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Siempre o que el perro era muy fiel, el mejor amigo del hombre.
Ms adelante acept la idea de que la fidelidad era una de las seas de
identidad de la honorabilidad y la confianza.
Este chico es muy fiel, puedes contar con l, nunca te fallar
Desde siempre la busqu por el mundo, y me la impuse como un cdigo que
me haca creer ante m mismo, que era mejor persona.
En las relaciones que yo defina como ms autnticas, sent que el valor
destacado debera ser este, sin embargo durante toda mi vida he sentido
cmo, una y otra vez, esta idea de fidelidad se desvaneca en los hechos y
no encontraba forma de mantenerla, ni siquiera en m mismo, pues desde
fuera senta muy a menudo el reproche de todos, al no ser tan fiel a ellos,
como necesitaban que fuera.
A partir de un tiempo observ que este valor inventado por el yo no es
ms que una necesidad, una garanta de que alguien, ms all de s mismo,
le elija a l en lugar de a si, abortando a veces experiencias que podran ser
definitivas en la vida, para mantener el vnculo que le haca sentirse mejor
persona y acompaado en el tiempo.
Ser fiel a otro, es morir a s mismo, para nacer al otro, a su necesidad de
saber, por otros, que l existe.
De ah que la fidelidad que tanto necesitamos, que tanto proclamamos y
demandamos a los dems y a nosotros mismos, no es ms que el miedo a
Ser y vivir de acuerdo a ello, sin la garanta de continuidad de una compaa
constante.
Las alianzas fieles, son coartadas del miedo para asegurarse un destino
compartido, un futuro mutilado, la certeza de que siempre habr alguien
ah, a costa de ti mismo, de tu vida si fuese necesario, pues se ha dicho que
el perro muere defendiendo al amo.
Siempre o que el perro era fiel, pero creo que a l no le queda ms remedio,
porque es su naturaleza que su voluntad se someta a la voluntad del lder,
el que ostenta la sea alfa en cualquier clan.
La fidelidad que no sea a s mismo, es pues un contrato, una clusula de
garanta para alejar el miedo a la soledad.
Desde ah, no soy fiel, pero puedes contar conmigo, siempre que mi destino
y el tuyo estn coincidiendo en el infinito, pues en el amor no es necesario
que nada se estabilice como patrn de seguridad para acallar el miedo que
acecha a tu corazn.
Luis Jimnez