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HISTORIA DELA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, CC eMC UC POM Merce El autor de Armas Secretas Alemanas: Brian J. Ford CoO Co ec | ( ee eee ha efectuado un detallado estudio sobre el avance de la in- Peres eee ha een er Oe ee Ce feceie eae iE Ler aL Autor de muy importantes obras histéricos RA Cece See i eee ee ee a ae sor histérico del “Sunday Times Moaazi director de lo “Purnell’s History of the oe ee ee) serie de peliculas que la BBC produjo so- ee etre Le PY a UCL TNT metry AC CCL Coe LL eee ey Pee ee Ch Cae eS ee ee eer or y la estrategia anfibio. Muchos jefes fo- ere Are eae me eee ater Corer ee ime Lee Cee més de 30 libros, fue uno de los mejores Ce ee CS MCE VT Ca CL) er Ce oe ee Cee CRIM ete numer oe eee Oe et ee een ear ee ee Oe eee no Pee ee amet ee od + histérico-militares: “Los rusos en el Me- a PE ae i COMO Sim Luts Pails] Ce 18) | Cuando el III Reich inicia la tragica pirueta del de- ean Mm eM Ler eel ge Mee Ce Cele WLM lt tar hasta el Ultimo minuto la resistencia de quienes todavia creen en Hitler y en su causa: las armas se- - Cece Nadie sabe de qué armas pueda tratarse, pero todos ven en ellas un carisma al que no desean renunciar. La maquina de la propaganda, los discursos de los politicos, todo tiende a hacer creer que bien pronto - Alemania dispondra de elementos de destruccidn’ fa- bulosos, de ingenios auténticamente terribles, de pa- lancas tan demoledoras como inimaginables capaces de cambiar, por si solas, el curso de la guerra. Es una creencia que se mantendra, en muchos corazones,. RENCE MLO (MMe e (LL ¥ Las armas secretas fueron, a la vez, una quimera y una realidad. Quimera porque no podian concretarse en los cortos espacios de tiempo de los que atin disponia el Ill Reich bajo el acoso de ejércitos ene- migos poderosos y el martilleo constante de los bom- bardeos. Realidad porque, en efecto, las riendas pri- merizas y rudimentarias de la desintegracién nuclear. de los aviones a chorro, de los cohetes interconti nentales, etc., se encontraban ya en manos de los cientificos germanos. Ras aCe Caecum mt mel) ET tem) investigaciones militares de caracter no con- vencionales, la suerte de la contienda podria haber variado 0, cuanto menos, se habrian achatado las aris- tas de la derrota escapando al trance amargo de la rendicién incondicional. Pero Hitler, engafado por los triunfos de los dos primeros afios de guerra, no di- rigid su interés, hasta que ya era demasiado tarde, hacia un campo en el que ciencia y ficcién se entre- irdeto Aqui, en las paginas que siguen, se expone lo que tea MeL ee MEM UM MSL Cel ccled nazis: armas que, mas tarde, heredarian y potencia- rian hasta grado sumo soviéticos y americanos, ha- hiendo hecho de ellas, entre otras cosas, trampolin en la conquista de los espacios siderales por el hombre. Are Cae ll _ Armas -Secrelas clemanas ‘prologo 10°:...CrtC~C< astronaulicao = Brian Ford Director Editorial: Barrie Pitt. Asesor Militar: Sir Basil Liddell Hart, Editor Gréfico: Robert Hunt. Director Artistico: Peter Dunbar. Editor ejecutivo: David Mason. Dibujos: Sarah Kingham. Cubierta: Denis Piper. Ayudante de investigacion: Yvonne Marsh. Cartografia: Richard Natkiel. Dibujos especiales: John Batchelor. Prologuista y Presentador de la Edicion Espafiola: Vicente Talon. Las fotografias de este libro fueron especialmente seleccionadas de los archivos siguientes: (ete quierda a derecha, pigs. 2-3. Das Deutschs Museum, Munich; 7 Associated Press: 12-13, DM Munich: 15 OM Munich: 17 DM. Munich; 18-19 OM Munich; 20-21 OM. Munichs 23 DM Munich; 24-25 DM Munich; 32 DM Munich/lan Hoge; 33 DM Munich/tan Hogg: 34 lan Hogs: 39 tan Hogg: 36 DM Munich; 38-39 DM Munich; 40 DM Munich; 410M Mu 42 DM Munich: Munich: 45 DM Munich; 46 DM Munich; 47 DM Munich; 48-49 DM Munich; 50 DM Munich: S1"_OM. Munich: 52, DM Munieny “$3. Ba Munich: $2) Remenr Se BN Mri 57 DM Munich; 28 OM, Munich: 59 OM Munich: 60 DM Munich: 61 DM Munich: 62 DM Munich 62 Ulistein; 64°65 DM Municl Munich; 69 DM Munich; 70 DM Munich; 72 DM Munich: 73 DM Munich; 75 DM Munich: 76 DM Munich; 77 DM Munich: 80 DM Munich: 84 Ulistein: 86-87 Bundesarchiv; 95-97 Bundesarchiv: 101 DM Munich; 102-103. US Army: 104 Search: 112 Imperial War Museum; 114-115 1WM; 116-117 iWM 122-123 IWM: 124 Suddeuts- cher Verlag; 125 Ullstein; 130 WM; ‘132-133 1\WM. 136 DM Munich; 137 IWM; 138 tan Hogg; 138-139 Bundesarchiv; 140-141 lan Mogg; 142-143 Bundesarchiv; 144 DM Munich? 145 DM Munich; 146 DM Munich; 148-149 0M Munich: 150-151 DM Munich: 154 DM Munich; 158 Bundesarchiv/DM Munich. Traductor: Jaime R. Lanchares. 1." Edicién publicada en Estados Unidos por Ballantine. Copyright © Brian Ford. Copyright © en Lengua Espafiola. Lisrerfa Eprrortat San Martin. Puerta del Sol, 6. Madrid-14. Printed in Spain - Impreso en Espafia. Talleres Tipograficos “Velogra®”. Depédsito Legal: M. 2.322- 1971. - Indice 26 36 70 112 130 160 Presentacién. La guerra de las ocasiones perdidas. El toque migico. Las armas de terror alemanas., Los secretos cobran vida. E| quimico interviene en la guerra secreta. Tendiendo la red. Mayor altura y velocidad. Reactores, cohetes y proyectiles secretos. Bibliografia. La guerra de Ins ocusiones Introduccion por Barrie Pitt Este libro representa una notable contri- bucién a una historia que atin permanece inédita en su mayor parte. La tecnologia alemana fue siempre un factor importante en los asuntos mundiales y las demds na- ciones han ignorado a su costa los avances de los cientificos alemanes tanto en la gue- rra como en la paz; la campafia propa- gandistica aliada, que intenté convencer- nos a todos al principio de la guerra de que de la imaginacién alemana no habia surgido nunca ninguna idea creadora ori- ginal y de que todo su progreso cientifico no era mas que una débil copia del nues- tro, no sélo era extremadamente torpe sino absolutamente absurda y falta de funda- mento. No solamente se concibié al Este del Rhin un volumen considerable de inven- cién cientifica, sino que la aplicacién préc- tica del progreso cientifico alemén enca- minado a la solucién de problemas indus- triales habia alcanzado una fase mds avan- zada que la de cualquier otro pats. Como consecuencia de esto, segiin demuestra convincentemente Brian Ford, la mdquina bélica nazi se puso en accidn utilizando en la mayor medida posible el conocimien- to técnico mds avanzado disponible en aquel momento, y con el transcurso de la guerra la lista de ulteriores logros al- ¢anz6 proporciones asombrosas. Desde ca- fiones que disparaban “obuses” de aire hasta minuciosos proyectos de _platillos volantes; de rayos sénicos que resultaban mortales a 45 metros a cafiones que dis- paroban doblando esquinas y a otros que podian “ver en la oscuridad” —la lista re~ sulla aterradora en su_variedad. Por suerte para los aliados, factores politi- cos impidieron que la mdquina de guerra alemana utilizara mucho de su potencial latente con tanta eficacia como podria ha- berlo hecho. En algunos campos los acon- tecimientos impusieron una politica de pru- dencia hacia muchas derivaciones de los tecnoldgicos; esto dio lugar a que pro- yectos que habian sido desarrollados in- tensivamente hasta casi su culminacién fueran de repente relegados a la oscuri- dad como consecuencia de algiin cambio radical de estrategia 0 de politica a nivel gubernamental. Como descubririn los lectores de este libro, aunque los logros reales de los ex- pertos alemanes fueran irregulares (algunos de los inventos fueron menos desarrolla- dos de lo que suponemos), hacia 1945 existian algunos peligrosamente préximos a ser terminados que podrian haber cam- biado el resultado de la guerra, Una de las partes del libro, y no de Jas menos fascinantes, trata de algunos de los fac- tores que salvaron al mundo libre de ser dominado por la megalomania de Hitler, y se pueden extraer de ella sorprendentes conclusiones; el papel que jugaton cier- tas cldusulas del Tratado de Versalles en combinacién con ciertos aspectos del tem- Peramento alemén aparece claramente ex- Plicado_y bien argumentado, aunque sin duda, algunas de las conclusiones de Brian Ford darén lugar a controversias en circu- los tanto cientificos como histéricos. El resultado es claro: los nazis esta ban muy avanzados en cuanto a ciencia y pensamiento cientifico respecta y esta~ ban dispuestos a desarrollar todo aquello que fuera necesario para lograr la victo- ria a base del esfuerzo de los cientificos dentro de sus posibilidades econémicas. Cometieron algunos errores capitales por los que deberfamos estar eternamente agradecidos, ya que nos protegieron de adelantos que habrian inclinado Ia balan- za de la victoria en contra de los aliados. No estarfa de mds que recordéramos que no fue el Blitz lo que dio origen a las Propuestas de evacuar totalmente Londres, sino la Hegada de las bombas V, la pri- mer arma alemana de represalia que fue utilizada, Habia muchos otros desarrollos tras éste, sobre los que mucha gente no habia ofdo hablar hasta ahora; pero que podrian haber costado la guerra a los aliados. Los centros fe investi: gacion olemanes El cardcter alemin ha respetado siempre las realizaciones practicas y los titulos aca- démicos. Incluso hoy en dia, el visitante industrial que llega a Alemania (Oriental u Occidental) se da cuenta de lo util que resulta hacer constar en su tarjeta de Vi- sita que es “Mr. Ingeniero” o “Herr Doktor”; la educacién, la cultura y la condicién académica siempre han sido fac- tores importantes de la tradicién alemana. En los ahos 30 esta tendencia se des- arrollé de forma absoluta. Por medio del aparato propagandistico del futuro imperio nazi, tanto el académico como el inge- niero gozaron de una estimacién como nunca habian tenido, y la aspiracién de todos los hombres de éxito era incorpo- rarse a estas profesiones y triunfar en su Ambito. Pero cuando el régimen de Hitler legs al poder y empez6 a ejercer su in- fluencia hubo un desplazamiento muy sutil, en realidad apenas detectable, del interés. El cientifico puro empezé a no verse co- mentado favorablemente, el académico per- dié algo de su influencia y, sin embargo, el técnico, el hombre practico, el. inge- niero, iniciaron una escalada sin prece- dentes hacia las més altas cimas de la so- ciedad. Este desplazamiento del interés se malo- gr6 en seguida, no obstante, sobre todo por la discriminacién a que se vela some- tido un numero cada vez mayor de cienti- ficos alemanes a causa de una supuesta “inferioridad racial”; muchos de ellos se exilaron y abandonaron juntos el pais. A finales de los afios 30 el cambio habia sido casi completo; sdlo Goering conservé un profundo respeto por los intelectuales de Alemania y los utilizé al maximo. Uno de sus principales colaboradores fue el general Milch, judfo en parte, que a su debido tiempo Ilegé a ser jefe de la Ofi- cina Técnica de la Luftwaffe. A pesar de sus antecedentes “mestizos”, como decia Hitler, Goering mantuvo a este hombre en una posicién importante simplemente por su capacidad intelectual y por su habili- dad préctica Pero, en alguna medida, el anti-intelec- tualismo del régimen de ler tuvo el efec- to beneficioso que se deseaba, porque aparté al pueblo aleman de su aceptacién casi servil de la necesidad de la especia- lizaci6n académica y le permitié darse cuenta de que (a causa de la tan divul- gada “superioridad inherente” de la raza alemana) se hallaba por encima de la ne- cesidad de especializarse; todos tenfan la posibilidad (capacidad) de comprender los problemas de la tecnologia y de la socie- dad cientifica y se hicieron grandes es- Pruebos de un cohete A-3, un predecesor de las ormes V, en 1937. 10 fuerzos menos para_convencerles de que, més 0 superficialmente, estaban familiari zados con los temas. En segundo lugar, debido a este dar la espalda a la conse- cucién de un grado académico, un ni mero cada vez mayor de personas se hi- cieron trabajadores técnicos y el despla- zamiento de la investigacién pura fue acompanado de un rdépido cambio al des- arrollo, disefio e investigacién aplicada. Se establecié el culto al progreso y esta idea se arraigé en el pensamiento alemén. Alemania tiene una justificada tradicién de capacidad de trabajo de buena calidad, disciphina y espiritu emprendedor. Por esta razén, muchas de sus importantes firmas se dedicaban a la exportacién, con un equipo de ventas extremadamente puesto al dia para respaldarlas, y esto incluia (proféticamente) el desarrollo de los ar- mamentos. La marcha de los negocios de gran envergadura_permitid en corto plazo que este sector industrial alemén adqui- riera_enormes proporciones; los alemanes constitufan una de las pocas naciones que se hallaban preparadas para suministrar armas modernas y efectivas. Cudl era la razén de ésto? Sencillamente, su capacidad de investigacién activa. El suministro de armas es una de las ramas de la indus- tria que necesita, mas que cualquier otra, estar al dia. Para resumir: el fabricante de armamento que aspire al éxito tiene que ser el més avanzado técnicamente. Esto, y el estimulo prestado por los nazis al militarismo como ideal, condujo inevita~ blemente al nacimiento’ de enormes y prosperos complejos de fabricacién de armas, Existia también otro factor -que, aun- que ideado para frenar el proceso de rear- me alemén y disminuir su capacidad de produccién de nuevas armas, tuvo en rea- lidad el efecto de acelerar el desarrollo en gran manera. Nos referimos al Tratado de Versalles, que prohibia la fabricacién de buques grandes, aeronaves de gran capacidad o armas dé grueso calibre. Pero los alema- nes yencieron répidamente estas limitacio- nes en la medida de lo posible dedicando sus energias a la fabricacién de armas efec- tivas dentro de estos limites. A este fin existian armas de fuego convertibles que se podian adaptar rapidamente para uso militar; cafiones de gran velocidad; se vio nacer el acorazado de bolsillo y se perfeccionaron los avionse y los planea- dores. Todos estos factores que, unidos, hicieron posible que los nazis burlaran soslayadamente muchas de las restriccio- nes, aparentemente inevitables, del Trata- do de Versalles, Las fabricas de los complejos industria les de Krupp, Mauser, y muchos otros, suministraron armas y municiones a mu- chos pafses que inclufan en algunos casos establecimientos industriales completos en puntos tan alejados como América del Sur y en otros, a paises como Rusia, que mds tarde se convertirfan en sus enemigos. Antes incluso de la primera Guerra Mundial, existfa una Oficina de Armamen- to para el Ejército, que tenfa una seccién conocida por “Wa Priif’, abreviatura de Heereswaffenamt Priifwesen, 0 sea, Ofi- cina de Pruebas del Ejército, con la misién especifica de probar y mejorar las armas. Era, en esencia, un campo de prue- bas, y de él se derivaron muchos cambios y modificaciones importantes. Uno de los expertos de esta divisién, Karl Cranz, for- m6 més tarde una seccién del “Wa Prif” conocida por Waffen Forschungs (abre- viado Wa-F) establecida como un instituto auténomo de investigacién y balistica; esto constituyé la base de un desarrollo posterior en. tiempos de Hitler. Cuando Cranz se retiré (con mds de setenta arios segtin los informes) fue teemplazado por un tal profesor Schumann, a cuyo cargo estuvo hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. Este instituto perdié prestigio y su di. rector observé que a menudo no se le hacia el menor caso; parecia que Io que realmente interesaba eran las actividades de tipo més prdctico de la “Wa Prilf”. Por ¢s0, los fabricantes de armamento, que no deseaban cargar con el trabajo y el gasto de establecer sus propios institutos de investigacién, remitian su trabajo a Ia “Waffenamt”, pero observaban que este alejamiento del campo de la investigacién pura tendia a negarles muchos de los be- neficios que de otra forma hubieran po- dido obtener. Por tanto, esencialmente Ia artilleria no disponia de la dosis de inves- tigacién que _necesitaba. Cuando las cosas empezaron finalmente a desarrollarse en esta esfera, era casi demasiado tarde. No obstante, las experiencias practicas de los combatientes y técticos que utilizaron ar- mas en la Guerra Civil espafiola_propor- cionaron valiosas pruebas y una cierta ex- Periencia de las armas en la_pricti En el campo naval se emprendié la in- troduccién a gran escala de la nueva tec- nologia. Los limites impuestos por el Tra- tado de Versalles a los buques de guerra eran de 10.000 toneladas, pero gracias al uso predominante de materiales de alea- cién ligera y al desarrollo de soldaduras de gran arco con un disefo notablemente avanzado, los técnicos alemanes pudieron vencer muchas de estas limitaciones. El esfuerzo de investigacién estaba ba- sado en gran parte en la inversién de su- mas considerables por parte de las grandes empresas comerciales alemanas, que tenfan Ja oportunidad de hacerse poderosas por medio de 1a produccién y venta de armas y equipos de calidad. Existia una Marine- Waffenamt oficial (Oficina Naval de Prue- bas) a las érdenes del ministro que actua- ba como Comandante Naval —Oberkom- mando der Marine— y existian también varios establecimientos experimentales (Ver suchsanstalt), Estos incluian varias organi- zaciones bajo el nombre de Chemische- Physikanalische (Investigacién Fisica y Quimica), Torpedo, Sperr (Minas) y Nachrichen (Radio). Otros sectores como las Forschungsentwicklung Patente se ocupaban de las patentes y de las opera- ciones legales. Sin embargo, también en el terreno de la investigacién naval, a pesar de las res- tricciones del anti-intelectualismo de Hitler, los tecursos alemanes podrian haber ocu- pado el primer puesto mundial en cuanto a perfeccién técnica y experimentacién, En la Luftwaffe, las cosas eran algo diferentes. En este sector existia un gran interés por parte del gobierno hacia la investiga- cién, y antes de abandonar los asuntos en manos de la actividad individual de las sociedades comerciales, la competencia técnica de los recursos del gobierno fue Hevada a un estado de gran actividad y produccién, Recortando las peticiones algo arbitrarias de los coordinadores del pro- grama politico del gobierno, el ministerio aleman del aire pudo conservar bastante bien su independencia de accién; no per- mitié que nadie le intimidara, y (proba- blemente como resultado en cierto modo del engreimiento altivo y casi arrogante de los trabajadores en la investigacién del ejército y la marina) se las arreglé para crearse un aura de superioridad. Aunque Alemania, por las razones que ya hemos apuntado, gozaba de una justificada re- putacién como primer productor de arti- lleria y equipo naval, existian muchos otros paises con ministerios del aire igua- les 0 mejores, y Alemania no ocupaba una situacién incomparable en dicho campo. Pero lo compensaba estupendamente con la alta moral de la Luftwaffe, y esto ca- pacité a los alemanes para alcanzar metas muy altas. La investigacién y desarrollo en el campo de los cohetes, por ejemplo, era notable, como tendremos ocasién de ver y considerada como un ejercicio de Pruebas de uno de los motores cohete en julio de 1929. primeros aplicacién tecnoldgica a escala sin dentes, absolutamente unica En 1934, Alemania pudo evadirse de las limitaciones del Tratado de Versalles y emprender de nuevo el desarrollo a gran escala de su fuerza aérea, No se enfrenté con el problema totalmente desprevenida durante algunos afos antes (no se sabe cudntos con seguridad) habia funcionado un pacto secreto (y absolutamente ilegal) por el cual los aviadores alemanes habian sido instruidos y ayudados por la aviacién rusa a cambio de una ayuda reciproca. El Jefe de Estado Mayor de la Luftwaffe por esta época, el general Wever, era un defensor fandtico de la potencialidad de aviones mayores y de un radio de accién més amplio como parte de la politica ex pansionista de los nazis. Seguramente fue un motivo de gran satisfaccién para Ale- mania la construccién y puesta a punto del prmier avién totalmente metilico de esta época (el Dornier X)*; los aviones prece- +N, del T—Se refiere el autor a este momen: to erltico de la produccion. aerondutica en Alema: nig, pais donde desde 1918 estaba prohibida toda fabricacion de este tipo. Aviones de construccién metdlica eran realizados en otros paises yy en ‘misma Alemania, lo fueron ya en los anos de * primera Guerra Mundial 12 alemanes consiguieron muchos trofeos internacionales a finales de los antos 30. Se dice que en abril de 1939 se consiguié una velocidad récord de 755 km/h, por el capitén Wendel, que tri pulaba un Messerschmitt 109 (R), velo- cidad que no se volveria a obtener hasta después de terminar la guerra, por lo me- nos con aviones propulsados por hélice Incluso en este terreno, los alemanes trabajaban en secreto en muchos proyec- tos que posteriormente sorprenderfan a todo el mundo occidental; la propulsién a chorro estaba por entonces mucho més desarrollada de lo que suponfan los alia- dos y la aviacién con energia por cohetes estaba ya en fase de disefio, La mds te- rrible de todas las armas secretas alemanas eran sin duda los cohetes, y éstos también estaban empezando a ser desarrollados en secreto; ya en 1931 fue disparado el pri- mero de los cohetes modernos de combus- tible liquido desde una base en Dessau alcanzando una altura de unos 30 km y en el espacio de dos afios se formaron equipos secretos que investigaban la po- sibilidad de vuelos tripulados con cohetes como fuente de propulsién. La forma més veloz de llegar al enemigo es por el aire, por tanto es natural que ios centros de investigacion de la Luftwaffe es- tuvieran entre los mds avanzados en la premios y fabricacién de est armas de guerra, Y asi, mientras que los especialistas na- s nuevas y sorprendentes vales militares trabajaban intensamente a través de las organizaciones _ inde- pendientes y respaldadas_comercialmente con el objeto de conseguir armas nuevas (y por tanto susceptibles de ser vendi- das), la investigacién de la Luftwaffe per- manecia en estrecho contacto con el go- bierno. Habria sido absurdo fundar cen- tros gubernamentales cuando existia un claro peligro de duplicacién de los laboratorios independientes; ademas, des- de el punto de vista de la financiacién ha- bria sido dificil atraerse a los investiga- dores industriales, que en esta época se encontraban entre los técnicos y disefia- dores mejor pagados de Europa y .quizd del_ mundo. Sin embargo, al no existir una industria aerondutica tradicional, el gobierno se con- Virtié en el tinico apoyo real de Ia inves- tigacién aérea; sus hombres eran entrena- dos, y distribuidos por medio de un meca- nismo dirigido por el ministerio a nivel Superior; jefe maximo Goering, era, como ya hemos visto, un admirador de la inte- ligencia y de lo que de ésta se podia obtener y, conforme pasaban los afos, los mismos adelantos establecieron un prece- dente (aunque muy mal organizado y de- masiado espasmédico para ser efectivo a niveles modernos) como no se habia visto nunca en la historia de la guerra. Para su tiempo resultaba increible, y ademas fun- cioné bien. Pero, jdénde se hallaban los cen- tros y cémo eran? Y lo que es tam- bién importante, qué caracteristicas tenia Ja organizacién necesaria para esta gigan- tesca tarea? Al frente de la investigacién del ejército se hallaba el Comandante Supremo quien, por medio del Ministerio de Armas y Pro- duccién de Guerra, dirigido por Speer, ejercia el control de la politica general del Wa Priif. Al mismo nivel de este departa- mento se hallaba el Waffen Forschungs, seccién de investigacién de armas que te dia siempre a conseguir la prominencia, pero que (quiz debido a la mala organi- zacién y a disensiones en su politica se- gin avanzaba la guerra) funca Ilegé a tener la misma importancia que el Wa Priif. Muchos ulteriores investigadores de los afios de guerra han Ilegado incluso a imaginar que el Wa F era solamente una subdivisién del Wa Priif; no obstante, en términos de organizacién, ambos tenfan la misma categoria. Los dos estaban contro- lados por una sola oficina llamada Heeres waffenamt u Oficina de Armamentos, bajo el mando del general K. Becker hasta su 13 muerte al principio de la guerra en que asumié la direccién el general Leeb. Y, por tltimo, junto a los departamentos Wa Pruf_y Wa F, estaba el Beschaffung o seccién de Compras y Produccién. Esta era la divisién comercial encargada de ob- tener ofertas de produccién, comprar ma- terias primas y ofrecer contratos de pro- duccién a firmas extranjeras. Se organizaron subdivisiones para in- vestigar otras derivaciones tales como mu- niciones y armas, ingenierfa (en su més amplia acepcidn), sistemas de sefales, equi- pos dpticos y de comunicaciones, y cohe- tes. Esta situacién, en cierta manera and- mala, surgié porque los cohetes eran con- siderados (como atin hoy lo son por al- gunos militares) de una naturaleza dual. Hay quien dice que son esencialmente bombas de artillerfa que transportan su propio cartucho; otros afirman que en realidad son aviones aunque con alas més cortas y sin piloto. De esta forma se establecieron dos di- visiones del Wa Priif del Ejército: una para cohetes con combustible sdlido, la otra para cohetes con combustible liquido. Antes del estallido de la guerra se reuni un equipo integrado por 250 de los mejo- res cientificos alemanes jévenes_dirigidos por el entusiasta general de divisién Dérn- berger, se les concedié dinero, estado le- gal y equipo, para que fabricaran, senci- Mamente, cohetes que hicieran temblar al mundo. ‘Del emplazamiento de Kummers- dorff que ocupaban antes de la guerra, el grupo se traslad6 en 1937 al Heerever- suchsstelle (campo de pruebas del Ejército) de Peenemiinde, y empez6 seriamente su trabajo. Posteriormente, la expedicién fue dispersada a Bliecherode y Kochel, una vez que los aliados descubrieron el centro de Peenemiinde y empezaron a_atacarlo. El campo experimental de Kummers- dorff cerca de la capital, Berlin, se con- Virtié entonces tinicamente en un terreno de pruebas para cohetes y caflones. Se de- cfa que habfa quince zonas distintas de pruebas, que nunca Hegaron a saturar su capacidad. Muchas de las armas alemanas més secretas y modernas fueron probadas en este lugar hasta que fueron conocidas todas y cada una de sus caracteristicas, y mientras duré la guerra se llevé también a cabo un asesoramiento y anilisis pareci- dos en un campo similar en Gottow. La guerra quimica, que bien hubiera podido provocar las consecuencias conflic- tivas més espantosas conocidas en una guerra, también ocupaba el pensamiento alemdn en este perlodo. Como veremos, dedicaron mucho tiempo y esfuerzos a la 14 consecucién de venenos mas répidos y mas mortiferos, y entre otros productos secre- tos menos complejos, desarrollaron al fi- nal de la contienda varios gases nerviosos de gran potencia. El centro de desarrollo y experimentacién se hallaba en un terre- no de pruebas cerca de Raubhammer. To- da la empresa estaba cuidadosamente con- trolada_y los edificios camuflados eran muy a menudo totalmente indetectables aun por los reconocimientos aéreos alia- dos mds minuciosos. Respaldando todo este montaje se en- contraban los establecimientos de educa- cién y los institutes (los Hochschulinstitu: ten), en niimero superior a 200, y las com: pafifas independientes o firmen, de las que dependia gran parte de la investiga- cién. La organizacién en la Marina era bési- camente similiar. También aqui habfa sub- divisiones separadas de la oficina minis- terial base, y como en la investigacién | del Ejército, gran parte del trabajo se ba- saba en la cooperacién y apoyo de las compaiiias independientes. La oficina prin: cipal era aqui la Marine-Waffenamt (Di vision Naval de Armamento), bajo el man- do de Speer. Las distintas’ subdivisiones especializadas eran similares a las del Ejército y, a su vez, estaban respaldadas por las divisiones experimentales y de prue~ bas. Estas proporcionaban un vinculo de ayuda cibernética a las divisiones de in- vestigacién, ya que las primeras dificulta~ des y las mejoras sugeridas procedentes de los ejercicios experimentales eran _absor das r4pida y eficientemente hasta llegar a una solucién teGrica dada por las fases_ sucesivas de desarrollo, y de esta forma, — una especie de evolucién mecinica por la “supervivencia de los mejor dotados” no solamente se mantenfa la calidad, sino que era firme y consistentemente mejorada. La organizacién del Ministerio del Aire era inmensa. Ya desde los comienzos de la preparacién para la guerra existian di ferencias con la maquina organizadora de la investigacién para el Ejército y la Ma- tina. El mariscal del Reich, Goering, ocu- paba un puesto prominente y ten! un control absoluto de sus directrices y des- arrollo (incluso por encima de la autori- dad del ministro Speer). Inmediatamente debajo de é1 se dividia la organizacién en dos funciones: el Reich Luftfahrministe- rium, o Ministerio del Aire propiamente dicho, y la seccién técnica y cientifica res- ponsabie, entre otras tareas, del desarrollo de armas secretas. Una de las principales divisiones en este terreno era el Techniches Amt, con base en Berlin, es decir. la principal oficina técnica del Ministerio. A la cabeza de esta importante divisién se encontraba_inicial- mente el general Udet, quien fue reem- plazado durante la mayor parte de la gue- Tra por el general Milch y sustituido a su vez por el general Diesing. La mayor par- te del personal de esta divisién eran de hecho militares, y su trabajo consistia principalmente en organizar y coordinar la investigacién y el desarrollo de la avia- cién, comunicaciones, equipo, etc., todo ello ‘realizado en condiciones de absoluta reserva. Las distintas organizaciones das eran muy diferentes entre Zelle era la divisién encargada del disefio de fuselajes. Motor se ocupaba de la pro- duccién e investigacién de motores de aviacién de todas clases. Gerdre (instru- mentacién) y Funk (comunicaciones por radio y equipo de radar) suministraban a las fuerzas aéreas el equipo mds moder- no. Waffen (armamento) realizaba unos avances enormes en armas de todo tipo, excepto bombas. Este capitulo era res- ponsabilidad de la divisién Bomben. especializa- Un cohete A-3 es puesto en posicion de lanzamiento en un centro secreto de ex- perimentacién, en 1937. que tenia también la misién de estud nuevos visores de bombardeo y equipo de punterfa. Boden tenfa a su cargo el equi- po de teirra, y Torpedo investigaba toda clase de minas susceptibles de ser arroja das desde al aire. El Fernsteuer Geriite investigaba sobre cohetes, lo que Ilevé al perfeccionamiento de la bomba volante V-l. Esto se debia sencillamente a que. como ya se dijo antes, algunos de los co- hetes eran considerados “aviones sin pi- loto”, y. como tales, resultaba_mas légico que estuvieran a cargo del Ministerio del Aire; no asf los que (como la V-2) eran esencialmente proyectiles sin alas. Esto sig- nificaba, sin embargo, que existia una di visin fundamental entre las dos activi dades. Toda la operacién era coordinada por el Forschung Fithruny (que literalmente sig- nificaba gufa a la investigacién), divisién conocida generalmente por “Fo-Fi”. El grupo de los cuatro cientificos jefes estaba siempre preparado para mantener conver- saciones con los mandos de Berlin, y el grado de coordinacién conseguido entre la investigacién y los pedidos era consi- 15 derable, quizé demasiado considerable, co- mo se vio luego, porque los cambios de politica a nivel gubernamental repercutian a menudo en repentinas alteraciones de los programas de investigacién, que, pese a cuanto pueda decirse sobre su eficacia a corto plazo, no hacian ningtn bien a la base del programa en su totalidad, Y por ultimo, como burro de carga de toda la méAquina, habfa varios estableci- mientos Anstalt bajo la supervisién de un director que controlaba las distintas dependencias de cada instituto. El “Fo- Fu", al establecer tales institutos, habia conseguido una politica que hacia hinca- pié en un control fraternal _y amigable, buen nivel de vida y un ambiente laboral digno; tenfan un abundante respaldo fi- nanciero y material y oportunidad para un frecuente intercambio de ideas, todo esto montado sobre la base de la interdis- plina, tan necesaria para un avance efec- vo de la investigacién a gran escala. El Zentralstelle fiir Wissenschaftliche Berichterstattung (Centro de Archivos Cientificos) actuaba como centro coordi- nador de publicaciones de los nuevos des- cubrimientos. Como todos los cientificos, incluso los que trabajaban en campos secretos, les gus- taba ver publicados sus trabajos, se publica- ban muchos articulos que se distribufan al personal interesado, Se crearon algu- nos anuarios especiales para que la obra de los principales cientificos fuera cono- cida por sus colegas mAs distantes. Se hizo mucho para levantar la moral y aumentar la eficiencia, y todo esto fue compensado espléndidamente en muchos aspectos. La posicién que ocupaban los cientificos era ms o menos [a siguiente: se pagaban anualmente a un investigador tipico sala- rios equivalentes a 5.500 délares, y esto suponfa en Alemania, por aque! entonces. mucho mds de lo que parece en las con- diciones de hoy en dfa. Echemos un vistazo hacia el tipo de ambiente en que trabajaban estos cient/- ficos; eran notabies incluso con referen- cia a los médulos de hoy dia, y les ro- deaba un aura claramente jamesbondiana. En las afueras de Braunschweig hay una gran zona de bosque rodeada en campo algo mds abierto por unas pocas granjas dispersas. Por lo menos, esa era la ima- gen que ofrecfa a los reconocimientos aé- Teos; pero este inocuo rincén de Alema- nia era en realidad algo completamente distinto bajo el camuflaje. Era la Luft- fahrforschunganstalt’ Hermann Géring, el Instituto Goering de Armas Aéreas, uno de los principales centros de investi- 16 gacién de alio secreto. Desde el aire no era visible ninguno de los edificios centra~ les, ya que se hallaban todos a nivel mds bajo que los drboles y las ramas los cu- brian por completo. Habfa al menos cua~ renta centros de armas secretas en s6lo esta unidad, la mayor parte de ellos dedicados a la mejora de blindajes y a la experimentacién de proyectiles balisticos. Se construyé un gran tunel de viento su persdnico y. debido a razones topogréfi- cas, la toma de aire se tenia que realizar en campo abierto. Asi, pues, los especia~ listas alemanes erigieron una falsa granja que ocupara esta localizacién, exacta en sus menores detalles; en uno de sus ex= tremos (en donde se hallaban situadas las _ tomas de aire) habfa una casita accesoria, | Su tejado se corrfa por completo para de- | jar al descubierto los conductos de salida cada vez que se iba a utilizar el aparato, y a continuacién se volvia a correr de nue- vo tranquila y discretamente, aunque de- jando bastante visibles las ' viguetas de apoyo a sus lados. Pero nadie lo observé. nunca, ji Y de esta forma se levanté este inmen- so centro, que estuvo operando a. ple- no rendimiento a lo largo de toda la guerra sin que nadie conociera su exis- tencia; en toda la guerra sélo cayeron cerca de este lugar dos bombas, mas se trataba de errores de expediciones de bombardeo contra la ciudad cercana. En Ruit, a unos trece kilémetros de Stuttgart, se fundé otro instituto de las mismas caracteristicas, el Luftfahrtfors- chungsangstalt. Graf Zeppelin; pero éste se atenfa mds a la apariencia tradicional de un centro aleman de investigacién. Cs mo tal, pronto fue localizado por el Ser- vicio de Inteligencia aliado y bombardea- do. Este instituto se ocupaba principal- mente de la por entonces nueva ciencia de la aerodindmica. Se experimentaban modelos de armas secretas, cohetes, pro- yectiles dirigidos, etc., en condiciones su- mamente actualizadas. En Peenemiinde se tro inmenso, con un coste de 120 mi- Hones de délares, para albergar, eventual mente, a mds de 2.000 cientfficos. Esta~ ban ailf para estudiar la ciencia de los co- hetes y, sobre todo, para construir Ia se~ rie A, que originé el V-2 (0 A-4, como le lamaban los cientificos). El centro se construyé en una isla situada en la des- embocadura del Oder (hoy es la frontera entre Alemania Oriental y Polonia). La Uno de los primeros motores cohete di pruebas. Aspecto que ofreeia Peenemiinde "des ‘det wid de bombarde>’ efectuado por iA alicdos eh Jo noche dei 18 de agosto de & 943 (ite ee Una de tas calles principales de Peenemiin- de después del primer raid aéreo. la se hallaba en Usedem, y al sobrevo- lar la zona hoy en dfa, como yo he he- cho recientemente, se comprueba cudn im- probable resultaba que las autoridades britdnicas encargadas del reconecimiento demostraran algtin interés al principio por este lugar como centro de investigaciones de alto secreto, Estaba muy lejos de todo, demasiado en el limbo. Y los dispersos edificios que se evidenciaban en las foto- graffas rutinarias, eran tipicos de los po- blados que puntean todo el campo ale- man. No obstante, aqui se centraba el des- arrollo de las mas revolucionarias de todas las armas secretas. En el extremo norte de la pequenia isla se hallaba situada el drea de pruebas principal y las rampas de lan- zamiento; a lo largo de la costa estaban las plantas de produccién, y al sur de esta franja los alojamientos del personal; detrés de esta zona se levantaban los acuattelamientos que albergaban a los mi- litares de la region. En 1943 se efectuaron algunos bombar- deos casi de rutina que afectaron a gran parte de este sector; pero el edificio prin- cipal de sistemas de control de direccién, donde se efectuaba la mayor parte de la Vestigacién vital, no resulté dafiado, In- cluso asi, cuando tuvo lugar la expedicién a mediados de agosto, murieron mds de 800 personas de las que habia en la isla. Después de esto se comprendié la_necesi dad de dispersar parte del grupo por toda Alemania; de esta forma el grupo de de: arrollo teérico fue trasladado a Garmisch- Partenkirche; el de realizacién marché a Nordhausen y Bleicherode, y el tunel de viento principal y su equipo auxiliar fue- ron enviados a Kochel, a unos 38 kiléme- tros al sur de Munich. A éste se le dio el nombre de Wasserhau Versuchsanstalt Kochelsee (proyecto de obras hidrdulicas experimentales), y dio lugar al centro de vestigacién mas exhaustiva para el des- arrollo de cohetes de gran alcance que se podia imaginar cn aquella época. Construyeron un tinel de viento en el que la velocidad del aire podia ser eleva- da hasta los 4.827 kilémetros hora, mucho mds de los que, por entonces, se crefa po- sible en cualquier parte del mundo. Para muchos cientfficos, Ia misma idea de una velocidad del aire de esta categoria ha- bria sido impracticable sin una enorme turbina que lo produjera; pero en vez de eso, el equipo de Kochel inventé un_ sis- tema por el que la presidn atmosférica trabajara por ellos. Construyeron una enor- me vasija de presién de casi 283 metros ctibicos y la equiparon con una bomba extractora poderosisima. De esta forma se 2 podfa legar casi hasta el vacio en un tien po muy corto. Cuando se iba a realiz la prueba se abria una valvula que dej ba entrar el aire a través de una cAmara experimental de unos 45 cm. de seccidn,” y el proyectil modelo que habfa en su in= terior era fotografiado durante una esca- la muy completa de velocidades del aire) para ver cémo se comportaria exactamen: te. Los modelos estaban cubiertos asimis-_ mo por pequefios tubos de presién, en contacto con la superficie, para medir los cambios de presién producidos por el vue: lo supersénico. Los resultados no siem: pre eran perfectos (por ejemplo, habia pro= blemas de erosién de la cimara a causa del flujo de aire a gran velocidad, y, dado | que funcionaba en un estado de vacto parcial, la cdmara se hallaba siempre por | debajo de la presién del aire, y esto en si mismo producia variantes de menor or den. El de Kohecl era, entonces, un ejemplo supremo de aparatos avanzados; sin em-_ bargo, por lo menos en un aspecto, ado lecfa de un fallo que se ha observado a’ menudo en la investigacién secreta ale= mana en tiempo de guerra. Se: trataba | simplemente de una falta de iniciativa. para la fabricacién de instrumentos que Tegistraran las lecturas experimentales; los tubos de presién, por ejemplo, estaban co: nectados a pequenios tubos en U _ lleno de un fluido, Durante un experimento, del orden de una docena de técnicos se agrus) parfan a su alrededor, tomando notas toda velocidad y memorizando lo que ocu tria, Aparentemente, en ninguna ocasién construyé alguien un aparato mecdnico para hacer este trabajo, de forma que los Tesultados registrados, dibujados en un’ rollo de papel, pudieran ser examinados | posteriormente; en realidad, nadie pe: siquiera en hacer fotografias de los tubos _ para un examen e interpretacién exacta ulterior. q Este fallo en proporcionar un buen ini trumental para el trabajo de experimenta- cién resulta a menudo evidente a través de la lectura de los informes de la época, Sin embargo, esto no era aplicable al apa-_ rato para la prueba en si, que era siemp de gran calidad. Las fotograffas de las on das de choque, tomadas en Kochel, lo fue= ron por los aparatos mas complicados, fa~ bricados especialmente por como la Zeiss. Tan buenos eran los resultado: alemanes vislumbraron la posibilidad de_ construir un tunel atin mejor, con una ve- locidad maxima del aire de 12.000 kilé- metros hora; iban a construir un ttnel @ ’ de més de un kilémetro y medio de Atin més grandioso en algunos aspectos hasta un depésito industrial varios era un tinel gigante de 762 metros de sec- de metros alto que el mismo cién (que podia funcionar hasta alcanzar miento; la presién del agua, segiin la velocidad del sonido) que estaba cons- an, moverfa turbinas a gran veloci- truyéndose en Otztal, Baviera, cuando. aca- producirfa una corriente de aire po- 66 la guerra. También aquf la fuerza mo- de la magnitud deseada. Pero este triz de su funcionamiento iba a ser pro- no Ilegd a ser construido antes del porcionada por turbinas movidas por el je Ja guerra agua que caeria de una fuente cercana. EI general Dérnberger (derecha), cabexa de los desarrollos efectuados sobre cohetes, fonduce ol mariscal de compo Keitel a inspeccionar su labor. En la Technische Akademie der Luft- waffe (Academia Técnica de la Luftwaffe) se Tealizé un trabajo muy-0til en bal tica bajo la direccién de Schardin, uno de los mejores expertos de esta época en este terreno. En la Akademie se unfan trece institutos que se ocupaban de asuntos tan diversos como ciencias fisicas y mecdnicas, prestaciones aeronduticas y de control y comportamiento de motores. También rea- liz6 gran cantidad de trabajo fundamen- tal sobre el funcionamiento de explosivos con cargas conformadas a un modelo: el efecto de la explosién de una cantidad dada de explosivo de contacto puede va- riarenormemente segtin que la carga sea plana, esférica 0 céncava; ésta es la ra- zén de que la lenta granada de un “bi zooka” pueda perforar el blindaje de un carro de combate pesado. En estos sitios, por tanto, se efectuaban inyestigaciones. Las condiciones y el salario eran exeelentes, la moral muy celevada, y gtandes fueron los resultados logrados, Y no solamente ésto, sino que el desplie- gue de este variado y enorme conglome- rado de grupos se hacfa muy inteligente- m te en vista de la situacién de la gue- rra_y el ingenioso camuflaje utilizado por muchos de ellos, los edificios falsos y los tejados deslizantes, mantuvo en absoluto secreto su trabajo e incluso su existencia, no solamente con referencia a los aliados, sino incluso a los mismos alemanes. Una organizacién de este tipo es ideal para el avance del trabajo secreto y el programa alemdn de armas secretas avanz6 con fir- meza, por tanto, con resultados increibles y devastadores en algunos casos. Uno de los principales cientificos alemo- nes en técnica de cohetes, el doctor Thiel (centro), conversa con algunos miembros de su equipo a los pies de uno de las pri meras V-2, en Peenemiinde. 24 Tres proyectiles antiaéreos experimentales desorrollades durante {a ultima porte de guerra. De izquierdo o derecha: Proyec- de 128/105 mm.; proyectil a reaccion 105 mm., y un tercero de 105/88 mm. _ Ninguno de ellos llegé a entror en servicio. 26 Muchas de las armas mis secretas de Ale- mania desarrolladas durante la guerra eran también las més fantdsticas; desde apa- ratos de infrarrojos para localizar el ene- migo emboscado en la oscuridad hasta rayos sdnicos que podian producir Ia muer- te, la gama era considerable. Muchas de Jas ideas no se Mevaron a cabo, por su- puesto, y muchas de las que se realizaron fallaron en algunos aspectos de tipo préc- tico: No obstante, en cierto modo, iban a sefialar el camino para el desarrollo fu- turo de la investigacién postbélica. Algunos de estos adelantos citados eran casi miticos, resultado de una apreciacién roméntica de la investigacién intensiva si se les consideraba retrospectivamente. En esta categoria podemos incluir el “rayo solar”, del que se afirmaba que podfa concentrar los rayos del sol y hacer ar- der prdcticamente a un avién en el aire; esto es una pura invencidn, Pero el “rayo torbellino” que producfa un remolino ar- tificial, es absolutamente auténtico aunque parezca igualmente improbable. Este aparato fue construido y probado por cierto doctor Zippermeyer en Lofer, instituto experimental situado en el Tirol. Consistfa en un mortero de gran calibre hundido en el suelo; disparaba proyec- tiles que contenian carbén pulverizado y un explosivo de accién lenta. Se preten- dia que su efecto fuera suficiente para crear un tifén artificial capaz de derribar a_un aeroplano afectando a su control. {Cumpliria su objetivo? Sin duda era po- sible si se daban todas las circunstancias favorables. Se tomaron muchas peliculas de gran velocidad para hacer anilisis, y mostraron que la explosién del carbén pulverizado (onda expansiva) era suficien- te en efecto para iniciar la formacién de un remolino considerable. No se sabe si los cambios de presién habrian bastado para causar la fractura del fuselaje de un avién atacado de esta forma, pero las tensiones soportadas en la carga del ala bien podrian ser excesivas; se sabe que la turbulencia del aire libre ha derribado en_pedazos, en tiempo reciente, enormes aviones de linea; es por tanto posible que el caién del doctor Zippermeyer, que pa- rece tan improbable, hubiera provocado los mismos efectos. Sin embargo, el ingenio nunca fue utilizado en la practica (aun- que incluso del prototipo podria haber tenido un radio de accién efectivo de unos 914 metros). No obstante, granadas de construccién similar, que iniciaban una ex- plosién poderosa que propagaba metano, fueron utilizadas en Varsovia contra los Tesistentes polacos hacia el fin de la guerra. 28 También se vislumbré el “caiién viento’ como una realizacién practica, trataba de un extrafo artefacto, un gra eafio curvo con un. codo giboso que dese, cansaba sobre un inmenso afuste que daba aspecto de un enorme canuto roto, Actuaba por la detonacién de mezclas cr ticas de oxfgeno e hidrégeno en propor. ciones moleculares muy precisas; la vio lenta explosi6n disparaba un rapidisimo proyectil de aire comprimido y vapor agua que, como un “taco” sdlido de aire,’ era tan efectivo como una pequefia gra. nada; jpor lo menos en teorfa! Las pruebas prdcticas de este extri artefacto en el campo de pruebas Hillersleben demostraron que en un radio de unos 183 metros se podian tomper planchas de madera de apenas dos cent metros y medio de espesor. En algunas las pruebas realizadas aqui se usd peré do de nitrégeno para que el olor marrén del gas permitiera observar y fotografia la trayectoria del proyectil, que sin esto serfa invisible. Los experimentos de traron, desde luego, que era posible arrollar una zona muy poderosa de comptimido y de gran velocidad con fuerza suficiente para causar un daiio li tado; sin embargo, la aerodindmica de aeroplano en vuelo habria eliminado, con certeza, todos los efectos de este ari De hecho fue instalado en un. puente bre el Elba, pero, ya fuera porque habia aviones, o simplemente (como supone) porque no tuvo éxito, el caso que el “cafién de viento” fue un exp mento interesante; pero un fracaso en practica. En otro modelo de arma disefiada Lofer se provocaron presiones de aire invi sibles y peligrosas. Se trataba del llamado! “cafién sénico”, y fue proyectado por doctor Richard Wallauschek. Tenfa la fore ma de grandes reflectores parabdlicos ultimo de la serie tenia mas de tres tros de didmetro— que estaban conecti dos a una cémara construida por vari tubos de El propésito de éstos era dejar enti una mezcla de metano y oxigeno en cdmara de combustién donde los dos disparo era exactamente un cuarto de longitud de onda de las ondas de Tres proyectiles experimentales. De quierda a derecha: proyectil de 150 ‘xado por aletos; para cafién de 310 proyectil en forma de flecha de nes, cada una de las cuales, al prodi una onda de choque de gran_intensid por reflexién, iniciaba la siguiente, con siguiendo de esta forma establecer un rayo sénico de gran amplitud. Esta nota aj da, de. intensidad insoportable, se_radiaba a presiones de mds de 1.000 milibares, distancias de 46 metros. Esto se halla encima de Jos limites que un hombre pt de soportar. A tai distancia bastarfa mi minuto para matar a un hombre corrien te, y a distancias mayores, por ejemplo, 250 metros, el efecto serfa_terriblement doloroso e incapacitaria a un soldado un tiempo considerable. No se realizaro pruebas operacionales 0 fisiolégicas, ai que se dice que hubo varios experim tos con animales de laboratorio para mostrar la viabilidad bdsica del inven El “cafién” no fue nunca utilizado ¢o el propésito para el que fue ideado, Durante mucho tiempo el sueito hombre ha sido poder ver en la oscu dad con éxito, y éste fue uno de los) mds osados “aparatos mégicos” de mania: un visor pequefio, portatil, gi capacitaba al usuario para tener visio efectiva en la més total oscuridad, Gon sistia en una cémara de mano que fi cionaba como un revelador de fotograt sformando los rayos infrarrojos en luz visible. En la parte antei habia una lente convexa con la mis de enfocar los rayos hacia una pani muy sensible. Estos rayos se converth en rayos catédicos en la parte central del ingenio y, a su vez, eran enfocados haci una pantalla fluorescente. De esta manef: la radiacién infrarroja se hacia _visibl como si se estuviera mostrando en pequefia pantalla de television. Al princi fue usado sélo como localizador de emit jones infrarrojas. De esta forma mostra= una mancha brillante cuando se 4 enfocara directamente hacia una fuente rayos infrarrojos, y por tanto el usi oculto de la radiacién podia ser facilme te localizado y se le podia disparar. corto tiempo las tropas alemanas fuero invisibles que, por reflexiGn, se convertiam, gracias al “ojo magico”, en un obj visible. Los detectores por rayos infrarrojos P dian descubrir fuego de caiién a una dis tancia de mds de 130 km. con una preci- Un proyectil de 150 mm. con aletas = tobilixadoros que emergian después de ser parade. de un minuto de arco: los visores izados por la tropa respondian igual- mente. De esja forma el proceso de colo- cacién y pufiteria de un cafidén en total oscuridad se hizo notablemente parecido al efectuado a plena luz. Desde el punto de vista fisico es curioso observar una anomalia aparente en la construccién y modo de operar de dicho detector. La ra- dicacién infrarroja tiene un nivel de ener- gia inferior al de la luz visible, lo que aparentemente hace imposible la conver- sién de imagenes. El transformador ultra- violeta, por ejemplo, funciona absorbiendo el ultravioleta a un fésforo, desde donde se reemite a un nivel inferior de energia y, por tanto, puede ser obseryado a sim- ple vista. El infrarrojo, sin embargo, tiene ya de por sf una energfa menor. Por tanto, gcémo se puede hacer que emita rayos lumfnicos de un orden superior? En el caso del aparato ya descrito, la respuesta consiste en hacer entrar a tra- vés del cdtodo electricidad de alta ten- sién que provocaba una subida en el ni- vel energético. Pero en el detector manual (0 montado en la mira de un fusil), los fésforos se seleccionaban especialmente para absorber energfa solar y almacenarla ; los efectos de los infrarrojos ocasionaban la liberacién de la energia almacenada. De esta forma se soslayaba con gran habilidad una regla fisica aparentemente basica, dando lugar a un aparato secreto de los mds valiosos, que los alemanes apre- ciaron muchisimo. Se hallaba entre sus secretos militares mas vigilados, No obs- tante, necesitaba ser “recargado” por la luz del sol y perdia su potencia a menos que se dejara expuesto al sol durante un cuarto de hora cada dfa, e incluso enton- ces tenja una vida limitada sin la ayuda de la radiacién solar. Los cientificos alemanes, ademas de las dedicadas a detectar la posicién del ene- migo, lanzaron muchas ideas para con- fundir las observaciones de éste. Por una parte se dice que construyeron estaciones meteoroldgicas autométicas que devolvian informacién a Alemania en intervalos pe- riédicos, y que eran abandonadas en el Atldntico para operaciones remotas. Por otra parte produjeron una serie de falsos submarinos cxperimentales; éstos se ha- llaban cargados con potentes explosivos y la idea era que los buques aliados entra~ ran en colisién con ellos y se hundieran. Pero no existen rumores confirmados de que la idea fuera defendida por los man- dos a nivel ministerial. Proyectil cohete del cafén de 280 mm. 31 Arriba: Parte del equipo de tierra emy do durante el desarrollo de las V- quierda: Cono de cabeza, fusible de cha: Aspecto de la planta de montaje” las V-2 en Peenemiinde después del mer bombardeo aliado. Abajo, a la d cha: Pruebas de disparo de un caf titanque sin retroceso. inyestigacién a la consecucién de proyec- tiles que pudieran ser lanzades en mos”. Arriba se pueden yer algunos de sus desarrollos. Se construy6.un extrafio “buque” di gido por control remoto, el “Tornado”, adosando dos flotadores de hidroavién a un motor pulsorreactor del tipo de los del V-1, equipéndolo con una carga de 540 kilogramos de bombas. Se pretendia que se deslizase sobre la superficie del mar y que explotara violentamente contra el blanco. En realidad nunca hizo més de 64 km/h. y siempre zozobraba a menos que hiciera muy buen tiempo; nunca se demostré que fuera un éxito. Algunas em- barcaciones de motor, de cuatro metros y medio (impulsadas por motores america- nos Ford de 8 cilindros en V) fueron fa- bricadas también. Eran iguaimente gidas por control remoto o manejadas por un piloto que saltaba al agua cuando el blanco se hallaba préximo; contenfan una bomba de 450 kilogramos. Sin embargo, no tuvieron mucho éxito en la practica y también fueron descartadas posterior- mente. Muchas de las armas que més se han 34 discutido en los aios de postguerra que también durante los afios de fueron utilizadas como amenazas gandisticas), sencillamente no existier No existia en proyecto ningun stiper- capaz de eliminar grandes zonas de tert torio enemigo, ni habia ningin rayo de muerte (con la dudosa excepcién del fién sdnico” descrito anteriormente). Se afirmé que se habla demostrado i terés en una bomba en que las propie- dades térmicas de su reaccién eran endo- térmicas, es decir, al detonar genel un frio intenso en vez de un terrible lor. Se decfa que el proyecto consistia la congelacién de grandes éeras —quizé el radio de un kilémetro y medio de I explosién de la bomba— y la rapida ¢ tincién de toda forma de vida en la regié afectada, que en los demas aspectos veria pronto a la normalidad. esto tuvo otra realidad que la de una i grandiosa e impracticable. Se supone que existieron también “platillos volantes” estaban en la ultima fase de desarrollk en efecto, puede ser que se realizaran gunos progresos hacia la construccién una aeronaye pequefia y en forma de co, pero los resultados fueron aparent mente destruidos antes de que cayeran t manos de los enemigos. No obstante, los fantdsticos informes de algunos escritores son pura invencién; entre ellos hay rela- tos de platillos volantes mds répidos que el sonido, que podian alcanzar alturas de hasta 12 km. en pocos minutos. Seria interesante aceptar que eran reales y que algunas de las visiones de objetos vola- dores no identificados puedan ser debi- das a “platillos” modernos experimentales fabricados gracias a la experiencia postbé- lica. De hecho, esta teorfa ha sido expuesta en varias ocasiones, pero se trata de pura €speculacién inventiva. Y, finaimente, como un ejemplo de los Secretos alemanes mds bobos, podemos ci- tar la bomba-cable, que se consideré una Tespuesta definitiva a las excursiones ene- migas de bombardeo sobre terreno ale- man. Estas bombas debian ser arrojadas nte a una formacién aérea en avance; ‘ada bomba desenrollaba un cable mien- {as caia a toda velocidad. El extremo ‘uperior del cable se mantenfa en el aire, Que Por Medio de un globo (que fue lo fon Primero se sugirié, aunque un globo brin {Cccusda capacidad de elevacién ha- avignt ito que ser tan grande como el n due soltara la bomba) 0, por medio un paracaidas. De esta forma, el avién enemigo se meterfa, sin sospecharlo, en una marafia de cables aéreos que se enre- darian en las hélices y se liarfan r4pida~ mente alrededor de ellas, elevando la bom- ba por el aire hasta que estallara al lado del _bombardero y lo descontrolara, pro- duciendo otra victima (o asf se planteaba) de las superarmas secretas de Alemania. En la practica no habrian tenido éxito, puesto que la inercia de la hélice que gi- raba habria partido probablemente cual- quier cable que encontrara en su camino, y ademés, el numero de bombas paracaidas que hubieran sido necesarias habria sido prohibitivo. Hay algunas evidencias de éxi- tos en accién, pero parece que, como va- rios otros de estos “secretos vigilados”, han ganado mucho en el relato de la his- toria después del suceso. Pero algunas de las demds armas secre- tas no eran sdlo rumores: no eran meros caprichos experimentales. Muchas de ellas, muy importantes como veremos, fueron en realidad inventos aterradores en toda la extensién de la palabra, e incluso hoy en dia provocan admiracién como objetos rea- lizados por una nacién fandtica y obse- sionada en condiciones de falso orgullo y conciencia trdgica y cruelmente dirigida. 35 Las armas le lerror alemanus Una V-2, triunfo de la coheteria alemana. inmediatamente después de su lanzamiento. el cohete 10 que proporcioné a Ale- i gu principal esperanza de construir ito en efecto construyS—, las armas comevastadoras de la época. Atin en el mis cro, actual, en la base de la mo- momeri lanza del poder se encuentra el fe balistico, y toda la riqueza del vigente es una derivacién direc- Jos inventos realizados en Alemania te la guerra. $ 9 atin hay mds: el trabajo alemdn Meste campo senté virtualmente las ba~ ve esta materia en su totalidad; el cohete de la historia con combus- Niquido vols solamente trece aftos ss de la ruptura de las hostilidades, 11939, y de esta forma, fue precisamen- ‘en este perfodo cuando el cohete pasd ‘Ser un juguete peligroso a ser un arma ‘guerra de las més contundentes. Asf , la historia de la coheterfa alemana ‘en esencia la historia completa de los hetes ya desde los mismos comienzos “la experimentacién. El principio del interés teérico en la procedié de tres hombres: un ruso, } americano y un alemén. El ruso, Tsiol- vsky, abord6 Ia materia sin tener nin- “en este asunto, excepto un prisionero Iitico Hamado Kibalchich que escribié breve relacién acerca de un ingenio propulsado por cargas de pélvora; fue ejecutado por delitos relaciona- con un intento de asesinar al Zar de que sus ideas fueran expuestas @unque sdlo fuera en su fase preliminar. En realidad sdlo se trataba de una_fan- Pasajera, de un capricho, pero Tsiol- partié de aque! punto y desarrollé ‘ofa de los cohetes hasta convertirla Un concepto minuciosamente elaborado Publics en forma de articulo en un © cientifico ruso Mamado Nagotchno- Qbozrenive cn 1903. En este artfculo laba de los efectos de un cohete impul- Ga Pot oxigeno Iquido/hidrégeno liqui- this m2, de las combinaciones actuales de > {xito, Legs incluso a escribir sobre nganete de muchas secciones, “el tren éte popular del espacio” del afio 2017, quizé no sea un mal pronéstico. Pués de Ia revolucién, Tsiolkovsky adquiriendo influencia y en 1919 Bido miembro de la Academia So- farce (Ciencias. Pero los rusos no as las implicaciones de sus _de- sidant®S!as sobre viajes planetarios; nowesaron un visionario en vez de On Or. Después de él no existieron rr, ‘sos en cohetes de importancia El americano Goddard fue el que abrid el camino hacia la realizacién practica de esta tendencia. El fue quien fabricé los modelos practicos y los probé experimen- talmente, y su cohete fue en realidad el primer cohete que volé jamd4s con com- bustible liquide. Robert H. Goddard se adelanté a su época; nunca tuvo el re- conocimiento que merecfa. Hasta 1959, en efecto, no aparecié Ia primera seccién de una autobiograffa suya. Habfa sido es- crita en 1927, y él murié en 1945, sélo unos meses después de que la guerra hu- biera demostrado el gran alcance que habia probado tener su trabajo anterior. Aun antes de recibir su Doctorado en Fisica, en 1911 Goddard habfa estado trabajando en Ia teorfa del cohete de com- bustible Ifquido. Luego, durante la pri- mera Guerra Mundial, realizé dos cohe- tes pioneros que podrfan haber resultado tiles en la prdctica, pero que fueron eclip- sados por el fin de la guerra. Al afio siguiente solicité una beca de investigacién para continuar su trabajo; el testimonio en apoyo de su peticién, titulado: “Mé- todo para alcanzar la extrema altitud”, es la primera de sus publicaciones con cierta profundidad sobre el asunto. El vuelo de su primer cohete, un ingenio de forma de huso que se mantuvo en el aire por espacio de tres segundos a partir del _mo- mento de su lanzamiento desde una rampa de dos metros, se registré el 16 de marzo de 1926 en Auburn, Massachusetts. Al mes siguiente batié su récord al conse- guir que un modelo se mantuviera en vuelo durante mds de cuatro segundos; al cabo de tres afios habia realizado con éxito varios vuelos con cohetes pequefios que superaban los 96 km/h. en distancias de unos 60 metros y el afio siguiente, 1930, fue testigo de una prueba de alti- tud de 610 metros a 84 km/h. Aunque Goddard murié casi ignorado del mundo entero, se habfa asegurado por entonces un lugar privilegiado en la historia, Pero fue en realidad el investigador ale- man quien, siguiende las huellas de estos dos hombres, sacé a la ciencia de los cohetes del campo de la jugueterfa para hacerla entrar en el del hecho cientffico. El gran pionero alemdn fue Hermann Qberth; cuando joven lefa con pasién a Julio Verne, y més tarde las obras de Tsiolkovsky y Goddard. En realidad, su primer trabajo sobre cohetes, que fue. pu- blicado en forma de folleto de 92 paginas cuando tenfa 22 afios, contenfa muchas de las ideas de Goddard. Esto sucedia en 1923. Un afio antes habia escrito a God- dard para pedirle algunas de sus reedicio- 37 ‘Werhner von Braun (con traje oscuro) con un grupo de altos’ jefes. El teniente general Schneider, jefe de la Oficina de Pruebas del Ejé de von Broun. rriba: El general Dérnberger con el profesor Oberth, en 1941. Abajo: Dérnberger mos- rando las instalaciones de Peenemiinde a Heinrich Himmler en 1943. | Arriba: El mariscal de campo Keitel obseryando a través de sus prisméticos. Abajo: El doctor Todt, ministro de Economia del Reich (segundo por la ixquierda). Johannes Winkler, quien por vex primero envié una camara fotogréfica @ bordo de un cohete en 1931 42 bre de Oberth (titulado “el cohete m chando hacia el espacio. interplanetarid contenfa una extensa explicacién sobre naturaleza coincidente de su trabaje ciendo especial hincapié en el hecho que no habia plagiado de ninguna for el trabajo de Goddard. Sus adversarios han deducido en siones que esta negacién no era sit No lo era en realidad? La gran cali del trabajo de Oberth es tal que basta’ si sola para refutar esta idea; parece dente que no necesitaba plagiar en al luto. Es muy probable que el trabajo. Goddard y el del ruso actuaron incentivos para las investigaciones Oberth, pero los resultados que consi este ltimo fueron mucho més prestigi En efecto, en este primer cohete a grandes rasgos un cohete recono enseguida, y que a primera vista no muy diferente del V-2. Se trataba del delo B, que aunque nunea se lleg6 a ¢ truir, constitufa una clara premonicié lo que se podfa conseguir. Oberth afirma que ya en 1917 al Ministerio de la Guerra alemén se podfan usar para fines bélicos coh de gran radio de accién propulsados combustible liquido. La idea fue tech zada. Pero Oberth prosiguié en sus in tos de imponer tales aparatos hasta | estos fueran aceptados. Por fin, a de los afios 20 fue contratado para bajar en una pelicula de espacio-fi titulada “La muchacha en la Luni le comisioné para la construccién partamento de efectos especiales de la pailfa productora de la pelfcula. De pero la construccién del cohete fi absoluto fracaso. embargo, el hecho de que se estuviera realizando | pelicula sobre aquel asunto demostrab grado de interés ptiblico en ello, Het Oberth, aunque probablemente no s€ cuenta entonces, por medio de sus fas a las que se dio mucha pub habja realizado una labor considerable | acondicionar las mentes de los hacia la posible utilizacién de los ¢6 en la guerra. En el corto espacio de afios iba a ver lo extraordinariamente cesaria que se harfa tal idea para fuerzo bélico alemén. En marzo de 1931, un cientifico mado Karl Poggensee se dice que alcanzar a un cohete de combustil lido la altura de mds de 457 metros portando un paracafdas, un altimetro y na cdmara fotogrdfica que registrara 1o que fuera svcediendo. En el mismo mes, Johann Winkler y Hugo Hiickel hicieron subir su cohete a una altura similar. Esta Yez el cohete estaba impulsado por me tano y oxigeno liquidos, una mezcla difi cil de manejar atin en’ condiciones épti- mas. Més avanzado aquel mismo afio, el gran pionero alemén Willy Ley hizo que tn cobete pequefio y rechoncho alcan- zara alturas de un kilémetro y medio propulsado por benceno y oxigeno liqui- Gos. La ciencia de los cohetes, con- Siderada al menos como una hazafia de exhibicionismo inventivo, habia tomado carta de naturaleza en Alemania. Pero entonces Hegé el fracaso y no se pudo hacer demasiado para recaudar fon- dos con destino a las sociedades de cohe- tes y a los experimentadores aficionados. El Racketenflugplatz 0. “campo de vu los de cohetes” que habfan estado util zando algunos entusiastas amateurs, en las afueras de Berlin, volvié a su misién ori- ginal, un depdsito de armas, y los mu- chos aficionados a los cohetes que tanto habfan contribuido a despertar el interés acerca de ellos se disgregaron. Mientras tanto, la Oficina de Pruebas del Ejér- cito continué desarrollando su centro de experimentacién y pruebas de Kum- mersdorf con objeto de experimentar co- hetes. A su cargo estaba el capitén Walter Dornberger, que més tarde Hlegaria a ge- neral, y fue él quien tomé a su cargo desde aquel momento el desarrollo de las armas secretas cohete. Las instrucciones de Dérnberger eran muy simples: inventar, disefiar y construir armas muy secretas de naturaleza incon- cebible en tiempos anteriores; realizar co- hetes de gran velocidad, torpedos con apo- yo de cohetes; en resumen, cualquier cosa que pudiera de alguna forma conceder ven- taja_a Alemania cuando comenzaran_ las hostilidades. Pero la méquina de Hitler, aunque queria resultados, nunca estaba de- masiado dispuesta a pagar por ellos; el Programa de cohetes, por tanto, fue desde ¢l principio limitado en sus objetivos. Ha- bia poco espacio para una expansion st bita, poca oportunidad para la investiga- cién fuera de lo corriente. Existe un factor que no necesita pre- venir ni la financiacion més limitada y este es la seleccién de un personal capaci- tado. Dérnberger no se pudo hacer con mucha gente cuando empez6 a trabajar €n proyectos de coheterfa para el gobier- RO, pero animé a un joven estudiante a Sonseguir su doctorado con: vittas a una intervencién directa en el centro, Este joven, un muchacho seguro de sf mismo, regordete y de veinte y pocos afios. habia ayudado en ocasiones con experimentos sobre cohetes en el Racketenflugplatz y era un entusiasta incondicional de esta Ciencia. Se le concedié un lugar en el que trabajar y un curso de estudios, y se le permitié tener a un mecénico que le ayudara en trabajos de construccién de naturaleza experimental. Dérnberger_ pre- sentia que el muchacho tenfa un futuro prometedor; su nombre era Wernher von Braun, La lectura de algunos informes recientes sobre las actividades de Kummersdorf ori- ginan una impresién muy excitante de ac- tividad y libertad creadora. En realidad no resultaba tan excitante para todos los que trabajaban alli. Debido a un mando un tanto ineficiente, por lo menos en el sector de las relaciones ptiblicas, el Waf- fenforschungs nunca pudo _ establecerse como la autoridad directora de las armas secretas en estos primeros dias tan im- portantes del esfuerzo alemdn. Pero los hombres del capitén Dérnberger eran fa- ndticos de su trabajo y pronto fue el laboratorio de cohetes el que alcanzé la preeminencia en Kummersdorf. Dérnber- ger fue mds tarde ascendido a general de divisisn y desde esta posicién superior procedié a extender y agrandar gradual- mente todo el complejo. La guerra flotaba ya en el ambiente y, de 1932 a 1936 el personal se increments hasta alcanzar la cifra de 60 hombres; al estallar la guerra eran ya unos 300, lo mejor de los técnicos y_ cientificos de Alemania en esta rama. Eran una raza nueva, y de la misma na- turaleza fueron las armas que produjeron, El primer cohete que se realizé alli iba a ser un precedente directo del _V-2. Su nombre cifrado era Aggregate-1. El cohete era un pequefio ingenio de sélo 300 kilo- pondios de empuje, propulsado por alcohol Y oxigeno liquido (ambos introducidos en la cdmara de combustién por medio de la presign ejercida por un tanque de nitré- geno Ifquido), El motor cohete fue encen- dido con éxito en pruebas estdticas. El cohete en si, no obstante, no tuvo tanto éxito. Estabilizado por medio de un girés- copo colocado en el morro, era de un uso muy arriesgado, dado que la _mezcla de combustible, altamente inflamable, ten- dia a explotar violentamente. Ademds, se calculé posteriormente que el giréscopo estaba mal situado y, por tanto, el A-1 fue desguazado. Se empez6 a trabajar entonces en el A2. Este era muchisimo més prdctico 43 dos cohetes de Ia clase conocida por Max und Moritz, nombre de dos personajes de tebeo alemén (todavia figuran en algunos comics alemanes), fueron lanzados en vue- los verticales de prueba a alturas de més de 1830 metros. Estas pruebas tuvieron lugar en Ia isla de Borkum, algo alejada de la costa del mar del Norte alemén, que era en otro tiempo un lugar de vera- neo muy conocido y que estaba situada cerca de la desembocadura del rfo Ems. El éxito sin igual de la prueba Ilegé en el momento justo. Era a comienzos del aiio 1935 y se empezaba a aligerar el paso de los avances alemanes en armas secretas. A Dérnberger se le asigné més. personal | ¥ un presupuesto superior; con ellos se di- sefiaron cohetes cada vez mds grandes. Sin embargo, pronto se hizo patente que las instalaciones se hallaban muy abarrota- das y, por tanto, la organizacién esta- blecié un centro de grupo en Peenemtin- de, la isla del Baltico que visitamos en jel primer capftulo y que demostré ser tan importante con relacién al esfuerzo de gue- Tra en sus tiltimos momentos. Este se con- Virtié pronto en el centro de las activi- dades. En tro de la primavera de Peenemiinde fue 1937, el _cen- empezado a 44 Le planta de ensamble de las V-2 en el centro de experimentacién de Peenemiinde. ocupar por el grupo y en septiembre del mismo aiio se realizé el primero de los disparos de prueba de los cohetes. Fue el de un cohete agrandado, mejorado y, modernizado Mamado A-3 que desarrollaba 1.360 kilopondios de empuje de su motor de oxfgeno liquido/alcohol. Cada cohete pesaba 745 kilogramos y tenfa una altura superior a seis metros apoyado en su pla- taforma de prueba, de viguetas de acero. Se dice que las pruebas estdticas fueron impresionantes. Se trataba también de una visién histérica porque era el primer co- hete grande de operaciones que se vela. Pero todavia no era suficientemente bue- no. El sistema de control del cohete era muy primitivo y propenso a fallos; el A-3 nunca volé con éxito. Pero ya por estas fechas, Alemania se daba cuenta de Ia necesidad de armas secretas de largo alcance y una gran gama de compafilas privadas se dedicaron a varios aspectos de la investigacién. La Luftwaffe invité al mejor cientifico de cohetes de Austria, el doctor Eugen Sanger, para que instalara un laboratorio en Trauen, donde triunfé en la produccién de motores para cohetes de combustible Iiquido impulsados por aceite diesel _y oxigeno comprimido, que podian funcionar durante media hora (lo a a que para entonces era un récord incref- ble). Llegé a ser tan grande el interés en el desarrollo de armas como estas que el doc- tor Steinhoff, uno de los principales cien- \ificos de cohetes de Peenemiinde est4 ab- solutamente seguro de que en una u otra ocasién quizd un tercio de la totalidad de cientificos alemanes de los primeros afios de la guerra trabajaron en los cohetes de largo alcance con gran capacidad; mu- chos de ellos, sin duda, sin saber el des- tino de sus esfuerzos. En lo que a ellos concernfa, s6lo estaban realizando una in- Vestigacién ordenada sobre sistemas de control de navegacién, telecomunicaciones, bombas de combustible, etc. Y asi, en Peenemiinde, se impulsé el esfuerzo de investigacién. Cuando se iba a entrar en guerra, el Ministerio de la Guerra’ pidi6 el “arma definitiva”: debia Ser un cohete capaz de salfar sobre Lon- dres con una tonelada de explosivos, o quiz4 sobre Paris; pero en cualquier caso, on un alcance de mds de 240 kilémetros. Debia ser indetectable y de absoluta con- fianza, y capaz de vencer todos los inten- tos de contraataque enemigos. {Una orden Peliaguda! El resultado era obvio: tenfa que ser Uno de las primeras V-2 siendo socada de su refugic comuflado. un nuevo cohete monstruo y sin embargc no tan grande que resultara imposible st transporte. Era probable que cualquier lu gar de lanzamiento grande y conspicuc fuera atacado con bombas o por (porqui no {quign sabfa entonces?) los propios co hetes monstruos de los aliados; por tantc era necesario pensar en la necesidad di que el cohete fuera transportable a rampa de lanzamiento semiportatiles instaladas ex cualquier lugar. Tenfa que caber por lo tiineles de ferrocarril, que habfa entonce en Alemania, dado el caso, para poder se transportado por tren; tenfa que usar ma teriales facilmente adquiribles por si habi dificultades debidas a un bloqueo; tenii que ser susceptible de ser producido e: masa y, sobre todo, tenia que ser de con fianza. En esto habia problemas. Porque el A-3 el mejor cohete inventado hasta entoncet era_un “zombie” mecdnico, casi. incon trolable y con mucho temperamento. ne cesitaba un nuevo sistema de direccién equipo de control, y ademés necesitab energfa. Inventar el cohete era en esto momentos algo urgente y asi empez6 a tc mar forma el A-4. Pronto se hizo evidente que existian mu chos problemas importantes que resolve 4 mento de sus pruebas. y por consiguiente se decidié efectuar las pruebas en un modelo del A-4 a pequefia escala. Este era casi del mismo tamafo que el A-3, pero tenia un sistema de di- Teccién muy simplificado, controles total- mente nuevos y un sistema modificado de construccién mecanica. A wltimos de 1938 fue disparado a través del Bdltico hasta una altura de més de 10 kilémetros. En el siguiente afio fueron probados 30 mé: muchos de ellos con recuperacién subs Buiente por medio de paracaidas. Pero para entonces se habia demostrado convincen- temente Ia viabilidad de la idea. El trabajo en sistemas de servo-control y bombas de combustible de gran capaci- dad llevé inevitablemente_a la construc- sién del primer A-4, que fallé cuando fue Probado. El 13 de junio de 1942, este Primer V-2 fue revisado, vuelto a revisar Y declarado dispuesto para ser lanzado. Tenia una altura de 14,05 metros, pesaba algo més de 12. toneladas y tenfa por combustible alcohol metilico y oxigeno Nquido. Se pusieron en funcionamiento las bombas, se alcanzé la ignicién y el cohete Se clevé inseguro desde su rampa de lan- zamiento. En medio de una ondulante nube de humo y vapor se elevé y gané velocidad ¥, entonces... en un mal momento, fallé | Se RUS Tee Lam RUG Olas mice Rae uaeoe ae pe ects i motor de una V-2, donde se puede apreciar el circulor de peréxido de hidrégeno y la cémara de disparo. Arriba: depésito El motor en un mo- la bomba del combustible. El cohete con- tinué durante algtin tiempo su ascenso, aunque vacilantemente, luego cayé de cos- tado y exploté, enviando hacia lo alto nubes de humo procedente de los rotos tanques de combustible y oxigeno. El 16 de agosto fue disparado el segundo A-4, con mds éxito y, aunque el motor fallé prematuramente —posiblemente por la misma razén que en el primero— la tele- metrfa indicé que el aparato habla reba- sado la velocidad del sonido. También este fue un momento histérico. Pero el tercero fue un éxito total. El 3 de octubre de 1942 se disparé este A-4 desde la costa de Pomerania. El motor funcioné durante un minuto aproximada- mente, aumentando Ia altitud a unos 80 kilémetros y cayé a 191 kildmetros de dis- tancia; se habfa iniciado la era de los proyectiles. De pronto se interesé el gobierno ale- man. Dérnberger habfa luchado durante afios para que se reconociera la labor del potencial de su grupo, pero sélo con éxito limitado; se habfa intentado incluso que Hitler acudiera a presenciar los disparos estéticos de Kummersdorf. El humo y el fuego no le impresionaron demasiado. Pero la consecucién s6lida e innegable de un 47 Fotografia nica del A-5, modelo a @sccla teducida a Geniomnuerme efectuande sus pruebas suspendido de un~Heinkei gt", en 1939. Heizbehdalter. Betriebszustand (theor. Werte ) Pera; Wess Tho, f.96émn* Finn t/obtmet fitinn? “5m net Feit FO Fedmat 2100. 2080 mbee Mt drier 4 100 di mostrando los grandes depésitos de oxigeno y alcohol situados encima del més a la derecha, la V-2 sobre la plataforma de lanzamiento mostrando sus dim 50 Arriba izquierda: Torre extensible y mévil utilized paro trabajar sobre la cobexa ex- plosiva y mecanismo de direccion de to V-2 cuando se encontraba en posicién de disparo. Izquierda: Transporte de combus- tible ol cohete de pruebas A-3 durante ex- Perimentos efectuados en 1937. Arriba Plataforma rodante de transporte de lo Y-2, que podia ser utilizada para colocar sl cohete en disposicion de disparo. De- fecha: Técnicos trabajando en un cohete A-3 cubierto por una lona en el transcur- so de unas pruebas efectuadas en un lu- gor secreto de la costa norte de Alemani arma nueva tan revolucionaria era ya otro cantar; enseguida se nombré un comité especial de produccién del V-2 para ayu- dar a las realizaciones y coordinarlas, bajo el mando del general Degenkolb, pero re- sulté ser una molestia mds que una ayuda y se dice que von Braun la describié claramente como “una espina en nuestra carne”. No obstante, se puso a la disposicién de los cientificos de Peenemtinde més di- nero, mds personal y mejor equipo, y la produccién del V-2 fue impulsada, sin pro- pésitos técticos al principio sino sélo con ‘objeto de entrenar tropas y técnicos y ganar experiencia en el manejo del arma. Se hicieron modificaciones para aumentar a 418 kilémetros el alcance del cohete y su velocidad a més de 5.310 km/h. Mu- chas organizaciones y compaiifas indepen- dientes ayudaron por tnedio de la inves- tigacién y el desarrollo, entre ellas, la Zep- pelin Luftschiffoau y las fabricas Heinkel en el Tirol; pero por fin, la ultima ver- sién del V-2, la que entré en fase de pro- duccién y de la que se produjeron unas 5.000 era un arma impresionante y un cohete ciertamente magnifico para su épo- ca. Tenfa 14 metros de altura, 1,65 me- tros de diémetro y pesaba mds de 12 tonela- das y media en el lanzamiento, el 70 por ciento de este peso era combustible. Llevaba 3.750 kilogramos de combustible y mds de 4.970 kilogramos de oxigeno liquido que se consumfan en la cdmara de combus- tién a razén de casi 125 kilogramos por segundo. La velocidad del gas de escape era de dos kilémetros por segundo y se afirmaba que su punterfa era (en opinién de los alemanes) “superior al cuatro por ciento”. El secreto de su controlabilidad es- taba en un servosistema cibernético que dirigia las veletas del chorro de escape; se volvfan de un lado a otro, desviando lige- ramente el camino del empuje del cohe- te y produciendo efectos laterales que al- teraban ligeramente su trayectoria. De esta forma el cohete se mantenfa vertical du- rante el lanzamiento y en el momento apropiado era dirigido a su trayectoria de blanco. Habfa también estabilizadores en las aletas de cola, pero éstos eran de una importancia secundaria. Durante los primeros pasos fundamen- tales del lanzamiento, cuando la velocidad del cohete era demasiado reducida para poder dar una utilidad aerodinémica a los estabilizadores, los escapes del cohete eran la clave del éxito, Era realmente el acce- sorio del que dependia el éxito del cohete como un todo; imaginar que éste, o su morro de una tonelada pudiera desviarse 54 sin posibilidad de control y causar di poco después del lanzamiento era mente inadmisible. La idea fue utiliz por los alemanes como un medio de cr trol de cohetes, y posteriormente fue da_por otros. Por iltimo, Hitler se sintié fascin por la idea de un bombardeo de Londr a larga distancia por medio de cohetes” pidié una detallada investigacién de ciones prdcticas que esto comp . La idea de Hitler parece ser que basaba en un ataque de unos 5.000 tes lanzados en rdpida sucesi6n o tdneamente tan lejos como fuera po Pero Dérnberger se neg6. Se podfan bricar con facilitad miles de cohetes, m6, siempre que el Fihrer proporcion grandes reservas financieras y de mater pero la cuestién del combustible no tan facil. Al estar bloqueada y muy lada (a pesar de todo lo que se cont de su autosuficiencia y dnimo empren dor), Alemania no podfa permitirse se cillamente el lujo de desperdiciar cat dades tan enormes de material. Durante todo este tiempo segufa ciendo el entusiasmo de von Braun la posibilidad de viajar en cohete. | cierta época, en efecto, fue arrestado | la Gestapo bajo la acusacién de no m trarse partidario del bombardeo de dres y de estar haciendo planes p uso de cohetes en la exploracién del pacio en vez de para favorecer los berger insistié en que se le dejara sin muchos resultados al principi el ulterior desarrollo del programa 4 hetes. Ante esto, von Braun fue p en_ libertad. Mientras tanto, Hitler seguia acari do planes ¢ ideas contrapuestos; se tfa més inclinado por los aviones que los cohetes y confiaba més en la avia propulsada por cohetes, en los aviones | propulsién a chorro y en las bombas lantds que en el supuestamente mara llosé cohete monstruo de Peenemi Speer fue el primer ministro del gob que fue testigo de un vuelo de cota gue le impresioné mucho. En Te fé 1943 no se convencid Hitler por pleto. Finalmente se otorgs a Peenemtl de un apoyo financier virtualmente rh fiery 4 baa hate, yet i ex ot at, oe fas bilfrrt¢ Man YL f « bb he PS fete —$ ) CO ns f of feo] iC a f, ju itty E So y re In ty Ce a ce Peviton i ic wy Pie - Md. ie Ay Se) fee id (hak ila y SG ae Ce Ce een ec eC oe la prioridad, se ocupé para la produccién una fabrica gigante en Friedrichshaven. En todo esto hubo una anomalfa esque- matica. El cohete fue considerado como armamento: fue clasificado como una gran bomba que Ilevaba Ia carga en su interior; en otras palabras, estaba bajo la respon- sabilidad del Ejército. Los jefes de la Luft- waffe no se hicieron en absoluto a esta idea, a pesar de todos sus retorcidos ca- nales de evolucién; decian que era, sin embargo, un arma ‘aérea y como tal de- berfa estar bajo la égida del Ministerio del Aire y no estar controlada por “malditos soldados”. Pronto iniciarfan su propio pro- yecto, el conocido por V-1. Se trataba de una gran bomba volante de madera y sin piloto, Su desarrollo tuvo lugar en la D. F. S. —Deutsche Fors- chungsanstalt fiir Segelflug (Centro Ale- man de Investigacién de Planeadores)—, que se establecié en un principio en Darm: stadt, antigua capital del Gran Ducado de Hesse-Darmstadt y centro famoso de ma- nufacturas de alfombras. Mads tarde se trasladé a Ainring, cerca de Salzburgo, en la frontera austriaca. Georgii era uno de Jos principales cientificos del Fo-FU, era Abajo: des. Derecha también el director de la D. F. S. y muj importante responsable en el desarroligl de planeadores para el transporte de tre pas. Trabajaban en total unas mil sonas. En el D. F. S. fueron inclufan incluso el proyecto Wasserfall. La V-I empezé su historia en los aff Schmidt, empez6 a trabajar en un aparate pulsorreactor. Su funcionamiento es fécil) de comprender: el combustible, en su plazamiento hacia adelante, recogfa forzado a través de unos postigos que bustible perforadas; el chorro de aire qi pasaba sacaba el combustible de sus com: ductos y formaba un fino aerosol que § encendia por una especie de bujfa. mezcla, casi critica, explotaba y se cons mfa con rapidez en forma de explosié sorda. De esta forma, la fuerza de la tonacién cerraba los postigos y los gases escapaban por la trasera del reactor, im pulsindole hacia adelante. Se evitaba continua combustién de combustible Josién se consumia con rapidez; segui- amente, el movimiento del conducto por medio del aire ocasionaba que se abrieran huevamente Ios postigos, para admitir una hueva carga de combustible mezclado con tl aire en la c&mara de combustién. De €sta manera prosegufa el ciclo y el apa- rato era impulsado por una serie regular Ge detonaciones de baja frecuencia. El in- nio. se conocfa como el pulsorreactor de Schmidt 0 conducto de Schmidt, y se dice que en 1934 sugirié el profesor que dicho pulsorreactor podia ser utilizado para “pi- jotar™ un torpedo aéreo, aunque la idea fue desechada. A continuacién se desarrolld el pulsorreactor (y como sucede muy a me- nudo, sin intervencién del inventor en el proyecto) en el Argus Motorwerken Gesell- schaft. El producto resultante funcionaba por medio de gasolina y desarrollaba un empuje de mds de 316 kilopondios. El fuselaje, de alas cortas y algo rechon- cho, dirigido por el pulsorreactor fue di sefiado y realizado por Robert Lusser, di- sefiador en jefe de Gerhard Fieseler Flug- zeugbau; fue conocido al principio como Fieseler Fi-103. Tras muchas demoras y discusiones, se concedié el permiso para su realizacién en junio de 1941, y asi como la _produccién del arma en gran_escala. Las caracteristicas técnicas del arma eran bastante sencillas; su velocidad, eje- cutoria y grado de confianza no eran muy grandes, pero era barato y facil de fabri- car, lo que ya de por sf constitufa una ventaja. Volaba entre 304 y 2.100 metros de al- tura, a una velocidad de mds de 643 ki- Iémetros hora; se establecié inicialmente que su alcance ‘seria de 300 kilémetros, am- pliado mds tarde a unos 400. Pesaba unos 2.170 kilogramos, de los que unos 900 eran trinitrotolueno y nitrato aménico como ca- beza explosiva. Medfa 8 metros 22 cen- timetros y tenfa algo menos de 1,52 m. de didmetro Las primeras pruebas, por extrafia ironfa en vista de Ia rivalidad entonces en pleno auge entre los departamentos, se celebra- ban en Peenemiinde, el tinico centro que se encontraba bien equipado a finales de 1941. Fueron un gran éxito y en seguida se reinici la controversia por la situacién de prioridad. El departamento aéreo de- Izquierda y abajo:’ Ultimas secuencios de una pelicula en las que se aprecia cémo un cohete se estrella contra el suelo y a los técnicos examinando sus restos. Arriba: Fallo de otra V- cohete, estalla en dispuestes pora salir de lo fab: 7 una frac seaba desde Iuego que se impulsara la pro- duccién del V-1, mientras que el Ejército querfa que tuviera prioridad su propio V-2. Qué era lo que se tenia que hacer? Los méritos de ambos aparatos eran si- milares. La V-1 era de produccién barata, costarfa entre 1.500 y 10.000 marcos (las estimaciones actuales’ varfan _muchisimo), mientras que la V-2 costarfa 75.000 mar- cos. La V-1 sélo gastaba 280 horas de tra- bajo de mano de obra, segin una valora- cién, mientras la V-2 necesitaba 13.000. Por ‘otra parte, Ia V-2 era supersénica y aunque tenfa una carga wtil del mismo ta- majio, dentro de limites aproximados se conjeturaba que podria hacer mds dafio a causa de la onda de choque de alta pre- sién producida por su velocidad de Mega- da (a grandes rasgos, Mach-4, o sea cua- tro veces la velocidad del sonido). La V-l era indesviable, no estaba guia- da vor radio, y por lo tanto resultaba im- posible para los aliados encontrar un me- dio de abatirla por interferencia de un sis- tema electrénico de control. Pero, por otro lado, la V-2 era muchfisimo més rdpida, la velocidad comparativamente casi nula de la V-1 queria decir que podifa ser aba- tida a disparos 0, como en realidad suce- dié en muchfsimos casos, ser descontro- lada por el ala de un avidn y ser, por tan- to, hundida en el Canal. ‘También podia ser atrapada por los ca- 60 n de segundo después de entrar en ignicién el strella contra e! suelo. Derecha: V~-2 recién terminadas — bles de los globos cautivos, que el V2 estaba en condiciones de evitar, pero, por otra parte, estaba impulsada por gasolina barata, de pocos grados, que podfa ser ex- traida de los lechos de lignito de Alema~ nia, mientras que la V-2 necesitaba alcohol y oxigeno liquido. Ademés, la V-I era de poca confianza: una cuarta parte de ellas fallaban en el uso. Se crefa, por otra parte, que la V-= era un asombroso proyectil que marcabi un récord, un arma de guerra sin prece- — dentes, y ‘esto era cierto, No es extrafio. por consiguiente que existiera una pugna tan grande sobre los respectivos méritos de ambos proyectos. La solucién era obvia. Alemania esta-— ba luchando duramente para vencer a sus adversarios y establecerse en la posicién de una importante potencia mundial. De ~ forma distinta podfa permitirse ambas ar — mas, una versién barata y entrafiable y un proyectil cohete tremendamente evolucio- nado. ¥ asf, después de prolongados en cuentros y debates, se llevaron a cabo am= bos proyectos. Como los ingleses iban 2 comprobar a su propia costa, ambos pro- yectiles se materializaron. A partir de 1943 las dos armas se en- contraban a la cabeza de todas las armas secretas alemanas. La V-1 estaba equipada con un sencillo pero eficaz sistema de con- trol: portaba un girdéscopo Askania para y ta cola de uno ¥-2 sobre su plataforma | wom de tanzamiento mostrando el emblema de la unidad que fa fanzaba. i Uno V-1 operacional despega con rumbo Londres, a Bd Te, A oes 2i anny grama del motor que impulsaba al los afos 30, predecesor de la V-2. Centro: Ds Esquemo aliado del moter Jume 004, que impulsoba los nes. Abajo: Corte esquematico de ta V-2, predecesora de todos los grandes progra- mas de cohetes. V-1 sacada de su hangar y preparada para lanzamiento. su direccién (rumbo) y altitud, y'en el mo- tro Ilevaba una diminuta hélice. Esta-era movida por el desplazamiento de la bom- ba volante a través de la atmésfera, y por medio de un sistema de engranajes activaba un rudimentario regulador de dis- tancias. A una distancia preestablécida, au- tomdticamente se eliminaba el paso de combustible y el motor, parado, quedaba silencioso; el aparato cafa_planeando al suelo y hacia explosién. El lanzamiento de la V-1 también resultaba dificil, ya que el pulsorreactor sélo funcionaba cuando el aparato ya se movia a una velocidad con- siderable. Por esta razén se construyeron muchas rampas de lanzamiento pata lan- zar las bombas por medio de una catapul- ta de vapor que les daba suficiente: impul- so para que se abrieran los postigos del conducto y dieran comienzo al proceso de detonaciones. Mas avanzada la guerra se trabajé en el “Reichenberg”, versin pilotada de la V-1. No estaba especialmente disefiado para mi- siones suicidas, como han apuntado varios comentaristas, sino como un banco de pruebas experimental para eliminar las di- ficultades de control. Una versién mds po- tente de la V-1, con més alcance, fue con- siderada en la wltima etapa de la contie da, pero no se realizé jamés en la pri tica. A causa del creciente interés de Hi y sus consejeros en producir armas yores, mejores y més efectlvas, tanto, V-1 como la V-2 pasaron a una prodi en Peenemiinde, como ya te dijo antes, fueron dafiadas por los britfinicos y, com secuentemente, su construction se desu orienté atin més. El grupo del tiinel de viento fue trasladado a Kochel; el de vestigacién y disefio pasé a Garmisch-P; tenkirchen, y la fabricaci6n en sf se tras ladé a Nordhousen y Bliecherode. En I tréneos que demostraron ser invulnerabl € indetectables. Asi pudo continuar co tranquilidad la produccién de armas tel rificas de Alemania; la. seguridad de tripulaciones aéreas se iba a proteger recibirfan una nunca. En efecto. Se demostré que esto era muy cierto. lecci6n que no olvidarfan de una prueba efectucda en 1937, 3 a g < £ 5 2 3 6 E 3 3 2 a $ 3 2 ‘Los Secretos El Natter despega verticalmente de su Plataforma de lanzamiento. 70 gn su constante afén por descubrir ar- secretas nuevas y mejores con que Poot ‘fl enemigo, los cientificos alemanes ‘avieron rival en el campo de la acro- “no imica, y la increfble gama de nuevas dindmivtra la aviacién que experimentaron ‘aun legendarias. Para mortificacién de “son tsefladores americanos, éstos debieron “jos ss | Hycho a las técnicas reveladas por la Ope~ | mues paperclip, cuando especialistas alia- fib viajaron por Alemania y recogieron fejo lo que les fue posible obtener en (fanto a hombres y materiales. ‘los aviones secretos alemanes fueron muchos y variados, desde las armas peque- fus sin pilotar, como Ja V-l, hasta las fevolucionarias ‘alas volantes, ‘sus logros _ fueron considerables. Mucho de esto fue debido a Ia originalidad con que aborda- Jos problemas. algunos jos. re~ | [fttades conseguidos son visibles incluso en dia. hoy “avion Natter ilustra suficientemen- te Ia forma abierta y heterodoxa de ha- Keer frente 2 los, problemas de la guerra. El 1 de agosto de 1944 se le presenté un problema al jefe de Desarrollo del Reich- juftministerium (Ministerio del Aire), herr ‘Oberst Knemayer. Las incursiones de bom- bardeo sobre Alemania efectuadas por los aliados hacian necesario un nuevo medio de enfrentamiento. {Existia algo econémi- ¢0, rapido, efectivo y de confianza, que $ jpudiera ‘usar para derribar al enemigo? ‘a una orden dificil, pero que reque- tla unos criterios de ejecutoris. Herr Kne- mayer se dispuso a sefialarlos y cumplir- los en lo que fuera posible por medio de ctiterios de disefio. Y el resultado fue el Natter. Su disefio era sencillo: tomarfa un avién casi supersdénico impulsado por Motor cohete, lo pondrfa a punto en cuan- to a armamento, Jo harfa entrar en Ia ruta de los bombarderos y, a continuacién, sal- Hara cl piloto. El y el avién serfan recu- sa continuacién. wil, tbaio se inicié en Bachem-Werke, Waldsee, a finales de 1944; al final de i Suerra estaban preparados 150 para las Feder’ gms para la Luftwaffe. Los dise- Bete formaban un grupo unido y ex- Perimentado; con Knemayer estaba Ba- fhem, que habia sido director técnico en pisseler. y Botheder, un holandés que ha~ gat fstudiado en Stuttgart y que en 1940 te tt 2 tabajar a Dornier. Posteriormen- de, 1ispers6 Ia fébrica. Bachem se que- menss Waldsee y a Botheder se le enco- fee"GS. que Ievara un grupo de cuatro de capa ones a St. Leonhard. Fue en esta noe ye MAYO de 1943, cuando los america- l€ apresaron y Como consecuencia se supo la verdad. Dijo que habia habido 300 trabajadores més o menos, 70 de los cua- les eran ingenieros, trabajando en el pro- yecto Natter. A causa de la carestia de material y mano de obra especializada, el aparato fue disefiado teniendo en cuenta la mala calidad de las materias primas y las herramientas poco resistentes; se usa- ron en su construccién maderas de poca calidad y las peores ldminas de acero. Al final de la guerra existia un plan de venta del Narter a los japoneses, que también iban a fabricarlo bajo licencia al mana. Los demas miembros importantes del personal, explicé Botheder en mal inglés, eran un’ piloto de pruebas Iamado Zeu- bert, que pilotaba los planeadores en su periodo de disefio; Granzow, que estaba encargado del trabajo de cohetes, y G. Schaller (perteneciente casi con seguridad al partido nazi), que era coordinador y tenfa la_misién de vigilar el trabajo. El Natter fue disefiado como un_ intercep- tador monoplaza impulsado por cohetes. Se lanzaba verticalmente desde una ram- pa y volaba casi en linea recta para el contrarse con el avién que Ilegaba bajo control automatico de un radar tierra-aire supervisado por un simple jefe de baterfa antiaérea. Ta: onto como se divisaba al enemigo, el piloto se hacia cargo de los mandos y volaba hasta llegar a pocos cien- tos de metros del avién enemigo. A esa distancia disparaba una baterfa de cohetes y se retiraba a toda velocidad. Transportaba dos juegos de una doce- na de cohetes antiagreos de 73 mm., de disefio standard, y después de dispararlos, el piloto hacia que el avién se retirase a una velocidad de unos 241 kilémetros hora, momento éste en el que expulsaba la pai te anterior del aparato y se lanzaba en paracaidas, Conocido oficialmente como el Bachem 8-349A1, el Natter pesaba 1.960 kilo- gramos cuando estaba totalmente cargado, de los cuales unos 630 kilogramos, corres- pondian al combustible. La superficie alar era de unos 4,27 metros cuadrados y la del plano de cola 2,47 metros cuadrados: tenfa 14 metros de longitud. Cuatro cohe- tes auxiliares de despegue Schmidding. cada uno de los cuales tenfa un empuje de 11.880 kilogramos, durando su combustién, diez segundos, se encurgaban de lanzarlo al aire. La energfa principal la proporcio- naba un motor cohete Walter 509 A-2 que quemaba combustible Ifquido y producfa un empuje standard de 1.700 kilogramos que podian ser reducidos hasta 150. ‘Cada uno de los cohetes que constitufan n HM Rumphpant 27 Haupthois 24 Hilfeholm YP Stanger $0 Hshancucer: Sabisionge Hi Aniletanobas 42 Fatlchivmkasion 88 Bergungussnice A Auaiptworrichting Bb Shetrklinke. M6 Selaug fir Speyihlinke. BF aanloun Warflentung fur Bargundeschiom $8 T-Siattbensiier $9 CSiotberisie 48 Ein Halak tui CRiotvenases | & BelUHUngtielnung. a2 Aucelnc ‘Sint aehitlies MF Rickeniehng 44 Sit 48 SchOtse 44 Bovehqust a? Scnaltorqucs 8 Swoesnipnel ice 69 Ricelaut fix T Stotowbaltes 3 Eso Malton JocPSiotBensiier 2 Pugenker HE TSiotfeninatimestutcen gHC-SioN ‘Seovohinstutegn BE Entimung t0eT-Bloribebaiter fA Vvieuwerk &T Heheo und ‘Buwriteusiing $8 Seiténsievecung 5 Innere Beplankung «@ Not Stversiott Dibujos del Natter capturedes a los alemanes, que nos muestran lo simple de construccién, que sélo requeria de 1.000 horas-hombre para la misma. Pilotensitepanzerung 6-Stof-rank eae Hotethiiged ‘Mit diesem ver suchsthugaeug (ON Oberievinant LOTHAR SIEBER | Februar 1945 den ersten Sef ten bemannten Raketensiaet Welt durch und fand debe! dem su armamentd pesaba 2,66 kilogramos y llevaba 397 gramos de pélvora como ca- beza explosiva. Estaba programado que los modelos posteriores duplicaran esta capa- cidad de armamento, aunque ninguno de éstos Iegé a ser construido jamds. La ve- locidad maxima en vuelo normal era de unos 800 km/h. y el radio de accién —des- pués de alcanzar 12 km.— era’ de unos 40 kilémetros. Ei fuselaje del avién es- taba construido en madera encolada y cla- vada no muy ortodoxamente, pero disefia- da para soportar una resistencia de seis gramos. El tiempo invertido en la cons- truccién de cada Natter estaba calcu- lado en 1.000 horas-hombre. Ya desde el comienzo, al empezar las primeras pruebas, se presentaron proble- mas. A pesar de una aceleracién inicial de dos grados o incluso alga més, el avion abandonaba la rampa de’ lanzamiento a una velocidad de s6lo 50-65 kilémetros por hora, velocidad insuficiente para que los flaps’ produjeran algtin efecto aerodi- ndmico. Estaba claro que se necesitaban unos deflectores de escape en la tobera de salida de gases (como en las V-2), pero, {cémo conseguir esto dentro de la mayor economia? La respuesta era sencilla: se incluyeron unas aspas de acero huecas y Tenas de agua. No habia bomba de circu- lacién 0 mecanismo de proteccién alguno, pues no eran necesarios. Sin duda, al cabo de unos segundos estas aspas empezarfan a calentarse y al evaporarse el agua se fundirfan con los gases del cohete, pero para entonces el avién ya habria alcanzado una altitud suficiente para que los contro- les_convencionales resultaran eficaces. De esta forma se introdujo un concepto enteramente nuevo y muy viable: unas su- perficies de control temporales de facil consecucién. Se efectuaron una docena de lanzamientos sin motor para probar el di sefio de la estructura bdsica; estos lan- zamientos tuvieron lugar en Braunschweig con éxito total, y a partir de entonces se presentaba la cuestién de probar' el avién con motor y tripulado. El proceso de ope- tacién era como sigue: Después de disparar los cohetes contra el enemigo, el piloto entrarfa en picado y se dirigiria planeando hacia una zona se gura de aterrizaje. Acto seguido se desata~ rfa los atalajes de yuelo, se inclinarfa ha- cia adelante y tirarfa de una palanca para separar la nariz del avién del resto del fuselaje. Debido al empuje aerodindmico ex- perimentado sobre la curvatura superior de su estructura, todo el extremo frontal se desprenderfa dejando al piloto expuesto al aire exterior. Este tirarfa a continuacién 4 limetros que partia del extremo poster del Natter. [a repentina decelera lanzaria al piloto hacia adelante liberdne dole del avién, el cual aterrizarfa con su. propio paracaidas y quedarfa —al meno asf se esperaba— en condiciones de utilizado nuevamente. Sin embargo, solamente se llegé a tuar un vuelo de prueba tripulado en co diciones operacionales. Después de que Natter hubo alcanzado una_ altura 150 metros, la ciipula de la cabina se d prendié dei avidn con el apoyacabeza, ¢ gado del lanzamiento. El Natter tinud ascendiendo en un dngulo incontro- lado de unos 15 grados hasta una altu de unos 1.500 metros, se encabrité rep tinamente sobre su eje transversal y estrellé contra el suelo, .haciéndose zos él y su ocupante. No llegaron a ef tuarse mds vuelos de prueba, ya que aliados seguian acercdndose, Botheder nfa un refugio de montafia en Oberstau! a 16 kilémetros de Isny, llamado “Binet Echalpe”. Fue aqui donde el equipo disefio habfa previsto concentrarse des} que “la tempestad hubiéra pasado”. esta forma, uno de“ los radicales progr: mas alemanes, iniciado demasiado para que tuviera algiin efecto sobre curso de la guerra, Ilegé a un final romén- tico e imprevisto. i El motor cohete utilizado en el Naf ter, un Walter, habfa sido previamente desarrollado por Hellmuth Walter en pI bas efectuadas en el aerédromo de Neuhat denberg, y disefiado para ir montado bre un caza propulsado por cohete, Heinkel 176. El grupo de von Braun, ¢ Peenemiinde, Tev6 las cosas més lejos desarrollar una modificacién de la unid propulsora standard a base de oxigen Iiquido y alcohol utilizada en los mismos cohetes. Se afirma que, en efecto, se pleé6 con todo éxito un motor de Braum para impulsar un caza He 112 1937. Las pruebas demostraron que el ¢¢ hete pudo desarrollar més de 900 kg. | empuje durante medio minuto. Sin embargo, la facilidad con que invadié Polonia y el curso tan favorable que para los alemanes ofrecia la guet entonces hizo que la necesidad del yecto disminuyera y, por tanto forma tan tipica de actuar del gobierm dose hasta la cancelacién total de la El He 176 murié incluso antes de nacer. Pero el concepto perduré y un dit Abajo y arriba: El primer Natter montado sobre un transportin momentos antes dg Nevado a Ia torre de lanzamiento. Abajo a la derecha: Experimentalmente se le un tren de oterrizaje triciclo, pero nunca llegé a ser utilizado. | Asymmetrical cruciform Lunit Parachute for landing air frame 109-559 bi-fuel rocket unit Jettisonable Schmidding Laminated 109-533 main spar rockets “Bachem” BA-349A Natter. Tripulacién: Un hombre. Envergadura: 3,98 m. Longitud: 6,50 m. Peso: 2.177 locidad méxima: 900 km/h, Armamento: 24 cohetes de 55 mm. 78 Armoured bulkheads 24 Fotn rockets controls Cockpit Jettisonable perspex domie El caxa cchete Messerschmitt 163A. llamado Lippisch que Ilevaba trabajando en aviones cohete desde principios de los afios 30 decidié seguir adelante con él. Habja estado trabajando con aviones delta durante algunos afios y en 1940 habia volado el modelo 194 propulsado por un motor Walter de 300 kg. de empuje, al- canzando velocidades superiores a 480 kilé- metros/hora. Entonces disefié un corto avidn de aspecto un tanto heterodoxo, el Messerschmitt 163A, que era propulsado por un cohete de combustible Ifquido. Al principio fue probado en vuelo remolcado Por otro avién, pero el 10 de mayo de 1941, el capitin Dittmar Io probs en vue- lo con su motor cohete Walter a velocida- des “de 965 km/h. Acababa de aparecer el primer caza impulsado por cohete en el_mundo. El disefio cra interesante. El avidn_ es- taba construido con un tren de aterrizaje que constaba de una especie de pequefio carretillo de dos ruedas y una rueda de cola; al remontar el vuelo el original ca- rretillo formado por las dos ruedas se desprendfa, evitando as{ la resistencia aero- dindmica que ofrecen las ruedas exteriores y eliminando al mismo tiempo Ia necesidad 80 de un pesado y voluminoso tren ret El aterrizaje se efectuaba en campo hierba sobre patines ventrales. Para el piloto no era un viaje de cer en absoluto. Peliculas del lan: muestran al avién corriendo a lo largo la pista a un régimen terrorffico en de terribles oscilaciones y rebotes, que parecia elevarse lentamente sobre’) suelo, momento en que desprendia ruedas, las cuales quedaban en la dando’ grandes botes y saitos. Entor casi como si la velocidad del proyect se hubiera aumentado repentinamentey pelicula muestra al avién apuntando nariz al cielo y elevandose a una velo impresionante, probablemente del orden los 3.050 metros por minuto. En cuanto al avién mismo, tampoco disefio es un prodigio de estética. El bado de su superficie, lena de cabezas remaches y tornillos, era mate, y con que cuando vi por primera vez uno estos ejemplares me pregunté en virtud qué milagro podria volar aquello cortas y diminutas alas no parecian en proporcién con el resto de la est tura del avién. Pero volaba, y notablemente bien: combustible dei cohete duraba cinco © jnutos, ¥ en este tiempo el avién alcan- Su altitud operacional y entraba en ate. A continuacién iniciaba un lar- janeo de regreso al aerédromo —o, a de esto, cualquier otro: sitio Mano fivelado— que duraba aproximadamente dia hora. Gero el diseflador Lippisch siguié ade- jante en su estudio y mejoré el disefio en Mychos aspectos. Su primer disefio, que mevemonta a 1939, habfa sido un avién # ‘cola de anchas alas cuadradas; ahora, factorfa. Messerschmitt desarrollaba el Me 163 atin més, El segundo modelo fue ‘constriido con un motor cohete mds po- “fente que quemaba un combustible mezcla éxido de hidrégeno y “C-stoff” —al- fohol metilico, hidrato de hidrazina y agua— que originaba un empuje conside- fablemente mayor. Este modelo, el Me 163B, llevaba cohetes auxiliares de despe- jue para economizar combustible. Poste- fiormente entré en escena la casa Junkers “al construir un tercer modelo al que de- fnominé Ju 263, Este modelo pasé a ser conocido bajo la denominacién de Me 263 cuando toda la produccién revertié sobre la fabrica Messerschmitt. Sin embargo, ‘aunque habria constituido una formidable arma de guerra, y sin duda una gran sor- presa para los aliados, nunca lleg6 a ser plenamente desarrollado. Se realizaron prue- bas de planeo, pero el final de la guerra hizo imposible que el Me 263 llegara a emprender el vuelo propulsado por su pro- pio motor. A pesar de ello, sus predeceso- Tes dejaron tras de sf un impresionante récord para un avién experimental como era éste. Lusar escribe acerca del capitén Olejnik, quien despegé del aerédromo de Brandis, cerca de Leipzig, a finales de 1944 y derribé varios bombarderos enemi- 0s en el espacio de cinco minutos. A’ par- lir de entonces el avién estaba estacionado €n puntos estratégicos y se utilizaba para defender fabricas importantes de los bom- ardeos enemigos. Las factorias Leuna fue- ton defendidas por este sistema con “gran &iito”, se dice. En total, el Me 163B pesaba algo més $e 4.100 Kilogramos; su longitud era de 94 metros y podia ascender a un régi- Wien de més de 3.050 metros por minuto. ‘claba_operacionalmente a velocidades Bréximas a los 965 km/h. ¢ iba dotado Un motor de 1.590 kilogramos de em- fais; cifta esta que podia ser reducida has- tenig2> , kilogramos. El modelo Chabria Lo 1:20 metros més de longitud y pro- lemente habria sido construido en con- Aiguracién biplaza. in embargo, se habfa demostrado el éxito bésico de Ia idea al conseguir que un avién propulsado por. motor cohete vo- lara operacionalmente en 1944. Habiéndose concebido su idea en los primeros mo- mentos de la guerra, constituye un récord impresionante de desarrollo en tiempo de hostilidades, El desarrollp posterior del Natter es més dificil de ver en pers- pectiva. Era indudablemente un trabajo precipitado, construido apresuradamente y con materiales deficientes; no es facil determinar si se traté de un triunfo de conveniencia o de un movimiento de p4- nico realmente demasiado precipitado para que valiera la pena. Los primeros experimentos con aviones cohete, tales como el Me 163B, indican que los alemanes consideraban que habia beneficios prdcticos en la idea, y por ello, el desarrollo del Natter no era quizé tan descabellado como algunos historiado- res de la época han apuntado. Lo que sf esté claro es que de haber durado la gue- rra_algiin tiempo mds, tanto los alemanes como los japoneses, habrian logrado Ie- var a cabo bastantes mds desarrollos se- cretos y —cualesquiera que hubieran sido los resultados finales— habrian demostra do ser unos oponentes atin més formi- dables. Estos desarrollos secretos de los cohe- tes fueron el punto de partida de los aviones cohete de la posguerra. Muchos de los aviones desarrollados se- cretamente, y que Alemania utili7é para sorprender’ a los aliados, procedian de fuentes menos inverosimiles. Por ejemplo, el Heinkel He 111 habfa sido un magni- fico avién de transporte comercial antes de que empezara la guefra y su disefio basico fue r4pidamente adaptado para usos militares. Se convirtié en el bimotor de bombardeo standard de la Luftwaffe y fue producido en distintas versiones. Tipico en ellas eran los 30,47 metros de envergadura, su longitud de 21,48 metros y una velo- cidad de 450 km/h. En 1940 se construfan unas 750 unidades de estos aviones, siendo doble el ntimero de ejemplares producidos en_ 1942-1943. Se realizé un raro desarrollo del He 111 que dio como resultado un pesado avién destinado a remolcar grandes planeadores. Fue diseflado como un par de He 111 literalmente pegados lado a lado y que compartian, por tanto, un ala comin sobre la que iba montado un quinto motor. La envergadura total era de casi 38,10 metros y el piloto se sentaba en la cabina ins- ialada en el fuselaje de Ia izquierda, diri- giendo el avién por medio de sistemas de control idénticos y conectados entre sf. 81 Me-163: Tripulacién: ui; locidad méxir 55 mm. ‘9 hombre. Envergadura: 9,32 m. Longitud: 5,71 m. Peso: ima: 960 km./h. Armamento: Dos caiiones de 30 mm. y 82 Se sabe que un avién de este tipo alcan- z6 en 1942 una altitud de 9.150 metros remolcando un planeador de més de 35 toneladas. Sin embargo, nunca Ilegaron a producirse las grandes cantidades que estratégicamente se necesitaban de este avién* y, aunque no es completa la do- cumentacién e informacién que existe de este modelo, no hay evidencia de que el avién Megara a lograr un éxito rotundo como en un principio se esperaba. Lo que sf parece seguro es que las propiedades aerodindmicas y de manejo de tal hibrido Bigante habrfan sido extrafias por demas. Muchos otros aviones emergieron de los equipos de disefios secretos de Heinkel; después del He 111 nacié el He 115, un hidroavién comparable en algunos aspec- tos al Sunderland inglés —pero esta idea alemana qued6 reducida a cero en la préc- tica **. * N. del T.—Realmente, esta versién, designa- da como He 111, jamds pas6 del estado de pro- totipo.. ‘** 'N. del T.—El autor debe confundir este tipo de avién por cuanto que fue producido en serie y equip 4 un cierto ndmero de escuadrillas de Ia aviacion costera como torpedero-bombardero y avion de re- conocimiento. Ademés, corresponde a diferente f6r- eeu El He 116 fue especialmente aq como transporte postal de gran at mfa; los He 117 y 118 fueron de: ‘I tdcticos que apenas Ilegaron a desp del suelo, y el He 119, més répido paz de alcanzar velocidades de 600 y movido por dos motores DB 603— tay poco fue aceptado para su produccién serie, Sin embargo, Japén se hizo cam Pero como los iltimos aiios de la rra hicieron comprender a Alemania los aliados tenfan bastantes probabili de victoria después de todo, empezé a considerar estos polvorientos planos dados en los archivos de Heinkel. pidos y més eficientes, tomé cardete} urgencia para Alemania en 1944, y p estuvo en las primeras etapas de cién_una versién cuatrimotor de la de disefios desarrollados a partir 111. Este avién admitfa una carga t de casi 8,000 kilogramos de bombas, recibié el nombre de Greif: se del He 177. Pero este nuevo desarrollo fracasé. mantenido en completo secreto dui wso de planificacién ¢ incluso mas tar- objeto de la més alta cautela, pero de fie oto estuvo-proxima su fase de pro- tan Bin se dej6 correr la noticia entre duecior., servicios de vuelo alemanes para a Ya moral, tan necesaria en aquellos yntos. movemania cuenta con un bombardero se- to, capaz de sorprender al mundo en- _ gfetr dijo; el enemigo encontraré al “su _competidor. Pero esto fue un error areal de Sister: peicloene Te bios todos se posaron sobre esta nueva es- ea del Reich, y toda la mdquina po- fica. alemana quedé anonadada cuando Uf primero de los aviones se incendié mis- _ ferrosament® y se estrellé envuelto en lla- Posteriormente, un segundo He 177 joté en el aire y la investigacion de iiss Sccidentes ronta ravald) ts respucse ‘a avién iba dotado de un exceso Pp ice. y cl color peasadetper as mee tores hacia hervir el combustible alojado en los tanques de las alas, préximos a los motores, con resultados obvios. Las pruebas realizadas en las fabricas Heinkel se llevaban a cabo en el suelo. OS intentaron algunas ‘modificaciones, pero es indudable que un motor funcionando el suelo se encuentra siempre en un jedi irreal, pues se) supone que Ia refti- racién de los motores es normal sdlo ando el avién est4 en vuelo. No obstan- fe, se introdujeron algunos cambios. a ‘efecto radicaba en el hecho de que ombardero, como cualquier avién de ‘Su tipo, cra mas lento que cualquier otro, por ejemplo un caza; el aire recibido no efa suficiente para refrigerar los motores —€n vuelo y estos continuaban calentandose Gazser (de, 188, precaulciones. tomadas en el ‘isefio, y aunque las modificaciones Heva- ve cabo disminuyeron los riesgos de Prematuro, siempre estaban expues- ee roe en el momento mas ines- a cabo de unos meses el modelo se vio qeextreditado a los ojos del alto mando ne. De este descrédito fueron objeto también quienes habian autorizado el con- fine, 9 Produccién y hasta la misma acm Heinkel. Posteriormente, el cambio “factneteres produjo resultados més. satis- cunenos aunque ahora aparecieran difi- get 85. relacionadas con el armamento ‘un

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