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LETRAS MAS PARA UN ANTITANGO DE PIAZZOLLA SI ESTUVIERA VIVO.

La tarde aparece con su angustia diaria que retrasa la llegada consagrada de la noche que, como
siempre, no quiere fenecer. La msica vespertina, la que se oculta y suena entre las hojas del tiempo,
desdobla los encajes que amarran las agujas de los relojes. Miro a los lados y todo es claro como el
viento cuando no tiene briznas, como el soplo inocente que suelta una verdolaga atrapada en las
indolentes telas de las aguas.

La tarde aparece, pero no perece, nunca es maana pero jams ser noche, siempre ser tarde
mientras no dejemos de mirarla en diagonal. Mientras no hinquemos nuestras sombras en su
pedestal, mientras no cerremos los ojos frente a la luz de un farol seorial.

La tarde es una lgrima que no sale de los ojos, sino del corazn. La tarde es como los nombres que
quiero, como el barrio que quiero, como un beso prolongado que se resiste a soltar los labios. La
tarde es el suspiro que queda cuando la luna con su luz impertinente emerge sin ser invitada. La
tarde es el bandonen de Piazzolla gritando que no se acabe. (11 de junio de 2016)

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