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El anéiisis de contenido esta considerado como una de las metodologias mas importantes de Ja Investigacion sobre comunicacién. Su misién consiste en estudiar riguroge y sisteméticamente la naturaleza de tos mensajes que se intercambian en los actos de comunicacién Krippenderti presenta en este volumen una completa roduccién a la teoria y ia practica del analisis de contenidc. Aborda su evolucién a to largo del tiempo y explica nitidamente sus fundamentos tséricos y sus posibilidades de aplicacién. Ast, trata del disefio del andlisis, de los procesos de construccién de categorias, de registro y de inlerencia. lecior encontraré aqui una metodologia sencilla, clara y comprensible, itil para describir mensajes. de distinta naturalsza: textos periodisticos, discursos politicos y pedagégicos, literatura, propaganda polttica, Publicidad, etc, Pero al mismo tiempo hallaré una de las mejores discusiones epistemolégicas sobre la fiabilidad y validez de los procedimientos de analisis de contenido, que ha hecho de este libro, en muy Poco tiempo, uno de los clasicos imprescindibies en los estudios de comunicaci6n. Klaus Krippendorff es profesor en fa Annenberg Schoo! of Communications en la Universidad de Pennsylvania, y ha colaborado en la edicién de The Analysis of Communication Content, Developments in Scientific Theories and Computer Techniques: Communication and Control in Society. ESBN 84-2509-b27-1 £ Tl | ‘il Mrasn75 096278 Peae73 de andlisis de contenide Kiaus Krippendorfi Metodologia de andalisi de contenido Teoria y practica Klaus Krippendorff Paicos Comunicacién {AAU 5621 6 ss SELES ha he i TO , Paidéds Comunicacién 39 : : Paidés Comunicacion/39 {Climo eles pubicades: IN. Chomsky - Borrerae K_ Kiippendortf- Merodotogta ce anlisis de contenido R Barthes = La mennura semotdsice T Awan Dif La orci come dceurso 4, Auman: y ML Mato nasi dl itn R. Barthes = La emanated L Gomis Teoria del pericaliono ‘A Mattelan = Lar publcided E Goffman - Loe momentos v us hombres eG. Cuiteey B. Bontzer~ Prieto de! guidn chnmarogrfco J Aumont Letinegen Ne Didaggio = Ever porn retest BLM. Lewis y J. Booth El medio insible P.Well- La tammuieacicn glad ILM. FlochSoidicm morSering » comanicacica M-Chion £2: tovsion 1. Peon y ottos = Conunioaeiénv géaer 5. RE y A MeClintcck « Teorta preven dela comunicucion humane L, Vilees = Lat relevisiin Latlewooe = La enerenco de a comuateaetsn nit R. Debray Vida v muerne de a ingen €. Baylon y P. Fabre Le vevrdaiew TH Qualter- Publicidad rdenoeracie en la soviedad de maser A. Pratkanisy B. Aronson La ern de fe propaga 2. E, Noclle-Neumann La espa del silencio V. Price - La opin bea Al Gaudretulty F-Sost~ Et velo chrmatogaiicn . Bordwell - Ef signfcedo del fbe 1M. Keone - Pritt de a forograa de prensa F.Jomevon = La esttca geopotticn D. Bordwell y. Thompson £1 arte chnemaugydco G. Derandin = Lt informactd, le desiyformacton +o esta? B.C. Allen D. Gomery = Teor pnicia de fo haraia del cite J. Brée= os nites, ef consi >of marketing 2. D. Borel La munelin on ected fects §, Krseauer De Civigait o Hitler TA. Sebook Signos: ta inrtodnceiin ft remiicn F, Vayone - Goines modelo modelos de geist P Sorlin= Cites ennopeos, sacledades europea 1939-1900 Mi MeLuhan = Comprenaer las edo de cnmanicacién J. Aumont £1 ajo ernie L.Bryaney D, Ziman - fecrer medidices S\Krscauer Teor del cine TA. van Dik < Raciwno wenalisecrtico de los adie V Sinabes Biosea El monaje cnomatografico ‘ALM, Mattelar= Hirovo ce fas forked fe commmicncicn Do Tannen = Goneretsenrs0 4D © Klaus Krippendorff _Metodologia de yanalisis de contenido 2 Teoria y practica ~~ ap PAIDOs ‘Thuilo original: Contens Analisis, An fneroduction to its Methodology Publicado en ingiés por Sage Publications Ine. Newbury Park Tradueeién de Leandro Wolfion Supervisién de Joss Manuel Pézex Tornero (Cubiesta de Mario Eskenazi Lv edicion, 1999 Ts veienpresidn, 1997 © 1980 by Sage Publications Inc, Newbury Park. © de todas las ediciowes en céstelfano, Ediciones Paidds Tegra, S. A. ‘Mariano Cubi, 92 - 09021 Bazcelona 4 Balitorial Paid, SAICE, Defense, 599. Buenos Aires ISBN: B4.7509-627-1 Depésito legal: B-28.603/199" Impreso en Hlurope, 5. L. Recarede. 2 - 08003 Barcelona Impreso en Espaiia - Printed in Spain Sumario Frefacio, Introducciéa. L Historia del ordenador. La parte critica (Capitulos 12 y 13) se interesa por los des principales criterias de calidad de los andlisis de contenido: la fiabilided y la validez. El libro concluye con una guia préctica en la que se sintetiza fo anterior desde esta particular perspectiva, ‘Quien jamés haya practicado un anflisis de contenido puede que desee familiarizarse primero con los fundamentos conceptua- les, para Inego iniciar un pequefio proyecto propio, tal vez siguiendo los pasos que sc indican en el capitulo 14. Al watar de escribir y justificar lo que hace cuando interpreta sus datos si Délicamente, pronto advertiré todo lo que ello implica desde el Punto de vista de! procedimiento, asf como Ios conocimientos sustantivos acerca de las condiciones contextuales de sus datos que necesita para lanzarse a diseffar un proyecto més amplio. Estos conocimientos sustantivos son propios de cada disciplina o se refieren a un objeto de andlisis concreto, y deberdn adquirirse en otra parte, El investigador que ya ha realizedo alguna vez un anflisis de contenido podré obtener en este libro una perspectiva ms amplia y nuevas herramientas para el andlisis, as{ como nuc- vas ideas acerea de su metodologia, y quizds asegurarse de que 4 MEODOLOGLA DE ANALISIS DECONTENIDO sus hellazgos puedan defenderse a Ia iuz del marco de referencia conceptual que aqui se desarrolla. El usuario critico de los resul- tados de andlisis de contenido efectuados en otros lugares pods aprovechar al maximo las técnicas y criterios de evaluacién, ya que éstos le permitirin valorar hasta qué punto puede fiarse de esos Zesultadas, y le harén adoptar una actitud critica. Este Hbro habrd aleanzado sus propésitos si puede contribuir @ mejorar la consideracién social de alguno de los andlisis de con- tenido que, en mimero cada vez mayor, se estén Hevando a cabo en el campo de las humanidades y de las ciencias sociales, y si stimula el desarrollo de posteriores métodos de indagacién de Ta realidad simbolica 1. Historia Las indagaciones empiricas sobre ¢) contenido de las comunicaciones se remonten & los estudios eoldgicos de fines del siglo XVIT, cuando la Iglesia estaba inquieta por In dfusidn de los temas de indole no religiosa a través de los periddicos. A partir de enfonces fueron ganando teerenio en: numerosas esferas, En este capitulo se pasa cevisia al desarrollo histérico de la metodo~ logia del andlisis de contenido, haciendo referencia a Jos estudios a gran ceseala de la prensa, a las investigeciones sociolégicas y Iinguisticas, y en especial a los estudias de los nuevos medios de comunicacidn, efectuados ‘con diferentes propésiios, desde los que se ocupan de los simbolos y In pro- paganda politica, hast los que abordan Jos mitos, las leyendas populares y Tos acertijos EI primer caso bien documentado de anélisis cuantitativo de material impreso tuvo lugar en Suecia en el siglo XVIII. Do- VRING (1954-1955) describié este episodio, incluido en una coleccién de noventa himnos de autor desconocido, titulada Los cantos de Sion. Bsta coleccién de himnos logr6 pasar la censura oficial, pero pronto se Ia acus6 de socaver la moral det clero ortodoxo de la Iglesia oficial sueca, alegando que sus cén- ticos eran “populares y contagiosos” y contribufan a la exalta- ci6n de un grupo disidente. Un hecho destacado fue 1a partici- pacién de grandes eruditos en esta controversia, que cristalizd en tomo a la cuestién de si los cAnticos eran realmente portado- res de ideas perniciosas. Uno de los bandos comenz6 a realizar el cémputo de los simbolos religiosos que aparecian en ellos, mientras otro contaba esos mismos simbolos en el cantoral canénico, y no pudieron encontrar ninguna diferencia, Luego se computaron fos simbolos en los contextos en que aparecian, 16 \METODOLOGIA DE ANALISIS DE CONTENIDO comparandolos con el resultado de un estudio alemén acerca de Jos hermanos moravos, una secta que habia sido declarada ile- gal, hasta que se puso de manifiesto en qué radicaba la diferen- cia y cémo se podfa exolicar. Para estos estudiosos, Ia polémica estimul6 un debate meiodolégico, y la cuestién se zanjé final- mente en este émbito. Logs (1903) publics en alemdn un elaborado esquema clasi- ficatorio para cl andlisis de la “estructura intema del contenido’ de acuerdo con las funciones sociales que desempefian los perié- dicos. Su libro adquirié celebridad en los circulos periodisticos, pero no estimulé investigaciones empiricas posteriores. En Ia primera reuni6a de la Sociedad Sociologica Alemana, en 1910, Max Weper (1911) propuso llevar a cabo un amplio anéli sis de contenido de los medios de prensa, pero, por una variedad de razones, el estudio no pudo Hlevarse a la practica. Por esa épo- ca, MarKov (1913) trabajaba en una teoria sobre las cadenas de sfabolos, y publicé un andlisis estadistico de una muestra extraf da de la novela en verso de Pushkin, Eugenio Onegin. En su mayorfa, estas investigaciones fueron descubiertas solo may recientemente, 0 bien influyeron de manera indirecta en la biblio- grafia sobre el andlisis 4e contenido. Por ejemplo, el trabajo de Markov ingresé en esta bibliografla por mediacién de Shannon (SHANNON y Weaver, 1949) con su teorfa de la informacién, asi como a través del subsiguiente andlisis de la contingencia de Oscoon (1959), ANALISIS CUANTFTATIVO DE PERIODICOS Hacia fines del siglo pasado se produjo un visible aumento de la produccién masiva de material impreso en los Estados Unidos, asi como de Ia inquieted por evaluar los mercados de masas y conocer Ia opinién pilblica. Surgieron escuelas de periodismo que plantearon Ia exigencia de que se cumplieran ciertas normas éti- cas y de que se efectuaran investigaciones empiricas acerca del fendmeno del periddico modemo. Estas demandas, sumadas a una noci6n algo simplista de la objetividad cientifica, quedaron satisfechas por lo que entonces se denominé andlisis cuantitati- vo de periddicos. El que fue probablemente uno de los primeros andlisis de esta indole, publicado en 1893, formulaba esta intencionada pregunta: misrora i “Do newspapers now give the news?”™ (SPEED, 1893). El autor mostraba en este articulo el modo en que las cuestiones religio- sas, cientificas y literarias habfan desaparecido de los principales periddicos neoyorkinos entre 1881 y 1893, para dejar lugar a la chismograffa, los escndalos y los deportes. Un estudio similar twat6 de poner de manifiesto el abrumador espacio destinade a asuntos “desmoralizadores”, “maisenos” y “triviales", en aposi- cién a los temas “que valfan Ia pena” (MATHEWS, 1910). Midien- do simplemente los centimettos de columna que un periédico destinaba a determinados temas, los periodistas trataron de teve- lar “la verdad acerca de los periédicos” (STREET, 1909). Crefan que habfan encontrado la forma de poner de relieve que la bits queda del lucro ere la causa dei “chabacane periodismo amarillo” (Wicox, 1900), estaban convencidos de que babfan logrado corroborar “la influencia de ciertos tratamientos periodisticos sobre el aumento del delito y otras actividades antisociales” (FENTON, 1910), ¢ incluso Hegaron 2 la conclusin de que “el estudio de! contenido de la prensa a lo largo de un cuarto de siglo demostraba la exisiencie de una creciente demanda de hechos” (Watrs, 1924), El problema metodolégico deminante parecia ser el apoyo que los datos ciemtificos offecfan 2 las argumentaciones petiodistica Para ser icrefutables, dichos datos tenfan que ser “cttntitativ La veneraci6a poz los mimeros es, sin duda, antigua. En una no apie de pagina, BERELSON y LazarsFELD (1948, pg. 9) citan una fuente de cast doscientos afios atrés: Quizé donde mejor se refleje el espfritu dc esta batalla por la rati- ficacién sea en el credo que, irénicamente, cada uno de los bandos contendiemtes atribufa @ su oponente, La receta de un ensayo “amtife- Geralista”, que indica de manera muy sintética el tipo de orientaciGn que movia a quienes se oponian a ia Constitucién norteamericana, rezaba asf: “Bien nacido, aueve veces: aristocracia, dieciocho veces: Hbertad de prensa, repetida trec> veces; libertad de conciencia, una ve2: esclavitud de los negros, una vez; juicio con jurado, siete veces grandes hombres, repetido se:s veces: mister Wilson, cuarenta yeces... mezelen todos estos irgredientes y sirvanios a'su gusto” (extraido de New Hampshire Spy, 30 de noviembre de 1787). * 1Se ecupan los periddicos de ofrecer notices? (E.] 18 [METODOLOGIA BE ANALISIS DE CONTENTDO No obstante, el andlisis cuantitativo de los periddicos aports muchas ideas valiosas. En 1912, Tenney planies la necesidad ce una encuesta permanente y a gran escala acerca del contenido ce Jos medios de prensa, a fin de establecer un sistema de control del “lima social” que pudiera compararse on precisiGn con las estadis- ticas del Servicio Meteorol6gico de los Estados Unidos. Lo demos- 6 con algunos periddicos neoyorkinos destinados a los distintos grupos émicos, pero entonces no era factible llevar a cabo aplica- ciones pricticas. Este enfoque del andlisis del contenido eg6 a su culminacién con el estudio del sociélogo WuteY titulado The Country Newspaper (El periédico rural] (1926). En este paradig- matico estudio, Willey trazé los orfgenes de los semanarios rurales de] estado de Connecticut, dando cuenta de su tirada, los cambios acaccidos en su temética y el papel social que fueron adquiriendo en Su competencia con los periédicos de las grandes ciudades. ‘Al cobrar importaneia otros medios de comunicacién de masas, este métoco consistente en medir la cantidad de material impreso clasificéndolo por categorias teméticas se extendi¢ inicialmente & la radio (ALBIG, 1938) y més tarde al cine y la televisién. Este tipo de anélisis continia aplicdndose atin hoy a una amplia variedad de comtenidos, como los de los libros de texto, las historietas, los dis- cursos pronunciados en piblico y la publicidad. Les PRIMEROS ANALISIS DE CONTENIDO La segunda fase del desarrollo intelectural del andlisis de con- tenido fue la consecuencia, como minimo, de tres factores. En primer témmino, los nuevos y poderosos medios electrnicos de ‘comunicaci6n ya no podian considerarse una mera extensiGn del periddico. En segundo Inger, en el perfodo posterior a Ia crisis econémica surgieron numezosos problemas sociales y politicos respeoto de los cuales se suponia que los nuevos medios de rnunicacién de masas habian desempefiado un papel causal. En tercer lugar, debe mencionarse la aparicién de 10s métodos ernpf- ricos de investigacién en las ciencias sociales. Por ejemplo, 12 sociologia comenz6 a hacer amplio uso de las, investigaciones mediante encuestas y de los sondeos de opinién. Las experiencias recogidas en el andlisis de la opinion publica dieron origen al primer examen serio de los problemas metodol6- zgicos del anélisis de contenido, Hevado a cabo por WooDWwarD y ssTORIA, 19 titulado “Quantitative Newspaper Analysis as a Technique of Opi- nion Research” (1934), A partir de los escritos sobre la opinién publica, se incorporé al andlisis de la comunicacién, en diversas formas, el interés por los “estereotipos” sociales (LiPPMaNN, 1922). Asimismo, adquirieron importancia cuestiones como el modo en gue se presentaba a los negros en la prensa de Filadelfia (Smpson, 1934), el tratamiento otorgado en Ios textos de historia de los Bstados Unidos a las guerras en las que particip6 este pats, en comparacién con el de sus ex enemigos (WALWORTH, 1938), 0 Ja expresi6n det nacionalismo en los libros infantiles estadouni- denses, briténicos y de otros paises europeos (MARTIN, 1936). Uno de los conceptos claves que aparecié en 1a psicologia de esta época fue el de “actitud’”. Este concepto afiadié al anilisis de contenido dimensiones evaluativas como las de los “adeptos” y los “contrarios” las actitudes “favorables-desfavorabies”; y esto, junto a los posteriores avances en e! desarrollo de la teoria de las actitudes, abri6 las puertas a la evaluaci6n sistemética de las orientaciones, recurriendo a patrones como los de “objetivi- squidad” y “equilibrio”. Entre los criterios explicitos, vale la pena mencionar el “cocficiente de desequilibrio”, de JANIS y FADNER (1965), Los experimentos psicoldgicos sobre transmision de rumores Hevaron a Allport y Fadner a analizar desde una pers- pectiva totalmente distinta el material periodistico; en su trabajo “Five Tentative Laws of the Psychology of Newspapers” (1940) intentaron dar cuenta de los cambios que experimenta la informa- cién a medida que se desplaza a través de una instituci6n, hasta parecer finalmente sobre la pagina impresa, El interés por los sfmboios politicos afiadi6 otra caracteristica al anélisis de los mensajes piiblicos. MCDIARMID (1937). por ejemplo, analiz6 treinta discursos pronunciados por presidentes norteamericanos al inicio de su mandato en funcién de los sim- bolos de identidad nacional, de sus referencias histéricas, de la alusién a conceptos fundamentales de la administracién publica, y a hechos y expectativas. Y Lasswett (1938), sobre todo, al examinar las comunicaciones pilblicas desde el punto de vista de su teorfa psicoanalitica de la politica, clasifics los simbolos en caiegorias como las correspondientes al “'si-mismo” a los “otros”, a las formas de “indulgencia” y a la “carencia” 0 “priva- cin”, Su andlisis de Jos simbolos dio origen a un “estudio mun- dial de la atencién” (1941), en el cual se comparaban las tenden- sins registradas en ia frecuencia de presentacién de simbolos 20 METODOLOGIA DE ANALISIS DE CONTENIDO nacionales, tal como aparecfan en prestigiosos periédicos de diversos paises, ‘Varias disciplinas exerninaron sus respectivas tendencias acadé- micas segtin se reflejaban en los temas aparecidos en los periédi- cos més representativos. Probablemente el primer examen de esta indole fue el relacionado con el desarrollo de la fisica en Rusia (RAINOFF, 1929), pero se llev6 a cabo mas cabalmente en el camn- po de la sociologta (BECKER, 1910-1932; SHANAS, 1945) y luego se aplic6 al periodismo (TANNENBAUM y GREENBERG, 1951). Los rasgos que distirguen los primeros andlisis de contenido del andlisis cuantitativo de los periédicos son los siguientes: 1) muchos cientificos sociales eminentes se incorporaron a esta evo- lucién proporcionando ticos marcos teéricos; 2) se definieron, y se reconocieron en los datos correspondientes, conceptos bastari- te especificos, como los de actitud, estereotipo, estilo, simbolo, valor y métodos de propaganda; 3) se aplicaron al andlisis herca~ mientas estadisticas més perfectas, especialmente las procedentes de la investigacién mediante encuestas y de los experimentos psi- colégicos; y 4) los datos provenientes del andlisis de contenido pasaron a formar parte de trabajos de investigacion de mayor envergadura (LAZARSFELD y otros, 1948), La primera exposicién sumaria de estos ttabajos aparecié en el volumen titulado Con- tent Analysis in Commuaication Research, del que originalmente fueron autores BERELSON y LAZARSFELD (1948), y mas adelante Unicamente BERELSON (1952), ANALISIS DE LA PROPAGANDA El andlisis de contenido recibi6 un gran impulso gracias a la que probablemente fue su primera aplicacién practica de envergadura durante la segunda guenia mundial. Antes de ia conflagracién, cl analisis de contenido se definfa virtualmente por el uso de las comunicaciones de masas como datos para la corroboracién de hipstesis cienficas, campo en el cual su contribuci6n fue impor- tante, y por la critica de las précticas periodisticas. En este sentido, cl andlisis de 1a propagarda se inicid como un instrumento para la identificacién de los indiviéuos que constitufan fuentes de influen- cia “no éticas”. De acueréo con lo manifestado por el INSTITUTE FOR PROPAGANDA ANALYSIS (1937), los propagandistas se denuneian a sf mismos por el uso de ciertos procedimientos, como el empleo de asToRA 2 “improperios”, el recurso a “generalidades Hlamativas”, el amar a Jas cosas y a las personas por su nombre, identificéndolas sin ro- deos, el hecho de “trucar los dados” en su favor o de adberirse siempre a la causa ganadora, etc. Estos procedimients eran fécil- mente discemibles en los discurs2s teligiosos o politicos. En la década de los 40. cvando en los Estados Unidos toda ia atenci6n estaba centrada cn el esfuetzo bélico, la identificacién del propagandista dejé de ser un problema. Tampoco bast6 ya con afirmar que los medios de comunicacién de masas eran agen- tes eficaces para manipular la cpinién pttblica: era necesario lle var a cabo operaciones de inteligencia militar y poiftica, En este clima surgieron dos destacacos centros de andlisis de ja propa- ganda, Harold D. Lasswell y sus colaboradores comenzeron a tra- bajar en ia Experimental Division for the Study of Wartime Com- munications de la Bibliotece del Congreso de los Estados Unidos, mientras que Hans Speier, que habia organizado un pro- yecto de investigacién sobre las comunicaciones totalitarias en ia New School for Social Research, reunié an equipo de investiga- dores en el Foreign Broadcast Intelligence Service, perteneciente ala American Federal Communications Commission (FCC). La labor del grupo de la Biblioteca del Congreso (Lasswett y otros, 1965) estuvo centrada en las cuestiones basicas del muestreo, los problemas de la medicién, Ia fisbilidad y validez de las categor- as de contenido establecidas y, en ciefto sentido, prosiguieron con la tradicién del primitive andlisis cuantitativa de | comunicaciones de masas. El grupo de la FCC, entzetanto, basén~ dose en las emisiones radiofénicas internas del enemigo, traté de comprender y predecir los sucesos que tenfan lugar en el interior de la Alemania nazi y sus paises aliados, asi como de estimar fos, efectos que las acciones militares tenfan sobre el espiritu bélico de sus poblaciones. La ungencia de la informacién cotidiana deja- ba poco tiempo @ los analistas para formalizar sus métodos, pero, tras la contienda, GEORGE (19592) sometié al andlisis los volime- nes de informes de guerra que Fabian sobrevivido, para verificar Jos métodos desarroliados en el curso de ese proceso y validar I inferencias efectuadas con los documentos de los que entonces disponia. Estos trabajos dicron como resultado sv Propaganda Analysis, una obra que supaso contribucién fundamental paca la conceptualizacién de los objetivos y procedimientos del andlis del contenido. La premisa de que el propagandista obra de mane- Ta racional, en el sentido de que se atiene a su propia teorfa de lz 2 METODOLOGIA DE ANALISIS BE CONTENIDO propaganda al elegir sus aseveraciones, reorient6 el cje del andli- sis, aparténdolo del concepto neutral de “contenido compartido” para poner el acento en las condiciones que explican una comuni- cacién y los intereses que esas condiciones favorecen presummi~ blemente. Una herramienta particularmente iil para comprender los significados de esas emisiones radiofénicas fue el concepto de “propaganda preparatoria”: con el fin de asegurar el apoyo 2 una medida politica prevista, la poblaci6n afectada por ella debe ser preparada de manera que dicha medida le resulte aceptable. Los analistas de Ia FCC lograron predecir con éxito vatias cam- pafias militares y politicas importantes, evaluando las intuiciones de ia cspide nazi con respecto a su situacién, los cambios politi- cos acaecidos en el interior dei grupo dirigente y la modificacion de Jas relaciones entre los paises del Eje. Enire las predicciones més notables de los analistas britinicos debe mencionarse la fecha del despliegue de los cohetes V alemanes de largo alcance contra Gran Bretafia. Mediante el estudio de los discursos de Goebbels, el analista pudo inferir las interferencias que habfan existido en Ia producci6n de dichas armas y extrapolar con exac- fitud la fecha de su lanzamiento, semanas después, Entre las lecciones que supuso esta aplicacién se encuentran las siguientes: 1. El contenido no constitaye una cualidad absoluta u objetiva de las comunicaciones. Emisor y receptor pueden diferir radicalmente ‘en su manera de interprotar ciertas emisiones radiofénicas. Ade- mds, Ia secuencia de éstas y la situacién particular en que se cenewentra el seceptor son determinantes para el significado de las, somunicaciones. En otras palabras, el aspecto del contenido que ‘comparten todos los comunicadores carece comparativamente de Jmportancia para la compzensidn del proceso politico implicado. E] analista, que “mira por debajo de la superficie” de los mensajes, opagandisticos, formula predicciones o inferencias acerca de los némencs sin tener un acceso directo a renido no es identificable del mismo modo en que lo son las hue- lias dactilares, Los especialistas que habfan sometido los periddi- cos a un anélisis cuantitativo formularon inferencies, pero no las relacionaron con la sifuacién de Ia que emergian sus datos, y emr6- ‘neamente negaron su propia aportacién a la comprensicn de los mensajes que anelizaben. 3, Con el fin de interpretar los mensajes propagandfsticos o de dotar- los de sentido, es necesario contar con modelos elaborados sobre usTORIA 3 el sistema en el cual tienen Ingar las comunicaciones. El analista constraia dichos modelos de manera mds o menos explicita; pero mientras que en los primeros andlisis del contenido Ias comunica: clones de masas se consideraban unidades aisladas, el andlisis de Ja propaganda tiene en cuenta su naturaleza sistémica. 4. Los indicadores cuantitativos son muy poco sensibles y bastante burdos para suministrar interpretaciones politicas. Aunque se dis- ponga de la gran cantidad de datos que exigen los andlisis estadis. ticos, no conducen a Jas conclusiones “mds obvias” que los exper- tos en politica son capaces de extraer paralelamente observando ‘con més profundidad las variaciones cualitativas. Convencidos de que el andlisis del contenido no debia ocupar ‘on papel menor en la exploracién del intelecto humano, numero- sos autores (por ejemplo Kracaver, 1947, 1952-1953; Georos, 1959) pusieron en tela de juicio la creencia simplista de que aquél debiera dedicarse a computar Jos datos cualitativos. SMY- ‘THe (1954) sostuvo que esto revelaria la “inmadurez de la cien- cia”, al confundir objetividad con cuantificaci6n. No obstante, los propugnadores del enfoque cuantitativo hicieron en gran medida caso omiso de esta critica, y en su ensayo de 1949, “Why Be Quantitative”, Lasswett (1965a) continué sosieniendo que la cuantificaciém de simbolos era la tinica base para obtener inter- pretaciones cienti (GENERALIZACION DEL ANALISIS DE CONTENIDO Después de la segunda guerra mundial, y quiz4 como conse- cuencia del primer panorama integral del anslisis del contenido ‘que suministraron BERELSON y LAZARSFELD (1948) y BERELSON (1952), e] andlisis det contenido se ampli a numerosas discipli- has. Si bien es cierto que Ja comunicacién de masas dejé de ser su dominio empfrico exclusivo, las aplicaciones referidas a ellas fueron, y siguen siendo, predominantes. De hecho, algunos de los mayores proyectos de investigacién estaban relacionados con los medios de comunicacién publicos. Por ejemplo, LASSWELL i941) coneret6 su idea de un “estudio mundial sobre Ia aten- cién” sometiendo al anilisis los simbolos politicos de los edito- riales de medios de prensa oficialistas de Francia, Alemania, Gran Bretaria, Rusia y los Estados Unidos, asi como los que apa- 24 METODOLOGIA DE ANALISIS DE CONTENDO recfan en discursos polficos importantes. Su intenci6n era poner a prueba la hip6tesis ce que se habfa puesto en marcha una “revolucién mundial” (Lasswett y otros, 1952). La propuesta de GerBNe (1969) acerca de utilizar “indicadores culturales” fue ejemplificada en su andlisis, levado a cabo por décimo afio con- secutivo, de los programas televisivos de ficcién emitides duran- te una semana, principalmente con el objeto de establecer las dosis de violencia de distintas redes de televisiGn, investigar sus tendencias y ver de qué manera diversos grupos de 1a poblacion (mujeres, nifios, personas de edad avanzada, etc.) eran descritos en la televisiGn norteamericana (GERBNER y otros, 1979). En el campo de la psicologfa, el andlisis del contenido se centré ‘en tres aplicaciones primordiales, La primera fue el anilisis de los egistros verbales para descubrir caracteristicas motivacionales, psicolégices 0 de la personalidad. Esta aplicacién instaur6 una tra- icién propia desde que ALporr (1942) publicd su tratado sobre el uso de los documentos personales, desde la publicacién por par- te de BaLDwin (1942) de su Personality Structure Analysis para verificar Ia estructura cognitiva, y desde los estudios de WHITE (1947) sobre los valores. Una segunda aplicacién apareci6 determi- nada por la reunién de datos cualitativos en forme de respuestas a preguntas abicrtas, respuestas verbales a los tests y elaboracién de los relatos del Test de Aptitud Temética. En este caso, ef anlisis del contenido adquiri6 el cardcter de una técnica complementaria, que permitia al investigador utilizar datos que s6lo podian reunirse sin imponer al sujeto una estructuracion demasiado excesiva, y convalidar entre sf los hllazgos obtenidos mediante distintes té¢- nicas. La tercera aplicacisn estaba relacionada con los procesos de comunicacién de los que cl contenido forma parte integral. Por ejemplo, en su obra Interaction Process Analysis, BaLEs (1950) demostr6 que los intercambios verbales en pequeflos grupos podian utilizarse como datos para analizar los procesos que se daban en ellos. Los antropélogos comenzaron a utilizar las técnicas del anslisis de contenido para el examen de los mitos, leyendas y acertijos; el andlisis componencial de la terminologta del parentes- co fue uno de los numerosos ejemplos de las contribuciones espe- cffieas de esta disciplina al andlisis del contenido. Los historiado- res siempre habfan buscado métodos més sistematicos para el examen de grandes conjuntos de documentos hist6ricos disponi- bles, y vieron en el andlisis de contenido el instrumento adecuado. El material educativo, que durante mucho tiempo fue el centro de IsTORIA 25 atencién de los cientificos sociales, pasé a constituir uns rica fen te de datos tanto para realizar irferencias sobre los procesos de Ja lectura (FLESH, 1948-1951) como para comprender las tendencies més amplias, de carfcter potitice, actitudinal y valorative, que puc- den aparecer en los libros de texto. El problema de la identifica cién de los autores de documentos no firmados (un problema de ‘origen antiguo entre los eruditos de la literatura) fue abordado con éxito mediante estas nuevas téenicas: y asf sucesivamente. Pero esta proliferacién trajo consigo una pérdida de cleridad: todo pare- fa susceptible de ser sometido al andlisis del contenido, y todo andlisis de fenémenos simbélicos se convirtié en un andlisis de contenido. En 1955, el Social Science Research Council’s Committee on Linguistics and Psychology organiz6 una conferencia sobre el zné- lisis del contenido, respondiendo de esta manera al creciente inte- rés por este tema, Los participartes provenian de disciplinas como Ja psicologia, las ciencias politicas, la literatura, la historia, Ia antropologia y la Tingtifstica. Sus aportaciones aparecieron en un volumen compilado por Pool, Trends in Content Analysis (1959). ese a las obvias divergencias er cuanto al interés y enfoque de los participantes, Pool observaba ura coincidencia considerable, y a menudo sorprendente, en lo que se refiere a dos aspectos: existia una agude preocupacién por los problemas de las inferencias reali- zades a partir del material verbal con respecto @ sus circunstancias antecedentes, y se insistfa en el emputo de las relaciones intemas entre sfmbolos, y no en el cOmputo de las freenencias de aparicién de los mismos simbolos (Poot, 1959, pég. 2). ANALISIS DE TEXTOS POR ORDENADOR A fines de la década de los 50 se produjo un considerable auge del interés por Ja traduccién automitica, Ia preparacin automsti- ca de restimenes y los sistemas mecdnicos de recuperacién de informacién. Se desarrollaron lenguajes de computacién espe ciaimente apropiados para el procesamiento de datos literales, ¢ incluso aparecieron revistas esp2cializadas en fas aplicaciones del ordenador a la psicologia, las humanidades y las ciencias socia- Ics. El volumen a menudo cuantioso de documentos escritos ¢ ebfan analizarse, asf como la repetitividad de esta tarea, conver- an al ordenador en un sliado natural de los especialistas en and- -METODOLOGIA DE ANALISIS DE CONTENIDO lisis del conteni¢o. Una vez. que la evolucion de los soportes l6gicos [software] conviriié al ordenador en un instrumento cada vez més eficaz para procesamiento de datos alfabéticos (en oposicién a los numési- 08), se pudo contar con programas para el c6mputo de palabras, Jos cuales sirvieron de base, entre otras cosas, para una mueva dis- ciplina, posterionmente Hamada “estilfstica compuracional” (SzDE- Low y SEDELOW, 1966) y produjeron una revolucién en las tediosas tareas relacionadas con las obras literarias (por ejemplo, el estable- cimiento de concordancias). Probablemente fueron SEREOK y ZiEPs (1958) quienes abordaron primero un anélisis de contenido por ordenador en el gue se apliceron rntinas de recuperacién de infor- macién para snalizar unas cuatro mil leyendas populares de los cheremis.* El trabajo de Hays (1960) Automatic Content Analysis, publicado por la Rand Corporation, exploraba Ia posibilidad de crear un sistema de computecién para el andlisis de documentos politicos. Ignorantes de estos avances, Stone y Bales, que estaban levando a cabo un estudio temético de grupos de interaccién cara a cara, disefiaron y programaron la versién inicial del sistema General Inquirer. Una versién posterior de este sistema, asf como numerosas aplicaciones que iban desde la ciencia politica hasta la publicidad y desde la psicoterapia hasta el andlisis literario, fueron resentadas por STONE y otros (1966). Desde esa fecha, el Sistema a sido ampliado y perfeccionado y se ha hecho extensivo a otros ambitos lingitsticos distintos del inglés. Los usos del ordenador en el anflisis de contenido se vieron estimulados tambign por los desarrollos que navieron lugar en ottos campos, La psicologfa se interes6 por simular la cognicién humana (ABELSON, 1963). NewELL y SIMON (1963) crearon un método computacional para la resolucién de problemas (huma- nos). En la lingtifstica surgieron numerosos enfoques de andlisis sintdctico y la interpretacin seméntica de las expresiones lin- gifsticas. La inteligencia artificial se centr en la creacién de méguinas que pudieran comprender los lenguajes naturales. En 1967, la Escuela de Comunicaciones de Annenberg auspi- tuna importante conferencia sobre él andlisis de contenido, en Ja que investigadores pertenecientes a numeroses. disciplinas tuvicron Is oportunidad de presentar sus propias téenices compu- * Los eheremis son un pueblo finés oriental de Ia regién de Kazén, en la sepiblies sovicice de Tara. [2] FISTORIA n tacionales, comparar la eficacia de distintos enfoques y proyectar las necesidades futuras. Ademés, Ia conferencia sirvid como pla- taforme pera cotejar los diversos enfoques sobre ef andlisis de contenido. Los debates giraron en tomo 4 las dificultades para registrar las comunicaciones no verbales (visuales, vocales y musicales), la necesidad de establecer categorias estandarizadas, el problema de la obtencién de inferencias y, en particular, el papel de las teorfas y de las construcciones analiticas, todo lo cual plantes, en esencia, problemas metodolégicos y no computa- cionales. BARCUS (1959), que habfa reunido gran parte de 1a bibliografia sobre e! anélisis det contenido, expuso una resefia acerca de su uso-en la investigacién y la docencia en los Estados Unidos. Estas coniribuciones fueron sintetizadas en un volumen compilado por GERBNER y otros (1969), cuya publicacién coinci- di6 con una revisién del estado de la cuestién sobre este campo realizada por Hoxstt (1969). En sintesis, se puede afirmar que el andlisis del contenido ha Jlegado a ser un método cientifico capaz de ofrecer inferencias a partir de datos esenciaimente verbales, simbélicos o comunicati vos. Més alld de su continuo compromiso con cuestiones psicols. gicas, sociolégicas y politicas sustanciales, en los siitimos ochen- tm alos ha aumentado de forma exponencial el interés por el uso de esta técnica y se ha procurado establecer criterios adecuados de validez. Consideramos que esto indica una madurez cada vez mayor. 2, Fundamentos conceptuales El anélisis de contenido tiene su propio método para anélizar tos datos, que procede en gran medida de su manera de considerar el objeto de andlisis, es Gecir, el contenido. En este capitulo se exponen los Fundamentos conceptua- les del andlisis de contenido, se ofrece una definicién de este fimo, se desarrolla un marco de referencia con fines prescriptivos, analiticos ¥ moto doldgicos, y se compara el anflisis de conienido ean otras teenicas de la ciencia social DEFINICION Proporcionaremos ls siguiente definicisn: Elandlisis de contenido es una técnica de investigacién desti- nada a formular, a partir de ciertos datos, inferencias reproduci- bles y vélidas que puedan aplicarse a su contexto. Como técnica de investigacion, el andlisis de contenido com- prende procedimientos especiales para el procesamiento de datos cientfficos. Al igual que :odas Jas restantes técnicas de investiga- cién, su finalidad consiste en proporcionar conocimientos, nue- vas intelecciones, una representacién de los “hechos” y una gufa préctica para le accién. Es una herramienta, De cualquier instrumento de la ciencia se espera que sea fia- FUNDAMENTOS CONCEPTUALES 29 ble. Mas concretamente, si otos investigadores, en distintos momentos y quizés en diferentes circunstancias, eplican la misma técnica 2 los mismos datos, sus resultados deben ser los mismos gue se obtuvieron originalments. Este es el requisito que se tiene en cuenta al decir que el andlisis de contenido debe ser reprodu- ible. Otra definicién, la de BERELSON (1952), sostiene que el a sis de contenido es “una técnica de investigacién para la descrip- cin objetiva, sistemdtica y cuantitativa del contenido manifies de la comunicacién” (pag, 18). Por supuesto, el requisito de q la técnica sea “objetiva” y “sistemética” estd incluido en nuestra definicién, cuando hablamor del requisito de reproducibitidad Para que un proceso sea reproducible, las regias que io gobierian deben ser explicitas ¢ igualmente aplicables a todas las unidades de andlisis. No obstante, hemos exciuido de nuestra definicién varios requisitos que Berelson plantea en la saya, ea gran medida Porgue son, © bien poco claros, o demasiado testrictivos. P: ejemplo, Berelson incorpora el atributo de que el contenido sea “manifiesto” simplemente para asegurar que la codificacion de los datos en el andlisis de contenido sea intersubjetivamente ver ficable y flable, Esta definicién ha provocado que muchos estu- diosos piensen que los contenidos latentes estiin excluidos dei andlisis. La exigencia de que la descripcién sea “cuantitativa” es andlogamente restrictiva: si bien en muchas actividades cienttli- cas la cuantificaci6n es importante, los métodos cualitativos han demostraco su eficacia, particularmente en [o que se refiere a extraer de la propaganda infoomacién utilizable con fines politi- cos o militares, asf como en psicoterapia y, sungue parezca extra- fio, en el anélisis por ordenador de datos lingilfsticos, donde las consideraciones cualitativas resultaron fundamentales para esiablecimiento de algoritmos adzcuados. Le principal objecién que puede hacerse a In definicién de Berelson es que no explica en qué consiste el “contenido” o cual deberia ser el objeto de un andlisis de contenido. Para alganos investigadores, el “andlisis de contenido” no parece designar otra cosa que el cémputo de evalidades (palabras, atributos, colores): para otros, esa expresi6n sugiere la existencia de un método para “extraer” contenidos de los datos, como si estuviesen objetive- mente “contenidos” en éstos. Ninguna de estas concepciones aborda el niicleo del problema del andlisis de contenido. Nuestra definicién procura ser explicita en lo relativo al objeto METODOLOGIA DE ANALISIS DE CONTENIDO Gel andlisis de contenido; pero dado que esto tal vez no resulte inmediatamente claro, procederemos por etapas. Intuitivarnente, el andlisis de contenido podria caracterizarse como un método de investigacién del significado simbélico de Jos mensajes.iLa mayorfa de los expertos en andlisis de contenido probablemente tengen esta idea en mente, y dicha caracterizacién podrfa parecer rezonable si no fuese por dos connoteciones equi- ‘voces, por lo menos, que una buena definicién debe eviter. En primer lugar, flos mensajes no tienen un tinico significado que nécesite “desplegarse”, Siempre ser posible contemplar los datos desde mehtiples perspectivas, en especial si son de naturale- za sisabélica. En cualguier mensaje escrito se pueden computar letras, palabras u oraciones; pueden categorizarse Jas frases, des- cribir Ia estructura ldgica de las expresiones, verificar las asocia- ciones, denotaciones, connotaciones o fuerzas ilocutivas; y tam- bién pueden formularse interpretaciones psiquidtricas, socioldgicas o politicas. Todas estas cosas pueden poscer velidez de forma simulténea, En suma, un mensaje es capaz de transmitir una multiplicidad de contenidos incluso a un tinico receptor. En estas circunstancias, la pretensi6n de haber analizado ef conteni- do de ia comunicacién trasluce una posicién insostenible, En segundo lugar,tno es necesario que exista coincidencia acerca de los significados.4Si bien el consenso 9 el acuerdo inter- subjetivo sobre lo que significa un mensaje simplifica enorme meate el anilisis de su contenido, dicho acuerdo sélo existe en selacién con los aspectos m4s obvios o “manifiestos” de las comunicaciones, 0 bien para unas pocas personas que comparten la misma perspectiva cultural y sociopolftics. En general, ningu- na de estas condiciones reviste interés. Asf, pues, diffciimente la coincidencia puede servir como presupuesto para un andlisis de contenido. En las interacciones entre un psiquiatra y su paciente, tun especialista avezado conversa con un lego acerca de los pro- blemas de este ditimo: no pusde presumirse que sus perspectivas sean iguales. Incluso los expertos en artefactos antropol6gicos, 0 en arte, comumicacién no verbal y politica, suelen discrepar con sus informantes (los nativos o los participantes en algunas de esas actividades) acerca de Ia forma en que deben inierprerarse los simbolos que ellos utilizan. Los oradores, 0 aquellos que pronuncian discursos piblicos tienden a emplear expresiones ambiguas de forma premeditada, poniendo asf de manifiesto su conciencia asimétrica del hecho de que los mensajes son capaces FUNDAMENTOS CONCEPTUALES 3 de transmitir distintas cosas a distintas personas. En consecuen- cia, los sigaificados se refieren siempre a un comunicador. El rasgo més caracterfstico de los mensajes es que informan a una persona de manera vicaria, proporcionando al receptor un conocimiento acerca de hechos o sucesos que se producen en un ugar lejano, acerca de objetos que quizés existieron en el pasado © acerea de las ideas de otras personas. Los mensajes y las comunicaciones simbdlicas tratan, en general, de fenémenos distintos de aquellos que son directamente observados. La natu- raleza vicaria de las comunicaciones simbéticas ¢ lo que obliga al receptor a formular inferencias especificas, a partir de los datos que le proporcionan sus sentidos, en relacién con ciertas porcio- nes de su medio empfrico. A este medio empfrico lo denomina- mos ef contexto de los datos, Asimismo, advertimos que siempre es una persona concreta quicn formula esas inferencias partir de los datos sobre su contexto; y, por ello, es esa persona quien distingue si sus experiencias son vicarias 0 directas, si algo es simbélico 0 no simbélico, o si el dato de que dispone es un men- saje sobre alguna otra cosa o es un hecho gue despliega su propia existencia y estructura, El analista del contenido es también un receptor dé datos, aunque probablemente difiera de manera radi- cal de los comunicadores comunes, que quizds asignen significa- dos de forma ratinaria e inconsciente, y sin justificaciGn empfri- ca, Si bien el anslisis del contenido puede ocuparse de formular la clase de inferencias que efectiia algiin receptor cuando trata de comprender las Comunicaciones simbolicas, la técnica ha sido generalizada, y alcanza probablemente su mayor grado de éxito al aplicarla @ formes no lingiisticas de comunicacidn, donde las pautas presentes en los datos son interpretadas como indices y sintomas, de los cuales los comunicadores no avezados tal vez ya no sean conscientes, La formulacién de inferencias especificas que es Ia clave ‘que distingue entre el procesamiento de datos sitmbélicos y de datos no simbélicos, delineando asf el Ambito del andlisis del contenido— no esté enteramente ausente de otras definiciones. Por ejemplo, Holsti y Stone abogan por una definicién que se aparta de Ia de Berelson por lo menos en dos aspectos importan- tes, En primer lugar, reconoce el carticter inferencial de la codifi- cacién de unidades textuales en categorias conceptuales. En segundo lugar, convierte las inferencias en su principal preocupa- cin: “EI andlisis del contenido es una técnica de investigacién METODOLOGIA DE ANALISIS BE CONTENIDO para formular inferencias identificando de mancra sistemética y objetiva ciertas caracteristicas especificadas dentro de un texto” (Stone y otros, 1966, 04g. 5). Si bien esta definicién reconoce la naturaleza inferencial de la identificacién de les formas de les ideas, valores y actitudes a los que se aplica el andlisis del conte- nido, no explica la importancia de relacionar dicha clasificaci6n, categorizacién y c6mputo de la frecuencia de estas formas con otros fenémenos. ¥ esto es necesario si se quiere que los resulta- dos del anélisis de contenido tengen un significado empfrico. Ya en 1943, Janis (1965) apuntaba la necesidad de convalidar los resultados de! andlisis de contenido de la comunicacién de masas relaciondndolos con las percepciones del piblico o con los efec- tos en el comportamiznto de éste. También nosotros exigimos que el andlisis de contenido sea predictivo de algo en principio observable, que facilite la toma de decisiones o que contribuya a conceptualizar la porcién de la realidad que dio otigen al texto analizado. Con este fin, sugerimos que cualquier andlisis de con- tenido debe realizarse en relacién con el contexto de los datos, ¥ Justificarse en funcisn de éste. Creemos, ademas, que todas las teorfas del significado, todas las teorias de los fendmenos simbélicos, incluidas las que se ocu- pan del contenido del mensaje, se asemejan entre s{ por la impor- tancia que conceden a la relacién entre los datos y su contexto. En su sentido més elemental, los datos son estimulos fisicos 0 vehfculos-signos, como las marcas negras sobre un papel blanco. Sin embargo, el interés por el significado parte casi siempre de niveles superiores de abstraccién, como documentos escritos, peliculas cinematogrificas, didlogos verbales y pinturas, por mencioner sdlo unos pocos casos. El contexto es su medio. Habi- tualmente, e] analista esta en condiciones de elegir el medio y la manera de conceptualizarlo. Un lingtiista puede limitar su foco de atencién al entomo lingtifstico de las palabras y expresiones. Un socidlogo quizé reconozca el significado de un acto situéndo- Jo dentro del contexto social de Ia situacidn en la que ocurri6. Un investigador de las comunicaciones tal vez. interprete el signitfica- do de un mensaje en relacién con las intenciones del emisor, los efectos cognitivos 0 cenductuales que ejerce sobre el receptor, las instituciones dentro de las cuales se produjo el intercambio o fa cultura en la que deseripefia un papel FUNDAMENTOS CONCEPTUALES 33 ELABORACIONES Sin entrar en un posterior anilisis de Jos términos en que se expresan los mensajes, algunos ejemplos podrén aclarar mejor de qué manera la definiciOn se aptica a situaciones prcticas. Consi- dérese el caso del analista de emisiones radiofénicas del enemigo en época de guerra, que procura evaluar el grado de apoyo popt- lar gue tienen las politicas adoptadas por los circulos gobernantes del pais enemigo. En época de paz, un problema de esta indole quizé podria resalverse mediante una encuesta de opinién piblie: © una inspeccién in situ. Durante la guema, dicha informacién, por lo general, es inaccesible, y el analista se ve obligado a obte~ nerla por medios indirectos. En este caso al analista no le interess Jo que el propagandista intenta transmitir, ni tampoco le molesta que sus inferencias no sean compentidas por los oyentes ordina- rios, En realidad, puede que tenga buenos motivos para descartar los significados manifiestos de los mensajes, considerando que éstos mienten, Lo que no puede ignordr es que las “emisiones radiof6nicas del enemigo” forman parte de un proceso politico inaccesible pero real, que incluye una poblaci6n civil, su circle gobernante, los militares y 1as condiciones sociales, politicas y econémicas del pats. Por propia decisién det analista, los actores de este proceso constituyen e] coatexto de las emisiones radiofé- njcas. Dentro de ese contexto se sitian los fenémenos que Ie inte- resan, a saber: el grado de apoyo popular que recien las politicas de los gobernantes. Con cl objeto de formular una inferencia da acerca de dicho apoyo popular a partir de las emisiones radio- fonicas que se difunden en el pais, el analista debe conocer en alguna medida las relaciones existentes entre los principales ele~ mentos que intervienen en el proceso politico, ‘Tampoco los historiadores son jamds simples recopiladores de documentos. La fescinacién que producen procede de Ie recans~ tmuccién simbélica de sucesos ¢cl pasado, a la que es posibl acceder gracias a los textos disponibles. Sin duda, todo histozia~ dor debe poseer el profundo arhelo de entrevistar a Césaz, a Nietzsche 0 a los esclavos africanos que entraron en Améric durante la época colonial, si ello fuera posible; pero dado que las cartas, libros, instrumentos y otrcs registros elaborados por otras personas, no prevén cudles han de ser los interrogantes del histo- iador, éste tiene que buscar respuestas por métodos indirectos. Cuando un historiador sc cmpefia en inferir acontecimientos 2 34 MBTODOLOGIA DE ANALISIS DE CONTENIDO partir de documentos (DIBBLE, 1963), est practicando, por defi- nicién, un andlisis de contenido, Por lo tanto, no ha de sorprende- que los historiadores siempre hayan exigido que les documentos se sitéen dentro del contexto historico apropiado, Una vez deli- neado este contexto, las brechas en los detalles persinentes se Ile- nan extrayendo inferencias a partir de numerosos fragmentos de informacién. Los métodos hist6ricos contribuyen a crear una red de relaciones que, en sitima instancia, pueda dar respuesta a los inierrogantes originalmente planteados. El proceso de disminu i6n de la incertidumbre en un Ambito no observable es de caréc- ter inferencial, y de hecho es el mismo que sigue el andlisis de contenido. La psicologia tiene una larga tradici6n en lo referente al desa- rrollo de teorfas y la construcciéa de pruebas empiricas con ua grado de generalidad establecido mediante experimentos reitera dos. El anélisis de documentos personales que llevan a cabo los psicdlogos (ALLPorT, 1942) se ajusta claramente a la descripcion del andlisis de contenido: su finalidad y su contexto los lleva ¢ ‘ocuparse de temas como Ia cognicién del autor dei documento, sus actitudes, personalidad o psicopatologia, todo lo cual pods haberse medido mediante sécnicas mas directas si el autor estu viera disponible. En el curso del andlisis de los documentos per- sonales han surgido une variedad de técnicas de inferencia (por cjemplo, la raz6n tipo figuracidn, el cociente de alivio de la inco modidad, la grafologia, la nomma de legibilidad, los tests de aper- cepeisn temdtica) destinadas a relacioner la sintaxis y las expre siones que aparecen en los documentos esczitos con caracter(sticas propias de su autor. En psicologta, el andlisis de contenido es una préctica cotidiana, aunque tal vez no siempre se haya etiquetado de esa manera, Por supuesto, el dominio tradicional del andlisis de contenide ha sido el de le comunicecion de masas, Los investigadores sue- len interesarse por averiguar las caracteristicas del commnicador, los efectos que su mensaje ejerce sobre el auditorio, el grado de ensign publica, el clima sociopolitico, los procesos de mediaciér de los valores, los prejuicios, las diferenciaciones cultrales, lac limitaciones institacionales, etc. Cuando un andlisis de contenido se ocupa, por ejemplo, de las percepciones del piiblico, estd ch ramente implicito el contexto de Ia comunicacién de masas; pero éste resulta menos claro cuando el investigador sélo pretende describir en qué consisten las comunicaciones. Entonces parece FUNDAMENTOS CONCEPTUALES 35 que toda inferencia ha sido omitida, y que la finalidad descriptiva no puede setisfacer nuestra definicién del andlisis del contenido. Pero no es asf. ‘Veamos el caso de las elucidaciones “puremente descriptivas”, segtin se les ama, de las tendencias politicas, el prejuicio racial o la violencia televisiva. Si bien diches elucidaciones pueden pre- sentarse como “fécticas”, sélo tienen un significado dentro del contexto de los problemas sociales que les otorgan pertinencia. Seria muy raro que alguien emprendiera una descripcidn sistem- tica de algo sin tener en mente alguna intencién o implicacién. 1La forma en que un analista conceptualiza y describe las tenden- cias u orientaciones, los prejuicios y la violencia, nunca es del todo arbitraria, Tal vez el lenguaje descriptivo utilizado sea cl de Ia institucién o persona que Je encomendé el andlisis de conteni- do; tal vez se acomode a las percepciones de un ptiblico determi- nado o a los intereses de un productor de programas para una cadena radiofénica 0 televisiva, 0 quizd refleje los estereotipos culturales 0 las convenciones literarias vigentes. Sea como fuere, toda descripcién supone inferencias, por primitiva que sea. La cuantificacién de Ia violencia televisiva, por ejemplo, diffcilmen- te podria justificarse si no pusiera de manifiesto una correlacién con otros fenémenos (conducta agresiva 0 delictiva), 0 si no pre- tendieta mostrar alguna correspondencia con las percepciones de los integrantes de un piblico determinado, u ofrecer algiin apoyo firme para favorecer ia aplicacién de una politica, El andlisis de contenido, aun cuando tenga finalidades s6lo descriptivas, no debe ser ajeno a las consideraciones relacionadas con la validez, y tiene que estar especificamente vinculado con el contexto al ‘que pertenecen los hallazgos. MARCO DE REFERENCIA CONCEPTUAL La definicién del andlisis de contenido establece el objeto de investigacién y situa al investigador en una posicién concreta frente a su realidad. Baséndonos en trabajos anteriores (KRIPPEN- DORFF, 1969a, pags. 7-13), ofrecemos a continuacién un marco de referencia conceptual dentro del cual puede representarse el papel que desempefia el investigador. Este marco es simple y general, y en él s6lo se recurre a unos pocos conceptos basicos: 36 METODOLOGIA OF ANALISIS DE CONTENIDO © Los datos, tal como se comunican al analist. © El contexto de los datos. + La forma en que ef conocimiento del analista To obliga a dividic su realidad. + Hl objetivo de wn anilisis de contenido. + La inferencia como tarea intelectual basica, + Lavatidez como eriterio supremo de éxito. Este marco de referencia tiene tres finalidades: es prescriptivo, analitico y metodolégico. Es prescriptivo en el sentido de que debe guiar la conceptualizacién y ef diseno de los andlisis de contenido précticos en cualquier circunstancia: es analitico en el sentido de que debe faciliter ef examen critica de los resultados del anilisis de conteride efectuado por otros: y es metodol6gico en el sentido de que debe orientar ef desarrollo y perfecciona- miento sistemdtico de los métodos de anilisis de contenido. En todo andlisis de contenido debe quedar claro qué datos se analizan, de qué manera se definen y de qué poblacién se ex- raen. Los datos son lo aico disponible para el especialista en anélisis de contenides, y no su contexto. Los datos exhiben su propia sintaxis y estractura, y se describen en funcién de unida- des, categorfas y variables, 0 son codificedos de acuerdo con un esquema multidimensional. Los datos son los elementos basico: primitives, del andlis:s de contenido, y constituyen la superficie gue el analista debe tratar de penetrar. La comunicacién de los datos al analista es uaidireccional, El es incapaz de manipular la realidad; no dispone de una realimentaci6n corrective con la fuente que, por razones propias, le suministra informacién; se ve obligado, pues, a estvdiar una porcién de su universo de manera discreta, Por ejemplo, el analista de la propaganda bélica no pue- de interaccionar con los miembros de los grupos dirigentes del enemigo que le interesan; tampoco el andlisis de contenido de los medios de comunicaci6n puede influir en Ia situacion en ta cual se producen, difunden y reciben nuevas noticias, nuevos especti- culos, que a st vez se convierten en una variedad de conducta del piblico (ni tampoco puede rectear dicha situacién). En todo andlisis de contenido debe hacerse explicito el con- texto con respecto al cual se analizan los datos. Si bien los datos aparecen disponibles de una manera directa, su contexto lo cons- truye el analista con el fin de incluir todas las condiciones cizcun- dantes, antecedentes, coexistentes 0 consecuentes. La necesidad FFUNDAMEYTOS CONCEPTUALES 37 de delinear e! contexto de] andlisis es particularmente importante porgue no existen Ifmites légicos en cuanto al tipo de contexto que un anslista puede querer considerar. trabajo de investigacién debe definir los limites mas allé de los cuales no podra extenderse el antlisis. Bl andlisis de contenido, las conven- ciones de cada disciplina y los problemas précticos dictaminan con frecuencia la eleccién de esos Hmites. Los psicélogos s6lo suelen interesarse en un autor individual, un politico, uma perso- nalidad histérica o un paciente psiquiditico. Los investigadores de la comunicacién suclen situat los mensajes en el contexto de la interacci6n entre emisor y receptor. Et analista de emi radiof6nicas enemiges tal vez ya tenga en mente ciertos aspect de la nacién enemiga, en cuyo contexto cobraré sentido la con- ducta propagandistica de su elite gobernante. Si bien los limites de un contexto son arbitratios, es beneficioso definitlos de modo gue exista alguna unidad estructural, alguna manera natural de dividir ¢] universo entre lo que es pertinent y Io que no Io es, En cualquier andlisis de contenido, los intereses y conocimien- tos del analista determinan la ccnstruccién del contexte dentro del cual realizard sus inferencias. Por lo tanto, es importante que conozca el origen de sus datos y ponga de manifiesto los supues- tos que formula acerea de ellos y acerca de su interaccién con él medio. Debe ser capaz de distinguir entre dos clases de cono miento: en primer lugar, aquel cuya naturaleza es variable o ines- table. y con respect a enyo estan, forma a valor el analista no puede tener, en consecuentcia, certidumbre alguna, y en segundo lugar, debe saber que existen ciertas relaciones entre las variables que son permanentes, fijas o estables. Como sucede con todo conocimiento, esta distincién se modificaré en el transcurso del tiempo, En realidad, los andlisis de contenido aplican los datos y conocimientos disponibles sobre _as configuraciones estebies con el fin de disipar la incertidumbre acerca de la pauta inestable gue presenta el contexto de sus datos. En todo anilisis de contenido, debe enunciarse com claridad la finalidad w objetivo de las inferencias. El objetiva es lo que el analista quiere conocer. Dado que el andlisis de contenide sumi- nistra un conocimiento vicario, informacién acerca de alge que no puede observarse directamente, ese objetivo se sitda dentso de la porcién variable del contexto de los detos disponibies. Es cier- to que pueden realizarse muchos estudios exploratorios, en cuyo transcurso el investigador decidiré en qué centraré su atencién; METODOLOGIA DE ANALISIS DE CONTEND? pero al final tiene que adoptar un rumbo claro. Sélo si el objetivo del andlisis de contenido es enunciado de manera inequivoca podiré juzgar si lo ha podido completar y aclarar el tipo de prueba que Finalmente sea necesaria para convalidar los resultados, ‘La pretensién de haber analizado una muestra representative del New York Times puede ser especifica respecto de los datos, pero ambigua en lo referente al contexto y al objetivo perseguid. De hecho, puede que el andlisis haya olvidado por completo la caracteristica simb6lica de este medio. Un titulo como “Anélisis de contenido de los carteles en las paredes en China” es andloge- mente incierto, mientras que “Prediccién de las decisiones del ciroulo gobemante a partir de los carteles en las paredes en Ch:- na”, 0 “Lo que aprende el piiblico chino sobre la adopcién de Gecisiones polfticas a partir de los carteles de las paredes”, hacen al menos referencia a algdn contexte e indican wna finalidad. En todo andlisis de contenido la tarea consiste en formular inferencias, a partir de los datos, en relacién con algunos aspec~ tos de su contexto, y justificar esas inferencias en funci6n de Jo gue se sabe acerca de los factores estables del sistema en cues- 1idn. Mediante este proceso se reconocen los datos como simb6L- ‘cos © como susceptibles de proporcionar informacién acerca Ge algo que le interesa al analista Para llevar a cabo justificar esas inferencias, el anslista del contenido debe contar con relaciones relativamente estables entre los datos y el contexto (o construir una teorfa operacional de esés relaciones), incluida la aportacidn de los factores mediadores. Se llama consérucci6n analitica a una teorfa de ésas relaciones, muladas de tal manera que los datos aparezean como sus varia~ bies independientes, y <1 objetivo forme parte de sus variables dependientes. Asi, pues, una construcciGn analitica ofrece regles de inferencia, sirviendo como puente \égico entre los datos dis- ponibles y la finalidad incierta situada en su contexto. No basa con saber que las relaciones entre Los datos y el contexio sca estables; es preciso conocer también su forma especifica, Al tra- tar de predecir el desenlace de una decisién politica partiendo de las noticias que ofrecen los medios de comunicacién de masas, no basta con saber gue éstos desempefian un papel importante en el proceso politico: es preciso conocer qué elementos, asever ciones o argumentos inflayen en dicho proceso en una direccién oen otra, Lo que se necesita es conocer la naturaleza de esta rela- ign. FONDAMENTQS CONCEPTUALES 39 En todo andlisis de contenido hay que especificar por adelan- ado el tipo de pruebas necesarias para validar sus resultados, © hacerlo con fa suficiente claridad como para que Ia validacién resuite concebible. Si bien Ja razn de scr del andlisis de conteni- does jusiamente la falta de pruebas directas sobre Ios fendmeaos en juego, los cuales deben por ello ser objeto de inferencia, al menos debe contarse con criterios claros para una validacién de los resultados, con el fin de que otros individuos puedan recoger las pruebas adecuadas y comprobar si las infetencias son de hecho exactas. Esta validacién ex post facto no es una simple cuestién de curiosidad. De la misma manera que sélo se puede aprender cuando se distingue entre el éxito y el fracaso, asi tam- bign In metodologia del anilisis de contenido slo puede progre- sar si se efecttian esfuerzos sistematicos para validar sus resulta- dos. Con mucha frecuencia los andlisis de contenido se consideran casos singulares, y jams se intente su repetici6n, 0 Dien se conceptualizan de manera tan insuficiente que resulta imposible pedirle al investigador que aclare cOmo serfa una prue- a adecuada de validez. Estos anslisis de contenido son empitica- mente intitiles y contribuyen muy poco a la metodologia del and- lisis del contenido. Un buen ejemplo de una validacién ex post facto se halla en el trabajo de GEORGE (1959), al examinar los documentos incauta- dos tras la segunda guerra mundial, con el objeto de averiguar hasta qué punto habfan sido acertadas las aseveraciones de los analistas de propaganda de la FCC, y evaluar asf las diferentes técnicas que utilizaron, Janis (1965) propuso un método indirec- to para validar las percepciones inferidas del piblico, correlacio- nando los resultados del andlisis de contenido con el compora- miento de este siltimo (por ejemplo, su conducta electoral, su consumismo o su agresividad). Este marco de referencia se sintetiza en Ja figura 1. En ella se sugiere gue los datos se disocian de sus fuentes 0 de sus condi- ciones circundantes y se comunican al analista de manera unidi- reccional. Este los sitda en un contexto que construye basfindose en su conocimiento de esas condiciones circundantes de los datos, incluido lo que desea conocer acerca del objetivo dei andli- sis. Sus conocimientos sobre las relaciones estables dentro del sistems de interés se formulan como construcciones analiticas que le permiten extraer inferencias concernientes al contexto de Jos datos. Los resultados del andlisis de contenido deben repre- 40 METOOLOGIA DP AWALISIS DE CONTENIDO sentar alguna caracteristica de la realidad, y la naturaleza de esa teptesentaci6a debe ser en principio verificable. Figura J. Marco de referencia para el anilisis de contenido. Distincrones Toda técnica de inestigacién tiene su propio ambito empitice, Puede utilizarse incorrectamente, aplicandola allf donde otros meétodos quizd resultacian més eficientes. Con el objeto de que el andlisis de contenido se aproveche al maximo de sus posibilida- des potenciales, compararemos su ambito empfrico con el de otras técnicas de investigaci6n social. En la figura 2 se sintetizan estas distinciones, recurriendo a las tres dimensiones més impor- fantes de contraste. Alf aparece el andlisis de contenido en uno de los vértices del eubo, en tanto que los restantes métodos se hallan dispersos en distintos puntos. Enunciaremos estos contras- tes en forma de proposiciones. 1, El andlisis de contenido no es una técnica intromisiva Desde Heisenberg sabemas que los actos de medicién que inter- vienen en el comportamiento de los fenémenos que se desean estudiar crean observaciones contaminadas. tanto mas cuanto mas profundo sea el sendeo de! observador. En lo que se refiere a las ciencias sociales, WeBB y otros (1966) han enumerado las diversas maneras en que Jos sujetos reaccionan cuando se les Somete a observacién cientffica, introduciendo asi errores en los datos que se analizan; algunas de esas maneras son: FUNDAMENTOS CONCEPTUALES 4 + La conciencia de ser observado 0 semetido a prueba, + Erol que el stjeto asume 0 que le es asignade como entrevistads © informante © Las influencias que el proceso de medicién ejerce sobre el sujeto, © Los estereotipos y preferenciss en In formulaciGn de las respues- + Los efectos de La interaccién del experimentador-entrevistador sobre el sujeto, ‘Técnicas particularmente sensibles a estos errores son los experimentos, las entrevistas, 105 cuestionarios y los tests proyec- tivos. Todas ellas son conducidas por utt investigader que contro- la en distintos grados las condiciones de estimulo frente a las cuales deben reaccionar los sujetos. En contraste con ello, el andlisis de contenido, {2 recuperacién de informacién, la modelizacién, ef uso de registros estadisticas y, hasta cierto punto, la etnometodologia, tienen en comin ei hecho de constituir técnicas de investigacién no reactivas 0 no intromisivas. Hay dos razones por las cuales un investigador puede tratar de eludis las situaciones reactivas. Puede pensar que la iniposicién de limitaciones excesivas a la situacién que da origen a los datos puede poner en peligro su validez. Por este motivo, ! etnometodélogos prefieren registrar datos partiendo de medios naturales, los psiquiatras evitan formular preguntas que di gan la atencién del paciente de. In qne éste tiene en mente, y Ios economistas procuran investigar modelos de una economia en Figure 2. Ambitos empftiece del andlisis de contenido Yy contrasts ents las téenicas. 2 METOpOLOGIA BE ANALISIS DE CONTEND? lugar del sistema real que ésta constituye. Ademés, el investiga- dor puede querer ocultar su interés por los daios para evitar que la fuente haga de esto un uso instrumental, ya que las aseve~ raciones de cardcter instrumental son dificiles de analizar. Si Goebbels hubiera sabido de qué manera, mediante qué métodos y ‘con qué fines iban a analizarse sus emisiones radiofénicas durar~ ie Ia segunda guerra mundial, sin duda habria encontrado el modo de engafiar al anelist El andlisis de contenido acepta material no esiructurado, Desde inego, la estructuracién de una situacién de modo que les datos Heguen al investigador en una forma analizable, tiene mucho valor. Los cuestionarios enviados por correo y los progra~ mas de entrevistas ofrecen a los sujetos opciones preestablecides cuyos significados zesulta facil codificar. En los experimentos, virtualmente se ensefla @ los sujetos un Ienguaje de datos que n0 les es propio, como por ejemplo epretar determinados botones, indicar mediante mémeros los puntos de una escala, identificar formas o figuras, 0 administrar shocks eléctricos a otros sujetos. ‘También le modelizacién por ordenador y 1a recuperacion ce informacion de un banco de datos resultan preestructuradas, a ‘aiz de las exigencias formales de su manipulacién y almacena- miento. Aungue Ja investigacién mediante encuestas, Jos experi- mentos psicolégicos y 1as aplicaciones del ordenador deben su éxito a la facilidad para analizar datos preestructurados, puede que el investigador no disponga de esa opcidn. Tul vez le inter2- se ei material después de que éste haya sido generado por una fuente que empiea un lenguaje, una légica y unss categorias que mo son necesarias para el andlisis ni compatibles con sus exigencias. Los historiadores, los anelistas del contenido de los medios de comunicacién de masas y los psicdlogos que emplean datos biogrificos se ven imposibilitedos para obtener Ja informa- cién en la forma en que io desearfan, y deben tomarla tal como se les ofrece por razones que nada tienen que ver con el andlisis, Por afiadidura, el investigador quizd no pueda anticipar todas las categortas del andlisis y las formas de expresidn antes de haber obtenido y examinado el material. Por ejemplo, las comunicacio- nes interpersonales sueien ser tan complejas y. @ priori, tan inciertas en su contenido, que al grabarlas mediante Videocasse- tes tal vez sea preciso examinarlas luego repetidamente, a veoes imagen por imagen, si el analista quiere comprender lo que real- mente sucedi6. Por éitimo, e! analista puede considerar que [FUNDAMENTOS CONCEPTDALES a unas limitaciones excesivas impuestas a la forma de las respues- as del sujeto pueden obstaculizar la validez de sus daios. Este es particularmente el caso dé los andlisis del contenido de concep- tualizaciones y expresiones esponténeas. 3. El andiisis de contenido es sensible al contexto y, por lo tanto, es capaz de procesar formas simbélicas. Al analizar las respuestas obtenidas en diversas condiciones experimentales, los Gatos se disocian de los significados simbélicos que dichas res- ‘puestas pueden haber supuesto para los sujetos en cuestién, y se fanalizan como un conjunto de datos con independencia de sus caracteristicas simbélicas. Asi, aunque los experimentos no impi- den el uso del Jenguaje, las respuestas verbaies no suelen tratarse como fenémenos simbélicos, salvo en lo referente a los.significa- dos tedricos que el investigador les atribuye. Esimsintiagyan influye asimismo en los procedimientos de recuperacion de inf6y macién que recurren a las equiparaciones sinticticas y €8 Ios Sri'g\ terlos de busqueda que dejan para el usuario del sisted REGifer | pretacién sintbélica de los datos. TAAL ‘Aunque evidentemente es més fécil reducir Ias-cualidades sim) bélicas de los datos a ctiqueias de categorias, variables y atey” puntuales que no tienen consecuencia alguna para el proceso ‘le andlisis, y s6lo resultan significativos para el investigador que interpreta sus hallazgos en esos términos, hay dos motivos por los cuales un investigador puede preferir hacer exactamente to contrario. Un analista puede querer analizar los datos verbales como fenémenos simbalicos, y en €l proceso de transformacién conservar la referencia a lo que representan, 0 causan, © contro- Jan, 0 constituyen, 0 reproducen, o 2 aquelic con lo cual estin asociados en el interior del contexto original. Asi, el analista politico que mediante un estudio de caso examina un tratado intemacional o un discurso presidencial no puede simplemente pasar por alto las caracteristicas semdnticas y situacionales, ni tampoco las consecuencias politicas de esos sucesos. La direo- cin de la interpretacién del analista es isomorfa con respecto al proceso simbélico en la realidad. O tal vez desee analizar los datos en relacién con wn contexio que no comparten los comuni- cadores o sujetos individuales en cwestién, 0 que sencillamente no conceptualizan de forma similar. Las teorias vAlidas, las cons- mucciones analiticas’ o las experiencias ocurridas en el pasado con un contexto determinado pueden hacer que los datos se con- viertan en “entidades simb6licas no convencionsles”, levando al a4 METONOLOGIA Die ANALISIS BE CONTERIDO analista a inferencias de las que los sujetos no son conscientes, 0 que no pueden acepta" o validar. Esta situacién se ve bien refleja- a en el uso de ios fests proyectivos: en ellos los sujetos respon den a estimulos ambiguos sugestivos, y asf no saben de qué manera le estén informando al analista sobre su personalidad, su psicopatologia o sus aptitudes. Sélo el investigadar puede reco- nocer las cualidades simb6licas de estos datos, 4. El andilisis de contenido puede abordar un gran volumen de informacién, Gran parte de los estudios etometodolégicos, asf como los estudios de caso en psiquiatria, historia y ciencias Politicas, se centran en fragmentos pequefios y singulares de tex. tos, tratando de inferir con alguna profundidad los correlatos con- textuales. Sin duda, este enfoque puede ser eficaz y n0 se excluye su uso en el anlisis de contenido, especialmente én st etapa pre~ Jiminar, pero tiende a eludir el uso de controles de calidad para garantizar el significado estadistico y ta fiabilidad de los hallaz~ 808. Los datos generados por los andlisis de contenido pueden muy pronto exceder Ie capacidad de trabajo de un solo analista, como pone en evidencie esta serie de unidades de andlisis: 481 conversaciones personales (LANDIS y BURTT, 1924). 427 textos escolaies (PIERCE, 1930), 4022 lemas publictarios (SHuMaN, 1937, citado por BERELSON. 1952). 8039 editoriales de peri6dicos (Faster, 1938). 800 noticias difundidas por programas de radio ea lenges cextranjeras (ARNHEIM y BAYNE, 1541), articulos editoriales (Poot, 1952). 15.009 personajes en mil horas de programas de ficci6n televisivos (Greaner y otros, 1979), En consecuencia, ef aspecialista en andlisis de contenido pue~ de encontrarse ante un grat voiumen de dates lingilisticos que J@ no podré analizar uta sola persona. Tal vez deba contar con muchos colaboradores con el auxilio de maguinas, el Procesamiento abarcaré un periodo prolongado y exigiré una organizacién especial de la investigacién, controles de calidad y una metodologia bien definida. 3, El uso de la inferencia y sus clases La diferenciacién de las diversas formas de infezencias que los analisias po den uulizar permite distinguir las taxes indispensables en ol anlisis de con tenido. En este capfiulo, tos mecanismos Idgicos emepleados para relacionsr Jos datos con su contexto se examisan en funcid de los sistemas, normas, indices, representaciones lingisticas, cormunicaciones y procesos institucio rales. El andlisis de contenido ocupa un lagar importante dentro de Ja metodologfa de los instramentos de investigacién. Ante tod permite aceptar como datos comunicaciones simbélicas compare~ tivamente no estructuradas y, er. segundo lugar, permite analizar fenémenos no observados directamente a través de los datos rela~ cionados con ellos, independicrtemente de que intervenga © no un lenguaje, Dado que la mayor‘a de los procesos sociales se lle- van a cabo a través de simbolos, en las ciencias sociales y en [as humanidades es donde se encuentra més difundido el uso del ané lisis de contenido. Varios autores han identificado y clasificado sus tipos y aplicaciones. Janis (1965) ofrece Ia elasificacién siguiente: 1. Andlisis de contenido pragmético: procedimientos que clasifican les signos segiin su causa 6 efecto probable (por ejemplo, eémpu- to de Ta cantidad de veces que se dice algo que puede producir METODOLOGIA DE ANALISIS DE CONTENIEO como efecto una actitud favorable hacia Alemania en un pablico ciones entre otras unidades. Una definicién estadistica de dichas unidades subrayarfa que “en au interior hay muy poca liberted para la variacin, pero hay mucha libertad para la variacién en sus mites” (POOL, 1959, pag. 203). No obstante, la elecciGn de uri- dades de muestreo rara vez estd motivada por fines estadisticos. Puede servimos de ejemplo un discutso politico. Si el oyente comin reacciona frente a él de una manera holfstica o totdl, diciendo que el orador le gusta o le disgusta, que atrae o no 1 simpetia, para el analista politico, en cambio, el discurso aborda varias cuestiones separadas. Puede entonces dividirlo y, haciendo caso omiso de las conexiones entre esas partes, sondeer los det lles estructurales de algunas de ellas 0 de todas con el fin de poner de relieve las actitudes > las pautss de rezonamiento del orador, Un lingliista, por el contrario, probablememe dividird el discurso en oraciones. Como no hay reglas gramaticates que consideren uma construccién oracional dependiente de otra, no verd la necesi- ad de considerar unidades mayores que la oracién, Para él, el conjunto de oraciones contiene toda Ia informacién pertineme para explorar la actuacién lingitistica del orador. Por otra parte, an programa de ordenador que sé aplique al cémputo de palabras, al dejar de lado su posicién sintéctica, determinaré las unidades del texto de un modo que resulter4 intl para el Tingdista. Andlogs- mente, el analista politico consideraré de escaso interés el conjun- to de oraciones establecidas por el lingilista, ya que sus conoci- DETERMINACION DE LAS UNIDADES. 8 mientos proceden de la organizacién seméntica y ret6rica del dis- ‘curso, que es ignorada por el lingitista al determinar sus unidades. Como ¢s obvio, las unidades de muestreo son fundameniales para realizar un muestreo, ya que éste se extrae, unidad por uni- dad, del universo de unidadles muestrales. Las unidades muestra- les son importantes también para la estadfstica inferencial. Los objetos que deben computarse tienen que Ser independientes entre si, pues de lo contrario sus frecuencias carecerian de significado. Los investigadores de encuestas que hacen amplio uso de Ia esta~ distica inferencial se ernpefian en asegurarse de que sus entrevista~ dores no interacttien entre sf, Los experimentadores se cercioran, a su vez, de que los sucesos que manipulan para poner a prucba las hipétesis estadisticas sean independientes. Las interdependencias entre las unidades de muestreo, si es que existen, no solo se pierden en el muestreo, sino que ademds con- finden los hallazgos. Supéngase que durante un estudio de la vio- lencia televisiva se aprecia en un programa que un ineidente vio- lento desencadena uns larga serie de enfrentamientos violentos, que constituye el tema del drama, mientras que en otro programa hay muchos enfrentamientos violentos provocados ée forma aisia- day que no son consecuencia de ningun otro, girando el tera cn torao a alguna otra cosa. {De qué manera podrfan definirse y enu- merarse unidades de muestreo significativas para analizar le vio- Iencia? ;Debe considerarse que cada serie de enfrentamientos vio- Ientos és una tinica unidad de muestreo, o debe dividirse en varias? 2Se otorgard a cada una de ellas igual peso? Quizé los enfrentamientos violentos no constituyan unidades significativas de muestreo. A menos que se encuentren unidades independientes ‘en lo referente al fendmeno que interesa, si se divide un mensaje de alto grado de organizacién en unidades muestrales seperadas, invariablemente se deformar la informacién contenida en 103 datos resultances. Unidades de registro Las unidades de registro se describen por separado, y pueden considerarse partes de una unided de maestreo que es posible ana- lizar de forma aislada, Aunque las unidades de mucstreo ticnden a poseer limites fisicamente discemibles, las distinciones entre las unidades de registro, en cambio, son ef resultado de un trabajo descriptive. HoLstt (1969, pag. 116) define una unidad de registro 8a MBTODOL OGIA DE ANALISIS DE CONTENIDO como “el segmento especifico de contenide que se caracteriza al sitwarlo en una categoria determinada”. Las dependencias que Podrian existir dentro de las unidades de muestreo se mantienen en fa descripcién individual de su unidad de registro. Supéngase que se quiere extraer uma muestra de los programas televisivos de ficcion, con el objeto de estudiar la poblacién de ios personajes televisivos. Estos programas tienen un comienzo y un final bien definidos, y por ello constituyen unidades de muestreo naturales, respecto de las cuales ¢s posible decidir fécilmente su inclusién en la muestra 0 sw exclusién, sin tener en cuenta el con- tenido de dichos programas. Los personajes distan de ser indepen. dientes uno de otro: “nteractian, cada uno de ellos se define con relacién al otro, y asumen roles especificos dentro de un guién que posee un alto grado de organizacion, A raiz de estas interde- pendencias, seria imposible dividir un programa en segmentos que Invieran significado individual, uno por cada personae; Io que sf es posible es describ a cada personaje individualmente, inclu- yendo ia descripcin de la posicién que asume dentro de la red de Telaciones interpersonales, su orden de aparicién y las interaccio- hes ent que participa. En el curso de esta descripeién, los persona. Jes individuales se convierten en unidades de registro que pueden analizarse de forma individual y colectiva, aunque no siempre de forma significativa, Otro motivo para elegir unidades de registro que difieran de las. unidades de muestreo cs que estas tiltimas con frecuencia son éemasiado amplias, ricas w complejas como para utilizarias en la descripcién. Por ejemplo, en el caso de una pelicula cinematogrt- fica que hace un uso creativo de material documental, es dificil clasificar dicho material como teal o ficticio: el film contiene ambas condiciones. No obstante, describiendo unidades menores (escenas, planos o imigenes individuales, por ejemplo), pueden obtenerse tnidades de registro codificables de manera inequivoca Es posibie, aunque a menudo dificil, describir las unidades de Tegistro de tal forma que pueda reconstmuirse toda la unidad de muestreo de la que forman parte. Para ello se necesita que en el conjunto de unidades ¢e registro se mantenga la informacion per- tinente acerca de Ja organizacién de 1a unidad de muestreo. El analista cuenta entonces con Ie opcién de analizar diferentes nive- les de unidades. Una costumbre habitual cn el andlisis de contenido es definit estructuralmente unidades més amplias. En dichas definiciones, DETERMINACION DELAS UMIDADES 85 debe ser posible identificar una cierta estructura entre las unidades menores para que Ie unidad més emplia sea admisible con vistas al andlisis. Un buen ejemplo es el esquema llamado “accién-actor objetivo”, donde cada uno de étos puede caracterizarse de forma individual y, por lo tanto, analizarse separadamente, pero los ires deben co-ocurrir en una unidad de registro si la meta es analizar las co-ocurrencias que se produzen entre las unidades. Unidades de contexto Las unidades de contexto fijan limites 4 Ia informacién contex- tual que puede incorporarse a ia descripcion de una unidad de registro, Demarcan aquella porcién del material simbélico que debe examinarse para caracterizar la unidad de registro. Definien- do ume unidad de contexto més amplia para cada unidad de regis- tto, el investigador reconoce y explica el hecho de que ios sfmi jos codeterminan sv interpretacién y de que extrae sus significados, on parte, del medio inmediato en el que se presentan, Las unidades de contexto no mecesitan ser independientes ni des- criptibles de forma aislada: pueden superponerse, y contienen numerosas unidades de registro. Una investigacién levada 2 cabo por GELLER y otros (1942) demostré hasta qué punto la caracterizacion de una unided de registro, y en tltima instancia 10s resultados de toda una investiga- cién, dependen de ie magnitud de la nnidad de rontexto. En di estudio, los autores solicitaron a los sujetos que juzgaran de manera se evaluaban simbolos del tipo “democracia”, utilizando como unidades de contexto una sracién, un pérrafo, tres oraciones ¥ un articulo completo. Aunque en general los cuatro métodos Coincidieron entre sf en cuante a la direccién de Ia orientacién (avorable, neutral, desfavorable), difirieron en cuanto a su inten sidad, A medida que aumentaba el tamafio del context, disminuia significativamente el nimero de evaluaciones neutrales. Bvidente- mente, el contexto de un sfmbolo contiene gran cantidad de infor- macidn evaluativa, No obstante, problemas de fabilidad y de eficiencia impiden que se recurra 2 contextos més amplios. Si se quieze describi mo se tratan los personajes en el contexto de una novela, debe leerse primero el libro completo y luego situar a cada personaje en I categoria correspondiente. Este proceso no sélo exige tempo sino que a menudo resuita poco fiable, ya que diversos sujetos a6 [METODOLOGIA DE ANALISIS DE CONTENIDO pueden abordar la novela de diferentes maneras, y para emitir un juicio es preciso tener en cuenta la novela en su totalidad. Mas eft ciente y fiable, aungue menos significativo, serfa recorrer un documento oracién por oracién, 9 bien, si se trata de otros datos, recorter las sucesivas escenas, didiogos o planos. En otros textos sobre el andlisis de contenido (por ejemplo, HoLsti, 1969) se mencionan también unidades de enumeracion. La importancia de estas unidades estaba relacionada con la defini- cin primitiva del andlisis de contenido, que requerfa que éste fue- se cuantitativo (BERELSON, 1952), lo cual significaba simplemente que debia darse cuenta de los datos numéricamente, en fancién de Is frecuencia de su aparicién, del espacio (centimetros de colum- nas en Jas noticias de periédicos), del tiempo (minutos de emisio- nes radiofénicas) o, en fin, de las caracteristicas tipograficas (tipo de letra usado en los titulos o tamafio de las figuras 0 fotos). Sin ‘bargo, el estatuto conceptual de estas unidades es confuso. En el andlisis de contenido, las cantidades pueden tener hasta tres or genes diferentes. En primer lugar, pueden ser el resultado del cOmputo de las apariciones reiteradas. Esto asocia una magnitud con una clase de unidades de registro idénticas y lo nico que hace es reducir el esfuerzo analitico. En segundo lugar, medidas como el tamaiio de una fotografia o la cantidad de centfmetros de columna que absrca un articulo pasan a ser deseriptivas de una ola unidad de registro, En tercer lugar, la cantidad de ejemplares impresos de un periédico o clasificaciones de programas televisi vos como la de Nielson, se asocian con toda una unidad de mues. treo ¥ son compartidas por todas las unidades de registro que componen dicha unidad de muestreo. En los antiguos andlisis de contenido, el codificador debia cuantificarlo todo, y la distinciéa entre estas tres clases de cantidades se hacia confusa, Las cantida des del primer tipo salen a relucir en el proceso del anélisis de los iatos. Por ejemplo, al obtener coeficientes de correlacién y medi- das de distancia, Iss frecuencias y magnitudes de las clases de uni- dades son merarnente computacionales: el codificador no necesits preocuparse en absoluto de cllas. Las cantidades del segundo tipo si preocupan a los codificadores, por cuamto deben medirse en cada unidad de registro. No obstante, los centimetros cuadrados 0 Lineales, 0 la cantidad de lineas, no exigen ningin concepto espe- cial: tienen el carfcter de una categoria numérica, del mismo modo que los valores de un diferencial seméntico o de una escals de intensidad. Las cantidades del tercer tipo tienden a suministrar- BETERMEINACION DE. LAS UNIDADES a7 las oto tipo de fuentes y rara vez proceden de los juicios del pro- pio codificador. Asi, pues, si bien es importante saber qué es to que se cuantifica en el andlisis de contenido, no es preciso que nos detengamos aquf particularmente en las unidades de numeracién. Por consiguiente, las unidades se distinguen de acuerdo con la funcién que desempefian en el anélisis de contenido, Las unidades de muestreo interesan para el muestreo y sirven de base para los estudios de tipo estadistico. Las unidades de registro, en su con- junto, son portadoras de Ja informacion dentro de las unidades de muesireo y sirven de base para el andlisis. Y las unidades de con- texto se refieren al proceso de descripcién de las unidades de registro. PROCEDIMIENTOS PARA DEFINIR LAS UNIDADES Pese a las diferencias funcionales que existen entre ellos, la mayoria de los anilisis de contenido aplican uno 0 més de cinco ptocedimientos distintos para fijar c identificer estas unidades: Unidades tisicas Unidades sintécticas. ‘Unidades referenciales. Unidades proposicionales (y mticleos de significado). Unidades teméticas, ‘A continuacién pasaremos a describir cada una de €stas. Unidades fisicas Algunas unidades parecen tan obvias que casi no vale ta pena dedicarles atencidn especial: un libro, un informe financiero, un tema tratado por un periédico, una carta, un poema o un poster, son todas ellas unidades fisicamente determinadas, y si parecen obvias es porque el limite def mensaje que contienen coincide con el limite del medio por el cual se transmite. Aun cuando los sucesos sean continuos 0 el flujo de las expre- siones de la lengua fuente muestre pocos limites naturales, pueden imponérseles divisiones fisicas. Las unidades fisicas dividen un medio de acuerdo con el tiempo, 2 tongitud, el tamatio 0 el volu- ‘men, y no de acuerdo con Ia informacién que transmiten, OsGooD 88 -METODOLOGIA DE ANALISIS DE CONTENIDO (1959) tomo muestras de las paginas del diario {ntime de Goeb- bels, EKMAN y FRIESEN (1968) utifizaron como minima unidad de registro las imagenes de peliculas cinematogréficas. Da.E (1937) analiz6 los noticiarios cinematogrificos tomando como unidad el pie (30 cm aproximadamente) de pelicula y AvaiG (1938) sumi- nistr6 & un grupo de observadores un reloj y les pidié que sinteti- zaran cada minuto de emisi6n radial. Las unidades temporales son corrientes en los estudios de Ia conducta interpersonal (Wik, 1968). Se consigue el mismo efecto fijando una cuadrfcula sobre una fotografia y describisndo a continuacién cada uno de los cus- ros asf formedos, Unidades sintécticas Las unidades y elementos sintécticos son “naturales” en rela- cién con la gramética de un deterntinado medio de comunicacién. No exigen emitir juicios sobre el significado. La palabra es ia unidad més pequefia de los documentos escri- tos, y en lo que concieme a la fiabilidad, la més segura. Muchas son las investigaciones que se han basado en las palabras 0 simbo- Jos como unidades: ei estudio mundial sobre la atencién de Lass- well (LassweLt, 1941; LassWELL y otros, 1952), numerosos intentos de localizacion de textos literarios (YULE, 1944; MosTe- LER y WALLACE, 1964), el andlisis del estilo (Mies, 1951; Her- Dan, 1960), las inferencias psicodiagndsticas (DoLLARD y Mow- RER, 1947), y las investigaciones sobre la legibilidad (First, 1948-1951; Tavtor, 1953) son ejemplos de ello. Unidades sintécticas dz medios no verbales son los especticu- los de television (tal como se los enumera en la TV Guide o gufa de la television norteamericana), los didlogos en las obras teatra- les, cada una de las noticias que se transmiten en una emisién radiofonica 0 los planos en las peliculas. Reconocer fas unidades sintécticas requieve familiaridad con el medio. Estas unidades son més naturales que las fisicas porque utilizan distinciones estable- cidas por la propia fuente, Unidades referenciales Las unidades pueden definirse a partir de determinados objetos, sucesos, personas, actos, paises 0 ideas a los que se refiere una expresion. De esta manera, el 37° presidente de los Estados Uni- DETERMINACION DELAS UNIDADES 80 dos puede set aludido laméndolo simplemente “él” (cuando ef contexto establece inequivocamente de quién se trata), o “el pri- mer presidente norteamericana que visit6 Ja China”, 0 “Rich M. Nixon”, 0 “Dick el tramposo” (el apelativo popular que usaban sus detractores) o “el ocupante de la Casa Blanca entre 1969 y 1974”. Todas estas expresiones designan a la misma persona, aun- gue de manera distinta, y poco importa que la referencia abarque tuna palabra 0 muchas, cue sea directa o indirecta. Las unidades referenciales son indispensables cuando se de cerciorarse del modo en que se describe un fenémeno existen- te, Gran parte de los primeros wabajos sobre endlisis de simbolos oor, 1959) definian éstos (que habitualmente eran palabras sucltas) por sus valotes en relacién con lo denotado y sus valores explorads, sus atributos y los calificativos asociados con ellos. Si se pretende inferir las actitudes, preferencias y creencies de fos autores, se requieren designaciones referenciales de los objetos actitudinales de interés, como sucede en todo trabajo que establez- ca perfiles de clases particulates de individuos (los héroes, los maestros, Jos hispanoamericanos), Unidades propasicionales (y nicleos de significado) EL uso exclusivo de unidades referenciales implica gue el len- guaje de datos reconoce simplemente los objetos y sus atributos: no aborda todas las complejidades de le lengus natural, Una manera de establecer unidades algo ms complejas es exizir que posean determinada estructura. Por ejemplo, Oscoo y otros (1956) sugirieron estudiar todas las proposiciones que puedan ‘enunciarse en una de las dos formas siguientes: Objeto actitucinal / conector veibal / término de significado corriemte Objeto actitudinal; / conector verbal! objeto actitudinal, De acuerdo con esto, la oracién: “El estaba librando una batalla perdida contra el orden establecido”, se transformaria asf: El estudiante-ditigente / estaba librando una batalla / contra el orden establecido. El orden establecide / es / poderoso, El estudiante-dirigente / pierde / la batalla MBTODOLOGIA DE ANALISIS DE CONTENIDO Esta forma de establecer los micleos de significado de una ora- cidn compleja dividiéndota en unidades proposicionales es la base para evaluar el anslisis de aseveraciones. Hoisti (en Norra y otros, 1963, pég. 137) instruyé a los codifi- idores para que editaran y reformutaran los documentos politicos teniendo en cuenta un marco de referencia de la accién que conte- nia las siguientes unidades: sajeto que percibe y Ios modificaclores incorporados. + El sujeto que percibe, distinto del autor del documento, y los modificadores incorporades. + Lo percibido y los modificadores incorporados. + La accidn y los modificadores incorporados. + El objeto sobre el cual se actifa (distinto del actorobjetivo) y el modificador incorporado. + El verbo auxiliar modificador. + El objetivo y los modificadores incorporados. Cada unided proposicional de esta indole tiene esf hasta siete mentos componentes y podria derivar de una o més oraciones, Andlogamente, GERBNER (1964) extrajo proposiciones a partir de programas informativos con el objeto de analizar orientaciones ideoldgicas que no se pondirian en evidencia en las palabras aisla- das ni en la referencia a un objeto particular. Unidades temdticas Los unidades teméticas se identifican por su correspondencia con una definicién estructural particular del contenido de los rela- tos, explicaciones 0 interpretaciones. Se distinguen entre sf sobre dases conceptuales, y del resto del material irrelevante por poseer las propiedades estnicturales deseadas. Las unidedes teméticas exigen una profimda comprensién de la lengua fuente, con todos sus matices de significado y contenido. ‘Aungpe a menudo los lectores cormientes pueden reconocer fécil- ‘mente Jos temas, no les es tan fécil, por lo general, identificarlos manera fiable. Aunque para juzgar qué clase de unidades son las més significativas es importante tener en cuenta el propdsito de Ia investigacion, puede que para muchos andlisis de contenido las unidades temdticas sean las preferibles; no obstante, a raiz de la larga serie de operaciones cognitivas que conlleva su identifiea- [DETERMINACION DE LAS UNIDADES a1 cin, inctaso los observadores mejor adiestrados pueden perderse con facilidad. Por lo tanto, habitaaimente, el andlisis de contenido evita las unidades temticas, 0, @ lo sumo, las utiliza para circuns- cribir e} confuso universo del cual se exiraen la muestra o las uni- dades proposicionales. Un buen ejemplo del empleo de unidades teméticas nos lo surninistran KATZ y otros (1967), quienes analizaron cartas envie~ das a los servicios edministrativos del gobierno de Israel con el objeto de esclarecer en qué medida se hacia una buena wtilizacién de estos servicios. Sus unidades temiticas se definieron como la solicitud de beneficios o exenciones a las autoridades, que in- clufan como elementos constitutivos descripciones de las califica- ciones personales del autor de la carta y de las razones por les cuales peda que se le concediese 1a prebenda. Las unidades tematicas son de uso corriente en el andlisis del folctore. La determinacin de fas unidades de los contenidos fol- cléricos se remonta a THOMPSON (1932), cuya lista y descripeién dc motivos ocupaba ya seis grandes vohimenes, y tenfa como pro- pésito la formulacién de un esquema exhaustivo de registro. ARMSTRONG (1959) pas6 revista a algunos de les problemas que plantea el uso de unidades teméticas en los comtenidos folci6ricos. Considerando la historia como una especie de folclore, el Council on Iner-racial Books for Children (1977) publicé una lista de temas en los que estaban presentes Ia diseriminacién sexual y racial, con el fin de identificar los estereotipos, deformaciones y ‘omisiones recurrentes en Jos textos de historia norteamericanos. ESICIENCEA Y FIABILIDAD Las cinco unidades que acabamos de examinar se diferencian fundamentalmente por la clase de operaciones cognitivas que exi- ge su identificacién. En general, tz determinacién de unidades es tanto més eficiente y fiable cuanto mas simples y “naturales” scan dichas operaciones cognitivas. Pero puede que las unidades sim- ples no sean analiticemente productivas. El investigador, pues, fendré que perfeccionar la productividad, sin perder demasiada eficiencia o fiabilidad, Las unidades fisicas exigen esencialmente un dispositive mecé- nico, En este caso las operaciones cognitivas son minimas, y por ello dichas unidades son eficientes y fiables. Sin embargo, a 92 METODOLOGIA DE ANALISIS DE CONTENIDO menos que los limites de las unidades fisicas coincidan con los del contenido que se guiere describir, pueden generar registros poco fiables, y dar lugar a hallazgos que carezcan de interés. Aunque establecer las unidades de muestreo a partir de las caracteristicas fisicas del medio tiene sus virtudes, rara vez las unidades de regis- {ro son definidas en estos términos. Las unidades sintécticas exigen familiaridad con la gramétice el Tenguaje fuente, el medio de transmisién o la forma del mate- rial cuyas unidades se quieren determinar. La identificaciéa de estas unidades sucle ser eficiente y fiable, pero no siempre es pro- ductiva para el andlisis posterior. Las unidades de contexto a menudo se definen de este modo. Las unidades referenciates exigen conocer bien Ia seméntica del lenguaje fuente, les simbolos y el significado referencial de los elementos. La identificacién de estas unidades es bastante efi- ciente, pero no siempre fiable, y le dificultad principal radica en que Jas referencias no siempre son claras, salvo que las unidades se limiten a palabras o a breves frases denotativas. Estas unidades son las preferidas pare la definicidn de las unidades de muestreo y de registro. Las unidades proposicionales requicren un grado considerable de familiaridad con la sintaxis, la seméntica y Je Iégica del len- guaje fuente, asf come con ciertas transformaciones lingtlisticas, como Ja reformulacion de las frases, su realizacién, la descontex: tualizacién y le determinacién de los niicleos de significado. Dado que la identificacién de estas unidades exige con frecuencia zees- cribir todo un documento ateniéndose a un formato establecido, el proceso puede volverse bastante ineficaz y quiz4 s6lo presente un grado moderado de fiabilidad. En lo referente a la determinacién de las unidades, puede este- blecerse como recomerdacién general Ia siguiente: debe apuntarse a las unidades que sean empiricamente més significativas y pro- ductivas, que puedan identificarse de manera eficiente y fiable, y que satisfagan los requisitos de las técnicas disponibles. Esto suc- Je exigir transigeneia en numerosos aspectos. A veces simplemen- te implica desprenderse de la informacién poco fiable establecien- do unidedes proposicionales en lugar de teméticas, o referenciales en lugar de proposicionales. 6, Muestreo Como en Ia mayoria de las actividades, el analista social debe recurrir = alguna clase de programa de muestmo con el fin. de hacer posible su tare, En este capitulo se exponen diversas estrategias de muestrea, pariculanmen- te aplicables # Jas necesidades del anslsis d2 contenido. La comunicacion ha penetrado siempre en todas las esteras de la vida, peto en muestros dias lz produccién masiva de material impreso, la existencia de equipos para el registro del sonide y la imagen, las maquinas fotocopiadoras y los ordenadores clectréni- cos han aumentado enormemente Ia disponibilidad de material simbélico. Cuando un analista del contenido se plantea un prable- ma para el cual puede haber respuesta en perisdicos, peliculas cinematogréficas, registros oficiales, ctc., se encuentra ante un alud de informacién producida por diversas instituciones. Y cuan- do vn investigador decide “simp.emente grabar en videocassette” los experimentos grupales que lleva & cabo, debe tener en cuenta que el andlisis de contenido de esas cintas fécilmente puede lle- varle entre diez y cien veces el vempo que abarca la proyeccién dela cinta en sf. El universo de datos primarios disponibles tiende a sobrepasar incluso la capacidad de asimilaci6n de los operatives de investigacién mejor equipados. 4 (MeTOD0L0014 DE ANALISIS DE CONTEND Bnfrentado a esta cantidad de datos, el analista de contenido debe tomar dos clases de decisiones, En primer término, deberé emplear todos los comocimientos que pueda obtener con él fin de diferenciar el material relevante del que no lo es. La informacisn conducenie a obtener las inferencias pretendidas puede estar dis- rribuida de forma desigual en distintos medios, publicaciones, documentos, perfodos cronolégicos © zonas geogréficas. En segundo término, si una vez agotado este conocimiento disponi- ble, el volumen de material relevante sigue siendo demesiato grande, tendré que recurrir a métodos aleatorios para selecciotar tuna muesira que sea lo bastante amplia como para contener infor macién suficiente, y 1o bastante pequefta como para facilitar e andlisis, Supongamos que las inferencias relativas 2 la diferencia ense 1 actual presidente de un pais y el candidato a sucederlo differen en relacién con su respectiva sensibilidad frente a las creencias y actitudes de Ta poblacién. Ante todo, el investigador debe identif- ‘car las fuentes de informacién relevante, Los discursos grabados de ambos candidatos pueden servirle de punto de partida, pero tendrén que ser complementados con datos relatives a las caracie- risticas del puiblico al que uno u otro candidato pudo haber teniio acceso, como las encuestas de opinién publica o las noticias perio disticas acerca de las expectativas efectivas del grupo de electores al que se dirigen, Ia manera en que votaron en pasaCas elecciones © sus intereses ¢ inquietudes. Pueden existir buenos motivos pera efectuar el muestreo entre periddicos, circulares y declaraciones, de acuerdo con las preferencias de estos grupos de poblacién sn materia de medios de comunicacién, ya que ellos, al igual que bs candidatos, pueden Negar a conocerse entre sf a través de los medios que frecucntan, Estas decisiones comienzan a delinear el universo de datos primarios relevantes para las inferencias que se buscan, Una vez establecido este universo de material relevante, dete- rin adoptarse decisiones acerca del segundo tipo de actividad, e muesireo. La necesidad préctica del muestreo procede de la reduccién de una gran cantidad de datos potenciales a un tamaio manipulable. Su justificacin metodolégica deriva de que el pro- ceso debe dar Ingar a una muestra a partir de la cual puedan efectuarse generalizaciones seguras. Sin embargo, en el andlisis de contenido se tiende a examinar una poblacién o universo pere formular generalizaciones acerca de otra; aqui el muestreo car aauEsTREO 95 cieme a dos poblaciones que, potencialmente, pueden ser muy diferentes, ‘Tenemos entonces la poblacién® de observaciones posibles o universo de los datos que podrian obtenerse en caso de contar con recursos ilimitados. En nuestro ejemplo, esta poblacién estaria constituida por todos los esetitos sobre las expectativas politicas, referencias electorales, inquietades pablicas manifiestas y discur- 50 posteriores a esas manifestaciones pronunciados en la campa- as politicas de los candidatos. Pero, por otra parte, tenemos tam- bign el contexto al cual se dirigen las inferencias, que tiene que ver con Ia forma en que los oradores adecuarin sus expresiones, promesas y refiexiones de tipo vatorativo a las caracteristicas del piblico que ellos conocen. Este ¢s el universo de las inferencias posibles. Extraer una muestra representativa de los datos posibles no es lo mismo que extraer una muestra representativa de lo que se ha Ge inferir. Un analista de contenido tiene que decidir qué clase de muestreo va a realizar. ‘TiP0s DE PLANES DE MUESTREO Todos los procesos de muestreo estin orientados por un plan de muestreo, que especifica con suficiente detalle de qué manera ha de proceder el investigador para obiener una muestra de unida- des que, en su conjunto, sean representativas de la poblacion que le interesa. Con el fin de obtener una muestra representativa, el plan asegura que, dentro de las limitaciones impuestas por el conocimiento disponible acerca de los fenémenos, cada unidad tiene la misma probabilidad de estar representada en el conjunto de unidades de muestreo. Fsto garantiza que no haya tendenciosi- dad alguna en la inelusién de unidades en Ia muestra. Muestra aleatoria Suponiendo que no exista ningtin conocimiento a priori sobre los fenémenos en cuestién, un plan de muestreo que tienda a obte- * £1 ermine “poblacién” procede del muesteo sobre poblaciones reales que han de sor entrevistadas. Aplicado a conjuntos de mensajes puede extrafar un tanto, pero en Ia perspectiva del autor equivale al conjunto de mensajes a estu- diaz (2) 96 METODOLOGIA DE ANALISIS DE CONTENINO ner una muestra aleatoria simple implicard el listado de todas las unidades relevantes (ejemplares de periddicos. documentos, dis cursos u oraciones) respecto de las cuales se pretende formular generalizaciones, Con el fin de determinar qué unidades habrin de set luego incluidas en la muestra, el plan tal vez exija el uso de dadlos, uma ruleta, una tabla de niimeros eleatorios cualquier otro dispositive gue adjudique iguales probabilidades a cada unidad, En el andlisis de contenido se utiliza este procedimiento 0 cual quiera de Jos cuatro que a continsacién mencionaremos. Muesiras estratificadas El muestreo estratifieado reconoce la existencia dentro de unt poblacién de varias subpoblaciones diferenciadas, a las que se denomina “estratos”, Cada unidad de muestreo pertenece tinica- mente @ un estrato, Bl muesiteo aleatorio se Heva a cabo en cada estrato por separado, de modo que la muestra resultante refleja Iss distinciones que, a priori, se sabe que existen dentro de la pobla- cin, Por ejemplo, los periédicos han sido estratificados segiin su zona geografica de distribucién, la frecuencia de su publicacién, su cantidad de lector2s o la composicién de su puiblico (por ejen: plo, lectotes de periédicos prestigiosos en oposicién a lectores de “prensa amarilla”). Otro ejemplo es la preparacién de una semana tipica de programas televisivos estratificando la programacién de rodo un affo en dfas de la semana y horarios, y luego seleccionan- do al azar para cada rorario una de las cincuenta y dos posibilidae des existentes, Muestreo sistematico El muestreo sistemiético implica la selecciGn de cada unidad “ke ima’ de una lista en Ja muestra, después de haber determinado al azar el punto de partida de la secuencia. En el anilisis de contenido, el muestreo sistematico se ve favo- recido cuando los detos provienen de publicaciones de aparicién regular, secuencias de interaccidn interpersonal, o del orden suce sivo de los escritos, peliculas cinematograficas y piezas musics les. El principal prebleme de esta clase de muestreo es que el intervalo de arplitud “K" es constante, y por ello crearfa muestras tendenciosas si coincidiese con ritmos naturales como las vari NESTE 7 ciones estacionales y otras regularidades cicticas. Por esta razén, e3 conveniente no seleccionar los ejemptares de un diario cads siete mimeros sino, digamos, cada cinco. La tendenciosidad que puede inteoducirse esté ejemplificada en un estudio sobre anun- cios matrimoniales en Ia edicién dominical del Times, de Nueva York. Dicho estudio eg a la conclusién de que entre 1932 y 1942 no habian existido anuncios de matrimonios en sinagoges judias (Harcn y Hace, 1947); mds tarde se comprobé que el tmuestreo sistemiético de todos los ejemplares del periddico corres- pondiente a los meses de junio de esa década coincidis con un perfodo durante el cval la tradicién prohibéa los casamientas entre los judfos (Camrman, 1948), Muestreo por conglomerados El muestreo por conglomerados utiliza como unidades muestra- les grupos de elementos que presentan designaciones y limites naturales. La seleccién de uno de estos grupos incorpora a ia muestra todos sus elementos y. dado que los grupos contienen an mimero desconocido de ellos, la probabilidad de que una unicad sea incluida en 1a muestra dependeré dei tama del grupo. Si un investigador quiere estudiar le forma en que se presenta a los grupos minoritarios por la televisi6n, le seré imposible enume- rar 0 conocer por anticipado la poblacién de los personajes televi- sivos, pero puede empezar por la lista de programas. De hecho, casi todo el matenal procedente de los medios de comumicacion de masas viene en “paquetes” o “porciones” naturales (véase le dicho sobre las unidades sintécticas): publicaciones regulares. noticias diaries, paginas o partes destinadas a la publicidad, tibros, informes, historiales clinics y cuentos de hadas son fécilmente identificables, por mds que su contenido y composicién varien considerablemente. Pero si se seleccionan fos programas televisi- vos dejandose Hevar por ta conveniencia, se incorporardn a le muestra una cantidad desigual de personajes. Esto ocurre también cuando se seleccionan los periddicos por ejemplares dentro de los cuales se identifican, computan 9 comparan un ntimero variable de noticias divididas en apartados, En realidad, siempre que fas tumidades de muestreo y las unidades de registro no sean eq lentes, puede estar impiicita, subrepticiamente, la formacién de un conglomerado. Este tipo de muestreo constituye una respuesta préctica frente 2 98 [METODOLOGIA DE ANALISIS DE CONTEND) Ia imposibilidad de enumerar de manera individual los elementos de una poblacién, cuando si se pueden enumerar los grupos cn os que apazecen. Pero los resultados del agrapamiento en conglome- rados estin casi siempre sujetos a mayores errores de mouesires. La variancia dentro de la muestra tiende a alcenzar valores exces vamente alios. El uso de conglomerados es preferible a la selec- cidn individual de los elementos sélo cuando el ahiorro de esfuer 20 por cada elemento es mayor que el aumento de variancia. Muesiveo de probabilidad variable En el mnestreo de probabilidad variable se asignan las probab- lidades de inclusién en la muestra de cada unidad de acuerdo con algiin criterio a priori. El procedimiento mas comtin es el sut- muestreo en. el que las probabilidades se asignan de acuerdo con el tamafio, lo que da lugar a las que suelen denominarse muestr proporcionales. Los criterios de asignacién de probabilidades ‘eben ser explicitos (a diferencia de lo que ocurre en las muestres por conglomerados) y justificarse en funcién del disefto global de ln investigacion. El muestreo de probabilidad variable es imporante para el ant- lisis de contenido debido a que se dedica a la formulacién de infe- rencias sobre fendmenos no incluidos en Ta muestra (ni observades directamente, ni muestreados). Como ejemplo hiporético, supéngi- que un analista de contenido quiere inferir opiniones de kz poblacién rusa acerca de los Estados Unidos y se ve limitado a ut- lizar solamente periddicos. Al planear un estudio asi, debe tenere en cuenta que los comentarios que aparecen en los periédicos sca muesiras sistemiticamente “tendenciosas” de las opiniones de lz poblaci6n. En primer lugar, no todos los grupos de la poblacién fienen ¢l mismo acceso 2 los medios de prensa, y en segundo luger, algunas opiniones tienen més probabilidad de ser divulgadas que oiras. Una muestra que quisiera ser representativa de todos los periddicos existentes incorporaria esta “tendenciosidad” direcit- mente en los datos, y haria extreer inferencias carentes de validez acerca de las opiniones de los individuos. Si se pretende confeccio- nar una muestra de periddicos a partir de la cual puedan hacer: infcrencias sobre Ja poblacién de individuos, deben anularse los efectos de este proceso de automuestreo. Esto puede efectuare asignando a cada opinién manifiesta una probabilidad que guarde tuna relaciéa inversa con la probabilidad de que esa opiniGn llegue MUESTREO 9 a divulgarse por la prensa, Ast, las declaraciones de portavoces ofi- ciafes aparecerén con menos frecuencia en la muesira que las manifestaciones publicadas de habitantes comunes, Maccosy y otros (1950) expusieron una interesante aplicacién de este procedimiento al andlisis de contenido de periddicos. Estos autores se interesaron en los periédicos no como instituciGn, sino por Ia informaci6n a que tenfan acceso los lectores. Hicieron una lista de todos los diarios publicados en nueve distritos censa- les (estratos), afiadieron las cifras correspondientes a sus tiradas respectivas y asignaron a cada periédico una probabilidad de acuerdo con su participacién en la tirada total. Las unidades de ‘musstreo eran tos ejemplares de periddicos, mientras que la canti- dad de lectores determinaba las probabilidades que se les asigna- ban. Las probabilidades variables representan el conocitniento esta- distico que posee un investigador acerca del contexto de los datos, © sea, acezca de la forma en que Ios fendinenos que le interesan estén indicados probabilisticamente en los datos que en efecto se obtienen. Dado que ese conocimiento es a menudo incierio 0 hipoiético, es dificil justificar el uso de muestras de probabilidad variable, y solo deben extraerse con extrema precauci6n. Muestreo en etapas miiltiples A memudo se obtienen muestras recurriendo sucesivamente a uno 0 més procedimientos de muestreo. A este procedimiento se Je denomina muestreo en etapas mitltiples, y puede considerarse una Variante del muestreo por conglomerados. Por ejemplo, puede obtenerse una muestra de periddicos después de haberlos estratis cado por zonas geogrficas y cantidad de lectores, Inego identifi- car sistemAticamente determinados temas dentro de cada periédi- 0, y Seleccionar mas adelante articulos correspondientes esos temas asigndndoles probabilidades proporcionales a su extonsién El muestreo en etapes miltiples no siempre utiliza diferentes pro- cedimientos en cada etapa; para obtener una idea sobre la biblio- grafia acerca de un determinado tema, puede partirse de una serie de articulos recientes sobre ese tema, extraer una muestra aleato- sia de la bibliografia citada en los articulos y luego una segunda muestra aleatoria de las referencias encontradas en esa bibliogra- fifa citada, hasta que la inclusi6n de muevos elementos no modifi- que la composicién proporcional de la muestra. 100 [METODOLOGIA DE ANALISIS DE CONTENIDO Aungue perezca existir una considerable libertad para elegir cualquier plan de nuestreo, el objetivo fundamental es obtener muestras representativas de los fenémenos que interesan. Por Jo general, es més dificil justificar esta eleccién en el andlisis de con- tenido que en la investigacién por encuestas, de la cval proceden la mayoria de las técnicas y la terminologia del mucstreo, puesto que los fendmenos que interesan sélo se manifiestan de forma indirecta en el material disponible. En el andlisis de contenido co son los datos el objeto de anélisis, sino que éstos més bien consti- ‘tuyen un escalén de apoyo para avanzar hacia otros fenémenos. ‘TAMANO DE LA MUESTRA Una vez decidico el modo de extraer la muestra, el proximo problema es, habitualmente, determinar su tamafio. No existe pare esto una solucién preestablecida, Si todas las unidades muestrales son exactamente icénticas, una muestra constituida por una sola tunidad seré satisfactoria; esto es lo que a menudo se presume et ingenierfa y en las encuestas destinadas a verificar los gustos ce los consumidores. Si, por el contratio, en Ia lista de unidades hay algunos casos extaordinarios, infrecuentes y significativos, Iz muestra tendra que ser amplia, y deberé incluir a 12 poblacién total si cada unidac de muestreo es idiosinerisica. En la préctcs, esta incertidumbre 20 es tan abrumadora: aunque cada unidad adi cional de la muestra aumenta la dificultad del anélisis, hay un punto en que ningtin aumento posterior mejoraré apreciablemene la generalizabilidad de los hallazgos. Ese es el punto en el que resulta més eficiente el tamafio mvestral. Es una cuestién telacie nada con la dificultad-beneficio, que depende en gran medida de Ja forma en que se distribuye en Ja muestra el atributo que se desea generalizar. ‘Srempet (1952) comparé muestras constituidas por seis, doce, dieciocho, veinticuatro y cuarenta y ocho némeros de un peri6a- ‘co con los mimeros aparecidos a lo largo de todo un afio, y com probé, utilizando como medida la proporcién media de materias tratadas, que el aumento del tamafio de lx muestra més allé de doce no producfa resultados significativamente més precisos. Es de lamentar que estas recomendaciones se limiten a estudios que utilizaron medidas similares y las aplicaron a periédicos que, ast vez, tenfan une distribueibn similar del contenido. suesTREO 101 Una prueba relacionada con ¢l tamafio apropiado de una mues- tra que no exige analizar la poblacién total es la Hamada récnicar de la division en mitades, en la cual se divide aleatoriamente a ur muestra en dos partes de igual tarafio; si cada una de las partes permite extraer lzs mismas conclusiones estadisticas, dentro del mmismo nivel de confianza, puede aceptarse que la muestra total tiene ua tamafio adecuado. Esta prueba puede repetirse en distin- tas divisiones equivalentes, ya que debe conservar su vigenc pata tantas divisiones como requicra el limite de confianza. Si la prueba falla, ef investigador deberd aumentar el tamafio de la ‘bestra. hasta que se satisfagen Ias condiciones. 7, Registro _At erear datos a partir de observaciones 0 de un texi0, es importante Sener eo ‘cuenta las caracterisicas de los codificadores, su capacitacién, Is sintxisy seméntica del lenguaje de datos utlizado y Ia forma en que se administra procesamiento de los dates. En esie capituie se explican los procedimienos ppira desarvollarinstrucciones adecusdas, y se suministran los correspondien tes gjemplos. El registro constituye uno de los problemas metodolégicos fur damentales de las ciencias sociales y de las bumanidades. La po posicién, aceptada en las ciencias naturales, de que 1a realidad xo cs accesible come tal sino a través de la mediacién de un instr mento de medicién, debe aplicarse también en este caso. Nos posible analizar lo que no ha sido adecuadamente registrado, 1i puede esperarse que un material que sirve de fuente venga expr: sado ya en los términos formales de un lenguaje de datos. Hl registro es indispensable siempre que los fenémenos que interesin © bien carccen de estructura con respecto a los métodos dispar bles, o bien son simbélicos, en el sentido de que son portadores é informacién sobre otros fenémenos que estén mas allé de sts manifestaciones fisicas. En las formas simbélicas esponténeu abundan las omisiones y estructuras confusas, las ambiglledacks, y las dependencias del contexio, que los instramentos fisicos de ‘medicion rara vez pueden registrar. Las comunicaciones simb6i- eorsTRO 103 cas reflejadas en escritos, registros sonoros y videocassettes deben ser en gran medida transcritas en zérminos formales antes de poder utilizarse para el procesamiento de datos y la inferencia. En el anilisis de contenido, el registro ha sido un problema tan importante gue las antiguas definiciones equiparaban prictica~ mente aquél con el proceso de registro, Por ejemplo: Puede definirse el “andlisis de contenido” diciendo que esta expre- sign alude a cualquier técnica a) para la clasificacién de vehiculos- signos, b) que se basa exclusivamente en los jwicios de un analista © ‘grapo de analistas en cuanto a las categorias a las cuales pertenece cada vehiculo-signo (uicios que tedricamente pueden abarcar desde diferenciaciones perceptuales hasta meras conjeturas), ¢) siempre y ‘cuando dichos juicios del analista se consideren como el informe de un observador Cientifico JANIS, 1965, pag. 55). En otra caracterizacién leemos: Con el fin de mancjar grandes conjuntos de material verbal de manera estatlistica, parece indispensable reducir la variedad de alter nativas gue deben disponerse en tablas; y esto puede lograrse situan- do en una sola categorfa una amplia variedad de estructuras de pala- bias diferentes (Minter, 1951, pag. 95). El registro es una consecuencia necesaria del hecho de que el analisis de contenido acepte material no estructurado, pero no debe confundirse con el andlisis de contenido del cual forma parte ‘Ya nos referimos antes, en términos més generales, a gue las instrucciones explicitas deben contener toda lo necesario pata reproducir el proceso de elaboracién de los datos, cuando intervie~ nen diferentes individuos. La exigencia de Janis acerca de que las instrucciones sean explicitas se refiere primordialmente a la seméntica del lenguaje de datos, o sea, a las reglas para asignar vehiculos-signos a las categorias, Las instrucciones de registro explicitas deben comprender: + las caracteristicas de los observadares (codificadores, jueces) que intervienen en el proceso de registro: + Ia capecitacién y preparacisn que estos observadores reciben con el fin de prepararse para la trea, + a sintaxis y Ia semdntica del lenguaje de datos utilizado, incluyen- 108 METODOL.OOIA DE ANALISIS DE CONTEND do en caso necesario un esbozo de los procedimientos cognitive: ue se han de emplear para dividir los mensajes en catezorias; > In aciministracién de fas planillas de datos, ‘OBSERVADORES Desde Iuego, les observadores, codificadores y jueces deber estar familiarizados con ja naturaleza del materiai que han de registrar, pero ademas deben ser capaces de manejar fiablement las categorias y témninos que componen el lenguaje de datos. No ¢s facil cumplir con este doble requisito. Si el problema consis en registrar un dialecto local, por ejemplo, es facil encontrar hablantes nativas, pero mucho més dificil es encontrar alguno de cllos con la suficiente capacitacién en el método cientifico. Por le tanto, Jos analistas de contenido suelen abordar el problema desie ¢] oro extremo, uti,izando individuos con una cierta formacién en clencias sociales (por ejemplo, estudiantes universitetios) y que estén familiarizados con los fenémenos que se han de registra. Aunque probablemente en estos casos las deformaciones sean menos notables, lo cierto es que un estudiante universitario comin de clase media inevitablemente tendré dificultades pere aprecis las sutilezas de un dialecto o jerga de algdn grupo minoritaria local. Aun cuando ce trate de describir especticulos de televisién, temas y personajes a los que tienen acceso muchas personas, los anteceddentes sarioccondmicos y lingiifaticos, asf como les dle rencias educativas entre los codificadores, suelen ser decisivos e, ‘cuanto a la posibilidad de registrar fiablemente los datos. Asi pues, las instrucciones sobre registro deben incluir una caracterizaciGn de la clase de individuos a los que estén destina das dichas instrucciones y con respecto a los cuales se ha verifies. do la fiabilidad de éstas. No puede presumirse simplemente ge las instracciones de registro carecen de ambigiiedad para todo el musdo y que, por le tanto, todos pueden cumplimentarlas exacts mente de la misma mancra, En general, los problemas prictice: de evaluaci6n de la reproducibilidad son menos graves si las ins trucciones se dirigen a observadores + que abundan dertro de la poblacién * Fespecto de los suales es facil afirmar que cumplen con el doble requisito antes mencionado, estsTRO 305 Capacrracion La capacitacién de los codificadores es una labor preparatoria corriente cn el andlisis de contenids. No sélo los individuos tienen que estar familiarizados con las peculiaridades de ia labor de registro (tara vez los procedimientos y definiciones se ajustan per- fectamente a la intuicién), sine que ademas estos codificadores a menudo desempedan un papel insrumental en [a plasmacién cl proceso, sobre todo en la fase preparatoria del andlisis de conteni- do. Lo normal es que los investigadores informen que las sesione: de capacitaci6n del personal se prelongaron durante varios meses, y que en ese perfodo las categorfes sé refinaron, los procesos se imodificaron y las planillas de datos se revisaron haste que los individuos se sintieron cémodos y estuvieron en condiciones de fectuar su tarea de forma fiable y sficiente. A veces las ideas pri- mitivas Iegan @ modificarse haste tal punto que ya no pucden Reonocerse. Un buen ejemplo del modo cn que las definiciones del lenguaje de datos surgen de forma paralela a le capacitacién de los codificadores se describe er. un estudio sobre Jas actinudes de la politica exterior soviética y norteamericane. La finalidad det estudio era tezar un euadto preciso sobre los objetivos y estrategias de soviéticos y norteamericanos en materia de politica exterior, en tanto y en cuanto ésios pudieran reflejarse en las inanifestaciones de la elité sobre: A) el ambiente intemacional; B) distribucién def porter, C) el eatign opersiive del otro pals, y D) « e6digo operative propio. El procedimiemte se dividié en dos fases principales: la de diseno y rofinamiento de nuestro procedim.ento de codifieacién, y la de su aplicacién, A su vez, en fa primera fase se siguieron seis etapas mas 0 menos delimitadas 1. Se compilaron las preguntas que parecfan més afines al estudio gue se tenia entre manos. Por supuesto, éstas se basaron en uno ‘multiplicidad de fuentes: el conocimiento genera] que el autor tenfa sobre el tema, los pardmetos de los esquemas conceptuales de su propia ciencia social, y Ias dimensiones de la politica exte- rior sugcridas por los escritos ¢ investigaciones de otras personas gue trabajaron en este mismo campo. Una ver establecida y ordenada una serie provisional de dimensio- nes esencialmente @ priori, éstas fueron examinadas, eritieades ‘modificadas por el autor, sus ayxlantes, algunas personas a quié- nes se acudid para consultar y otros colegas profesionales, 106 METODOLOGIA DE ANALISIS DE CONTEND 5. Los codificadores aplicaron luego esta serie de dimensiones 4 unt ‘vestra del material que debia codificarse, lo cual dio como rest tado ia supresion de algunas dimensiones, Is reformulacién & ‘otras y el aiadido de unas pocas nuevas. 4. A continuacién e] autor reevalud las dimensiones y redujo aiin is las tes categorias que sbarcaba cada una de ellas, con el objeto & evar al méximo su exclusion recfproca asi como la exhaustividid de dichas categorfas. 5, Luego las dimensiones y sus categorias ge sometieron a un pretest 1 cargo de los propios codificadores, para asegurar que: ‘a. Eo la bibliogratia que habria de codifiearse se hacia refesencie a las dimensiones gue vaifa la pena codificar. '. Las dimensiones mismas no se superponian entre sf (salvo ¢a lunes pocos casos. en que se procuraba captar algunos suis matices de actitud), c. Las dimensiones en si misnmas eran lo bastante claras ¢ inequl vocas como para garantizar la cxistencia, entre codificadams independientes, de un alto grado de acuerdo en cuanto a qué artieulo especifico debfa codificarse o no en esa dimensi6n, 4. Las eres categorias alternativas en el interior de cada cimensi ‘eran ten excluyentes ene sf como habia sido posible estable ‘cet, pese a Lo cual eran exhaustivas con respecto a las posibks gamas de respuesias relevantes. 6, Cuando los pretests demostraron (por acuerdo entre dos o mis codificadores independientes) que las dimensiones y categorfas yo hrabfan sido zefinadas y aclaradas adecusdamente, se considerarae definitivas. (Saverr, 1564, pags. 11-12.) Estas etapas son tipicas, por lo siguiente: + Bl diseftador de la investigacin formula sus requisites iniciales ex lo que se vefiere a los datos. + Se familiariza con la forma en que la informacién relevante s¢ cexpresa en el material que ha de tomar como fuente. = Formula instrucciones de registro por escrito. + Trabajando en comiin con los codificadores que han de aplicarhs, las insiracciones son interpretadas y modificades entre todos haste que satisfacen los requisitos adecuados de fiabilidad. La calibraciGn tiene lugar en la ultima etapa, y en el ejemplo anterior el problema radica en que esté implicita, En este proveso se alcanza alg grado de homeostasis entre Jo que pretende fs persona que diseié la investigacién, lo que ven los observadoresy EaISTRO 107 to que pueden aprender, lo que implican las instruceiones y Ia for- ma en que puede interpretarse el material que sirve de fuente sin violentar la intuicién. Como consecuencia de cilo, s6lo quienes han participado en este proceso de ajuste mutuo podriin operar de forma congruente. Las interpretaciones especificas de cada grupo modifican las instracciones escritas, que entonces dejan de ser exolusivamente representativas del proceso de registro. Resumien- Go el uso del andlisis de contenido en psicoterapia, Lorn y McNam (1966, pag. 583) apuntan los efectos que estos procesos implicitos de ajuste tienen sobre la reproducibilidad: Aunque la mayorfa de los investigadores publican admisibles indi- ‘cos de acuerdo entee los codificadores en la categorizaciGn de las res- puesias, dichos indices esti sujetos a serios cuestionamientes. Por lo general, cl indice de acuerdo entre codificadores que sale a ta luz se basa en dos personas que han trabajado juntas intimamente en el desarrollo del plan de codificacién, y que han debatido durante mucho tiempo las definiciones y sus discrepancias al respecto, Un acuerdo entre calificadores correspondiente a un nuevo grupo de jte- ees, con tin periodo razonable aungue practice de capacitacién con un sistema, representarfa un indice de fiabilidad més realista, Las prue- bas que se llevaron a’eabo con algunos sistemas vigentes de andlisis| ‘de contenido sugirieron que la fiabilidad obtenida mediante wn auevo grupo de jueces, utilizando silo las reglas de codificacién formales, efiniciones y ejemplos, era muy inferior con respecto a lo que se informa habitualmente. Con frecuencia no satisiacian las normas, minimas del trabajo cientifico. Lo ideal es que los individuos que toman parte en el desarrollo de instrucciones de registro adecuadas no participen en el registro mismo de los datos. Una vez establecidas dichas instrucciones, cualquiera que sea el método utilizado, deberia afiadirse una quin- ta etapa a la liste anterior: + La fiabilidad de las instrucciones de registeo se verifica apli Tas a un nuevo grupo de observadores independientes. Los individuos deben poder operar con las instrucciones de registro como winica guia, Sdlo deben tener un acceso minimo, si es que tienen alguno, a las fuentes de informaci6n no controlables (Por ejemplo, la historia del proceso por el cual se legé a esas ins- traceiones), ya que de lo contrario las instrucciones podrian modi- Lo METODOLOGIA DE ANALISIS BE CONTENDO ficarse en direcciones imprevisibles; ademés, deben poder opera con un grado absolatamente minimo de comunicacién informal entre ellos, para que no surjan acuerdos subrepticios sobre sus propias interpretaciones, Cualquier modificacién de las instruccio- hes que sea neccsario introducir debera incorporarse en las pro- pias instrucciones eseritas. Si se exige capacitacién, es preciso que sea estandarizada, para poder reproducirla en otros sitios. En cierta oportunidad estableci- mos un minucioso programa de autoaprendizaje para el registro de episodios de violencia televisiva: se impartié sintéticamente a los sujetos la naturaleza de la tarea, ¥ a continuaci6n se les dej6 trabe- Jar solos, observando una serie corriente de programas de televi- sin. Una vez que identificaban y registraban cad unidad en una planilla de datos, tos sujetos podian encontrar las puntuaciones ‘supuestamente correctas (establecicas por un equipo de expertos) en otta plenilla. La comparacién entre las dos planillas les propor- cionaba una realimentacién inmediata sobre sw propio trabajo y les facilitaba adoptar una interpretacién estindar de las instraccio- nes, Este método ne s6lo nos permitié trazar un esquema de fiai- lidad creciente, sino también decidir, al término del periodo é aprendizaje, cudles eran los individuos més adecuados para esta tarea, Si se cuenta con un programe de autoaprendizaje de esta indole, ¢l proceso es facil de reproducir, y casi forzosamente pro duce siempre resultados similares. Probablemente ura de las peores précticas difundidas en mate- rla de andlisis de contenido sea ei hecho de que el mvestigadcr desarrolle sus instrecciones de registro y las aplique solo. 0 con ayuda de uncs poccs colegas fntimos, impidiendo asi someterla controles independiantes de su fiabilidad. Suele aducirse que esta costumbre obedece a la falta de recursos, pero una prucba tras ott. than demostrado que este proceso carece en gran medida de fiabili dad, y en realidad nos Yeva a preguntamnos qué clase de contrib cicn cientifica pueds realizar un estudio que sélo el autor es caps de reproduc. SEMANTICA DE LOS DATOS (MANERAS DE DEFINR BL SIGNIFICADO DE LAS CATEGORIAS) La sintaxis y Ia semdntica de un lenguaje de datos estén incor poradas esencialmente a las reglas que gobieman la asignaciéa ée REGISTRO umidades & las categories o al cédigo. Las marcas efectuadas en tna planilla de datos, los orificios de una tarjeta perforada, las erfpticas anotaciones gue hace un analista al margen del texto fuente, son portadores de informacién en la medida en que se sigan las reglas de manera fieble; pero s6lo resultan significativos desde el momento en que las propiedades que dan origen 2 los datos estén representadas reconociblemente en ellos. Los datos son entidades simbélicas. Las instruceiones de registro no s6lo deben asegurar que los datos se registren de una manera flable, sino también explicar su significado. Sélo cuando la relaci6n seméntica entre los datos puntuales y el material que sirve de fuente es clara, fos hallazgos bbasados en esos datos pueden conducir a intelecciones acerea de los fendmenos reales, Si se pierden las instrucciones de registro 0 los manvales de codificacién, por mas que los datos exhiban sv sintazis, las inferencias sera inciertas porque e} investigador ya no tendré acceso a su seméntice. A menudo, la seméntica de los datos se contamina simplemente por une codificacién poco fiable, © por modificaciones introducides en las instrucciones mientras ge llevaba a cabo le codificacién, 0 por el uso de definiciones op: cionales especiales, que Iuego se equiparan con el concepto int tivo que tal vez les dio origen. El ruido, las ambigiiedades y 1 Perspectivas contratias a la intuicién en la seméntica de un len- guaje de datos hacen més diffcil Ia subsiguiente intecpretacién de los hallazgos, Con frecuencia se enuncia el requisite de que “las categories sean exhaustivas y mutuamence excluyentes”. Este requisito corresponde a la seméntica del lenguaje de datos, por cuanto osta- blece una relacién entre los fencmenos que se han de describir y fos datos que los representan. La “exhaustividad” se refiere a Ta capacidad de un lenguaje de datos para representar todas las uni- dades de registro, sin excepci6a. Ninguna unidad debe quedar excluida porque se carezca de tSrminos descriptivos adecuados La propiedad de “exclusi6n muma” se refiere a la capacidad del Jenguaje de datos para cstablecer distinciones netas entre los fen6 menos que se han de registrar. Ninguna unidad debe pertenecer a dos categorfas o estar representada por dos datos puntuales distin- tos. Este doble requisite exige gre la seméntica de un lengu: datos divida el universo de unidades de registro posibles en cla- ses bien diferenciadas y que los miembros de cada una de estas, clases estén representados por ur. dato diferente, de modo que les no METODOLOGEA DE ANALISIS DE CONTEND) distinciones establecidas en el universo aparezcan inequivoce: mente representadas en los datos, ‘Un conjunto de categorfas que no es exhaustivo puede Hegar serio si se le afiade otra categoria que represente a todas las unida des no representadas en el conjunto inicial. A menudo esas cate- gorfas se etiquetan como “otros”, “el resto”, “no aplicable”, etc. Dado que una categoria “autoprotectora” de esta indole no repre senia un conjunto claramente detimitado de fenémenos, salvo pat exclusién de todos los restantes, contribuye poco (si es que €1 algo contribuye) a los hallazgos de la investigacién y, por elle, debecta evitarse en lo posible recurrir a ella. Esta soluci6n no es aplicable a categorfas que catezcan de lt propiedad de exclusiGn mutua. Aftadir una categorfa “ambigua” a Conjunto, wna categoria en Ja que se retnan todas las unidades con respecto a las cuales resulta poco clara la asignaciGn de categc- fas, 0 que puedan adopter valores miiltiples (como cuando bay dos 0 mas categorias aplicables), impide evaluar la fiabilidad, y 1a que es més importante, orienta tendenciosamente los resultados & Is investigacién en la direccién de los fenémenos fécilmente des- criptibles. La ambigiiedad de las instrucciones de registro no tient remedio. El modo en que se definen las categorfas y en que se adoptan valores numéricos o datos puntuales representativos de los fené- menos reales, de las observaciones y de tas caracteristicas de los mensajes constituye todo wn arte, sobre el cual se ha escrito muy poco. Sin embargo, pueden diferenciarse algunas maneras de delinear la semdnrica de un lenguaje de datos: esignaciones verbales listas de extensiéa esquemas de decisién magnitudes y escaias simulacién de la verificacién de hipStesis, simulacién de entrevistas construcciones conceptuales de cierre e inferencia Designaciones verbales Las designaciones verbales son las mds frecuentes y, en ape- riencia, Ins mas obvies. Por ejemplo, el sexo de un personaje dr- miético puede ser o bien masculino, 6 bien femenino, o bien inde: ecistRo nt ierminado, Esta tiltima designaci6n puede obedecer # que no se cuenta con Ia informaciGn suficiente, a que se tata de un nifio sin un rol sexval claro, 0 a algtin otto motivo. Pero las designaciones de caracteristicas o atributos con una sola palabra, incluyendo los nombres de individuos, conceptos o clases de fenémenos, s6lo son eficaces cuando las diferenciaciones entre ellas se ajustan plena mente a los significados lingtifsticos corrientes. Y esto puede no suceder, ya que toda disciplina cientifica desarrolla invariable- mente sus propias concepciones tedricas. El siguiente conjunto de categorfas ilustra distinciones que no se compatten con observa dores no avezados 0, por citar un ejemplo, con los pacientes psi quidtricos cuyo nivel de angustia se procura evaluar (MaHL, 1959), en cuyo caso se requieren evidentemente definiciones y ejemplos més amplios. 1) “ABE” Cada vez que se presenta con claridad 1a interjeccién “jah”, se la registra. 2) Correccién de oracién (CO). Toda correccién en la forma 0 conte- ido de la expresién a medida que avanza la secuencia de las pala- ‘bras emitidas. Para que se rogistren, el oyente debe percibir estos ‘cambios como una interrupeidn de dicha secuencia. 3) Oracién incompleta (Ol). Casos en que una expresi6n cualquiera se intorrumpe, se deja incompleta, prosiguiendo le comunicacién sin gue el hablante haga ninguna correccién. 4) Repeticién (R). La repeticiéa superflua en la serie de una o més palabras (habitualmente s6lo una 0 dos). 5) Tartanudeo (7). 6) Incerferencia de un sonido incoherente (SI). Un sonido que ¢s absolutamente incoherente como palabra para el oyente, y que inierfieve sin alterar la forma de la expresién, y sin que pueda interpretarse claramente como un tartamudeo, una omisién 0 un cesliz verbal (aunque de hecho algunas de estas incoherencias lo sean en Ja realidad), 7) Desiiz verbal (DV). En esta categoria se incluyen los neologismos, Ja trasposicién de palabras respecto de su posieién correcta dentro de la serie y la sustitucién de Ia palabra que se queria por oa involuntaria. ‘Omisién (O), Pueden omitirse partes de palabras 0, Io que es mis raro, palabras completas. Se exceptiian de esta clasificacién las contracciones. En sa mayoria, las omisiones son silabas terminales de palabras. 8

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