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BARUC

A
utor y época. Baruc, hijo de Nerías, desempeña un papel impor-
tante en la vida y obra de Jeremías, como su secretario (Jr 32), por-
tavoz (Jr 36), compañero (Jr 43) y destinatario de un oráculo per-
sonal (Jr 45). Esto ha movido a escritores tardíos a acogerse bajo su
nombre, ilustre y poco gastado, y atribuirle escritos seudónimos. Entre
esas obras seudónimas se cuenta la presente y la única que entró en nues-
tro canon como escritura inspirada por Dios. El original hebreo es desco-
nocido; a nosotros nos ha llegado la versión griega.
El libro se compone de una introducción y tres secciones autónomas.
No sabemos si las tres piezas son obra del mismo autor o de la misma
época. Se pueden leer por separado. Como cambia el tema cambia tam-
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bién el estilo. Su calidad literaria es notable y creciente: la primera parte
cede a la amplificación, la segunda y tercera combinan el sentimiento líri-
co y la retórica eficaz. Ciertamente el libro merece más atención de la
que recibe.
Es imposible datar la fecha de composición de las tres partes del libro
pero, por el análisis interno de las mismas, podrían situarse en un perío-
do que abarca desde el año 300 a.C. hasta el 70 d.C. Se conjetura razo-
nablemente que es uno de los últimos libros del Antiguo Testamento.

Mensaje religioso. En el breve libro confluyen tres corrientes venera-


bles: la litúrgica, la predicación del Deuteronomio traducida en términos
sapienciales, y la profética. La comunidad judía, aunque repartida entre
los que permanecen en el destierro y los que viven en Jerusalén, forman
una unidad étnica y religiosa. Solidarios en la confesión de un pecado co-
mún y en el reconocimiento de una historia común, el pueblo disperso
se siente uno, vivo y continuador hacia el futuro de unas promesas.
Jerusalén, con su templo y sus sacrificios es el centro de gravedad del
pueblo judío. De momento, fuertes obstáculos cohíben esa fuerza; cuan-
do Dios remueva los impedimentos, Jerusalén, con su poder de atracción,
provocará la vuelta y la restauración definitiva. El reconocimiento del pe-
cado común y la conversión a Dios pondrán al pueblo en el camino de
las promesas mesiánicas.
Introducción que Nabucodonosor, rey de Babilonia, de-
1 Texto del documento que escribió portó a Jeconías, a los jefes y autoridades,
1 Baruc, hijo de Nerías, hijo de Maasías, a príncipes y gente del pueblo de Jerusalén
hijo de Sedecías, hijo de Asadías, hijo de a Babilonia.
Jelcías, en Babilonia, 2 el siete del mes del 10 La carta decía así:

año quinto, fecha en que los caldeos con- Les enviamos este dinero para que com-
quistaron Jerusalén y la incendiaron. pren con él víctimas para los holocaustos y
3 Baruc leyó este documento en presen- los sacrificios por el pecado, incienso,
cia del rey Jeconías, hijo de Joaquín, rey de ofrendas, y las ofrezcan sobre el altar del
Judá, y de todo el pueblo que acudió a es- Señor, nuestro Dios, 11 rezando por la salud
cuchar; 4 en presencia de las autoridades, de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y por
príncipes reales y de todo el pueblo, pe- su hijo Baltasar, para que vivan en la tierra
queños y grandes, que vivían en Babilonia cuanto dura el cielo sobre la tierra. 12 El Se-
junto al río Sud. ñor nos conceda fuerzas y nos ilumine para
5 Todos lloraron, ayunaron y suplicaron que podamos vivir a la sombra de Nabuco-
al Señor; 6 después hicieron una colecta, donosor, rey de Babilonia, y de su hijo Bal-
cada uno ofreció según sus posibilidades, tasar, sirviéndoles muchos años y gozando
7 y enviaron el dinero a Jerusalén, al sumo de su favor. 13 Recen también por nosotros
sacerdote Joaquín, hijo de Jelcías, hijo de al Señor, nuestro Dios, porque hemos pe-
Salún, a los demás sacerdotes y a todo el cado contra el Señor, nuestro Dios, y la
pueblo que habitaba en Jerusalén. cólera y el furor del Señor siguen pesando
8 Fue entonces, el diez de junio, cuando sobre nosotros.
Baruc recobró para devolverlos a Judá los 14 Lean este documento que les en-
utensilios robados del templo; se trataba de viamos y hagan su confesión en el templo
objetos de plata encargados por Sedecías, el día de fiesta y en las fechas oportunas,
hijo de Josías, rey de Judá, 9 después de diciendo así:

LITURGIA PENITENCIAL
Primera parte reyes y gobernantes, a nuestros sacerdotes
(Esd 9; Neh 9; Dn 9; Sal 50s) y profetas y a nuestros padres; 17 porque
15 Confesamos que el Señor, nuestro pecamos contra el Señor no haciéndole
Dios, es justo; nosotros, en cambio, esta- caso, 18 desobedecimos al Señor, nuestro
mos hoy muy avergonzados junto a los ju- Dios, no siguiendo los mandatos que el Se-
díos y vecinos de Jerusalén, 16 a nuestros ñor nos había dado.

1,1-14 Introducción. Con estos versículos se intro- do en el tiempo, lo cual es casi imposible, o bien se
duce el texto del mensaje que supuestamente redac- trata de un representante de alguna corriente abierta-
tó y leyó el mismo Baruc ante los desterrados a Babi- mente pro-caldea, pero que no ha perdido su identi-
lonia. Hay que destacar, en primer lugar, el anticipo dad judía. De cualquier modo, lo importante es res-
del impacto que produce el mensaje entre los deste- catar la intencionalidad del autor y de su mensaje que
rrados (5-7), para que se invirtiera en holocaustos, víc- es readaptar la experiencia de la caída de Judá y la hu-
timas expiatorias, incienso y ofrendas (10). El otro as- millación del destierro a una situación probablemente
pecto que se destaca es el fervor y la admiración que semejante bajo la dominación seléucida o lágida. Esta
se siente por Nabucodonosor, cabeza del imperio readaptación busca reforzar la necesidad de recono-
opresor, lo cual contrasta fuertemente con Sal 137,8s, cer las culpas y desvíos del pueblo como elementos
donde se desea con toda el alma un final desastroso que atraen castigos y desgracias.
para Babilonia y se declara feliz al que agarre sus chi- 1,15–3,8 Liturgia penitencial. Puede dividirse en
quillos y los estrelle contra las rocas. cuatro partes, 1,15–2,10 donde se resalta la confesión
Es evidente, entonces, que o se trata de una pieza de los pecados de Israel; 2,11-18 que se centra más
literaria tan tardía que la memoria del dolor y el sufri- en la petición por la liberación; 2,19-35 y 3,1-8 que
miento propiciados por el imperio caldeo se ha perdi- reclaman de Dios el cumplimiento de sus promesas.
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19 Desde el día en que el Señor sacó a todo, no aplacamos al Señor convirtiéndo-
nuestros padres de Egipto hasta hoy no he- nos de nuestra actitud perversa. 9 Por eso el
mos hecho caso al Señor, nuestro Dios, nos Señor estuvo vigilando para enviarnos las
hemos negado a obedecerle. 20 Por eso nos desgracias amenazadas.
persiguen ahora las desgracias y la maldi- 10 El Señor fue justo en todo lo que dis-
ción con que el Señor amenazó a Moisés, puso contra nosotros, porque nosotros no
su siervo, cuando sacó a nuestros padres le obedecimos poniendo por obra lo que
de Egipto para darnos una tierra que mana nos había mandado.
leche y miel. Segunda parte
21 No obedecimos al Señor, nuestro 11 Pero ahora, Señor, Dios de Israel, que
Dios, que nos hablaba por medio de sus en- sacaste a tu pueblo de Egipto con mano
viados, los profetas; 22 todos seguimos fuerte, con signos y prodigios, con brazo
nuestros malos deseos sirviendo a dioses alzado y gran poder, haciéndote así un
ajenos y haciendo lo que es malo a los ojos Nombre famoso que dura hasta hoy: 12 no-
del Señor, nuestro Dios. sotros hemos pecado, Señor, Dios nuestro;
hemos cometido crímenes y delitos contra
1 Poreso el Señor cumplió las amena-
2 todos tus mandamientos; 13 aparta de
zas que había pronunciado contra nosotros tu cólera, que quedamos muy po-
nosotros, nuestros gobernantes que gober- cos en las naciones donde nos has disper-
naban a Israel, nuestros reyes y contra is- sado.
raelitas y judíos. 2 Jamás sucedió bajo el 14 Escucha, Señor, nuestras oraciones y
cielo lo que sucedió en Jerusalén –según lo súplicas, líbranos por tu honor, haz que ga-
escrito en la Ley de Moisés–, 3 que entre nemos el favor de los que nos deportaron;
nosotros hubo quien se comió a su hijo y a 15 para que conozca todo el mundo que tú
su hija; 4 el Señor los sometió a todos los eres el Señor, nuestro Dios, que has dado tu
reinos vecinos, dejó desolado su territorio, Nombre a Israel y a su descendencia.
haciéndolos objeto de burla y ofensa en 16 Mira, Señor, desde tu santa morada y
medio de los pueblos de la redonda donde fíjate en nosotros; inclina, Señor, tu oído y
los dispersó. escucha; 17 abre los ojos y mira: los muer-
5 Fueron vasallos y no señores, porque
tos en la tumba, con sus cuerpos ya sin
habíamos pecado contra nuestro Dios, des- vida, no pueden cantar tu gloria y tu justi-
oyendo su voz. cia; 18 mientras que los que viven agobia-
6 El Señor, nuestro Dios, es justo; a no- dos por la tristeza, el que camina encorva-
sotros nos oprime hoy la vergüenza. 7 To- do y desfallecido, los ojos que se apagan, el
das las amenazas que el Señor había pro- estómago hambriento, esos son, Señor, los
nunciado han caído sobre nosotros; 8 con que reconocerán tu gloria y tu justicia.

1,15–2,10 Primera parte. Esta primera parte de la 2,11-18 Segunda parte. El penitente, en este caso
liturgia penitencial comienza con una confesión de los el pueblo, está convencido de que en el reconoci-
pecados. El reconocimiento de las culpas está deter- miento sincero de la desobediencia y del rechazo al
minado por otro reconocimiento primero y funda- plan de Dios está la certeza de la reanudación de la
mental: Dios es justo (15); y esa justicia y bondad de compañía y presencia de Dios en medio del pueblo.
Dios deja al descubierto el comportamiento desobe- Es importante recalcar que la fe israelita parte siempre
diente e infiel que ha protagonizado el pueblo israeli- de la experiencia fundante de su conocimiento de
ta desde que salió de Egipto. Así, esta confesión nace Dios: la liberación de Egipto.
de lo profundo de un alma arrepentida, que ante la Ésta debe ser también nuestra convicción más pro-
grandeza y justicia divinas se siente totalmente desnu- funda respecto a Dios: por encima de todo, el Dios en
da, despojada de aquello que el Señor esperaba del quien creemos y a quien seguimos, es el Dios que se
creyente, y que nos recuerda al primer hombre en el juega todo por nuestra libertad, porque sólo en ella y
paraíso (Gn 3,10). Ahora, lo importante no es escon- desde ella estaremos en condiciones de amarle, obe-
derse para ocultar la desnudez, sino reconociéndose decerle y servirle. La libertad, en nuestra relación con
desnudo asumir que, aun así, Dios está dispuesto a Dios no es un punto de llegada, tiene que ser un pun-
apostar por un proyecto de amor y de justicia en el to de partida para poderlo reconocer.
que los protagonistas somos nosotros.
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Tercera parte su destierro me alabarán e invocarán mi
19 Nuestras súplicas no se apoyan en los Nombre, 33 se arrepentirán de su rebeldía y
derechos de nuestros padres y reyes, Señor, de su mala conducta, recordando cómo sus
Dios nuestro. 20 Tú has descargado tu ira y padres pecaron contra el Señor. 34 En-
tu cólera sobre nosotros, como lo habías tonces los traeré de nuevo a la tierra que
anunciado por tus siervos, los profetas, que con juramento prometí a sus padres, Abra-
gritaban: 21 Así dice el Señor: Dobleguen los hán, Isaac y Jacob, y la poseerán; los haré
hombros, sométanse al rey de Babilonia y crecer y no disminuirán; 35 les daré una
vivirán en la tierra que di a sus padres. 22 Si alianza eterna: seré su Dios y ellos serán mi
desobedecen al Señor y no se someten al pueblo, y no volveré a expulsar a mi pueblo
rey de Babilonia, 23 alejaré de las poblacio- Israel de la tierra que les di.
nes de Judá y de las calles de Jerusalén la
voz alegre y gozosa, la voz del novio y la Cuarta parte
voz de la novia, y el país quedará desierto, 1 Señor todopoderoso, Dios de Israel,
sin habitantes. 24 Y como no obedecimos 3 un alma afligida y un espíritu abatido
sometiéndonos al rey de Babilonia, cum- gritan a ti. Escucha, Señor, ten piedad,
2
pliste todas las amenazas pronunciadas por porque hemos pecado contra ti. 3 Tú reinas
tus siervos los profetas: se sacaron de las por siempre, nosotros morimos para siem-
tumbas los huesos de nuestros reyes y an- pre. 4 Señor todopoderoso, Dios de Israel,
tepasados, 25 y quedaron expuestos al calor escucha las súplicas de los israelitas que ya
del día y al frío de la noche. Ellos murieron murieron y las súplicas de los hijos de los
de diversas calamidades, de hambre, de que pecaron contra ti: ellos desobedecieron
peste y a espada. 26 Y por la maldad de Is- al Señor, su Dios, y a nosotros nos persi-
rael y de Judá, la casa que llevaba tu Nom- guen las desgracias. 5 No te acuerdes de los
bre ha llegado a ser lo que es hoy. delitos de nuestros padres, acuérdate hoy
27 Tú, Señor, Dios nuestro, nos habías de tu brazo y de tu Nombre. 6 Porque tú
tratado según tu inmensa piedad y compa- eres el Señor, Dios nuestro, y nosotros te
sión; 28 tú hablaste por Moisés, tu siervo, alabamos, Señor. 7 Nos infundiste tu temor
cuando le mandaste escribir tu Ley en pre- para que invocásemos tu Nombre y confe-
sencia de Israel: 29 Si no me obedecen, esa sáramos en el destierro apartando nuestro
inmensa multitud quedará reducida a unos corazón de los pecados con que te ofendie-
pocos, en medio de los pueblos donde los ron nuestros padres. 8 Mira, hoy vivimos en
dispersaré. 30 Sé que no me van a obedecer, el destierro donde nos dispersaste hacién-
porque son un pueblo de corazón duro; con donos objeto de burla y maldición, para que
todo, en el destierro se convertirán, 31 y re- paguemos así los delitos de nuestros pa-
conocerán que yo soy el Señor, su Dios; en- dres, que se alejaron del Señor, nuestro
tonces les daré oídos y mente dóciles, 32 en Dios.
2,19-35 Tercera parte. Hay dos cosas que vale la de ese rechazo y de esa desobediencia al Señor. Pero
pena resaltar en esta tercera parte de la liturgia peni- hay aquí algo que ya Jeremías había intentado corre-
tencial: en primer lugar, el reconocimiento de que no gir durante su ministerio en Jerusalén y asimismo Eze-
son los méritos de los antepasados de Israel los que quiel entre los desterrados a Babilonia: la responsabi-
ahora mueven al pueblo a suplicar al Señor, sino el lidad personal en el pecado o el rechazo consciente
dejar a un lado la obstinación en la que siempre se ha al plan de Dios y sus consecuencias. Había una falsa
movido; obstinación que queda ilustrada en el recha- concepción de que los males personales y sociales
zo de la predicación de los profetas, en este caso de eran consecuencia del pecado de los padres, incluso
Jeremías (21-26); y en segundo lugar, la plena con- se llegó a acuñar el refrán: «Los padres comieron uva
fianza y seguridad en que Dios no dejará de cumplir agria, a los hijos se les destemplan los dientes» (Jr
sus promesas, en este caso, reunir a todos los disper- 31,29); Jeremías arremetió contra semejante modo
sos, lo cual dará paso a una nueva Alianza basada en de pensar, haciendo ver que cada uno es juzgado y
el mismo compromiso de antes (35). castigado por sus propios delitos. Lo mismo plantea
3,1-8 Cuarta parte. Termina la liturgia penitencial Ezequiel en sus enseñanzas (Ez 18). Pues bien, ese
en el mismo tono con que comienza, reconociendo avance no se detecta aquí (4.5.7.8) a pesar de tratar-
las culpas y pecados, y aceptando que la situación se de un escrito que es muy posterior a Jeremías y a
trágica que se vive en el momento es consecuencia Ezequiel.
BARUC 3 1094
Exhortación sobre la sabiduría el saber en la tierra,
9 Escucha, Israel, mandatos de vida; ni los mercaderes
presta oído para aprender prudencia. de Meirán y Temán,
10 ¿A qué se debe, Israel, que cuentan historias
que estés aún en país enemigo, y buscan el saber,
que envejezcas en tierra extranjera, conocieron
11 que estés contaminado el camino de la sabiduría
entre los muertos y te cuenten ni recordaron sus senderos.
con los habitantes del Abismo? 26 Allí nacieron los gigantes,
12 –Es que abandonaste famosos en la antigüedad,
la fuente de la sabiduría. corpulentos y aguerridos;
13 Si hubieras seguido 27 pero no los eligió Dios

el camino de Dios, ni les mostró el camino


habitarías en paz para siempre. de la inteligencia;
14 Aprende 28 murieron por su falta de prudencia,

dónde se encuentra la prudencia, perecieron por falta de reflexión.


dónde el valor y 29 ¿Quién subió al cielo para tomarla,

dónde la inteligencia; quién la bajó de las nubes?


así aprenderás 30 ¿Quién atravesó el mar

dónde se encuentra la vida larga, para encontrarla


y dónde la luz de los ojos y la paz. y comprarla a precio de oro?
15 –¿Quién encontró su puesto 31 –Nadie conoce su camino

o entró en sus almacenes? ni puede rastrear sus sendas.


16 ¿Dónde están los jefes de las naciones, 32 El que todo lo sabe la conoce,
los amos de los animales terrestres, y la examina con su inteligencia.
17 los que jugaban con las aves del cielo, El que creó la tierra para siempre
los que atesoraban oro y plata, y la llenó de animales cuadrúpedos;
en los que confían los hombres, 33 envía el rayo y él va,
y era inmensa su fortuna? lo llama y le obedece temblando;
18 ¿Dónde los que trabajan 34 a los astros, que brillan gozosos
la plata con tanto cuidado en sus puestos de guardia,
cuyas obras no podemos describir? 35 los llama y responden: ¡Presentes!,
19 –Desaparecieron, bajando a la tumba y brillan gozosos para su Creador.
y otros ocuparon sus puestos. 24 ¡Qué grande es, Israel,
20 Una nueva generación vio la luz el templo de Dios;
y habitó en la tierra, qué inmensos son sus dominios!
pero no conocieron 25 Él es grande y sin límites,
el camino de la inteligencia, es sublime y sin medida.
21 no descubrieron sus senderos 36 Él es nuestro Dios
ni lograron alcanzarla, y no hay otro frente a él:
y sus hijos se extraviaron. 37 investigó el camino
22 No se dejó oír en Canaán de la inteligencia
ni se dejó ver en Temán; y se lo enseñó a su hijo Jacob;
23 ni los hijos de Agar que buscan a su amado, Israel.
3,9–4,4 Exhortación sobre la sabiduría. La refe- mendarse. Hay que enmendar la vida para salvar la
rencia inicial al destierro puede servir de enlace con vida. Arrepentirse es sabiduría (Sal 51,8); enmendarse
lo anterior. El capítulo en su conjunto se inspira en Job es enfilar el camino de la sabiduría. Israel todavía pue-
28, Eclo 24 y Dt 4. En la alternativa entre vida y muer- de volver al buen camino: el de Dios, el de la sabidu-
te, bien y mal (Dt 30,15s), que intima la situación del ría. Aunque sus individuos hayan de morir como
destierro o diáspora y que se ha presentado a la con- hombres, el pueblo seguirá viviendo como pueblo de
ciencia en el acto penitencial, busca el pueblo una Dios. Si otros pueblos fracasaron por no encontrar esa
respuesta concreta, y se la dan: cumplir los manda- sabiduría, Israel fracasó porque conociéndola, no la si-
mientos o, si no se han cumplido, arrepentirse y en- guió.
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38 Después apareció en el mundo 11 yo los crié con alegría,
y vivió entre los hombres. los despedí con lágrimas de pena.
12 Que nadie se alegre viendo
1 Lasabiduría es el libro de los man- a esta viuda abandonada de todos.
4 datos de Dios, la ley de validez eterna: Si estoy desierta,
los que la guarden vivirán, es por los pecados de mis hijos,
los que la abandonen morirán. que se apartaron de la ley de Dios.
2 Vuélvete, Jacob, a recibirla, 13 No hicieron caso de sus mandatos

camina a la claridad ni siguieron el camino


de su resplandor; de sus preceptos,
3 no entregues a otros tu gloria no pisaron fielmente
ni tu dignidad la senda de su instrucción.
14 Que se acerquen las vecinas de Sión,
a un pueblo extranjero.
4 ¡Dichosos nosotros, Israel, recuerden que el Eterno
que conocemos llevó cautivos a mis hijos e hijas.
15 Les envió un pueblo remoto,
lo que agrada al Señor!
pueblo cruel y de lengua extraña
Restauración de Jerusalén que no respetaba a los ancianos
5 ¡Ánimo, pueblo mío, ni sentía piedad por los niños;
que llevas el nombre de Israel! 16 arrebataron a la viuda
6 Los vendieron a los gentiles, sus hijos queridos,
pero no para ser aniquilados; la dejaron sola y sin hijas.
porque provocaron 17 Y yo, ¿qué puedo hacer por ustedes?
el enojo de Dios contra ustedes 18 Sólo el que les envió tales desgracias
los entregaron a sus enemigos, los librará del poder enemigo.
7 porque irritaron a su Creador 19 Váyanse, hijos míos, váyanse,
sacrificando a demonios y no a Dios; mientras yo quedo sola.
8 se olvidaron del Señor eterno, 20 Me he quitado el vestido de la paz,
que los había criado, me he puesto el sayal de suplicante,
y entristecieron a Jerusalén, gritaré al Eterno toda mi vida.
que los alimentó. 21 ¡Ánimo, hijos! Invoquen a Dios
9 Cuando ella vio que el castigo de Dios para que los libre del poder enemigo.
los alcanzaba, dijo: 22 Yo espero que el Eterno los salvará,
Escuchen, vecinas de Sión. el Santo ya me llena de alegría,
Dios me ha enviado porque muy pronto el Eterno,
una pena terrible: su Salvador,
10 vi cómo el Eterno tendrá misericordia de ustedes.
desterraba a mis hijos e hijas; 23 Si los expulsó entre duelo y llantos,

4,5–5,9 Restauración de Jerusalén. Después de la el marido (compárese con la actitud de Moisés en


confesión de pecados y de la invitación a la enmien- Nm 11). Abandonada del marido, la ciudad se en-
da, viene el oráculo de salvación y consuelo. Es un cuentra en la posición social de una viuda sin medios
poema inspirado de cerca en modelos de Is 40–66, (Is 50,1; 54,4). Tampoco la pueden ayudar sus hijos,
sobre todo por la imagen matrimonial y el estilo de muertos o desterrados (Is 51,18). A pesar de todo, si-
apóstrofe lírico. La relación del Señor con el pueblo gue confiando y esperando. Ya siente la inminencia
está vista aquí en una imagen familiar. Dios es el pa- de la salvación, obra de Dios, renovación del antiguo
dre que ha criado al pueblo (Dt 8,5; Is 1,2). Jerusalén éxodo.
es la madre del pueblo, pues representa a la comuni- El profeta se dirige al pueblo (4,5-8); Jerusalén a sus
dad en su valor fecundo y acogedor (Is 49; 54; 66,7- vecinas (4,9-16) y a sus hijos (4,17-29). El profeta se
14). El Señor es el esposo de Jerusalén, como indican dirige a Jerusalén (4,30–5,9). Jerusalén es el centro ge-
dichos textos, y también Is 62,1-9. El padre exige res- ográfico; en torno hay una serie de capitales vecinas;
peto (Mal 1,6), castiga a los hijos para mejorarlos (Os lejos está el destierro o la diáspora. Desde un punto
11). La madre no puede contenerse (Is 49,15), se central se contempla un movimiento de ida y vuelta.
deja llevar de la compasión, aunque sus hijos sean la Pero sólo vuelven israelitas, no acuden paganos. En
causa de su pesar. Exhorta a los hijos e intercede ante eso queda lejos de Is 2,2-5 o Zac 8,20-23.
BARUC 4 1096
Dios mismo los devolverá a mí contempla el gozo
con gozo y alegría sin término. que Dios te envía.
24 Como hace poco las vecinas de Sión 37 Ya llegan alegres
los vieron marchar cautivos, los hijos que despediste,
así pronto verán la salvación reunidos por la Palabra del Santo
que Dios les concede, en oriente y occidente;
acompañada de gran gloria ya llegan alegres
y el esplendor del Eterno. y dando gloria a Dios.
25 Hijos, soporten con paciencia el castigo
que Dios les ha enviado; 1 Jerusalén, despójate del vestido
si tus enemigos te dieron alcance, 5 de luto y aflicción
muy pronto verás su perdición y vístete para siempre
y pondrás el pie sobre sus cuellos. las galas de la gloria que Dios te da,
26 Mis niños mimados 2 envuélvete en el manto
recorrieron caminos ásperos, de la justicia de Dios
los robó el enemigo y ponte en la cabeza la diadema
como a un rebaño. de la gloria del Eterno;
27 ¡Ánimo, hijos, invoquen a Dios! 3 porque Dios mostrará tu esplendor
Que el que los castigó a cuantos viven bajo el cielo.
se acordará de ustedes. 4 Dios te dará un nombre
28 Si un día se empeñaron para siempre:
en alejarse de Dios, Paz en la Justicia,
vuélvanse a buscarlo Gloria en la Piedad.
con renovado empeño. 5 Ponte en pie, Jerusalén,
29 El que les mandó las desgracias, sube a la altura,
les mandará el gozo eterno mira hacia oriente
de su salvación. y contempla a tus hijos,
30 –¡Ánimo, Jerusalén! reunidos de oriente y occidente
El que te dio su Nombre a la voz del Santo,
te consuela. gozosos invocando a Dios.
31 Malditos los que te hicieron mal 6 A pie se marcharon,
y se alegraron de tu caída, conducidos por el enemigo,
32 malditas las ciudades pero Dios te los traerá con gloria
que esclavizaron a tus hijos, como llevados en carroza real.
maldita la ciudad que los aceptó. 7 Dios ha mandado aplanarse
33 Como se alegró de tu caída a los montes elevados
y disfrutó con tu ruina, y a las colinas perpetuas,
llorará su propia desolación. ha mandado llenarse a los barrancos
34 Le quitaré la población hasta nivelar el suelo,
de que se enorgullece para que Israel camine con seguridad
y su arrogancia guiado por la gloria de Dios;
se convertirá en duelo. 8 ha mandado a los bosques
35 El Eterno le enviará un fuego y a los árboles aromáticos
que arderá muchos días, hacer sombra a Israel.
y la habitarán 9 Porque Dios guiará a Israel
largos años los demonios. con alegría a la luz de su gloria,
36 Mira hacia oriente, Jerusalén, con su justicia y su misericordia.
CARTA DE
JEREMÍAS
T
omando pie de las cartas de Jeremías a los deste-
rrados (Jr 29), un autor anónimo compuso esta sáti-
ra contra la idolatría. La actitud polémica lo induce
a simplificar los hechos y a acumular los rasgos burlescos.
Parece dirigida a hombres de su misma fe, para prevenir-
los contra los peligros de un ambiente idolátrico; su escri-
to no haría tanta mella en paganos convencidos, que po-
drían replicar.
No se puede comparar con el análisis de Sab 13–15;
es más bien como una versión teórica del género burles-
co que incluyen los capítulos griegos de Daniel.
Con alguna probabilidad se puede pensar en un origi-
nal hebreo, si bien el griego del escrito es rico y correcto.

1 Por los pecados que han cometido jen coronas para sus dioses. 9 Pero los sa-
contra Dios serán llevados cautivos a Babi- cerdotes sustraen a dioses oro y plata para
lonia por Nabucodonosor rey de Babilonia. sus usos personales, y llegan a dar parte de
2 Llegados a Babilonia, pasarán allí mucho ello a las prostitutas del templo. 10 A sus
tiempo, largos años, unas siete generacio- dioses de plata, oro y madera los adornan
nes. Después los sacaré de allí en paz. 3 Du- con vestidos como a hombres, 11 pero no se
rante ese tiempo verán en Babilonia, dioses libran del óxido y la polilla. Les ponen man-
de plata, oro y madera, que son llevados a tos de púrpura, y tienen que limpiarles la
hombros y que infunden temor a los genti- cara del polvo del templo que se les acu-
les. 4 ¡Cuidado! No imiten a los extranjeros, mula encima. 12 Empuña un bastón de
no se dejen dominar del temor a esos dio- mando como gobernador de provincia,
ses. 5 Cuando vean delante y detrás de ellos pero no puede matar con él a quien lo ofen-
multitudes que los adoran, digan: ¡Solo a ti, de. 13 Empuña en la diestra un puñal y un
Señor, se debe la adoración!, 6 porque mi hacha, que no los librarán en la guerra ni de
ángel está con ustedes, y cuidará de sus vi- los bandidos. 14 De donde se sigue que no
das. son dioses y que no tienen por qué temer-
7 Los ídolos tienen una lengua modelada les.
por el escultor, están recubiertos de oro y 15 Como una vasija rota que ya no sirve
plata, pero son falsos e incapaces de ha- son los dioses que entronizan en sus tem-
blar. 8 Como se hace con una doncella que plos. 16 Tienen los ojos llenos del polvo que
gusta adornarse con joyas, toman oro y te- levantan los que entran. 17 Como se cierra
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la celda de un reo que ha ofendido al rey y gro. 37 No se apiadan de las viudas ni soco-
va a ser ejecutado; así los sacerdotes ase- rren a los huérfanos. 38 Son como piedras
guran los templos con portones y barras y del monte esos seres de madera, dorados y
cerrojos, para que los dioses no sean roba- plateados. 39 Sus servidores quedarán de-
dos por los ladrones. 18 Les encienden más fraudados. Entonces, ¿cómo es posible cre-
candiles que a sí mismos, aunque los dio- erles o llamarlos dioses?
ses no pueden ver ninguno. 19 Son como las 40 Más aún, los mismos caldeos los des-
vigas de las casas, que, según dicen, los honran, porque viendo que un mudo no ha-
gusanos las roen por dentro, y mientras son bla, se lo llevan a Bel y le piden que le dé el
devorados junto con sus vestidos, no lo habla, como si pudiera escuchar. 41 Pero
sienten. 20 Tienen la cara negra del humo ellos no son capaces de discurrir y abando-
del templo. 21 Sobre sus cuerpos y cabezas narlos, viendo que no sienten. 42 Las muje-
revolotean lechuzas, golondrinas y otros res, ceñidas de cuerdas, se sientan en las
pájaros, y saltan los gatos. 22 Por todo esto calles y queman salvado como si fuese in-
reconocerán que no son dioses y que no cienso. 43 Cuando una de ellas, solicitada
deben tenerles miedo. por algún transeúnte, se acuesta con él, se
23 El oro que los recubre y adorna no bri- burla de la vecina que no ha tenido el mis-
lla si no le limpian la pátina. Cuando los mo éxito ni le han cortado las cuerdas.
fundían no lo sentían. 24 Se compran a cual- 44 Todo lo que hacen con ellos es falso.
quier precio, aunque no tienen vida. 25 Lle- Entonces, ¿cómo es posible creerles o lla-
vados a hombros –porque no tienen pies–, marlos dioses? 45 Están fabricados por es-
demuestran a la gente que no valen nada; y cultores y orfebres, y son lo que quieren
hasta sus servidores quedan avergonzados, sus autores. 46 Los que lo fabrican no viven
porque si esos dioses caen por tierra, ellos muchos años; ¿qué será, pues, de sus fa-
tienen que levantarlos; 26 si los colocan de- bricaciones? 47 Dejan como herencia a los
rechos, no pueden moverse; si se inclinan, sucesores engaños e infamias. 48 Porque si
no se ponen derechos, y reciben como sobreviene una guerra o una desgracia, los
muertos los dones que les ofrecen. 27 Los sacerdotes deliberan dónde esconderse con
sacerdotes venden las víctimas de sus sa- ellos. 49 ¿Cómo no comprenden que no son
crificios para aprovecharse, y lo mismo sus dioses cuando no pueden salvarse en la
mujeres las sazonan, sin dar a pobres y ne- guerra o en la desgracia? 50 Siendo de ma-
cesitados. Esos sacrificios los tocan muje- dera, dorados y plateados, es evidente que
res paridas o en sus reglas. 28 Por tanto, sa- son falsos; quedará patente a reyes y pue-
biendo que no son dioses, no les tengan blos que no son dioses, sino manufactura
miedo. humana, y no realizan ninguna acción divi-
29 Entonces, ¿por qué se llaman dioses? na. 51 ¿Quién no ve que no son dioses?
52 No nombran reyes de un país ni dan la
Las mujeres llevan ofrendas a dioses de
plata, oro y madera. 30 En sus templos los lluvia a los hombres; 53 no pueden juzgar
llevan en procesión con las túnicas rasga- sus causas ni vengar sus injurias, porque
das, la cabeza y la barba afeitadas, la ca- son impotentes. Son como cuervos que
beza descubierta, 31 y lanzan aullidos ante vuelan entre cielo y tierra. 54 Si se produce
sus dioses, como se hace en un banquete un incendio en el templo de esos dioses de
fúnebre. 32 Los sacerdotes les quitan sus madera, dorados y plateados, sus sacerdo-
vestidos para vestir a sus mujeres e hijos. tes escapan para ponerse a salvo, y ellos se
33 Reciban bienes o males, no pueden re- queman como las vigas del templo. 55 No
clamarles. No pueden nombrar ni destituir pueden resistir ni al rey ni a los enemigos.
56 Entonces, ¿cómo se puede aceptar o cre-
reyes. 34 Tampoco pueden dar riquezas ni
dinero. Si uno les hace una promesa y no er que sean dioses?
la cumple, no pueden vengarse. 35 No 57 Esos dioses de madera, dorados y
arrancan al hombre de la muerte ni libran plateados, no se libran de ladrones ni de
al débil del poderoso. 36 No devuelven la bandidos; éstos al ser más fuertes, les qui-
vista al ciego ni libran al hombre del peli- tan el oro, la plata y los vestidos, se los lle-
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van y los ídolos no pueden defenderse. biendo que no son dioses, no les tengan
58 Por tanto, más que esos dioses vale un miedo.
rey que hace alarde de su valor o una ser- 65 No pueden maldecir ni bendecir a los
vicial vasija doméstica que utiliza su pro- reyes. 66 No pueden mostrar a los pueblos
pietario. Más vale puerta de casa que pro- signos celestes, no iluminan como el sol ni
tege a los inquilinos que los dioses falsos. brillan como la luna. 67 Valen más las fieras,
Más vale columna de madera en un palacio que saben defenderse refugiándose en sus
que los dioses falsos. guaridas. 68 Ningún argumento prueba que
59 El sol, la luna y las estrellas brillan y sean dioses; por tanto, no les teman.
obedecen cuando les encargan sus tareas. 69 Esos dioses de madera, dorados y
60 Cuando aparece el rayo, es bien visible. plateados son como espantapájaros inútiles
El viento mismo sopla en cualquier región. en un melonar. 70 Son como espinos en un
61 Las nubes obedecen en seguida cuando huerto, donde se posa cualquier pájaro; son
Dios las despacha por todo el mundo habi- como un muerto echado a las tinieblas esos
tado. 62 El rayo, cuando lo despachan des- dioses de madera, dorados y plateados.
de arriba a consumir montes y selvas, lo 71 Por la púrpura y el lino que se pudren en-
hace al punto. Los ídolos no se les pueden cima de ellos conocerán que no son dioses.
comparar ni en figura ni en poder. 63 Por Terminan carcomidos y son el oprobio del
tanto, ¿cómo es posible creerles o llamar- país. 72 En conclusión: vale más el hombre
los dioses? Pues no pueden hacer justicia ni honrado que no tiene ídolos, pues no que-
favorecer a los hombres. 64 Por tanto, sa- dará confundido.
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