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Vicente Fatone COLECCION ENSAYOS EUDEBA EDITORIAL UNIVERSITARIA DE BUENOS AIRES | El budismo “nihilista” | Primera edicion: agosto de 1962 Segunda edicién: marzo de 1971 ©1962 EDITORIAL UNIVERSITARIA DE BUENOS AIRES Rivadavia 1571/73 Socindad de Economia Mista Fundeda gor la Universidad de Bwence Airee Hecho el depésito de ley IMPRESO EN LA ARGENTINA — PRINTED IN ARGENTINA INDICE GENERAL Prélogo . Prévoco a la segunda edicién - n m1. EL sypisto pancitivo ¥ FL “PEQUESO vEnicuLO” Las cuatro verdades det dolor. — Las doce causas. = Las “concentraciones”, — Actitud negativa ini. Gal. Los problemas indeterminados. — Eternalistas y nihilistas. EI camino medio. — Imposibilidad de Ta causa tinica. — Anilisis de las causas y condi nes, — La “vacuidad” y el “Apice de la’ sabiduria NYGAGION DE 1A CAUSALIDAD, DEL MOVIMIENTO, DEL. ‘THMPO ¥ DEL SEB Critica de Nagarjuna a ta nocién de origen de los dharmas y a Ta nocién de movimiento. — Instanta- neidad de los dhermas, FI cambio. Sarvastivadins y Sautrdntikas. Las “caracteristicas”, Nacimiento, dv racién y muerte. — Fl tiempo. Inexistencia del pa- sado del futuro, El presente, Presencia, realidad y ficacia, Medicién del tiempo. Tiempo, ser y no ser NNEcACION DEL. CONOCIIENTO Posibilidad del juicio negative, La negacién en Ia percepcidn y en Ia inferencia, Restricciones al juicio Regativo. — El conccimiento y su objeto. 2E1 co- nocimiento se afirma a si mismo? — “No tengo tesis". — La negacién como medio especial de cono- cimiento, — EI conocimiento y el tiempo. — Las *Vanas discusiones”. — Criticas brahmanicas 6 ” 108 EL BUDISMO “NIHILISTA" VIL NECACION DEL ESPACIO. ¥ DEL NIRVANA. NEGACION DE LA NEGAGION. LA SUSPENSION DEL JUICIO. Los dliarmas incondicionados. Vacuidad del espacio y del Nirvana, Samstra y Nirvana. Negaci6n de Ja vacuidad, La suspensién del juicio, FL “nihilis- mo” de Nagirjuna. — Cényeid de la gdnyatd ... 141 BIMOGRAIA Y_ ABREVIATURAS 163 Spice DF Noscaars cece 187 ve JOAQUIN V. GONZALEZ Fundador de la Universidad de La Plata, entre nosotros el primero que conocié y amé 14 los filbsofos y poetas de ta India. PROLOGO Nos proponemos en estas paginas interpretar el pen- samiento de Nagarjune, filésofo budista del siglo I cuya influencia perdura en las formas modernas de la religion fundada por Gdkyamuni, No tenemos la pretension de haber interpretado siempre con justeza ese pensamiento, a pesar de lo muy idtiles que nos han sido las investiga. ciones de los indianistas interesados en aclarario. Sin ta penosa labor, de conelusiones no concordantes y hasta contradictorias, ya realizada sobre textos sinscritos, tibe- tanos y chinos, especialmente por de la Vallée Poussin en Béigica, por Stcherbatski en la URSS, por Tucci en Italia, por Walleser en Alemania y por Schayer en Polo- nia, nos habria sido imposible escribir estas paginas que desearian verse justificadas en otras, ajenas y mejores, escritas también en nuestro medio. Nuestra interpretacién difiere, en algunos aspectos, de la ofrecida por quienes se han dedicado a desentraitar el sentido de tos textos mds seguramente atribuibles a Négdrjuna, Nos ha parecido necesario insistir en la de- mostracién de que Nagarjuna no es un “nihilista”, aun- que con esa palabra sigue siendo designada su escuela por investigadores eminentes, Nos alejamos, también, de la interpretacién segiin ta cual Ia idea fundamental de sie “sistema” es la de que no existe sino “una sola substan- 9 EL BUDISMO “NIHILISTA” cia, que es ef mundo sub specie ternitatis". No creemos que pueda verse en Nagarjuna una expresion fiel del bu- dismo primitivo, pero tampoco creemos que en sus ideas pueda descubrirse la negacin total del budismo, Gree- mos que Nagdrjuna, sin responder con fidelidad al pen- samiento inicial del budismo tal como aparece expuesto en el canon, parte exclusivamente de datos que éste le suministra y llega @ las consecuencias mas extremas ex- tendiendo a todas las cuestiones el método negative que el fundador del budismo habria adoptado silo con res- pecto a cierto nimero de problemas que no interesaban para la obtencién del nirvana, Ninguno de ios problemas que Nagarjuna plantea e intenta resolver nos es desconocido en Occidente. Su in- terés reside, mds bien, en el hecho de que nos ojrenca, como en compendio, muchos problemas que ta filosofia occidental ha debatido a través de tos siglos, La disew- sidn de esos problemas es, con frecuencia, irvitante por su prolijidad y tediosa por sus andlisis superfluos; pero ésta es una caracteristica de todo el pensamiento indio, que comienza presentindose en forma aforistica y deter- mina en seguida, por ese defecto, el exceso de los comen- tarios y de los comentarios de comentarios, concluyendo en una hipercritica farragosa donde et extravio es mu- cho més facil que el hallaxgo. Deliberadamente, y a pesar de las tentaciones que con seguridad asaltarin también al lector, nos hemos abstenido de todo cotejo con el pensamiento occidental. LA LEvENDA bE NAGAnjuna.— Las leyendas atribu- yen a Nagirjuna origen brahmédnico. Hijo de un brah- man a quien en sueiios se le habia profetizada que no podria tener descencencia si no ofrecia una fiesta en ho- 10 Be ed PROLOGO menaje a cien sacerdotes, estuvo condenado a vida pre- caria a pesar de los’signos favorables que acompafiaron su nacimiento, Para qué el nifio alcanzase a vivir siete meses, fue necesario, segiin la leyenda tibetana de Bu- ston, que Jos padres olreciesen una segunda fiesta y Iue- go una tercera para que viviese siete afios. Cuando se acercaba el término de ese plazo, los padres resolvieron que Nagirjuna, acompafiado por un servidor, empren- diese un viaje de peregrinacién. El nifio legé a la famo- sa universidad de Nalanda, donde un sacerdote le insté a adoptar la vida mondstica como wltimo recurso para evitar la muerte, Fue ordenado segin la ceremonia del circulo magico del Buddha de la vida ilimitada (Ami- tayus) y tuvo por guia al mismo rector de la Univer- sidad 4, ‘Segin otras versiones, el nifio, después de haber aprendido los cuatro vedas, se entregé a los placeres mun- danos. Conocedor de la técnica que hace invisibles a los hombres, violé domicilios hasta ser sorprendido y estar a punto de pagar con la vida sus hazafias nocturnas. La promesa de convertirse en discipulo de Buddha, que for- mulé ante el mismo timuto del fundador de Ja doctrina, lo habria salvado de la muerte. En pocos dias aprendié Ja ciencia de las tres cestas que constituyen el canon bu- dista; y un monje, en el Himalaya, le habria revelado Ja ciencia de Ja “‘cuar:a” cesta, que contenia las ensefian- zas del “gran vehiculo”, Estando en la Universidad de Nalanda2, Nagarjuna habia descubierto el procedimiento para transmatar to- 1 Bu-siON, History of Buddhim, tad, E. Obermiller, U, pag. 122 y 9, 2 Nagarjuna no pudo estar en Naland, pero se ha crefdo re- conocer sti efigie en unt escultura de la famosa “Universidad”. Vien H. D, Saneatis, The University of Nélandd (Madras, 1984), 1a plancha XIV. LW EL BUDISMO “NIHILISTA” dos los objetos en oro, y gracias a ello pudo, en épacas dificiles para los monjes, procurar Jo necesario para que la comunidad no pereciese de hambre. Los monjes, in- dignados porque Nagarjuna habia procedido secretamen- te, Io expulsaron de Nalanda y Je ordenaron que, para purificarse, erigiese un millén de monasterios y santua- ios. Mientras tanto, Nagarjuna habia podido, con su ciencia, refutar a Gankara. Dos nifios que escuchaban la admirable réplica desaparecieron de pronto bajo tie- rra, Eran dos serpientes, Nagas, Nagarjuna descendié al mundo de las serpientes y obtuvo la promesa de que le seria ofrecido el material para la construccién de los mo- nasterios. Expuso su doctrina al rey de los Nagas, y étos le pidieron que permaneciese con ellos. Nagarjuna explicé entonces que habia descendido en busca no s0- Iamente de los materiales para la ereccién de los mo- nasterios sino también del “Apice de la sabiduria” (praj- fidptramitd) de las cien mil estrofas. Ommisapiente, Nagirjuna pudo realizar las més extraordinarias hazafias. No ignoraba qué sttcedia en los cielos, y anuncié una vez una guerra entre dioses y de- monios, confirmada inmediatamente por un brazo que cay de lo alto. Predecta el futuro; era capaz de trocar en oro las montafias, y conseguia que quienes le escucha- ban se muriesen para renacer convertidos en maestros. Como si estos méritos no fuesen suficientes, un texto jai- na? agrega que Nagarjuna, asceta ejemplar, hijo del rey de los Nagas, aprendid de su maestro, después de acci- dentadas tentativas, el arte de remontarse por los aires untdndose Ia planta de los pies con una substancia miste- riosa. Polemista temible, se habria suicidado cediendo al ardiente deseo de un secuaz del “pequeiio vehiculo”, 0 1 Menereses, Prabandhacintimani, wad. Tawney, p. 194 ys 12 PROLOGO al de un niio? que, segin otras versiones, habria sido su asesino#, Este nifio, impaciente por reinar, necesitaba que su padre dejase de recibir el elixir de larga vida también descubierto por Nagarjuna; pero acaso ese elixir no fuese, como dice el viajero I Tsing®, mas que"la sen- cilla practica de higiene que consiste en limpiarse’la den- tadura con palillos. Las leyendas atribuyen a Nagarjuna una vida de 800 6 600 afios, dedicada a ensear la doctrina y a componer tratados sobre los mas diversos t6picos: medicina, alqui- mia, astronomia, orfebreria, prdcticas téntricas, ademas de los libros del “Apice de la sabidurfa” y numerosos textos positives y polémicos, Su nombre, Naga-Arjuna, se explicaria porque es el vencedor de los Nagas; porque, como un Naga, nacié a la verdadera doctrina desde el fondo del océano, y porque su dloctrina, como el océano, no tiene limites, Los ojos de los Nagas son encendidos y fulgurantes, y Nagarjuna quema e ilumina con el fuego de sus ensefianzas. Su poder es invencible, como el de Arjuna, dominador de las huestes de enemigos. Pero po- drfa Hamarse Nagirjuna simplemente por haber nacido al pie de un arbol. Con una grandeza solo comparable a la del funda- dor de la comunidad, merece ser reverenciado ~y asi lo habria proclamado él mismo— como Jo es el maestro. Su cuerpo tenia los $2 signos que distinguen al Perfecto Despierto. Los bardos del Cachemir ain cantan sus ha- afias. Su cabeza, cercenada y petrificada®, estaria acer- 1 Hivan Tsane, Recerds, ML, p. 213. 2 Bu-ston, I, p. 127. 84 record, pig. 34 4 Bonten, Indische Studien, XIV, p. 408. (Citado por Kenn, Histoire... IL, p. 436) 8S. Canora DAs, Life of Ndgérjuna, JASB, vol, 51, p. 115 y siguientes. 13 EL, BUDISMO “NIHILISTA” candose lentamente al tronco, después de haber sido Ie- vada lejos de éste, para reconstituir algtin dia el cuerpo del monje. Nagarjuna ha sido, pues, un nombre en torno al cual Ia tradicién se ha complacido en acumular leyendas y mitos. Un indianista occidental * quiere ver, en todo to que de Nagarjuna se cuenta, una serie de simbolos rela- cionados con Giva. Si se dice, por ejemplo, que Nagar- juna fue discfpulo de Rahulabhadra, eso significaria, por si solo, “en su sentido menos alegérico”, que el budismo debe mucho a la Bhagavadgitd y més atin al civaismo. Nagarjuna no seria un monje budista sino el mismo Gi- va, por las siguientes razones: Los monjes del “pequefio vehiculo” atribuian a Négarjuna los libros del “Apice de la sabiduria” (prajidpdramité). «Y qué es la sabidu- ria (prajnd)? Es la naturaleza, 0 sea el aspecto teme- nino de Giva, Ademés, los libros de esa extensién son, por lo general, atribuidos al Tiempo, y Giva es la perso- nificacién del “Gran Tiempo", Esos y otros escritos del canon mahayénico estin emparentados con Ja literatura tantrica, que es considerada revelacién de Giva. Como se ve, esta explicacién no difiere mucho en su mecanismo de la que nos ofrecen Jas mismas leyendas budistas, La critica occidental ha Hegado a negar la existencia de Nagarjuna o a repartir entre por lo menos tres perso- najes ese cimulo de leyendas?. El Nagarjuna que nos interesa seria el primero y habria vivido en el siglo 11; otro Nagarjuna, el alquimista, habria vivido en el siglo VI; el tercero, el del tantrismo, en el siglo X. 1 Kenn, Histoize..., UL, p. 43%: y Manual 12 ys 2M, Wattesen, The life of Négdrjuna from Tibetan and Ghinese sources, (Hirth Anniversary volume), p. 421-445, 14 ~ PROLOGO A LA SEGUNDA EDICION En los iltimos afios, el nombre de Nagarjuna ha quedado ya definitivamente incorporado a la visién que los medios filosdficos occidentales se han venido forman- do de la historia del pensamiento indio, En ese sentido debe sefialarse, ante todo, la importancia que al gran dialéctico budista confiere Jaspers, quien en su obra Die Grossen Philosophen (Munich, 1957) analiza, con un detenimiento mayor que el que dedica a Plotino y casi igual que el que dedica a Spinoza, la actitud metafisica det representante maximo de Ja “escuela media” del mo- vimiento especulativo que se inicia con la aparicién de Gautama. En la interpretacién de Jaspers, Nagarjuna tiene una universalidad que, vista desde los cuadros de Ia historia de la filosofia occidental, ofrece analogtas for- males por un Jado con la dialéctica de la segunda parte del Parménides de Platén y, por otro, con la Togistica contemporinea de Wittgenstein (pag. 944). Merece igualmente sefialarse el libro The Central Philosophy of Buddhism (Londres, 1955), del profesor de 1a Universi- dad de Benarés T.R.V. Murti, quien expone el pensa- miento de Nagarjuna como un “absolutismo” al que se adhiere sin reticencias considerindolo no s6lo expresion de Ia unica actitud metafisica posible sino también como un esfuerzo valioso capaz de preparar, atin hoy, el tras 15 EI, BUDISMO “NIHILISTA™ fondo necesario para la regeneracién espiritual de nues tro mundo (pag. 341). La bibliografia sobre Nagirjuna se ha visto enri- quecida, en estos Gitimos aitos, especialmente por la tra- duccion —sobre la yersién china del original sdnscrito perdido— del Tratado que el dialéctico budista dedicé a la "Suma Sapiencia”, hecha por Etienne Lamotte (Le de la Grande Vertu de Sagesse, Lovaina, 1944- Buenos Aires, febrero de 1962. 16 Carfruto I EL BUDISMO PRIMITIVO Y EL “PEQUESO VEHICULO” Las cuatro verdades del dolor. — Las doce causas, — Las “con- — Actitud negativa inicial, Los problemas inde. — Eternatistas y nihilistas. EL camino medio. — Im- posibitidad de la causa unica. — Andilisis de las causas y condi- ‘cones, — La “vacuidad” y el “Apice de la sabiduria”. Dentro del complejo sistema presentado por Ios li- ‘bros budistas, contradictorios hasta el punto de que tam- bin a ellos Jes son aplicables las palabras de Shakes: peare (The devil can cite scripture for his purpose), solo hay dos doctrinas que con alguna seguridad pueden ser atribuidas a la prédica inicial de Gakyamuni: la de las cuatro nobles verdades del dolor y la del origen con- dicionado de los seres. La primera de esas doctrinas desarrolla un tema que para el pensamiento indio constituye una novedad en la vision del mundo. En los textos Gakyamuni dice con frecuencia que éf slo pretende explicar qué ¢s el dolor, cual es el origen del dolor, cual es la supresién del dolor, y cudl es el camino que conduce a la supre- sign del dolor. Con infinidad de parabolas e imagenes, Jos textos denuncian la existencia del dolor, callada en los himnos védicos y en Ia codificacién ritualista de los libros brahmédnicos: las criaturas sufren, y ¢s el suyo un sufrimiento solitario, porque ni siquiera la madre 7 EL BUDISMO "NIHILISTA” puede impedir que ¢] hijo esté sometido a la espantosa trinidad de la enfermedad, la vejez y la muerte; el mun- do es una casa en Hamas donde las criaturas permane- cen encerradas sin saber cémo huir; las ligrimas derra- madas por los hombres son mds numerosas que las go- tas de agua de los cuatro océanos; no hay un solo lugar de la tierra sin polvo de huesos, y Ia muerte de nuestro hijo solo puede ser curada por el grano de pimienta que obtengamos de aquel a quien no se Ie haya muerto nadie. Pero también en los textos upanishidicos se habla de] dolor del mundo. El dolor es un hecho inherente a la existencia, aunque no a Ja realidad, y el hombre as pira por es a librarse del ciclo de las existencias. En las mds antiguas Upanishads, Ia vida toda es una sue cesién ciclica que tiene su mejor explicacién en la “adi- vinanza” de cémo puede el agua adquirir vor humana: de los cuerpos quemados en la hoguera se desprenden vapores que terminan por formar las nubes de donde el agua cae para convertirse en alimento que luego se transforma en semen y da origen a una nueva vida; y asf el agua de la nube adquicre voz en el nifio. Pero en las Upanishads se afirma también la sucesién ciclica de Jas existencias con respecto al individuo; un mismo hombre nace una y otra vez, muere una y otra vez. En este ciclo de las existencias, el hombre se siente “como un sapo en un estanque sin agua”?, segiin los textos upanishadicos, y su aspiracién consiste en evitar el do- lor de la serie de los nacimientos y las muertes, para lo cual Ios pensadores brahminicos ofrecian los caminos del conocimiento, de las obras, de la contemplacién ex- 4 Bunt, Ur. 6. 2 CHAND. 5. 3. 2 Mame Ur. 18 BUDISMO PRIMITIVO ¥ “PEQUESO VEHICULO” ttica, 0 entreveian el ce la gracia. El budismo, como todas las escuclas de la época, se propone ofrecer un camino para la supresién del dolor, porque también para esta nueva doctrina el hombre es, en el ciclo de las existencias, “como un pez fuera del agua”! Para ello ofrece la férmula de las cuatro nobles verdades, que ¢s comin a las distintas escuelas indias de la época ya las posteriores, aun cuando cada una de ellas le dé un contenido y un sentido diferentes. “El dolor, la causa del dolor, la supresién del dolor, el camino que conduce a la supresién del dolor” es una formula tomada de la ciencia médica. Los budistas no lo ignoraban, pues Buddha es presentado frecuentemente en los textos co- mo un médico, como “el mejor de los médicos” y su doctrina como una medicina incomparable. En los did- logos de Milinda?, la doctrina es una farmacopea donde es posible hallar todos los antédotos y el elixir que pre- servaré de la vejez, la enfermedad y la muerte. Y asf como los medicamentos ponen fin a las enfermedades, a los dolores fisicos, y evitan la muerte, el Nirvana po- ne fin a todos los males, a todas las penas, y permite vencer la muerte, En el sistema Yoga® se recurre a la misma f6rmula de la ciencia médica para indicar cémo se obtiene la liberacién: la transmigracién, la causa de la transmigraci6n, Ja supresién de la transmigracién y el camino que conduce a la supresién de la transmigra- cién; y se Teconoce expresamente que esos cuatro mo- mentos corresponden a las cuatro secciones en que la ciencia médica se divide. Igualmente, en el comentario al primer aforismo de los Nydyastitras —que asegura la obtencién del “supremo bien” mediante el estudio de 2 Duanncarapa, 34 2 Muuinoa, p. 385 4 2 Yocasbrnas If, 15, com. Cf, Kenw, Manual..., p. 47. 19 KL BUDISMO “NIHILISTA” la légica~ Uddyotakara ofrece, aunque con variantes en la terminologia, una {6rmula que coincide con as anteriores: lo que debe ser abandonado 0 evitado; la causa de Jo que debe ser abandonado o evitado; el abandono, y el camino que conduce al abandono. Y los comentarios al primer aforismo de los Sémbhyasiitras, donde se anuncia que Ia investigacién tiene por objeto evitar las tres clases de dolores (los provocados por causa natural interna, los provocados por una causa natural externa y los provocados por una causa sobre- natural), recuerdan la ciencia médica y con ella compa- ran las ensefianzas del sistema, ofreciendo férmulas también semejantes a las anteriores. ‘Mas original que la férmula de las cuatro verda- des es la doctrina del origen condicionado de los seres, que en un principio sirvié para explicar el ciclo de las existencias del hombre y luego se extendié a todo el mundo de los fenémenos. En su forma completa, pres- cindiendo de las variantes que a veces los textos ofrecen, la explicacién sefiala en el ciclo de las existencias del hombre, doce momentos, cada uno de los cuales est determinado por el anterior y es determinante del si- guiente: el hombre conoce Ia vejez, Ia enfermedad, la muerte (1) porque todo eso esté necesariamente impli- cado en el nacimiento (2) y éste es propio del reinado impermanente de la existencia (8) que es el reinado del hombre; esa existencia se sostiene porque recibe el alimento (4) que es exigido por el apetito o la sed (5) provocada por la sensacin (6) resultante del contacto (7) de los seis Srganos de nuestros sentidos (8) con los objetos; y esos sentidos son propios de nuestra constitu. cién de individuos dotados de cuerpo y de nombre (9) en donde actéa una conciencia (10) que ha surgido de 3 Ver, por ejemplo, ViySanasaixsHy y ANIRUDDHA a I, 1. wae pune BUDISMO PRIMITIVO Y “PEQUERO VEHICULO” las predisposiciones (11), de los residuos que en nuestra existencia anterior ha ido formando y dejando Ia igno- rancia (12). La lejana raiz de nuestra muerte est, pues, en Ia ignorancia propia de nuestra existencia anterior; ¥ nuestro nuevo nacimiento, después de la muerte, ten- ard su raiz en Ja ignorancia de nuestra existencia actual. Para que el ciclo de las existencias tenga fin, es necesa- rio destruir la ignorancia, pues dada ésta se tendr4 Ja serie que conduce al nuevo nacimiento y a la nueva muerte. La ignorancia, las predisposiciones que ella de- termina y la conciencia que de esas predisposiciones surge pueden ser consideradas, en esta serie de doce causas, momentos anteriores a nuestra existencia actual. La conciencia es representada a veces como un germen que desciende en el vientre materno, y sin el cual no es posible la formacién del nuevo individuo!, En las creencias de tipo animista, que el budismo recibié en los medios no brahminicos y adapté a su doctrina, esa conciencia pod{a ser confundida o identificada —y se- guramente lo fue— con el genio llamado Gandharva? cuya presencia es también indispensable para que la unién de los esposos no sea estéril. En el momento de Ja muerte, esa conciencia se refugia en la punta del 3 DicHa N., XV, 21. Si la conciencia (vijiiéna) se extinguiese después de haber descendido en el vientre materno, el individuo no podria formarse. La conciencia puede también ser extirpada. 2 En Ia literaturasta budista tardia, el Gandharva es un ser que, aunque material tiene la caracterfstiea del espacio: puede pe- netraslo todo, sin encontrar resistencia. Est a la espera de su “reencarnacién” y sorprende para ello a la pareja que pueda asegurarle la teva forma de vida que le corresponde de acuerdo con sus actos pasados, Es, en el momento de la unién, un rival que, segiin sea hombre o mujer, odia al padre o a la madre y est dominado por un sentimiento de concupiseencia hacia la madre 0 el padre (Koca IIT, 15 a:b). Dirfase que nos hallamot ante un “complejo de Edipo", También en algin texto primitive 21 EL BUDISMO “NIHILISTA” corazén y desde allf, como un hombre que utiliza una cuerda colgante para atravesar un abismo, pasa al nue- vo cuerpo; imagenes que coinciden con las utilizadas en los textos upanishddicos, donde también a la muerte del hombre el étman, principio substancial que el bu- dismo va a negar, sale por la punta encendida del co- razén y pasa de un cuerpo a otro como Ja oruga que Tega hasta el borde de una hoja y se balancea en el vacio para alcanzar otra hoja y desprenderse de la pri- mera 2, 1a presencia del Gandharva es considerada indispensable para la Procreacién (Mayjuiwa N. 1, 156), En KarAvarraw VIL, 2 se discute 1a existencia de los “seres intermediarios", concepcién que debe ser relacionada con Ja de los Gandharvas. En esas concepciones ha de buscarse, segin pe La VauLte Pussy (Linde... p. 219 y sy 876; Niredna, p. 28; notas a Koga, I. c), una de Tas raices de la doctrina de la transmigracién, ‘que no tendria nada de ario ni de brahmnico; no se tratarla sino de la creencia “sauvage” de que los muertos reviven en otros euerpos de animales 0 de hombres. Quienes, como de la Vallée Poussin, sostienen que el origen de Ia doctrina de la transmigra- cién debe buscarse en las poblaciones prearias se basan en el hecho de que esa doctrina no aparece en Ios himnos védicos. Pero quiz no carezea de importancia observar que en los himnos vé- dicos (Ri X, 85 22) los Gandharvas aparecen en las ceremonias matrimoniales como rivales del esposo a quien intentan sustituir disputdndole 1a novia, También en este caso se tratarla, y no solo fen el budismo animista, de una concepcién en que el Gandharva es “un genio que busca una matriz”. La especulacin posterior utilizé Ia creencia en los Gandharvas para explicar Ia aparente discontinuidad, tanto espacial como temporal, entre dos ex'stencias sucesivas: el Gandharva, que se ali- mentaba de olores a la espera del momento propicio, Ienaba el Tapso entre aquellas dos existencias y cubria la distancia que en el espacio las separaba 1 CE, Wannen, Buddhism in translations, p. 289, y la nota en Owes, Le Bouddha, p. 225, 2 Be. Ur, 4. 4 24 22 BUDISMO PRIMITIVO Y “PEQUESO VEHICULO” En nuestra existencia actual, ya dada, el apetito, 1a sed es lo que debe ser evitado para que sea posible evitar el nuevo nacimiento que nos condenarfa a una nueva muerte; y Ja destruccién de la sed supone a su ver la destruccién de nuestra ignorancia también actual. Esta ignorancia actual no es sino la ignorancia de las doc- trinas del budismo, mds precisamente la ignorancia de Jas cuatro nobles verdades del dolor: por no saber qué es el dolor, cual es su origen, cual es su supresién y curd es el camino que conduce a su supresién, los hombres se abandonan al deseo que determinara el nuevo nacimien- to y cometen acciones de acuerdo con las cuales el nuevo nacimiento tendr4 determinadas caracteristicas. Pero esa ignorancia de las cuatro verdades del dolor es, también, ignorancia de esta serie de las doce causas, ya que ella explica cul es el origen del dolor: conociendo esa serie de las doce causas, no podemos “adherirnos” a la im- permanencia de las cosas, pues est adhesin ha de deter- minar, necesariamente, un nuevo dolor, ya que en el mundo, como en la vida, todo lo que surge esta desti- nado a perecer y de todo lo que surge, si nos adherimos a ello, habremos de separarnos. Esa ignorancia es, tam- bign, ignorancia de la realidad que se lama nirvdna y qque consiste en la supresién del dolor; ¢ ignorancia del camino que conduce a Ia supresién del dolor, constituido por las ocho rectitudes © purceas, distribuidas luego en tres grupos Hamados los “agregados” o componentes (skandhas) de la docirina. Esos grupos son: el de la virtud (cla), que comprende la recta palabra, la recta accién y Ia recta conducta; el de la concentracién (sa médhi) que comprende el recto esfuerzo, el recto pen: samiento, la recta meditacién, y el de la sabiduria (prajiid) que comprende la recta creencia y la recta voluntad. 23 EL BUDISMO “NIHILISTA” Como todas las escuelas de la época, el budismo primitivo es ante todo un meétodo de salvacion; de abf su acentuado tono pragmitico y su limitacién de pro- blemas: todo aquelio que no conduzca a la salvacién sera rechazado por ocioso; y se demostraré, ademds, que son falsas las conelusiones ofrecidas por las otras escuelas a los problemas ociosos. El budismo primitivo no es ni quiere ser un sistema, y adopta una actitud antiespeculativa: prefiere recurrir a la técnica de las concentraciones (samddhi) y mostrar un itinerario en que la verdad sera “realizada”. En ese sentido no fue inferior a ninguna otra escuela india. Siendo, como el yoga, esencialmente un método de concentracién y éxta- sis, entre los “profesionales del éxtasis” recluté sus pri meros discipulos®. El perfeccionamiento que de esa técnica logra es utilizado luego por las otras escuelas, hasta el punto de que ha podido verse, en todo el yoga de Patafijali y sus comentarios, nada mas que uma ver- sin hinduizada del yoga budista’. Gakyamuni es pre- sentado como un asceta que conoce acabadamente la técnica respiratoria, Sentado con las piernas cruzadas y el busto erguido, Gakyamuni practicaba especialmente durante Ja estacién de las Iuvias* el dominio de la res- piracién, y podia entregarse a las “concentraciones” que comenzando por ser estados compuestos en que inter- vienen cinco elementos (atencién inicial, atencién sos- tenida, agrado, placer, “unificacién”: vitakka, vicdra, piti, sukha, ehaggatd) se simplifican progresivamente. Las cuatro primeras concentraciones, lamadas contem- 1 CE, Senart, Un roi de finde. (Revue des Deux Mondes, 10 marzo 1889}, p. 86. 2°Cl. DE LA Vatife Pussy, Nirdna, p. 52. 8S. Dascurta, Message of Buddhiem (Calcuta, 198%), p. 16. 4 Mayyumsa N. IIT, 79. 24 BUDISMO PRIMITIVO Y “PEQUERO VEHICULO” placiones (jhdéna, dhydna), pertenecen al reino de Jo material y sensible. En la primera, el asceta aun siente y piensa, pero ha suprimido toda pereza y sopor, toda duda, toda aversién por las cosas, evitando la distraccién y los deseos, Los textos dicen que esa primera contem- placién fue obtenida por Cakyamuni en la adolescen- cia, cuando cuidaba a la sombra de los Arboles el ga- nado de su casa: sin preocupaciones, sin inquietudes, habfa experimentado, en ese momento, una serenidad que estaba més alld del bien y del mal y que ahora se le aparecfa como el comienzo del camino hacia el “pleno despertar”. Recordando aquel momento, pensé también que ese estado no podia lograrse con el cuerpo extenuado por las privaciones que se imponfan los as cetas y se habia impuesto él mismo, y resolvié alimentar su cuerpo como lo habia alimentado en su adolescencia. En esta primera contemplacién subsiste la actividad in. telectual, pero en forma de representacién? més que de juicio. Los objetos no provocan fenémenos yolunta- rios, aunque subsiste lz afectividad, En la segunda con- templacién se logra la supresin de todo pensamiento. Hay en ella una atencién sostenida, y subsisten el agra- do, el placer y la “unificacién”. En la tercera contem- 2 Mayyaima N. 1, 240, 2 Usiliamos 1a. palabra en el sentido que le da Brentano cuando en su dlasficacion ce las actividades psiquicas desdobla 10s fenmenos tradiconalmente llamados intelectuales en Ias formas esencialmente diferentes de la “representacién”, en que el ob- jeto extd simplemente dado, y el “juicio”, en que cl objeto cs aceptado como verdadero 0 como falso, Nos parece que amar al estado de la primera contemplacion. “representativo” y no simplemente “intelectual” corresponde a las descripciones de Majjhima N. 86 y 85. El agrado y el placer que se experimentan cen a primera contemplacién serfan algo asf como el “tono hedd- nico” de la. cenestes 25 EL BUDISMO “NIHILISTA" placion cesan los estados afectivos de agrado y placer y ya No es necesaria la atencién sostenida. Kn la cuarta contemplacién, se suspende la respiracion y el asceta se halla en un estado sin tono hedénico, neutro (upek- kha); con ella termina la presencia de objetos sensibles, incluso los objetos mentales en cuanto son determinan- tes, por su “contacto” con la mente, del sexto grupo de sensaciones que la psicologia budista considera en la misma categoria que nuestros cinco grupos clisicos. Libre ya de la accién de los objetos, el asceta esti per fectamente purificado; es como un hombre envuelto en un manto blanco: ha desaparecido para el mundo, que nada puede en él. Lograda plenamente la cuarta contemplacién, el asceta dispone de poderes mAgicos y alcanza conocimien- tos profundos: caminar sobre la superficie de Jas aguas, atravesar muros, remontarse como un pdjaro, experi- mentar lo doloroso como placentero y lo placentero co- mo doloroso y ser inmune a todo dolor, proyectar un “doble” o muitiplicar su cuerpo y crear entes materiales; ofr los sonidos mas leves y mas lejanos, sean presentes, pasados o futuros y conversar con los dioses; penetrar el Pensamiento ajeno de hoy, de ayer y de mafiana; re- cordar sus anteriores formas de existencia a través de las muchas formaciones y transformaciones de los mun- dos; ver cémo los seres aparecen y desaparecen, de acuerdo con sus acciones. El asceta que haya alcanzado la cuarta contemplacién ascenderé al mundo de los dioses y no regresard mas a este mundo: en exe mundo de los dioses alcanzard, después, el nirvana, Pero este itinerario tiene ain cuatro etapas igual- mente superables. En una quinta concentracién, ya sin contacto con los abjetos sensibles, y ajeno a todo pla- cer y dolor, el asceta intuye el espacio vacio e infi 26 BUDISMO PRIMITIVO Y “PEQUERO FEHICUL( nito, desprovisto de cualidades; pero su conciencia ti ne atin un objeto determinado. En una sexta concen- tracién, el asceta logra la intuicién de 1a conciencia in- finita, sin determinacones objetivas; Iuego, una séptima concentracién suprime esa misma conciencia infinita para ceder a la intuicin de la inexistencia, del “reinado de la nihilidad” (6kificaffidyatana). En una octava con- centraci6n se superan todos Jos estados anteriores en que subsistia la funcién intuitiva, asi como en las cuatro primeras subsistian las funciones del juicio, de la re presentacién, de Ia afectividad, que iban siendo elimi nadas. Esta octava concentracién es un estado en que no se da intuicién ni no intuicién; en que no se da conciencia ni inconsciencia (nevasaitfidndsaiifidyata- na). Se ha Megado al limite de toda intuicién posi- ble. Asi como en Ia cuarta contemplacién podia decir- se que el asceta ya no existia para el mundo, puede ahora decirse que en la octava concentracién nada exis: te ya para el asceta. Pero esa octava concentracién debe ser, también, superada. La técnica necesiria para alcanzar el séptimo y el octavo momento de ese itinerario es atribuida, en los textos, a dos ascetas que habrian sido maestros de Cakyamuni: Arida, que ensefiaba a alcanzar el reinado de Ia “nihilidad”, y Udraka, que enseflaba a alcanzar el estado de Ia “ni conciencia ni inconsciencia”. Gakya- muni, considerando que esos estados eran aun compues tos y destinados a perecer como todo lo compuesto, habrfa conseguido, abandonando la gula de esos maes- tros, alcanzar un estado de absoluta simplicidad y pu- reza que desde el punto de vista fisiolégico es de cata- lepsia, y del que el monje surge ya salvado del ciclo de las existencias, pues gracias a que ha alcanzado esa iltima concentracién, el estado wltimo, no volvert a 27 EL BUDISMO “NIHILISTA” nacer en ninguno de los mundos: su vida actual es su ultima vidas y la muerte, cuando Ilegue, sera su ultima muerte, Asi como sin mayor riesgo de error puede ser atri- buida a la prédica de Gakyamuni la exposicién de las cuatro nobles verdades del dolor y la doctrina de las doce causas que explican el origen de los seres, debe serle atribuida también una actitud negativa con res- pecto a las ensefianzas y a las priicticas defendidas por las otras escuelas contempordneas. El canon abunda en criticas a las doctrinas ajenas y llega seguramente hasta concebir doctrinas posibles, aunque no sostenidas por nadie, para condenarlas. En un “discurso”! se enume- ran y analizan 62 doctrinas combatidas por el budismo primitive y en el canon hay muchfsimas referencias a otros ascetas, a otras practicas, presentados a veces en forma grotesca y condenados con palabras fuertes. Los textos ofrecen, ademas, una clasificacién de las pregun- tas que pueden ser formuladas en una discusién, sefia- lando cuatro clases: preguntas que exigen una respuesta categérica; preguntas que solo permiten respuestas en que se establezcan distingos; preguntas que no pueden ser objeto de respuesta si previamente no se pide su aclaracién con otra pregunta; y preguntas que de nin- guna manera admiten respuesta, Los ejemplos? sirven al mismo tiempo para ilustrar acerca de algunos puntos de la doctrina: (1) @Morirdn todos los seres? Morirdn. (2) @Nacerdn todos los seres vivientes? Naceran los seres vivientes revestidos de pasién; no nacerén los no reves 3 Dtcwa N. 19. 2 Dicwa N. III, 229, Axo. N. 1, 197; IT, 46. 8 Koga, V. 22, Cf. coment. 2 Yocasdrras IV, 38. 28 BUDISMO PRIMITIVO ¥ “PEQUESO VEHICULO” tidos de pasién. (3) 2E1 hombre es superior o inferior? eCon respecto a quién? (4) ¢Los skandhas (componen- tes del ser) son Jo mismo que el ser viviente o se dife- rencian de éste? Esta cs una pregunta que debe ser re- chazada, porque no existe 1a entidad que se lame ser viviente, como no existe el hijo de la mujer estéril, acerca del cual no tiene sentido preguntar si es negro 0 bianco. Hay, en general, preguntas que deben ser rechaza- das por Ja imposibilidad de 1a respuesta; y hay, especial- mente, problemas carentes de sentido, “cuestiones inde- terminadas” (avydhritavastus) que Buddha habria sefia- lado considerando igualmente falsas todas las soluciones ofrecidas por las otras tendencias contemporaneas, Esos problemas sin sentido son cuatro: (1) {El mundo es eterno? (2) El mundo es finito?? (8) ¢El princio vital (jfva) e5 Jo mismo que el cuerpo? (4) ¢Quién ha al- canzado la liberacién existe después de la muerte? Buddha se abstuvo de dar respuesta a esas cuce tiones indeterminadas, por diversas razones que los tex- tos expresan, y Ia mds importante de las cuales es ésta: la solucién que se dé a esas cuestiones no significa nin- gin progreso, no favorece Ja extincién de los descos, ni ayuda a la obtencién del nirvana; por lo tanto esas cues- tiones no conciernen a la vida religiosa y hasta distraen del fin que debe perseguir el asceta, haciendo peligrar Ja salvacién como peligrarfa un herido a quien antes de curarlo se le formulasen preguntas que no se relacionan con su herida®, Una parabola famosa? termina con la 3 “Algunos sostienen que el mundo es finito de manera que en torno a puede trazrse un camino”. DfcHA N. I, 22. 2 Mayjuima N. I, 429, 8 Sam. N. V. 487, CE pe 1a Vattex Poussin, Le dogme..., p. 8 ys, y OLDENmnc, Le Bouddha, p. 201, 29 EL BUDISMO “NIHILISTA” declaracién, por parte de Buddha, de que aunque es mucho lo que ha aprendido es muy poco lo que ha ensefiado a sus discipulos; les ha ensefiado lo que les era util: 1a verdad sobre el dolor, sobre el origen del dolor, sobre la destruccién del dolor, sobre el camino que con- duce a la destruccién del dolor; y no les ha ensefiado Io que no les era util. No debe decirse, pues, de él, que ha procedido como los maestros que guardan sus secre- tos en el “pufio cerrado" 1, Estas wltimas palabras son repetidas poco antes de su muerte, como para indicar a su discipulo, Ananda, que no debe esperar, como es peran los disc{pulos de los otros maestros, que el “puiio cerrado se abra” y le revele nuevos secretos de la doc- trina, Pero esto no ha impedido que se buscase, en los textos, alguna indiscrecién que permitiese descubrir cudl era la solucién dada por Buddha a esas cuestiones indeterminadas, especialmente a la cuarta, que se referla a la existencia o inexistencia, después de la liberacién, en el nirvana’, Pero para evitar las falsas opiniones, especialmente en lo que se refiere a los “problemas indeterminados”, los textos las presentan a veces de manera tal que pa rece forzoso elegir entre cuatro soluciones: 2E1 Tatha- 1 “Era una antigua costumbre en el pals, y subsiste atin en luna que otra parte, que en la tiltima etapa de su vida uno dijese a su hijo o discipulo favorito la cosa mas secreta, Eso es 10 que se Mama ‘el puilo cerrade de un maestro’ (dcdryamushti)". V. BHATTACHARYA, The Basie Conception of Buddhism. p. 17. 2 Disa N. 1, 100. 8 Oupensenc, Le Bouddha, p. 274, optaba, basindose especial- mente en Majyinca N. 68, por Ja solucién que nos parece correc- ta, segin Ja cual “la doctrina ortodoxa de a antigua comuni- dad exigia expresamente asus ficles renunciar a saber nada acerca de la existencia 0 de la no existencia del Tathagata después de a muerte”. Pero, en lo que se refiere a la existencia @ no- 30, BUDISMO PRIMITIVO ¥ “PEQUESO VEHICULO” gata existe después de la muerte?; gel Tathagata no existe después de la muerte?; el Tathagata existe y al mismo tiempo no existe después de la muerte?; gel Tathagata ni existe ni no existe después de la muer- te?1, Buddha rechaza igualmente las respuestas a esas cuatro preguntas, y ése es el mismo procedimiento a que recurrira Ia especulacién posterior, extendiéndolo a pro- blemas que primitivamente no habian sido evitados y generalizindolo de manera tal que todos los problemas, incluso aquellos para Jos cuales el budismo primitivo habia creido encontrar solucién, terminasen por ser de- clarados sin sentido. Para salvar Ia contradicci6n, se re- currird entonces a Ja teoria de Ja doble verdad, segin a cual las ensefianzas primitivas de tipo positivo solo tenian valor para el entendimiento vulgar, eran “verda- des mundanas” que perdian toda consistencia cuando se alcanzaba Ia “verdad absoluta”, aunque quien hu- biese alcanzado ésta podfa seguir creyendo en aquéllas “como si” también fuesen la verdad. existencia de un “yo” que constituyese una entidad especial, fopta por una solucién dificilmente conciliable con ta anterior: “al autor del didlogo esté muy cerca de coneluir por la nega- Gién del yo; podria casi decirse que, si no ha quetido expresar a sabiendas esa conclusién, no por e:0 no la ha expresado, de hecho” (p. 271 ys). Decimos que esta conclusién es dificilmente conciliable con la anterior, porque, como el mismo Oldenberg lo dice, la respuesta “el Yo no existe", dada por quienes ereen en la aniquilacion, significa que el yo “se aniquila en la muerte”. Oldenberg agrega que Buddha evita negar la existencia del yo “Gnicamemte para no herir el espiritu limitado de su auditor”. Compérese esto con Ia critica a Oldenberg en THOMAS, Buddhist Thought, p. 127 y 5. 1 Dicka N. 1, 27. 31 EL BUDISMO “NIHILISTA” Entre las doctrinas mas empefiosas y frecuentemente combatidas figuran en los textos primitivos del budismo dos que reciben la denominacién de “eternalista” (¢deva- tavdda) y “nihilista” (ucchedavdda) . Se Nama eternalis- tas a quienes sostienen ya sea la eternidad del mundo o Ja de una entidad cualquiera que subsiste idéntica a si misma, y que descubren en Ia realidad una permanencia inmutable @ pesar de que las existencias terminan para dar nacimiento a nuevas formas y a pesar de que los seres transmigran; y se llama “nihilistas” a quienes sos- tienen que con la disolucién del cuerpo, con la disper- sién de los cuatro elementos, este ser “que ha surgido de padre y madre” se interrumpe sin que nada continie después de la muerte! Y esas mismas denominaciones pueden ser aplicadas a quienes sostienen que el Tatha- gata existe después de la muerte o que el Tathagata no existe después de la muerte. Contra los nihilistas €s contra quienes mas predica Buddha, pues su ensefian- za, aunque solo fuese por la negacién del “eternalismo” en que podia reconocerse a Ja tradicién brahmdiiica y su doctrina del dtman, se exponia a ser interpretada precisamente como nihilista. “Equivocadamente, baja- mente, falsamente, infundadamente algunos ascetas y brahmanes —se le hace protestar a Buddha— me acusan diciendo que el asceta Gotama ¢s un nihilista y predica Ja aniquilacién, la destruccién y la no-existencia de lo existente. Eso ¢s lo que yo no soy, eso es lo que yo no afirmo. Hoy como antes, monjes, yo anuncio una sola cosa: el dolor, la destruccién del dolor...”? Pero su doctrina también podia ser acusada de “eternalista’’*, pues Ja destruccién del dolor, el nirvana, habla sido 1-V. especialmente Dfoita N. 1, 18 y 4 2 MaysiiMa N. 1, 139. 8 “Agoka... llamé por turno alos grupot y pregunté -—Cud} 32 BUDISMO PRIMITIVO Y “PEQUESO VEHICULO” presentada muchas veces en forma tal que no admitia sino Ta interpretacién eternalista: en ese nirvana podia verse una realidad inmutable, un eterno refugio, y asl muchas veces habfa sido llamado; y si el Tathagata “al- canzaba” ese refugio, del Tathagata podia decirse que no se aniguilaba con la muerte sino que conocia, des- pués de ella, una felicidad eterna, lo cual implicaba Ta posibilidad de volver ala combatida doctrina del dtman eterno, ya que esa felicidad eterna de quienes ingresa- ban en el nirvana no podia comenzar en un momento dado, pues todo lo que comienza ha de tener fin. Independientemente de cual pudo haber sido la doctri- na inicial del budismo acerca de la pretendida entidad que a través de las transmigraciones subsiste idéntica a si misma y puede ser reconocida en las diversas formas de existencia, y de si pudo o no imponerse una doctrina que sélo prometia la salvacién para seres futuros cuya existencia no tenia, con respecto al asceta etnpefiado en suprimir el dolor, més importancia que la de un fan- tasma?, es preciso admitir que el pensamiento de los textos hasta ahora accesibles es resueltamente claro en su empeiio de condenar los extremos del eternalismo y del nihilismo, que en definitiva son las dos formas co- rrientes de resolver el problema: el budismo, conside- randolos meras opiniones, quiere evitarlos, optando por un “camino medio”. E] camino medio entre esos dos extremos condena- era Ta doctrina del Buddha? Entonces los eternalistas dijeron: —Era un eternalista, Los nihilistas dijeron que ensefiaba la ani- quilacion del ser". Points of controversy, p. 6. 1 El pensamiento indio no concebfa una eternidad a parte post ni una eternidad @ furte ante. Solo admitia esos conceptos para lo inexistente. 2 De ta VaLuEe Poussin, Bouddhisme, 4%, p. 55. 33 EL BUDIMO “NIHILISTA” dos ¢s, para el pensamiento budlista docttina del Surigen condi 1 ofvecido por la jonato”, que después de presentarse como teoria de las doce causas para explicar solo el origen de Tos seres y su sujectén al sandra: se extender a todos los fendmenos convirtigndose en una teoria de ta causalidad. Con reypecio a Tos sexes, el cami- no medio que evita los exuemos del cternalismo y del nihilismo es indicado con estas pulsbras: “zCOmo es que no hay eternidad? Porque unoy son los skandhas (com ponentes) al término de una vida y ottos los skandhas participes del nuevo nacimiento (no que los skandhas del 1d mino de una vida scam Jos mismos que participan en el nuevo nacimiento). Los skandhas que figuran en el término de una vida quedan interrumpidos; y surgen Jos skandhus pavticipes de una nueva vida: por eso no bay eternidad. Como es que no hay aniquilacion? Porque los shandhas participes de un nuevo nacimiento no surgen cuando ya han sido interrumpidos los skan- dhas del amino de una vida, ni tanpoco cuando éstos. atin no han sido interrumpidos: los skandhas del tér- mino de una vida se interrumpen y en ese mismo ins tante sugen los skandhay patticipes del nuevo naci- miento. Por eso no hay aniquilacién”'. Asi se forma la serie de los seres, sin soluciones de continuidad que pemnitan hablar de una aniquilacién y sin subsistencia de elementos que permita hablar de eternidad. Esa serie es, de acuerdo con un repetido ejemplo, como Ja lama que encendida al oscurecer arde hasta lam: ser la misma y sin que, en rigor, pueda decirse que sea otra. “No hay destruccién en el origen condicionado =se seguir diciendo en las obras tardias*. En el mo- mento en que Ja causi, anterior, es desiruida, entonces ana, sin 1 Gatastanns sites, p. 87 (Tecer, 1 Budditismo, p. 77). 2 Sion, p. 158 y 157. 34 BUDISMO PRIMITIVO ¥ “PEQUESO VEHICULO" el fruto, posterior, nace: como sube una de las partes de Ia balanza al mismo tiempo que Ja otra baja. En esa forma causas y frutos forman serie, como un rio.” “sin permanencia, sin discontinuidad. Sin discontinui- dad, por nacimiento del fruto; sin permanencia, por destruccién de la causa, Sin permanencia, sin disconti- nuidad: ése es el principio del origen condicionado.” El samsdira es una serie en fluxién y en que cada uno de Jos momentos cede para ser sustituide por otro en una como fulguracién constante sujeta a leyes y en la cual no hay més realidad que la del presente efimero, aun- que éste condicione el futuro y esté condicionado por el pasado de acuerdo con aquellas leyes. No hay una substancia ni una pluralidad de substancias: hay solo elementos momentineos (dharmas) cuya aparicién y desaparicién va a ser explicada por la doctrina del oré- gen condicionado, y que se suceden en una serie que no ha tenido comienzo y que no tendra fin salvo con la obtencién del nirvana, para lo cual es necesario conocer las cuatro verdades del dolor. La serie que constituye el ciclo de las existencias es dolorosa, porque es imper- manente; de todos esos dharmas momentaneos, de todos esos elementos puede decirse que son dolorosos; pero hay un dharma no sujeto a condiciones, que no nace ni muere, amado nirvina, Ese nitvana significa la des truccién del dolor; y de quien lo logre no podra decirse ni que existe, ni que no existe, ni que existe y no existe, ni que ni existe ni no existe. Como los dharmas cont Gionadlos, este otto dharma, ajeno a las leyes del origen condicionado, carece de substancia; de todos ellos, como del espacio, que también es un dharma incondicionado, terminaré por decirse que son vacios. Insubstancialidad, impermanencia, dolor, vacuidad: és0s son los cuatro grandes predicados de todos los elementos de la exis 35 EL BUDISMO “NIHILISTA” tencia; insubstancialidad y vacuidad: és0s son los dos grandes predicados del espacio y de Ja destruccién det dolor (nirodha) +. La f6rmula “todo es insubstancial (andiman), todo es impermanente (anttya), todo es doloroso (duhka), todo vacio (ctinya)” exige, para ser comprensible, ese distingo. Ente las falsas opiniones o puntos de vista que el Dudismo combate figura la creencia en la existencia de una causa nica determinante de la aparicién de los dharmas, Ya en los textos canénicos x ridiculizaba a quienes creian que el placer y el dolor de los seres debian ser atribuidos a la accién de una suprema enti- dad rectora, y se preguntaba sia esa suprema entidad podia ser atribuida la existencia del mal representada por el crimen y el robo, el adulterio y la mentira, la calumnia y la herejia, etc.*. En un pasaje hasta se in- tenta explicar cémo es posible que alguien pueda legar a considerarse a si mismo creador del universo: cuando después de uno de Jos periodos césmicos® se inicia otro, 1 La destruccién (nivortha) tiene dos formas: “destruccién por la sabiduria” (pratisamkhyénirodha), que se obtiene median- te el itinerario de Tas concentraciones y por la comprensién de las verdades de la doctrina; y “destruccién no por ta sabidusla” (apratisamhhydnirodha), que se obtiene coando une serie se in- Terrumpe por agotamiento de las causas y condiciones necesa- rias para el surgimiento de nuevos dharmas, Sélo en este dltimo sentido puede hablarse, cuando una lama se extingue, de un nirodna, como en Turxtoktns, 125 (';Oh, el nirvdna de 1a Mim paral"). PANG. Nes 173, 3 Katpas, También el universo esta, en cierto sentido, sujeto al ciclo de las existencias, El Rarman, la accién “colectiva”, llega a agotarse y determina la consuncién del universo, Queda entonces dl espacio vacio donde, en razén de aquella accién “colectiva” del 36 pani me AN BUDISMO PRIMITIVO Y “PEQUERO VEHICULO” el primer ser al que toca renacer en el radiante mundo de Brahma se encuentra solo y desea que otros seres estén junto a él, Aparecen luego otros seres que debian aparecer alli de acuerdo con sus acciones; y el primero ace que le ha bastado formular su deseo para verlo satisfecho y se considera creador de esos nuevos seres}, La especulacién posterior, interesada en desarrollar la doctrina del origen condicionado, analiza 1a posibilidad de la existencia de una causa tinica y primera deter- minante de 1a aparicién de los dharmas y concluye con- denindola por absurda, El primer argumento en contra de esa causa Unica es la falta de uniformidad del mun- do: sila causa es una y uniforme, uno y también uni- forme debe ser su efecto?. Una causa tinica deberia implicar simultaneidad de sus efectos, y las cosas se nos presentan desarrolladas en series temporaless; si se atribuye 1a sucesion de las cosas a una sucesién que se universo anterior, surgen vientos ligeros después de los cuales que- da creado otro universo. (Quienes en este universo han cometido actos que exigen una cexistencia futura en los mundos infernales renacen, si este universo est en proceso de destruccién, en otro que no esté en el mismo proceso.) En algunas sectas s¢ sostiene que el viento trae de otros uni- versos las “semillas” necesarias para la creacién. El viento es el que en uno de los infiernos hace revivir. para que puedan seguir sufriendo, a los seres que han sido reducides a polvo. (Cf. Koga, espec. vol. It, p. 149 y 3 164; 181 y 8; 211) a Dicwa N. 1, 18, Cf, con ef famoso pasaje Bat, Ur, 4 1s, 2 En Agvaonosua, Duddhacarite, XVI, 29. Rent Grovsser, Les philosophies indiennet, tT, p. SL y & ofvece un muy atl sumario de Koga, AK, MV, Vv. GG. SoM. La diseusién acerea Ge la caves dniea (p. 170 y's) ha sido, sn embargo, excesivamen- te simplificada por Grocsir, Ene analsex el presentado en Koga 1, 64 d. 37

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