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de la historia de los dogmas sur- relación ciencia litúrgica-reflexión
gido en otro tiempo con un plan- teológica en algunos casos con-
teamiento limitado, pero que nada cretos.
tiene que ver con la liturgia. Basta
que advierta cómo las iglesias van La «imagen de Dios»
quedando vacías y cómo muchas
personas experimentan hastío 1. Recurso a la Trinidad. Hay teó-
ante una liturgia rutinaria y siem- logos que, sin percibir tanto la
pre igual y buscan nuevas formas importancia de la confesión de fe
de celebración y plegaria. Y que de Israel, que fue la de Jesús, se
se pregunte si, en esta situación, dedican a especular y, aplicando
la ciencia litúrgica no se compor- la eclesiología de comunión del
ta demasiado como guardiana de Vaticano II a la Trinidad, hablan con
una tradición inalterable sin apor- todo detalle de Dios como una
tar nada al diálogo ecuménico y comunidad de personas. Saben
sin hacer nada de su parte. En mucho de la vida interna de esa
definitiva: las partes importantes comunidad antes de la creación,
de la ciencia litúrgica estarían sin que se les ocurra preguntar-
mejor en la sistemática, en la his- se, como hacía Rahner.«¿De
toria de la Iglesia y en la pastoral, dónde lo sacamos esto?» Así
y, por consiguiente, sobraría una proponen la comunidad de Dios
especialidad para la liturgia. ¿O es como la «imagen» originaria y el
esto una caricatura? modelo de la comunidad eclesial
Mi profesor y buen amigo J. A. y con ello se forjan un medio para
Jungmann entendía la liturgia cier- descalificar todo género de críti-
tamente como una ciencia histó- cas y disenso intraeclesial por no
rica crítica, pero sin ignorar los responder a la obediencia y al
planteamientos e implicaciones anonadamiento del Hijo de Dios.
teológicas. Cierto que conserva Pero cortan con la relación de
los testimonios insustituibles de origen. Pues las especulaciones
la tradición, para cuya interpreta- sobre un diálogo intradivino tie-
ción se requieren conocimientos ne también su tradición. Elisabet
especializados. Y sus «objetos» de Dijon (†1906) adoraba a su
son también, aunque no sólo, ele- Dios como «mis Tres». ¿Qué ha-
mentos esenciales de la «memo- bría dicho Jesús a esto? Existen
ria cultural». Pero, a la vez, abre tradiciones divergentes imposi-
posibilidades de creatividad reli- bles de armonizar.
giosa y litúrgica que muestran Si la ciencia litúrgica trabaja en
cómo hoy, siendo fiel a la tradi- su génesis histórica, ilumina los
ción, puede darse algo nuevo que intereses, las mentalidades, los
no sea pura repetición de lo anti- trasfondos que subyacen a deter-
guo. Considero que una ciencia minadas formulaciones. Y, cuando
litúrgica así es la que, en la situa- se trata de formulaciones no se-
ción eclesial actual, la dogmática cundarias sino constitutivas de la
ha de reafirmar como absoluta- liturgia, esa iluminación resulta
mente imprescindible. Veamos la sumamente importante. Pero esto
La ciencia litúrgica: una necesidad vital para la teología y para la Iglesia 237
se pueda concluir una determina- lo rápido que se ha dado el salto
da «imagen de Dios». ¿Quién, fue- a lo escatológico. Cierto que en
ra de Dios, penetra en el corazón algunas postcomuniones se alude
de los seres humanos? Hasta tal a la «fuerza» que nos proporcio-
punto resulta problemática la for- na la Eucaristía, pero con ciertos
ma como en la liturgia se habla resabios mágicos. En realidad, lo
de la fe. Precisamente lo que de- que, de acuerdo con la mayoría de
bería hacer la ciencia litúrgica es, estas oraciones, piden los fieles es
a base de los textos litúrgicos, la salvación eterna, la bienaventu-
poner en evidencia la «imagen de ranza. ¿Dónde aparece su vida
Dios» de la liturgia oficial con to- concreta? ¿Dónde se expresa su
das sus contradicciones y sus ten- esperanza en la presencia de Dios?
dencias peligrosas. Con esa con- Acaso quede claro por esos
cepción de Dios debería confron- ejemplos que no cabe identificar
tarse la dogmática. ¿Sería posible, liturgia y ciencia litúrgica. La litur-
al menos, acortar la distancia en- gia en sentido oficial presenta un
tre el discurso de la dogmática y conjunto cerrado. La ciencia litúr-
de los textos oficiales de la litur- gica no se puede limitar a acep-
gia y lo que espera de Dios el cre- tarlo, explicar su desarrollo y, en
yente -«cuanto mayor es la nece- la línea de Guardini, poner de re-
sidad más cerca está la ayuda de lieve el «contenido doctrinal de
Dios»? la vida cultual» y ofrecer indica-
ciones para la praxis litúrgica. Más
El problema de la vida con- bien lo ha de someter a examen
creta crítico desde el punto de vista
teológico e histórico y, sobre la
La pregunta es: ¿dónde asoma base de ese examen, ha de pro-
la vida concreta de los seres hu- poner revisiones y reformas. Tal
manos tanto en la ciencia litúrgi- modo de proceder la jerarquía no
ca como en la dogmática? sólo lo tolera sino que también
Y empecemos por el mismo lo desea.
Jesús. En los dos credos que po- Podríamos poner ejemplos de
seen rango litúrgico –el apostóli- cambios logrados. Baste uno: el
co y el niceno-constantinopolita- Dies irae. Es una bendición que,
no- no se dice palabra de la vida pese a algunas excelentes versio-
concreta de Jesús entre el naci- nes musicales, la ciencia litúrgica
miento y la pasión y muerte. Los haya logrado relegarlo al museo
misterios de la vida de Jesús, que de los recuerdos. En este sentido
tuvieron un papel tan relevante en considero ejemplar la labor de la
la escolástica y luego pasaron a los ciencia litúrgica, incluso para la
Ejércitos Espirituales ignacianos, dogmática. Sólo el que opinase
en la liturgia sólo están represen- que el estado actual de la liturgia
tados por el bautismo y la transfi- es ideal y válido para todos los
guración. Claro que está la litur- tiempos sería el auténtico promo-
gia de la palabra. Pero, si pasamos tor de la eliminación de la ciencia
a las oraciones, llama la atención litúrgica.
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de la fe y exige de la dogmática su de suerte que cada una a su ma-
integración en su acervo doctri- nera, se vaya ajustando a los «sig-
nal. Más bien se irá descubriendo nos de los tiempos». En la medi-
hasta qué punto el conjunto de la da en que tal aggiornamento se
teología del futuro depende de la consiga, resultará evidente la ne-
comunicación interdisciplinar y de cesidad de la teología dogmática
la colaboración de ambas con par- y de la ciencia litúrgica para la fe y
ticipación de la teología práctica, la praxis de la comunidad eclesial.
Tradujo y condensó: RAMÓN PUIG MASSANA