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16 El giro etnografico La etnogratia como discivlina metodolégica de la cr artistica En el despla irrupci6n de parecian defini habia hecho de to de moderna. Hab! in retomo wie una Cierta retorica pacman: ‘umerosas manitfestaciones artisticas —— y sus practicas textuales representar una sotredad para dotar a o Sisimos aos se ha det ectado t un cred que surgi, unida a su interés & por - exo pecurrit al trabajo de campo no ent como una actitud que compete tanto a lo esté-) MEn este sentido, muchos proyectos artisticos slave etnografica se relacionan tanto con cuestio- como con aspectos vinculados a la identidad pentes y lugares en un mundo globalizado. Kwon Ja etnografia se ha convertido en un artisticos, que raesieal ser considerados casi antropolégicos’. Alejada « falta de aspiracién a proporcionar una vi sta uso de cia poli : las relaciones entre la gente y los espacios dados, lo cual es objeto de la antropologia. Este modelo de «artistay grafo» supone, al decir de Hal Foster’, del antiguo modelo de «autor como productoryjq cas de un arte politico, acivista foco de interés ya no es la in ; 1 etnogralia: la «autorida ‘itica» y la «autoria artisticas? Hablariamos en pr m ue se sirve de unas lenguas francas forjadas en lame smo, el mnceptual), asf como dk cual otal ( 0 hasta la ysratia a sn, los medios auliovisuaes, et.), un artista ue concentra sus recursos en el potencial narrativo (de un «hacedor de objet convertirse en un «progenitor de significados) y que desplaza cl interés por el lenguaje, el estilo y Ia belleza en benef cio del lugar, y lio no en un plano abstracto sino especifico y ocaliza- do, De ahi la recurrencia a un renovado concepto de site specificity de larga traci en ls prcticas posminimalstas —desde Richard Sera 9, pasando por Hans Haacke— que no como un agar dscursivo, vital la via al didlogo y a la polifonia, mas all de la deseripei6n y el docu mento. En el texto «On Ethnographic Allegory», James Clifford distin gue el modelo etnog fico clisico colonial identificado con el para. digma salvaje o pastoral del modelo clisico poscolonial 0 posmoder no. El ps izma salvaje © pastoral abraza el mito del primitivismo y ¢s caracteristico de la verdadera estructura de la representacion etno: arifica, Dicho paradigma seria sin embargo, una «negacién de con: temporaneidad» que es parte consustancial de las formas de represen: taci6n emogrif Todo lo contrario de lo que ocurre en el:contexto poscolonial, en el que la «resistencia al paradigma pastorah no supo. ne un abandono de su estructura alegérica sino biisicamente una apers tu distintas historias’, tanto a las voces de los colonizados como a las distintas formas de subjetividad articuladas a través de textos que pueden ser descritos como autoetnografias y etnografias indigenas. En este caso hablariamos no desde el punto de vista de una historio. srafiateleolgica o de progreso, en la que el «otro» primitive repre senta la infancia de la civilizaci6n, sino desde una éptica que entiende la historia como una serie de momentos dispares no necesariamente relacionados entre siy acordes con un enfoque discontinuo cercano al paradigma posmoderno. Para desafiar este paradig 1a pastoral en aris de una etnografia posmodema,J. Clifford apunta a la «alegoria ctnogrifica» y ala nece sidad de dirigir la atencion hacia la deseripeién eultural, hasta ha poco minimizada ) y por una falsa idea de solidaridad politica que deriva ‘en una situacién ideal, casi hidica, de «sobreidentificacién reductora> cercana a lo exético y que incluso podria desembocar en su «aliens ci6n» (con lo cual la inicial xenofilia acabarfa convirtiéndose en xen0- fobia). También Foster se queja de que.el modo horizontal o espacial de trabajar propio del artista como etnégraforolvida elieje vertical'© temporal, con todo lo que ello implica de abandono del tiempo bisté- rico y el trabajo en parallax. Y si en el modelo de «autor como produc tore ne dies weitioel y hhathntte adiateh ete ae. iona modelos transnacionales y productiva («idealmente coordinados, ambos avanzaban juntos, con el pasado y el presente en parallax», sostiene Foster), en‘el modelo de «cartista como etndgrato» las ineas vertcales parecen haberse perdido cn benelicio de las horizontales. Sostiene Foster: «Frente a estos pel ros de demasiada o demasiada poca distancia he abogado por la obra paralic al otro® ca que intenta enmarcar al enmarcador cuando este enmarca Las exposiciones de sesgo etnogritfico Tras la muestra Primitivism in 20th Century Art: Affinity of the Tribal and the Modern, considerada una clara ilustracién de la agenda for malista de las instituciones occidentales, un destacado ntimero de ‘exposicionessen éscecitha pertinrie Lar rvners dete ets teat buscaron una nueva convergencia entre artistas y antropélogos a par- tir de una problematizacién de las distintas maneras de comunicar los hallazgos y los puntos de vista de la etnografia basados en una com: prensicn del trabajo de campo desde la perspectiva global. Aris que daban las criticas de las que habian sido objeto William Rubin y Kirk ‘Varnedoe, maximos responsables de Primitivism, y que se resumen en tres puntos: la supresién de toda diferencia que comportan el concep- to de afinidad y el uso genérico del término tribal, la estetizacién de Jos objetos no occidentales descontextualizados (ausencia de autor, fecha y contexto) y, finalmente, la relegacién de toda. «otredad» auna craya pasada’” Ala ambicion ya estuiada de Jean-Hlubert Martin de dar un carpetazo a todo el desvio. co de Primitivism se ne ‘on nucvor ejemplos de exposicién desde una perspectiva etnogrifica sete Tpke, Views rom Midile ofthe Globe (Belin, 2008- 2009)" y Les Maitres du désordre (Quai de. Branly, Paris, 2012)”, aun- Gjue donde se produ una auténticainteraccién entre arte y etnografa fue en la Trienal de Paris de 2012, en concreto en la muestra Intense Proximity. An Anthology of the Near ard the Far, Esta exposicién, coincidigndo von el coloquio internacional organizado en el Musée du (Qi Branly en Par y ttl Latte en ctogupbe pore i ne zona de contacto entre sistemas ae ee camtrmpornecsvncldosal eco pero pd ‘com terreno de la etnografia. logo de Intense Proximity, «Tensions in espacio-frontera que esta compartido y Uividido, viviendo a expensas de fricciones que animan nuestro trato con la gente, que parece a veces Dello ta y la complejidad de evivie juntos» en lar las genealogias de itinerarios entre lo cer Mary Louise Pratt define como « ereana y otras muy lejan de Paris: la exp ‘ualidad pero sin olv oy lo lejano, en lo g as de conu : to», descritas como chocan y se enfren n contextos de clarus y asin tricas ismo, la esclavitud o suis secuelas tal como se viven en muchas partes del mundo Los artistas. convocados. por el director attistico ce Ja ‘Trienaly Okowui Enwezon, entre ellos: Georges: Adeéagboy Antoni: Muntadas, Eugenio Ditthorn, David Hammons, Anatsui, Lothar Baumgarten, Chantal Akerman, ‘Trinh ‘T. Minhsha, Garrie Mac Weems, Alfredo Jnar; Isane Julien, Meschac Gaba, Riskrit Tirayanija, Yeo Barrada, Erie Baudelaire, Bouchea Khalili, Hassan Khan o Tarek Atoui, convertidos cen sartistas historiadores» 0 sartistas antiopologos», revelan lo que permanece invisible, los puntos eiegos de las eronologias oficiales, loy clementos suprimidos o marginalizados, de tal modo que sus visiones alternativas de lit historia (gencralmente escritas a varias manos y des- de una pluralidad de enfogues) estin ahi pata desmantelar las barre- ras de oelusidn y reeseribir la histori En esta linea discursiva, Okwai inicia el texto introduc torio del catilogo rememorando la aportacién del antropdlogo Claus de Lévi-Strauss en Ley Tristes Tropiques, de 1955, donde narra su exenclaria investigacién dentro del interior de Brasil en una inusual e icidn cle memoria, notas de viaje y metodologia bajo lainfluencia del ineipiente estructuralismo, Todo ello se materializa en una nueva aproximacién a ta escrituca etnogrificns }basad no sélo en el trabajo ce campo sino en saltos de viajes mentales que miden las distancias entre lo lejano ylo cercano desembocando en ‘una nueva disciplina de antropologia estructural como alternativa al voyeurismo etnognifico, Como, en efecto, sostiene Enwezor, parece «que nuestro tiempo esti a la ver emblematizado y traumatizado por el colapso de la distancia, dentro del cual la diferencia adquiere todo s sentido, Todo ello nos lleva a penetrar en una zona de wintensa proxi midad», una forma de inquietante cerennia que desestabiliza y trans: forma las coordenadas de los vectores culturales nacionales, ¢COme emtender el nuevo rostro de la cultura global de la actualidad si ya 90 hay culturas exétieas que descubrir o lejanos lugares donde explorar? De ahi el trasfondo del discurso curatorial de Intense Proxinaty, AU ‘nos lleva a preguntas del tipo: gedmo la proximidad y la distancia 8© nes le poder, como el colo constituyen en las secuclas de la modernicae 1 colonial « través de ta migracién, la etiollizacién, a plot balizacidén y el contacto? De abs earn bién el doble interés por lo espacial (esta interaceién entre lo lelano y cerca Jas relac dad: el pasado entene in renunciar a lo temporal en la medida en que xe reiete a s entre pasado y presente, modetnidad y contemporanel ido. como distancia y el presente entendido La reinves etnogrifico 1 del trabajo de campo y otrox unos de lo 1:1 anilisis de un amplio catdlogo de trabajos cle artistas a partir ee lox aos noventa y hasta la aetualidad nos siti ante un artista que, aleja cdo de tas fantasias primitivitas que entueterizaron los inicios psew doctnogrificos (desde Gauguin hasta de low discentes si Batail ‘nogrifico a partir de la iden de a toma 4 lu identidad y Ia smoria, la migeae 1 cor los que se posiciona asf mismo crt cetnografia, ALincorporar temas etnogrificos a tus contribuyen al tipo de discus eritico que desde la emergencia de la crisis de la represe y el auge del pensamiento poscolonial y posfeminin En el dambito de las relacionen entre arte y etnogeafia hay que dese tear la figura cel atviata cuya relacién con ln antropologin se micle por como se sirye de la pricticn del trabajo ce campo, detinide come todo tipo de encuentro tanto material como weal con el terteno, Fin eb simposio celebrado en la ‘Tate Modern le Loncles, en 2008, tulad Fieldwork; Dialogues between artits and anthropologists” ve definis lu prietien det «trabajo de eampow como un eneuentio sexial y/o ‘material sobre terreno, George Marcus, uno de los partieipantes en el simposio, en su ponencia «Th ‘Traffic in Art and Anthropology» ‘apuintd que las pricticasartisticat relacionadas con el gito etnoyraicn cube: ae ‘casi redentores en Ia construcelén de un ae social, ¢ incluso Tego a sefialar que el «trabajo de eres mor ino del arte y del teatsa habian conseguido reinventar el te aa cam ei de la antropologia, Mientras la uriting-eulture-critique, tal eer 16 trabajos eaten aria cetnografia desarvoll6 acion on I antropologia bia so preps pr lif y propio Mares en 1 tina ki reativan etn Mctavtadren eldndesaw 0 y6 una vision estereotipada del trabajo de campo antropolégi puesta en escena malinowskiana. En lugar de ello, este periodo creat ciplinar permiti6 que el trabajo de campo antro pol6gico fuera reapropiado y remitologizado por otras comunidades imtelectuales. Marcus defendié la necesidad de ir més alla de la «imagineria malinowskiana», que habia sido considerada el Gnico método en la antropologia, y presenté diversas pricticas artisticas de un creciente y disperso mundo global, como aquellas que desde las téenicas del film y el teatro podian abrir el camino a los antropélogos para asi reinven tar las practicas fundamentales dentro de sus propia disciplina, Y ello a partir de nuevos procesos de colaboracién y de complicidades que definan una nueva politica de conocimiento. vo de trabajo int Aportaciones artisticas En esta misma linea de trabajo, y siguiendo a Arnd Schneider* podriamos situar los trabajos pioneros de Juan Downey (Santiago de Chile, 1940-Nueva York, 1993), pionero del videoarte que desde 1973 emprendié una serie de viajes diferentes localidades del conti- nente americano —México, Guatemala, Peri, Bolivia, Chile— regis- trando las culturas autéctonas de cada comunidad”, y de Sharon Lochkart (Norwood, Massachusetts, 1964), cuyo trabajo Teatro Ama- zonas (1999) se basa en la colaboracién entre la artista y las antro- pologas Ligia Simonian e Isabel Soares de Souza en tres lugares de Brasil: la ciudad de Manaos, el rio Aripuana y las regiones de Apet- Salvador. En una linea més cercana a la «imaginerfa malinowskiana» desta- cael trabajo de Lothar Baumgarten (Rheinberg, 1943), que empez6 a interesarse por el pensamiento de Claude Lévi-Strauss y sus reflexio- nes en torno al discurso entre lo civlizado y lo brbaro o en torno ala oposicién entre naturaleza y cultura, hacia la cual también se orient Ja obra de Baumgarten. Fue de la mano de Lévi-Strauss (y asu vez por la influencia de su padre, antropélogo) como se interes6 por la antro- pologia, por la etnografiay sobre todo por la historia, la tradici6n y la cultura de lo «otro», entendiendo por otro lo distinto, lo ajeno y lo excluido. Fue asi como empezé sus etnografias de la otredad en zonas «otras» de la cuenca del rio Rin a base de films (su primer film, El origen de la noche, de 1973-1978, un exético viaje tropical, se ambien- 16 en la selva amazénica aunque se rodé en los bosques alemanes alo del rio Rin) y de obras objetuales de c que Baumgarten siempre registraba en dist mis conocida de las cuales es C (1968-1972) Después vinieron otras etnografias por selvas y entomnos de mérica (destaca su estancia de dieciocho meses, entre 1978-1980, con el pueblo yanomami en la regién del Alto Orinoco, en el Amazonas venezolano) y en otros rios distintos del Rin. Y también a partir de estos momentos inaugurales Baumgarten consider que la cimara fotogrifica (sin excluir otros medios como la cimara filmice o el libro) era la que mejor podia visibilizar su experiencia como explorador revelando las fisuras y las paradojas entre lo civiizado y lo salvaje, entre el orden y el desorden, entre lo légico y lo irracional Destacan distintas series en formato fotogrifico en las que Baum- garten documenta sus desplazamientos hacia el «otro»: tanto las que recrean en color los paisaes tropicals de Fragmented Brazil (una mul- tiproyeccién de 480 imagenes con péjaros braslefios pintados por Albert Eckhout en 1654 y dibujos de los pueblos yanomami) como las que visualizan el complejo e hibrido paisaje norteamericano preindus- trial tomando como ee central la red de ferrocari olas que recrean la busqueda de El Dorado de la obra Montaigne. Terra Incognita (1977- 1985), en la que la imagen convive con las palabras y los nombres, “Tal como se pudo ver en la exposicién del Museo Guggenheim de Nueva York AMERICA Invention (1993), Baumgarten utiiz6 la rotonda del museo como soporte para inscribir los nombres de los lugares, de as tribus, de ls idiomas que hablan los pueblos indigenas, delas variantes dialectales, con los que e dibuja la identidad indigena ¥y se mapea el espacio-tiempo de la historia, Craig Owens, en el texto ‘

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