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«30s criteriosformales han ido derivando hacia la construc: cidn de modelos o sistemas de ereencias sobre la salud y el equilibrio mentalesy sobre sus alteraciones. I CONCEPTOS Y CRITERIOS EN PSICOPATOLOGIA Luisa ingreséen el hospital con una pariisis parcial del lado iquierdo de su cuerpo. Dice que no tiene ninguna idea so- bare cual puede se la causa, Su madre cree que puede tener alguna relaciin con el pinico que le produjo ver emo su novio era aticado por un perto, Sin embargo, el sintoma x hhabia presentado ya en otras ocasiones, antes de este suceso, de forma intermitente. Manuel estéterriblemente angustiado y sin atreverse a salir de casa porque iltimamente tiene lo que é lama ata- ques, y que consisten en sensacidn de pinico, palpitaciones muy intensas, visién borrosa y como a través de un ciinel, Iareo, niuseas, y una especie de peso en el pecho que le impide respirar con normalidad. Le suclen suceder euando estien el cine, oen el autobiis,e ineluso cltimamente en sa propio coche. Su reaccisn inmediata es salir corriendo, y en ‘arias ocasiones ha tendo que ira urgencias porque pensaba que se ibaa morir, Sonia cs una chica de 18 afios que durante los dos ét- smog ha perdido mis de 20 lilo, Solamente come algunss verduras y, de vex en cuando, un poco de jamén y algin vaso de leche desnatada. Slo bebe un vasto de agua al di, y todos los dias hace al menos una hora de gimnasia. Es eumplidora, autoexigentey, salvo por sus manias eon la co- rida sus pades la consideran uta hija modelo. Dice que empers a hacer dicta porque se vela como una vaca, a pesar de que todos le dectan que tenia un tipo estupendo. lipe describe asi sus experiencias: «Al principio era como si una parte de mi cerebro, que hasta entonees estaba dormido, empezara a despertatse. Empect a comprender uichas cosas por ejemplo, me aeordé de que, cuando tenia siete aos, violé a mi hermana que entonces tenia seis; en- tendi por quéel portero dela oficina me daba todos los dias, cl cortea cogido con una cinta ancha de goma de color ver dle; comprendi por qué mis padres habian puesto mi nom- bre en el buzin... Todo empers a eobrar un significado que hhasta entonees no habia sido capaz de eaptar.» “Todas estas personas presentan o relatan problemas muy diferentes. Todos cllos serin estudiados con deralle en esta obra, Pero también nos sirven aqui como ejemplo de la di- ‘ersidad de temas y problemas humanos que son objeto de estudio para la psicopatologia. ¥, al mismo tiempo, nos sir ven como una fazin més que explca la diversidad de erite- rosy modelos que se manejan en esta disciplina, ademis de Jas que hemos comentado en el apartado anterior. En és ‘vamos a examinar algunos de los eriteios més inflsyentes que se manejan, o se han manejado, para catalogar, com- prender y expliar Ia multplicidad de psieopatologias que pueden presentar las personas. Nos centraremos bisieamen- te en los siguientes euatro grupos de criterios: el estadistien, los sociales, los subjtivosy los bioligicos. Capitulo 2 Conceptos y modelos en psicopatologia 37 ‘A, EL CRITERIO ESTADISTICO Como ha dicho Ibiez (1980), cuando la psicologfa y, on ella, la psicopatologia decidieron optar por homologarse a las ciencias naturales (ya bien entrado el siglo x1x) y, conse cuentemente, postular leyes que fueran susceptibles de for- ializacién, se recurrid.a la cuantfieacion de los. datos psicoldgicos. Esa cuantficacién se produjo fundamental- mente a mes de la estadistica, snc auxiliar de a bus na parte de las ciencias naturales. En psicopatologia, la tstaistien dj6 de ser ua recurso aula formal pre on vertirse cn algo més: se transmuté cn crterio defnitorio del objeto y adquiris rango de concepto, euya maxima ejempli- feacon ceencuentaencl denominadoontreeaadincede la psicopatologfa, La buena acogida que tuvo en nuestro contexto se debe, en parte, a que ya habfa sido profusamente utilzado en Ambitos psicoldgicos tan relevantes como el de ls teorias consttucionalistas sobre la personalidad, o el de las invest- zaciones pioneras sobre la inteligeneia, que dieron paso a toda una tecnologia que permittia mis adelante «medion hhechos psicoligicos tan diversos como la personalidad, los ‘adores ls ormas los ative oles ereneas, El posrlade central del citerio estadistco es el de que las variables que ddfinen psicoldgicamente a una persona, poscen una disti- bucidn normal en la poblacién general de referencia de esa 9ctsona, Consecuentcmente, la psicopatologiacs todo aque- Toque se devia de la nornalidad, e deci slgor (an go de personalidad, una capacidad intelectual, una actividad mental, un comportamiento, una emocidn, un afeew, ete) ue resulta paco frecuente, que no entra en los limites de la Aiecbvelé normal de la poblacion que ace sre de ref rencia. Segiin este crterio, hablamos de hiper o hipoactivi dad para catalogar un determinado comportamiento motor alterado, o de baja versus alta inteligencia para designar la Capacidad rnental de las personas (eso es, subnormal esis superdotado), 0 de hiper versus hipoestsia, 0 de baja versus alta esabilidad emocional (neuroticsmo verssestabilidad), sor poner algunos ejemplos conoeidos. Porgin embargo, la restrccon al Ambito de lo infiecuente no siempre conlleva psicopatologta (Martin, 1976). El ge- nio creador es desde luego poco frecuente, pero no ¢s pato- ligico. Creer en la existencia de una vida después de la muerte puede ser muy frecuente, pero el no creer en ello no significa patologia. Problemas de este estilo pareeen haber Ilevado a la adopcién de un segundo supuesto. central, tdemis dl dela heoueneie pct defniion dees pleo- patologias: el supuesto de Ia continuidad. Segiin éte, los elementos constiutivos dela psicopatologias se hallan pre sentes en la normalidad, pero constituyen una exacerbacin, por exceso 0 por defeeto, de esa normalidad. De modo que Iasdiferencias entre lo normal yo patoldgieo son de nacura- Ieza euanttaiva de grado. De squl que, denis de los prefjos hiper © hipo, se utlice el prefjo ea» y se hable de conductas 0 actividades anormales,que se caracerizan no silo por ser poco frecuentes, sino ademés por contener los Iismos elementos de la normalidad pero en un grado ya 38 Manual de psicopatologia exeesivo, ya eseaso, Asi que cuando la psicopatologia se rige por un criterio estadistico se suele emplear el término anor- Ialidad como andlogo o sinénimo al de psicapatologia, lo que significa que una conducta,rasgo, actividad o earacte- ristica es muy poco frecuente y, por tanto, poco representa- tiva dl grupo social normative de referencia, ademas de ser cuantitativamente distinta de lo gue se considera normal (éase, por ejemplo, Eysenck, 1970). Este salto conceptual desde la idea de infrecuencia estadistica ala de anormalidad ha permitido, ademas, que el crtcrio estadistico pase de set considerado dnicamente como parte del eontexto del deseu- brimiento (por utilizar la cerminologla de Reichenbach, 1964) a see utlizado también como parte del eontexto de la explicacin y la justfeacidn. Y esto ha sido posible, segin Seoane (1981), porque en psicologia la idea de experimen- rhino mpc unidesis deena soa el fin de posibiliar un posterior tratamiento estadistio. En este sentido, la teenologta cstadistica ha servido tanto para tanblecrtelaconesfonclonales como para realizar inde cin probabilistica. B, LOS CRITERIOS SOCIALES E INTERPERSONALES De una naturaleza diferente son los erteris que podriamos ddenominar, genéricamente, como socials, Uno de ellos es el que H.S. Sullivan denomins consensual para sefalar que la definicidn de las psicopatologiases una cuestién de norma- tiva sociales deci dl consenso social que se alcance al respecto en un momento y lugar determinados. De aqut a afimar que lo psicopatologico no es mis que una «cons. truccién social» y una eeonvencidn» que la comunidad adopta en un momento, y de un modo por lo general poco explicito, no hay més que un paso. Y s6lo oto més para afrmar que lo psicopatoligieo no existe mas que en las ences de quienes lo postulan. Cierto es que, en muchas cccasiones, [a investigacién transcultural ha demostrado que este modo de argumentar no es, en absoluto, una estupider, y que lo que en un contexto euleral, social o histrieo es normal, s¢ tomna patoldgico en otros; ala inversa, no lo es menos queen tas las ulturasy Epocas es poible detetat ciertas normas que defen lo que es psicoldgieamente nor mal. Orra cuestién diferente es la de que nuestra culeura ‘occidental sea una de las que histricamente més s ha preo- ceupado por delimitar normas de ese eso que, en muchos casos, implican juicios de valor peyorativas que tanto han critieado, y con razbn, los tedricos del rotulado social, cuan- do afirmaban que diagnosticarimplicaba poner una etique- ta a lo que simplemente era un problema o un modo de viv, pero que marcaba a hierro y fuego, y para siempre, a su destinataro. Asi pues, y con todas las precauciones que haya que adoptar, no queda més remedio que admitir ho- nestamente que ests normas sobre cuyas bases catalogamos 4 una persona como normal o como psicopatoligicaexsten ‘en uestras mentes, La solucién no esta, creemos, ni en negar su existencia, ni en ignorarlas, ni en proclamar ingenua- mente que no existen psicopatologias ni personas que las padezean. Muy al eontrari, cualquier solucidn pasa necesa- riamence por estudiar y definir del modo més preciso posi- ble esas normasy los supuestos en que se fundamencan, con cl fin de evitar al maximo que nuestra actividad clinica se deje llevar por los prejuicios y la flsa moral, que tan malos compaiteros de viaje resultan siempre. Y, sobre todo, con el de ayudar ala persona que presenta la psicopatologia en ceestidn a reintegrarse, en las mejores condiciones, en el ‘medio social al que, e quiera o no admitir, pertenece De hecho, laadaptaciéna los modos de comportamiento esperables, habituales y sancionados como correetos por el grupo social al que una persona pertenece, se a esgrimido también como Un eriterio para fa presencia o ausencia de psicopatologias, y de hecho se encuentra en la base del exi- terio legatde normalidad mental vrsuspsicopatologia. En la redida que una persona se comport, piense o sienta como lo hacen sus congéneres, o como éstos esperan que lo haga, seri catalogada como normal. Asi la adecuacién al ol social y personal que se nos adscibe constituye muchas veces cl ‘marco de referencia imprescindible para la eatalogacisn de normalidad. Si, por ejemplo, ante la muerte de un ser que rido presentamos una reaecién emocional de euforia y ale- aria incontenibles, seremos catalopados eomo de anormales © patoligiens..jcomo minimo! Del mismo modo, espera- mos que un padre de familia responsable y adaprado se comporte de acuerdo eon st rol y, por Io tanto, que pase la mayor parte desu tiempo dedicado a procurar paras fami li esubilided econdmice y emocional. Y. a dee verdad, conseguir restaurar la eapacidad de adaptacién social cons: tituye un objetivo fundamental dela mayor parte de ls e- niieas de tratamiento e intervencién psicoldgicas. Sin cmbargo, no siempre es Ficil detcrminar qué hay que enten- der por adapracién social. ¥ lo que es mis importante, su poner que esa adapracién es sinénimo de salud mental puede llevarnos a cometer graves errores. Por ejemplo, para tun joven que vive en un barrio marginal de una gran ciudad puede ser muy adaptativo socialmente asumir a violencia y Ta agresién como forma de comportamiento habitual, ya que ello le permite no sélo imegrarse en un grupo social importante en su contexto, sino también hace que se com- porte de acucrdo con lo que se espera de su rol (joven-mar- ginal-urbano). En este sentido, no hay mas que recordar algunos ejemplos recientes de nuestra historia. Probable- rente fuera mis adaptativo —en el sentido de Gil para la supervivencia personal inmediata— para la poblacién ale- ‘mana asumir como algo normal [a existencia de campos de ‘concentracidn para los judfos, negros o gitanos. E inchiwo se esperaba de ellos que actuaran como agentes de socializa- cién, detectando y denunciando la presencia de personas pertenecientes a alguno de estos grupos humanos (es decir, se esperaba que eumplieran con las eyes). Dificlmente po demos admitir que, en casos como éstos, la adapracién 80 cial y/o el seguimiento acritico de las leyes, eonstituyan criterios de salud mental, 0 sa, de ausencia de psicopatolo- aia. En defniciva, la definicién de que signif adapeacion Social presenta casi tantos problemas como la de psicopato logia, y lo que es més importante, no puede erigirse en el criterio por excelencia para la delimitacisn de lo psicopato- ligico y de lo normal. ‘Un modo de solucionar los problemas derivades de la indeterminacién del crterio que acabamos de ver pasa por postlar la eisencia de condclonantes situaciondes, gue serian los responsables de la aparicisn de psicopatologias. EL individuo se convierte as{ en un mero actor, o mejor, en una especie de marioneta sometida a contingencias ambientales due representa cl papel que la sociedad le adjudieé y si exe papel no es bueno, fa responsabilidad recae en la sociedad, rnunea en el actor. Probablemente esto es bastante cierto en ruichos casos. Peto tiene un riesgo importante: sustracr de Ja naturaleza humana aquello que més y mejor la define, la aucodeterminacidn y la racionalidad, convierte ala persona ue presenta una psicopatologia en un alienado, un ser sin Fath ni capeided para decidir por ol mismo Por tanto le mejor es que los demas decidan y piensen por él, Esto no signifia que los condicionantessituacionales no puedan ex- plicar muchas veces la aparicién de una psicopatologi, ni ue, por lo tanto, el psicopatslogo deba excluilos de su in- Yestigacién. Muy al conttario, es preciso examinar muy a fondo el contexto social, asi como el tipo de contingencias ambientales que modulan el comportamiento y la actividad mental, si queremos llegar a comprender la géncsis y/o el ‘antenimienco de muchos comportamientos percurbados 0 anormales. Pero no hay que perder de vista que un énfasis exclusivo y exeluyente en esos condicionantes puede llevar nos hacia ats en el tinel del tiempo, cuando al alienado le robaba la condicién de ser humano. C. LOS CRITERIOS SUBJETIVOS 0 INTRAPSIQUICOS De un orden diferente son los eriterios subjetvas, inmapsi- ‘ques personales, sein los cuales es el propio individuo él que dictamina sobre su estado o stuacidn, lo que se suele traducir en quejas y manifestaciones verbales 0 comporta- tnentades qusjes sobre la propa inkeiddad o dagusto, 9 bre I incapacidad para afrontar un problema o busear una solucidn razonable, retraimiento social, comportamientos poco efieaces ylo incapacitantes, contacto deficiente con la realidad, malestar fisio e incluso bisqueda de ayuda espe- cializada (Maher, 1976). Una variante de este ctiterio la constituye el alguedénico, propuesto por Kurt Schneider (1959), y que hace referencia al sufrimiento personal, pro- pio o ajeno, como elemento definitorio de la presencia de tuna psicopatologia. El principal problema de estos eriterios reside, desde nuestro punto de vista, en que impliean que tuna persona es siempre eonsciente de sus problemas e inea- pacidades o, lo que es igual, de que tiene problemas y de eles son su naturaleza y su aleanee. Y esto no es siempre asi, En muchos caso, tales como demencias,cietos estados psicéticos y algunos estados disociativos, entre otros mu chose individuo esta lejos de ser conseiente de su proble- sma o incluso de que tiene un problema y desde luego es improbable que decida por si mismo buscar ayuda especia- Tizada Pero es que, ademis, no todas la personas que manifies- tan quejas de infelicidad o angustia personal, que tienen problemas para entablar y/o mantener relaciones sociales, Capitulo 2 Conceptos y modelos en psicopatologia 39 que se comportan de un modo poco efieaz 0 que son poco realistas, son eatalogables como psicopatolégicas (0 anor rales, si se prefer), incluso aun cuando recurran a un psi célogo dinieo o a un psiquiatra. Lo mismo sueede con las personas que acuden al médico: no todas estin enfermas, 0 Inejor, el hecho de ie al médieo no significa necesariamente que seesté verdaderamente enfermo. El crterio subjetivo 0 personal no tiene tampoco en cuenta los efectos que un comportamiento anormal produce en el contexto social in- imediato de la persona que lo exhibe (mientras que slo ha rial algued6nico). Y ninguno de los dos permite distinguir au por empl, pcpatalosy ezcionss normale deadaptacidn af estrés. En sintess, este tipo de exterios re- sultainsufieiente eanco a nivel explicativo en realidad, ni siquiera se plancean la génesis de la psicopatologs—, eomo Whore dé sana so conscnencl, De tds odes, mo hay que olvidar que en la prictica constituyen eriterios a tener en cucnta, puesta que cs cierto que en muchos casos esel propio individuo quien detect una anomalfa en sf mis- mo y, sobre todo, la comunica y puede ser incluso capaz de dlecerminar su origen 0 su causa. ¥,finalmente tanto si se da tun autorreconocimiento de patologta eomo si no, la infor- Iacidn que una persona nos proporeiona sobre si mismo y sobre su estado es una fuente de datos irrenuneiable e im- preseindible para el psicopatslogo. D. LOS CRITERIOS BIOLOGICOS Por dikimo, es preciso hacer referencia aun conjunto de eri terios de naturaleza no psicoldgica, cn la medida que enfati- 2an sobre rodo a naturtcta biogas, de as persons Lavariedad de este grupo de erterios es muy amplia, puesto que son muchas y muy diferentes las diseipinas que se en- cuadran en las perspectivas biologistas o fsicalistas de la psi copatologia: genética, neurologia, bioquimiea, inmunologts, fiiologia, ete. Todas estas disciplinas mantienen un mismo supuesto bisico: el de que las diferentes psicopatologias son, fundamentalmente la expresin de altraciones ylo disfun- ciones en cl modo normal de funcionamiento, bien de la estructura, bien del proceso biolégico que las sustenta. Esa alteraciones pueden estar causadasa su ver por la accidn de agentes patSgenos esternos (y entonces se ealifcan con el prcBjo do por arent de determinadosclementoscons- tituyentes (y entonces se aplica el prefjo a), o por una rup- tura en el equilibrio normal de_los diferentes process, elementos o estructuras involueradas (en este caso se suelen aplicar los prefjos hipero hipo) (Canguilhem, 1971) Asumir una etiologia orginica como explicacin dltima y exclusiva de la aparicién de las psicopatologias conlleva adoptarel temino genérico de venfermedad mental» para caracterizar estos trastomnos. Evidentemente, la irrupeién de esta clase de criterios en el imbito de la psicopacologia su puso tanto una ruptura radial con las hasta entonces domi nantes perspectivas magico-miticas y religiosas, como la adopeién de planteamientos cientiicos para la explicacién y el tatamiento de las psicopatologias. Bl avance ha sido des- cde entonces incuestionable. Nadie puede dudar, pues, de su 40 Manual de psicopatologia importancia y ningtin psicopatslogo debesfa permictse la arbitariedad de ignorar su existencia o de desprecarla. Lo que ya no esté tan caro es que el hecho de que se descura tuna etiologia onginica signifique descartar sin ms la inter vencidn de factores estrictamente psicologicos y sociales, 0 sea, de naturaleza no primariamente bioldgiea, bien sea en {a crilogia misma, bien en su mantenimicnto, bien en las conseeuencias que una causa orginica tenga en el funciona: miento psicoligico dl individuo afectado. ‘Aceptar la dicotomia biolbgico versus psicoligico para explicar la aparicién y el mantenimiento de una psicopato- logia significa, desde nuestro punto de vista, un error dema- siado costoso para la psicopatologis significa caer de nuevo en un miope dualismo psicofisico, que tan mals resultados ha tenido para la explicacién del eomportamiento y la ati- vidad mental de los seres humanos (Nagel, 1993). Pero ade- Inds, l educcionismo de la plcoparlogi «To biolgen significa la imposibilidad dela psicologfa y de la psicopato- logia como actividades cientificas. Las personas somos, ade- asdeorganismosbiol6gicamentedeterminados, individuos sociales, con una historia personal de aprendizajes, de me- moras y de modos de conocimicnto del mundo, que no son eros epifensdmenos de nuestra condicién de organismo, ni son tampoco explicables eeurriendo tinica y exelusivamente a.esa condicidn. Un deltio o una alueinacién pueden estar ccasionados por Factores biolégicos (por ejemplo, desde una intoxicacin aleohslica hasta un deterioro eeebral, pasando por otras muchas posibilidades), pero no todas las personas ue los presentan hacen referencia a los mismos temas, los padecen con la misma intensidad, 0 manifiestan el mismo rado de deterioro en su funcionamiento social y persona desde el punto de vista de la intervencionterepeutin re sulta evidente la necesidad de tener en cuenta todos estos aspectos. En defnitiva, los planos psicoligico y biolbgico txtin Ios de ser incompadhe, antes hen, son comple rentarios ¢ gualmente necesarios para la comprensién de Jas psicopatologias. De hecho, la tendencia actual a postular tun modelo biopsicosocal para la explicaién de la naturale- za humana y sus alteraciones (mentales o no) significa el reconocimiento de esa complementariedad (Belloch y Ola- barria, 1993). E, CRITERIOS DE ANORMALIDAD: ALGUNAS CONCLUSIONES Después de todo lo expuesto podria pensarse que ninguno delos erverios mencionados ex dil pra expiry desenbit las psicopatologias. Nada més lejos de la realidad. Todos y cada uno de ellos son necesarios: pero ninguno es sufiente, por sf mismo, para la psicopatologia. Uno de los abjtivos, de nucsta disciplina consist, entre otras cosas, cn delimitar el peso relative de cada uno de los criterios aqui comenta- ds, ala hora de clasfiar, explcar y/o predect la aparicin dle comportamientos anormales, actividades mentales ané- malas o enfermedades mentales. ¥ en otro plano diferente no debemos olvidar que la eleccié en exclusiva de un erie rio significa optar por una teoriay un modelo coneretos en deceimento de otsos A modo de eonelusién provisional, y antes de examinar cémo estos erterios oman cuerpo en los modelos o escuela actuales de la psicopatologi, seré dil establecer algunos postulados o principios generales sobre los que podemos ba- sarnos para caracterizar y catalogar un determinado modo de pensar, actuar 0 sentir como anormal o psicopatoldgieo: Primero: No hay ningiin eriterio que, por si mismo 0 aisladamente, sea suficiente para definie un eomportamien- to, un sentimiento o una actividad mentales como desviada, anormal ylo psicopatoligica. Segundo: Ningin comportamiento, sentimiento 0 actie vidad' mentales son por si mismos psicopatoligicos. Para calificarlos como tales es necesario apelar a una relativamen- te amplia gama de eondicionantes contextuales (Mahoney, 1980), ascomo examinar su posible ulidad adaprativay estratégica (incluyendo las gananciassecundarias que la per- soma gus Teenie, ss llegados oI sided obtenen Tercero: La presencia de psicopatologias representa un obsticulo imporeante para el desarollo individual de la per- sona que las mantiene, o para su grupo social més eereano (Belloch e Ibéfiez, 1992), es decir, no tienen utlidad estes tégica, o ésta es menor que la conducta contraria (Martin, 1976). Cuart: Las difcultades que tienen las personas eon psi copatologfas les impiden lograr sus niveles dptimos de desa- rrollo social, afectivo, intelectual yo fisico, ¥ esas difcultades no son exclusivamente el resultado de condicionantes socio- culeurales insuperables para un individuo particular, sino gue estin producida por anomalasen sus actividades, pro. cesos, funciones y/o estructuras, ya sean eognicivas, aecti- volemocionales, sociales, biolgicas ylo comportamentales, Quinta: Los elementos que definen como psicopatoldgi- cos dn comportamiento o una actividad mental, no diferen de los que definen la normalidad més que en términos de arado,extensicn y repercusiones, lo que significa que es mis correcta adoprar erterios dimensionales que eategoriales 0 discontinuos pata caractetizar a las diversas psicopatologias (Catell, 1970; Eysenek, 1970; Mahoney, 1980). Sesto: La presencia de psicopatologias no conlleva nece- sariamence ausencia de salud mental. En psicopatologia nos encontramos a menudo con anomalias de la actividad men- tal, tales como los lapcus linguae, o despertarnos antes de que suene el despertador reyendo que sons (imagen hipna- gia), o incluso con experiencias alucinatoriasrelaciona- Sarco la ingestion (voluntara ono) de eta sustancis, por no hablar de hechos tan cotidianos como que, en un examen, olvidemos emo se llamaba ese autor tan impor- tante que desarrollé el concepto de neuroticismo, 0 no eon sigamos recordar el nombre de nuestra mejor amiga de la infancia 0 de qué color estaba pintada la clase del colegio al que fuimos durante aios. Sigmund Freud ya hablé de esto en su Picopatologia dela vida coridiana. Asi pues, todas estas anomalas son tremendamente corrientes en la vida y todos alguna ver las hemos experimentado en pleno estado de sa- ld. ¥ también son objeto de estudio para la psicopatologia precisamente porque representan anomalas que se produ cenenel curso de una actividad mental normal y porque en muchos casos, como sueede sobre todo con el estudio del olvido, sirven de ayuda para entender el funcionamienco de otros prooesos y actividades mentales ansmalos, como la amnesia. Existen, pues, grados de anomalfa o alteracién rental, y no todos implican ausencia de salud mental, tal y como ya argumentamos en el punto anterior. Séprimo: Del mismo modo sucede que salud no implica simplemente ausencia de enfermedad. Como sefalaba la OMS ya.en 1946, salud no es silo ausencia de enfermedad, sino también presencia de bienestat. Enel émbito de la sa” Jud mental, la Federacién Mundial para la Salud Mental a definié en 1962 como sun estado que permite el desarollo Sptimo fisico, inteleceual y afectivo de sujeto en la medida en que no pertutbe el desarrollo de sus semejantese. En definitiva, eampoco la salud mental es un concepto monolitico, definible simplemente en funcién de, o sobre la base de, un solo criterio, Pardmettos tales como autonomia funcional, percepeién correcta de la realidad, adaptacién cficaz y respuesta competente a las demandas del entorno, relaciones incerpersonales adecuadas, percepcién de autoef- cacia, buen autoconcepto, estrategis adccuadas para afton- tarel estrés, ete, consttuyen parimetrosen los que debemos Fjarnos cuando de lo que se tata es de iagnosticaro calif car el grado de salud mental de una persona (Belloch e Ibi ‘fez, 1992). Ill, LOS MODELOS EN PSICOPATOLOGIA Hemos visto en los apartados precedentes la diversidad de criteris 0 xereencias» acerea de lo que se considera anormal © psicopatoligico. A veers, incluso, resulta difleilmente re conliables entre si. bien ls crterios no deben identifiearse con los gran- des sistemas o modelos sobre la conducta anormal, lo cierto es que ls diferentes perspectiva tedrieas sobre la condueta anormal se basan en tales eriteriosy, en prineipio, se dife- rencian entre si segin el mayor 0 menor énfasis que pongan en eada uno de ellos. No debe extraiarnos, por tanto, que las perspectivas o modelos en psicopacologia sean también miltiples. Asi, en el cuerpo de literatura sobre esta cuestién se han referido modelos como el biomédico, el psicoding ico, el sociobioligico, el eonductual, el cultural, cl huma- nista, el eognitvo, el existencial, el social (de wetiquetacisn socials), el evolucionista, el constitucional, etc. (Véase la Ta- bla 2.1) Sin embargo, tal proliferacién de modelos o perspeetvas reflea una realidad mas fictcia que ral, ya que algunos de ellos, mis que consticuir un sistema tebrico original y pro- pio sobre la coneepeisn de lo normal y anormal, se Kmitan a destacar algunos apectos de ls fendmenos psicopatoldgi- cos. As, oto Jove tan debaide modelo pcodindmico difcilmente puede ser separado del tradicional modelo bio- édico (véase mis adelante), ya que, si bien asume que los roeesos psicoldgicos (mas que los biolégicos) consticuyen causa Fendamenal de los problemas meals y picowo- Capitulo 2 Conceptos y modelos en psicopatologia 41 méticos, muchos de sus postulados centrales (concepto de enfermedad mental, existencia de factores patoligicos sub- yacentes, diagnéstico categoral, curso, prondstico, ete) son equivalentes alos defendidos por la petspectiva bioldgiea 0 ‘médiea tradicional Otros enfoques, por ejemplo los sociales, los humanists, y los existenciales, més que aportar paradigmas innovadores Sobre la conducta anormal, consisten cn conjuntos de crti- «as vertidas sobre los grandes modelos (bisicamente el bio- édieo y el eonductual) o en enfatizarciertos apectos de la realidad humana (posiciones filosdficas, concepto del si rismos, autortealizaciin, crticismo social, relativismo cul- tural, ete). Ademés de la propia debilidad tedricaasociada a estos enfoques, se han argumentado incluso problemas rela- tivos a la efiecia de las tenieas terapéuticas derivadas de estas posturs, ya que tal eficacia, 0 no ha sido estudiada, o bien és muy baja (Rosenhan y Seligman, 1984). A nuestro juicio, muchos de estos enfogues tedricos —que, dicho sea de paso, tuvieron su mayor apogeo en momentos de menor desarrollo cientiico de la psicopatologia y mayor auge de cambios sociales (por ejemplo, el movimiento ancipsiquid- trico)— tienen el valor de haber denunciado muchos aspee- tos eriticos de los modclos reinantes (el modelo médico) y, asi mismo, de haber enfatzado euestiones de relevaneia para {a psicopatologia (por ejemplo, el papel de los Factores psi- cosociales), Partiendo por tanto de este punto de vista en lo que si gue no vamos a detenernas en la deseripeién de toda esta variedad de modelos sobre la psicopatologia. Nos eentrare- mos tinicamente en tres grandes orientaciones tedrieas que eubren adecuadamente el panorama de la psicopatologia Glenda actual, o¢ deci, Is peropectivas biome, con- dduetual yeognitiva. No obstante, al tatar sobre los procesos Y trastornos psicopatolégios en los diferentes eapitulos este manual, se hace referencia explicia a cualquier modelo cuando su aportacién al conocimiento psicopatoldgico ha sido sufcientemente relevant, IV. EL MODELO BIOLOGICO La perspectiva bioldgiea, denominada también biomédica (© médica), fisioligica © neurofsioldgica (neurociencia), asume como prineipio fundamental que el eastorno mental cs una enfermedad, al igual que cualquier otra enfermedad fisica. En consecueneia, as aeraciones psicopatoldgicas producen porque existen anormalidades bioldgicas subya- centes (genética, bioguimicas, neuroligicas, ete). Por tan- to, sogin este modelo cl tratamiento deberd centrarse en corregir tales anormalidades orginicas. Los origenes del modelo médico hunden sus races en la propia historia de la humana, fel refejo de la lucha del hombre por su supervivencia, a eravés de los obsticulos mis variados, entre los cuales las enfermedades ocupan un lugar predominante. En psicopatologia siempre se ha eonsiderado a Hipdcrates (siglo 11 a.C.) como el predecesor del enfoque édico en una extrapolacién del modelo. kraepeliniano. Una gran variedad de circunstancias histérias se dan ita

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