Jacques Le Goff
Pierre Nora
HACER LA HISTORIA
Il. Objetos nuevos
| editorial laia/barcelona|
|
240 ncaves ozoo¥
dos Unidos, en donde ta ley, deste hace una veintena de
fos, autoriza la comunicacign de las enctestas soliltadas
por el gobierno, al cabo de s6lo dos afos de espera. A la
vista de una prictica tal, las precauciones y los retrasos con
que se ha rodeado Ja comunicacién de los documentos de
historia contemporinea parecerin pronto initiles y obsoletos,
He ahi cuando menos un benefiio que no se disputaré a lox
sondeos, esos hijos de le obsesién contable y de la democta
tizacién’galopante de la informacion.”
{35 Fa pitleadas: ademés, en Ia mdida en que Yop clientes» toto
Bee abe leans lu reves" in aca
"hr uteinde socedaies y brute Detadas nh
ied east fee et, rv Nn ha
gba un mera espacial {as Sat ih
‘Sondeos de’ opin. ¥ opiatin sobre Ise scdecas’ 7) Mud
El cine
Un contraanilisis de la sociedad2*
por Marc Ferro
{Ser el cine un documento indescable para el historia-
dor? Casi centenario, pero ignorado, ni siquiera cuenta en-
te las fuentes dejadas de lado, No entra en el universo men
tal del historiador.
El cine no habia nacido atin cuando la historia adquirié
sus habitos, perfecciond su méiodo, dejé de marrar para ex
plicar. EI clenguajes del cine resulta ininteligible, de inter-
pretacién incierta. Pero esta explicacién no puede satisfacer
18 quien sabe del infatigable ardor de los historiadores, en-
‘carnizados en descubrir nuevos dominios, en considerar co-
‘mo esencial To que estimmaban basta ahora no interesante.
'No tenemos aqui ni incapacidad nf retraso, sino recha2o
inconsciente que procede de causas complejas. Examinar
qué emonumentos del pasados el historiador transformé en.
ocumentos, y luego en nuestros dias «qué documentos la
historia transforma en montimentos», seria una primera for-
‘ma de comprender y ver por qué no figura el cine!
‘A fuerza de interrogarse sobre st oficio, de preguntarse
cc6mo escribe Ia Historia, el historiador ha acabado por ol
dar el andlisis de su propia funcién, Pues bien, sila ideologia
Gol historiador ha variado, si varias rizas de historiadores:
cohabitan y constituyen centros que, entre sf, apenas se 1
conocen, pero que los no historiadores identifican cuando
menos gracias los signos espectficos de su discurso, nos
ddamos cuenta también de que la funcién apenas ha cambiado.
* Dames las gracias a A; Akoun, MF. Brisclance, A. Goldman,
‘A. Morgardo, 5. GrguradouCabsqnns, B. Rolland, 0 Hllun y CL ES
jckm gue han cheride leer este terio'y ayuarnos @ mefotsto.
Te Bor tomer le expreida, da Michel Fovonia, HArchaalgie du
savoir. Pans, Gallimard, pp. 141822 Mane PERO
Son pocos los hisloviadores, de Otto de Frelsing a Voltite,
de Pollbio a Emest Lavisse, de Tieito Mommsen que, en
hombre del saber o Ia cencia, no hayan estado al servicio
del principe, del Hstodo, de una clase, de la macién, en tne
palabra, de un orden o un sistema; que, consciente 0.10, 20
hrayan sido un steerdote, un combatiente?
‘Al amanecer del siglo xx, cuando siempre a cuenta del Es
tudo, el histoviador glorifies ala nacin, las Instrucchones mk
nisteriaes hacen saber que si Ia ensefanza de Ia Historia no
hha logrado resultados, vl maestco baba perdi el tempos?
Segin la indole de su misi, sepsin tn epoca, ef histori.
dor hia optado por tal eonjunto de fuentes, ha adoptade tal
anétodo: los ha cambiado como in combationte cambia de
armas y de tetiea cuando Tas que se ullizaban hasta enter
‘es habian pordido st eficacin.
Si, so sabia que nadie escribia la historia inocentemente,
pero este juicio pareco veriicarse como nunca a la vers del
Siglo %x, cuando empieza a hacer sit aparicién el cinematd-
grafo, En visperas de la Primera Guerra Mundial el histori
dor lieva ya Tas botas, el easco, pronto para batirse. Emest
Lavisse, historiador franeds, da estas instrucciones: A la
censefiiza historica incumbe el deber glorioso de hacer amar
y hacer comprendr a ln patria [..] todos nuestros hérors
det pasado, atin envucltos de leyenda. Si el sluinno no se
Teva el recuerdo vivo de nuestzs glotias nacionales, st 0
sabe que nuestros antepasades combatieron en ail campos
de batalla por nobles causas, sino ha conseguido aprender
ecuénta sangre y esfuerzo costé formar la unidad de la pax
fia [-] y discernir lnego en el caos de nuestras viejas ine
tituciones las leyes sagradas que nos hacen libres, si no se
convierte en un tludadano penetrado de sus debores yun
Soldado que ama su bandera, el maestro Iabré perdido el
tiempos? Deber gloraso, heroes aun eniuelios de leyenda
nobles eausas, wiidad de ta patria, leyes sogradas que nos
hacen libres, soldado, estos Kérminos, estos principios se hae
lia, 'con algin que otro matiz, ea toda Europa, en Kova:
2. Vex por ejemplo, G. Linus, La Naissance de Pistoriggraphie
‘modem, Pars, Panmarion, 17 J; Bizeawp y G. Palatine ator,
Bovis A Clin, 1965 A. G, Wines, Ls Granae Doctrines de Phistoire
Paris Gallimard, 1s Sabre lor disctraoe del htorador wer Rosotd
Divine, Le discours de Piste on eSocal Seence Information st
les acenors socass (sto 189), pp. 6571.
3."Giado en Piewe Nom Y Brncat avis, Son rile dans fa for
‘ion du sentiment ational, *Rewas historique (92), vo. ToD
venience tatters cat aig
a
‘MaceR 1 rEIsroRt8 2s
levski, en Treitschke o Seeley: no es sélo Francia ls que «en
‘fn.en una era tricolors, Las fuentes que ulliza el historiador
consagrado forma, en esta fecha corpus tan ctdadosee
mente Jerarquizado como la sociedad a la que destin, Ia
obra. Como esta sociedad, los documentos se dividen en cov
feporias, en las que se distingnen sin estuerso a privilegiados,
Iarginados, villanos, cLumpens, Como escribicra Benedetto
Croce, ela historia cs. siempre contempordnear, Pues bien,
‘sta jerarquia relleja las zelaciones de. poder de principios
ae siglo: en cabeza del corte, prestizioros, he ab los Ar.
chivos de Bstado, manuscritoy 0 impresos, docamentos sink
os, expresign de Sut Potencia, de Ia de las Casas, Parlamen:
tom, Caras cuentas Tego Nie a eae‘ ee
Jmpresos que ya no son secretos: textos juridios y legisla
von, primero cxpresion del Poder, peridicos ¥ pubicaciones
{espigs, que no emanan slo de dl, sino de ln sociedad calti
‘vada total, Las biograias, las fuentes de historia local, Ios
relatos de viajeros forman la cola del cricjo. La Historia se
comprende desde el punto de'vista de cuantos han fomado
argo la sociedad: hombres de estado, diplomticos, magistra
das, empresstios yadministradores, Ellos han. coutribuido
jusiamente a la tinidad de la.patria, « ie redacctdn do las
eyes sagradas que nos hacen Kbres, ste. Bn umn focha en In
aie la centralizacién refuera el poder del Estado, dinigentes
de lo capital, en ue Ja empresa del eapitalismo monopolista
gana, en que de un lado del Rin se trata de persuadir al pus
bio de que Berlin tiene la grandeza de Ronta; del otro lado
Gel vio de que Paris es una mieva Atenas; en esta fecha ea
aque el conflicto euzopeo esté en punta, en que el frenest gue:
srero vence a la ideologia, en que el fldsofo, el jursta, el
Fistoriador estin ya mobilizados, zqué uttidad para la His
toria podsia tener el folklore cays supervivenciaatestigua
jistamente que In unlicacién cultural del pais no esta ain
Twtalmente terminada; qué ulilidad para In Historia pod
ser este pequefio principio de pelicula que representa Uh train
‘entrant en gare de la Ciotat?
‘A prineipios del siglo ¥%, zqné es el cinematégrafo para
las mentes clares, la gente eullivada? «Una maquina de estir
pldizacion y disolucién, un pasatiempo de ignorantce, de crix
furas miserables engatiadas por su faena» (Georges Duhamel.
Eifos no se dan 9 eeste especticulo de lotas. Las primerns
decisiones do la jurlspradencia muestran cdmo e cine es re
‘sbido’ por las clases" drigentes, El cine se considera como
tuna especie de atracsion forastera; el derecho no fe reoonoceue MARC FERRO
siquiera autor. Estas Imigenes que se mueven son debidas
‘la mqaina especial por medio de la cual se obtienen». Dat
ante largo tiempo ef derecho estima que el autor de la pell-
caula es quien eseribe el guién* No se reconoeia derecho de
autor a quien flmaba. Se le deses el estatnto de wn hombre
cltivado, Se Te ealiicé de scazador de imégeness, Ain hoy,
‘en 103 noticiarios, el hombre de la cémara permanece andnt.
‘mo; las imagenes’ son firmadas por el nombre de la firma que
los produce: Pathé, Fox, etc. Ast, para los juristas, para la
gente insiruida, para la sociedad dirigente, para el Estado, 10
‘no escrito, la imagen, no tiene identidad: zeémo los historia.
ores podtfan referitse a ella, siquiera citarla? Sin fe ni ley,
hhuérfana, prostituyéadose al pueblo, Ta Imagen no puede ser
luna compaltera para estos grandes personajes que constitu:
yen Ia Sociedad del historiador: articulos de leyes, tratados
Ge comercio, declaraciones ministeriales, érdenes operaciona:
les, discursos. Ademis, cedmo fiarse siquiera de los noticiarios
‘cuando todos sabemos que estas imagenes, estas supuestas
representaciones de Ia realidad, se escogen, se modifican, se
‘transforman, por cuanto se unen mediante montsje no con
‘wolable, truco, trucaje? I historiador no puede documen
tarse en documentos de este tipo, Todos saben que trabala
fen una jaula de cristal, ehe ahf mis referencias, he ahi mis
hhipdtesis, he alti mis prucbass. A nadie se le ocurriria que la
cleccién de tos documentos, su montaje, el establecimiento
dde sus argumentos, tienen también truco,
Han transcucrido cincuenta aflos. La clencia histérica se
hha transformado. FI cine esté todavia ante Ia puerta del Ie.
oratorio histérico. Verdad es que, en 1970, et obispo y el
hombre de In ley, ef meidicoy el militar, el general y et senator
van al cine; tombiga el historiader, pero como todo el mundo,
como espectador sélo. El marxismo, las provocaciones de
nuevas ciencias sociales, las exigenclas de un nuevo esprit
hist6rico (Jos «Annaless’ aparecen en 1929, el aio de Ta gran
crisis) hacen nacer una historia también nueva? En este
4, Bony, De te nature des euvres dart dapres la jurisprc
dence, eaeetin Dalle Sey, 196, pp. aT
Tistoriador de hoy fe Gelade ser el hombre orqueste
que lishta de todo sobre todo, deseo alto de Is inictermingsn >
A aes ewer a ort dad de are
do io es de Seleccionar, en To octrofa,agulo gu fe parte
psd para staat, 0 no, 0 a0 alegre, Com ous eo
ies vise deme cdl maine, Caw wu dactrGué busca eo
tur Tos materiaes pertnenten a ses problemas, exponen
tess, sus resultados, sus puch, ss Inertdumbres® a
‘MACHR 1A sE1sroRtA 245
‘mundo en donde inicamente cuentan las series, en donde la
aleuladora es Ta reina, en donde el computador domina
qué representaria una pequetia foto, por donde se perderia
Chariot?
Por Io demés, que es un
pelicula sino un acontecimiento,
una anéedota, una ficeién, informaciones censinadas, um no"
ticiario que sittia al mismo nivel Ja moda de este invierno,
Jos muertos de este verano; que podria hacer con ella Ia
nueva historia? De un lado, la pelieula parece suscitar, a nivel
de la imagen, To acontecimental; de otro, se presenta, ef 10>
dos los sentidos del término, como manipalacién. La Dere-
cha tiene miedo, Ia Taquierda desconfia: In ideologfa domi
hnante ¢no habra convertido et cine en suna fbrica de er
suchios»? zno se ha preuntado J-L. Godard si el «cine no
se habria inventado para disfrazar lo real a las masass?* ZOUé
ssupuesta imagen de la realidad presenta, al Oeste, esta indus
‘ria gigantesca, al Este, este estado que todo fo control?
eDe qué realidad el cino es verdaderamente imagen?
Estas duidas, estas cuesfiones son legitimas. Sin embarzo,
{a censura esti'siempre abi, vigilando, desplazada del escrito
«al fibm y, en el fil, del texto a ta imagen, No basta constalar
que el cine fascina, que inquieta: los poderes piblices, el
poder privado, presienten que puede tener un efeeto corrost
se dan cuenta de que, incluso vigllado, un film es un
testimonio, Consigue desestructurar To que varias generacio-
nes de hombres de estado, pensadores, juristas, dirigentes 0
rofesores habfan logrado ‘ordenar en vin bello edificio, Des-
‘yftye In imagen del doble que cada institucién, cada indivi
iuo se habia constituldo ante la sociedad. La cémara revela
‘el funcionamiento real de aquellos, dice més de cada uno de
‘cuanto querria mostrar? Destela él secreto, ridiculiza alos
Iechiceros, hace caer las mascaras, muestra el reverso de una,
sociedad, sus lapsus, Es mds de fo necesario para que des-
ppués de ia hora del menosprecio, venga Ia de la sospecta, del
temor. La imagen, las imagenes sonoras, este producto de la
F. Fone, Sur quelques problomes posts nar fe développement de
‘visto quantitative, ea Socal Sclonce,Toformation sur fe seecles
octets» C88), pp. Ha Ua, Histoire quantative st fait historia,
ado en eat ‘vier,
“Sobre eses problemas ver, on stn lagu, J.P. Line, Cinna
1 idoiogiy ede le Nouvelle Cilgne, Bdions sociale, Wi, 230 ps
7. Recordemas los anaisis de Eadgaru Mons, te Cinna oi (horn
ie dimaginaie, Pars, Minult 1964, 20 pp, sezhoeso ca ecicon te
botlto'por Gautier, co. «Nietiatons,26 MARC FERRO
aturaley no pueden tener, como el ava nf ene, a
Tenguaje. La idea de que un gesto podria ser tna frase, esta
anlrada, un largo discurso, e5 algo totalmente insoportables
so significaria que Ja imagen, las insigenes, los transetintes,
esta calle, este sollozo, este juez distratdo, esta casuicha des.
tartalada, esta chica asustada, constituyen la materia de otra
historia diferente de la Historia, un contraanilisis de la so-
ciedad.
Partir de In imagen, de las imagenes, No buscar sélo en
cllas ilustracién, confirmacién, 9 mentis de otto saber, el de
Ja tradicion eserits, Considerar las imfigenes tal cual, aunque
sea para invocar otros saberes, para caplarlos mejor. Ast,
tuna actitud que recordara la de Febvre, de Francastel, de
Goldmann, de estos historiadores de la Nueva Historia cuya
Wocacién se ha definido. Hllos han devuolto a su legttimo
lugar las fuentes de origen popular, escrites primero, y no
escritas luego: folklore, artes y tradiciones poptlares, ete.
Queda por estudiar el cine, asociarlo al mundo que lo pro.
luce. ¢La hip6tesis? Que el cine, imagen o no de la realidad,
documento 0 ficeién, intriga auténtica 0 pura invencién, es
Historia; gel postulado? Que fo que no ha acaecida, las ereen-
cias, las intenciones, lo imaginario del hombre, es tanto la
Historia como Ia Historia."
II. Lo visible y to no visible
‘Aqui no consideramos el cine desde un punto de vista
‘semiolégico. No se trata tampoco de estética 0 historia del
Aquf se observa, no como obra de arte, sino como pio
Aucto, imazen-objeto, cuyas signifcaciones no son solamente
cinematograficas. Vale por Io que atestigus. Ast el andlisis no
se refiere nevesariamente a la obra en st totalidad: puede
apoyarse en extractos, buscar «series», componer eonjuntos.
La critica no se limita tampoco al film, intégralo al mundo
‘que To rodea con el que comunfea necesariamente,
En tales condiciones, emprender el andlisis de peliculas,
de fragmentos de pelfeulas de planos, de temas, teniendo en
Jp, Sobre cine sovitico ver la obra y i bibllogatin do Jey Lev
4, Kino, a Wisior) of the Passion and Sovet Tim, Louies, 5,
460 pp. Hemon ulimit asim fos trabajos de 1 Saouny Mk Bast
Dente y J May, y rotenao, de Chrscan Mave Zes proposes te
‘odoteriques ot Tanalyse du fmm en eSoelal Sesnce! Tatormation
sur les sclences Socials {agosto (8), 9p, MP AZL.
HACER LA HISTORIA mT
‘cuenta, segin las necesidades, el saber y ef modo de aproxi-
‘macién de las distintas ciencias humanas no puede bastar.
Hay que aplicar estos méiodos a cada sustancia del filme
(Gmgenes, imagenes sonoras, imégenes insonorizadas), & las
felaciones entre Jos componeates de estas sustancias; anali-
ar en la pelicula tanto el relato, el decorado, la eseritura, 125
relaciones del filme oon lo que no es la peliéula: el autor, la
roduccién, el publico, la critica, cl réyimen. Puede esperar
se asf comprender no tinicamente la obra, sino ineits0 la Tea
aed geerccea
For lo demés, esta realidad no se comunica directamente.
.” Tn Ta escalinala, el
obrero duda atin. Fl delegado ama en ugar suyo, le riBe,
cescupe ostensiblemente en la caja ée Ia escalera. Con la orden,
dde requisa en mano, el obrero no acaba de penetrar en el
apartamento; el delegado le chilla, hablando como el duet.
*Déjate de modales, tienes derecho.» Mientras a a vista de la
roquisa, le da si esposa a un sincope, el profesor acoge a los
cohabitacién. eNada de cohabitacion, particions exige el do-
Iegado. Con todo, el obrero y su hija van siendo tratados,
como pensionisias. Pero mieniras la joven, reservada, so quue-
a en la habitaci6n, su padre no se afvincona en Ta habitacién
que se le ha asignado y en que, los primeros dias, comia tor-
ppemente su refrigerio. Come en la mesa comin, y su hija ac
ba unigndosele, Los dos asisten a las violentas querellas que
‘poten a ambos hijos sobre la revoluciéa y el bolchevismo.
Es obvio que ni el obrero ni su hijo no alcanzan a entender
nada, Luego de una pelea, un policia viene a arrestar al ma-
yor, hostil alos boleheviques, que Jos inspectores identiiean,
por su uniforme de joven oficial; ni siquiera Te interzogan El
‘menor se enamora de la muchacha, el obrero presenta el pro-
fesor a su club, el club Karl Lieblnocht. Le reciben como 1m
amigo, da lecclones de quimiea que esos trabajadores incul-
tos consideran autéaticas sesiones de magia. Los obreros no
saben cémo expresar su agradecimiento al profesor que se
hace su consejero, su hermano. Pero la guerra civil sigue;
lay que luchar. EI'profesor y st hijo menor esti can los ro-
0s; el mayor, fiberado lace poco, se fuga al Indo de los blan-
0s, y muere en un combate,
18, Tos comllascorresponden a los textos de los ros.254 MARC FHRRO
2. El primer fie antisovitico Dias de terror en Kiev es
de ator desconocid." Fue realiado eh 1918 en Kiev bajo las
attordades alemanas que protest a Skoroptski Las Te
ios son bilingis: en slemén y en francés; cola lucha ant
wlevig'l eng nha ef conver eu al
lo, los tranceses desembarcnron tropes uo Ikjoy de alk, ch
‘Odesa, esta pelicula les va asimismo ligida.
4) Los rojes han tomado el poder en Kicy. La violencia
y el crimen imponea Ia lay. Los fespetable cludadanos son
despojados, sus casas ocupatas, Die Bolschowiston Greucl dex.
cribe la tegedia de una de ests familias dela poqueta But
fucaa, El padre ha perdido su empleo, la mujer y'el son ex
pulsados del piso por st sntiguoeriado «que ocupa importa
tes faciones eatre los bolehevigues». St hija. equ tae
con ellos, quiure ayudales,protegsls, Peto tos pastes
echazan este dinero ganado el signa, Pronto el pe.
dre se vera enviado » trabajos forzadosy Con ayuds Je an
amarads, tambien vido fos Bolehevigues, la Hija intent
Organiza’ st aga al extranjro, Pero el pad, la made,
Aumigo, son vetimas de tna provocacibn montaa par el sk
{uo eriado; son descubierton, arrestads,feslados,
9). Los detalles dat guid, Ia puesta en escena acentéan
Ins caracersticas de esta snapas, Bntse low botcheviques
reins Ta promlseuida, la lorpezm e¥ son los que nos gablee
pane. Titan por los siclos 4 un chéler de un principale pe
gan una pala, toman sus efectos, lo despojay, 1 quitan el
foche it el comfuariado, que es un auéntcy agualage, el a
Coliol muna‘ borbotones; ls Snspcctore son arvopantcs cam
tos ciudadanos, dies ante sus superiors; ef miedo eth
{2 todas pares: En el campo de trabajo, el reaponsble es un
Brgues que se ha pasado, tanto més ititable oon las ‘vie
LUmas; este sidico xno sente ningdn respeto por as canas mi
Tors patois, Bor joven barge pasa sun ln
Informa alos bolcheviques de lo que tran sus amigos.
contacto con los botchevigues se a mialeando, =
Eni burgueses, por el contri, orden, honestided, reo
titud: Cuando fos gaomerros se instafan en sus casas, aa'iom
tan a su mess, acaban Is comida, el viejo no pied ou
nied, Este drama pone st espoxa a prueba, se desmaye,
44, Yelicula de promapande alemang, rodada en Kiev en 1819 con
scores ruses. La pelican este precedida dn un thonje de doctner
{on tiulado “trocids botchevigues. Dura die minutos, Netonal Fim
‘etive Catalogue, Londres, say parte ly ne Te.
Ace La teisroRta 255
Despuls de maldecir 4 ta hija, Ia abraza cuando ésta quiere
aya Fon padres: hasta a ele dja clare ie
3. "Sis comparan ambos fmes,reatizados a pocos meses
de distancia, uno entre blancos y el otro entre rojos, se cons-
{ata que, paradéjicamente, tienen rasgos comes, cuando no
1a misma tematiea:
semen fprelema entre fos venedores de Oetbre
la peuein Durguesias
Pir Tr objetivo es hacer ver que fa cohabitactén Ta fasion
de ta cases es posiblefimpostble,
et fragmento traumaticn en el tema principal es la ex
pals 0 la particion de um spartamento basrues, La madze
Fealta més scnsile's ello que el resto de la fornia, Meso
Honente, las vetias babiten bajo tierra: unas antes de
Octubze, én el flime bolchevique, otras después de Octubre,
en el filme antibotchevique:
con ol hecho Fevocionaro, Ia vids politica hace frrup-
cién en el interior de la oStuta fia, fe disuelve:
2 Secuencia finales tigi, pero, por dow omisiones sae
nificativas, no se ve mori al bijo mayor (ost a los batche-
‘Viques) en Integracion, nl taxipoco se ve a la hija de Dias de
Terror adaptarse a un micvo Sepimen
‘Otras equivalenclas, otras semojanzas superan fa voluntad
consciente 0 inconsciente de los ulonistas
wan Tos dos files tn kifo es el oripen de Ia aproxima-
cia de las clases
No bstante, s¢ da una diferencia: en Dias de terror, Ja
Inicintivn viene de la hij, sfupadas ee st casa, To. que’ D0
fesulka convenient. En Integacisn, es el hijo menor el due
fe enamora» de ln obrera, que ha eonservado una actfud
‘muy reservada, manifestando su Buena edicacién. Ax, son
dos peliculas cuya fnalidad es tnverss, pero que defnen,
ambos, el bien o el ral a parte del mismo signo, el ebmpor
famiento de Ia imichachs, Lo que nada tiene de sorprendente
ten una pelicula que deflende Tos prineipios de la moral tra
{icionalTo resutfa ya mas cuando se saben Tas intencfones
de Linacharskt sobre fa emaneipacion de la mujer. Para para el pueblo?
wwf ninguno de los dos Simes son obreros tos activists
Fin Uplotneni, el delegado de harvio que Hleva Ia chaquta
de cuero toma todas las decisiones; el obrero obedece; en
Dias de terror, Ios boleheviques son soldados, mariners,256 MARC FERRO
‘un eriado, pequefios burgueses, pero no obreros, Cuando el
autor quiere estigmatizar al enéelmens, muestra las maldades
dde tos xcanallass, y pone ef rétulor sy ellos lo gobiemans,
ue va seguido dé tun plano de aetualidades, que no muestcn
@ obreros, sino a un conjunto de soldados.
Vemos que de estas peliculas estin ausentes las grandes
‘medidas que tradicionalmente se atribuyen al rézimen bok
chevigue: deereto sobre la tierra, decrota sabre la par, ete. Lo
mismo se diga de otros filmes de aquellos aiios, sind de los
Dlancos, va que sus realizadores emigraron, cuanda mends de
Jos soviéticos; tardanin afios hasta que las grandes medidas
de Octubre ocupen Ins pantalas a guisa de lorificaciOn.
La explicacién depende primero del aleance real de aque.
Mos decretos de 1918. gE decreto sobre Ia paz? A la guerra
simpesialista» sucedié la guerra civil, més la lucha contra
4a intervencidn extranjera. ZB! decreto sobre la tietra? Ea
1918 no se habia olvidado afin que los campesinos se habian
atribuido la tierra solos, antes de que Octubre legitimara
¥ extendicra Jas medidas de expropiaciéa, Tampoco podian
los biancos evocar otro problema, la suerte tragiea de los
‘obreros del antiguo réeimen; ni tampoco Tos rojos abordar et
problema de la autogestion de las fabricas, puesto que lo que
ellos llamaban control obrero anuneiaba ef fin de los comites
Ae fabriea, Se comprende que todas esas censuras limilaran
singularmente el campo del filme politio.® En el marasino
general, est claro que el partido bolchevigue tiene necesidad
dle la burguesta si quiere regenerar la economia. Lo sabe; Tos
blancos lo saben también. Ast, los protagonistas centran su
Propaganda sobre los problemas que realmente trauunatize.
ron més Ia masa flotante de Tos pequefos burgueses!, In
pérdida del hogar, Ia apropiacién de bienes de consumo, ef
‘mestizaje social. En esas fechas, como la partida no estaba
‘terminada, los blaucos quieren, ‘para disuaditia, enloquecer
8 esta pequetia burguesfa, Por st parte, los rojos, para ganar
sela, intentan seducira,*
5 Yer Jor Lea, oi, cop. VI
1, A ott ive, lov dos ‘fhmes ponen igvalmente de manifesto
Ja tnrapetn de fan elases populares Gn tn desction te los nowerios,
ep mest Revolution ide 17 (tomo 2) que saldrd en Auber Many
i
Fs enetrnsraranoreroomnecneiatentenestnvetonrnveeisenmennenen
HaceR 1A r1isroRIA 237
3. Una serte: andtisis de documentos de noticiaios:
febrerooctubre 1917, Petroprad, cortejos
de manifestantes por las calles
Buscando cl acontecimiento més que To cotidiano, el caza-
dor de imigenes filma s6lo In realidad no reconsttuida, No
puede, sin embargo, alcanzar el fondo de los problemas pues
os resortes de una sociedad no se ofrecen necesariamente
ala visia, Ademés, su dependencia frete a imperativos de Ia
firma que lo emplea, sus usos, Timitan el campo de sus acti:
vidades.
‘No quita que, siquiera limited, 1a riqueza del doctrnento
notielario, escogido, reducido, seccionado, montado, siza sien-
do irreemplazable. Se medina con un ejemplo muy banal, uma
‘manifestacién callejera.
La documentacién ¢s relativamente abundante: ademés,
como el movimiento revolucionario duré varios meses y el
itinerario de las manifestaciones fue a menudo el mismo, por
as perspectivas Liteini y Nevski, 0 en dircceién al palacio
de Téurida, Tos cémaras musos, ingleses, franceses pudieron
fijar Tos buenos dngulos para tomar vistas.” Esta eirounstan
cia explica Ia existencia de una auténtica eserie» de docimen-
tos sobre las manifestaciones callejoras, Estos planes som
Kicilmente discemnibles deste ef punto de vista cronolégico
leracias a las inscripciones escritas en los banderines, a mente
do filmados de cara 0 de tres ctartos. Asi se Tee: e|Abajo el
antigo régiments, «Viva Ia repliblica democréticny, «Viva
Ja asamblea constituyentos, «Sin derechos iguales para las
mujeres, no hay democracti, «Sufragio igual y directo para
todos», cuando estas consignas se encuentran asociadas, =
‘que Ta’ manifestacién tuvo claramente lugar a principios de
4a revolucién. Otras imagenes de manifestantes datan sin
ugar a dudas de Ia crisis de abril; leemos, efectivamente, en
Jos banderines: «Paz sin anexiones ni contribucionesr, «Abajo
Ja politica de agresiéns, y en sus advertatios, «Guerra hasta
Ja victoriaw. La manifestactn del 18 junio se fimo muy bien
«iAbsjo Ios sels ministros capitalistasls, «Viva el control ob
16, Un thventaro de Jos plans esté en preparecén. Ua. eatéloga
fe fos planar qe std en in URSS os agcetbles Kine # Foto done
Ienty po itor velikown oktjabrja, 107.020, Rosca, 188, 34 bo. Las
ondictones de predleclan ‘eatin expuestas en Tay Lives, op, cl
THEI Primero de Mayo aparte, Por lo. deeds, en agus Sas
‘anifesticiones no tavieron Tuga en le pesspectras Lites} ¥ Nevsk,
sno en Is pla de Campo de Marte28 MARC FERRO
ro gre a proucsny, civ ap de 0 aon, ira
rade’ Abajo la dung. Ulleriormente encontramor &
ios manifestantes con los taisuos slogans; los ms frecuentes
‘on «Guerra hasta la victorias, sPar genera, «Paz in anexio-
2 Ee '
Frente a estas imigenes podemos hacer constataciones
Ba marzo, cuando el frente del cortejo svaaza, lo tenderos,
Imirones de los barrios pequetioburgueses en el centro de la
‘uulad spleuden y pronto dejan de dlstingurse de los mani-
festantes, por haberse aglomerado al corte, Las mujeres
son numeross. En abrily en mayo, las manifestaciones avant
zan mds diciplinadas, con bandcras y bandrines. Miones,
fenderos, transetntes miran 0 acompanan a los manifestan:
tes, pero'sin dejar ln acer; no ae les unen, En Junlo, dante
Feo, a mac de ow iets ex mos compact,
el pailico se entrega a sus negocios, Presta poca etencldn
fon denis paca; an doble servicio do orden, con cordon
de tropas, da sopuridad a Ts manifestacion.
‘ASL in imgenes prestan una especie de periodizactin de
las relaciones entre fos manifestanies y los pequefloburgue:
505 del centro de la capital: unidad primero, iuego simpatia
@ indiferencia, finalmente temor u hostilidad. ‘Nada evo,
Como vemos, con relaciin al saber tradicional, salvo Ja com:
SlesciOn directa del movimiento de la revolucién, desde el
extraordinario tumullo de los dias de febrero Pata las ma
hifestaciones alegre, luego serenas, y ya tensas, deseagana
Sas, de oe mses aiguenten,
“ona segunda Lectura hace surgi, empero, un hecho nueva:
130 ten apenas oreron ere ton hs manana Ta
‘mayotia est4 constituida por soldados; entre los civil,
{as mujeres dominan, més lor dese feministas que ls dele
{clones obreras,y también las delogaciones do los naclonay
Tidades (bund, dashnaks, etc). La felon confirma. En Oct
bre de Elsensicin (1926), cl manifestante que en febrero, sia
In bandera sobre in eclatua es uaa mujer; la masa que sigue
blande hoces,Tusies, no marills, Dos veces se ven eas
hoces, esos fusiles, For su parte, ios abreros no ayarecen
antes de las inanifestaciones do julio, para Ia preparacion
de la insurrecion de Octubre. De hecho, la leonograia condi
tha que entre febrero y ectubre, ls das del | de mayo y 3 de
filo parte, la partcipacion cbrera en las manifestaciones
decfes feo rmuy tartar.
7 “Fpe ait To que pone en tela de juicl una tradicién s6tida
mente arraigada, qu no sabfa ms que de las manifestaciones
HaceR ta sersrortA 259
de masas, de obreros y soldados. Las imégenes, all incitar
una verificaci6n, podemos apercibimos de que entre febrero
¥ octubre, los activistas que hicieron irrupeion en la sede del
Partido Bolchevique para obligatle a encargarse de las mani
festaciones de abril, junio, julio, no eran ‘nunca obreros sin
soldados. En realidad, si los obreros no se manifiestan por
cl centro de ta ciudad, es sencillamente porque, la mayorla
gcupan y gestionan tas fabrieas. Una pelicula de flecion de
Pucovkin hace ver este reverso del problema, en El fin de
‘San Petersburgo: se disfa que antes de febrero, los obreros se
retinen en sus casas; Ia fabrica es una fortaleza hostil en la
gue se va a trabajar, se wielve por Ja noche; durante las
demés horas del dia o de Ia noche sus alrededores estan var
ios; entre febrero y actubre son fos domicilios que estan
vvacios, pues In vida se ha transportado a la Fabrica, conver-
‘ida, con las calles de los alrededores, en ciudad lena de
‘murmullos y en vivienda de los trabajadores.
El silencio de la tradicidn en este aspocto det movimiento
revolucionario se explica, Para la historiogratia botchevique,
‘otar Ja rareza de los obreros en las manifestaciones ‘alle.
Jeras, explicarla por ocupaciones de Fabrica equivaldria a ad-
Imitir que las medidas tomadas ulteriormente para poner fia
‘Ia gestién obrera iban contra el sentimiento general. Ademés,
Ja tradicién marxista no podia atribuir el éxito de Ins grandes
manifestaciones callejeras, en abril, junio, ete, @ esos solda-
dos que el Dogma y la Ley definen como «campesinos con
uuniformes.* Reconocer el papel de vanguardia, siquiera par:
ial, no de Ios obreros, sino de los scampesinossoldados»
cequlvaldria, esta ver, no a desealiicar fos actos ulteriores de
los oleheviques, sino a poner en tela de juiclo el dogma
sobre el que fundaba su legitimidad.
Tisos ires ejemplos ponen de manifiesto que tna pelicula,
‘ea la que sea, se ve siempre desbordada por su contenida,
Permiten alcanzar cada ver una zona de historia ocalta, incap-
table, no visible. Con Segtin ta ley, se notan actos falldos
de Tos artistas, de la critica oficial: revelan las interdicciones
zo explicitas de los principios del terror. Los noticiarios han
revelado a un tiempo la populatidad de Octubre y han puesto
Al deseubierto los aspectos falsificadores de la tradicién his.
‘rica, siendo ast que estos noticarios de por si, por la com.
prensién det acontecimiento que suponen, ocultan una parte
18, Boe
6, Como se ha hecho ver en Le solar russe,
Annstess, TOS,260 ane FaRRO
de la realidad politica y social. La comparacicn entre ambos
filmes de propaganda ha hecho ver la distancia que puede
existir entre la realidad histérica eaptada a nivel de To vivido
¥ sit puesta en perspectiva. Pone igualmente de manifiesto,
‘como una clase dirigente ha sido expulsada de Ia Historia,
Reunidos, esos ejemplos, esos filmes, desmontan wn tanto
la mecfnica de Ia historia racional. Su andlisis ayuda a coum.
render mejor In relacién entre los dirigentes y la sociedad.
Lo que no equivale a decir que la visién racional dela historia
no Sea operativa, sino solamente recordar que el anslisis no
puede ser, por el privlegio concedido a una sola aproxims.
«isn, totalitario,
Paris, julio 1971
La fiesta
Bajo la Revolucién Francesa
por Mona Ozouf
2Oué espectéculo se considera hoy terminado si noha
Jogrado ser uma fiesta? ¢Qué futurologia no nos promete Res:
a8? La fiesta ha invadido el vocabulario del ensayo politico,
de la critica teatral, del comentario literatio. A veces dentro
die una intencién restsuradora, que Ia nostalgia marca: plies
Ja sociedad que dlscurre sobre las fiestas no tiene mis’ que
fiestas empobrecidas en Ia alegria privada, o degradadas cn.
un neofolklore encargado de aguautar na falsa memoria
colectiva. Oviza también, dentro de una intencion profet
desde mayo 1968, que los comentadores con tanta frecuencia
hhan visto como una revancha sobre nuestra desnudez cere
‘monial, aguardamos Ia fiesta. Nos ha sido prometida por la
reflexidn politica lo mismo que por la reflexién. teologica:
ésta estd ocupada en rehabilitar contra los valores pacientes
¥¥ tensos del trabajo, la gratuldad festiva; ' aquella espera de
Ja Revolucién que libre la felicidad, no a plazo, sino inmodiay
iamente, y se confunda con el eterno presente en que se abe
sorbe la festa
La historia, por su parte, se ha preocupado mucho tiempo
‘ms de Ios trabajos y esfucrzos de los hombres que de sts
diversiones 0, como se quiera, de sus distracciones. Si las
fiestas se convierten ya, de pleno derecho, en abjeto de histo
SOM ce ome, ver Hamer Cre, La fn, des fous, ensayo
teoldaeo sobre las nociones dev Resta y fantasia Suit, ent; trsen
Moutuas, Die ersten Fraialasonen det Schopraneorsuche ber Hie
rede at der Preto und das Wohigefalen am Spt: Monch, Kaiser
Vera,
2 Sobre ste tm, ver los, trabajos que ha inspired 4 varios co-
smenindotes of lira de mayo 18. at, Teun Mars Boxter Tos
oie‘ mouvement, «Bsprity 85 (eposto-aept. 168), Be Crane,
EEmete et te play La Table roan, ov BI 2D (he, iheners BOY,
René Pise, La fete de mal, xPrance frais (octnoy, 188,