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Introduccion: el campo de la psicologia social POR SERGE MOSCOVICI A. 2Qué es psicologia social? Todo resultatia muy sencillo si pudiésemos decir sin dudar: existe el individuo y existe 1a sociedad. Evidentemente esto se nos repite innumers: bles veces y uno parece comprender ¢ incluso ver lo que indican estas pela bras. Todos aceptamos como algo indiscutible que estos dos términos estén separados, que cada uno sea aviénomo y posea una realidad propia. Esto significa que podemos conocer uno sin conocer el otro, como, si se tratasen de dos mundos extratios entre si. La fuerza de esta visién resulta incontesta- ble, al igual que le divisién que mantiene: el individvo reducido a su ozge- nismo y la sociedad petrificada en sus instituciones' y aparatos. O mejor atin: or una parte el uno, lo tinico, por la otra lo méltiple o fo colectivo. Y esta visién tiene un efecto al que nos hemos acostumbrado desde hace largo tiempo: el tratado de patticiin que concede el individuo a Ja psicologta y la sociedad a Is economia 0 a la sociologia, Este resultado se expresa a. menudo de una forma més concreta: el psicoandlisis se ocupa del individuo y el marxismo de ls sociedad, Semejante convencidn clerifca las ideas y contri- buye de mancra eficez a la coexistencia pactfica entre las diversas ciencias y entre las diversas teorias. La particién que acabo de deseribir y sobre fa que no hace falta insistic por su familierided, obedece a una I6gica determinada. Coeresponde 2 la realidad en Jos casos extremes. Pero resulta banal reconocer que el individuo sélo existe dentro de Ia red social y que toda sociedad se compone de una multitud de individuos diversos, al igual gue el més minimo pedaza de ma- teria esti compuesto pot una multitud de atomos, Ademés, tenemos derecho 18 | Peicologia social 1 observar que en cada individuo habita una sociedad: Ye de sus personajes imaginarios 0 reales, de los héroes que admira, de los amigos y enemigos, de los hermanos y padres con quienes nutte un dilogo intertor permanente. Y¥ con los cuales incluso llega a sostener relaciones sin saberlo. Ast pues, cuando decimos: existe el individuo y existe la sociedad, dejamnos a un lado Ja experiencia compartida por casi todo el mundo. Se dird con justicia que esto no es demasiado grave, Todo andlisis y toda explicacién exigen ‘una abstraccién. Abstracciones como les que hacemos constantemente en economia al hablar del mercado sepatado del poder, 0 en psicologia al describir el pensamiento separado de las emociones. Sf, no cabe Ja menor duda. Pero dicha pacticidn tiene un’ sentido, Oculta una realidad primera, Ie invariante de existencia cuyos rasttos encontramos en todas partes. Es decir, la oposicién entre individuo y sociedad, Ia feroz batalla que libran desde tiempos inmemoriales lo personal y lo colectivo. Este conflicto no excloye, evidentemente, las armonfas momenténeas ni las pacificaciones du- raderes, Si la psicologia social tiene una razén de ser en tento que ciencia y un leitmotiv que Te sea propio, es sbi donde fo encontraremos. Toda ciencia mayor intenta responder, a través de investigaciones efectuadas en cempos coneretes, a alguna de las lancinantes preguntas que se plantean los hombres. La fisica, a Ta pregunta: squé es la materia 0 el movimiento? La biologfa, & Ja pregunta: cqué es la herencia? © bien 2por qué existe la vida? La cosmo- logia, a la pregunta: gcudl es el origen del universo? Y asf sucesivamente. De manerd similar, la psicologia social —en mi opinién al menos— se ha ‘ocupado y sigue haciéndolo de un solo y tnico probleme: gpor qué se produce al conflicio entre individuo y sociedad? Ninguna otra ciencia aborda este probleme de forma tan directa, ninguoa siente una atracciéa tan profunda por ese conilicto. Y aquellas ciencias que lo hacen se aproximan a la psicolo- fa social, como sucedié con el psicoandlisis al interesarse éste por los fe- ngmenos de masa. También es el caso de la historia cuando estudia fos fené- menos de la mentalided. ¥ Ix reciproca también es cietta, Siempre que la psicologta social olvida este problema para estudiar en patalelo y con inde- pendencia tuno de otro, ya sea lo social o lo individual, como sucede actual- mente en los Estados Unidos, pierde su personalidad, convirtiéndose incluso en un apéndice, intl, de otra ciencia He aqui una primera f6rmvla: la psicologia social es la ciencia del con- Hicto entre el individuo y Ia sociedad. Podslamos aiiadit: de la sociedad ex- tema y de la sociedad que lleva dentro. No escasean los ejemplos de dicho conflicto: la resistencia a las presiones conformistes de la mayorfa, Ia opost pos, tes du. ste fee pale as Intreduccién | 19, cin entre un lider y su grupo, las desvisciones con respecto a la ottodoxia, ls discusiones dentro de un grupo a fn de Negar a una decisién, la captar cién de un individuo por Ix masa, y otros muchos casos, Hasta aqui hemos considetado el espectro en toda su extensién. Ahora debemos acotarlo para captar mejor y con mayor precisién el campo de la psicologfa social. En pocas palebres, tras haber visto el problema sl que responde, consideremos los fendmenos de Jos que se ocupa. © mejor dicho, las fenémenos de los que se ‘ocupan los psicosocislogos al selir al terreno 0 al encerrarse en sus laborato- rics. En una palabra, gcudl es su objeto? Come es fécil imaginar, no existe unsnimidad en este punto, Pero creo que en ta actualidad, tras el abandono del conduetismo, el mimeto de aque llos que estarian de acuerdo con Ia definicién que establecf en 1970 seria mucho més elevado: «Y yo formularia, escribia entonces, como objeto cen- tral, exclusiva de la psicosociologia, todos los fen6menos relacionados con 1s ideologia y la comunicacién, ordenados segin su gésesis, su estructura su funciéne! Por lo que respecta a los primezos, sabemos que consisten en sistemas de reptesentaciones y de actitudes. A ellos se cefieren todos los fe- nnémenos familiares de prejuicios sociales o raciales, de escereotipos, de creen- , ete. Su rasgo comtin es que expresan una representacién social que individaos v grupos se forman para sctuar y comunicar, Es evidente que son estas zepresentaciones las que dan forma a esta realidad mitad fisice y mitad imaginaria que es la tealided social Por Jo que hace a los fenémenos de comunicacién social, éstos desigaan los intercambios de mensajes lingtfsticos y no lingiisticos (imagenes, ges tos, etc.) entre individuos y grupos. Se trata de medios empleados’ para transmitir una informacién determinada e influir sobre los demés. Empleo intencionadamente la nociSn global de «coraunicacién socials para indicat incluye tanto Tos fenémenos de comvnicacién de masas de influencia co- {ptopayanda, publicidad, etc.) como los procesos puramente lingii ticos y los hechos seménticos. También se relaciona con los signos que circu. fan en Ia sociedad, con le semiologia que, segiin al propio Saussure, forma parte de la psicologfa social y, por consiguiente, de le psicologta general»? Este acercamiento se impone, ya que como hacia notar juiciosamente Mounin ‘la intencién de comunicar» es «cl exiterio del mensaje semiolégicon Ahora ya disponemos de una segunda {Srimula: la psicologta social es la ciencia de los fendmenos de ta ideologia (cogniciones y zepresentaciones s0- ciales) y de los fendmenos de comunicacién. A los diversos niveles (Doise, 1982) de las relaciones humanas: relaciones entre individuos, entre indivic 1. D. Jodetee, J. Viet, P. Besnard, La psychologic sociale, PasisLa Heya, Mouton, 1970, ps. 62 2, “E, Scussuce, Cours de Hinguistique générale, Pas 3. G. Mounin, Clef pour fa linguéstique, Pars, Seg Payot, 1916, pég. 33 1968, pg. 37. 204 Psicologia social duos y grupos, y entce grupos. Para cada uno de estos fenémenos dispone- mos de un cosjunto més 0 menos desarrollado de conocimientos, teorias 0 experiencias, que aunedas nos permiten comprender las actividades mentales superiores y ciertos aspectos psiquicos de la vida social de los grupos. B, La visién psicosocial Una vez comprendide el contenido de una ciencia, también hay que re conocer su particularidad, saber lo que le distingue de las otras ciencias, Esta es una pregunta muy dificil a la que jamés se puede dar una respuesta total- mente satisfactoria, Y toda respuesta tiene, acemés, un cardcter ligeramente artificial, Una cosa es cietta: ningtin limite preciso separa a la psicologia social de otros campos de Ja psicologia, como la psicologia infantil, la psico- Topfa clinica o incluso Io que se da en denominar psicologia general. Tampoco hay frontera precisa entre la psicologia social y Is antropologia. Todas estas disciplines comparten en gran medida un mismo intesés por las interacciones umanas y los grapos humanos. Ademés, tienen en comin un buen niimero de conceptas coino la representacién, Ia influencia, el aprendizaje, etc. Enton- ces, 2e6mo se distingue Ia psicologia social de estas disciplines? Para res- ponder 2 esta pregunta podria hacer una serie de anélisis histéricos y égicos Todos ellos resultarian de gran interés pero nos levarian # adentrarnos de- rmasiado en el cielo de Ja teoris de la ciencia. No obstante, yo creo que, una vver acotada la parte de la teoria, nos damos cuenta de que en realidad nuestra disciplina no se distingue tanto por su territotio como por el enfoque que le fs propio. Esto es lo que practicantes, investigadores y estudiantes aprenden durante su trabajo. Es, antes que nada, una manera de observar Jos fenéme- nos y las relaciones. En este sentido podemos afirmar que existe una visidx psicosocial. A continuacién intentaré ofrecer una idea de este enfoque. Comencemos pot la maneré con que el psicéloga y, menudo, el socislo- go, enfocan los hechos. Utilizan en general una clave de lectura binarie. Esta ‘dave corresponde a la separacién del sujeto y del objeto, que son dados y definidos independientemente no del otro. El psicslago pone de un lado el ‘eegon (el individuo, el-organismo) y del otto el wobjetor, o bien, de una parte un repertorto de respuestas y de la otra el estimulo: ¢-—©, o R—-S. ‘Ast, cuando éstudiamos 1a percepeién visual consideramos ef aparato visual yrel calor o la intensidad de un punto luminoso, por le manera en que el ojo reacciona ante la estimulacién luminose. De igual manera, al estudiar los procesos intelectuales nos iateresamos por la manera en que el cerebro trata tuna informacién proveniente del mundo exterior. Y deseamos saber emo dispone- mentales 08 gue te cias. Esta esta total psicologta Ja psico ‘Tampoco das estas racciones fs mimero Enton Para res. y Wgicos, tnos de- que, una ee que Je sprenden fendme- int visin | socio ria, Esta dados y a Indo el , de una R—S. to visual ue el ojo udiar fos bro trata one Introdueciéa | 21 Ja aprende, 1 organiza y In transforma en un comportamiento definido. El esquema de Ja relacién queda asi ‘Suite individual (ego, erganisno) —+ objeto (ecto anblnte, eatin En sociologia encontramos un esquema muy similar. La diferencia redica fen que el sujeto ya no es un individuo sino una colectividad (cl grupo, le clase social, e] Estado, etc.). O bien, podemos tomar en consideracién una rmultitud de sujetos que cambian, negocian, comparten una misma visién del mundo, ete, Por lo que se refiere al objeto, éste también posee un valor social, representando wn interés 0 una institucidn, Por otra parte, el objeto a veces est constituido por otras persons, por otros grupos, que forman lo que de- nomiinanos un entorno bumano, Evidentemente, en todos estos casos nos encontramos ante un sujeto y un objeto diferenciados segin criterios econ micos 0 politicos, éticos 0 histéricos. Independientemente dei tipo de dife renciacién, fo que deseamos saber es cSmo se comportan las diversas cate gorias de individuos en la sociedad, cSmo reproducen Ja jerarqufa existente, cémo distribuyen las riquezas o cjetcen sus poderes. O bien, ebmo la accién de cada individuo, ptovisto de sus propios intereses y metas, se transforma en una accién colectiva, Pero en el fondo de Ia mayorfa de les explicaciones y andlisis presentimos una manera de observar que se guia por el siguiente esquema: Sujto coactivo — Objatecierercido on sel Sin duda, simplifico mucho. Me hatia falta un libro entero para justificar cada una de mis afirmacfones y mostrar hasta qué punto corresponden la realidad. Me apresuro a agregar que un gran mimeto de psicblogos sociales recurren a esquemas anélogos, lo que conduce @ une setie de errores y ma lentendidos (Moscavici, 1983). A pesar de su interés y de la importancia de Jos trabajos que inspitaton, siempre hen estado marcados por un carécter parcial. Més grave atin: han reducido los fendmenos psicosociales a fendme- nos psicoldgicos y los fenémenos. sociales a fenémenos individuales. Y no obstante existe une wisién psicosocial que se traduce por una lectura feraaria de Tos heckos y las relaciones. Su particularidad consiste en sustituir Ja tela- cidn a dos tétminos, entre sujeto y abjeto, heredada de la flosofia clisica, por una relacidn en clave de tres términos! Sujeto individual — Sujeto so- Gal — Objeto. Para expressrme de occa maneca: Ego — Alter — Objeto, 22 | Psicologia sociat | obviamente diferenciado. Y esto presupone una mediacién constante, une sterciedad», para utilizar el término del filésofo norteamericano Peirce onto wisn soe Pero esta relacidn de sujeto a sujero en su relacidn con ef objeto puede concebirse de manera estitica 0 dinimice, ¢ decir, puede corresponder a tuna simple aco-presencia» o a vna einteraccién» que se traduce en modifi ceaciones gue afectan el pensamiento y el comportamienio de cada individuo. ‘A este respecto podemos distinguir dos mecanismos gue ilustran. perfect mente esta distincién: la facilitaci6n social de una parte y 1a influencis social, por la otra. Le primera consiste en que 2 simple presencia de un individvo ode un grupo haga que un individve prefiera 0 aprenda con mayor facilided Jas respuestes més familiares y las menos originales. Como si se inhibiese, cl individuo expresa o retiene las respuestas dominantes, comunes a todos, Ta influencia social consiste en que un individuo sometido a Ja presién de tuna autoridad 0 de un grupo adopte las opiniones y conductas de dicha auto ridad o grupo. El caso més extremo es la obediencia a la autoridad estudiado por Milgram: na persona es capaz de infigir descargas eléctricas dolorosas aun desconocido porque le han pedido que lo haga. Esto nos leva a definir con mayor precisién la maneta en que se puede considera: el Alter (individvo © grupo) para analizar las relaciones con la realidad, con el ebjeto social o.no social, real o simbélico, De hecho, nos en- contramos ya sea ante un otro similar, un alter ego, ya sea ante un otro di- ferente, un alfer sin més. Dependiendo de que se trate del primero o el segundo, consideramos fenémenos distintos. Podsfamos incluso decir que Jas corrientes te6ricas y de investigaciéa se oponen segiia su concepcién de este ‘caltero. Asf, la mayoria de las investigaciones sobre los grupos tienden a concebir a éste como un «alter ego similar al segor. En el psicodrama 0 juego de roles se pide a los participantes que adopten Ia actimad del o:ro, que fe metan, por decitlo asi, en sa piel. Y lo que sucede es analizedo en funcién de la capacidad de interiorizar scmejante actitad, De manesa similas, en los studios sobre fa conformidad se manifiesta en los individuos una tendencia a compararse a alguien semejante o a alguien al que nos gustaria parecernos, Los desviados en especial, que en principio carecen de opiniones y posiciones propias, intentarian juzgat sus opiniones y conductas en funcién de Ia ravo- que cig 0s, yo. Inteoducelén | 23 fa de Jos individuos que encarnan el poder. Y se conforman para parecerse 1 es0s alter egos privilegiados. Por el contratio, otras corrientes de investigacién consideran un «alter» sin més, marcado por una diferencia precisa. Me refiero a las investigaciones gobre la innovacién, por ejemplo, donde la minoria, el individuo, expresan una opinién y un juicio que Je son propios. Estén confrontados a una ma- yorfa o a una autotided que tienen sus propias opiniones y sus propios juicios, y que representan Ia norma o la ortodoxia. Lo que intentan estas minorias 0 estos individaos es hacerse reconocer una identidad particular y una diferencia evidente, Observamos que los dos mecthismos psicosociales fuadementales, el de comparacién social y el de reconocimiento social (Moscoviei y Paicheler, 1973) corresponden a dos maneras de percibit al otro en el campo socal. De estos contacos ejemplos se desprende una Optica 0 enfoque que, tr#s- cendiendo la dicotomfa «sujeto-cbjetor, recorre una gama de mediaciones operadas por la relacién fundamental con los demés, Reconozco que éste no ¢s més que un pequeio desplazamiento con respecto a Ia clave habitual de Tectura de Ja psicologia y, en ocasiones, de Ja sociologia. E incluso de la picologia social cldsica mercada por el conductismo, Pero se trate de un desplazamiento que lo cambia todo, Antes que nada concede su especificidad ata visidn psicosocial, de la que Merleau-Ponty escribié: «Por el solo hecho de practicat Ja psicologia social nos hallamos fuera de la ontologia objetivista, en Ia que no podriamos permanecer de no ejercer sobre el “objeto” dado una coaccién que pondria en entredicho Ia investigacidn... Si la psicologia social quiere realmente ver nuestra sociedad tal cual es, no puede partir de este postulado que en sf mismo forma parte de la psicologia occidental, pues al adoptaclo presuniriamos nuestras conclusiones»* E] desplazamiento operado implica pasar de una concepcién binaria de las relaciones umanas, ten exten- dida, a una concepcién ternaria que, por ser compleja, no es menos rica. Pero, dejeros estas cuentas de boticario. Sea cual fuere el sentido de esta visién, puedo decir que antes que nada Ja encontramos concretada en les précticas de psicologta social. En la mayorfa de los casos se trata de précticas de observacién dizecta de zelaciones o gestos, de reacciones afectivas o sim- bélicas de los individuos entre ellos en una situaciéa precisa, Ver es sin duda més importante que escuchar, El observador, a veces visible, a menudo in- visible, se oculta detrés de un espejo de doble visién, 2 fin de ver sin ser vista. EI espejo de doble visién simado en nuestros leboratorios es el emble- ma de esta visién psicosociel. Pero he encontrado su modelo en el Narrador de Proust. Considérese este ojo agrimensor, irrigado por las nervaduras de tniles de experiencias y abrigado por fa retina de le memoria: memoria de las ‘cosas leidas, vistas y escuchadas. Este ojo mantiene fjamente a cada uno de fos personajes en el sitio que le es propio: Swann, Odette, Charlus, Alberti- 4, M, Metleas-Ponty, Le visible f Fnoisble, Bass, Gallimard, 1964, ofp. $3 24 | Psicologia social ne, de manesa que sabemos guién es cada uno de ellos. Deberfa decie que los individaeliza con gran precisién y sin piedad. Basta con parpadcar, con un cambio de luz, para que, en el recodo de una frase recargada, una observa- ida nos baga saber gue el cbservador fo ha visto todo y que su mirada no ha vacilaco, invadida por la teznura, ai ba quedado envuelta por las brumes de la nostalgia. Emociones que nos hacen confundir los seres del presente con sus sombras en otzos tiempos. Pero este ojo también mantiene fijamente los acontecimientos que tejen la historia dentto de le historia —el affaire Dreyfus, la Gran Guerra— con la escrupulosidad del cronista que conoce el peso de su testimonio. No obstante, personajes y-acontecimientos —es decit, les sujetos individuales y las zealidades— tan s6lo adquieren su sentido a tea- vés de esta tinica winvestigacién», a través del emundo», en. summa, a través de la «sociedad» de cada cual. O retomando el lenguaje cientfico, a tra és de los sujetas sociales que son, en la obra de Proust, Du cdté de chez Swann, Le coté de Guermintes, Sodome et Gomorrbe. Ast vernos a cada personaje refractado y observado en un circulo de hombres y mujeres que re- velan las facetas sucesivas de un mismo rostro 0 las fibras de un mismo co- razén. Lo seguimos, ademés, de un circulo a otro, ée la celle al medio mundo, del medio mundo al mundo y cada uno descompone y recompone a indivi duo segin sus convencionalismos, El Narrador lo obsérva segrin sus propios convencionalismos, pero la ve como lo ven los demas y de la mancra que estos iiltimos reaccionan respecto a él, Proust escribié: «Nuestra personali dad social es Ia creacién del pensamiento de los demés». Al final de esta siangulacién del campo social, el ojo vuelve a encontrar los rastros de una realidad, cuyo autor puede narrar Je teor‘a. Que el hecho de que el enfogue psicosocial no sea Ia percepcién inocente de Ia «comedia humana» que des: cribe, explica y denuncia simulténeamente con la bucna conciencia de ver las cosas tal como son, resulta evidente. Se trata de la persecucidn del tiempo y de la persecucién dentro del tiempo de una intriga entre individuos y acontecinientos que crean Ia sociedad e medida que 1a narran. No olvidemos gue el proceso es la realidad. El psicslogo es el punto ciego de ese enfoque; quizé no ves, pera sin ¢l es imposible ver El estudiante que, durante sus estudios, pasa de la psicologla o Ia socio- Iogfa a la psicologia social debe hacer un esfuerzo para interiorizar csta visi6n Me atreveria a decir que esto ¢s atin més importante que aprender esta 0 aquella teoria que, con frecuedcin, alvidaré més tarde, reteniendo tinicamente lo que le es més necesario de ella. ¢Qué puede ser més necesario y perma- nenie que una manera de ver las cosas? Esto me lleva a hablar de ciertos aptejuicios» muy extendidos y que, a mis ojos, constituyen verdadetos obs- r-que los con un observa. irada no Drumas presente ffjamente aijfaire onoce el res decir, do a tra a tre de chez 2 cada s que re. smo co- mundo, al indivi propios aera que personali- de esta 2 de una enfogue gue des- a de ver cl tiempo viduos y videmos enfogue; Ia socio- ta visién. er esta o fcamente 'y perme. le ciertos eras obs Introduccién | 25 réculos epistemolégicos, en Ia acepcién de Bachelard, para alguien que desee dedicarse a la investigecién y préctica de la psicologia social. Debido « que Jos he encontrado en miiltiples ocasiones en el curso de mi trabajo docente, me parece til precisar la naturaleza de dichos obstéculos. Me gustaria desta. car especialmente dos. E! primero consiste en la opinién bastante difundida segtin Ia cual hay que agregar un suplemento espiritual a los fenémenos so- ciales. En términos claros, esto significa que se debe explorar el aspecto sub jetivo de los acontecimientos de la reslidad objetiva. Por realidad objetive debemos comprender Ja realidad econémice y social. En genezal, las cosas se ptesentan asi, Sc comienza por analizar los diversos aspectos del sujeto ecolectivoy: el poder, las desigualdades econdmicas, la clase social, los in- tereses de los grupos y otros muchos aspectos. Una vex. constituido el marco de esta manera, constatamos las diferencias con respecto a lo que deberia pensar o hacer ese sujeto colectivo si obedeciesa a los amplios determinis- mos econdmices 0 sociales: descuida sus intereses, no vota a la izquierda en perfodos de crisis, no se tebela contra el poder, etc. Para dar cuenta de estas diferencias se invocan factores de tipo subjetivo: los sentimientos, los valo- res, el grado de conciencia social, la influencia de los medios de comunicecisn, la imagen simbdlica y asf sucesivamente, Entonces nos volvemos hacia Ia psicologa social y Je pedimos que comprenda lo que La primera comprende Jos capftulos relacionados con la influencta social 7 los cambios de actitud, Ea ellos se abordan los fenémenos de con- formidad e innovacién, la manera con que los individuos se apropian y expresan una opinién proveniente del excerior. Cosa que acontece cada vez {que los hombres se reiinen, se comunican y formen un grupo +” La segunda parte esti consegrada a las interacciones entre personas en el interior de un grapo y entre grupos. En esos capftulos encontramas un tanilisis de la manera con que las personas toman decisiones en comin 0 Grean cosas nuevas conjuntamente. La decisién y la creatividad se encuentran ten el centro de toda trabajo colectivo efectuado en el seno de comités, aso Giaciones 0 grupos. de investigacién. Pero también figuran en ell derecho y Ia justicie, Se ha reservado un capitulo especial para las aplicaciones de Ia Psicologia social en el campo juridico, Y otra a ja evolucién de las relaciones lamisioses y emorosas entte dos personas. we La tereera parte es sin duda la més extensa. Aborda toda una serie de cuestiones esenciales: émo se razona en I vida cotidiana, cuél es Je satu rine. vambién Ja psico: icologla mo lo disiée- deciese wmienza e expo- je se ha sd. Para y teblas traer Ja las. con: decom pian ida vez 65, 280. vecho s de le aciones a serie Ia nate. atone Introduccién | 37 ralzza del sentido comin, de qué manera explica el individu las cosas que Je suceden y asf sucesivemente, Esto significa que esta parte intenta poner al dia las leyes del pensamiento social, de la atribucidn de Tas causas, de la pecepcidn de les personas y, finalmente, de las representaciones sociales. Sin olvidar Jos Inzos entre le’ comunicaciin y el lenguaje. Esta parte es la mas extensa debido a que, desde hace unos weinte aiios, se trate del campo investigacién més activo y estimulante de la psicalogia social > La cuarta paste se propone esclarecer un ciesto niiniero de problemas de gran importancia, desde el racismo hasta la comunicacién de masos, de la educacidn 2 los efectos de la densidad y aglomerecién que conocemos en las ciudades. Evidentemente, estos problemas no son los tnicos que importan y sobre los que se trabaja, Pero a través de ellos hemos querido ilustrar el funcionamiento de la psicologia social y sus prolongaciones en una realidad gue nes concierne @ todes. Independientemente de las cualidades que se puedan atribuir a este vo- lumen, no podriamos aduefarnos del mézito, Este libro es, en realidad, el resultada de un esfuerzo comin. Investigadores y profesores de diversos pa(ses aceptaron consagrar una parte de su tiempo para preparar uno 0 dos capitulos exclusives para este manual, Cada uno de ellos es un especialista en cl campo que trata, lo que constituye una garantfa de su contribucién, ‘Ademds, ruvieron a bien tomar en cuenta las exigencias de In ensefianaa en Francia y, en algunas ocasiones, revisar su texto con esta finalided. Fi hecho de que provengan de pafses y hosizontes diversos pone al leccor en cond cin de apreciar la variedad de estilo y de preocupaciones de los psicdlogos sociales. Quiero agradecer a todos los que han participado en esta empresa y que aceptaron someterse su plan de conjunto, Al final se encontrard una bibliogcafia derallada, verdadera herramienta de referencia.

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