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La idea del Ser eterno que siempre ha tenido esas 10 emanaciones es de difcil comprensin.
Esas 10 emanaciones emanan una de otra. El texto nos dice que corresponden a los dedos de
la mano. La primera emanacin se llama la Corona y es comparable a un rayo de luz que
surge del Ein Sof, un rayo de luz que no lo disminuye, un ser ilimitado al que no se puede
disminuir. De la Corona surge otra emanacin, de sa, otra, de sa, otra, y as hasta completar
10. Cada emanacin es tripartita. Una de las tres partes es aquella por la cual se comunica
con el Ser Superior; otra, la central, es la esencial; otra, la que le sirve para comunicarse con
la emanacin inferior.
Aryeh Kaplan en su traduccin del Sefer Yetzirah (p.193) nos dice que existen 1021 posibles
permutaciones de las letras del alfabeto hebreo, "un nmero cercano al nmero total de
estrellas totales en el universo... as que a partir de las permutaciones del alfabeto, un nombre
puede ser formado para cada estrella del universo. Esto en concordancia con la enseanza de
que cada estrella tiene un nombre individual". Kaplan tambin menciona: "los comentarios
sealan que los ngeles son como almas para las estrellas... y esto tambin significa que las
estrellas y los planetas son como los 'cuerpos' de estos planetas'". As tenemos esta idea de la
correspondencia entre el hombre y las estrellas y los ngeles; Platn en el Timeo menciona
tambin que cada alma est asociada a una estrella.
"Les Trs Riches Heures du duc de Berry". Da clic en la imagen para verla en tamao
completo
En palabras de Paracelso: "Hay una estrella en el hombre por cada estrella en el cielo". Y
porque hay una estrella en su interior, el hombre puede encontrar su contraparte en el
universo; y porque tiene esta estrella en su propia alma, el hombre puede entender y fusionar
sus energas racionales y emocionales con las ms distantes en los cielos. No puede haber
entendimiento entre dismiles. El hombre slo puede entender lo que l mismo es. Es porque
l es todas las cosas que a fin de cuentas puede entender todas las cosas. Este es el gran
misterio que enseaban en los antiguos templos. Es por esta sublime verdad que el ser
humano tiene un potencial ilimitado, y contiene en s mismo la posibilidad de crecer y saber
todo.