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Muy de tarde en tarde surge un libro capaz de cambiar nuestro senti- do de la realidad, o de encaminarmos hacia Una nueva forma de vida. EL VINCULO /ogra ambas cosas. DEEPAK CHOPRA LA CONEXION EXISTENTE ENTRE NOSOTROS 0 VINCULO ~~ Z 4 — ie LYNNE McIAGGART AUTORA DE EL CAMPO Y EL EXPERIMENTO DE LA INTENCION ie VINCULO EI Vinculo trae un mensaje de esperanza e inspiracion a los mi- llones de personas que piensan que «debe haber un camino mejor». Demuestra que hemos estado viviendo en contra de nuestra verdade- ra naturaleza, en contra de todas y cada una de las células de nuestro cuerpo. Durante siglos la ciencia y la cultura occidentales nos han ense- fiado a pensar en nosotros mismos como individuos. Hoy, en los labo- ratorios de algunos psicdlogos, bidlogos y fisicos de vanguardia, esta surgiendo una nueva comprension: lo que importa no es la entidad ais- lada, sino el espacio y la relacion existente entre las cosas: el vinculo. CNM) aar M1 1a) 1 Cole (ok Mtoe ale) ca Reel ole co dos, desde las células a las sociedades. El deseo de ayudar a los de- rire oom lama cre-or- aoe (0 (Mea Mreltdr-e- 1g (Mo (elem LUn eM AO Meo (e-] mayores placeres, tan gratificante como la comida 0 el sexo. Solo se puede tener éxito y prosperar a largo plazo si nos vemos a nosotros mismos como parte de un todo mayor. Todo conflicto -ya sea entre cOnyuges, grupos sociales 0 naciones— se resolvera unicamente si los implicados son conscientes y abrazan totalmente al espacio —vinculo— ela oae low El presente libro sacudira tu mente y acariciara tu corazon, al tiem- po que abrira una puerta hacia un mundo mejor para todos nosotros y fete Ma ema ed editorial ta Lynne Mclaggart es el Malcolm Gladwell dela nueva ciencia. En este libro, extraor- dinariamente escrito, une su inspiradora visién con la ciencia de vanguardia, y nos reece Okesec uae nc rch) CUR Cee ON re Reco ReO nite ae Coi pos. EI vinculo puede cambiar tu vida y la Weenie cetenn Jack Canfield, autor de la famosa serie aoe ee En cada una de las paginas de este libro PTTEre ge eds trek en eee (ena ec Es como cuando secretamente sospe- Fe eee ey econ een oe te de ser verdad, pues nadie habla de ello, y ahora, de pronto ise demuestra que es cierto! Tu alma ha estado sedienta de esta informacién, que ahora no vas a poder dejar de beber. Raramente un libro dice Etech eh cs Marianne Williamson, EY coe ks moog eno Lynne McTaggart es una periodista de PN es erecCe COME CCeOOne SOMITE LEU Cet te. Entre sus libros estén los best-seller El Campo y El Experimento de la Intencién, ENS een CO Oe Ie Rem OTT ec Renee ren aeay fundadora de la revista What Doctors Don't Tell You, cuya tirada actual es de cientos CCST CKO [on CHK CLOCKS EOC Unidos, pero vive en Londres con su ma- rido y sus dos hijos, aunque viaja conti- nuamente por todo el mundo impartien- Fle ere enue een acne SSDS SEIS e UTR eee nD www.thebond.net www:theintentionexperiment.com RNaIee Onn NORCO] EL VINCULO LACONEXION EXISTENTE ENTRE NOSOTROS Si este libro le ha interesado y desea que lo mantengamos in- formado de nuestras publicaciones, escribanos indicandonos cuales son los temas de su interés (Astrologia, Autoayuda, Esoterismo, Qigong, Naturismo, Espiritualidad, Terapias Ener- ‘éticas, Psicologia prictica, Tradicién..) y gustosamente lo ‘complaceremos, Puede contactar con nosotros en comunicacidnieditorialsirio.com Titulo original: Tue Boo: Cowsecrine TuovoH THE Seact: BETWEEN US ‘Tradueide del inglés por Elsa Gémez Belastegui © de la edicion original 2011, Lynne McTaggart Egitado en espafiol segiin acuerdo con el autora través de Barot Intemational Inc., Armonk, New York, U.S.A. © de lapresente edicién EDITORIAL SIRIO, SoA. EDITORIAL SIRI FD, SIRIO ARGENTINA C/ Rosa de los Vientos, 64 Nirvana Libros S.A. de C.V. C/ Paracas 59 Pol. Ind. El Viso Camino a Minas, 501 1275- Capital Federal 29006-Malaga Bodega n° 8, Buenos Aires Espaita Col. Lomas de Becerra (Argentina) Del.: Alvaro Obregén México D-F., 01280 ww w.editorialsirio.com E-Mail: sirio@editorialsirio.com LS.BN.: 978-84-7808-784-6 Depisito Legal: NA-2417-2011 Impreso en Rodesa Printed in Spain Cualquier forma de reproduccién, distribucién, comunicacién publica o transformacién de esta ‘obra sélo puede ser realizada con la autorizacién de sus titulares, salvo excepcién prevista por la ley. Dirljase a CEDRO (Centro Espafiol de Derechos Reprogréficas, www.cedro.org) si necesita “folocopiar 0 escanear algiin fragmenta de esta obra, Lynne McTaggart EL VINCULO LA CONEXION EXISTENTE ENTRE NOSOTROS editorial 8... S.a. Para Bryan Se estaba destruyendo todo, pero me daba la sensacién de que ha- bia empezado a nacer algo nuevo: una especie de [...] responsabilidad del hombre para con el hombre [...]. Volver a traer eso a la tierra como una especie de monumento, y que cada individuo sintiera su presencia detras de si y eso le hiciera cambiar. Arthur Miller, Todos eran mis hijos PROLOGO NX Era una frfa mafiana de sébado, y me encontraba sentada en un auditorio, en medio de la corriente, viendo actuar a una de mis hijas en el ensayo general de la obra que habian preparado aquel afio en [a clase de teatro. Es una actriz con talento, y en las audiciones le habfan dado el papel principal, pero unas semanas antes del ensayo general la habian re- legado a un segundo plano, asignandole un papel de poca importancia. Yo no habfa conseguido entender el motivo del cambio —y mi hija se negaba a hablar de ello— hasta que a una de sus amigas se le escapé que, aprovechando la llegada de un director nuevo, otra nifia de trece afios habia mentido en cuanto a su experiencia como actriz para convencerlo de que era ella quien debfa representar el papel que le habfan dado a mi hija; otra nifia que, casualmente, era su mejor amiga.' Cuando luego, al encontrarme con su madre, que era otra de las espectadoras, intenté con mucho tacto sacar el tema, me corté a mitad de la frase y se encogié de hombros: «jAsf es la vida, ;no?!», me respon- did sin darle importancia. Me quedeé perpleja, pero tuve que admitir que, hasta cierto pun- fo no le faleaba raron Sin dude cae: la vida oars li cue nosorres los EL VINCULO adultos nos hemos programado. La competitividad constituye el pro- pio entramado social de los paises mas modernos y desarrollados; es el motor de nuestra economia, y se la ha aceptado como la base de la mayoria de nuestras relaciones laborales o de vecindario, e incluso de las que mantenemos con nuestros amigos mds {ntimos. Considerando que la idea de ser el primero, sin importar cémo, ha calado hasta lo mas hondo de nuestro léxico —y asi lo demuestran expresiones como: «En la guerra y en el amor, todo vale», «La supervivencia del més fuerte», «El ganador absoluto», o «Va todo al ganadorm»—, no es de extrafiar que las tdcticas despiadadamente competitivas se hayan filtrado en las relacio- nes sociales de nuestros hijos, derivandose en transgresiones tanto leves como graves. Empecé a pensar en la relacién social que habia en nuestra vecin- dad, y me pregunté hasta qué punto estaba determinada por lo que los psicdlogos llaman «conciencia de la posicién relativan: «jCudntos hi- jos tenéis?», «Qué automévil has comprado?», «Cudntas veces os ha- béis ido de vacaciones este afio?», «{En qué universidad va a estudiar tu hijo?», «Qué nota media ha sacado tu hija?». riguar, en otras palabras, es dénde encajas tt en la escala social. Incluso lo que quieres ave- los més cultos y educados tenemos momentos como el del inversor de Wall Street Patrick Bateman, de la pelicula American Prycho, que, al ver la exquisita tarjeta de visita de su colega, piensa alarmado: «Dios mio!, tiene hasta una filigrana», De todos modos, desde una perspectiva cientifica, no tenia para mi ningun sentido la idea de que la competencia fuera una necesidad humana fundamental. Parte de mi trabajo es escribir sobre la ciencia de vanguardia, y los tiltimos descubrimientos que se han hecho en toda una diversidad de disciplinas —desde la neurociencia y la biologia has- ta la fisica cudntica— ponen de manifiesto que el impulso més basico de la naturaleza no es la competencia, como sostenia la teoria evolutiva clasica, sino la integracién de la totalidad. Numerosas investigaciones de las que habia sido testigo recientemente demostraban que todos los seres vivos, incluidos los seres humanos, tenemos la necesidad instintiva de conectarnos, practicamente por encima de cualquier otro impulso e PROLOGO incluso arriesgando la vida para ello. Sin embargo, el paradigma actual que nos ha transmitido la ciencia tradicional, la idea que tenemos del universo en el que vivimos, es el de un lugar de escasez, poblado por en- tidades separadas que deben enfrentarse entre si para poder sobrevivir; y simplemente hemos asumido todos que «asi es la vidal». Ademés, por mucho que esa hubiera sido nuestra concepcién de la vida, indudablemente no era la que tenia el animal mds préximo a nosotros, nuestro perro Ollie; en el vecindario de Ollie, no habia nada semejante a una competencia despiadada. El no demuestra demasiado interés por los seres humanos, pero es siempre cordial con todos los pe- rros que se encuentra cuando lo sacamos de paseo, y tiene la costumbre de esconder huesos debajo de Ia valla para T-bone, la pequefia affens- pincher de nuestro vecino; de hecho, guarda para ella los huesos mas grandes, La relacién que mantiene Olliecon T-bone echa por tierra todas las descripciones bioldgicas actuales sobre el imperativo de actuar con egoismo. Teniendo en cuenta que Ollie est4 castrado, cortejar a T-bone no va a proporcionarle ningtin beneficio en sentido genético, no hay posibilidad de extender el linaje, pero, aun asi, cuando 7-bone viene a jugar con él, Ollie se lanza al cubo de la basura y consigue sacar un tro- zo de pollo, por ejemplo, para agasajarla, y después le brinda acceso sin restricciones a su plato de la comida, sus orejas de cerdo y sus juguetes. Aunque T-bone es mas pequefia que él, cuando juegan juntos Ollie suele dejarla ganar, simplemente para que siga jugando contenta. Empecé a hacerme varias preguntas elementales: ;tiene que ser asi? 2Es necesario que seamos tan competitivos? ;Es algo inherente a la bio- logfa animal y humana? ;Cémo hemos llegado a ser de esta manera? Y si no somos asi realmente, ;c6mo somos Desde aquel ensayo general, he estado pensando que, en cierto momento, hicimos pedazos el contrato social y nos olvidamos de cémo vivir unidos; en cierto momento, olvidamos cémo ser. Notiene por quéserast. Alempezararecopilar material para este libro y aestudiar los tiltimos descubrimientos de una larga lista de disciplinas —biologia general, fisica, zoologia, psicologia, botdnica, antropologia, astronomfa, cronobiologia e historia cultural—, comprendi atin con EL VINCULO mayor claridad que las vidas que hemos elegido llevar no se correspon- den con quienes en verdad somos. Descubri otras sociedades que viven de forma muy diferente a la nuestra y que tienen una visi6n del mundo mucho més acorde con los hallazgos de la nueva ciencia. Son culturas que conciben el universo como un todo indivisible, y esta creencia central ha engendrado en ellas una forma de contemplar el mundo y de interactuar con él radicalmente distinta. Creen en la relacién de cada ser humano con todo lo que existe en la vida, incluso con la’Tierra misma. Nosotros vemos las cosas, mientras que ellos ven el aglutinante que hay entre ellas, lo que las mantiene unidas. Lo esencial para estas sociedades no es el individuo, sino la relacién entre los individuos, que, para ellos, es algo en s{ mismo. Estas sociedades han entendido que la naturaleza esencial de la hu- manidad es la unién —la comunién—, y como consecuencia son més fe- lices, tienen un indice de divorcios ms bajo, menos nifios con problemas, tasas menores de criminalidad y violencia, y una comunidad mis fuerte. Han elegido una forma mejor de vivir, una manera més auténtica de ser —que es, a mi entender, la forma de vida para la cual también ta y yo estamos hechos—, y son asi porque han acogido una descripcién de las cosas, una concepcidn del mundo, de quiénes somos y de por qué estamos aqui muy distinta de la que propugna nuestra cultura, y espe- cialmente la ciencia vigente. Escribi este libro para demostrarte que vivimos en funcién de una serie de normas obsoletas. Quiero mostrarte que la descripcién cien- tifica de quiénes somos ha cambiado drdsticamente, y que debemos cambiar con ella si queremos sobrevivir. El impulso competitivo, que constituye en la actualidad una parte fundamental de la definicién que hacemos de nosotros mismos y que forma una corriente subterrdnea en las vidas de todos nosotros, es la misma disposicién mental que ha creado todas y cada una de las crisis globales que actualmente amenazan con destruirnos. Si somos capaces de recuperar la integridad en nuestras relaciones, yo dirfa que empezaremos a sanar nuestro mundo. ‘Tengo la esperanza de que leer El vinculo hard de tu vecindario un lugar mejor de lo que es ahora, un lugar donde las comparaciones cons- tantes y el usurpar papeles no formen parte de las reglas del juego. PROLOGO Quiero dejar claro que este libro no es de ningtin modo una apo- logia del comunismo ni del socialismo, ni tampoco un nuevo modelo politico ni econémico. Me gustan las libertades de la democracia, su- pongo que exactamente igual que a ti, aunque no los recientes excesos del modelo econémico que la democracia ha engendrado, y, después de haber vivido muchos afios en el Reino Unido, he sido testigo directa de las deficiencias que caracterizaron a sus anteriores politicas de caracter més socialista. Las ideas que se exponen en este libro no tienen como fin desacreditar ni la ciencia como profesién ni los descubrimientos de los grandes genios de esta disciplina, tales como Isaac Newton 0 Charles Darwin; no soy en modo alguno creacionista. No obstante, la ciencia es un incansable proceso de descubrimiento, y no hay un solo cientifico que pueda concluir el relato, puesto que, a medida que se hacen nue- vos hallazgos, van surgiendo nuevos capitulos que corrigen, o incluso sustituyen, las versiones anteriores. Actualmente estamos experimen- tando una revision radical de las ideas que hasta ahora teniamos acerca de nosotros mismos y de nuestro mundo, y muchas de las teorfas que considerébamos sagradas, incluida la teoria original de la evolucién, se van redefiniendo a medida que contamos con més informacién sobre la naturaleza de este mundo nuestro. Confio en poder ofreceros el primer conjunto de directrices sobre cémo vivir de acuerdo con esta nueva narracién cientifica. Mi objetivo es exponer una manera nueva de ver el mundo desde una perspectiva mas amplia, una manera diferente de relacionarnos con otros seres hu- manos, un nuevo sentido de lo que es la comunidad, un propésito dis- tinto y auténtico..., algo un poco mejor que envidiar la tarjeta de visita con filigrana que exhibe nuestro vecino. Intento demostrarte lo facil que es vivir con integridad, y cémo pequefios cambios pueden revolucionar tu vida y la vida de todos los que te rodean. No tiene que ser necesariamente asf. No tiene por qué serlo ni si- quiera un dia més. Lynne McTaggart, diciembre de 2010 INTRODUCCION Tenemos la sensacién de que algo ha tocado a su fin. Desde el co- mienzo del milenio, los comentaristas de todos los Ambitos han inten- tado afinar al maximo sobre la significacién colectiva de la crisis que en estos tiempos nos acosa aparentemente sin descanso: la crisis bancaria, la crisis terrorista, la crisis de la deuda, la crisis climatica, la crisis ener- gética, la crisis de alimentos, la crisis ecolégica, provocadas por el ser humano y por otros factores. «El mundo, tal como hasta ahora lo conocemos, esté cayendo en picado», comentaba un corredor de Bolsa de Wall Street a los periodistas en septiembre de 2008, después de la quiebra de Lehman Brothers y de que Morgan Stanley amenazara con seguir su ejemplo. Es el «fin del ca- pitalismo tal como lo hemos conocido hasta ahora», declaré el produc- tor cinematografico Michael Moore cuando los gigantes del automévil norteamericanos Ford y General Motors se declararon en quiebra. «La dependencia norteamericana de los combustibles fésiles ha llegado a su fin», anuncié el presidente Barack Obama tras la explosién de la pla- taforma petrolifera Deepwater Horizon. «Es el fin de la naturaleza», EL VINCULO escribié Bill McKibben en su libro del mismo titulo; «Es el fin del pe- trdleo», afirmé el periodista Paul Roberts en el suyo, del mismo titulo también, y «dado que es el fin del petréleo, es el fin de los alimentos», declaré luego Roberts en una continuacién de su libro. Y para quienes creen en el calendario maya de La Cuenta Larga y en el significado apo- caliptico de 2012, es el principio del fin del mundo. Pero las crisis que nos asedian desde numerosos frentes son sinto- ma de un problema ms profundo y con repercusiones potencialmente mucho mis serias que las de cualquier cataclismo aislado; son simple- mente la medida de la colosal disparidad que existe entre la definicién que hacemos de quiénes somos y nuestra esencia verdadera. Durante cientos de afios hemos actuado en contra de la naturaleza, pues el hecho de haber ignorado nuestra conectividad esencial nos ha hecho conside- rarnos separados de nuestro mundo; no obstante, hemos llegado a un punto en que ya no podemos seguir fundamentando nuestra vida en esa falsa idea de quiénes somos en realidad. Lo que est Ilegando a su fin es el cuento que nos han contado hasta ahora sobre quiénes somos y cémo deberiamos vivir. Con este libro, quiero cumplir una misién muy audaz, que es lade revolucionar la forma en que vives tu vida. Esta obra va a reescribir el cuento cientifico que te han contado sobre quién eres, ya que la versién en uso nos ha reducido a nuestro minimo comin denominador. En este momento, vives en contra de tu naturaleza mas verdadera, y yo confio en poder ayudarte a recuperar un derecho que es tuyo e inalienable y que no solo la sociedad moderna sino més fundamentalmente la cien- cia moderna han saboteado. Deseo hacerte despertar a quien realmente eres; quiero ni mds ni menos que devolverte a tu auténtico ser. EI Leitmotiv de nuestro cuento actual es el héroe que se enfrenta a todo. Damos por hecho que el viaje de nuestra vida ha de ser una lucha, y, como consecuencia, mantenemos una vigilancia constante, prepara- dos siempre para batallar contra cada uno de los gigantes que, en casa, en el trabajo o entre los conocidos y amigos, se crucen en nuestro camino. Por més agradable que sea nuestra vida, la gran mayoria mantenemos una postura de actuacién contra mundi, y encontramos en todo una INTRODUCCION batalla que combatir: contra los comparfieros de trabajo que intentan usurparnos el puesto o la promocién, los estudiantes que elevan la cur- va sobre la base de la cual se nos evaluard, quienes nos quitan el asiento en el metro, las tiendas que nos cobran de més, los vecinos que condu- cen un Mercedes cuando nosotros conducimos un Renault, o incluso el marido o la esposa que tienen la temeridad de empefarse en mantener una opinién diferente a la nuestra. Esta idea de que operamos contra el mundo tiene su origen en el concepto basico que todos tenemos de que este ser nuestro, esto alo que llamamos «yo», existe como una entidad separada, como una creacién de cédigo genético tinica que vive aislada de todo cuanto existe. La declaracién més categérica que hacemos sobre la condicién hu- mana es la de nuestra soledad; el hecho central de nuestra existencia es el sentimiento de estar separados del mundo. Consideramos un hecho més que evidente que somos seres aislados ¢ independientes que sobre- vivimos a nuestros dramas individuales mientras todo lo demas —otros Atomos y otras células, otros seres vivos, las masas de tierra, los planetas e incluso el aire que respiramos— existe clara y completamente separa- do de nosotros. Pese a que nuestra vida se origina por la unién de dos entidades, la ciencia nos cuenta que, a partir de ese instante, estamos esencialmente desamparados: el mundo es irrefutablemente «el otro», que sigue ade- lante impasible, con o sin nosotros; nuestros corazones, creemos, laten final y dolorosamente solos. La concepcién de la vida que nos oftece el paradigma del indivi- dualismo competitivo es la de una heroica lucha por dominar los ele- mentos hostiles y hacernos con una porcidn de los recursos, estricta- mente limitados. No hay suficiente para todos —nos han contado—, y como puede que los demés sean mds competentes que nosotros, tene- mos que dejarnos la piel para apropiarnos de lo necesario antes que ellos. Son una multitud de influencias —religiosas, politicas, econdmi- cas, cientificas y filos6ficas— las que han escrito el relato por el que regi- mos nuestras vidas. Sin embargo, la mayorfa de las ideas incuestionables EL VINCULO que tenemos sobre el universo y lo que significa ser humano se derivan de tres revoluciones: la revolucién cientifica, la Ilustracién y las dos re- voluciones industriales de los siglos xviti y xix, respectivamente, que transformaron las condiciones culturales y socioecondémicas de Occi- dente dando lugar al mundo desarrollado moderno. Estos movimien- tos crearon en buena medida nuestro sentimiento de individualidad al modificar drasticamente la idea del universo que hasta entonces tenia el ser humano, y que pas6, de ser un todo armonioso, benévolo ¢ interco- nectado, a una amalgama de cosas separadas y sin relacién entre si que competian unas con otras por la supervivencia. La revolucién cientifica inicié una infatigable marcha hacia la ato- mizacién, pues los cientificos estaban convencidos de que podrian com- prender la totalidad del universo estudiando por separado sus compo- nentes individuales. En 1687 se publicé la obra Philosophiae Naturalis Principia Mathe- matica, en la que Isaac Newton, el padre de la fisica moderna, describia un universo donde toda la materia se movia de acuerdo con ciertas leyes fijas, y dentro de un tiempo y un espacio geométrico tridimensionales. Sus leyes del movimiento y de la gravedad representan el universo esen- cialmente como una maquina, como una gran maquinaria de relojeria cuyas piezas, separadas unas de otras, puede tenerse la total certeza de que mantendran siempre un comportamiento predecible. Una vez que las leyes newtonianas demostraron que la trayectoria que seguia practi- camente todo, desde los objetos més simples hasta los planetas, podia re- ducirse a una ecuacién matematica, empezé a considerarse que el mun- do tenia un funcionamiento predecible y mecanicista. Pero, ademés, estas leyes demostraron que las cosas existian aisladas, independientes unas de otras, completas en si mismas, cada una con sus I{mites intactos. Los nuestros son el vello de la piel; allf donde este termina, empieza el resto del universo. El fildsofo francés René Descartes explicé la esencial separacién del ser humano con respecto a su universo en una filosofia que desterré de teligencia holistica, y atribuyé a la ma- teria una cualidad mecanicista y corpuscular. Incluso nuestros cuerpos la naturaleza cualquier clase d INTRODUCCION materiales quedan fuera de nuestro yo consciente: no son sino una mé- quina bien engrasada y altamente fiable. El paradigma newtoniano del mundo como maquina resulté re- forzado con la aparicién de la que mas repercusiones tendria de todas: la méquina de vapor. El vapor y el desarrollo de maquinas herramienta no solo transformaron la produccién de alimentos, combustibles, cale- faccién, manufacturas y transporte, sino que afectaron profundamente alos seres humanos al separarlos del mundo natural. La vida, en todos sus aspectos, se descompuso en secuencias regulares. El trabajo venia dictado por una linea de montaje, y los trabajadores pasaron a ser un diente de engranaje ms en la gran rueda de la produccién. El tiempo qued6 parcelado en minutos, en lugar de ser regido por las estaciones de la siembra y la cosecha, y marcado por una maquina de fichar. La gran mayoria de la gente que trabajaba en fabricas empez6 a regirse por el rit- mo de la maquina, y no por los de la naturaleza. La segunda revolucién industrial, en el siglo x1x, supuso la intro- n del acero y la ma- nufactura del petréleo, lo cual conducirfaa un ascenso de la clase media, duccién de tecnologia moderna, gracias a la apari que a su vez prepararia el camino al capitalismo moderno asi como la promocién del individuo y sus intereses. El fildsofo escocés Adam Smith publicé en 1776 La riqueza de las naciones, considerada uno de los pila- res filos6ficos de la teoria econémica, en la que argumenta que la «mano invisible» del mercado, creada por la natural oferta y demanda y por la competencia entre los individuos movidos por el interés propio, era la forma mas natural y saludable de atender las necesidades de la sociedad en su conjunto. Crefa, como es bien sabido, que lo mejor que podemos hacer por los demds es ceder a los impulsos de nuestra naturaleza fun- damentalmente egoista y tratar de ser el ntimero uno: «Al perseguir su propio interés, es frecuente que [el individuo] favorezca mucho més efi- cientemente el interés de la sociedad que cuando intenta favorecerlo».' Sin duda, el descubrimiento cientifico que mds ha calado en nues- tra actual concepcién del mundo es la teoria de la evolucién a través de la seleccién natural, de Charles Darwin. Cuando trataba de orga- nizar sus ideas para El origen de las especies, el joven Darwin resulté EL VINCULO. profundamente influido por las preocupaciones del reverendo Thomas Robert Malthus relativas a la explosi6n demogréfica y al cardcter limi- tado de los recursos naturales.’ Llegé a la conclusién de que, teniendo en cuenta que no habja suficiente para todos, la vida debfa evolucio- nar mediante lo que él llamé «da lucha por la existencia». «Dado que se producen mis individuos de los que pueden sobrevivir —escribié en El origen de las especies—, tiene que haber en cada caso una lucha por la existencia, ya sea de un individuo contra otro de su misma especie o contra individuos de especies distintas, ya sea contra las condiciones fisicas de la vida».> Darwin traté de dejar bien claro que este eslogan de la «lucha por la existencia» no era literal sino enormemente eldstico y lo abarcaba todo, desde la busqueda de agua por parte de las raices de los arboles hasta la dependencia mutua de los miembros de una manada de lobos. Fue en realidad el fildsofo britanico Herbert Spencer quien primero acuié la frase «la supervivencia del mas apto», después de leer con entusiasmo El origen de las especies. Tras cierta persuasion, Darwin acabé por aceptar dicha frase,‘ y afiadié al libro en determinado momento el subtitulo O [a preservacién de las razas favorecidas en la lucha por la vida. Malthus habia proporcionado a Darwin una metéfora clave que le permitié explicar el mecanismo que actuaba tras el impulso de la na- turaleza por propagarse y prosperar, y, como consecuencia inadvertida, Darwin lanzé al mundo una metéfora que llegé a representar a la expe- riencia humana: la de la vida como guerra; es decir, un individuo 0 una poblacién prosperan solo a expensas de otro o de otra. A pesar del uso tan liberal del término por parte de Darwin, el significado mas estricto de la metéfora cuajé casi de inmediato, ofreciendo un marco cientifico a los diversos movimientos sociales y econémicos emergentes en aquel tiempo. La mayoria de las interpretaciones de la obra de Darwin que se hicieron a continuaci6n, incluso en vida de este, fomentaron la con- cepcién de que la vida suponia en todos sus aspectos una batalla contra la escasez de recursos, en la que tnicamente los mds fuertes y resueltos conseguian sobrevivir.

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