lecciones. En la historia sagrada se revela de alguna manera la lad» de Dios, su intimidad divina. Por los he- cchos visibles podemos barruntar quién es Dios y quiénes somos nosotros. Dios revela, por ejemplo, su misericor- dia no sélo asegurando que es misericordioso (aunque tambien lo revela asi), sino sobre codo y primariamente obrando con misericordia. La accién histérica divina se cconvierte asi en signo en que se manifiestan los pensa- ‘mientos e intenciones de Dios hasta el punto que pueden ser experimentados por nosotros. 2, Revelacién en la palabra El segundo aspecto de Is Revelacin histrica es la palabra pronanciada por Dios aun determinado hom b fe: Dios dice esta palabra ana persona que Fl mismo ” CE 69.14 54 hha elegido: la ilumina sobre una verdad universalmente vida, sea de suyo accesible por las fuerzas humanas naturales o trascienda absolutamente las posibilidades creadas. ‘Cuando Dios, por una visién o por una iluminacién interior, comunica una verdad sobrenatural a una per- sona, no es necesario que esta verdad sea una informa- cidn exhaustiva o sistematica sobre Ia realidad en cucs- tién, sino que, por egla general, sla comunicacién de lo que en este momento conviene saber a los hombres. Lo demas puede quedar oscuro, para ser tal vez iluminado nds tarde, Por eso, la Revelacién divina tiene una dimen- sién histérica, de forma que la validez absoluta y la co- ‘municacin relativa de la verdad estén mucuamente vinct- lads. El designio divino comporta una spedagogia divinay particular: Dios se comunica gradualmente al hombre, le prepara por etapas para acoger la revelacién sobrenatural aque hace de si mismo y que culminaré en la Persona y la isin de Jesucristo, En varias ocasiones, San Ireneo de Lyn se rfiere a esta pedagogia divina, bajo la imagen de tun mutuo acostumbrarse entre Dios y ef hombre: «El Verbo de Dios ha habitado en el hombre y se ha hecho Hijo del hombre para acostumbrar al hombre a compren- det a Dios y para acostumbrar a Dios a habitar en el hombre: La mayoria de las veces, Dios no revela sus designios al margen del momento histérico en el que los hombres se encuentran. Habla en ef agai y en el ahora dela vida hu- 1 SA TRENED DE LYON: Ads has 3, 20,2: en CCE. a. 53. 38 mana. Al lamar alos Apéstoles —en su mayorfa pesca- Adoces—- para su mision de levar la Buena Nueva a todos Jos hombres, les die que seri «pescadores de hombres». Tuumina una situacin conereta hasta lo més bondo y la pone ala lus desu juicio eterno. Las personas que re ben la Revelacién se hacen asi capaces para juzgar un acontecimiento hstérico con los ojos de Dios y tomar ls decisiones convenientes segin la pespectiva divina, y no sélo en ran de cilelos humanos. De este modo, la Re- velacidn da origen a los profetas y a funcién proftica”. Conviene recordar que, segin el Nuevo Testamento, to- dos los cistianos somos eprofetas»” y llamadios juxgat las situaciones de la vida con la luz del Espiritu Santo se- gin a voluntad de Dios. TIL, Canécter personal de la Revelacién, La Revelacidn ee una comunicacin que tiene lugar de persona a persona. Su contenido no son, Fundamen- talmente, unas verdades particulares y mandamientos ‘conctetas que no podamos conocer por nuestras propias fuerzas. Al dirgirse Dios al hombre, no se limita a rans- tape poe conepnde emi A aro sind Bed ligula soe deo Ea se te oad copii cep Se cor wc Bosca puto, tds lov canoe para da func pics Cio ogo ge tou Bs Iaooe dean sod eencimente dato de lor ig, 56 mitie algo con palabras y obras, sino que se entrega a sf 1. El mister de Dies Amor Si nos preguntamos: goSmo es Dios, en realidad’, no es preciso que nos cntreguemos a complicadas especula- ‘cones, Tampoco necesitamos apelar a un sentimiento difuso, Menos ain podemos considerar la fe en Dios ‘como una proyeccién de nuestros descos 0 impulsos. La respuesta se encuentra en la historia de la relacién de Dios con los hombres. Por consigaiente, no podemos responder de otro modo a la pregunta planteada que te- latando esta historia y diciendo: (He aquf a Dios! El que guia a Abraham, libera a Israel, esucita a Jesucristo de fete los muertos, nos ha llamado a su amistad y viene a redimirnos", La fe en Dios vive del recuerdo y de la ac tualizacidn de esta historia, que ocurtié de una vex para siempre. Ella es la fuente y la norma de nuestras pala- bras sobre Dios y el fundamento de nuestra esperanza. En la medida en que una persona medita sobre las pala- bras y acciones divinas, puede descubrir que se dizigen también direcramente a ella y que su vida forma, miste- rlosamente, parte de la historia sagrada. Ast renueva ¢ intensifica su propia relacién con Dios y percibe lo pri- ‘mero que Dios planté en ella en el momento de su ctes- cin: fa imagen divina, WCE Le21, 28.4 * CL Fon 6, 10 7 2. Aetuacibn salofics En la Revelacin, Dios abre el mister de su intimidad y sedaa conocer. Habla alos hombres como a amigos a quie- ines se entrega sin reservas. As les descubre a la vez el sen- tido completo de su existencia, que consiste en vivir para siempre en amistad con Eola raz6n ms alta de la digai- dad humana consiste en la vocacién del hombre ala comu- nin con Dios. El hombre es invitado al didlogo con Dios desde su nacimiento; pues no existe sino porque, creado por Dios por amor, es conserva siempre por amon. uesto que el amor es el motivo y Ia meta de la Revela- cin, ésa no puede reduciesejamds a mera informacién 0 instruccién inteleceual. Dios, al incervenie en la historia, siempre busca conceder alas criauras a partcipacién en su propia vida divina, Por ello, la Revelacién es a la vez espirivuy fuerza. San Pablo escribe a los romanos que el Evangelio es «poder de Dios». La palabra de Dios al hhombre es palabra operance. La accién de Dios en el hombre esté siempre llena de sentido. Como Dios no fuerza a una persona sino que respeta su libertad, la Reve- lacin tiene el caricter de una llamada a corresponder al Amory encregarse libremente a Dios. Dios quiere recibir a los hombres en su compania. Por esto, al revelarse a sf mismo, procura haceros capaces de responderle, conocerle y amarle mas allé de lo que ellos ppodrian conseguir por sus fuerzas naturales. Quiere co- ‘municarles su propia vida divina’, hacerlo hijos suyos*, Esta comunién con Dios es precisamentc la salvacién del > GSI9. = ROLL 1G + 8 DVD. + CE LAS. 38 hombre. Dios se nos revel, la vez, como Padre y Salva~ dor”, «La tevelacién del misterio de Dios es la evelacién ddl misterio de nuestra salvaci6n; ella es la verdad salvifca fundamental y central de la fe ctistiana, cuyo contenido ‘central afirma que Dios Padre se ha acercado y comuni- ceado definitivamente a ceavés de Jesucrsto, su Hijo, en el Espiricu Santos". La Revelacién, en consecuencia, no consiste slo en la comunicacién de un mensaje, sino que va inseparable- ‘mente unida al acto por el que Dios llama al hombre a su intimidad, Eseé esencialmente unida ala salvaci6n. La Revelacidn puede considerarse como el comienzo de la salvacién, Gracias a ell, el hombre descubre que su fin es llegar a la intimidad divina””. En otras palabras, Dios se revela porque quiere salvarnos. Asi lo dice el Concilio Va- ‘ican Ul: «Por la Revelacién divina, Dios quiso manifes- tarse y comunicarse a si mismo y los erernos dectetos de su volunead sobre la salvacién humana». La salvacién es la finalidad de la Revelacién divina, pero no se identifica con ella, pues Dios no la condiciona de forma absoluca a la aceptacién de su Revelacién, ya ‘que ésta no ha llegado de hecho a todos los hombres. La voluntad salvifica de Dios, en cambio, es universal y al~ canza a todas las gentes sin excepcién: «Dios quiere que todos los hombres se salven»2. En efecto, cada persona humana esté llamada a la comunién con Dios. La salva- ala que sigue C-I2qunD0 URBINA: Tle Fandament separ ao "i, Kaen: Tele ig, Baelona 1989 p. 196 >a DVS Tim 0 cin es mds amplia que la Revelacién y afecta—al menos ‘como vocaci6n sobrenatural— también a quienes no han recibido el Evangel, ni han ofdo hablar de Cristo. «Los que inculpablemente desconocen el Evangelio de Cristo y su Iglesia, y buscan con sinceridad a Dios, y se esfuer- 2an bajo el influjo de la gracia en cumplir con las obras de su voluntad, conocida por el diceamen de la concien- «ia, pueden conseguir la salvacion eterna», Es siempre Dios quien salva, y no ef hombre quien se salva a sf mismo oa los demas. En un sentido impropio, el hombre puede «salvarses a si mismo de peligtos y de rales, pero sélo se salva auténticamente cuando es redi- rmido, cuando es liberado de la rate de vodo lo que lees claviza, que es el pecado. Esto que, en realidad, le des- truye de manera mucho mAs profunda que los sucesos externos, no puede quitérselo por sus propiasfuerzas, no puede autortedimirse. Pero tampoco tiene necesidad de hacetl, dado que Dios se ha revelado como su Salvador. Un cristiano tiene mas confianza en Dios que en si ‘mismo, Estd convencido de que lo decisivo no es lo que Lhaga, sino lo que Dios hace por dl. Sabe que no nece- sita salvarse a sf mismo, pues ya esd salvado. Hace dos ail aos, Cristo le ha redimido en la cruz’, Esta es la Buena Nueva del Evangel. a 2» Hay gue diag ene redencion oben es dec a aminad on Dos sobre de pn que Crane yuna la cru yl edencon mn ace ai und apace Se Finder renete x el cormn de ts prvona mana fuels sere Blot Bu Santon C8 1 Co 60 Capfeulo IV LAS ETAPAS DE LA REVELACION Al confesar a Dios, los cristianos no miramos sélo & la armonta del cosmos, ni tampoco nos referimos a tos de tiempos primitivos. No hablamos sélo del Dios que se experimenta en la intimidad del corazén hu- ‘mano, o del Dios de los fil6sofos. Nos referimos al Dios vivo de la historia, al Dios de los patriarcas', al Dios de Israel, y sobre todo al Dios que es «Padre de nuestro Se~ Sor Jesucristo»?. Miramos, en definitiva, a una Persona, a Jesucisto, y partimos de acontecimientos concretos: Dios ha entrado en nuestro mundo y ha cambiado el srumbo de la historia. Los esclavos son liberados, los en- fermos son curados, los pobres son iluminados por la verdad, y las mujeres son valoradas como personas hu- ‘manas iguales a los varones. 5 Gk B36 M22, 82. © * CE Sal 72, 18 45, 35 Mé22, 32. P21 Sy owes o ‘Conocemos realmente a Dios através dela Biblia. All se relata la historia de Dios con los hombres y se descr then las grandes obras del Sefior, que guia a su pueblo.* I. EL Dios del Antiguo Testamento ios se revela desde el origen del mundo por medio de la creacién y, especialmente, a través de la conciencia mo- ral del hombre y de su orientacién en la historia. Existe, pues, una historia universal de la revelacién divina’. 1. La Revelaciin primitive ‘Ademis, Dios se dio a conocer a nuestros primeros pa- des de un modo claro y explicio, segin destaca el Con- cilio Vaticano Ik: «Queriendo abrir el camino de la salva- «ign sobrenatura, (Dios) se manifest (..) personalmente ‘nuestros primeros padres ya desde el principiow’. Los revistié de gracia y justcia, y los invité a vivir en una in- ‘ima comunién con EV. Después de la ealds, Dios hizo a Addn ya Eva una pro- mesa de redencién. Alenté en ellos a esperanza de la sal- “ug ene apo cf CCE 54-73, CONTERENCIA EMSCOPAL Ate aa Cae Cate pare Adal. La fel iia, eB. 8, Mek etepialo de elie «Dva, > Sin erabargo ta idea de una seveecn pei con fuente del conocimienta Ktdicn de Dior ao et una ee que se edit scale ‘ante de mado genes. a vacidn y ewvo incesantecuidado con todo el género hu- ‘mano, «para dat la vida eterna a todos los que buscan la salvacién con la perseverancia en las buenas obras. ‘Al pasat ls tempos, los hombres no han podido olvi- dar esta primera Revelaci6n, como una persona no puede olvidar las fuertes impresiones de su juventud. La en- contramos, aunque desfigurada y en parce corrompida de smiltiples formas, dsfrazada y escondida, en muchas re- presentaciones y creencias religiosa. En todas las religio- fesse mezclan elementos de los misteris divinos revla- dos alos hombres al principio det mundo. Rotala unidad del género humano por el pcado, Dios dlecide salvar ala humanidad,y lo hace através de una se- rie de etapas. La Revelacién primitiva es concinuada en la alianza con Noé despues del dluvio™. Pues Dios aquiere {que todos los hombres se salven y leguen al cono- Gimniento de la verdads". No¢ puede considerarse como el representante de todos aquellos hombres que ne conocen al Dios del Antiguo y del Nuevo Testamento, agrupados ‘sega sus pases, cada uno segin su lengua, y segin sus canes, Dios ofrece su ayuda eficaz a todos ellos. Pero, 4 causa del pecado”, el politesmo y a idolatia suponen luna amenaza constance para los hombres. a Biblia se refer, en dversospasjes, a personas hon- radas y extraordinarias que son testigos del Dios vivo: ‘Abel el justo, el mismo Nog, el rey-sacendore Melquise- * va, 2 CEM. Scams Tsoi dein, cp. 2G Gea see te Se Goby ck 10, 2031 3 GE Bt 1825, @ dec'*y otros! De esta manera, la Excrtura expresa qué cercanfa de Dios pueden aleanzar también los que no for- ‘man parte visible del «pueblo elegido». En los escritos tardios del Antiguo ‘Testament se e ‘uentran miitipls y extensas consideraciones sobre la pos bilidad de conocer a Dios a través de la crescién y sobre fa insensatez de rechazatlo. «Vanos son por naturaleza todos Jos hombres en quienes hay desconocimiento de Dios, y que a partir de las cosas visibles son incapaces de ver al que Gini porcomidencin dela obas von arcs Pero Dios no quiso revelarse a los humanos solamente de ‘modo individual, sino al hombre como se social e histsrico. Quizo formar un pueblo y hacer de éste Ia luz de todas las haciones”, De exta manera, adems de la hiscotia univers de Dios con los hombres, hay también una historia especial de la Revelacién divina, En tiempos y lugares concretos, Dios se ha dado a conocer de un modo nuevo y sobrenatu- tala determinadas personas, alas que ha conferido la misiSn de anunciar su palabra pablicamente a los dems hombres. La historia especial de Dios eon los hombres comienza con la vida de los patriacas Abraham, Isaac y Jacob, 2. La eleccién de Abraham Para rcunira la huumanidad dispersa, Dios elige a Abra- hham, le Hama «fuera de su tierra, de su patria y de su casa», para hacer de él «Abrahams, es deci, vel padre de WCE G14, 18 + CE Zeid, 14, © Sab13, 1.45. EER 8 Grit 64 luna mulkiud de naciones»™, En 4l wserin benditas todas las naciones de la tierra»™. En la historia de los patriarcas, Dios se manifiesta como un Dios que hace una elecciéa inmerecida, un ios que muestra el camino y que gufa en un pals extran- jero, Promete la posesién de una tetra marevillosay nu ‘merosa descendencia pero todavia faltan unas norms le- gales y de culto. En repetidas ocasiones, la historia de esta prometa corre el peligro de perderse en una maleza de comportamientos humanos poco edifcantes; pero Dios sigue guidndola a través de toda la confusidn humana ‘Acompafa al hombre en su camino y le hace sentirse se {guro en su proximidad confiada y amigable. A veces, sin ‘embargo, se ocula alos ojos humanos. El pueblo nacido de Abraham seri el depositario dela promesa hecha a los patriarcas, el pueblo de la eleccibn*", sé lamado a preparar la venida del Salvador y a reunién un dia de todos los hijos de Dios en la Iglesia. Ser la ratz ‘en la que ser injrtados los paganos hechos ceyentes" “Todo esto significa que la vida de los pariarcas es, an- tes que nada, la protohistoria de la alianza con Israel. La natracién de José, el pentiltimo de los hijos de Jacob, es yael paso a una nueva fase de la Revelacidn. 3 La formacion del pueblo de lenael ‘Con Moisés comienza plenamente la historia de Dios ‘on los hombres. Israel vivia entances en un destierro st 8 G17. 5. + ® Gn 12.68 Ge5.8. © * CE Ait, 26 * Ch Ji, 525 10,16, « CE Rw i, 17-1824 6 mamente duro en Egipto. Alli se revela Dios a Moisés: Xo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Issac, l Dios de Jacob (..). He visto la opresién de mi pucblo en Egipto, he ofdo sus quejas contra los fopresores, me he fijado en sus suftimientos. Voy a bajar a Tibrarlos de los egipcios, a sacarlos de esta tierra para lle- varlos a una tierra frtly espaciosa, tierra que mana leche y mie Dios constituye a Israel como su pueblo liberindolo de la exclavitud. En la eravesia del Mar Rojo y en la mar- cha por el desicrto del Sina, en a legada a la tetra pro- Ietida y en Ia consteuccién del cino de David, Israel ex- perimenta una y otra ver que Dios esté con él, Le lleva sobre alas de éguila», para establecer con él una alianza, ¥¥ de entte todos los pucblos hacer de él su propiedad es- pecial, que le pertenece «como un reino de sacerdotes y tuna naci6n santo. Esra alianza no és un contrato entre socios que se en- ccuentran al mismo nivel, con iguales derechos y deberes; al contratio, Dios la confirma gratuita y libremente. Obliga « Israel con unas indicaciones ética y sociales, los dice mandamientos (que son el xestauto de la alianza»)”; ala vez promete al pueblo vida, vierra y futuro. El resu- ‘men mas breve de esta alianza es: «Yo, vuestro Dios; vo- sotros, mi pueblow. El Dios de Israel, por tanto, no es tun Dios que presida impasible fa suerte de los hombres y cl curso de la historia, Es un Dios vio, que ve la miseria ddel hombre y escucha sus eamores. Es un Dios que tiene Bed 68. + > B19, 4, + + * Bei9.6 % CE Be20, 1-17, 5 122. + PCE F723. 66 compasién de los que suften, un Dios que libera y guia, tun Dios que interviene en la historia yabre camino a una historia nueva. Es un Dios de esperanza. La historia de la alianza transcurre de un modo extra- ordinariamente dramatico. Con frecuencia, Israel cae en la miseriay la opresién, porque abandona al inico Dios vivo y se olvida del precepto fundamental de su ley, para adorar a los (dolos de los pucblos vecinos. En esas situa ciones, Dios hace surgir hombres y mujeres, para ayudar a su pueblo en las horas de necesidad. Pero sobre todo, Dios llama a los profetas como mensajeros, portavoces pregoneros suyos: Ve y dia ese pueblo... Los profetas reciben de Dios el encargo de hacer que el pueblo vuelva ‘ala obediencia y a lajusticia, yen la época dificil del exi- lio, deben darle &nimo y consolatle, Por eso, hablan del Dios que es Padre de Israc, su pastory rey, de Dios como protector y liberador de los pobres y oprimidos. Al ‘mismo tiempo, los profetas advierten el peligro de una confianza falsa. A causa de la injusticia y por la desobe- diencia del pueblo, la eleccién se transforma en juicio™, Por eso, el profeea Amés predica el sdia de Yahvé> como dia de juicio, «fa de tinieblas y no de luz» En las dos catéstrofes, del 722 (caida del reino del Norte) y del 587 (cafda del reino del Sur con la destruc- cign de Jerusalén y el exilio babil6nico), la sencencia se cconvierte en realidad. Israel pierde su autonomia como pueblo. Vive en el destiero, en una tierra ocupada. Pero ‘este desmoronamiento no es defiitivo, porque Dios ja- ‘nds abandona a los suyos. Es fiel su alianza a pesar dela 7 16,9, Ch Am 1,3, 6y ones © © CE Ams,2. © CE AmS, 18 7 infidelidad humana: «Puede una madre olvidarse de su ctiatura, no conmoverse del hijo de sus entrafas? Pus, aunque ella se olvide, yo no te olvidarés, A través de los profetas, Dios forma a su pueblo en la esperanza de la salvacién, en la espera de una Alianza nueva y etema destinada a todos los hombres. Los pro- fetas anuncian una redencién radical del pueblo de Dis, la purificacin de todas sus infidelidades, una salvacién, ue incluiré a todas las naciones®. ‘Cuando la Biblia quiere explicarnos quién es Dios, no acide a conceptos abstractos y complicados. Habla de Dios sieviendose de imagenes sencillas, ¢ineluso a veces de ex presiones humanas. Asi, leemos, por ejemplo, en los Sal- ‘mos: «Yo te amo, Sefior; Ti eres mi fortaleza; Sefior, mi roca, mi aleiza, mi libetador. Dios mio, peia mia, refigio ‘mio, escudo mio, mi fuera salvadora, mi baluarten®, Naturalmente, el pueblo elegido sabe también que no pueden ni deben hacerse imagenes de Dios”, ya que Yahvé es dinico e incomparable: «Con quién compararéis «Dios, qué imagen vais a contraponerle?s* Para expresar ‘que Dios trasciende todo lo terreno y humano, la Biblia ‘en muchos passes lo llama el Sefior (en hebreo, adonai). Es el Dios-Sefior, ue esté por encima de todo lo creado. ‘Sefios; Duefio nuestro, qué admirable es tu nombre en toda la terra! Ensazaste tu majestad sobre los celosy™. Dios abre las puercas del futuro. Las grandes obras del pasado —cxlio,alianza, posesién de le tierra, consteuc- 849,15. + © Ch 2,24 0 CE 36, © Gnas, s6rs3, 1 + SAB 29. * » CE Be20, 35 De5,8, edo, 18.9 S82 68 cidn del templo— se repetirén en ef futuro de una forma superior, Al final de los tiempos, Dios levantaré de nuevo ‘Israel y hard una nueva Alianza, que no se escribird ‘como los diez mandamientos en tablas de piedra, sino en el corazén*. Ast, los Apéstoles no descenderin de la ‘montafia como Moisés, evando en sus manos tablas de piedra. Ellos saldrén del cendculo llevando el Espiritu en Su corazén, como si fuesen libros animados por la gracia del Espirisu Santo. Un dia todos los pueblos acudirin ‘en masa, atraidos por el resplandor de la nueva Jerusalén, y reconocerin al Dios de Israel. Habra paz perpetia, y un ‘mundo unido bajo un solo Dios. De esta raiz del Antiguo Testamento no puede ni debe separarse nunca el anuncio cristiano de Dios, que no aporta una idea general de la dvinidad, sino que da testi- monio del Dios concreto que se ha dado a conocer por Abraham, Moisés y los profetas. De esta historia y este testimonio del Antiguo Testamento ha hablado también el mismo Jesucristo, IL, EL Dios del Nuevo Testamento. 1. Bl Dios de Jsueristo A avés de las diversas etapas de Ia historia sagrada, Dios ha preparado a su pueblo para la Revelacién defini. GE p31, 31-54 £7610, 16. © CESAs jv CSCSTOM: Homi sb Bane de Mae 69 iva en Jesueristo. fl es el cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamenco. La renovacidn anunciada del f- zal de los tiempos ha llegado con El Durante su vida sobre la tcer, Jesés comunica a los hombres quién es Dios en realidad. Su pred iene el sello del lenguaje y de las ideas del Antiguo Testamento. En la mayorfa de sus afiemaciones pueden encontrarse parale- limos con os escrtos veterotestamentaros y con la tradi- ‘ign judia. Como para el Antiguo Testamenco, también pata Jess, Dios es el Creador que ha dado el ser acodas las costs, que todo lo cua, gua y conserva, Para Jets, asoli- citud de Dios como Creador amoraso se manifest en toda la naturaleza, en la hietbay en las itis del campo y en las aves del cielo, «Hace salir su sol sobre malos y buenos y ‘manda l luviaajusts e ijustos»®. Ni un solo cabello cae de nuestra cabeza sin que Flo sepa y quiera, De manera ‘especial las pardbolas muestran cémo en todos las hechos de la vida humana podemos descubri la huella de Dios y de sus obras, Por eso, Jests advierte: «No estéis agobia~ dos {No tengais miedols* Como para el Antiguo Testa- ‘mento, también para Jets, Dios es el Seior de la historia, «que ayuda y salva iberay redime, que aqul y ahora pro- duce lo nuevo y que todo lo hace no slo en la interioridad del corazén, sino también en el euerpo del hombre. Los mi- lagros de Jess son la mis clara pruebat®. No han de enten- © Ch MiG, 28-30, » # CE Me6, 26; 10,2931. « © 5,45, GE Mi10, 20.» © MG6,2531. * © AiO, 31, {Se snap an ign et il ina ave peal capa de quien lo observa en senidaestcto, un nage ‘rEsguei uc a sido hecho po Dio Fra del orden dewodala matae esp eats (unto Tom’), 70 derse como espectaclates manifestaciones de fuerza, sino ‘como accones del poder divino®, con las que Jess ensfia, aus oyentesa exer en Dia, para quien todo es posible, ya pedicle con fe “A pesar de estas semejanzas con el Antiguo Testa- ‘mento, Ia predicacién de Jess acerca de Dios tiene un vento completamente nuevo Y €5, por tanto, inconfun- ible y nica. El contenido central de esta predicacin es ‘que el reino de Dios esperado en el Antiguo Testamento esti ya may préximot; se encuentra en sus palabra, sus obras y en su misma Persona. Pero Jesis no ve el co- Inienzo del reino de Dios como Juan el Bautista, bajo cl signo de la ia, sino dela gracia, de la misericordiay del perdén divinos. Compara el reino de Dios con un ban {uete de bodas* 0 con una cosecha grande y rica. Su ensaje sobre Dios es un mensaje de alegrla, como se ex- presa sobre codo en las bienavencuranzas del Sermén de fa Montaiia*, Esa alegriaseditige sobre todo a los pooa dores, pra que se convierean y sigan su llamada. Pueden confiar en que Dios es para ellos como un padre que fguarda al hijo prédigo, le perdona, le entrega de nuevo todos los derechos de hijo e incluso celebra su vuelta con tna gran Resta Esve mensje sebre Dios como amor sin limites es el nsicleo més profundo de las palabras de Jess sobre Dios. CE Me12, 28; Le17,21. © CE Mel, 4s. 2 CE MG22, 1-18 5 GE M9, 37-98; Me 4, 26-29. fats, cement, sm so inde nes per no podemor habla del eno de Dios de oso modo que coo Iiges pole CMS, 31D + % CE 115, 1132, a 2. ElVerbo encarnado Jesucristo hablé de Dios de un modo enteramente Ainico. Sélo pudo hablar ast de Dios, vivir de Dios, con Dios y para Dios, porque su relacién con El era verdade- ramente inica. Segin el testimonio de los Evangelios, la relacién de Jess con el Padre es distinta de la que mante- rnemos nosotros. Sut relacién con ef Padre es tan peculiar ‘que nunca esté al mismo nivel que los discipulos. Nunca dice «Padre nuestrov en el sentido de igualarse a los otros hombres. Después de la Resurreccién dice a Maria Mag dalena: «Ve a mis hermanos y diles: Subo al Padre mio y Padre vuesto, al Dios mio y Dios vuestro»% Jess esté por encima de Moisésy los profetas, esté por encima de la Ley y del Templo: «Habéis ofdo que se dijo alos antiguos(..). Pero yo 0s digo. pprofera. Sabe que esti en una rela su Padre. Es el Hijo tinico del Padre, el Verbo divino™. El caricter historico de la Revelaci6n alcanza su mé- ima intensidad en Crist. Por esta Revelacida sabemos que la relacién de Hijo que Jess mantiene con su Padre forma parte dela esencia eterna de Dios. Jesucristo es el Hijo eterno, a quien Dios ha enviado al mundo®. En El, ro se content6 con intervenir en la historia humana con obras y palabras, sino que El mismo se hizo presente como Sujeto que obra y habla. «De una manera fagmen- taria y de muchos modos habl6 Dios en el passdo a nues- % Jy20, 17. Me5,21.22.27.28 oxo, 3 GE Mei, 27:16, 16, Mel 1-41; 13,32 i 1,358, 3y ots 7 E RvB, 3 Ge ar fod 7, R ‘0s padres por medio de los profecas. Ahora, en esta craps fina, nos ha hablado por su Hijos, Para comprender mas perfectamente la Revelacién de Dios hecha en Cristo, pueden ayudarnos algunas aclar- ciones que suministra la Teologta trinitaria. Segiin ella, Dios Pacre habla eternamente toda la abundancia del ser y de la vida en una Palabra personal, el Verbo, su Hijo. En la splenitud de los tiempos» envié esta Palabra hasta nosotros y para nuestra salvacién. La pronuncié, en cierto ‘modo, en una naturaleza humana, de forma que és slo tiene consistencia en el Verbo personal de Dios: «Y la Palabra se hizo came, y habité entre nosorross® Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, es «la Palabra ‘inica, perfecta¢ insuperables® con la que desde la eter- niidad se expresa el Padre, Constituye, tanto en su apati cin histérica como en su predicacién y obra la plenitud de todas las revelaciones divinas, En El, Dios nos ha co- ‘municado todo su misterio, se nos ha entregado comple- tamente. No habré otra palabra mas que éta. Cristo es la imagen de Dios invisible, el esplendor de sa gloria®, En El, Dios se hace visible como un Dios con rostro humano, En lo que Jesis hace y dice, obra y habla sl mismo Dios. De sus acciones y palabras se puede decir en consecuencia: asi habla y obra Dios; Dios habla y obra tal como podemos ver y often Cristo. En Fl, Dios se ma- nifiesta definitiva y enteramence, de modo que en sen- 2 Bia leit 0 cet 2B Lido cristiano ya no se puede hablar de Dios prescin- ‘iendo de Jesucrse, " Crist vive y acta con constant y fundamental re ferenca al Padres En cert manera, ola tevelacion del Padre mismo®. Etenamente procede del Padre”, pero fin dcjarey sin abandonare amas; Yo estoy en el Pa dreo* Es Caso quien nos sre el mister del Tint ded, nos mucsen Ta incimidad de Dios Sin embargo, x tmuy poco lo que pedemer entender, A menudo nos por {amor como cl Apésol Felipe, que pdié Jess smu tranos al Padres Alo cual Jesus respondid claramente: ‘nro dempo come lev con vorotes y no me has Mocidet El que me ha visto nf ha vod Padres? Dios c nor manifesta en el Nucro Testamenco como Padre, Hijo 7 Expiicu Sano. El mismo mandaco del bautisme, en boes de Jets resuctado recaps la Reval én de la Ttnidads eid y haced dacfploe de todo low pusblos, bautzindolos én el nombre del Padre y del Hijo del Espiia Santos, De este origen procede que Ia onesin de la Trinidad sea lo mis esencial de la fe critana. La confesion de un Dioe ino no es mds que tn desarrollo de la expresign: *Dios es Amore” Que Dios desde la eteriad es ens ienavencurana plns, yes para novos, en medio de tin mundo de dalory sufimientos, l fndamenco de muestra esperanza. Graias ala Revelacionsaberos que CF jn}, 18 4A Digs nadie ha iso jad el Dos Unga, e qt et elena dal Pade mime odio a conocer ‘SC pres, so he sao de Dion, CE Ja 317.18; 276 8 Jnif. 28. rabien 6, 5715.10. © Ja, Soc 12,45. ohio "4 la realidad dlkima y més profunda es vida y amor y que ppor Jesucristo, en el Espiritu Santo, se nos ha dado parte ‘en esta realidad. 3. Amor paterno De ninguna manera, Dios Padre simperay, 0 wejerce tun dominio» sobre el Hijo. El es Padre en el amor. «Tt «eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy” ast comienza el Go Litd -H hec de quel Pade engende a Hijo econ amore face refs lactic dl spn Santo eno as pound dea Sings Tidal ete L436, Rom 8, 15.- Gal 7. Abbas ¢sloma» Papky ‘Mamd) son epimers pir que ut ito puede bubucear, expen {Dilan ag eye Conde ari ‘Sena queda d sito guinerle den soe Pe Funt Panto Tl dense queens lignes dl ancgn Orin le vind era nvcala como pec claegndo y ero ini es ‘Gino. in cn Andgun Teement en coc enor de an is [orci (63,16 Bed 29} Dis es ama ade publ deta {Gor atndo te prone ca petcacn de Jes sgn dese tlcmosboluacne nuevo pbs “Abi erin Gon qu oro Ellman en sre <2 pap El hecho de que Dove Pape la Plan eg rda pr Js CE. Zen 1031999. 75 rs lsu pair aga ato qu a rans ‘los textos griegos en su eranscripeidn aramea original” Ta exprsiin gue resume la Bena Nucta co ePbecho de que Jesis habla con Dios como Padre de tun modo ‘completamente tnico y nos ensefia a decir: «Padre nues- ‘row. Por esta razén, la Ipesia pensé firmemente desde cl principio que lo auténtica y especicamente cristiano const em un comunn fvin ypesonal con Dion, ‘en tomar conciencia de que somos hijos ehijas de Dios. ‘Al mismo tiempo, el cristiano debe saber que el que llama a Dios «Padrer tiene hermanos y hermanas; nunca esta aislado y solo ante su Padre. De este Padre comin surge la nueva familia, el nuevo Pueblo de Dios como co- rmienzo de una humanidad nueva. Tal como el Padre, en la vida intratrinitari, es com- pleta ventregar y nada més que entrega, asi es también su amor al mundo. Es Padre para su Hijo Unigénito y pata todos los hombres. Eternamente se entrega a su Hijo y en 41, que para el Padre lo es «todo», se entrega también to- talmente al mundo, El Padre nos dona a aquél, por quien El es lo que es; nos da a aquél por quien El vive El Padre se da asf mismo! Se entrega al mundo, para salvarl, para putificarlo, para redimirlo: «Tanto amé Dios al mundo que le encregé a su Hijo Unigénitos”®, Anticipo de esa ‘entrega total es el sarifcio de Abraham, en el cual un pa- ‘dre humano «no perdoné» a su propio hijo Isaac”. % G8 6 RB 15. 7 6 95 cf Le 11,2. % J 16, “CE rmbidn fn, 3c gue no perond as propio lj ino gue o ene por dor novos FE nae, Ye. 76 Laredencién, por tanto, no es ni mucho menos un fifo negocio juridico, segtin el cual se deba realizar un sacrifi- cio para calmar a una majstad ofendida, No es necesario seconciliar a Dios Padre con la humanidad. Es El quien teconcilia alos hombres consigo en su propio Hijo". Es El quien da alos hombres una nueva vida les teal st aca’, Toda la iniciativa proviene del Padre™, Cuando rena nu Hijoal munds; noe mands ors ease le aparta des, Dado que El vive en su Hijo, también viene con El al mundo. Que el Padre realice la redencign me- diante el sarificio de su Hijo, significa, de alguna manera, que el sactficado es El mismo, La redencién es la historia delamor de Dios por el mundo, del amor del Pade unide con el Hijo en el Espiicu Sanco, una historia que supers con mucho la capacidad del entendimiento humano. ‘También en su Pasién dolorosa muestra Cristo el ros- two del Padie®. Al mirar al Crucificado, podemos vislum- 1% GE in5, 152 CoS, 182.-1 fd, 1 Nosogeshemer voy da ‘ona de qu el Pare vis ilo como Saar dl morse ret pede onder De “ar delcomuntn on je Diow nes dene y pat de Hn for corroness CE 1440 y 1880. Sn cobutg, ch tedads Dior oo {ae ofedidor, les Amor lo cal.en realidad endsne, opal Is pyvedad del peado). Otero scifco dea Mise Duce pas ‘oma pee dase adieu sain eid ns 1 a 5308 8 Fa prota lito del uf de Dio eo on- eposcn nani hee spatipasiontnam, pun gga ae ‘cone quel edlgo sane Ranke Cantino del Sto Pa Juan Pablo rae lua Viernes Se oo ‘ests Ores hs Reed Sn Fee Ro Der Kraft wed Ween Kal 1999, pp 29-138, (Origa alan Nelptiae n ce 1389, “ ” brar algo de ese amor ininito, de esa entrega oral ycom- peta, shasta el fins." «El Redentor del Universo, al ser inmolado, vence. Dios, ductio de todo lo creado, no afirma su presencia con la fuerza de las armas (.) Ia grandeza de su amos 8, Dios es un Padre amo- roso —Padre de Jesucrsto y Padre nuestro— y todas sus ‘obras son parernales. Sin embargo, a pesar de la plena confianza familiar que ‘entrafa Ia palabra «Padres, no debe malinterpretarse en sentido unilateral. Jends no habla simplemente de un Dios bondadoso. Por el contrario, la palabra «Padre» expresa en Jesis el ser divino de Dios de un modo completamente ‘nuevo ¢ inédito, Para la gran familia de Palestina, de orga- nizaci6n patrarcal, el padre es siempre también sefo. El mensaje de Jes sobre Dios incluye asimismo la amenaza del juicio sabre todo tipo de maldad que se oponga a Dios y rebaje la dignidad del hombre. El sDichosos vosotros» incluye también el Ay de vosocrosts™ En la salvacién y en - tamos acostumbrados a eer acrualmente, que nos dan a co- nocer la cronologia y el desarrollo del cardcterpsicol6gico dl héroe. No obstante, los Erangelios corresponcden exac- tamente alo que se entendia en el mundo greco-romano pr una biografla, La caracerstca més importante de este sénero literario era la atencién exclusiva al sujeto: el perso- naje biografiado solia ser el tinico protagonista del escrito”. En grandes lineas, podemos decir que we ha pasado de una consideracién ingenua de los Evangelios como bio- agraflas de Jessa la negacin de tal ealifcacién y, por fin, un retomo eriticamente documentado de su valor no s6lo histérico, sino también “biogréfico” en el significado de las biografias helenisticas del tiempos”, Hoy en dia se ® Par ne pra cf COMITE ts EL JusLz0 DBL ARO 2OED je mea, Sar demand, 4, Maid 196, 718 ‘te decile els, en prime ga e invenigndor Cyd Weber Vou en 1913, comparando bs Bangs ena esura Sign dl mn grr romano,emsncr cm ia dels Seems (46.399 nC) bograiado por mn dacpulon Pan (Dido) yJentonte (omoabich et amature Spoleto de Tia (09? A.C), contemporinco de Ji, biograino por Figsuao; dl soo Fpigue 60.150 4) big forse dcp Arno de ane Ck Cowie ana 2 JUDIBO DAL ARO 2000: foci, Satador Ahmad deap 7k 89 puede dar por concluido el giro completo que ha tomado Ia interpretacién biblica. Los investigadores han ido reconociendo cada vez més aque no hay motivo alguno para el scepticismo en lo que respecta a la capacidad del conocimiento hist6rico. Los Evangelios pueden ser considerados como verdaderas y propias «vidas» de Jess. Pueden desarrollarse criterios apropiados para sacar a la luz tanto sus palabras, como sus obras. Aunque no podamos escribir una evida de Je- siis» en el sentido de una biografia moderna, ni trazar una imagen exhaustiva de su personalidad (que informe, ppor ejemplo, acerca de su aspecto fisico) el Jestis de la historia se nos presenta en los Evangelios tan vivo e in- confundible que hoy existe entre os aucores un amplio ‘consenso sobre los rasgos fundamentales de su predica~ ‘ign y de su accién, Ha quedado de nuevo aclarado que los Bvangelios transmiten ef mensaje y los hechos de Jesus, con fidelidad”. El objetivo del Nuevo Testamento no consiste en pre- sentar una informacién puramente histrica de Jess. Los cevangelistas pretenden sobre todo transmits el eestimo- nio de la fe cclesial sobre Jesucristo™. Por esto, no nos oftecen una forografia de su Sefor, sino un retrto, es de- cir, su imagen interpretada y meditada. El Concilio Vaticano II recoge y confirma los logros sds importantes de la investigacisn sobre Jesueristo: La » CE DVIS. 2 GE Connon: Teoncica hereReeNcioNAt: Quarto setae 4 Cbvisooga (1979), en Documents Donen 1989. 1985), Cad ‘er arean 1988, p. 359. 90 ‘Santa Madre Iglesia ha defendido siempre yen sodas par- tes, con firmeza y méxima constancia, que los cuatro Evangelios mencionados, euyahistoricidad afirma sin du- das, nartan fielmente lo que Jess, ef lijo de Dios, vi- Viendo entre los hombres, hizo y ensefé realmente para la eterna salvacién de todos hasta el dfa de la Ascen- sine, 2, Testimonio del amor misericondioso Una vez aceptada la valides histrica de los Evangelos, podemos preguntaros: ;qué razones levaron a los con- iudadanos de Jessa creer en ER Testis se presenta a S{ mismo como enviado por Dios ‘para cumplir las promesas hechas por Yahvé desde Abra- hham en adelante, El centro de su mensaje es que cl Reino cde Dios ha llegado: «Se ha cumplido el plazo, std cerca et Reino de Dios: convertios y ereed en el Evangeliow™, En ‘otras palabras, Jess afirma que la esperanza veterotesta- mentatia en un reino ideal de justicia y paz se ha reali- zado®. Pero este Reino no es de cardcter politica, social o ‘cultural, ni un programa de reforma, ni tampoco una Utopia que nos remita al futuro. No es obra y fruco del esfterzo del hombre, sino exclusivamente don de Dios. En dltima instancia, la venida del Reino significa la ve- rida del mismo Dios. Las obras de Jesucristo estuvieron acompatiadas desde «lprincipio porla accién del Espirieu: en el baurismo que © BV IO.Ch Heb, 12. +H Mets 415.6 % CE Dn, 7,27 9 secibié de Juan”, en su predicacién®, en su lucha contra los demonios™, en su offecimiento en la cruz” y en su te surteccién, El nombre «Cristo» fue originalmente un tulo: Jens es el ungido por el Espiritu, el Mestas. Pero Je- suciito no es el portador del Espiritu como los profeas Posee el Espiritu divino con una plenitad sin medida. En su predicacién en Nazare, ests hace suya la esperanza del Antiguo Testamento: «El Espiritu del Sefior estd sobre ‘mi, porque El me ha ungido. Me ha enviado para anun- ciac el Evangeio a los pobres, para anunciar alos cauivos Ja libertad, y alos ciegos, la vistas para dar libertad alos oprimidos, para anunciar el abo de graia del Sefior®, Jess vincula su mensaje a su Persona, Asi pucde decir saDichosos los ojos que ven lo que vosotros ves! Porque yo os digo que muchos profeta y reyes desearon ver lo {ue veis vosotros y no lo vieron; y oir lo que ols y no lo coyerons!, Mientras ls profetas del Antiguo Testamento, se remitfan expresamente a Yahvé e indicaban, cada ver, que su mensaje era wpalabra de Dios», esis habla siem= pre en primera persona: «Yo os digo.» Testimonia asi que acta con el poder de Dios, Para muchos israclitas, en efecto, Jesis es més que un simple profete®. Estin esperando con ansia al Prometido por Dios y Ilegan a considerar a Jesis como cl enviado, como Mesias, Se basan, sobre todo, en los muchos prod. ios que obra en las situaciones més diversas y ante mu chas personas. Después de ver sus milagros, exclamans SOL Met, 10, + CE Led, 18, © * CE Med, 1:12, 28 CE Rt, 4811. 8 04 1819, © Bel, 2828 © CL MME16, T3146, 23, UeI5, JT. 4052, 92 «ste es sin duda el profeta que iba a venir al mundo»; sy crefan en Jestsy*: La gente se entusiasma, porque Jets le da pan, salud y vide. Observan que este mismo Jess se sien sencilla- mente afecado por el suftimiento de una mujer y no puede dejar de consolatla. En efecto, se acereaa ela y le dice: «No llores!" Ast, descubren en los milagros, cada vez més dara- ‘mente, la manifestacin del amor de Dios hacia los hom- bres, particularmente hacia los que se encuentran en situa- ciones dolorosas o de marginacin. «Un atento estudio de fos textos evangélicos nos revela que ningsin otro motivo, a no ser el amor hacia el hombre, el amor misericordioso, ex- plica los ‘milage y seiales’ del Fijo del hombre (.). Nin- sin milagro ha sido realizado por Jends para casigat a na- dlc, ni siquiera a los que eran culpables»”. Jess no rechiza alos pecadores, sino que les muestra tam- bina ellos el amor sin limite de Dio. Les ofrece el perdén y anuncia su Buena Nueva conte la estrechee de corazén de aquellos que no quieren ver ni aceptar la misericordia de Dios. «Deberias porque tu hermano estaba muerto yyha vuelto all vida, se habla perdido y ha sido hallado», El amor una persona esa llave que abre cl corazén del ‘otto para recibir sus palabras yregalos, y para creer lo que oS etacagle EP Ochnuzy A BANco: Ree © Reo agen yA BLANCO: Rel fy Aide ep BS. ees © Sikh Paso Micon, 911987, en Coe amin, Cae edd Ce ned 198, pp 95-98. “se 15.32. CE Cars Cathy pare Ali La della publcada ports Conese Bacon ALE, cp 0 933 dice. Bl amor engendra confianza y es capaz de provocar cambios profundos. Se sigue a un amigo, ya nadie més. El amor de Jestis a todas as personas ha influido, ciertamente, cde modo poderoso sobre las disposiciones interiores de los {que se encontraron con El Este amor misericordioso es un ‘motivo importante para creer, un motive que acta de ma- ‘era particular, pues no estédirgido ala inteligencia, sino dlrectamente al corazin y a a voluntad. Nos encontramos ante una razén que podriamos lamar del conazdny que se ‘basa en la libertad del amor. «No es un motivo para creer ‘que actde al margen de la inteligencia, sino unido a ellas es lun motivo que afiade la intervencién del corazén y de la vvoluntad, necesaria muchas veces para que el hombre lle- {gue a alcanzar metas que s6lo con la inteligencia no per- ibe, 0 percibe de modo confuso(..). El dinamismo del coraaén y dela voluntad es tan humano como el dina- ‘mismo de la inteligencia; y en muchas ocasiones resulta ‘mis importante y decsivos. El amor de Jess es quizd el ‘motivo més decisivo para que una persona se abra ala fe. ‘Constituye, en definitiva, una respuesta divina al deseo ya la necesidad de amor que eada hombre experimenta. 3. Eltestimonio del Hijo ‘Didnde est vel secreto dea araccibn» que eerce Jess de Nazaret?* Hay que sefalar que Jess nunca se llams © F Ocinz y A, BLANCO: Rewlcibn,foy edie, cic, p $48. 2 Juns PARLD i: Dew 30%-1983, Civ on Dios Pde, Mia db 1996, p 154, 94 «Dios» a s{ mismo. Tampoco llamé «Dios» a Yehvé, cuando se drigfa a Ei, En cambio se aurodenomind con la expresién sel Hijos:y a Dio ella «Padres. Esto in dica su conciencia de tener una relacién singular y muy familiar con Dios. Jesiis, al revelar la paternidad de Dios, dio a conocer también su Fiiacign eterna. 1 Hijo que vino al mundo para revelar al Padre tal como El sélo fo conoce, se ha re~ ‘elado simultdneamente a sf mismo, tal como es cono- ido sélo por el Padres", Se presenté como Hijo en sen- tide propio y verdadero: como igual a Dios, Los israclitas entendian su mensaje, que chocé fuertemente con la fe monoteist, tal como era entendida por os jefes del pueblo, e incluso algunos lo juzgaron como una blas- femia. Los evangelists destacan que condenaron a muerte a Jesds precisamente porque declaré que era el Hijo de Dios* El testimonio verbal de Jesucristo sobre su relacién con ef Padre escéunido a su conduca filial. Durance toda fu vida testimoni su Fillacién divina con obras de obe- dienciay fidelidads bused seguir la voluncad del Padre en cada momento, Afirmé que estaba en el Padre y el Padre fen EI asf no era posible que en su comportamiento se separase minimamente de su Pade, ni de lo que queria ‘su Padre. 2 Pract pirate c£EOCARIZy A. BLANCO: Rela, ere Mba 9p 497-466. mMTUaN Baba Ie Dicarse30-X-1985, en Choo en Dis Pads ct pags ce ms az, 5 Mei, 6565: Me 14, 61-4 122, 7071, © % CE fut AO 95 ‘San Juan pone especialmente de relieve la importancia de Ia obediencia filial en la vida de Jesueristo™. El Hijo fue obediente hasta la muerte de cruz”, El suftimiento, {que experiments al cumpir la voluntad del Padre, conce. 4i6 a su fidelidad un valor singulas. «Precisamente esta cobediencia al Padre libremence aceptada, esta sumisién al Padre, en antitesis ala “desobediencia” del primer Adan, continta siendo la expresién de la més profunda unién entre el Pade y el Hijo, reflejo dela unidad cinitariay™ ‘La muerte en la cruz consttuye el restimonio definitivo que dio Jestis de su Filiacién eterna, el mas alto posible ‘mientras estaba en esta vida terrena™ «isto, revelador dl Padre y revelador dg s{ mismo como Hijo del Padre, murié Poraus hasta fi dio teimonio vere desu lain d- vinav®. Al mismo dgmpo, la cruz es una prueba grandiosa del veracidad del fstimonio de quien, por fidchdad ava Palabra, sactifcé su vida. Es una prueba que, ciertamente, fo se puede comprender sino ala luz dela Resurreccion, 4. La Reswrreccibn, piedra angular del mister de Cristo La cruz no es la tiltima palabra en el cristianismo, La Resurreccién de Jestis ha constituido desde el comienzo FC fet 365,268, 28 5G de nl 419. de tb 2 Tutto Ik ite 2411987 on Cn rien es 96. 2 CERAM Paso lt Dec MLASEIs en Coane ae 100-104. ee JUAN PAB10 Il: Discre 30-%1985, en Cen Dios Padre cit, psa 96 fandamento de laf y el contenido esencial de la pred ‘acién cristiana", En el Nuevo Testamento exsten formu las que proclaman, con sencillez y entusiasmo, la muerte ya Resurreccién del Sefor®. El apéstol Pablo consideraba la Resurceccién como la piiedra angular del misterio de Cristo. A los ficles de Co- tinto, que albergaban dudas sobre la realidad de la Resu- rreccin, ls escribe con gran encrgla: «Si Cisto no ha rest- citado, nuestra predicacin carece de sentido y vues elo, mismo, Ademds, como testigos de Dios, resultamos unos embusteros, porque en nuestzo testimonio le aribuimos haber resucitado a Cristo, cosa que no ha hecho sis verdad que los muertos no resucitans®, Para justificar la verdad de este documento, San Pablo se remite al vevan- lio» recibido en el tiempo de su conversén y transmicido por él los Corintios. Les dice: »Porque lo primero que yo 6s transmit al como lo habia recbido, fue esto: que Cristo surié por nuestos pecados, sogin las Escrituras, que fue sepultado y que resucité al tereer dia, segin las Escritu ras, Son de suma importancia aguf las referencias a las alusiones veterotestamentarias®. Para la mentalidad hebrea, ef recurso ala Bscrtura tenia més valor testimonial que la misma experiencia personal de los disefpulos. Para reforzat la realidad de la Resurtecci6n, San Pablo habla de las apariciones de Jesis resuctado, utilizando el ‘ara ste pletfo, COMETS PARAL JUBILEO DEL AO 2000, yi Salado del ocd oe, ppl 13129. PCE Tod 14; ov, Des ey 4 2.304 5, 2-25 © VGots Tag «#1 G15, 3 © CE D132, 381 Sam 2 6138, 16; O16, 2 fn 7; Sl 16, 1030 7 verbo ophte (fue visto, eaparecion), que se refiere a per~ ‘cepciones reales y externas al sujeto, ¥ no a suefios o ilu- siones, Hace un amplio elenco de los tetimonios del Resucitado, que se aparecié a Pedro, a los doce Apésto- lee y a muchos otros. El apéstol no menciona explicita- ‘mente las apariciones a las mujeres, probablemente por- {que su testimonio no tenia valor juridico en la cultura hhebrea del tiempo. Convene tener en cuenta que los que testifcan haber visto a Crisco Resucitado, son los mismos Apéstoles que se ocultaron decepcionados después de la crucifixién de sit Sefior. No esperaban la Resutrecci6n, como tampoco hhabian esperado la muerte, pues no comprendian las Es- crituras®, «Los Apéstoles y los discipulos no inventaron la Resusreccién (yes ficil comprender que eran roralmente incapaces de una accidn semejance)s,destaca ef Papa Juan Pablo II resuriendo las investigaciones modernas ai tes- ppecto:y sigue: «No hay huella de un proceso cteativo de ‘orden psicolégico-sociol6gico-literario ni siquiera en la ‘comunidad primitiva 0 en los autores de los pritnerossi- los. Los Apéstoles fueron los primeros que creyeron, no Sin Fuertes resistencias, porque vieron la Resurreccién como un acontecimiento real del que pudieron conven- cerse personalmente al encontrarse varias veces con Cristo inuevamente vivow”, La fe en la Resurreccin es, desde el principio, una conviecién basada en un hecho, en un. © CE Hob 6,9, + © Cf L243, 8 GE £634, 36-4;Jn20, 19.28. CE 124,25 1 Juan Panto Ik Discus, 11-1989, en Ceo on Jouerico, cit, pp. 405-06. 98 acontecimiento real; no es un mito, ni una alucinacién 0 tuna idea inventada por ls primeros crstianos. ‘No hay otro camino para una comprensi6n real de Je- stis que el camino que siguié la Iglesia primitiva: volver la mirada de la Resurreccién al Jess histrico y contemplar su vida y su obra terrena desde la perspectivay Ia luz de la Pascua. Sélo entonces se puede entrar en el misterio del Hijo de Dios y vislumbrar su unién perfecta con ef Padre cen el Espiritu Santo. ‘La Resurrecidn es ala ver un gran miserio y un hecho histrco. Es un acontecimiento trascendente, una obra de ios que nadie ha «visto» drectamente. Peto tiene una cara dlrigia la iscoria: se produce en un momento preciso de nuestro tiempo y en un lugar concreto. Es un aconte- cimiento que se iniia en a historia y termina fuera de la historia. Jess “toca’ la historia y este “contacto” puede ser por tanto, documentados”!, Como la Resurreccin se inicia ‘nla historia, est atestiguada en las Fuentes. Pero nose trata de una historicidad directa, sino indirecta. Los Evangelios, no relatan la Resurrecidn en su puntual acontecimiento en el momento”, sino que recogen inmediatamente la fe de Jas dscfpuls en el Cristo resuctado, con base en dos hechos concretos, el sepulcro vaco y el cilo de aparciones. El sepulero vacio es importante porque nos muestra que los Apéstoles hablaron de un modo sumamente con- creto sobre la Resurreccién, Pero no es una demostracién 7% CONITE PARA EL JUBILEO DEL ARO 2000; Jone, Salado del adc 123 "Bal ef evanglio apcrfo de Pedvointenca hablar del momenso acto dela Reseclnydesrbiendo tn enorme fata ques sea Rona ido 99 de que Jess verdaderamente haya resucitado. «Es sélo un clemenco que asegura su anclaje en la historia y dispone la mente a su conocimiento»”. No es una prueba, sino un signo de credibilidad. ‘La Resurreccién nos hace conocer més a Dios ys omni- pporencia amorosa, Pero no s6lo tiene un gran significado ‘tistolégico y trnitario; tiene también un profundo sentido sotetioligico: es para novorres «Si tus labios profesan que Je- sis s el Sfior y tu corazén cree que Dios lo resucit6, te sal- vari” La Resurreccién de Jets significa la completa re- ‘composicién de la amistad entre Dios y nosotros, y hace posible nuestra futura resurreccién. Es, por tanto, el coro- ‘namiento de la historia y la confirmacién de que la salva- La pein pin de ped fac ambi un eco lene a ‘ania es eltanos. ato lo an confmado, por employs de ‘dels Ie carga de Aleman. Cl catia conde ra Fl ARR Se Cp i gpa iad oi i200, CE. Conse Fowriico rna te ukinco Naga loko: Chri end Buh Conon of Foirenas end Compa ‘in 1957 m5. Conon ra te RELAcrONES RLECRSAS CO JODNSMG" i romember A nfecton on he Soe 1958) 3 106 Juan Pablo TI afirmé en otra ocasiGn: «Pare los cristia- nos, estos son los dias del perdén y dela reconciiaciéa. Sin este testimonio, el mundo no ereers, Cmo pode- ‘mos hablar de modo crefble sobre Dios, que ¢s Amor, si no hay tregua en la contraposicidn? Sanad las lagas del pasado con el amor. Que el sufrimiento comin no ge- here separacin, sino que suscie el milagro de la reconci- liaciéns”. Por otto lado, los cristianos pueden también recordar con humildad profunda los lados lurminosos de la historia de la Iglesia: los grandes testigos de laf, los mazes y ‘onfesores, ls istivuciones sociales y educativas el srvi- tio a los pobres, la contribucin al reconocimiento de la dlignidad de la persona y dela libertad religios y, sobre todo, la vida santa de tantos hombres y mujeres que s2- ‘ban y saben shacer de su vida diaria un testimonio de fe, de esperanza y de caridad; testimonio sencillo, normal, sin necesidad de manifestaciones aparatosss, poniendo de relieve —con la coherencia de su vida— Ia constante pre- sencia de la Iglesia en el mundo»™. "Jun Panto Tl en Rumania, cn Aceprense 30 (1999/5), pp. 1-4 SJSESCRIVK DE BaLAGUnse Cro gue pam ci 58 107 Capitulo VI LA TRANSMISION DE LA REVELACION isto no nos habla desde la antigtedad como otras idadeshistricas. Le encontramos en la Tglsi la que ha confado su Revelacign para que ela la haga ac- cesiblea los hombres a través de los siglos. Del mismo ‘modo que en el Antiguo Testamento el pueblo judo, ele. gido por Dios, era el portador de la Revelacién, en el Nuevo Testamento —en el nuevo orden instaurado por Cristo, ln comunidad de los bautizados, el nuevo Pueblo dde Dios es lamado a guardar ya comunica los mistrios divinos. El nuevo Pueblo de Dios, la Iglesia, tiene su razén de ser en esa care, porque se encuentra unida a Cito con una relacign tan estrecha como el cuerpo a la cabeza; ¥ aedemésescé penetrada del Espiritu Santo como el cuerpo por el alma. Por eso puede servr a Cristo como su cbocee su «manor: puede anunciarel mensaje salvador y comu iar la gracia dvina alos hombres. Ax la Revelacin, que 108 se ha realizado una sola ver en la historia, sigue siempre accual y puede scr continuamente ofda y experimentada. ero la Iglesia es una realidad compleja que trasciende todas las imagenes que de ella ze han hecho para com- prenderla mejor (Cuerpo de Cristo, Pucblo de Dios...) Esté formada por hombres y mujeres concreros, por t0- dos los cristisnos. En qué fuentes se apoyan ellos para conocer a Cristo y transmitir auténticamente la Buena "Nueva que El nos ha trado? 1. Los Apéstoles,eslabones entre Cristo y la Iglesia Sila Revelacién consistiera sélo en una doctrina filosé- fica y unas reglas de comportamiento como, por ejem- plo, c estoicismo en la antigtedad, fo tnico que se nece- sitarfa para propagarla serfan unos macstros con ciertas aptitudes didécsicas. Pero para anunciar alos hombres el mensaje de que han sido salvados, no por un sistema de ideas, sino por ef mismo Dios que ha entrado en la histo- ria, en un momento y lugar determinados, se requieren testigos: hombres que le han visto, ofdo y tocado. I. La eleccién de los Doce Son muchos los ue han visto a Jessen aquellos tiem- pos de Palestina, muchos los que han escuchado sus ense- "Para este capeulo cf ©, [ZQUIERDO URBINA: Toole Funder tah cic expectant pp 105-133, 109 fianzas y presenciado los grandes milagros. Todos ellos pueden llamarse testigos comunes. Los doce Apéstoles, en cambio, son los testigos especificos y privilegiados. Han sido selegidos de antemano»? para ver la majestad de Dios con sus propios ojos. Cristo los lamé, y ells le siguieron‘. Acompafaban al Seftor muy de cerca por los caminos de Palestina, compartian su vida, su alegriay su fatiga, los momentos de triunfo y los de fracaso, conver- saban con toda confianza y sincetidad con Ely volvieron a su lado cuando otros le abandonaron’. Jesis, el Hijo eterno, ensefé a los Doce todo lo que habla visto en el seno del Padre y les confirié la misién «specifica de transmitir lo que habfan visto y ofdo de EY”. El testimonio de los Apéstoles es, por tanto, especial- ‘mente autorizado. Ya durante su vida terrena, Jess les cenvié a predicas, a expulsar demonios y curar enfermos', de la misma manera que El predic6, expulsé demonios y ‘euré toda enfermedad. 2. La misién de los Doce Un ver terminada a vida de Jest en este mundo, todo esté dado y, en cierto modo, no hay nada mds que espe- 2 Heb10, 41; Rm, + ° CE 2 Pet, 16. + CE MEI9, 29. 5 Ch fnG 66, © * Ch jnt5, 15, > Laden ie Mats Heb 15-20 supane, por un do, comple tare nere de os Des rat ts de dia: (ier coca ‘igo de penn doce habia ido lo pares y doc lr ba decen Eee lon po done tin pnt sone agus ae ‘espn ca a bso de dru eacimonio apa sori, PCE hee, (35; Br10. 110 rar’, Pero queda la gran tarea de comunicar la Buena [Nucva 8 todos los pueblos. Después de su muerte, Jess mands solemnemente a los Apéstoles continuat st misién y predicar el Evangelio a todos los hombres", Tal como Dios Padre le habia en- viado al mundo sin dejatle, sin separarse de El, asi Jesu- cristo envia a sus Apéstoles sin abandonatlos jamés. Per- Imianece con ellos: «yo estoy con vosottos todos los dias hasta el fin del mundo, les dice. De abt que quien re- cibe alos Apéstoes,recibe a Cristo", La isin aposté- Tica es una participacién en la mision que Cristo recibié del Padre. Entre los Apéstoles, Pedro tiene la particular smisién de confirmar a sus hermanos”. a experiencia de los Apéstoles es insuperable. Su conocimiento de Cristo y de la Revelacin ¢s, por sa in- tensidad y profundidad, superior a cualquier otro conoci- ‘miento posible. Pero, cémo puede una persons rans- mitir auténticamente la obra y ensefianza de Dios? {Cémo puede dstinguir lo esencial y necesatio de lo acci- ental y cambiable, que determina cada vida concreta cada lugar y época? Jests, por ejemplo, ha conferido el sacerdocio s6lo a unos pocos varones judios. (Quiere decir ‘esto que s6lo una persona de raza judia puede ser sacer- dote? Evidentemente que no; en cambio s significa que ef sacramento del sacerdocio estéreservado a los varones. © Yan hay que esperar ningun or Revels pics hase sal de os demon OF Tine 2,3. EE Drs a0r28, 9-20. = * My 10, 4041. oe eee vigmas . "pa excel sb Sansa Virgen Su conocimientoy expe sepia de Dio Some Sadie de Jesse del todo ngs. im Los Apéscoles no estaban «solos» en su rarea de discer- imiento, Ademés de la presencia de Cristo, recibieron tuna ayuda especial del Espiritu Santo', Asi se convirtie- zon en columnas de la joven Iglesia, en puntos de apoyo y de referencia; ditigian las primeras comunidades critia- fas con fortaleza, y comunicaban con claridad los miste- Fos divinos alos eemis'® Aunque el encargo de predicar no es exclusivo de los doce Apéstoles, la misién que ellos recibieron es nica entre los demés, porque deriva de su eleccién particular como testigos de Cristo e instrwidos por el Espitieu Santo: ellos son los testigos auténticamente ditectos de Cristo, los que tienen el conocimiento inmediato y pro- fundo del misterio del Verbo encarnado. Su autoridad es singulaz Los Apéscoles son el eslabon esencial entre Cristo y la Iglesia posterior Tertuliano habla de la docitina que ‘las lesias recibieron de los Apéstoles, los Apéstoles de >» ¥ Cristo de Dioss™. La Revelacién cristiana im- plica, por tanto, la redencién obrada por Cristo y comu nicada por unos hombres elegidos que presenciaron los acontecimientos. En este sentido se puede afirmar que la Telesia se basa en la obra de Cristo y nel testimonio de © Ls Apxoe no reibieton oda a plescad dea Revelain aes des Asconnén de Jen Cl Jn 112-15: elo tengo ee doce ina con fx no os nel aor,Camls rnp lepine a edad or guint bain oda eras Bonet Sek ub dele Ares, Reventon oA ef Sirgnsabrels ces, WCE 14, 26,16 1216 TERT ALAN De perio hereon 37,1. 42 los Apéstoles. Los Doce son el «fundamento» del nuevo Pueblo de Dios'® Il, La Tradicion apostélica 1, La predicacién de los Doce Los Apéstoles Ilevaron a cabo fielmente su misién. ‘Tammiteron lo gue nan spre dels yo que cl Espiritu Santo les ensefé, Su funcién de magisterio fue reconocida desde el principio en la primitiva comunidad de los cristianos". Siguiendo el ejemplo de Jesuctsto, que nada escr sainpoco ells x puteron a Bar inmiciatamense ln Re- vyelacibn por eserito, Comenzaron a transmitir el Evange- lio mediante la predicacin y através del testimonio de la propia vida. Invitaron a los hombres a creer en Jesu- ‘risto y a incoxporarse, con el bautismo, al nucvo Pueblo de Dios. _ Los Apéstolestransmitfan la entera realidad cristiana: 1 Evangelio entendido no sélo como anuncio 0 mensaje, Sino tambien como furea que salva, como la pala of az de Dios. Su «predicacién exterior» iba acompaiada, desde el principio, por la accién interior del Espirieu Santo en el corszén de los que los escuchaban, para con- dducisles a a fey alos sacramentos de la f. Ast la expan ® Lips on ladon nse d pb, £1, 2. Cf Hg tak BVT PELE RE ears. 13 sién de la Iglesia coincide con la expansin de la Palabra: «La Palabra del Sefior se difundia por toda la regidns”. En su predicacién, los Apéstoles se preocuparon de confirmar la vida y obra de Jesueristo con los textos del Antiguo Testamento, ya que éste no queda «anulado», que es Ilevado a término por la Encarnacién. Tam- bién cuando pusicron por escrito la predicacién oral, ac- ‘uaban en linea de continuidad con las Escrivuras. Tal como los profetas habjan anunciado Ia palabra de Dios preferentemente por la predicacién y sélo en un segundo paso ésta habia sido puesta por esrio, también los ApSs- toles primero predicaron y después dejaron la predica- ile sometime y policn MLC 90), Sb ca “a 2 BOCARIZy A. BLANCO: Relate, y eid ep 139, us dad de una persona, no s6lo de creer lo que le viene presen- tado por la Iglesia como verdad de fe, sino tambin la fali- dad para dscernir como por instinto aquellasreaidades que concuerdan con la fe las que no concuerdan. Es, por ato, ‘un estimonio importance de las creencas de la Ilesia™®. a fe se transmite, en cierto sentido, 2 través de la en- tera vida de la Iglesia: la sefal de la cruz que una madre traza en la frente de su hijo, las oraciones Fundamentales del cristiano —principalmente el Padrenuestio— que se zezan en familia, las plegaras y los cinticos de una comu- ridad, ls romerias y esta litingicas, la arquitectura, las artes, la musica sagrada y Ios trarados teoldgices. Es obvio {que no cualquier manifestacién concreta de esta vida, ai Gualquier ensefianza que pueda encontrarse en fa Iglesia, perrenecen a la Tradicién. Es deci, no todo lo que se dice yy hace en les comunidades crstianas es de origen aposté- Tico y, por tanto, vincilante para la fe”. Compete al Ma- siscrio realizar un discernimiento autorizado. 2, Lafiancibn expecfia del Magiterio La Revelacin, que es palabra y encuentro entre Dios y el hombre, no es tna autocomunicacién a cada persona, 2 fat por ejemplo, en lt dfinicones de dogs dea lmao nuda SS dancin dea Vig (950, or apr nen tate eps I de chlo de Dior Pra mis informacion Jose Mots: Iasi sl nol, ce pp. 69-72 Foe read panes ded tic le aestion e xeon de sconce de lta. Enon eros tes unre ‘Pda in unnimidad CE CCE 85. Con espe ala deca Goel cle spony sation ede. CCE 8 119 singulas, ue se recibe en la pura iteroridad dela propia fe, Dios habla a cada hombte mediante la Iglesia, Por su- puesto, puede hablar también direcamente en l coracén del hombre. Pero en caso de dda de confusion, ;quién 10s dices es realmente Dios quien habla, o si escucha smos la vor de nuestro egoisio o del orgullo? El creer del Pueblo de Dios se realiza en todo tiempo bajo la guia del Magisterio. Para que el Evangelio se conservara siempre vivo y en- tero en la Iglesia y se evitaran aberraciones graves, los Apéstoles transmitian su misi6n de predicar con autori- dad a otros hombres clegidos. Nombraron como suceso- tesa los obispos*. Ells on constituids, mediante el or- den episcopal, en sujetos del Magistero, Paticipan en la propia autoridad de Cristo, si realizan la FanciSn magis- terial en comunin con el sueesor de Pedro, ef Romano Ponttice™. Asi pueden wliscernit los espritusee indicat, «en cada momento histrico, el camino hacia Dios La fidelidad ala fe apostlca es una condicion esencal para que la Iglesia de todos los tempos sea la misma Tge- sia de Cristo. Esta fidelidad, con la ayuda del Espiritu Santo, std garantizada por el Magisterio como instancia ‘que tiene el oficio de interpretar aueéntcamente Ia Pala- bra de Dios, orl o esrita, A ppesar de que todos los crstianos tienen la misi6n de transmits el Evangelio, la autenticidad es una carac- teristca fundamental y exclusiva del Magisterio, que ensefia con la misma autoridad de Cristo, «Es necesa- 1 CE Heh 20, 25-27, 1620; DVT. + * CE £621 y 24 = DviK as: 120 \costumbrarse a reconocer en la Iglesia al propio Cristo. Ea efecto, es Cristo quien vive en su Iglesia, quien ensefia por medio de ella, quien gobierna y co- ‘munica la santidads® IV, El desafio de Ia inculturacién, ‘Al comunicar la fe, la Iglesia no quiere lanzarla sobre las personas, de manera que adquicran un barn exterior cristiano, algo meramente yuxtapuesto; por el contrario, la Iglesia desea que los crstanos integren su fe profunda- mente en su vida; que hagan verdaderamente asuyo» el modo cristiano de pensar, sentir y reaccionat. Por esto toma en consideracién —Io ha puesto de relieve el Con- cilio Vaticano II— las mentalidades y sensbilidades dife- rentes de los hombres en todo el mundo, Se esfuerea por hacer penetrar el mensaje de Cristo en un determinado ‘medio socio-cultural, llaméndolo a erecer desde dentzo segtin todos los valores propios, en cuanto son concilia- bles con el Evangelio. «Hay que evangelizar —destaca Pa- blo VI-- no por faces, como oe tata deaiadir om adorno o un color extetno, sino por dentro, a partir del centro de la vida y hasta las races de la vidas, Este pro- «230 se llama inculturacién, “PION: Epeiia Moe) Corpo (29-V1-1943): AAS 38 (1943), 238, GE DV. Pan un dearallo hfs amplio de Is atutalersy Bane Gin del Magisero, ct Jose MOsALES Iie al Tega ee, "eri? Papago Vi: Exhorsién aponicn Bunge nutiand, 20. AS 68,0970) 18. 121 1. Respeto hacia las culturas Cada pueblo tiene su historia, sus tradiciones y cos- tumbres, y su wcardcter» propio. Habla otro idioma no quiere decir simplemente, cambiar una palabra por otra, sino tener otros esquemas mentales, otto modo de pensar yy percbir el mundo, segin las cicunstancias de cada lu- ‘gar, Algunas tribus de Siberia, por ejemplo, tienen mu- ‘has palabras dstintas para la wnieve> (dependiendo desi ¢s blanca o gris, dura o blanda, nueva o antigua, de la manana, de mediodia 0 de la noche), mientras que los pueblos arabes disponen de un sinniimero de palabras para «caballo», Si se tiene esto en cuenta, se puede com- prender que Carlos V lleg6 a afirmar: «Cuantos idiomas hablo, rantas veces soy hombre.» ‘Cada cultura tiene algunas verdades, algunos bienes propios®. Al hacersecrstiana una persona, no hace falta —ni es deseable— que se separe de sus races, de su en tomo familiar y social se trata més bien de que aprenda a Ienar todos estos ambientes con la luz de Cristo. Los que le ayudan y orientan, por tanto, han de tener un pro- fando respero hacia el modo de ser de la otea persona, que les puede parecer extrafio en un primer momento. Esto vale tanto para la transmisidn de la fe en culeuras y ‘continents Iejanos, como para la nueva Evangelizacién ‘en el viejo Occidente, en el que las condiciones de vida han cambiado tan radicalmente que se puede ya hablar © GE SwT0 Toms DE AQUINO: Summa Those, 4.109, 1, ad 1: «Puede exis lo bueno sia mezcla de ms 90 existe lo malo ‘Sn merce de buco. aan 2 de una nueva era en a historia humana’. «En efectos s¢ requiere una actitud de acogida en quien quiere com- prender y evangelizar el mundo de este tiempo. La mo~ ernidad esté acompafada de progresos innegables en muchos campos, materiales y culturales: bienestar, mobi- lidad humana, ciencia, investigacién, educacién, nuevo sentido de la solidaridad (...). Hay que conocer mds y me~ jor la ealeura y las instizuciones de los iversos pucblos, y Cultivar y promover sus valores y dotes espirivuales(..). ‘Tado lo que en las costumbres de los pucblos no est in- disolublemente ligado a supersticiones y ertores debe ‘considerarse siempre con benevolencia y, si es posible, conservarse intacto y protegido»®. [ios eiatianos estan Hlamados 4 tansmitc a docrina de Jesucristo con sensibilidad y delicadeza, segiin un modo que pueden entender sus contemporineos, en ‘cualquier parte del mundo. Tienen, en definitiva, le nisidn de impregnar cada cultura con el Evangelio de Cristo", 2, Laascendencia de la Revelacion Con ello, es imporeante subrayar que el fin de la predi- cacién cristiana no es la adaptacion del Evangelio ala cul- tura, sino la transmisién viva de la verdad que salva, La C6854 1S GEES reouociea noremnacionat: La fy enc, 1987, p28 °F Bieri informacin, cf. J. MORALES: Iii eT iy pp 11852 123 Butoa ura supers mconde td ls eeu Jur ener Sessa at Hl Evingaioimpene Recto te, donde wan slant, un comenten de areca ie ‘comune Pues cays iermcens Nove pusdeaprobar cusguiersctuacin, Cuando, por singe ls Bator aban coe ed on 1843, estaban dispuestos a tolerar toda clase de excen-_ dade snes, foo pian a nae ee racién de viudas, Segiin esta costumbre, se quemaba la pom den vari eco penante ree ea mijerne dene wade doped ste eee rl line dela lean ease ment en cl rapes er da mse cle pono Tampoco se pucts raree ae fee Cnetaleroolaplaje qu noon de ae thio. Now ple pore eee Sinema eps 9 ame. Oran to cn o ei endendeamacosnene ec crpnrcnecono antares Carne prescindir de ellos; habri que enriquecer dichs culaca Sion integra de a fe: Jesuerino cn, sepia euenee dimiento limitado, una Persona (divina) en dos naturalezas deanna Safes enc palabra dos Gules dag ses poceon el nto Race pn ae comfacsoncn expen near oem titan de ductor By Goes Eps San guen or een aa ce 124 ‘que la fe puede decir sobre s{ misma. Por lo tanto, exas palabras no son solamente el enguaje del platonismo, del Bristotelismo o de cualquier otra filosofia, sino que pert rnecen al engusje propio de la fe que no puede cambiar”. Considerando el misterio de la Eucaristia, con referencia al término transustanciacién, Pablo VI advirtid: «Estas Formulas, como las demds que utiliza fa Tglesia para cenunciar fos dogmas de la fe, expresan conceptos no liga- dos (..) auna determinada fase de progreso cientifico ( sino que manifiestan lo que la mente humana percibe de Ia realidad (divina) (.),y lo expresa con adecuadas y de- terminadas palabras tomadas del lenguaje popular o del Tenguaje culto, Por eso resultan acomodadas a todos los hombres de wodo tiempo y lugar, Por tanto, no es valida la tess segin la cual, asi como cn le cristiandad primitiva y medieval se presenté cl vangelio en las categorias propias de la Glosofia gricga, hhoy en dia se lo deber‘a presentar en conceptos que tie- nen su origen en la religiosidad, cultura y filosofias de Affica 0 de Asia. ‘La Revelacin es superior 2 todas las culeuras, Sin em- ‘argo, al transmitir la Buena Nueva de Cristo, se trans- rite también algo de cultura. La raz6n se encuentra en a hecho de la Encarnacién que, por haber sido integral y concrete, fue una encarnacién cultural: El Hijo de Dios hha quetido ser un judfo de Nazaret en Galilea, que ha © CEJ RarzmceR: Sobre lout dee ald permanente de as formule dogmas en DAW: Bl pando tele, Masi 1976, Se Pr bast Vi: Enlclion Mbuteriam fide (-DC1965): AAS 57 (4965) 738 125 blaba arameo, estaba sometido a padres pizdasos de Israel y cumplia las costumbres de su pueblo, Dios ha querido unirse a determinadas condiciones sociales y culturales de los hombres con los que con- vivi6®, No todas ests condiciones son eaccidentales». Si Jesucristo, por efemplo, eligié pan y vino al inseiuir el sa- cramento de la Eucaristi, no nos es licico cambiar estas especies en maiz 0 arro2, aunque sean el alimento bésico en algunas partes del mundo. El Concilio Vaticano TT invita alos cristianos «a buscar ‘mods cada vez més apropiados para hacer llegar la doc- teina.alos hombres desu tiempo (..), con el mismo sentido y el mismo significado», Recuerda el grave deber de conservar integro el depésito de la Revelacién, para que Ja misma Palabra de Dios que los Apéstolesrecibieron y transmitieron fielmente, resuene en la Iglesia de todos los tiempos". © CLAGIO, + * G56, + * ch DVS. 126 Capieulo VII LA FE CRISTIANA - ENCUENTRO DEL HOMBRE CON DIOS. Por la Revelacién, Dios sale al encuentro de los hom- bres, les habla y los invita a ser amigos suyos. Pero la co- municacién no es completa cuando algo ha sido dicho, sino cuiando lo dicho es ofdo y aceptado por aquel a quien esté destinado, y cuando hay una respuesta, Sélo centonces hemos asistido a un didlogo auréntico. Por la fel hombee acoge la palabra divina y responde a la invitacién generosa, Tal como Dios se entrege a él, sin reservas, el creyente se entrega a Dis con todo su co- razén!. Revelacién y fe son conceptos cortelativos que se reclaman mutuament Enntonces, que significa creer? a srestnlsmo Romeo, cl hombre sella acta de Ja fe, Alcanza una certeza acerca de la verdad de la Revela- Sone ae sat St scepamor det ee BSS Sabie mayor deamon deDioo™ 2. Entrar en comunin con Dios La fe abarca al hombre entero con todos sus interro- gantes, deseos, inquietudes y esperanzas. Segiin San “Agustin, el acto de fe consta de tres elementos: el asen- 2-004, 6 J Drare Lassrade nde ip 357% Tas, a5. M1 timiento del entendimiento (creo que Dios existe y se ha revelado a nosotros), el asentimiento de la voluntad (creo «Dios, me fio de El) y la ayuda divina que hace posible el abandono completo (reo en Dios) Jesis no nos invita solamente a conocer una doctrina y ‘cumplir unos mandamientos. Llama a los cristianos a ser suyos, a confiar en Ely conear con El, a basat la existencia y encontrar apoyo y estabilidad en EI, sPermaneced en ify yo en vosotros (..). Yo soy la vid y vosotros los sar- rmientos». Cristiano es el que cree en Jesucist y vive de Bly para EL En Cristo, Dios sale al encuentro de los hombres y en El tienen los hombres aceso a Dios, Por esto, Cristo es el centro de la fe cristana, el nicleo que irradia su luz en todas las drecciones y sefala su Jugar a las demés verda~ des que nos han sido reveladas. Este nsicleo se manifiesta ‘en el nombre mismo de Jesucristo, Jesus (en hebreo Jes- chua, Jeboschua) era entie los israelitas un nombre muy apreciado; significa «Yahvé es salvacién.» La palabra griega Cristo es traduccién del nombre hebreo Mesfas (masehiach). Originalmente, pues, el nombre de Jesu Cristo era una confesin de fe: Jess es el Cristo, el Mestas cnviado por Dios, el cumplimienco de la esperanza vete- rotestamentaria; en El Dios hizo verdad su promesa y en- vi6 al Salvador. «Bajo el cielo no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos» 2 Sans AGUSTIN: I ens engl, tat, 29,6: Sermo de Sym ‘al <1 Bie pensaiento aso ecogida por PEDID LOMAARDO et Siro des Sn eda sigh el eto escola de Tele ‘hen Occience CE, Ler mtr I di 28.0.4 MctnT8: © % Jnts 450 © Hebd, 1 12 La fees encuentro, comunicacién y amistad con Dios en Cito, Meine ela el hombre introduc en fncimidad divina. Ertonces ha alcanzado la salvaci6n. mea una nueva vida pars 2 vad wn io de Dios: «Sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jess». Es una vide sbrenatural de iberead y amor "Hemos visto que en el origen de la fe se hallan presen- tesa decoy da hombre y el don gaeivo de Dios. La iva de nuestra salvcién siempre esté en Dios. Es El quien ama primero; x El quien busca al hombee, mucho dntes de que el hombre le busque a El, Dios invita, no ‘obliga. Quiere que el hombre responda con plena lber- tad a su amor. Pero nuestra correspondencia a la gracia ya fs gracia. Es accién amorosa y misteriosa de Dios en el inicleo de nuestro set ‘La gracia tende a desplegarse cada vez més, hasta el fin de la vida, y legard a su plena consumacién en la gloria teleste cuando, algda dia, veamor a Dios tal como real- mente % Gu 26, Porta fesomoren Cristo una nace tats. CE Ga, 15205, 43 Capfeulo VIII LA FE COMO PROYECTO VITAL istiano es quien cre en Jesurist. La fe, que brota en el encuentro personal con Dios, offece al crevente una ‘nueva panorémica de su vida y Te mueve a realizar una trea fundamental: seguir las hula de su Sefior. Aqut mani fiesta el carkterexstencial y dindmico dela vida cistana, que es didlogo intimidad, comespondencia al amor y al ‘mismo tempo, una gran aventura, la aventura del fer Greer en Dios significa estar dispueso sexta aventura, caminar con Cristo hacia la casa del Padre. 1. Ejemplos extraordinarios de una vida de fe La Biblia nos ofrece el ejemplo de dos personas extraor- dinarias que muestran cémo se puede avanzar, con la §-G laqutenno Una 7 ie 1 gagm ili Fndeentel i, p28, 144 ayuda de Dios, en el camino de la fe. Ambas se hallan en dl inicio de una nueva etapa de la hurnanidad: Abrabam, fl comienzo de la historia dela Revelaci6n y —por consi- guiente— de lf, y Marla, en la plenitud de fos tiempos. 1. Abraham, el padre de todos ls ereentes ‘Abraham nacié en Ur de los caldeos (al sur de Meso- potamia). Mas tarde se marché de esta ciudad, con su pa dre, su mujer y otros familiares, y se estableci6 en Jardn {al noreste de Mesopotamia). Es aqui donde se encontré ‘con Dios, La primera ver que Dios le dirgié su palabra, Je orcend: «Sal de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de 1 padre, ala terra que yo te mostzarés’. Y Abraham hizo Jo que le mandaba el Sefior. Se puso en marcha sin saber adénde ibe’ El patriarca estaba dispuesto cuando le legé la Yamada divina, Tomando su vida como una imagen, podemos cconstatar que él mismo habia dado los primeros pasos hacia Dios (desde Ur hasta Jarén): de alguna manera se habia ido «preparando» para el encuentro con el Sefior. Sa camino le llevé, entonces, desde Ur de los caldeos y Jarin hasta Egipto; luego volvié a Négueb, y finalmente se establecié en Canadn. Confiaba plenamente en Dios, due le prosegia y le habia hecho una promesa: «Alza la Vista desde el lugar en que ests y mira al norte, al sual © GL. Gn 11, 27-527 12 os comentarios corespondienes, en Sapude Bibi. Pmateaco UNA, Prapona 1997, p36. Gt 2 CE PALS Ms este y al oeste, Toda la tierra que ves tela daré a iy a dlescendencia para siempre, Haré a eu descendencia como ef polvo dela tierra si alguien puede contar el polvo de la ser rambidn psd cons a descendenci. Gracias a su gran fe en Dios, Abraham vivié como extranjero tegrno en etratdesconocida’ avo mllagrosamente un hijo —siendo su esposa estéril!— e incluso estuvo dis- puesto a ofrecer a este hijo en sacrifcio’ El patriarca vino a ser el epadre de todos los ereyen- «ess! El valor ejemplar de su efe poderosav"" puede resu- rmirse en tres rasgos fundamentales que estén ligados es- trechamente ente al: I obediencla, a confant ya fidelidad’” En primer lugar la fe implica sumssin de la inteligen- cia, obedienci, en terminologia paulina, Dios pide que cl hombre le siga sin comprende, algunas veces, ls rz20- nes, La llamada divina que aleanza a Abraham es invita cién, oftecimiento, propuesta y, al mismo tiempo, un mandato exigente y poco «rzzonables. Con las palabras Sal de tu tierra, Dios manifiesta su deseo de que el pa- triarca deje todo lo que para cualquier hombre es de im- Poranc la pail parently I case Abraham n= vitado a abandonar lo que apoya y protege su existencia natural y marchare a eras excraas, sin entender el por qué de esta actuacién. Escucha la lamada y la acepra ple rnamente. Con ello, lo arriesga todo: se queda sin hogar y © Gn3:1416, +” CE Gu234 + * OF Get130, [HOUT ped TCE Ce 65.146 2 a 20, ® CER Ockitz y A BLANCO: Reveacbm. fy cediblidad i pp. 209-34 BY Ce fon 1.5: 617; 10.6 15,18; 2.Ce1056 DE. 3 DY. 146 marcha hacia un futuro incierto, guiado s6lo por la luz desu fe TL fe certamente, es luz; pero se rata de una hz espe- cial En cuanto respuesta ala tevelacién del misterio de Dios, laude la fe incluye la claridad que proviene dela revelacién'y la oscuridad que caracetiza el misterio, Abra- yham no 04 se dirige hacia una tierra que no conoce. Si- que a Dies al como El quiere y adonde El he determi- nado. ‘Al somerer el encendimiento, el patriarca no funda su caistencia y fuuro sobre sus propios citerios, sino sobre [a Palabra divina. La fe le leva, en segundo fuga, a una actitud de intimo abandono en Dios. Su oscurdad inse- lor es superada por la confianza. Abraham puede acoger erenamente los proyectos mis avencarados, porque sabe Gquealgdn df se cumplirs la promesa divina, Mira hacia dina meta que est mn alld de Canada y del mundo tem- poral, espera sla ciudad fundada sobre cimientos, cuyo Exquitecto y constructor es Dios". Esa confianea plena leva, en trcer lugar, ala fel dad, Abraham sigue con firmera, estabilidad y perseve- fanca la indicaciones dvinas, incluso en el momento de {a prueba mis tremenda de sa vida, que pone en juego st amor paterno: cuando Dios le manda que sacrifique a Tease, al hijo que le ha nacido segtn la promesa, el pa- ttiarcase dapone a hacerlo realmente. Se mantiene fil porque ste, por experiencia propia, ue Dios es infinita- nente bueno y omnipotente. El que ha dado vida a Isaac MShaciendo que naciera de una made estéril yun padre HT, 10 17 anciano— puede hacer cualquier otra cosa; puede hacer lo que parece imposible alos hombres: puede devolve a vida a Inc, «Pensaba, en elecro, que Dios es poderoso incluso para reuciar de entre lov muertoe, ‘Abraham cuenta con la fidelidad incondicional de Dios as alanza, Como Yahvé no dfiauda a quien pone scorn on Fy cupe coda us promenn ep teiarea puede esperaeacontra toda esperanzas®, Sea fuertemente en Dios y st palabra. nore 2. La corrspondencia de Marta, culmen y plenitud de la fe A la plenitud de la Revelacién, que se alcanza en Cristo, coresponde también una plenitud en la respuesta de la fe. Esta plenitud se da en Marla de Nazaret, la Ma dre del Redentor”, En el momento decisivo de su vida y de la historia de Ja humanidad Marfa acoge, con plena confianza, el anun- cio y la promesa que le tre el angel Gabriel. Se aban- dona, como Abraham, en la omnipotencia divina. «El fiat cde Maria al Angel es su aména la Revelacién, ala invita~ clon que peeonslment le ba digi (.): al mismo tiempo es amén al proyecto que Dios ha dispuesto para la laciin dea pucblor, ana © HbTLID. « # CE Rms 18 be EEN, Ea pel spun ea fede en gingulr, con Maris onl den colton I glen eRe” “ 148 ‘Maria vive constantemente disponible para realizar los planes divinos. Su respuesta confiada no se limita al mo- ‘mento de la Anunciacin: tras haber acogido a Jesis, deja {que su Hijo configure su vida, sus pensamientos y senti- tnientos. Le acompatiafielmente durante toda su exsten- cia cerrena hasta la itima prueba, cuando Cristo muere en lacruz, ‘Maria hace lo que Dios e pide. Su fe no vacila, ni si- ‘quiera en la mayor oscuidad, Confla —como Abraham — en que Dios cumple sus promesas llevandonos por cami- nos que sdlo El conoce. La Madre de Dios nos muestra asf {que «todo es posible al que tiene fex”, y que la confianza Incondicional en Dios puede incluso raladar montaias a Iglesia venera en Marfa la realizacién més perfeota de la obediencia en la fe". Esto no quiere decit que la Virgen haya sido un instrumento pasivo en fas manos de Dios. Al contrari, su entrega humilde y obediente sslo fue posible gracias a una gran actividad espiritual que ma- nifiesta ast ver, libertad interior y madurez. Pues sélo tuna persona que es «duefia de si misma, puede dase ale- gremente a los demés. Sélo a quien se siente auténtica- rence libre, no le molesta ser eesclava». ‘Maria no fue pasva, sino receptiva; estuvo dispuesta a recibir los dones divinos. Esta actitud constituye una condicién necesatia para llevar una vida ctstiana: quien no deja enttar a Dios en su vida no puede recibir la fe y las demis gracias, ni puede desarrollar plenamente sus capacidades. La excleva del Senor es también la reina de os cielo, Me9,28. © CE.Me11, 23:1 Co13,2. + CE COE, 149. 149 Obedienciay sencillez no tienen nada que ver con una ciertaingenuidad, inferioridad o timidez. El Papa Pablo Vi resalts hace unas décadas que Maria era «una mujer fueree que conocta pobreza y sultimiento, huida y' ‘No vaclé en cantar con audacia que Dios viene en ayuda . Esto, or supuesto, no ha de entenderse al pie dela letra, sino ten el sentido profundo que tenia para el patriarca. El cre- yentees llamado a desprenderse de los presupuestos sobre cuya base ha vivido hasta el presente, a esuperary sus pro- % CE G5, 251715 HBIN,5. 1946. * ? CE Ge3, 12.5. 151 pios crterios, sus esquemas mentales, sus formas de vida Yy costumbres, yatreverse a marchar, como Abraham, tna terra desconoids —tomada en serio— implica un wtiesgo», significa atuodonae antiguas seuridadse implica un cambio ta dical de antiguos puntos de vista y modos habituales de ‘onducta. Este cambio es posible porque el creyente ya no realiza sus propios proyectos y, por tanto, no cuenta sélo con sus propias fuerzas: da una respuerta a una lla- sada previa, Se enttega a Dios y pone toda su confianza en EE", Sabeque Dios esta su lado, y le ser fel en cual- ‘quiersieuacién de su vida. Esce abandono conduce a una relacin interpersonal snd nia, en la que no lo Dios halal hombre, ino también el hombre habla a Dios: expresa su fe y su con- fanza en la oreci6n. «Entablardidlogo con Dios —dice Juan Pablo TI— significa dearse encantar y conquistar por la figura luminosa de Jess revelador y por el amor del Padre que le ha enviado, Y en esto precisamente con- site la fe». {a picologia ha puesto de relieve que nuestos actos interiores nos forman y configuran més atin que la situa- cl eto enue vids gusts concen persona, no le preguntes lo que piensa, sino lo que fina, Creer en Dos eye conseeuenca, no slo un acto personal, ¢s ambin un acto personalizante; ayuda a * CE 150,10 2 JUun Panto UL Diver (1636197, en C. QUEROO Una: Tolle Ponder ce pases a RRO ccrecer como persona y Hegar 4 ser uno mismo», aquel ‘quien Dios ha querido desde toda la eernidad. El creyente, a su vez, quiere conocer y amar cada ver nds a Dios. Es un hombre saflorantes y no puede ser de otra manera®, Pues —como dice San Agustin en frase clisica— snos creaste, Sefior, para Ti, y nuestro corazén festd inguieto hasta que descanse en Tin 2. Fecon obras La fe comienza en Jo mis {ntimo del hombre, pero no se queda all. Sega su propia dindmica tiende a ex- presarse en obras exteriores que fluyen de ella y configu- fan toda la vida del creyente Si faltan estas obras —re- ‘cuceda el Concilio Vaticano II el poder transformador de la fe no alcanca verdaderamente su efecto, «El divor- tio entre la fe que se profesay la vida cotidiana de mu~ thos se ha de contar entre los mis graves erzores de rmuesteo tempor. ‘Creer es acoger la Palabra salvadora de Dios, la Palabra aque estd unida al Amor. «Nosotros hemos conocido y Grefdo en el amor que Dios nos tenes", La vida de fe es tana vida de amor con Crist. La intimidad con el Salva- ddor nos lleva a su imitacién, En otras palabras, el cris- tiano es llamado a expresar, con generosidad husmilde, el famor 2 los hombres, en actos de comprensién, solidari- % guvro TOMAS De AQUINO: sl coos de fo ages dey ben exe Sum one i370 SS Soracuert Canine ae kas Les 16. 153 dad y servicio abnegado™, Sélo asf sigue verdaderamente las huellas de su Maestro, «La fe obra por la catidads”, La practica cristiana, por otro lado, confitma la cer- teza de la fe. Cuando se obra la verdad es cuando se la cconoce realmente™, Por esto, para crecer en la fe es nece- sario vivir de modo coherente con lo que Dios nos dice en la Revelacién™. Sélo enconces, [a gracia transforma al creyente, y también su vida y el mundo, como nos ha smostrado Maria IIL. «Creo - creemos» La fe es un acto personal, pero no aislado, Hace que la petsona salga de s{ misma y entre en la Iglesia, que es la san ecomunidad de los creyentess*, La dimensi6n ectesial —comunitaria— de la fe tiene tuna cierta analogia con el cardcter también «comuniea- tio» de la Revelacién, El Dios que abre su misterio al hombre es e! Dios Trino que vive en eterna comunin, y que llama a los hombres 2 formar también ellos una comunién, Quiere que no sélo digamos cro, sino tam- bigm cree. 1J92,3.6:9-14; 3, 10:12: 4,716 5,6 5, 25 Me, 3.95; Le6, 43-45; Bw 2, 13:8, 5 2,806 Prt, 39, 8 CE jn, 21.0 CE 1 Cod, LG 4 Chr escRivk be BALActtte mig de Di en, 386288, { CoNrenencia EMSCOrAL ALBuANA: Canecie Cadlice par Aduis La fede Ili cep A. Seta de ua de as defense ‘ni gnc gue eta ha i def ma. ICE faqutenDo Utaite Tete Fundamental cit p27 156 1. La dimension eclesial de la fe canulasde las pofesiones de fede la iglesia ant latin a tons ese fer oe, en el Simbolo de Nicea-Constaninopl que Fegci engen en los dos primeros Conciiosecuméni- cee conten crems, Estas dos femulas no se contr Gicen: al contrario, se complementan®. Creo significa que tae ce una opeign libre, responsable e intransferible de Ads hombre’ Crema express que nadie puede ceer por {Solo El hombre no encuentra por sf mismo fa Reel Sion de Dine, coms se eatara de un hallzgo queer Sefado dese bdaqueda individual, sino qu la recibe en Tene de la comunidad de los ceyentes. «Creer es un Sao clei La fede la Iglesia precede, engendra,con- face alimenta nuestra fe" " 4) ines de a Iva Madre maifexamos que cesta Ipeia a que deberos la vida de la gracay ela fe quctosacogeyalimenta en la fe. Como Madre nue trates al mismo tempo, macsra de la fe. De cla apren- race denguaje castano, Ex certo que tenemos gue se ae ctengnj en noses propia Snape és han de juga a uz defo que noe Hea Ge pniido les eritanos de todos lo tiempos yh tars por lo que nos ensefia la entra comunidad de los © Enns al fe, nos unio alos Apésole y aT Pa- dics dela gsi Ts misono y martes de oo al S55 Condens ya los innumerabes santos conocidos WCE GCEI6?, + M COBIB. + & CE G4, 26. 155 Y desconocidos de todos os siglo. Gracias a ela forma- ‘mos parte de una comunidad extendida por el mundo entero: ssomos uno, porque creemon». Esta Iglesia es, en vireud de la promesa de Jesueristo, «columnas y aun. ddamentor de la verdad” Todos los que ereemos, somos Iglesia, En esta comuni- dad de cyte, ceraint een sericea pes dliferentes®, Pero todos estamos llamados a arrimat el hhombro alas cargas de los otros® y a dar —cada uno a su modo—testimonio de la fe y del amor de Dios, Nadie se ha dado a si mismo la fe, cada uno le ha reie bido de quienes han credo antes que d. Asimismo, nadie ppucdle guardar Ia fe para s solo. La misma dindmica de la fe conduce a transmitnla a otros. En efecto, cada uno de los eristianos es un eslabén en la gran cadena de los cre. yentes, Cada uno es sostenido en su fe por todos aquellos ue creen juntamente con él, Podemos, pues, dein tistiano solo no es cristiano (Tertuliano). Cada uno est necesitado de la comunidad de los creyente, y cada uno 13, 4 su vez, responsable por esta comunidad, 2, Eliestimonio de la vida En la entrafia mas profuinda del mensaje cristiano, se ene ‘cuentra la llamada a extender el Evangelio a todos los hom. St AGUSTIN anni enamel eae. 110, 2. CE, SANTO. ‘ToMAS Dé AQUINO: +a Iii tide po le far Sanna oe Wig ta9,ad3, 4 finds 15.6 C6 HF4 1, © # CF a6, * CE 12, 23:1 Gelb, bi 156 bres. at mada no cafe a a invita dig cada creyente para identificarse con Csto sino que la con- fe eto ha vento mind pan op a wumanidad: yuna persona que sigue ss hue- Te igen uc quae colionr con Elen obra dela salacin. »No hay alma que no interese a Cristo, Cada una della le ha costado el precio de su sangre ‘es Cada cristiano es Iamaco ar eg del aor da imisericordia de Dios ya entregar su vida, generosamente, fen servicio a los demés. Su modelo es Cristo, que nos ha revelado el misterio divino mas profundo: Dios es aquel tue se da por completo, aquel que se entrega sin rservas Nn sso Eva sr mig ace to in, Les Hamas uo por unos a dara conocs amor que ha aparecdo sobre ater, y ser tesigos shasta Final, hasta el marti si fuera preciso». Enel segui- mniento de Cristo no cabe, pues, el shasta cierto punto». Quien de una respuesta aun amor incondeinal 0 waede poner limites. POT vv au fe. el cristiano no sélo consruye su propia existencia sino que, al mismo tiempo, edifca la comuni- ddad de los creyentes. Ya hemos considerado que la Iglesia ‘std impregnada tanto de las obras de caridad y de amor, como de los actos de desamor, orgulloy egofsmo que rea- Tizan sus miembros alo largo de los siglos™*. A veces se la TBs east a oe mu tape ep 2 nn ea we, et he centrale sy 3 Ge apd 51,2 de ee he, 197 hha comparado @ una barca sacudida por el oleae y los vendavales de la histoia. Sin embargo, ls defecens de los A Pi He wtensidad el di les 2 JUAN PAIL: Hay gc in on rod Car Carel Ba a Gay Poneto Ge Come ase Prmonon dea Uniad dor Cites, Chadd SG vane Eis, 161 cura ser una Madre buena para coda a gran familia, para los hijo cercanos y para los que se han separado: busca su amis- tad, tata de comprenderios; es capaz incluso de admirar sus bienes, y etd dispuesta a renovar la propia casa”, El Papa Juan XXII afiem6 al comienzo del Vaticano I: ‘amos, par el contratio, que nuestros esfuerzos puedan Comput alos restos que pusan anise ls vues, deal manera que, en humildad, caridad y comprensi6n tmutua, podamos conjuntamente buscar y encontrar los ca- ‘mings por los que un dia pueda realizar plenamente la vo- Tuncad de Cristo: Que todos sean uno~ para que el mundo 1, La Iglesia y las religiones ‘Ouco Ambito pata el dislogo constituye la reacién con Josaqie no petenceen a la casa de Cris, los que extn facray de la Iglesia, al menos visiblemente. Entre ellos, Imerecen especial atencin los seguidores de otras religio- ‘nes, que we esfuezan por responder de varias maneras ala inguletud del corazén humano, proponiendo caminos, tesdecir, docirinas, normas de vida y ritos sagrados»”. Las tres eeligiones monotelstas —ctistianismo, judals- mo (nuestros shermanos mayores) y el islam— estén lunidas entre si por su origen comiin en Abraham. Por eso, es preciso superar las desavenencias y enemistades del pasado y esforzarse por alcanzar una muitua compren- sién'™ Pero la Iglesia abraza tambien a todas las demas re- Tigiones y «nada rechaza de lo que... (en ellas) hay de ver- % Papuo Vien LOwervtore Romano, 4XI11964, CEJ 17,21 haa + CENA. 163 dadeto y santo. Considera con sincero respeto los modos de obrat y de vivir, los preceptos y dactrinas que, aungue discrepan en muchos puntos de lo que ella profesa y en- sefia, no pocas veces reflejen un destello de aquella Ver- dlad que ilumina a todos los hombres», 1, Enure el rigorismo y el relativismo Con respecto a las religiones se han corregido y perfc lado en tlimas dads muchos pune de va ad Naa, 2 Pars pofndizaren este tema leo de la Comin Tenigca Inermacioal: Hari labios (996 en Coniston Pace SICA INTERNACIONAL: Dace 1969-1996 Males 1998, pp sor, 4 Of el ania sien dee ten edo por joe Mo BALES: Critanismoyvulipionn en Setpta Thealogics $0 (0981 poassisg me? ie logics $0 (1998/3, CE Gato, % CE font MORALES: Genie ymin ce, pA, 164 imprescindible para la salvacién. A veces, ni se le reco- noce como el mediador que mejor la expresa. Se le ve simplemente como un profeta mas entre los muchos que han aparecido en el transcurso de los tiempos. Las pos- curas pluraliseas se basan, en definitiva, en un relativism, y-vienen a exigi, si se las piensa hasta el final, Ia destruc- in de la identidad religiosa ehistrica del cristianismo. Pero con la idea de que todas las religiones sean iguaes, zo se puede ir adelante. Una adecuada teologia de as reli- giones no puede pasar por ato el problema de la verdad. ‘Afirmar que todas (las religiones) son verdaderas equivale a declarar que todas son fasas. Sacrficar la cuestién de la verdad es incompatible con la visién cristiana»*, Lo pro- pio de la fe crstiana en el mundo de las religiones consiste justamence en que nos dice la verdad sobre Dios y el hom- bres y que es la reigidn verdadera. Flay una dinica verdad y tuna tnica Iglesia, que es la Iglesia de Jesucristo™. Se puede probablemente construir una concepeién fenomenolégica o empitica de la rligiSn a parti de unos criterios que sean aceptados por todos. Pero al elaborar tuna zeologiaerstiana de las religiones, no se puede pedi a Jos tedlogos renunciat a los aspectos fundamentales de su fe, «Sila teologha es fides quaerensintellectum (la fe que ‘busca entender) no se ve amo se puede (..) evar adelante una reflexién teolbgica adecuada prescindiendo de las, ropias fuentes» ® Ch GRI2. = * ORIS. Yara fda emia ef, CONGREGACION PARA LA DOCTRINA DE APR: Delacin Doms fa sob ended ewe ab fg de feria y de gia 2000), GRE. 165 Segrin ef mensaje del Nuevo Testamento, ni una limi- tacién de la voluntad salvifiea de Dios a los (formal- mente) bautizados, nila admisién de mediaciones parale- Jas ala de Jesis parece la postura adecuada de un cristiano ‘on respecto alas religiones™. La ceologla opta por una tercera via entre f rigorismo y el relativismo. Es el Ila- mado crstocentrismo inclusivista, que parte de la absoluta, singulavidad religiosa de Jesucrsto,y de la universalidad de a alvacin en EP*. Aqui seve claramente la necesidad de reflexionar acerca dela verdad: sdlo sila fe cristiana es verdadera, afecta a todos los hombres. 2 Jesucrsto, el sinieo Saloador Segiin la opcién crstocéntrica todos los hombres estin ordenados a Dios: todos han sido ereados a imagen suya, yest llamados 2 unirse con Fl pata toda la eternidad®, Para llevar a cabo ese plan salvifico universal, Dios mismo sc ha aproximado gradualmente a los hombres mediante las diversas allancas alo largo de la historia de la humeni dad: primero realiz6 una allanea con Noé*, que es el re- presentante de los pueblos que no conacen al Dios del ‘Antiguo Testamento: luego se relacioné més estrecha- mente con Abrahém y con Moisés, de los cuales parten, las tres grandes religiones monoreistas Gudaismo, islam y cristianismo); y por fin vino al mundo en la Persona de Jesueristo, el Verbo de Dios hecho Hombre, que es la 2% CE £8100, GR39. + GRILL +» CE GS22y44; RNG, » CE Grete 166 ‘Alianza nueva y universal! Bsea Alianza se distingue tsencialmente de las otras. Fs la plenitud de la unién en- ‘te Dios y los hombres. Es una Alianza del Espiritu, ala ‘ual estn lamados todos los pueblos y naciones™. 'BI Espiritu puede actuar, ciertamente, en todas ls eli giones®, En cada una de cllas pueden encontrarse semina Verb, hucllas de verdad y bondad*. Por eso, segin la max yorta de ls tedlogos catélicos actuales, las religiones pue- den ser mediaciones de salvacién para sus seguidotes. Pero hay que distinguir entre la plena venida del Hijo de Dios en Jess, y la presencia de sus semillasen quienes no le conocen: esta presencia, siendo real, no excluye el error nila contradiccién. Hay que tener en cuenta, ademés, {que no todas las religiones gozan de la misma perfeccién, sino que unas son més elementales que otras. Por ejem plo, «na religion que admice la desigualdad entre los hombres, o a violencia, es mucho més imitada que otras teligiones que no lo admiten, TE eligiones no poreenautonomia sli; no sale ‘van alos hombres por sus propias fuerzas. En cuanto que tos acerca vac no pueden considerate septs das de Jesucisto, porque of Espiritu que en elas acta ex fF Espa de Cristo" Sw operaciones cutesy reli giones «asume un valor de preparacién evangélica y no % GE GyRS2 7 59; Jost MORALES: Canin y lignes cen ss Se 2 or 3.6, 6810. > Ev 28 Ere, por tno, una ncn univer del aps, ue ns pune opr enki co a cin prey uel BS ig So dstrln ena pena de Cre Mee Te AGI y ISNA 2 RTD. « CE GRE. 167 pede no refrise a Cimon Conducesecrtamente los hombres a Cristo y a su Iglesia, que es el lugar priv legos dows scaen®, = Por tanto, cuando los no crstianos son salvados, se unen a Jsuerito y tambien —de un modo incon ciente—al mistetio de su Cuerpo, que es a Iglesia". Par tian hondamenten cl mies eel dl mao ee séto Dios conoce™, Las relaciones ent los cristiano y los no ctstanos son fandamentalmence distintas a aquellas que guardan lor Bon por vei sine alse alum pon pots inven ine bonas SANTO FoxiAS DE AGLINGY Sarum dhnagar 109 2 rad 179 diga, s6lo puede proceder de Dios”, Por tanto, no sélo debemos transmitir la verdad que —con la gracia de Dios— hemos alcanzado, sino que estamos también Ia ‘mados a profundizar continuamente en ella ya buscar, allf donde puede encontrarse, esto es, en todas partes. En. otras palabras, un cristiano esté dispuesto a dialogar con, Jos demés y a aprender de ellos. Esta actieud —aparte de hacerle fidedigno ante los demés— le facilia crecet y avanzar descubriendo aspectos de su fe que no ha con: derado antes, Los votros» pueden ayudarle realmente 3 ser un cristiano mejor. De hecho, el Magisterio de la Iplesiaesté desarrollando desde hace unas décadas una honda antropologia y espi- ritualidad del didlogo. Hace referencia con ello ala digni- dad de la persona tal como la subrayé el Vaticano II”: Cada dislogo encierra una dimensién global, eistencal. Abatca totalmente al sujeto humano (...- El didlogo no es sélo un intercambio de ideas. Siempre es un intercam- bio de dones’»”., Consiste en dar y recibir, en ensefiar y aprender. La Iglesia, efectivamente, se hace cada vex mis catélica, mas universal, a medida que ineorpora—en la ‘vida de sus miembros— todo lo verdadero y bueno que 1 Espiritu ha operado en las palabras y acciones de los no cristianos. Segtin el Papa Pablo VI, «el clima del didlogo es la amistad»”. Se trata de una conversacién hecha con amor que evita todo lo que puede ofender al oto y subraya lo comin. «El didlogo no es orgulloso, no es hiiente, no es % sOmne verum, aguocungue diet a Spa Sanco ext Ii > crouse. © UGi3. +” BS80. 180 | ofeasivo, Su aucoridad es intrinseca por la verdad que ex- one, por la catidad que difunde, por el ejemplo que dda (...) Es pacifico (...) € pacientes es generosor™. Juan Pablo II sigue explicando: «Cuando se empieza a dialo- gar cada una de las partes debe presuponer una voluntad de teconcilacién en a incerlocuron" Cada uno debe ver lo bueno en el otro, segin aconseja la sabiduria popu- lar: quieres que Tos otros sean bugpon tales ea yao fuesen.» Asal final de un didlogo, no hay un vencido Yun vencedor, sino que hay dos vencidos por la verdad. Una cultura de didlogo presupone una disposicién personal a renovarse, un respetosincero hacia la persona del otro y la decisidn valence por dejar atts viejos prejui- ios y clichés y profundizaren la verdad. 1. Renovacién personal Para dar un testimonio convincente de la propia fe, hace falta una renovacién continua. Ast afirma el Vati- ceano II que sla conversién interior y la santidad de vida (...) deben considerarse como el alma de todo el mo- vimiento ecuménico», Lo que vale pars el trato con los otros cristianos, vale igualmente pata el trato con los se. uidores de las otras religiones. Todas esas relaciones no se definen sélo por una preocupacién por los demas, sino © 75, « 8 us29, URS. ofLos fies adic) eben earinr con sncridad lo que ‘nay que tenovary hae n Iams Faia Calis pas cna id de up reimonto mas fy atone dela docttina ennai red de Cit twas dear Apes 181 también por uno mismo, Cada cristiano ha de pregun- ‘arse, primero, personalmente: ;qué testimonio de Cristo doy al mundo? «No se da verdadero ccumenismo sin con- versién interior. Los anhelos de unidad nacen y maduran 2 partir de la renovacién espictual, de la abnegacién de st mismo y de la efusién generosa de la caridads®. 1 etn segundo pao, en enovacin afer ambin 2 las instituciones y la vida piiblica de la Iglesia™. Segiin dMirms Palo VI, jams son scenes oe fectas, suficientemente santas, como las querla Dios. «Brota, por lo tanto, una necesidad gencrosay casi impa- ciente de renovacién, es decis, de enmienda de los defec- torque denunci reflja econclenca a modo de un ‘examen interior ante el espejo del modelo que Cristo nos 496 deStmismoe”. . Es significative que Juan Pablo Il invite a una purifca- ™. Ha condenado, en consecuencia, stodo tipo de acciones que puedan tener sabor a coaccién o persuasién desho- nest o menos retan Y reconoce, sinceramente, que no siempre a actuado bien, En efecto, Cristo (..), manso y CE TMASS. + ” CE DH. « ® DHT, USS. +" DIF 183 shumilde de corazén, atrajo € invieé pacientemente alos dliscipulos, no queria ejercercoaccién sobre ellos”. Por otro lado, hay que tener en cuenta que la actitud de respetoes mis que mera tolerancia, Mientras que la o- lerancia proporciona solamente el margen (necesario) para una posible convivencia entre los hombres, el res- peto apunta a la relacién misma entee ellos y al desafio que supone fa vida de uno para los demds. El hecho de que «la verdad se conoce por la fuerza de la misma ver- dad», no significa slo la descalficacién de todos los ac- tos contrarios a la libertad y al aprecio de las decisiones del otro. Implica igualmente la grave responsabilidad, pa todas las personas humanas, de buscar el sentido ver- dadero y completo de la existencia, cada una en la me- dida de sus posibilidades individuales. Ast, la sucesora de la Madre Teresa, que nacié en la India en el seno de una familia hindi, declaré en una entrevista: «Conservo den- ‘tro de m{ los valores més bellos del hinduismo: provengo de aquella religidn, de aquella cultura, Son mis rafces, y no puedo ni debo olvidarlas. Creo que existe una verdad ‘parcial en las demés teligiones,y, por tanto, también en Lhinduismo, Pero solo Cristo erla Verdads”. 3. Honor a la verdad completa ‘Una persona que actia segin tna auténtica epirituai- dad de didlogo, incenta dar a conocer todo lo que cree, 1 DEEL. Bl exo hace elena « Mr’, 284; Met, 28-30; Me, 2343 Jn, 67.68. "WCE Envi con SOR NIBMALA, en Zenit, 1999. E5101 194 con claridad y suavidad, y adaptado a las ciscunstancias de cada caso, No buscacompromisos baratos,sabiendo que no hay nada tan ajeno al ecumenismo como una ac- titud relativistao indiferente ante la verdad, «El didlogo no puede basarseen la indiferencia relgiosa (.) No debe- ‘mos temer que pueda constituir una ofensa ala identidad del otro lo que, en cambio, es anuncio gozoro de un'don para todos, y que se propone a todos con el maximo res- peto ala libertad de cada uno: el don de la Revelacin del Dios-Amor, que “tanto amé al mundo que le dio su Hijo uunigénivo"*®, Cuando los miembros de las diversas comunidades

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