Está en la página 1de 46
CAPITULO IV LA NOCION | DE NEGLIGENCIA MEDICA EN LA JURISPRUDENCIA NACIONAL A. CULPA MEDICA Y ESTANDAR DE CUIDADO DEBIDO: TENDENCIAS JURISPRUDENCIALES 30. PLANTEAMIENTO Como sabemos, el médico se compromete a poner a disposicién del paciente sus capacidades profesionales de acuerdo a un esténdar general de diligencia que, cualquiera sea el estatuto bajo el cual se persiga la responsabilidad, queda determinado por las exigencias de cuidado impuestas por el derecho. En nuestro ordenamiento juridico, tales exigencias se definen a partir del concepto de culpa leve, que conforme al articulo 44, es el criterio general y supletorio de responsabilidad. De esta forma, el médico debe actuar como un. profesional competente y diligente, tomando en consideracié6n las circunstancias en que se produce su intervenci6n. La infracci6n de ese estindar es constitutiva de culpa y da origen a la obligacion de indemnizar los perjuicios causados (Supra N* 19). Ahora bien, el estandar general de cuidado a que esta someti- do un facultativo competente y diligente puede ser determinado por una de las siguientes tres fuentes: el legislador o cualquier otra autoridad con potestad normativa (culpa infraccional); los estandares social o cientificamente reconocidos, tales como los usos normativos o hdbitos (lex artis); y finalmente, el juez, a través de la construccién de una regla de cuidado para el caso particular segiin el estandar del profesional diligente. Nuestros tribunales han reconocido ampliamente que el médico debe responder por su culpa de acuerdo a las reglas generales, es 117 LA NEGLIGENCIA MEDICA ANTE LA DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA NACIONALES decir, por culpa leve. Veremos a continuacién la forma en que la jurisprudencia chilena ha recogido los principios generales que hemos esbozado. 31. LEX ARTIS Las buenas practicas definidas por la lex artis tienen especial valor en materia médica y los tribunales nacionales asi lo han reconocido extensamente. Como veremos a continuaci6n, de las sentencias consideradas para este trabajo, en la gran mayoria de ellas se hizo referencia, expresa o tacitamente, a la lex artis como criterio para determinar el estndar de cuidado a que debe sujetarse la conducta de los médicos y demas profesionales de la salud. a) En primer lugar, cabe destacar que recurrir a la lex artis tiene relevancia para los efectos de determinar si en el caso con- creto el médico actué diligente o culpablemente. Como sabemos, la observancia por parte del médico de una practica profesional establecida es prueba suficiente de su diligencia. Por el contrario, la inobservancia de las normas de conducta exigidas por la lex artis médica es suficiente para dar por establecida la culpa pro- fesional, siendo s6lo necesario probar que en el caso concreto éstas no se cumplieron (Supra N° 19), La jurisprudencia chilena se ha pronunciado en ambos sentidos. Asi, por ejemplo, se ha fallado que “cuando un tratamiento o intervencién médica (...) es realizada de acuerdo a las reglas terapéuticas aceptadas, o sea, conforme a la lex artis, es licito, se encuentra conforme a derecho y, atin més, es atipico”, agregan- dose posteriormente que “el sentenciador debe concluir que al no disponer la hospitalizaci6n de la paciente, el reo se sujets a las normas de conducta regularmente seguidas por los facultativos, desde que no existen instrucciones o directivas especificas que ordenen la hospitalizacién de la paciente”.29! En cambio, desde la otra perspectiva, se ha establecido que “los cirujanos (...), la anestesista (...) y la pabellonera y la arsenalera, faltaron al deber de cuidado de que se trata en esta sentencia, al no tomar las pre- * Corte Suprema, 20/5/86 (recurso de queja que deja sin efecto una sen- tencia dictada por la Corte de Talca, dejando a firme una del Juzgado de Letras de Constitucién, de 12/8/85). 118 CAP. IV. LA NOCION DE NEGLIGENCIA MEDICA EN LA JURISPRUDENCIA NACIONAL cauciones necesarias a las que se hallaban obligados en virtud de las reglas permanentes de la lex artisy de las practicas constantes seguidas en propio Hospital Militar de Santiago en intervenciones quindrgicas de 6rganos bilaterales” 2% Ambas tendencias han sido ampliamente seguidas por nuestros tribunales. Veamos, en primer lugar, casos en que los tribunales han rechazado la demandada por haberse cumplido las normas de la lex artis: * “lo ejecutado por el Dr. Figueroa es la conducta habitual y légica frente a la detencion del parto por falta de rotacién de la cabeza fetal”, dandose por establecido que “Ia aplicacion del férceps era la maniobra adecuada para la extraccién de la nifia del vientre materno, que ésta fue efectuada en forma correcta, que el f6rceps fue debidamente aplicado”, por lo que “debe absolverse al procesado Figueroa Yaiiez de la acusacién formulada en su contra...";8 * “que la utilizacién de la inyeccién de Carbocain sin vaso constrictor empleada por el demandado en la atencién dental del actor (...) tampoco puede imputarse a negli- gencia del demandado ya que dicho tipo de inyecciones son las utilizadas normalmente en el servicio...”;? * “el médico tratante debe responsabilizarse de cumplir plenamente con lo que ordenan las reglas de la practica médica. Ello implica diligencia, pericia, preocupacién an- tes, durante y después de la intervenci6n médica a que se oblig6”, agregandose que se desecha la demanda porque “la cirugia a que se fue sometida dofia Alejandra Oyarztin Zavala se hizo de acuerdo a las normas y procedimientos adecuados...”;2°% “en Ja época en que ocurrieron los hechos, la maniobra quirdrgica mencionada, que facilita el cierre de la cipula vaginal desde abajo, era aceptada y normalmente usada eneste tipo de intervenciones” sefialandose que “el trata- 2° Corte Suprema, 20/6/96. Corte de Santiago, 31/7/91. 24 Corte de San Miguel, 15/4/92. 25 Corte Suprema, 10/12/01 (rechaza recursos de casacién en la forma y enel fondo deduicidos contra una sentencia de la Corte de Valparaiso, 20/3/02, que a su vez confirmé una sentencia dictada por el juzgado de letras de Quillota de 22/6/00). 119 LA NEGLIGENCIA MEDICA ANTE LA DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA NACIONALES miento médico quinirgico de la peritonitis por perforacién de colon sigmoides correspondié al manejo habitual para sos casos, puesto que el tratamiento” se llevé a cabo “de acuerdo con las reglas del arte médica (lex artis)”:2% * “que el examen practicado por las doctoras demandadas ha sido el adecuado tratandose de una atencién de urgen- cia y que los sintomas que se anotan en los informes de atencién permiten elaborar no una, sino varias hipétesis diagn6sticas entre las cuales caben, ciertamente, aquellas elaboradas por las doctoras Cartes y Linares”: * “que de acuerdo con las reglas de la lex artisy considerando las caracteristicas particulars de la paciente, el doctor El- gueta no omitié ningiin acto de aquellos que correspondia realizar en este tipo de intervenciones”, concluyéndose que “se encuentra probado en autos que el diagnéstico, tratamiento e intervencion quirtirgica practicadas por el doctor Elgueta corresponden a lo que es normal y correcto para este tipo de patologias”;2%8 * “que el demandado cumplié a cabalidad no sélo las obli- gaciones que le imponia el contrato, sino ademés las que le son exigibles en tanto médico cirujano, que derivan de las reglas y normas que rigen la ciencia y arte que profesa”, indicandose que “se ha comprobado fehacientemente que el demandado emple6 en la intervencion quinirgica oftalmolégica que practicé al actor la diligencia y cuidado debidos en el cumplimiento de su obligaci6n”;?°° * “los médicos deben actuar conforme a las técnicas, a los procedimientos y a las reglas generales de la profesion, acudiendo a los examenes y andlisis para diagnosticar el mal ya los medios terapéuticos en uso para tratar de curarlo, En otra forma, el acto médico tiene como presupuesto que se realiza de modo debido, de la manera como se indica segiin la lex artis (...). De los antecedentes reunidos en 2% Corte de Copiapé, 25/3/02 (confirmada por la Corte Suprema, 8/7/02), Corte Suprema, 11/11/02 (rechaza recurso de casacién en el fondo deducido contra una sentencia de la Corte de Valparaiso, 20/3/02, que a su vez confirmé una sentencia dictada por un juzgado de letras de Viiia del Mar de 26/7/99). 28 Corte de Santiago, 31/10/05. * Corte Suprema, 2/1/07. 120 CAP. IV. LA NOCION DE NEGLIGENCIA MEDICA EN LA JURISPRUDENCIA NACIONAL autos, es posible concluir que realizé su labor en buena forma, salvando la vida del ofendido...”;9° y * “la obligacién de medios del médico le exige actuar no como cualquier hombre prudente, sino prestar sus servicios conforme a la lex artis, esto es, de acuerdo a los conoci- mientos adquiridos por la ciencia médica”, agregandose que “el procesado adopté inmediatamente las maniobras y medidas médicas que tal accidente obstétrico ameritaba, conduciéndose conforme a las pautas de la lex artis de su profesién y las de su propia experiencia...” Veamos ahora, en segundo lugar, ejemplos en que se ha esta- blecido la responsabilidad del profesional por haberse infringido la lex artis: * “el hecho (...) de abandonar el box dentro del cual es- taba la paciente (...) constituye imprudencia temeraria”, en especial si se toma en cuenta “que en todo proceso anestesiolégico existe un porcentaje de riesgos” que el demandado debia conocer en raz6n de “la experiencia y practica del anestesidlogo”; * los acusados no adoptaron las debidas precauciones y cuidados con el paciente Ordenes para evitarle los efec- tos dafiinos que el examen de mielografia le causé con el medio de contraste empleado, sobre todo sabiendo o debiendo saber por sus especialidades que el Conray produce generalmente reacciones alérgicas, y a veces, convulsiones violentas con efectos de fracturas”;*8 “tal riesgo era para el médico tratante, especialista en la materia, previsible yal mismo tiempo evitable”, por lo que “la conducta del acusado (...) estuvo lejos de discurrir con- forme a las pautas de la lex artis de su profesion...”;% * “esta conducta, por tanto, condujo a que se produjera el resultado antijuridico: la muerte del menor, la cual importa 3 Corte Suprema, 23/4/07. 21 Corte Suprema, 30/1/08, Otros varios fallos considerados para esta in- vestigacién se pronuncian de la misma forma: Corte Suprema, 16/3/98; Corte Suprema, 2/7/98; Corte de Iquique, 29/6/00 (confirmada por la Corte Suprema, 30/5/01); Corte de Santiago, 30/6/06; Corte Suprema, 24/4/07; Corte Suprema, 4/10/07; Corte de San Miguel, 8/11/07; Corte de Coyhaique, 5/3/08. 2 Corte Suprema, 4/10/84. %8 Corte de Santiago, 3/11/88. %¢ Corte Suprema, 15/12/97. 121 LA NEGLIGENCIA MEDICA ANTE LA DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA NACIONALES incumplimiento de sus deberes de cuidado o diligencia que debié guardar en el desempeiio de su profesion, en virtud de las reglas permanentes de la lex artis que rige la medicina, pues incurrié en una omisién culposa al no aplicar el tratamiento indicado...”;5% * Las secuelas permanentes que sufrié la actora derivaron “de la negligencia culpable del tercero quien realiz6 la intervencién quirirgica sin tener los conocimientos ne- cesarios y sin emplear la técnica adecuada, infringiendo asi el deber de cuidado o precaucién del facultativo en el ejercicio de su arte”;3% * “las afirmaciones genéricas hechas por la Clinica deman- dada no son suficientes, a juicio de esta Corte, para tener por comprobado que ese establecimiento, en relacién al recién nacido Coria Aguilera, haya observado los cuidados que éste requeria, en los términos que segiin Ia literatura médica le eran exigibles”;3°7 * “no concurre, sin embargo, el elemento de haberse obser- vado por el autor, en la especie, las reglas del arte médico (...), reuniéndose de esta manera los elementos del tipo en anilisis, desde que el sujeto activo, un profesional mé- dico, al no cenirse al procedimiento que correspondia realizar segiin la lex artis, caus6 mal al sujeto pasivo (...), existiendo de parte del autor negligencia culpable en el desempeiio de su profesién...”; y * “hubo falta a la lex artis en el manejo especifico de la infec- cién que presento la demandante en el post operatorio, procedimiento que se califica de negligent” 3 b) Resulta provechoso hacer notar que en varios de los casos recién citados, nuestros tribunales descartaron la responsabilidad % Corte de Talca, 21/10/98 (confirmada por la Corte Suprema, 28/1/99) %° Corte Suprema, 5/3/01 (confirmando una sentencia de la Corte de Val paraiso, 29/11/00, que a su vez confirmé la sentencia de un juzgado de letras de Vitia del Mar, de fecha 30/6/98). 507 Corte de Santiago, 10/7/02, %8 Corte de Rancagua, 2/11/06. %? Corte Suprema, 24/9/07. Otros varios fallos considerados para esta inves- tigacién se pronuncian también de esta manera: Corte de Santiago, 23/10/91; Corte de Santiago, 28/4/00; Corte Suprema, 2/6/04 (confirma sentencia de Corte de Copiapé, 28/6/02); Corte Suprema, 31/8/04; Corte Suprema, 3/7/06; Corte Suprema, 9/8/07; Corte de Valparaiso, 17/10/07. 122 GAP. IV. LANOCION DE NEGLIGENCIA MEDICA EN LA JURISPRUDENCIA NACIONAL de los médicos y demés intervinientes, por considerar, implicita- mente, que se trataba de un accidente médico 0 error de conducta y que, por lo tanto, el facultativo habia actuado diligentemente, de conformidad a la lex artis. El error de conducta en la responsabilidad médica supone un “tropiezo” estadisticamente ineludible, que pudo haber sido cometido por cualquier profesional diligente y prudente y que, por lo mismo, no puede ser confundido con el actuar culpable (Supra N° 17). En este sentido, la Corte Suprema ha decidido que hallandose Ja paciente en buenas condiciones de salud, y tratandose de una intervencion quirdrgica menor, no era previsible que se produjera un paro cardiorrespiratorio, agregando que la hipoxia cerebral derivada del paro no puede imputarse a una accién determinada ejecutada por los facultativos que llevaron a cabo Ia operacién, debiendo calificarse la actuacion médica de diligente.*"” Del mismo modo, se ha fallado que “el dafio sufrido no ha sido el resultado de un hecho ilicito, sino de una lamentable patolo- gia al colon que irrumpié con una apendicitis aguda, que oblig6 a operar de urgencia en horas de la noche (...), dolencia que evolucioné luego de la apendicectomia a un proceso infeccioso originalmente denominado peritonitis fecaloidea y que luego de sucesivas perforaciones al ciego y colon, demandaron las opera- ciones de cecostomia, ileostomia y colectomia subtotal”."" De igual forma, se ha resuelto que “la cirugia a que fue some- tida doiia (...) se hizo de acuerdo a las normas y procedimientos adecuados y los dafios descritos no se produjeron por efectos del Excimer oa error médico, sino a la respuesta a los corticoides que presents la paciente, no previsibles a una persona joven”.* Otras varias sentencias se han pronunciado en el mismo sen- tido. Veamos: * “el tratamiento médico quirtirgico (...) correspondié al manejo habitual para esos casos, puesto que el tratamien- to dirigido y realizado de acuerdo con las reglas del arte médica (lex artis) que se practicé a la paciente, en el que 30 Corte Suprema, 2/7/98. 301 Corte de Iquique, 29/6/00 (confirmada por la Corte Suprema, 30/5/01). 512 Corte Suprema, 10/12/01. 123 LA NEGLIGENCIA MEDICA ANTE LA DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA NACIONALES falté un buen resultado, se produjo en raz6n de efectos accidentales 0 concomitantes, ya que toda operacién im- porta peligros...”;315 * No existen “elementos probatorios que comprueben una conducta negligente de su parte en la intervenci6n quirargica (...), cuyas complicaciones lamentablemente produjeron un daiio cerebral irreparable, que no fue po- sible prever (...), enfrenténdose a un imponderable que no le fue posible evitar”;3!4 * “permite dar por establecida la competencia y calidad profesional de éste [el médico demandado], por una parte, y por la otra, que la hemorragia expulsiva corroidea producida al paciente en una operacién de cataratas es del todo impredecible y de muy escasa frecuencia”.! * “es posible concluir que el galeno realizé6 su labor en bue- na forma, acorde con los principios cientificos adquiridos sobre la materia, con las nociones practicas relativas a los fenémenos médicos y a la manera en que éstos se producen, no siendo previsible en esta situacién concreta, constitu- yéndose en un suceso eventual, provocado en ausencia de todo acto negligente del médico, pues escapan de su dominio y control”.3 c) Como lo pusiéramos de manifiesto anteriormente en este trabajo (Supra N* 19), los conocimientos, reglas y usos que con- forman la lex artis deben ser evaluados y ponderados a la fecha de la prestacién médica y no a la fecha en que el juez resuelve. Sobre el particular, nuestros tribunales han tenido oportunidad de manifestarse, aunque en forma muy minoritaria. Asi, por ejemplo, se ha fallado que no existe responsabilidad del equipo médico por la muerte de la paciente, provocada por la activaci6n de un instrumento eléctrico utilizado en la intervencién que le provocé una peritonitis bacteriana mortal, por cuanto en 48 Corte de Copiaps, 25/3/08 (confirmada por la Corte Suprema, 8/7/02). 8 Corte Suprema, 19/12/06 (confirmando una sentencia de la Corte de Santiago, 20/9/05, que a su vez confirmé la sentencia de un juzgado de letras de Santiago, 30/4/01), 3!" Corte Suprema, 2/1/07. 516 Corte Suprema, 30/1/08, De igual forma se han resuelto otros casos: Corte de Santiago, 31/10/05; Corte de Santiago, 30/6/06. 124 CAP. IV. LANOGION DE NEGLIGENCIA MEDICA EN LA JURISPRUDENCIA NACIONAL la época en que ocurrieron los hechos el uso de ese dispositive era aceptado y normalmente utilizado en intervenciones de ese tipo.” Del mismo modo, se ha establecido que “se trata de prestar al paciente los cuidados segtin los conocimientos adquiridos por la ciencia médica a la data del tratamiento...”®!® 0 que “los médicos deben actuar conforme a las técnicas, a los procedimientos y a las reglas generales de la profesién, acudiendo a los examenes yandlisis para diagnosticar el mal y a los medios terapéuticos en uso para tratar de curarlo”*!* d) Finalmente, cabe tener presente que para efectos de deter- minar si existia o no una contravenci6n a la lex artisen el ejercicio de la profesi6n, los tribunales no estimaron relevante, en ningiin caso, el estatuto de responsabilidad bajo el cual se demandé la indemnizacion de perjuicios. En otras palabras, para nuestra jurisprudencia es indiferente que se persiga la responsabilidad contractual o extracontractual de los médicos, pues en ambos casos el estindar de cuidado queda definido por el derecho y, particularmente, por las normas, habitos y usos establecidos por la lex artis. Confirma lo anterior un fallo de la Corte Suprema, ya citado supra, en que se decidié que el demandado habia cumplido a cabalidad no sélo las obligaciones que le imponia el contrato médico, sino que también aquellas que le eran exigibles en tanto médico, definidas por las “reglas y normas que rigen la ciencia y arte que profesa”.®?° 32. CULPA INFRACCIONAL Aunque en menor medida, nuestros tribunales también han re- currido al concepto de culpa infraccional para definir el estandar de conducta a que deben sujetarse los médicos. De esta forma, se ha fallado que “tales hechos ocurrieron con infraccién a las disposiciones del Reglamento de Hospitales y Clinicas Privadas contenido en el Decreto Supremo N? 161 del 57 Corte de Copiap6, 25/3/02 (confirmada por la Corte Suprema, 8/7/02) Citada también, en este mismo sentido, por TAPIA RODRIGUEZ, 2006. 318 Corte Suprema, 30/1/08. 319 Corte Suprema, 23/4/07. 820 Corte Suprema, 2/1/07. 125 LA NEGLIGENCIA MEDICA ANTE LA DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA NACIONALES Ministerio de Salud, de suerte que no es posible considerar tam- poco que la demandada actus con esa debida diligencia que a los contratantes, responsables de culpa leve, exige el articulo 1547 del Cédigo Civil”.32 Con referencia al mismo reglamento, la Corte Suprema dio por establecido el ilicito al sefialar que “se encuentra determinada asi la infracci6n a la obligacién de prodigar en términos adecua- dos las acciones de salud al paciente (...), imperativo al cual esta sujeto el Hospital (...) de la demandada a la luz de lo dispuesto en el Reglamento de Hospitales y Clinicas Privadas N° 161 del Ministerio de Salud de 1982...”322 En el mismo sentido, la Corte de Santiago establecié que “los responsables del banco de sangre deben ajustarse a las normas sefialadas [“Normas de Bancos de Sangre, del Ministerio de Salud] y que si no acreditan haberlas cumplido y el dador sufre un accidente, como Ia lipotimia, seran de cargo de aquellos las consecuencias que afecten a éste tiltimo”.223 Por otro lado, esta vez eximiendo de responsabilidad al de- mandado por dar cumplimiento a las normas dictadas por la autoridad, se decidi6 que “se ha establecido que el manejo de la herida fue el apropiado de acuerdo a las normas dadas por el Servicio Nacional de Salud para este tipo de heridas limpias y de bordes netos, y ademas tuvo un tratamiento precoz”.% Es interesante observar que dada la generalidad y flexibilidad del esténdar de “profesional prudente y diligente” con que se define la culpa médica en nuestro derecho, es posible que el juez estime que, no obstante haberse observado el cuidado exigido por la norma de conducta dictada por la autoridad, el facultativo de todas formas incurrié en negligencia por no tomar las demas medidas que las circunstancias requerfan. Una sentencia de la %1 Corte de Santiago, 10/7/02. 882 Corte Suprema, 24/9/07. *® Corte de Santiago, 15/3/88 (confirmada por la Corte Suprema, 22/3/89). De la misma forma se pronuncié la Corte de Antofagasta al condenar al personal de una clinica por no haber dado cumplimiento a las normas internas sobre ma- nejo de pacientes no valentes, seiialando que por ese solo motivo, los inculpados incurrieron en una omisién negligente, que deba origen a responsabilidad (Corte de Antofagasta, 31/5/04, confirmada por la Corte Suprema, 3/8/06). ** Corte Suprema, 24/7/06 (confirmando una sentencia de la Corte de Valparaiso, 20/12/04, que a su vez confirmé la sentencia de un juzgado de letras de Vifia del Mar, de 21/6/02). 126 CAP. IV. LA NOCION DE NEGLIGENCIA MEDICA EN LA JURISPRUDENCIA NACIONAL Corte de Talca, dando aplicacién a estos principios, decidié que “a falta de diligencia debida en su proceder fue lo que originé el resultado, la muerte del nifio Aravena Espinoza, al privarlo de la posibilidad que habia de ser oportunamente examinado y detectarle la obstruccién intestinal que padecia y someterlo al correspondiente tratamiento médico (...), conforme a las reglas permanentes de la lex artis aplicables a la medicina, y no de dis- posiciones reglamentarias que, en el caso de autos, son meramente de organizacién administrativa...”.°> En relaci6n con la flexibilidad y generalidad del estandar de conducta, es destacable también que los tribunales no recurran aun solo criterio de atribucién de responsabilidad al momento de juzgar el actuar de un facultativo. Asi, por ejemplo, nuestra Corte Suprema ha dado por establecida la responsabilidad de los intervinientes en una actividad terapéutica por haberse infringido en ella tanto la lex artis como las normas dictadas por la autoridad (culpa infraccional) .!2° Finalmente, cabe aqui hacer el mismo comentario que hicié- ramos anteriormente (Supra N? 31): al momento de definir si una conducta era o no negligente por infraccién de las normas de conducta dictadas por la autoridad, los tribunales no estimaron relevante, en ningtin caso, el estatuto de responsabilidad bajo el cual se demand6 la indemnizaci6n de perjuicios (contractual o extracontractual). 33. CIRCUNSTANCIAS EXTERNAS Como sabemos, el estandar abstracto de cuidado a que estan sujetos los médicos no supone prescindir, en concreto, de las circunstancias externas de la accién al momento de calificar la negligencia (Supra N° 19). De esta forma, segtin sean las circuns- tancias en que intervino, al médico se le podra exigir una mayor © menor diligencia, dentro del estandar general de cuidado a que est obligado. Nuestra jurisprudencia asi lo ha reconocido en diversos fallos. La Corte Suprema, por ejemplo, resolvié que “el curso de tres afios de duracién que otorga el titulo de postgrado de anestesié- 85 Corte de Talca, 21/10/98 (confirmada por la Corte Suprema, 28/1/99). "86 Corte Suprema, 24/9/07. De igual forma, Corte de Santiago, 10/7/02. 127 LANEGLIGENCIA MEDICA ANTE LA DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA NACIONALES logo no significa que un médico general, con una preparacion basica, no pueda administrar la anestesia, tanto por la carencia de especialistas en la materia, cuanto porque la experiencia indica que ante la necesidad de la practica de la disciplina médica, se ha debido preparar incluso a alumnos regulares (...) con el objeto sefalado...”.3°7 En el mismo fallo, la Corte Suprema establecié que existiendo un solo desfibrilador en el establecimiento y presentando la paciente condiciones normales de salud, no era necesario que estuviese en la sala de pabell6n donde se realizaba la intervenci6n. De forma similar, se ha fallado que un escenario de gran difi- cultad visual y tactil, derivado de un abdomen con adherencias miiltiples y de la obesidad de la paciente, no justifica que “pueda operarse descuidadamente, pero desde luego hace que el error sea mas probable y mas excusable. La actividad médica es una actividad humana y, como tal, sujeta a errores” 28 Pero en consideracién a las circunstancias externas, también se ha exigido una mayor diligencia. De esta manera, se ha re- suelto que “ha quedado establecido que, no obstante no tratarse de la atencién de un paciente en extrema urgencia y en lugar carente de elementos profesionales, circunstancias que habrian justificado algunas omisiones, Agustin Ordenes fue atendido en una clinica, contando los acusados con el tiempo suficiente para haber actuado con la diligencia y cuidados exigidos...”.229 De la misma manera se ha pronunciado la Corte Suprema, al fallar que “el procedimiento terapéutico llamado ‘de canastillo’, no era entonces de urgencia inmediata, perentoriamente impos- tergable, comoquiera que la coledocolitiasis no fue la causa del c6lico intestinal de los dias anteriores”.3°° 88” Corte Suprema, 2/7/98. ®8 Informe fiscal de 30/12/96, confirmado por la Corte de Antofagasta, 19/11/97 (la sentencia de la Corte de Antofagasta fue confirmada por la Corte Suprema, 16/3/98). En el mismo sentido se pronuncian los siguientes fallos: Corte Suprema, 11/11/02 (rechaza recurso de casacién en el fondo deducido contra una sentencia de la Corte de Valparaiso, 20/3/02, que a su vez confirms una sentencia dictada por un juzgado de letras de Vifia del Mar de 26/7/99); Corte Suprema, 23/4/07; Corte Suprema, 30/1/08. 329 Corte de Santiago, 3/11/88. 8% Corte Suprema, 15/12/97. 128 CAP, IV, LA NOCION DE NEGLIGENCIA MEDICA EN LA JURISPRUDENCIA NACIONAL B. LA RESPONSABILIDAD CIVIL MEDICA POR CULPA PROBADA. 34, PLANTEAMIENTO Segtin constatamos anteriormente en este trabajo, por regla general la negligencia médica debe ser probada por el deman- dante para dar lugar a la indemnizacién de perjuicios. En este sentido, el riesgo probatorio de la culpa es soportado por la victima y ello ocurre cualquiera sea la sede de responsabilidad en que se reclame la reparacion de los daiios. En efecto, si se trata de responsabilidad contractual, la obligacién del médico sera calificada generalmente como de medios y, ya lo sabemos, en tales obligaciones la carga de probar los hechos constitutivos de la negligencia recaer4 en el demandante (Supra N? 18). Por el contrario, si se reclama en sede extracontractual, la acreditaci6n de la culpa quedara regida por la regla general del articulo 1698 y, por lo tanto, sera también el paciente quien debera probar la negligencia del médico. Revisaremos ahora cémo este principio general ha sido recogido por nuestra jurisprudencia, comenzando por analizar la recepci6n de las obligaciones de medios en nues- tros tribunales, para después revisar aquellos casos decididos sin recurrir a este tipo de obligaciones. 35. LA OBLIGACION DE MEDIOS DEL MEDICO EN LA JURISPRUDENCIA NACIONAL Nuestros tribunales han reconocido expresamente que la obliga- cién principal del médico es de medios. Asi, por ejemplo, se ha fallado que en el ejercicio de la profesién médica “lo que se exige no es el cumplimiento de una obligacién de resultado, esto es, que el profesional médico deba necesariamente curar 0 sanar al paciente (...); sino que lo que se impone a éste es el cumplimiento de una obligacién de medios, lo que equivale a decir que en su actuacién ha de emplear los medios suficientes con el propésito encomendado, teniendo en consideracién la realidad y exigencia del momento”.**! Este reconocimiento expreso ha tenido lugar tanto en sentencias falladas en sede contractual (que es lo mas 531 Corte Suprema, 4/10/07. 129 LA NEGLIGENCIA MEDICA ANTE LA DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA NACIONALES: natural y obvio) 32 como en algunas decididas conforme al estatuto extracontractual:*® e, incluso, en otra referida a responsabilidad del estado. Puede parecer curioso que algunos fallos recurran al con- cepto de obligacién de medios, propio de la responsabilidad contractual, atin cuando la accion se hubiese planteado en sede extracontractual 0 por falta de servicio. En realidad, pareciera ser que los jueces estiman inocua la imprecision técnica de usar términos provenientes de la doctrina del contrato en sede ex- tracontractual, porque las obligaciones de medios dan origen a deberes de prudencia y diligencia que en nada difieren de la culpa cuasidelictual. En ello se aprecia, claramente, una aceptacién de la tesis propuesta en este trabajo acerca de la irrelevancia de la calificacién de la responsabilidad médica. ‘Ahora bien, en todos los fallos mencionados, los jueces pusieron a cargo del demandante el deber de probar la negligencia de los agentes causantes del dafio. Es decir, se traté de casos en que se exigié que se acreditara la negligencia para dar por establecida la responsabilidad. De esta forma, ya titulo meramente ejemplar, se establecié que: (i) “no encontrdndose demostrado que en Ia espe- cie concurran los componentes tipicos de un cuasidelito (...), procede dictar sentencia absolutoria”™*; (ii) “de los antecedentes referidos aparece claramente establecido que la actuacién profesional del inculpado se ajusté (...) a la realidad del paciente, sin que pueda de ellos desprenderse de modo alguno que existié un error de diagnéstico que pudiera estimarse como expresién de impericia o ignorancia inexcusable”®"7; (iii) “concurren en la es- pecie una serie de hechos y circunstancias (...) que se deben estimar suficientes para constituir plena prueba (...) de que (...) ha existido falta de servicio de la demandada”®*; y (iv) “en la cronologia cli- nica examinada, las intervenciones de las profesionales Cartes y Linares, no fundamentan falta de diligencia o cuidado con rango de 22 Corte Suprema, 11/11/02. 855 Corte Suprema, 4/10/07; Corte Suprema, 30/1/08 9% Corte de Concepcién, 26/9/07. Esta sentencia no fue considerada en el andlisis jurisprudencial realizado en Supra N® 12 y siguientes por estar referida a responsabilidad del estado. 38 BarRos BOURIE, 2006, p. 671. 8% Corte Suprema, 30/1/08. 887 Corte Suprema, 4/10/07. 988 Corte de Concepcién, 26/9/07. 130 CAP. IV. LA NOGION DE NEGLIGENCIA MEDICA EN LA JURISPRUDENCIA NACIONAL causalidad basal en la evolucion del paciente, siempre advertido de la necesidad de asistencia del médico tratante”.*%? Pero mas alla del reconocimiento expreso a que nos hemos referido, nuestra jurisprudencia ha recogido tacitamente la exis- tencia de obligaciones de medio, conclusién a la que se llega ob- servando sobre quién han puesto los tribunales la carga de probar laculpa. Asi, en un fallo sobre dafios causados a una paciente con ocasion de una intervencién quirirgica de liposuccién, la Corte de Santiago declar6, conforme al articulo 1547 (responsabilidad contractual) que “la cuestién procesal relativa a la prueba no marca una sustancial diferenciacién entre ambas responsabilida- des civiles (la contractual y la extracontractual), pues en lo civil, la responsabilidad existe, cada vez que una persona debe sufrir el dano producida por otra”, agregando posteriormente que “no se ha comprobado la existencia de culpa por negligencia médica que se imputa al doctor (...), en relacién al dao sufrido por la demandante (...), de suerte que no dandose ninguno de los presupuestos que autorizan la indemnizacion de perjuicios por los conceptos que se demanda, no es posible tampoco considerar que el demandado infringiera la debida diligencia del contra- tante responsable de la culpa leve que le exige el articulo 1547 del Cédigo Civil” De lo resuelto se colige, sin dudas, que el tribunal no dio lugar a la responsabilidad del médico porque la parte demandante no logré probar fehacientemente la culpa del facultativo, a pesar de que se trataba de un caso contractual (en que la culpa por regla general se presume), aceptando con ello la existencia de una obligacién de medios. La misma logica sigue una sentencia de la Corte de Santiago, en la cual, sin reconocerse expresamente una obligacién de medios, se establece que “al no encontrarse acreditado en autos el hecho de existir efectivamente negligencia (...)” no es posible atribuir las complicacio- nes del procedimiento terapéutico a algiin tipo de culpa de parte de los demandados, “de suerte que no se encuentran probados en este proceso los elementos basicos que permitan a estos jueces dar por establecida la responsabilidad médica que se denuncia”.#! 39 Corte Suprema, 11/11/02. 5 Corte de Santiago, 30/6/06. Si Corte de Santiago, 31/10/05, En otra sentencia, la Corte Suprema recono- cié tacitamente la existencia de una obligacién de medios al rechazar un recurso de casaci6n en el fondo deducido por el demandante en contra de la sentencia 131 LA NEGLIGENCIA MEDICA ANTE LA DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA NACIONALES Es claro que este reconocimiento tacito de Jas obligaciones de medio s6lo puede verificarse en aquellos casos que se han resuelto en sede contractual. Si ello no es asi, es decir, si las causas se han fallado en sede extracontractual, no se puede sostener que los tribunales hayan reconocido la existencia de obligaciones de me- dios al exigir que la culpa del médico sea probada por Ia victima, pues en tal caso s6lo estén aplicando las reglas generales sobre deberes de cuidado y culpa probada que rigen en dicha sede. Por lo mismo, no estamos de acuerdo con el profesor Tapia cuando sefiala que la Corte Suprema declaré en sede extracontractual la existencia de una obligacién de medios por culpa probada del médico, al concluir que resulta establecida la negligencia si no se acredita que una agravacion del estado inicial del paciente se debia ala deficiente atencién médica recibida, 0 si no se probé que la anestesia haya sido mal administrada.** Estos casos son simple aplicacién de las reglas generales en materia extracontractual, y que veremos en el ntimero siguiente de este trabajo. 36, OTROS CASOS Pero fuera de los casos analizados, fallados con arreglo a la teoria de las obligaciones de medio, nuestros tribunales han recogido extensamente el principio general de culpa probada que rige en materia de responsabilidad civil médica. En efecto, del total de sentencias consideradas para esta investigacién, 28 fueron decididas de esa forma. Asi, por ejemplo, se ha fallado que “faltan evidencias de que los encausados hubieren incurrido en un quebrantamiento del deber de cuidado que personalmente le incumbia al practicar la de segundo grado que rechaz6 la demanda y que consideré que la prestadora de servicios médicos habia dado pleno cumplimiento a los términos del contrato celebrado con el demandante, atin cuando éste tiltimo no obtuviera los resultados de salud por él esperados (Corte Suprema, 24/4/07). En el mismo sentido, Corte Suprema, 10/12/01 y Corte Suprema, 24/4/07. *® Tapia RODRIGUEZ, 2006. En el mismo sentido, y citando los mismos ejem- plos, BARROS BOURIE, 2006, p. 671 (nota 46). 8 Sin embargo, la aclaracién anotada no es del todo relevante desde cl mo- mento en que sabemos que el contenido de una obligacién contractual de medios queda determinado por las exigencias de cuidado impuestas por el derecho y que, por ello, es equivalente a los deberes de prudencia y diligencia que rigen en sede extracontractual. 132 CAP, IV. LA NOCION DE NEGLIGENCIA MEDICA EN LA JURISPRUDENCIA NACIONAL, operacién, el cual es indispensable para apreciar en su conducta imprudencia o negligencia y, con ello, el caracter de injusto o ilfcito del hecho que se les imput6, siendo lo correcto, por consiguiente, absolverlos de dichos cargos”. Del mismo modo, se ha resuelto. que “no se ha logrado determinar a través de la prueba rendida por los demandantes y analizada, si en la atencion prestada por el médico tratante del LS.T,, existié descuido suficiente o negligencia, para constituir culpa”. Otros casos que evidencian esta tendencia son los siguientes: © “Que tampoco se encuentra establecida en autos, de un modo cierto, la hipotesis de una omisién de cuidado, o negli- gencia culpable, por parte del procesado...”;34% © “Cabe concluir que no aparece claramente establecido que haya existido responsabilidad de ( Carlos Guzman Ricardi en el resultado de dafio constitutivo de cuasidelito de lesiones sufridas por...”;347 * “Forzoso es concluir que no se ha justificado, en la especie, el hecho punible y, por consiguiente, debe absolverse al procesado Figueroa Yafiez de la acusacin formulada en su contra. ..”;348 * “Que de estos antecedentes fluye que no se encuentra esta- blecida en autos la hipdtesis de una omisién de cuidado o negligencia culpable, puesto que los antecedentes del proceso indican que se realizé una revision intestinal en busca de una posible lesién”;>#9 * “EI profesional debe haber actuado culpablemente, es decir, no haber sabido manejar los procesos médicos. Es por eso que debemos llegar a establecer si efectivamente el médico pudo efectuar las acciones con mayor cuidado %# Corte Suprema, 16/3/98 8 Corte Suprema, 24/7/06 (sentencia dictada originalmente por un juzga- do de letras de Vitia del Mar y luego confirmada por la Corte de Valparaiso con fecha 20/12/04). 6 Corte Suprema, 16/5/85, 7 Corte Suprema, 20/5/86 (recurso de queja que deja sin efecto una sen- tencia dictada por la Corte de Talca, dejando a firme una del Juzgado de Letras de Constitucién, de 12/8/88) %8 Corte de Santiago, 31/7/91. 3 Corte de Santiago, 25/3/02 (confirmada por la Corte Suprema, 8/7/02) 133 LA NEGLIGENCIA MEDICA ANTE LA DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA NACIONALES ysisu actuar ha sido negligente y culpable. Que en el caso de autos no se ha comprobado que el médico acusado haya actuado con impericia y tampoco negligencia”;*° © “Que Los elementos probatorios referidos en el considerando precedente, constituyen (...) un conjunto de presunciones judiciales, las que (...) son suficientes para tener por esta- blecido en el proceso que la errénea irrigacién de la vejiga del actor con una solucién de cloruro de sodio (...) dané asu vejiga...";! * “En lo que dice con la exigencia en cuanto a que el dafio ha de provenir de un hecho ilicito imputable a culpa del demandado (...), es necesario examinar la prueba acumulada (...) para decidir si esté demostrada 0 no la culpa que se le imputa y la consiguiente responsabilidad extracontractual que se persigue”, agregando luego que “de los anteceden- tes antes examinados, no es posible determinar la existencia de hechos ilicitos atribuibles a culpa o negligencia del demandado...”;352 y © “Asi, valorando comparativamente las pruebas rendidas en la causa (...), Se concluye que tanto la sefiora Salvador cuanto lasefiora Niifiez desempefiaron sus respectivas labores en la sala de operaciones sin el cuidado necesario...”.5°5 En fin, considerando los fallos analizados en este ntimero y elanterior, podemos concluir que es materia pacifica en nuestra jurisprudencia que la infraccién a los deberes de diligencia debe ser demostrada por el demandante, ya se trate de una obligacion contractual de medios o de los deberes extracontractuales de cuidado. %9 Corte Suprema, 23/4/07. #1 Corte de Santiago, 28/1/93. 352 Corte de Iquique, 29/6/00 (confirmada por la Corte Suprema, 30/5/01). 28 Corte de Valparaiso, 17/10/07. En el mismo sentido de las sentencias citadas, se pronuncian las siguientes: Corte de Santiago, 3/11/88; Corte de Talca, 25/9/90 (confirmada por la Corte Suprema, 9/5/91); Corte de Santiago, 23/10/91; Corte Suprema, 20/6/96; Corte Suprema, 16/3/98; Corte Suprema, 2/7/98; Corte Suprema, 28/1/99; Corte Suprema, 5/3/01; Corte Suprema, 2/4/03; Corte Suprema, 2/6/04; Corte Suprema, 31/8/04; Corte Suprema, 3/7/06; Corte de Rancagua, 2/11/06; Corte Suprema, 19/12/06; Corte Suprema, 9/8/07; Corte de San Miguel, 8/11/07; y Corte de Coyhaique, 5/3/08, 134 CAP. IV. LA NOCION DE NEGLIGENCIA MEDICA EN LA JURISPRUDENCIA NACIONAL C. EXCEPCION: OBLIGACIONES DE RESULTADO Y CULPA PRESUMIDA 37. EL CASO DE LAS OBLIGACIONES DE RESULTADO Como lo dijéramos en su momento, las obligaciones de resulta- do son excepcionales en materia médica pues suponen invertir el peso de la prueba en el juicio de negligencia, desconociendo la naturaleza meramente instrumental de los deberes médicos (Supra N° 21). Las fuentes de las obligaciones de resultado, ya lo sabemos, son dos: la voluntad expresa de los contratantes y la interpreta- ci6n de la voluntad comiin de las partes (acuerdo tacito). Las del primer tipo son sumamente excepcionales y, en la jurispruden- cia chilena, no es posible encontrar ejemplos de ellas. Las del segundo tipo, atin cuando excepcionales, son mas comunes y es precisamente en ellas donde la labor de la jurisprudencia cobra mayor relevancia. En estos casos, son los tribunales los Ilamados a determinar en qué tipo de situaciones se puede asumir que el acuerdo contractual entre las partes tuvo por objeto que el pa- ciente obtuviera el beneficio perseguido y no slo que el médico realizara diligentemente su prestacién profesional. Nuestra jurisprudencia ha reconocido expresamente la existencia de las obligaciones de resultado. Asi lo ha hecho en todos los casos en que también reconocié expresamente que la obligacién médica era de medios (Supra N® 35).224 Sin embargo, al igual que en caso anterior, el reconocimiento jurisprudencial de las obligaciones de resultado se ha dado mayoritariamente en forma tacita. De esta forma, se ha fallado que “la prueba de la culpa del mandatario [en este caso, el médico demandado], est sujeta a las normas generales del derecho comtin, 0 sea, que basta que el demandante (...) pruebe la existencia de la obligacién incumplida para que se presuma o entienda que dicho incumplimiento ha sido culpable. Enseguida, incumbiré al mandatario que pretenda 9 En la sentencia de la Corte Suprema de 30/1/08, no hay una referencia explicita a las obligaciones de resultado, pero es evidente que la Corte reconoce la clasificacién desde el momento en que si hace mencién expresa a las obliga- ciones de medios. 135 LA NEGLIGENCIA MEDICA ANTE LA DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA NACIONALES: eximirse de la responsabilidad probar que hubo caso fortuito 0 fuerza mayor o que en la especie no hubo negligencia en los cui- dados que prest6 a su cliente, todo ello acorde con lo prescrito en el articulo 1547...” De igual forma, se ha establecido que “corresponde al de- mandado el onus probandi, en orden a demostrar que cumplié con los principios y técnicas de la ciencia médica al intervenir quirirgicamente al actor”.* También se ha determinado que “a la demandada le corres- pondfa el peso de la prueba, en orden a que empleé el cuidado y diligencia debidos para evitar la infeccién intrahospitalaria o que ello se debié a caso fortuito...”.957 Finalmente, resulta interesante citar un caso en que la Corte Suprema condené a un laboratorio por informar erradamente al actor que su sangre estaba contaminada con VIH, en circunstancias que en realidad nunca fue portador de dicho virus, resolviendo al respecto que “tratandose de responsabilidad contractual, la culpa del demandado se presume, debiendo éste probar que emple6 la debida diligencia 0 cuidado”, agregando posteriormente que tal prueba no se produjo.*** Destacamos este caso, pues corrobora lo que ya dijimos en este trabajo sobre la obligacion de los laborato- rios (y otros establecimientos 0 expertos) en relacién ala toma y andlisis de examenes médicos simples (Supra N? 21, c), (ii)). Como se puede apreciar, en todos estos casos los tribunales eximieron al demandante de la carga de probar la negligencia del demandado, presumiendo, por tanto, su culpa. Pero en todos ellos se acept6, a su vez, que el médico (u otro tipo de interviniente) excusara su responsabilidad probando diligencia yno solo alguna causa extraiia, como el caso fortuito o la fuerza 85 Corte de San Miguel, 15/4/92. 886 Corte Suprema, 2/1/07. 857 Corte Suprema, 23/5/07. En el mismo sentido se han pronunciado las siguientes sentencias: Corte Suprema, 31/7/06; Corte Suprema, 24/9/07. 358 Corte Suprema, 5/11/01. Del mismo modo, la Corte de Santiago ha re- suelto que “tampoco los hay [elementos de conviccién suficientes] para dar por establecido que las pruebas correspondientes para establecer la plena compatibi- lidad entre la muestra de sangre de la actora, que se le envié para su andlisis, y la sangre que se le iba a transfundir, se realizaron de manera adecuada y segiin los pardmetros médicos establecidos; circunstancias ambas cuya carga de la prueba le correspondia [al demandado], conforme lo preceptuado en el inciso 3° del articulo 1547...” (Corte de Santiago, 28/4/00) 136 CAP. IV. LA NOGION DE NEGLIGENCIA MEDICA EN LA JURISPRUDENCIA NACIONAL mayor (sea que esa excusa se aceptara 0 no).* Con ello, la ju- risprudencia viene a zanjar una discusién doctrinaria sobre las causales de exencién de responsabilidad contractual, al menos en materia médica. En efecto, segtin lo comprobaramos anteriormente en este trabajo (Supra N? 27y nota 221), no existe plena coincidencia en doctrina acerca de la procedencia de la excusa de la diligencia en las obligaciones de resultado. Algunos argumentan que ella es perfectamente aceptable*, mientras que otros estiman que slo es admisible como excusa el caso fortuito o la fuerza mayor.*! En el ambito de la responsabilidad civil médica, los fallos que hemos analizado recién ponen fin a la discusion, inclindn- dose por la primera postura doctrinaria. En ello es posible ver un reconocimiento de nuestra jurisprudencia a la naturaleza intrinsecamente instrumental de la actividad médica, en la cual no existe la posibilidad de asegurar un resultado definitivo. El médico, lo sabemos, no garantiza la curacién, pero si el empleo de las técnicas adecuadas. Por lo tanto, en los fallos revisados existe, evidentemente, un reconocimiento a la existencia excepcional de obligaciones de resultado en materia médica, lo que implica considerar que en tales casos la obligacién médica entrafia el deber de asegurarle al paciente la obtencién del beneficio perseguido y no slo que el médico realice diligentemente su prestacin profesional. Pero, a su vez, es posible ver que, dada la naturaleza de la actividad médi- ca, la jurisprudencia reconoce también que el facultative puede exonerarse probando que actué con la debida diligencia. Y ello es atin ms evidente si se considera que en varios de los fallos analizados se dio lugar a la responsabilidad o bien se eximid de ésta, con referencia al cumplimiento o incumplimiento, segin el caso, de las normas de la lex artis (Supra N° 31)2° 58 Con excepcién de un fallo, en que se resolvi6 que el demandado slo debia probar el caso fortuito para eximirse de responsabilidad (Corte Suprema, 31/7/06). 300 ABELIUK MANASEVICH, 1993, Tomo II, pp. 694-695; MEZA BaRRos, 2007, p- 125; y FUEYO LANERI, 1958, Tomo IV, Volumen I, p. 289, entre otros. 38) ‘Asi, por ejemplo, CLARO SOLAR, 1979, Tomo Undécimo, N°ll, p. 524. 362 Se trata de los siguientes fallos: Corte de San Miguel, 15/4/98; Corte de Santiago, 28/4/00; Corte Suprema, 2/1/07; y Corte Suprema, 24/9/07. 137 LA NEGLIGENCIA MEDICA ANTE LA DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA NACIONALES 38. CULPA PRESUMIDA (POR EL HECHO PROPIO) Los casos en que nuestra jurisprudencia ha presumido la culpa del médico (o demas intervinientes de un acto terapéutico) son atin mas excepcionales que aquellos resueltos conforme a la teo- ria de las obligaciones de resultado. En efecto, sdlo en dos de los fallos considerados para esta investigaci6n, nuestros tribunales presumieron la culpa del profesional por el hecho propio. Enel primero de ellos, la Corte de Santiago establecié que “los responsables del Banco de Sangre deben ajustarse a las normas sefialadas y que, si no acreditan haberlas cumplido y el dador sufre un accidente (...), seran de cargo de aquellos las consecuencias que afecten a este tiltimo”.3 En el segundo, la Corte de Antofagasta resolvié que “debe presumirse que el personal de enfermeria a su cargo no cumplio con las normas de manejo de pacientes hospitalizados (...), y por ende, la enfermera acusada incurrié en una omisi6n negligente” que debe ser sancionada.* Algunos comentarios surgen de lo expuesto. En primer lugar, como se ve, en los dos casos analizados la culpa fue calificada como infraccional, es decir, se establecié que la demandada infringid un deber de conducta definido por Ia norma (en el primer fallo, las normas de bancos de sangre y, en el segundo, normas internas dictadas por el establecimiento donde se desempefiaba la enfermera). Bien sabemos que si el deber de cuidado se encuentra determinado por una norma, al demandante sélo le bastara acreditar su infraccién. En este sentido, la culpa infraccional es técnicamente una presuncién de culpabilidad, que podra ser desvirtuada probando la excusa de la diligencia.*® Esta es, precisamente, la situacin de los casos que analizamos. En segundo lugar, en ninguno de estos fallos los tribunales dieron por establecido que concurrieran los presupuestos que el articulo 2329 exige para que opere la presuncién de culpa por el hecho propio. Ello nos lleva a concluir que nuestros tribunales son 989 Corte de Santiago, 15/3/88 (confirmada por la Corte Suprema, 22/3/89). 36 Corte de Antofagasta, 31/5/04 (confirmada por la Corte Suprema, 3/8/06). 9 Barros BOURIE, 2006, pp. 142-143, 138 CAP. IV. LA NOCION DE NEGLIGENCIA MEDICA EN LA JURISPRUDENCIA NACIONAL renuentes a aceptar la inversin de la carga probatoria que supone dicha presuncién, al menos en el ambito de la responsabilidad médica personal. No existen fallos en que ello haya ocurrido. Debemos destacar, no obstante, que sf se ha admitido la presuncién de culpa por el hecho propio en materia de clini- cas y hospitales, como lo veremos més adelante en este trabajo (Infra N* 40). Finalmente, resulta de especial interés hacer notar que tanto en los casos analizados en Supra 37 (obligaciones de resultado) como en los revisados en esta secci6n, nuestra jurisprudencia, si bien ha alterado la regla general que rige la carga de la prueba, poniéndola en dichos casos a cargo del médico, no ha modificado, en cambio, la naturaleza de la responsabilidad por culpa ni ha establecido, estrictamente, una presuncién de culpa por el hecho propio. Es posible ver en ello, quizas, un intento de nuestros tri- bunales por mantener intacta la naturaleza de la responsabilidad basada en la culpa, aplicando correctivos procesales tendientes a una justa distribucién de las cargas probatorias, en especial cuando el demandado es quien tiene la informaci6n esencial para acreditar los hechos y juzgar normativamente la conducta. D. EL EJERCICIO COLECTIVO DE LA MEDICINA 39. LA RESPONSABILIDAD MEDICA. POR EL HECHO AJENO E] ejercicio colectivo de la medicina plantea la pregunta por la responsabilidad del jefe del equipo médico por el hecho de los demas miembros del equipo, ya sean otros médicos 0 auxiliares (Supra N* 23 y ss). La jurisprudencia se ha visto enfrentada a diversos casos de ejercicio colectivo de la medicina (12 de los fallos examinados para este trabajo), pero, en general, la responsabilidad médica por el hecho ajeno (ya de otro médico ya de un auxiliar) ha tenido una aplicacin marginal en nuestros tribunales. En efecto, en la mayorfa de los casos analizados los tribunales evaluaron la responsabilidad de cada uno de los miembros del equipo médico exclusivamente desde el punto de vista de su culpa 139 LA NEGLIGENCIA MEDICA ANTE LA DOCTRINA Y JURISPRUDENCIA NACIONALES: personal, es decir, de su propia conducta, sin preguntarse por la posibilidad de que el médico jefe respondiera por el hecho de los dems. Ast, por ejemplo, la Corte de Valparaiso establecié que “las lesiones en los gltiteos que ha sufrido la demandante se produ- jeron en la sala de operaciones a rafz de un descuido de las per- sonas que debian realizar las labores de aseo de la paciente, lo que escapa a la labor del médico cirujanoy del anestesista...”.°°° Como se ve, este caso es muy ilustrativo, pues se exime de culpa al médico jefe y se condena a las auxiliares por su propio hecho. No hubo mencién a la posibilidad de que aquél respondiera por el hecho de éstas en raz6n de la relacién de dependencia que existia entre ellos. En el mismo sentido, se resolvié que “por culpa de la pabe- Honera (...) que intervino en la operacién del actor, se irrigé durante la intervencién del paciente su vejiga con una solucion de cloruro de sodio, a consecuencia de lo cual sufrié una cistitis intersticial con fibrosis en la pared vesical y pérdida de su capa- cidad como reservorio de orina...”.557 Aqui, al igual que en la sentencia antes citada, se establecié la culpa de la auxiliar, pero no hubo de parte de los jueces un pronunciamiento acerca de Ia posible responsabilidad del médico jefe por el hecho de la ayudante. No obstante, si fue condenada la clinica en la cual la pabellonera prestaba sus servicios. En igual sentido, otras varias sentencias se han pronunciado sobre el trabajo médico en equipo, evaluando a cada interviniente dentro de su propio ambito de trabajo, sin que hubiese habido pronuncia- miento acerca de la responsabilidad por el hecho ajeno. Sin embargo, existen algunos fallos en que el problema de la responsabilidad del médico jefe por el hecho ajeno si se planted y fue resuelta por nuestros tribunals. De esta forma se resolvié que “no parece razonable ni justo traspasar la imprudenciaa la persona mas débil por ser la menos 36 Corte de Valparaiso, 17/10/07. %7 Corte de Santiago, 28/1/93. 58 Corte Suprema, 4/10/84; Corte Suprema, 20/5/86 (recurso de queja que deja sin efecto una sentencia dictada por la Corte de Talea, dejando a firme una del Juzgado de Letras de Constitucién, de 12/8/85); Corte de Santiago, 3/11/88; Corte de Santiago, 23/10/91; Corte Suprema, 2/7/98; Corte de Copiapé, 25/3/02 (confirmada por la Corte Suprema, 8/7/02); Corte de Coyhaique, 5/3/08. 140

También podría gustarte