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Cultura y Sociedad: una introduccién , * Nestor Garcfa Canclini 1- ¢Por qué no existe una sola definicidri 7., Bajo el nombre de cultura se colocan realidades muy diversas. Ef lenguaje popular lo usa de un modo, Ia: filosofia de otro y en las ciencias sociales se pueden encontrar miiltiples clefiniciones. Dentro de la propia antropologta social, la disciplina que més se ha ocupado de la cultura, no todos entienden lo mismo al referirse a esa palabra, Se ha dicho que incluye el conjunto de lo creado por los hombres: la totalidad de capacidades y habitos ailquirides por el hombre como miembro de la sociedad (Tylor); la:organizacién de ta experiencia compartida por una comunidad’ (Goodenough); las formas estandarizadas de observar el mundo y de reflexionar sobre él, de comprender las relaciones existenites entre las personas, los objetos y los sucesos, de establecer preferencias y propésitos, de realizar acciones y perseguir objetivos ( Valentine ) . ¥ asf podrfamos avanzar en este bosque de definiciones que ya en 1952, segiin la recopilacién de Kroeber y Klukhohn, andaba por las trescientas. No es facil con éstos. antecedentes, proponer una definicién de cultura sin discutir antes los principales criterios empleados en su conceptualizacion. pensamos que la tarea prioritaria consiste en situar el término en tos espacios que han ido configurando su sentido: en la historia octal de su uso y el los sistémas conceptuales de relaciones y oposiciones con otros conceptos. Del trabajo critico sdbre ésta doble trayectoria surgiré su ubicacién :mas pertinente en las actuales estrategias tedvicas y sociales del conocimlento: en una teorfa que se muestre como la mis idénea para explicar el funcionamiento de la realidad. y para aprovechar ese .término a fin de hacerlo mas ineligible. ' : Realizaremas-este trabajo-con el concepto “ae cultura’ siguiendo su uso en tres sistemas: la filosofta idealista, donde se’ lo opuso a civilizacién; la antropologia social, que lo enfrenté a naturaleza y a sociedad; y finalmente, la manera en que el marxismo lo correlacioné con los conceptos de produccién, reproduccién, superestructura , ideologfa, hegemonfa y clases sociales. No trataremos exhaustivamente ' ninguno de éstos temas. Sdlo nos interesa criticar en forma global las pasiciones idea examinar las convergencias y ‘contradicciones entre alguna jciones antropolégicas y marxistas, aquellas que s para fundamentar una investigacién sobre la 2} Cultura vs. civilizacion. ny una manera de entender la cultura como educacién, erudicin, ina miento, informacién vasta, en fin; el ctimulo de conocimientos y aptitudes intelectuales y estéticas que se adquieren individualmente. Vamos a detenernos en esta acepcién porque es la que sostuvo el sis de los fendmenos culturales en tas humanidades clasicas ( la filosoffa, la historia ,la literatura ) y en gran parte atin persiste, mbién porque es el modo en ‘que hoy se concibe vulgarmente la cultura, el ser culto y por tanto su diferencia con ta cultyra popular. Esta definicién parcializada se basa histérica y conceptualmente en igs teorfas que oponen cultura y civilizacién, aunque no todos los que Ij usan conozcan ese origen. Hay que referirse especialmente a la losofia idealista alemana ( Dilthey, Windelband, Rickert, Spengler ), ue ademas influy6 a fos fundadores: de {a antropologla lorteamericana (; Boas, Sapir ). Para el idealismo alemdn la cultura barca el muindo de los valores , las creaciones espirituales, el jerfeccionamient> moral, intelectual y_estético; la civilizacién es el ampo de las actividades técnicas y econdmicas. Se juzga entonces a la tultura la esfera mds elevada del desarrollo social y se la analiza por jus méritos espirituales supuéstamante intrinsecos; la civilizaci6n es sta como los bienes y actividades inferiores necesarios para la upervivencia y el avance material, pero que no contribuyen a la ignificacién del Hombre. El ideal de vida serfa ocuparse de lo material n lo estrictamente indispensable -y dedicar el mayor tiempo a: la ultura, o sea perfeccionarse espiritualmente , construir y expresar na personalidad singular,. buscar respuestas a los enigmas del niverso y de la existencia humana. ' - El concepto idealista de cultura merece por lo menos dos objeciones: a. Al oponerto al concepto de civilizacién no se ha hécho mas que ofrecer una version maquillada de un viejo divorcio : entre lo material y lo espiritual, el cuerpo y el alma, el trabajo y la° conciencia. La separacion de culturd y civilizacin reproduce en el campo tedrico la division de la sociedad en clases , de un lado Ja actividad --material-- de apropiacién y transformacién de la naturaleza ; del otro la traducclén simbélica —ideal— de esas operaciones concretas . De ésta escisién surge una metodologia dualista que ve los hechos culturales como si se tratara de fendémenos puros del espiritu y que es incapaz de entender su conexién orgénica, necesaria con la base material. La dificultad para captar la génesis material del sentido tiene su rafz en una organizacién social. dividida, y , mas particularmepte, en la manera abstracta en que las clases dominantes y los irftelectuales que elaboran su ideologfa participan en la transformacién material de la realidad. Este problema, nacido con ta separacién entre trabajo manual e intelectual, se agudiza en el capitalismo porque su mayor complejidad’ aumente la divisién técnica de los trabajos y dificulta una comprensién global de ta totalidad, porque sis desarrotto hizo posible una mayor autonomla de la produccién cultural (y de cada campo: cientifico, artistico ). b. Tanto el uso del concepto de cultura en las humanidades clésicas como el lenguaje comtin presupone que la-cultura abarca los conocimientos intelectuales y estéticos consagrados por las clases dominantes en la s sociedades europeas. Pera la parcialidad de esta delimitacién no es tematizada, casi nunca se ve como problema‘originario. Solo aparece en un segundo momento: como pueden los sectores sociales que no poseen la cultura" los palses dependientes acceder a ella. Asf se naturaliza la divisidn entre las clases sociales y entre las sociedades, se oculta el origen histérico de esas divisiones y que un sector haya otorgado universalidad a su particular produccién cultural; al mismo tiempo, se descalifica y excluye’~-como ajena a la cultura— la produ jén simbélica de los pafses no occidentales y de las clases subalternas de occidente. _ Esta concepcién idealist y etnocéntrica ha servido para justificar la dominacién imperialista de, las metrépolis y la imposicién de modelos capitalistas de organizacién social él sometimiento de las clases trabajadoras y de las comunidades indfgenas. Ejercicios: *.Dé ejemplos de cémo aparece en el lenguaje comin la division entre cultura y civilizacion. “Trate de precisar ld caracterizacién general dada aqui sobre el sentido vulgar de cultura indicando que se necesita, segtin a la comunidad a la que ud. pertenece para ser Culto. *.Cudlés son‘ las principales criticas a la ‘caracterizacin Ideafista de cultura? 3- Culturas “ superioies” e “inferiores” la critica antropolégica, irente a la reduccidn elitista de la cultura a las actividades nobles del spfritu, segdn la conciben ‘los hombres occidentales, blancos, de igen europeo, la definicién antropolégica( que incluye todas las ictividades materiales e \deales , de todos los hombres ) parecié una Iternativa satisfactoria. En esta definicién cultura es todo lo que no s naturaleza. Se considera cultural todo lo preducido por todos los jombres lo que la naturaleza ha dado, sin importar el grado de ‘omplejidad y desarrollo alcanzado en. relacién con nuestras jociedades. Son parte de la cultura atin aquellas practicas 0 creencias ue suelen juzgarse manifestaciones de ignorancia ( las supersticiones, - fos sacrificios humanos) ; las fior}rlas sociales y las técnicas simples de julenes viven‘desnudos en wria g2lva’, sujetos a los ritmos y los riesgos le la naturaleza. Todas {qs/‘culturas! por ‘elementales que sean, se allan estructuradas , pogedn| coherencia’ y sentido, dentro de sf; incluso aquellas: practicas que’ pos dasconciertan o rechazamos { la 4 antropofagia, la poligamia ) resultan ldgicas dentro de la sociedad que las aceptan son funcionales para su existencia. No se leg? M esta conclusién sin’ dificultades. Durarite milenios el etnocentrismo ~la creencia de que los valores de la propia cultura son superiores y todas las otras deben sér juzgadas de acuerdo con ellos prevalecié en las relaciones entre los pueblos y rigié la mirada sobre uno misma. Los griegos llamaban barbaros a quienes no participaban de su cultura y. con ‘esa expresién aludfan a la confusion e inarticulacién del lenguaje de los pajaros o puesto al valor significante del lenguaje humano. Las sociedades occidentales utilizaron en el + mismo seritido el término salvaje, que literalmente quiere decir de la selva. Atm hoy acostimbramos ..explicarnos las. diferencias con nuestros vecinos con mitos sémejantes al de los indios cherokees, pieles rojas que habitan el territorio norteamericano y que relata de este modo el origen del hombre: Dios formé tres figuras de barro y las colocé en un horno’ para qué'se cocieran. Ansioso por ver el resultado, sacé la primera antes-de tiempo cuando’ todavia estaba Palida: asi macié la raza blanca. Poco después extrajo la segunda y comprobé que estaba a punto: tenfa un color rojizo. muy satisfactorio, Deslumbrido por su-creacién, queds tanto tiempo ddmirdndola que la tercera se le quemé: la raza negra; El etnocentrismo persistié empecinadamente en las propias teorfas antropolégicas.:Pese a la cantidad de evidencias os la especificidad de cada cultura reunidas en sociedades arcaicas, los antropélogos --ligados a la expansién colonialista occidental-- .suscribieron su ideologia dominadora, Muchos de ellos atacaron la explotacion sufrida por los colonizados, pero los prejuicios etndcéntricos continuaron durante décadas en sus estudios, disfrazdndose con sutileza, como si no bastaran las buenas intenciones ‘para depurar a‘ la ciencia de condicionamientos ideolégicos. +i Hubo pensadores accilentales que idealizaron a los salvajes (por ejemplo Rousseau, que les admiraba el ejercicio esponténeo de ta razén y un buen sentido natural Pe la linea dominante en las culturas ewrapeas fue la s8b{bestinf i ri st misma, apoyada en la superioridad — intelectual dig rantizaban las filosofias racionalistas y evolucionistas, ta 5 (vas de mejoramiento social suicitadas por el avance indi rl? Erenblégico, Desde esta soberbia " fasta entropologos del rigor! Wold Lévy-Bruhl sostenfan el cardcter prelégico de los pueblos primitivos, los imaginaban sumidos 5 en dina Irracionalidad magica e incapaces de pengar correctamente. (Si bien él se desdijo en los Carnets, hotas sueltas estritas hacia el final de misma confrontacién entre palses coloniales y Colonizados que wld las ilusiones sobre la superioridad occidental engendré una ontacién de los cientificos ingleses, franceses y norteamericanos la vida cotidiana de Jos pueblos sometidos. Al descentrarse de la prapia cultura, fo$ antropélogos fueron descubriendo otras formas de radonalidad y de vida. Tanjbién advirtieron que culturas no _ ocddentales habfan resuelto quizi mejor que nosotros la organizacién de fa familia y la educacidn, la integracton de los adolescentes a ta vida . al y a Ja actividad econémica (por ejemplo Margaret Mead en la” ” Polinesia). partir de tales descubrimientos fue levanténdose una concepcion distinta de occidente sobre los otros pueblos y sobre sf mismo. Lévi- Strauss es uno de los que ha Hlevado mas lejos el cuestionamiento a la pretensién occidental de ser fa‘ culminacién de ta historia, haber avanzado mds en el aprovechamiento de la naturaleza, en la ionalidad y ef pensamiento cientifico. Su investigacién sobre el ragismo para la Unesco presenta el ejemplo de América para refutar la concepcién evolucionista de la historia humana, como un solo imiento lineal y progresivo, en el que la'cultura europea ocuparfa la kdspide y las‘demds equivaldrian a momentos anteriores del raismo so. El continente americano, que recibié a los hombres hace echo de Behring, logré antes de la conquista espafola un resionante desarrollo cultural independiente de Europa: el antropdlogo francés|recuerda cémo exploraron los recursos de un ~ medio natural nuevo, la domesticacién de las especies animales y vegetales mds variadas, como obtuvieron remedios y bebidas tinicos, invirtleron sustanclas venenosas como ta mandioca en alimentos basicos, y con otras lograron estimitlantes y anestésicos, de qué modo Igvaron industrias como el tejido, la cerdmica y el trabajo con metales ‘iosos al mas alto punto de perfeccién. Un modo de apreciar esta obra inmensa es medir ta contribucién de América al viejo mundo: la batata, el caucho, el tabaco y Ia coca que por razones diversas constituyen cuatro pilares de‘ la cultura occidental. También el cao, ta valnilla, el ‘tomate, la pia, la plmlenta muchas espectes de 6 habas, algodones :y cucurbitéceas. Finalmente el cero, clave de la aritriética e indirectamiente de las matemdticas modernas, era conocido y utilizado por los Mayas qué por lo menos quinientos afios antes de ser descubierto por sabios hindies, de quienes Europa lo reécibié por intermedio de los arabes. Quizi por esta razén su° calendario era, en la misma época, mas exacto que el del viejo mundo. El régimen politico de los incas, sobre cuyos méritos siguen vivas las discusiones, aparece de todos modos como una de las formulas mds itiodernas y se habla adelantado eri muchos siglos o utopfas europeas semejantes. ‘ En otro libro, titulado El pensamiento salvaje, demuestra que las “culturas no occidentales alcanzaron un ‘saber en varios puntos superior al europeo porque su desarrollo intelectual tuvo un rigor semejante al de las disciplinas ciéntificas, aunque empleara caminos diferentes. Solo una observacién minuciosa y metédica de la realidad permitié a los Hanunoé Megar a tener mds de 150. términos para describir las partes constitutivas y las propiedades de los vegetales; los pinatubo, entre los cuales se han contado mds de 600 plantas con nombre, poseen un conocimiento asombroso de su utilizacién y mas de 100 términos para. describir sus partes o aspectos caracter{sticos, Un saber Uesarrollado tan sistemdticamente~-concluye—no puede ser - obtenidp sdlo en funcién del valor prictico. Incluso hay tribus que enuimeran, nombran y ordenan reptiles que nunca comeran ni usarin con ningun fin utilitario. “De tales éjemplos, que podrfamos encontrar en todas las regiones del mundo,!se podrfa inferir que las especies - animales y vegetales fio son conocidas porque son titiles, sino que se las declara ditiles e interesantes porque primero se las conoce”. Se trata de un saber producido en scciedades que asignan a las actividades intelectuales en lugar fundamental. Luego, lo que ~ diferencia al pensamiento salvinje de 'o que .el autor Ilama pensamiento domesticado o cientifico no es una mayor capacidad de ordenar racionalmente el mundo o un predominio de la actividad intelectual sobre la prictica; menos atin, como algunos pretendieron, que el conocimiento primitivo sea resultado de hallazgos hechos al azar. Nadie se atreve ya a explicar la revolucién neolftica —actividades tan complejas como la cerdmica, el; tejido, la agricultura y la domesticacién: de animales mediante la acumulacién fortuita de descubrimientos casuales. “Cada una de estas técnicas supone siglos de observacién activa y metédica, hipdtesis atrevidas y controladas, 7 1 pata rechazarlas 9 para comprobarlas por intermedio de experiencias incansablemente repetidas”, in lugar de oponer la magia’y la ciencia, el pensamiento mitico y el rational, como si primero fuera sdlo-un borrador torpe del segundo,” hay que colocarlos “puralelamente como dos modos de conocimiento, desiguales en cuanto a resultados tedricos:y practicos (pues, desde este punto de vista, es verdad que ta ciencia tiene mas éxito que la cierta’ algunas veces), pero no por la clase de oppraciones mentales’ que ambas suponen, y que difieren menos en i igindctn y.el otro ee En el pensamiento valaje mas tigado a la sensibilidad, los conceptos estan sumergidos en imagenes; er el pensamiento moderno, las imagenes, los datos inmediatos de fa sibilidad y su elaboracién imaginaria, estan subordinados a los ceptos. £1 antievolucionismo al que conducen “estos razonamientos fue lasperado por Lévi-Strauss, hasta negar la posibilidad de cualquier explicacién unificada de la-historia. Cree que al relacionar distintas culturas es ms corructo extenderlas en: el espacio qué ordenarlas en el tiempo. El progreso:no es necesario ni continuo; mds bien procede saltos que no|van siempre en la misma direccién. Propone ncebirlo “a la manera del caballo de ajedrez que tiene siempre a su disposicién muchos avances, pero nuncé en el mismo sentido. La mmanidad en progreso no se aseméja a un personaje que trepa una calera, agregando| por cada movimiento un escalén nuevo a todos que ya habla conquistado; evoca més bien al jugador cuya ortunidad esté repartida entre muchos dados y que, cada vez que Igs lanza, los ve desparramarse sobre la mesa, dando lugar a sultados diferentes. Lo que gana por un lado se esté siempre puesto a perdeto por‘otro, y sélo de tiempo en tiempo la historia acumulativa, o sea que 103 jesultado se suman para formar una mbinacién favorable”. eae 4 -El relativismo Cultural, 2Explicamos con esta teorfa de la historia las diferehclas entre las culturas? 2Podemos entender por qué tantss veces las diferencias se convierten en‘ desigualdades, o son originadas por ellas?. Oras tendencias de la antropologia, el fundamentalismo ¥ el culturalismo, han intentado dar respuestas a estas preguntas. Los antropdlogos ingleses (Malirtovsky, Radciffe, Brown, Evans Pritchard) estudiaron las socledades arcaicas tratando de entender sus fines intrinsecos . Cada “una de ellas fue vista como un sistema de instituciones y mecanismos de cooperacién destinados a Ia satisfaccién de necesidades sociales (Lucy Mair), cuyo funcionamiento'es coherente si se lo analiza en sf mismo y tiende a perseverar por su funcionalidad. A diferencia de los ingleses que sostenfan la universalidad y equivalencia profunda de las instituciones por ser respuestas a‘ necesidades universales (para el deseo sexual 1a familia, para el hambre la organizacién econémica, para la angustia la religin), Ruth Benedict decia que las instituciones son apenas una forma vacla cuya universalidad es insignificante porque cada sociedad la Hlena con formas distintas. El antropdlogo debe atender a esta diversidad concreta, y, més que preocuparse por comparar las culturas, examinaré sus particularidades. Herskovits concluye que esta pluralidad de organizaciones y experiencias sociales, cada una con sentido propio, nos inhiben para juzgarlas desde sistemas de valores ajenos. Todo etnocenttrismo queda descalificado y debemos admitir el relativismo cultural; cada sociedad tiene ol derecho a desenvolverse: en forma auténoma ', sin que haya teorfa de lo humano de alcance universal que pueda imponerse a otra argumentando cualquier tipo de superioridad. Dos problemas quedan sin resolver. ‘Uno de cardcter cientifico: tCémo. construir un saber «le viltidez universal que excedp tas particularidades de cada cultura sir ser la imposicién de los patrones de una a las demis?. El atro es de caracter politico: .Cémo establecer, en un mundo cada vez mis. (conflictivamente) interrelacionado, criterios supraculturales de convivencia e interaccién?. En 1947 la Asociacién Americana, teniendo.en cuenta ef gran niiritero de societlades que Ka-entrado en estrecho contacto en el * mundo modeino y Ia diversidad ce sus modos de vida, presenté a las Néciones Unidas un proyecto de Beclaracin sobre los Derechos del Hombre que ‘aspiraba a responder a esta pregunta: .Cémo la declaracién propuesta puede ser aplicable a todos los seres Aumanos y no ser una declaracién ‘de derechos concebida Ghicamente en los términos de los 'valures dominantes en los paises de Europa Occidental y América del Norte?. A partir de los ultados de las cienclas humanas, sugieren tres puntos de acuerto: 1f) El individuo realiza su personalidad por la cultura; el respeto a las diferencias individuales implica por lo tanto un respeto a las rencias culturales; 2°)El respeto a estas. diferencias entre culturas e3 valido por el hecho cientifico de que no ha sido descubierta de evaluacién cualitativa de las culturas..... los fines e gulan la vida de un pueblo son evidentes por ellos mismos en su Ignificacién para ese pueblo y no pueden ser superados por ningin into de vista, incluldo el de las psetudoverdades eternas; 3°) Los itrones y valores son relativos a la cultura de la cual derivan, de tal iodo que todos los intentos de formular postulados que deriven de eencias 0 cédigos morales de una cultura deben ser en esta medida tirados de al aplicacién de toda .Declaracién de los Derechos del lombre a la humanjdad entera. Es entretenido registrar cudntas veces este proyecto, que tiene por in evitar el etnoceritrismo, incurre en él; cudntas veces su pretendida idamentaci6n cientifica es tendenciosa argumentacién ideoldgica. El junto de partida es el; individuo ~-colocado en ese lugar por el bernlismo clésico--"y no la estructura social o la solidaridad o ual lad entre los hombres como sostendrfan otras teorfas cientificas po'fticas, El réspeto a las diferencias culturales es defendido porque 0 se ha encontrado ninguna técnica de evaluacién cualitativa de las Ituras, con lo cual el ‘razonamiento queda preso en una oposicién et »doldgica (cuantitativo/cualitativo) propia del saber occidental. El taque despectivo al mito y la religin (las pseudoverdades eternas), parte de negar el proclamado respeto a lo que cada cultura juzga alioso para si, revela en qué grado esta declaracién depende de una ricepcién empirista que ni. siquiera es generalizable a todas las ndencias cientifitas occidentales. Por ultimo zcémo edificar un ‘onocimiento que supere las verdades parciales, etnocéntricas, de cada ultura desde este escepticismo relativista? Y .cdmo disefiar una olitica adecuada a la interdependencia ya existente'en el mundo y a lla homogeneizacion planetaria lograda por lus politicas imperialistas si | to sdlo contamos con un pluralismo basado en un respeto voluntarista 0 declarativo, indiferente a las causas concretus de la diversidad y desigualdad entre culturas?. Ejercicios: *.2Qué es el clnocentrismo? Dé ejemplos distintos de los Presentados en el texto. © *gComo se puede demostrar.que las culturas occidentales no son superiores?. *.2€n qué consisty ef relativismo cullural?, *.4Qué problemas deja sin resolver?, 5 - La transnacionalizacion de fa cultura. Durante bastante tiempo se creyé que el relativismo cultural era la consecuencia filosdfica y. politica mas adecuada al descubrimiento de que no hay cultuyas superiores o inferiores. Hemos visto que, si bi permite superar el etnocentrisnio, deja abiertos problemas basicos en una teorfa de fa cultura: la construccién de un conocimiento de validez universal y de criterios que ayuden a pensar y resolver los conflictos y desigualdades intercullurales. La inutilidad del relativismo cultural deriva de la concepcién artificial y atomizada de la sociedad en que se apoya: como si cada cultura pudiera existir sin saber nada de las otras, como si el siglo XX no hubiese demostrado en suficientes ocusiones la imposibilidad de que los pueblos se encierren en un territorio inexpugnable a practicar sus tradiciones sin que nadie los perturbe. La cuestion mis dificil en esta época de expansién planetaria, del capitalismo no es disenar cordones sanitarios entre lus culturas sino averiguar qué ocurre uando el relativismo cultural es cotidianamente negado, cuando las ersonas deben elegir entre costumbres y valores antagdnicos, cuando ina comunidad indigena siente que el capitalismo convierte sus fiestas radicionales en especticulo pura turistas © los medios masivos ‘onvencen a los obreros de una ciudad de 15 millones de habitantes ue los simbolos| indigenas, rurales, tal como esos medios los interpretan, representan su identidud, Las afirmaciones sobre la igualdad del género humano, la relatividad je las culturas y ell derecho de cada’una a darse su propia forma son inconsistentes si no los ubicumos en las condiciones actuales de niversalizacion:e interdependencia. Cn el mundo contemporineo esta interdependencia no es’una relacién de reciprocidad igualitaria, como in sociedades urcuicas donde el-intercambio de subsistencias era ‘atalogado por principius que restublecias una y otra vez el equilibrio. a transnacionalizacisn del cupital, acompafada porta ransnacionalizacldn de ta cultura, impone un intercambio desigual de Jos bienes econdmicos y culturales, “Hust los grupos étnicos mis lremotos son obligados a subordinar su organizacién econdmica y cultural a los mercados nacionules, y éstus son convertidos en satélites le las metrépolis, de acuerdo con una légica monopd La iversidad de patrones culturales, de objetos y hdbitos de consumo, es in factor de perturbacién intolerable para las necesidades de xpansion constante del sistema capitalista. Al ser absofbidas en un lsistema unificado |las diferentes formas de produccién (manual ¢ findustrial, rural y urbana) son reunidas y hasta cierto punto | - homogeneizadas las distintas modalidades de produccién cultural (de lla burguesta y el proleturiady, del campo y lu ciudad). No se elimina la distancia entre las clases ni entre las sociedades en el punto fundamental —la propiedad y el control de los medios productivos-- , pero se crea la ilusidn de que todos pueden disfrutar (efectiva o Virtualmente) de tas superioridiutes de ta cultura dominante. En cuanto a las culturas subalternas, se impide su desarrollo auténomo 0 jalternativo, se reordenan su produccidn y su consumo, su estructura social y su lenguaje, para adoptarlos al desarrollo capitalista, Se consiente a veces que subsistan fiestas tradicionales, pera se trata de ter de celebracion comunal en la organizacién mercantil una cierta diluir su cat del ocio turistico; se admite, y aun se impulsa, supervivencia de las artesanfas pura dar fuerte complementaria de ingresos a las familias campesinas y reducir su éxodo a las grandes i n ciudades, 0 sea pura resolver los problemas de desocupacién e injusticia del capitalismo, a cuya influencia mercantil también es sometida 4 circulacién y hasta los. disefios de los productos artesaniles. blar de relativismo cultural? TQué seniido” tiene, en este contexto, hi La superacién practica del etnocentrismo que el capitilismo ha generado es la imposicion de su estructura econémica y cultural a las sociedades dependientes. A la luz de esta situacién résultan muy poco cretbles las apelaciones a respetar las partic lades de.cada cultura ya la vez resignar aquellas formas de etnocentrismo que implden ta coexistencia arménica con los demis. En verdad existen dos tipos de etnocentrismo en el proceso de intercambio desigual capitalista: el imperial, que mediante la transnucionalizacién de la economia y la cultura, tiende a anular toda orgariizacién social que le resulte disfuncional, y el'de las naciones, clases y etnias oprimidas que sdlo pueden liberarse mediante una autoafirmacién enérgica de su soberanfa econémica y su identidad cultural. Para estas ultimas el relativismo cultural, en lo que puede tener de positivo, no es apenas la consecuencia filosdfica Wel conocimiento producido por las ciencias soclales, sind*unu exigencia politica indispensable para reconocerse a sf imismos_ y crecer con autonomia. Por eso mismo, la sobreestimacién de la propia cultura --como ocurre en movimientos nacionalistas, étnicos y de clase en ta lucha por liberarse-- no es una parcialidad 0 un error a lamentar sino un momento necesario de negacién de ta cultura dominante y afirmacién de la propia. Los componentes irracionales que suelen incluir estos pracesos, la ‘tentacién’ de - sobrestimar lo, propio, puede ser controlada con , dos recursos: desarrollar la autocritica dentro de la propia cultura y estimular. ta Interaccién solidaria con los demas grupos subalternos. Una universalizacién mayor del conocimiento, libre de todo ethocentrismo, slo avendrd al superarse las contradiccionss y desigualdades. Como sostenfa Gramsci, acabur con lo que el etnocentrismo tiene de distorsionante, liberarse de las ideologias parciales y fulaces, no es un punto de partida sino de Negara: ta lucha necesaria por la objetividad es fa misma lucha por la unificacién del généro humano. Pero atin en esa siluacidn uldpica, en la que se extinguirian las desigualdades, subsistird una diversidud no contradictoria de lenguas, costumbres, culturas. jercicios: | *Explique con ejemplos en qué consiste ta interdependencia entre culluras en ef mundo contempordneo. | *Tome una minifestacién de la cultura tradicional (una fiesta popular, las artesanias de una regin) y describa' de qué manera influyeron en su evolucin agentes externos a la comunidad que a produce (la intervencidn de comerciantes extrafos, el turismo, organismos oficiales, etc.). - Una definjcién restringida de cultura, ncontramos en el concepto mas abarcador de cultura, el que la lefine por oposicién a naturaleza, dos inconvenientes que nos inclinan desecharlo, Dijimos ya que su tratamiento llevé a iguatar a todas las ulturas pero no da elementos para pensar sus desigualdades, Por tra parte, englobalbujd'tl nombre de cultura todas las instancias de na formacién social --la orgunizacién econdmica, las relaciones ociales, las estrucuras mentales, las practicas artisticas, etc--- sin lerarquizar el peso de cada una. Por estas razones, preferimos reducir el uso del término cultura a la roduccion de jfenémenos que contribuyen mediante la presentacion © reelaboracién simbdlica de las’ estructuras aateriales, a reproducir o transformar el sistema social. En cierto grado, esta restriccién se asemeja a la que cumplicron inton y otros antropdlogos al oponer cultura a sociedad: emplean la alabra cultura sdlo para el campo de tas creencias, los valores ¢ ideas, lejando fuera la tecnologia, la economia, lus conductas empiricamente bservables, Pero la definicién que:proponemos no identifica cultural on ideal y sucial con material, ni --menos wtin--- supone que pueda nalizarselos separadamente. Por el contrario, los procesos ideales (de presentacion 0 | reeluboracién simbélica) son referidos a las structuras materiales, a ‘las operaciones de reproduccién o ransformacion social, a las prdcticas ¢ instituciones que, por mas que “ se ocupan de la cultura, implicani una cierta materialidad. Més atin: no hay produccién de sentido que no esté inserta en estructuras materiales. Tambié ue podrfa verse nudstro concepto de cultura como equivalenté' al concepto marxista de ideologta. No sélo es grande la coincidencia; pensamos que la teorfa de la cultura necesita de la teorfa de ta ideologia para correlacionar los procesos culturales con sus condiclones sociales de produccién. Sin embargo no todo es ideolégico en los fendémenos culturales si entéhdemos que la Ideologfa tiene como rasgo distintivo, segtn la mayorfa de los autores marxistas, una deformacién ‘de lo real en funcién de-los intereses de clase. Conservamos el término cultura, y no lo reemplazamos por ideologia, precisamente para abarcar un conjunto mds amplio de hechos. Toda produccién significante (filosofia, arte, la ciencia misma) es susceptible de ser explicada en relacién con sus determinaciones sociales, Necesita serlo. Pero esa explicacién no agota el fendmeno. La cultura no sdlo . representa fa sociedad; también cumple, dentro de las necesidades de produccién de sentido, la funcién de reelaborar lus estructuras sociales, e imaginar nuevas. Ademds de representar las relaciones de producclén, contribuye a reproducirlas transformarlas e inventar otras. Algunos autores, cuyo aporte usaremos en las préximas paginas enriquecieron en los uiltimos aitos la teorfa marxista de ta ideologta al trabajar sobre ella como instrumento para la reproduccin transformaci6n soci: Preferimnos, no obstante, insistir en la diferencia entre cultura e ideologia, debido a que en la bibliografia sigue prevaleciendo [a interpretuciin de ta segunda como representacién distorsionada de lo real, - La interaccién de a estructura y la superestructura, A especifico del sistema Afirmamos que {a cultura constituye | uni social y a la vez que no puede ser, estudiada aisladamente~ No sdlo porque esté determinada por. lo sais entendido como algo exterior, sino porque esté presente en todoj hecho socioeconémico, Cualquier practica es simultaneamente econémica y simbdlica. No hay fenémeno Is epresentemos atribuyéndole un’ significado. Comprar un vestide o lajar al trabafo, por ejemplo, dos “prdcticas socioecondmicas abituales, estan cargadas de sentido simbdlico, el vestido o el medio 10s, Lrasladarnos--- conémico © social que no incluya uria dimensién cultural, que no lo transporte ---aparte de su valor de uso: cubi ignifican nuestra pertenencia a ui clase social segtin la tela del estido o si usamos un camién o un coche, de qué marca, etc. El color disefio de la ropa o del coche comunican algo de nuestra insercién social, o del lugar al que aspiramos, de lo que queremos decir a otros I usarlos. A la inversa, cualquier hecho cultural --asistir a un concierto, preparar una conferencla- lleva siempre un nivel ‘ocloeconédmico Implicito: me pagarin por la conferencia, al ir al ‘oncierto compro! un boleto para financiar la produccién del spectaculo y ademiis ese hecho me relaciona con las personas con las jue trabajo de un modo distinto que si digo que fui a una sesién de ‘ock 0 a ver danzas indigenas. Para comprender mejor esta inscripcién reciproca de to econdmico y lo cultural hay (que “recurrir al debate sobre estructura y uperestructura en el marxismo contempordneo. Se trata de una istinclérr, cldsica, |créada por Marx y Engels, para diferenciar la rganizacion econdmica de la sociedad (estructura) y por otra parte jas Instituciones juridico-politicas y las formas de conciencia social ‘superestructura). A veces se ha interpretado la diferencia entre structutra y superestructura como-una divisién, se ha concebido a la jsuperestructura como exterior y ulterior a la base material. En la realidad, economfa y cultura marchant solidarlas, imbricadas una en la lotra. Pueden ser distinguidas como instancias tedrico-metodoldgicas |con una existencia separada en el nivel de la representacién cientifica, pero esta diferenciacién necesaria en el mometito analltico “del conocimiento debe ser superado en una sintesis que dé cuenta de su integracin. Hay que atender a la vez a la unidad y la distincién de los niveles que componen la totalidad social. No es posible un conocimiento cientifico de las superestructuras si no las distinguimos de la base econémica y analizamos las formas en que esta base las determina: con distinta rapidez y eficacia sobre las ideologtas politicas, la moral familiar o ta literatura. Pero a la vez que conviehe discriminar la especificidad de cada instaricia a fin de percibir su accién propia no hay que olvidar su pertenencia reciproca para no perder el significado que les viene de Ia totalidad a la que pertenecen. i 16 domina funcién al mismo tiempo como telacién de produccién. En todas las sociedades el parentesco regula la filiacin y la alianza, pero s6lo domina en algunas comunidades ind{genas. Siempre la religion orgutiiza laa relaciones de lox hurbyae con lo aobrenatural, pero es en _ la India que domina el conjunto de a dat encial porte tanto, no pareciera” “que las funciones proplas .del parentesco y la religién(regular el matrimonio y la filiacién en un caso, las potenclas invisibles en ‘el, otro) sean suficientes para convertirlos en superestructuras dominantes. Lo que les conflere ese papel es que en algunas sociedades, ademds de sti funclén general y explicita, asumen la de relaciones de produccién: Es esto lo que asigna a sus ideas, Instituciones, y a las personas que lis representan el papel dominante en el funcionamiento y ta evolucién social. Hay comunidades en América Latina donde las variaciones en la produccién de artesantas, los estilos, la iconografla, cambian de una familia a otra, de un grupo étnico a otro. {No serian entonces las relaciones de produccién ni de clase, las que determinan el carécter de las representaciones culturales?. Es que cuando las relaciones de parentesco y los agrupamientos étnicos funcionan como organizadores de las relaciones de produccign, cuando las artesanfas son préducidas desde ellas, la distincidn entre, estructura y superestructura --como afirma Godelier no es una distincién entre Instituciones sino una distincién de funciones en ef interior de la nilsma institucién. Sélo en formas mas complejas de produccién, o cuando las artesanfas se ajustan a sus reglas (las del capitalismo industrial), esta distincién de funciones recubre al.mismo tiempo una distincién de instituciones. ,No residiré en esta concentracién de las fuciones productivas y culturales en una sola institucién —ta familia - 0 el grupo étnico--- la clave de la sdlida resistencia a agentes externos que afectan sdlo a uno de los niveles: por ejemplo, las politicas artesanales que se presentan apenas como modernizacién técnica o el proselitismo religioso que efectua Gnicamente ura accién espiritual?. Yala inversa, gseré por lo mismo que estas comunidades tradicionales son mas vulnerables que una clase social a los agentes externos que ofrecen una respuesta Integral, econdmicu, cultural a sus crisis historicas?. ; En el capitalismo, efectivamente, una mayor divisién técnica y social del trabajo ha Ilevado a diferenciar més tajantemente las funciones econémicas y culturales que en tas’ sociedades precapitulistas. Las | Tanto el estudio de sociedades arcaicas como capitalistas ha demostrado que Jo econdmico y Jo cultural ‘configuran. una totalidad indisoluble. Cudlquier proceso de produccién material incluye desde su nacimiento ingredientes ideales activos, necesarlos para el desarrollo de la infraestructura, El pensamiento no es un reflejo pasivo, a posteriori, de las fuerzas productivas; es en ellas, desde el comienzo, una condicién interna de su uparicién. Para que existan un tractor o una computadora, hechos, materlales que han orlginado camblos importantes en el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de produccién; ha sido preciso que #l tractor y la computadora, antes de tomar forma material, fueron concebidos por ingenieros; lo cual no significa que hayun brotado exclusivamente de construcciones intelectuales, que 'lo ideal genere lo material, porque a su vez fue necesario un cierto desarrollo de la base material, de las fuerzas ,| sociales, para que esas maquinas llegaran a ser pensadas. Del mismo modo, no ‘pueden cambiarse las relaciones de parentesco o de produccién sin que se definan simulténeamente reglas nuevas de: filiacién, de alianza y de propiedad que no son representaciones a posteriori de los cambios sino componentes del proceso que deben parecer desde el comienzo; Esta. parte ideal presente en todo proceso material no es apenas un contenido de la conciencia; existe al propio tiempo en las relaciones sociales, que son por eso-también reluciones de significacion: el sentido est inmerso en el desenvolvimiento de ta materia, Las investigaciones antropoldgicas --como afirma Godelier— ya no autorizan las teorfas que redujeron al pensamiento a ser un reflejo pasivo, diferido, de la realidad material; el pensamiento, ademas de reflejur en cierto sentido las relaciones sociales, las interpreta activamente, No sélo interpreta la realidad, sino que organiza todas lus practicas sociales sobre esta realidad, por lo tanto contribuye fla produccién de nuevas realidades sociales. Del mismo modo, podémos decir que lo ideal no est recluldo en las instituciones Hamadus culturalzs, se halla disemInado en toda la sociedad, en cadd una de sus relaciones. Algunos historiadores y antropélogos creen posible refutar la distincidn entre estructura y superestructura, y la determinacién de la primera sobre la segunda, porque encuentran que en ciertas sociedades es dificil diferenciarlas; as{ lo demostrarla el papel dominante que juega el paréntesco en muchas comunidades indigenas, y-la religion y el sistema de castas en la India. Godelier observa que eh cada caso la superestructura que ” i grandes ciudades acentuan esta sepayaci6n al distribufr las actividades estructurales y superestructurales en espacios distintos: hay barrios industriales, otros administrativos, ciudades universitarias, zonus comerciales, etc. Sin embargo, es imposible entender cabalmente oe una de éstas reas Si no las situamus en Ja totalidad social. autonomfa relativa que les concede la especializacion técnica y al no suprime su interdependencia. Es cierto que’ una crisis ideolgica 0 una renuncia integra de gabinete no afectan a la produccién; al menos en forma inmediata, o que las recesiones econémicas no desembocan necesariamente en reordenamientos peliticos o camblos en la conclencla de clase. Pero también es verdad que ninguna de éstas areas opera con total autonomta. ta actividad industrial puede crecer con una‘ légica relativamente propia, pero no en cualquier direccién sino en fa que hacen posible. las otras partes de} sistema social; la disponibilidad de profesionales y técnicos, el aparato administrativo, Jas estructuiras educacionales, los hdbitos de consumo. Podemos mencionar dtin otra consecuencia de estas relaciones a la vez auténomas e interdependientes entre la estructura y la superestructura: distintos sistemas simbélicos pueden coexistir con una misma base econdmica, pero no con cualquiera. Una sociedad capitalista avanzada suele Inclulr varias filosofius y religiones, pero —- en la medida en que instaura un tipo de racionalidad y objetividad acorde con su desarrollo cientifico- tecnoldgico—-_ fomentara tendencias compatibles con él y reduciré los componentes miticos de las tradiciones que sobrevivan. Si bien no hay una correspondencia biunfvoca entre lo econédmico y lo cultural, estén entrelazados por intereses y estrategius convergentes. ; Ejercicios: *.1Qué diferencia a la estructura de la superestructura?. *gPor qué no es posible aistar el estudio de cada una?. *.Cudles son las priucipales diferencias en | estructura y superestructura en las sociedades captalsisy y precapitulistas, en la ciudad y en el campo?. relaclon y | 8 - Produccién y representacién, Regresemos a la definicién para analizarla en cada una de sus partes. Qué significa decir que fa cultura se produce’. Significa, en primer lugar, que para/una conceptidn materialista la cultura no es basicamente expresién, creacidn o representacién, sino un_ proceso. soctal de produccién. E} idealismo se ha ocupadg de la cultura como ei conjunto de actos mediante los cuales se constituye, se representa y se piensa la realidad: destaca asf el aspecto activo de las practicas simbélicas, su cupucidad de conocer, configurar y reelaborar lo real, pero deja fuera los procesos productivos, materiales, necesarios para inventar algo, conocerlo o representarlo. En un sentido general, la produccién cultural surge de las necesidades globules de un sistema’ social y estd determinada por él. Mas especificamente, hay una organizacién material propia para cada produccién cultural (las universidades para el conocimiento, las editorjales para Io5 libros, los museos y galerfas para la plastica) que hacen posible su existencia. El andlisis de estas instituciones, de las condiciones sociales que establecen para-ta existencia de los productos culturales, es decisivo para interpretar dichos productos, Esto tiene consecuencias metodoldgicas de la mayor importancia. Implica que el andiisis de una obra teatral o de una danza popular, ademas de no poder realizarse --como en el’ idealisino-, atendiendo sdlo a su estructura interna, tampoco puede limitarse a poner en relacién fa estructura de la obra con la sociedad en su conjunto. Entre ambas existe un campo intermedio, el de la produccién literaria en un caso, -Jel de la danza en otro. Aunque se trate de la misma sociedad, fa organizacién social desde la cual.se’ generan obras teatrales es diferente de la que promueve danzys populares. Las determinaciones generales que el capitalismo ejerce sobre la produccién artistica son medidas por la estructura del campo teatral en un caso, por fa estructura de los grupos o instituciones que organizan las danzas en otro. Por lo tanto, el andlisis debe moverse en dos niveles. Por una parte, examinard/ los productos culturales como representaciones: como aparecen escenificados en una obra teatral o en una danza los conflictos sociales, qué clases se hallan representadas, cémo usan los procedimientos formales de cada lenguaje para sugerir su perspectiva 20 propla; en este caso, la reluciOn se efectda entre la realidad social y su representacién ideal. Por otro Jado, se vinculard la estructura social con ta estructura del cumpo teatral y con la estructura del campo de la danza, entendiendo por estructura de cada campo especifico lus relaciones sociales y muteriales que los artistas de teatro y los danzantes muntienen con los demds componentes de sus procesos estéticos: los medios de produccién (materiales, procedimientos) y las relaciones sociales de produccién (con el publico, quienes financian, los organismos oficiales, etc.). En segundo lugar, estudiar fa cultura como produccién supone considerar no sdlo el acto de producir sino todos los pasos de un proceso productivo: la produccidn, la circulacién y la recepcién. Es otra manera de decir que el anidlisis de unu cultura no puede centrarse en Igs,pbjytos o bienes culturales; debe ocuparse del proceso * de produccign eireulacion social de los objetos y de los significados que diferentes receptores le atribuyen. Una danza de moros y cristianos no és la misma danza bailada dentro de una comunidad indigena por ellos o en un teatro urbano para un publico ajeno a ésta tradicién, aunque sus estructuras formales sean idénticas. Vedmoslo atin mas claro en otro ejemplo. Qué ocurre con lus vasijas fabricadas r fas comunidades indigenus de acuerdo con las reglas de produccién manual y el predominio det valor de usa de una economia de autosubsistencia, luego vendidas en un mercado capitalista urbano y finalmente compradas por turistas extranjeros por su valor estético ¥ para decorar su depurlamento? :Podemos seguir hablando de artesanfas?. Las polémicas acerca de esta pregunta suelen quedar enredadas en ta continuidad material del objeto, que sigue siendo el migmo mientras no lo percibimos junto con las diversas condiciones sociales que alteran su significado. En cuanto registramos estas condiciones reconocemos que, si- bien materialmente se trata del mismo objeto, social y culluralmente pasa’ por tres etapas: en la primera, prevalece el valor de uso para la comunidad que lo fabrica y Juega un cierto papel el valor cultural que su disefio e iconografia tiene para ellos; en la segunda, predomina el valor del cambio del mercado capitulista; en 1a tercera, el ‘valor cultural (estético) del turista, que lo inscribe en su sistema simbdlico, diferente ~y a veces enfrentados— al del ind{gena. oT EJercicios: | *.yCémo puede combinarse el anilisis de la produccién y de la representacion en los fenédmenos culturalés?. ' *. Dé un ejemplo de los cambios que puede experlmentar un producto cultural en Su clrculacién y recepclén. | fe | 3 i a 9)- La cultura como instrumento para la reproduccién social. s hombres necesitan producir para proveer 10 necesario para la Le subsistencia. Pero Jos sistemas soclales no se mantienen sdlo ptoduciendo; deben también reproducir y reformular las condiciones de produccién. Para continuar existiendo-toda formacién social debe réproducir: | ‘| «a, las {uerzas productivas. b. las relaciones materiales de produccién. c, las relaciones culturales, Atin para reproducir lo mas elemental de su base material un pats necesita garantizar que la’ totalidad de su edificio social siga incionando. Analicemos, por ejemplo, todo lo que se precisa para reproducir ls fuerza de trabajo: 1. El salario que permite a los obreros alimentarse y vestirse, y mantener a sus hijos que aseguran la continuidad de la fuerza de trabajo. 2. Pero no basta garantizar a la fuerza de trabajo las condiciones materiules de su reproduccién. También debe ser compelenle, apta para parti en un proceso | 2 productivo que evoluciona y cambia. Luego, es necesario asegurar lu reproduccion y renovacién de ta calificacién en el trabajo, En este punto se advierte la conexién de los aparatos productivos con los aparatos culturales. El culo entre ambos -era mas evidente en sociedades preci;vitalistas, donde la reproduccién de la fuerza material y de su callificacion se efectuaba predominantemente en !a familia y/o en el proceso del trabajo. El cupitalismo tiende a cumplirla cada vez mas fuera de la produccién: en la educacién y en otras actividades e instltuciones que desarroilan tareas informativas y formadoras (la escuela, los medios de comunicacién masiva, etc.). Sin embargo, es necesario pensar en la interdependencla entre el sistema de produccién muterial y de reproduccién cultural como previa a sus autonomias para explicar sus condicjonamientos reciprocos. (Sélo as{ podemos.entender porqué en muchos’ puiscs tatinoumericanos donde, al agudizarse los conflictos sociales y verse amenazados el rendimiento y la continuidad del sistema capitalista de roduccién, una de las primeras medidas de los gobiernos militares es reorganizar el sislgma educutivo y comunicacional: para controlar mediante la censura las criticas al orden social, ‘pero también -~y sobre todo los -aparatos culturiles a nuevas para readaptar funciones). 3. La reproduccién de las relaciones de produccién ademas de reproducir ta fuerza material y la calificacion, exige que se reproduzcan la adaptacién y la participacién en el sistema social. Es necesario que el trabajador desarrolle su trabajo, pero también‘ los otros aspectos de su vida (familiar, de recreacién, etc.) de modo mds adecuado a los objetivos generales de la sociedad. En las sociedades de clases esta adaptacion implica un sometimiento, que abarca tanto la explotacién en el trabajo como la subordinacién, mas o menos directa, de las conductas personales y relaciones interpersonales a la organizacién social dominante. a 20 - La cultura como escenario de la lucha por ld hegemonia. ' i a ediante la reproduccién de la adaptacién la clase dominante busca nstruir y renovar el consenso de las masas a la polftica que favorece bs privilegios econémicos. . Ina politica hegemonica integral requiere: a. la propiedad de los medios de produccién y la capacidad de apraplarse de la plusvalta; b. el control de los. mecanismos necesarios para la reproduccién material y simbdlica de la fuerza de trabajo y de las reluciones de produccién (salario, escuela, medios de comunicacién y otras instituciones capaces de calificar alos trabajadores y suscitar su consenso); c. el control de los mecanismos cvercitivos (ejército, policia y demas aparatos represivos) con los cuales asegurar la propiedad de los medios de produccién y ta continuidad en ta apropiacion de la plusvalfa cuando el consenso se debilita o se pierde. La propiedad Ue los medios de produccién y la capacidad de lapoderarse del excedente es la base de toda hegemonta. Sin embargo, len ninguna sociedad Ja hegemonta de una clase puede sostenerse ltnicamente mediante el poder econdmico. En el otro extremo de la competencia econdmica encontramos los mecanismos represivos que, imediante la vigilancla, la intimidaciin o el castigo, garantizan --como hiltimo recurso--- el sometimlento de las clases subalternas. Pero se trata de un dltinio recurso, No hay clase hegemdnica que pueda lasegurar durante largo tiempo su poder econdmiico sélo con el poder represivo, Entre ambos cumple up papel clave el poder cultural: a. impone las normas cultuyjiles - ideolégicas que adaptan a los miembros de Ia sociedad h una estructura econdémica ¥y politica arbi (la Hamamos arbitraria en el sentido | uM de que no hay razones bidldgicas, sociales o espirituales, derivades de una supuesta naturaleza humana o naturaleza de las cosas, que yuelvan necesaria a una estructura social determinada); b. legitima ta esiructura dominante, la hace percibir como ta forma natural de organizacién social y encubre por tanto su arbitrariedad; ¢. oculta también la violencia que implica toda adaptacion del individuo a una estructura en cuya construccién no intervino y hace sentir ta imposicién de ‘esa estructura como la socializacién o adecuacién necesaria de cada uno para vivir .en sociedad (y no en una_ sociedad predeterminada). . De este modo, el poder cultural, al mismo tiempo que reproduce la arbitrariedad sociocultural, cuyo poder deriva de la fuerza econémica . de la clase dominante, inculca como necesaria y natural esa arbitrariedad, oculta’ese poder ecpndmico, favorece su ejercicio y perpetuacién. La eficacia de esta imposicién disimulacién de la arbitrariedad sociocultural se basa, en parte, en el poder global de la clase dominante y en la posibilidad de implementarlo a través del Estado, sistema de aparatos que representa parcialmente y simula representar plenamente no a una clase sino al conjunto de la sociedad, También _ porque el Estado extiende cada vez mis suv organizacién y control a toda la vida social: lo econdmico, lo politico, lo cultural, la existencia cotidiana. Pero esta eficacia se apoya, zl mismo tiempo, en ta necesidad de todo individuo de ser, socializado, adapturse a algun tipo de estructura social que le permite desarrollarse personulmente y hal seguridad afectiva, Por eso, el descubrimiento de fa arbitrariedad y relatividad de la organizacién social en que uno estd inserto, y de los habitos que adquirié en ella, es siempre una percepcidn segunda, tardia,. Mas ain la critica a esa organizacién y esos habitos. Tiene razon Pierre Bourdieu: “una cosa es ensenar el relativismo éultural, o sea, el caricter arbitrario de toda cultura a individuos que ya han sido educados de acuerdo con los principios de la arbitrariedad cultural de un grupo o clase; otra cosa serfa as | pretender dar unit educacin relativista, 0 sea, producir realmente un hombre cultivadg que fuera el indigena de todas las culturas. Los problemas que’ plantean tas situacignes de bilinguismo 0 biculturalismo precoces sdlo dan una palida idea de la contradiccion irresoluble con la que sr enfrentaria una accién pedagégica que pretendiera tomar por principio practico del aprendizaje la afirmacion teorica de la arbitrariedad de los cédigos lingitisticos o culturales”. Ejercici | jt para la reproduccion de +. Por qué ka cultura es necesia socied, * gCudl es el papel de la cultura en fa tucha por la hegemonta?. e +, wor qué se afirma que todo sistema social es arbitrario?. - 11 - El capital cultural y sus condiciones de apropiacién. Hemos visto que la cultura es un inslrumento claye para la reproduccién de la sociedad. Pero la cultura cumple este papel mediante un proceso complejo en “el cual ella misma debe reproducirse. Para analizarlo partiremos del modelb tedrico formulado por Pierre Bourdieu en sus estudios sobre los sistemas de ensefianza y de circulacién del arte Se trata de ver cémo el capital cultural es transmitido a través de apafatos culturales y genera hébitos y practicas culturales, Asimismo,, queremos entender como coexisten y entran en conflicto en una formacién social diversos capitales culturales, de qué manera un mismo capital es apropiado por distintos grupos soclales. . Las teorfas liberales de la educacidr\ la copciben como el conjunto de los mecanismos institucionales a través de los cuales se asegura la transmisién de fa cultura-heredada de tina generacién a otra. El postulado técilo de estas teorfas es que las diferentes acciones pedagégicas que] se ejercen en una formacién soclal colaborun | w® armoniosamente pura reproducir un ‘capital cultural que se imagina como propiedad comin de toda Ja sociedad. Sin embargo, objeta Bourdieu, los bienes culturales acumulados en la historia de cada sociedad no pertenecen realmente a todos (aunque formalmiente sean ofrecidos a todés), sino a aquellos que cuentan con los medios para apropidrselos. Esta upropiacién puede ser cumplida por quienes han recibido, a través de los apuratas culturales, los cédigos e instrumentos necesurios para -valorar ese capital cultural e incorporarto a sus vidas. Los aparatos culturales son lus instituciones que administran, transmiten y renuevan el capital cultural. En el capitalismo, son principalmente ta familia y la escuela, pero también,los medios de comunicacion, las formas de organizacién del espacio y el tiempo, todas las instituciones y estructuras materiales a través de las cuales circyla, eb sentido. En las sociedades precapitalistas estas funciones suelen estar meztjagas con otras de indvie econdmica y social; casi nunca existen instituciones separadas para et desarrollo cultural, sino que se efectvian en el mismo proceso de produccién o a través de Ambitos que lo incluyen, ademas de tener otra funcién central: los sistemas de parentesco, de cargas, mayordomfas, etc. Pero la accién de los aparatos culturales debe interiorizarse en los miembros de ty sociedad, la orgunizacién objetiva dé la cultura necesita conformar cada subjetividad. Esta interiorizacién de |: estructuras significuntes genera habitus, o sea sistemas de isposiciones, esquemas basicos de percepcién, compresidn y accién. Finalmente, de los habitos surgen practicas, en la medida en que los sujetos que los interiorizan se hullan situados dentro de la estructura de clases en posiciones propicias para que dichos habitos se actualicen. Existe una correspondencia por lo tanto , entre las posibilidades de apropiacién del capital econdmico y det capital cultural. Condiciones socioecondmicas equiparubles dun acceso’a niveles educacionules € Instltuclones culturules parecldos, y en ellos se adquieren lib estilos de pensamiento y sensibilidad que a su vez engendran practicas culturales distintivas. Conocer las estructu econdmicas que generan los estereotipos culturules de una clase o un grupo étnico no permite prever, por cierto, las conductas de cada miembro, pero sf la orientacién general del comportamiento de la clase o {a etnia a la que los individuos pertenecen, el marco dentro del cual se moverdn sus 08, variaciones. n 14 - Conflictos inter(ullurales en América Latina. En) América Latin este modelo general necesita ser especificado con feferen sa las elapas en que se fue conformando un capital cultural hdterogéneo, resultado de la confluencia de a, la herencia de las grandes culturas precolombinas, cuyos habitos, lenguas y sistemas de pensamiento persisten en México, América Central y el altiplano andino; bla importacién europea, sobre todo espafiola y portuguesa; Colombia y las Antillas. c. la presencia negra en Bi En] algunos patses ests compleja hibridacion se simplifica al reducirse a la konvergencia de una 0 dos etnias preduminantes con‘la colonizacién espafiola (el drea andina) o por huber substitu(do las migractones europeus a la poblacidn Indigéng (el Klo de la Plata). En otros, como en] México, donde atin conviven| cincuenta y seis grupos étnicos con fon tradiciones y costumbres diversas, la formacién de la unidad ional muestra una historia mas compleja, violenta y ain umplida. Esta historia de Uenomjnaciones y entrecruzamientos culturales tigne en su base el proceso de imposicion del cupitalismo. Si bien hubo tperialistno ihterétnico e importaciones culturales antes de la uista, las primeras formas de unidad global en nuestro continente resultado de ta expansién del sistema capitalist. Sobre todo en su ecpnémica y culturalmente a casi todos los palses y grupos étnicos a és de aparatos nacionales’ y_transnacionales , semejantes y cdaligados. Este reordenamlento transnacional, la unificacién de un ital y habitos culturales estandarizados por la sola légica italista, coloca hoy ta cuestién de los conflictos y ta solidaridad | 28 iCémo se articulan en este cuadro los cunflictos étnicos y los d clase? yLas mecesidades de afirmar las diferencias para resistir y desarrollar las convergentias para subsistir? ‘yCémo distinguir los beneficios de ta :modernizacidn (cl mejoramiento técnico de la produccién, la salud y otros servicios) del régimen caplitalista que los Promueve? J£s benelicioso extender al conjunto de la poblacién procedimientos industriales o sunitarios técnicamente eficaces pero que , al destruir organizaciones sociales y formas de integracién cultural, suscitan nuevos conilictos y enfermedades? Estas preguntas han provocado mas Preocupaciones politicas y econémicas (para defender culturas tradicionalmente amenazadas o someterlas a la expansidn cupitalista) que los estudios cientificos dedicados a conocer la especificidud de los conflictos. Algunas investigaciones parten de una concepcién a priori demasiado segura de, los valores positivos o negitivos de la hibridacién cultural, y eso predetermina la orientacion y los resultados del estudio (pienso en tantos autores que idedlizan romanticumente el folklore u otros que examinan los medios masivos de comunicacién sélo para demostrar efectos nocives de los que estabun convencidos antes de empezar a investigar). En esta etapa nos pzrece importante tratar de conocer la interaccién entre los distintos sistemas culturales sin apresurarse a preservar formas tradicionales de organizacién social o-enderezar los cambios en cierta direccién. \lay que comprender primero por qué ocurren. Antes de hublar’ de destruccién de valores autéctonos o mecanismos de sometimiento ideolégico, queremos entender qué razones econémicas, sociales: y culturales originan las transformaciones y vuelven a muchos miembros de las comunidades que las experimentan protagonistas interesados en su profundizacin. Tomemos el caso dela produccidn artesanal: debemos analizar la desintegracién parcial de fas culturas indigenas, su reeluboracisn al combinarse en formas modernas y urins, como consecuencia de la posicién desfavorable de las artesanfus dentro de la expansién tecnoldgica y econémica capitalista. Pero también como expresion de su deseo de superar dicha marginacion. Por cierto, nada garantiza a priori que la firesente reorganizucidn de las culturas tradicionales --o cualquier otra— contribuyan a mejorar sus condiciones de vida, ni que, en caso de lograrlo, compensen 105 perjulclos producidos por la pérdida de su identidad cultural. Pero antes de responder a estos interrogantes necesitamos conocer en qué consiste dicha ” “desintegracién”, por qué se produce, si tiene posibilidades de ser evitada y reorientada en las condiciones presentes del desarrollo capitalista y de acuerdo con sus posibilidades efectivas del cambio qué entienden las comunidades en transicién y cada uno de los interesados en su desarrollo, por mejorar las coridiciones de vida y por identidad cultural, en qué medida los medios masivos y el turismo son capaces de afectar los grupos primarios y las lealtades comunitarias, en qué medida los medios masiyos y el turismo son capaces de afectar los grupos primarios y las lealtades comunitarias, en qué medidas éstos pueden resistir a presiones externas, recoritextualizar y resemantizar los mensajes invasores y usarlus pura fines proplos. Para finalizar, dps aclaraciones generales parecen utiles. La primera quiere ampliar algo que en parte dijimas: no se trata de conflictos totalmente — imprevisibles entre fuerzas — equivalentes. La transnacionalizacién imperialista, que ha logrado subsumir al capitalismo fas formas de produccién anteriores que consiguié en cierto grado’ subordinar a ta oposicién burguesta/proletariado los enfrentamientos éinicos y nacionales, tiende a resolver en su beneficio ly su direccién lus demas conflictos. Way un proceso yeneral de expansién. econdmicd y cultural de! cupitulismo que tiende a apoderarse de los pequefios productores rurales, de las unidades econémicas y simbélicas aisladas, mediante ta contratacién de su fuerza de tral la readaptacién de sus hdbitos de consumo, sus creencias y sus objetivos histéricos. Cualquier andilisis de los conflictos interétnicos, o entre las culturas locales y ta cultura nacional, o entre én transnacional, debe encuadrarse en este marco éstas y la penetraci globai. La otra aclaracién es que, pese al predominio capitalista, la complejidad de Ja interaccién entre sistemas culturales no puede ser reducida a una penetracién unidireccional, a ta mera destruccién de as culturas autéctonas. ,Cémo desconocer las limitadas pero firmes conductas de resistencia que --sobre todo en paises de fuerte herencia indigena--- hacen de la identidad cultural una cuestién bastante menos sencilla de lo que pretenden los instrumentos de munipulacién hegeménica?. Adems, ninguna clase dominante puede ejercer su poder, imponer y|ocultur su arbitrariedad, en forma unidireccional: s6lo de arriba hacia abajo. Toda clase hegeménica, especialmente en su fase histéricampnte progresista, busca el avance del conjunto de Ia sociedad, Ya sea mediante ‘un desarrollo tecnoldgico y, econémico global que beneficia parcialmente atodus las clases sociales, ya sea porque necesita mejorar el nivel de educacién y consumo de los sectores subalternos para expundir ta produccién y el mercado, el proyecto dominante incluye mucho mas que a la clase que lo formula. En este sentido, no es tan arbitrario, alcanza una cierta universalidad, dentro de cada pais y en el conjunto det planeta. Se trata siempre de una universalidad basada en una arbitrariedad, pero ya no es la arbitrariedad absoluta que les adjudican utores como Althusser y Bourdieu por sus inclinaciones estructural-funcionalistas, por su insuficiente reconocimiento del sentido contradictorio de fa hegemonia y del papel de los conflictos de cl tn este punto resulta particularmente alil la contribucién de Gramsci: la cultura, como parte de la lucha por la hegemonia, es un escenario de conflictos, interpenetraciones, intercambio de papeles, El problema del desarrollo de una cultura es el problema de la lucha por fa apropiacion, renovacién y transformacién de un ca heterogéneo, que no pertenece a alguien en exclusivid: disputa y se cambia en la interaccin entre las fuerza Ejercicios: *. Defina lus siguientes conceptos: C culturales, habitos culturiles y practicas culturales. : WCéme puede combinarse la defensa *. Tema de discusis 8 existentes en de la identidad cultural de los grupos ét México con el desarrolly global del pats? u ” Cunodenol SEP. nexico Mer GARCIA CANCLIDT » Collocs ySectédod INDICE 1. gPor qué no existe una sdla definicién? 22Cultlara vs. Civilizacion. eae . 3. Culturas “superiores ¢ inferiores”. A. El relativismo cultural. : | 5. La trans | 6. Una definicién restringida de cultura, acionalizacién de fa cultura. 7. La interaccion de Ia estructura y la superestructura. a 8. Produccién y representacién. | : 9. La cultura como instrumento para la reproduccién social, 10--La cultura como escenario de la lucha por la hegemonta. | 11. El capital cultural y sus condiciones de apropiacién, 12. Cohflictos interculturales en América Latina. Paginas cs ll 4 15 20 22 24 26 28

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