BIMESTRAL 2010 + ANO II $50
Niel dios niel césar
Pormas César ARistTIDESCONSPIRATIO 08
EL LUGAR DE LA UTOPIA
6 | Carwers. Francisco Prieto
10 | MeMontAY EsPERANZA. Jesiis A. de la Torre Rangel
14 | Ex-carretonero, Jorge E. Traslosheros
18 | Ew tas MARGENES. Mauricio Sanders
R{OS AL NORTE DEL FUTURO
Identidad y secularismo
22 | Maria Luise Aspe Armela
4 Simulacién y complicidad
3A | Fauseo Zerdn-Medina, conversaciin con Bernardo
Dominguez y Javier Sicilia
40 Arrogancias dispares
Luis Xavier Lépez Farjeat
56 Las libertades de la laicidad
Pablo Gémer, conversaciéni con Conspinatio
68 | conviccones religiosas y bien puiblico
Fernando Pliego Carrasco
82 | Libera para creer
Rodrigo Guerra Lopez
CONSPIRATIO feces Ss
Disero original Alejandro Banuet
eee! Comercial /entas@conspiratio.com.mx
comunidades cristianas tenfa dos grandes
momentos: la conspiratioy la comestio. La Consejo editorial: Humberto Beck,
primera toma su sentido de spiritu (aliento), ‘Tomas Calvillo, Werner Colombani, Jess
{que se expresaba por un beso en'la boca, era A. dela Torre Rangel, Bernardo Dominguez,
‘una co-respiracién, una conspiracién: la Eduardo Garza Cubllar, Felipe Garrido, Rafael
creacién de una atmésfera comin, de un igen Gai LaisX. Lépen arjet Pablo
medio divino. Macedo, Angel Mendes, Cals Mendora,
Ivarez,Roberto Ochoa, Francisco Prieto, Jean
Lasilustraciones de Compinatio son un Robere, Santa "Raat
cilia, Jorge Traslosheros,
ee
homenaiea Karl Blossfelds.{noice
98
106
120
130)
EL UMBRAL
Javier Sicilia
Una relacién complicada
Fernando M. Gonzalez
Lafey el mundo “post-secular”
Humberto Beck, conversacién con Javier Sicilia
Laanhelada conversin de la Iglesia
Carlos Mendoza-Alvarez, OP
Contra la religion
DEL ESPEJO
EL bios que part. Pedro Bonnin
Opistongs DE UN Pavaso. Juan Manuel Escamilla
Merariaaca pz Orrxa. Javier Ortiz Tirado
152
156
160
164 | Lector rerecrio. Ibin de Leén
168 | Ex.ojo pe viprio. Ricardo Vinés
4 | EDITORIAL
94 | POEMAS
César Aristides
Gonspinaio, ako ni, nimero 08, noviembre
diciembre 2010, es una publicaci6n bimestral
editada por Editorial Jus, S.A. de CV,,
Donceles 66, Colonia Centro, Delegacin
Guawhtémoc, Distrito Federal, C.P.06010,
‘Teléfono 91501400, worw us.com mx.
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dl dia 15 de cnsubre de 2010, con un ae
3000 jn. a poms expres
por les autor no necoarhmene refgan la
Postura del editor de la publicacion, Queda
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México, D-E Teléfono 54480430.1
CONSPIRATIO 08
OPINIONE
DE
UN PAYASO
ieee scutes
Cartas desde el dolor
de Emmanuel Mounier
Hay que sufrirparaqueestas
verdades no sean doctrinas, sino
quesalgan dea carne.
Mounier
eré franco: a causa de sus beatos
ficles, cada vez me atrae menosel
personalismo; cada vez me resul-
ca més cutsi. Supongo que, lo mismo
que a Salvador Elizondo, cuando al-
guien quiere convencerme de su opti-
mismo siento que intenta tomarme el
pelo (si, personalistas: a menudo, sit
optimismo raya en el mal gusto de la
ideologia). Pero aeste juicio afectivo se
opone un librito del fundador de este
movimiento.’
A los fildsofos nos da por escribir
tratados que discurren sobre y acerca
de lo que seay que, en el mejor de los
casos,son buenas disecciones que cacn
en las redes de la paradoja como la de
que para estudiar un rio hay que con-
gelar sus aguas, Pero este librito, que
compendia una seleccién del epistola-
rio de Mounier, se libra de disecar el
rio dela viva realidad por dos razones:
por el método y por el modelo de ra-
cionalidad desu autor.
Desde el comienzo, donde escribe
las palabras qucheusado como epigra-
fe, sabemos que cuando nos habla del
amor, del dolor y de a fe, no nos enga-
fha, no puede hacerlo, porque lejos de
Cartas desde el dolorde Emmanuel Mounier (1895-1950), JUS-Encuentro, México, 2005,Ex Umsrat vet Espryo
Aunque estaimprontaaparece tam-
bign en la revista que funds y dirigié,
Exprit (publicacién de la que Conspira-
tioes deudoraen mas de un sentido), en
las Cartas desde el dolor adquiere una
conmovedoradimensién. All{lo vemos.
preocuparse por la situacién material
de algtin amigo, acompafar en su su-
frimiento a otros, aconsejar a su propio
padre sobre susconflictos domésticos y
afanarse por atender a quienes quicre.
Lejos de la inutilidad —lugar comin
predicado por los intelectuales-, pero
tambien lejos del estereotipo moderno
que suponeal carélico como un serale
jado del mundo, Mounier resulta un
hombre profundamente prictico en el
terreno de lo humano: “Amigos, la ex-
periencia del dolor es suntuosa bajo los
harapos repelentes de una mujer pobre
[...] El dolor no tiene rostro, no tiene
un nombre seguro, no sirvepara naday,
sin embargo, ya lo verdn, esta més pre-
sente que los rostros, es més seguro que
Jos amigos, es més fecundo que nues-
‘ros trabajos”, porque “no hay nada co-
mo el suftimiento para reconciliarse
con las cosas ycon la vida misma”.
Esta paradéjica verdad dellaexperien-
iactistiana, tan inaccesibleyescandalo-
sa paraquienesla miran desde afuera, no
puede medirse ni pesarse, no es la con-
clusién deun argumento niesté en nin-
gin cddigo legal: es una verdad de vida
quecorreen la Historia desde quesurgié
cen forma de sangre del pecho del hom-
bre-Dios: “Cristo hacargadoenunasola
noche de angustias y de dudas todas
rmuestras noches oscuras”.
Porello, para el cristiano Mounier,
no es Valido evadir el sufrimiento que
siempre nos aguarda como la muerte.
Porel contrario, nos propone asummirlo
y dejar que nos transforme: “Mientras
no estemos en la luz [debemos] resig-
narnosa esta pobre stcesién y a estos
eternos comienzos de Viernes Santo y
de Pascua”. “Nosotros, los cristianos,
sélo tenemos derecho a construirlaale-
gria.” El equilibrio de esta paradoja se
Tograen “Ia alegria trascendente, inma-
nenteal sufrimiento no reabsorbido ”.
Estasafirmacionesse dicen ficil,ysin
embargo, Mounier, en lacarta que lees-
cribea su hermana nos revela lo quea él
yassu esposa les costaba mantenerse en
esaesperanza, para no sucumbiralaten-
tacién de pedirlea Dios quedeinmedia-
to mariera su hija Francesca, dolorosa-
‘mente enferma,
Nodejadesorprenderme, no obstan-
te, queestaspalabrasno lasescribieraun
hombre viejo, sino Mounier, que mutié
alos 45 aftos, edad en la que un fildsofo
std apenas en la juventud del pensa-
miento. Lo que revela la hondura de su
experiencia interior.
‘Aun hombre asf hay que creerle,
creerle siempre, sobre todo cuando es-
cribe: “Es necesario a cualquier precio
que hagamos algo por nuestra propia
vida, No lo que los demds ven y admi-
ran, sino la proeza que consiste en im-
primirel infinitoenella”. «
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