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Muvete primero, pero si te miro antes.

Te veo pesado, te guio el ojo, te mueves conmigo.

Me haces mover despacio, con los pies, las palmas y las palabras. Petrificados se miran a los ojos,
una roca gastada por el agua. El juego tienta al peso hacia un lado, tienta luego hacia otro y as la
piedra quisquillosa, voltea la cola y desliza el disimulo otro poquito hacia una orilla menos
acusada. Anota con su rodar lo que la mirada evita por la friccin. Y el temor del olvido que la
tena pegada al fango suelta amarras y corre saltando entre las algas subacuticas. La piedra juega,
tiene un juego, est suelta.

Por: Daniel G

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