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Traduecién de Epuanoo Honnepo Revision de Avos. Martin Penez tw Y JOHN MAYNARD KEYNES TEORIA GENERAL DE LA OCUPACION, EL INTERES Y EL DINERO Eg : FONDO DE CULTURA ECONOMICA México - ARGENTINA - Brasit - Covomain - Crit - Estana FRsranns UNIDOS DE AMERICA - GUATEMALA - PERL) - VENEZUELA Primer ein en ings 1936, aera edn en eal, 143 Segunda edicin (oe 1965 ‘eee di, 2001 Planer wnpecn, 2005 “Teles Tew f plane ne aon tease pst 8 © 28, Foo DE CTA EcpNONCA DE ALENTIA SA fe ‘By Salvador 5665: 1414 Buenos Aires fonts omar! wens Iefeae Nee 2 0 Mee. ISBN 950-557-494-0 Fotocopie Has ed penade pore. Prchibids ns eproducia oul pari por cakes meio impr ign frien ‘modified en catelano oan cuaguer ono ima, in aotrizsibn expen dels ei. onsso EN ABcaNTINA- PANTED I AnGeTTINA Hecho el depSszo que areal ey 1.723 Nota del editor 22 Teoria general de Lord Keines ha adquirido un lugar tan cestacado en la ltereeura econdmica de nuestres cas, quees dificil encontrar un libro oarticulo sobre economia ‘noelementaldonde nose cite, Porello ha parecido convenience dar la paginaciGn de la cobra original en todas sus ediciones para facilitar af lectot la comprobacién de las referencias a esta obra que pudier encontrar en el cuiso de sus lecture Los guar. ‘mos entre corchetes indican el lugar done termina cada pig del ediciGn inglese, Nota de! editor . Prélogo de la nueva edicion Prefacio Libros INTRODUCCION 1. La teorfa general. 2. Los postulados de Ia economia clasica 3. El prineipio de la demanda efectiva Libro DEFINICIONES E IDEAS 4. La elecci6n de unidades ~.. 7 coe 9 5. La expectativa como elemento determinante de la produccién y la ocupacién.. 55 6, La definicign de ingres, ahortoe inversion. 6 Apéndice: Sobre el costo de us0 ~~ 1 7. Bl significado de ahorro e inversién ‘mds ampliamente considerado Libro m LA PROPENSION A CONSUMIR. 8. La propensién a consumis:. Los factores objetivos 9. La propensién a consumnir: 1. Los factores subjetivos.. 10. La propensin marginal a consumiry el muliplicador » 34 TEORIA GENERAL DE LA OCUPACION, EL INTERES Y EL DINERO Librow EL INCENTIVO PARA INVERTIR, 11. La eficiencia marginal det capital .. 12, Elestado de las expecrativas a largo plo. 13. La teoria general de la rasa de interés. 14, La eon clisica de la tasa de interés ‘Aptadice: Sobre ln tasa de interés en los Principle of Economics de Marshall, Principles of Political Economy de Ricardo y en ot1as OBI wn 15. Los incentivos psicol6gicos y de negocios para la lig. 16, Especiales observaciones sobre la naturaleza del capital 17. Las propiedades esenciales del interés y el dinero... 18. Nuevo planceamiento de la teoria general de la ocupacién Librov SALARIOS NOMINALES ¥ PRECIOS 19, Modificaciones en los salaros nominales Apéndice: La Teotta de a desocupacidn del Potesoe Pigou 20. La funci6n de la ocupaci6n .. 21. La teoris de los precios Librowt BREVES CONSIDERACIONES SUGERIDAS PORLA TEORIA GENERAL 22. Notas sobce el ciclo econémico 23. Notas sobre el mercaneilismo, las leyes sobre la usura, el dinero sellado y las teorfas del subconsum... 24, Notas finales sobre la flosofta social 1a que podria conducir la teoria general. 27 307 Indice analftico.. 319 aed de Torta genera dele aeupaib, enters nero ‘de. M, Keyes se tend de imprimir en el es, de febrero de 2005 en Grinon SA, Lamadsid 1576, Vil Balser, ‘Buenes Avs, Argensinn. ic Prefacio Ditijo este libro especialmente a mis colegas economistas, aunque espero se comprensible para quienes no lo son. Su principal objeto es ocuparse de las df ciles cusstiones de la teorla, ys6lo secundariamente de sus aplicaciones précti- as; porque si la economfa ortodoxa est en desgracia la raxén debe buscarse no ‘en la supereseructura, que ha sido elaborada con gran cuidado por lo que respec- ta su consistencta l6gica, sino en la falta de claridad y generalmence de sus premises. Por tal motivo no podré cumplir mi deseo de persuadir a los economis- tas que estudien otra ver, con intenciGn critica, algunos de los supuestos basicos de la teorta, més que por medio de argumentos sumamente abstractos, asf como valigndome a menudo de la concroversia. Quisiera abreviar é5ta; pero he credo importance no s6lo explicar mi propio punto de vista, sino también mostrar en. qué aspectos se aparta de la teorta habicual. Supongo que quienes se aferran demasiado a lo que llamaré “a teorfa clésica” vacilarn entre la creencia de que estoy completamente equivocado y Ia de que no estoy diciendo nada nuevo. Corresponde a otros determinar si alguna de estas altemativas, o bien una terce ra, es la correcta. La parte de mi obra especialmente dedicada a la controversia tiene por objeto proporcionar materiales para la respuesta, y debo disculparme si, al tratar de establecer distinciones incisivas, mis argumentos resulcan dema- siado sutiles. Yo mismo defend durante muchos afios con conviccién las teorias {que ahora [v] ataco y creo no ignorar cusl es su lado fuerte. ‘No puede exagerarse la importancia del asunto a discusin; y si mis explica- ciones son correctas, a quienes primero debo convencer es a mis colegas econo rmistasy no al pablico en general. En tales condiciones, el pablico, sunque bies- ‘venido al debate, e¢ slo un curioso que observa el intento de un economista de encontrar una solucién a ls diferencias profundas de criterio que hay entre él y {os dems, y que, por zhore, han destruido casi toda la influencia préctica de la reorfa econdmica y seguirén destruyéndola mientras no se Iegue a un acuerdo, La relacién que hay entre este libro y mi Treatise on Money, que publiqué hace cinco afios, probablemente es més clara para mi que para los dems y lo ‘que desde mi punto de vista represente una evolucién natural de las ideas que he seguido por varios afios, puede parecer a ls lectores un confuso cambio de fren- te. Esta probabilided no se aminora por ls alteraciones que me he visto obligada w 18 TEORIA GENERAL DE LA OCUPACION, EL INTERES Y EL DINERO ‘hacer en la terminologia del libro y que indico en las paginas sigulerses; pero la relacion general entre ambos libros puede expresarse en pocas palabras como sigue: cuando empecé @ escribir mi Treatise on Money todavia seguta el cauce tradicional que considers la influencia del dinero como algo que deberta cratarse separadamente de Ia teoria general de la oferta y la demand. Al acabatlo, habia realizado algunos progresos en el sentido de aislar la eeor‘a monetaria hasta con vervtla gn una teorfa completa dela produccién. Sin embargo, mi sujecién a fas ideas preconcebidas aparecia en lo que creo constituye la falla principal de las partes tedricas de exe trabajo (a saber ls libros ut {ly tv), en. que no me ocupé lo bastante de los efectos de los cambios en el nivel de la produccisn, Mis llamadas “ecuaciones fundamentales” eran instanténeas fotogréficas del sistema econé- smico, tomadas en el supuesto de una produccién determinada de antemano. Con ellasingentaba demostrar de qué manera, partiendo de dicho supuesto, po- dian desarrollase ciertas fuersas que provocaban un desequilibrio de las ganan- cias, requitiendo asf un cambio en el nivel de la produccién. No obstante, [a dinémica, por oposicion a le fotografia instanténea, quedabs incorapleta y ex- «raordinarlamente confuse. Este libro, por otra parte, se ha convertido en lo que es: sobre todo, un estudio de las fuerzas que determainan los cambios en la escala de produccién y de ocupacion como un todo; y si bien opino que el dinero entra cen el sistema econémico de una manera exercial y especial, dejo en segundo plano los detalles monetatios técnicos. Veremos que una economéa monetaria ante todo, aquella en que los cambios de opinién respecto al futuro son capa cesde influiren el volumen de ocupacién y no s6lo en su direccién: peto nuestro sétodo de analizar la conducta econémica presente, bajo la influencia de los ‘cambios de ideas tespecto al futuro, depende de la accién recfproce de ta oferca ¥ la demands, quedando de este modo ligade con nuestra teoria fundamental del valor. As{ nos acezeamos a una teoria més general, ue incluye como cas parti cular la teoriaclésica que conocemes bien. El autor de un libro como éste, que marca nuevas rutas,esté en extremo sujeto a la critica y a la discusién si desea evitar muchos errores indebidos. Es sorprendente el nGmero de tonterfas que se pueden creer temporelmente si se sla uno demasiado tiempo del pensamienso de fs dems, sobre todo en econo- nia (asf como en las otras ciencias morales), en la que con frecuencia es imposi- bie poner a prueba de manera definitiva las ideas propias, ya sea formal o [vi] experimentalmente. En este libro he confiado, quizés més que al escribir mi Treacise ‘on Money, en los consejos constantesy la crftica constructiva det Sr. RE Kahn, Contiene muchas cosas que no habrian adquirido su perfil si no hubiera sido par sugesticn suya. También he recibido mucha ayuda de la sefiora Joan Robinson y de los setiores RG. Hawerey y R. B Harrod, quienes leyeron las pruebas de fenprenta, El indice fue recopilado por el sefior D. M. Bensusan-Butt de King’s College, Cambridge. 7 PREFACIO. 19 La redacci6n de este libro ha sido, para el autor, una prolongada lucha en la que trat6 de escapar a las formas habituales de expresin, y as{ debe ser su estu- dio para Ia mayor parte de los lectores, si-el-intento.del autor tiene éxito, un forcejeo para huir de la tiranfa de las formas de expzesién y de pensamienso habituales. Las ideas aqui desarrolladas tan laboriosemente son en extrerno sen cillas y debertan ser obvias. La dificulad reside mo en las ideas nuevas, sino en rehuir las viejas que entran rondando hasta el iltimo pliegue del entendimienta de quienes se han educado en ellas, como la mayoria de nosotros [vi J.M. KEYNES, 13 de diciembre de 1935 2. Los postulados de la economia clésica tia mayor parte de los tratados sobre la teoria del valor y de la produccién se refieren, en primer término, a la distribucién de un volumen dado de recursos ‘empleados en diferentes usos, y alas condiciones que, supuesta la acupaciGn de esta cantidad de recursos, determinen su remuneracién relativa y el relative valor de sus productos" También se ha sujerado con frecuencia a un procedimiento descriptive lo ‘elativo al monto de los recursos disponibles (entendiendo por tales el volumen de poblacién eusceptible de tomar empleo), los limites de la riqueza natural y el ‘equipo de produccién acumulado; pero rara ver se ha examinado detenidamence fen la teoria pura, la explicaeién de lo que determina la ocupacién real de los recursos disponibles. Decir que no se ha considerado en absoluto, seria absurdo, por supuesto; porque todo estudio sobre los altibajos de la ocupacién, que han sido muchos, ha tenido que ver con el tema. No quiero decir que se haya pasado por alto, sino que la teorta fundamental [4] en que descansa se ha creido ta sencilla y evidente que casi no habla para qué mencionarla? "Est, sein la radi scadins; porque Ricardo neg expresamente ue tvie incense ‘onto del dvidendo nacional come hecho independiente de su dutibucin, Con est fijaba co. ‘Heccmmete el eardeter de propia toi; pero sus sucesoes, con visin menos lara, ban wad lo {owt lisa en extlios soe le cara dela iquna. Vase la cata de Ricardo a Malthus de 9 de ‘enue de 1620, “Ui. supone qu ia Econom Polica es una invetgacén dela naursinay ‘aus de a riquenay yo ene gue debern amare inestignin de ns leyes que determinen el ‘epatto de los productor dea industria etre bs clases que coneurren as formacién~ No puede ‘runcare ninguna ley respec a cance, pero 8 con bastante exatind pare ls porsones ‘lavas, Cada dla me convenzo mie de que In price invertgncin es vana eiscria y que Sep ex el verdadero obeo de acerca" Por ejemplo el profre Pig en su Economics of Welle (Wed, 127)excibe (as alcss son mias) "A través de eta deus, excep cunndo se espelique lo contra, se hace fen hombre, sin emtargo, afadiia lament 0.9 de quntal or dia y el empleo no puede por tanto, aumentar aia + 1 Fambres, a menos que el precio del gran suba con ela os salaos Thasa que los ques pagan dramenterengan un poder adqusstvo de 0,9 de quill total de los slay maar concn + 1 gua, en competi con n gues ut een ‘revimente- De ete modo, el enpieo den hombre sen eno de efecase, sponded neces ‘amente ina aferencin de ingrese de los que ants estan emplendos als empresa. LOS POSTULADOS DE LA ECONOMIA CIASICA 35 induscrias de articulos para asalariados (que determinan el salario real) nece- sariamente (17] se reduce a medida que crece la ocupacion. Sin duda, en la medida que esta proporcién sea vilida, cualquier medio de aumentar la Ocupa- ign tiene que ocasidnar el mismo tiempo una reduccisn del producto marginal y, fn consecuencia, otra de la magnitud de los salaios, medida en dicho producto. Peto una ver abardonado el segundo postulado, una baja de la ocupecién, aunque necesariamente asociada con el hecho de que la mano de obra perciba un salario de valor igual a una cantidad mayor de bienes para asalariadas, no se debe necesariamente a que la mano de obra demande mayor cantided de tales bienes: y el que la mano de obra estédispuesta 2 aceptar menores salarios nomi- rnales no es, por fuerza, un temedio a la desocupaciin, La teoria de los salarios on relacion con el empleo, a que nos estamos refirierio, no puede aclararse por enero hasta llegar al capitulo 19 y su apéndice. VI Desde los tiempos de Say y Ricatdo los economistaselisicos han ensefado que In oferta crea su propia demanda queriendo decir con esto de manera seialata, aunque no claramente definida, que el total de [os costos de producsion debe ‘necesnriamente gastarse por completo, directa o indirectamente, en comprar seco tamente, en comprar los En los Principle of Political Economy de}. S. Mil, la doctrina esté expresa- mente expuesta {Los mesos de pago de los bienes son sencillamente otro bienes. Los medios de {ue dispone cada persona para pagn la produccidn de otras cansisten en Los bie ‘es que posee. Todos los vendedores son, inevitablemente,y por el zentido raisin de Ia palabra, compradoes. Si pudiéramos duplicar repentinarmente ls fucras roduetoras de un pats, duplicariames por el mismo acco Ia oferta de bieres ex. todos los mercado; pero al mismo tiempo duplicartamos el poder adquisitive ‘Todos ejercerfan una demanda y una oferta dobles; todos podtan comprar el do. ble. porque tendrfan dos veces més que ofrecer en camblo."[18) Como corolario de la misma doctrina, se ha supuesto que cualquier acto indivi- dual de abstencién de consumis conduce necesatiamente a que el ae ve bbienes retirados as{ de la provisién del consumo se inviertan en la produccin de Fiqueza en forma de capital y equivale a lo mismo. El siguiente pérrafo, de Pure Theory of Domestic Values de Marshall ilustra el punto de vista tradicional: * Pringles Politica eonory ib leap. xv, $2 pat 36 TEORIA GENERAL DE LA OCUPACION, EL INTERES Y EL DINERO El ingteso total de una persona se gas en la compra de bienes y servicios. Cierto ‘gue generalmente ce dice que un hombre gasta parte de suingreso y ahorr ls ota: pero es un axioma econémico muy conatido que el hombre compra trabajo ¥ bienes con aquella parte de su ingreso que ahorra del mismo modo que lo hace ‘on la que gasta, Se dice que gaeta cvando procura obtener satisfaccion presente ‘de los bienes y servicios que compra y que ahorra cuando el trabajo y los bienes ‘que compra los dedica ala produccida de riqueza de la cual espera derivar medios de saifaceign en el fueuro Fs verdad que no seria ffcil citar péreafos semejantes en los trabajos posteriores de Marshall! © de Edgeworth o del profesor Pigou: En la actualidad la doct no se expone en forma tan cruda, pero, sin embargo, es el soporte de la reorla ‘lésica en conjunto, ya que sin é! ésta se derrumbarfa, Los economistas contem- portneos, que podrian ticubear en estar de acuerdo con Mill, no vacilan en 2cep- tar conclusiones que requieren su doctrina como premisa, La versién moderna de la eradicidn clsica consiste en Ia conviceiGn, frecuente, por ejemplo, en casi todos los trabajos del profesor Pigou, de que el dinero no trae consigo diferencias reales, excepto las propias de la fricin, y de que la teorfa de la producein y la ‘cupacién pueden [19] elaborarse (como la de Mill) como si estuvieran basadas ten los cambios “reales”, y con el dinero introducido superficialmente en un capt tulo posterior. El pensamiento contemporéneo esté todavia profundamente impregnado de la nocién de que si la gente no gasta su dinero en una forma lo gastard en otra.” En verdad, los economistas de la posguerta rata vez Logran sos- tener este punto de vista firmemente, porque su pensamiento de hoy esté excesi- vamente perineado de la tendencia contraria y los hechos de la experiencia, catén obviamente en desacuerdo con su opinién anterior,” pero no han sacedo consecuencias de bastante alcance, ni han modificado su teorfa fundamental. En primer lugar estas conclusiones pueden haberse aplicado al tipo de eco- rnomfa en que vivimos actualmente por falsa analogia con alguna de trueque, Bloefr). A. Hebion, después de citar el peal ancerior, de Mil, en sv Phisology oF ndesey {9-102} advert que Marshall hao el igvente comentario en uradesuspeimerat obras, Economies ‘tlndusy.» 154 -Pero aunque los hombres tienen el poder de comprar, pueden decidir no smo” ‘Sin embargo ~continda el sefior Holaon no parece haber eaprado la importanci rea ete tech y al precer limita su actin a pevodos de eri" A mi modo de ver, exe comentario es aeerindo, a hs de los trabajos peserors de Maal TICE Alfedy Mary Maral, Economies of Industry. p.17:"Noesconveniente panel comercio ener vextidr hechos con maceril que acaba pront; porque sl wente no asta is medics de ‘oma en vestidoe uevor, oe gustaria en dar empleo al abajo de alguna ota aaners.” El eeor nowrd que todavia eatay haciendo cist de las primers rebojos de Maral. El Manhll de os Prinipcs + habia hecho To bastante descenfiado pra ser eautoY evar pero las vieja eas ‘nunca fron eeputindaso extirpadas de os supuestes bsicos de su pensaniento ‘TEs ura vied del poten Robbins I de ter cs el rico que sigue defender un exquema sd de persuniento;concordando ecomendaciones pectic con s sistema tec. LOS FOSTULADOS DELA ECONOMIA CLASICA 57 como la de Robinson Crusoe, en lg cual Tos iagresos que los individuos consu- men o retienen como resultado de su actividad productiva son, real y exclusiva- mente, la produceign en especie resultance de dicha actividad. Pero, fuera de «sto, la conclusion de que los cestos de produccién se cubren siempre globalment= con los productos de las ventas derivadas de fa demande, es muy aceptable por que resulta dftcil distinguirla de otra proposicién semejante, que es indudable: Ja de que el ingreso global percibo por codos los elementos de la comunidad relacionados con una actividad productiva necesariamente tiene un valot igual al valor de la produccisn. ‘De manera semejante es natural suponer que todo acto de [20] un individuo que lo enriquece sin que aparentemente quite nada a algtin otro debe también enriquecer a la comunidad en conjunco; de tal modo que (como en el pérrafo de Marshall que se acaba de citar) un acto de ahorro individual conduce inevita- blemente a otro paralelo de inversi¢n, porque una ver ms, es indudable que la suma de los increments netos de la riqueza de los individuos debe ser exacte- rence igual al :otal del ineremento neto de riquera de la comunidad Sin embargo, quienes piensan de este modo se engafian, como resultado de tuna ilusign éptiea que hace a dos actividades esencialmente diversas aparecer iguales. Caen en una falacta al suponer que existe un eslabén que liga las deci- siones de abstenerse del consumo peesente con las que proveen al consumo futs- rp, siendo ast que los motivas que determinan las segundas no se relacionaan en forma simple con las que determinan las primerss. Por tanto, el supueste de la igualdad ence el precio de demanda y el de oferta de la produccién toral es el que debe considerarse como el “axioma de las parale- las" de la reorfa clésica. Eto admitido, todo lo demds se deduce fécilmente -las ventas sociales de la frugalidad privadao nacional, la actitud tradicional hacia la tsa de interés, la teorta cltsica de la desocupacisn, la teoria cuanticativa del dine- 1, las ventajas evidentes det laser faire con respecto al comercio exterior y mur cas otras cosas que habremos de poner en tela de juicio~. vil En diversos lugares de este capitulo hemos hecho depender fa teoria clisica, sucesivamente, de los siguientes supuestos: 1) Que el salario real es igual ala desutilidad marginal de la ocupactén existente 2) Que no existe eso que se lama desocupacién involuntaria en sentido riguroso. 3) Que la oferta crea su propia demanda en el sentido [21] de que el precio de la demanda global es igual a! precio de la oferta global para cualquier nivel de produccién y de ocupacién. 38 TEORIA GENERAL DE LA OCUPACION, EL INTERES Y EL DINERO Estos tres supuestos, no cbstante, quieren decir lo mismo, en el sentido de que xodorsubsisten o se desploman juntos, pues cualquiera de ellos supone Logica: mente a los otros dos. [22] 3. El principio de la demanda efectiva 1 ‘Ante codo necesiramos adelantar el significado de algunos términos que secin definidos con precisién posteriormente. Cuando la técnica, los recursos y los costos corresponden a una situacién determinada, el empleo de un volumen dado de mano de obra hace incurrc al empresario en dos clases de gastos: en primer lugar, las cantidades que paga alos factores de la producci6n (excluyendo a los otros empresarios) por sus servicios habituales, a los que denominaremoz ‘costo de factores del volumen de ocupacién de que se trates en segundo lugar, las sumas que paga a ottos empresarios por lo que les compra, juntamente con el sacrficio que hace al emplear su equipo en vez de dejarlo inactivo, a lo que llamaremos costo de uso del nivel de ocupacién dado." El excedente de valor que da la produccién resultante sobre la suma del costo de factoresy el costo de uso es laganancia, 0, como lo llamaremes, el ingreso del empresario. Por supuesto el cos:0 de factores s lo mismo que lo que los factores de la produccién consideran como su ingreso, pero desde el punto de vista del empresario. Asi, el costo de Factores y las ganancias del empresario, juntos, dan lo que definirernas como el ingreso total derivado del empleo proporcionado por el empresario. Las genancias del empresario asf definidas deben ser, y son, la eantidad que procura elevar al méxi- mo cuando decide qué volumen de empleo [23] oftecers. Conviene algunas v2- ces, desde el punto de vista del empresario, lamar producto de la ceupacién al ingreso global (es decir, costo de factores més ganancias) que resulta de un volu- ‘men dado de la misma, Por otra part, el precio de la oferta global! dela produc cién resultante de ese volumen determinadl es precisamente la expectativa de los resultados que se espera obtener y que hari costeable a los empresarios con- ceder dicha ocupacién.? ‘nel cap. 6 eda una defini precia del cotto de uo. } Que no debe confi (vide ifs) con el precio de oferta de una unad de producto en el sentido acortumbrada de et tino. "Elect observard que reso el cos de wo tnto del produto como del preci de ofercaabal de un volun detenninado de proecin, en a forma quesnbos tins debeninterpreate como ibe del ceo de no en tanto que It smas totals pagadss px os compendors inclu yen, 40 TEORIA GENERAL DE LA OCUPACION, EL INTERES Y EL DINERO De esto se deduce que, dadas la técnica, os recursos y el costo de factors por uunidad de empleo, el monto de éste, tanto para cada firma individual como para Ia industria en conjunto, depende del producto que is empresarios esperan recibir de la produccién correspondiente:* porque éstos (24] se esforzarin por fijar el volumen de ocupacién al nivel del cual esperan recibit la diferencia méxima entre el importe del producto y el costo de factores Sea Z el precio de ofera global de la produccién resultante del empleo de NV hombres y la relacién entre ambos sitboles Z = (N), que puede denominarse ‘incién de la ofeca global*Llamemes Dal importe del producto que los erpresarios esperan recibir con el empleo de N hombres, y a la relacion correspondiente, ‘D=f(N), ala que designaremas funcién de la demanda global ‘Ahora bien, si para cierto valor de N el importe que se espera recibir es mayor que el precio de la oferta global, es decie, si D es mayor que Z, habré un ‘estimulo para los empresarios en el sentido de aumentar la ocupacién por encima de Ny si es preciso, elevar los costos compitiendo entre st pot los facores de la produccién, hasta el valor de N en que Z es igual a D. Ast, el volumen de ‘cupacién esta determinado por la interseccién de la funcitn de la demanda tlobal ylefuncign de ofera global, porque es en este puntodonde las expectativas de ganancia del empresario alcanzan el mximo. El valor de Den el punto de intersectign de la funcién de demanda global con la funciém de oferta global se denominaré fa demanda efectiva. Como éstaes la esencia de la teoria general de nyu, coe de wo Lat monet pr pocde me dra ene cap- 6 Lo eee ue EP le seal! paca yl pec de lt global, impo dl coo doa pn dfnse SRO Lome yom ambigedn enn econo cove de wo depene eveeneee Seagal de nina com do nested compa go lean ot ‘Sees Sleues npc haber rains es tspgpn ol corres ‘rdpend len doy el ale independence dee tors Un end eft want et Limcu pe dole epee cel sus pocorn yen Sopdet eles boss penn enconhnea ceed godess deine eS tel ao no tga seen td cess Sel mio winter nln ‘So doo incense pra vercenebacendo peor cecal apo 3 trimepacia dea copeasn en pin gna pec ma dees dana 9 Scapa leony copia postin n capone ss ethos No cba Siac de cers daha define cco snes ca deo, elds nose ee SC sconjl eon sn nro, ue ee cui compew en leap 65 apne ‘Unenpcar su tere ue tonartna cnn price rapeco aes den pode, so sutnecl, por pore un sl previ nde cra Gece teporedevents Be eatectten decminads ano varus prerdons hacen, conse egin ovens ala Speake yout Pr nertin dt moe pb qa eps ea sa Relccera perinatal oe es bie aria Siguges Gansu apenas evel momento que tomar mann Ecc ites con mame tno ence son qe nnanene goa con nae ELPRINCIPIO DE LA DEMANDA EFECTIVA 41 In ocupacién, cuya exposici6a es el objeto que nos proponemos, los capttules siguientes se ocuparén extensamente de examinar los varios factores de que dependen ambas funciones. Be: ‘Por otra parte, la docerina cisica, que se accstumbraba expresarcategéricamente con el enunciado “la oferta crea su propia demands” y el cual sigue siendo el sostén. de toda ls teora ortodoxa, implica un supuesto especial respecto a la relacién ‘entre estas dos funciones; porque “la oferta crea su propia demanda’ [25} debe ‘querer decir que F(N) y ®(N) son iguales para todos los valores de Ny es decit, para cualquier volumen de preduccién y ocupaciény y que cuando hay un aumento en 2 = @(N) conespondiente a oo en N, D ~ F (N) erece necessriamente en la misma cantidad que Z. La teor‘aclisica supone, en otras palabras, que el precto de la demanda global (0 producto de las ventas) siempre se ajusa por si mismo al precio de la oferta global, en ral forma que cualquiera que sea el valor de NN, el producto Dadquiere un valor igual al del precio dela oferta global Zque corresponde aN. Es decir, que la demanda efectiva, en ver de tener un valor de equilibrio {inico, es una escala infinita de valores, rods ells igualiente edmisibles, y que el volumen de ocupaci6n es indeterminads, salvo en la medida en que la desurilidad del crakajo marque un limite superior. Si esto fuera cierto, la competencia entre los empresarios conducira siempre aun aumenco de Ia ocupacién hasta el punto en que Ia oferta en conjunto cesara de ser eléstica, es decir, cuando un nuevo auniento en el valor de la demanda efectiva ya no fuera acompaftado por un crecimiento de la producciéa, Evidentemente esto equivale ala ocupacién plena. En el capteulo anterior dimos una definicién de éta en términos de la conducta de los obreros; una alternative, aunque equivalente, es e! que ahora hemos alcanzado, o sea, aquella situacién enque la ocupacién total es inléstica frente a un aumento.en la demanda efective de la produccién correspondiente. De este modo el principio de Say segtin el cual el precio de la demanda global de la produccién en conjunto es igual al precio de la oferta global para cualquier volumen de produccién, equivale a decit que no existe obstéculo para la ocupacién plena. Sin embargo, si sta no es la verdadera ley respecto de las funciones globales de la demande y la oferta, hay un capftulo de importancia capital en la teorta econémica que todavia no se ha escrito y sin el cual son fitiles todos los estudios relatives al volumen de le ‘ocupacién global. (26) n Tal ver un breve resumen de la teorfa de Ia ocupacién que se desarrllard en e! curso de los siguientes capitulos pueda ayudar al lector en esta etapa, aun cuan- do.quisé no sea completamente inteligible, Los cérminos usados se aclararén. con

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