Está en la página 1de 13
6 Argumento politico Ahora cuéntanos todo acerca de la guerra Y por qué causa luché cada uno. La pregunta que el Viejo Kaspar no pudo contestar en el poema de Robert Southey puede ser perfectamente aplicada a la repablica temprana en Chile. ¢Qué fue lo que dividio a la clase politica, dada su homogeneidad social y econ6mica, aparte de la eterna competencia entre los que ostentan el poder y quienes estén excluidos de su ejercicio propio de la mayoria de los sistemas politicos? Aquella competencia particular ha provocado frecuentemente luchas partidistas feraces, incluso ante la ausencia de diferencias ideoldgicas profundas. En esencia, las divisiones entre los chilenos se fundamentaron principalmente en sus visiones conflictivas sobre cual era la mejor forma de conducir el gobierno, “donde los Conservadores crefan en un control firme con medidas represivas cuando fuesen necesarias, y donde sus oponentes Liberales defendian una “posicién mas flexible, con un mayor respeto hacia las libertades civiles. Se pueden “observar pugnas ideoldgicas similares en Latinoamérica durante todo el siglo lecinueve en las clases gobernantes, y algunas veces también se manifestaron tas discordias en un nivel mas popular, pero los principales puntos de discusién el debate politico en Chile eran distintivos. A diferencia de lo ocurrido en Argentina por ejemplo, los polfticos chilenos no tuvieron que abordar temas somplicados como el del caudillaje o las demandas conflictivas de regiones con fundas diferencias. El general Cruz y Pedro Leén Gallo, quienes serfan dillos en Chile (si es que resulta apropiado Ilamarlos asf) en 1851 y 1859, no piraban a dictaduras y estaban firmemente vinculados con proyectos de elorma y libertad de cardécter nacional, muy moderadas en el caso de Cruz y radicales en el caso de Gallo, Con respecto al regionalismo, este ciertamente 16, tanto en el norte come en el sur, al nivel de generar resentimiento y quejas, pero no logré consolidarse como un programa politico coherente. El Mederalismo’ relativamente antilicial de mediados de los anos veinte no fue revivido en la republica temprana o en los afios posteriores, y es asi como en definitiva los principales argumentos politicos entre los chilenos se enfocaron enel asunto clésico del orden y la libertad, y el balance existente entre ellos Hay un sentido implicito, bajo el cual tanto la perspectiva Conservadora como Liberal se pueden agrupar dentro de los limites del liberalismo del siglo diceinueve, pero no hay nada paradéjico acerea de esta situacién, porque dicho liberalismo fue como una iglesia acogedora que abrazaba diversas congregaciones que podian ser moderadas-conservadoras, de posicién intermedia, y radicales en términas ideoldgicos, asi como aristocraticas, de clase media y populares en términos sociales. Los dos principales partidos politicos briténicos del siglo diecinueve eran liberales, aunque sélo uno de ellos se autodenominé Liberal, micntras que cn el caso de Estadas Unidos ninguno de Jos dos partidos se tildé de Liberal, Asimilado ampliamente en tiempos de la indepencencia, el liberalismo, que en esencia puede ser definido politicamente como defensor de un gobierno representative y de la libertad civil, proporcioné tun marco para la totalidad del pensamiento politico desarrollado durante el resto del siglo diecinueve y en muchas formas (dejando de lado unas pocas y poco el marxismo impresionantes excursiones en el nacionalismo autoritarioy leninismo) durante el siglo veinte. En definitiva los Libersles y Conservadores Se sentaron en lados opuestos del pasillo durante ¢l siglo diecinueve, pero pertenecieron a la misma iglesia espaciosa’ : Es verdad que la rebelién Conservadora de 1829-1830 fue una reaccién contra el ingenuo optimismo partidista Liberal de la déeada de 1820, pero ecesitamos recordar que el nuevo orden Conservador, al menos en su definicién propagandistica, no estuvo basado en una apariencia verdaderamente reaccionavir como ef que se dio cn Europa durante el periodo post-napolednico. Diego Portales puede haber sido duro, pero su visién de Chilea largo plazo fue liberal; no fue en ningtin caso Metternich o el Rey Bomba, a pesar de su admiracién porel Duque de Wellington, quien porlo demas no fue exactamente el politico 1cral que existid, A pesar de todos sus anhelos , quien tal ver fue 1 ml fa i nln 8 en er Contre ae dn ‘Pt anton vl wan, ahr ib sl re ot omar vase Las ACTITUEs be admirador de Metternich), nunea contemplé una reversién a la monarquta, ya seadde cardcter absoluto © constitueional, como la defendida por Line de Pombo ‘en Nueva Granada o por algunos mexicanos conservadores, Los conservadores chilenos no manifestaron una nostalgia por el perfodo colonial, como silo hizo el gran historiador y politico mexicano Lucas Alamn. Es verdad que el perisdico militante pro-gobierno La Civlizacin (1851-1852) hizo un llamado clamando por el retome al “espiritu espanol’, como tena forma de contrarrestar la débil influencia francesa detectada en la reciente agitact6n de Liberalism, pero esto no fue en ningiin caso una visin esténdar ni compartida ampliamente en el seno Conservador. Mas ain, ef réyimen Conservador aparents estarde acuerdo can ciertos ideales liberates republicanos y democriticos, independiente de que st comportamiento no fuera siempre precisamente liberal. Aquellas ideas eran a menudo respetadas més bien en casos de ruptura que de un modo permanente en el tiempo, pero al menos enan respetadas. :Qué distinguié a los Liberales de sus adversarios Conservadores en términos de argumento politico? eCémo se podrfa definir al Conservadurismo chileno? CONSERVADURISMO: ORDEN Y PROGRESO "Order ¥ progrso debe ser nuestra divisa! declaré El Mercurio en 18412, incuenta afios antes de que la repiiblica brasilenia lo adoptara como lema, El concepto de orden es familiar en casi todas las tradiciones conservadoras, y el papel de los Conservadores en los gobiernos posteriores a 1830 los incliné a enfatizar las virtudes del compromiso con el orden, porque su legitimidad se sustentaba principalmente en el resguardo de la paz. Libertad, la palabra clave del pensamiento liberal, estaba fuertemente enraizada en la retérica Conservadora, aunque la libertad, desde el punto de vista pelucér, dependia esencialmente de una estructura firme del orden. En 1851, el presidente electo Montt, defendié dicho principio al sefalar, “no... la libertad con mengua del orden, niel ... orden con mengua de la libertad, sino la justa armonta de estos dos principios salvadores”, Casi todos los pelucones habrian aceptado esta formula, pero es posible que sus emociones estuviesen més apegadas a la idea de orden que a la de libertad, especialmente en los afios tempranos del régimen, cuando el consenso de la mayoria de la clase politica acepté In necesidad de la aplicacién de medlilas represivas cuando fuese necesario, “Orden, como expresé tun impreso Conservador de 1840, era "nuestra tinica aspiracién', el "idolo mas sagrado dle nuestros corazaney", EI "idolo sagrado” frecicntemente aparecia en 2 oy 0s 2g, 1. agen de de donde emanan todas los bienes sociales y sin la que no podemos esperar felicidad ni progreso’*, Los mensajes anuales del Presidente al Congreso i por lo comiin un par de frases para resaltar los logros del gobierno por haber cconseguico para el pais otro aio sin conmocién civil, o bien por haber logrado al menos suprimir los intentos de generar conmocién piiblica El orden para los Gonservadores abrigaba definitivamente una concepcién de jerarquia social, en donde cada nivel tenia su propio interés.en el orden. “En todas las sociedades del mundo hay pobres y ricos, porque asi lo dispone la Providencia’ declaraba una publicacién de 1844. "No hay individuo tan pobre ‘que no tenga algo que le pueden robar o que no pierda algo cuando el orden social experimenta alain trastorno. Por eso Ia conservacién del orden es interés de todos”, El articulo en todo caso, no considers entre sus argumentos que las personas de todos los niveles de la sociedad debfan participar en el gobierno, ‘euestién coincidente con ¢l manifiesto Conservador de 1851, que hizo explicita Ia idea de que las “masas ignorantes’ son incapaces de gobernar’, una tarea reservada para \lo eco inconscientemy nombres de juicy séquito™ ‘A pesar de ser insistentes en la necesidad de contar con una clase ‘gobemante (ellos mismos), los Conservadores nunca plantearon una propaganda de carécter aristocrética, Hubo pelucones que en forma individual se abalanzaron hacia la defensa de las familias de raigambre coloni mayorazgos, y que fueron calificados de “retrégrados" por ciertos Liberales. Manuel Antonio Tocomal hizo recordar la camara de diputados en 1850 ( isin) el papel sobresaliente de "los mayorazgos, los marqueses y revoluciGn por la independencia, y manifests en defensa de su a esa condlucta noble se da ahora el nombre de vetustez, si los que la observaron fueron retrégrados, yo lo soy también como ellos”. embargo, la propaganda Conservadora no apelé al sentimentalismo iradicionalista, sino que prefirié enfatizar (especialmente cuanda estaban cortejando px $ artesanos) que “los ricos por herencia son muy pocos en comparacién de los que son ricas por el trabajo"”*, aunque esto. no fuese més verdadero en Chile que en cualquier otro lugar, por entonces y ahora, El énfasis Conservador en fa idea del orden, implicé una clara tendenet Considerar cualquier movimiento de oposicién eomo potencialmente conducenie al caos y, es por esto que laimagen de devrden tan comiinmente evocada por lo Felucones, parce haber sido lo suficientemente veri nies de algunos de ellos, mientras que para los més cinicos, no era mis que una politica itil de jugar en contra de la oposiciGn. “El orden social es cam «80s grandes diques que represan wn torrente” advirt El Mensajero en 1853, “y en los cuales una grieta, desmoronamiento, de su ruina”'. Esta imagen tan grifica era repetida en muchas formas, especialmente en tiempos de agitaci6n, cuando la prensa Conservadora legs a ser extremadamente tajante en sus juicios, como se demuest ‘mpreso de 1840 que condené a los Liberales por promover “conmociones desorden, asonadas y trastornos, licencia y anarquia' acusando a sus lideres de ser “una caterva de atrevidos sans-culotes"®. Ese tipo de retérica no estuvo confinada a la prensa solamente; el coronel Bernardo Letelier, quien diseié la estrategia de los esfuerzos electorales del gobierno en Talca, e1 di Cuando los paderes de emergencia eran impuestos, Jos Conservadores los saludaron con entusiasmo como en el caso del estado de sitio. de noviembre de 1850, que fue aclamado porque se proponia terminar con “todos los temores por la suerte de la repiblica... Hoy el sitio va a librar la Repuil ta disolucidn social’ Como esta hipérbole sugiere, no cabe la menor duda que los temores de Jos Conservadores por cl desorden incluyeron el miedo a los levantami sociales, aunque ellos no e: € tipo pudiese acurrir en irmé el periddico La Tribura en 1850, no era “un movimiento revolucionatio’ lo que era temido porque “con rotos no se hace revoluciones’. Lo que estaba en discusiGn era “un amago a la propiedad’ de parte de “los enjambres de vagos que se anidan en nuestros arrabales"'’. Dichas explosiones de ines idad social, segtin la visi6n Conseryadora, cran invariablemente provocadas por los oponentes al régimen, quienes eran inescrupulosos por definicién, Luego de la rebelién minera de Chafarcillo en 1851, al subdelegado local le parecia obvio que los “autores” del ca, "pero en su estupidez no vieron que jomento del desorden”, no podria ser las elecciones de 1858 el Intendente de Valparaiso not ‘que los industriosos y amantes del trabajo” siempre eran sobrepasados en nimero porla “clase desvalida, sobre todo en este puerto de transevintes’, y que ese tipo de gente podia ‘ser alucinada de un momento a otro y precipitarse en una ‘onmoci6n, tomando por pretexto el més frivolo motivo". En la medida que transeurrié el tiempo, el concepto de orden de los ‘Conservadores vino a ocupar un lugar primordial en la visiGn que el de la historia reciente de Chile, Para 1850, después de todo, ya habfan tanscurrido veinte anos de paz, por lo que el contraste entre el orden ‘Conservador y la “anarquia’ Liberal de la década de 1820 resultaba ser un tema logico de la propaganda Conservadora y, clectivo ala vez porque contenta una ‘euota de verdad, motivo por el cual los Conservadores muchas veces hicieron uso del contraste entre “antes! y “después’, Todo lo acontecido con anterioridad 41830, como manifesté un periGdico de 1852, habia sido “incierto y precario’, on ef comercio y Ia agricultura “destruida... y... paralizada’ y las finanzas nacionales “en banca rota". Felizmente, los Canservadores haban llegado al rescate de “los pueblos, aleccionados por sus propias calamidades’ manilest6 en 1840-un medio de prensa, porque “aprendieron a conocer sus verdaderos intereses, [ycerraron sus ojos alas insidiosas sugestiones de los anarquistas"” Fl “argument desde el éxito” {ue preponderante en Ia propaganda Conservadora, y trascendis al manifiesto de 1851, el cual enfatiz6 que “el partido conservador... no necesita de programas que dena conocer su espiritu El pais lo ha visto marchar durante veinte ahos, imperturbable ante las tempestades ... de la anarqufa”®. Las auto-felicitaciones de este tipo estaban figadas a un creciente sentimiento de orgul nacional, toda vez que los chilenos educados eran conscientes de la positiva reputacién que Chile estaba logrando en el exterior debido a su estabilidad, de la cual los Conservadores fueron los primeros en sacar provecho. En 1841, el ministro de Interior Irarrézaval, haciendo notar el “euadro lamentable’ ofrecide por otras republicas, hhispanoamericanas, indicé que Chile resultaba ser ‘un espectéculo nuevo en estas regiones”!, Obviamente que las convulsiones de 1850-1851 ‘menoscabaron brevemente este sentimiento de orgullo, debido a lo cual se expresaron los temores de que Chile podia reduciese al nivel de otros "desacreditados y semisalvajes estados’ de Hispanoamérica”, pero la victoria del gobierno en la guerra civil terminé por disipar el pesimismo al respecto, parlo que poco después de cancluido el conflicto, un periédico Conservador 1 med va ad Cho asad io to 70M Pe 21 Morr ol os dh proclamé orgullosamente que "Chile volveré a marchara la vanguardia de las maciones americanas, volveré a ser lo que antes cra’ Alreflexionar acerca de st éxito en el mantenimiento del orden, casi todos los pelucones estuvieron de acuerdo en que derivaba de la instituciones que habfan sido impuestas con posterioridad a 1830, y en particular de la excelencia de la ‘Constitucién de 1833. La reverencia Conservadora por la Constitucién ereci6 notoriamente en la medida que fueron pasando los afios, como lo deja claro el manitiesto de 1851, que declaré que la Gonstitucin era ampliamente reconocida como el ‘cédigo més perfecto que se conozcaen la América Espafola’, Esto era lo que constitufa la razén del porqué los chilenos eran los tinicos hispanoamericanos “perfectamente constituidos™. Tada vez que los Liberales sugiricron enmendar la Constitucién, la reaccién Conservadora fue la de cerrar adueiendo el argumento comiinmente expresado de que el cambi constitucional serfa muy prematuro, ¢Podia resultar creible, se preguntaba el ministro del Interior Irarrézaval en 1844, que luego de ‘la inmensa duracién de tres siglos’ y slo un corto perfodo de "gobierno popular representativo’ el “espiritu democritico’ se hubiera enraizado en Chile?®. La pregunta era ‘obviamente ret6rica, Chile no estaba preparado adn para un dréstica cambio politico: "nuestra faz exterior, nuestras instituciones son democraticas, son republicanas’ observé El Mercurio en 1843; “nuestras costumbres, nuestras Inteligencias, las condiciones todas de nuestra situacia actual 0-10 son™. El impreso El Onder, uno de los medios mejor escritos de su tipo, insisti6 en 1845 aque las instituciones Conservadoras le habian dado al pa(s“laGinica democracia posible”, Los propagandistas Conservadares ocasionalmente fueron mis lejos, sugiriendo incluso (como se hizo en 1850) que Chile era “el pueblo mas libre de la tierra, quizé”™. Los Conservadores no eran hipécritas al usar términos como “libertad” y “democracia’ y cualquiera fuese su actitud en la practica, su autoimagen no era en ningtin caso autoritaria. Ademés, 2 pesar de todo el énfasis en ef orden, su propaganda no mastré rastros de una flosoffa autoritaria. Ambrosio Mont puede haber estado en lo cierto, al afirmar en 1859, que la verdadera aproximacién Conservadora era la de Maquiavelo, en el sentido de que “més vale ser temido que amado”, pero este no fue un punto de vista que los Conservadores expresaron abiertamente. Los términos “izquierda’ y "derecha’ no Ilegarian a ser parte del vacabulario politico chileno por varias déeadas, pero muchos A 1, p22, felucones se habrian ubicado a sf mismos cerca del centro de dicho espectro politico. “Nosotros... queremos pasar ... por liberales ¥ repul 2 lun periédico Conservador en 1851, ‘progresistas maderados’ fue como se definicron a si mismos los simpatizantes de Montt en 1853, mientras un impreso: pro-Montt de 1851 10 el término "El Partido Conservador Progresista’™, aunque adjetivos 90 eran raros. Vicente Pérez Rosales, en un ensayo publicado en francés, se refiri6 a ‘le parli mode, sous te nom depart conseroateur™* ada ret6ricamente en relaci6n a aquellas alternativas indeseadas. Un articulo en El Ondn en 1845, presenté a los Conservadores como personas con una posieién intermedia entre las “doctrinas exazeradas de libertad’, que derivaron de la Revolucisn Francesa, de elevar la humanidad “en alas de teorias imaginarias’ hacia las jas", y las ideas “coloniales” retrogradas, las cuales trataron de mantener a la humanidad en un “estado estacionario". Una posicién similar acerca del Conservadurismo puede ser encontrada en una contribuciGn para El Progreso de ese mismo aiio, en la que de acuerdo al autor, dos partidos habian Independencia, Uno habia tratado de Ja realidad social chilena a "las ideas filoséticas entado proscribir todas aquellas ideas y ‘mantener “los hechos, por chocantes que fuesen ala razén’. El Conservadurismo, desde su perspectiva, habia emergido a través de un proceso diakéctico, con el fin de "conservar los resultados obtenidos por el espfritu revolucionario [de la independencia]’ al mismo tiempo que respetando "los hechos que recuerdan el régimen antiguo,.., modificindolos poco a poco’ Declaraciones como estas muestran que | Conservadora no estaba basada simplemente en el mantenimiento de la paz. La propaganda Conservadora nunca apelé a una visiGn de tradicion inmemorial, y menos aiin a la tradicién hispana, al mismo tiempo que jamés implicé que la sociedad fuese estética ¢ inalterable, El ma 351 contrasta el afin Conservador de "orden y progreso gradual” con el proyecto Liberal de “revolucién y retroceso”™. Esta ironfa cra monstruasamente injusta para los Liberales, aunque da cuenta de la forma en la cual el Conservadurismo habia lad la idea del progreso. Mantener la paz era necesario “para que la marcha de la sociedad siga a st fir —Ia perfeccién"”’. Esta afirmacién no parece conservaclora, porque la perlectibilidad de la humanidad era un ideal articul: someter "los hechos’, es deci europeas” mientras el otro habia 50d i, de mayo 161 Ago, 2d mays Wh for A 1 ee Pier Recs, nsw Cp. 20 12 Over, ed 8, 2 Pe, 1 ace 18. 4 ana od Conary, 6 un PARTE | LAS ACTTTUDES E MEDIAS BE Se mis a menudo porlos Liberales, aunque no hay duda de que los Conservadores aron constantemente el concepto de progreso en suretorica, En la apertura del Congreso en 1855, el presidente Montt afirmé que la "marcha progresiva, Jada por la prudencia” era “la situacién normal de la repaiblica’, la que se estaba adaptando a sf misma "a una | que en las presentes tiempos: avanzi Claramente, la més elacuente de las "literaturas de campaia" en favor de Montt en 1850-1851, fue escrita por su amigo argentino Sarmiento, quien presents a Montt en una prosa seductora como un verdadero progresista debido a su ahinco por el progreso material”, Montt estuvo de acuerdo en proyectar su imagen de progresista, tal como lo hizo en un banquete a a 6 ae ee ena manifesté que: lc las sociedades nunca mis imperiosa Lo que hoy celebedis, sefiores, es el triunfo de un principio, el del partide tuciones, a cuya sombra ha de obrarse ial del pueblo, por medio de las artes industries y de a instruccién pablica... Habéis querido ponerme a la cabeza de una falange de obreros, para que todos juntos... construyamos en la repiblica el templo de la paz, y el monumento de fa prosperidad. ;Dios sea ccon los trabajadores! el mejoramiento moral y mat Una observacién notable acerca de su discurso fue publicada una pacas semanas después en un periédice pra-gobierna: Lo que se debe buscar, pues, es la creacitin de tna sociedad dle trabajadores, de lo que se puedk industrial... Lo que lamaremos naciéw ‘industrial e3 aquella en que las clases dominadoras han acabado por relundirse ‘en las clases laboriosas, o que las clases laboriosas han adquirido un predominio decisive sobre las clases dominadoras, en que las poblaciones ‘en lugar de disputarse y luchar por apoderarse de las riquezas exittentes, aplican simulténeamente sus fuerzas a crear nuevas riquezas”. Puede ponerse en duda los los pelucones fueron capaces de entender el verdadero sentido de dicha declaracién, pero es llamativo que hubiese sido parte de una postura publica, Sin embargo, a pesar de que muchos Conservadores invacaron la idea de progreso, nunca estuvo permitido que icha idea se impusiera por sobre el énfasis-en el orden. La frase “progres gradual" citada anteriarmente, es en sf reveladora, porque las reformas, propuestas tanto por Conservadores como por Liberales, aunque anheladas, hnecesitaban ser puestas en efecto con extrema cautela. El cronograma de reforma de los Conservadores estipulaba avances més pausados que en el caso dle los Liberales, y consideraba las fortalezas de la tradicién ("El peso de la noche” de Portales) en una forma que tal vez los Liberales no tomaron en consideracicn, Como senalé un periddico Conservador en 1853, las reformas "pedidas... por la opinién, discutidas y depuradas en el laboratorio de la discusién sensatay razonads, sancionadas por el apoyo del espiritu pablico", pueden ser introducidas sin la “desconfianza’ 0 “las contrariedades. v resistencias” que las medidas excesivamente imprudentes podrian provocar® Tal vez la expresién més Iicida de la posici6n Conservadora al respecto, en toda la literatura del periodo, puede ser encontrada en un ensayo publicado en El Orden em 1846: Hay en las naciones ciertos habitos, ciertas preocupaciones, ciertos hechos a que se tiene mucho apego, y que sélo la accién lenta y gradual de la ivilizaci6n puede hacer desaparecer Si se les quiere arrancar por la fuerza, puede sobrevenir una reaccién peligrosa que entorpezca o paralice «! movimiento de propreso que llevan. La mano conservadora no toca estas cireunstancias sino con prudencia...Por eso es que ningtin abuso, ninguna preocupacién que ha hecho parte del bien comin seré destruida 0 lo... Elsistema respeta las de aceién desaparecers sino cuando la generalidad esté convencida de conservador favorece la organizacin gradual del cuerpo soci asociaci6n, y prepara porlos med elementos constitutivos de y por los medias indirectos el desarrollo progresivo de toda el Con sus referencias a los abusos y prejuicios, este parrafo nos recuerda con fuerza a Edmund Burke, aunque no hay evidencia de que los escritos politicos de Burke fuesen bien conocidas por entonces en Chile, a pesar de que los mas pensantes entre los pelucones parecieran haber sido en alin sentido burkeanos® ‘Mesa, 23 de maya 853, 4 "Semana te, 76 wb ‘21 oh Bra poate wa }ERALISMO: REPUBLICA, LIBERTAD, REVOLUCION El partido Liberal, mientras existié como tal, no prio y no intent6 sostener el sentido de continuidad que los Conservadores evocaran en forma impresionante en su propaganda. Amedrentados por Portales y hasta cierto punto reconciliados con el régimen de Bulnes, los Liberales mostraron signos de resurgimiento sélo a fines de la década de 1840, con la ruptura viaista, a cual les dio una nueva cohorte sustancial. Los ‘nuevos’ Liberales, aunque arrastracos a la rebelién en 1851, fueron liderados por una generacién mas joven, (de la que los futuros presidentes Federico Errézuriz:y Domingo Santa Maria fueron sus figuras prototipicas), cuyo proyecto en los.afios cincuenta fue el de ganar el poder constituidos en una sélida fuerza politica independientemente de que con anterioridad al inesperada reordenamiento politico de 1857-1858, sus posibilidades al respecto parecian escasas Tanto Conservadores como Liberales fueron excesivamente indulgentes ‘en su propaganda, por lo que seria interesante poser un estudio de los epitetos coloridos ¢ insultantes que se dedicaron unos a otros, a veces con notable imprudencia en esta competenciacn la que serfa muy dificil declarar con certeza quien fue cl ganador, aunque posiblemente fueron los, Liberales, Si las ‘exageraciones en la propaganda tendicron a ser cada yez més drésticas fue simplemente producto de la desesperacién, la que queda en evidencia en tin impreso de 1850, en el que los pducones fueron descritos como “esa funesta faccién liberticida, sanguinaria,traidora, hipdcrita, egoista, maquiavélica, anti- republicana, anti-social, terrorista de los [dltimos] 20 anos". En la vispera de Ia cleccién de Montt, Et Progreso afirmé absurdamente que "Chile presenta en este momento el espectéculo singular que debieron ofrecer las poblaciones romanas o de la China, cuando invadidas por los birbaros de Atila y las hordas de Gengis Kan quedaron sometidas a la dura ley del vencedor', Este tipo de declaraciones pintorescas no debieran distraer la atencién de aquellas criticas mas serias formuladas por otros Liberales.en contra del régimen Conservador, Ja que fue simbolizada en una sola palabra. En su manifiesto de octubre de 1849, Federico Errézuriz y José Victorino Lastarria sefialaron que "El partido progresista’ (c|rétulo temporal de los Liberales) tenia como “término. de sus aspiraciones la REALIZACION DE LA REPUBLICA en Chile”"*, La “Repdblica’, a veces Hamada "verdadera repaiblica’ era una expresién que aparecia tan a menudo en los pronunciamientos Liberales, que en 1859 el novelista Alberto Blest Gana ironiz6 tonindolee pdo en forma elegante a dicho término al sefialar: "Esto de la ordadera repablica.. esalgo como el huemul de nuestro escudo 45 meni, 7040 ea 0 {41 Pgs, de pro de DES DE MEDALS DE SIGkO de armas, que casi nadic ha visto y cuya existencia ponen en duda la mayor parte, No obstante, a esa voz, todos se sienten clectrizados", Fue en onsecuencia una palabra clave con una enorme carga emocional. "La replica esa ciudad de Dios’, prociam6 El Progreso en 1850, y “nuestro deber ¢s trabajar por hacer que la 60 la repablica baje a la tierra y viva en toda alma y todo pueblo”. Aquella palabra fue usada en clave cn una enorme variedad dde contextos. “La repablica... esta dispuesta a rehusar un &ngel’, profesé un mpreso de la oposicin en 1850 al discutir sobre los candidatos presidenciales, "i el gobierno lo propone’, y Diego Barros Arana, en un “banquete de protest ‘que tuvo lugar en octubre de 1858, afirmé resonantemente que “es imposible Ejemplos como estos podrian ser facilmente mul Lo que “epublica” significaba en este sentido era simplemente el programa Liberal, que buscaba, esencialmente, la climinacién de las précticas autoritarias del régimen, la reduccién del poder del ejecutivo, y lo que fue siempre una condic {qua non para los Liberales, la reforma de la Constitucién de 1833. "Ni na cosa desea mas Chile que la reforma de la Constitucisn...”, le expresé Federico Errézuriz al Congreso en 1850, "po le impide a la replica marchar adelante en la carrera de Ia civiliza Lastarria y Errézuriz sugirieron en su manifiesto que habia cinco derechos fan el corazén de las demandas Liberales. tario sobre la propiedad farifas de}aduanas’ y también 1 igualdad ante Ia ley i yeel capital conel fin la democratizacién de la guardia civica; 2 libertad individual, inclayendo libertad de movimiento, de asociacion (no mencionada en la Constitueidn de 1833), "de profesar una cree " y de prensa “sin censura previa ni. en} snto posterior’ id de todas las propiedade es actualles sobre irucetén primaria pra Incluyendo “ana instrucciin superior industrial gratuita para los pobees' “la proteccitin de la industria”, con los autores it iendo que la indust fen si misma debiera siempre ser “libre ¢ independiente” y no manejaca dlirectamente por et gobierno” Muchos Conservadores no hubiesen tenido mayor dificultad en aceptar los Puntos 3, 4y 5, aunque el dltimo punto can algdn grado de discusion, Pero los puntos 1 y 2 abogaban por una mayor libertad politica, la aspiracién esencial de los Lil que por lo demas no resultaba ser una aspiracién de cardcter radical. ‘Aunque los Liberales pueden haber estado menos apegados emocionalmente idea de jerarquia social que los Gonservadores, su idea acerca de los derechos ic08 de la ciuidadanfa era sustancialmente similar, En el curso de una serie de duros ataquesal gobicrno en marze de 1846, la Liberal Gaceta de! Comercio, dedic Un articulo publicado en dos partes para denunciar el sufragio universal, el cual ‘aba "la supremacia a la ignorancia’ y era considerado tanto ‘unalmacén de pélvora con una hoguera asu puerta’ como ‘una loteria popular”. Por su parte, Lastarria y Errézuriz abogaron por lo que cllos denominaron como “sufragio universal ligente”. Su explicacién acerca de dicha expresién con una mezela de argumentos generales ¢ instrumentales merece ser citada in extns0. ‘Aceptamos el sufragio universal, pero s6lo en cuanto esta universalidad sea la de los hombres que son capaces de ejercer sus derechos politicos sin distincién. de clases... Tados los hombres son iguales., Pero-en el orden politico no pueden tener todos una participacién igual, porque el bien de la sociedad no se: ~ sino cuando los hombres que participan del poder tienen fa inteligencia de lascuestiones sociales yla voluntad de resolverlas en sentido. Si en Chile ejercen el derecho electoral los gaitanes y los sirvientes de las haciendas, el resultado de las elecciones sers muy diferente del que darfa una lec de las ciudades y los demas ciudaclanos que 9s Enel primercaso...laeleccién seria de los patrones de esa multitud que no tiene voluntad propi ‘que en el segundo nos daria Ia expresién libre de la voluntad nacional” in hecha por los artesa Lavisién de los Liberales de la historia reciente de Chile fue el equivalente una imagen ante el espejo de aquella de los Conservadores. Para los Liberales, los sucesos de 1829-1830 marcaron un quiebre profundo. que no. habia sido precisamente para mejor, sino enfaticamente para peor, Fue en ese momento, Como escribié el activista Liberal Manuel Antonio Carmona en 1846, que "la reacci6n contra-revolucionaria.... corté cn poco tiempo la serie de gloriosos iba haciendo la reps *Hemos sido detenidos en medio de Pedro Félix Vicufa en 1849, “pero nadic es capaz de anlar la principiamos en 1 En vez de una verdadera repiblica, Err ne eared ee WeAT WAAST MAIO Ce presidente que de ipotente investidr Chile temia als acuerdo a una pu OposiciGn con ocasién del dicciacho de 1858, presenté una conversacién iinaginaria entre los Liberales de 1858 y los padres de la independencia: ‘Hemos onado la revolucién’ se lamentaban: en brazos del sistema politico que derrocasteis... Los intereses materiales, 65 verdad, se desarrollaron a la sombra de ese sistema’ —pero nada mus lo ha ucha—; "La reptiblica no existe’, a lo que los padres de la. independen replicaban diciéndole a ellos: “Vosotsos sois indignos de ser nuestros hijos™. Por otra parte, una de las primeras caricaturas politicas en fa historia chitena, ‘que fue impresa en la edicién nimero catorce de El Commo Literario en 1858, muestra dos dibujos: el primero con un epigrafe que decfa 'Repiblica de 181 imlestra a una figura femenina alzando el vuelo sobre un difuso paisaje de Los ‘Andes con su mano izquierda (anacrénicamente) empuriando la bandera chilena El segundo, ‘Republica de 1858", muestra a la misma mujer con sus manos encadenadas y sentada en una columna rota (parte de la cual habia caido al piso) con una inscripcién que deci sorta Fl disgusto Liberal por la Constitucién de 1833, debido a su “ideal de centralismo y represién"”, fue acompafiado de una nostalgia por la desdichada Constitucién predecesora de 1828 —'un monumento’—; que de acuerdo a Manuel Antonio Carmona, simbolizaba imo triunfo de la libertad”, por Jo que sélo unos pocas Liberales concedieron que esta pudiese no haber si ido pperfecta, Ln obituario del ex-presidemte Francisco Antonio Pinto (responsable de la ConstituciGn de 1828) leg6 en ese sentidoa admitirque dicha Constitucién fue “la ensenta de un partido politico que se avanzé quizé demasiado asu época! pero esta fue una visién minoritaria entre los Liberales, La nostalgia Liberal por la Constitucién de 1828 logré su expresién més seria en un ensayo histérico, escrito en 1861 por Federico Errazuriz, quien eligié los aftos de 1828-1830 como su tépico, ereyendo que esto lad, Ta justicia, y la conveniencia de nuestras instituciones fundamentales", Aunque observando impecablemente los cdnones de la narracidn histérica, Errdzuriz se asegurd que el ensayo cumpliese dicho objetivo, y lo hizo fundamentado en su vision de la Constitucién de 1828, que de acuerdo a su parecer habfa estado basada en ims sanos principios de a ciencia dlemocrética” y su derogacién habia implicado una restriécién reaccionaria de la libertad. Para Errézuriz, el documento de 5 Ay Magne, 73.8 ja de 184 5 atl 18 de pan 18. 15 bo nh, Lamps too dM Cn Ap, ‘Mase de icayn Co 2, a Arb 29 4 1833 por contraste, habla dade ‘una preponderancia excesiva al poder ejecutivo cl cual en la prictica “anuld,.. los demas poderes del Estado’ Un aspecto propaganda Liberal que sobresale fue la actitud nclulgente hacia los disturbios y agitaciones, lo que constituyé una posicién diametralmente opuesta al estricto énfasis en el orden de los Conservadores. Esta actitud particular fue intensificada por la frustracidn de verse condenados 4 Ser una opasiciém aparentemente de carécter eterno. Muchos Liberales Parecen haberse convencido que las agitaciones eran inevitables, siempre que los gobiernos se manifestaran en contra de las aspiraciones Liberales, to que ‘en ningzin caso implicaba que ellos no le dieran la bienvenida a las agitaciones Diego José Benavente, logis la cualidad det este senti acciones ien nunca se despojé de su liberalismo més temprano, niusiasmo revolucionario’, sugiriendo que “la energia de Wento sostiene las revoluciones y hace que sean tan fecundas en lustres"*!, Juan Nicolas Alvarez crea en forma similar que "las revoluciones que nacen del desarrollo del pueblo... deben ser no temid: sino descadas, como beneficios de la providencia.... ellas nos anuncian... la presencia de la DIVINIDAD en la tierra. Era natural para los Liberales invocar el clasico derecho a la rebelin (con su perfectamente respetable ancestro europeo) no sélo para “contener los abusos del poder’ como explicd La Refarma €n 1850 (mencionando los casos de Carlos | y Jaime Il en Inglaterra y de Luis XIV, Carlos X y Luis Felipe en Francia), sino también "para derribar una mala legislacién, cuando la tirania ha logrado organizarla en su interés". El mismo periddico, unos aos antes, habia citado en tana aprobatorio la idea de Jefferson de la necestdad de regar el drbol de la libertad con sangre de tiempo en tiempo", por lo que incluso las guerras civiles podfan tener un lado positivo, De acuerdo a El Progreso (en su fase Liberal), una guerra civil "despierta sentimientos generosos, ilustra el pais con hechos gloriosos, [y] conquista casi siempre solidos bienes para la humanidad’. Esta actitud casi frivola hacia as agitaciones fue tal vez resumida en una forma mis vivida en la observacién hecha por Diego José Benavente en 1852 en el Senado, en el sentido de que la reciente guerra civil habia sido més bien “un duelo entre caballeros" Benavente fue increpado por el futuro presidente José Joaquin Pérez, quien le dijo que las guerras civiles eran infinitamente mas rencorosas que un duelo entre caballeros, EL GRUPO MARGINAL RADICAL El ala més radical del Liberalismo se transforms en politicamente significativa por primera vez com la Sociedad de lr ualdad de 1850, y resurgié durante la agitacién de 1858-1859, (Cudles, si es que los hubo, fueron sus argumentos distintivos? Como vimos, la campafa de Arcos y Bilbao para promover la educacién de los artesanos de Santiago fue répidamente fusionada con la oposicién gencrala la candidatura de Manuel Mont, lo cual fue recogido en forma consistente por los periddicos El Amigo del Pueblo y La Barra. El Amigo del Pueblo no se refirié a la Sociedad dela Iqualdad bajo ese nombre, y s6lo en raras ocasiones aludié a las revoluciones francesas de 1789 y 1848, en su timero afirmé el haberse concentrado “casi exclusivamente” en las necesidades especificas de los artesanos, y aunque incluye un fiel ejemplo de tales demandas, la lectura de sus cincuenta y tres ndmeros no confirma lo que se sostiene en el Aillimo de ellos. Lo que hizo fue hacer resonar una nota distintivamente radical com un mensaje Liberal intensificado y tefiido de un sentido igualitario inusual para la época. José Zapiola nos informa que a aquellos que buscaron ser admitidos en I Sociedad de la liualdad se les solicitaba (en una férmula sugerida por Bilbao) "reconacer la soberanfa de la razén como autoridad de autoridades, la soberanta del pueblo como base de toda politica; y el amor y fraternidad universal como vida moral"*. Los igualitaris ciertamente hicieron un jucgo, que bajo las Gircunstancias del momento fue peligroso, con el tér “Proclamemos en alta vor la revoluci6n’, declars en su primer mimero El Amigo del Pueblo, “y aceptemos el titulo de revolu periddico aclard, sin embargo, que esto no implicaba "la revolucién por la violencia’ y que su tinico objeto era “el progreso de las ideas con la ayuda de la propaganda escrita y hablada’®’, "Revolucién”, como “repablica’, no fueron entances mas que tetéforas para la implementacidn del programa Liberal, que de todos modos incluy6 un lado adicional de reforma soci El puiclo de hoy, a cuyo frenie marcha la clase obrera, aguarda su dia de triunfo... para arrojar a las hogueras de la libertad los cédigos barbaros, las instituciones que oprimen al pobre, el fanatisma de los Fariseos, las Ppreocupaciones de fa ignorancia, cl orgullo de la aristocracia, fa indolencia de los servidores de la repiblica, y hasta los recuerdos de las épocas de absolutismo. Con el rriunfo del pueblo se levantara la repablica can humanas y equitativas leyes, con instituciones que abran al pobre el camino de la educacién y de la abundancia, con la razén por saberana, con Ja igualdad en fa ley... ino “revolucién”. WR Soom. ot, 8 ‘Ob Ane Pt, tt 1880, PARTE ll LAS ACTITUDES DE sDIABOS BE i Hube ocasiones también cuando E! Amigo del Pueblo pudo hacer resonar ideas cercanas a la lucha de clases, como cuando describié Chile como: Un pats donde la ley se eancede al pobre severa y rigurosa,y al rico blanca y ligera Un pats en donde a pesar de la fecundidad del terreno viven mmiserables cien familias cuyos trabajos son mal recampensados por sus silos... Un pats donde el talento no surge si no se ha mecido en noble cana... Latiranfa no existe para los paderosos, no existe para los que gasten frac y comprenclen los derechos que la repiblica concede como ciudadanos, ero existe con insoportable peso para esas clases desvalidas, que ignoran, ‘en la miseria las garantias de que gozan por haber nacido en un pais con instituciones democriticas™ {Qué politicas especificas recomendé El Amigo del Pueblo en realidad? Deploré la escasez de monedas de baja denominaciGn y las fichas que los icfios de tiendas usaban para mantener ligados a sus clientes a sus negocios, y llamé al gobierno a implementar la introduccién para todo el pais de una moneda basada en cl sistema decimal”. También abogé por una limpieza de los sectores mis pobres de Santiago” y denunci6 fa brutalidad de la polica en contra de los pobres”. Otros de los aspectos tratados fueron el argumento en favor de la expansién generalizada de la educacién”*y la democratizacién de las guardias civicas”, al mismo tiempo que se propusieron tarifas proteccionistas para los artesanos, haciendo notar que cuando el Palacio de La Moneda habia sido reacondicionado para acoger Ia Presidencia’®, se habian gastado veinte mil pesos en muebles importados y materiales de Europa, cuando el trabajo podria haber sido encargado a artesanos chilenos Proporciondndoles “una ocupacién lucrativa por largo tiempo", El mismo Periddico manifesté que lo que se requeria entonces era tina “considerable -subida’ en los impuestos de importacién sobre “toda manufactura que pueda ‘competir con la obra de la industria nacional” (los muebles alemanes e ingleses fan vistos como especialmente competitivos). El periddico admitis que las tarifas proteccionistas debfan ser usadas sélo “en un caso extremo", pero defendia la idea de que la posicién del artesanado constitufa un caso especial ‘DAnig ct Awe, 2 may fo 1 Ag chit Bn 8 Sf, a n 7g ot as 1 may 180, 74 rpg Ag ds, 20 yO 5 Aigo 1 a oH, + aa ac moro 8 a ci Piensa V7. Todos los puntos mencionados por El Amigo del Pueblo eran televantes para los artesanos, pero ellos en ning caso fueron incorporados en tuna verdadera visién coheremte de reforma social, Excepto en el sentido mis vago, las expresiones roménticas de Francisco Bilbao nunca se concretaron. Como veremos, sin embargo, su amigo Arcos demostré una mayor eapacidad para darle un cardcter concreto, radical y poderoso-a este tipo de visién para la sociedad chilena CINCO TRATADOS POLITICOS Varios chilenos durante la repablica temprana trataron de exponer sus ideas en tratados politicos, de los cuales se han seleccionado cinco de ellos, no de forma arbitratia, sino por ser estos los mejores que se escribieron en el periade. Comenzaremos con José Victorino Lastarria (1817-1888), el lider publicista Liberal de su tiempo, cuyos trabajos han sido estudiados extensamente a fo largo de los afos, a pesar de lo cual es necesario incluirlo aqui, al menos como tuna seal de respeto. Su tratado Elemerias de derecho priblico consttucional, teérico, positive y poldico (1847), es un manual de “ciencia politica’, directo y entretenido, ‘que se bas6-en un texto publicado en Bruselas en 1837 por el aleman Heinrich Abrens (1805-1874), Lastarria sigui6 el consejo de Ahrens de no mezclar las discusiones teéricas con “las cuestianes del dia’, aunque naturalmente Lastarria sefalé que ‘el sistema liberal cra la tendencia del siglo diecinueve. En su siguiente trabajo politico, (extendido y mucho més interesante), La Constitucién politica de la Repiblica de Chile comentada (Valparatso, 1856), el pensamiento politico de Lastarria es expresado en forma mas abierta. Aqui interpreta el programa Conservadar de 1830 como un programa que intenta ‘rchabilitar la colonia, perpetuar su espiritu, conteniendo la regeneracidn social”, aunque deftende la Constitucién de 1833 al preferir esta la formu por sobre la "soberania del pucblo", ya que yen Hispanoamérica el populacho...carece de voluntad propia” Por lo mismo, Lastarria aprobé la limitacién del sulragio a aquellos ‘ciudadanos activas” porque el sufragio universal significaba simplemente ‘contiar el ejerci de la soberania-a los que ninguna garanta ofrecen de sus buenas intenciones, de su independeneia, y de su interés por la sociedad™’, Por otra parte, Lastartia encontraba la Constitucién de 1833 altam las libertades civiles; ‘La libertad personal nc 17 A a, 40 may 8. ANTE LAS ACTTTUESDE Ms de los funcionarios pablicos, tampoco era el Congreso-"un verdadera poder”. La critica mas severa de Lastarria estuvo reservada para el ejecutivo, el cual gozaba, scgin el, de “una supremacta que ticne pocos ejemplos en las constituciones republicanas™. Finalmente, hizo notar, que era muy di cenmendar la Constitucién contraponiendo el caso chileno con el de “la actual perfeecién” de la constitucién briténica, que segtin él era atribuible al hecho de ‘que esta podfa ser enmendada sin “grandes solemnidades”™ tratado de Juan Manuel Carrasco, Comentarios sobre la Constitucién Pol de 1833 (Valparaiso, 1858) es menos una critica al régimen Conservador que un borrador para el futuro liberal. Un Liberal més joven, Carrasco Albano (1834- 1873) fue més audaz que Lastarria al punto de llegar a manifestar que Chile era “en cierto modo una repablica a medias”. El gobierno unitario, crefa, era “natural” para los latinos en contraste con las autonomias locales favorecidas por las anglosajones. Ademés, los hispanoamericanos debian luchar ‘contra los antecedentes de su raza, de su pasado de miles de aio’, y sélo [el] tiempo... la civilizacién y ... la accién liberal de las gobicrnos’ podia crear ‘el elemento saj6n, la auttonomia local, dnica garantia de la libertad™*. Carrasco Albano abogs por la libertad religiosa, la separacién de la Iglesia y el Estado y una mayor flexibilidad en las leyes de nacionalizacién, porque “Chile necesita la inmigracién, y sobre todo la inmigraciGn protestante””, antadiendo que el fracaso en Ia atraccién de los inmigrantes iba "contra el porvenir manifiesto de nuestro continente, llamado a ser la nueva patria de la humanidad regencrada™: Carrasco Albano consideraba Ia visién de Lastarria sobre los derechos ciudadanos como demasiado timida, porque si las elecciones eran verdaderamente una expresién de soberania nacional, él defendia la idea de sque todas las “personas sociales' (por ejemplo, los jefes de familia) debfan votar. La posesién de propiedad y las necesarias calificaciones financieras significaban sque “la gran mayoria de la naci6n esté sujeta al tutelaje dela minoria... La masa del pueblo chileno extranjero en su patrial’, Carrasco Albano era un verdadero ‘optimista de las posibilidades que podia brindar el siglo diecinueve, y estaba confiado en que el conferirle el voto a los pobres serviria como un estimulo ‘enorme para alfabetizar y educar: “La masa de los grandes propictarios y de los hombres ilustrados... se gravarfa gustosamente para instruir y ivilizar ese pueblo ignorante que iba a gobernar, a dictar leyes"™, Sin embargo, s6lo ocho aiios 1 mis tarde, los hombres ilustradas y aquellos que posefan propiedades, votaron en el Congreso en contra del proyecto de ley para la educacién de Montt, lemostrando su extrema falta de voluntad para avanzar algo en ese sentido, Carrasco Albano estaba perfectamente consciente de que el Congreso estaba dominada por gente ligada al ambito publico y a ‘los grandes Propietarios’, por le que para contrarrestarsu influencia abog poruna ‘dotacién ‘competente” para los parlamemtarios. En verdad, los briténicos no pagaban a ‘sus miembros del parlamento, pero este no era el caso en “la sabia, la republicana, {a nunca bastante alabada Constituci6n de los Estados Unidos". Tal como Lastarria y cualquier otro Liberal, considers como: excesivos los poderes de la Presiclencia porque el Presidente cra ‘un solo individuo eierciende la mayoreomia dela nacién entera™',y su influencia era tan “abrumadora-y omnipotente’ que a la oposicisn se le habyan dado opciones rigidas en sus posibilidades de aecién "O se resigna y abdiea, 0 se rebela y lucha: una retirada vergonzosa o una revolucién!™. Lo que se necesitaba entonces era una vigorosa vida parlamentaria ¥ un gobiemo municipal democrético. Acerca de esto, Carrasco Albano fue especialmente elocuente, al seftalar que incluso los mapuches tenian mejores Bobicmnos locales de los que permitia la Constitucién de 1833; “Ese pucblo araucano..., ese pueblo, aunque bérbaro, puede darnos més de una leccién de buen gobierno, 0 de sef-sovemmert, que es una misma cosa para ellos como para los nortcamericanos”®. No obstante el tipo de afirmaciones caprichosas, Carrasco Albano fue un pensador licido, por lo quest muerte prematura privé a Chile de su presencia intelectual Dada su importancia en la vida nacional, no sorprencle que tanto Lastarria ¢omo Carrasco Albano hubiesen anclado sus reflexiones politicas en 1a Constitucién de 1833, En el Ensayo sobre el Gobierno en Europa (Paris, 1859), Ambrosio Montt (1830-1899), quien era yerno de Manuel Montt, prescindié completamente de Chile en su enfoque, eligiendo examinar la politica en un sentido mucho mds amplio y principalmente en vn contexto curopco. El eje central de su tratado esté en el contraste entre los ‘exitosos anglosajones (Inglaterra y los Estados Unidos) y las menos exitosas naciones latinas” a partir de lo cual se pregunt6 qué explicaba la."inmensa preponderancia" de Inglaterra Larespuesta stigeria que en parte, era Ia homogeneidad de los hombres, de las {nstituciones y de las costumbres" lo que habia hecho a la sociedad inglesa, ‘Ia mds seria, la mas ingeniosa, la més prictica del mundo™, La marca de los anglosajones —vapores, telégrafos, bancos, com; jas de seguros— que podia Dresenciarse en puiertos como Rio-de Janeiro y Valparaiso (“ciudades inplesas ae, 0891 66 Me. ‘1.0 Arie Mon eo por excelencia"), nose podta sentiratin en las ciudades sudamericanas del interior, donde no se vefa “la influencia bienhechora de la Inglaterra” A diferencia de los briténicos, sin embargo, la Constitucién briténica no viaja, por lo que Monte pensé que eso ejemplificaba ciertas verdades po fundamentales; que el gobierno es “un hecho: hist6rico, tradicional libertad absoluta es ilusoria y que las leyes debfan descansar en las costumbres en vez de ser determinadas a prion”, Por contraste, Montt sefalaba que fa tradicién politica francesa sufria de una tendencia fatal de poner todo el poder en fas manos de un gobernante poderoso que “absorbe a la nacién, la domina, la tiraniza”. En general y citando a Joseph de Maistre, Montt crefa que las paises tenian los gobiernos que merecian: Rusia necesitaba un Zar y ‘absolutismo puro”, y los alemanes un gobierno “inteligente, patriota, sabio, pero indiferente a Ia libertad” mientras las naciones latinas estaban Hlenas de "la duda, [a incertidumbre" y destinadas a oscilar entre el despotismo, la monarquia constitucional y el republicanismo” . Las razas latinas necesitaban revitalizarse a través de una “honesta y fecunda emulacidn’ de los anglosajones, quienes mientras tanto debian ser bienvenidos en Hispanoameérica, porque “la invasion Pacifica de los anglo-sajones, lejos de ser una causa de terror, es una verdadera garantia de paz para los pucblos latinos" debido a que lasanglosajones quedarfan ‘como reberes. Montt continuaba con sus ideas, exponiendo que cuando hombres ¥ bienes son intercambiados universalmente, las guerras resultan imposibles de desarrollarse. “En nuestra época la Inglaterra no destruiria a Nueva York, la hhermana de Londres y de Liverpoo!™. La necesidad politica més importante para la gente de Hispanoamérica, era par tanto la de "organizarse, constituirse de un modo firme, durable, la de moralizar la administracién, hacer respetar la ley, robustecer la autoridad, en suma, la de formar un gobierno" De las naciones latinoamericanas, sélo Brasil y Chile habfan avanzado un trecho Considerable en esa direccién, en parte porque habian resistido “las bellas pero Engaiiosas teorias de los publicistas y los fil6sofos” y habfan establecido “un Tégimen regular y serio" sustentado en “Ia historia, los hechos, las costumbres, Ia ilustracién del pueblo”! En contraste con el inteligente sondeo de la historia europea por parte de Ambrosio Montt, esti el trabajo de Pedro Félix Vicuta (1805-1874), El pornenir i hombre (Valparaiso, 1858), un trabajo sin brillo estilistico, pero notable y focalizado cn el futuro de la democracia, el viejo ideal pipiolo de Vicuta do 2807 ‘46.3971, ed» 38, La democracia, insistia Vicua, requeria una apropiada base econdmica y social. Vicuna vefa una poco santa trinidad —autoridad, aristocracia, clero— como responsable del mantenimiento rezagado de “la impetuosa corriente de la civilizaci6n y de la democracia” en Hispanoamérica, y temia que una revoluci destructiva pudiese abrumaresta liga anti-social”, Su autoampuesta tarea como. teGrico era la de encontrar un camino ubicado entre “los que fanatizados por su. poder..., no aceptardn ninguna mejora que afecte su orgullo” y aquellos que *deliran por el futuro Comunismo, que s6lo tracria.a la tierra la barbarie”™, La propiedad, sefalaba Vicutia, era una institucién por la cual la sociedad necesitaba tener “un reypeto inviolable”, pero consideraba por otra parte que la ida bertad de la propiedad’ habia llevado a la ‘mas completa desigualdad social” y hacia un “nuevo feudalismo"™*, El valor de la tierra se habia tr cado desde el periodo colonial, mientras los salarios pagados a los inquilinos habian permanecido estiticos™, por lo que se necesitaba “una reforma radical en la ‘organizacién de la propiedad’, la que seria dificil, sies que se dejaba solamente ‘en manos de la voluntad de los propietarios, pero no imposible". Proponia que los propietarios pudiesen tal ve2 incrementar los salarios de sus trabajadores © alquilarles ticrras por periodos de treinta aiios y si esto lallaba sugerva que se pudiesen expropiar haciendas con compensacién a los propietarios por parte del Estado, Las tierras expropiadas podian ser entonces distribuidas a los Inquilinos junto auna hipateca estatal. Vicuria siguié en esto las ideas de Locke alargumentarque un individuo tenia el derecho absoluto sobre lo que cultivaba, pero yendo mas alli, al manifestar que “mas extensi6n territorial’ es un derecho social sujeto al control social, aunque la "extensién" tenia raices profundas en la sociedad, por lo que debia ser respetada siempre y cuando no se entrase en un conilicto con los derechos de los trabajadores Lavisién que Vicunta posefa de Chile, sin embargo, no era del todo agraria porque segin él Chile estaba destinado a ser "un pucblo fabril e industrial” debido a sus abundantes minas y la posesicin de “las primeras materias para las ‘més ricas manufacturas’™, La clave para el progreso y la independencia no estaba tanto en el comercio exterior sino en el desarolle interna; "Cuando seamos pproductores a la vez seremos comerciantes y navegantes, y no como ahora subalternos agentes de las factorias extranjeras que se han establecico entre nosotros’, En el punto siguiente, Vicufia viene a exponer su obsesién principal 12 Pero ee Vets, pan Aan, te sn ano apocrine akg chee, 19 108 ht. 30, 105 i, p04 que era la creacién deun banco central, ajeno a cualquier tipo de control pol para evitar que se transformase en un instrumento de tiranfa, y sobre el cual se sustentaria el capital para el desarrollo nacional'"". El crédito pablico, explicaba Vicuria, habia sido claye em la historia de Inglaterra, que a pesar de haber tenido tun momento sombrio —Enrique VII, después de todo *hizo degollar a cinco de las sicte mujeres que tuva’—; contd con la fundacidn del Banco de Inglaterra, que ayudé a que el pais creciera y floreciera sobre la base del ‘esfuerzo més extraordinario conocido hasta nuestros dias”. Tristemente, Inglaterra estaba arruinada por su tradicidn aristocratica, por lo que los chilenos harfan bien ¢n emular mejor a los Estados Unidos, pafs poseedor de un cardcter mas democritico, y cuyas posibles tendencias expansionistas podrian ser resistidas por una Hispanoamérica democratica y préspera'"’. De hecho, y es aqui donde aleanzamos el lado internacional de la visién politica de Vicuna, una Hispanoamérica que combinase una correcta organizacién de la propiedad y la utilizacién del erédito pablico, podrian ponerla a "a la cabeza de la civilizacién’ Ninguno de los tratados politicos mencionados hasta ahora provocaron ‘en's momento mayor controversia, aunque Andrés Bello haya descrite el trabajo de Ambrosio Montt como ‘la produccién chilena més notable que hasta ahora se ha publicado"'"”, —considerandlo la fuente ivaya alabanza! A pesar de ser muestras respetables de pensamiento politico, ninguna de los tratados analizados ‘merece realmente la inmortalidad aparejada a algunos de los escritos argentinos misimportantes del periodo. Tal vez el que puede merecerun reconacimiente, a pesar de que tampoco causé mayor revuelo al momento de ser impreso en 1852, esel panfleto de treinta y dos péginas de Santiago Arcos titulado Carts a Francisco Bilbao, escrito desde la prisién mientras Arcos esperaba su exilio final de Chile. Este escrito tom6 la forma de una carta a su reciente compaiero de lucha, y se fundaments en sus experiencias en la Sociedad dela [qualdad, Tal camo Vicufa, Arcos (1822-1874) se enfocé en las realidades sociales y econdmiicas més que en las cuestiones de orden institucional. Desde su perspectiva, no importaba quien fuera el Presidente de Chile —Un Washington, un Robert 1 Arcéngel San Miguel en el lugar de Montt seria malo como Monti" esperanzas de democracia en Chile, sefialaba Arcos, hasta que a atencién no estuviese puesta en “la condicién del pueblo, la pobreza y degradacién de las nueve décimas de nuestra poblacisn’ iv, ei, cp. 7188, pa z0428. hy Arcos dividié a la sociedad chilena en tres clases: los pobees los ricos y los extranjeros, pero “cl pobre no ¢s ciudadana”, arguments, porque incluso si cs que vota, lo hace bajo las érdenes de otros”. En la reciente guerra civil, los pobres “peleaban por el Patrén Bulnes o por ¢l Patrén Cruz, peleaban por la comida, vestuario y paga’'". Los ricos, quienes eran descendientes de oficiales dc la colonia, “los mayordomos enriquecidos hace dos o tres generaciones fecientemente enriquecidos magaates mineros eran ‘la aristocracia chilena’, aunque la aristocracia no era “cruel ni enérgica” como en Mlaboriosa y patriota’, como en Inglaterra, sino simplemente “ignorante y a inque habia producido algunos grandes hombres, incluyendo a Portales y a ‘este Manuel Mon ieas entre Liberales y Conservadores reflejaban simplemente la clésica historia de los de ‘adent ‘en donde los Liberales, debido a que eran permanentemente los de “afuera’, *Cuanto picaro hay en Chile que no ha podido medrar, cuanto mercachifle quebrado, cuanto hombre de pocos haberes ha per pleito y cuanto jugador entrampado, otros tantos se dicen liberales smo sin embargo, contenia un clementa valeroso: j6venes como Vicufia Mackenna—juventud llena —, aunque esta cohorte lena de artido nuevo, el partido grande, el partido democrético-republicano""®. El nuevo partido deba tener una atencién particular hacia la tercera clase de Arcos, los extranjeros, quienes va fueran comerciantes o inmigrantes, anhelaban libertad de culto y de comercio, Una la primera prioridad de un gobierno revolucionario al llegar al poder. El ‘comercio y Ia llegada de inmigrantes luncionarian ala perfeccién, especialmente en las zonas despobladas del sur, como Valdivia y Chiloé, donde Arcos especulaba que se podia Hlegar a contar con una sociedad més avanzada ‘culturalmente que en el resto de Chile, para luego (fantascando) generar un traspaso del control como en el caso de las. “nuevas Islas J6nicas bajo el Protcctorado de Inglaterra’. Las Islas J6nicas estaban todavia bajo dominio briténico en el momento en que Arcos eseribié y doce aos més tarde fueron transferidas al nuevo reino de Grecia. Sin importar la forma en que el partido democritico-republicano | ppor una fuerte asonada popular o porambas cobierna Revolucionario, nuevo, Toc re ual 9. rv) ‘N11. 8 mpm wn, em con a hn Wan aay Se Joa abc ol opt, 0b 10 ate es el de reservarse para privadas que puedan ser dtiles a la repdblica y fijar la remunera . Fuertes medidas serfan necesarias para transformar debida Chile entre las cuales proponia Arcos como accién medular way simple: "Quitar sus tierras a los ticos y distribuirlas entre los pobres' reforma agraria que bosquejé fue mucho més drastica que cualquier otra que segtin Arcos, debia ser divicido en lotes (Arcos no especi de su produccidn af Estado por cincuentaafios, Los actuales propictarios tend garantizados ance lotes, yla tuna compensacién dentro del plazo de cincuenta aos también que un quinto de los lates seria reservado: para los i bastante confiado en su proyecto, esperaba sin embargo que losricos deseribier. a quienes buscaban esta reforma agraria como “ladrones salvado de una futura jacquerie — expandide enormement se encontraba en la di su esperanza de que “atacando cl grito de PAN Y LIBERTAD y la Estrella de Chile seré el lucero que anuncia luz que ya viene para la América espaiiola””® No puede negarse que el pensamiento de Arcos era ico, porque “juventud generosa y més tarde en el siglo diecinueve, no mostré una gran incl su reforma agraria, y tampoco tuvo Poderosos, pero la fuerza y cardcter directo del eset realismo, tiempo, y una de aquel pensar sobre cémo hi 3s piezas raras de escritura politica que ai era sido si es que esto hubiera acontecid nen Gum 1 peruano sal Swag Aa. mo el derecho de “disponer de las propiedades al se haya intentado en Chile en las generaciones posteriores, debido a que el campo, atendera ninguna demarcacién anterior", y cada lote pagaria un uno porciento an ra que perderan seria tasada, pagando el Estado proyecto sefialaba an ] comunistas”, pero ta medida “debe tomarse para salvar el pais’ explicaba, por lo que el rico seria suerte de las blancos de Santo Domingo iciarian de un mercado @Por qué los Estados Unidos habian progresado tan “admiratslemente”? se preguntaba Arcos, mientras sefialaba que la respuesta 1ucién uniforme de la propiedad, porlo que expresaba mal de frente’, Chile podria evitar una revuclta agraria como la que habia experimentado Francia en la década de 1790: ‘Demos el sistema tradicional de Ia hacienda era més firme de lo que suponia. Cuandoa su ta" He toc hacerse cargo de los asuntos chilenos acién para adoptar sticién chilena, en la medida que se fue desarrollando, mayores espacios para los Gobiernos Revolucionarios Todo- le Arcos y su despiadado convintieron en el més imaginative de los tratados politicos de su

También podría gustarte