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we € ciencias sociales, Resulta necesaria para pensar tanto la unidad de ta condicién humana como la diversidad y la diferencia entre pueblos y comunidades. La nocién de cultura por otra parte, se eneuentra hoy en el centro de Este libro presenta fa genealogia dela en las ciencias sociales y favorece un ba sus usos y abusos de un modo que permite situar e iluminar las’ discusiones actuales. En ese sentido, constituye una herramienta de trabajo adecuada para el socidlogo y el fildsofo, el psicélogo y el historiador. Denys Cuche es profesor de Etnologia en la Sorbona (Facultad de Ciencias Humanas y Sociales, Paris-V). Es también investigador del Laboratorio de Etnologia de 1a Sorbona yen el CERIEM. .N. 950-602-385.9, (iii) Nueva Visién La nocién de cultura en las ciencias sociales Denys Cuche wt hci koantionmimonannnaaannananaaaan Conecci6n Caves Dirigida por Hugo Vezzetti 7 K = UN Denys Cuche™ “ERE? LA NOCION DE CULTURA EN LAS CIENCIAS SOCIALES Edicion actualizada Manus! Manciquer Diaz ens Omenrguet om "Fone: 09 «700685, Nueva Visién Buenos Aires ‘Cuche, Denys. Lanocién de cultura en las ciencias sociales - 1* ed. - 2* imp. = Buenos Aires: Nueva Visién, 2002 160 p.; 19x12 em, (Claves) Traduccién de Paula Mahler ISBN 950-602-985-9 1. Sociologia de la Cultura - I. Titulo COD 308 ‘Titulo del original en francés La notion de culture dans les sciences sociales © Baitions La Découverte, Paris, 1966 Manuel Manriquez Dfaz Psleélogo Organizaclonal ogo Ea area Lal PIA ‘Toda reproduccién total o parcial de esta MATABEZIBRO obra por cualquier sistema —incluyendo el YES UNDELITO . fotocopiado—que no haya sido expresamen- te autorizada por el editor constituye una infraccién a los derechos del autor y ser reprimida con penas de hasta seis afos de prisidn (art. 62 de la ley 11.723 y art. 172 del Cédigo Penal). © 2004 por Ediciones Nueva Visién SAIC. Tucuman 3748, (1189) Buenos Aires, Republica Argentina. Queda hecho el depésito que marealaley 11.723. Impresoen la Argentina Printed in Argentina INTRODUCCION “BI problema de la cultura o, mejor dich de las culturas, exporimenta ua rena‘ miento en la actualidad, tanto en el plano intelectual, a raiz dela vitalidad del cultu- ralismo norteamericano, como en el plano politico. Al menos en Francia, nunca se hhablé tanto de cultura como hoy (a propé- sito de los medios de comunicacién, a pro- sito de la juventud, a propésite’ de los inmigrantes) y este uso de la palabra, con ‘mayor o menor control, constituye, por si solo un dato etnolégica.” ‘Mare Augé [1988] * Lanocisn deculturaesinherentea lareflexién delasciencias Sociales, Estas la necesitan, de alguna manera, parar pensar Ja unidad de la humanidad en la diversidad sin hacerlo en ‘términos biolégicos. Parece proporeionar la respuesta mas satisfactoria a la cuestion de la diferencia entre los pueblos, dado que la respuesta “racial” se ve cada vez més desacredi- tada a medida que se producen avances en los estudios genéticos de las poblaciones humanas. El hombre es esencialmente un ser de cultura, Bl largo proceso de hominizacién, que comenzé hace mas o menos quince millones de afios, consistié, fundamentalmente, en pasar de una adaptacién genética al medio ambiente natural una adaptacién cultural. Durante esta evolucién, que fina- liz6 en el Homo sapiens sapiens, ct primer hombre, se operé una formidable regresién de los instintos, “reemplazados” progresivamente por la cultura, es decir, por esa adaptacién imaginada y controlada por el hombre, mucho aes que la adaptacion genética pues es mucho més(diictil ¥ se,” puede transmitir con mayor facilidad y rapidez. permite que el hombre no sdlose adaptea su entornosinague “7: Kava que aati so adapts acl, asus necasttatea proyectos, io de Otro mHOdO, Ta Cul ‘posibleTa transformacion de la naturaleza” ~Sibien todas las “poblaciones” humanas poseen el mismo bagaje genético, se diferencian por sus elecciones culturales, * Las referencias entre corchetes remiten a la bibliografia que se ‘encuentra al final de la obra 5 ‘altura? s2 e040 cee Y COURS ‘yaquecada una intenta soluciones originales para los proble- mas que se le plantean, Sin embargo estas diferencias no son irreductibles entre si, pues, dada la unidad genéticahumana, representan aplicaciones de prineipios eulturales universa: les, susceptibles de evoluciones e, incluso, de transformacio- nes. Porlotanto, la nocién de cultura es la herramienta adecua- da para terminar con las explicaciones naturalistas de los, comportamientos humanos. Lanaturaleza en el hombreesta totalmente interpretada por la cultura. Las diferencias que podrian parecer més vineuladas con propiedades biolégicas, particulares como, por ejemplo, la diferencia entre los sexos, no pueden observarse nunca en “estado bruto” (natural) pues, para decirlo de algiin modo, la cultura se apodera de ellas“inmediatamente”: ladivisién sexual de los rolesy delas tareasen lassociedades humanas es un resultado fundamen- tal de la cultura y por eso varia de una sociedad a otra. No hay nada puramente natural en el hombre. Nisiquiera Jas funciones humanas que responden a necesidades fisiol6s- gicas, comoel hambre, el suetio, el deseo sexual, ete., carecen de un formato cultural: las sociedades no dan las mismas respuestas a estas necesidades. A fortiori, en los campos en Jos que noexisten restrieciones biolégicas, los comportamien- tos estén orientados porla cultura. Por eso cuandoa los nifios de los medios burgueses se les dice “sé natural’, en realidad loque se les esté diciendo es “actiia de una manera acorde eon el modelo de cultura que se te transmitio”. La nocién de cultura, entendida en un sentido amplio que remite a modos de vida y de pensamiento, es ampliamente admitida en la actualidad, aun cuando no deja de carecer de ambigiedades. Pero no siempre fue asf. Desde su aparicién, enel siglo xvnt, la idea moderna de cultura provoeé constan- temente fuertes debates. Cualquiera sea el sentido preciso que se le diera a la palabra ~y no faltaron definiciones-, siempre hubo desacuerdo sobre su aplicacién a tal o a cual realidad. Y es porque la nocién de cultura penetra directa- mente en el orden simbdlico, en aquello que se vincula con el sentido, es decir, en aquello sobre lo cual es complicado ponerse de acuerdo, Las ciencias sociales, a pesar de su interés por la autono- mia epistemolégica, no son nunca totalmente independientes deo los contextos intelectuales y lingtiisticos en los que elabo- ran sus esquemas tedricos y conceptuales. Por eso el examen 8 del concepto cientifico de cultura implica el estudio de su evolucién histérica, directamente vinculada con la génesis social de la idea moderna de cultura. Esta génesis social revela que, detrés de los desacuerdos seménticos sobre la Justa definicion de la palabra se disimulan desacuerdos sociales y nacionales. Las luchas de definicin son, en reali- dad, luchas sociales, puesto que el sentido que hay que darle a las palabras proviene de compromisos sociales fundamen- tales (capitulo D) Luego expondremos la invencién propiamente dicha del concepto cientifico de eultura, que implica el paso de una definicién normativaa una definicién deseriptiva. Contraria- mente a la nocién, mas o menos rival on el mismo campo seméntico, de sociedad, la nocién de cultura no se aplica mas, que a lo que es humano. Ofrece la posibilidad de concebir la unidad do! hombre en la diversidad de sus modos de vida y de creencias con el énfasis puesto, seguin quién sea el investiga- dor, en la unidad o en la diversidad (capitulo 11). Desde la introduecién del concepto en las ciencias del hombre, asistimos a un desarrollo importante de las investi- gaciones sobre la cuestién de las variaciones culturales, ‘especialmente en las ciencias sociales norteamericanas, por Tazones que no responden al azar y que analizamos aqui. Investigaciones sobre sociedades extremadamente diferen- teshicieron resaltar lacoherencia simbélica (nunca absoluta, sin embargo) del conjunto de las précticas (sociales, econémi- cas, politicas, religiosas) de una colectividad particular o de tun grupo de individuos (capitulo 111). El estudio atento del encuentro de las culturas revela que éste se realiza segun tres modalidades muy diferentes ¥ que lega a resultados que contrastan extremadamente segiin las situaciones de contacto. Las investigaciones sobre la“aculturaci6n” permitieron superar una buena cantidad de ideas recibidas sobre las propiedades de la cultura y renovar profundamente este concepto. La aculturacién aparece no como un fenémeno ocasional, de efectos devastadores, sino como una de las modalidades habituales de la evolucién cultural de cada sociedad (eapitulo IV). El encuentro de las culturas no se produce sélo entre sociedades completas sino también entre grupos sociales que pertenecen a una misma sociedad compleja. Dado que estos sruposestén jerarquizados, es posible observar que las jerar- quias sociales determinan las jerarquias culturales, loque no 1 LL aaa oY ae —] eC significa que la cultura de un grupo dominante determine la cultura de los grupos sociales dominados. Las culturas de las clases populares no carecen de autonomia ni de capacidad de resistencia (capitulo V). La defensa dela autonomia cultural esta muy relacionada con la preservacién de la identidad colectiva. “Cultura” e “identidad” son conceptos que remiten auna misma realidad, vista desde dos 4ngulos diferentes. Una concep lista de la identidad no resiste tampoco el examen de una concepeién esencialista de la cultura. La identidad cultural de un grupo dado no puede comprenderse mas que si se estudian sus relaciones con los grupos cercanos (capitulo VD. El analisis cultural conserva actualmente toda su perti- nencia y sigue siendo apto para dar cuenta de las logicas simbolicas instauradas en el mundo contemporéneo, siempre que nosedejen de ladolas enseiianzas de lasciencias sociales. Nobastacon tomar deellasla palabra “cultura” paraimponer una lectura de la realidad que, a menudo, oculta un intento de imposicién simbdlica. Tanto en el eampo politico como en el religioso, en la empresa o cuando se trata de los inmigrantes, lacultura nose decreta. Ella no se manipula como una vulgar herramienta pues se origina en procesos extremadamente complejos y, ean frecuencia, ineonscientes (capitulo VID. Este libro, que tiene por objeto presentar la nocién de cultura tal como es definida y utilizada en las ciencias sociales, no es, entonces, una reflexi6n sobre la cultura en su acepcién restringida, académica, “eultivada” que remite a obras llamadas culturales y précticas que estan ligadas acllas. Por lotanto, el lector no debe esperar encontrar aqui expuestos los trabajos sobre sociologia dela ercacion artistica ydel consumocultural relativos al teatro, alcine, alalectura, a la freeuentacién de los museos, ete., que constituyen una bbuena parte de las investigaciones de lo que se ha convenido en Hamar la sociologia de la cultura. En el marco de esta obra no es posible presentar todos los uusos de la nocién de cultura en las ciencias sociales y huma- nas. Privilegiamos ala sociologia y alaantropologia, pero hay otras disciplinas que recurren a esta nocién, como la psicolo- gia y, especialmente, la psicologia social, la historia, la ‘economfa, ete. Fuera de las ciencias sociales, la nocién tam- bién se emplea, en especial en la filosofia. Como no pudimos ser exhaustivos, nos parecié legitimo concentrarnos en cierta cantidad de nociones fundamentales del andlisis cultural. 8 I GENESIS SOCIAL DE LA PALABRA Y DE LA IDEA DE CULTURA Las palabras tienen una historia y, en cierta medida, tam- bién, las palabras hacen la historia. Si esto es verdad para todas las palabras, se puedo verificar especialmente en el aso del término “cultura”. El “peso de las palabras”, para retomar una expresién medistica, contiene el peso de la relacién con la historia, la historia que las hizo y la historia que contribuyen a hacer. Las palabras aparecen para responder a ciertos interro- gantes, a ciertos problemas que se plantean en periodos histéricos determinados y en contextos sociales y politicos peeificos. Nor mismo tiempo, plantea may, on cierto modo, resi La invencién de la nocién de cultura es, en si misma, reveladora de un aspecto fundamental de laculturaenlacual pudo darse esta invencién y que, por el momento, a falta de ‘un término mas adecuado, Hlamaremos la cultura occidental. Alainversa,¢s significativo que!apalabra “cultura” no tenga equivalente en la mayoria de las lenguas orales de las sociedades que habitualmente estudian los etndlogos. Esto no implica, evidentemente (jaunque no todo el mundo com- parta esta evidencia!) que estas sociedades no tengan cultu- ra, sino que no se plantean la cuestién de saber si tienen ono una cultura y menos atin de definir su propia cultura. Por eso, si se quiere comprender el sentido actual del concepto de cultura y su uso en las ciencias sociales, es indispensable reconsiruir su génesis social, su genealogia, Dicho de otro modo, se trata deexaminar cémose ha formado la palabra, luego el concepto cientifico que depende de ella y, porlo tanto, encontrar suorigeny suevolucién semadntica. No se trata de que nos dediquemos a.un anélisis lingtiistico sino, 9 CAO EO 4s bien, de que pongamos en evidencia los vinculos que existen entre la historia de la palabra “cultura” y la historia de las ideas, La evolucién de una palabra se relaciona, en efecto, con numerosos factores, no todos de orden lingufstico. Suhorencia semantica cra cierta dependencia respecto del jo en sus usos contemporaneos. Patel iinerara deta palabra “cultura” slo retendremos lo que sirva para aclarar la formacién del concepto tal como se utiliza en las ciencias sociales. La palabra se aplicé y sigue aplicdndose a realidades tan diferentes (ultivo de a titra, cultivo microbiano, eultura fisica...) y con sentidos tan dife- rentes que no podremos trazar aqui su historia completa, EVOLUCION DE LA PALABRA EN LA LENGUA FRANCESA ppsbB LA EDAD Msbia HASTA BI, SIGLO XIX ramos a dedicarnos especialmente al ejemplo francés del uso do reulree pues parece que Ia evolucion seméntica deci i bra srmitiré, como , Sivenelon dl concept se produjocn la lengua francoca dl siglo de las Luces, antes de difundirse por préstamo lingtiis- tico a las lenguas cercanas (inglés, alemén). ee ‘Si bien el siglo xvi puede considerarse como el periodo de formacién del sentido moderne dela palabra sinembaryo,en 1700, “altura” ya es una palabra antigua en el vocabulario francés. Proveniente del latin cultura que significa el cuidado de los campos o del ganado, a fines del siglo xin designa una pareela de tierra cultivada (sobre este punto y los siguientes éase Bénéton [1975)). veer omnes del egtoxV, ya no significa més un estado(el de la cosa cultivada), sino una accion, el hecho de eulivar la tierra. Recién a mediados del siglo xvi se forma el sentido Sigurado, “cultora” podia designar, entonces, cultivar una facultad, es decir ol hecho de trabajar en su desarrollo, Pero este sentido figurado es poco corriente hasta fines del siglo XVIly no tiene reconocimiento académico, ya que no figuraen la mayorfa de los diccionarios de la época. a Hasta sigloxvi, la evelueion del contenido semanti de ta palabra to dobe pc al moviniento de as ideas por lo i bien el movimientonatu lengua, precede por une parte, por metonimia (dela ealtaa come 1 Bn franeés culture os tanto “eultsrn” como “cultivo™ (N. dela 7.) 10 estado a la cultura como accién), por otra, por metéfora (del cultivo de la tierra al cultivo del espiritu), imitando de este modo el madelo latino cultura, ya que el latin clasieo habia consagrado el uso de la palabra en su sentido figurado. La “cultura” en sentide figurado comienza a imponerse en elsiglo xvi. Hace su entrada en este sentido enel Dictionnai- re de l’Académie Francaise (edicin de 1718). En esa época Aparece en general seguido por un complemento de objeto: se habla dela “cultura de las artes”, dela “cultura de las letras”, de la “cultura de las ciencias”, como si fuese necesario /preci- ‘sar la cosa que se cultiva. La palabra forma parte del vocabulario de la lengua de las Luces pero no es usada por los fildsofos. La Enciclopedia, que reserva un largo articulo al “eultivo de las tierras”, no consa- graun articulo especifico al sentido figurado de “cultura” Sin embargo, noloignora, porque aparece en otros articulos, como “Educacién’, “Espiritu”, “Letras”, ‘Filosofia’, “Ciencias”. Progresivamente, “cultura” se libera de los complementos y termina por ser usada para designar la “formacién”, la “educacién” dela mente. Luego, en un movimiento inverso al observado precedentemente, se pasa de “cultura” como accion (accién de instruir) a “cultura” como estado (estado de la frente cultivada por la instruccign, estado del individ QUE “tiene cultura”). uso es consagrado, a fines del siglo, por el diccionario de la Academia (edicin de 1798) que estigma- i tiza “un espiritu natural y sin cultura”, subrayando pormedio de esta expresién la oposicién conceptual entre “naturaleza” y “cultura”, Esta oposicién es fundamental en los pen: las. que conciben la cultura como una taracteristica distintiva de la especie humana, Para ellos, la cultura es la ieee eee : nsiderada una totalidad, en el curso de Ja historia. “E, por Io tanto, de minoritario, le habia cerrado las, i ‘a universidad inglesa. Tenfa fe en la capacidad del hi yaa progresar y com| on este. Ja unidad psiquica de la humanidad, que explicaba las simi- Jitudes observadas en sociedades muy diferentes: segiin él, en condiciones idénticas, el espiritu humano funcionaba en todas partes de manera semejante. Heredero de las Luces, adheria también a la concepcidn universalista de la cultura de los filésofos del siglo xvus. El problema que intentaba resolver era conciliar en una misma explicacién la evolucién de la cultura y su universali- dad. En Primitive Culture, que aparecié en 1871, y que se tradujo al francés bastante rapidamente(en 1876), obradela que se dijo que fundaba la etnologia como ciencia auténoma, ‘se interroga acerca de los “origenes de la cultura” (titulo del primer tomo) y acerca de los mecanismo’ de su evolucién. Fue el primer etndlogo que abordé, efectivamente, los problemas culturales con un aleance general y sistematico. Fue el primero que se dedicé a estudiar la cultura en todos los tipos de sociedades y en todos sus aspectos, materiales, simbélicos. e, incluso, corporales. ‘Tylor ajusta su método de estudio de la evolucién de la cultura por medio de las “supervivencias” culturales luego de una estadia en México, Alli, habia podido observar la coexis- tencia de costumbres ancestrales y de rasgos culturales recientes. Por medio del estudio de las “supervivencias” tenia | Feuuet : lnniviove PATE EERE @ une $etia 21 i MEnCi0Sg Foren Env 1643 PO? b6o%GE FOr que ser posible, pensaba, remontarse al conjunto cultural original y reconstituirlo. Generalizando este. Principio meto- dol6gico habia legado ala.conclusién de que la cultura de los Picblosprimitivescontenpatdneosropresetlataglobalmenie Bane anginal da-la- unaided: se trataba de una supervivencia de las primeras fases de la evolucién cultural, fases por las que necesariamente debieron de pasar las culturas de los pueblos civilizados. El método del examen do las supervivencias requeria, logicamente, la adopeién del método comparativo que Tylor introdujo en la etnologia. Para él, el estudio de las culturas singulares no podia hacerse si no se las comparaba entre si, pues estaban vinculadas unas con otras en un mismo movi- miento de progreso cultural. Por el método comparativo se fijaba como objetivo establecer al menos una escala grosera de los estadios de la evoluci6n de la cultura, ‘Tylor intentaba probar Ja continuidad entre la cultura primitiva y la cultura mas avanzada. En contra de los que establecian una ruptura entre el hombre salvaje y paganoy ¢l hombre civilizado y monotefsta, se dedicé a demostrar el lazo esencial que unja al primero con el segundo. Entre primitivos y civilizados no existe una diferencia de naturaleza sino simplemente de grado de avance en el camino de la cultura. ‘Tylor combatis fogosamente la teoria de la degeneracién de los primitivos, inspirada en los tedlogos que no ‘podian imagi- nar que Dios hubiese ereado seres tan “salvajes", teoria que Permitia no reconocer en los primitivos a seres tan humanos co- mo los otros. Para él, por el contrario, todos los humanos eran. seres de cultura por entero y la contribucidn de cada pueblo al progreso de la cultura era digna de estima. Como se ve, su evolucionismo no excluia cierto sentido de Ja relatividad cultural, mss bien rara en su época. En lo restante, su concepcién del evolucionismo no era para nada rigida: estaba convencido de que existia un paralelismo absoluto en la evolucién cultural de las diferentes sociedades. Por eso proponia, en ciertos casos, la hipétesis difusionista. ‘Una simple similitud entre rasgos culturales de dos culturas diferentes no bastaba, segiin él, para probar que estuvieran en el mismo lugar en la escala del desarrollo cultural: podia haber difusién de una hacia la otra. De una manera general, fiel a su preocupacién por la objetividad cientifica, semostra~ ba prudente en sus interpretaciones. Por su obra y por sus preocupaciones metodologicas, Ed- 22 ward Tylor es considerado, con justicia, el fundador de la antropologfa britaniea, Por otra parte, le debemos ol recono- cimiento de esta ciencia como disciplina universitaria: en 1883, en Oxford, fue el primer titular de una estedra de antropologia en Gran Bretaiia. Boas ¥ LA CONCEPCION PARTICULARISTA DE LA CULTURA. alemana de espiritu liberal. Estaba sensibilizado por la cuestiGn del racismo pues habia sido victima del antisemitis- mo de algunos de sus condiscipulos en la universidad. Hizo sus estudios superiores en varias universidades alemanas, primero en fisica, luego en matemtica, finalmente en geo- grafia (fisicayy humana). Esta ultima disciplina ibaallevarlo hacia la antropologia. En efecto, en 1883-1884, participé de una expedicién a los Esquimales de la tierra de Baffin, Fue como gedgrafo,con losintereses de un gedgrafo (se tratabade estudiar el efecto del entorno fisico sobre la sociedad esqui- mal), pero se dio cuenta de que la organizacién social estaba més determinada por la eultura que por el entorno fisico. Volvié a Alemania decidido a dedicarse, a partir de ese momento, a la antropologta. En 1886, Boas volvi6 air a Américadel Norte, esta vez para hacer trabajo de campo etnografico sobre los indigenas dela costa norveste, en la Columbia briténica. Entre 1886 y 1889 permanecié durante largo tiempo entre Tos Kwakiutl, los Chi- nook y los Tsimshian, En 1887 deeidié establecerse en los, Estados Unidos y nacionalizarse norteamericano. Toda la obra de Bc intento por pensar la diferenci: es de orden ily no racial. Formado en la antropologia jisica, manifesté cierto interés por esta disciplina, pero se dedicé a deconstruir lo que constituia, en esa época, el concep- tocentral: la nocién de “raza”. En un estudio que tavo mucha resonancia, hecho sobre una poblacién de inmigrantes llega- dos a los Estados Unidos entre 1908 y 1910 (17.821 sujetos), 23 demostré, recurriendo a métodos estadisticos, la extrema rapidez (el espacio de apenas una generacién) dela variacion de los rasgos morfolégicos (en especial de la forma del erdnco) Por la presién de un entorno nuevo. Seguin él, el concepto seudocientifico de “raza” humana, concebide como un conjun- to permanente de rasgos fisicos especificos de un grupo humane, no resiste el examen. Las pretendidas “razas” no son estables, no existen caracteres raciales in teristica de los grupos humanos en el plano fisieo es su plasticidad, su inestabilidad, su mestizaje. Con sus conclu- siones se anticipé a los descubrimientos posteriores de la genstica de las poblaciones humanas. Por otra parte, Boas también se dedicé a demestrar lo absurdo de la idea, dominante en su época e implicita en la nocién de raza, de un vinculo entre lus rasgos fisioos y 10s ¥asgos mentales, Para él era evidente que los dos dominios se originan en andlisis completamente diferentes. Y, precisa- mente para oponersea esa idea, adoptael conceptodecultura, ‘que le parecia el mas apropiado para dar cuenta de la diversi dad humana. Para él no existe diferencia de “naturaleza” (biolégica) entre primitives y civilizados, solo diferencias de cultura, adquiridos y por lo tanto no innatos. De manera que en Boas, contrariamente a lo que algunos sost el concepto de cultura no funciona como unteGfemismo del concepto de “raza”, ya que construyé, precisamenté,aquélen contra de éste. Fue uno de los primeros cientificos sociales que abandoné el concepto de “raza” en la explicacién de los, comportamientos humanos. A la inversa de Tylor, del que, no obstante, tomé ia definicién de cultura, Boas se dio como objetivo estudiar “las” culturas, mas que “la” Cultura, Muy reticente a las grandes sintesis especulativas, en especial a la teoria evolucionista unilineal, entonces dominante en el campo intelectual, expu- $0 en una comunicacién de 1896 Jo que consideraba “los mites del método comparativoen antropologia”. Se enfrents al comparatismo imprudente de la mayoria de los autores evolucionistas. Paraél, existfa muy poca esperanza dedescu- brir leyes universales del funcionamiento de las sociedades y de las culturas humanas, y aun menos, leyes generales de la evolucién de las culturas. Critic6 radicalmente el método de a *periodizacién” que consiste en reconstituir los diferentes 2 & EEN |: PRAang Gr gud SE Sunt reve B orng mas Erasing 0 vid estadios de evolucién de la cultura a partir de pretendidos orfgenes. : Boas desconfiaba también, y por las mismas razones, delas tesis difusionistas basadas en las reconstrucciones seudohis- téricas, En general, descartaba toda teoria que pretendiera explicar todo. Por rigor cientifico rechazaba cualquier genera- lizacién que saliera del mareo de lo que podia ser demostrado empiricamente. Escéptico, analista mas que tedrico, nunca tavo la ambicién de fundar una escuela de pensamiento. En cambio, quedaré en la historia de la antropologia como el fundador del método inductivo e intensive de campo. Concebia a Ia etnologia como una ciencia de observacién directa: segiin él, en el estudio de una cultura particular todo debe ser anotado, hasta el detalle del detalle. Preocupado por estar en contactocon la realidad, a Boasnolegustabarecurrir ‘a informantes. El etnélogo, si quiere conocer y comprender una cultura, debe aprender a lengua en usoen esacultura. Y ‘més que realizar entrevistas mas 0 menos formales -la situa- cién de entrevista puedeiinfluir en las respuestas~debe, sobre todo, estar atento a todo lo que se dice en las conversaciones “esponténeas”, incluso, agregaba, no dudar en “escuchar detrds de la puerta”. Todo esto suponfa largas estadias en las poblaciones elegidas para estudiar la cultura. Por ciertos aspectos, Boas es l inventor del método mono- ‘grafico en antropologia. Pero como Hevaba la preocupacién Si6n general, él mismo nunca realizé ninguna monogral ‘ETaEERD plono del termin wabfa Negado a pensar {que todo retrato sistematico rramente,w Te éspeculacién y eso era, precise Io que le impedia hacerlo, aun ‘ala idea de que “Gad cuTTaTe Toru Ul coherente y funcional. ‘A Boas le debemos la concepeidn antropolégice de “relati- vismo cultural”, aun cuando no sea él quien haya creado la expresién, queaparecerd mastardey aun cuandonohayasido elprimeroen pensar arelatividad cultural. Enél,elrelativis- mo cultural es, en primer término, y quizé mas que ninguna ‘otra cosa, un principio metodolégico. Para escapar de toda forma de etnocentrismo en el estudio de una cultura en particular, recomendaba abordarla sin a priori, sin aplicar categorias propias para interpretarla, sin compararla pre- maturamente con otras culturas. Aconsejaba ser prudente, 25 Etnocentrismo La palabra fue ereada por el socidlogo norteamericano William G. Summer y aparecié por primera vez en 1906 en suobra Folkways, Segin su definicién {el etnocentrismajes el.término-téenico.para la percencién de Tia cosas seh el -cual_nusstvo propio. grupa es el centro de ota 05 dad Cada grupo nutre su propio orgulloy vanidad, se jacta de sor superior, exalta sus propias divinidades y considera con desprecio a los extranjeros. Cada grupo piensa que sus ~Bropias costumbres (folkways) Gon as bias buchas y st Sbserva-que-atroo-grupes tienen_atras_costumbres, é3tas “pravecan-ou-desdén” (citado por Simon (1994, p. 97 Le actitud que se describe parece universal, con diferentes, formas segrin las sociedades. Como escribié Lévi-Strauss, a lochombrea siempre les costs considerar la diversidad de las culturas como un “fenémeno natural, resultado de las rela. ciones directas o indirectas entre las sociedades" [1952] La ‘mayoria de los pueblos denominados “primitivos" conside- ran que la humanidad termina en sus fronteras étnicas © linguistieas, y por eso se designan a sf mismos con un nombre de etnia que significa, segiin los casos, “los hom- bres”, "los excelentes”, o incluso, ‘los verdaderos", en oposi- cidn a los extranjeros que no son reconocides como seres hhumanes por entero. En cuanto a las sociedades denominadas “histéricas”, tam- bien les resulta dificil concebir la idea de unidad de la Jhumanidad en la diversidad cultural. El mundo grecarre- ‘mano antiguo calificaba de “bérbaros” a todos los que no participaban de la cultura grecorromana. En consecuencia, ‘on Europa occidental, el término “salvaje” se utilizabacon el mismo sentido, para dejar fuera de la cultura, dicho de otra manera, de la naturaleza, a los que no pertenecfan a la cultura occidental. Con esta actitud, los “civilizados” se comportan exactamente igual que los “barbaros” o los “sal- ‘vajes”. Alfinal decuentas, gno tenemosel derochode pensar, con Lévi-Strauss, que el “bérbaro es, en primer término, el hombre que eree en la barbarie” (19521? letnocentrisme puede omatformas.extremasdesnisleran: “Gia cultural, religiosa e, meluso. politica. ‘También puede “bmarformas sutilesy Facionales, Enel campode lasciencias sociales, se puede hacer comosise reconocierael fenémenode Tadiversidad de las eulturas y, al mismo tiempo, se concibie- ala variedad do las culturas como una simple expresion de diferentes etapasde un tinico procesode evilizacion. Deesta manera, el evolucionismo del siglo xx, al imaginar‘estadios" Ge yn desarrollo social unilineal, se permitia clasificar las culthras particulares sobre la base de una sola escala de civilizaciOn, La diferenciacultural, desdeestaperspectiva, sélo apariencia; tarde o tomprano esta Hamada a desapare- cer. En ruptura total con esta concepeién, la antropologia cultural introduce la idea de la relatividad de las culturas y 4e su imposible jerarquizacién a priori. Y recomienda, para escapar de todo etnocentrismo en la investigacién, la aplica- idn del método de la observacién participante. paciente, dar “pasitos” en la investigacion. Era consciente de Ja complejidad de cada sistema cultural y pensaba que séloel ‘examen metédico de un sistema cultural por si mismo podia lograr su complejidad. ‘Ademés de un principio metodolégico, el relativismoeultu- raldeBoasimplicaba, también, una conéopcién relativista de 1a cultura. De origen aleman, formado en las universidades alemanas, no podia no haber estado influido por la nocién Particularista alemana de a cultura. Para él, cada cultura es, Unica, especifica. Su atencidn estaba espontaneamenteatrat da por lo que hace a Ja originalidad de una cultura. Casi nunca con anterioridad, lasculturas partieulareshabian sido objeto de un tratamiento auténomo de este tipo por parte de 26 losinvestigadores. Es que, para Boas, cada cultura represen- ta una totalidad singular y todo su esfuerzo consistia en investigar lo que las convertfa en una unidad. De ahf su preocupacién no sélo por describir los hechos culturales sino porcomprenderlos vineuléndolos conel conjuntoconel quese velacionan. Una costumbre particular sélo se puede explicar Sselarelaclona con el Contewta eutural pron. Tani 1én $e {fae de comprente coms se ITs sta fe compronder como fa sintesis oF@imTal qué represen f@ Cada cultura, ie fe hace a su coherencia. Esta cultura esta dotada de un “estilo” particular que se expresa a través de la lengua, las creencias, las costambres y también el arte, pero no sélo. Este estilo, este “espiritu” propio de cada cultura, influye en el comportamiento de los 27 individuos. Boas pensaba que la tarea del etndlogoera tam- bien elucidar el vinculo entre e! individuo y su cultura, Sin duda existe una relacién estrecha entre el relativismo cultural como principio metodologico y eomo principioepiste- molégico que culmina en una concepcién relativista de la cultura. La eleccién del métoc rvacion prolongada y. sitemadea si iting dena antag elect fa conduce, progresivamente, aconsiderar a ests. entidad 10a La transformacion de una etnografia de viajeros “que no hacen més que estar de paso” en una etnografia de largas estadias modificd completamente la pereepeién de las culturas particulares. Hacia finales de su vida, Boas insistié en otro aspecto del. relativismo eultu ser tam! incipio ica queatiria la di nidad de cada ct proclama el_, tolerancia por las coltures diferentes, Dado que sadlaculiuraexprosa una manera nica de ser hombre, tiené derecho, si esta amenazada ayala Si se considera la obra de Boas en su rica diversidad y en Jas incontables hipétesis sobre los hechos culturales que ose, se descubre que toda la antropologia cultural norte- americana futura se encuentra anunciada en ella. ‘La IDBA De CULTURA [BN LOS FUNDADORES DE LA ETNOLOGIA FRANCESA Si se la compara con los paises vecinos, Francia manifiesta originalidad en el desarrollo de las ciencias sociales. All nace la sociologia como diseiplina cientifica pero, paradéjicamente, esta anterioridad va a generar un retraso en la creacin de la etnologia francesa. En un primer momento la sociologia ocupa, podria decirse, todo el espacio de la investigacién sobre las sociedades humanas, La etnologia -seria mas justo decir la cetnografia~se reduce al estatus de rama anexa dela sociologia. La “cuestién social” domina y oblitera la “cuestidn cultural”. Una comprobacisn: 1a ausencia de concepto cientifico de cultura en los comienzos de la investigaci6n francesa En el siglo x1x y comienzos del xx, en las ciencias sociales francesas, los investigadores se conformaban con el aso line 28 giistico dominante en ese momento y empleaban de manera corriente el término “civilizacién” ya consagrado por los histo- riadores y practicamente nunea el de “cultura” en un sentido colectivo y descriptivo. Sin embargo, como estaban muy al tanto de los trabajos cientificos alemanes, se negaban, a traducir Kultur por su homélogo franeés y preferian usar “civilizacién”, Asimismo, la obra de Tylor, Primitive Culture, tuvo cierto eco en la comunidad cientifica francesa, pero el titulo en francés fue La Civilisation primitive. Eltérminocultura, usado por losinvestigadoresfranceses, se relacionaba, en general, con su acepeidn tradicionalen el campo intelectual nacional; se referia al dominio del espirituy s6loera ‘comprendido en un sentido elitista y restringidoy en un sentido individualista (la cultura de una persona “cultivada”). Es claro que el contexto ideolégico dela Francia del siglo uxbloqued la emergencia del concepto descriptivode cultura. Los sociélogos y los etnologos estaban demasiado impregna- dos del universalismo abstracto de las Luces como para pensar la pluralidad cultural en las sociedades humanas sino eracon referencia a “la” civilizacién. El contexto hist6rico, es verdad, no Ievaba a interrogarse sobre esta cuestion. La epopeya colonial se hacia en nombre de la mision “civilizado- ra" francesa. La rivalidad y los conflictos con Alemania ‘oponian dos nacionalismos que utilizaban la nocién de Kultur de “civilizacién” como armas de propaganda. Finalmente, el Estado-nacién francés, confrontado en el ultimo tercio del igloxixconel répidodesarrolio dela inmigracién extranjera, adoptaba una politica cultural que tendia, resueltamente, a Ja.asimilacién de estas poblaciones, de acuerdo.con el modelo centralista que ya habia surtido sus efectos en las culturas regionales del pais. En la etnologia francesa de los comienzos, el concepto de cultura brilla porsu ausencia. Habra que esperarel desarrollo de una etnologia de campo, en los afios treinta, para que comience a aparecer, especialmente en los investigadores afri- canistas, como Marcel Griaule o Michel Leiris. La etnologia adquiere en e30s aitos cierta autonomia en relacién con la sociologia y se forja sus propias herramientas conceptuales. La confrontacién directa y prolongada con la alteridad y la plura- lidad cultural beneficia la emergencia del coneepto de cultura mediante la introduceién de cierto relativismo cultural. Peroestaemergencia del conceptoesmuy lentaen Francia e, incluso en la literatura etnolégica, “civilizacién” hard alga 29 mas que resistir, de manera que ambos términos seemplea- ron indistintamente hasta los aiios sesenta. La obra clisica de Ruth Benedict, Patternes of Culture, se traduce en 1950 con el titulo (desafortunado desde todo punto de vista) de Echantillons de civilisations." Durkheim -y el enfoque unitario de los hechos de cultura Emile Durkheim (1858-1917), por una curiosa coincidencia, nacié el mismo afio que Franz Boas y, como éste en la antropologia norteamerieana, ocupé una posicién “de funda- dor” en la antropologia francesa. Socidlogo mas que etnélogo, Durkheim no dejé de desarrollar una sociologia con orienta cién antropolégica. En efecto, su ambicién era comprender lo social en todas sus dimensiones y en todos sus aspectos, incluyendo la dimensién cultural, a través de todas las formas de sociedades. En 1897, con lacreacién dela revista L’Année sociologique, Durkheim ‘contribuyé a fundar la etnologia francesa y @ asegurarle un reconocimiento nacional e internacional, con 1a publicacién en los sucesivos mimeros de muchas monogra- fias etnogréficas y resefias de obras etnolégicas, en general, extranjeras. En cuanto al propio Durkheim, no usaba casi nunca el concepto de cultura. En su propia revista, “cultura” en una Jengua extranjera se traducia, en general, por “civilizaci6n”. Pero si bien sélo recurria excepcionalmente al concepto de cultura, esto no queria decir que no se interesara por los fenémenos culturales. Para él, los fenémenos socialestienen, necesariamente, una dimensién cultural ya que son, tam: bién, fendmenos simbslicos. rkheim contribuyé mucho a extraer del concepto de civilizacion sus presupuestos ideol6gicos mas o menos impli citos. En una ‘Note sur la notion de civilisation”, redactada Junto con Marcel Maussy que aparecié en 1913, se esforz6 por Proponer una concepeién objetiva y no normativa de la éivilizacién, que incluia la idea de la pluralidad de las civili- zaciones sin por eso quitar el valor a la idea de la unidad del hombre, Para él no existia ninguna duda de que la humani- + Bn tanto que la traducsién al eapatil del ori Patrones de cultura, la traduecisn del titulo en fra ivilizaciones. (N, dela.) 1 en inglés seria es Muestras de 30 dad es una, de que todas las civilizaciones particulares ‘contribuyen a la civilizacién humana. No concebia una dife- rencia de naturaleza entre primitivos y civilizados. Mauss, que compartia el pensamiento de i jen cal. _boraba estrechamente, fue todavia mas explicito en 1901: Lacivilizacin deun pueblonoesotracosaqueclconjuntode sus) fonémenos sociales; y hablar de pueblos incultos, “sin sc | «ién’, de pueblos “naturales” (Naturvolker) es hablar de cosas {que no existen (L/Année Sociolagique, tomo IV, p. 14.) El famoso articulo, escrito por Durkheim y Mauss en 1902, “De quelques formes primitives de classification”, intentaba demostrar que los primitivos son perfectamente capaces de pensamiento légico. Durkheim no cambiard sus ideas sobre este punto. Mas tarde, en Formes élémentaires de la vie religieuse, confirmars su posicininicial al recurri por una vez ala nocién de cultura: {...Jel pensamiento conceptual es contempordneodela huma- nidad. Porlo tantonos negamos a ver en él el producto de una cultura mas o menos tardia (1912). Si bien Durkheim compartfa algunos aspectos de la teoria evolucionista, sin embargo se apartaba de las tesis més reductoras y especialmente de la del esquema unilineal de ‘evolucién comiin atodas las sociedades. En una resefiade una obra alemana sobre la “psicologia de los pueblos” ciencia muy en boga en ese entonces en Alemania, en desacuerdo con la hipétesis central de la obra, que proponia la idea de un devenir idéntico para toda la humanidad, eseribié: Nada autoriza a creer que los diferentes tipos de pueblos van todos en el mismo sentido; hay algunos que siguen los cami- nos mas diversos. El desarrollo humano debe imaginarae no como una linea en la que las sociedades se dispondrian unas detrés de las otras, como si las mas avanzadas no fuesen mas que la continuacién de las mas rudimentarias, sino como un 4irbol con ramas multiples y divergentes. Nada nos dice que Ja eivilizacion de manana sera sélo la prolongacién més celevada de la de hoy; quizés suceda lo contrario: quizds tenga ‘como agentes a pueblos que consideramas inferiores, como en China, por ejemplo, y que le darn una dircccién nueva e inesperada L'Annéce sociologique, tomo XII, 1913, pp. 60-61). an Por lotanto, el pensamiento de Durkheim noestaba exento de una gran sensibilidad respecto de la relatividad cultural, ‘que provenia de su concepeién general de la sociedad y de la normalidad social. Abordaba esta cuestién adoptando un camino relativista: Ia normalidad relativa de cada sociedad y de sunivel de desarrollo. Su concepeidn de la normalidad era, por consiguiente, puramente descriptiva y se basaba en una especie de “media” propia de cada tipo de sociedad “Aiios mas tarde, en 1929, en un estilo més polémico y mas explicito, Mauss continuaré el pensamiento de Durkheim, durante una conferencia sobre las “civilizaciones": ‘Los hombres de Estado, los fil6sofos, el piblico, ls publicis- tas més atin, hablan de la civilizacidn. En wn periodo nacio- nalista, la civilizacién, es siempre su cultura, lade la nacién, pues en general ignoran la civilizacién de los demas. En un periodo racionalista y generalmente universalista y cosmo- polita ...1a Civilizacion constituye uns especie ge cstado de ‘cosas ideal y real ala vez,racional y natural al mismo tiempo, ‘causal y final en el mistao momento, que se iria separando, poco a poco, por un progreso del que'no se duda [. Esta esencia perfecta no tuvo nunca otra existencia que la de un mito, la de una representacién eolectiva, Esta ereen- ta universalista ynacionalista al mismo tiempo es, incluso, tun rasgo de nuesiras civilizaciones internacionales y nacio- Malo fel ‘cstdente europeo y de la America no indigena (2930, pp. 103-104). Consecuente consigo mismo, Durkheim habia llegado a privilegiar un empleo ne rigido de la nocion de civilizacion que hacia funcionar como un concepto ‘de geometria varia- bie”. En la “Note sur la notion de civilisation”, escrita con Mauss, se preocupa porque la nocidn salga de la generalidad difusa que la caracterizaba para poder darle un contenido ‘conceptual operatorio: “la” civilizacién no se confunde con la humanidady su devenir, tampoco con una nacién en especial; Jo que existe, lo que se puede observar y estudiar, son diferentes civilizaciones. ¥ hay que entender por “eiviliza- cién” un conjunto de fenémenos sociales que no estin vinculados con un organismo ‘social particular; éstos se extienden por dreas que superan el territorio nacional o bien se desarrollan en periodos tempora- Jes que superan la historia de una sola sociedad (1913, p. 47). 32 No hay que buscar en Durkheim una teoria sistemética de lacultura. Su reflexién sobre la cultura no forma un conjunto unificado. La preocupacién central de su obra era, mas bien, determinar la naturaleza del vinculo social. Sin embargo, su concepcion de la sociedad como totalidad organiea determina- ba su concepcién de la cultura o de la civilizacién: para él, las,

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