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Instituciones, cambio institucional y desempenio econémico! Dos aspectos importantes para detenernos en North: su am- plio conocimiento de la teorfa eco- némica y su trabajo por mds de veinte afios en la tematica hist6- rica? . Por ello cuando se lee a North, compartase o no la impor- tancia de la Historia Econémica 0 su linea de trabajo, el lector se encuentra con el docente de la Universidad de Washington en St. Louis, escritor de multiples Douglas C. North articulos especializados y de cin- co libros, comprometido con a teo- ria econémica y la metodologia histérica. El texto de North es una nue- va postura de la Historia Econ6- mica en un espacio de trabajo de los economistas, en este caso, las instituciones, con el fin de sentar las bases para desarrollar y crear un edificio tedrico en el que se 1 North, Douglas C. instituciones, cambio institucional y desemperio econémico. México, Fondo de Cultura Econémica, 1995, pgs.188. 2 En los ultimos veinte afios mi obsesién ha sido analizar los efectos de las instituciones sobre el desarrollo de las economias en el tiempo. Revista Dinero, Santaté de Bogota, julio 16, 1998. Lecturas de Economia No. 49. Medellin, julio - diciembre 1998 Resefias, integre el asunto de las institu- ciones en el abstracto de la teoria econémica: un avance importante ya que se trata de introyertarlas, de manera especifica, en la histo- ria global. El planteamiento de North es un intento diferente, por fue- ra de lo aleanzado por la New Economic History en lo que alas corrientes cliométrica y cuanti- tativa se refiere: no es asumir un concepto econémico para de- sarrollar, desde alli, el compor- tamiento de una variable; tam- poco es, tinicamente, el uso sis- tematico de la teoria del merca- do, ni la utilizacién del modelo conel uso sistemAtico y aplicado de la inferencia estadistica, mediante el andlisis contrafac- tual y la demostracién con los resultados de la regresion; me- nos atin la aplicacién aislada de la economia keynesiana, institu- cionalista, estructuralista o neoclasica al pasado. El autor, refiriéndose a esta tiltima y res- pecto a sus restricciones para el estudio histérico, dice: 3° North, Douglas. Op. cit, p. 23. 214 Sin la menor duda, la teo- ria neoclasica ha sido una aportacién importante al co- nocimiento y opera muy bien en el andlisis de mercado de los paises desarrollados. En el otro extremo de la escala, sin embargo, no proporciona mu- chos elementos para conocer organizaciones tales como el sefiorio feudal, las ferias de la Champagne o sug (el bazar que caracteriza gran parte del medio Oriente y el Norte de Africa). No sélo no define muy bien el proceso de intercam- bio de estas organizaciones sino que tampoco explica la persistencia durante milenios de lo que sin duda son formas ineficientes de intercambio”’ Mis adelante, en lo que a la desigualdad en los grados de de- sarrollo de los paises y a la vali- dez de los supuestos neoclasicos para explicarla, considera: La desemejanza en el des- empeno de las economias y la persistencia de economias dis- pares a lo largo del tiempo no ha sido explicado satisfacto- riamente por los economistas del desarrollo a pesar de los esfuerzos inmensos realizados durante 40 afios. El hecho es- cueto es que la teoria emplea- da no esta a la altura de la tarea. La teoria se basa en el supuesto fundamental de la escasez y, por consiguiente de la competencia; sus conse- cuencias armoniosas provie- nen de los supuestos de un proceso de intercambio sin fricciones en el cual los dere- chos de propiedad estan espe- cificados perfectamente y gra- tuitamente por cuya razén es igualmente gratuito adquirir informacién. Pese a que la es- casez, y por consiguiente, el supuesto de la competencia ha tenido peso y ha propor- cionado los soportes clave de la teoria neoclasica, los otros supuestos no han sobrevivido igualmente bien‘ Se trata de la «creacién de un marco analitico» en el que el au- 4° Ibid, p. 23 215 tor quiere, con la sencillez de la claridad cientifica, contribuir al avance de la historia econémica como disciplina, wtil para cons- truir un mundo metodolégico en el que las instituciones, el indivi- duo y el medio formen un conjun- to unitario en procura del éxito y el bienestar econémicos. Es un texto propio para quie- nes gustan de la historia econd- mica; un nuevo enfoque, la histo- ria Institucional, que posibilita el conocimiento del objeto de estu- dio, tanto por el intento de carac- terizacién del fenémeno en la globalidad como por la busqueda de sistematizacién de sus elemen- tos simples. En lo que ataiie a la demos- tracién histérica, retoma aspec- tos trabajados por Ronald Coase pero, esta vez, ampliado el tema al introducir en la medicién de la negociacion nuevas variables: los costos de cumplimiento en gene- ral y los costos de cumplimiento obligatorio en el intercambio; asi como otras variables de menor Lecturas de Economia No. 49. Medellin, julio - diciembre 1998 Resefias categoria general como los costos cubiertos por la vigilancia de la negociacién por los diferentes agentes, que seran valorados en ocasiones bajo las estructuras monetarias del mercado. y en otras con formas carentes de flujo mo- netario. Singular importancia presen- ta el capitulo Una teorta del costo de la negociacion del intercambio por ser, en gran medida, la pre- sentacién del “edificio” tedrico de la obra: Mi teoria de las institucio- nes esta edificada partiendo de una teoria de la conducta humana combinada con una teoria de los costos de nego- ciacién. Cuando las combina- mos podemos entender por qué existen las instituciones y qué papel desempefan en el funcionamiento de las socie- dad, y si agregamos una teo- ria de la producci6n, podre- mos analizar las funciones de las instituciones en el desem- peiio de las economias Aqui se sugiere una metodo- logia en la que el movimiento his- térico parte del descubrimiento 216 de la naturaleza de las institucio- nes —econémicas, politicas, socia- les-; recorre los cambios histéri- cos de éstas, para llegar a la ela- boraci6n de perspectivas que per- mitan la funcionalidad econémi- ca y politica en el largo plazo: se trata de la concrecién de los mar- cos institucionales para el conoci- miento real de los caminos que bien podrian llevar al proceso de desa- rrollo al estancamiento y la decli- nacién econémicas; los éxitos y fra- casos de las instituciones explican el devenir econémico, social y poli- tico. En este contexto, el autor se sittia en el punto mas nueralgico de la historia econémica: el estableci- miento de las bases para el método de investigaci6n. Se podria pensar que es una de las tendencias en la Historia Econémica previstas en el I Con- greso de Histariadores Econémi- cos de 1960 en Estocolmo y que Witold Kula clasificara en cinco: Las nuevas tendencias en la historia econ6émica podrian entrar en los apartados si- guientes: a. Tendencia al razona- miento con categorias globales, con categorias de economia social, contraria al andlisis de las instituciones desligadas del contexto; b. Tendencia a las concep- ciones cuantitativas (esto no significa que haya de ser ex- clusivamente estadisticas) para conseguir orientaciones en orden a las magnitudes y las proporciones; c. Tendencia al descubri- miento del mecanismo funcio- nal del sistema econémico in- vestigado, y por lo tanto a la confirmacién de la reproduc- cién y la mutua dependencia; d. Tendencia al maximo aprovechamiento de las con- quistas de otras ciencias so- ciales y en primer lugar las de la economia, la etnologia (an- tropologia social) la demogra- fia, la estadistica, etc.; e. Tendencia al mas exten- so aprovechamiento del saber sobre la heterogeneidad 217 (enorme) de los sistemas socioeconémicos existentes actualmente en el mundo.* La obra consta de tres gran- des partes en las que, a decir del autor: «,...examino la naturaleza de las instituciones y sus con- secuencias en el desempeiio econémico (0 social) (Primera parte). En seguida esbozo una teoria del cambio institucional no sélo para pro- porcionar un marco de histo- ria econ6mica (y de otra cla- se), sino también para expli- car la forma en que el pasado influye en el presente y en el futuro, la manera en que el cambio institucional incremental afecta la eleccién establecida en un cierto mo- mento, y la naturaleza de la dependencia (Segunda parte). El objeto primordial del estu- dio es lograr la comprensién del desempenio diferencial de las economias a lo largo del tiempo (Tercera parte).»® 5 Kula, Witold. Problemas y métodos de la historia econdmica. Tercera edicién, Barcelona, 1977, p.9. 6 North, Douglas, Op. cit, p. 13. Lecturas de Economia No. 49. Medellin, julio - diciembre 1998 Resefias Varios aspectos validan la obra: 1. El enfoque multidiscipli- nario entre la historia, la econo- mia, la sociobiologia’, la antropologia’, y la sicologia ° , entre otras. 2. La btisqueda de la cons- truccién tedrica para cimentar la estructura de las instituciones como fuentes del crecimiento econémico. 3. La busqueda de la conti- nuidad y discontinuidad enlatem- poralidad mediante formas de movimiento en las que el queha- cer hist6rico del objeto de estudio es presentado desde la pers- pectiva de la organizacién institucional."”. .Marginalmente los cam- bios pueden ser tan lentos y glaciales en cuando a carac- ter, que debemos echarnos hacia atras como historiado- 10 Recientemente se ha combinado el trabajo de sociobidlogos y economistas para explotar los muchos paralelismos entre las caracteristicas subyacentes de la sobrevivencia genética y el desarrollo evolucionario entre los animales y las pautas de conducta similares entre los humanos. Muchos economistas han descubierto que este enfoque no es tnicamente afin, sino que ademas revela mucho sobre la conducta humana’. Ibid., p. 35. «.,..Lalliteratura antropolégica es amplia, y aunque muchos de los datos siguen siendo controvertidos, resulta interesante no sélo para el estudio de! trabajo histérico sino para un analisis del orden en las sociedades primitivas, y también por sus implicaciones o consecuencias para entender hoy en dia las limitaciones informales». Ibid., p. 55. «Aunque conozco muy pocos economistas que en realidad piensan que los supuestos conductuales de la economia reflejan fielmente a la conducta humana, en su mayoria también creen que tales supuestos sirven para edificar modelos de conducta del mercado y que, aun siendo menos titles, siguen constituyendo el mejor juego 0 modelo para estudiar la politica y las demas ciencias sociales.» Ibid., p. 31. Agrega: «...una modificacién de tales supuestos es esencial para avanzar en las ciencias sociales». Ibid, p. 31 el punto fundamental es que los cambios constituyeron un agregado de alteraciones pequefias que literalmente sumaron miles de acuerdos entre sefiores y siervos, que en total significaron un cambio institucional fundamental» y «con la expresién cambio discontinuo me refiero a un cambio radical en las reglas formales, comiinmente como resultado de una conquista o revolucién.». Ibid.,p. 118. Y luego admite: «Este cambio discontinuo comparte algunos rasgos con ciertos cambios evolucionarios discontinuos (caracterizados por la teoria demografica como equilibrio puntuado), pero probablemen- te su peculiaridad mas notable es que rara vez es tan discontinuo como parecer ser en la superficio (0 en las visiones ut6picas de los revolucionarios). Abid. p. 119. 218 res para percibirlos, aunque vivimos en un mundo en que la rapidez del cambio institucional es innegable’"», 4. La organizacién de la evo- luci6n y los cambios de las institu- ciones y los conflictos, simulada incluso con el acercamiento a la Teoria de Juegos. Es propiedad de la obra la se- riedad de la critica histérica a las teorias econémicas basicas y, de manera especial, a la escuela neoclasica, fuente “incierta” de su objeto de estudio, cuando inicia la presentacién de su problema te6- rico: «Hay una tensién persis- tente en las ciencias sociales entre las teorias que construi- mos y la evidencia que comp! lamos sobre la interaccién humana en el mundo que nos rodea. Esta es mas notable en el campo de la economia, don- de el contraste entre las implicaciones légicas dela teo- ria neoclasica y el desempeiio 41. Ibid, p. 17. 12 Ibid, p. 17 219 de las economias (indepen- dientemente de cémo se defi- nan y midan) es pasmoso” Finalmente un reconocimien- to al profesor North porla preten- sién de hacer, a su propio decir, un esbozo de un marco teérico para el estudio de la Historia de las instituciones, apoyado en la historia general y la economia po- litica. Es un nuevo planteamien- to que abre mas el abanico de objetos de la historia econémica para competir con otras formas simples, tales como la historia de Ja moneda, la historia de los pre- cios y otras tendencias mas que, poco a poco, han ido construyén- dose. Es importante resaltar que el nuevo aparato de la historia institucional se traduce en un len- guaje sobrio, contenido, con ora- ciones en las que nose recurreala especulacién innecesaria y, ade- mas, con el reconocimiento a los estudios fundamentados en el acontecer histérico de largo plazo: Lecturas de Economia No, 49. Medellin, julio - diciembre 1998, Resefias Si es complicado el estu- dio de los costos de transa- eccién en un contexto ahist6- rico,...,es muchisimo mas com- plicado en el histérico porque en vez de empezar de la nada, la historia siempre se deriva de la historia pasada” Sobresale la bibliografia em- pleada en el texto, la cual da pie para recordar que para la inicia- cién de la construccién del discur- so de la historia econémica, no es 13 Ibid, p. 35. 14 Kula, Op. Cit, p. 40, suficiente el discurso teédrico, es ademas necesaria: La observaci6n de la pro- duccién cientifica antigua y moderna...., lleva al convenci- miento de que puede existir perfectamente una historia econ6mica factografica y sin problemas que, en sus preten- siones y con su falta de ambi- ciones cognoscitivas, no es menos importante que la his- toria politica tradicional.* Alix Suarez Bricefio'® 15 Profesora del Departamento de Economia. Facultad de Ciencias Econémicas. Universidad de Antioquia. 220

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