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Escuela Sabatica Programas

Varón y hembra los creo

Servicio de cantos

Lectura bíblica: Génesis 1: 27.

Himno inicial
"El mundo es de mi Dios" (Himnario adventista, n° 78); o "Yo canto el poder de Dios" (Himnario
adventista, n° 77).

Oración inicial

Bienvenida
Estamos muy felices, queridos hermanos y visitas, de verles esta mañana de sábado. De manera
particular nos agrada saber que si nos encontramos aquí es porque Dios desea utilizarnos como
instrumentos en sus manos para trabajar por la salvación de la gente. Busquemos a Dios de todo
corazón. Sean bienvenidos a esta casa de oración.
Informe de progreso
En el informe de progreso de hoy haremos énfasis en la importancia de promover la reverencia en la
iglesia.
Alabanza especial
En esta mañana el nombre de Dios será alabado con el himno titulado, a cargo del hermano:

Misionero
Escuchemos atentamente el siguiente relato misionero. (Invitar a tres expositores para la realización
de un programa tipo "foro". Cada uno asumirá la defensa de las posiciones que se explicarán más
adelante.)

La Biblia indica que Dios deseaba que los hombres y las mujeres vivieran en una sociedad de igualdad
y respeto mutuo. Dios catalogó a la mujer como la "ayuda idónea" (Génesis 2: 18). ¿Qué significa
esto? Existen tres interpretaciones principales (lo siguiente está basado en el libro Bienvenida a la
mesa, de David R. Larson, capítulo 5: "El hombre y la mujer como compañeros iguales".
Participante No. 1: "La mujer como un ser inferior y subordinado".
La primera opción sostiene que aunque el hombre y la mujer son seres humanos, son inherentemente
desiguales. Sugiere que el hombre es superior y la mujer inferior. Propone una jerarquía que pone a
Dios en la parte más alta; al hombre, como un ser creado "a la imagen de Dios", más abajo; y a la
mujer, como un ser creado "a la imagen del hombre", aun más abajo. Le siguen los animales y las
plantas. No obstante, la narración de la creación que registra la Biblia no sustenta la noción de que los
humanos diferimos de esta manera. La historia de la creación que se registra en Génesis, capítulo 1
declara: "Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó"
(Génesis 1: 27). Esta declaración no sustenta la idea de que Dios creó al hombre y a la mujer como dos
formas de humanidad superior e inferior. Tanto el hombre como la mujer fue-ron creados a la imagen

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de Dios; por lo tanto, son iguales en esencia y tienen la misma importancia. El argumento más
significativo es que el hombre y la mujer encierran en con-junto la imagen de Dios: son relacionales,
mutuos, recíprocos. La imagen de Dios, "un poder similar al del Creador". "La individualidad, poder
para pensar algo y que esto se haga, no se encuentra ni en el hombre como tal ni en la mujer como
tal. Florece en la sociedad igualitaria del hombre y la mujer, una sociedad por su reciprocidad y
mutualidad" (David R. Larson, Bienvenida a la mesa, pp. 109, 110).
Participante No. 2: "La mujer como un ser subordinado, pero no inferior".
La segunda interpretación dice que la mujer está subordinada al hombre pero no es inferior a este.
Este punto de vista rechaza categóricamente la afirmación de que la humanidad de la mujer es
inferior a la del hombre. Sin embargo, afirma que aunque la mujer no es inferior al hombre, sí es
diferente en muchos aspectos; y que en el plan divino estas diferencias conllevan a su subordinación.
Desde esta perspectiva, la subordinación no es necesariamente negativa. Malinterpretada, podría ser
perjudicial; pero desde el punto de vista espiritual, sería beneficiosa. Una subordinación saludable
viene de Dios. Una subordinación enfermiza es una distorsión demoníaca de una bendición divina.
Cuando se descarta lo falso, es importante no descartar lo genuino. La interpretación de la mujer
como un ser subordinado, pero no inferior, es como una escena de video que ha sido detenida
deliberadamente. Sugiere que la función y el papel de la mujer han estado siempre subordinados y
que siempre será así. Sin embargo, el drama bíblico nos recuerda que no siempre fue así (Génesis 1-
3); nos anuncia que no será así en el futuro (Joel 2); y deja claro que no necesariamente debe ser así
en el presente (Gálatas 3).
Participante No. 3: "La mujer: ni inferior, ni subordinada".
Según la Biblia, el hombre y la mujer no deben ser diferentes en esencia ni valor. Obviamente existen
diferencias en muchos roles y funciones; sin embargo, éstas diferencias funcionales; sean biológicas,
culturales o de alguna otra índole, no autorizan al hombre ni a la mujer a sentirse superiores al otro.
Las diferencias capacitan al hombre y a la mujer; y les exigen que se ocupen en pensamientos,
sentimientos, enseñanzas y aprendizaje recíprocos; así como en ayudarse mutuamente. Deben hacer
esto como compañeros idóneos, cada cual contribuyendo a la relación sin abandonar su identidad
particular.
Directora: Agradecemos a los expositores en esta mañana. Los invito a orar para iniciar el repaso de la
lección.

Conclusión
No olvidemos que el hombre y la mujer fueron creados como compañeros iguales. "Dios requiere que
la esposa recuerde siempre el temor y la gloria de Dios. La sumisión completa que debe hacer es al
Señor Jesucristo, quien la compró como hija suya con el precio infinito de su vida. Dios le dio a ella
una conciencia, que no puede violar con impunidad. Su individualidad no puede desaparecer en la de
su marido, porque ha sido comprada por Cristo" (El hogar adventista, p. 101). Apreciados hermanos,
que Dios les colme de bendiciones. Les esperamos con mucha alegría el próximo sábado.

Himno final
"Oh amor de Dios" (Himnario adventista, n° 62); o "Más de Jesús" (Himnario adventista, n° 406).

Oración final

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