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a La Edad Media 1. Barbaros, cristianos y musulmanes UMBERTO ECO (CteXeycestet- Close) Primera edicion en italiano, 2010 Primers edilon en espanol, 2015 Feo, Umberto, coord. ‘ia Edad Media, 1. Birbaros, crstianos v musulmanes coord, ‘de Umberto co; trad. de Omar Daniel Alva Barrera; re. tec. de Juan Carlos Rodriguez Aguilar. Mésico + CE, 2015 864 ps uss: 23 « 17 em — (Secci6n de Obras de Historia) ‘Titlo original: IlMedioevo. Barbar, erstnni, mustlmand ISBN 978-607-163447-4 1. Historia — Edad Media 1. Aka Barrera, Omar Danie, 1. Rodriguez. Aguila Juan Carls, ree. toe. TL Ser TV. Le bur Dewey 940.1 E522 Disiibucidn mondial en espaol “Tulo original: 11 Medioevo, Barberi, erstian, musulmant (© 2010, Encyclomedia Publishers DDiseBo de portada: Laura Esponda Aguilar D.R.© 2015, Fondo de Cultura Econérmica (Carretera Picacho-Ajuseo, 227; 14738 Mésico, DF Empresa cerificada T$0 5001-2008, ‘Comentarios editorialfondodcultaraeconomica.com swervefondodeculturascononiica com ‘Tel. 5) Sza7-o72 ‘Se prohibe la reproduccién total o parcial de esta chr, sea val fre el medio, sin la anuenela por eserto del titular de los derechos. ISBN: 978-607-16-3447-4 Impreso en México» Printed i Mexico De Carlomagno al ano 1000 CARLOMAGNO ¥ EL NUEVO ORDEN EUROPEO Cama pr Giro! La coronacién imperial de Carlomagno, aunque colmada de sugerentes mbologtas, no altera la continuidad de los lazos internos que sosten int Tr ereanigacton del rino franco desde antes de ta Navidad del avo 100, ie eben buscarse en ta combinacion de una concep territorial del oder (de origen romano), fa valorizacion germdnica del vinculo Fersh~ Pe nt ideotogta del poder que funde el elemento politico con el reli (dose: sobre este hibrido y delicado equilibrio se sientan las bases de la ase alidad europea, pero también surgen de él munerosas raices de ‘su futura inestabilidad. ‘Las PREMTSAS: EL SURGIMIENTO DE UNA DINASTIA Después de la primera consolidacién de los diversos grapes politico: eases ncos y la conversicm al cristianismo (siglos vial vi), la dina tae eeningios,a pesar de la tradicional eoncepcién patrimonial 8, que implicaba repetidas divisiones territoriales en el momento dels wevign y acarreaba fuertes inestabilidades, mantiene una fnienss 16 cesar y politica, extendiendo sus dominios hacia cast tod la angus saan iplamente, el fortalecimiento de los poderes locales acta wea patna construccién de una s6lida red de seguidores y icles en t los soberanos, seerendiciones para el cambio de dinastfa no se dan sino hasta ¢ del siglo vi algunas de las ms poderosas familias francas emporerten s Sty dan origen al linaje de os arnilfidas —0 pipinidas, © carolingios Sy Yusteresor que se prefiera como fundador de la dinastfa)- ave co aoanteeesedltarfo el importante cargo de maior domus vse sirve des: yoke prizar a los merovingios mediante Ia intensa conformacion ¢: clientela militar. TEL arifice de esta estrategia es, en particular, Carlos Martel (65 eélebre también por sus victorias contra los Arabes de Espatia. be ie en 751, cuando el hijo de Carlos, Pipino !& mision dindstica se cumpl ea 714-768, rey a partir de 751), elimina al Gltimo rey merovingio y= 174 re eo ‘CARLOMAGNO ¥ EL NUEVO ORDEN EUROPEO 175 su titulo, pero solemniza la usurpacin con un rito oficiado por el papa Este- ban I (2-757, pontifice a partir de 752). En 754 y en 756 paga el tributo del apoyo Papal con dos expediciones contra los lombardos, que en e808 momentos amenazaban los territorios vecinos de Lacio. Pipino, vie~ pita! Bewe torioso, transfiere al papa los territorios bizantinos conquistados: el delnore Exarcado y Pentépolis, LA EXPANSION FRANCA DURANTE EL REINADO DE CARLOMAGNO El hijo de Pipino, Carlos, después llamado Carlomagno (742-814, rey a partir de 768, emperador a partir de 800), parecfa destinado en un principio a com- partir el poder con su hermano Carlomén (751-771, soberano a partir de 768): es el primogénito y recibe la uncién junto con su padre; sin embargo, a la muerte de éste lo sucede junto con su hermano y, también con él, se in- cluye en un proyecto de pacificaciGn con los lombardos, ideado por su ma- dre, Berta (ca, 725-783), que trae por consecuencia la boda de los dos caro lingios con las dos hijas del rey Desiderio (2-ca. 774, rey a partir de 756) Sin embago, la muerte repentina de Carloman y la negativa de reconocer derechos de sucesién a sus sobrinos permiten a Carlos convertirse en el tni- £0 dirigente del reino; la reanudacién de la ofensiva lombarda en Tta- ta, por otro lado, erea la ocasi6n idénea para retomar la ofensiva: @seg7 habiendo repudiado a su esposa (conocida como Ermengarda, pero 41a" : en realidad de nombre y biografia inciertos), entre 773 y 774 Carlos derrota a Desiderio, se apodera de su corona y hace nuevas concesiones te- a, mitoriales al papado en ‘Toscana y en los ducados de Espoleto y Benevento. La composicién de la aristocracia y las estructuras de gobierno lombar. i das, que no habian sido perturbadas en la primera fase de la conquista, se ; modifican en cambio de modo radical (con Ja implantaci6n en territorio ila- ; ano de una amplia red de condes y vasallos de origen franco) desde 776, des- 2 pués de algunas tentativas de rebelién por parte de los duques lombardos ¥, particularmente, de Arechis IT de Benevento (734-787). 1 La peninsula itilica, sin embargo, sOlo es el frente meridional de una ex- e pansién de mucho mayor envergadura. En direccién septentrional, entre los 2 hos 772 y 804, Carlos emprende expediciones agresivas contra los sajones Bara imponerles su dominio politico vla conversién al cristianismo; 7, calre 784 y 785 somete Frisia, Por cl este, en 788 incorpora Baviera {jj"*pa"sier a ‘(gue ya era tributaria del reino) junto con Carintia y Austria; su in- Suencia se deja sentir también, de manera indirecta, en los territorios de ). Bohemia y Moravia. Por el frente occidental, desde 778 emprende la pene- - saci6n en territorio ibérico con el objetivo de poner punto final a las incur re siones de los musulmanes de Espatia. - La resistencia de Ios vascos en el paso de Roncesvalles (778) —que la ————— 176 ISTORIA posterior Chanson de Roland merclavta y confundiria con la de Jos movos Fone un compas de espera en la campatia, que, no obstante, no se interne Pay que conuce, en 813, al establecimiento de la Marca Hispanica (Navarra yy parte de Catalutia). Te imente, Carlos acompafia toda esta intensa actividad con repetidas iniciativas para hacer més efectivo el control sobre ciertas regiones interio- res como Provenza y Borgofia. GNO Y LA ASUNCION DE LA DIGNIDAD IMPERIAL ‘CaRLoMa Hacia finales del siglo vit la soberania de Carlos se extiende pricticaments & Pacis turopa central y occidental, La cultura de su tiempo —auspiciada ¥ toa ovida vigorosamente por él.a través de los grandes protagonistas de! re Protafento carolingio”, como Alcuino de York (735-804) y Pablo el Dicom Ce n90-799)-_ subraya y celebra este papel y le asigna matices insluso de tipo religioso. ee Teva el titulo de parricius Romanorwn, heredado de su padre, + con cue nombramiento tiene a funciGn especial de proteger a la Iglesia: Sus fajos veciben, cn 781, Ja unciGn de Adriano I (?-795, pontifice 2 parte sie los intelectuales de los que se rodea son todos clérigos: es deci. & es rea maduran las bases para el desarrollo de una nueva ideologia ds acting POURS £018 que ol elemento teligioso es un componente decisive » peligoattcrena que alcanzara stt ‘cumbre simbdlica con la coronacién, que tuvo Te gar en San Pedro en la noche de Navidad del afio 800. Estee wontecimiento supone el enfrentamiento con Bizancio, poseedor= dela vnica titularidad imperial Iegitima: quizés por esto Eginardo (ca. 7 Si), en la Vita Karoli, Jo presenta como una iniciativa del papa Tes (ca, 750-816, pontifice a partir de 795) a la que el ey franco reaesion#! inclus ce reealo, Pero Leén Til es un personaje débil, duramente atacado por iS ce reg romana, que incluso se habfa visto obligado en 799 a abandons asrtad (a le que solo puede regresar gracias a la ayuda de Carlos) F's te Shable que en esas condiciones haya tomado por s{ mismo una Hise aap ifigve y es todavia menos verosimil que Carlos ne hubiera particip> factivamente en la preparacién de la ceremonia. Par lo que toca 2 las fricciones con Bizancio, el soberano se ve favens= por otra contingeneia propicia: desde 797 se encuentra a la cabers del ir: aoe (732-803, emperatriz desde 797), una usurpadora que ha desis do al hijo. esta situacién no podia més que ser un argumento af Elreconocinrienia. de la formalizacion de una conducta que, en los hechos, es ya iny le Oriente 141, y que se manifiesta desde hace tiempo en Jas prerrogativas. ‘ceremonias’¢, incluso, en Ta fundacién de una capital (Aquisgran) crs Gpega al modelo de Constantinopla. A pesar de la descenosa hostilidac ‘CARLOMAGNO Y EL NUEVO ORDEN EUROPEO 7 a que Oriente reacciona a la coronacién, al final el reconocimiento oficial es inevitable: lo llevar a cabo Miguel I (?-844, emperador de 811 a 813) con el afén de recuperar, a cambio, Venecia y Dalmacia, que los francos habfan conguistado. EL ORDEN POLITICO DE LA EUROPA CAROLINGIA Después de la coronaci6n Carlomagno reduce sus campaias militares y em- prende una intensa actividad legislativa mediante la promulgacién de leyes lamadas capitulares, que —distinguidas por materia y destinadas en ocasiones a todos los stibditos, otras veces sélo a algunas personas en particular—corrigen, completan o remplazan la legislacién vigente. » _ Por medio de las capitulares el soberano intenta dar orden y coherencia a sus dominios sin desarticular los érdenes preexistentes. El resultado es”) una articulacién compleja que incluye reinos ampliamente auténomos en- comendados a los hijos de Carlos (en particular con la Divisio Imperit de 806); condados delimitados con relativa compactacién territorial y adminis- trados por condes con funciones tanto militares como juridicas; marcas es- tablecidas a lo largo de las fronteras y dotadas de una notable autonomia militar; ducados o grandes distritos que a menudo tienen una fuerte base é- nica (y representan, por lo tanto, una forma de reconocimiento de la especi- Sicidad de ciertos pucblos, como los sajones, que eran dificilmente asimila- bles al mundo carolingio). Los titulares de los mas importantes cargos Pablicos son vasallos del soberano (0 se convierten en vasallos) y esto asegura su lealtad, pues refuerva (mediante la concesién de feudos) la ya considera- ble recepcién de rentas y honores vinculados con esos cargos. Los bienes fami- Lares, los territorios del ejercicio y los feudos acaban por conglomerarse y entran en la sucesién testamentaria de las grandes familias: un resultado gue no fue obstaculizado por Carlomagno, pues su objetivo era fortalecer la cohesiGn del imperio cultivando la fidelidad y lealtad de las familias, que le sscguraban un efectivo ejercicio del poder sobre el territorio. Sin embargo, el sistema sf prevefa un mecanismo de control de los condes, marqueses y uques: el soberano envia anualmente a los diversos distritos sus eeissi dominici (quienes también podian radicar en el territorio de -ercicio); su presencia —junto con la de numerosas entidades reli -Sosas a las que sc les concede el privilegio de inmunidad frente a la autori- ad de los funcionarios priblicos— detiene el crecimiento incontrolado de ‘es poderes locales. La organizacién imperial se completa con Ia existencia de una corte fija = cuanto a su estructura pero itinerante en. su ubicacién, cuyos miembros ‘=s prestigiados son los archicapellanes (con responsabilidades de superin- ‘s=xdencia para las cuestiones religiosas), el canciller (regulador de la actividad ‘esislativa) y los condes palaciegos (encargados de las funciones judiciales). La consolidacion delimperio os missi dominic ylacore i 18 HISTORIA ‘TRADICIONES GERMANICAS Y HERENCIA ROMANA: TA COMPENETRACION ENTRE REGNUM ¥ SACERDOTIUM: La mayor parte de esta estructura de gobierno, que combina e integra la he- aaaay ey pana de la concepcién territorial del poder con la tradicién germs wena. estd fundada en el vasallaje de tipo personal y es ya wna realidad per- race Wente establecida desde antes de la coronaciGn imperial de Carlomagno- ST dlomento mas significative de la nueva dignidad imperial reside ast en fas reaponsebilidades religiosas que el soberano asume con este titulo — quer wes ‘omibargo, estaban en perfecta concordancia con las decisiones y «strate, pias de su padre—, que se convierten en un elemento indeleble y estable tanto mucracn ee 2712 ideology Tos tituales del poder (donde, a diferencia de lo que iaceraicoyer ovurtia en. el ceremonial oriental, Ja simbologia sagrada precedia a trader lae9 la popular) como en el sistema de gobierno: De hecho, la compleja ‘ormanizacién carolingia no se entenderia cabalmente si no se tiene ‘en consideracion la estrecha relacion entre poder laico y poder eclesisst $2, [fides territoriales se recortan frecuentemente segin las fronteras dioce- res evel personal piblico carolingio a menudo se halla reclutado en la ora quia eclesidstica; los obispos y los abades contsibuyen activamente al gobier- 4 no ya la defensa del reino. Véase también Hess ta Fl reino de ls francos de Carlomagno al Tratado de Verdin”, p, 206; reino de los francos del Tratado de Verdin a la fragmentacién”, p. 210; “1 particularismo poscarolingio”, p- 232. Literatura y teatro “Alcuino de York y el renacimiento carolingio", p. 537- LOS EMPERADORES Y LA ICONOCLASIA. Suvi RONCHEY “Aprineipios del siglo vi la autoridad imperial condena de manera cada sorts abierta el difundido culo a Tos iconos. En consecuenciay se des, te ad una intensa oposicion interna que dependerd, sobre todo, del ue porta lamarse ‘partido de fos monjes”: no serd sino hasta la mite del siglo siguiente cuando el movimiento iconoclasta (que en ef transcu so de la controversia asuime una dimensidn mds intelectual) sera defini- tivamente derrotado. Pea

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