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LA CIENCIA DE LA ADMINISTRACION, HOY Massimo SEVERO GIANNINI Profesor de Derecho Administrative Facultad de Jurisprudencia-Roma No aparece facil explicar qué cosa sea hoy la ciencia de Ja administra- cién, Una manera de aproximarse a ella puede ser localizar el problema en. sus rasgos generales. Guando hablamos de una “ciencia” hacemos referencia a un sistema cultural que, como todos los sistemas culturales, responde a ciertas exigencias, propias del tiempo en el cual surge, se desarrolla y cesa; toda ciencia dei hombre tiene su historia, un naci- miento, una evolucién; algunas veces permanece, otras se extingue. En Io que concierne a Ja ciencia de la administracién el problema epistemoldgico de fondo radica en qué ha querido ser, en el marco de jas ciencias humanas, y qué es hoy. A fin de entender este problema debemos partir desde bien atras: de Ja época en que las ciencias del hombre han comenzado a repensar sus estructuras y sus metodologias, esto es desde el siglo xvur, pricti- camente; es el siglo en el que nace la economia politica (nace no en el sentido que no existiere antes un pensamiento especulativo referen- te a la economia, sino que sélo de aquella época conquista la con- ciencia de su propia cientificidad), nace también Ja sicologia (igual- mente vale aqui lo dicho en relacién con Ia economia politica: con anterioridad no se tenfa conciencia de ser la sicologia una disciplina propia) . Nace la ciencia politica que tiene, ella si, una historia insigne, pero que sélo en tal siglo adquiria 1a madurez propia de una cienciz Es precisamente en los inicios de dicho siglo xvi que vemos por primera vez aparecer aquello que los germanos Haman la Polizei wissenschaft, esto es Ja ciencia de Ja policia: por aquel entonces Polizei era Politia, o sea el antiguo término del Jenguaje aristotélico, reutilizado por la cultura humantstica, y empleado en el mencionado siglo para significar “Jo que concierne al gobierno de Ja cosa piiblica”. Hoy ya no poseemos mds un término que corresponda a “politia’, teniendo *Traduccidn del prof. E. Soto Kloss. 53 ésta su significado muy diverso, habiéndose dividido 0 separado en nuestro tiempo las nociones de gobierno, administracién, gestién, etc. Asi como en el siglo xvut nace en Ndpoles con Filangieri la ciencia de la legislacién, asi en los paises austrogermanos nacerd esta ciencia de la policia. eQué eran ~por aquel tiempo— en el cuadro de las disciplinas re- Jativas a las ciencias humanas, la ciencia de la, legislacién y Ja ciencia de Ja policia? Eran disciplinas basadas en aquella disposicién intelec- tual tan propia del siglo xvi, y que ha sido denominada “iluminis- mo”; se estimaba necesario encontrar en cada sector de la vida en sociedad, reglas generales que permitieran conocer tedricamente, la materia a la cual el hombre debia aplicarse dia a dia. Que se fundaba ello en una concepcién t{picamente iluminista es demostrable del hecho que los comienzos de esta ciencia de la policia estan marcados totalmente por quienes estén presentes vivamente en la historia misma del iluminismo: dificil es disociar en los hombres de estudio sean germanos, austriacos, o italianos, el experto de esta cien- cia de aquel secuaz de la corriente iluminista a la cual pertenecia. Los resultados de la ciencia de-la policia no fueron, sin embargo, particularmente, fructiferos: tal ciencia se resuelve en definitiva en una casuistica de los “buenos sistemas de gobiernos” aplicables en cada materia, y de aquellos que no eran considerados como buenos, como no aconsejables. De aqui, que bajo este aspecto pueda decitse que no fue sino una preceptistica, ain si iluminista, no Megando en Ultimo término a fijar nocién o concepto alguno de cardcter cognosci- tivo o tedrico. Esto condujo —al menos en los paises que.fueron influidos mayormen- te por la Revolucién Francesa— a un ocaso de 1a Polizeiwissenschaft, la cual ya en el siglo 19 era cultivada unicamente en los territorios pru- sianos; mds alld, incluso en Austria desaparece. Permanecié, con todo, en Prusia y Iegé hasta tener su repunte con la figura que atin se re- cuerda de Lorenz von Stein... La nueva impronta de las ciencias del hombre serfa ahora dada por la iburguesia, que ya ha conquistado el poder,.con las revolucio- nes norteamericana y francesa, y luego: con las revoluciones liberales durante el siglo. xrx. Preciso es notar que tales ciencias. continuan es- cindiéndose originando nuevas disciplinas, como habia ocurrido antes; es asi como en el siglo pasado nacen la ciencia de las finanzas, y la B4 politica econémica, es decit materias que antes comprendia la eco- nomia politica general. En cuanto a las disciplinas que estudian a las administraciones piblicas, pareceria poder decirse que se produjo una especie de retroceso, ya que al menos en los paises influidos por Ja concepcién francesa, se reducirian al sélo derecho administrative, o mis bien al derecho de la administracién, dado que la formula dere- cho administrativo aparecera tiempo después. Tal derecho de la administracién seria coherente con la concep- cién de las ciencias iuspublicisticas de Ja €poca: es uma ciencia que comprende todo cuanto pueda interesar a su objeto, es decir, a la administracién publica; de all{, que en tanto ciencia tome en conside- racién Jos aspectos sociolégicos, econémicos, politicos, organizativos, financieros, y hasta formales, esto es aquéllos que hoy Wamamos juri- dicos, Esta manera de concebir dicha ciencia, aparece claramente en ia mayoria de los autores que se ocupan de Ja administracién durante Ja primera mitad del siglo xix: se encuentra en von Mohl en Prusia, en Giovanni Manna en Italia, Macarel en Francia, $lo en Inglaterra no existird una disciplina especifica que estudie la administracién publica, dado que no se estima que configure algo diverso de la organi- zacién constitucional: con todo, también en Inglaterra esto que los amores posteriores Haman pluralidad de puntos de vistas, es clarisimo. En. un cierto momento, el perfil juridico de las materias adminis- trativas se afirma ya como algo distinto, Una mutacin 0, si quisiéra- mos usar un término enfatico si bien probablemente significativo, una revolucién, sucede en el sector de las ciencias juridicas. Hacia la mitad del siglo pasado se delined en Alemania y repercuti en otros pafses europeos, un nuevo movimiento, el cual haria cambiar radicalmente Ia inspiracién o direccién de las disciplinas juridicas: es la nueva co- rriente, que iniciada en el derecho romano y en el derecha privado, pasa en un periodo de unos 15 aftos al derecho piblico; en el derecho ptivado, tal corriente cuenta con un Savigny y un Windscheid, el derecho publico con Laband —considerado el iniciador— si bien para Italia la influencia mayor fue ia de Georg Jellinek y Otto Mayer. El hecho tuvo un significado del todo especifico: a ciencia del derecho se fue diferenciando de todas las restantes ciencias del hombre, reivin- dicando una pureza metodoldgica consistente bisicamente en la deter- minacién de un orden conceptual riguroso, que Hevé a una rigurosa 55 cientificidad de la disciplina, y a un rechazo de todo cuanto fuere extrafio al orden formal. Es asi, que hasta Ja mitad del siglo x1, un problema de ciencia de la Administracién no se presentaba, ya que quien estudiaba la ad- ministracién lo hacia desde todos Jos puntos de vista y de modo con- junto: precisamente el fruto mis significativo de esta perspectiva es Ja propia obra de von Stein, aun cuando él no fuera sino un epigono de la corriente precedente de pensamiento; su obra gigantesca, que versa sobre una multitud de materias (v. gr. aguas publicas, minas, bosques), redne con tranquilidad pasmosa, fendmenos ya de tipo sociolégico, politico, juridico, econémico, sin que asome en momento alguno, dudas sobre el hecho de que al escribir una obra asi, von Stein componia una obra multifacética, 0 ecléctica como se diria hoy, 0 has ta espuria de acuerdo a la terminologia que habrian debido usar des- pués los juristas, puesio que al final no pertenecia a disciplina alguna. Esta evolucién de la ciencia juridica —brevemente resefiada— ha sido considerada por algunos en términos positivos, por cuanto con ello habria esta ciencia readquirido Iuego de largo tiempo {puesto que para encontrar algo semejante seria necesario remontarse hasta la Glosa, 0 si se quiere a los postglosadores) una especifica y plena conciencia cientifica, Segiin otros, habria ocurride exactamente lo con- trario, pues ello habria conducido a un aislamiento de la ciencia ju- ridica de las demis ciencias humanas, Tal vez en ambas afirmaciones hay algo de verdad: indiscutible es, en verdad, que a partir del siglo pasado, la ciencia juridica ha hecho progresos notables como seguramen- te no se encuentran antes, incluso los periodos romano y medieval, pe- ro también es cierto que progresando en tal sentido, ha perdido a me- nudo las causas de su propia existencia, lo que ha provocado una reaccién “antijuridica” dirigida a discutirla como ciencia rigurosa, como si fuere de tipo matematico, viviendo en un campo cerrado de conceptos que filtra todos los hechos del mundo a través de su maila de conceptos, lo que ¢s juridicamente calificable, y repudiando Je que no lo es. Volviendo a nuestro tema, sucedié que debido a la admisién de esta perspectiva juridica, los estudios referentes a los aspectos no juri- dicos de Jas administraciones piblicas se encuentran huérfanos de es- pecialistas que se ocupen de ellos. Fueron sin embargo, los propios javistas que al menos en principio se preocuparon de ellos, y fue asi 56 como intredujeron modificando su contenido, la nocién de “‘ciencia de ia administracién”, Fueron estos juristas precisamente los que sos- tuvieron que las administraciones ptiblicas son objeto de dos disci- plinas: la ciencia juridica y Ia ciencia de la administracién; esia tesis la encontramos en Francia con Hauriou, tal vez el jurista francés més insigne de fines del siglo pasado; Ia encontramos también en Italia en Orlando, en trabajos de derecho administrative, en los cuales se dice de modo definitivo que la ciencia de la administracién es Ia claboracién cientifica de los conocimientos “no juridicos” relativos a Ja adminiswacién piblica: cierto es que saber qué eran “estos conoci- mientos no juridicos” no era ficil, y el propio Orlando declaraba no saberlo, ya que él era jurista, y uno de los autores que reivindicaba para el derecho pitblico la pureza de Ia metodologia juridica, a tal punto, que se le considera el fundador de la escuela juridica italiana moderna,

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