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ARQUEOLOGIA HISTORICA ARGENTINA ACTAS DEL 1E® CONGRESO NACIONAL DE ARQUEOLOGIA HISTORICA CENTRO DE INVESTIGACIONES RUINAS DE SAN FRANCISCO Municipalidad de Mendoza CENTRO DE ARQUEOLOGIA URBANA Instituto de Arte Americano Mario J. Buschiazzo Facultad de Arquitectura, Disefio y Urbanismo Universidad de Buenos Aires Presidencia de la Nacién Secretaria para la Tecnologia, la Ciencia y la Innovacién Productiva : AGENCIA NACIONAL DE PROMOCION CIENTIFICA Y TECNOLOGICA Aeconnzcwor Disefio de tapa: PP. Todos los derechos reservados. Ediciones Corregidor, 2002 Rodriguez Pefia 452 (1020) Bs. As. Web site: www.corregidor.com e-mail: corregidor@corregidor.com Hecho el depdsito que marea la ley 11.723 LS.B.N.: 950-05-1438-9 Impreso en Buenos Aires - Argentina Este libro no puede ser reproducido total ni parcialmente en ninguna forma ni por ningtin medio o procedimiento, sea reprografico, fotocopia, microfilmacién, mimedgrafo o cualquier otro sistema mecanico, fotoquimico, electronico, informatico, magnético, electrodptico, ete, Cualquier reproduccién sin el permiso Pete por escrito de la editorial viola derechos reservados, es ilegal y constituye un delito. TELL EL-GHABA: UN ASENTAMIENTO EN LA ANTIGUA FRONTERA SINAITICA DE EGIPTO M. VIOLETA PEREYRA DE FIDANZA Y ANDREA P. ZINGARELLI Frecuentemente el Egipto antiguo y su investigacién arqueoldgica son fuertemente evocativos de descubrimientos espectaculares y yacimientos en los que las construcciones monumentales parecen indicar su pertenencia a una civilizacién con vocacién de trascen- dencia. No obstante, la aproximacién histérica que aqui nos proponemos, revelara una realidad de diferente naturaleza, por tratarse de un rea de frontera. Consecuente con ese cardcter periférico, las construcciones del norte de Sinai se caracte- tizaban por ser de ladrillos de adobe, dadas la escasez de canteras en Ja region y las tradi- ciones propias de la arquitectura civil regional. A diferencia de los grandes sitios del Alto Egipto, en el norte de Sinai s6lo se preservaron restos de edificios cuyos muros erosionados se reducen a unas pocas hiladas de ladrillos de adobe, en los casos en que la arena del desierto pudo darles proteccién. Tell el-Ghaba, el sitio excavado por la Misién Arqueolégica Argentina, fue uno de esos antiguos asentamientos en la frontera sinaftica de Egipto. Ubicado sobre la ruta terrestre que conectaba el valle de] Nilo con Palestina, a 15 Km al este del canal de Suez y junto a una laguna alimentada en la antigitedad por el brazo mds oriental del Nilo, la posicién de Tell el-Ghaba parece haber sido dominante en el érea y su importancia estratégica debe interpretarse a la luz de la dindmica regional. Asi, nuestra comunicacién concentra su atencién en una zona de circulaci6n en la que entraron en contacto sociedades y estados que, con el correr de los siglos, mantuvieron fluidas relaciones de variada naturaleza, desde intercambios complementarios hasta conflictos abiertos. Una reconstruccién de la historia del area deberd hacerse a partir de la interpretacidn de la estructura de sus recursos, de la funcién de los sitios y de los cambios operados en el tiempo; pero la informacidn que las fuentes epigraficas preservaron serd insoslayable para interpretar la dindmica de esa frontera desde la perspectiva del estado faraénico. Analizaremos los cambios geomorfolégicos y geopoliticos, asi como la evidencia histd- rica y arqueolégica disponible con el objeto de caracterizar de un modo general las condi- ciones en las que se desarrollé la ocupacién de Tell el-Ghaba. El marco regional EI norte de Sinai fue una zona cuya importancia para el antiguo Egipto sufrié alternativas diversas segtin la €poca. Las referencias histéricas dan indicios de esas variaciones, pudién- dose decir, en términos generales, que hasta el Reino Medio la frontera oriental de Egipto no representé un problema digno de mencién en los documentos oficiales, a diferencia del os ARQUEOLOGIA HISTORICA ARGENTINA Imperio, perfodo del que han quedado interesantes testimonios sobre la regidn, o de la Epaca Baja, cuando nos encontramos con que esa frontera es la via de penetracidn de las invasiones extranjeras que, finalmente, acabarén con la independencia egipeia. E] actual desierto de Sinaf, entre el extremo oriental del Delta y el oeste del Negev, era la antigua frontera natural entre Egipto y Palestina (Fig. 1). En estos casi 200 km, la dispo- nibilidad de las escasas fuentes de agua condiciones tanto los movimientos de los grupos que habitaban ese espacio como la circulacién a través del drea. La peninsula de Sinai fue habitat de pastores némades que no eran econdmicamente auto- suficientes y cuyos contactos con las tierras de ocupacidn sedentaria fueron esenciales para sus estrategias de subsistencia (Finkelstein, 1995). Habitaban en particular la franja préxima ala costa mediterrénea, donde los pozos de agua se alinean a lo largo de la zona de contacto entre las estructuras del desierto y Ia Hanura aluvial, y en los oasis, productores de palmeras datileras y aptos para la instalacién humana. En €poca faradnica las condiciones naturales del extremo noroeste del Sinai diferian de Jas actuales no s6lo por las variaciones climidticas registradas, sino también por los cambios verificados en la actividad del brazo més oriental del Nilo. Asf, parte de lo que es hoy una planicie arenosa con pantanos salitrosos, magras Iuvias y escasa vegetacién, pudo haber sostenido una ocupacién humana constante en la antigtiedad gracias al diferente curso seguido por el rio, que entonces contaba con siete brazos activos. Con el transcurso de la historia muchos de esos brazos modificaron su recorrido o se obstruyeron con sedimentos, quedando activos en la actualidad sélo dos: el Damieta y el Roseta. Uno de los antiguos brazos, el Pelusfaco, se dirigia hacia el este para alcanzar el norte de Sinaf. Fig. 1, Area de implementacién del “North Sinai Archaeological Salvage Project” Per NIESA AW: ARQUEOLOGIA DEL CERCANO ORIENTE 835 Los documentos egipcios constituyen la evidencia mas temprana sobre los brazos del Nilo, cuya existencia est bien documentada en los autores cldsicos (Diodoro I, 33: 3-9; Herédoto 11,10). Las primeras referencias al brazo Pelusiaco en las fuentes egipcias se remontan a la época faradnica y en el siglo XIV a.C. se lo identifica en Abidos como “Las Aguas de Ra”, la rama del Nilo que luego de pasar por Ja vecindad de Heliépolis segufa su curso hacia el este (Gardiner, 1918; Bietak, 1975). Una mencién de Herodoto esta dedicada a la descripcién del Delta del Nilo; otra al relato de los acontecimientos que tuvieron lugar cerca de la ciudad de Pelusium durante la guerra egipcio-persa, cuando Psamético, hijo de Amasis, esper6 la legada del ejército de persa “en la vecindad de la boca del Nilo llamada Pelusiaca" (II, 10). Por su parte, Diedoro dice que el Nilo “Desagwe en el mar (Mediterrdneo) en siete bocas, de las cuales la primera, comenzando al este, es Hamada Pelusfaca”, (1, 33. T) y Estrabon menciona la boca Pelusfaca como Ia tiltima de todas las ramas y una de las princi- pales (III, 401, 423-424). Ain cuando el alcance del estado estuvo condicionado por la actividad del Nilo, el brazo Pelusfaco no fue en si mismo el limite de Egipto. Existié una frontera natural formada por un cordén de dunas y terrenos altos, que corria de Suroeste a Noreste desde las inmedia- ciones de el-Qantara hasta la bahfa de Tineh; detrds de esta linea comenzaba el desierto. En cuanto a los cambios de las condiciones medioambientales se deben principalmente a dos Procesos naturales: 1) la modificacién de la linea de costa del Mediterréneo y 2) el paso de larama Pelusfaca de] Nilo, que desembocaba en el Mediterraneo en la vecindad de Pelusium y estuvo activa por lo menos hasta el siglo VII a.C. Como resultado de las expediciones de exploracién Ilevadas a cabo en 1990 y 1991 fueron reconocidas las lineas de costas post-flandrienses y la distribucién de los sitios arqueolégicos que siguié a ese proceso, Segiin la zonificacidn propuesta, se distinguieron: al norte una Hanura a la que se denomina ‘postpelusfaca’, al sur de ésta la lanura ‘pelusfaca’, luego la zona ‘de la lengua de arena y las lagunas postflandrienses’, y al sur de éstas la zona “de dunas’ (véase Fig. 2), La ocupacién habria pragresado de sur a norte, por lo cual los asen- tamientos faraénicos se localizan al sur de Ia linea de costa flandriense y estan esparcidos alrededor de Jas lagunas oriental y occidental, en tanto que en Ia lanura postpelusiaca se identifican los sitios mas tardios. (Chartier-Raymond y Traunecker, 1993: 45 ss.) La modificacién de la Iinea de costa est4 confirmada por el hallazgo de un depésito de piedra pémez cerca de Tell el-Hebua I que sefiala un antiguo borde marino (Chartier- Raymond y Traunecker, 1993, 61). En la Edad del Bronce esta linea de playa ya se habla desplazado hacia el norte; el paisaje se caracterizaba por pantanos o marismas y, como los autores clasicos sefialan, carecia de buenos puertos (Murphy, 1990: 38: Oren, 1987). A partir del uso de fotografia aérea se identificaron entre el-Qantara y Pelusium un antiguo curso fluvial que corresponderia al brazo Pelusiaco (Shea, 1977) y un canal artifi- cial (2) que es conocido como “Canal Oriental” (Sneh ef al., 1975; Sneh y Weissbrod, 1973). Es probable que el brazo Pelusfaco atin no estuviera activo a comienzos del tercer milenio, cuando los sitios a lo largo del brazo Tanftico sefialan que éste era e] borde oriental para el establecimiento humano (van den Brink, 1993). La distribucién de los asentamientos locali- zados més a] este sugiere que el braze Pelusfaco (Shafei, 1946) alcanz6 el noroeste del Sinai no antes de fines del Bronce Tardfo, c. siglo XIII (Bietak, 1975), y que su curso cambid a lo largo de su existencia, hasta dejar de fluir en tomo al siglo VII d.C. (Sneh y Weissbrod, 1973). 856 ARQUEQLOGIA HISTORICA ARGENTINA Fig, 2. Zonificacién del extremo oriental del norte de Sinai. En consecuencia, él proceso de ocupacién de la zona mas occidental del norte de Sinaf avanzé gradualmente de sur a norte, de acuerdo a la dindmica geomorfoldgica de la regién y la actividad del rio. Necesariamente vinculados a una fuente de agua, los sitios del norte de Sinaf estuvieron condicionados por cambios geoclimdticos, por los movimientos de la linea de costa y por su propio significado politico-econdmico. Con la desecaci6n de los cursos de agua, y del brazo Pelusiaco en particular, se verificd una significativa migracidn de habitantes hacia el Delta y asf el noroeste de Sinai se convirtid en una region practicamente despoblada. En 1869 la construccidn del canal de Suez la relego a una posicién secundaria, con escasa poblacién y desprovista de importancia econémica. Finalmente, durante el siglo XX el Sinaf fue escenario de numerosas guerras que culminaron, con Ja ocupacién israelf de toda la peninsula. Con los acuerdos de Camp David y la devolucién a Egipto de los territorios ocupados por Israel, la recuperacién econémica del area y su integracién al resto del pais fueron aspectos de las: politicas emprendidas por el estado egipcio que culminaron a fines de la década del *80 con la implementacién de un proyecto de expansién agricola en el norte de Sinaf. También Ja presin sobre las tierras del valle consecuente con la explosién demografica que vive Egipto justificéd la puesta en marcha del “Northern Sinai Agricultural Development Project”, La construccién de un sistema de irrigacién artificial se propone restablecer en parte las antiguas condiciones ambientales, pero esas obras de ingenieria hidrdulica afectan al patri- monio arqueolégico de la zona, para cuya preservacién se evaluaron los sitios arqueolégicos que habrian de sufrir dafios irreparables (véase Fig. 3). En 1992 se tomaron las medidas mas urgentes en las zonas amenazadas, poniéndose en marcha el “North Sinai Archaeological Salvage Project”, un proyecto de rescate arqueoldgico concebido sobre bases de cooperacion internacional (Abdel-Maksoud, 1992; Snape, 1993). MESA XV; ARQUEOLOGIA DEL CERCANO ORIENTE 857 Fig. 3. Trazado de canales de imtigacién (Tomado del “Northern Sinai Agricultural Development Project”). El salvataje arqueoldgico de un Area amenazada Las investigaciones en el norte de Sinai se remontan a Clédat (1919, 1921,1923, 1924) y a Gardiner (1918, 1924), aunque desde el siglo XIX algunos investigadores trataron de iden- lificar en el norte de Sinai los lugares mencionados en Jos textos. Los trabajos sistematicos y tegulares comenzaron durante la ocupacién israeli de Sinai, cuando fueron desarrallados Proyectos arqueologicos y gealdgicos, especialmente por la Universidad Ben Gurion (Beersheba), Entre 1972 y 1982 se exploraron: mas de 80 sitios del periodo del Imperio, ubicados sobre la costa y el drea de dunas entre el Canal de Suez y Gaza, la mayoria de ellos en el tridngulo formado entre Port Said, Rumani y el-Qantara; 45 sitios del periodo saita y mas de 200 sitios de época persa (Oren, 1973, 1985). Egipcios y franceses iniciaron las investigaciones en el drea que se verfa mds afectada por el proyecto de expansién agricola y el establecimiento de nuevos pobladores en el norte de Sinaf. A comienzos de la década del "90 una expedicién realizd prospecciones a escala regional (Valbelle er al., 1992) y sus resultados permitieron evaluar los sitios y establecer prioridades. Las primeras acciones de salvataje comenzaron en 1992 (Valbelle y Abdel- Maksoud, 1993; El-Taba’i y Carrez-Maratray, 1993; Grzymski ef al., 1994; Carrez-Maratray 858 ARQUEOLOGIA HISTORICA ARGENTINA. y Wagner, 1993; Haritz er al., 1994) y la investigacién arqueolégica de Tell el-Ghaba en 1995, con el io de su rescate arqueolégico. Entre 1990 y 1992 se realizaron trabajos de prospeccién en el sitio cuya publicacién (Valbelle et al, 1992; Chartier-Raymond y Traunecker 1993), conjuntamente con las notas y dibujos inéditos tomados por la misién francesa representaron la Unica informacién espe- cifica disponible antes de la primera campafia de la misién arqueoldégica argentina en 1995. E] relevamiento sugerfa que los niveles de ocupacion de Tell el-Ghaba correspondfan prin- cipalmente a los periodos saita y persa (siglos VIT-IV a-C.), incluyendo edificios publicos y privados, dreas domésticas e industriales, y enterramientos. En 1992 una expedicidn del Consejo Supremo de Antigiiedades de Egipto dirigida por Nabil Sherif llevé a cabo una segunda intervenci6n en el sitio, pero no fue posible obtener informacién de esa campaiia. El edificio excavado entonces al este del sitio fue relevado en 1995. Proceso politico y cambio en la frontera sinaitica. Evidencia epigrafica y arqueolégica La frontera oriental comienza a ser una preocupacion para el estado egipcio a partir del Reino Medio, que corresponde al Bronce Medio en Palestina. Recién en ese momento las inscripciones hacen referencia a ella y a contactos con asidticos que no pueden considerarse de cardcter ocasional. La investigacién arqueolégica en el norte de Sinai asi lo confirma y los hallazgos del sur de Palestina indican que las menciones o representaciones de fortalezas extranjeras en las fuentes egipcias corresponden a las ciudades fortificadas del Bronce Antiguo o Medio en Palestina. Algunos textos egipcios posteriores a la crisis del Segundo Periodo Intermedio, como la Profecfa de Neferty y la Ensefianza de Amenemhat, hacen referencia a estructuras defensivas en los limites del territorio egipcio como el Muro del Gobernante (inbw HgA) y el Camino de Horus (wAt Hr). Sin embargo, otros textos, como La Ensefianza para Merikara y El Cuento de Sinuhe, parecen referirse a un drea fronteriza poco definida, indicando que en esa época el Camino de Horus era una zona més que una linea divisoria. Antes del Segundo Periodo Intermedio tampoco hay evidencia de estructuras fortificadas erigidas en la franja norte del Sinai y sélo se han podido reconocer pequefios campamentos distribuidos desigual- mente al sur de la laguna Bardawil y alejados de la costa (Oren, 1973; van den Brink, 1993). La tinica excepcién la constituye Tell el-Hebua, en la vecindad de el-Qantara, donde se descubrieron los restos de un asentamiento fortificado con niveles fechados en el Bronce Medio y Tardio (M. Abdel-Maksoud, 1987, 1989 y 1998). Ademis, los sitios mds antiguos identificados en el extremo septentrional del Delia corresponden al Segundo Periodo Intermedio (Warne y Stanley, 1993), de lo que es légico inferir que hasta ese periodo la mayorfa de las relaciones comerciales con Asia fueron evadas a cabo por mar. Las representaciones y las fuentes literarias enfatizan la importancia estratégica del norte de Sinai recién a partir de la dinastia 18, La indicacién mas temprana de avanzadas esti en el relato de la primera campatia de Tutmosis I en Asia (Sethe y Helck, 1958: 647). Mas tarde, el Papiro Anastasi II (Caminos, 1970: 269; Helck y Otto, 1972-1986: V, 946-967) menciona algunos sitios localizados en esa area. Los cambios en el modelo general de asen- tamiento en el norte de Sinai fueron el corolario del establecimiento de un nuevo sistema politico y de una diferente concepcién de las relaciones entre el gobierno y los stibditos. La MESA XV: ARQUEOLOGIA DEL CERCANO ORIENTE 859 frontera se desplazé hacia el este y la ereccién de asentamientos fortificados en el Imperio fue la respuesta a Ja inseguridad provocada por las invasiones pasadas, que reflejaba la frag- mentacion de la administracién y el hecho que el gobierno se apoyara cada vez més en la fuerza. Bajo los ramésidas también fue relevante el redisefio de! modelo implantado en Asia, destinado a sostener la dominacién de esas provincias frente a los cambios demograficos y politicos que se operaban en torno al Mediterrineo Oriental, que llevaron primero al asenta- miento de nuevos grupos en el corredor sirio-palestinense y luego al colapso del imperio egipcio en Asia. Desde el Reino Medio la ruta ya conocida como el “Camino de Horus” (Gardiner, 1920; Oren, 1987; Valbelle, 1994) era la arteria vital y eficiente a través de Ja cual Egipto se comu- nicaba por tierra con Asia. Pero a partir del Imperio las referencias se hacen mas especificas en el Papiro Anastasi I (Gardiner, 1911: 1#-34* y 1-40) y los relieves de Seti I en el templo de Karnak (Gardiner, 1920: lim. 1; Kitchen 1993:8-9). Sin embargo, los topénimos que designan asentamientos en el norte de Sinai, son nombres o epitetos de Seti I o Ramsés II, lo que dificulta su identificaci6n con un sitio especffico. En todo caso, atestiguan la presencia militar y administrativa de Egipto en el norte de Sinai a comienzos de la dinastia 19. De los 20 topénimos mencionados en ambos documentos, sélo Gaza (llamada Pi- Canaan) y Rafia pueden identificarse con algin grado de certeza, estando en discusidn la identidad de Tell Abu Seifeh, Tell el-Kedua y Tell el-Ghaba. Hasta el momento, los sitios mds occidentales del area que revelaron evidencia del periodo del Imperio Nuevo son Tell el-Hebua y Tell el-Borg, recientemente excavado. En el relieve de Karnak, que muestra al rey de regreso de una campaiia a Palestina, Seti esta separado de los egipcios que le dan la bienvenida par un curso de agua con cocodrilos, sobre el cual se extiende un puente ubicado junto a una fortificacién (véase Fig. 4). Ese curso de agua podria ser el canal oriental, que desde el Reino Medio pudo haber defendido la fron- tera egipcia, o bien la primera representacién del brazo Pelusfaco del rio Nilo. Fig. 4. Karnak, muro exterior de la sala hipdstila, lado norte (Tomado de Gardiner, 1920: Pl. Xn. 860 ARQUEQLOGIA HISTORICA ARGENTINA Slo una de las fortalezas (C) se encuentra a la derecha del puente y del canal (A). Ala izquierda, una mas pequefia (B) se registra como “La fortaleza de Tjaru” y parece proteger el camino hacia el este. Esta puede identificarse con “La fortaleza de los Caminos de Horus” mencionada en e! Papiro Anastasi I y con la moderna el-Qantara. Pero mientras que algunos autores argumentan que Tell Abu Seifeh podria ser el sitio, hasta el momento no se han encontrado alli niveles de ocupacién anteriores a la €poca persa (siglo VI a.C.)} y otros consi- deran que Tell el-Hebua podrian ser Tjaru (Abdel-Maksoud). En esta discusién cabe sefialar que en los textos literarios el topénimo Tjaru se emplea para marcar el confin oriental de estado: la entrada a Egipto, segtin describe el regreso del protagonista en el Cuento de Sinuhe (del Reino Medio), y el limite del pais en el Papiro Anastasi IH (del Imperio Nueva), La identidad de la siguiente fortaleza (D} fue buscada en sitios de grandes dimensiones claramente asociados a lagunas, de acuerdo a la representacién de Kar lo que convil en candidatos a Tell el-Hebua (Valbelle y Abdel-Maksoud, 1993) y fa propia Tell el Ghaba En todo caso, el sistema de asentamientos del norte de Sinai no siguié un patrén homo y estable en el tiempo, siendo su diversidad explicable por la historia politica re; Durante el Imperio los sitios se agrupan en torno a un sitio base, generalmente un leza o estacién central, que se encuentra rodeado por pequefios campamentos que servian al trinsito de caravanas. Entre los mas significativos estén Bir el-Abd, con restos de una forta- leza y granero, y Haruva, con un fuerte y un centro administrativo. Ambos estuvieron en uso en el siglo XIII a.C,, estan bien preservados y fueron abandonados en el siglo XIV a.C. (Oren, 1985), Posteriormente, en la Epoca Baja, la politica exterior de Egipto estuvo dominada por necesidad de definir su relacién con una serie sucesiva de grandes potencias: imperio! asirio, neobabilénico y persa. Pero ademias, la importancia del rea nororiental estaba dada por la circulacién de bienes desde y hacia el Mediterrineo. Un sitio importante por la informacién que provee para este perfodo es Tell el-Defenneh, cuyo emplazamiento esté entre el borde oriental de la zona cultivada del Delta y el actual canal de Suez, sobre be ruta a principal hacia Palestina y Siria. La mayor parte de sus estructuras arquitecténi amiético I, tratindose probablemente de depdsitos o almacenes mas que de construcciones militares. Sin embargo, pocas dudas caben sobre la importancia de esa ciudad como puesto fronterizo. La estructura de adobe de Tell cl-Defenneh es similar a las descubiertas en Naucratis y Tell el-Balamun y probablemente contempordnea de Tell el-Ghaba. El renovado control del estado saita (siglo VII a.C.) sobre el norte de Sinai se vio influido por la presencia de los extranjeros establecidos en guarniciones fronterizas y colonias comerciales. Las fuentes egipcias y clésicas mencionan mercenarios griegos, artesanos y mercaderes, y la arqueologia confirma esa informacién (Oren, 1984; ille, 1903; Holladay, 1982; Petrie, 1886 y 1888; Hogarth er af, 1905; Coulson y Leonard, 1981; Coulson, 1996). En el noroeste de Sinai se hallé un-grupo compacto de sitios cuya ocupacién se fechd entre los siglos VII y VI a.C., entre-ellos: Tell el-Herr, Tell el-Kecua o T21 y Tell el-Ghaba_ Cerca de 200 sitios de ocupacién estacional o permanente (campamentos, aldeas y fuertes) fueron relevados entre Suez y Gaza por la expedicién de la Universidad de Beersheba, Mas al este, los sitios fortificados parecen haber integrado una red que seguia la Ifnea de costa entre Pelusium y Gaza, requerida para la administracién ne persa. Desde la conquista imbises en el 5 C. el sistema de asentamiento del norte de Sinai cambié por Ia reor- cién del camino a Io largo de la costa Mediterranea y los restos arqueoldgicos revelan Mesa XV: ARQUEOLOG[A DEL CERCANO ORIENTE 861 el establecimiento de lugares fortificados en el periodo persa (Valhelle y Abdel-Maksoud, 1993: 19), En los sitios fechables en la Edad del Hierro (tanto persas como saitas), el rico repertorio cerimico muestra la intensidad de Jas relaciones sostenidas con distintas regiones del Mediterraneo oriental, entre las que se destaca el trafico con Grecia. También el sistema de asentamientos de la Edad del Hierro contrasta marcadamente con los de la Edad del Bronce. El disefio arquitecténico, las dimensiones y los hallazgos arqueolégicos procedentes de Tell el-Farama (Pelusium), Tell el-Herr, Tell Abu Seifeh, Tell el-Kedua y Tell el-Ghaba prueban que ademas de tener cardcter militar esos sitios cumplieron un papel relevante en el inter- cambio con el exterior y en el desarrollo industrial verificado localmente entre los siglas WII y VI ac. Herodoto (III, 5) describe las condiciones geograficas del norte del Sinai durante el perfodo persa y sefiala su integracién en un sistema de circulacidn regional. Pero inclusive alli se revela la concepcién de la zona como periférica y de frontera: el lago Serbonis (iden- tificado con Ja laguna Bardawil) es sefialado como el comienzo del territorio egipcio, siendo el norte de Sinaf la tinica entrada al pafs, como coincidentemente expresa Estrabén (VII, 32; LVII, 31). EI sitio Tell el-Ghaba se localiza sobre la lengua de arena de la Ianura costera del norte de Sinat, que consiste de una larga extensién de dunas que s¢ extienden de sudoeste a noreste desde la vecindad de el-Qantara a Tell el-Mahamdiyeh, en Ja Bahfa de Tineh. Un reciente sistema de dunas cubrid la antigua linea de costa y llanura del norte de Sinai, Bracias a la accion de los vientos que soplan de noroeste a sudeste. Esa franja litoral de c. 200-500 m separa la costa del mar de dos antiguas lagunas formadas durante la transgresiGn flandriense (c. 6000 a.C.) y que actualmente son sendas depresiones de un metro debajo del nivel del mar. En relacién a las cuatro zonas distinguidas de sur a norte por la expedicidn francesa que exploré la zona, Tell el-Ghaba se erigié sobre el antiguo camino hacia el este, al sur del cual comenzaba e] desierto: la zona de dunas. El lugar es una elevacidn arenosa sobresaliendo como una peninsula triangular en la laguna oriental, una depresidn pantanosa rodea al sitio por el este, sur y oeste. En tiempos faraénicos, la laguna estaba probablemente alimentada por agua fresca (jdel brazo Pelusfaco?) y la linea de costa estaba mds cerca de ella que en la actualidad (Marcolongo, 1992:24; Warne y Stanley, 1993; Stanley, 1988). Las dunas de arena son mas ¢levadas en la parte oeste y norte del sitio, mientras que hay una cadena de dunas bajas en el este, a Jo largo del margen de la laguna. Muchas dunas de arena de mas de 4 metros de alto que rodean el terreno y estdn fijadas por arbustos, sugieren que Ja deflacién ha sido muy activa, barriendo los niveles mas altos del sitio. Tell el-Ghaba estd cubierta por tamariscos y otros arbustos, como atestigua su nombre drabe moderno. La continuidad de la ocupacién del sitio es explicada por razones geogrdfitas, pero también porque fue una avanzada fronteriza, estratégicamente establecida en la antigua ruta a Palestina y en Ja frontera agricola de Egipto. En realidad, fue ocupada a comienzos del Perfodo Saita, pero la cultura material encontrada en la periferia podia sugerir ocupaciones en otros perfodos (Imperio Nuevo, Romano e Isldmica). 862 ARQUEOLOGIA HISTORICA ARGENTINA La utilizacién de los sitios arqueolégicos del norte de Sinaf para fines militares ha conti- nuado hasta tiempos recientes y Tell el-Ghaba no fue una excepcién, un asentamiento de blindados israelf fue establecido alli durante la ocupacién de Sinai, produciendo perturba- ciones en el sitio. NOTA (1) La existencia de canales artificiales que habrfan permitida la conexién con el Mar Mediterraneo es atestiguada por Herodoto (IL, 17) y Diodoro (I, 33: 8). BIBLIOGRAFIA Abdel-Maksoud, M. 1937, Une nouvelle fortresse sur Ia route d'Horus. 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