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Una tendencia para nada coincidente con lo que viv en viajes recientes al
Chile de la vacilante Bachelet, el Ecuador conmocionado por el bisoo y
contradictorio Correa, o al Brasil de una izquierda que vot al ajustador
Lula a pesar de tanto desengao lulista con sus lugartenientes corruptos. O
lo que me cuentan amigos de la socialmente spera Bolivia por ejemplo y
los respaldos a Evo. En todas estas experiencias hay bsicamente una
actitud de apoyo a esos gobiernos capitalistas reformadores, antes que nada
frente a una lectura mayor y decisoria: lo que hoy significan las
exasperadas y econmicamente jaqueadoras derechas neoliberales
bushistas, semidesplazadas en cada uno de esos conciertos nacionales.
La poltica y el conflicto
Esta ecuacin del regreso del poder de lo poltico fue leda por lo general y
desde mltiples voces de todo un arco ideolgico, como intencionalidad
hegemonista, prepotente, a-dialoguista, imponedora por parte del
presidente, una variable semidictatorial antirrepublicana, un molde de
ejercicio del poder por lo tanto perturbador de lo que sera una calidad
institucional para un curso adecuado y natural del capitalismo argentino en
sus relaciones nacionales e internacionales. Aqu yace un nudo
significativo de discusin que los aos kirchneristas reponen para debate de
la clase poltica democrtica. En un pas que, desde 1976 al menos, sepult
la idea de la poltica gobernando la economa, desde un credo neoliberal de
mercado globalizado que hoy reina en Occidente en discusin crtica con
varias experiencias lationoamericanas.
En todo caso el kirchnerismo agit las aguas de un pas que haca mucho
que no sala de sus esculidas obediencias y consabidos mayordomos. Se
est de acuerdo o se critique lo actuado la escena pas a ser otra. Esto para
aquellos que se plantean las cuestiones de calidad democrtica. Sin duda el
mejoramiento de la calidad democrtica es indispensable para consolidar el
sistema vigente. Pero para esto ltimo hizo falta un paso previo
indispensable, que la poltica haya vuelto para ser discutida no como sierva
de las circunstancias globales, no como abstracta regla institucional, sino
como un acontecimiento de un santo y sea argentino lentamente
recobrado, en un planeta tumefacto que produce polticas y miserias por
todas partes contra los mundos terceros.