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Jocelyn Maclure Charles Taylor LAICIDAD Y LIBERTAD DE CONCIENCIA ‘Traduccién de Maria Hernandez Alianza Editorial ‘Tl signal Lai ir de censince ‘esr olor deh coi de ae pred po Ly us Ses pnt de pi lo ml aden dopa encore a, 1 pin pu enero page, dangees ocosnaienn ee, ‘sen dn oen pn nc fei, ato en om tamara rp ‘sso eacin atc jae em cali ie te porto cence ne cule mais epecpesan| © Les Eons da Box, 2010 © del adc: Mais Heinder Diez, 2011 © Alina Edo. A, Mai, 2011 (Calle Joan Ignacio Lica de Tens, 15; 28027 Mais 9139548 68 snnalamaediail es ISBN: 978.84-2065261-0 Dept lei M, 11548-2011 Foteomposcién empress E54. argue Inds es Monn 28850 Ton de Adee (Madi) Primed in Spin (SL QUIERE RECON mitORNACTON PaNGDTCA SOBRE LAS NOVEDADSS SE ICA SOBRE LAS NOVEDABES DE ‘AUANZA EDITORIAL, ENVIE UN CORREO FLECTRONICG FS Geen alianaedicoval@anayaes SE PROLOGO| INTRODUCCION, INDICE, PRIMERA PARTE PENSAR LA LAICIDAD ‘PLURALISMO MORAL, NEUTRALIDAD Y LAICIDAD, Los PRINCIBIOS DE LA LAICIDAD. ‘LoS REGIMENES DE LAICIDAD. LA ESPERA PUBLICA Y LA ESFERA PRIVADA. LOS StMBOLOS ¥ RITUALES RELIGIOSOS EN EL ESPACIO POBLICO. s El uso de simbolos relgiosos por parte de los ratios del Estado. a EI patrimonio histérico eligios a 33 a 3 70 as 8 tatcrDap YnaseRtaD DE conctENCIA 6. LATAICIDAD LIBERAL-PLURALISDA: EL EJEMPLO QUERE- Quen... 2 i ‘La tayectoria dela lsicidad qucbequense El consenso.en torno ala laiciad abierta.. SEGUNDA PARTE PENSAR LA LIBERTAD DE CONCIENCIA Preanesuo, 7. LA OB1GACION JURIDICA DE ACOMODAMIENTO RAZO- ABLE entero oe 8. 7THENEN 14S CREENCIAS RELIGIOSAS eGUSTOS CAROSi? Bleccién, cicunstancias y responsabilidad individual Neutralidad y discriminacién indiveca El escauto de las convicciones de concicncia 9. ELCONCErTO SUBJETIVO DE LIRERTAD RELIGIOSA Y LA, INDIVIDUALIZACION DE LA CREENCIA. onsen 10. Ls OBLIGACION LEGAL DE ACOMODAMTENTO EAVORE- CEA LA RELIGION?, ae ‘Las convieciones de concienciareligiocasyscculaney El problema dela proliferacin El problema de la instrumentalzacién. 11. Los utes RAZONABLES A LA LIBERTAD DE CONCIEN. Cran : CONCLUSION. Et FUTURO DE LA LAICIDAD. DEL DIsTAN- CIAMIENTO DE LA RELIGION A LA ADECUACION DE La DIVERSIDAD.. ‘i ‘ Novas. B 74 8 87 93 93 97 100 PROLOGO En febrero de 2007, el gobierno de Quebec establecié la Comisién consultiva sobre pricticas de acomodamiento relativas alas diferencias culturales (CCPARDC) !, Cuan- do se crea la Comisién, la cuestién del lugar dela religidn cn Ia esfera publica y, en concreto, Ia de las peticiones de acomodamiento basadas en la religién animaban el deba- te piiblico quebequense desde hacla casi un afio. Este li- bro nace en el marco de la CCPARDC. Los dos hemos tenido el honor de formar parte de esta co share les Taylor como copresidente y Jocelyn Mclure como ana- lista experto. : El encargo més importante durante la preparacién del informe definitivo de la Comisin fue la redaccién del ca- pfculo sobre la laicidad. Este libro procede de dicho capi- 10 .2icIDAD ¥ LipeRrAD DE CONCIENCIA tulo, Evidentemente, un informe pablico no es un tratado de filosofia. El informe de una comisién gubernamental debe ser claro, inteligible, conciso y, sobre todo, estar de «ado por entero a comprender los desafos sociales y pol ticos que debe esclarecer y a identificar vias de actuacién concrets. Un informe de este tipo tiene que cefirse a lo csencial y dejar 2 un lado una serie de cuestiones. Nuestro primer objetivo aqu{ es profundizar en las tesis esbozadas cen el capitulo 7 del informe final y seguir teflexionando en. ‘uevas direcciones. Todo parece indicar que las invesi- gaciones actuales en ciencias humanas y sociales sobre la laicidad, sobre las diferentes formas de la experiencia rel giosa y sobre la adecuacién de las distintas creencias (secu- laces, rligisasy espirituales)estin en vas de experimen” ‘ar una renovacién teérica importante, a la que deseamos. Queremos agradecer a Gérard Bouchard, copresidente de la CCPARDC y coautor del informe definitivo, la com- prensién demostrada hacia nuestro proyecto, Ni que deci tiene que las ideas expresadas en este libro son exclusiva. ‘mente las de los autores. La CCPARDC, si bien ha realiza- do sus actividades en un contexto social y politico a veces complicado, ha sido una oportunidad extraordinaria para aprender y dialogar. Nuestro agradecimiento a todos los que han parccipado en ella, especialmente a su personal y al comité de expertos. También hemos aprendido mucho de las conversaciones que hemos mantenido en el curso de los tiltimos afios con colegas como Micheline Milot, Jean Baubéror, Rajeev Bhargava, Tariq Modood, Daniel Weins- tock, Pierre Bosset y José Woehrling. También damos las gracias a Frangois CbuéVailancourt y Julien Delangie por prowoco IT su valioso trabajo como ayudantes de investigacién, ast como a todo el equipo de la editorial Boréal, entre los que se encuentran Jean-Philippe Warren y Jean Bernier, por sus comentarios sobre el manuscrito y su profesionalidad. Fi- nalmente, nuestro agradecimiento a Isabelle y Aube por su infaliblee inestimable apoyo. INTRODUCCION La adecuacién de la diversidad moral y religiosa es uno de los mayores retos a los que se enfrentan las sociedades con- temporsineas. La cuestién del «acomodamiento razonable» levantas pasiones en Quebec desde 2006. No hace falta de- cir que exe rineén de Canadé no es el tinieo que debe supe- rar un desaffo semejante. Todo el pais ha luchado contra problemas dificiles, como el arbitrje privado basado en la sharfa en materia de derecho de familia y el estatus jurfdico de las uniones poligamas. En otras partes, Francia ha teni- do sus crisis del fular, ys més recientemente, la apologia de |a «laicidad positivas por parte del presidente Sarkozy ha teabierto el debate sobre las relaciones entre politica y reli- gin. Gran Bretafia se pregunté sobre la integracién de los inmigrantes musulmanes y sus hijos en la sociedad britini- 14 LAcInAD Y LIRERTAD DE CONCIENCIA ca was los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres. Los pilares del multiculturalismo comunitaista holands se sa- ‘cudieron con el asesinato del cineaste Theo van Gogh por un extremista que se declaré musulmén. Espafiolese i nos se preguntan sobre la relacién entre la moral catélica y los retos de la ética sexual y la bioética, como el aborto, el suicidio asistido y los derechos de los cényuges del mismo sexo. Dinamarca fue, durante la controversia a propdsito de fas caticaturas de Mahoma, el epicentro de un debate mun- dial sobre los limites de la libertad de expresién y la per- tinencia de las leyes antiblasfemia. En Estados Unidos, el lugar de las exeencias religiosas en el debate puiblico y el sen- tido de la separacién entre Estado e Iglesia son objeto de una rellexién continua y apasionada. En Turqufa se reclama 4a apercura del régimen laico radicalmente republicano es- tablecido a principios del siglo xx por Ataturk desde que el AKE, un partido politico dirigido por musulmanes practi- cantes, ganara las elecciones en 2002. Por ilkimo, la demo- viacony 29 ] be = Estado favorecerd, por ejemplo, el desa surollo de la auronomia y exponiendo a los escolares a dis- tintas visiones del mundo y de Tas formas de vida, el Estado democratioo y iberal hace Ta tarea mas dificil a los padres SGenpEPN nies pe a influencia de Ta sociedad mayorttarla para perpetuar un on ange Ay eeerm pT |S come Como hemos visto, este posicionamiento en favor de ciertos valores de base es constitutive de ls democtacias libe- rales. No se trata tanto de cuestionar ese posicionamiento como de en GE i eT TS emotion 7 Mera na pacer Se THT oe TA de los ciudadanos, el Bada dnd sv igual yer tad para perseguir sus propios fines. El Estado oma parti do entonces a favor de la igualdad y de la antonomia'de los Ay 8 ey ] con SIN Conviceiones, perp no pueden imponer alos demis TTomando un poco de perspective constatamos que el “deal de una sociedad en T-que Tosh 108. Rasen aun scone entero sobre apne UE a base, a. ¢ rijan por diferentes con- monet hia Eos ae ‘moc elo se desmarca claramente del tipo de sociedad en la que el germen de la unidad social 30 PENSAR LA LaIcIDAD se encuentra en la religién comtin y en el consenso respecto urfanimidad es la que se expresa quizés mds claramente en las condicionerdea paz teligiosa restablecida en Alemania ante del siglo xvi: eujus regi, gj rl fad y la unidad del pats. El paso de un tipo de unidad a otro no est exento de “Hos SON Gficialmente ateos, han intentado basar la unidad nacional en una filosofia secular a la que los citudadanos y eitalganos regimenes comunimas 0 AacoTalistas, En esos asc 3 CEPR TENGON, pero TRUE ET Pie Fs premisa de la necesidad de una vision dé Tondo CORTE i fanos a principe fel cambign We que cualquier venta devas ‘etal TT er cons oo fentales deben speeder por tanto neon parte ‘mo ocurre actualmente en Estados Unidos ses curopeos donde los represencances de la volar eorex pee dems vergence we Tot motives profundos, es radicalmente diferente”. Una socie- se encuens en ad OPE TRATIOY Tos oe PLURALISMO MORAL, NEUTRALIDAD ¥ LAIGIDAD 37 dara uso el cone (Cano de bacer frente ala temida “eS eS No parece exagerado decir que ef Quebec francéfono anterior los afios sesenta encarnaba en cierta medida este modelo de cristiandad. Aunque ninguna Iglesia estuviera cetablecida por ley, la poderosa corriente del nacionalismo ‘catdlico canadiense-franeés actuaba como vis aque debia sumarse a colectividad; esta adhesién se conside- zaba condicién necesaria para la supervivencia de la culeura canadiense-Francesa. La religién catdlica era un marchamo fandamental de la identidad de la nacién. Esta corriente fue fuertemente rechazada por aquellos que prepararon el tere no ala revolucién tranquila, pero, una vez més, la premisa de que la unidad nacional exige la unanimidad sobre los fines colectivos ha dejado su hull i cavrsno2 LOS PRINCIPIOS DE LA LAICIDAD La aicidad debe entenderse por tanto en el contexto més general del ideal de neutralidad al que debe aspirare Estado si quiere tratar a los cudadanos de Forma ji idad . _ Hl Y\) micea Tos Extados dermoctiicos y Mberales respetar por igual valores diferentes. Pero, concretamente, zqué es la laicidad? Lalaicidad no se explica con férmulas simples como la «se-] | paracin dela Iglesia y el Estado, la eneutralidad del Esta- SaaS Sea a oe aS ; aio piblicon, aunque todas estas formulas cnleren GTA arte de verdad. Ta Taicidad descansa mds bien en diferenc prinelpios qe cumiplen Runclones especiicas, ———— Bs importante entender que la laicdad esté formada por un conjunc de valores y medios o «procedimientoss tan ponies ee eee | | 34 PENSAR LA LAICIDAD foximamente unidos que es difcil separarlos. Por otra par- Sr eee salida en los debates tedricos y pricticos sobre la laicidad i radica en el hecho de que los fines y los procedimientos de In iid nose dxingan con sufiente dara Uns sible consecuencia es que los medios adquieran un estaus cauivalenteo incluso super al d los ns uc peeaa Q sltarel Esado ica, Para novos ta Jac esansa en oe \ ay dela ila de ho yla sn aaa imniten la-eje imo en dos prgeedinaTentOs GUE pel Secucién de estos principios, a saber, la separacién de la Iglesia y Estado y la neuealidad del Estad epee la Les proceiniens dela aad Sea ate contingentes que nos podamos ahorrar Por dl canirario, son _disposiciones instinnc lispensables. Como veremos, pueden interpretarse sin embargo de formas diferentes y re- sultar més 0 menos petmisivos o restrictivos respecto a la prictica religiosa. Un régimen democritico reconoce, en el plano de los ‘tipiosel mismo valor moral o dignidad a todos los ciudadanos y por tanto intenta darles el mismo. rato. Par ~lograr este objetivo es indispensable la eparaciGn de la gle- sia yr ligiones y alos movimientos seculares. Vor una parte, comme ty el Estado debe ser el Estado de todos los cdactnosy enon adop Wes conceptos del mands F del Bisa debe idencificarse con una ssigiin 0 una vin del mem ¢n pariculat, Por ese motivo el Esado y la tsligin vee Aimbitor dE competencia. La fusién entte poder politico y 108 PRINCIPIOS DE LA LACIDAD 35 ‘un concepto religioso o secular del mundo convierte a las jesonas que no abrazan Tz doceina ofcal del Bstac oti Tadanos, el Estado-cebe wer Caper Ae JORURCAT ante cada uno de ello ls Wecisvones que Toma, To que nO poara hacer ‘si favoTece un concepto particut Tanto, fen’. ia Para tratar con eTinismo respero a lich, es decir, derivadas de lo que podria car, ¢5 decin, derivadas de lo que podriamos lamar una moral politica minima» y potencialmente acepeibles para rods Jos ciudadanos?. ‘No obstante, la igualdad de trato no es el inico fin de Ja laicidad. Como ha sefialado Martha Nussbaum, un Es- ‘ado que restrinja significativamente la libertad de con con la misma consideracién *. La implantacién de un Esta- do Taico_pretende asi ro Tibertad de con- ciencia de tos uddanas.Al mosis eagnéstico» sobre | tuestion de la finalidad de la existencia humana, el Esta~ decistonres en conclenda, Los concepros del mundo y del bien an sido objeto histéricamente de profundas desave- neha, Yas preoe TAT un camBp en Sea Coa estructurante de la vida moderna. Como hemos visto an- tes, nada hace pensar que la razén préctica tenga la capaci- ide decide ere f custon dela finale dima. de ‘a exisrencia Mas ue iar un Sanco del mando y det Bieta Tos ciudadanos, el Estado laico respeta su libertad —e—rrerrorrrrmree 36 PENSAR LA LaLcIDAD lecir, su derecho a su vida a la luz de sus propias deisiones en concien- Gia Tambien intentand defender esta iberca neta que defiende la igualdad entre hombres y mujeres ola Tertad de expresis fe esta perspectiva, como vere- mos, a veces estén ustificados los acomodamientos reli- glosos. ‘Que la laicidad aspira ala igualdad de trato de los ciuda- ddanos y a la proteccién de la libertad de conciencia es atin ‘mas patente si tenemos en cuenta su desarrollo histérico en Occidente. Los principios de separacién y neutralidad nacieron del desengafio con los regimenes monoconfesio- nales instaurados con el objetivo de acabar con las guerras de religidn. Habla que redefinir el Estado no y2-como ins- trumento en manos de los Tatdlicos 0 de los protestantes, sing como poder piblic contra vik : imumataade por muy vacllanees y paras Que eran al principio, iban acompafiados de la implantacién de re- fimencs de tolerncia religioes que peonidan una mayor liberad-G-a cero de Tor culos ante? PORT. En cesta linea, Ta primera enmienda de Ta Constitucion esta- cuando se Vea ilegitimamente coartada, de la misma ma-~ 10S PRINCIPIOS DE LA LAICIDAD 37 ~ ‘cimiento y la proteccién de Ja libertad de conciencia y ae) fatto de as personas, ————— Podrlamos decir también, con Micheline Milot, que la daicidad es euna adecuacién (progresiva) de lo politico en virtud de la cual la libertad religiosa y la libertad de con- ciencia se encuentran, conforme a la voluncad de igual jus- ticia para todos, garantizadas por un Estado neutral respec. to a los diferentes conceptos sobre una vida plena que coexisten en la sociedad. Ta Taicdad es una forma de go- bbermanta PONTICR que basa en dos igualdad de eato yTaiberad de eo cedimientos: la separacidn de Iglesia y Estado y la neut Ged dal Esa rapara ala mgons y oe novi secu algunos aucores han visto con acierto que los regi- menes laicos descansan en tin equilibrio precario entre principios dferenciados, nosotros creemos que los fines y los medios de la laicidad no se han distinguido con sufi- cience Caridad en los trabajos académicos corzespondien- tes en ciencias sociales, derecho y filosofia. A modo de cjemplo, Nussbaum considera que el modelo estadouni- dense de laicidad y libertad de conciencia se basa en los se principio sigue: a gual el cro quesedae todos por igual, la libertad de conciencia, el acomoda- dounidense estipula que el Congreso no puede adoprar _ fl JX ninguna ley que establezca-una seligién o que probiba la ‘neato, el-no-estaBlecimaient® y te separacion”. En el in- libre préctica (fe etrcice) de una teligién. Asimismo, la 4 (fforine Stasi sobre la aplicaei incipiode Ia laicidad i ley. francesa GoUOS Ob Hida eae la separa @ Francia, la laicidad se asienta en tres principios: la liber- cidn de Iglesia "Estado y al mismo tiempo decreta la li- tad de conciencia, la igualdad de derechos de las opciones | bertad de culto de todos los ciudadanos. En estos dos ca- cspirituales y eligi . 05, la separacién y Ja neutralidad pretenden garantizar la blicos®. ‘Todas estas definiciones tienen el mérito de reco- | igualdad de los ciudadanos y van acompafiadas del recono- “Trocee-queTalaicidad se basa en varios principios. Una and- | i hx ® Spi * orl whut ee ee paso mis alld. No todos los principios de la laicidad son el mismo tipo. La igualdad de trato y la libertad de con- Eerrgery eee ea eg te ee aceon del Enada),tencras que la nevtralidad, ln separa. cién y el acomodamiento son lo que podvfamos denomi- 38 ta =pFinciposinsttucionalesedeivados de Tor prinepion de igualdad de trato y de lbenad de concienca- De mods andlogo, el principio de la separcin as Tos poles ce, tivo, legelativo y judicial no ex un principio mora Sete. ta de una disposicién insticucional indispensable que pre- teade como demasavon Locke y Monteauien, prs Ta libertad de los ciudadanos y evitar la titania. El valor de loeeprincpios inetactonateorer derivado qu ierin. seco; son-medios funrdamentales para ta-Featizaciore fi- nerprOpiameTe Mote “Tr compljidad inhereore Ne aicdad se puede enten- der mejor cuando constatamos que comporta un conjunto de fines y de procedimientos que pueden entrar en conflic- to, Pueden surgir tensiones, especialmente entre el respeto ‘ciencia y de culto. Por ejemplo, que una profesora musul- mnana eve lilt en clase tas optteoee ee ite compromete Ia newttalidad de Ta ercuela lo AA) que-supondria una derogacién de la norma que prevé que las instituciones puiblicas raten a todos Tos ciudad: {Cémo conclliar la aparente neutralidad que deben demos- trar las instituciones piblicat ber 9 108 FRINCIPIOS DE LA LAICIDAD 39 ta cuestién, pero el he- ide se ha planteado el femos Feconocer por tanto que los fines y los proce- dimientos de la laicidad no pueden, en Glertas stuaciones, armonivarse perfectamente; hay que buscar entonces un ide io que Tavorerca Ta maxima comy cen tos ideales. FT hecho de que la laicidad no sea un Rcipio simple y tnico tiene el efecto de plantear dies (que deben resolver Tos Evados aos, Esta posbilidad de confers Entre Tos princi de la bai parece sin embargo escapar a determinados observadores. “Auiiqie sea consciente de que la Isicidad se basa en mull ples principios, el fiésofo francés Henri Pefia-Ruiz da a en- tendet, en su crtiea de la nocién de slaicidad abierea», que la laicidad es un principio monolitico que no hay mas que apli me Fs i De Ce at Se QRS ote acid recrdémol, er armcin ids de aoe que son anbin pnp de rani police a D Tena de concenca bards en sutonomfa de peony ete pe cela nee de os diss dela : el gic deine iano eene que abr i cerare, Debe vv encilmen- te, sin ninguna usurpacin de los principios que hacen de ella un ideal de concordia, abierto 2 todos sin discriminacién. La idea de lacidad abiera fa mancjan aquellos que, en realidad, ccucstionan Tz verdaderalicidad pero no se atreven & oponetie ‘et we fh 40° veNsAR IA LaIcIDAD fancamente alos valores que la definen. ;Qué podria signifi- car abrir la lacidad sino cuestionar uno de sus wes ‘constituyentes, o incluso las tres a la vee? Jurguen por Petia-Ruiz clude la posibilidad, cietamente real, de que los principios de la laicidad puedan entrar en contflicto. Sin em- argo esta reand Sirncrualend end orgerle los di- emas més vidriosos que deben resolver los Estados laicos. Para volver al caso del que hablébamos antes, prohibir que ‘una profesora lleve el hiyab acentiia la aparente neutralidad de la institucién escolar, pero limita su libert i ‘cay de culto, 6 pone en peligro cl principio de igualdad de “erin cringe gus dunr car is ‘Wa cual podria haber contribuido a. |. Con inde- pendencia deTa exactitud de las definiciones y la precsién y coherencia de los principios de referencia, siempre habré casos limite que serén dificiles de solucionat. Nosotros hemos decidido caracterizar el conjunto de re- simenes politicos que pretenden poner en préctica los prin- Cipios de igualdad de trato y liberad de conciencia como scegimenes de lnicidads, Se trata de una der amptia'de la laicidad. Algunos investigadores en ciencias sociales prefie- bs difeenciar los tipos de relaciones entre el Estado y la elesia refirigndose a regimenes de-eeqtablecimientor, de jeseparacién» y de easociacidn», Eprésta ip IGEIE Hz ick se'entiende como UT TeGimen dé «separaciéy. Si bien estas distinciones pueden resular til Zminados contes- tos para destacar las diferencias entre regienes, ienden a disimular el hecho de que las democracis liberales inten- tan, con mayor 0 menor éxito, conseguir los dos fines de la 10S PRINCIPIOS DE LA LAICIDAD 4 Iaicidad y que todas conllevan elementos de eseparaciém» y de wasocaciénm con ls Iglesias. Los 6008 pals GoSENa- les ques jnociendo una Ty af (Reino Upi- doy Dinamarca, serenes i ido libertad de concienci 3s fe derechos aque los regimenes de wseparacién» (Estados Unidos, Fran- Iglesias. Por cso preferimos hablar de aregimenes de laicidad» aS el objetivo de alcanzar los dos fines mencionados, despliegan formas diferentes de separacién y secanacimien- to de 11 Nuestra eleccién conceptual se basa civ los fines de la laicidad como modo de gobemanza poll- Vv F i {QS REGIMENES DE LAICIDAD Los regimenes de laicidad en el mundo se clasfican gene- ralmente en funcién de la relacién que mantienen con la prictica eligiose. Por ejemplo, diremos que la lacidad es mds 0 menos side yess oll pabiasore- pec taem ce ee es ae ; Sob Taipan a eee a ae cut EP cont Uos Toto declan pes mite una restriccién mayor del libre ejercicio de la religién en lombre de una determinada interpretacién de la neutra- "oan gue catia eal ‘modelo centrado en la proteccién de la libertad de concien- de culo, asf com Coie Sa ea as Rene de Tesco publicanos y «berales» of «pluralistas» de la laicidad. Sin oe T Pr fe ' losmcoanes pean 45 | duda se pueden colocar los regimenes de la licidad en una aon jortancia que el respeto a Ia libersad de con- He eos eet eapa ices pee a ude cee hae Sidenote xis ae |) talas mds flexibles y complacientes con la prictica religiosa, cob7e a laicidad se centran cada vex mas en Tos, pro | Dicho esto, un Estado puede adoprat una-pasicidn. més cos, ‘mientos que en los fines de Ja aicidad. Es To que podria ‘rictiva sobre un asunco mos llamar un sfetichismo de los medioss la separacién de | ‘mos, por ejemplo, qué Eran ct e la Iglesia y el Estado y la neutralidad religiosa del Estado | josos visible a la escucla pablic ‘menudo se pi se convierten en valores que hay que defender a cualquier 4 ews qe a Trad Basaran Hance lorenegior ie precio, mnds que medios, desde Tuego esenciales, pero que | vados religios0s mds que en Quebec (85 por ciento frente hay qué definir en Fancion de los fines a los que sirven. AGU porcemoy-asTcomodmantenimiento ylaconsera, ——Puesto que Ta Edad Media estuvo sembrada de conflictos ‘clon de las iglesias catdlicas y protestantes y las sins centre las «dos espadase y Ta neutratteatt | Sanuhiaramer eee Ae T0S bre bccpaaiin de mos eps ne ein y Eat ans glen Fle Tas fiestas catdlicas de Pascua, la Ascen= taron realmente hasta el siglo x, es comprensible la im- (Peat Fat ements Ascii. Todos [as Sansa» Navidad portaicia que se otorga @ Tos medios deJalaicidad Sin em- i son dts taborables, y que en Alsacia-Mos 2 bargo, complica la tarea de repensar la laicidad en funcién: | neu de los nuevos desafios, principalmente los relativos a las religjones catdlica, protestante y judia. La separacién y la condiciones fara una adecnacion juss de traceuat diversi- neutratiea 1 ejemplo ance, dad moral y religioss ff oe “Sin embargo Tay Ba Crone, ademas deena fcaliza I ST ans Heo que repew de la iguldad dl valor cin en los acuerdos insticucionales, por las que un régimen. ok |)) amoral de Tos ciud dane Yb poten oe Wer protecrion de Ta Tberad de ded diana lie ero de a elt Laat | sociedades pueden atribuir a la aicdad fines tos sefilados més anieeFERWmplo de laici- dad puede “eas re Teligiedy por- que ée le arrib ir ends dela igualdad de taco y la ben de conciencia, otros dos valores, como son la emancipaGién dejos individuos y “Un beadelozte Idicidad puede intentar favorecer la de li haicidad, elevandolos al rango de valores, a menudo en detrimento de sus ines. La total separaciin-de-igiesia y cemancipatiés de los individuos respecto a la religién —de Bxado-o la neutralidad religiosa del Estado adquieren en- ahi a secularzacién o a eosign de la creencia religiosa—o | re secularzacin oa erosion dela creencia eligi a a 46 PENSAR LA LAICIDAD \ bien la estricta relegacién de a prictica cliginss alas conf- | ft asociativa. Este concepto de laici- dad defiende una opiniéa 0 un punto de vista negativo, en distintos grados, sobre la propia religién, que se considera er cs ere la | laici wavierte aqur en fstrumenco para la emancipa- f Nit de rig: As pr Peta ‘miento de la Asi, para Pefia- Ruiz So [= lpr gaara heparin mpeg eee \ blo sobre sf mismo y la de la concies lividual sobe : [mami Ls cde, rnp de auton cle el tame id Sree ple ode as oy, inca 0 cular pre compen ounda, g ‘hz nara potencaldad que hay que ava, pero nadie ) x pacde hacer que vie eIBY mate ensansite- que asuma su exRENE ‘iene como xt de ser postve tr maeRucion publica condiciones para el juiclo TmRormado”Desvincular al Estado” sar un wabajo del puede ‘adc como en-l debate ces pablice La haicidad de las institu de vista, no es suficente. lagi 8 105 REGIMENES DE LaICIDAD 47 una vida, in primer lugar, la idea Subyacente’segrin leant (fant pupde levar a cabo su funcién emancipadora solament®st-seSepara de cualquier fe eeligiosa es muy dis- cutible, Hay sobradas rizoies para pensar queue persona pee acer uso dela én en su Tormarde Widey spur OAC ‘mismo tiempo unas creencias religiosas 0 espirituales continuaciOn, Tos Tiesgos de que este valor de emancipacin yentre en. conflicto con la ig la libertad de al actuar para mantener a distancia @ la religién, adopta el concept {Oy del bien de lar ateor y de los agnds cos _y, € Consecuencia, no trata con Ta misma considera- ciéna log Giudadanos que conceden un Ta religidn| en su sistema de creencias y valores. Esta forma de laicidad * ino es ne las convicciones fundamentales que c= neutral cespectn alas convic permien a los individuos dar un senda 7 wn mb es vida. En cambio, el verdatere compromise det Estado vida. En cambio, ever loa [vor de la autonomia moral de Tos individiios conlleva el re- enacimiento de Ta soberani’de Tos Tnividus respects z ‘También podenios ‘ue es necesario un modelo delaicidad més restrictivo que, ademés de respetar lai / : 48 PENSAR LA LAICIDAD identidad civics la y bisqueda colecti : ‘coniiin, Para algunos, la interaccién y la cooperacién entre Tos ciudadanos necesarias para la integracin civica requiere Ja desaparicién o neuttalzacién de Tos marchamnor tem Hi Flos qué Tos diferencian (como la religion y a etnicidad). Ta | premisa de este concepto republicano de integraci6n es que || eliminacién dea diferencia una condicign previa ne- ik cesaria para Ta integractdn y Ta cohesién social. Desde este ee _ Pop : yd como Sa fo tuario republicano»* iva SC psireniags pele esar de acuerdo con la idea de | af swe la laicidad debe servir ala integracién civica y refuear la schon elspa er in previa para la iteraién, Sogn sts ona rn ‘heme diego eormentin mutua y la coopera- gen_por el contrario el reconocimiento y el respeto de Tay semejanzas y las diferencias entre clos. EI desarrollo de Un sermiento de pernenciay dedentcaién en lessees dades diversificadas pasa 1ocimiento razona- bles de las diferencias mde que por su esiow loge Tiabica privado. Este concepio més liberal lista dela lida sigue rind como principal Reon noo bo dea gull mor debs dudadsnory dels bern le 4s ye - te, a la integracién civica. > Comm demesearon ordbars en CIN SEBS, Sasi en Franca y la ley sobre el uso de stmbolorreigiosoe visibles en Tas escuclas piiblicas adoptada al rebufo de ésta en 2004”, las referencias a estos dos valores de emancipa- in e integracién abundan en el discurso publico francés Eee ea reee rere 108 REGIMENES DELAICIDAD 49 sobre la hicidad. Fsta se presenta @ menudo como sefia de Slenidad fundamental de la Republica frances. Sin em- fngo, aUnUE TE TEY qUe proverbs Tos simbolos coucnsibles» s€ inseriba en Ta L6gica de esta lacidad repu- Sera le eat pena eis dba Fapeest de Te licdad, tal como se ha desarollado durante cL siglo 100 Los hechos demuestran mds bien que el Estado ance aTcanzé en la prética numerosos compromisos con los [gf en cuanto a la manifestaci6n de la fe, compro- smisgs que no se relljan de ningin modo en el discurso eee aaa comisién Stasi pudieron escribir en su informe que ela lai- cial UE COMSUTIVE Un Vator compartide_por codos los ee aia centro del pacto republicano, jamds ha sido una conseruccién dogmatica. La laicidad, en su des y el legado de Ta historia, en los momentos cruciales es dequesta sociedad *. Hl discus socal dominante sabre laicidad puede hacernos perder de vista que los tribunales franééses han sostenido por lo general que cl uso de simbo- dl principio de laicidad y que su prohibicién consteuma ana uébaa la libertad religiosa’. Ademds, un hecho que se olvi- da vorrdemmasiad Frecuencia es que la ley dé 2004 que pro- hie el uso de solos wigosee an -SRSOT PUBT justific® en nombre de la defensa del orden publico 7 no de (a laicidad. «Kematmente —escniben Tos autores del infor sie Stas la cuestién ya no es de libertad de conciencia, sino de orden puiblico.»® La conjuncién de Ia presién ejer- cida sobre las jévenes musulmanas y las reivindicaciones de

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