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Desarrollo del Fora de Estocolme sobre e1 Holocausto Fie tos dias 26 y 29 de enero del ano 2000, se desarrolld en la capital suéca el Foro Internacional sobre ei Holocausto, una conferencia para la educacidn, !a con: memoraci6n y la investigacion de ese exterminio atroz que tuvo lugar hace escasas décadas en él seno de la Vieja Europa. La fecha de celebracton del evento, coincidid jus+ tamente, con la conmemoracién de los 55 afhas de |a l- beracién del campo de concentracion de Auschwitz, te- nida lugar e| 27 de enero de 1945. Hacia mayo de 1998, el Presiderite de los Estados Uni- dos, Bill Clinton, y tos Primeros Ministros de Suecia y Gran Bretaha, Goran Persson y Tony Blair, respectivamenite, ha- bfan acordado colocar una llamada “Task Force" con ta inten- adn de promover, en visperas dei nuevo milento, la coope- racion internacional en cuanto a ta educacidn, la Conmemo- tacion y la investigacién del Holocausto. Rapidamente. tan foable iniciativa conté con las adhesiones de ios gabiernos de Francia, Alemanra, israel, Italia, los Paises Bajos y Polonia. Meses después, y antes de que finalizara ese misma, 1998, durante una Conferencia sobre el Holocausto ce- —~98— lebrada en la ciudad de Washington, los paises participan- tes acordaron animar a ifderes muindiales, politicos y reli- giosos, a que trabajaran mancomunadamente en la for- mulaciOn de proyectos educativos y dé Investigaci6n ten- dentes a eévitar el olvido sobre lo sucedido entre los arios 30 y 40. El accionar comprometido de Suecia en esta empresa, se enmarcé dentro de la campana de educacién quber- namental lanzada en 1997, después de que un sondeo de opinion revelara que el 10% de sus escolares no tenia conocimiento alguno sobre el pasado genocidio nazi. Estos resultados empiricos bastaron para fundamentar la necesidad € importancia de eventos como !os de! pasa- do mes de enero. Igualmente, 1a Declaracién Fina! de! Encuentro de Washington mencionaba la Intencién de celebrar un gran Foro Mundial sabre el Holocausto que hiciera posible, por primera vez en la historia, !a reunion de {fderes del mun- do entero dispuestos a debatir sobre ese tema de trascen- dental importancia. La idea original de ta Organizacion fue el lanzamiento de distintas preguntas abiertas dirigidas a los participan- — 99 — tes, con el fin de ir definiendo las respuestas a partir de las intervenciones de cada disertante: dQué lecciones nos ha dejado el Halocausta? éDe qué forma puede la socie- dad actual sensibllizarse ante los peligros que acarrea el facismo y el antisemitisme. Jos conflictos etnicos y toda otra expresign de discriminacién u odio? 2Es posible prever futuros brotes de persecuciones étnicas y evitar genocidios? 2De qué forma puede cori- tribuirse desde la politica o a través de las diferentes fuer- zZas sociales organizadas a la educacion, la investigacion y la memona del holocausta? Si bien és certo que el com- promiso edticativo sobre este tema se encontraba ya en marcha desde hacia vanos anos en distintos Estados del mundo entero, un acontecimiente camo ef celebrado en Estocolmo vino a constituir sin duda, un hito en la elabo- racién de esta tragedia en la medida en que se iogré re- unir por primera vez a politicos, intelectuales y religiosos de los cinco continentes en un debate abierto sobre el holocausto. Partiendo del exterminio de la poblacion ju- dia de Europa y €i concomitante subyugamiento y asesi- natos de otros seres y minorfas durante la Segunda Gue- tra Mundial, el Foro tuvo como meta abogar por él reco- nocimiento comun de ja necesidad imperiosa de comba- ur el racismo y ta ignorancia de fo ecurride, dandose asi — 100 — HH un nuevo impulso a la tolerancia activa y al andlisis histd- ico sobre esa desgracia sufrida por la humanidad. | Hi] Para tal fin, durante tres dias mas de 700 delegados de 47 paises se hicieron presente en la capital sueca. Dichas I isiones, No Sé6lo contaron con la participacién de repre- seritarites oficiales o gubernamentales. sina también con laboradores de organizaciones no gubernamentates. en- ‘tre otros. De igual forma, actuaron como modetadores y confe- HI i : Tenciantes de ccloquios y workshops, los mas prestigia- | SOs y reconnsictos expertos intemacionales sobre estos te- —101— tO Internacional para Estudios sobre el Holocausta Yad | Vasher de Jerusalén, como consultor académico del en- cuentra. En cuanto a las renombradas personalidades de fa po- \itica mundial que participaron del Foro, cabe mencionar al Primer Ministro francés, Lionel Jospin: al Presidente dei Consejo de Ministros de Italiz, Massimo D'Alema: a! Premier israeli, Ehud Barak: al Presidente argentino, Fer- nando De la Rua: ai Canciller aleman, Gerhard Schroder y al Jefe de Estado de la Repubtica Cneca, Vaclav Havel, entre tantos otros Mirando lo sucedido en la capital escandinava duran- té los ultimos dias de enero, puede llegarse a fa conciu- sién dé que nunca en las décadas transcurridas entre et fin de la Segunda Guerra Mundial y estos albores del si- glo XX}, habia podido confermarse una plataforma de si- milares caracteristicas para el abordaje serio de estrategias contra el olvido. Para poder cumplir con los fines de! Foro, esto es, con el intercambio constructivo de ideas y e! desarrollo de es- trategias comunes de educacidn, conmemoracion e inves- ligacién, fue necesario evitar largas ponencias generales —102 — 'y sustituirlas por coloquios y talleres sobre temas especi- ficos. ! Asi también, se erganizaron dos grandes exposiciones | sobre el tema del encuentro, y se. prepard un programa i clicial para el ptiblico en general. Los discursos mas completos corrieron por cuenta de los Jefes de Estado y de Gobierno participantes. Con mu- “cho interés se escucharon las palabras del Canciller ale- } man, Gerhard Schréder, quien recalcS que ¢! recambio A este respecto, el Premio Nobel de la Paz Elie Wiesel. _ recordd que sequin las sagradas escrituras, el indiference a stempre con cimayat condena que et eee mal = 103 — | Ena totalidad de los discursos, ademas de agradecer- H se las Contribuciones de! Gobierno y dé la sociedad sué- ¢a en la organizacién y el éxito dei evento no dejé de hacerse hincapié en la necesidad de recordar y analizar his- toricamente ese lapso negro en la historia de la humani- dad a fin de posibilitar la prevencidn, el descubrimiento y el combate de todo brote social con tendendias discrimi- natonias, racistas o xendfobas. Durante los dias en que tuvo higar el Foro de Esto- colmo, !os distintos intervinientes participaron de los co- loquios y talleres organizados para un debate mds profun- do y enriquecedor. El coloquio uno, dedicado a Ja educacidn, fue den- minado “Holocaust education: Where are we going?”: el dos, dedicado ata memoria, recibid el titulo de “Remem- bering the Holocaust: The Challenges of Memory”) y el tres. dedicado a la investigadion, fue lamado “Holocaust Research: From the Archive to the Classroom”. Asi también, tuvieron lugar trece talleres especificos, de los cuales seis versaron sobre la edutacidn, cinco sobre fa conmemoracion y dos sobre [a investigaciOn. — 104 — El peligro de la difusién sin control de cansignas de ir- tolerancia a través de la red Internet no escapo a las pro- blematicas abordadas durante los distintos encuentros. De igual forma, ei enorme valor simbdlico de los lugares histdricos, asi como la riqueza de los museos y los archi- vos relacionados con éf Hofocausto fueron remas de de- bate en los diversos colaquios y reuniones de trabajo. Dos exposiciones generates se abneron en forma para- lela con la mntencion de reforzar visualmente algunos de los temas tratactos en el Foro, Una de ellas. denominada “Visas for Life”, se ocupé de ilustrar una de las partes adin ocultas det Holocausto: ja enorme contribucién brindada por diplo- maticos del mundo entero acreditados en capitales y du- dactes ocupadas porlos nazis, a través del otorgamiento de Pproteccién en refugios, salvoconductos € identificaciones falsas a judios perseguidos por el régirnen del Tercer Reich. Muchos diplomalicos vieron arrlesgadas sus carreras y hasta sus propias vidas por ser parte de ese loable movi- miento de Jucha contra la Cea que tuvo te entre i — 105 — | Por ultimo, en la segunda de las muestras denomina- la Inscriptions, artistas de los Estados Unidos, Inglate- ‘a, Francia y Alemania, entre muchos otros de diversos aises, Contribuyeron con sus aportaciones fotograficas, filmicas y artisticas en general, a demostsar las posibili- i ‘dades que brindan la construccion y la representacidn de | laconmemoracidn en un contexto personal social € his- torico. Pero Suecia no Se limit6 a ta organizacién de este Foro Hi en Su Giudad capital, sino que aprovechando justamente Su desarrollo en Estocolmo, patrociné simultaneamente la realizacion de conferencias, seminanios, ciclos de peli- Ht cules y Olas actividades culturales en varias ciudades de! interior del pais. Todas estas muestras quedaron enmar- \Cadas en él programa de concientizacidn sobre democra- cia, iquatdad de los seres humangs y solidaridad lanzada 11 997 por el Primer Ministro Géran Persson. Dentro del misrno, se inscribe el magnifico libro ¥ se lo contaréis a | | vugstros hijos editado por el Gobierno sueco y distribui- do gratuitamente en todo ¢! pais. Pero probablemente, el éxito mas importante de este encuentro haya sido el] viunfo de la propuesta lanzada por Elie Wiesel relativa a la institucionalizaci6n de un Foro jn- — 106 — ternacional por ia Humainidad y la Conciencia. A partir dé !a aprobacién de tal mocidn, cada ano fa ciudad de Estocolmo se convertird en sede de un encuentro mun: dial para ei debate sobre los avances alcanzados en la lucha contra ia discriminaciOn y la intoterancia, y para |a exposicién abierta de los peligros que acechan Ia tibre convivencia de credos e ideas en una sociedad que bus- ca la paz.. De esta forma, la primera iniciativa sueca con- tard con un sucesor institucionalizado tendente a de- batir anualmente los progresos en la forrnacion de las | nuevas generaciones en el respeto de la dignidad del i prdjimo y en la movilizacion contra ta intolerancia y ta xenofobia. De igual importancia, uno de los compromisos acor- | dados, ha sido el de abnr al pUblico en general todos tos archivos existentes sabre el holocausto, de modo de fa- ‘citar el acceso de investigadores a documentos relacio- nados con et tema. ‘M tia, la lucha franca contra el mito, la manipulaci6n y la mentra, como armas de combate contra el crimen en — 107 — nombre de una ideologia o una raza, han de ser siempre. y en todos los paises, una asignatura de obligada aten- cidn. El Holocausto debe ser abordado como un tema histdérico, pero a su vez Como uNa coraza de proteccién contra pelgras futures. Dedearacién final Nosotros, aitos representantes de tos gobiernos ante el Foro Internacional de Estocalmo sobre ef Holocausto, declaramos: “El Holocausto (Shea) Cambiéd las bases de la civilizacion. El cardcter sin precedentes del Holocausto tendra por siempre sentido universal. Después de medio siglo, continua siendo un evento lo suficientemente cer- cano en el tempo para que los supervivientes puedan todavia Drindar testimonio sobre los hotrores que azota- fon al pueblo judio. El terrible sufrimiento de los muchos millones de otras victimas del Holocausto ha dejado una indeleble cicatriz a to largo de Europa. La magnitud de! Hofocausto, planificado y ejecutado por los nazis, debe por siempre ser guardado en nuestra memonia colectiva. Los sacrificios de quienes desafiaron a los nazis, y al mismo tiempo dieron sus propias vidas para proteger 0 rescatar a tas victimas del Holocausto, deben Ser INSCIITOS EN NUesTOS Corazones. Las profundidades de ~~ 108 — ese horror, y Jas Cumbres de su heroismo, gueden ser pie~ dras fundamentales en nuestra comprension de la capa- cidad humana para el bien y ej mal, Con la humanidad todavia asustada por el genocidio, la limpieza étnica, el racismo, el antisemitismo y la xeno- fobia, la comuntdad internacional Camparte la solemne responsabilidad de compartir esas fuerzas del mal. Conjuntamente debemos elevar la terrible verdad det Holocausto contra quienes niegan su existencia. Dede- mos fortalecer el compromiso moral de nuestros puebIos, y el compromiso politico de nuestros gobiernos, para asegurar que las generaciones futuras puedan compren- der las causas Ge! Holocausto y reflexionar sobre sus con- secuencias Nos comprometemos a fortalecer nuestros esfuerzos para promover la educaci6n el recuerdo y Ja investigacién sobre el Holacausco, tanto en fos palses que ya han hecho mucho. como el aquellos que élijan unirse a este esfuerzo. Compartimos ef compromiso de estimuiar el estudio del Holocausto er todas sus dimensiones. Promoveremos la educacion sobre ef Holocausto en nuestras escuelas, —109 — universidades y comunidades, y estimularemos 4 que se haga fo mismo en otras instituciones. | Compartimos el compromiso de conmemorar a las Vic timas det Holocaust y de honrer aquellos que se enfren: taron 2 éi. Apoyaremos formas apropiadas de recuerdo del Holocausto, incluyende un Dia Anual de Recuerdo del Hotocausto en nuestros paises. Compartimos e! compromiso de arrojar luz sobre tas oscutas sombras del Holocausto. Daremos todos los pa- sos necesarios para facilitar la apertura de los archivos para permitir que todos fos documentos que contienen testi- monios sobre e! Holocausto estén disponibles para ios investigadores. Es apropiado que ésta, la mayor conferencia interna- aional del nuevo milenio, deciare su campromiso en plan- tar tas semillas de un futuro mejor en un suelo Con amar- go pasado. Manifestamos nuestra empatia con el sacrifi- cio de las victimas y recogemos inspiracion de su jucha. Nuestro compromiso debe ser rememorar a las victimas que perecieron, respetar a los supervivientes que todavia estan con nosotros, y reafirmar ja aspiracién comun de ta humanidad de llegar ala comprension y la justicia mutua”. +110 — DELEGACIONES PARTICIPANTES DEL FORO Estados Participuntes Albania Alemania Argentina Austila Australia Béigica Bosnia y Herzegovina Brasil Bulgaria Canada Croadia Cypre Republica Checa Dinamarca Espana Estados Unidos Estonia Finlandia Francia Gran Bretana Grecia Hurigrla Islandia Irlanda Israel Italia Letonia Lituania Luxemburgo Macedonia Moldavia Noruega Paises Bajos Polonia Portugal Romania Rusia Slovakia Slovenia Sudafrica Suiza Turquia Ucrania Uruguay, ~ Ait Estado Ohsarvador: Santa Sede Organiazncianes intornaclenales participantes: Naciones Unidas Unidn Europea Consejo de Europa Olganizacion para ta Cooperacidn y Desarrollo Ecand- mico — 112 — Madrid Septiembre del 2001 Justicia y memoria Manvel Reyes Mate Profesor de investigagidn del Consejo Superior de Investigaciones Cientificas, Madrid o Lo que ceracteriza a las teorlas mModernas de ta justi- cia es, como dice Mcintyre. el ser atemporales, es decir, de presente. El tiempo, el pasado, no cuenta én elias, Lo que a continuacion me propongo es reflexionar sobre lo que impfica tomar en seno el tiempo a la hora de elabo- rar Una teorfa dé ta Justicia. ¥ La introduccién de la dimensién temporal en fa teoria de la justicia procaca vivo recthazo pues no es éste un asunto que les pille de nuevas sino algo sobre algo que wenen bier reflexionado. McIntyre. por ejemplo. dice a proposita de Rawls, que “la justicia es asunto de mode- los presentes de distribucidn para los que el pasado es irrelevante”, Lo qué sea justo lo decide la tearia de la Jus- ticla y anres de la feoria no hay fusticia y, por tanto, tam- poco injusticia.’ Otro tanto ocurre con quienes, valoran- — 13 — do la condicion temporal para toda reflexion tedri¢a, in- j tuyen que bajo el manto de fa memoria se camufle el ve- Hh) neno del resentimiento. Tal es €! caso de Tadoroy, Se abu- i Iq Sa, én efecto, de la memoria cuando se recuerda paral | mantener vivo el OdiO ancestral, como les ocurri6 a los | | Serbios en su reciente confrontaciOn con los otros pueblos dé ja ex-Yugosiavia.? Fue ja memoria ia que les levé 2 la barbarie, por eso Todorov da la razon a Plutarco que defi- nia Ja politica como el arte de robar ai odio su eternizacion, En esos casas la memoria atiza el resentimiento, cultiva- do por testigos decididos defensores de ia memona, ta- les como Améry y Borowski. Lo peligroso del resentido és que no descansa con la justicia sino gue quiere que | culpable saboree Ig injusticia, igual que le Gcurrid 2 e4 2 Aqui abogzmos por una justicia que tenga en cuenta el] tiempo. Aclaremos qué queremos deci, Plantear una Justicia con tiempo o memoria significa recanocer 2 ta experiencia de la injusticia como él punto de partida de la justicia. Esta exigencia no parece exagerada pues esta presen- te en casi todos Jos grandes tedricos de la justicia; todas, en efecto, reconocen qué lo que hace tan importante hoy — 414 — el asuinto de la justicia es el estado del mundo, las injusti- clas manifiestas. el desorden galopante, | tore por ef mundo de los caballos del Apocalipsis. La teoria o concep- tualizacién de la justicia tiene por objetivo dar una res- puesta 2 un problema previo a Ja tearia. Lo llamativa es qué sé punto dé partida queda radicalmente eliminacio fan PIONto COMO se pone en marcha él proceso intélec- tual de construccion tedrica: los “velos de la ignoranaa’ ola figura de la “Comunidad ideal de dialogo” anuncia la enemiga de una teorla universal de la justicia con Expe- rencias de injusticia. Se puede explicar esta paradgja re- curtiendo a la distincién entre contexto de descubnmiento y contexto explicativo: en ta experiencia de injusticia se descubre ei problema de la justicia pero ésta se constru- ye anstrayendo de la experiencia. Esta explicacién s6lo convence si negamas a la experiencia valor tedrico, un convencimienta harto discurible desde la critica filasofica al idealismo occidental hecho precisamente desde una “fi- losofia experiencial” Be ZQUE @5 lo que Caracteriza a esa experiencia? Conviene distinguir, en primer lugar. entre experiencia y vivencia. La vivencia es un shock, el aconrecimiento que Se agota en sur propia manifestacién, que no deja nada — 115 vivencia es ja moderna informacidn pericdistica: se bus- can noticias impactantes que duran et tiempo de su lec- i tura y que deben Ser sustituidas Por otras Nuevas y mas” impaciantes atin. Ni se investiga suficentemenie la noti- i cia, ni sé la sigue, basta con que se Sostenga el tiempo de su envite, La vivencia sobreviene al sujeto mecanica- mente, como le sucede a Charlot en Tiempos Modernos: la vida aparece COMO UN Conjunto dé gags Que sé suce- den sin que enriquezcan al sujeto. La experiencia por el conuario permite al acontecimiento insertarse en una tra- ma. La insercidn dei acontecimiento enriquece la tramia no de modo aditivo sino perceprivo, és decit, fa experiencia no sé conforma sumando acontecimiento a la conciencia del sujeto sino amphando la receptividad del lenguaye ante cada novedad. En segundo lugar, la experiencia no es tanto faena del sujeto, tarea de la subyetividad, como recepcién pura, acontecimienito Qué sé produce independietementeé de cualquier estrategia urdida por él sujeto, Para explicar la naturaleza de la experiencia, Benjamin recurre 2 la expe- nencia estética para la que lo importante es captar 0 re- — 16 — cibir lo que fas cosas dicen, Este primer momento de pa- sividad es fundamental, pero enseguida hay que dear que lo que hay que recibir no es tanto lo qué las cosas dicen. sina algo mas sutil, a saber, la necesidad de expresion de las cosas.* Al distinguir entre !a voz quie almos 0 creemas olr de Has Cosas ylanecesidad de expresion de las mismas, Benjamin esta apuntando fa idea de que las cosas tienen fenguaje pero no pueden expresar por si mismas esa ne- cesidadl dé hablat, Por esa necesitay al Jenquajé huma- no. Esa neécesidad, por wn lado, € tacapacidad de expre- SIGN, Por dtr, es lo que explica, segiin Benjamin, el luta permanente de la naturateza. Lo que ei arte expresa es la verbdlizacién de €sa Necesidad pero no ta necesidad misma. Esto significa que €/ arte expresa algo del lenguaje mudo de las cosas pero no todo. Aigo queda sin expre- sién, de ahi que la auténtica obra de arte es fa que es capaz de remitir a ese silencio que ampara la expresién artistica, Hay Una herida €n la expresion que remite alien- de si misma. Esta Situacion es muy importante a la hora de explicitar 1a tercera condicién de la experiencia, a saber, que “la ex- penencia absoluta es el lenguaje” GS Vi 38). El pensamien- — A117 = to se basa en Ja experiencia. Esto ha sido verdad siempre y también ahora. Et problema que tenemos es que desde la llustracidn hemds reducico experiencia a experimento, a experiencia empirica, debido, sin duda, a que se tenfa por modelo de conocimiento al cientifica, es decir, al fisi- co-matematico. Si queremos aon la experienda a todas sus pasibilidades, hay que ir al lenguaje y entenderie como e} lugar orivilegiado de la experiencia, La experiencia que encierra el lenguaje desborda e) campo empirice pues re- cage lo que de experiencia hay en la religién o en la me- Lafisica) por ejemplo. Todas las vivencias subjetivas estan en el lenguaje pero la riqueza del lenguaje no puede ser recogida en la vivencia de un sujeto Peto, écémo esta la experiencia en el lenguaje? No totalmente expreseda. Ei fenguaje es capital para la experiencia pero la grandeza o el misterio de la experiencia es que una vez expresada no queda atrapada en la expresion sino que €s capaz de re- mitir a un silencio que la transciende. El lenguaje no tie- ne qué expresar sdlo la idea sino también el misterio, Nuestra lenguaje arrastra una doble limicacion: fa de la mudez congénita de'las cosas y la pérdida de ja Capa- cidad de nombrar? propia del lenguaje postadamico, a WAS 2.4 Pero, équé tiene dé injusto esta experiencia? ©! abis~ mo entre la expresion y la necesidad de expresion, entre io qué sé expresa y 10 que se’ silencia, indica que en toda expresion hay algo sin expresar. Lo inexpresado es doble. Por un lado, @! duelo permanente de Ja natuuraleza sig- nifica que hay en ella algo condenado 4 la mudez, ano poder ser expresado, aunque sea expresable. Una parte de la naturaleza Gueda de esta suerte abandonada a su suer te. Por otro, esta la incapacidad del jenguaje humane a poner ya nombre a las cosas. Esa pérdida nominativa lo que significa es que el singular escapa a nuestro lengudje y que sdla nos aproximamos a él genéricamente, como individuo de un todo, englobado €n un concepto. Duelo, pues, dé la naturaleza y duelo, también, de! singular, abandonado al concepto 0 a filosofias de la histona. Lo injusto de la ex- periencia reside précisamenté én &sa incapacidad de expre- sion que €s dobie: incapacidad dei mundo y del nombre por expresarse adecuadamente y subsuncion del singular en el todo, de-preciando su propia histofia. injusta es la mudez de] mundo e injusta la in-significancia del singular. Como se puede ver, colocamas la injusticla en la inca- paddad de lenguaje en recoger la voz que viene dé fue- =) 119) Ta, es decir, en la debilidad de la escucha. Esa debilidadno ~ es sdlo uN asunto del sujeto sino dei lenguaje humano. La injusticia es objetiva pues Se réfiere a la naturaleza, al nombre del otro, al significado del Otro cuyas necesida- des de expresion quedan de alguna manera frustradas en ta verbalizacion que hacemos de ella, Que sea del lenguaje no indica que ei sujeto humano quede iiberado de respon- Sabilidad, al contrario. 2.3 y 2Qué tiene que ver esa experiencia de {a injusticia con el tiempo? 2Qué anade o pone a esa consideraci6n de la injusticia de la experiencia la preocupacién por el tiempo? El tiempo es el secreto o la explicacién de! caracter in- justo dé ta experiencia. Analicemos la doble experecien- cia de injusticia. aj La injusticia que supone !a incapatidad de nombrar, es decir, el hecho de que tas personas y jas Cosas no pue- dan ser, dichas adecuadamenteé. La consecuencia de esta incapacidad es que tenemos que subsumir lo singular en fos abstracto -por ejempla, 1a situacién del apatrida en el concepto de Jos: Derechos Humanos- al precio de hacer abstraccidn de lo que le hace singular o, como decia la — 120 — filosofia clasica, de jo que le individualiza. Ahora bien écual es el principlo de individuacién? £1 sufrimiento, decia Herman Cohen y. con él, Unamuno.* Y tenian razon, El suftimiento remite a una historia particular que se hace invisible en el concepto, En ei conocimiento abstracto se priva al singular Ge su historia —que es su historia passio- nis-, €s Gecit, de Su tiempo. Si las teorias de la justicia pre- tenden saber fo que es justo, al margen de lo que han. vivido fos sujetos, €s porque el tiempo no forma parte del)! individuo; lo que éste es, en efecto. se puede saber al margen de todo tiempo y circunstancia. Esta atemporalidad afecta profundamente ala relacion entre los individuos. Pensemos, en efecto, que el sufri- miento no es sdlo el principio de individuatién, El suf. | miento 6 dano que hacemos a otro produce dos efectos: constituir a! otro en singular y dejamoas 2 nosotros én evi- dencia. $1 el otro sufre un daro es Porque se lo hemos Causado nosotros. El sufrimiento altera nuestra relacion, } pues déjamos de ser individuas iguales en un todo para pasar a ser desiguales. No sé trata de una desigualde fisica @ natural, sino moral, pues es causada por el Ne bre, con lo que el sufrimiento establece que las desiqual: dades entre los hombres son injusticias. 42a Por supuesto qué no hay desigquaidades sociales mo- ralmente neutras al ser efecta del datto causado al hom- bre por el hombre, Pero mucho mas radical que €sa con- sideracion moral. es el reconocimiento de que ja consti- weién ontoldgica de la singulatidad, por el sufrimiento, Nos constituyé a los hombres en diferentes —no iguales, sina diferentes- de suerte que toda aproximacion a la uni- versalidad, todo discurso universalista sobre el hombre so- bre el bien 0 !a verdad, tiene que pasar por esa Giferencia constitutiva. Cualquier planteamiento universalista que haga abstraccion de la realidad, lo que esta haciendo es reducir a la insignificancia Ja experiencia de injusticia de los homores. Notas 1 Mcintyre (1987), Tras Ja virtud 305-6, Critica, Barcelona. 2 Tzvetan Todorey {1998} Les abus de la mémoire (Arica, Paris), 26. No es ese en absoluto el senudo del resentimiento en Améty Lo que éste pretendia era gue las generaciones pre- sentas no s¢ instalaran en el confort de separar de sus vi- das no ya [a responsabilidad por el pasado sino su concci- miento. El resentimiento es una farma de presencia y con- ciencia de io que acurrm, de lo que hicieron sus padres, de lo que precedié al bienestar que los nacidos después dis- frutan —122—- Tzvetan Tadory Face @ Mexiréme (Seuil, Paris}, 252 Dice Benjamin qué “et objeto de fa intuicion es la necesidad que tiene Un contenido. ef cual se anuncia puramente en el sentimienta de hacerse por completo perceptible. intuir es escuchar esta necesidad, El ideal del arte como objeto de Ja INCUICION &S POF fanto UNA Necesara Perceptibilidad, la cual jamas aparece puramente en la obra de arte misma, que per- manece siendo abjeto de la percepcién” {GS |, 112) Estamas aludiendo aqui 4 (a teorfa bejaminiana del lengua- ge que habla dé cres tipos: ef lenguaje divino que es creador; el lenquaje addmico que es conocedor o dador del nombre y el lengquaje postadamico que es palabrerla. Lo que carac- teriza a este Ultimo es qué pierde !a capacidad de nombrar, propio del lenguaje addmico, y en lugar de ello tiene que lecurnr a muchas palabras para decir las cosas, palabras que vefan mas que desvelan fa esencia fingtits! dé Jas cosas. CY Reyes Mate Reyes Mate |1998} Heidegger v el judaismo, Barcelona, Anthropos. 86-95 Sobre el principio de individuacion, Reyes Mate (1997} Me ineria de Occident, Barcelona, Anthropos, 23)-243 —123 — Excursus sobre la paradoja de la modermidud Manvel Reyes Mate L, gran paradoja de la modernidad es naber descu- bierta la presencia del tiempo en el analisis del presente, pero haberlo reconducido precisamente al tratamiento igualitarista. Me estoy refiriendo al papel que juega el pasado en la teoria politica de Rousseau y Kant. Rousseau, para explicar las injusticias y las miserias denvadas de la injusticia que caracterizan a las socieda- des modernas, recurtid a la ficcién de un estado natural’ que te va 4 permiur elaborar una Serie de rasgos Caracte- risticos del ser humano que al perderse en ef camino de la constitucién del estado o sociedad civil, echaran Juz sobre las profundidad de los problemas que plantea la sociedad moderna asi como el sentido en el que deben dirgirse las soluciones. El objetivo de} constructo estado natural es explicar la naturaleza de la sociedad civil, Des- de aquei horizonte se perciben con exactitud los proble- mas de legitimacion que tene ei orden civil y se puede, por'consiguiente. dar una respuesta adecuada. “124 — Pues bien el estado natural, en cuanto contrapuesto al estado civil, NO Se Caracteriza tanto por su aislamiento 9 soledad como por Ser un estado ae igualdad e indepen- dencia: los hombres son tan radicalmente iguales. en el estado natural que cualquier sombra de sometimiento es inimaginable. Los hombres son tan igudles entre sicamo fo fueran fos animales de la misma especie antes dé que Se produjeran las varianites que ahora conocemos.2 Aunque mada hay en el hombre natural que permita divisar algo asi como una inclinacién natural hacia la vida en sociedad, lo cierto es que ésta se produce debido a factores externos que obligan a los hombres a vivir PrOxi- mos y tuego en sociedad. Y es la sociedad !a que “depra- va y pervierte al hombre”, es decir, es la sociedad la que acaba con aquella iqualdad de la que disfrutaban aque- llos seres naturales. El tono de Rousseau no deja lugar a dudas; “el primero que at vallar un terreno, se apresuré 4 decir esto es mio y Se encantré Con gentes fo bastante sim- ples para creerle, fue el primer fundador de ta sociedad civil. Cuantos crimenes, cuantas guerras, cuantas muer tes, cuantas misetias y cudntos horrores habria ahorrado ai génera humano aquel que, arrancando los postes 0 rellenando el fase, hubiese gritado a sus semejantes: Quardaos de escuchar a este impostor; estais perdidos si ae IQS jon olvidais que los frutos son de todos y qué la tierra no per- tenece a nadie’.? Las desigualdades que encontramos en Ja sociedad civil son violaciones 0 perversiones de la situacion iguaii- taria del estado natural. Ahora se ve el interés de la labo- riosa descripcién que ha hecho Rousseau del estada ori- || ginal: poder juzgar la profundidad del mal presente, a saber, que la desiguatdad presente es una injusticia. La desiguadad social, Vista desde Jas perspectiva de una iguaidad originaria, Na sido causada por el hombre. No eS algo natural. mi tampoco una decisién de los diases: es, pese 3 tantas opiniones difundidas, empezande por la de Hobbes. un producto de la sociedad ya constituida."? Si hay que poner én ei activo de la sociedad civil el desarro- lio de la razon y de la moral, como dice en el Discours sur linégalité, que SOlo estaban en potencia en ej estado natural, |o primero que vene que hacer el hombre adulto es hacerse responsable de los males presentes, frutos del uso dé la libertad y de ta raz6n.!' La “caida”, el mal radical historico, es el de la desiguai~ dad, resultado de la aprapiacion parucular de bienes co- munes. Y eso se produce en la sociedad civil, es decir cuando el hombre se decide a nacersé con las tiendas de —126 — la historia. De esa manera concreta Rousseau el viejo re- laco biblico segtin el cual la historia de fa libertad supone la expulsién de! Paraiso, Lo que esta prefigurado en el mito eS lo que la humanidad tiene almacenado en su expenien- da: que el uso de Ia libertad acarrea e) asentamiento de ia injusticia, 2Qué hacer? No cabe una vuelta aj ofigen no sélo porque se tal nunca existid sino porque la ficcién acaba cuando al hombre se le abren jos ojos al decidirse por ef “conocimiento del bien y del mal”. ¥ aunque el hombre se descubra desnudo no hay manera de volver a cerrarlos, Lo que ahora se le plantea al hombre moderno es recon- quistar aquella condicién de igualdad e independencia pero desde la sociedad civil, esto es, desdé la situacién de dommio y sometimiento en que se encuentra, utilizando, empero, lo que esa misma sociedad le brinda: el uso de ld razon y de la iibertad, Y esa es la tarea del Contrat So- cial, Anora bien, no cuaiquier contrato vale, por muy Si- bre que sea: sdlo es valido aquel contrato qué reconstru- ya la auconomia e iqualdad originaria, destruidas porta so~ | ciedad civil, recurriendo a unas armas que no estaban en €l mornento de Ia infancia de la humanidad, pero si ena fase de madurez ilustrada en la qué Nos encontramos, 4 Saber. ia raz6n y fa libertad, El contrato tiene que llevarse,, —~—AteT — a cabo desde la libertad: libertad en el procedimiento y ie ‘Ih it bertad como finalidad. S$dfo asi puede ser un oe entre iguales.!” Le los mecanismos y el precio de su historia de {a libertad, es el mito judeocristiano de la expulsién del Pa raiso.'* La intencién mayor det relato es subrayar el hecho, de su pérdida. Se narra Ja pérdida del estado natural por obra y gracia del uso de la libertad, esto es, con el comien- zo de la era histérica que sustituiria a la edad mitica. La Wa historia acaba con el estado natural. Esa pérdida es vista como una caida o canciencia de culpa que lleva anexa ¢} deseo de volver a aquel estado. La respuesta moral a esa pérdida estriba en plantearse ahora ta iquatdad como exi- gencia de la razon y NO ya como un Postulado natural. Una vez que e! hombre ha accedicdo al uso de |a raz6n, no hay vuelta atras. La iqualdad del estado de naturaleza no puede ser pues la meta como io era antes, ahora sdlo puede ser un postulado de {a 1az6n ideal a alcanzar 2 tra- vés del uso de la libertad, La historia reat del hombre es ef lugar de la caida 0 abandono del ajuste natural; es, por consiguiente, ei lugar de los sufrimientos derivados del imperio de las desigualdades Pero también es ei camino 128 — real de vuelta ai ongen. La historia es un extrano viaje hacia un ongen cuya puerta (la iguaidad natural} esta cerrada pero cuya orientacidn (hacia la igualdad de fos hombres} es fundamental. £) resultado de esa doble componente (pérdida del es- tado natural y busqueda de la iqualdad perdida} es la for mutacin de un principio adult de igualdad fundado en la razon y Cuya explicitacin és el reconocimiento de Ja comun aignidad de todos los hombres. Segun Kant justo ene momento en el que el hombre le dijo ala oveja “la piel que te cubré no te ha sido dada por la Naturaleza para tt, sino para m/l”, arrebatandosela y revistiéndose con ella, Justo en ese momento se hizo la reflexi6n contraria, a saber “que no le era licito tratar asf a hombre aiguno” por la sencilla raz6n de que el hombre esta “en Pie de igualdad con to- dos los seres racionales, cualquiera que Sea su rango, en !o tocante a la pretension de ser un fin en si mismo, de ser valorado como tal por tos deméds y no ser utilizado mera+ mente como medio para otros fines”. En ésto yno en otras valoraciones mas utilitaristas de la razén reside e! funda mento de la absoluta iguatdad de los hombres.'* La razdn No permite tratar al hombre como trata a jos animales 0. | 2 las cosas de! mundo porque es un fin, Eso nos pace: —i2z9 — Contrat Social que es |a forma post-natural 0 convencio- nal de realizar el ideal naturat de iqualdad. El reiato de la i dignidad, gracias a ta autorreflexion de la razon y de la, libertad, es presentada como la gran conquista de fa mo- dernidad. No hay duda de que et paso de fa desigualdad de cunas a la tgualdad congénita, debida a que todo hombre nace como “un agente racionat capaz de dirigir su vida por medio de principios”, es una gran conquis- ra.'° Capital para estas reflexiones es ia constatacién de desigualdades sociales, que rompen la igualdad natural, por obra de Ja libertad humana. Las desigualdades no son naturales sino hisréricas. Lo que no hacen ni Rousseau, ni Kant, sin embargo, es detenerse un mo- mento en las implicactones antropolagicas de esa crucial afirmacion. La injusticia inferida al hombre por el hom- | bre les constiruye en seres singulares pero no iguales. La singularidad, aplicada a quien padece el suffirmento y 4 quien le causa, establecen una relacion profunda entre los hombres, qué no es la igualdad sino la interpelacién. La légica consecuencia de ja interpretacion racional del), — 130 — mito de la caida es la de que los hombres son desiqua- les, pero no independientes UNos de otros, sino relacio- nados, co-implicados. éPor qué pasan tan deprisa sobre la singularidad de los, individuos, gracias a la injusticia inferida, y se precipitan' a. proctamar la iguaidad racional de todos ios hombres? Ni el estado natural, nila realidad avalan esa salida. La Gni- ca explicaci6n es estratégica: solo consequiremos la igual- dad perdida si decidimos ser iquales. No cabe én su plan- teamiento que partiendo de ta desiguaidad constitutiva sé llegue a la igqualdad humana. En el fondo, no se tomar en serio la desigualdad histérica, es decir, ef hecho de que los hombres se encuentran en situacién desiqual por obra del hombre. Lo que les preocupa es Le contrat social. es decir, una respuesta tactonal alas desiguaidades existen- tes Para elfo wenen que hacer responsable al hombre de esa desigualdad. Por eso imaginan una igualdad natural que el hombre pervierte voluntanamente. Pero no se de- uenen en analizar c6mo quedan tanto el hombre que ha- ce la expenencia de injusticia como quien la causa, y como. se relacionan entre si. En e! fondo, no se toman en serio él tempo. Sdlo ta historicidad. La diferencia entre tempo € hustoricidad es evidente: la historicidad, la dimension his torica del ser, se aplica a la razon y a la libertad para — 131 — responsabilizar al hombre adutto de las desigualdades de i | su tiempo; el tiempo, por el contrario, deja hablar el pa- i sada, no ie instrumentaliza en funcidn del presente. Las i preguntas del pasado no se subsumen en lo que la mo- dernidad piensa del hombre, sino que tiene preguntas propia. aunque no le interesen al tiempo presente. Lo que) | | Nosotros proponemos no es la historicidad de |a raz6n sino | j él tempo del sujeco en el siguiente sentido: ef descubri+ miento de que la desigualdad, a! ser cosa de {a libertad humana, no sélo afecta a la razdn sino también al sujeto, hist6rico. Gracias a la desiguatdad los hombres quedan hechos desiguales en un sentido constituyente. No olvi- | demos, en efecto que fo que individaliza es el dano que ej otro infiere; ese dao no sdlo individuatiza a quien lo re- | i cibe (victima}, sino a quien !o causa (verdugo). Fi sufrimien- to tes constituye pues en Seres singulares, es decir, radi- calmente diferentes. Esa diferencia es de una pasta muy especial ya que implica una necesaria relacién: la puerta a la humanidad del verdugo es la innumanidad de la vic- tima y, sin la humanidad det verdugo {a victima tendra Ia | humanidad como un derecho no activado, como una ||) exigencia que clama por su realizacién. Esta situaadn del hombre no se disuelve con el tiem-/ po ni por obra y gracia de una teorla abstracta. La nisto- | — 432 — nicidad es una construccién del presente que busca en el pasado razones para una estrategia de la raz6n actual; ef tiempo reconoce al pasado voz propia, capacidad de in- terpetaciOn independientemente de tos intereses del pie- sente, Esa es ta paradoja de fa modernidad b] Es hora de votver ala pregunta qué nos ocupa: qué quita 0 qué pone el tiempo ala experiencia, referida ahora la expenencia del lenguaje. La injusticia del lenguaje consiste en negar e) tiempo, El lenguaje es injusto cuando en lugar de responder a ia experiencia previa, a la necesidad de expresién del mun- do, 4 la Solicitud del otro, etc., lo que hace es hacer abs- éraccién de todas esas circunstancias € inventarse la rea~ lidad, La palabra deja de ser res-puesta o res-ponsabilidad Porque pretende ser divina, es decir, capaz de crear el mundo, como la de Dios en el selato del Génesis, Para explicar este desplazamiento del fenguaje. podriamos re- Curnr 21a interpretacién benjaminiana de la caida, tan di- ferente de la de Rousseau y Kant. Estos ponen el acento, como hemos visto, en ja igual | | dad: pérdida culpable de la iqualdad natural y diseno de | una estrategia politica que reconduzca ta desigualdad — 133 — histérica desde una igualdad fundada en ja razon. Ben- jamin, sin embargo, explica fa caida como fa sustitucion del nombrar por el juicio. El poder de nombrar consisteen darunnomobre de acuerda aio que las cosas son; ef nom- bramiento es la respuesta linguistica a la escucha de la esencia lingulstica de las cosas. El {uicio ja-que hace es sustituir la escucha por la imposicidn. Las cosas son lo que quiere aquel que tiene la palabra, El resultado de esta al- teracion es convertir laS casas en objeto. en objeto de dominig. Si para Rousseau fa injustica consiste en {4 des~ igualdad, para Benjamin es conversion del mundo en objeto. Si todavia nos preguntamos qué es la que aporta ef tempo a la expenencia, podemos resumirio asi: por un lado, ef tempo dela expenencia permite ver tras Cacta sin- gular una historia passionis, que no es solo suya pues supone en el otro una disteria actionis. De esta suerte toda él entramada social, toda planteamiento politico, queda afectado por ung injustica radical que ninguna abs- traccién puede absolver. Y, por otro, el tiempo de la expe- fiencia denuncia tras cada objetivacién del lenguaje et peligro de négacién de una pregunta, anterior a ta verbali- zacion, pregunta’a la que el lenguajé tiene que respar- der si quiere ser responsable 134 — De estas dos situactones sé derivan importantes con- secuencias. Sila palabra. como atabamos de decir, susti- tuye ja escucha por la invencidn:de la realidad, entonces fa palabra deja de ser res-puesta, fes-ponsable, Es decir. el hombre no se siente afectada parila realidad en |a que se encuentta PUES nlega a esa realidad voz propia. El mundo sé l@ aparece come una creacion propia, sin pa- sad®, sin responsabilidades, El hombre'no puede nega evidentemente. los rios de la geografia, ni hechos como que er la sociedad Naya diferencias, desiqualdades, ham- bres O guerras. Eso no lo puede negar pero sf que tengar 7 propia, LO que esas realidades signifiquen lo decidira el desde una teoria de Ja Justicia, por ejemplo, que, haga sbstraccion de lo que esas desiquaidades signifiquen por simismas, @s deci, de lo que ellas quieran decirnas! Fata reconocerlas voz propia habrla que reconacerles la Gimension temporal. Las desiguatdades que ef hombre se PNCUENta Cuando viene al mundo tenen ung histona, igual que el mundo al que éf pertenece. Ahora bien, si las realida- des presentes tienen historia, entonces las desigualdades tenen un ¢calado moral. Pueden-ser injusticias, podemos heredar injusticias, podemeds nacery situarnos en el seno de | 4a INjusticia. Eso es que lo que nos pueden decit las casas: las reconocemos voz propia y no NOs jas InventaMos, miss — ob Una teoria de la yusticia que se precie tiene que respon- der a esa doble injusticia: a) imposibilidad de satisfacer me- diante el lenguaye la necesidad de comunicacién que ue- ne el mundo y también el hombre que sufre y b) subsun- ci6n de lo singular en el concepto si quiere ser significatl- vo; s6lo pagando esé precio -que es des-precio del sin- gular~ puede la madernidad transfigurar la singularidad en igualdad, es decir, en cifra homologable. Levinas {lama a la justicia que haga frente a esas injusticias apotogia, de- fensa de? singular, para distinguirla de aqueila otra forma de justicia cldsica, basada en la igualdad y a la que se re- ferita como juicio de ta historia... éCual es ta relacion entre ambas? éSustituye la apolo- Gla a la justicia objetiva o universal? La apologia plantea Un tipo de justicia basada ciertamente en ta singuiaridad Incomparable de cada sujeto. Pues bien, la singularidad tie- ne capacidad de fundamentar una teoria politica, como la de la justicia, porque la singularidad no es privacidad, no se Tesueive én la interioridad de un sujeto, sino que tiene di- imensién publica, exactamente igual que la libertad. Por eso ‘dice Levinas que “la gran meditacion sobre la libertad de Hegel permite comprender que la buena voluntad, por si misma, No es una libertad verdadera, en ranro que no dis- — 136 — Medios para realizarse... La interioridad no pue- tuir 2 ta universalidad”.'* Una libertad, pues, que i¢ tiene que tomar forma publica, institucional. problema es si esas formas en las que se manifiesta intad Satisfacen las exigencias de Ja libertad del sin- La respuesta es clara: la voluntad objetivada, el dis- universal, la libertad institucionalizada, o como que- 195 llamarlo, no agotan las posibilidades de ta libertad | porque haya una zona que se le escapa, sino por- fa Voluntad objetivada coarta la libertad: “existe una ia de Io universal y de to impersonal, orden inhuma- duNque distinto de fo brutal, Contra él se afirma el , bre como singularidad irreductible...” (Levinas 1987 Junto al juicio de la historia aparece precisamente tre los dos jurcios —el de la histona y el del singular— jd relacidn. Los julcios de Ja historia se atienen a lo alo manifesto, a io que da de sihistéricamente cada to de libertad. La Revolucion francesa da de sia sus — 137 — toria se desarrolle racionalmente. €! juicio viril de la histo- mos las diferencias, diferencias que se inscriben en una ria, el juicio vir de !a raz6n pura, es cruel” {Levinas 1987 | historia passionis de cada cual, 257}. Lo invisible es el precio de lo visible, esto es, la ocul tacién del juicio del singular contra la historia. Ser juzgad - por eso llega a decir Levinas que una cosa es Ia justi- no consiste en escuchar un veredicto que alguien pronun: cia legal y Otra cosa Ia justicia moral pues ” “la moralidad cia de Lina manera impersonal en nombre de razones unt no nace en la igualdad, sino en el hecho de que las exi- versales. La justicia no consiste en consentir mi entrada en) gencias infinitas, las de servir al pobre, al extranjero, a la el orden universal, en ser tratado como un caso de la ley viuda y al uérfano, convergen en un punto del universo” general, sino en ir un poco mds lejos pues esa universali- {lb 260). La iguaidad vale ante fa iey, pero para ser moral dad de Ja ley no puede hacerse cargo de la demanda sin- guia. Y es que “soy necesario a la Justicia ... Mas alld de todo limite fijado por und ley objetiva’ (ib. 259). Expliquernos por qué lo singular es el precio de (a historia y por qué lo invisi- el sujeto moral Gene que asumir su singularidad incom- parable y tiene que enfrentarse a sujetos que también son incomparables. La iqualdad no puede afirmarse mas que generando agravio en él juicio universal pues para que el hombre sea igual tiene que renuncar a la historia passionis que le hace diferente. Y resume asi su tesis: “la Justicia no seria posible sin la singularidad, sin la unicidad de la sutyetvidad. En esta justicia, la subjetmdad no figura como raz6n formal, sino como individuatidad: la raz6n ble es ei secreto de Io visible. - elyuicio de la histona se hace En Nombre de la igual- dad, de !a iqualdad de trato, esto es, del trato por igual a todos desde la imparcialidad 0 neutralidad de Ia ley. formal sélo se encarna en un ser en la medida en que éste - para esa ley, todos fos hombres son iguales, indm- plerde su eleccién y vale como tados los demas. La razon duos, no singulares, formal sdlo se encarna en un ser que no tiene ia fuerza de suponer, bajo lo inusible de la historia, lo invisible del - écudl es entonces el problema de una ley que trata Juicio” fib, 260). a todos por igual? que los hombres slo pueden ser tra- tados igualmente si, siendo realmente desiquales, ocuita- — 93 +139 — 4 cia objetiva en la figura de! “tercero”. El tercero es unk i : H ful manera de decirnos que fa justicia no tiene por interlocutor mental Para un defensor de la apologia, centrada en fa) i) felacion interpersonal entre el yo y el otro, los demas el | Pueden aparecerme como multipticacidn por mucho del |!) otro. Los demas se me presentan Como “terceros”, es de. | ci, Como Seres humanos que tienen facturas pendienteés | con mi otro, Sean que sé lo deben a él 0 que é1 se lo debe gico es que, de acuerdo con nuestra teoria, el espanol asu- i miera sus responsabilidades como heredero de abuelos e5- tafadores y se colocara ante ef otro indigena en actitud d total disponibuidad. Pero ocurre que Jos chamulas de | — 180 — Chiapas HeEnen cuentas pendientes con los tzotzifes de la selva Lacandona

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