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~_EL CAMPESINO POLACO 4 WILLIAM I. THOMAS Y FLORIAN ZNANIECKL a ee ee eee) LeeLee) Ss 3 3 co S 3 eI Es J Fs i725 - eta elite vmes a ne Te sua od MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA EL CAMPESINO POLACO EN EUROPA Y EN AMERICA WILLIAM I. THOMAS Y FLORIAN ZNANIECKI Edicién a cargo de Juan Zarco Prélogo de Ken Plummer a BOLETIN C I S oe OFICIAL DEL EsTADO Centro de Investigaciones Sociolégicas MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA Madrid, 2006 Primera edicién: Julio de 2004 Segunda edicidn: Julio de 2006 Consejo Editorial: MIGUEL BELTRAN VILLALBA (Director), ~ SALVADOR GINER DE. SAN JULIAN. Luis GONZALEZ SEARA, = JOSE JIMENEZ BLANCO, ~ EMILIO LAMO DE ESPINOSA, CARLOS Moya VALGANON, ~ JOSE VARELA ORTEGA. — RAMON RAMOs TORRE. M ANGrLES DURAN HERAS, ~ Jost E, RODRIGUEZ IBANEZ THOMAS, William Isaac. El camy polaco en Europa y en América / William I. Thomas y Florian Znaniecki; edicién a cargo de Juan Zarco, prélogo de Ken Plummer; [traduccién de Marfa Teresa Casado]. — 2." ed. — Madrid: Boletin Oficial del Estado; Centro de Investigaciones Sociolégicas, 2006. 422 p.; 22 em. — (Clasicos del pensamiento social; n. 3) DL M-36976-2006 — ISBN 84-340-1655-9. —- NIPO 007-06-064-1 1, Campesinado-Polonia. 2. Polacos-Estados Unidos-Situacién So- cial. I. Znaniecki, Florian, II. Zarco, Juan. II. Boletin Oficial del Es- tado (Espajia). IV. Titulo. V. Serie 316.343.2:63(438) 308-054.72(=1.438:73) © Centro de Investigaciones Sociolégicas y Boletin Oficial del Estado Catélogo General de Publicaciones Oficiales. hetp://publicaciones.administracién.es Traduccién de Marfa Teresa Casado ISBN: 84-340-1655-9 NIPO (BOE): 007-06-064-1 NIPO (CIS): 004-06-026-3 Depésito legal: M-36976-2006 IMPRENTA NACIONAL DEL BOLETIN OFICIAL DEL ESTADO Avda. de Manoteras, 54. 28050 Madrid {NDICE PROLOGO, por Ken Plummer .oeessesssvessssecsssesssssssessseesseesssessseessesssseeneesaees ESTUDIO INTRODUCTORIO, por Jtan ZArCO sessssccsseseesssessssneecsnnesssneeesnees 1. 2. 4. Presenitact6n ssssscassccsvesnssassssnssvesesnsasnsasiscasiuesnstusasvessesesssssseesissassaseuss Sobre los autores: 2.1 Contexto: el Departamento de Sociologia de la Universidad de Chicago 2.2 William I. Thomas 2.3 Florian Znaniecki Sobre la obra El campesino polaco en Europa y en América: 3.1 La obra original .......c.sssscssessssessseesssessseeeseesseesssessneeesecesssensees 3.2 La presente edici6n sissscnsssscsscsssscccssssccvsssusscvecsscssswisavessssoeawease Anexos: 4.1 Bibliografia de William I. Thomas .........ssssssssssessssssesssssesssssees 4.2 Bibliografia de Florian Znaniecki . 4.3 Indice de la obra original Bibliografia .....s.ssssssssessssseessseessssseessneccssnsesssnsesesneesesnessesnseessneceesneesennecsess EL CAMPESINO POLACO EN EUROPA Y EN AMERICA ...sssssessessesssesesseeseesten I. ORGANIZACION DEL GRUPO PRIMARIO: 1. Nota metodol6gica ....sccssessesssssessessssseeessneessnesessnecssnecssnneessnee 11 21 23 27 38 55 63 73 William 1. Thomas y Florian Znaniecki 2. Introduccién: 2.1 La familia campesina ...ssssseseseienseannes 167 2.2 La vida econémica 18] 3. Forma y funcién de la carta campesina 199 4. Correspondencia entre miembros de los grupos familiares 201 4.1 La serie Wrdblewski 201 La serie Sekowski 4.5 La serie Raczkowski 5. Correspondencia entre esposos: 5.1 La serie Borkowski 267 5.2 La serie Porzycki 286 6. Relaciones personales fuera del matrimonio y la familia: 6.1 La serie Jasinski 298 I]. DESORGANIZACION Y REORGANIZACION EN POLONIA: 1. Desorganizacién social: 1.1 El concepto de desorganizacién social .. 305 1.2 La lucha por la preservacién del viejo sistema soci 306 1.3. Actitudes revolucionarias 316 2. Reorganizacién social: 320 2.1 El concepto de reorganizacién social 2.2 El liderazgo .. 2.3. Laeducacién 2.4 La comunidad extensa y el papel de la prensa . 2.5 Las instituciones cooperativas 2.6 EI papel del campesino en la vida nacional 334 342 III. ORGANIZACION Y DESORGANIZACION EN AMERICA: 1. La organizacién del inmigrante: 1.1 La comunidad polaca-americana ..........ssssssessssessseeeeeee 353 El campesino polaco en Europa y en América 2. La desorganizacién del inmigrante: 2.1 La desmoralizacién ..... 2.2 La dependencia econémica 2.3 La ruptura de la relacién conyugal 2.4 El asesinato 2.5 Conclusién IV. REGISTRO DE LA VIDA DE UN INMIGRANTE: D, TiMROAUCCIGN assscsrrsesssasesonrsesensesssnnooonsesssnsesosnsosnnessancesponsesnscsen 405 ero Tt Se ee alee PROLOGO A LA EDICION ESPANOLA DE EL CAMPESINO POLACO EN EUROPA Y EN AMERICA’ Investigacién humanistica y El campesino polaco Ken Plummer Catedratico de Sociologsa Universidad de Essex, Reino Unido ¢Quién lee El campesino polaco en Europa y en América hoy en dia? Pu- blicado hace unos ochenta afios y considerado durante un tiempo como la pieza sociolégica més significativa jam4s publicada en Jos Estados Unidos ', no ha engrosado el panteén sociolégico de El suicidio de Durkheim, La ética protestante de Weber 0 Fl capital de Marx, para si- tuarse en la vanguardia de lo que todo socidlogo culto tiene que leer. Es cierto que en inglés se ha reeditado recientemente ~aunque solo una pe- quefia seleccién editada para estudiantes (Zaretsky, 1996). Pero hoy en dia no puede considerarse como parte del canon sociolégico clasico. En- cuentro por tanto muy loable que una editorial espafiola haya estimado util traducir y publicar la obra para un auditorio de habla espafiola al comienzo del siglo xxi. Hay muchas buenas razones para tomarse este estudio muy en serio. En términos absolutos debe situarse como uno de los volamenes sociolégicos m4s extensos (5 voltimenes en la edicién inicial y mas de 2000 pp.). Aborda un problema social de primer orden que quizds sea * Traducido al castellano por Juan ZARCO. ' En 1938 fue honrada por el Social Science Research Council «como la exhibicién mds aguda de investigacién sociolégica avanzada y andlisis teorético» (cf. BLUMER, 1979, p. vi) 11 William 1. Thomas y Florian Znaniecki atin més acuciante hoy en dia —el del cambio social, la migracién y¢ ajuste de diferentes grupos viviendo juntos en una ciudad-, | un tema teérico de igual importancia —los lazos entre subjetividad y o, jetividad en la investigacién social, siendo el precursor de lo que hak. gado a conocerse como interaccionismo simbédlico. Por ello tambiéy proporciona un gran ejemplo del trabajo Ilevado a cabo por la eme- gente Escuela de Sociologia de Chicago —que pronto se situard en) vanguardia creativa de la teorfa e investigacién en Norteaméricz. Muestra, también, la colaboracién entre un socidélogo europeo y uno estadounidense y proporciona las pistas fundamentales para conocera dos teéricos altamente olvidados (W. I. Thomas y F. Znaniecki), qui nes merecen una mayor recuperacién. Y, quizd lo mds importante de todo, se demuestra una perspectiva multi-método, aunque focalizads en la investigacién cualitativa y el uso de documentos personales Cada método utilizado es de interés por derecho propio, y también su combinaciones (lo que a veces hoy se llama triangulacién). Por todo ello, la obra nos proporciona un excelente ejemplo de visién hume nistica en las ciencias sociales. Los dos autores son algo as{ como outsiders del canon sociolégico. W.1. Tomas (1863-1947) nunca ha sido biografiado apropiadamente y n0 sabemos mucho acerca de él. De hecho, parece ser que era renuente2 hablar de sf mismo, y como curiosa ironfa, no dejé documentos perso nales acerca de su propia vida”. Pero en muchos sentidos puede cons- derarse como el fundador de la Escuela de Sociologia de Chicago (rea- mente uno de ellos). La abandoné abruptamente en 1918 (parece set que a causa de un escdndalo sexual de poca importancia), y publicé muy poco a partir de entonces (de hecho parte de su trabajo posterior parect haber sido firmado oficialmente por otros autores). Pero fue autor de un buen ntimero de libros de gran importancia y generalmente objeto de controversia (The Unadjusted Girl, Sex and Society, Old World Trait Transplanted) y existen temas recurrentes en su trabajo —la necesidad d¢ una ciencia social a la altura de los elementos subjetivos y humanos dela vida social. 2 Ver Donald YOUNG, prefacio a VOLKART, 1951, p. v. 12 El campesino polaco en Europa y en América Florian Znaniecki también ha sido severamente desatendido, y pareciera que fue su trabajo, quiz4 incluso mds que el de Thomas, el que proveye- ra el fundamento metodolégico para este tipo de investigacién. Florian Znaniecki —tanto en su «nota metodoldgica» (junto a W. I. Thomas) como en su E/ método de la sociologta (1934)— muestra una fuerte preo- cupacién acerca de la distincién neokantiana entre dos sistemas, el natu- ral y el cultural-. Los sistemas naturales se dan objetivamente «por natu- raleza» y tienen una existencia independiente. Estdn separados de la experiencia y actividades de la gente. Los sistemas culturales, en contras- te, estdn inextricablemente entrelazados con las experiencias concretas de los agentes humanos en interaccién unos con otros. Mientras los sistemas naturales est4n dados objetivamente a los cientificos como si existieran de manera absoluta ¢ independiente a las experiencias y actividades de los hombres, los sistemas culturales se enfrentan con experiencias humanas de sujetos histéricos concretos y activos. El objeto de estudio esta siempre ligado a los significados humanos de alguien. Znaniecki denominé a este rasgo esencial de los datos culturales «el coeficiente humano», «por- que esos datos, en tanto objeto de reflexién teorética del estudioso, tam- bién pertenecen a la experiencia activa de alguien mas y son tal y como esa experiencia los construye». Asi, si el sistema cultural es ignorado y no es percibido como un coeficiente humano, si la vida cultural fuera estu- diada como un sistema natural, entonces el investigador sencillamente en- contrarfa «una masa inconexa de cosas y procesos naturales sin ningun parecido con la realidad que comenzé a investigar» (Znaniecki, 1934, pp. 136-7). Esto se convierte en central a la hora de investigar dentro de la vida cultural y humana. Este «coeficiente humano» se ejemplifica en El campesino polaco en Eu- ropa y en América, donde un gran mimero de documentos subjetivos —cartas, historias de vida, registros de casos, etc.— son utilizados para al- canzar a comprender la experiencia de la migracién. Este estudio de pri- mer orden anticipé el importante desarrollo de los documentos persona- les, las historias de vida y la observacién participante dentro de las ciencias sociales. 13 William 1, Thomas y Florian Znaniecki EL PODER DE LOS DOCUMENTOS PERSONALES Documentos personales son todos aquellos documentos en los que una persona revela sus caracterfsticas sociales y personales en formas que las hacen accesibles para la investigacién. Incluirfan diarios, cartas, fotogra- fias, historias de vida e incluso inscripciones de l4pidas. Hoy dia deberfan incluirse también videos y sitios web personales. En una descripcién temprana de este método, el antropdlogo humanista Robert Redfield, los describe como herramientas «en las que las caracterfsticas humanas y personales de alguien que es en algun sentido el autor de! documento en- cuentran expresién, lo que significa que quien lee el documento llegaa conocer al autor y sus visiones del evento con el que el documento esta relacionado» (Redfield, en Gottschalk et a/, 1942, p. vii). No son por tanto construcciones de la realidad de «segundo orden» hechas por los cientificos sociales, sino expresiones de primer orden que intentan inter- narse en el mundo subjetivo de los informantes, tomandoles en serio en sus propios términos. En E/ campesino polaco nos encontramos con una gran cantidad de este tipo de documentos. Estan las famosas (e infames) cartas entre campesinos polacos y sus familiares —infames porque parece ser que sencillamente fueron encontradas por W. I. Thomas en un cubo de basura, y no solicitadas para la investigacién. Estan ordenadas en series y pares y revelan el valor de las cartas como indicadores del curso de la vida. Y esta también la historia de vida cldsica de Wladek. El campesino polaco, Wladek, debe ser visto como el primer ejemplo de historia de vida «larga’. Se trata de la narracién de la vida de una persona contada en sus propias palabras mds o menos del tamafio de un libro completo. En su formato original es la historia en 300 paginas de un emigrante polaco a Chicago, Wladek Wisniewski, escrita en tres meses justo antes del estallido de la Primera Guerra Mundial. En su historia, Wladek describe las primeras 3 Para Robert Atkinson, un historia de vida es «una narracién ampliamente completa de una a periencia de vida entera como un todo, iluminando los aspectos més importantes» (ATKIN- SON, 1998, p. 8). Para una discusién sobre la diversidad de formas de las historias de vida ver DENZIN, 1989, pp. 27-49. Dos guias titiles contemporaneas son SMITH y WATON (2001) ¥ ROBERTS (2002). Ver también PLUMMER (2001). 14 El campesino polaco en Europa y en América etapas de su vida en la localidad polaca de Lubotyn, donde nacié hijo de un herrero rural. Habla de su época escolar, su ingreso en el oficio de pa- nadero, su emigracién a Alemania en busca de empleo y su final Ilegada a Chicago y su delicada situacién alli. Para Gordon Allport (1942) puede verse como un documento vital comprehensivo que intenta abarcar la to- talidad de la vida de una persona —el recorrido completo— desde el naci- miento al momento presente, capturando el desarrollo de un ser humano tinico. Es a través de esta historia de vida por lo que W. I. Thomas y F. Znaniecki llegaron a afirmar que las historias de vida «constituyen la clase perfecta de material sociolégico» (Thomas y Znaniecki, 1918-21; 1958, p. 1832-3). Y como continuacién de este trabajo clasico, las histo- rias de vida se convirtieron en una herramienta importante en el trabajo tanto de Chicago como de los socidlogos polacos. Habiendo Ilegado in- cluso a un periodo de negacién hacia mediados del siglo xx, en afios re- cientes han venido a asumir un papel mucho mds prominente en gran parte de la ciencia social contempordnea. Pero las historias de vida y la investigacién de documentos personales han cambiado su sentido y su forma en el proceso. Mientras que la historia original de Wladek es sencillamente contada, los tiltimos tiempos del si- glo Xx atestiguan la Ilegada de lo que podria denominarse historias de vida reflexivas y recursivas —historias en las que hay una mucho mayor con- ciencia de las maneras en que est4n construidas. Las historias de vida mas tempranas llevan consigo la sensacién de que estén contando la historia de una vida, contdndola tal cual es. Las historias de vida mas recientes se han vuelto mucho més autoconscientes y reflexivas, sugiriendo que la his- toria contada es un juego de lenguaje, un acto del habla, una manera de escribir, una construccién social. Sea lo que sea lo que las historias cuen- tan, nunca pueden sencillamente contar la historia de una vida. Una vida es percibida de manera més rica como «compuesta» o construida: el escritor se convierte en parte del escrito. Desde este punto de vista la in- vestigacién con historias de vida normalmente incorpora un contador de la historia (el narrador de la misma) y un entrevistador (que acta como gufa en el proceso) as{ como un texto narrativo que es ensamblado: quien produce, quien cuenta y el texto. Quien la produce y quien la 15 William I. Thomas y Florian Znaniecki cuenta construyen juntos las historia en circunstancias sociales especificas, Y las historias se pueden contar de diferentes maneras en diferentes mo- mentos‘. As{, podemos ahora acercarnos a Wladek con mucha mds cau- tela: ;Cémo Ilegarfa realmente a contar su historia y cual fue su relacién con Thomas y Znaniecki? ;Cémo ayudaron estos socidlogos a Wladek para ensamblar su historia dentro de un texto de 300 paginas? ;Qué te- laciones deberia tener la historia contada con la vida conducida? ;Cémo pudo la historia ser contada de esa manera —y no de otras~ en los inicios del siglo xx y cémo tendria que ser contada ahora en el comienzo del xx? ¢Qué tarea trata de cumplir la historia (su funcién retérica) y qué pro- blemas ético/politicos se manifiestan mientras se cuenta la historia? Las preguntas ahora se multiplican: un relato de historia de vida nunca més sera una empresa sencilla. INVESTIGACION CON HISTORIAS DE VIDA: HACIA UN HUMANISMO CRITICO Podemos ver El campesino polaco como un buen ejemplo temprano de in- vestigacién humanistica, investigacién que sittia en primer lugar a los se- res humanos, la comprensién humana y las acciones humanas. Esta clase de investigacién normalmente trabaja también con un marco ético fuer te, que tanto respeta a los seres humanos como busca mejorar la condi- cién humana en un contexto global. Se alfa mas con las humanidades que con las ciencias, a las que critica a menudo. Recientemente una posicién como ésta se ha convertido en claramente mal vista desde distintos lugares. Para algunos, el sujeto humano vienez identificarse demasiado con la postura individualista liberal de lo que he bitualmente se llama «la persona sin limites». Se ve el humanismo et- 4 Liz Stanley incluso encuentra que muchas de las distinciones més habituales que se hacen" ejemplo entre biografia y autobiografia— son falsas: «dejando aparte la ficcién, biografia y x biografia no es asunto sencillo» (STANLEY, 1993, p. 125). Por ello acufa otto concept cauto/biografia» —«término que elude cualquier distincién sencilla entre biografia y autobiogas eae sin embargo su simbiosis», y lo aplica a parte de su propia vida (STANLEY, 19 p- 127). 16 El campesino polaco en Europa y en Amtrica tonces como un instrumento de colonizacién que ha sido impuesto a otras culturas. El ser humano varfa ampliamente a través de las diferentes culturas y la versién liberal es sélo una interpretacién. Para algunos post- modernistas, también, la idea del ser humano resuena demasiado a una persona con raiz narrativa que subscribirfa demasiada coherencia a las hu- manidades de la que podrfa esperarse. El ser humano es multiple, frag- mentado, descentrado, cambiante. Simpatizo con estas criticas pero no considero que destruyan el proyecto humanista. De hecho, una lectura atenta de El campesino polaco nos ayuda a apreciar esta humanidad com- pleja mds plenamente y a percibir que las criticas se construyen en algo parecido a falsos constructos. Brevemente, ese «ser humano» que las his- torias de vida intentan describir es siempre un ser enclavado, dialégico, contingente, encarnado, con un cardcter moral y politico. No hay seres hu- manos fijos caminando por el tiempo y el espacio, sino que se trata de un ser humano que est abierto al cambio y que necesita que se le dé un pa- pel clave en nuestras deliberaciones morales y politicas. Esto es la base de lo que yo llamo un Aumanismo critico?. No sorprende que el interaccionismo simbélico sea la teoria general- mente més tenida en cuenta en la investigaci6n con historias de vida, por- que es la principal tradicién humanista que resalta la necesidad de una «familiarizacién intima» con el mundo empirico contingente y cam- biante. Dibujada desde el pragmatismo y teniendo afi lades con el postmodernismo, rechaza las verdades abstractas y totalizadoras en favor de las observaciones cotidianas, locales y enraizadas. Y esto incluye no- ciones del ser humano universal. Aliada de manera muy préxima a la teo- ria de la persona de George Herbert Mead y a la tradicién investigadora de los socidlogos de Chicago (especialmente Blumer, Park y Hughes), en- fatiza que lo que realmente diferencia al ser humano frente al resto de los animales es su capacidad de producir elaborados simbolos que le hacen capaz de producir historias, relatos, culturas e intrincadas webs de co- municacién. Esto es lo que los interaccionistas investigan; y como sea que esos significados nunca son fijos ¢ inmutables sino siempre cambiantes, > Discuto esta idea de forma mucho més completa en el capitulo que cierra PLUMMER (2001) y la desarrollo mas alla en PLUMMER (2003). 17 William I. Thomas y Florian Znaniecki emergentes y ambiguos, las herramientas tradicionales de investigacién de entrevistas 0 cuestionarios no deben ser la manera mAs apropiada de es. tudio. Mas bien se reclama un intensivo enganche con el mundo empi- Tico vivido. Los interaccionistas también destacan la idea de que las vidas, las situa ciones, incluso las sociedades estan siempre y en cualquier lugar desarto- llandose, ajustandose, llegando a ser. Esto es una visién muy activa de mundo social en el que los seres humanos estén constantemente yendoa lo suyo constituyendo sociedad a través de esas interacciones. La invest- gacién interaccionista no tiene que ver ni con lo «puramente indivi- dual» ni con la «sociedad abstracta»: su foco son las maneras en que se oF- ganizan, los «actos unidos» que construyen sociedades. Tiene que ver con el «comportamiento colectivo». Su mas basico concepto —la persona implica que la idea de «el otro» est4 siempre presente en una vida: nuna podemos ser sélo «persona». En definitiva, el interaccionismo se ocupa de «cémo la gente hace cosas junta» (Becker, 1986). El campesino polaco anticipé los desarrollos de un humanismo critico aliado con la teoria del interaccionismo simbélico. Aunque tanto la teorfa comod método que lo acompafia han variado, atin conserva hoy un testimonio primer orden y ejemplar de este estilo de ciencia social. Es por todo ello muy bueno verlo aqui por primera vez en una traduccién al espafiol. Ken Plummer, Santa Barbara, Febrero de 2003. BIBLIOGRAFIA ALLPORT, G. 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Los cam- pesinos se estructura significativamente en cuatro voltimenes que llevan por titulo Otofio, Invierno, Primavera y Verano. La vida de Reymont, de origen campesino, estuvo marcada por sus viajes de juventud por toda Polonia, donde sin duda hall la inspiracién para su monumental novela (casi 1.400 pp. en su versién en castellano), pero interesa sefia- lar también que, entre sus desplazamientos posteriores, esta docu- mentado que viajé, entre otros destinos, a la ciudad de Chicago, aun- que fue Paris el lugar que més tiempo le retuvo. Quisiera partir de este hecho para comenzar a introducir la obra The Po- lish Peasant in Europe and America, titulo original en inglés del libro del que una extensa seleccién ve aqui y ahora por vez primera la luz en lengua castellana y que tengo el privilegio de presentar. Y es que se trata sin duda de una singular coincidencia, pero en terminologia del antropélogo Gre- gory Bateson, de una coincidencia cargada de sentido, de una de esas «pautas que conectan». Un viajero polaco, de origen campesino, en la ciu- dad de Chicago a principios del siglo xx ostenté el Nobel de literatura afios mds tarde. Un emigrante polaco, Wladek, de origen campesino, en la ciudad de Chicago a principios del siglo xx se erige como uno de los protagonistas de un clasico de la sociologfa. Pero como sefiala Ken Plum- mer, quien tan generosamente prologa este texto, en 1914 Chicago, con sus 360.000 polacos, era la tercera ciudad en el mundo por poblacién po- 23 William I. Thomas y Florian Znaniecki labor en la coleccién, ni siquiera por haberme solicitado participar con este texto, sino también y sobre todo por su constante apoyo, consejo y afecto. Y no puedo aludir al CIS y a sus publicaciones sin dejar de men- cionar a la que siendo una profesional de eficacia casi milagrosa me pre- cio de decir que es también mi amiga, Mercedes Contreras. Vaya mi gra- titud también a todo el servicio de publicaciones representado en la persona de Jaime Pedn. Tiene para mi un significado muy especial la presencia en esta edicién de la figura del profesor Ken Plummer. Agradezco en primer lugar profun- damente que haya enriquecido notablemente la edicién espafiola de El campesino polaco en Europa y en América con su participacién prepardn- donos un prélogo a la misma. El entusiasmo con que acepté la pro- puesta atin me emociona al tiempo que me ofrece una leccién de verda- dero espiritu académico. A titulo personal debo mencionar, ademés, que gran parte del material bibliogréfico que he utilizado para elaborar estas paginas procede de los archivos personales de Plummer, que en un acto de inusitada generosidad intelectual no dudé en ofrecerme para su uso. Ademiés, mi estancia como visiting fellow en su departamento de la Uni- versidad britanica de Essex! y las conversaciones con él mantenidas sin duda han contribuido notablemente a consolidar mi visidn sobre el tema tratado. También de mi estancia en Essex he de hacer constar mi agra- decimiento al sociélogo Kerman Calvo, mi gatekeeper inicial en tierras in- glesas y un ahora apreciado colega y a pesar de ello amigo. De mis compafieros del Departamento de Sociologia de la Universidad Auténoma de Madrid sdlo puedo sefialar su apoyo colectivo percibido como una constante alentadora; de entre ellos y por mor de brevedad, quiero mencionar a su director, Luis Enrique Alonso, de cuya erudicién siempre se aprende, y secretario académico Cristébal Torres, con quien comparto el gusto por las entrafias de la ciencia sociolégica. Un agradeci- miento especial va dedicado a Julia Romero, por su amistad, apoyo y aliento, a Juan José Garcia de la Cruz, por su complicidad, y a José Juan Toharia, por ser un espejo para todos nosotros en tantos sentidos. "Tengo que destacar que mi estancia en Essex se debe a la obtencién de una «Beca Postdoctoral en el extranjero» del Ministerio de Educacién, Cultura y Deporte, en su convocatoria 2001. 26 : ea. El campesino polaco en Europa y en América Numerosos colegas de otros contextos académicos han enriquecido con sus sugerencias ¢ ideas las péginas que siguen, a menudo sin ellos saberlo. Por no hacer demasiado larga la lista mencionaré sdlo a Jess M. de Miguel, por su centralidad en el tema auto/biogréfico que esté de fondo en estas paginas y por el carifio que desde hace ya mas afios de los que me gustaria reconocer le profeso y de él percibo. Quiero por ultimo agradecer la influencia personal de tres maestros y amigos, cada uno de una generacién distinta, cada uno de un dmbito aca- démico, personal y hasta geogréfico distante y sin embargo de todos ellos deudor de lo que de una manera o de otra soy y por tanto hago. Ellos son Alfonso Orueta, Bernabé Sarabia y Miguel Angel Mateo. Cada uno sabe su papel. Cuanto de valioso el tiempo pudiera rescatar de estas paginas pertenece sin duda a mi hijo Ignacio. 2. SOBRE LOS AUTORES 2.1 Contexto: el Departamento de Sociologia de la Universidad de Chicago En el afio 1904 el filésofo pragmatista norteamericano William James es- cribia, con un comienzo no exento de ironfa, las siguientes I{neas: «{Chi- cago tiene una escuela de pensamiento!, una escuela de pensamiento la cual, es seguro predecir, figurard en la literatura como la Escuela de Chi- cago por los préximos veinticinco afios. Algunas universidades tienen una plenitud de pensamiento que mostrar, pero no escuela; otras plenitud de escuela, pero no pensamiento. La Universidad de Chicago, en sus De- cennial Publications, muestra verdadero pensamiento y verdadera escuela. El profesor John Dewey y al menos diez de sus discfpulos han introdu- cido, de manera homogénea pese a surgir de muchas mentes cooperando, una visién del mundo tanto teorética como prdctica, que es tan sencilla, masiva y positiva que, aparte del hecho de que muchas de sus partes ne- cesitan atin ser retrabajadas, merece el titulo de un nuevo sistema filosé- fico» (James, 1904, p. 1). Aunque por supuesto se referfa a una escuela de pensamiento filosdfico, no han transcurrido veinticinco sino cien afios y 27 William I. Thomas y Florian Znaniecki atin continuamos haciendo referencia a la Escuela de Chicago, en este caso a la escuela de sociologia, aunque atin hoy hay quien pone en duda su existencia, mds como tal escuela que como ingente productora de pensamiento ¢ investigacién *. Mas all de discusiones desde luego inte. resantes en otro contexto, lo cierto es que, desde los primeros afios del si. glo xx y con toda claridad al menos hasta la II Guerra Mundial, la uni- versidad de Chicago generé una serie de investigaciones sin precedentes tanto por su cantidad como por su calidad: The Hobo, The Taxi-Dance Hall, The Gold Coast and the Slam, The Jack Roller ©, en fin, las més tar- dias The Professional Thiefy Street Corner Society, son s6lo algunos de los titulos que, de entre los cldsicos de la sociologfa de todos los tiempos, ré pidamente nos vienen a la mente para ilustrar aquel periodo. En todos los casos se trata en origen de investigaciones generadas en o amparadas por el departamento de sociologia de Chicago. Y no es menos cierto que to- das ellas son posteriores a 1918 y que por tanto es desde la publicacién de la obra que nos ocupa, E/ campesino polaco, es decir, las décadas de los afios veinte y treinta del siglo xx, que se alude a la «edad de oro» 0 época de maximo esplendor de la sociologfa de Chicago. Y aunque John Dewey y el propio William James son referencias fun- damentales, junto con George Herbert Mead, no es en ellos, pilares te- 6ricos y filoséficos esenciales, en quienes primero me quiero detener. Las figuras clave, segiin me parece, para entender el contexto de Chi- cago sobre todo en su vertiente investigadora —aparte claro est4 de la del propio Thomas, como se sefialara y retomaremos en detalle- son la de Robert E. Park, quien se incorpora al departamento de Chicago en 1913, atendiendo una invitacién de, precisamente, William I. Thomas y, en menor medida en la primera etapa, pero esencial para la segunda, la de Ernest Burgess, a partir de la expulsién de Thomas de la uni- versidad. Pero estamos corriendo demasiado, quizd lo mejor sea co- menzar por el principio, para ello ademdés contamos con excelentes fuentes bibliograficas >. 2 Ver por ejemplo el excelente articulo desmitificador de Howard BECKER (1999), «The Chicago School, So-Called». > De entre los muchos titulos que existen sobre la sociologfa de Chicago al menos media docena de ellos de entre los mds recientes son de referencia includible, The Chicago School of Sociol & 28 El campesino polaco en Europa y en América La Universidad de Chicago se funda en el afio 1890, bajo el patrocinio privado del filantropo John D. Rockefeller Senior, admitiendo a sus pri- meros estudiantes en 1892 *. Pero la primera fecha que interesa sefialar es la de 1894, afio en que se incorporan a la universidad John Dewey y George Herbert Mead, ambos procedentes de Michigan. Con ellos pue- de decirse que comienza, como celebraba James lineas arriba, una primera escuela de pensamiento, en este caso de pensamiento filoséfico: el prag- matismo norteamericano de Chicago. Y si bien como es sabido fue en mayor medida el departamento de psicologfa de esa universidad el pri- mero en recibir la influencia de estos maestros (Faris, por ejemplo, fue di- rigido por Mead y Dewey en su tesis doctoral en psicologia, aunque después recalaria en la sociologia, y los propios Mead, Dewey y Charles Horton Cooley, que permanecié en Michigan, pueden ser considerados los padres de la psicologia social que senté las bases del marco teérico que més tarde se denominarfa Interaccionismo Simbédlico°), sera su impron- ta en el de sociologia la que a continuacién habremos de sefialar. El departamento de sociologia de Chicago fue dirigido por Albion Small desde su fundacién en 1892 hasta 1924 cuando éste se jubilé. Mas allé de sus aportaciones a la sociologia como autor y como uno de los fundadores de la sociologia norteamericana®, a Albion Small, y ademés de su liderazgo en los primeros afios de Chicago al que enseguida volveremos, se le debe la fundacién de la revista American Journal of Sociology, nada menos que en 1895, y su participacién en la creacién de la American Sociological Asso- ciation en 1905. Se trataba, al parecer, de un administrador excelente que Martin BULMER (1984); The Chicago School. A Liberal Critique of Captalism, de Dennis SMITH (1988); The Tradition of the Chicago School of Sociology, editado por Luigi TOMASI (1998); Myths of the Chicago School of Sociology, de Lee HARVEY (1987); Department & Discipline. Chicago Sociology at One Hundred, de Andrew ABBOTT (1999) y, desde luego, la monumental The Chicago School. Critical Assessments, editada en 4 voltimenes por Ken PLUMMER (1997). A los habria que afiadir titulos anteriores como el clasico de Robert FARIS (1967) Chicago So- ciology 1920-1932 y las decenas de artfculos publicados como el ya mencionado de Howard S. BECKER (1999) «The Chicago School, So-Called». ‘Para una descripcién detallada de los origenes de la universidad y su contexto ver, por ejemplo, BULMER (1984, pp. 12 yss.). > Ver por ejemplo el trabajo de Juan José Caballero al respecto (CABALLERO, 1997). © Junto a WARD, SUMMER y GIDDINGS, ver por ejemplo CARABANA (1974) o ZARCO (1997). 29 William I. Thomas y Florian Znaniecki supo liderar el departamento tanto en su vertiente académica como, y 5, bre todo, en su dimensién investigadora, consiguiendo no sdlo los fondos sino también contribuir a generar la atmésfera necesaria para la investi, cién (ver Bulmer, 1984, p. 34). A esa atmésfera se enrolé en 1893 uns, tudiante de doctorado llamado William I. Thomas. A los dos afios obtuyy el grado de doctor en sociologia en el departamento, incorpordndose com profesor del mismo en esa fecha, cargo que ocupd hasta 1918. Sobre la figura de Thomas y sus afios en Chicago volveremos de manera extensa, pero sefialemos ahora que existen dos hechos fundamentales pay entender la relaci6n mutua de influencia entre la obra que se presenta y d departamento de sociologia de Chicago, pues asf me parece que debe ca- racterizarse esa relacién, y ambos hechos pasan por la figura de William Thomas. Podemos comenzar a desbrozar el territorio apuntando que el pri mer hecho significativo girarfa en torno al ambiente o atmédsfera de k primera etapa del departamento, que debemos situar precisamente en los afios en que Thomas formé parte del mismo y que, ademas, en parte serla responsabilidad suya, en varios sentidos que a continuacién se desarrolla- ran. El segundo hecho marca el inicio de la segunda etapa de Chicago, que coincidiria con la salida de Thomas en 1918 y no es otro que la propia pu- blicacién, y posterior influencia, de E/ campesino polaco. Este segundo ele- mento, que es precisamente el hecho més relevante para explicar el Chica- go de después de Thomas y su obra en coautorfa con Znaniecki, marca ademas el inicio de la época de esplendor de la Escuela de Chicago, sus afios dorados por asi decir, cuyo declinar podemos fechar en tornoa la II Guerra Mundial y a continuacién pondremos en relacidn con otros hechos de la historia de la sociologia que coadyuvan a explicar tal ocaso. Comencemos por argumentar la existencia de esos dos periodos, que ade- més sustentan los dos elementos que hacen irremisible la presencia en esta introduccién de aquel primer contexto que arropa y al tiempo da sentido a la obra: el Departamento de Sociologia de la Universidad de Chicago’. 7 Dos periodos hasta el declinar de Chicago a mediados de los afios treinta del siglo xx, lo que en otro sentido serfa en s{ mismo un primer periodo de Chicago. Si ampliéramos el foco podriamos aludir a la Nueva Escuela de Chicago (ver MATZA, 1981, por ejemplo) ya en los afios sesenta, que a su vez tiene su propia cronologia y hasta podria decirse que distintas «sedes», la propia Chicago pero también California. 30 El campesino polaco en Europa y en América Por lo que se refiere al primer periodo, coincidente aproximadamente con la estancia de Thomas en el departamento, como decfamos, nos sittia en el siguiente escenario. El departamento fue dirigido desde 1892 hasta 1924 por Albion Small, a él se integra ya como docente Thomas en 1895 y a sus primeros afios de funcionamiento hemos de asociar también la figura de Charles A. Henderson, sobre el que volveremos por su influencia en Tho- mas. Ademiés de ellos, habria que afiadir a George Vincent, que ingresé junto con Thomas en el departamento pero que pronto emprendié una carrera de administrador mds que de docente, abandonando Chicago en 1911, y a Charles Zueblin, quien también abandoné el departamen- to en 1907. Tal era el cuerpo docente inicial. En ese contexto, y en cuanto al departamento de sociologfa estrictamen- te, no es de extrafiar que William Thomas enseguida fuera erigiéndose en el eje central del mismo, por su propio talante y brillante inteligencia so- bre la que mas adelante volveremos. Pero el comienzo de esa primera eta- pa previa a la salida de Thomas coincidente con la publicacién de la obra que nos ocupa no se agotaba en los profesores de sociologfa propiamen- te (que ademas y hasta 1929 lo eran de antropologia también). Como es sabido, y ya lo hemos mencionado, los primeros afios de la Universidad de Chicago se caracterizaron por la presencia de la que podemos deno- minar escuela pragmatista de filosofia, que ejercié su influencia en el res- to de departamentos, sobre todo psicologfa y, desde luego, sociologia. De dicha escuela basta con mencionar a Dewey y a Mead y al propio Cooley® para apreciar el basamento tedrico filoséfico que los estudiantes de las pri- meras generaciones iban recibiendo. Y aunque en esta introduccién no podrd desarrollarse una panordmica minimamente completa de las apor- taciones a la sociologia de Chicago, texto que en castellano atin esté por escribir, s{ podemos siquiera perfilar los tres tépicos mds sobresalientes que nos sittian ante los primeros afios de aquel departamento. Asi, y si- guiendo a Andrew Abbot (1999) en uno de los textos mas recientes sobre la Escuela de Sociologia de Chicago, podemos sintetizar tres claros focos ® Aunque es sabido que Charles Horton Cooley no se movié de Ann Arbor mas que en contadas ocasiones, su influencia, por su relacién con los profesores mencionados propiamente de Chicago, y sobre todo por la potencia socioldgica de sus dos conceptos clave (el looking self glass y la distin- cién entre grupo primario y secundario) fue muy significativa en el departamento de sociologia. 31 William I. Thomas y Florian Znaniecki de atencién. El primero sin duda seria la psicologia social, con las op taciones centrales de Thomas en el estudio del concepto de actitud Voy célebres four wishes? pero también y sin duda con las ideas Pragmatigys aplicadas a la psicologfa, de James, Dewey, Mead y Cooley. Un sepung, foco se centrarfa en la llamada organizacién social también con abun. dante herencia de Thomas, no sélo en su obra con Znaniecki, atendien. do a la organizacién del inmigrante, sino en trabajos posteriores aplicay. do el concepto a otros grupos y situaciones humanas. Y por tiltimo, quiza una de las dreas mas difundidas por su originalidad, la ecologia oy. cial. Como afirma Abbot (1999, p. 7) acerca de este tiltimo foco «en ce. to sentido hace pareja con [el estudio de] la organizacién social; en la me. dida en que la organizacién social estudia la localizacién de los eventos sociales en un tiempo y dentro de un proceso, la ecologia social estudia sy localizacién en el espacio y la estructura social». Por supuesto que estos tres t6picos se fueron desarrollando a lo largo de tiempo y algunos de ellos cobraron mayor intensidad con el propio dese rrollo y evolucién del departamento, ya en la segunda etapa, después del salida de Thomas. Asf, serfa Blumer, un alumno de la segunda generacién de Chicago, quien acufaria el término «interaccionismo simbdlico», 0 Park y Burgess los encargados de profundizar en la dimensién ecolégica de The City, etc. Pero lo que me interesa sefialar ahora es que, ya en los afos previos al comienzo de la «edad de oro», en torno a 1918, estaban algunas de las bases de su posterior esplendor. Y lo que es mas, Thomas contribu- y6 sustancialmente a su surgimiento, en al menos otro sentido que quisie ra sefialar. Asi es, porque en 1913 se incorpora al departamento la figura clave para comprender muchos de los logros de Chicago, Robert Eva Park, por invitacién de Thomas. Al afio siguiente, en 1914 y en condicio- nes que més adelante se detallardn, lo hace Znaniecki, y ello también es va Thomas. En 1916, ademés, pasa a formar parte del cuerpo docente oto autor clave para entender el Chicago posterior a Thomas y la publicacién de su obra con Znaniecki, el profesor que més tiempo dedicé al depart mento y que en alguna medida vino a sustituir el papel jugado por Tho- mas: Ernest Burgess, que permanecié en Chicago hasta 1952. > Deseo de nuevas experiencias, de seguridad, de respuesta o reciprocidad y de reconocinien. 32 El campesino polaco en Europa yen América Estos elementos, con algunos otros que los completaran cuando estudie- mos la figura de Thomas con més profundidad, me parecen suficientes para perfilar una primera etapa de la Escuela de Chicago, aquella previa a la «edad de oro» de la que es pistoletazo de salida la publicacién de la obra que venimos introduciendo y en la que serdn protagonistas, ahora sf, el tandem Park y Burgess, pero no sélo. Si Burguess se beneficid de ser uno de los estudiantes de la primera generacién que se incorporé como do- cente (leyé su tesis doctoral en el departamento en 1913) las siguientes generaciones son otra de las claves que van a perfilarnos esa época de ma- ximo apogeo de Chicago '°. Un frfo dato de registro nos introduce en esa realidad: entre 1900 y 1915 en el departamento se leyeron 24 tesis doc- torales, entre 1915 y 1930, 59. Los autores de las obras que lineas arriba proponfa como obras clasicas de la sociologfa, sin excepcién, fueron doctorandos de Chicago y sus respectivas monografias (The Gold Coast and the Slum, por ejemplo, de Zorbaught fue best seller en Chicago el afio de su publicacién, 1929) investigaciones dirigidas por esos profesores. Lo que nos sittia ya plenamente en la capacidad de argumentar la que he denominado segunda etapa, la que propiamente se conoce como Escue- la de Sociologia de Chicago y que comienza con una landmark incues- tionable, como ya nos adelanta Plummer en el prefacio; la publicacién de una gran investigacién sociolégica: El campesino polaco en Europa y en América. Este hecho nos propone la sefia de identidad de la Escuela de Chicago que hasta ahora hemos ido posponiendo, una sefia de identidad que tiene que ver con la investigacidn socioldgica, en concreto con las re- glas que la guian u orientan: la metodologia. No quisiera insistir dema- siado en ello y quizd no sea éste el lugar mas adecuado para hacerlo", pero siquiera brevemente debo sefialar algunos aspectos minimos que dan sentido tanto a la obra que presento como al contexto en que debemos si- tuarla, y en este caso sobre todo a lo que significé para al menos una par- "© La ceuzada que podrfamos denominar «anti-endogémica acritica» que parece inundar nuestra institucin universitaria a principios del siglo 2241 nos hubiera privado, por ejemplo, de Burgess, de Faris, de Blumer, de Sutherland... todos ellos doctorandos de Chicago y todos ellos con impor- tantisimos papeles como docentes en los afios sucesivos. "Ya tuve ocasién de argumentar el papel jugado por la metodologia de Chicago en otra ocasién en SARABIA y ZARCO (1997) y a ese trabajo remito. 33 i aa | William I. Thomas y Florian Znaniecki que, como veremos, definirfa Znaniecki afios después. Si se me permite la simplificacién ése es el tinico y primigenio «misterio», el resto de ela- boraciones, bien que necesarias y desde luego muy pertinentes, son consecuencia natural de la asuncién mas importante de Chicago: hacer, frente a otras posibilidades de conocimiento, verdadera ciencia social. Su coherencia con su peculiar objeto de investigacién, y por tanto su cien- tifismo, y no lo contrario, es la marca de Chicago en aquella época. La importancia de El campesino polaco y su trascendencia para el posterior desarrollo de la escuela radica precisamente en ello: la obra que nos ocupa fue considerada, y durante muchos afios, como el primer y mejor trabajo cientifico social desarrollado en los Estados Unidos. Su meto- dologia: el uso de documentos personales y la construccién de una his- toria de vida. No cuesta asi entender cémo la edad de oro de Chicago fue consolidan- do investigaciones y profesores; tras Park, Burgess 0 Faris, y bajo ese marco tedrico metodolégico, otras figuras posteriores como Louis Wirth, Herbert Blumer, Everett C. Hughes, Clifford Shaw y un largo etcétera —que si ampliéramos el foco hasta la tercera y aun cuarta generacién (la ya aludida «nueva escuela de Chicago») nos propondria nombres como el propio Goffman, desde luego Howard Becker 0 Anselm Strauss— se constituiran en herederos que desarrollaron, depuraron, modificaron etc., pero, sobre todo, transmitieron ese espiritu, si se me permite el tér- mino, que creo ha quedado claro tiene su origen en los dos momentos in- mediatamente anterior y posterior a la publicacién de El campesino pola- co en Europa y en América. Y para finalizar este primer elemento de contexto que me parece perti- nente para introducir a los autores y a dicha obra es de justicia, he avan- zado que lo harfa, una siquiera breve referencia a su ocaso, elemento que ademés también nos adelantard algunas claves para entender el de- venir del trabajo de Thomas y Znaniecki y su posterior difusién. Y una vez mas los elementos que podrfan servirnos de factores explicativos del declinar de la escuela son tantos que resulta dificil dar una breve cuenta de ellos sin caer en la simplificacién excesiva. Aun asumiendo ese riesgo se hace necesario siquiera mencionar algunos de ellos por su conexién con 36 El campesino polaco en Europa y en América alguno de los aspectos de la obra que nos ocupa y argumentar con algo mas de detalle otro elemento central, el cambio de orientacién metodo- légica. En primer lugar hay que sefialar que, en algtin sentido —y es un argu- mento que a menudo se esgrime para aludir a la ausencia de verdadera es- cuela— es justo afirmar que en el departamento las individualidades te- nfan un peso excepcional, y en 1934 se jubila Park. Ademés de ello, el peso institucional de Chicago progresivamente iba siendo menor, en fa- vor fundamentalmente de Columbia y Harvard. El cambio simbélico de las «riendas» de la sociologia fue la sustitucién de la publicacién oficial de la American Sociological Association, hasta 1935 la American Journal of So- ciology fundada por Small y dominada por el departamento, desde en- tonces la American Sociological Review. Pero la desaparicién progresiva de algunos protagonistas y la pérdida rela- tiva de peso institucional no son los tinicos elementos a tener en cuenta. Otros factores de contexto coadyuvan a explicar el declinar, como sin duda la progresiva demanda de estudios mas centrados en la medida por asi decir, tanto en el contexto asociado a la II Guerra Mundial como en el 4m- bito politico '“. En ese sentido, también las formulaciones teéricas, para abordar contextos mds macrosociolégicos, se iban «agrandando», hasta la mism{sima gran teoria de Parsons, desde luego también muy explicativa en el giro de la sociologia en el entorno de esos afios. Si al Interaccionismo Simbélico asociamos una manera y una sensibilidad investigadora, el cam- bio de orientacién teérica lleva asociado —también por coherencia, otra cosa es lo acertado del giro— un cambio en su metodologia al abordar los nuevos intereses. En ese sentido, también desde dentro del propio Chicago, y tras la pérdida de las grandes referencias (Park muere, Burgess se retira, e incluso un posible continuador, Blumer, se va a California), son atendidas las nuevas voces de la sociologia desde entonces practicamente hegeménica. Asi, otro representante de la segunda generacién, William Ogburn, que di- rige el departamento desde 1936 a 1951, es mayoritariamente reconocido como el responsable de redirigir la nave de Chicago hacia los nuevos aires de la sociologia y muy especialmente de la metodologja de investigacién. ‘4 El célebre estudio de Gallup para las presidenciales de Roosevelt fue en 1936. 37 William I. Thomas y Florian Znaniecki No cuesta entender entonces que «neopositivismo», «objetivismo», «cien- tificidad» (ste) 0 «estadistica» sean términos que empiezan a tenerse muy en cuenta en un departamento dirigido por Ogburn, quien en 1931 habfa sido elegido presidente de la American Statistical Association. 2.2 William I. Thomas William Isaac Thomas nacié el 13 de agosto de 1863 en Russel County, una regién aislada en las colinas del estado de Virginia, y murié en di- ciembre de 1947 en Berkeley, California, a los 84 afios. Aunque como se ha sefialado en numerosas ocasiones, y resulta paraddjico, no existen apenas documentos personales dejados por Thomas, sabemos bastante de su biografia, sobre todo por la excelente reconstruccién de Morris Jano- witz (1966) y la relectura de su vida firmada por Coser (1977). Esta ul- tima hace uso extenso del tinico testimonio vital escrito en primera per- sona por el propio Thomas en 1928 en respuesta a una demanda de Luther L. Bernard, quien se embarcé en una Historia de la sociologia en los Estados Unidos a través de los testimonios personales de sus fundadores. La obra nunca se terminé y los relatos vitales de las personas que cola- boraron escribiendo sus autobriografias (entre ellos Thomas, pero tam- bién Robert Park, por ejemplo) permanecieron en cajas sin publicar has- ta principios de los afios setenta en que Paul Baker (1973) los rescat6. Por tanto si existe un testimonio personal autobiografico de Thomas a la edad de 64 afios, del que pueden deducirse algunos de los rasgos de la persona detrds del personaje, como a continuacién se observard. La estacién de ferrocarril mds cercana de Russel County estaba a 32 kilé- metros, como recuerda el propio Thomas (en Baker, 1973, pp. 246 y ss.) y el ambiente social que se respiraba recordaba al del siglo xvitl. Su padre era hijo de un «aleman de Pensylvania, rico en tierras pero de actitudes cam- pesinas» que retiré la herencia de su hijo Thadeus Peter Thomas —quien combinaba el ser predicador con granjero— cuando éste decidiéd mudarse con su familia (siete hijos, entre ellos William Isaac) a Knoxville, Tennessee, precisamente para poder oftecerles un mejor ambiente cultural y la posibi- lidad de estudiar. El propio Thomas recuerda su infancia y juventud como 38 El campesino polaco en Europa y en Amtrica un tiempo transcurrido entre las montafias de Virginia y Tennessee, dispa- rando en solitario con su escopeta durante horas y horas en los bosques, lle- vando una vida mds parecida a la de un cazador que a la de un futuro inte- lectual. En 1880, a la edad de 17 afios, se matricula en la Universidad de Tennessee para estudiar literatura y cultura clasica. De los primeros dos afios en la universidad (en la «asf llamada universidad», ironiza Thomas en Baker, op. cit.) Thomas afirma que le era indiferente aprender, hasta que al final del segundo curso al parecer influido por dos de sus profesores, empezé a inte- resarse seriamente por la cultura griega y la llamada historia natural. Parece evidente que en esos afios Thomas fue progresivamente sintiéndose atraido por la vida académica, en realidad sus campos de estudio tanto de la licen- ciatura como de su primer doctorado (en literatura inglesa y lenguas mo- dernas, obteniendo la primera beca doctoral que otorgaba esa universidad) parecian ser més que fruto de una vocacién intelectual clara en cuanto a te- miticas, medios para una progresiva incorporacién a la vida universitaria. Por supuesto, todo ello arropado por una brillantez como estudiante que ya comenzaba a combinar con un cierto carisma y atractivo personal, ganando premios de oratoria, presidiendo clubes literarios, y participando en toda clase de actividades acadés e incluso deportivas. Segtin Janowitz (1966, p. XI), en realidad ése era el proceso habitual de «reclutamiento» en las universidades de la época en los Estados Unidos. En cualquier caso, como afirma el propio Thomas mas por tener un plan que por el plan en sf mismo, decidié pedir una beca para «irse a Alema- nia», lo que en sf mismo era bastante vago pero suficiente. El propio Thomas relata que le servfa para, cuando alguien le preguntaba por sus planes, contestar de manera resuelta un concluyente «voy a irme a Ale- mania». Después de graduarse ya estaba impartiendo clases de inglés, francés, e incluso alemdn (lengua que atin desconocia casi totalmente, como él mismo confiesa, op. cit.), y parecia claro que para ser alguien como joven profesor que iniciaba su carrera universitaria debia pasar un tiempo en la universidad alemana. En el curso 1888-89 por fin viajé a las Universidades de Berlin y Gotinga, donde puede situarse su primera reorientacién de intereses hacia las ciencias sociales al haber entrado en contacto con la psicologia y la etnologia. A su vuelta a los Estados Unidos 39

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