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POLETICA Y SOCIEDAD 14 LAS REGIONES QUE GANAN Distritos y redes. Los nuevos paradigmas de la geografia econémica Edicion a cargo de GEORGES BENKO y ALAIN LIPIETZ, UFR ite Liens EDICIONS ALFONS EL MAGHiNIA & GENERALITAT VALENCIANA DIPUTACIO PROVINCIAL DE VALENCIA 1994 ‘Tele oriiaLet rion qu supe, Districts ron: enon porediger ek anomie © Proses Universes de France, 192 © Fcons Alfonse! Magntnzm » TEI, 1954 Plog Alfonse! Mapninin, 1°. 46008 Valea "radi de Jain Slom Carrs Unie de Valencia) Irmo a Es tsa 847622 108) DenostraLicats¥ 4270-1994 ANTES GRARIASSOLFR, S.A. LA OLIVERETA, 28. 46018 VALENCIA 984 INDICE Presentacién Autores... INTRODUCCION 1. Blowevo debste regional Georges Benko y Alain Lipicez ‘Phun PARTE: La HIBGTESS BE LOS DISTRIZOS INDUSTALALES 2. Eldistrito marshalliano: una nocién socioeconémica Gtacoma Becatiint “ 3. Los sistemas de pequeiias empresas: un caso paradigmitico de desarvollo endégeno Cioacebino Garofol ‘4. Sistemas industrisles locales en Francia: un nuevo modelo de desarrollo Claude Cowlet 5 Bernard Peoguens 5. Ta cconomfa meteopolitan: organizacién industcial y crecimiento urban Allen} Scot... SEGUNDA PARTE: LOS DISTHITOS NO ESTAN SOLOSEN EL MUNDO 6 Elretorno de las economias regionales. Geogralia mitica dela scumulacién flexible Ash Amun 9 Kevin Robins 9 39 39 81 103 123 6 fxpice 7. Los oligopolios estin bien, gracias. Blementos de sellexién sobre ls acurmulacié flexible Flavia Martineliy Erica Schoenberger. ve 8. Las altemativas al fordismo, De los ais 80 al siglo XXT Robert Boyer itn TERCERA PARTE: AMPLIAK LA PRORLEMATICA 9. Trayectorias industialesy elaciones sociale en las regiones de Mick Dunford 10. Flexibilidad,jrarquia y desarollo ei de los sistemas productivosindustriales artculacicn del poder en los aios 90 Michael Storper y Bennett Harrison : a 11,” Jerarquias y redes en la organizacisn de ls produccin y del tetrtorio Prerre Veli sre v 12. _Imporrancia y evolucin de los sistemas industrales locales en Francia economia politica de una transformacion Berard Gane sass ne 13. Flexiblidad ofensiva, exibildad defensiva. Dos estrategies sociales en la produccidn de los nuevos espacios econémicos Daniele Leborgre y Alain Lipietz al: los cambios de extructara Y sus nuevas formas de Concxusion 14. De las redes de distritos alos distritos de redes: Georges Benkoy Alain Lipiets ve Referencias bibliograicas 159 185 221 25 281 301 331 365 375 PRESENTACION Esta obra coleciva intenta det una vsiGn general del animado debate intemacional quc existe en tomo a la evolucién econémica fnisecular y mds concretamsente « las medificaciones espaciales del tejido productive. {ros internacionales de economistas, gedgrafos y sociélogos, y discutidos Gn un ambiente amistoso pero que no exchuye las divergenciss de puntos de vista Mis concretamente, en los coloquios Los mucvor espacion indie inales (Paris Sorbonne, matzo 1989, bajo la direccién de G, Benko), y Fushways to Industrialization and Regional Development (UCLA. Lake Atrovhead, abril 1990, bajo la diteccidn de Scott y Storper). Para oes Cepltulos, por el contrario, ésta es su primera publicacidn intemaclonal Este es el caso de los articulos de C. Courety B. Pecqueut, AJ. Seon, R. Boyer, M. Storper y B. Hartison, B. Vel, B. Ganne, y natarainente eg {atroduccién y la Conclusién, Finalmente, son adaptaciones de publice siones extranjeras los siguientes capitulos: G, Becattni (beduttria! Disinons and Inter firm Cooperation in lls, Ginebra, OIT, 1990), G. Gaoklh (obra colectiva en Preparacidn en Italia, 1991), A. Amin y K, Robins (En- vsronment and Planning D: Society. and Space, vol, 8, 1990), F. Martinelli y E- Schoenberges, M. Dunford (Industrial Change and Regional Develop. vent, Londres, Belhaven Press, 1991),D. Leborgne y A. Lipicts (Rene ‘ragao urbana: Tondencias ¢ Desafor, So Paulo, Nobel, 1990) Queremos expresar nuestro agradecimiento a los autores que han fenido bien confiatnos su trabajo, a los directores y edlitotstes por Jas ammables autorizaciones que han concedldo 1 la adaptacién francece, ¥ mis concretamente al Dr. J. H. Ashby y al prof. M. Dear, de Edicio’ res Pion, También debemos reconocer el trabajo de waduceion de Jean, 7 1 EL NUEVO DEBATE REGIONAL Georges Benko y Alain Lipietz Por tanto, nada de falso debate. Un distrito industrial es un distrito industrioso, La Défense, Wall Street, Ginsha (cn Tokio) 0 el bartio de los ‘editores cn St-Germain-des-Prés son distritos como los otros: se ‘presiona sobre ellos, se dispara el precio del metro cuadrudo, porque para estar en ‘el centro de Ia informacién no es suficiente consultar una terminal de or- denador, ¢s necesario estar alli donde estén los demas, es Pteciso comer juntos, intercambiar 0 sonsacar confidencias, es deci, bafiarse en una at smésfera, la palabra clave de la concepcién marshalliana del distcito. La te- lematica no ha suplantado ain el cara a cara Entonces, ¢cudles son los verdaderos debates? Lancemos nuestras dudas en desonden, 2EI distrito ¢s verdaderamente le forma que han en- contrado por fin les industrias de la postcrisis? ¢Todos los distritos son regiones ganadoras? Por otra parte, ¢qué es una “regidn ganadora”? Una region que sale adelante (desde ef punto de vista de los empleos, de Ja siqueza, del are de vivir) por su propia actividad, o une regién que vive a expensas de las que han perdido, incluso de una parte de sus pro- bios babitances? ¢Es la jerarquia de las regiones el resultado (quizas pro- visional) de un triunfo desigual,o la causa dc las ventajas de que disfruan las primetas, que serian por tanto los centros de una periferia? Y, aun ‘cuando los futuros centros fueran distrtos (amémosles entonces mets polis), ghan de ser necesariamente enormes? ¢Enjambtes de distritos? eDeben las metzépolis, para ganar, convertirse en megalépolis? Dejemos a un lado el easo de Tokio. Nadie sospechard determinismo geogrifico en los autores de la presente introduccién, pero es necesario reconocer que a morfologa del Japon (20% de Lanta, la mited de cual esti urbanizada) vuelve algo evanescente la distincién meteépo- lis/megal6polis. Hay una megalépolis de Atami a Chiba alrededor de la bahia de Tokio, pero se puede también decir aceradamente que no hay mds que una banda casi continua de urbanizacién, un érea ‘metropolitana linica y gigantesce alo largo del Shinkansen, de Kensai a Kento: tna me- galépolis articulada en varias metrSpolis. » Pett Robert, *1356, Lan: industri ‘ntvidad 1. Antiguo o eraso:habilidad pana jecutar cualguier cose (.) TL siglo XV} Profesion que comporta generalmente na activi ded manual (.) IL, (1755) Antiguo: Conjunto de operaciones que contribuyen ala pro” dace y eitculacién de as eiqueeas (..)°- Quedan tastror de esta acepctin ene! adjtive luce, ELNUEVO DEBATE REGIONAL, 2B Quedan las dos megalépolis de los Estados Unidos (Nueva York/ ‘Nueva Jersey, Los Angeles/San Diego), la brit y la francesa, (Se trata verdaderamente de regiones que ganah? Si es as, situadas en paises que pierden. En paises que retroceden en Ja escena internacional, en paises ‘con deficit comercial, en paises que se endeudan. Megalépolis asoladas Por Ie crisis ecoligica y social, donde proliferan las nuevas clases peligro. sas y las nuevas plagas sociales: aislamiento, miedo, droga, racismo, deline cuencia.. En las verdaderas regiones que ganan en el sena de paises que ganan hay metrépotis que son probeblemente distttos (terciatios y/o ma. nufactureros), pero que no sobrepasan los dos o tres millones de hebiten. tes. Zurich y Francfort son metz6polis, no son megalépolis... Para inten. tat verlo més claro, volvimonos hacia la teoria. 'B) PRIMERA ORTODOXIA: LA JERARQUIA URBANA Los primeros teéricos de la economia espacial, tegional o urbana, los de la escuela de Jena (L&sch, 1940; Christalle, 1933) partieron de la st. sguiente pregunta: écdmo explicar, a partir de un espacio plano, homoge. neo (el campo dedicado a actividades agropecuarias) la emergencia de concentraciones urbanas de actividades manufactureras 0 tereiatias? 2Cémo explicar la jerarquia (de tamaiio, de gama de servicios suministra- dos, y por tanto de riqueza) entre estas aglomeraciones? [La respuesta parece bastante simple deniro del matco de la teorfa mi- cToeconémica ya entonces dominante, la que parte de comportamientos de maximizaciGn del benefict, de minimizactén de costes. Cada bien que debe set suministrado, cada servicio que debe ser oftecido, presenta un Sptimo de escala de produccién. A este Sptimo corresponde una deman. da repartida en el espacio homogéneo. Los costes de transporte (de las Imercancias, dle los clientes o de los usuatios) se minimizan si el producior sirve un dreu circular dentro del espacio homogéneo. Las proditeciones urbanas tenderin pues a orgunizarse en redes de dugaresconirales cuss ‘reas circulares cubririn el espacio, lo que se logra mejor si a red es de tallas hexagonales. A servicios cada vez més raros (o a produeciones que presentan economies de escala cada vez més importantes) corresponcle- fan redes de hexagonos (Ilamados de Chrstaller) con malls cada ver mis anchas. Suponiendo que una ciudad esté en el nudo de la mayor parte de las redes, y haciendo girat estas redes alrededor de este centro de los ‘udos, se ven aparecer concentraciones de nudos dispuestos regularmen. tc, esbouw de las ciudades de segundo rango. 24 (GORGES BENKO Y ALAIN LIPIETZ Asi se constituirfa, gracias a una mano invisible optimizadora, la je- rarquia urbana, desde las meteépolis dotadas de Opera hasta los pueblos simplemente dorados de tiendas de comestibles. Este esquema no debe hacer sonreit: Se cumple de manera aproximada en la vasta llanura nord europea, desde Francia Occidental a le Santa Rusia (no es casualidad que sea en Jena donde esta teorfa aleanza la madure2), asi como en los grandes espacios norteamericanos. Mas bien y ante todo invita a la reflc- xi6n, En primer lugar, sc trata de un modelo estructuralista. El tamaio, la sgaima de actividades de un lugar central, depende de su lugar en la red ut- bana jerarquizada. Si hay ciudades pequefias y pobres en actividades im- Portantes, es porque el lugar para estas actividades esté ocupado por una ciudad mayor, de tango jerécquico superior. No se va a poner una Opera, un gran almacén y una universidad en todas partes. Se adivina ya el mo. delo de las “economias-mundo” de Wallerstein (1974) y Braudel (1980): <1 &xito de ciertas aglomeraciones (los centros) es el anverso de una meda- lia cuyo reverso necesario es la mediocridad de la periferia. Mediocridad ‘que no es mis que relativa: hasta en la mas humilde aldea, un lugar urba no ¢s siempre el centro de una periferia...en una ted mis fina. Pero, equiéo es la mano invisible que concentra de esta maneta las ac- tividades mas nobles en algunas metropolis? A primera vista, cl juego de la competencia y de los comportamientos individualiseas de optimizacién. Las empresas se repartirian regularmente en. el espacio huyendo de la competencia y buscando la proximidad a los elientes. No hay nada de esto. En primer lugar, se sabe que, en cada centro, va- sias empresas competidoras oftecen en general el mismo servicio. Y, si es posible, en Ja misma calle (pensemos en el Sentier de Paris, para la con- {eccidn). Es el efecto de lonja, de mercado (en el sentido organizativo de Ja palabra mercado: un mercado de ganado, por ejemplo}. Es necesario instalarse alli donde los clientes buscan cierto servicio o cierta mercancfa, en un lugar determinado que es conocido por rcunir en él a los que se de dican a la industria correspondiente. No ¢s una empresa que abastece un 4rea circular, ¢s una aglomeracién de empresas; un disttito, en suma. Cuando, por el contrario, no hay més que una unidad de produecién del icio por malla de La red, se puede suponer que lo que explica la ocu- in de este lugar no es precisamente la competencia, sino una otgani- 2acién planiticada. Es fa Tglesia la que ha repartido entre los pueblos y ciudades a curas y obispos (y muy a menudo ha sido ella la que asi ha es- bozado Ia trama urbana). Es cl Estado quien ha repartido escuelas, insti- tutos, universidades, hospitales, consolidando de esta forma la jerarquia urbana, intencionadamente, para servic a un territorio... EL, NUEVO DEBATE REGIONAL, 2 Para explicat el efecto de aglomeracién a pesar de la competencia, clertos tebricos del equilibtio general han tecustido a una paradeja de fa teorla de juegos imaginada por Hotelling (1929). Sobre el ‘paseo de una estacién balncaria, lo més interesante para dos vendedores de helades seria repartisc las dos mitades de la playa, localizindose a un cuatto ¥ tres euartos del paseo. Sin embango, al intentar cada uno morder el tere, torio del otro, acabarin colocéndese en medio de la playa, perdiendo ast los clientes de los dos extremos, ° Este jtego no cooperative apenas convence. Se va al centro de la playa porque se sabe que allf hay vendedores de helados {y de crema solar, y de gafas, et.) La aglomeracién no es forzosamente un efecto per. verso. Oftece efectos positivos para los competidores, efectos de aglome. racién: economias de aglomeracién intemas af sector (el wendedor de hela dos esta mais cerea del fabricante de helados), efectos de proximidad Gitrmos al sector (se a a comprar crema solar, s¢ vuelve con un head en la mano), Estos efectos internos a la aglomeracién pero externos al sector expli- can as{ una segunda debilidad de base del razonemicnto de ta eseucle de Jena:

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