TORTELLA , Sebricl: Loy
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tAu@, Meadad, Oder, 200
ink 7 Limo ncn Carbernps,
xi
LA EMERGENCIA DEL TERCI
EL SUBDFSARROLLO ¥ SUS CAUSAS
El tema principal del estudio hist6rico es el cambio so-
cial. Como decfa John Stuart Mill en 1859 [(1974), p. 136],
«La mayor parte del mundo no tiene historia, propiamente
hablando, porque [en ella] el despocismo de la costumbre es
completo». Por ¢s0, no por eurocentrismo, se han estudia~
do menos los paises del llamado Tercer Mundo. La historia
cientifiea, y Ia ciencia social en general, se desenvuelven
cuando los hombres advierten que la sociedad cambia y
quieren comprender las leyes del cambio social. Ances, con
algunas excepeiones geniales, wine la de Ibu Jaldin (1985),
los historiadores eran meros cronistas: se limitaban « contar
algo que habia sucedido, Con el Renacimiento aparecen al-
gunos atisbos de historia cientifica o ciencia social, como el
de Nicolas Maquiavelo, o més tarde Giambattista Vico,
quienes reflexionan sobre el cambio y Ia inestabilidad en
Italia, Pero es a Revolucion Inglesa la que hace aparecer a
Jos primeros cientificos sociales sistemsticos: Thomas Hob-
bes, John Locke, y en Francia, Montesquieu y Voltaire, Es-
tos nuevos filésofos estudian las sociedades precisamente
porque cambian. Los franceses prestan tanta atencién a In-
glaterra, porque a partir del siglo Xvit es esa sociedad, la in=
glesa, la que cambia radical y perceptiblemente. Ello expli-
ca nuestro relativo desconocimiento de Ia Historia, y en
esperial de la historia econdmica, de los continentes ameri=
cano, africano y parte del asiético antes de la Edad Contem-
pordnea. Hay una causa adicional muy elemental: muchos
de estos pueblos han dejado pocos documentos escritos 0,
en algunos casos, ninguno,
435LDS CRIGENES DEL S1GLO-XXI
El Tercer Mundo, asf llamado (al parecer por Alfred
Savvy [Bairoch (1997), p. 633) por no ser ni capitalista ni co-
ratnista, inrumpe en la historia econémica en el siglo xx. Es
parte esencial de la revolucién de este sigho. Pero a expresién
«Tetcer Mundo oculta una realidad muy variada; por afadi-
cura, no habiensdo hoy ya, propiamente hablando, un blogue
communista, el término «Tercer Mundo» ha perdido el poco ri-
gor que alguna vez hubiera podido tener, Aqui lo utilizamos
simplemente porque es generalmente usado y comprendido.
El significado dela expresida no es geogrifico, sino econémi-
c0% se refiere a pafses de baja renta por habitante, situados la
mayorfa de ellos en América, Aftica y Asia, Esta definicién
ecenémica implics, por lo tanto, una frontera borrosa y po-
rosa entre el Tercer Munde y el Primer Mundo, 0 mundo de-
sarrollado, Muchos paises europeos, especialmente los del Sur
ye Este, eran claramente ercer Mundo a principios del siglo
32% segtin esta definicién; Iz mayor de los ex communis
especial los balednicos, y de las cecién independientes repabli-
€15 ex sovisticas también estarian hoy en plena transicién del
‘Tercer Mundo al desarrollo, Por otro lado, gran parte del sur
de Europa esté hoy situada entre los paises adelantados, y lo
mcemo puede decirse de paises asifticos como Japdn (atin si
-desarrollado hace un siglo), Corea del Sur, Taiwan y Singa-
per Parecido es el caso de Islanda, que fue colonia hasta des-
peés dela I Guerra Mundial y recientemente se ha colocado
entre los patses més desarrollados, La pectenencia al Tercer
‘Mundo, por tanto, no es inmutable 0 isrevocable.
Cuando decimos que estos paises irrumpen en ls Histo-
rig on el siglo Xx queremos decir, en primer Ingar, que la ma-
yer parte de ellos emerger. como tales paises, es decir, como
hacones, en el siglo xx, porque antes se encontraban en una
situacién prenacional, muchas como colonias, Este es el caso
en especial de la mayoria de los pafses africanos, del Orieme
Medio y de varios asifticos, como la India, Palsistdn ¢ Indo-
esis. No ¢s el caso de los paises americanos, ni, por supues-
to, de China, pero si incluso de algunos europeos, como Yui~
436
XML. LA FMERGENCIA DEL TERCER MUNDO
goslavia o Polonia. En segundo lager, queremos decir que el
peso demogrético del Tercer Mundo ha aumentedo especta~
cularmente en el sltimo siglo, pasando de un 60 a un 80% de
la poblacién mundial total de principio a fin de la centuria,
Esta combinacién de asuncién de identidades nacionales (con
epresentacién en las Naciones Unides, donde hoy constitu-
yen sbrumadara mayoria), poblacién creciente y relativo es
tancamiento econémico ha convertido a estos paises en con=
junto en una region muy problematica, La emergencia del
Tercer Mundo es una parte muy importante de la II Revolu-
ciéa Mundial y el gran problema que el siglo xx legé al xxt.
La mezela de crecimiento poblacional y estancamiento eco~
ndmico constituye un eSetal explosive. Sobre la navuraleza de
este céctel, sobre sus causas y sobre sus consecuencias, hay
opiniones para todos los gustos. Es muy importante, sin em=
bargo, dar con la respuesta correcta a estos problemas, porque
de ella depende el destino inmediato del 80% del mundo y en
realidad, daca la estrecha y reciente interconexiéa mundial,
cl destino de toda ln Humanidad. En este capitulo tratacemos
de analizar desapasionadamente, aunque con brevedad quiz
excesiva, las catisas y las consectiencias de los problemas del
Tercer Mundo.
ELENTORNO NATURAL
Una ojeads al mapa del desarrollo que publica anualmen-
te el Banco Mundial nos permite advertir un hecho elemental
pero frecuentemente olvidadbo: los paises pobres se agolpan en
la franje tropical del planeta. Se habla irecuentemente de un
Norte desarrollado y un Sur subdesarrollado, pero la obser-
vacidn es inexacta: el Sur no es subdesarrollado; lo subdesa~
rrollado ¢s el TrSpico. Los pases més australes de Asia-Ocea-
nfa, Nuova Zelanda y Australi son claramente desacrollados.
En América Latina, Chile, Argentina y Uruguay, los més
australes, son también los mas desarrollados. En Africa,
437
De Rpenp Po w§ Le re ah Ses ge PRB Be a ee ta aa eh rea eeeLOS ORIGENES DEL SIGLOXXI
Botswana y Sudéfrica, los das mas al sur, son los que tienen
més alta renta por habitante. Esta evidente regularidad geo-
grdfica la concentracién del subdesarrollo en el Tr6pico—
no puede ser fruto del azar. Y, en efecto, tiene una explic:
cidn. El condicionante geogrifieo ha teaido un peso muy
considerable en la historia econémica y, aunque ese peso vaya
sendo cada vex menor, ha dejado un remanente que, a menos
que se ponga remedio, seguir hacienda sentir su aceién dit-
ante generaciones,
‘Ya Montesquieu en el siglo xvint atributa al clima y ala
calidad del suelo importantes consecuencias en la estructura
social [EI espiritu de las leyes, libcos XIV-XVIII}; mas recien-
temente, algunos autores han vuelto a resslear la importancia
del factor geogeéfico en el desarrollo econémico [Tortella
(994); Landes (1998), cap. 1; Diamond (1999)]. De una pa
te esta la cuestion de la salubridad. Los climas torridos f
recea la propagacién de epidemias y epizootias tremenda-
mente destructivas: malaria, eslera,fiebre amarilla, enfermedad
del suefio, entre otras. Aunque también la zona templada e
nocié plagas terribles, como la peste negra del siglo xtv, |
cidencia de las eniermedades endémicas es menos grave en
ela; por una mezcla de azar y progreso médico, las peores
eafermedades contagiosas quedaron dominadas en esta area
desde e! siglo xvutl, De otra parte, atin més importantes
némicamente que las relativas a la salud, son las condiciones
agticolss. Los elimas tropicales son menos fértiles en los ce-
reales, que han sido la bese ée la alimentacibn humana y que
han permitido los geandes crecimientos demogréficos de los
ultimos siglos. La agricultura ha sido, hasta muy reciente-
‘mente, la base econdmica de la Humanidad en el sentido de
que producia la mayor parte de la rent y ocupaba a la mayor
parte de la poblacisn activa. Los paises y regiones de agricul-
tua pobre permancefan subdesarrolladoss los de agricultura
préspera crecian y se industriclizaban. Esta es una de las
grandes ensefianzas de Is hiszoria econSmica, como vimos en
e capitulo IV.
438
XI LA EMERGENCIA DEL TERCER MUNDO.
El crecimiento econémico se autoalimenta. Los patses
{que poseen una agricultura rica han podido sostener no solo
mayores ejéreitos, sino también estados y administraciones
mis numerasos y eficientes, y clases relativamente ociosas, li
beradas del trabajo manual y dedicadas al comereio, al dere-
cho, al arte, a la especulacién filoséfica, a la investigacion
cientifica y ala educaci6n, Han sido as{ eapaces de desarrollar
mejores técnicas (tanto sociales ¢ institucionales como médi-
«as, fisicas 0 quimicas), que a su vez han contribuido a fomen-
tar el desarrollo econdmico. Es el llamado el «cireulo virtuo-
so» del crecimiento econémico, Por desgracia, también hay
un ecfrculo vicioso»: una agricultura pobre no permite acti=
ular excedentes; la mayoria de la poblaci6n trabaja todo el
aio simplemente pare subsistir, se mantienc ignorante y poco
orgenizada, El Estado es débil porque es pobre y no pucde
emprender las politicas de desarrallo necesarias para el ereci
miento, Si ademés hay fuerte crecimiento demografico, la si-
tuacién puede ser regresiva: en lugar de crecar, la renta por ha-
bitante disminuye, debilitando més als poblecion y haciendo
nis dificil atin que salga de la pobreza. Parecida es Is situa-
cidn de una parte considerable del Tercer Mundo hoy. No
hace falea recurrit a teorias sobre la explotacidn (psicolégica
mente sati
‘orias, pero poco rigurosas cientificamente)
para comprender la pobreza en el mundo, Basta con mitar las
estructuras econdmica
de productividad,
El problema econdmico de este Tercer Mundo, el 89%
dela poblacién del planeta, es uno de los mis serios que tiene
planteados la Humanidad en los inicies del siglo xxi. Resol
verlo es absoluramente necesario si queremos esegurar un fu:
tro prdspero y pacifico a las generaciones venideras. Pero
para solucionar el pavoroso problema econémico del Tercer
Mundo hay que diagnosticar acertadamente las causas de la
pobreza y los obsticules al crecimiento, Esta tarea de diag-
néstico es, por tanto, de gran importancia; una equivocacion
puede ser fatal, de le misma manera que ua diagnéstico médi-
sociales, los niveles de educacién y
439LOS ORIGENESPEL SIGLO XX
co equivocado puece causar la muerte del enfermo en lugar de
curarle, Por eso no es conveniente dejarse guiar por caracteri-
zaciones emocionales o superficiales, ni tampoco es aconseja-
ble pensar que les respaestas son tan claras que no hacen falta
expertos para dar con elles; y mengs recomendable atin pen-
saz que la opinién publica de esos paises es la que mejor co
noce el origen de sus problemas, Todo ello viene a cuento de
que los andlisis que se han ofrecido en el pasado, muy del gus-
to de las opiniones populares de muchos paises del Tercer
Mundo, han resultado gravemente errbneos, y las consecuen-
s las han pagada los propios ciudadanos de esos mismos
pe
Se ha querido ves, por ejemplo, en el pesado colonial de
muchos de estos paises del Tercer Mundo una explicacién a
sus problemas eccnémicos: el «colonialismo», el «neocolo-
nialismo», el , la «dependencia>, fac-
tor2s todos atribuibles 2 Iz rapacidad de las antiguas metr6-
polis, serian los causantes del estancamiento econdmico y
sucial de estos paises. Un corolaric de esta teoria seria que loo
paftes desartollados tendrian el deer de resascir a los subde-
serrollados por el expolic cometido ea la época colonisl. Por
desgracia paca este tipo de explicaciones, la variada ejecuta-
de las antiguas colonias desde que aleanzaran la indepen
dencia arcoja muchas dudas sobre las respousabilidades del
celonialismo. Por ota pari muchos de los paises hoy desa~
trailados no haa sido nunce potenciss coloniales, como Es-
tados Unidos, Carada, Australia, Nueva Zelanda, Suiza, Sue-
cis. 9 Noruega.
LAS CONSECUENCIAS DEL COLONIALISMG
Con la excepzién de China, casi todos los paises del lla-
niado Tercer Mundo han sido colonias de algin pais europeo.
“América Latina (0, mis propiamente, Ibero- América) y Fili-
pizas formaran parte del Imperio Espafiol (0 del Portugués,
440
2XIl, LA EMERGENCIA DEL TERCER MUNDO
en el caso de Brasil) desde el siglo xv1 al x1x. La India, Pa-
kistén, Bangla Desh, Birmania y Malasia formaron parte
del Imperio Briténico desde el siglo xvut aLxx, Indonesia, del
Imperio Holandés en esas mismas fechas, Con algunas exeep-
ciones, sefialadamente Cuba y Puerto Rico, el continents
americano aleanzé la independencia a principins del siglo x1x
(Estados Unidos y Haitia finales del sigio xVM), en tanto que
una segunda ola de imperialismo alcanzaba a Africa y Asia en
cl siglo 2x1. Tras la conguista de Argelia en 1830, Francia fue
extendiendo su dominio por el Sahara y la mayor parte del
Afriea occidental, ademas de Madagascar: Inglaterra, que ha-
bia arrebatado Ii colonia de El Cabo a los holandeses diran-
te las guerras napole6nicas (los holandeses se Ia habfan arre-
batado 2 los portugueses en el siglo xvi), fue extendiendo
exploracién y colonizacién por el sur del continente en tanto
que Portugal hacia lo propio, penetrando hacia el interior
desde las estaciones costeras de Angola y Mozambique, y
Bélgice colonizaba el valle del rio Congo. A finales de siglo
Inglatersa estableefa iin pratectorada en Egiptn y a partir de
esa base se extendia por Sudan hacia el sur, En la Conferencia
de Berlin (1885) las potencias europeas se repartieron el con-
tinente africano. Ademés de Jo adquirido por ingleses, france-
ses, portugueses y belgas, los alemanes se reservaron Togo,
Camentin, Tanganyika, y parte de Namibia, Espaiia, Rio de
Oro (Sahara Espafiol) y Guinea Feuatorial, Italia, Somali
Eritrea y, més tarde, Tripoli (Libia), Francia e Inglaterra ain
aleanzaban otras dependencias, como Guinea y el Congo
franceses, Nigeria, Costa de Oro, parte de Namibia y otros
territorios menores para Inglaterra. Francia también habia es-
tablecido una especie de protectorado en Indochina a media:
dos de siglo, en tanto que Japén calonizé Corea y Manchucia
4 principios del siglo xx. Inglaterra establecié colonias en
Australia y Nueva Zelanda, que fueron aleanzando autono-
mia y, de hecho, independencia gradualmente a finales del si-
glo xix y principios del siglo xx. Espatta perdié Cuba, Filipi-
nas y Puerto Rico en 1898,
44LOS ORIGENES DEL SIGLO XX!
Laopinién popular es que estos sistemas imperiales ex-
poliaron las colonias y beneficiaron alas mete6polis. En rea
lidad, lz evidencia histérica no es clara, Quienes piensen que
el pasado estatus colonial explica el subdesarrollo presente
deden explicar el caso de la antigua colonia briténica de Nor-
veamrica que se convirtid en Estados Unidos: no parece que
er este caso el pasado colonial fuera una gran carga. Algo pa-
recido puede decirse de su vecina Canada, que, pese a haber-
se independizado mucho més tarde, alcanza hoy niveles de
yeata por habitante muy parecides a los de Estados Unidos.
El caso de Cuba es atin menos comprensible para les teéricos
del expolio colonial: durante el siglo XIX, siendo colonia espa-
rola, aleanzé niveles de zenta por habitante més altos que los
de las nuevas reptblicas hispanoamericanas (y que Espaiia),
en tanto que en el siglo xx, después de lograr la independen-
cis, su posicin relativa ha cafdo en picaclo, Hoy Cuba tiene
uno de los niveles de renta mis bajos de América Latina.
Puerzo Rico, entretanto, que ha mantenido un estatus colonial
{o semicolonial) hasts Ia actualidad, es el pa(s con mayor ren-
ta por habitaate de América Latina. El contraste con Haiti es
interesante, porque Haiti es !a primera colonia antillana que
aleanza le independencia y la que hoy tiene, con mucho, més
baja rente por habitante, Hong Kong, que fue colonia inglesa
hasta 1997 y hoy lo es de China, es uno de los territorios con
nis alta zenta por habitante del mundo, Australia y Nueva
Zalanda tenea uns historia econdmica parecida a ls de Canadé
mantuvieron su estatus colonial durante el siglo xix, ganando.
la independencia politica gradualmente; hoy estin entre los
peises con mas alta renta por habitante. Algo parecido podria
decirse de los paises americanes del Cono Sur (Argentina,
Chile, Usuguay); sacudide al yugo colonial a principios del
siglo X1X, aleanzaron altos niveles de reata durante el primer
‘cio del siglo xx; sin embargo, una politica econémica equ
voeada, basada en una errénea teoria del desarrollo econémi-
co, caso su estancamiento durante la segunda mitad del siglo
XX. Por otra parte, el caso que més preocupa en la actualidad,
442
‘Il, LA EMERGENCIA DEL TERCER MUNDO
cl de Africa, muestra no tanto los males del colonialismo,
cuanto los errores derivados de una exitica superficial de éste,
gue fue causa de una retirada apresurada, prematura y en gran
parte pacifica (con la excepeién de Kenya, Argelia y las colo-
nias portaguesés) de las porencias coloniales en las décadas
posteriores a la I] Guetra Mundial, El resultado de esta reti-
rada mal planeada y prematura ha sido el deterioro econdmi-
co y el presente nivel de violencia, con mucko el ms alto que
ha conocido Africa en toda su historia.
‘No parece, en consecuencia, que el pasado colonial ex-
plique el subdesarrollo econdmico; més bien parece lo conwa-
rio, que sean las diferencias econ6micas las que expliquen las
dominaciones politicas. Y tampoco resulta claro que los im
petios coloniales hayan producido grandes yentajas econdmi-
casa las metcépolis [O’Brien y Prados de la Escosura (1998)}
El caso del Imperio Espafiol es clara: camo ya seftalaron en su.
dfa Montesquieu y Adam Smith, a Espafia mas le hubiera va-
lido no haber sido metzépoli de ese gran imperio, porque
salio de él mucho mis pure que cuando catrés baata pare
comprobarlo reflexionar un momento sobre su posicién «
principios del siglo xv1y a prineipios del siglo x0x. La econo:
iia espafiola estaba relativamente mas adelantada al comien-
20 que al final del periodo colonial. Algo parecido puede de-
cirse de otros imperios de la Edad Moderna, como el portugués
o el turco,
Bl caso més controvertide es sin duda el del Imperio Bri-
ténico, Se ha repetido muchas veces que la Revolucién Indus-
trial inglesa fue posible gracias a la explotacién de su imperio
colonial; pero repeticién no implica demostracién. Lo que los
estudios cuantitativos sabre el tema demuestran [Davis y
‘Huttenback (1986); O’Brien (1982)] es que, aun admitiendo
que Inglaterra explotara sus colonias, los productos de esa ex-
plocacién eran demasiado pequefios para explicar un fenéme-
no de la magnitud de la Revolucién Industrial. Precisamente
Inglaterra pecdié su colonis mayor y més productiva (Estados
Unidos) en pleno inicio de la Revolucién Industrial, y es0 no
443LOS ORIGENESDEL SIGLO XxI
impidié el sfpido crecimiento inglés a finales del siglo xvut y
durante todo el siglo xx, El nico keneficio claro que Ingla
terra y Francia obtuvieron de sus imperios fue la ayuda mili-
tart sin duda las colonias ayudaron decisivamente en las dos
guetras mundiales. Por ctra garte, la industrializacidn casi si-
multinea a prineipios del siglo ac de dos pafses pequefios sin
imperio colonial, Suiza y Belgica (este shimo més bien colo-
nizado que colonizador en le etapa inicial de su desarrollo},
arroja nuevas dudas sobve la pretendida importancia del im-
perialismo para el desartollo sconémico de la mezrSpoli
En general, la evidenc'a es en sentido contrario: los
grandes periodos de crecimiento en varios paises imperialis-
dan después de perder el imperio, Este es el caso de Es-
pafia, cuyo crecimiento se inicia a mediades del siglo xix y
se acelera en el XX, precisamente después de la pérdida en
1898 de los postreros restos del [mperio donde no se ponia,
el Sol. Algo parecido puede decirse de Poreugsl: liberado de
Ja pesada carga colonial, ha crecidc en el ultimo cuarto del
siglo xx como nunca lo habfa hecho antes, Semejante es el
de Turquia. Los milagres econdmicos de Alemania, Ica-
lia y Japon tienen lugas, como vimos, después de perder la
guerra y los tltimos vestigics de sus imperios coloniales. Y
en general toda Europa crecié a tasss sin precedentes tras Ia
II Guerra Mundial y después de la liquidscién de los impe-
sios francés y britanico [véase Tortella (1993)]. En coneha-
sida, si queremos comprendzr las cavsas del estancamiento
econdmico del Tercer Mundo no las vamos a encontrar en el
pasedo colo:
LO INICIDS DE LA DESCOLONTZACIGN
La Guerra Mundial fus una gran destcuctora de impe-
sigs. En Europa acabé con caatro (ruso, alemén, austriaco y
otwmane) ¢ inieié la descomposici6n del briténivo y del ho-
lanéés, No fue sdlo el efecto reflejo lo que provoes este ini=
44
Xi. LA EMERGENCIA DELTERCER MUNDO
cio, aungue eso también conté. Tanto en la India como en In-
donesia la cafda de grandes imperies no podia dejar de provo-
carn deseo de imitacién, Pero también habfa un elemento de
aprovechamiento de la debilidad de la Inglatersa combatien=
te, como hizo Trlanda, que aleanzé la independencia en 1922,
después del levantamiento de 1916 y la violencia subsiguien-
te, La independencia de Irlanda fue el principio del fin del Im-
perio Briténico, que ademas empez6 a ser designado con el
mis discreto nombre de Commonwealth.
La guerra trajo consigo més factores que pusieron en
maccha el proceso de disolucién deos imperios ultramarinos.
Por el lado politico, las metrépolis recabaron la ayuda de las
colonias y se esforzaron por cultivar su lealtad (cosa que no
siempre consiguieron, como demuestra palmaciamente el caso
irlandés), Para ello hicieron promesas de mayor autonomia y
autogobierno, que tuvicron que cumplic tras la guerra, Por
‘otra parte, el proceso de demoeratizacién que tuvo lugar en
Europa durante y tras la guerra también tenia légicamente
que repercutir en las colonias, por dos razones. La primera,
por el mismo efecto mimético: si la metrpoli tenia mayores
niveles de democracia, as colonias exigian mis democracia
también, La segunda, porque los partidos de izquierda que
accedieron al poder en las metrépolis eran partidarios de una
mayor autonomis, si no independencia, colonial. Asi Ingla-
terza promulgé en 1919 la Ley de Gobierno de la India, don-
de se pergefiaba un sistema politico auténomo. Casi simulté~
neamente, incluso unos aitos antes, las autoridades holandesas
establecfan un Consejo del Pueblo en Yakarta, que seria el
embrién de un futuro autogobiemo indonesio,
Otros factores estimularon el impulso hacia la indepen:
dencia: la Revolucién Rusa fue, como hemos visto, un potente
motor de cambio en el resto del mundo. En el ambito interior,
sin embargo, fue un caso notable de divergencia entre el dicho
yeel hecho. La Union Soviética prociam6 desde el primer ins-
tante la autodeterminacién de las nacionalidades, de les que ha-
bfa abundancia en el antiguo Imperio Rusos as constituciones
445