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1.

Mis tos vivan en un departamento que quedaba en el ltimo piso de un edificio de


oficinas, cerca de Tribunales. Se haban mudado ah a comienzos de los aos ochenta.
Antes vivieron en un casern en Olivos que no alcanc a conocer. Laura Robles, mi ta,
era una escritora frustrada por la ansiedad, que haba derivado durante su vida por
oficios inslitos y muy diferentes entre s: desde distribuidora de libros y encargada de
libreras hasta kioskera, vendedora de lanas, cocinera y productora de radio, entre
muchos otros que ya no recuerdo o nunca conoc. Su primer marido haba sido el
poeta Mximo Simpson, con quien vivi en Mxico durante algunos aos. Sola contar
que volvi al pas en 1973, ya divorciada, convencida de que se vena la revolucin. En
esa poca conoci a Pepe Arcuri, que por entonces era cineasta y artista plstico,
aunque se dedicaba a todo tipo de oficio que involucrase la habilidad manual:
reparacin de estatuas, decoracin de casas, fabricacin de atades de imitacin
algarrobo y en sus ltimos aos, al desarrollo de un sistema para colgar cuadros que l
mismo haba patentado. Por las casas de ambos, primero en Olivos y despus en
Tribunales, solan circular escritores, artistas y cineastas y las ancdotas sobre ellos se
multiplicaban como el eco a lo largo de los aos: Hebe Uhart, Beatriz Ferro, Horacio
Clemente, Hebe Solves, Toms Moro Simpson, Clara Fontana, Rolo Bardi, Leopoldo
Torre Nilsson. Uno de los ms asiduos desde tiempos inmemoriales hasta poco antes
de su internacin y posterior fallecimiento era Ricardo Zelarayn.

2. No recuerdo la primera vez que lo vi, de la misma manera en que tampoco recuerdo la
ltima. Siempre estuvo ah, un poco en las sombras, sentado a la mesa del comedor o
en el sof del living, la mayora de las veces sin decir nada. Entraba y sala sin saludar y
a nadie le llamaba la atencin. Mi viejo, que muri en 1988, sola repetir que era un
desagradable para comer: se sacaba los mocos, eructaba, se tiraba pedos y se sacaba
la comida de la boca con la mano. Gestos que en mi caso hubieran sido reprimidos con
fines pedaggicos, pero que en Ricardo eran descriptos con fascinacin.

-Es escritor me dijo mi viejo alguna vez, como si eso alcanzara para perdonarle todo.

3.

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