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CEREBRO, INTELIGENC ~Y EMOCION. BUM CTU CM ase Cele oR Sl (Uae neurociencias 2Cémo aprenden los nifios? Por qué hay nifios que aprenden en forma tempra- na y veloz y otros que se muestran mas Ien- tos o emplean estrategias propias para aprender? ;Cémo ensefiar en forma efi- ciente habits, normas, cultura en casa? zCémo potenciar on casa y en la escuela ios talentos de los nifios? ;Cémo ser un profesor efectivo en In escuela? Las respues- tas parecen esconderse en el cerebro, podero- so Grgano que nos pone en relacién con el ambiente y nos permite apropiamos de sus caracteristicas y modificarlas. El cerebro humano esta disefiado para aprender: se apro- pia de la experiencia, Ia clabora, la archiva y Ia transforma, En los iltimos aflos, los secre~ tos del cerebro han comenzado a ser devela- dos a través del fértil campo de investigacién en neurociencias, y dichos hallazgos han comenzado a ser aplicados a Ambitos tales como la psicologia, la psicopatologia, la nnutricién y la educacién infantil. En este ti ‘mo dimbito, las neurociencias constituyen una sélida plataforma para entender el papel del aprendizaje en la vida del ser humano y opti mizar las acciones formativas y educativas del nifio; on dicha perspectiva, este libro pretende acerear el actual conocimiento neurocientifi- co a la tarea de educar de modo permanente, aportando estrategias para que los adultos actualicen los talentos de los nifios y les for- ‘men emocional y socialmente para la vida. sow fundsstonmicamect| Capitulo 9 ONTOGENESIS DE LA DIMENSION EMOCIONAL HUMANA: LA AFECTIVIDAD ‘Sin duda alguna que los eapftulos anteriores contribuyen a aportar un corpus te6rico acer- ade la nifez y adolescencia ttil para disefiar cientificamente las acciones formativas y edu- cativas. Sin embargo, un nifio es mucho mas que un espiritu audaz. avido por conocer y domi- nar el mundo natural y social que le rodea. Ese aventurero no es movido por fuerzas solo inte- lectuales: existe en él una poderosa fuerza interna, al modo de un poderoso fuego interior que le abrasa y le mueve: es el fuego de la emoci6n, que alimenta y da. vida a la dimensién afec- tiva. Y el niffo se diferencia del adulto en que sus cogniciones exigen para fructificar una dimensién afectiva bésica sustentada en emociones y sentimientos positivos. Mas adelante, ya joven 0 adult, podré adentrarse en el mundo del conocimiento movido por sus angustias per- sonales y aquellas universales, por sus miedos, sus frustraciones y sus carencias. Cuéntos Iiisicos, escritores, artistas plisticos, dramaturgos, nos dejaron su legado concebido, elabo- rado y dado a luz en medio de estertores neurdticos ¢ incluso psicéticos.... Quizé la mayoria de ese legado fructifies en el fango de Ia ira, de los celos, del deseo de venganza, y fue gene- rosamente regado con Iggrimas y/o aleohol.... Pero un nifio pequefio es paralizado por dichas emociones y sentimientos, sofocado hasta el punto de poder perecer si alguien no le tiende la mano. Un nifio pequefio es como una planta, que se abre al sol, al agua, al aire vivificador y a las manos que, amorosas, le ayudan a crecer y 2 entregar sus frutos. Nos adentraremos pues en la compleja y fascinante dimensi6n afectiva en su vertiente evolutiva, transitando desde lo neurobiolégico a lo psicolégico y de alli a lo ambiental o social, para que el lector vaya apre- hendiendo la magnitud de la responsabilidad que el Creador ha puesto en las manos de quien ha elegido o ha sido obligado por las circunstancias a asumir el papel de formador y/ educa- dor de niffos. Sin embargo, es necesario enfatizar que lo neurobiolézico, lo psicoldgico, lo social y lo espiritual constituyen niveles 0 expresiones de un mismo fenémeno, la vida, nive- les que es necesario separar atificialmente, no solo por razones didacticas sino que con fines de observacién empftica y de elaboracién de teorias, tanto epistemol6gicas como aplicadas al diseio metodolégico educativo. NEUROBIOLOGIA DEL DESARROLLO AFECTIVO El motor det desarrollo integral del ser humano durante los primeros veinte affos de la vida ¢s la afectividad; una afectividad sana es el eje en torno al cual germina y se enriquece el inte- lecto, se fortalece el sistema inmunol6gico y los distintos sistemas corporales funcionan con Ja perfeccién de un reloj suizo, permitiendo que el nifio transite por la vida de manera armo- niosa. El término afectividad se refiere en neurobiologia a la dimensién emocional humana, alli 8 donde se organizan los afectos o sentimientos y se expresan en conductas. Esta dimensién tiene las siguientes caracteristicas + Posee etapas criticas de desarrollo que ocurren muy tempranamente. + Las etapas eriticas son seguidas por fases sensibles ampliamente abiertas a la influencia del ambiente: experiencia -sensibles y experiencia- dependientes. + Las etapas criticas son momentos de extrema vulnerabilidad biol6gica. + Las etapas sensibles son momentos de maxima exigencia de calidad de Ia experiencia + Una afectividad sana es generativa de talentos cognitivos, de salud corporal y de salud psiquica * Una afectividad alterada poda el crecimiento intelectual, favorece la aparicién de enfermedades corporales y de psicopatologia. + La afectividad humana eruza transversalmente las habilidades al servicio de la vinculacién + La dimensién afectiva tiene sus momentos criticos en los extremos del ciclo vital: la nifiez temprana y la senectud. La dimensién afectiva del ser humano tiene una biologéa y esté ampliamente abierta a la impronta de la experiencia social SU BIOLOGIA L- SUS ESTRUCTURAS : Conforman un extenso médulo cerebral de limites imprecisos, denominado Sistema Limbico, el cual se interconecta profusamente con el resto del cerebro y con todo el organis- ‘mo, esencialmente el nivel corporal (a través del sistema nervioso aut6nomo con sus dos com ponentes, sistema simpético y sistema parasimpético), el nivel neurohormonal (a través de los ejes hipotélamo hipofisiarios: eje hipotélamo-hipsfiso-adrenal, eje hipotélamo-hip6fiso-tirio- deo, eje hipotélamo hip6tiso gonadal, eje de la insulina, de la leptina, de la ocitocina, etc. El nivel neuroinmunitario (a través de las inmunoglobulinas, que comparten receptores con las rnenremas limbhiens) y, por snpnesto, el nivel psiqnico, representado por la conciencia y su com- pleja elaboracién psiquica. Se constituye asf una extensa red psicosomatoneuroinmunohormo- nal, cuyos componentes no solo son partes de un todo interrelacionado, sino que intercambian ¥y comparten la mensajerfa quimica (nivel molecular) y el flujo energético de tipo electromag- nético que conforma el nivel submolecular, fisico cuéntico 0 atémico (somos energfa conden- sada, una danza visible de electrones alrededor del mticleo del dtomo). Los desequilibrios de «sta compleja unidad organismica no solo se reflejan a nivel molecular (quicbre de un ¢je neu- rohormonal, por ejemplo, como ocurre en situaciones de estrés intolerable, o aparicién de fendmenos inflamatorios como en las enfermedades autoinmunes desencadenadas por estrés) sino que ocurren también (y es posible que allf tengan su punto de partida) en el nivel submo- lecular, expresndose en bloqueos del natural fluir de la energfa que provocardn més tarde 0 més temprano la cara visible de la ruptura, llamada enfermedad. 9 Este médulo esta conformado por numerosas estructuras, de las que vamos a seleccionar solo algunas para su andlisis, para no abundar en detalles neurobiol6gicos de dificil asimila- cién La amigdala Es un pequefo sistema neuronal encargado de asignar emociones a las experiencias, trans- formAndolas en vivencias. Comienza a madurar durante la vida fetal, preparando al feto para Ja primera y més trascendente vivencia: el apego amoroso a su madre 0 cuidadora. En ella ‘ocurren procesos neuronales que, al ligarse a determinados y especificos procesos psicofisi- cos, generan las Ilamadas emociones, siendo cuatro las emociones primarias, una plataforma sobre la cual se iran montando nuevas emociones a lo largo de la ontogénesis: alegria y quie- tud como emociones positivas, rabia y miedo como emociones negativas. El hipocampo Forma parte de la corteza temporal profunda, a derecha e izquierda. Es un pequefo siste- ma neuronal intimamente conectado con la amigdala, encargado de archivar, a modo de un krdex, todas las vivencias y todos los aprendizajes significativos que se Ievan a cabo duran- te el ciclo vital, @UIPOCHMpOMEREHD archiva datos con ita SERA codificados de modo tal que una gran parte de ellos no accede fiécilmente a la conciencia L por lo tanto no es susceptible de ser evocado; i pOCEMpORZGUIERID archiva susceptible de ser codificado en forma proposicional y acceder a la conciencia y por lo tanto al recuerdo. Los hipocampos comienzan a madurar durante la vida fetal (tercer trimestre del embarazo), de modo que ya antes de nacer se archivan experiencias, en especial aquellas ligadas a los esta- dos emocionales de la madre y sus propias vivencias: el rechazo del hijo, el miedo a la mater- nidad, el maltrato fisico y/o psicolégico por parte del cSnyuge, de los parientes y/o del entor- no laboral o social, son codificados en clave neuroquimica y energética, desencadenando emo- ciones en el feto, las que son archivadas en este primer “arqueokérdex” que es el hipocampo fetal. Entre ambos hipocampos hay conexiones abundantes, de modo que el material archiva- doen forma implicita puede ser traducido en clave verbal y acceder asf al recuerdo; sin embar- 0, para que dicho material, “encriptado”, acceda a la conciencia, basta con modificar el esta- do jhabitual de jconciencia, lo cual ocurre cada noche entre tres y cinco veces, en forma de actividad onirica, pero jtambién es factible de hacer a través de la hipnosis o de provocar jesta- dos alterados de conciencia. Los micleos del septum Son dos pequefios sistemas neuronales encargados de dos funciones esenciales al servicio de la construccién de la afectividad y de la vinculacién; inician su maduracién durante la vida fetal, preparando al nifio para una de las mas placenteras experiencias: set acariciado y disfru- tar cada encuentro fntimo con la madre o cuidadora, encuentros intensamente sensuales, en el sentido de ser elaborados a partir de la informacién perceptiva que ingresa por los cinco érga- nos de los sentidos: mamar, olfatear los olores de la madre, percibir a través del tacto su piel, su temperatura corporal, horadar con la mirada el rostro para acceder a sus emociones, escu- 80 char los dulces arrullos que el cerebro del recién nacido archiva como patrones pros6dicos, activan los nticleos septales, los que a su vez se conectan con el circuito de la gratificacién, estableciéndose asf el poderoso aparato sensual humano conocido como erotismo. Ocho meses después del nacimiento, nuevas conexiones de los micleos septales, esta vez con la amigdala y la corteza visual asociativa., darn origen al miedo a los extrafios, una potente estrategia de supervivencia, que conduce al nifio a partir de ese momento a protegerse del abuso, del rapto, del dafio, A partir de los ocho meses, el nifio comienza a tender sus bracitos solo a quienes le inspiran confianza, una confianza primaria, instintiva ¢ intuitiva, que es denominada “confianza basica” y que surge de la veloz decodificaci6n de sefiales no verbales que emite el adulto al aproximarse al nifio. La corteza temporal profunda Es la porcién ED .- se oculta, invagindndose desde la convexidad, fnti mamente conectada con el hipocampo (que es parte de ella), se encarga de I (CQUAERAAAIATAMENOANBIOERMIGR: ambas, dan al ser humano esa certeza misteriosa de Ja “mismidad”: segundo tras segundo construimos una linea invisible de continuidad perso- nal; afio tras afio, vamos mutando pero siempre nos reconocemos como invariables, una iden- tidad construida en tomo a un yo, el cual a su vez se sustenta en una biograffa articulada en tomo a los recuerdos episédicos y que hemos hecho propia ain cuando se ha construido con los otros y desde los otros. Al ingresar a la adolescencia, esta corteza experimenta un profun- do remodelado, primero con una extensa poda y luego incrementindose las sinapsis con regiones al servicio lingiifstico, de modo que el adolescente hace su ingreso al amt del auto- conocimiento, un ejercicio reflexivo orientado al crecimiento personal, a la consolidacién de principios, valores, suefios, proyectos y renuncias, necesarios todos ellos para salir a la con- quista auténoma de la existencia. Il- EL TEMPERAMENTO El temperamento constituye el (@RISRBIOISEICO)GEl la pENonaliGaayMTAA heredado de los antecesores, esté codificado en el programa genético y tiene su asiento anatémico en regiones del cerebro que estén en estrecha interrelacién con las funciones cognitivas, neuro- endocrinas, neuroinmunolégicas y viscerales, constituyendo una unidad cuyo adecuado fun- cionamiento garantiza parte significativa de la salud emocional a PURRE CUTTER OAATAMICAT) constituye en cierta medida nuestra impronta a lo largo de la existencia, atin cuando su expresién génica puede ser moldeada por factores ambienta- les; lo habitual en relacién al temperamento es que se leven 2 cabo @SsiOneSiGeSHinacasa (RAAONESAC AAO MAMLEAEATD cn un saludable equilibrio, como veremos més adelante. RAD cn GEA» «1 GMEAMILERBIEEDycrdiadera encrucijada de con- fluencia de informacién, el cual posee caracterfsticas propias que permiten entender la formi- dable influencia de los factores biolégicos sobre Ja salud mental y los recursos de adaptaci6n. Por una parte, recibe informacién proveniente de todas las esferas constitutivas del organismo 81 humano desde el cuarto mes de vida intrauterina en adelante; a partir de esta informacién, se va construyendo ontogenéticamente la compleja red de interrelaciones entre cerebro y cuerpo que perdurard a lo largo de la vida; por otra, existen en el sistema Ifmbico estructuras crucia- les para la construccién del yo 0 ego, de la afectividad, de la capacidad relacional y de la cog- nicién. El temperamento se puede visualizar como un océano, siempre en movimiento pero cuyas fuerzas son relativamente estables. Este océano emocional se puede estratificar, con propési- tos didécticos, en una jerarquia de dimensiones biolégicas, las cuales estén sujetas tanto a mecanismos de regulacién interna como a modificaciones desde Io externo, y son abordables a través del andlisis de las conductas, las cuales pasan a constituir cédigos de seftales que, a su vez, sintonizan el océano emocional del otro en la relacién intersubjetiva. Cada dimensién esta conformada por un nivel psicofisico, un nivel emocional propiamen- te tal y un nivel cognitivo emocional. El nivel psicofisico Esta constituido por fenémenos bésicos relacionados con lo sensoriomotriz y visceral; en términos andtomofuncionales, podemos situarlo en la interfase somética/ cerebral, especifica- mente, en sistemas del tronco cerebral, hipotdlamo, parte del télamo, parte del cerebelo. El nivel emocional Surge en el momento en que lo psicofisico es traducido a emociones especificas, las que son codificadas y archivadas para su ulterior reconocimiento. Andtomo funcionalmente, corresponde a extensas reas del Sistema Limbico y Paralimbico, como amigdala, hipocam- po, miicleos septales, pulvinar, cuerpos estriados, parte del cerebelo ete. EI nivel cognitivo emocional Surge cuando desde el Sistema Limbico se establecen extensas conexiones hacia la corte- za cerebral, al modo de puertas que interconectan los dos primeros niveles, psicofisico y emo- cional, con la conciencia. En este nivel, las emociones son analizadas cognitivamente, se les asigna significados de vivencia y aquellas perdurables son archivadas como sentimientos Las dimensiones son : + la ansiedad los impulsos + el estado de dnimo o humor la capacidad de goce o hedonia La ansiedad Se denomina ansiedad a una respuesta normal psicofisiolégica que prepara al organismo para enfrentar situaciones potencialmente peligrosas. No es “anormal” tener ansiedad, lo anor- mal es la magnitud o intensidad de la ansiedad en relacién al estimulo decodificado como peli- 2 ‘gr0so, o la discordancia entre naturaleza del estimulo y respuesta de ansiedad. La respuesta psi- cofisiolégica denominada ansiedad tiene tres componentes: un nivel neurohormonal, represen- tado por la liberacién stibita ¢ intensa de cortisol desde el eje hipotlamo-hipéfiso-adrenal, un ‘componente visceral, somitico (activaci6n somatica de indole simpética) y un componente cor- tical (hiperalerta). Paralelamente, se libera dopamina en los terminales neuronales del sistema administrador cognitivo y social, para permitir evaluar la situacién, discernir inteligentemente el modo de afrontamiento (enfrentar versus escapar) y tener la suficiente iniciativa y decision para actuar; también se libera dopamina en el sistema de a gratificacién (al cual nos referire- ‘mos en breve) para favorecer cierto nivel de temeridad, necesario para no caer en el pénico y paralizarse. En diversos puntos del organismo han ocurrido otros cambios destinados al afton- tamiento de la situacién ansiégena: se libera insulina para aumentar la disponibilidad de gluco- saen las neuronas, miisculos y coraz6n; se liberan endorfinas, que energizan el organismo y all mismo tiempo lo preparan para la calma que sigue al desafio; aumenta la disponibilidad de inmunoglobulinas, que lo fortalecen y al mismo tiempo estimulan la liberaci6n de serotonina, que, en sinergia con las endorfinas, prepara los procesos de la recuperaci6n, disminuyendo la intensa liberacién de noradrenalina en el cerebro, Si la situacién ansiégena es afrontada con éxito y es transitoria, todos estos cambios serén beneficiosos para el organismo, potenciando la capacidad de afrontamiento de situaciones futuras, ampliando el aprendizaje de conductas de afrontamiento, incrementandola inteligencia, ete. Nuestro organismo esta sabiamente disefiado para afrontar estimulos ansiégenos de magnitud moderada y transitorios (probablemente, los que existian en el Parafso...), pero es frégil cuando dichos estimulos aumentan de intensidad, son inesperados o se prolongan excesivamente en el tiempo, En el Sistema Limbico, especificamente en la amfgdala, la ansiedad es codificada como miedo y archivada en la memoria de largo término por el hipocampo. Este archivo guarda la emo- cidn denominada miedo asociada a los estfmulos desencadenantes, de modo que cada vez que nuestro organismo se expone a partes del estimulo ansiégeno, al estimulo completo o a una repre- sentacién simbélica de él, se activa la respuesta de ansiedad, liberando cortisol y activando el sis- tema nervioso simpético, con liberacién de adrenalina y noradrenalina. Si el archivo guarda engramas (unidades de memoria) asociadas a emociones positivas, dicho recuerdo desencadena- 1 las mismas conductas, y probablemente el resultado serd igualmente exitoso. Pero si los engra- ‘mas estn asociados a intenso sufrimiento, fracaso, humillaci6n, etc, es probable que se desen- cadenen conductas destinadas a fracasar una vez més en el afrontamiento, En el tercer nivel, cognitive emocional, la ansiedad es recodificada, asociada con experien- cias biogréficas, y pasa a constituir un miedo propio, relacionado con la existencia individual, conocido como angustia; asf, el recuerdo de un acto heroico, de arrojo, de decisién, de técti- cas audaces y originales, de estrategias inteligentes, en fin, de un conjunto de conductas que condujeron al éxito en el afrontamiento de la situaci6n biografica, incrementando la autoesti: ma, el individuo aborda la angustia en forma “resiliente, es decir, con fortaleza y valor, mien- tras que memorias de episodios dolorosos (haber sido humillado, expuesto a la burla, someti- do, etc.) despiertan a nivel mental ideas de desvalorizacién, de inseguridad y de minusvalfa que impiden a menudo actuar y afrontar la situacién. 83 ‘Veamos un ejemplo: el primer dia de clases en el colegio grande, un pequefio que hasta el aifo anterior asistia a un Jardin Infantil donde era tratado carifiosamente por una Educadora de Pérvulos dulce y protectora, experimenta el natural miedo a lo desconocido. Atraviesa un patio inmenso en medio de la algarabfa de nifios més grandes, ingresa a un aula muy amplia donde es recibido por una maestra seria y formal... Desde el dia anterior, ese nifio experimen- ta el malestar de Ia ansiedad pero no tiene conciencia de su naturaleza, solo sabe que sordos eélicos atenazan su abdomen y su corazén late més de prisa que de costumbre. Al atravesar ese patio que parece un océano agitado donde va a naufragar y es recibido por una maestra desconocida de rostro agrio que lo mira inexpresivamente tras sus gafas, la respuesta de ansie~ dad es maxima, casi a nivel de pénico; el corazén amenaza con escapar de su pecho y sus pies no responden, atornilléndolo al piso, mientras que se nublan sus ojos y cree que perderd el sen- tido. Aterrorizado, mira como se mojan sus pantalones, ha escapado su orina y solo atina a aguardar a que lo trague definitivamente el piso mientras llama en silencio, desesperadamen- te, a su madre. Ese primer dfa de clases ha quedado grabado en su memoria emocional. Afios después, mientras debe rendir un examen para cambiar de colegio, atraviesa nuevamente un patio inmenso, escucha a lo lejos las mismas risas y carreras desaforadas, su coraz6n parece querer arrancar del pecho y se paraliza,quedando con la mente en blanco, atornillado al piso e incapaz de responder las preguntas del examinador. Al salir del examen que ha reprobado, se dice a simismo “soy un perdedor, es imitil que me proponga metas, nunca voy a lograrlas”. Ese mismo primer dfa de clases, otro nifio atravesaba el mismo patio después de haberse ido a la cama la noche anterior con “mariposas en el est6mago”; pero se sentfa seguro, pues era el tercer hermano que ingresaba al colegio; sin duda alguna,entre las decenas de chicos que saldrfan a recreo avistaria a sus hermanos mayores y se sentirfa protegido. Atravesé el gran patio con decisi6n, sintiéndose protagonista de una aventura; al legar al aula, sonrié tranqui- Jo: la maestra de gruesas gafas era la misma maestra que habfa tenido como alumno a su her- mano alos antes, de modo que estaba todo en perfecta armonia, de seguro le tomarfa a él el mismo afecto que le prodigé a su hermano, gracias a sus talentos para las matemiticas. Ingres6 decidido al aula y se sent6 en el primer pupitre, buscando con la mirada a quienes seleccionaria como sus amigos. Sin duda alguna que ese primer dfa no fue registrado en su sistema de memoria como un “engrama” doloroso que acudirfa cada vez a perturbarlo con su cuota de malestar emocional. Impulsos 0 “drives? Constituyen respuestas muy répidas (en informética se utiliza el término™ por defecto” - by default -para referirse a los programas que estin diseitados en el hardware para activarse al encender el computador y permitir su uso inmediato) a las cuales el organismo echa mano cada vez que se ve enfrentado a desafios de supervivencia, De la Psicobiologia han heredado el apelativo de “instintos primarios” o “drives” (término que se podrfa traducir como“conduc- tores de conductas”) Los principales impulsos o instintos primarios son: hambre, sed, impulso sexual (dirigidos a la conservacién de la vida) e impulso agresivo (dirigido a la auto o heterodestruccién 0 impulso de muerte). 84 En el nivel psicofisico, constituyen sensaciones viscerales especificas, en forma de exeita- ciones, que al llegar al Sistema Limbico son decodificadas, se les asigna una valencia también specifica (deseos, motivaciones primarias que Haman a ingerir alimentos o agua (hambre, sed), a aparearse (deseo sexual) a agredir o a agredirse (rabia). Son provocadas internamente (por abstinencia forzada, por accién neurohormonal, por sustancias quimicas; también se acti- van desde otras dimensiones, como por ejemplo por ansiedad, por exaltacién animica) 0 por cestimulos especificos (alimentos, sefiales visuales u olfativas, etc.) En el nivel cognitive emocional, los instintos no acceden, y si lo hacen, son inmediatamente {ntegrados a la conciencia y transformados en apetitos {ntimamente relacionados con experiencias pasadas, motivaciones del yo, ideacién mental, ete., y sometidos a la censura moral de los admi- nistradores cognitivo sociales (metacogniciGn). Asf, un nifio que ha estado sometido a una dieta alimentaria estricta por haber sufrido una hepatitis el mes anterior, asiste a una fiesta de cumple- afios y lo primero que ve es una gran torta de chocolate; su primer impulso, desencadenado por la abstinencia forzada de golosinas, es hurtar un trozo y devorarlo a hurtadillas. Pero si dicho impulso accede a la conciencia, es inmediatamente sometido a censura moral (“no es correcto”) y desvia répidamente la mirada, dirigiéndose al jardin para no sucumbir a la tentacién. No es diff- cil colegir que los nifios pequefios 0 los inmaduros, con una débil capacidad de autocensura, sucumben al impulso... y luego sufren los rigores de la reprimenda. Los principales neurorreguladores de Ios impulsos son Ia serotonina, la dopamina y las neurohormonas, especialmente las hormonas gonadales: testosterona, estrégenos. Niveles bajos de estrdgenos, de dopamina o de serotonina o niveles elevados de testosterona facilitan estas_respuestas primarias, otorgéndoles una intensidad inusitada que impide que accedan a la conciencia, transformandose en conductas impulsivas que suelen dejar una estela de conse- ccuencias negativas a su paso. Asf, la disminuci6n de los niveles de serotonina en un episodio depresivo, de estrégenos en la fase premenstrual de la adolescente 0 el alza de la testosterona en un var6n piiber, explican la exacerbacién de conductas impulsivas como los atracones de ‘comida (conducta bulimica), la agresién verbal o fisica, el mal talante, la conducta masturba- toria, etc El estado de 4nimo y la capacidad de disfrutar Elestado de 4nimo o humor se refiere a una sensaci6n subjetiva de bienestar fisico (cor- poral, inmunolégico, hormonal) y psfquico (mental), que se mantiene en el tiempo y es rela- tivamente independiente de los estimulos externos. Un estado de dnimo adecuado se denomi- nna eutimia, mientras que una baja pasajera del humor se denomina disforia, una baja persis- tente en el tiempo, humor depresivo, y una baja crénica y permanente, distimia. El aumento ‘excesivo del 4nimo se denomina humor expansivo, euforia, hipertimia, estado maniforme, hipomania, mania. La mayoria de los seres humanos en condiciones estables de vida es euti- mica; una minorfa tiene un estado de énimo en oscilacién permanente, siendo lamados ciclo- timicos, y un ntimero atin menor oscila en forma extrema entre el humor ftancamente depre- sivo y el humor expansivo leve -hipomanfa- 0 severo -manfa-, constituyendo el denominado 85 espectro bipolar. El estado de dnimo es muy sensible al estrés, por cuanto la serotonina, su principal neurorregulador, es por una parte el modulador de la ansiedad, de modo que sus eservas se van agotando cuando tiene que regular la excesiva liberaci6n de noradrenalina en situaciones de estrés excesivo o prolongado, y por otra parte, la sintesis de serotonina est aco- plada a la sfntesis de endorfinas, de tal modo que disminuciones de los niveles de serotonina implican descenso de los niveles de endorfinas, neurohormonas cuyo principal papel es modular el estado de bienestar, la quietud psfquica y atenuar la percepci6n del dolor. El esta- do de énimo es también extremadamente sensible a modificaciones neuroquimicas provenien- tes del ambiente, como alimentos, medicamentos, drogas. ‘Veamos un ejemplo: la madre de una nifia de once afios, hasta entonces excelente alumna en lo académico y en el comportamiento, es citada de manera urgente por la maestra por la conducta que la nifia muestra en clases desde hace unos dfas: su volumen de voz ha aumenta- do hasta el punto de hablar a gritos; ademés, habla sin pausa, en forma verborreica. En medio del trabajo, mientras las alumnas trabajan en silencio, la nifia de marras trepa sobre el pupitre se pone a cantar a voz en cuello; ha desafiado a la maestra en varias ocasiones y mencioné en forma despectiva a la Directora del colegio, haciendo alusin a su excesivo sobrepeso. La ‘madre esta anonadada, no logra explicarse tal abrupto cambio, ¢ intenta justificarlo aludiendo a la inminemte llegada de un nuevo hermanito. Sin embargo, la explicacién es otra: el pedia- tra le ha recetado a la nifia un medicamento que, segdn la literatura médica, seré muy exitoso enel control de un “mal hébito” presente en la nifita: roer sus uflas. {Es probable que exista alguna relacién entre las conductas disruptivas y el medicamento en cuestién? Veamos: la indicacién se fundamenta cn que roer las ufias es una conducta “obsesiva compulsiva”, por lo tanto, el pediatra le ha indicado un psicoférmaco para tal disturbio, el cual aumenta la dispo- nibilidad de serotonina en las sinapsis....Lamentablemente, le ha indicado una dosis excesiva, casi el triple de lo indicado para su peso corporal. Entonces, la nifia presenta lo que se deno- mina “episodio hipomanfaco iatrogénico”, que significa que su estado de énimo esta exalta- do, a nivel de una euforia desatinada, El estado animico se relaciona de modo estrecho con Ja capacidad de goce. Esta capacidad primaria de nuestra vida emocional tiene su asiento anatémico en un sistema neuronal llama- do “nticleo accumbens”, el cual posee una rica red de neuronas dopaminérgicas conectadas profusamente con el Sistema Limbico, conocido como “Sistema de la Gratificacién”. Cada ‘vez. que se experimenta una emocién positiva, ella activa al micleo accumbens, donde se libe- ran grandes cantidades de dopamina, estableciéndose un circuito que induce a repetir la expe- riencia; el nticleo accumbens del ser humano es activado intensamente por las emociones positivas derivadas de las experiencias de vinculacién, de las experiencias estéticas y espiri- tuales y del intimo contacto con el entorno natural. No es dificil imaginar que este circuito de Ja gratificacién se fue esculpiendo a lo largo de la historia filogenética del hombre, original- mente un hominido solitario y feroz, que a lo largo de los afios fue descubriendo los profun- dos lazos vinculares con su tribu y luego con sus parientes; més tarde, intuyé con intensa emocién que él, su gente, la naturaleza y el cosmos constitufan una misteriosa unidad, que la 86 tierra, el agua, el fuego, los animales, el nacimiento de nuevas crfas, eran parte de un mismo acto de creacién; dirigié sus ojos al cielo y miré las lejanas estrellas, sintiendo por primera vez que no le eran ajenas, estaban alli, acompaiidndole y testimoniando el gran misterio de la creaci6n. Esas emociones, intensas y peculiares, distintas a la emocién de atrapar una pieza de caza o de aparearse, se fueron grabando en su memoria y ligéndose con un goce nuevo, la ale- gria existencial, el gozo de ser parte de algo sagrado y trascendente. Miles de afios més tarde, un nifio contempla extasiado la danza de las estrellas mientras acampa en lo alto de una mon- tafia con su grupo de “scouts” y siente un nudo en la garganta, deseos de llorar ante tan impo- nente belleza, mientras que su padre, en la ciudad, experimenta idéntica emocién mientras escucha “La Pasién segiin San Mateo” de Johann Sebastian Bach. La capacidad de disfrutar se puede perder por diversos motivos; cuando ello ocurre, el nifio © el adulto queda bloqueado en su capacidad de experimentar emociones positivas frente a experiencias de vinculacién, de contacto con la naturaleza o espirituales. Esta incapacidad provoca intenso dolor psiquico, y desencadena una biisqueda compulsiva de fuentes artficia- les de goce, que reactiven el sistema neuronal de la gratificacién; aparece asf el consumismo desenfrenado, el placer sexual desprovisto de afectividad, el consumo excesivo de sustancias quimicas como el alcohol o adictivos, el juego compulsivo, todo lo cual se agrupa bajo el tér- mino “biisqueda de sensaciones”, el cual alude a los desesperados intentos por experimentar goce; por desgracia, al estar daiiado el sistema de la gratificacién, el goce es momentineo, eff- mero; a poco andar sobreviene el tedio, el descontento, la ansiedad por “hallar lo que he per- dido y que no sé qué es”, tornando entonces a procurarse placeres artificiales. La adiccién a los juegos de consola o a la televisiGu es a menudo una seilal de que el nifio 0 el adolescente ha perdido la capacidad natural y sana de goce y esté pidiendo ayuda. A nivel psicofisico, el estado de dnimo se relaciona con la homeostasis 0 equilibrio corpo- ral, neuroinmunolégico y neurohormonal. Un funcionamiento armonioso de estos tres estra- tos organismicos garantiza un buen estado animico desde la perspectiva biolégica. Podriamos decir que “tener un organismo sano es la condicién bésica y esencial para un estado de énimo 6ptimo y viceversa”. A nivel del Sistema Limbico, el estado de dnimo se relaciona con emociones primarias como la alegria de vivir, la curiosidad, Ia motivacién, la capacidad de disfrutar, emociones archivadas por el hipocampo y a disposicién para reeditarlas. Las alteraciones del estado de fnimo se acompafan de emocionalidad negativa: abatimiento, ira, desinterés, anhedonia 0 falta de capacidad de goce, o euforia desatinada e inclinacién impulsiva por el riesgo. ‘A nivel cognitivo emocional, el estado de dnimo se traduce en sentimientos y actitudes existenciales: la alegria de vivir se transforma en optimismo, generosidad, bondad, altruismo, entrega, desprendimiento. La motivacién se traduce en inguietud intelectual, creatividad, apertura y fertilidad cognitiva, en inclinacién por lo novedoso, por embarcarse en nuevas tare- as con excitado affn, mientras que la capacidad de goce se refina a tal punto que el espfritu se abre a la trascendencia y @ la infinita belleza de lo simple y de lo natural. Por el contrario, las, 87 alteraciones del estado de 4nimo se traducen a nivel cognitivo emocional en egotismo, ego- centrismo o egolatria, pesimismo 0 excesiva confianza sin limites razonables; insatisfaccién © biisqueda compulsiva de satisfacciones pasajeras, acedfa, egofsmo, envidia, rencor, desinte- rés por crecer intelectualmente, apatia. El individuo (nifio o adulto ) con un compromiso del estado de dnimo es quejumbroso, demandante, insatisfecho, con inclinacién a la excesiva e intensa frustracién frente a los contratiempos. La pérdida de la capacidad de disfrutar impide ver la belleza de lo simple, conduciendo al individuo ala busqueda de gratificaciones inten- sas y artificiales, en el ambito del consumo de bienes materiales, de alimentos, de sexo, de drogas de adiccién. Ontogénesis del temperamento La maduracién del temperamento transita desde un estado primario 0 de “heterorregula- cin” a un nivel mas auténomo, de “autorregulacién”. El estadio primario lo podemos com- parar con el nacimiento de un rfo en las alturas de la montaifa: un tropel de sensaciones per- turbadoras que se alborotan buscando un cauce; ese cauce est dado por la regulacién que pro- viene de otro, en forma de los cuidados basicos provistos por la madre 0 cuidadora del bebé: el nifio expresa, “externaliza” sus sensaciones, actualiza su temperamento en conductas: llan- to, agitacién, con lo cual sintoniza en la madre o cuidadora actitudes de solicitud y atencién irigidas a aplacar esas sensaciones, provocando asf una nueva actitud del bebé, de relajada y placentera quietud; dicha actitud relaja también a la madre o cuidadora, quien experimenta la alegrfa de haber sido capaz de atender al bebé; sin saberlo ambos, se ha establecido una sin- tonfa armoniosa, que acttia como un refuerzo operante reciproco (las conductas tienen conse- cuencias positivas que conducen a repetir dichas conductas), cuya reedicion a medida que va pasando el tiempo se iré haciendo cada vez més automatizada (aprendizaje) pro al mismo tiempo més cargada de signos afectivos. {Cémo logra el recién nacido dirigir su tormentoso caudal de sensaciones hacia un nivel més elaborado, hecho de emociones susceptibles de ser codificadas y archivadas en la memo- tia? La respuesta reside en esas primeras sinapsis, formadas abundantemente en los circuitos de hemisferio derecho y conectados con la amigdala, el hipocampo y los nticleos septales, sinapsis cuyos receptores, igualmente abundantes, son particularmente sensibles a la ocitoci- na y dopamina. Esta frondosa conectividad permite, por una parte, que se activen las funcio- nes bésicas comunicativas, interaccionales 0 relacionales, destinadas a percibir al otro en per- cepciones cargadas de interés empético (una empatfa primaria, sin duda), Por otra, permite que el caudal de sensaciones se vaya integrando en emociones primarias, que serdn el sustra- to bioldgico de la salud psiquica del niffo, las cuales veremos en breve. Conozeamos a la ocitocina, cuya presencia invisible pero potente acompafiard al ser humano desde antes de nacer en adelante, facilitando su capacidad vincular. La ocitocina es un péptido (protefna de cadena corta) liberado en Ia hipéfisis posterior por estimulo hipotaldmico y en menor grado por la placenta, el titero, el amnios, el ovario, el tes- ticulo y el coraz6n. El cerebro tiene abundantes receptores para ocitocina, especialmente en 88. hipotélamo, amfgdala, hipocampo y niicleos septales, siendo el cerebro del recién nacido muy rico en sinapsis sensibles a ocitocina. La ocitocina es liberada en dichas regiones a lo largo de toda la vida, especialmente por acci6n de estimulos como caricias, texturas suaves y célidas (una sedosa toalla temperada en la estufa al salir de la ducha), una mesa servida con amor a Ja cual se llevan platos sencillos pero Hlenos de olores, colores y sabores, etc. Durante el embarazo comienza a ser liberada desde el tercer trimestre, participando acti- vamente durante el trabajo de parto: provoca en la embarazada contracciones uterinas y esti- mula la produccién de leche. Tanto en Ia madre como en el nifio que est naciendo reduce la liberacién de cortisol y aumenta el umbral al dolor (accién analgésica) por liberacién de opioi- des endégenos y provocando amnesia, lo cual tendrfa tanto una funcién protectora para la madre y el bebé (borrar vivencias negativas) como de hiperfocalizacién de la madre sobre las conductas maternales especificas que le aguardan. Todas estas funciones de a ocitocina estén destinadas a evitar que el parto se convierta en un trauma psicol6gico con consecuencias ulte- riores, al modo de un sindrome de Estrés Post Traumético. El mecanismo propuesto es la accién de la ocitocina sobre los receptores de Ja sustancia gris periacueductal, Ia cual a su vez liberarfa poderosas sustancias analgésicas y activarfa el circuito orbitofrontal, el que es habi- tualmente activado por estimulos placenteros visuales, olfativos y tactiles. La ocitocina también tiene un papel en las funciones cognitivas, con un rol primordial en los procesos de aprendizaje y memoria, especialmente de la memoria implicita y de la memo- ria espacial. La dopamina, por su parte, en su doble papel de neurotransmisor y de neuromodutador, participa en la activacién de sinapsis en la amfgdala destinadas a 1a asignacién de una valen- cia emocional a las sensaciones de confortamiento y calma que siguen a la provisién de cui- dados maternales, mientras que en el niicleo accumbens, el sistema neuronal relacionado con la gratificacién o recompensa, se activan las sinapsis que darn origen a las primeras viven- cias de goce, provocadas especialmente por estimulos sensoriales; nacen asf las primeras emo- ciones humanas: alegria y serenidad. + la corteza parietal derecha permite decodificar informacién emocional a partir del ros- tro de la madre, expresiones de arrobo, de éxtasis, de dulzura. Esta capacidad es muy potente y perdura toda la vida. * la corteza asociativa auditiva derecha permite decodificar melodias vocales: la infor- macién prosédica emocional proveniente de la madre, del padre y de euidadores cerea- nos (arrullos, mensajes verbales que transmiten ternura e intensa presencia afectiva) es decodificada y archivada como vivencias positivas. Por otro lado, los nticleos septales, activamente interconectados, participan en la percep- i6n placentera de las caricias; sus conexiones con la am{gdala permiten experimentar goce erético. Es interesante destacar que después de los ocho meses, los niicleos septales se activan 89 frente a la cercanfa de extrafios, generando en la amfgdala una emocién denominada miedo. Los niicleos septales maduran a lo largo de los primeros quince afios, culminando esta madu- racién después de la pubertad. A Io largo de toda la vida tendrn una activa participacién en el goce erstico. Esta heterorregulaci6n, sustentada en el aprendizaje de una relacién intersubjetiva cargada de emocionalidad entre madre 0 cuidadora y bebé, se prolonga por diez y ocho meses, dando paso a partir de ese momento a un sistema de autorregulaci6n, el cual comienza a esbozarse alrededor de los treinta y seis meses, cuando la corteza_ 6rbitofrontal inicia un proceso de ace- lerada sinaptogénesis, hasta culminar en la adolescencia, momento en el cual los procesos de sinaptogénesis 6rbitofrontal se completan y se trasladan a la corteza temporal profunda, cuyas conexiones con el resto de las éreas corticales, especialmente de hemisferio izquierdo, permi- tirdn acceder al fortalecimiento de la identidad y del autoconocimiento. ‘A partir de los (diciocho) meses, el niffo comienza a experimentar una creciente capacidad de_percepcién de sus estados emocionales, identificando el miedo, la ira, el dolor; su nacien- te _competencia lingtifstica le permite “semantizar” dichas emociones, archivéndolas en su ‘memoria verbal. Poco a poco comienza a ensayar estrategias de autocontrol del miedo, de la rabia, del dolor, estrategias que tienen lugar en el escenario cognitivo que le es propio, cons- truido sobre la base de la imaginaci6n, la fantasfa y el juego o representacién y modificacién de la realidad. Siendo todavia “madre-dependiente” para calmar sus tormentas emocionales, recurre al denominado “objeto transicional”, extensiGn fantaseada de la madre y de su entor- no célido y protector; asf, el chupete o, en su ausencia, un deda en Ia hoca representardn su pezén; el pafal le proporcionard la textura y los aromas de su cuna, lugar donde se llevan a cabo los encuentros con una mamé solicita; mAs tarde aparecerén los peluches, embajadores de un mundo fantaseado, comarca de dicha constante, donde no hay lugar para nada amena- zante. La memoria, cada vez ms sOlida, hecha especialmente de archivos espaciales con alta carga emocional, le permitiré confrontar las experiencias del momento con experiencias pasa das, evocando emociones positivas y obteniendo asf una fuente adicional de tranquilidad. Su poderosa imaginacién le permitird fantasear sin limites, elaborando escenarios imaginarios donde es un animal feroz, un stiper héroe poderoso o un animalito capaz de escabullirse sin que Io vean. A solas en su cuarto o en el jardin, jugard apasionadamente, conjurando en el guién del juego todos sus miedos e incertidumbres. Fantasia, juego, objeto transicional y archivos mnémicos pasan a ser asf las primeras estrategias cognitivas al servicio del autocon- trol, aguardando al gran mediador emocional humano: el lenguaje verbal. Entre los tres y los cinco afios, las nacientes habilidades metacognitivas sociales, o recur- sos de administracién social, que en esta etapa se limitan a un creciente dominio de la prag- mitica verbal y contextual y de la capacidad de inferir estados mentales en los otros y en si mismo, que hemos denominado mentalizacién (Teoria de la Mente), se insintian como mediadores eficientes en el logro de Ia autorregulacién emocional, pero solo en aquellos nifios que han recibido una formacién en dichos recursos, los cuales, si bien son un patrimonio bio- Jogico humano, estén fuertemente sujetos al modelado ambiental 90 Alcierre de la etapa preescolar, los logros en el dominio lingUifstico comienzan a ofrecer al nifio un nuevo y eficaz “interorregulador” emocional: el lenguaje al servicio del pensamien- to y de la negociacién social. El lenguaje surge como vehiculo de reflexi6n, introspeccién y autorregulacién emocional por la vfa cognitiva. Sin embargo, su debut como mediador de las ‘emaociones requiere un perfodo més o menos largo de educacién emocional para la reflexién, aspecto que abordaremos en el capitulo sobre Inteligencia Emocional. IIL- LA ARMONIA EMOCIONAL Desde una perspectiva neurobiol6gica, podemos definir armonfa emocional intema como un estado de equilibrio, de homeostasis onganismica, en el cual existe un perfecto balance entre los distintos niveles del temperamento, el que permite la armoniosa integracién de los fenémenos cog- nitivos y emocionales y que deriva en lo que podriamos llamar “estado neurobiol6gico saludable”. La armonfa emocional es un resultado esencialmente biol6gico, interno, pero en cuya géne- sis se imbrican indisolublemente factores psicolégicos y de la experiencia, En cierto sentido, es posible afirmar que la armonfa emocional es experiencia-sensible y experiencia-dependien- te, por cuanto, atin cuando todos los sistemas, las funciones y los procesos neurobiolégicos se encuentren a punto, delicadamente calibrados como un instrumento musical dispuesto a dar sus mejores sones, deberd ser la experiencia, lo social, quien ha de actualizar esa potencia de armo- nias, traduciéndola en conductas observables, del mismo modo que serd el intérprete el tinico que podra mostrarnos la belleza armoniosa de los sonidos de su instrumento. En efecto, los seres humanos crecemos y nos desarrollamos en comunidad con los otros; esta comunidad genera en el ser humano la necesidad de afecto, que no es sino la necesidad de pertenecer, vale decir, la més aguda necesidad social del ser humano. Son por lo tanto las, experiencias sociales, desde la més primaria, cual es la formacién del vinculo con la madre inmediatamente después de nacer, hasta las sofisticadas experiencias de vinculacién laboral, el matrimonio, la paternidad, las que desafiarén en forma constante al individuo social, instén- dolo a poner en juego sus recursos de adaptaci6n, modelando desde lo externo la homeostasis, emocional. Las actitudes de los “otros significativos” actuarén como permanentes estimulos dindmicos de cohesi6n y ruptura de la homeostasis emocional. En otras palabras, la armonia emocional es el resultado visible de un guidn vivencial onto- genético que se construye sobre una plataforma bioldgica por efectos de la experiencia social La armonfa emocional es como la punta visible de un bloque gigantesco de hielo; posee una ontogénesis, asf como un iceberg tiene un momento de gestacién en Ia historia milenaria de os mares australes 0 articos; tal como el glaciar, que nos muestra su rostro visible, en cual- quier momento en que nos detengamos a observarla, en nosotros mismos 0 en otro, podremos asomarnos a la armonfa emocional en sus dimensiones cognitiva, cognitivoafectiva y conduc- tual; basta preguntamos estoy feliz de vivir, sin desear nada artificial que le dé un sentido a mi alegria? ;soy optimista? ;me interesa aprender, descubrir? estoy en paz, me siento con- fiado y seguro, envuelto por la red protectora de mis seres queridos? ,doy més amor del que 91 recibo? Pero cuando estamos con un niflo, no se precisan tales preguntas; basta mirar sus ojos, la expresiGn de su rostro, su actitud corporal y Ia tensién interna que refleja su conducta. Es més, todo agente formador educador de nifios y/o adolescentes, debe aprender a observar ese potente fenémeno en sus hijes o alumnos, porque de esa observacién podra extraer valiosas ensefianzas que guiarén su praxis educativa. La plataforma primaria de la armonia emocional Cuando los factores biolégicos, psicoldgicos y sociales se conjugan para que exista una adecuada homeostasis emocional, que hemos Ilamado estado de armonia, van surgiendo en la ontogénesis del aparato emocional bésico humano tres sentimientos primarios, que a su vez van a constituir la base del complejo aparato cognitivo emocional humano. Estos sentimien- tos son: « alegrfa existencial: consiste en un sentimiento de gozo permanente, que estimula a su vez la fantasia e imaginacién, lo Itidico, el hedonismo, el sentido del humor y las destrezas comunicativas al servicio de la inteligencia interpersonal. Esta alegria existencial motiva a explorar, a pensar divergentemente, a crear, y favorece los procesos de afiliacién. Sobre ella se construye el optimismo. Ha sido denominada la “dicha de vivir”, y se caracteriza por ser tun sentimiento independiente de gratificaciones especificas, como obsequios, viajes, ganan- cias, adquisiciones, bienes de consumo, etc. + motivacién: estimula la curiosidad, el asombro ante el misterio y lo novedoso. promue- ve la apertura a nuevos aprendizajes, la nccesidad de explorar, de descubrir, de pensar excita- damente y de abrirse a recursos cognitivos sofisticados. Es la base de las destrezas metacog- nitivas, y es independiente de recompensas especificas, como titulos académicos, premios, distinciones, diplomas, ascensos, ete. + serenidad: es un sentimiento de confianza bésica, que engloba el saberse aceptado incon- dicionalmente, protegido y amado. Es la base de la entrega afectiva, y es independiente de recursos especificos destinados a la proteccién, como inmunizaciones contra agentes infeccio- ‘sos, casas 0 coches con alarmas, vigilancia policial, fueros diplomaticos, linajes sociales, ete. Estos sentimientos provocan en la persona un fenémeno de apertura mental que favorece la creatividad, la flexibilidad cognitiva y adaptativa y amplia las cogniciones, estimulando la integracién de experiencias, la generacién de soluciones creativas a los problemas, la aserti- vidad, etc. En ese sentido, tales sentimientos constituyen poderosas fuerzas generativas, de “empoderamiento” este término, (traduccién literal del inglés “empowerment”), debe ser ade- cuadamente interpretado en su significado: se refiere a ganar una fuerza interna que permita generar cambios positivos en la persona y en los que le rodean, una suerte de “capacitacién” para la vida. Por otra parte, producen el denominado “efecto borrador”, tendiendo a anular los efectos daflinos de las emociones negativas. 92 Ontogénesis de la armonia emocional Est meridianamente claro y evidente que estos tres sentimientos primarios surgen muy tem- pranamente, meses antes de nacer, favorecidos por la armonia emocional de la madre, quien regula transplacentariamente la homeostasis emocional del hijo, principalmente a través de la ocitocina y de la dopamina; se fortalecen més tarde a través de los procesos del apego y de las primeras experiencias de vinculacién social; experimentan reorganizaciones sucesivas que dan origen al crecimiento socicemocional y conducen al sabio desapego caracteristico de una vejez sana, Es el trénsito a lo largo de la vida de un organismo psiquicamente saludable., y es también, sin duda alguna, el Paraiso, es decir, la forma de vivir a la que tiene derecho todo ser humano, que alguna primigenia vez. conocié y disfruté, y que esté encaminado a reconquistar. IV.- PSICOLOGIA DEL DESARROLLO AFECTIVO La estructura de personalidad determina en parte el estilo individual de regulacién emo- cional, en forma de esquemas internos de modulaci6n del temperamento. Rasgos determinan- tes de introversin -extraversién determinarén distintos modos de regular la ansiedad, de afrontamiento de conflictos y de apertura a lo nuevo, mientras que la dimensién neuroticismo- psicoticismo influird en las modalidades de estructuracién de psicopatologia como respuesta al estrés. Ciertas dimensiones de la personalidad tienen asimismo un papel crucial en la estructura- cién cognitivoemocional; de ellas, destacan el autoconcepto y su dimensién valorativa, la autoestima; la atribucionalidad y el locus de control. + autoestima: la autoestima es un factor nuclear en la autoimagen, y se construye sobre la base de dos sentimientos: el sentimiento del propio valer y el sentimiento del propio poder. el primero apunta a que el nifio siente que posee un valor, un “precio” en sentido figurado, que es fijado por los dems sobre la base de las cualidades y talentos que reconocen en dicho nifio. EI segundo sentimiento se construye sobre Ia percepcién de ser capaz de generar cambios positivos en sf mismo, cambios que también pueden cambiar a los demés. Sin duda alguna que Ja autoestima infantil es refleja, vale decir, se construye a través del “verse” en las actitudes yy comentarios de los otros significativos; podemos deducir que el 30% de la autoestima de un chico va a construirse sobre la base de los comentarios y opiniones que escucha acerca de é1 (es tan servicial... es tan alegre... es el mas carifioso de mis hijos.... sus trabajos siempre des- tacan por lo originales y bien escritos...”) y un 70% sobre la base de la informaci6n no verbal, especialmente actitudes, gestos y dinémicas comunicacionales . + atribueionalidad: las acciones generan consecuencias, de modo que el crecimiento emo- cional o madurez requiere ser capaz de tomar distancia mental en una determinada situacién cen la cual la persona ha participado directamente, para analizarla, reflexionar, aprender de las experiencias pasadas, saber reconocer el grado de responsabilidad propia en determinadas cir- cunstancias, establecer nexos de causalidad entre actos y consecuencias. Todos estos son 93 recursos de adaptacién que se sustentan en un adecuado funcionamiento prefrontal, especial- mente de la memoria de trabajo, la cual rastrea en la memoria autobiografica, en los archivos relacionados con el corpus valérico y el sistema de normas y limites adquirido a través del desarrollo, etc. para permitir que la persona asuma flexiblemente la responsabilidad de sus acciones y optimice sus recursos de adaptacién. + locus de control: entre los siete y los diez aftos, fase denominada “ lia, la escuela y la comunidad entregan a los nifios un corpus de normas, valores y principios que gradualmente intemalizardn como propios, y que serin més o menos sélidos segtin la consistencia, sistematicidad y autenticidad de los agentes educativos. En otras palabras. el nifio més veraz, recto, honesto, solidario e integro no es sino el feliz reflejo de padres, herma- nos y maestros veraces, rectos y honestos. Si a este corpus val6rico se afiade una formacién religiosa, el desarrollo moral ya estard practicamente formado cuando el nifio Ilegue a la edad puberal. Algo similar ocurre con la obediencia frente a los limites impuestos por sus padres, los que idealmente debieran conformar un corpus flexible de reglas, establecido con criterios de proteccién y /o favorecedores de una socializacién adecuada. sin embargo, para que esta aseveracién sea realista, debemos incorporar otro factor sine qua non: la madurez socioemo- cional del nifio. un chico que no reflexiona, que es impulsivo y que no logra tomar la necesa- ria distancia mental de los hechos para proceder a entenderlos, integrarlos y elaborar conclu- siones, es un chico que tarda enormemente en adquirir un corpus val6rico firme y consisten- te. por el contrario, permanece largos ailos atado al “principio de la obediencia impuesta, en el cual solo se va a someter a normas y principios éticos por temor a las sanciones, pero que va a transgredirlos cada vez que desaparezca el riesgo de ser sancionado. “locus de control” es el proceso por el cual el nifio regula socialmente su conducta. Un locus interno refleja una adecuada internalizacién de los principios val6ricos, morales y de crianza entregados por su ‘medio; se podria decir que, a través de este proceso, el nifio deja atrés la libertad primaria, pro- pia del preescolar, que le permitia dar rienda suelta a sus impulsos, y adquiere una segunda libertad, de tipo social, en la cual se rige por acuerdos y convenciones que acepta como pro- pios. En cambio, un chico con locus de control externo se queda en la libertad primaria, suje- to al dictado de sus impulsos, y obedece a las normas, Iimites y convenciones morales solo por temor a ser castigado, pero sin entenderlas ni hacerlas suyas. 94

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