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ache . Postarro ‘ Primera ediciin en espaol, 1938 Primera ediién (Colecein Fopola), 1959 Primera seimpresén, 1961 Segunds reimpresion, 1966 ‘Tercera reimpresion, 1970 Cunt. teimpresion, 1973 7 Quinta reimpresion, 1973 Mautvee Neb! \ Keodo CCI 3. Ie E cone ani ‘Traduccibn de ‘Awvowio Castno, Leat D.R, @ 1938, Fowso ve Curruna Econbsice dv deta Universidad, 975; Mérico 12, D. Fe Imprevo en México tieamente distintos, ex apenas posible una defini. ibn satifactoria que Tor incluya a todos.’ Cada concepto puede ser definido separadamente y Inc- igo la relacibn que guards cada uno con los dems puede ser expresada en terminos de algo més Emplio, Pero wna respuesta-defintion y sefisfoc: tori sblo puede en realidad aleanzarse cuando las diferencias cualitativas se reducen a 1 sérming «comin, por ejernplo, diferencias comunes de can. fidad 0 ndmero. Erta etapa, sin embargo, exté Icjor todacla en un campo tan poco explorado ‘como el de las ciencias sociales; y por ahora parece (que el modo ms satisfactorio de definir a econo- seta es hacerlo en términos de la cuestion que se pregueta cuya respuesta se busce, y defini, de manera semejante, las escuelas ideolégicas rivales an trminos de las diversas cuestiones qute s© 90- ponen ast mismas, 0 de ls diferencias de Tos tipos ela respuesta que ofrecen. Mucha de la confi ibn que reina abora en el campo de la ‘economia je debe, segiin creo, a que no se pone en préctica ‘ate sencillo plan, Muchas discusiones ain pen Gientes —por ejemplo, la de los economists cldsi- tos con log modernos— no han fenido otro res tado que el empate y la confusién, debido a que los ontrincantes no Hlegaron a,comprender que cada 6 men URC MERE REGS: TISEE: INTRODUCCION Definir de qué srata la economia es rnuchlsimo mde dificil de lo que la mayor parte de la gente cree. Los libros de texto ofrecen diversas defini- ciones. “Economla cs el estudio del hombre en lor negocios ordinarios de la vida.” “Economia es el ‘estudio de aquellos motivos y accioncs que pueden ser medidos en dinero.” Pero tales definiciones ‘no nos llevan mity lejos. En las ciencias inductivas yy experiiensales la naturaleza de su materia ofrece tuna definicién preliminar (por lo menos inicial- mente) de su objeto, aun en los casos en que las fronteras puedan ser vagas 0 borrosas, como la frontera entre la astronomla y Ia fisica actuales, Pero como en las ciencias sociales la experinen- tacién.es tan limitada, Ia economla cs fundamen- talmente wna ciencia deductiva que, como la geometrla’y la mecbnica, deduce una serie de con- clusiones de ciertas premisas 0 supuestos; y en 4 estudio deductivo el desarrollo de los conceptos mismos es'el que da necesariamente los limites de dicho estudio. Si tal es el caso y existen diversas eseuelas de ideas que emplean conceptos cualita- 5 uno estaba empeiiado en responder una serie dis- tinta de cuestiones: Ricardo y Marz, por ejemplo, ‘estaban interesados en citrtos aspectos de Ia distri- Bucién de la riqueza entre Jas clases; Jevons y Parcto, en las condiciones del equilibrio de los precios en wn mercado abierto a la competencia, Gran parte de las diseusiones sobre si certa teorla es adecuada 0 no (digamos, la de los salariés 0 la del beneficio) depende de que dicha teorka res. pponda o no a lar cuestiones que prentende respon- der cuando éstas se expresan con un mayor 0 me nor grado de claridad. Mds de un economista se ‘ha embarcado en busca de respuestas a cirtas cues tiones empleando para ello un material de supues- tos que, por su naturaleza, exclulan Ia posibilidad de que tales cuestiones encontraran respuesta. Es opinibn de moda pensar que los primeros cconomistas fueron los rudos artesanas de la cien- Gia econdmica que, srabajando con instrumentos inferiores y menor experiencia, levansaron su edi- <__ ficio de modo insperfecto, y que sus suceroret mo- dernos han reparado los errores y las falias de ‘aquéllos completando y acabando fa estructura le- vantada, Se dice que Ricardo insistié “sdlo en un ado” del problema (werbigracia, en la oferta y/ no en la demanda), que se dio cuenta nada més SE Ee De ee ME TE | 3 ) BN 4 3 isha AAA em boos eS de una de lat series de fuerzas en accién; que Adam Smith ech6 ciertos cimientos (su invest ‘goci8n sobre las causas de la riqueza de las nacio- net) que han necesitado pera completarse Ia tkc- nica perfeccionada de cien afios desputs. Ast, los conceptos de la economila eldsica se contrastan con os conceptos de Ia teorla ecéndmica del siglo xx yy se comparan en seguida, con indudable vensaja de estos ditinsos, en cuanto a su mayor acabado perfeccibn de detalle, En lo que se diferencian (por ejemplo, en la importancia del costo de pro- duccién sobre Ia utilidad como determsinante del olor de cansbio) Ia diseusién entre ellos se hace ‘apsrecer como si se tritara tnicamente de distintas retpuestas dadas a un mismo cnestionario blsico, Este modo de ver las cosas es fundamentalmente errénco, Retulta, por lo menos, una visién muy parcial del proBlenia y més bien confunde que esclarece; es probable que cualquier progreso en el asunto seré estorbado seriamente mientras no te intente un modo de ver distinto y més, juicioso Es ya.un lugar comin en arte que los “primitives” de los sighos xiv y xv no cran simplemente artl- fices mds rudos que los pintores representativos de pocas posteriores —en muchos casos evidentemen- te no lo eran—, sino que lo que trataban de hacer EL NACIMIENTO DE LA ECONOMIA POLITICA, La cconomfa politica tuvo su cuna en esos cambios sociales, cconénmicos ¢ ideolégicos, que marcaron Ja transici E. i hacia la nue va era burguesa, En Francia y Alemania los restos ‘del feudalismo estaban a punto de desaparccer. 1 centro de gravedad en lo econémico y en lo i en favor del _advenedizo “‘tercer estado". En. Inglaterra Ta burguesfa. se abla consolidado mucho antes, y el Estado bur- gués, que perseguia una politica comercial, se habla establecido dos a tres siglos antes. Inglate- tra tuvo entonees sus escritores econémicos —Tho- mas Mun, Locke y Sir William Petty—, os cuales se preocuparon ms por cuestiones particulares de polltica estat que por crear un sistema tebrico, Hiacia fines del siglo xvim apareci6 una shueva'sec-» cidn de fa case burguesa: und elase de capitaistas industriales cuyos interefes estaban eh contra del sistema vigente establecido por los intereses.agra- ios y comerciales de Ja aristocracia conservadora del siglo xvi. Fue en Francia, més que en Ingla-_ ‘ 10 “REP ET SE SOU BE SE a eS aE \ 4 t i era algo cualitativamente distinto. Los fisidcratas" y los economistas lésicos son en cierto sentido los “primitivos” de la ciencia econdmica. En cierto modo pueden haber tenido una técnica menos acé- bada que sus descendientes del siglo xx; pero lo nds importante es que muchos de los conceptos que utilizaban eran diferentes y que trataban de responder a una serie diferente de cuestiones en una forma diferente: cuestiones en parte relacio~\ nadas con la distribucién del ingreso nacional centre las clases y, en parte, con las condiciones de progreso econémico méximo. Los economistas ac- suales oscurecen este hecho porque se imaginan que elldnestén respondiendo, y sostienen cierta- mente que responden, a muchas de las cuestiones que sus antecerores elsicos se aplicaron a respon. der. Pero creo que, en gran parte, el material que s usan Hega en realidad a soluciones que de hecho te refieren a cnestiones de un sentido completa. mente diverso y més limitado, a / z 95 terra, en donde cl concepto unificadS We ina socie dad econémica aparecié por primera vez como el objeto de Ja Economia Politica. Los fisibcratas franceses del_siglo xvi 1e)s los les: que Adam Smith fuc Uenando cn su investiga. do desars i la Figueza,_ ‘Tanto Francia como Inglaterra vieron entonces aparecer abundantes fermentos de nucvas ideas, formuladas en cl lenguaje de las ciencias naturales, que desde Bacon y Descartes ganaban cada ver més seguro terreno, Erente al antiguo orden auto tar impuestos, cédigos y sanciones, se Tevantaba el concept “ atural”, cuya ‘mano sélo se vela cuando el hombre, rotos sus yugos, volvia a la libertad, y de_cuyas sanciones Figon Ta voluniad_poptlat. En_oposicign al “derecho divino” autoritario se levantaba el “de-_ echo natural” del individuo. Fue en este cuadro “endl que ve earraTI6 el concepto de wna sociedad econémica, Esta sociedad econdmica estaba toda- vii en germen y se modelaba dentro de los limites, de un sistema de sanciones y de prohibiciones que _/ al principio foment6, pero que después detuvo su / futuro desarrollo como una entidad. independien-/ tf br bia tissn. Bae y y en PRINT Fe TGRNU PRET EARS te. fe aqué que, en_contra de las orient autoitarias del mercantiliuno —que soxtent unt sistema comercial s6lo exist como tal en vir tud de una reglaiieritacién i Estado y que, faltindole tal control, exerla en el caos—, Ja Economia Politica ofrecia la concepcién de un grden_econdmico reside g ‘una “Jey natural” que “marcharla sola” si se Ja dejaba sola y que daria Tos mejores resultados si Ja “ley natural” pudiera operar libremente y sin-estorhos, SEI indi- yiduo tenia un “derecho natural” de buscar su propio interés personal porque, al hacerlo asi, ayu- dado por aquella “mano invisible”, fomentaba el bien comtin. Descubrir y enunciar esta “ley na- tural” fue el papel de la Economia Politiéa; y el Consejo que ofrecié al soberano no fue cbmo regla- mentar, sino cémo dejar de reglamentar los nego- ios econémicos a fin de fomentar la mayor ri- queza de la nacién, Y mientras los fisigeratas forjaban Ia frase laissez-faire, lairsez-aller (dejad hacer, dejad pasar), los economistas ingleses se- gufan a Adz Smith explicando esa imponente simetrfa de Jas armonfas econémicks que acabarfa por nacer si no era ahogada o estrangulada por tuna contranatural atenci6n obstétrica. De modo que({i Economia Politica tuvo su origen derivé ) 2 desarrollo del Estado y de Ia cultura pudiera reali- zarse. El famoso Tableau économique de Ques- estaba hecho para mostrar que, del_rendi. imiento anval, una parte iba por intercambio a ‘Feponer_lo que se habia consumido durante el ze ualismo capitalista, Dy ~Ginoxden condt® pido por una “ey natu sal” debe tener un inci wns dotyro éomplejos y aparentemente arbitrarios qe sean los ~ fendmenos, ticnen que ser explicables en términos de generalizaciones que puedan formar entre si + €un todo Ibgico y consistente® La ciencia no se limita a clasificar todo segin 2. arreglo arbitrario de cisilleros, o a ponerlo todo en un conveniente sistema de tarjetas, por mfs que esto sea un recurso preliminar necesario, Su objeto final ¢s reducir el Iaberinto de las diferencias cualitativas que percibe dl ojo a uh comin denominador Gnico. {Los f- 3 siécratas fueron los primeros que concibieron con & recisida el orden egondmico como anélogoaun organisono natural; y 1a analogia dominante que “Z se ocurria era que Ja sociedad econémica cra un sistema de Ia ciculacibn dela riqueza Cuil era 3 Ia Gisiologia de este proceso? El sistema econémi- co era a la sociedad humana lo que el cuerpo era a Ja personalidad humana: a base fisica para el desarrollo de funciones mis elevadas, y era condi- cin del progreso social que el sistéma econémico fuera capaz de producir al Estado y a la clase go- bernante el mayor excedente posible con el que el ° Jo que cambiz por manufzcturas més lo que usa para subsistencia y simiente, no agota el total de Jo producido por la tierra: una tercera parte va a lase terrateniente en forma de renta, sin obtener, iclo_anterior; otra parte no_necesitaba_volver al sistema econémico para recomenzar_un nuevo ‘@a_eambio, ningtin equivalente, Esta parte era ‘Glexcedente esencial o produit net del sistema eco- Glo de produccién y ciseulaciOn, sino que queda- Geom un credent, erase modal nef el abajo ce juzgaba “productivo” en tanto que pod crear un excedente-sfo que constimian cl comer- Gory las manufactues era lo que necesitaban para. alimentar sus actividades, La industria cambiaba { Jos productos que no utilizaba por Ia produccién | agricola que requerfa su demanda de materias pri- \ mas y Ia subsistencia de sus obreros. La industria .! por este acto de intercambio no hacfa mis qué dar ua equivalente por un equivalent recbido, y no produc, por lo tanto, ningin excedente, Mira beau decla: “Le doy un pedazo de paiio & un sas- tre: no ser6 nunca capaz de aumentarlo de modo de sacar de 4 una casaca para ly otra para mi.” La agriculeura, por su parte, cambia parte de sus productos por las manufacturas que necesita para el sostenimiento de la agricultura y de la poblaciéa agricola, tales como implementos y vestides. Pero RR RES SSS Pe TREES, crete ome a . libros de texto acostumbran pasarlos de largo re- némico, {Ta agricultura era Ia Gnica que producia - ich El progreso consistia en el con. 2 inuo incremehto de este produit nets ‘ Estas ideas han sido malentendidas tan frecuen- a temente por los tiltimos economistas, que, en ge- neral, s6lo se asigna a los fisiScratas un lugar mo- desto en los cuadros de la Economia Politica. Los prendiéndolos por haber cometido la tonteria de afirmar que s6lo la agricultura era “productiva”, sin darse cuenta de Ia definicién_esencial_de Jo “productivo” como ercador de excedente 0 produit “eg net, y escapindoseles también toda la significacién fisten Fandamental de la distinci6n entre excedente,pro- “OP ducto bruto y costo como cl concepto unificador de la cconomfa politica. AI descubrir ese exce- dente s6lo en Ia agricultura, los fisibcratas no |“ ¥ afirmaban nada tan tonto como sostienen. sus cae / 2 Jumniadores: se trataba de un concepto que naci de la sociedad econbmica anterior a la Revoluciéa aries RErCENNTCE pane ) | Francesa y que era apropiado a ella, pues enton- ces estaban todavia en su infancia las manufactu- ras de caricter capitalista, y la renta de la tierra cra Ia base esencial de los ingresos de Ja clase go- bernante. En la historia de las ideas ese concepto representa una interesante filosaffa.de transici6n_ entre la antigua y la nueva era, En cuanto a su forma, parece descansar sobre Ja sociedad aristo- cxitica del pasado por su insistencia en la impor- tancia de Ja agricultura y de la renta de Ja tierra. Ciecto eg que no contiene ninguna profecia respecto al industralismo del siglo sx ni respecto a Tas necesidades y funciones de una nueva clase & [fourgues. 2¥ qué fundamento habia para tales o Hhideas en la Francia del siglo xvmPero su empefio tito en favor de la desaparicién de las restrieeio- nes feudales al desarrollo agricola y a la inversién de capitales en los trabajos del campos su insisten- cia en Ja libertad de comercio y en la renta de la tierra como base apropiada para Ja tributaci6n; su concepto de un orden econémico “natural” que “funcionarla solo”, sin Ja ayuda de un control de 1h autoridad, tienen una sigaificaci6n revolucio- {. naria.JEn el campo de las ideas econdmicas fue- ron como el Juan Bautista de la préxima revo- lucida burguesa, asf como Voltaire y Rousseau 16 imapose 4 ; -oductiva”; pero, fiel a su temperamento, dejS ah. el asunto y no prosiguié el desarrollo del con- cepto de un produit net en las manufacturasy Por otra parte, Ricardo (1772-1823), cuyo tempera mento esencfalin aapectos la antitesis del de Adam Smith, estaba més dentro de la tradicién directa de los fisiécratas (en su manera de ver y en sus métodos, més que en sus conclusiones). Se preocupé por establecer wn vrincipio_unitario que sirviera para interpretar todos los fenémenos principales del sistema econ6- mico. Se preocupé particularmente, como los fisi6- ‘cratas, por el problema de Ja_distribuct riqueza, En su exposicin, el produit net o renta ‘adquirié precisamente el aspecto de wna extorsién, «a las clases teabajadoras en beneficio de la clase, “pasiva de terratenientes, Este fue un importante ~ ‘mb va,_En si {eorla del beneficio picjesit6virtwalmente una_segunda_eépecie de produit net, inferencia que Marx no tard6 en des- + el produit net de la manufactura. Pero csta especie tenia caracteristicas propias aunt perteneciera a un género igual y m4s amplio.\$e- gin consideraba los ingresos de” la_burgucsfa clase formada por acumuladores de capital in- dustrial y pioneros del desarrollo industrial— su representan igual papel en el campo de las ideas’ pols Kam Sai) (3-199), influido grandemen- te por los Bsidcratas, se preocup6 mucho mfs en escribir un comentario sobre cuestiones econédmicas cspeciticas y en pr tesis_préctica que en establecer una(unidad de conceptdy En esto segula plenamente Ta wadieiGn del empirismo in glés. Al mismho tiempo, su exposicién era més | comprensiva en el campo de las soluciones précti- cas que consider6, ms completa en sus detalles, y su defensa de la nueva filosofia bur d jad cconémica mucho més precisa, Su investigd ‘dn sobré'la causa de la riqueza de las naciones present6 variidas y sblidas generalizaciones empl- ricas respecto a [a divisién del erabajo y a a acumu- Jacién del capital, una vigorosa crftica del mercan- filisme y un profundo andlisis de los efectos de las versas formas de tributacién. En cuanto a tem- peramento diferia mucho de los fisiécratas, y a todas luces de Quesnay. Su empirismo tenia afin toques de atomismo. Estaba siempre bieti dispués- to a ser geléctico cuando Ja oportunidad parecia cxigitl&XEl nico punto doctrinal de considera- cign en que diferfa de los fisiécratas era en la afirmacién de éstos de que sélo la agricultura era \ incremento constituia un conveniente:elemento de | progecso, mientras que la renta, que alimentaba a tina aristoctacia pasiva y reaccionaria, era una cat- + ga para el progreso. Ricardo fue por excelencia eh | profeta ceonémico de a burguesta industrial. . 7. eo aT EEC AOD A OEE ETSI LA TEORIA DEL VALOR’ El anilisis fisiocrdtico descansaba francamente sobre Ja distincién entre, cl excedente y el costo, sobre 1a nocién de equivalencia. En el proceso | de creulacién de Quesnay se daba por supuesta lt ‘equivalencia real que se cetablecla en cl ‘mercado SI cambiar una mercancia por otra. Pero tal ea alenda del mercado no cra una cosa estable: palin conservaba un valor invariable en terme os de trigo, sino que cambiaba de un afio a olre y aun acaso de una a otra semana, {Cull ert <] Jeeeto de tales cambios? ¢Hlabia alguna base de tquivalencia fundamental, “natural”, que ¢1 valor Gal mercado no podia siempre expresar de un modo adecuado? {Era racional que el trigo s¢ vendiera por cucima de su valor y el pafio por bajo del suyo? Si asi era gno habrla un oculto ‘excedente escondido en Ia operacién de intercam- bio? - “Tales consideraciones condujeron directamente + buscar una teorfa del valor, y éta vino at Tatesés supremo y Ja etructura esendil de Ia Eeo- toma Poltiea clisica. Preocupados con las ideas | 20. . o . Mqyedida_de_valos”, por Ja que 2 eos Trvegusa del valor” a veces el patron de medide (trigo, trabajo u oro) que servia para expresar el yalor. Es probable que los economistas lfsicos no hayan analizado muy 2 fondo su concepto: es facil aayadir en las palabra, J» por Jo tanto, en ch ‘pensainiente, !a lon, jtud o extensi6n espacial con Pe medidas convencionales metro, decdmetso_J Jalémetro, Sin embargo, eta confusi6n no impor- ‘aba mucho para su razonamiento, ¥ Ja ertica caida cudl era la esenca de su puntos vista. 1a ova, Ia cantidad que consitula el “valor inufne seco", en cuanto podia ser una abstracciGn aparey seeeuta también ipso facro una medida invaris- Ghende “valor”, lo mismo que un kilogram de algo constituye un pero y medida a la vex. Pero la. sr grin de que, si se, puede acusar Gertaments_ pn primeyos exnomstas Fue la conkuién ext My valor Era francamente wha tenacin ¢ Gnd ar ‘ambos: fadistincén entze produ brute ‘do neto descansaba en el concept ‘den costo que consisia de loa ‘qus cra “necesario” Fe A alimento indispensable de Ia mquine eco es, ambos: la distinc entre producto ruta 7 producto neto. En cada ciclo de produccién de “ley natural”, Jos economitas politicos Uegaron ‘a concebir un “valor natural””@ paincipio de equi- ‘alencia econdinica, que no cra necesariamente sic ‘poaimo ‘de los “valores del mercado” sealnienté Heanzados y que s6lo se aleanzaria plenamente en cd mercado cuando prevaleciera un “orden natu- ral” —el sistema i individualista ideal del Jaissex- faire. Yom tal valor era un principio de “ley natural”, tendrfa en sf por necesidad algo csenciale mente propio, justo y_armonioso, Ast como la ‘Genda natural trataba de propiedades tales como Ja “longitud” y el “peso”, parecla que la ciencla econéthica deberfa poder descansar sobre el hecho pésico del's"valor" 2Cominmente se distingula centre el “valor intsinseco” y cl “valor extrinseco” ‘valor real de cambio Petty (x623- 1687) wilizd Ta interesante distisiei6n entre “baratura natural, que depende de las pocas o muchas manos nece- “3 sarias para producir lo indispensable (as el trigo = ces mfs barato cuando un hombre lo produce para diez que cvando lo produce para seis)”, y “bara- tura politica, que depende de que sean pocos en evalquier comercio los intermediarios oficiosos y ‘en exceso sobre lo que sea necesario”. Mucha ener- i gia se ha gastado después en demostrar que los economistas clésicos se confundian al hablar de mamma a \ cierta cantidad va al sistema econémico: simientes, antenimiento de los obreros, ete. En el curso de un ciclo de produccién se produce bastante para reemplazar el coito original o gasto mr algo en afiadidura: el produit net. Mientras’este proceso ts concebido en términos de una sola mercancia compuesta —trigo— como sucedia con Sir Wile Tian Petty y en cierto modo con los fisibcratas, el concepto era fécil. El sistia en el gasto necesario de tigo para su prodccién, y era una. consecuenc able suponer que eito constitufa el “valor natural” de Jn niei@ancla.® Pero tan pronto como, ademés del trigo, incluimos otras mercancias en la subsistencia “pecesaria”, cae por tierra la simplicidad de la explicacign y nos vemos envucltos en el problema circular de establecer primero Ja equivalencia de las diversas mercanclas (digamos: trigo, carne ¥ pafio) que constituyen el costo, Para resolver esta Gificaltad se buscS entonees una transicign entre el trigo necesario para alimentar a los trabajadores Yel trabajo real como constituciOn del “costo” fu damental y base del “valor natural”, El trabajo fue ¢ © Debo esta interpretacién de 1a doctrina dia y algunas cure ideas que tiguen, al sefor P. Sraffa, de King’s College, Cambridge. a FREE HERE TCO TMI, ne we ge cgeucialmente la accién creadora de toda produc. ibn, el sine qua non para transforma lo que ofse- da [a naturaleza en lo que el hojabre necesita en “realidad. El real” humanidad que se ganaba sti vida trabajando consistia en Ja ¢ a necesailo invert} y pare | ei ‘qlie lag diversas miercanelés Fueran eg airal” que as diversas miereandlss Fueran (etimadas 0 valuadas en proporcién al trabajo que |! ‘equeria su_produccién. Pero la idea primitiva del costo como “subsisten- Ga” no dejaba de sembrar confusién: Desde el _. punto de vista de un patrén y de Ia dlase de los Empresarios en, genera, el “coito” consistia en Gltimo andtisis en ef gasté para la subiistencia dé” los grab} indicién necesaria dé la ‘pio duceibn. Lo que fos trabajadores, con su esfuerz6, \Y devolvian al patréa en demasti era Jo que cepré* | sentaba para la clase de los empresatios el produto, | nto del sistema: La fuignte del betieficio sobre el \ capital, Mare fue l primero én sefialar esa eon. } -fisida cuando acus6 a Ricardo de confundir La tradicién que venia desde los fisiberatas a tra: vvés de Ricardo no pas6 alos descendientes director Ue éste, sino a Marx. (1818 - 1883) quien tomé el sistema de Ricardo, lo despoj6 de su armazén de “ey natural” y revoluciond su significacion cual tativa, Marx es notable precisamente por estas ct- Mreterfaticas de sa obra que muy raramente han {ido apreciadass pero destacado sobre l fondo de fa dase de cuestiones que Ia Economfa Politica ifsica se preocups-por responder, puede decirse Gque 10 sistema coron6 el eifcio elfsico. Y lo Corond por cierto de una manera tipicamente he- lianas en Ta forma en que Mars afirmaba en st Flosotla de Ia historia que habla vuelto a Hegel de reves: poniéndolo sobre sus pies siempre que To encontr6 de cabeza, por medio de una interpre- tucién materialista de la historia que vino a susti- tuir la interpretacién idealists Marx no partis del concepto de ordeh natural como base del sistema capitalista; para él el capi. fulismo no constitufa el punto final del progreso Ceonémico: era histéricmente selativo y transite mercado— que no podrla proporcionar ningn juicio respecto a Ia adecuacién “natural”, propie- dad, conveniencia u otras condiciones del sistema de equivalentes de cambio que establecfa el mer-. cado, Pero habia més: una vex. que desaparcci6 un sistema adecuado de costo real, no hubo ya base para ninguna distincién fundamental entre pro- ducto bruto y producto neto, y el concepto de cexcedente no tuvo ya ningGin sentido aplicable,,.’ rio. Por esto no lo movia ningtin deseo de identi- ficar los precios del mercado con el costo real. 1 trabajo en su sentido objetivo el gasto de energia humana de mésculos y nervios— constituia el valor: ésta es a valoracién social que habfa que aplicar a las mercanclas que eran Erato del trabajo" Era el equivalente fundamental, la norma por Ia ‘que podiamos juzgar Ja significaci6n de las rela- ciones de precios establecidas por el mercado bajo distintas clases de condiciones. Sin el trabajo no habfa una norma Gltima. No podifamos decir cierto acto de intercambio representaba un cambio de equivalentes 0 no, y aa, sin él, no tenfa sentido al concepto fisioerético de “excedente” como algo acumulado sin que ningtin equivalente fuera ab- sorbido en cambio. Bajo cierta clase de condicio- ries * los precios del mercado coincidirfan con los ‘valores. Se cambiarfa equivalente por equivalent pero de ningtin modo bajo toda clase de condicio- net, Ha ata de comprensi6n de esto rédican precisamente Jas monstruosas equivorariones que Tetiyeron sobre ea todos los ecos porions / de Marx. fste nunca identificé el valor del mer- ; « Po sep fo que Maun pen oxwamei, ald uma tocicdad de produci‘de meranela simple’ en vol. I de El cepital, cee sae eee EERE ERS OE EES TRE RE TE PY ERT BS ES PT } cado con el valor en trabajo, como Ricardo traté de hacerlo. ¢Cé5mo, pues, podrfa haber una “gran contradiccién” cuando Marx, en el volumen III de EI Capital, al desarrollar lo que Ricardo aceptaba como una “excepeién”, declaré expresamente que en Jas condiciones del capitalismo moderno las smercanclas no se cambiaban a sus valores, sino a lo que l llamaba su “costo de produccién”? Esta dlti- sma cantidad era igual a los salarios mids un tanto normal de beneficio sobre el capital empleado, y diferfa del “valor” en Ia misma proporcién en que ~ Ia relacién entre maquinaria y trabajo —lo que él Uainaba 1a, “composicién orgfnica del capital” variaba en las diversas categorfas de industrias. EI problema de Marx era determinar la caracte- rfstica propia, la significacién social del ben: capitalista. Si cra un excedente en el sentido sioerdtico de valores pagados a alguien sin haber dado en cambio equivalentes, gebmo aparecfa y de qué condiciones dependfa su aparicién? El mé&o- do que sigaié Marx fue tomar una “sociedad de mercancfa simple” en la que Jas mezeancias se cam- bian a sus valores (evitando Ja complicacién de diversas composiciones de capital), ¢ investigar cémo podia aparecer un excedente en tales condi- ciones, No podfa aparecer durante el cambio, por- cibn de la diferencia entre el valor del trabajo y rodueto de éste, De aqui su particularidad euali- ? Marx designaba con el témino de deaqut un antagonsmo de dase entre Jos que redibfan y los que productan Jn plusvaliy que en puesto tiempo e+ mucho més impose te que el antagonismo de Ricardo entre el terra niente y el capi Pero la fuerza como una mercancta, mercado de trabajo, bajo diciones histéricas: cuando los proces babian creado un, profetaiado sin ‘edios de vida, por una parte, ea * Ta otra, La aparicién del benef evo tant, no era una extegorla ‘atu ave riviera sus rafces en un orden natural de coms: es una categoria de ingreso propia de va ea viticular de las insttuciones histricas y de forma particular de la sociedad de cas ve En las ctapas finales de su ae , aa 6 liciones que eran motivo dc pres eens frieran de los equivalentes piv valor, La primera de éstas era is neces etencia de capitales én bu ip pe re tl todo ae tativa que *plusval sta. comprada y vendida en el ina serie definida de con- 0s hist6ricos jienes y sin FACE EAD ESE de trabajo figuraba solamente ~ i \ | que era un cambio de equivalentes, Su respuesta” fue que aparecfa de la particularidad de la fuerza de trabajo consistente en que es una mercancla que produce més mercanefas de las consuonidas para producir la fuerza de trabajo original —con- sumidas como medios de subsistencia necesarios para recmplazar la energfa gastada— La fuerza de trabajo producfa un valor mayor qite su propio valor. El capitalista compraba trabajo al valor de éste, y eso constitufa para él el gasto primario de Ja produccién, El valor de la fuerza de trabajo se determinaba por la cantidad de trabajo necesario Pita producirlo, es decir, por la subsistencia nece- saria par mantener al obrero en capacidad de tra- bajar en cualquier clase dada de condiciones y en cualquier tiempo dado, El capitalista podfa apro- piarse como su beneficio la diferencia entre este va~ lor (cs decir el salario) y el valor bruto que produ- cla el ejercicio del trabajo, El salario era el pago de equivalente por equivalente: la subsistencia del obrero reemplazaba la energfa que éste gastaba,al servicio de su patrén, El beneficio, ert cambio, nacia de In cualidad particular de fa mercancla fuerza de uabajo, gracias a la que, al entrar en operacién, el trabajo creaba un valof mayor que su propio valor: Ja ganancia nacfa de una explota- a AL. produjeran un interés igual por unidad moneta ria, as{ como el agua encuentra un nivel tomiin si hay suficientes vasos comunicantes. Esto hacfa que Jas mercancias que habian sido producidas con una proporcién relativamente grande de capital con respecto al trabajo, fueran vendidas por enci- ma del equivalente de su valor, y que las mercan- as que habfan sido producidas con una propor- cidn relativamente pequefia ‘de capital fijo con respecto al trabajo, fueran vendidas por debajo del equivalente de su valor. Pero esta divergencia no cera de tal naturaleza que invalidara su ecuaci6n centtal, que cambiara cl cardeter de plusvalfa que tenia la utilidad, Provocaba una distribucién dis- tinta del excedente gntre las diversas Ifneas de la industria y cambiaba Jas proporciones de Ia pro- duccién en las diversas Iineas, pero no afectaba la magnitud de la plusvalfa en el conjunto de ellas.

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