Magnnimo Tidida! Por qu me interrogas sobre el abolengo? Cual la generacin de
las hojas, as la de los hombres. Esparce el viento las hojas por el suelo, y la selva, reverdeciendo, produce otras al llegar la primavera: de igual suerte, una generacin humana nace y otra perece.
Hctor, t eres ahora mi padre, mi venerable madre y mi hermano; t, mi floreciente