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Unidad 1 Simmel. G : Sobre la individualidad y las foumas scciales. Caps : 1 pto 2: {Cémo es posible 1a sociedad? Georg Simmel 1 pto 3 ; El problema de la sociedad 3 pto 10 ; El extranjero 3 pto 11 ; El pobre Sobre la individualidad UNIVERSIDAD NACIONAL DE QUILMES ‘ y las formas sociales Rector Julio M. Villar Vicerector de Gestién y Planeamiento julian Echave Introduccién y edicién por Vicerrector de Asuntos Académie Donald N. Levine Lis Wall Vicerrector de Investigaciones Mariano Narodowski Vicerrector de Posgrado Daniel Gomes Vicerrector de Relaciones Instituctonales Mario Greco Problemas Sociolégicos Hl Simmel. Parte 1 punto 2 “éCémo es posible la sociedad? 2, {Como es posible la sociedad?* 1908 al Si Kant pudo formular is pregunta fundamental de su flosofia: jodmo es posi- ble lz naturalez?, y responder ella, fue porque, para él, la naturalezs no era otra cosa que la representacién de la naturaleza, Y esto, no solamente en el sentido de que “el mundo es mi representacion’, y de que sélo podemos hablar de la naturaleza en cuanto es un contenido de nuestra conciencia, sino en el sentido de que aguello-a que nosotros damos el nombre de naturaleza es una ‘manera particular que tiene nuestro intelecto de reunis, ordenar y dar forma a las sensaciones. Estas sensaciones "dadas" (colores, sonidos y temperaturas, resistencias y olores) que atraviesan nuestra conciencia en la sucesién casual el acontecer subjetivo, no son todavia “naturaleza”, sino que se hacen tal, mediante le actividad del espfritu, que las combina, convittiéndolas en obje- tos y series de objetos, en sustancias y propiedades, en relaciones causes. Tal como s¢ nos dan inmediatamente los elementos del mundo, no existe entre ellos, segin Kant, aquel vineulo merced al cual se produce fa unidad racional y normads de la naturaleza, 0, mejor dicho, el vinculo es justamente lo que tienen de naturaleza aquellos fragments, por sf mismos incoherentes,y que se ® Tomadode Georg Simmel, "Exkurs ber das Problem: Wie ist Gesellschaft miglich?" «en Sotiloge: Uncersuchungen ier die Formen der Vergeselschafung, Munich y Leipeg, Duncker & Humblot, 1908 ltraducci6n castellana: "Digresin sobre el problema: como es posible la sociedad’, en Socologa. Estudio sobre ls formas de sociliacién, Buenos Alice, Espasa-Calpe Argentina, 1939, pp. 33-50) 16 HA presentan sin sujeci6n a teglas. EL mundo kantiano surge de este singular con. traste: nuestras impresiones sensoriales son, segin Kant, puramence subject vas, pues dependen de nuestra organizaci6n fisico-psiquica, que podria ser dis- tinta en otros seres, y del acaso de las excitaciones que las producen. Pero se convierten en “objetos” al ser recogidas por las formas de nuestro entendi- ‘miento, y, gracias a ellas, transformadas en regularidades firmes de donde re- sulta una imagen coherente de Ia nacuraleza. Mas, por otra parte, aquellas sensaciones son lo dado realmente, el contenido invariable del mundo, tal como se nos presenta, y la garancfa de la existencta de un ser independiente de rnosottos. Por lo cual, justamente, aquellas formaciones intelectuales de obye- tos, conexiones, eyes, nos parecen subjetivas, nos parecen ser lo puesto por nosotros frente a Lo que recibimos de la realidad, las funciones del intelecto mismo que, siendo invariables, hubieran formado, con otro material sensible, una naturaleza dstinta. Para Kant, la naturaleza es una manera determinada de conocimiento, una imagen del mundo producida por nuestras categorias cognoscitivas y en éstas nacidas. Por consiguiente, la pregunta: jc6mo es post- ble la naturalesa?, esto es, ;qué condiciones son menester para que exista una naturalezal, se resuelve, segin él, mediante la mnvestigacién de la formas que constituyen la esencia de nuestro intelecto, y producen, por tanto, [a natura lea como tal Parecerfa conveniente teatar de modo andlogo la cuestién de lag condicio- ‘nes a priori en virtud de las cuales es posible la sociedad. También en este caso nos son dados elementos individuales, que en cierto sentido subsisten diferen- Giados, como las sensaciones, y sélo legan a la sintesis dela sociedad merced 4 un proceso de conciencia que pone en relacidn el ser individual de coda elemento con el del otro, en formas determinadas y siguiendo determinadas ‘églas. Pero la diferencia esencial entre la unidad de una sociedad y la de ls nnaturaleza es que esta fltima ~en el supuesto kentiano aqu{ aceptado- s6lo se produce en el sujeto que contempla, sélo se engendra por obra de este sujeto {que la produce com los elementos sensoriales inconexos; al paso que la unidad social, que esté compuestade elementos conscientes que practican una activi- dad sintética, reali sin més ni mds y no necesita de nidgin contemplador, ‘quella afirmacién de Kant segein la cual la relacién no puede resid eit las cosas, es producida por el sujeto, no tiene aplicacién a las relaciones sociales, 1 que se realizan inmediatamente, de hecho, en las “cosas”, que son, en este caso, las almas individuates. Claro esta que esta relacién, como sintests que cs, sigue siendo algo espiritual, sin paralelismo alguno con las figuras espacisles y sus influencias reciprocas. Pero la unificacién no necesita aqui de ningsin fa tor que esté fuera de sus elementos, pues cada uno de éstos ejerce las funciones «que la energia espiritual del contemplador realiza frente al exterior. Lacon crencia de constituir una unidad con fos demés es aqut, de hecho, la unidad misma cuya explicacién se busca. Esto, por una parte, no supone, naturalmen- te, la conciencia abstracta dei concepto de unidad, sino las incontables cela ciones individuales, el sentir y saber que uno determina a otros yes, a su ve, dererminado por ellos; y, por otra parte, tampoco excluye que un tercero, en posicin de observador, realice ademds entre las personas una sintesis que s6lo en él esté fundada, como la que realizarfa entre elementos expaciales. {Qué provincias dela realidad externa e inuible han de reunitse en unidad? Ello no depende del contenido inmediato y objetivo, sino que se determina segin las. ccategortas del sujeto y sus necesidades de conocimiento. La sociedad, empero, 3 a unidad objetiva, no necesitada de contemplador alguno, distinto de ella. Poruna parte, én ls haturaleza las cosas estin mucho més separadas que las ‘almas. Esa unidad de un hombre con otro, esa unién que se verifica en el amor, en la comprensin o en la obra comiin, no tiene analogtas en el mundo espa cial, donde cada ser ocupa un punto del espacio, que no puede compartir con ‘ningtin otro. Pero, por otra parte, en la conciencia del contemplador los ele- ‘mentos de la realidad espacial se funden en una unidad a que no llega la uni dad de los individuos, Pues en este caso los objetos de la sintesis son seres independientes, centros espirituales, unidades personales, y se resisten a la fasién absoluta en el alma de otro sujeto, fusién a que en cambio tienen que someterse las cosas inanimadas, por su carencia de personalidad. Por esta ra- 2én, un grupo de hombres constituye una unidad que realiter es mucho mas alta, pero idealter més baja que la que forma el mobiliario de una habitacién (mesa, sillas, sof, alfombra y espejo), oun paisa (rfo, prado, érb31es, casa), 0 tun cuadro sobre el lienzo, Si digo que ia sociedad es "mi representacién”, es decir, que dimana de Is actividad de mi conciencia, he de tomar el dicho en muy otro sentido que cuando digo que el mundo exterior es mi representa- ci6n. El alms ajena tiene para mi la misma realidad que yo mismo; una reali- 78 dad ques diferencia macho de ade una cosa mate Por mucho que = asegure que Ia existencta de los objetos exteriores tiene exactamente la mism seguridad que Ta mia propia, ello slo es cierto al referirmos a los contnidos portculares de en vida subjetiva, Pues fundamento de la represencacién en genera, el sentirmento del Yo goza de una incondicionalidad e ineonmovilidad ‘aque no llega ninguna representacién particular de algo material exterior. ‘Pero justaments esa seguridad, susceptible o no de fundamentacion, lacie ne para nosotros el hecho del Ti; y como causa, os se quiere, efecto de ea seguridad, sentimos el Ti como al@6 independiente de la representacién que de &1 nos formamos, como algo que existe tan por s{,mismo como nuestra propia existencia, El hecho de que este “set por s(” del otro no nos impida convertirlo en nuestra representacién; el hecho de que algo que nose resuelve por entero en nuestra representacién pueda, no obstante, convertirse en con- tenido, estoes, en producto de ella, constituye el més hondo problema psico- légieoy lio del socializacién. Dentro de fa propia concenciadistingur mos perfeetamente entre nuestro Yo fundamencal ~supuesto de todas las representaciones, base primaria que no participa en el problematismo, nunca completamente anulable, de sus contenidos~ y estos contenidos mismes, fos cuales, endo y vintendo, siendo accesible ala duda y ala correccién, se nos fparecen como meros productos de aquella absolutay sltima fuerza y existen_ tia de nuestro ser espintual. En cambio, al alma ajena, aunque en iltimo tée sino sea también por nosotros representada, hemos de trasladarle esas mismas Condiciones 0, mejor dicho, incondicionalidades del propio Yo. Elaimaajens | tiene para nosotros aquel sumo grado de realidad que posee nuestra Yo frente _ asus contenidos. , Femiendo en cuenta todo esto, la cuestién zo8mo es posible la sociedad adgutee un sentido metéico ditto que ace jebmo es posible a aturale- ta! Pues 2 la cltima responden las formas de conocimiento, por medio de las Cuales el sujeto realiza la sintesis de los elementos dados, convirtiéndolos en “ntualer;nenrs que «La. piers responden Is condiciones, esas ‘en los elementos mismos, gracias a lad ciales se unen étos realmente er gaat ade ocieda” En tera sentido, todo est libro, rl como fe deserivuelve sobre el principio ya establecido, constieuye la base para res- ponder aquella pregunta. Pues pretence descubrir los procesos que, realizén- p dose en definitiva en los individuos, condictonan fa “socialidad”, no como « Gauss antecedentes en el tiempo sino como procesos inberentes ala sinesis resumiendo, llamamos sociedad. : ero la cuestiGn ha de entenderse en un sentido més fundamental atin. He dicho que la fanci6n de realizar la unidad sintética, cuando se refiere a ta naturaleza, descansa en el sujeto contemplador, y cuando se refiere a la socie- dad, ¢ eraslada a los elementos de ésta, Cierto que el individuo no tiene pre- sente, en abstracto, la conciencia de formar sociedad pero, en todo caso, cada uno sabe que el otto esté ligado a él, aun cuando este saber que el otro esté socializado, este conocimiento de que todo el complejo es sociedad, suele rea- lisarse con referencia 2 contenides individuales, concretos. Quieés ocurra con esto lo que con la “unidad del conocimiento”; y es que en los procesos cons- cientes procedemos con arreglo a ella, coordenando wn contenido concreto a otro, sin que tengamos de ella una conciencia aparce, salvo en raras y poste- riores abstracciones, La cuesti6n se nos presenta ahora de este modo: {Qué ‘elementos generales y a priori han de servir de fundamento, qué supuestos hart dde actuar para que los procesos singulares, concretos, de la conciencia del individuo sean verdaderos procesos de socializaci6n? {Qué condiciones con- ) tenidas en ellos hacen posible que su resultado sea, dicho en términos abstrac tos, la produccién de una unidad social con elementos individuales? Los fun lamentosa pron sociolsgicos tend la misma doble significacién que aquellos {que “hacen posible” la naturaleza. Por una parte deserminarén, mis o menos perfecta o deficientemente, los procesos reales de soctalizacién, como funcio- zhes oenergias del acontecer espiritual. Mas por otra parte serdn los supuestos ‘deals ldgicos de la sociedad perfecra, aunque quizé nunca realizada con esta perfeccién -andlogamente a como la ley de la causalidad por un lado vive y aetia en los procesos efectivos del conocimiento, y por otro constituye 1 forma de la verdad, como sistema ideal de conocimientos perfectos, indepen- dientemence de que esa forma sea realizada 0 no por el dinamismo, relativa- mente accidental, del espiritu, e independientemente de la mayor 0 menor aproxirnacidn que revele la verdad realmente conseguida a la verdad ideal- mente pensada— La investigaciGn de estas condiciones del proceso de socializacién debe Ilamarse epistemologia? Es éta una mera cuestiGn de nombre, pues los pro- cto reultantes de ete condiciones ydeverumadcs po ellst 09 so" See asec ire ina procesos prfecos 7 realidades, No obstanes, 10 8° cients Anemos de esti como concepto general de a sciaieac 1! igo analgo al conocimiento esa conciencia de covaliane ocsar socal’ a terete no ae encuentra agul fence aun abet del que va asa TN graduolmente ana tdea tebiea, sino que [a concie de accion aa emmente a que sastenta x encierc sisedoacano, PEST (gf n de ec etrce. ue para induc anes el hecho -no0 oie e |. grormente por rungin otro, cuyo centro 1 vance de ser abstractamente expresado~ de 26 cer clevamnehie, pero si capas de set abstractaments cP vada, lesson ls formas fundarmencale © qué cateEDHs SPAS Faas debe poteer el hombre para que sua esta concienci8 FH congue ac yon as formas que debe tener esta.concienci uns wer format se conmituida como hecho sabido! Todo exto puede constinte one snologia del sociedad. Bn lo que sigue mtentar esborss SO ejemplo de tal snvesrigaci6n, algunas de estas condiciones 0 formas 66 socializacién, que a vreaprion, aunque no puedan ser designadas, como Is cattE01SS antianas, ceon una sola palabra. mediante contacto personal est [La dea que una persona se forma de ofr 1 a ae tories odifacones eno sondenellos oss 5p condiconale tae fala de aguera en a vn or precede Pa rei nc i radcalee encore el chorea ESSE oA are nam en doses. Veros a os demas generaliadon 602278 cacons amg no note alo repreenesnosleramente oa reid ree de a nue. Todh imagen que wn sas onme Ss 28 se euantitativamente al valor-fmite cero. No existe en ellas més que una vida finica, que puede ser contemplads 0 vivida, por decilo asi, desde dos puntos de vista: en el aspecto interior, terminus a quo del sueto, y también, pero sin smodificacién alguna, en ladireccién de a persona amada, bajo lacategoria de su terminus ad quem, que la persona amada asume totalmente, En otro sentido distinto, oftece el sacerdote catblico un fendmeno de forma igual, por cuanto su funcién eelesidstica cubre y agota por completo su realidad individual. En cl primero de estos casos extremes, si desaparece el elemento “ajeno” a la ‘actividad sociolégiea, es porque su contenido se he agotado totalmente en ta direccidn del otro término; en el caso segundo, es porque los contenidos de actividad no social han desaparecido en principio. El polo contrario pueden oftecerio, por ejempio, las manifestaciones de la civilizacion moderna, deter sminadas por la economta monetaria,en la cual el hombre, considerado como productor, como comprador o vendedor, como trabajador, en cualquier senti- do, se aproxima al deal de la objetividad absoluta, Prescindiendo de las posi- ciones elevadas, directivas la vida mdividual, el tono de ta personalidad des- aparece de la obra: los hombres no son sino suetos de compensaciones entre prestacién y contraprestaciOn, regidas por normas objetivas, y todo To que no pertenezca a esta pura objetividad desaparece de elas. El elemento “no social” recoge por completo la personalidad, con su color especial, con su irractorali- dad y su vida interior; s6lo quedan para aquellas actividades sociales las ener- pias expectfieas necesarias 6 85 Las individualidades sociales se mueven entre estos extremos, de tal ma- nero gues nega determinaciones qu converge haciael eento foto tlenen importancia y sentido para las actividades y sentimientos dedicados a lsdenés Pues en elexo line ncontnca de ue a atdad orate muento sociales algo distinto del resto no social, algo que no admite en la relacién socioldgica nimgin elemento “no social”, ejerce un inflyjo positive sobre ia actitud que el sujeto adopta frente a los demas y los dems frente a él Ela prior de la vida social empirica afirma que la vida no es completamente social. No sto constituimos nuestrasrelaciones mutuas con la reserva negati- va de que una parte de muestra personalidad no entra en ellas; ia parte no social de nuestra persona no actia sélo por conexiones psicologicas generales sobre los procesos sociales en el alma, sino que justamente el hecho formal de estar esa pare fuera de lo social determina la aaturaleza de su influencia. Asimismo, el hecho de que ls sociedades estn constituidas por seres que al mismo tiempo se hallan dentro y fuera de ella forma la base para uno de los ms importantes fenémenos soctolégicos, 2 saber: que entre una sociedad y los individuos que la forman puede existi una relacién como la que existe entre dos partidos, e incluso que esta relaciGn, declarada o latente, existe siempre. ‘Con esto la sociedad crea acaso la figura més consciente y, desde luego, la més general de una forma fundamental de la vida: que el alma individual no puede «star en un nexo, sin estar al mismo tiempo fuera de él; ni puede estar incluida ‘en ningéin orden sin hallase al propio tiempo colocada frente a él. Esto puede aplicarse lo mismo a las conexiones trascendentes y més generales que a las simgularesy easuales. El hombre religioso se siente plenamente envuelto en el serdivino, como st no fuera ms que una pulsacién de a vida diving; su propia sustancia se ha sumido del todo, con indistineién mistica, en la sustancia ab solute. No obstante, para que esta fusiGn tenga sentido, he de conservar el hombre en alguna manera un set propio, una contraposicién personal, un Yo separlo, para quien la disolucién en el todo divino sea un infinito probiems, tin proceso que metafisicamente serfa imposible de realizar y religiosamente ‘mpossble de sentir st no arrancase de un sujeto con realidad propia. Elser uno can Dios no tiene sentido si no se es otro que Dios Si prescindimos de esta cumbre trascendente, ia relacién que ha manteni- do el espiritu humano, 2 lo largo de su historia, con la naturaleza como un 86 todo, ofrece ia misma forma. Nos sitiemes por una parte mcorporads ea la naturaleza, como uno de sus produetos, que, con los demds, es un igual entre sguales; nos percatamos de no ser mis que un punto por el que crusan las rmaterias y enerpfs naturales, comb cruzan por las aguas correntesy as plan- tas en flor. Y no obstante, el alma tiene el sentimiento de una existencia pro- pia, independierite de sods esos nexos y relaciones, independencia que se

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